jueves, 1 de noviembre de 2012

Conversiòn a Cristo: Un estudio para Obreros y Ministros Itinerantes


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CONVERSIÓN A CRISTO: LA CREACIÓN DE UN HEDONISTA CRISTIANO
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Mateo 13:44-46

El reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido en el campo, que al encontrarlo un hombre, lo vuelve a esconder, y de alegría por ello, va, vende todo lo que tiene y compra aquel campo. El reino de los cielos también es semejante a un mercader que busca perlas finas, y al encontrar una perla de gran valor, fue y vendió todo lo que tenía y la compró.

 La semana pasada vimos la infinita y maravillosa felicidad de Dios, que es el fundamento del hedonismo cristiano. Dios es feliz porque Él toma un placer perfecto en la excelencia de su propia gloria, especialmente en la manera en que se refleja en su divino Hijo. Dios es feliz porque Él es soberano, y de esta manera puede sobrepasar cada obstáculo a su deleite. Y la felicidad de Dios es el fundamento  del hedonismo  cristiano,  porque así Él  derrama  sobre  nosotros  su  misericordia.
Cuando Dios llama a un hombre o mujer a Él, no es porque Él tiene necesidad de dar aquel amor que Él comparte. Nosotros concluimos la semana pasada diciendo que no todo el mundo puede compartir eternamente el gozo, porque existe una condición que nosotros debemos conocer. La condición es que nosotros debemos obedecer el mandamiento: "Deléitate asimismo en el Señor". (Sal. 37:4). Pero muchas personas toman más deleites en las riquezas, en la venganza y en la recreación más que en Dios. Ellos no han compartido la misericordia de Dios; ellos están perdidos.
Lo   que   ellos   necesitan   es   convertirse   a   Cristo,   que   no   es   más   que   convertirse   al   hedonismo cristiano, eso es lo que quiero hablar con ustedes en esta mañana.
Alguno puede preguntar: Si el punto crucial es la conversión, ¿por qué no simplemente decimos, "cree   en   el   Señor   Jesucristo   y   serás   salvo?".   ¿Por   qué   traemos   esta   nueva   terminología   del hedonismo cristiano? Es una buena pregunta. Aquí está mi respuesta. Nosotros vivimos en una sociedad superficialmente cristianizada, donde miles de personas perdidas piensan que ellos creen en   Jesús.   En   muchos   de   mis   testimonios   a   los   inconversos   y   a   los   cristianos   nominales,   el mandamiento "cree en el Señor Jesucristo y serás salvo", es virtualmente sin significado. Borrachos en las calles, dicen que lo son. Parejas no casadas que duermen juntos, dicen que lo son. Personas Mayores que no han disfrutado de la adoración y la comunión, dicen que lo son. Todo tipo de persona   amante   del   mundo   que   asiste   a   la   iglesia,   dice   que   lo   es.   Mi   responsabilidad   como predicador de la palabra de Dios y profesor de la iglesia, no es sólo repetir la preciosa sentencia Bíblica, es hablar la verdad con palabras que pueden atrapar sus conciencias y ayudarlos a sentir su necesidad de Cristo. Lo que trato de hacer es tomar una enseñanza tan descuidada y tan esencial de las Escrituras y hacerla tan clara como pueda, con la esperanza de avivar algunos corazones.
Antes de concentrarnos en la conversión debemos revisar grandes verdades sobre la realidad
que hacen de la conversión algo necesario. La primera verdad que debemos enfrentar como seres humanos es que Dios es nuestro creador a quien le debemos gratitud por todo lo que tenemos. La mejor evidencia de esto está en tu propio corazón y vida. ¿Por qué automáticamente pasas juicio sobre una persona que te desprecia cuando le haz hecho un favor? Automáticamente hallamos a una   persona   culpable   cuando   no   ha   tenido   gratitud   hacia   aquel   que   le   ha   demostrado   gran misericordia. ¿Por qué? Sabes que sería totalmente insatisfactorio contestar diciendo: Me siento así, meramente porque me castigaban cuando niño por no decir gracias. No permitimos que se salgan con   la   suya   tan   fácilmente.   La   rapidez   con   que   nuestros   corazones   juzgan   a   personas desconsideradas, nos hace testificar sobre nuestra verdadera creencia: ¡Los ingratos son culpables!
La verdadera razón por la que nuestros corazones responden de esta manera es porque somos
creados a imagen de Dios. Tu sentimiento de juicio, el cual de una manera automática, me hace culpable si yo te ignoro después que tu salvar a mi hijo de ahogarse, es la voz de Dios en ti. Un aspecto   de   la   imagen   de   Dios   en   ti,   es   que   involuntariamente   te   encuentras  considerando   la gratitud como una obligación. De esta manera, sabes  en tu corazón que hay un Dios a quien debemos   gratitud.   Sería   demasiado   hipócrita   pensar   que   Dios   espera   menos   gratitud   por   sus dádivas que tú por las tuyas. "Oh, dale gracias a Dios, porque Él es bueno: porque para siempre es su misericordia" (Sal. 107:1). De esta manera, si simplemente tienes un estándar moral en el cual automáticamente atacas al prójimo, no serás capaz de escapar del hecho de que la ley de Dios está escrita en tu corazón y dice: Una criatura le debe a su creador afecto de gratitud en la medida de su dependencia a la bondad de Dios.
Esto  nos  lleva  a nuestra segunda y  gran verdad, la  cual los  humanos debemos  empezar a
enfrentar:   Nosotros   no   nos   imaginamos,   ni   hoy   ni   mañana,   la   profundidad,  intensidad   y consistencia de la gratitud a Dios pertenece como el creador nuestro. Ni siquiera necesitamos la Biblia para entender que somos culpables de ingratitud. Sabemos que no hemos rendido a Dios lo que nosotros mismos demandamos de los demás. Nosotros sabemos que el sentimiento de juicio en nuestros corazones con el cual encontramos a las demás personas culpables por ingratitud, nos reta a ser testigos vivimos de que Dios nos encuentra culpables por nuestra asombrosa ingratitud hacia
Él. Si nosotros silenciamos este testigo en nuestros propios corazones, la Escritura lo hace más claro en Romanos 1:18-21.
"La ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres, que retienen la verdad de Dios con injusticia...y aunque conocieron a Dios no le glorificaron como Dios, ni le dieron gracias por lo que Dios los entregó a una mente reprobada".
Cuando cada humano se presente frente a Dios para dar cuenta de su vida, Dios no tendrá que
usar alguna sentencia de la escritura para enseñar a las personas su propia culpa y su estado de condenación. El simplemente preguntará 3 cosas:


