sábado, 4 de abril de 2015

Se nos ha olvidado el motivo de Dios por el cual llegamos hasta donde estamos: Dios nos presenta el bosquejo de nuestra vida

Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6


 
 
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La Compasión de Jehová
Zacarías 1:7–21
¿Cómo responde usted al enfrentarse a una iglesia que anda en el desierto? Cuando todo el mundo vive en aridez espiritual y parece obvio que Dios no prospera la obra porque la situación no está bien, ¿qué se puede hacer? ¿Debemos darnos por vencidos y escapar, o quedarnos y pelear contra los demás? ¿Cuál será la reacción indicada?
Zacarías tuvo que enfrentarse a este problema con Israel. El pueblo había estado en un desierto espiritual por más de setenta años, pero Dios había reunido un remanente de más de 42,000 personas para llevarlos a la tierra de nuevo y ser restaurados. Sin embargo, pronto perdieron la visión. Construyeron sus propias casas y empezaron a reconstruir sus vidas en la tierra prometida pero se les olvidó la razón principal, el motivo por el cual Dios les había llevado allí.
Durante más de quince años, el remanente que había regresado permaneció en esa condición. Aunque Zacarías no nos indica qué estaba haciendo personalmente durante ese tiempo, como vocero fiel de Dios, podríamos suponer que estaba inquieto por esa situación y probablemente intercedía continuamente frente a Dios por causa de la poca visión de su pueblo. A pesar de su inquietud e intercesión, Zacarías no había visto ningún resultado durante estos quince años.
Finalmente, Dios le respondió por medio de una serie de ocho visiones nocturnas (1:7–6:8) en una sola noche. Se debe observar que se emplea la expresión “vi” en lugar de “soñe”, pues esta fue una visión, no un sueño. Por medio de ellas, Dios presenta el bosquejo de Su programa para Israel desde la edificación del templo hasta el reino milenial.
EL VARON ENTRE LOS MIRTOS 1:7–17
La primera se presenta como una introducción a las siguientes. Zacarías estaba inquieto porque observaba la condición desolada del pueblo y notaba que nadie más se preocupaba. Tanto las naciones paganas en derredor como el mismo pueblo de Dios estaban contentos.
Dios utiliza la visión del hombre entre los mirtos para comunicarle que El está consciente de la situación, El sabe cómo están y promete restaurarles. Las otras siete visiones trazan el programa divino para realizar la renovación del pueblo.
La visión del varón entre los mirtos reconoce la condición de Israel, que en ese tiempo se hallaba caído y esparcido, y les promete salvación. Su mensaje se presenta en breve en las palabras de consolación al final (1:14–17). Se les asegura del amor de Jehová para ellos y les promete que El manifestará Su amor al restaurar y prosperar a Jerusalén. La profecía se refiere a una acción inmediata en ese tiempo, pero también, a la restauración final.
Esta promesa sirve para presentar la idea principal del libro, la cual debe motivarles a colaborar en la reconstrucción del templo, conforme al propósito inmediato de Dios. Se incluye como parte de ella la afirmación: “En ella será edificada mi casa” (1:16).
Descripción de la Visión 1:7–11
Los indicios que el autor da acerca de la fecha de la primera visión, la relacionan con el gobierno pagano de Persia. Se puede deducir que la recibió durante el tiempo de los gentiles después del ministerio revelado de Hageo, durante la edificación del templo (7a). Zacarías se presenta como el destinatario de esta visión. El mensaje no proviene de él, sino que es una revelación que Jehová le envió (7b).
El personaje principal en la visión es un hombre montado sobre un caballo alazán. Aunque se discute la identidad del varón, lo más probable es que se trata del Angel de Jehová. La evidencia principal a favor de ello, es el énfasis que se le da como figura central. Zacarías se fija en él antes que en todos los participantes de la escena de los mirtos (8).
El caballo estaba en medio de los mirtos, que representan la nación de Israel. El Angel de Jehová estaba en medio de ellos para manifestar Su relación con ellos. Los mirtos estaban en la “hondura”. La raíz de la palabra en el idioma original se refiere a un abismo o a la profundidad del mar y aquí se utiliza para presentar el cuadro del profundo estado de pecado y humillación en el cual Israel se hallaba metido.
