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martes, 26 de marzo de 2019

Nuestra inclinación natural es hacer pagar con la misma moneda y devolverle “mal por mal” al agresor

PARA RECORDAR ... El que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6



 
El amor cristiano se pone en práctica

2 Tesalonicenses 5:14–15.
 El trabajo de un pastor tiene el propósito de fortalecer y amonestar. Sin embargo, los miembros de una congregación, también pueden hacer mucho para corregirse y ayudarse los unos a los otros.

Anteriormente en la carta, Pablo había exhortado a los tesalonicenses a no rechazar el trabajo manual como algunos de los griegos lo hacían, sino a trabajar “con vuestras manos” para no tener “necesidad de nada” (4:11, 12). Si alguno continuaba viviendo la vida “ociosa” de un haragán, los miembros de la congregación le debían advertir que estaba viviendo en pecado. La segunda carta de Pablo a los tesalonicenses indica que algunos no escuchaban aun después de haberlos amonestado. Lo que debía hacer la congregación en estos casos, se indica con detalle en 2 Tesalonicenses 3.

Algunos de los miembros eran “de poco ánimo”, es decir, los tímidos y deprimidos. Anteriormente en la carta se mencionan dos cosas que podrían haber sido la causa de esa acitud: la persecución y la aflicción. Sin embargo, no importa cuál sea la causa, Pablo insta a los miembros de la congregación a dirigir palabras de consuelo y de aliento a aquellos cuyo espíritu estaba casi quebrantado y que estaban listos a darse por vencidos.
Otra forma de practicar el amor cristiano era la de prestar ayuda a los que eran débiles por causa de alguna enfermedad corporal o de invalidez. Literalmente la palabra griega para “sostener” quiere decir “aferrarse a”. Las personas con enfermedades físicas de cualquier clase tienen una carga especial que sobrellevar, necesitan la ayuda de los hermanos en Cristo para sobrellevar esa carga, y toda la ayuda que podamos prestar no sólo es muy apreciada por el “débil”, sino que es observada por Cristo como si la hubiéramos hecho por él. En Mateo 25:40, él dice: “De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí me lo hicisteis”.

La paciencia con otros es un fruto de la fe. La inmensa paciencia del Señor para con nosotros con todos nuestros pecados y flaquezas es una experiencia diaria. Nuestros hermanos en la fe tienen debilidades y características que algunas veces nos pueden irritar. El amor de Dios en Cristo nos da la paciencia que necesitamos para vivir y trabajar con ellos en una congregación.
Además, Pablo hace ver que la paciencia no ha de ser sólo con los hermanos en la fe, sino con “todos”. Dios en su paciencia no derriba al incrédulo inmediatamente, sino que le da un tiempo más largo para que se arrepienta. Debido a que nosotros, gracias a la misericordia de Dios, ya vivimos en el arrepentimiento, debemos ser motivados a practicar esta misma paciencia.

La venganza es una fuerza poderosa que empuja el corazón de toda persona a causa del orgullo y del egoísmo de la naturaleza pecaminosa con la que nacimos. Por lo tanto, cuando alguien nos hace mal, nuestra inclinación natural es hacerle pagar con la misma moneda y devolverle “mal por mal”. Pero lo que es natural para nuestra naturaleza pecaminosa es contrario al nuevo espíritu que ha creado en nosotros el Espíritu Santo. En lugar de la venganza, este nuevo espíritu nos encamina a seguir las instrucciones de nuestro Salvador, de amar a nuestros enemigos y de hacerles el bien a todos los que pecan contra nosotros.

Sin embargo, este nuevo espíritu es a menudo débil y la naturaleza pecaminosa se impone con facilidad en los momentos de debilidad. Por lo tanto, Pablo quiere que nos preocupemos los unos de los otros en este asunto.

Si vemos a un hermano o hermana que busca la venganza, debemos asegurarnos de ayudarle a reprimir el viejo Adán y a dejar de tratar de devolver “mal por mal”.

