jueves, 6 de agosto de 2015

Y cuando vuestros hijos os pregunten en el futuro, diciendo: "¿Qué significan para vosotros estas piedras?", les responderéis: "Las aguas del Jordán fueron cortadas ante el arca del pacto de Jehovah. Cuando ésta cruzó el Jordán, las aguas del Jordán fueron cortadas, por lo cual estas piedras sirven de memorial a los hijos de Israel, para siempre."

Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6




 
Tipo de Archivo: PDF | Tamaño: MBytes | Idioma: Spanish | Categoría: Capacitación Ministerial
Información 


PREPARACIÓN DE SERMONES 
JOSUÉ 4:1-9
1 Cuando toda la gente acabó de cruzar el Jordán, Jehovah habló a Josué diciendo: 
2 -Toma del pueblo doce hombres, uno de cada tribu, 
3 y mándales diciendo: "Tomad de en medio del Jordán, del lugar donde están firmes los        pies de los sacerdotes, doce piedras, las cuales llevaréis con vosotros, y las pondréis en      el lugar donde habéis de pasar esta noche." 
4 Josué llamó a los doce hombres a quienes había designado de entre los hijos de Israel,        uno de cada tribu, 
5 y les dijo Josué: 
   —Pasad delante del arca de Jehovah vuestro Dios hasta la mitad del Jordán, y cada uno      de vosotros tome una piedra sobre su hombro, conforme al número de las tribus de los        hijos de Israel, 
6 para que esto sea señal entre vosotros. Y cuando vuestros hijos os pregunten en el              futuro,  diciendo: "¿Qué significan para vosotros estas piedras?", 
7 les responderéis: "Las aguas del Jordán fueron cortadas ante el arca del pacto de                Jehovah. Cuando ésta cruzó el Jordán, las aguas del Jordán fueron cortadas, por lo cual      estas piedras sirven de memorial a los hijos de Israel, para siempre." 
8 Los hijos de Israel hicieron como les mandó Josué: Tomaron doce piedras de en medio        del Jordán, como Jehovah había dicho a Josué, conforme al número de las tribus de los      hijos de Israel. Las llevaron consigo al lugar donde pasaron la noche y las colocaron allí. 
9 Josué también erigió doce piedras en medio del Jordán, en el lugar donde estuvieron los      pies de los sacerdotes que llevaban el arca del pacto. Y están allí hasta el día de hoy



Un plan para recordar la gracia de Dios 
JOSUÉ (4:1–9)

Tomad … doce piedras (2–3)
Es obvio que Dios quiere que los suyos recuerden las manifestaciones de su misericordia hacia ellos (cf. Gn. 28:18; 31:45–47; 35:14 y 1 S. 7:12, para otros memoriales similares). La Pascua era uno de estos memoriales, que se realizaba anualmente; y estas doce piedras servirían como una ayuda para la enseñanza de las generaciones futuras.

Este acontecimiento habría de ser recordado porque tenía un profundo significado religioso. Señalaba un nuevo nivel de profundidad de la dedicación de Israel. Habían estado dispuestos a abandonar su anterior apostadero (3:1); habían dispuesto permanecer tres días a orillas del Jordán sin medios visibles para cruzarlo (3:2); habían estado dispuestos a cruzar el río bajo las aguas amontonadas (3:16); habían estado dispuestos a empezar una cabeza de playa en territorio enemigo (3:17); habían captado la voluntad de Dios y habían obedecido (3:1). Habían entrado en la tierra prometida.

El hecho de que el Señor inspirase un memorial de este acontecimiento (4:1–3) sugiere que El quería que Israel tuviera siempre consciencia de Aquel a quien estaba dedicado como pueblo (3:5); y de que debían honrar siempre a Aquel a quien debían su liberación.

Dios quería que los testimonios respecto a El fuesen precisos. Así es que ordenó que el memorial se erigiera mientras los hechos estaban frescos en la memoria de todos los que habían participado (5). La construcción debía ser hecha por representantes escogidos de las doce tribus (4). Así sería realmente el testimonio personal de aquellos que habían recibido su gracia.