Detrás del Angel de Jehová está un grupo de hombres montados a caballo. No se hace referencia específica a los hombres, para no distraer la atención del personaje principal. El color de los caballos es significativo. El alazán representa la venganza de sangre o juicio. No se tiene el significado exacto de la palabra traducida “overo”. Parece referirse a la mezcla de los dos colores mencionados en los otros caballos. El blanco se utiliza para denotar victoria y gloria.
Así que los caballos alazanes demuestran que el Señor castigará las naciones paganas que han maltratado a Su pueblo. Los overos indican que el juicio estará mezclado con Su misericordia. Los caballos blancos hacen referencia a Su victoria sobre el mundo entero. Estos elementos específicos de la visión en sí se encuentran elaborados en la explicación que da el profeta.
Zacarías quiere saber el significado de la visión y el ángel promete enseñarle lo que significa (9). Primero se le explica la comisión que el contingente había recibido: se les envió para rondar la tierra (10). La palabra empleada es una expresión militar que describe una patrulla enviada a reconocer las condiciones existentes más adelante para facilitar la planificación de movimientos futuros. Jehová no tiene que enviar un grupo semejante para conocer las actividades en la tierra, pero la visión demuestra que Dios ha recogido la información necesaria para mantenerse al tanto de los eventos en todo tiempo. La patrulla representa los agentes divinos que recogen estos datos.
Se le informa que toda la tierra está reposada y quieta; está en paz (11). Sin embargo, esta condición va en contra de la normalidad. Contradice también la profecía anunciada en Hageo 2. Se había profetizado poco antes que habría una conmoción de naciones. Esta profecía no se había cumplido.
El reinado de Darío empezó así, pero él logró tomar control del imperio y todo quedó quieto. No era el tiempo todavía para el cumplimiento de esta promesa porque Israel no estaba listo todavía.
El informe fue inquietante porque aunque la tierra estaba tranquila, Israel no estaba en control de su tierra. El hecho de esta quietud indicaría que Dios no había realizado Su plan para la restauración de Israel. Tal situación traía tristeza a la nación y le dio al Angel de Jehová la oportunidad de interceder a favor de Su pueblo.
Intercesión por Causa de la Visión 1:12
Frente a la tranquilidad de las naciones paganas y el incumplimiento aparente de la promesa de Dios, el Angel de Jehová intercede por Israel delante del Padre, pidiendo Su misericordia para con el pueblo. Espera la hora cuando de nuevo Dios verá a Israel con afecto y cuando ya no esté enojado con ellos.
Al notar que el Angel de Jehová se presenta como Dios mismo en el Antiguo Testamento y que aparece aquí intercediendo por Su pueblo, nos da idea de un paralelismo con la obra intercesora del Señor Jesucristo a favor de nosotros (Romanos 8:34; 1 Timoteo 2:5; Hebreos 7:25; 9:24; 1 Juan 2:1). Nunca se hace ciego en cuanto a nuestro pecado, pero intercede en base a Su propia obra y misericordia.
¡PENSEMOS!
Considere el paralelismo mencionado entre la intercesión del Angel de Jehová y la obra intercesora de Cristo a favor de nosotros. Haga una lista de las semejanzas entre estas dos obras.
¿Por qué se mencionó esta obra a estas alturas en el libro de Zacarías? ¿Qué quería lograr Dios en la vida de ellos? ¿Qué diferencia debe producir la obra intercesora de Cristo en nuestra vida hoy?
Proclamación en Base a la Visión 1:13–17
Respuesta de consuelo 1:13
Dios respondió a la intercesión del Angel con palabras que se consideran buenas y consoladoras (13). Las palabras de consuelo que se le dan al Angel se encuentran en el siguiente mensaje que Zacarías debía proclamar al pueblo. La intercesión del Angel se presentó a favor de Su pueblo y ellos debían recibir la respuesta de Dios por medio del mensaje que el profeta proclamaba.