1. ¿No fue lo suficientemente claro en la naturaleza que lo que tuviste fue un regalo, como mi
criatura dependiste de Mi para respirar y para vivir y en todo?
2. ¿No   fue   el   sentimiento   de   juicio   en   tu   propio   corazón   siempre   encontrar   a  los   demás culpables cuando fueron ingratos y debieron ser agradecidos frente a una misericordia?
3. ¿Ha sido tu vida llena de alegría y gratitud en proporción a Mi misericordia hacia ti?
El caso queda cerrado.
La tercera gran verdad con la que nos debemos enfrentar es la ira de Dios sobre nosotros por nuestra gran ingratitud. Nuestro propio sentimiento  de juicio requiere que la cuenta moral del universo sea resuelta. Nosotros no permitimos indignaciones en contra de nuestro propio carácter de ser barridos debajo de la alfombra, ¡cuánto menos Dios! La rectitud de Dios significa que Él sostiene la grandeza de su gloria. Cuando nosotros por nuestra ingratitud desechamos la gloria de Dios, la cuenta de justicia debe ser resuelta. El hombre merece más que un gato. De esta manera puedes ir a la cárcel por difamar el carácter de un hombre, pero nadie ha sido condenado por calumniar un gato. Dios merece más que un hombre y de esta manera la difamación de su carácter a través de marcas grotescas de nuestra ingratitud, nos lleva a la sentencia de la destrucción eterna. La paga del pecado es la muerte eterna (Rom. 6:23).
La noticia más terrible en el mundo es que hemos caído bajo la condenación de nuestro creador y que Él está unido a su propia justicia y carácter para preservar la gloria que Él merece, mostrando su ira por el pecado de la ingratitud. Pero hay una cuarta gran verdad y es que, ninguno puede aprender ni de la naturaleza o de sus propias conciencias, la gran verdad que debe ser dicha a nuestro prójimo, predicada en nuestras iglesias y llevada por los misioneros: Llamada, las buenas noticias que Dios ha decretado, de tal forma que podamos satisfacer las demandas de su propia justicia sin condenar a toda la raza humana. Él la ha tomado sobre Sí, sin tomar en cuenta algún mérito en nosotros, para ejecutar nuestra salvación. La sabiduría de Dios ha ordenado una forma para que el amor de Dios sea llevado a nosotros de tal forma que su rectitud no sea comprometida.
¿Es eso sabiduría?
"Nosotros predicamos a Cristo crucificado, para los judíos ciertamente tropezadero, y para los gentiles necedad; más para los llamados tanto judíos como griegos, Cristo es poder de Dios y sabiduría de Dios" (1 Cor. 1:23-24).
Cristo Jesús, el Hijo de Dios crucificado, es la sabiduría de Dios, por la cual el amor de Dios
puede salvar a pecadores de su ira y al mismo tiempo demostrar su justicia.
Romanos 3:25-26 dice: "A quien Dios exhibió públicamente como propiciación por su sangre
mediante la fe, como evidencia de su justicia, a causa de haber pasado por alto, Dios en su tolerancia, los pecados pasados, con el propósito de demostrar su justicia en nuestro tiempo presente, a fin de que el sea justo, y El que declara justo al que es de la fe en Jesús".
"A quien Dios exhibió públicamente como propiciación por su sangre a través de la fe, a fin de demostrar   su   justicia,   porque   en   su   tolerancia   Dios   pasó   por   alto   los pecados   cometidos anteriormente, para demostrar en este tiempo su justicia, a fin de que Él sea justo y sea el que justifica al que tiene fe en Jesús."
¿Cómo puede Dios exonerar a pecadores que han sido malagradecidos de su gloria y no han demostrado respeto a su justicia ni tampoco se han comprometido con su gloria? Respuesta:
"Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros llegásemos a ser justicia de Dios en El" (2 Cor. 5:21).
"Al que no conoció pecado, le hizo pecado por nosotros, para que fuéramos hechos justicia de Dios en Él." (2 Cor. 5:21).
"Mandando a su propio Hijo de la carne corrompida por el pecado, El condenó el pecado en la carne" (Rom. 8:3).
"...enviando a su propio Hijo en semejanza de carne de pecado y como ofrenda por el pecado, condenó al pecado en la carne," (Rom. 8:3).
"Cristo mismo llevó nuestros pecados en el madero"(1 Ped. 2:24).
"y Él mismo llevó nuestros pecados en su cuerpo sobre la cruz,..." (1Ped. 2:24).
"Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el Justo por los injustos, para llevarnos a Dios"(1 Ped. 3:18).
Si la noticia más terrible del mundo es que hemos caído en juicio de condenación de nuestro creador y Él está unido al carácter de su justicia para preservar la gloria que Él merece sacando su ira   hacia   el   pecado   de   nuestra   ingratitud,   entonces   la   mejor   noticia   en   todo   el   mundo   (¡El evangelio!) es que Dios dictó sentencia sobre su Hijo en nuestro lugar (Gal.3:13) y así demostró su justicia que está unida a su propia gloria y así, ¡seguir salvando a pecadores como yo!.
Pero no todos los pecadores. No todos han sido salvados de la ira de Dios porque Cristo solo murió por los pecadores. Esta es la quinta gran verdad que nosotros debemos oír: Existe una condición que debes conocer para poder salvarte. Yo quiero enseñarlo como mi último punto, que es convertirse un hedonista cristiano, que es la parte esencial de esta condición.

 "¿Qué debo hacer para ser salvo?". Esta es probablemente la más importante pregunta que cualquier humano debe hacerse. Veamos por un momento las diferentes maneras en la que Dios contesta   esta   pregunta   en   su   palabra.   La   respuesta   en   Hechos   16:31   es  "Cree   en   el   Señor Jesucristo y serás salvo". La respuesta en Juan 1:12 es que debemos recibir a Cristo: "Todo aquel que le recibe...Él le dio potestad para convertirse en hijo de Dios". La respuesta en Hechos 3:19 es, "arrepiéntete";   esto   es,   dale   la   espalda   al   pecado   (arrepiéntete   para   que   tus   pecados   sean borrados). La respuesta en hebreos 5:9 es obediencia a Cristo. "Jesús se convirtió en la fuente eternal de salvación a aquellos que le obedecen."
Jesús mismo respondió la pregunta de varias formas. Por ejemplo, Él dijo en Mateo 18:3, que
hacerse como un niño es una condición para la salvación: "Verdaderamente te digo a ti, a menos que no te conviertas en un niño, no podrás entrar a reino de los cielos."
En Mateo 8:34-35. La condición de auto negación es perder el deseo de las cosas de este mundo por la vida en Cristo.
"Si cualquier hombre viene a mi, que se niegue a si mismo, tome su cruz y sígame. Por que cualquiera que quiera salvar su vida la perderá; y cualquiera que pierda su vida por causa del evangelio, la salvará."
En Mateo 10:37 Jesús dice que la condición es amarlo más a Él, que a cualquier otra persona:
"Aquel que ame más a padre o madre más que a Mi no me Merece a Mi y el que ame a hijo o a hija más que a mi, no me merece a mi." (Ver a 1 Corintios 16:22; 2 Timoteo 4:8)
Lucas   14:33.   La   condición   para   la   salvación   es   que   seamos   libres   del   amor   a  nuestras posesiones: "Cualquiera que no renuncia a todo lo que tiene no puede ser mi discípulo."
Existen   condiciones   en   el   nuevo   testamento   que   dicen   que   debemos   conocer para   así beneficiarnos   de  la  Muerte   de  Cristo   y  ser  salvados.  Nosotros   debemos creer   en   Él,   recibirle, volvernos de nuestros pecados, obedecerle, humillarnos a nosotros mismo como niños, y amarle más de lo que amamos a nuestra familia, nuestras posesiones en esta vida. Esto es lo que significa ser convertido a Cristo. Y esto solamente es el camino de una vida eterna.
¿Pero qué es lo que mantiene estas promesas? ¿Qué las une? ¿Qué cosas impiden a una persona hacerlas? Yo creo que la respuesta está en la parábola de Mateo 13:44.
El reino de los cielos es como un tesoro escondido en un campo, que un hombre descubrió y lo ocultó: entonces por el gozo que tiene, va y vende todo lo que tiene y compra ese Campo.
Esta   parábola   describe   cómo   una   persona   es   convertida   y   traída   al   reino   de los   cielos,   él descubre un tesoro y es llenado de gozo lo cual hace que venda todo lo que tiene de tal forma que pueda tener ese tesoro. Tú te conviertes a Cristo cuando Cristo se convierte en el tesoro de tu corazón y tu santo gozo. El nuevo nacimiento de esta santa afección es la raíz común de todas las condiciones de la salvación. Nosotros nacemos de nuevo-convertidos-cuando Cristo se convierte en el tesoro en el cual encontramos el más grande deleite que es confiar en Él, obedecerle y convertir esto en nuestro hábito normal.
Algunos pueden decir en contra del hedonismo cristiano: "es posible tomar esta decisión por Cristo sin el incentivo del gozo" Yo lo dudo. Pero este tema en esta mañana no." Puedes tomar la decisión por Cristo sin el incentivo del gozo; pero... ¿pudieras tú? ¿Te haría algún bien en el caso que pudieras? ¿Existe alguna evidencia en las escrituras de que Dios aceptaría a personas que vienen a Él por cualquier otro motivo que no sea el deseo de agradarle a Él? Algunos dirían:
"Nuestro propósito de vida debiera ser agradar a Dios y no a nosotros mismos", "¿pero qué es lo que agrada a Dios?" Hebreos 11:6.
Sin fe es imposible agradar a Dios. Para cualquiera que quiera estar cerca de Dios debe creer que Él existe y que Él recompensa a aquellos que le buscan.
Tú no puedes agradar a Dios, a menos que tú vengas a Él buscando recompensa.
Qué fue lo que Cristo le dijo a Pedro cuando Pedro se enfocó en su auto negación sacrificial y
dijo:  "nosotros  hemos  dejado  todo  y  te  hemos   seguido" (Mateo  19:27),  Jesús  vio  su  orgullo:
"Nosotros hemos hecho la heroica decisión de sacrificarnos por Jesús". Y ¿Cómo Cristo sacó ese orgullo del corazón de Pedro? Él dijo:
No existe alguno que haya dejado todo por mí que no reciba su recompensa… Ahora y en la vida eterna.
Pedro si tú no vienes a mí, por que soy el más grande tesoro, que todas esas cosas que tú has dejado, entonces tú nunca has venido a mí, tú sigues enamorado de tu autosuficiencia. Tú no te has convertido en un niño para el beneficio de su padre. Es este orgullo, que quiere ser más que un bebé; buscando la justicia, paz y gozo de nuestro Cristo. La condición de la salvación es que tú vengas a Cristo y busques la recompensa y que encuentres en el tesoro de tu corazón que es un santo gozo.
Para resumir: existen cinco grandes verdades que cada ser humano necesita para que se adueñe de estas cosas:
Primero: Dios es nuestro creador a quien le debemos gratitud por todo lo que tenemos.

