Matrimonios Fuertes


LA BIBLIA DICE - CLAUDIOXP GROUP

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ESTUDIO I

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Queridos amigos casados:

Por un tiempo he estado con la impresión de que debería estar compartiendo con una nueva generación de parejas jóvenes los principios claves para el matrimonio cristiano con el fin de honrar a Dios por medio de familias ejemplares aquí en Latinoamérica. En verdad, pocos han aprendido los patrones bíblicos de sus padres, pocos han tenido una situación buena en su trasfondo familiar. Puesto que la tendencia natural es repetir la experiencia, hay que enseñar nuevos modelos bíblicos para que la siguiente generación (los hijos) no sufra los mismos daños. Este es el fin que pretendo al enviar estas charlas para mis amigos casados.
 
¿QUÉ  ES  EL  MATRIMONIO  CRISTIANO?
Hay mucha confusión sobre este concepto. No hay matrimonio cristiano si sólo uno es cristiano. No puede ser porque Dios ordena a los cristianos no juntarse con incrédulos en ningún tipo de "yugo". Un matrimonio entre creyente e incrédulo sería un yugo desigual e inservible (II Corintios 6:14). En el Antiguo Testamento Dios dio ordenanzas que simbolizan esta realidad:  no enyugar buey con burro, y no mezclar lana con lino (Deuteronomio 22:10,11). Ni tienes que preguntar a Dios sobre Su voluntad en cuanto a celebrar matrimonio con un incrédulo, pues es claro que no es Su voluntad. Hay quienes afirman que "Dios me dirigió a casarme con uno que no creía para poder ganarle después". Lo que sí es cierto en tal caso es que el cristiano va a tener problemas con su "suegro espiritual", ¡el diablo! (Juan 8:44; I Juan 3:8).
El casamiento de dos cristianos tampoco forma automáticamente un matrimonio cristiano. Un matrimonio cristiano se compone de dos discípulos de Cristo que están obedeciendo Sus mandamientos y permaneciendo en Sus palabras (Juan 8:12,31,32; 14:21-23; 15:5-10). Los discípulos en Antioquía fueron los primeros en ganarse el apodo "cristiano". ¡Sus vidas se parecían tanto a la doctrina que predicaban acerca de Cristo que la gente les llamaba "pequeños Cristos"! Un matrimonio cristiano está basado en un mutuo acuerdo sobre quién es la Cabeza o Señor de todo, a quién van a obedecer en todo lo que hagan. "¿Pueden dos andar juntos si no estuvieren de acuerdo?" (Amós 3:3). ¿Es tu matrimonio "cristiano"?  Propongo cuatro pruebas para que puedas evaluarlo.
    1. ¿Tienes lectura y/o estudio bíblico y oración regular con tu pareja? Recuerda que son condiscípulos en la escuela divina. Necesitan escuchar y conversar con Dios diariamente. Estos tiempos tienen que ser sinceros, no metódicos, aburridos o formales, sino con mucha honestidad y transparencia. Una pareja que busca todos los días a Dios con el propósito de alabarlo y agradarlo forma una fortaleza espiritual donde el enemigo difícilmente podrá penetrar para causar problemas. 2. Cuando hay un problema, ¿a quién acuden? Van con un vecino o un amigo para conseguir consejo o comprensión? ¿Buscan consejos de un psicólogo o abogado?  ¿Tratan de aguantar el problema con la vaga esperanza de que se resuelva solo?  Un matrimonio cristiano va primero a Cristo, su Cabeza y Señor. Consulta Su Palabra. "¿Qué quieres que yo haga?" (Hechos 9:6; 22:10). Conversa con El sobre todos los aspectos, pidiendo Su enseñanza y guía (Santiago 1:5; Filipenses 2:12,13).  Luego, si no pueden  resolverlo, van con un consejero cristiano maduro para conseguir ayuda.
    3. ¿Cuál es la norma más alta para la conducta y el estilo de vida que tienen?  ¿Lo que el mundo acepta? ¿Lo que dicen los psicólogos o autores de libros populares? ¿Lo que no les remuerde la consciencia? ¿Lo que hacen otros cristianos? ¿O lo que juntos han encontrado en la Palabra de Dios y han confirmado con El en la oración?  Un matrimonio es cristiano sólo si lleva la vida personal, matrimonial y de familia a la luz de las enseñanzas de Cristo. Tiene que estar dispuesto a ser diferente, rompiendo con los moldes culturales, los patrones viejos y las enseñanzas de "expertos" del mundo cuando estos están en oposición a la Palabra de Dios.  No es posible unir conceptos bíblicos con anti-bíblicos y tener éxito. Por esto Cristo enseñó que el vino nuevo de Su Reino no podría ponerse en odres (cueros) viejos que no se estirarían ni permitirían la fermentación de conceptos nuevos; tampoco podría coserse la tela nueva de Sus enseñanzas en una tela vieja que no permitiría el encogimiento necesario de las nuevas formas de vida (Lucas 5:36-38).
       