En cambio, Dios quiere que sigamos “siempre lo bueno unos para con otros”. Solamente el amor de Cristo por nosotros nos puede motivar a llevar esa vida de bondad. Efesios 4:32 lo dice bien: “Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como también Dios os perdonó a vosotros en Cristo”.
3 ¡Que nadie los desoriente en modo alguno! Es preciso que primero se produzca la gran rebelión contra Dios y que se dé a conocer el hombre lleno de impiedad, el destinado a la perdición, 4 el enemigo que se alza orgulloso contra todo lo que es divino o digno de adoración, hasta el punto de llegar a suplantar a Dios y hacerse pasar a sí mismo por Dios. 2 Tesalonicenses 2.3–4

sábado, 4 de abril de 2015

Se nos ha olvidado el motivo de Dios por el cual llegamos hasta donde estamos: Dios nos presenta el bosquejo de nuestra vida

Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6


 
 
Tipo de Archivo: PDF | Tamaño: MBytes | Idioma: Spanish | Categoría: Capacitación Ministerial
Información 


La Compasión de Jehová
Zacarías 1:7–21
¿Cómo responde usted al enfrentarse a una iglesia que anda en el desierto? Cuando todo el mundo vive en aridez espiritual y parece obvio que Dios no prospera la obra porque la situación no está bien, ¿qué se puede hacer? ¿Debemos darnos por vencidos y escapar, o quedarnos y pelear contra los demás? ¿Cuál será la reacción indicada?
Zacarías tuvo que enfrentarse a este problema con Israel. El pueblo había estado en un desierto espiritual por más de setenta años, pero Dios había reunido un remanente de más de 42,000 personas para llevarlos a la tierra de nuevo y ser restaurados. Sin embargo, pronto perdieron la visión. Construyeron sus propias casas y empezaron a reconstruir sus vidas en la tierra prometida pero se les olvidó la razón principal, el motivo por el cual Dios les había llevado allí.
Durante más de quince años, el remanente que había regresado permaneció en esa condición. Aunque Zacarías no nos indica qué estaba haciendo personalmente durante ese tiempo, como vocero fiel de Dios, podríamos suponer que estaba inquieto por esa situación y probablemente intercedía continuamente frente a Dios por causa de la poca visión de su pueblo. A pesar de su inquietud e intercesión, Zacarías no había visto ningún resultado durante estos quince años.
Finalmente, Dios le respondió por medio de una serie de ocho visiones nocturnas (1:7–6:8) en una sola noche. Se debe observar que se emplea la expresión “vi” en lugar de “soñe”, pues esta fue una visión, no un sueño. Por medio de ellas, Dios presenta el bosquejo de Su programa para Israel desde la edificación del templo hasta el reino milenial.
EL VARON ENTRE LOS MIRTOS 1:7–17
La primera se presenta como una introducción a las siguientes. Zacarías estaba inquieto porque observaba la condición desolada del pueblo y notaba que nadie más se preocupaba. Tanto las naciones paganas en derredor como el mismo pueblo de Dios estaban contentos.
Dios utiliza la visión del hombre entre los mirtos para comunicarle que El está consciente de la situación, El sabe cómo están y promete restaurarles. Las otras siete visiones trazan el programa divino para realizar la renovación del pueblo.
La visión del varón entre los mirtos reconoce la condición de Israel, que en ese tiempo se hallaba caído y esparcido, y les promete salvación. Su mensaje se presenta en breve en las palabras de consolación al final (1:14–17). Se les asegura del amor de Jehová para ellos y les promete que El manifestará Su amor al restaurar y prosperar a Jerusalén. La profecía se refiere a una acción inmediata en ese tiempo, pero también, a la restauración final.
Esta promesa sirve para presentar la idea principal del libro, la cual debe motivarles a colaborar en la reconstrucción del templo, conforme al propósito inmediato de Dios. Se incluye como parte de ella la afirmación: “En ella será edificada mi casa” (1:16).
Descripción de la Visión 1:7–11
Los indicios que el autor da acerca de la fecha de la primera visión, la relacionan con el gobierno pagano de Persia. Se puede deducir que la recibió durante el tiempo de los gentiles después del ministerio revelado de Hageo, durante la edificación del templo (7a). Zacarías se presenta como el destinatario de esta visión. El mensaje no proviene de él, sino que es una revelación que Jehová le envió (7b).
El personaje principal en la visión es un hombre montado sobre un caballo alazán. Aunque se discute la identidad del varón, lo más probable es que se trata del Angel de Jehová. La evidencia principal a favor de ello, es el énfasis que se le da como figura central. Zacarías se fija en él antes que en todos los participantes de la escena de los mirtos (8).
El caballo estaba en medio de los mirtos, que representan la nación de Israel. El Angel de Jehová estaba en medio de ellos para manifestar Su relación con ellos. Los mirtos estaban en la “hondura”. La raíz de la palabra en el idioma original se refiere a un abismo o a la profundidad del mar y aquí se utiliza para presentar el cuadro del profundo estado de pecado y humillación en el cual Israel se hallaba metido.