Actitud de Jehová en cuanto a Su pueblo 1:14
Jehová tiene celos por Jerusalén. Esta actitud muestra el gran amor e interés de Dios a favor del pueblo. Aunque El ha utilizado las naciones paganas para disciplinarlos a causa de su desobediencia, todavía les ama y espera renovar Su comunión con ellos. Dios nunca ha renunciado a este deseo. El sigue manifestando lo mismo hoy día.
Se observa que el motivo de la disciplina que el Señor envió contra Israel fue precisamente por su amor para ellos. Dios, como Padre que ama a Sus hijos manda Ia corrección indicada para el bien de ellos. De la misma manera actúa para con nosotros, nos corrige porque nos ama buscando siempre lo mejor.
DIOS NO HA RECHAZADO A ISRAEL
SINO QUE ESTA INTERESADO
EN SU BIENESTAR
Actitud de Jehová en cuanto a las naciones paganas 1:15
El enojo extremo de Jehová con esas naciones se manifestó claramente. Se esperaba que al darse cuenta de ello, se arrepentirían y corregirían su camino. Sin embargo, rehusaron la disciplina y así se hicieron acreedores al juicio divino, Vivían tranquilamente sin ninguna preocupación, no les interesaba lo que Dios pensara ni hiciera. No le tomaron en cuenta. Por lo tanto, El les castigaría.
El contexto indica que su falta principal tenía que ver con el maltrato que habían dado al pueblo de Dios. El plan de Dios fue utilizar estas naciones paganas para corregir a Israel. Sin embargo, las naciones tenían sus propios intereses. Se les pasó la mano y buscaban la destrucción de Israel y su Dios. Es por eso que el Señor tuvo que intervenir y demostrar que El es el Soberano del universo, pero al ser ignorado por ellos, tuvo que juzgarles.
Promesa de Jehová en cuanto a Israel 1:16–17
Motivado por Su amor hacia Israel y el enojo contra las naciones, Dios empezó un programa de restauración para Su pueblo que incluía el castigo de sus enemigos. Las actitudes de Dios produjeron una respuesta que resulto en acción.
La restauración se basa en la manifestación de la misericordia de Dios hacia Jerusalén. El templo y la ciudad serían reconstruidos. Esta bendición de Dios sobre ellos, resultaría en la obediencia para edificar el templo. Prosperidad, consuelo y bendición serían la herencia de Israel traídas por la compasión de Dios.
DIOS HA DISEÑADO
UN PLAN PARA RESTAURAR
Y BENDECIR A ISRAEL
El mensaje de esta primera visión y de todo el libro se encuentra resumido en la proclamación de Zacarías al pueblo. Se presentan tres mensajes distintos con objeto de traer consuelo a Israel:
1.     El amor de Dios (14).
2.     El juicio de las naciones paganas, a pesar de las apariencias (15).
3.     La restauración de Israel (16–17).
3 eventos futuros (16).
(1)     Regreso de Jehová a Jerusalén con misericordia.
(2)     Reconstrucción del templo.
(3)     Reconstrucción de Jerusalén.
3 condiciones futuras (17).
(1)     Prosperidad y expansión.
(2)     Consuelo para Sión de parte de Jehová. Salvación de sus enemigos. Ayuda en sus necesidades.
(3)     Elección de Israel de parte de Jehová. Aceptación como el pueblo elegido de Dios.
Aunque esta visión tiene que ver directamente con el plan de Dios para Su pueblo Israel, Su naturaleza, que nunca cambia, y Su relación con el pueblo hoy, demuestran que podemos aprender algunas lecciones para nuestra vida también. Entre otras, podemos observar la grandeza del amor de Dios para con ellos. Aun cuando andemos en un desierto espiritual, lejos de Dios, El nos ama y busca nuestro bien.
Zacarías, quien probablemente había intercedido por el pueblo durante más de quince años, mientras estaban desinteresados en la voluntad de Dios, recibió lo que pedía y se dio cuenta de que siempre había estado intercediendo junto a él el Angel de Jehová. Dios tenía mayor interés que el profeta en restaurar Su pueblo. No debemos darnos por vencidos; podemos confiar en la fidelidad de Dios para llevar a cabo Sus propósitos en relación con Su pueblo.