La estructura se compondría de cantos rodados del Jordán (5). Esas piedras serían un testimonio mudo de la sombra de la sombra de muerte que el pueblo de Dios había atravesado, con seguridad. La ubicación de este testimonio sería en el lugar donde habéis de pasar la noche (3); esta posición lo mantendría a la vista de sus hijos, de modo que éstos podrían escuchar frecuentemente la historia (6). Dios quería que las generaciones venideras estuvieran exactamente informadas (7).

El versículo noveno de esta sección sugiere que se erigieron dos memoriales (cf. 8–9). Josué también levantó doce piedras en medio del Jordán, en el lugar donde estuvieron los pies de los sacerdotes que llevaban el arca del pacto. La expresión hasta hoy (9; cf. 6:25) significa que en la época del autor de este relato podía verse el montón de piedras en el paso del Jordán (4:9); y que Rahab estaba viviendo entre los israelitas (6:25).

La significación de este segundo memorial es que dio representación a todo Israel en una situación de “antes” y “después”. C. H. Waller señala que “cada tribu estuvo representada por una piedra a cada lado del Jordán. Los dos montones de piedras representaban un Israel completo en el desierto y un Israel completo en la tierra prometida”. 

Dios los había sacado de Egipto con un tipo muy específico de liberación. Les había dado un segundo tipo de liberación a aquellos que se habían santificado y estaban dispuestos a obedecerle implícitamente. Para esas personas las promesas de Dios se volvieron realidad. Así fue como los que habían andado errantes por el desierto finalmente habían arribado a la tierra de la promesa.

Un monumento para recordar el evento
Josué 4:1–9. 
Toda nación o pueblo acostumbra erigir monumentos para recordar los acontecimientos más significativos de su historia. 

Esta costumbre permite que en cada caso se afirme la unidad nacional y la identidad de un pueblo. También facilita el desarrollo político y social que el presente inmediato y el futuro a mediano plazo exigen. Josué es consciente de este hecho, como lo demuestra el pasaje, y toma en cuenta cada detalle con el fin de ser lo más inclusivo posible, obedeciendo de esta manera la voluntad de Jehovah quien dio la instrucción precisa para la realización de este acto conmemorativo (v. 1).

Pidió que participara un miembro de cada una de las tribus, para erigir los dos monumentos, uno en medio del Jordán (v. 9) y otro en Gilgal (vv. 3, 20). La representatividad en estos dos monumentos destacó que las doce tribus estuvieron juntas en el desierto y entraron juntas a la tierra prometida.

La clase de monumentos que levantaron pertenece a un estilo muy común en los pueblos de la antigüedad. Las piedras reflejan la rudeza de los pueblos nómadas del desierto; su poca elaboración y la falta de lujo no disminuían la posibilidad de durar en la mente de los pueblos.

Permanece en el relato un espíritu de unidad y disciplina que evidencia un reconocimiento del liderazgo de Josué a través del acatamiento de todas sus órdenes. No hay refutación, ni resistencia, ni desgano frente al trabajo que implicaba trasladar las piedras “de en medio del Jordán” (v. 3a). Más bien, hay una disponibilidad total porque el ánimo está muy arriba después de reconocer la presencia milagrosa de Jehovah en la travesía.

Hay una intención pedagógica en la instrucción que da Josué (v. 7) a los doce hombres: Lo que se debe recordar no es solo el milagro de la detención de las aguas para dar paso al pueblo, sino que estas se abrieron “… ante el arca del pacto de Jehovah …” (v. 7b). De esta manera se da importancia al pacto y la fidelidad a éste como causa eficiente de las bendiciones recibidas, en esta ocasión en forma milagrosa.

La presencia del arca siempre quiere enfatizar la necesidad de recordar que es un pueblo del pacto, una comunidad comprometida con el Dios que los sacó de Egipto para hacer de ellos una nación grande. Su grandeza había de incluir cierta labor misionera: ser la nación que proclamaría salvación a todas las naciones.