Segundo: Ninguno de nosotros siente lo profundo, lo intenso y lo consistente de la gratitud que le debemos a nuestro creador.
Tercero:   Nosotros   entonces   estamos   bajo   la   justa   condenación   de   Dios.   Nuestro  propio sentimiento judicial nos enseña que somos culpables.
Cuatro:   En   la   muerte   de   Cristo   Jesús   por   nuestros   pecados   Dios   ha   hecho  la   manera   de satisfacer las demandas de su justicia y alcanzar la salvación de su pueblo.
Finalmente,   la   condición   que   nosotros   debemos   tener   para   beneficiarnos   de  esta  grande salvación es que nosotros seamos convertidos a Cristo.- y conversión a Cristo es lo que pasa cuando Cristo se convierte en tu tesoro y en el santo gozo de tu corazón. Cada invitación bíblica de la palabra de Dios está enraizada en la promesa de un tesoro purificado. Cristo mismo es una amplia recompensa por cada sacrificio. La invitación a la palabra es sin la posibilidad de equivocarse
Hedonista:
"A todos los sedientos: Venid a las aguas; y los que no tienen dinero, venid, comprad y comed. Venid, comprad sin dinero y sin precio vino y leche. ¿Por qué gastáis el dinero en lo que no es pan y vuestro trabajo en lo que no sacia? Oídme atentamente, y comed del bien, y se deleitará nuestra alma con grosura.
Inclinad vuestro oído, y venid a mí; Oíd y vivirá vuestra alma; y haré con vosotros pacto eterno, las misericordias firmes de David.(Isaías 55: 1-3)


En busca del Gozo: Estudio para la escuela biblica


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EN BUSCA DEL GOZO

SEIS VERDADES BÍBLICAS
¿Sabía usted que Dios nos ordena que seamos felices?
"Deléitate asimismo en Jehová, y él te concederá las peticiones de tu corazón." (Salmo 37.4)

1) Dios nos creó para su gloria
"Trae de lejos mis hijos, y mis hijas de los confines de la tierra  (…); para gloria mía los he
creado." (Isaías 43.6-7)
Dios nos creó para magnificar su grandeza, al igual que un telescopio magnifica las estrellas. Nos creó para poner de manifiesto su bondad y verdad, su hermosura y sabiduría y justicia. La gloria de Dios se manifiesta en grado máximo cuando nos deleitamos profundamente en todo lo que él es.
Así, Dios recibe la alabanza, y nosotros el placer. Dios nos creó de tal forma que cuanto más nos satisfacemos nosotros en Él, más se glorifica Él en nosotros.

2) Todo ser humano debería vivir para la gloria de Dios
"Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios." (1 Corintios 10.31)
Si Dios nos creó para su gloria, está claro que deberíamos vivir para glorificarlo. Éste es nuestro deber porque fuimos diseñados precisamente con ese propósito. Así que, nuestra primera obligación es mostrar el valor de Dios sintiéndonos satisfechos con todo lo que él es para nosotros. En esta satisfacción se encuentra la esencia del amor a Dios (Mateo 22.37) y de la confianza (1 Juan 5.3-4) y   el   agradecimiento   a   él   (Salmos   100.2-4).   Ésa   es   la   raíz   de   toda   verdadera   obediencia, especialmente del amor hacia los demás (Colosenses 1.4-5).

3) Ninguno de nosotros ha glorificado a Dios como debería
"Todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios." (Romanos 3.23)
¿Qué significa "estar destituido de la gloria de Dios"? Significa que ninguno de nosotros ha confiado   en   Dios   ni  lo   ha  valorado   como   debería.   No  nos   hemos  quedado  satisfechos  con  su grandeza ni hemos andado en sus caminos. Hemos buscado nuestra satisfacción en otras cosas a las cuales hemos dado más valor que a Dios, y ésta es la esencia de la idolatría (Romanos 1.21-23). Desde que entró el pecado en el mundo, todos hemos sido profundamente reacios a tener a  Dios como el tesoro que nos satisface por completo (Efesios 2.3), lo cual es una terrible ofensa a la grandeza de Dios (Jeremías 2.12-13).

4) Todos nosotros estamos sujetos a la condenación justa de Dios
"La paga del pecado es muerte..." (Romanos 6.23)
Todos hemos menospreciado la gloria de Dios. ¿De qué manera? Prefiriendo otras cosas antes que a él. Siendo ingratos, desconfiados y desobedientes. Por lo tanto, Dios nos trata con justicia cuando  nos  niega   el placer de  su   gloria  para  la   eternidad. Sufrirán   pena  de  eterna   perdición, excluidos de la presencia del Señor y de la gloria de su poder (2 Tesalonicenses 1.9).
La palabra "infierno" aparece en el Nuevo Testamento en doce ocasiones, y en once de ellas, es Jesús mismo quien la usa. No se trata, pues, de un mito creado por predicadores taciturnos y llenos de ira. Es un aviso solemne de parte del Hijo de Dios, quien murió para rescatar a los pecadores de la condenación eterna. Corremos un gran peligro al ignorarlo.
Si la Biblia acabara aquí su análisis de la condición humana, estaríamos condenados a un futuro sin esperanza. Sin embargo, hay más...
5) Dios mandó a su único Hijo, Jesús, para que podamos tener vida eterna y gozo
"Palabra fiel y digna de ser recibida por todos: que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores..." (1 Timoteo 1.15)
Las buenas nuevas son que Cristo murió por pecadores como nosotros, y resucitó físicamente
para validar el poder salvador de su muerte y para abrir las puertas de la vida eterna y del gozo (1 Corintios   15.20).   Es   decir,   Dios   puede   absolver   a   los   pecadores   culpables   y   seguir   siendo considerado justo (Romanos 3.25-26). Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios (1 Pedro 3.18). De la reconciliación con Dios es de donde surge toda satisfacción profunda y duradera.

6) Los beneficios comprados por la muerte de Cristo les pertenecen a los que se arrepienten y confían en él
"Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados" (Hechos 3.19).
"Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo" (Hechos 16.31).
"Arrepentirse" significa rechazar todas las promesas engañosas del pecado. "Fe" significa estar satisfecho con todo lo que Dios promete ser para nosotros en Jesús. El que en mí cree, dice Jesús, no tendrá sed jamás (Juan 6.35). No nos ganamos la salvación; no podemos merecerla (Romanos 4.4-5). La recibimos por gracia, por medio de la fe (Efesios 2.8-9); es un regalo gratuito (Romanos 3.24). La tendremos si la valoramos sobre todas las cosas (Mateo 13.44). Cuando así lo hacemos, se   cumple   el   propósito   de   Dios   para   la   creación:  
Él   se   glorifica   en   nosotros   y   nosotros   nos satisfacemos en él, para siempre.
¿Le parece que lo que le decimos tiene sentido?¿Le gustaría tener el tipo de felicidad que se experimenta al sentirse satisfecho con todo lo que Dios es para usted en Jesús? Si es así, entonces Dios está obrando en su vida.
¿Qué debería hacer usted?
Deje de confiar en las promesas engañosas del pecado. Clame a Jesús para que le salve de la
culpa, el castigo y la esclavitud. Todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo (Romanos 10.13). Empiece a depositar su confianza en todo lo que Dios es para usted en Jesucristo. Rompa el poder de las promesas del pecado por su fe en la satisfacción superior de las promesas de Dios. Empiece a leer la Biblia para encontrar sus preciosas y grandiosas promesas, que le pueden liberar (2 Pedro 1.3-4). Encuentre una iglesia cimentada en las verdades bíblicas y empiece a adorar a Dios   y   a   crecer   junto   a   otras   personas   que   valoran   a   Cristo   por   encima   de   todas   las   cosas (Filipenses 3.7).
La mejor noticia del mundo es que no tiene que haber ningún conflicto entre nuestra felicidad y la santidad de Dios. Satisfacernos con todo lo que es Dios para nosotros en Jesús lo magnifica como un gran Tesoro.
"Me mostrarás la senda de la vida; en tu presencia hay plenitud de gozo; delicias a tu diestra
para siempre." (Salmo 16.11)
Mateo 22.37:
"Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu
mente."
1 Juan 5.3-4:
"Pues éste es el amor a Dios, que guardemos sus mandamientos; y sus mandamientos no son
gravosos. Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y ésta es la victoria que ha
vencido al mundo, nuestra fe."
Salmos 100.2-4:
"Servid a Jehová con alegría;
Venid ante su presencia con regocijo.
Reconoced que Jehová es Dios;
Él nos hizo, y no nosotros a nosotros mismos;
Pueblo suyo somos, y ovejas de su prado.
Entrad por sus puertas con acción de gracias,
Por sus atrios con alabanza;
Alabadle, bendecid su nombre."
Colosenses 1.4-5:
"(Hemos) oído de vuestra fe en Cristo Jesús, y del amor que tenéis a todos los santos, a causa
de la esperanza que os está guardada en los cielos, de la cual ya habéis oído por la palabra
verdadera del evangelio."
Romanos 1.21-23:
"Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido. Profesando ser sabios, se hicieron necios, y cambiaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles."
Efesios 2.3:
"Todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás."
Jeremías 2.12-13:
"Espantaos, cielos, sobre esto, y horrorizaos; desolaos en gran manera, dijo Jehová. Porque dos males ha hecho mi pueblo: me dejaron a mí, fuente de agua viva, y cavaron para sí cisternas, cisternas rotas que no retienen agua."
1 Corintios 15.20:
"Mas ahora Cristo ha resucitado de los muertos; primicias de los que durmieron es hecho."
Romanos 3.25-26:
"Dios puso (a Cristo Jesús) como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados, con la mira de manifestar en este tiempo su justicia, a fin de que él sea el justo, y el que justifica al que es de la fe de Jesús."
Romanos 4.4-5:
"Pero al que obra, no se le cuenta el salario como gracia, sino como deuda; mas al que no obra, sino cree en aquel que justifica al impío, su fe le es contada por justicia.
Efesios 2.8-9:
"Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios;
no por obras, para que nadie se gloríe."
Romanos 3.24:
"(Los pecadores son) justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús."
Mateo 13.44:
"Además, el reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo, el cual un hombre halla, y lo esconde de nuevo; y gozoso por ello va y vende todo lo que tiene, y compra aquel campo."
2 Pedro 1.3-4:
"Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino
poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia, por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia."
Filipenses 3.7:
"Pero cuantas cosas eran para mi ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo."
Apariciones de la palabra "infierno" en el Nuevo Testamento
"Pero yo os digo que cualquiera que se enoje contra su hermano, será culpable de juicio; y cualquiera que diga: Necio, a su hermano, será culpable ante el concilio; y cualquiera que le diga:
Fatuo, quedará expuesto al infierno de fuego." (Mateo 5.22; habla Jesús)
"Por tanto, si tu ojo derecho te es ocasión de caer, sácalo, y échalo de ti; pues mejor te es que
se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea echado al infierno." (Mateo 5.29;
habla Jesús)
"Y si tu mano derecha te es ocasión de caer, córtala, y échala de ti; pues mejor te es que se
pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea echado al infierno." (Mateo 5.30; habla Jesús)
"Y no temáis a los que matan el cuerpo, mas el alma no pueden matar; temed más bien a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno." (Mateo 10.28; habla Jesús)
"Y si tu ojo te es ocasión de caer, sácalo y échalo de ti; mejor te es entrar con un solo ojo en la vida, que teniendo dos ojos ser echado en el infierno de fuego." (Mateo 18.9; habla Jesús)
"¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque recorréis mar y tierra para hacer un
prosélito, y una vez hecho, le hacéis dos veces más hijo del infierno que vosotros." (Mateo 23.15; habla Jesús)
"¡Serpientes, generación de víboras! ¿Cómo escaparéis de la condenación del infierno? (Mateo 23.33; habla Jesús)
"Si tu mano te fuere ocasión de caer, córtala; mejor te es entrar en la vida manco, que teniendo dos manos ir al infierno, al fuego que no puede ser apagado." (Marcos 9.43; habla Jesús)
"Y si tu pie te fuere ocasión de caer, córtalo; mejor te es entrar a la vida cojo, que teniendo dos pies ser echado en el infierno." (Marcos 9.45; habla Jesús)
"Y si tu ojo te fuere ocasión de caer, sácalo; mejor te es entrar en el reino de Dios con un ojo,
que teniendo dos ojos ser echado al infierno." (Marcos 9.47; habla Jesús)
"Pero os enseñaré a quién debéis temer: Temed a aquel que después de haber quitado la vida,
tiene poder de echar en el infierno; sí, os digo, a éste temed." (Lucas 12.5; habla Jesús)
"Y en el Hades alzó sus ojos, estando en tormentos, y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno." (Lucas 16.23; habla Jesús)
"Y la lengua es un fuego, un mundo de maldad. La lengua está puesta entre nuestros miembros, y contamina todo el cuerpo, e inflama la rueda de la creación, y ella misma es inflamada por el infierno." (Santiago 3.6; habla Santiago)
"Porque si Dios no perdonó a los ángeles que pecaron, sino que arrojándolos al infierno los entregó a prisiones de oscuridad, para ser reservados al juicio; " (2 Pedro 2.4; habla Pedro)