    4. ¿Cuál es el propósito de su matrimonio? ¿Ayudarse mutuamente? ¿Tener una vida feliz y satisfactoria? ¿Lograr algún sueño? ¿O es el de glorificar a Dios juntos, buscando primero Su Reino y Su justicia? Esta es la única vida que Cristo llamaría "cristiana" en lo individual o en un matrimonio (Mateo 6:33; I Corintios 10:31; Colosenses 3:17).  Un matrimonio cristiano busca hacer la voluntad de Dios.  Su petición es "Vénganos tu Reino.  Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra" (Mateo 6:10). El Reino es más importante que la felicidad. La voluntad de Dios es más importante que las posesiones. El matrimonio cristiano quiere servir a Dios.  Pone todo lo demás en segundo lugar para poder amar a Cristo m ás que todo (Lucas 14:26,27,33; Mateo 10:34-37).
¿Es tu matrimonio verdaderamente cristiano?  No te engañes.  No puede ser un éxito ni fructífero para Dios si no está basado en el discipulado. Todos los problemas de la humanidad han resultado del pecado de Adán y Eva cuando decidieron desobedecer la Palabra de Dios. La Biblia es el "Manual de la Vida" y enseña cómo funciona un matrimonio cristiano. Si quieres que tu matrimonio sea cristiano, tú y tu pareja tienen que involucrarse seriamente con el Espíritu Santo en el estudio con aplicación de las Escrituras y la oración para conseguir la gracia y la misericordia necesarias para vivir la vida conyugal cristiana (Lucas 6:46-49; Hebreos 4:16).
Si tu matrimonio no es todo lo que quisieras, podrías hablar con tu pareja y probar este patrón nuevo por un tiempo. Tendrán que ayudarse para no olvidar sus propósitos, perdonarse y empezar de nuevo cuando fallan. ¡Dios les ayudará!
Ojalá que te haya gustado este primer número de Fundamentos para la Familia Cristiana.  Mejor sería una charla abierta pero la distancia hace necesaria esta forma de comunicación. Me gustaría mucho oir tus ideas y preguntas sobre estas cosas si tienes tiempo para escribirme.

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ESTUDIO II

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Pensemos más sobre el tema porque hay que poner los fundamentos bien firmes antes de tratar de construir encima un edificio duradero para la gloria de Dios.