El hombre que busca la voluntad del Señor, tiene una perspectiva distinta a la de los demás; observa verdades que los demás no logran comprender. Desafortunadamente, el que recibe esta clase de revelación muchas veces la recibe a solas, pues no existen muchos que busquen esa comunión con Dios.
A pesar de las apariencias en contra, Dios está controlando todo. El tiene un plan para el futuro de Su pueblo y nadie puede evitarlo. Más vale averiguar Su plan y colaborar con El en su realización; los que se opongan sufrirán juicio.
¡PENSEMOS!
Estas lecciones, y tal vez alguna otra que usted ha observado en este pasaje, deben animarnos a someternos a Dios y a Su plan para nuestra vida también. Repase una vez más la visión y los principios observados. Identifique alguno de estos que usted debe aplicar en su propia vida. ¿Qué pasos debe tomar para poner en práctica la lección aprendida?
CUATRO CUERNOS Y CUATRO CARPINTEROS 1:18–21
La visión de los cuatro cuernos y cuatro carpinteros presenta a los reyes paganos que Dios utilizó para conquistar a Israel, quienes se enfrentan a cuatro salvadores que Dios utilizaría para rescatar a Israel y castigar a sus enemigos.
Cuatro Cuernos 1:18–19
El cuerno es el símbolo de poder. Este significado se deriva de los toros y otros animales cuya fuerza reside en sus cuernos (Miqueas 4:13; Daniel 8:3–4). Representan a las naciones poderosas que habían esparcido a Israel: probablemente Babilonia, Persia, Grecia y Roma (Daniel 2 y 7).
Cuatro Carpinteros 1:20–21
La palabra empleada para introducir los cuatro “carpinteros” podría referirse a cualquier artesano que trabaja con madera, piedra o metal y son los intrumentos que Dios utiliza para despedazar los cuernos. Si los cuatro cuernos representan las naciones mencionadas antes, históricamente se pueden identificar los cuatro carpinteros como sigue:
Nación fuerte:
Instrumento que destruye:

Babilonia
Persia
Persia
Grecia
Grecia
Roma
Roma
Cristo

(o Galia)
Algunos comentaristas creen que el último carpintero sería la nación que provocó la caída de Roma, es decir, Galia. Sin embargo, se debe notar que estas visiones no contemplan el rechazo de Cristo en Su primera venida. El programa se presenta tal como habría sucedido si Israel hubiera escuchado la advertencia de 1:1–6. Daniel también atribuye su destrucción al ministerio del Mesías. Por eso, parece mejor considerar la caída del imperio romano como una manera de pasar su dominio a las naciones posteriores, que todavía mantienen el poder en el mundo y que serán organizada antes de que Jesús regrese. Ese gobierno será destruido por la obra del Mesías.
En realidad, no importa tanto la identificación específica de cada nación, porque existen diferencias de opinión al respecto; lo más importante es el mensaje de esta visión. Dios ha elegido los instrumentos para controlar a Israel. Sin embargo, para cada uno de ellos, El levantará otro que lo destruirá y al final salvará a Israel de los enemigos que quieren destruirle.
Aun cuando vengan los enemigos del pueblo de Dios para dispersarles, Dios manifiesta Su control de la historia. Para cada enemigo, El tiene preparada una salida. Nadie puede tocar a Su pueblo y salir ileso. Las naciones que se sentían cómodas y en paz (1:11), serían aterrorizadas y derribadas.
DIOS NO HA SIDO DERROTADO.
QUIENES SE OPONEN
A SU PUEBLO RECIBIRAN
LA RECOMPENSA INDICADA.
El caso de Israel en aquel tiempo, se aplica al pueblo de Dios hoy en día también. Dios ama a la iglesia. Quien quiera hacerle daño tendrá que enfrentarse con el Señor, quien se encarga de defender a Sus hijos.
¡PENSEMOS!
Esta segunda visión presenta dos grandes verdades. Primero, Dios está en control de la historia. Aunque las naciones logren derribar al pueblo de Dios, El no será derrotado. En segundo lugar, se nota el interés de Dios en Su pueblo. Quienes se opongan a ellos, tendrán que enfrentarse a El.