Detrás del Angel de Jehová está un grupo de hombres montados a caballo. No se hace referencia específica a los hombres, para no distraer la atención del personaje principal. El color de los caballos es significativo. El alazán representa la venganza de sangre o juicio. No se tiene el significado exacto de la palabra traducida “overo”. Parece referirse a la mezcla de los dos colores mencionados en los otros caballos. El blanco se utiliza para denotar victoria y gloria.
Así que los caballos alazanes demuestran que el Señor castigará las naciones paganas que han maltratado a Su pueblo. Los overos indican que el juicio estará mezclado con Su misericordia. Los caballos blancos hacen referencia a Su victoria sobre el mundo entero. Estos elementos específicos de la visión en sí se encuentran elaborados en la explicación que da el profeta.
Zacarías quiere saber el significado de la visión y el ángel promete enseñarle lo que significa (9). Primero se le explica la comisión que el contingente había recibido: se les envió para rondar la tierra (10). La palabra empleada es una expresión militar que describe una patrulla enviada a reconocer las condiciones existentes más adelante para facilitar la planificación de movimientos futuros. Jehová no tiene que enviar un grupo semejante para conocer las actividades en la tierra, pero la visión demuestra que Dios ha recogido la información necesaria para mantenerse al tanto de los eventos en todo tiempo. La patrulla representa los agentes divinos que recogen estos datos.
Se le informa que toda la tierra está reposada y quieta; está en paz (11). Sin embargo, esta condición va en contra de la normalidad. Contradice también la profecía anunciada en Hageo 2. Se había profetizado poco antes que habría una conmoción de naciones. Esta profecía no se había cumplido.
El reinado de Darío empezó así, pero él logró tomar control del imperio y todo quedó quieto. No era el tiempo todavía para el cumplimiento de esta promesa porque Israel no estaba listo todavía.
El informe fue inquietante porque aunque la tierra estaba tranquila, Israel no estaba en control de su tierra. El hecho de esta quietud indicaría que Dios no había realizado Su plan para la restauración de Israel. Tal situación traía tristeza a la nación y le dio al Angel de Jehová la oportunidad de interceder a favor de Su pueblo.
Intercesión por Causa de la Visión 1:12
Frente a la tranquilidad de las naciones paganas y el incumplimiento aparente de la promesa de Dios, el Angel de Jehová intercede por Israel delante del Padre, pidiendo Su misericordia para con el pueblo. Espera la hora cuando de nuevo Dios verá a Israel con afecto y cuando ya no esté enojado con ellos.
Al notar que el Angel de Jehová se presenta como Dios mismo en el Antiguo Testamento y que aparece aquí intercediendo por Su pueblo, nos da idea de un paralelismo con la obra intercesora del Señor Jesucristo a favor de nosotros (Romanos 8:34; 1 Timoteo 2:5; Hebreos 7:25; 9:24; 1 Juan 2:1). Nunca se hace ciego en cuanto a nuestro pecado, pero intercede en base a Su propia obra y misericordia.
¡PENSEMOS!
Considere el paralelismo mencionado entre la intercesión del Angel de Jehová y la obra intercesora de Cristo a favor de nosotros. Haga una lista de las semejanzas entre estas dos obras.
¿Por qué se mencionó esta obra a estas alturas en el libro de Zacarías? ¿Qué quería lograr Dios en la vida de ellos? ¿Qué diferencia debe producir la obra intercesora de Cristo en nuestra vida hoy?
Proclamación en Base a la Visión 1:13–17
Respuesta de consuelo 1:13
Dios respondió a la intercesión del Angel con palabras que se consideran buenas y consoladoras (13). Las palabras de consuelo que se le dan al Angel se encuentran en el siguiente mensaje que Zacarías debía proclamar al pueblo. La intercesión del Angel se presentó a favor de Su pueblo y ellos debían recibir la respuesta de Dios por medio del mensaje que el profeta proclamaba.
Actitud de Jehová en cuanto a Su pueblo 1:14
Jehová tiene celos por Jerusalén. Esta actitud muestra el gran amor e interés de Dios a favor del pueblo. Aunque El ha utilizado las naciones paganas para disciplinarlos a causa de su desobediencia, todavía les ama y espera renovar Su comunión con ellos. Dios nunca ha renunciado a este deseo. El sigue manifestando lo mismo hoy día.
Se observa que el motivo de la disciplina que el Señor envió contra Israel fue precisamente por su amor para ellos. Dios, como Padre que ama a Sus hijos manda Ia corrección indicada para el bien de ellos. De la misma manera actúa para con nosotros, nos corrige porque nos ama buscando siempre lo mejor.
DIOS NO HA RECHAZADO A ISRAEL
SINO QUE ESTA INTERESADO
EN SU BIENESTAR
Actitud de Jehová en cuanto a las naciones paganas 1:15