¿Qué tenía el Creador en mente cuando hizo la primera pareja en el huerto del Edén? Lee el relato en Génesis 2:18-25 y verás que el propósito primordial fue el compañerismo. No era bueno que Adán estuviera solo. Le hacía falta una ayuda idónea.  Dios hizo al hombre con la necesidad de una compañera que le ayudara. Lo dejó vivir solo por el tiempo suficiente para darse cuenta de su soledad y necesidad, y luego hizo a Eva para que le acompa ñara.
Para lograr este propósito del compañerismo en el matrimonio, debe haber un compromiso permanente de parte de los esposos para formar una unión de esfuerzos, un complemento de papeles y roles para trabajar en equipo. La unidad de la pareja exige una libertad de otros compromisos y lealtades competidoras para poder formar la ilustre equación 1+1=1. Por eso en las ceremonias de boda se prometen tantas cosas hasta que la muerte los separe.  Esto era lo que Dios quería. ¿Ha cambiado El Su plan? "¿Acaso ignoráis, hermanos (pues hablo a los que conocen la ley), que la ley tiene jurisdicción sobre una persona mientras vive? Pues la mujer casada está ligada por la ley a su marido mientras él vive; pero si su marido muere, queda libre de la ley en cuanto al marido. Así que, mientras vive su marido, será llamada adúltera si ella se une a otro hombre; pero si su marido muere, está libre de la ley, de modo que no es adúltera aunque se una a otro hombre" (Romanos 7:1-3). El plan de Dios no ha cambiado.  Lo que ha cambiado es la cultura.
¿Vale la pena cumplir la voluntad divina? El matrimonio verdaderamente cristiano es un testimonio fuerte en un mundo donde cada día hay más divorcios, mayor infidelidad y gran infelicidad en los hogares. Contrario a esto, un buen matrimonio es criadero de niños estables y espirituales, hay mejor salud física y mental en todos los miembros.  Impacta sobre el clima moral del vecindario y es una influencia positiva en la sociedad.  Produce lo que todos buscamos, la paz y el gozo de la seguridad, porque Dios mismo pone Su sello de aprobación sobre tales hogares.
¿Cuáles son las consecuencias de no tener un matrimonio duradero? En lo íntimo habrá un vacío que no se puede llenar ni siquiera con "amantes"; una frustración consigo mismo y con otros; el temor de ser lastimado otra vez; y más que todo, un sentimiento de culpabilidad ante Dios. Hay resultados trágicos en terceras personas: los hijos siempre llevarán heridas emocionales profundas; la familia extendida sufre desilusión; los amigos y compañeros carecen de un buen ejemplo y la enseñanza práctica para salir de sus malas situaciones; y el Espíritu de Dios está contristado por todos los pecados y conflictos entre cónyuges. Terrible, ¿verdad? ¡Qué tristes frutos del árbol que Dios quiso que diera manjares muy ricos!
Nadie quiere lo malo. Todos piensan que su matrimonio será un éxito. ¿Cómo podemos evitar los resultados nefastos de un fracaso matrimonial? Poniendo buenos fundamentos, afirmando las cosas esenciales, y luego creciendo, edificando encima.
El primer mandamiento para el matrimonio tiene tres pasos: "Dejará...se unirá...serán una sola carne" (Gén. 2:24). El diablo está atacando como nunca este concepto. Tal como lo hizo con Eva en la tentación de comer la fruta prohibida, está desafiando la Palabra y la voluntad de Dios. Dice: "Tonterías anticuadas; no son ciertas; hay que ser feliz ante todo." Es por esto que el único que puede lograr un matrimonio verdaderamente cristiano es el discípulo que toma en serio la Palabra de Dios. El dice, "Si Dios lo dice, es lo mejor. Lo que El manda es para mi bien. Lo que El prohibe es para evitarme problemas.  Voy a obedecerle." La voluntad de Dios es buena, agradable y perfecta. Para experimentarla, tenemos que estar dispuestos a no conformarnos a los principios de este mundo, sino transformarnos por la renovación de la mente, o sea, dejar que la Palabra de Dios rehaga nuestra manera de pensar (Rom. 12:2). Es una reprogramación de nuestra manera de pensar a la de Dios.
¿Cómo entendemos el primer paso - "Dejará el hombre a su padre y a su madre"? Hay que separarse de los padres para lograr espacio y autonom ía en tres áreas:
    1. Geográficamente. ¿Por qué? “Es más económico, y no tenemos muebles todavía." Porque cada matrimonio tiene una sola autoridad establecida. No admite dos o tres autoridades. Vivir en la casa de suegros es entregar la autoridad final al suegro. No es necesario irse a otra ciudad pero si salir de la casa y la autoridad paterna antigua para lograr un matrimonio cristiano donde la pareja está bajo la autoridad de Dios. 2. Económicamente. No debería haber una dependencia económica de los suegros. No quiere decir que ellos nunca deben ayudar a la pareja en su nueva vida ni darles cosas, sino que el esposo debe aceptar la responsabilidad de su esposa e hijos. Si no hay suficientes ingresos, no deben casarse todavía. ¿Por qué? Porque el que paga tiene todo el derecho de mandar, y el esposo pierde autoridad y respeto. ¡Cuidado con los préstamos también! El deudor termina siendo esclavo del que le presta (Pro. 22:7). Tú y tu cónyuge no tienen que empezar la vida con todas las comodidades. Recuerda que los padres han pasado 20 años o más provisionando su casa. Es una aventura de fe empezar con poco y adquirir poco a poco lo que se necesita con la ayuda y bendici ón de Dios.
    3. Emocionalmente. Hay que separarse de una dependencia emocional de los padres para poder vivir como adultos en la familia nueva. No es un abandono ni un rechazo de ellos, sino una entrega mutua de la nueva pareja a satisfacer sólo en el cónyuge,  sus necesidades emocionales.
El segundo paso es "se unirá a su mujer..." Esta unión es legal, duradera y práctica. La sociedad demanda un pacto legal para los que forman familias para darles el apellido familiar. Aunque esa misma sociedad permite el divorcio, los consejeros seculares reconocen que los problemas de la desunión causan situaciones desagradables y costosas. El cristiano no debe ni permitirse el lujo de ni siquiera pensar en la posibilidad de un divorcio como solución de sus problemas.  Cristo dijo: "...lo que Dios ha unido, ningún hombre lo separe" (Mc. 10:9). La disciplina práctica de vivir juntos en armonía requiere del amor AGAPE para unir bien en una pareja fuerte a dos individuos con sus diferentes personalidades, tempera-mentos y necesidades. Esa unión es divina y por lo tanto inviolable sin sufrir daños serios.
El tercer paso, "...y los dos serán una sola carne", se refiere al aspecto sexual de la relación. No es sólo una necesidad biológica para la procreación, es una necesidad psicológica para la unidad más estrecha que puede existir entre dos almas. Obviamente el modelo bíblico habla de la unión entre un hombre y una mujer. El homosexualismo y el lesbianismo siempre han estado fuera de la voluntad de Dios (Gén. 19; Lev. 20:13; Jueces 19; Rom. 1:23-32). Para El es abominación.  En otra carta seguiremos con el tema del sexo.
Bueno, es mucho en que pensar. Pero es fundamental para cumplir la voluntad de Dios. Proponte a obedecerle con una unión permanente y sólida para Su gloria.
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ESTUDIO III