Aunque la visión se dirige a Israel y tiene que ver con las promesas de Dios para ellos, El sigue manifestando el mismo interés en Su pueblo actual, la iglesia. Si estas verdades se aplican a nosotros, ¿cuáles son las implicaciones? Señale dos clases de respuestas: las promesas o bendiciones que tenemos hoy en base a estas verdades y los cambios que debemos efectuar en nuestro estilo de vida.

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Cristo murió por los pecadores, cuando un pecador se arrepiente y le recibe como Salvador, recibe naturaleza divina para que tenga la capacidad de hacer la voluntad de Dios

Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6


 
 
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PABLO, EL PRIMERO EN TODO
1Timoteo
1.     Un tremendo pecador (v. 15)
2.     Un gran arrepentimiento (v. 13; Hch. 26:19)
3.     Una gran disposición (v. 16; 2 Ti. 3:10; Fil. 3:17; Hch. 9:6)
4.     Un gran ministerio (v. 12; Hch. 9:15)
¿POR QUÉ SE MOSTRÓ MISERICORDIA A PABLO? (1:14–17)
1.     Para mostrar la abundante gracia de Dios (14)
2.     Para mostrar la obra de Cristo por los pecadores (15)
3.     Para ejemplo de perdón a todas las generaciones (16)
4.     Para que Dios fuera glorificado (17)
GRATITUD A CRISTO JESÚS (1:11–17)
1.     Pablo agradece a Cristo su misericordia. Cómo se manifestó esa misericordia:
a.     Le fortaleció (12)
b.     Le tuvo por fiel (12)
c.     Le puso en el ministerio (11)
d.     Le recibió en misericordia (13, 16)
e.     Le salvó. La gracia más abundante que el pecado (14–15) (Ver Hch. 7:57–60; 8:1–3; 22:3–5; 26:9–11; Ro. 5:20).
f.     Le mostró su clemencia (16)
g.     Le dio vida eterna (16)
2.     Cómo es el Rey de los siglos a quien debemos agradecer, obedecer, honrar y glorificar (17).
a.     Inmortal
b.     Invisible
c.     Único
d.     Sabio
e.     Dios
ILUSTRACIONES
DIOS AMA AUN A LOS MÁS VILES
Durante una visita evangelística a la cárcel de Lecumberri, en aquel tiempo la principal de la ciudad de México, prediqué del amor de Dios según Jn. 3:16. Al hacer la invitación para recibir a Cristo, con excepción de uno, los 20 reclusos que se habían reunido en esa celda respondieron positivamente.
Al salir, después de haber orado por ellos, me detuvo en la puerta con cara de pocos amigos aquel hombre que no había tomado su decisión por Cristo. “¿Sabe usted, por qué no levanté mi mano para recibir a Cristo? Porque soy muy pecador y no creo que Dios me ame”, me dijo.
Tuve oportunidad de explicarle que si así fuera, Dios no me amaría a mí, ni a ningún hombre sobre la tierra (Ro. 3:10). También le pude mostrar que Jn. 3:16 enseña el amor a todos los hombres, todos pecadores—unos más que otros, pero todos pecadores (1 Ti. 1:15).
Le mostré que Cristo murió por hombres malos, y le expliqué que cuando el pecador se arrepiente y le recibe como Salvador, Cristo le da su naturaleza divina para que pueda obedecer y tenga la capacidad de hacer la voluntad de Dios, pues si alguno está en Cristo nueva criatura es (2 Co. 5:17).
MISERICORDIA (1:13, 16)
La misericordia divina es un atributo transitivo de Dios, pues El puede compartirlo con los hombres poniéndolo en sus corazones. (Algunos teólogos también los llaman atributos comunicables.) Por eso Pablo llama a Dios: “Padre de misericordias” (2 Co. 1:3).
En el hombre la misericordia es la virtud que nos hace tener compasión de los males ajenos. En Dios, es la manifestación externa de su compasión para con el pecador (Tit. 3:5). Dios es rico en misericordia (Ef. 2:4), y misericordioso para con los que le temen (Lc. 1:50).
Por cuanto Dios es misericordioso con los hombres, quiere que ellos a su vez muestren misericordia unos a otros (Mt. 9:13; 12:7; 23:23; Lc. 10:37; Stg. 2:13).