El enojo extremo de Jehová con esas naciones se manifestó claramente. Se esperaba que al darse cuenta de ello, se arrepentirían y corregirían su camino. Sin embargo, rehusaron la disciplina y así se hicieron acreedores al juicio divino, Vivían tranquilamente sin ninguna preocupación, no les interesaba lo que Dios pensara ni hiciera. No le tomaron en cuenta. Por lo tanto, El les castigaría.
El contexto indica que su falta principal tenía que ver con el maltrato que habían dado al pueblo de Dios. El plan de Dios fue utilizar estas naciones paganas para corregir a Israel. Sin embargo, las naciones tenían sus propios intereses. Se les pasó la mano y buscaban la destrucción de Israel y su Dios. Es por eso que el Señor tuvo que intervenir y demostrar que El es el Soberano del universo, pero al ser ignorado por ellos, tuvo que juzgarles.
Promesa de Jehová en cuanto a Israel 1:16–17
Motivado por Su amor hacia Israel y el enojo contra las naciones, Dios empezó un programa de restauración para Su pueblo que incluía el castigo de sus enemigos. Las actitudes de Dios produjeron una respuesta que resulto en acción.
La restauración se basa en la manifestación de la misericordia de Dios hacia Jerusalén. El templo y la ciudad serían reconstruidos. Esta bendición de Dios sobre ellos, resultaría en la obediencia para edificar el templo. Prosperidad, consuelo y bendición serían la herencia de Israel traídas por la compasión de Dios.
DIOS HA DISEÑADO
UN PLAN PARA RESTAURAR
Y BENDECIR A ISRAEL
El mensaje de esta primera visión y de todo el libro se encuentra resumido en la proclamación de Zacarías al pueblo. Se presentan tres mensajes distintos con objeto de traer consuelo a Israel:
1.     El amor de Dios (14).
2.     El juicio de las naciones paganas, a pesar de las apariencias (15).
3.     La restauración de Israel (16–17).
3 eventos futuros (16).
(1)     Regreso de Jehová a Jerusalén con misericordia.
(2)     Reconstrucción del templo.
(3)     Reconstrucción de Jerusalén.
3 condiciones futuras (17).
(1)     Prosperidad y expansión.
(2)     Consuelo para Sión de parte de Jehová. Salvación de sus enemigos. Ayuda en sus necesidades.
(3)     Elección de Israel de parte de Jehová. Aceptación como el pueblo elegido de Dios.
Aunque esta visión tiene que ver directamente con el plan de Dios para Su pueblo Israel, Su naturaleza, que nunca cambia, y Su relación con el pueblo hoy, demuestran que podemos aprender algunas lecciones para nuestra vida también. Entre otras, podemos observar la grandeza del amor de Dios para con ellos. Aun cuando andemos en un desierto espiritual, lejos de Dios, El nos ama y busca nuestro bien.
Zacarías, quien probablemente había intercedido por el pueblo durante más de quince años, mientras estaban desinteresados en la voluntad de Dios, recibió lo que pedía y se dio cuenta de que siempre había estado intercediendo junto a él el Angel de Jehová. Dios tenía mayor interés que el profeta en restaurar Su pueblo. No debemos darnos por vencidos; podemos confiar en la fidelidad de Dios para llevar a cabo Sus propósitos en relación con Su pueblo.
El hombre que busca la voluntad del Señor, tiene una perspectiva distinta a la de los demás; observa verdades que los demás no logran comprender. Desafortunadamente, el que recibe esta clase de revelación muchas veces la recibe a solas, pues no existen muchos que busquen esa comunión con Dios.
A pesar de las apariencias en contra, Dios está controlando todo. El tiene un plan para el futuro de Su pueblo y nadie puede evitarlo. Más vale averiguar Su plan y colaborar con El en su realización; los que se opongan sufrirán juicio.
¡PENSEMOS!
Estas lecciones, y tal vez alguna otra que usted ha observado en este pasaje, deben animarnos a someternos a Dios y a Su plan para nuestra vida también. Repase una vez más la visión y los principios observados. Identifique alguno de estos que usted debe aplicar en su propia vida. ¿Qué pasos debe tomar para poner en práctica la lección aprendida?
CUATRO CUERNOS Y CUATRO CARPINTEROS 1:18–21
La visión de los cuatro cuernos y cuatro carpinteros presenta a los reyes paganos que Dios utilizó para conquistar a Israel, quienes se enfrentan a cuatro salvadores que Dios utilizaría para rescatar a Israel y castigar a sus enemigos.
Cuatro Cuernos 1:18–19
El cuerno es el símbolo de poder. Este significado se deriva de los toros y otros animales cuya fuerza reside en sus cuernos (Miqueas 4:13; Daniel 8:3–4). Representan a las naciones poderosas que habían esparcido a Israel: probablemente Babilonia, Persia, Grecia y Roma (Daniel 2 y 7).
Cuatro Carpinteros 1:20–21
La palabra empleada para introducir los cuatro “carpinteros” podría referirse a cualquier artesano que trabaja con madera, piedra o metal y son los intrumentos que Dios utiliza para despedazar los cuernos. Si los cuatro cuernos representan las naciones mencionadas antes, históricamente se pueden identificar los cuatro carpinteros como sigue:
Nación fuerte:
Instrumento que destruye:

Babilonia
Persia
Persia
Grecia
Grecia
Roma
Roma
Cristo

(o Galia)
Algunos comentaristas creen que el último carpintero sería la nación que provocó la caída de Roma, es decir, Galia. Sin embargo, se debe notar que estas visiones no contemplan el rechazo de Cristo en Su primera venida. El programa se presenta tal como habría sucedido si Israel hubiera escuchado la advertencia de 1:1–6. Daniel también atribuye su destrucción al ministerio del Mesías. Por eso, parece mejor considerar la caída del imperio romano como una manera de pasar su dominio a las naciones posteriores, que todavía mantienen el poder en el mundo y que serán organizada antes de que Jesús regrese. Ese gobierno será destruido por la obra del Mesías.
En realidad, no importa tanto la identificación específica de cada nación, porque existen diferencias de opinión al respecto; lo más importante es el mensaje de esta visión. Dios ha elegido los instrumentos para controlar a Israel. Sin embargo, para cada uno de ellos, El levantará otro que lo destruirá y al final salvará a Israel de los enemigos que quieren destruirle.
Aun cuando vengan los enemigos del pueblo de Dios para dispersarles, Dios manifiesta Su control de la historia. Para cada enemigo, El tiene preparada una salida. Nadie puede tocar a Su pueblo y salir ileso. Las naciones que se sentían cómodas y en paz (1:11), serían aterrorizadas y derribadas.
DIOS NO HA SIDO DERROTADO.
QUIENES SE OPONEN
A SU PUEBLO RECIBIRAN
LA RECOMPENSA INDICADA.
El caso de Israel en aquel tiempo, se aplica al pueblo de Dios hoy en día también. Dios ama a la iglesia. Quien quiera hacerle daño tendrá que enfrentarse con el Señor, quien se encarga de defender a Sus hijos.
¡PENSEMOS!
Esta segunda visión presenta dos grandes verdades. Primero, Dios está en control de la historia. Aunque las naciones logren derribar al pueblo de Dios, El no será derrotado. En segundo lugar, se nota el interés de Dios en Su pueblo. Quienes se opongan a ellos, tendrán que enfrentarse a El.
Aunque la visión se dirige a Israel y tiene que ver con las promesas de Dios para ellos, El sigue manifestando el mismo interés en Su pueblo actual, la iglesia. Si estas verdades se aplican a nosotros, ¿cuáles son las implicaciones? Señale dos clases de respuestas: las promesas o bendiciones que tenemos hoy en base a estas verdades y los cambios que debemos efectuar en nuestro estilo de vida.

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