No obstante, es oportuno hacer una aclaración: Si nos atenemos a la existencia de dos relatos en esta sección, es comprensible que más adelante (vv. 22, 23) no se dé el lugar principal a la presencia del arca, sino que allí solo se destaca la intervención milagrosa de Jehovah. Esto, sin embargo, no constituye una contradicción insalvable para la lógica y la congruencia del relato acerca del cruce del río Jordán. 

Puede ser considerado como énfasis que cada versión del evento da a un aspecto o al otro, como los énfasis que en la actualidad una denominación puede dar a alguna doctrina, con la diferencia que en este pasaje no se da lugar a contradicciones, como sí puede suceder con nuestros énfasis doctrinales. La importancia de los sacerdotes y su función cultual no interfieren con la afirmación de la acción directa y soberana de Dios en la vida de un pueblo.

CONFECCIÓN DE UN SERMÓN EXPOSITIVO CON JOSUÉ 4: 1-9

Semillero homilético
¿Qué significan estas piedras?
Josué 4:1–24
Introducción: 
Dos veces en este capítulo aparece la referencia a esta pregunta, ¿Qué significan estas piedras? (vv. 6, 21). En cada caso se da la hermosa respuesta del significado de las doce piedras que Josué colocó en Gilgal delante de todo el pueblo.

Podemos aprender que estos elementos memoriales o recursos nemotécnicos cumplen una función importante en el proceso de enseñanza y aprendizaje de los valores morales, religiosos y espirituales del pueblo del Señor. En nuestros días necesitamos enseñar a las nuevas generaciones el significado de ciertas celebraciones que nos recuerdan la acción amorosa del Señor para con su pueblo.

  I.      El Señor desea que sus grandes obras sean recordadas.
    1.    El Señor es quien ordena que se recojan doce piedras y se edifique un monumento              para que su actuación sea recordada, vv. 1–4.
    2.    Todas las tribus debían participar de la celebración, por lo tanto se escogió a una                  persona de cada una. La idea es que todos deben recordar los eventos magníficos               del Señor.
    3.    El monumento fue algo sencillo y con fines prácticos. No fue una pirámide hermosa              como las de Egipto, pues la intención no era exaltar una obra maestra construida por            el hombre, sino recordar un evento singular hecho por el Señor.

  II.      El Señor desea que enseñemos sus grandes obras a las nuevas generaciones.
    1.      Había que enseñarles que en ese lugar Dios había manifestado su gran poder.
    2.     Había que enseñarles el relato desde la salida de Egipto y las experiencias que el                 pueblo tuvo por el desierto hasta llegar a ese lugar.
    3.     Había que enseñarles los mandamientos y las instrucciones que Dios les daba para             que pudieran disfrutar las bendiciones de la nueva tierra.
    4.     Había que enseñarles que esa maravillosa historia debía darse a conocer “para                  que todos los pueblos de la tierra conozcan que la mano de Jehovah es poderosa                …” (v. 24).
    5.      Había que enseñarles esa maravillosa historia para que las nuevas generaciones                “teman a Jehovah vuestro Dios todos los días” (v. 24).

Conclusión, aplicación e invitación:
Aquellas piedras fueron sacadas del río y colocadas de tal manera que formaran un monumento sencillo con el doble propósito de ayudar a recordar la obra maravillosa del Señor y servir como recurso didáctico para la nueva generación.

Nosotros hoy hemos sido testigos de muchos actos maravillosos del Señor. Hacemos bien cuando buscamos maneras adecuadas de recordar esos eventos y también para ayudar a nuestros hijos a aprender de esas historias del poder de Dios.

Los monumentos que edifiquemos deben hablar del poder y la obra del Señor más que de nuestra capacidad para hacer el monumento. Quien debe recibir la gloria y el honor es el Señor, no nosotros.
DOWNLOAD HERE>>>

No hay comentarios:

https://story.ad/site/file_download/smartpublicity1467919561neTNIrOs.html