Alguien dijo que bondad es amar a la gente un poco más de lo que se merece, y misericordia es amar a la gente que no lo merece.
D.     ENCARGO DEL CUIDADO LA FE (1:18–20)
Este mandamiento, hijo Timoteo, te encargo (18a). Pablo retoma el pensamiento que inició en el v. 3. Es el mismo mandamiento que le encargó cuando dejó a Timoteo en Éfeso a su paso para Macedonia (v. 4). También en el v. 10 había manifestado su preocupación por conservar la “sana doctrina”.
Respecto a este encargo, es de suma importancia considerar el contexto. Por ejemplo en 6:14 le encarga que guarde el mandamiento sin mácula ni reprensión hasta la aparición de nuestro Señor Jesucristo, y concluye su epístola con una recomendación final sobre el mismo asunto: Guarda lo que se te ha encomendado (6:20).25
Para que conforme a las profecías que se hicieron antes en cuanto a ti (18b). Según 4:14 estas profecías tienen que ver con un don que, según dice el pasaje, te fue dado mediante profecía con la imposición de las manos del presbiterio. Tiene que referirse a un ministerio específico para edificación del cuerpo de Cristo. (Véase la similitud de estas expresiones con las de Hch. 13:1–3.) Encontramos en Ef. 4:11–13 y 1 Co. 12:4, 7 que el Espíritu Santo da dones a todos los creyentes, para edificación de la iglesia,26 y en Timoteo vemos que con la imposición de las manos de los ministros, el Señor da una encomienda y agrega nuevos dones para desempeñar bien esa tarea.
¿Sabe usted cuál es el don que recibió al ser “ordenado” al ministerio? ¿Y qué de la tarea específica para la cual Dios lo levantó? En la Biblia Dios señaló misiones específicas a cada siervo que llamó: a Adán, Noé, Abraham, Moisés, David, los profetas; y en el N.T. a cada apóstol le señaló una parte del mundo para cumplir su eterno propósito. Demos Shakarian en su libro La gente más feliz de la tierra declara que esa gente es la que sabe cuál es su don y lo pone en práctica.
Milites por ellas la buena milicia (18c). La palabra griega para milicia es STRATEIA, y significa hueste, ejército o guerra. Pablo le recomienda que por esas profecías que se hicieron en cuanto a él, milite—o como dice en 6:12, Pelea la buena batalla de la fe. Estas expresiones son adecuadas para retar a un joven como Timoteo, pero no deben entenderse como justificación del uso de la violencia, como lo hacía Pablo al perseguir a la iglesia cuando no era cristiano. Tampoco se justifican en las famosas cruzadas de la Edad Media, ni en las persecuciones que en los 20 siglos de cristianismo ha sufrido la iglesia de Cristo en manos de quienes la han herido, martirizado, encarcelado, y han quemado en hoguera a los fieles y auténticos seguidores de Jesús.
La batalla del cristiano está bien definida cuando al ser llamada “batalla de la fe”, “la buena milicia”. Buena porque es para edificación, para dar vida, para protección de la doctrina, del pastor y de la iglesia (4:16).27
Manteniendo la fe y buena conciencia (19a). Esto refuerza lo dicho anteriormente: nuestra batalla es por la fe en Cristo, creyendo la buena doctrina, y manteniendo la buena conciencia—es decir sin ningún remordimiento de haber lastimado o hecho mal a alguien.
La fe está íntimamente relacionada con lo que creemos, y la buena conciencia, con lo que hacemos.28 Se proclama aquí la unidad entre fe y práctica.
Desechando la cual naufragaron en cuanto a la fe algunos (19b). Aquí la figura es de un barco que viaja por el océano de la vida. Naufragar, del verbo NAVAGEO, es una palabra compuesta que proviene de: NAUS = nave, y AGNUMI = romper. Habla de una nave que se rompe al chocar contra una roca o un iceberg—como sucedió con el Titanic. A algunos en cuanto a la fe les puede suceder lo mismo.