miércoles, 31 de octubre de 2012

Sermones Nivel Instituto Bìblico: Una RTenovación Autentica


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   Una Renovación Auténtica   
Isaías 40:29 – 31

Introducción:    
Leyendo  el  capítulo    40  de  Isaías  podemos entender  mejor  el  significado  de  estos  últimos  versos.  Este capítulo  le  muestra  al  pueblo  de  Dios  el  poder  sobrenatural  y  la soberanía de él mismo sobre la creación. Nos habla del control de Dios  sobre  la  naturaleza  y  sobre  la  gente,  de  protección  divina: Vr. 10 y de protección cuando nos encontremos afligidos Vr. 17.     
Hoy  estaremos  predicando  bajo  el  tema  “Una  Renovación Auténtica”.  Para  una renovación  auténtica  se  necesita  un acercamiento  auténtico  y  genuino;  se  necesita  una  elevación espiritual. El Salmista David decía: (Salmo 121:1).   
La  montaña,  espiritualmente  la  podemos  nombrar  el  lugar  del encuentro:
  •  El  lugar  donde  llegamos  a  Cristo  hecho  pedazos  y  él  nos restaura. 
  •  El lugar donde las heridas emocionales son sanadas. 
  •  El lugar donde no hay nadie que nos señale. 
  •  El lugar donde una vida  marginada  y decrecida encuentra un lugar de preeminencia.
I.  Moisés  subió  al  monte  para  tener  un  encuentro  con  Dios.   Vs. 8
1.  Posterior  a  este  encuentro,  Dios  le  había  dado  a  Moisés  los Diez mandamientos.
     a.  Fue  un  encuentro  maravilloso  el  que  disfrutó  Moisés  con Dios.  Siempre  que    nos   encontramos  con  Dios, experimentamos un encuentro maravilloso (Éxodo 19:17).
    b.  Cuando Moisés bajó se encontró con un becerro de oro.
2.  Moisés  se  enfurece  ante  tan  grade  pecado  y  rompió  las tablas de piedra.
a.  Tenemos  que  tener  cuidado,  porque  aún  cuando  creemos que  estamos  defendiendo   a  Dios,  nuestros  hechos  pueden ser ofensivos para Dios.
b.  En el capítulo 34 versos 8 y 9 Moisés clama a Dios por él y él se hace responsable por su falta.
3.  El monte Sinaí se convirtió en el monte de la restauración. a.  Moisés hizo tres cosas que movieron a Dios:
     1) Se apresuró,
     2) Bajó la cabeza hasta el suelo, y
     3) adoró.
b.  Los  tres  elementos  más  importantes  en  la  restauración.
Reconocer  nuestro  estado  de  emergencia,  humillarnos  hasta el suelo, adorar al soberano Dios.

II.  Subamos al monte de nuestra renovación.
1.  Cada uno de nosotros tenemos que reclamar es monte que nos llevará a una renovación   autentica    (Josué 14:10).
a. Caleb  pidió  su  monte.    No  se  lamentó  por  los  años  que tuvo que esperar.
b. No podemos vivir lamentándonos de los errores pasados.
c. Nuestro monte de la renovación nos provee optimismo.
d. Nuestro  monte  de  la  renovación  nos  dice  subiendo  aunque esto nos cueste alguna incomodidad.

2.  Aunque la bendición es la misma para todos los que suben, no
todos suben de la misma forma.
a.  Algunos tienen que subir por el monte de la oración.
b.  Otros por el monte de la humillación.
c.  Otros  subieron  y  ni  cuenta  se  dieron.    Estaban  tan destrozados  que  no  se  dieron  cuenta  que  Dios  estaba subiendo el monte con ellos.
d.  Jesús  mismo  subió  al  monte  y  tuvo  una  experiencia  sobre natural (Marcos 9: 2-9).   

III.    Restaurando lo perdido.
1.  Pediría usted:
     a.  Restaura mi unción.
     b.  Restaura mi compasión.
     c.  Restaura mi deseo de trabajar en la casa de Dios.
     d.  Restaura mi fidelidad.
     e.  Restaura mi efectividad.
     f.  Restaura tu gloria en mi vida.
     g.  Restaura mi gozo.
     h.  Restaura mi optimismo.
     i.  Restaura mi relación contigo y con los demás.

Conclusión: Quiero concluir con los versículos 29-31

Las Epístolas Pastorales: Nombre utilizado desde el S XVIII


 Las Cartas Pastorales
. biblias y miles de comentarios
 
LAS CARTAS PASTORALES
Introducción

DESTINATARIOS

Aunque estas cartas son generalmente conocidas como las epístolas pastorales, este nombre ha sido utilizado solamente desde el siglo XVIII. La descripción es quizá una cuestión de conveniencia más que de precisión, considerando que las cartas no son manuales de cuidado pastoral. Ambos, Timoteo y Tito, fueron asociados cercanos de Pablo, y estas cartas dirigidas a ellos son las únicas de este tipo incluidas en el NTNT Nuevo Testamento. No se sabe cuántas cartas semejantes a estas escribió el Apóstol. La carta a Film. es de este tipo.
 Timoteo es mencionado no sólo en Hech. sino también en otras cartas de Pablo. Es probable que se haya convertido a la fe cristiana durante el primer viaje misionero. Tuvo una participación muy cercana con el Apóstol en su segundo y tercer viajes. En Fil. 2:19, 20 Pablo habla cálidamente del cuidado e interés de Timoteo. Es admirable que hayan sido preservadas las cartas personales dirigidas a un compañero tan querido. Es extraño que Tito no es mencionado para nada en Hech., aunque sí en Gál. 2:1, 3, de donde sabemos que era griego, y en 2 Cor. 8:23 donde Pablo lo describe como su compañero y consiervo (ver también 2 Cor. 12:18). De los dos compañeros de Pablo, Tito parece haber sido el de personalidad más fuerte, porque en 1 y 2 Tim. hay varias alusiones a la timidez de Timoteo.