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¿Cómo va tu vida devocional? Para evaluarlo, usa una escala de 0 a 7 y califícate en estas áreas básicas. Usa como referencia la semana pasada y date un punto por cada día que cumpliste la meta.

Tiempo diario en oración para adorar y cubrir las peticiones personales y de mi familia y grupo.
ESPOSO ____ESPOSA____
   
Lectura de la Biblia diariamente.

ESPOSO ____ESPOSA____
Compartir algo de la Palabra con mi cónyuge cada día.
ESPOSO ____ESPOSA____
Oración con mi cónyuge.
ESPOSO ____ESPOSA____
Total  ESPOSO _____
Total ESPOSA  _____

    
Pocos sacan un total de 25 o más puntos por semana, pero el total es un indicio de cómo está actualmente la vida devocional. ¿Por qué es esto tan importante para un matrimonio? Cuando desarrollamos una vida devocional regular en lo individual y como pareja, los problemas suelen resolverse y hay un ambiente propicio para el servicio del Reino de Dios.  Si se cumple sólo en lo individual, habrá menor armonía y efectividad. Si sólo uno de los cónyuges lo cumple, habrá aún menos posibilidades. Si ninguno lo hace, hay poca o nada de esperanza. El nivel espiritual de tu hogar es proporcional a la cantidad y la calidad de tiempo pasado con Dios en devoción y oración.