Teniendo sólo el conocimiento de la verdad, algunos no llegan a una comprensión correcta sobre el divino valor de la sangre de Cristo; naufragan y perecen, pues aparte de Jesucristo, ya no queda más sacrificio por los pecados, sino una horrenda expectación de juicio (He. 10:26–29). A este grupo se aplican las palabras salieron de nosotros, pero no eran de nosotros; porque si hubiesen sido de nosotros, habrían permanecido con nosotros; pero salieron para que se manifestase que no todos son de nosotros (1 Jn. 2:19). Estos son apóstatas, son los blasfemos que se pierden para siempre.
El otro grupo de náufragos son los que creyendo en Jesucristo naufragan pero llegan a salvarse, pues logran regresar al camino con la ayuda de su Señor que los pastorea aunque anden en valle de sombra de muerte. Tal fue el caso de Pedro, que fue pedido por Satanás para zarandearlo; pero Cristo rogó por él para que su fe no faltara. Negó al Señor, pero logró regresar al camino y seguir al Señor de cerca y con grande bendición de Dios (Lc. 22:31–32).
De los cuales son Himeneo y Alejandro (20a). Himeneo parece ser el principal de los blasfemos que salieron de la iglesia de Éfeso. En 2 Ti. 2:17 se lo menciona con Fileto, y siempre en primer lugar. Fue un maestro pernicioso que se desvió tanto de la verdad doctrinal como de la moral cristiana.29 Acerca de la conducta de Alejandro, se dice que causó muchos males a Pablo (2 Ti. 4:14).
Una vez en contra de Pablo, estas personas fácilmente se entregarían a varios de los vergonzosos pecados mencionados en los vv. 4–10—empezando con las fábulas, genealogías interminables y disputas, y siguiendo con la conducta perniciosa mencionada en los siguientes versículos.
A quienes entregué a Satanás para que aprendan a no blasfemar (20b). Aquí encontramos una actitud muy dura de Pablo para con este tipo de personas extraviadas del camino de Dios, actitud que la iglesia hará bien en imitar para bien de muchos.
Qué es entregar a Satanás. Dos veces se usa esta expresión, aquí y en 1 Co. 5:5, donde encontramos mucha luz en relación a las implicaciones de tal medida. Consideremos ese último pasaje:
(a) Para que fuese quitado de en medio de vosotros el que cometió tal acción (v. 2).
(b) Debe ser juzgado (v. 3).
(c) Para destrucción de la carne, a fin de que el espíritu sea salvo en el día del Señor (v. 5; 1 Co. 11:29–30).
(d) No os juntéis (v. 9).
(e) Vuelve a decir no os juntéis y agrega, con el tal ni aun comáis (v. 11). (Además de considerar dignos de tales medidas a los fornicarios, agrega que de igual manera se haga con los que dicen ser hermanos y son avaros, idólatras, maldicientes, borrachos o ladrones.)
(f) Termina como empezó, diciendo quitad (v. 13).
(g) Pablo habla de una reprensión hecha por muchos (2 Co. 2:6). La medida es para los pecadores que se dicen hermanos, los cuales si cometen esos pecados deben ser juzgados y quitados por la iglesia. Los que no dicen ser hermanos serán juzgados por Dios (v. 13), y nosotros podemos y debemos convivir con ellos por razones sociales y para evangelizarlos, pues de otra manera tendríamos que salir del mundo (v. 10).
¿Por qué motivo se entrega a una persona a Satanás? Cuando alguien cae en herejías o en pecados escandalosos, y después de ser sorprendido persiste en sus errores, al tal se lo entrega a Satanás para que aprenda a no blasfemar.
El Señor Jesucristo dio algunas indicaciones en cuanto a los pecadores, el perdón y la reconciliación (Mt. 18:15–18). Cuando un pecador es reprendido por su hermano y no lo oye sino que sigue en el mal camino, debe ser reprendido delante de dos o tres testigos; y si a éstos no los oye, la reprensión debe ser delante de toda la iglesia; y si no oye a la iglesia, entonces dice el Señor: Tenle por gentil y publicano, es decir, considéralo como que no es del pueblo de Dios, como un traidor.