PATERNIDAD LITERARIA
Se dice que estas tres cartas fueron escritas por el apóstol Pablo. No hay evidencia en la iglesia primitiva de lo contrario. Pero desde principios del si glo XIX muchos eruditos han disputado la autoría paulina tal como la tenemos ahora. Hubo dos tipos principales de teorías alternativas, una consideraba las cartas como ficción, y la otra reconocía que había sido incluido en ellas algo de material paulino genuino. Ambas teorías consideran a las cartas como seudónimas, es decir firmadas por el apóstol pero escritas por algún otro. Generalmente se sostuvo por parte de aquellos que sostienen la no autoría paulina que este procedimiento era muy aceptable en aquellos días y que no se había incurrido en una falta moral, pero esto es discutible. ¿Cuáles son las razones pues, que nos han conducido a las teorías de la no autenticidad?

1. Las referencias históricas en las cartas
Estas presuponen que Pablo había visitado recientemente Efeso y Creta. El problema surge porque es difícil encuadrar estas alusiones en la historia que relata Hech. Algunos asumen que Pablo había sido liberado de la prisión mencionada al final de Hech., y que los eventos referidos en las cartas pastorales sucedieron después de esta liberación. Pablo debe haber sido encarcelado otra vez a último momento y finalmen te martirizado. Muchos eruditos, sin embargo, rechazan esta postura porque no hay evidencia para ella aparte de estas cartas. Se han hecho intentos, sin embargo, para encuadrar las referencias históricas dentro de la historia de Hech., aunque esto no sea lo correcto. Aquellos que no encuentran conveniente ninguna de estas reconstrucciones simplemente tratan las referencias históricas como ficticias y no hacen mucho esfuerzo para relacionarlas con la historia de Hech.

2. La mención de los oficiales de la iglesia
Se ha señalado que las referencias en las cartas a los “sobreveedores” (algunos traducen “obispos”) y “ancianos” reflejan un período tardío de la era apostólica. Otra vez hay amplias diferencias entre las teorías. Es difícil estar seguro de qué cosas significaban esos títulos en las diferentes etapas en la historia de la iglesia primitiva, y las cartas pastorales no hacen una distinción real entre ellos. El argumento por lo tanto es inconcluso. Pero, ¿hubiera necesitado el verdadero Pablo dar instrucciones a sus colaboradores sobre las cualidades requeridas de los oficiales de la iglesia? Si consideramos las cartas como semipúblicas no es difícil suponer lo que Pablo quiso enfatizar al escribir acerca de lo que ya debía haber instruido a sus colaboradores.

3. Las referencias a falsas enseñanzas
Algunos suponen que estas referencias pertenecen al período de herejías desarrollado en el siglo II y no pueden por lo tanto relacionarse con el tiempo de Pablo. Pero la evidencia no sostiene tal teoría, porque no hay relación entre los mitos y genealog ías referidas en las cartas pastorales y en las herejías gnósticas tardías. El principal interés era advertir a sus colegas a que no perdieran el tiempo en estas falsas doctrinas. Si, como suponen algunos eruditos, estas cartas fueron escritas para responder a las herejías del siglo II, ¿por qué no hay referencias más directas al tipo de error que prevalecía? Una justa conclusión sería que las falsas doctrinas no proporcionan una guía apropiada para fechar las cartas pastorales.

4. La posición doctrinal
Se dice que la posición doctrinal reflejada en estas cartas no está de acuerdo con la del apóstol Pablo. Se llegó a esta conclusión al comparar la teología de las otras cartas de Pablo con la teología de las pastorales. Se sostenía que hay mucho que es característico de otras cartas y que está ausente en las pastorales, aunque la autoría de Pablo está fuera de discusión. Existe, sin embargo, una fundamental debilidad en este argumento, ya que no considera la diferencia en las personas a quienes está dirigida o el propósito de las otras cartas. Pablo no esperaba escribir la suma total de su teología en todas las cartas que escribió. No hay nada en las pastorales que entre en conflicto con la posición teológica reflejada en las otras cartas. La ausencia de temas tales como la justicia de Dios o la presencia del Espíritu Santo debe ser considerada contra este trasfondo. Lo que es menos fácil de explicar es la repetición de lo que parecen ser declaraciones estereotipadas introducidas por ex presiones tales como “fiel es esta palabra”, la cual no se repite en ninguna de las cartas de Pablo. Pero, ¿elimina esto la autoría paulina? De ser así se necesitará demostrar que Pablo no había usado tales declaraciones, y la evidencia es simplemente insuficiente para probarlo.

5. Lenguaje y estilo

Los argumentos basados en el lenguaje son generalmente utilizados para señalar la no autenticidad de estas cartas. Sin embargo, aun aquí hay diferen tes maneras de pesar la evidencia. Es una cuestión aceptada que muchas palabras nuevas que sí son utilizadas en estas cartas no aparecen en ninguna parte de los escritos de Pablo, y hay muchas que no aparecen en ningún lugar del N.T. La cuestión importante es, sin embargo, si Pablo las había utilizado o no. Puesto que hay ejemplos contemporáneos de uso de casi todas las palabras menos un puñado de ellas, no hay razón por la cual Pablo no podría haberlas usado. Los argumentos basados en la utilización de las palabras son insuficientes.
En cambio, se ha colocado más énfasis en el estilo, y también se han utilizado varios métodos para determinarlo. Algunos han apelado al uso o no de pa labras tales como preposiciones, mientras que otros han recurrido a la extensión de las frases o a la frecuencia de las palabras. En términos generales cualquier cálculo estadístico de estilo es seria mente complicado a causa de la pequeñez de la muestra disponible en las cartas pastorales. Algunos eruditos que en otros terrenos favorecen a la autoría paulina se inclinan hacia alguna clase de “hipótesis del secretario” para referirse al cambio del lenguaje.
Aun si estas líneas de evidencia son consideradas suficientes como para asegurar un autor que no sea Pablo, subsiste el problema respecto de lo que impulsó a alguien a escribir estas cartas en nombre de Pablo y lo que lo llevó a elegir tres. Al no haber una salida satisfactoria, no parece irrazonable adherirse a la perspectiva tradicional de que Pablo escribió estas cartas a sus consiervos con un propósito histórico específico.

FECHA
La cuestión de la fecha de estas cartas está ligada íntimamente con la de su autor. Si Pablo no las escribió, entonces es posible cualquier fecha entre el año 50 del siglo I y el principio del siglo II. Tal como hemos visto, algunos eruditos entienden que estas cartas fueron escritas tan tarde que Pablo no podría ser el autor. Desde su punto de vista la fecha de estas cartas resuelve la cuestión del autor. Pero si Pablo fue el autor, quizás usando un secretario, entonces la fecha más probable para su composición es a mediados de la década de los 60 (los años exactos son motivo de controversia), cuando Pablo estuvo prisionero en Roma. Desde este punto de vista, es común sostener que Pablo fue liberado de la prisión mencionada al final de Hechos, pero fue arrestado por poco tiempo y finalmente martirizado, y que algunos de los eventos referidos en las pastorales tuvieron lugar durante este breve período de libertad. Verdaderamente, 2 Tim. suena como si hubiera sido escrita por alguien que sabía que le quedaba poco tiempo de vida.

PROPOSITO

Es más fácil determinar el propósito de 2 Tim. que de las otras dos cartas, porque ésta fue claramente escrita mientras Pablo estaba esperando el resultado del juicio. Es un urgente pedido a Timoteo para que trate de ir a verle mientras aún hay tiempo. Hay algunos pedidos personales en 2 Tim. 4 en relación con una capa, algunos libros y pergaminos. La carta entera es un aliento a Timoteo en el ejercicio de su ministerio.
En 1 Tim. el propósito parece ser el de dar alguna guía para la elección de los oficiales de la iglesia y para resistir a la falsa doctrina. Pablo declara su propósito en 1 Tim. 3:14, 15. Claramente intentó equipar a Timoteo con la instrucción necesaria esperando encontrarse con él pronto. En Tito hallamos una situación similar, así como Timoteo había quedado con responsabilidades en Efeso, Tito tenía una tarea de mayor responsabilidad en Creta. La carta, por lo tanto, habría ayudado a fortalecer las manos de Tito ante las dificultades del ministerio.