A veces nos olvidamos de este principio, y quiero exhortarte a ser fiel e íntegro en tu vida devocional ante todo lo demás. Múestrame un "buen" matrimonio cristiano y te mostraré este secreto. Es como las raíces de un árbol. No se ven pero son el sostén de todo lo demás. Si conoces un matrimonio sin problemas que no tiene esta característica, te diré que es una ilusión temporal, hay una bomba de tiempo que tarde o temprano explotará.
Es imprescindible que los esposos busquen la calidad de la vida espiritual como individuos y como pareja. En los dos pasajes donde Pablo enseña los roles de los esposos, empieza su presentación con una enseñanza sobre la vida espiritual. En Efesios 5 nos enseña a andar en amor y luz para no ser como los que no conocen al Señor. En el vs. 18 subraya la necesidad de ser llenos del Espíritu de Dios. En el vs. 21 habla de una mutua sumisión unos a otros. Y en seguida nos habla sobre la vida matrimonial, familiar y laboral (5:22-6:9).
En Colosenses 3 dice que tenemos que morir con Cristo para poder vivir la vida resurrecta, matando las cosas viejas, despojándonos del viejo hombre, y poniéndonos el nuevo con todo el fruto del Espíritu Santo. En vs. 16 manda que la Palabra de Cristo more en abundancia en nosotros. Entonces enseña cómo debemos hacerlo todo en el Nombre de Cristo y habla de los deberes del matrimonio, la familia y el trabajo.
La vida devocional y la vida espiritual en la llenura del Espíritu se relacionan, se asemejan, se complementan. Son inseparables si son verídicas. Me refiero a la auténtica devoción y plenitud del Espíritu que Pablo compara en Colosenses y Efesios y que producen la misma clase de vida de alabanza y comunicación edificante. La vida devocional se logra por la espiritual, la vida espiritual se mantiene por la devocional.
Es esencial aprender a caminar en el Espíritu para poder hacer la voluntad del Señor. El Espíritu de Jesús está en todos los cristianos verdaderos (Romanos 8:9) y quiere llenarnos, controlarnos, dirigirnos, ayudarnos; o sea, quiere darnos el deseo y el poder para obedecer a Dios (Fil. 2:13; 4:13). No es tan "difícil" vivir así pero hay que evitar dos errores para poder ser llenos del Espíritu.
    1. No entristecerle (Ef. 4:30). El contexto (vs. 20-32) de este mandamiento aclara que lo que le entristece es el pecado de la carne no crucificada. El pasaje es un pequeño catálogo de las cosas de la carne:  mentiras, ira, robo, malas palabras, etc. - mismas que debemos quitarnos; y de las cosas del Espíritu que debemos ponernos: verdad, trabajo honesto, generosidad, palabras de gracia, perdón. La cruz es esencial para despojarnos del viejo hombre y vestirnos del nuevo.  Ejemplo: se quita la mentira y se viste de la verdad. 2. No apagarle (I Tes. 5:19). "Apagar" en el Nuevo Testamento siempre se usa con respecto al fuego. Una vida llena del Espíritu es fuego. El fuego puede ser apagado de tres maneras: quitar el calor, el oxígeno, o el combustible. En I Tes. 5:12-24 el calor es el ministerio de "unos a otros", la comunión de cristianos (vs. 12-15).  El oxígeno es la vida interna de gozo, oración y fe que el cristiano ha de practicar sin cesar en toda situación (vs. 16-18). El combustible es la Palabra de Dios que debemos oir, estudiar y aplicar a la vida (vs. 20,21). La obra del Espíritu puede ser apagada por la negligencia del compañerismo, de la oración, o de la Palabra de Dios, o sea, la vida devocional en grupo y personal.
¿Tienes problemas en cumplir con tus deberes en el matrimonio, el trabajo, la escuela? ¿Estás llenándote del Espíritu, o estás apagándole o entristeciéndole? Esto es básico para todo lo demás.
Gálatas 5:16 indica cómo vivir esta llenura de día en día. Una paráfrasis reza: "Anda en el Espíritu y no darás rienda suelta a tu carne." ¿Qué es andar en el Espíritu?  Es andar conforme a El, de acuerdo con El (Rom. 8:5-13). ¿Cómo podemos saber qué quiere el Espíritu?  Hay que pensar en Sus cosas y ocuparnos de El (vs. 5,6). ¿Cómo logramos esto? Volvemos a la vida devocional donde aprendemos la verdad, o sea, la mente de Dios, cómo Dios piensa acerca de las cosas de la vida. Luego, cuando llevamos a la práctica lo que hemos visto de Dios y Su voluntad, estamos andando conforme al Espíritu Santo.
En Juan 7:37,38 Cristo nos invita a venir a El (vida devocional) y beber de El (usar la fe y obediencia) cuando estamos sedientos (hay una necesidad o una oportunidad de servirle). El resultado es que el Espíritu Santo correrá de nuestro ser como ríos de agua viva. En Lucas 11:13 Cristo enseña que debemos pedir esa llenura de Su Espíritu. Hay que llenarnos de El antes de actuar si queremos ser como El.
   
No puedo garantizar que si tienes un tiempo devocional, vas a ser lleno del Espíritu y no tendrás ningún problema matrimonial. Pero sí te garantizo que estás poniendo los cimientos para luego edificar todo lo que tú quieres, y más importante, lo que Dios quiere, para tu vida y tu matrimonio. Vale la pena dar prioridad a este aspecto de tu vida cristiana si de veras quieres un matrimonio bueno delante de Dios. Es inútil hablar de hacer grandes cambios si no estás dispuesto a cambiar en algo tan básico. No hay otro camino, amigos míos. No seamos Martas demasiado ocupadas sino Marías que escogen lo más importante: estar con Cristo.

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ESTUDIO IV

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