La iglesia lo ha de considerar como inconverso e incrédulo. Y aunque en la Biblia no se encuentra la palabra excomunión, se usa el término para referirse al castigo de los que son entregados a Satanás.30
Un resumen de los motivos enseñados aquí para que una persona sea entregada a Satanás:
(a) hablar contra Cristo,
(b) oponerse a las palabras de los ministros de Dios,
(c) pecar y persistir en ello después de varias reprensiones,
(d) enseñar doctrinas contrarias a las de la Biblia,
(e) insistir en discusiones sobre necedades.
Con qué propósito una persona es entregada a Satanás. Los propósitos son siempre positivos:
(a) Para castigo del pecado. (Si un hombre vive persistentemente en la maldad, debe ser dejado allí para que sufra destrucción de la carne.)
(b) Para la gloria de Dios, ya que su santidad es vindicada.
(c) Para corrección del blasfemo, para que aprenda a no blasfemar. En algunos libros de disciplina se describen pasos progresivos de disciplina: amonestación, reprensión, suspensión, deposición (en caso de tener ministerios públicos o ser oficiales de la iglesia), y excomunión.
(d) Para preservación de la iglesia, para que los demás también teman (1 Ti. 5:20).
(e) Para conservar la pureza de la fe y de la doctrina, pues su palabra carcomerá como gangrena (2 Ti. 2:17).
La acción siempre se realiza para ayudar a los hijos de Dios y para gloria del Señor.31 Las instrucciones de Pablo son excomulgar solamente de la iglesia, a fin de que el espíritu sea salvo en el día del Señor (1 Co. 5:5). Los pecados de los cristianos no serán castigados en el infierno porque Cristo ya pagó por ellos, pero algunos de los cristianos en pecado recibirán su paga aquí (Sal. 103:10). En 2 Co. 2:5–11 el apóstol parece referirse a la restauración del fornicario que fue entregado a Satanás.
Diferencia entre la blasfemia de Pablo y la de Himeneo y Alejandro. Himeneo y Alejandro habían desechado la fe (v. 19), y no admitían corrección sino contendían, alegando que la resurrección ya se había efectuado, y trastornando así la fe de algunos (2 Ti. 2:14, 17–18). Pablo confesó haber sido blasfemo, pero lo hizo en ignorancia y en incredulidad (v. 13). En ese entonces no se decía cristiano como Himeneo y Alejandro, y persiguió a Jesús por creerlo hombre, pero no a Dios Jehová. La diferencia más grande fue que finalmente Pablo creyó en Jesús y la gracia divina fue más abundante que su pecado. Por otro lado, las religiones heréticas fundadas por hombres como Himeneo y Alejandro, creen que es necesario guardar la ley a fin de completar la salvación que Cristo principió en la cruz, y creen que el pecado es más abundante que la gracia de Dios.
25 Respecto a cómo guardar el mandamiento, ver comentario a 6:20.
26 1 Co. 14:5, 12, 26.
27 Pablo también anima a Timoteo a ser “soldado” (2 Ti. 2:3–4), pero no en la agresión, sino en dos cosas bien delineadas: (1) “Sufre penalidades como buen soldado de Jesucristo” y (2) “Ninguno que milita se enreda en los negocios de la vida”.
28 Conciencia (gr. SUNEIDESIN) significa conocimiento, noción. También se le llama conciencia al sentimiento interior o testimonio de la propia conducta. La conciencia también nos es útil porque es una facultad mediante la cual llegamos a saber la voluntad de Dios, y experimentamos sentido de culpa o de liberación delante del Señor (He. 10:2). También llámase conciencia a aquel proceso de pensamiento que distingue lo que considera moralmente bueno o malo, alabando lo bueno y condenando lo malo (Ro. 2:15; 9:1; 2 Co. 1:12).
29 En cuanto a las malas doctrinas, se menciona una en 2 Ti. 2:18, “que la resurrección ya se efectuó”, y Pablo agrega que “en gran manera se ha opuesto a mis palabras” (v. 15).
30 No en todas las iglesias cristianas la excomunión equivale a entregar a la persona a Satanás, sino que a veces implica quitarle a la persona los ministerios públicos que tenga, y, en ciertos casos, también se le niega la participación en la cena del Señor.
31 Por otra parte la excomunión que aplica la Iglesia Católica Romana separa a los hombres no sólo de la iglesia en sí, sino también de la gracia de Dios, enviando a las personas al infierno.
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