CANONICIDAD

Existe fuerte evidencia del uso de las cartas pastorales en la iglesia primitiva. Los paralelos con los escritores eclesiásticos no son meramente alusio nes, sino que esto es igualmente cierto de algunas otras cartas paulinas. Existen algunos paralelos entre estas cartas y 1 Clemente, lo cual sustentaría su uso antes del 95 d. de J.C.d. de J.C. Después de Jesucristo, aunque algunos eruditos ponen en duda esta conclusión. Ciertamente, Policarpo parece haber citado a dos de ellas y después de su tiempo hay una fuerte evidencia no solamen te de su uso sino de su autoridad.
Sin embargo, dos líneas de evidencia son citadas a menudo para disputar la canonicidad temprana de estas cartas. Una es el hecho de que Marción las excluyó de su canon (mediados del siglo II). Ya que Tertuliano señala que Marción “las sacó” parece razonable sostener que él sabía de ellas pero las desaprobaba. Es claro que el canon de Marción fue altamente selectivo. La otra línea de evidencias cita el hecho de que las cartas pastorales no aparecen en el Papiro Chester Beatty. Sin embargo, la evidencia para el uso y autoridad de estas cartas es muy fuerte; aquellas dudas que se levantaron para esta clase de evidencia son insuficientes para superar la opinión de que estas cartas fueron preservadas y atesoradas desde una fecha temprana como cartas genuinas del apóstol Pablo.

TEOLOGIA

Aunque algunos de los grandes temas paulinos están ausentes en estas cartas, hay muchos pasajes doctrinales que están totalmente en línea con la teología de Pablo. Estos contienen una alta visión de Dios, especialmente entendida en la notable doxología de 1 Tim. 1:17. Su paternidad es mencionada tanto como su función como Salvador (1 Tim. 4:10; Tito 1:3; 2:10, 13; 3:4) y como Juez Justo (2 Tim. 4:8).
Las referencias a Cristo están igualmente en línea con la enseñanza usual de Pablo: su humanidad (1 Tim. 1:15), su paciencia (1 Tim. 1:16), su obra salvadora (2 Tim. 1:10; Tito 2:13; 3:6), su mediación (1 Tim. 2:5, 6) y su resurrección (2 Tim. 2:8).
Hay menos referencias al Espíritu Santo que en la mayoría de las cartas de Pablo, aunque su obra no es pasada por alto. El obrar predictivo del Espíritu es mencionado en 1 Tim. 4:1, y se le dice a Ti moteo que tenga atesorada la verdad que habita en él (2 Tim. 1:14). El es el responsable de la obra de regeneración y renovación (Tito 3:5).
Las pastorales dejan en claro que la salvalción es el resultado de la misericordia divina por medio de nuestra fe (1 Tim. 1:16). No hay nada en realidad en estas cartas que contraríe la enseñanza de Pablo en ninguna parte.

1 Timoteo, Tito, 2 Timoteo
En el Capítulo 7 echamos un vistazo a las cuatro cartas que Pablo escribió mientras era prisionero en la ciudad de Roma. Después de estar durante dos años en una prisión romana, Pablo fue finalmente liberado y él era nuevamente un hombre libre. Pablo podía ir y venir otra vez ayudando a los creyentes, predicando el evangelio a los inconversos y empezando y fortaleciendo a las iglesias. Fue durante este tiempo de libertad que Pablo escribió dos cartas, 1 Timoteo y Tito.
Finalmente, hacia el final de su vida, Pablo fue echado otra vez en prisión en Roma (ver 2 Timoteo 2:9). Este fue el segundo y último encarcelamiento de Pablo en Roma. Esta vez no sería liberado, sino sería ejecutado. Mientras Pablo estaba en el calabozo, envió otra carta a Timoteo, que ahora llamamos el Libro de 2 Timoteo. En este libro tenemos registradas las últimas palabras de Pablo. Era la última carta (sobreviviente) que Pablo escribió y mientras la escribía, Pablo sabía que el día de su muerte se acercaba.
Todas las demás cartas de Pablo (excepto Filemón) fueron escritas a iglesias, pero estas tres cartas fueron escritas a dos hombres, Timoteo y Tito. Estos dos hombres eran Pastores, lo cual significa que eran líderes en sus iglesias y que tal como un pastor ha de cuidar a sus ovejas, estos hombres eran responsables de cuidar a los creyentes que estaban en sus iglesias. Por este motivo estas tres cartas son llamadas “CARTAS PASTORALES” o “EPÍSTOLAS PASTORALES”.
¿Dónde ejercía Timoteo su ministerio como Pastor (1 Timoteo 1:3)? E_____________. ¿Dónde ejercía Tito su ministerio como Pastor (Tito 1:5)? En la isla de C_________. ¿Puedes encontrar estos dos lugares en un mapa bíblico?
Leemos acerca de Timoteo en el Libro de los Hechos, capítulos 16-20 (ver especialmente Hechos 16:1-3). Tito no es mencionado en el Libro de los Hechos, pero leemos acerca de él en algunas de las otras cartas de Pablo (ver 2 Corintios 2:13; 7:6, 13, 14; 8:6; 12:18; Gálatas 2:1, 3). Estos dos hombres eran fieles siervos del Señor Jesucristo.
Las cartas a Timoteo y Tito tienen un importante mensaje para nosotros hoy. Al leer las cosas que Pablo escribió a estos hombres, empezamos a entender que clase de hombre debería ser en realidad un Pastor. También comenzamos a descubrir cómo debería ser la iglesia. Entonces debemos preguntarnos, “¿Mi iglesia es así?” “¿Estoy en la iglesia correcta?” “¿Está haciendo mi Pastor realmente lo que Dios quiere que haga?”
Al estudiar estos tres libros, aprendemos al menos cinco cosas acerca del Pastor y su predicación. Estas cinco cosas también deben estar presentes en la vida de cada creyente cuando compartimos la Palabra de Dios y hablamos a otros de nuestro maravilloso Señor y Salvador.
1) EL PASTOR DEBE PREDICAR SALVACIÓN
Hay muchas iglesias que no enseñan el camino de salvación de Dios. Hay muchas iglesias en las cuales el pastor o sacerdote o ministro nunca habla a su gente acerca de las BUENAS NUEVAS DE SALVACIÓN, sobre las cuales aprendimos en el Capítulo 5. Puedes asistir a esas iglesias todos los domingos durante años y nunca escuchar cómo ser salvo (ni tampoco que necesitas ser salvo).
Cuando Pablo escribió a Timoteo y Tito, tuvo mucho que decir acerca de la SALVACIÓN. Pablo quería que estos dos hombres predicaran y enseñaran respecto a la maravillosa salvación que se encuentra en Jesucristo.
¿Por qué vino Jesucristo al mundo (1 Timoteo 1:15)? __________________________
¿A quién quiere salvar Dios (1 Timoteo 2:3-4)? __________________________ ¿Por quienes dio Cristo Su vida en rescate (1 Timoteo 2:6)? ______ __________ ( Nota:”Rescate” significa “que Cristo dio Su vida en un sacrificio expiatorio bajo el juicio de Dios por el pecado y proveyó así un rescate por medio del cual aquellos que le reciben a Él sobre esta base, obtienen liberación del castigo debido al pecado” –W.E.Vine ). ¿Quién es el único MEDIADOR (alguien que se interpone) entre Dios y los hombres y el Único que puede llevarnos a Dios (1 Timoteo 2:5)? _____________ ¿En quien debemos poner nuestra confianza y esperanza (1 Timoteo 4:10 y 6:17)? ___________ _______________
Cómo es salvo o justificado el hombre, ¿por sus propios esfuerzos y buenas obras o por la gracia de Dios (Tito 3:7)? __________________________ En los siguientes capítulos, encuentra un versículo que enseñe que una persona no es salva por sus propias buenas obras:
Tito capítulo 3, versículo ___________
2 Timoteo capítulo 1, versículo ____________
En los siguientes capítulos encuentra un versículo que enseñe que si una persona es realmente salva (y Dios mora en ella), entonces hará buenas obras:
Tito capítulo 3, versículo ___________
Tito capítulo 2, versículo ___________
2) EL PASTOR TIENE QUE PREDICAR A CRISTO
En 1 Corintios 2:2, Pablo se propuso que él predicaría y daría a conocer a _________________ y a éste crucificado. Hay muchas iglesias hoy que no predican a Cristo. Algunas predican sobre política o filosofías. Otras predican que debemos ayudar y amar a nuestros prójimos. Algunas predican contra la guerra y la pobreza y el crimen. Otras predican religión (el hombre tratando de llegar a Dios a su manera). Pablo era diferente a todos ellos. El animó a Timoteo y a Tito a predicar a Cristo. La única esperanza del hombre se encuentra en el Hijo de Dios.
Completa la siguiente tarea de concordancia que te ayudará a ver que las Cartas pastorales están repletas de la verdad acerca del Cristo que Pablo predicaba:

 
1. ____ Cristo es mi Juez justo
2. ____ Cristo es mi Mediador
3. ____ Cristo es mi Señor
4. ____ Cristo es mi Salvador
5. ____ Cristo es mi Sustituto que murió por mí
6. ____ Cristo es mi esperanza
7. ____ Cristo es Dios manifestado en carne
8. ____ Cristo es un verdadero hombre (un descendiente
de David) que murió realmente y que resucitó de
los muertos
9. ____ Cristo es Aquel que abolió la muerte
10. ____ Cristo es el Gran Dios que viene otra vez
 
 
A. 1 Timoteo 1:1
B. 1 Timoteo 1:2
C. 1 Timoteo 2:5
D. 1 Timoteo 2:6
Tito 2:14
E. 1 Timoteo 3:16
F. 2 Timoteo 1:10
G. 2 Timoteo 2:8
H. 2 Timoteo 4:1, 8
I. Tito 1:4
J. Tito 2:13
3) EL PASTOR TIENE QUE PREDICAR TODA LA BIBLIA
Algunas iglesias solo predican de los Evangelios o de los Salmos o de otros pasajes favoritos. Pero hay muchas partes de la Palabra de Dios acerca de las cuales nunca predican. Otras iglesias predican todo el tiempo acerca de la salvación, pero no ayudan a la gente a entender como vivir la vida cristiana. Juan 3:16 es un versículo maravilloso, pero en la Biblia hay más que Juan 3:16. Si Dios hubiera querido que supiéramos sólo Juan 3:16, entonces ÉL nos habría dado una Biblia muy pequeña.
¿Qué dijo Pablo a Timoteo que predicara (2 Timoteo 4:2)? __________________ Si una persona ha de predicar la Palabra, entonces debe estudiar la Palabra de verdad de Dios (¿qué versículo de 2 Timoteo capítulo 2 muestra la necesidad de estudiar con cuidado la Palabra de verdad de Dios? versículo _____). ¿Cuánto de la Palabra de Dios es provechosa para nosotros de acuerdo con 2 Timoteo 3:16?
a. solo el Nuevo Testamento
b. solo el Nuevo Testamento y los Salmos
c. solo los Evangelios y los Salmos y los Proverbios
d. TODA ELLA (los 66 Libros de la Biblia)
¿QUÉ HARÁ POR MÍ LA PALABRA DE DIOS (2 Timoteo 3:16)?
4) EL PASTOR DEBE PREDICAR LA VERDAD RESPECTO A LA IGLESIA
El Pastor debe entender lo que Dios ha dicho acerca de Su iglesia. La razón principal por la cual Pablo escribió el Libro de 1 Timoteo fue para que Timoteo supiera como debía C_____________ en la casa de Dios, que es la iglesia del Dios viviente (1 Timoteo 3:15). Las Cartas Pastorales tienen mucho que decir en cuanto a las iglesias locales o asambleas locales. Estos libros nos hablan sobre la organización de la iglesia, los líderes de la iglesia, la doctrina (enseñanza) de la iglesia, los enemigos de la iglesia, la adoración de la iglesia y el futuro de la iglesia.
Mucha gente hoy en día no entiende realmente lo que es la iglesia y lo que la Biblia enseña en cuanto a la iglesia. Por ejemplo, muchas iglesias tienen hombres que se autodenominan “sacerdotes”. ¿Dicen la cartas pastorales que en la iglesia debería haber sacerdotes? Muchas iglesias tienen hombres que se llaman “directores”. ¿Dicen las cartas pastorales que debe haber directores en la iglesia? ¿Qué debe haber en la iglesia (1 Timoteo 3:12 y 1 Timoteo 5:17)? D_______________ y A____________________. Hay muchas otras cosas que se practican en las iglesias respecto a las cuales nada se dice en estas cartas. De igual modo, hay muchas cosas que se dicen en estas cartas que no son practicadas por las iglesias hoy. ¿Por qué es esto así?
5) EL PASTOR NO DEBE PREDICAR SOLO CON SUS LABIOS, SINO CON SU VIDA
Un buen pastor tiene que practicar lo que predica, de otro modo la gente que lo escucha dirá, “tus hechos hablan tan fuerte, que no alcanzamos a escuchar lo que estás diciendo”. El debe predicar la verdad y vivir la verdad. Timoteo fue instruido a cuidar no sólo de la doctrina (asegurarse de que estaba enseñando lo correcto), sino también de sí mismo (asegurarse de que estaba viviendo correctamente).
En 1 Timoteo 4:12 (ver también Tito 2:7), fue dicho a Timoteo que fuese un EJEMPLO de los creyentes, de modo que pudiesen mirar a Timoteo y decir, “eso es lo que un creyente debe ser”. Pablo también dijo a Timoteo que se ejercitara para la ______________ (1 Timoteo 4:7). El ejercicio físico es importante (1 Timoteo 4:8), pero el ejercicio espiritual es muchísimo más importante. ¿Cuáles son algunas de las cosas que deberíamos hacer en la esfera física para ser físicamente sanos y fuertes? ¿Cuáles son algunas de las cosas que deberíamos hacer en la esfera espiritual para ser espiritualmente sanos y fuertes?
Pablo quería que Timoteo y Tito fuesen espiritualmente fuertes. En 2 Timoteo capítulo 2, puedes encontrar los versículos que concuerdan con cada uno de éstos:
PABLO QUERÍA QUE TIMOTEO FUERA. . . .

Un buen SOLDADO

Versículo ________

Un buen ATLETA (uno que se esfuerza para recibir un premio)

Versículo ________

Un buen granjero o AGRICULTOR

Versículo ________

Un buen OBRERO

Versículo ________
¿Cuál es el significado espiritual detrás de cada uno de éstos? En otras palabras, ¿en qué manera debe un Pastor ser un buen soldado? ¿En qué manera debe un creyente ser un buen soldado? etc.
El Apóstol Pablo no era alguien que sólo enseñaba la verdad, sino alguien que también vivía la verdad. Cuando una persona vive bien, también podrá morir bien (ver Filipenses 1:21). Cuando Pablo escribió el libro de 2 Timoteo él estaba en prisión, y sabía que el día de su muerte se acercaba. ¿Pablo estaba preparado para morir (2 Timoteo 4:6)? ______ ¿Por qué Pablo no tenía temor de partir de esta vida (Filipenses 1:23)? _________________________ ¿Estaba Pablo avergonzado de la manera en que había vivido como cristiano (2 Timoteo 4:7)? ______ ¿Pablo esperaba con alegría el momento en que estaría ante el Juez justo, el Señor Jesucristo (2 Timoteo 4:8)? ______
Poco tiempo después que Pablo escribiera esta carta a Timoteo, él fue ejecutado por los romanos, fue decapitado con una espada e inmediatamente partió a estar con Cristo, lo cual es muchísimo mejor. (Favor escribir correctamente el versículo: Filipenses 1:21: “Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es una gran pérdida y una gran tragedia”.
_________________________________________________________________
Pudieron poner a Pablo en prisión y pudieron matarlo, pero, ¿pudieron detener la Palabra que él predicó (2 Timoteo 2:9)? _____


Primera Carta a los Corintios: Cristianos angustiados e influenciados por el mundo


. Primera Carta a Los Corintios

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1 CORINTIOS
Introducción

ANTECEDENTES
Para cuando Pablo llegó a Corinto en el otoño del año 50 d. de J.C.d. de J.C. Después de Jesucristo, hacía más de un siglo que la ciudad era colonia romana. Anteriormente había sido una ciudad griega orgullosa de su historia, pero había sido destruida por Mummio en el año 146 a. de J.C.a. de J.C. Antes de Jesucristo, luego de un conflicto con Roma, y permaneció en ruinas durante 100 años. Cuando Julio César decidió transformarla en una colonia romana en 44 a. de J.C.a. de J.C. Antes de Jesucristo, el nuevo plano de la ciudad se trazó según el tradicional estilo romano. Así, la ciudad fue el lugar donde se estableció el gobernador romano de la provincia de Acaya y pronto llegó a tener una población mayor que la de Atenas. Aunque fue fundada como “base militar”, complementada con algunos libertos de Italia, rápidamente se consolidó como un centro cultural y comercial. Algu nas de las familias pudientes de Grecia se sintieron atraídas por Corinto y se establecieron en los bellos suburbios residenciales en las laderas del enorme crestón rocoso a 545 m.m. Metro, conocido como Acroco rinto (“el punto alto de Corinto”). Estas familias se contaron entre los benefactores cívicos más importantes de la ciudad. Las inscripciones dan evidencias de muchos de ellos que se encontraban entre los más sabios, los de más noble cuna y los más poderosos. A comienzos de la era cristiana los juegos ístmicos habían comenzado nuevamente a realizarse bajo sus auspicios. Los puertos de la colonia eran Lecaión y Cencrea. Las ruinas arqueoló gicas de este último indican que era próspero no sólo como puerto sino también como ciudad satélite, y en el momento en que Pablo escribió su carta a los cristianos de Roma existía allí una iglesia (Rom. 16:1).
Era una ciudad de rica cultura y sus ciudadanos, como en Atenas, adoraban a muchos dioses. Entre ellos la deidad más conocida es Afrodita. Cuando Corinto era una ciudad griega se relacionaba a esta diosa con el amor, y especialmente con la prostitución sagrada. En el período romano, la adoración a Afrodita fue totalmente rehabilitada. Se la consideraba madre de la familia imperial; de allí su presencia en la Corinto romana como figura de veneración asociada, como en los demás lugares, con el culto imperial. Sería muy exagerado decir que la inmoralidad a la que tendían los corintios fuera resultado de su patronato, y es equivocado llegar a la conclusión de que los pecados sexuales de los cristianos de Corinto puedan ser explicados con relación a ella. La inmoralidad, ya fuera fornicación, adulterio o incesto, no se limitaba a Corinto.
Pablo fundó la iglesia c. de 50 d. de J.C.d. de J.C. Después de Jesucristo, luego de su visita a Atenas (Hech. 18:1–7). Tuvo sus orígenes en los sermones que predicó en la sinagoga judía cuyo líder estuvo entre los primeros conver tidos (Hech. 18:8). Inevitablemente, se produjo el choque entre la iglesia y la sinagoga. Los judíos intentaron iniciar juicios penales contra los cristianos. Estos no prosperaron porque Gayo estableció que el cristianismo estaba incluido bajo la protección del judaísmo (Hech. 18:12–17), dándoles así a los cristianos la misma posición privilegiada que a los judíos. Esta decisión tuvo consecuencias de largo alcance, especialmente para los cris tianos que eran ciudadanos romanos, con obligaciones para con el culto imperial.
Pablo sufrió un período de gran desaliento en el ministerio, que requirió la intervención directa del Señor (Hech. 18:9–11). Después de trabajar allí durante 18 meses —su segunda estadía más larga en una ciudad—, dejó Corinto. La obra fue continuada por Apolos (1 Cor. 3:6), un eficaz orador judío de Alejandría y más recientemente de Efeso, donde su ministerio se había intensificado con el apo yo de Aquilas y Priscila (Hech. 18:24–28). Ellos habían estado con Pablo en Corinto desde la fundación de la iglesia y tenían el mismo oficio de hacer tiendas (Hech. 18:2, 3). Parecería que también Pe dro estuvo en Corinto (1 Cor. 1:12).

Antes de escribir 1 Cor. aparentemente Pablo escribió una carta sobre la relación con personas inmorales, que fue malentendida por los corintios (1 Cor. 5:9). Pablo mismo se había trasladado a Efeso cuando algunos de la casa de Cloé le llevaron noticias de contiendas en la iglesia (1 Cor. 1:11). También fueron otros: Estéfanas, Fortunato y Acaico (1 Cor. 16:17), llevando una carta que los corintios habían escrito, pidiendo la decisión de Pablo sobre varios temas pastorales complejos que afectaban a la iglesia: el matrimonio, la comida ofrecida a los ídolos, los dones espirituales, la ofrenda para los cristianos judíos de Jerusalén y el pedido del regreso de Apolos (1 Cor. 7:1, 25; 8:1; 12:1; 16:1, 12).
Los informes verbales también revelaron problemas de división, incesto, litigios civiles, inmoralidad, mujeres que profetizaban en la iglesia sin tener la cabeza cubierta, abuso de la cena del Señor y la negación de la resurrección del cuerpo (caps. 1–4; 5; 6; 12; 15).
Para un tratamiento más detallado de la correspondencia intercambiada con los corintios y una reconstrucción de las diversas visitas de Pablo a ellos, ver la Introducción a 2 Cor. Ver también: “Leyendo las epístolas.”
1 Cor. es el documento pastoral más extenso del NTNT Nuevo Testamento y da importantes claves sobre cómo manejar temas pastorales difíciles. También ofrece respuestas cruciales a problemas críticos que de una forma u otra siguen acosando a la iglesia en la actualidad.


BOSQUEJO DEL CONTENIDO

1:1-3    Autores y destinatarios

1:4—4:21    El enfoque cristiano del ministerio en la iglesia
1:4-9    Acción de gracias por la total suficiencia de Cristo
1:10-17a    Idolatrar a los maestros cristianos es causa de divisiones
1:17b—2:5    Gloriarse en el Señor y no en el círculo de la elite educada
2:6-16    Sabiduría revelada por el Espíritu
3:1-23    El problema permanente de los corintios
4:1-5    Ministerio y críticas
4:6-13    Ministerio y posición
4:14-17    Pablo el apóstol, como su padre
4:18-21    Opciones que se les presentaban a los corintios

5:1—6:20    Temas morales
5:1-8    La inmoralidad y la legítima jurisdicción de la iglesia en la disciplina
5:9-13    La jurisdicción del juicio de la iglesia
6:1-8    Los juicios entre creyentes
6:9-20    Contra el libertinaje cristiano

7:1-40    Problemas matrimoniales
7:1-6    A los casados
7:6, 7    El don del celibato y el matrimonio
7:8, 9    Los que no tienen cónyuge
7:10, 11    A los casados
7:12-16    Opciones frente a un cónyuge no creyente
7:17-24    El llamado personal de Dios
7:25-38    Casarse ahora o esperar
7:39, 40    La viuda

8:1—11:1    Obligaciones del evangelio en un mundo pluralista
8:1-13    Carne sacrificada a los ídolos
9:1-14    Derechos y ministerio
9:15-23    El evangelio gratuito de Pablo
9:24—10:13    Correr y no caer
10:14—11:1    Los banquetes de los ídolos y la cena del Señor

11:2—14:40    Orden en la vida de la iglesia
11:2-16    Sobre cubrirse la cabeza durante la adoración
11:17-34    Los problemas en la cena del Señor
12:1-13    Hay sólo un Espíritu Santo
12:14-31    Hay un solo cuerpo de creyentes
13:1-13    Dones ejercidos en el contexto de relaciones donde existe un compromiso
14:1-19    Profecías, lenguas y la iglesia
14:20-25    Profecías, lenguas y los no creyentes
14:26-36    Decentemente y con orden
14:37-40    Advertencias y conclusiones

15:1-58    La resurrección del cuerpo del creyente en Cristo
15:1-11    El evangelio y la certeza de la resurrección de Cristo
15:12-34    La resurrección de Cristo y nuestra resurrección
15:35-44    Analogías de semillas y cuerpos
15:45-49    Analogía de Adán y Cristo
15:50-57    La seguridad de la victoria
15:58    Instrucciones finales

16:1-24    Otros asuntos
16:1-4    Indicaciones sobre la ofrenda
16:5-9    Planes de viaje de Pablo
16:10, 11    Posible visita de Timoteo
16:12-14    El regreso de Apolos
16:15-18    La casa de Estéfanas, ejemplo de piedad
16:19-22    Saludos finales
Comentario

1:1-3 AUTORES Y DESTINATARIOS
En la época de Pablo cuando se escribía una carta el autor comenzaba mencionando su nombre y luego el de aquellos a quienes estaba escribiendo. Pablo se refiere a sí mismo y a su autoridad para escribir; no es un maestro autodidacto ni un obrero cristiano por propia designación, sino alguien que ha sido comisionado para ser misionero y vocero de Cristo para cumplir los propósitos de Dios. La carta tiene como “coautor” a Sóstenes (1), a quien Pablo describe como el hermano. La inclusión de Sóstenes demuestra el concepto de Pablo del “trabajo compartido” en el ministerio apostólico. Pablo no era ninguna prima donna, y jamás se refiere a quienes comparten su tarea como “seguidores” o “discípulos”, sino como colegas (“compañeros de milicia”, Fil. 2:25; Film. 2). Tampoco la iglesia es “suya”, aunque él haya sido el apóstol fundador; es algo que Dios reunió, le pertenece a él (2).
Su posición está determinada por la obra de Cristo que declaró santificados a sus integrantes. Por consiguiente, ellos son una clase particular de personas: son santos. Para describirlos se utiliza la palabra “clase”. Esta misma palabra era utilizada para describir las clases seculares en la Corinto clasista (el verbo “ser” no está presente en el texto gr.). Su condición de “santos” no está dada por sus obras piadosas; en realidad, algunos de ellos han participado de obras impías (5:1; 6:1, 16; 8:10; 10:8, etc.). Se adquiere únicamente por lo que Cristo ha hecho (cf.cf. Confer (lat.), compare 1:30). Pablo no se limita a enfatizar su con dición —los corintios seculares eran arrogantes y se consideraban superiores porque vivían en la capital de Acaya— sino el origen espiritual que compartían con todas aquellas personas del mundo que invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo para ser salvas (Rom. 10:13). Cristo es Señor de ellos y nuestro. 3 Al saludo normal de paz, o “salud”, utilizado secularmente, Pablo agrega gracia, que es algo dado como regalo y que no puede ser ganado (Rom. 6:23). Estas bendiciones son reales, por cierto, ya que proceden de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo (cf.cf. Confer (lat.), compare 8:6).

1:4-4:21 EL ENFOQUE CRISTIANO DEL MINISTERIO EN LA IGLESIA

1:4-9 Acción de gracias por la total suficiencia de Cristo

En las secciones de agradecimiento, Pablo generalmente indica los temas que tiene que tratar más adelante en su carta. Siempre puede dar gracias por que la suficiencia de Dios puede resolver todas nuestras necesidades en la persona de su Hijo.
Aquí alude al problema de discriminación que en esta colonia romana sufrían los que no pertenecían a la elite. Entre ellos había muchos cristianos. El menciona específicamente el altamente refinado arte del habla, es decir, la retórica o palabra (logos) y la posesión del conocimiento. Estas eran las herramientas que utilizaba el maestro y orador público culto, pero, ¿eran igualmente importantes para llevar el testimonio cristiano y para enseñar o predicar en las iglesias cristianas? El amor que los corintios tradicionalmente sentían por la oratoria (“aun entre mujeres y niños”, Dio Crisóstomo 37) también explica una de las razones por las que algunos en la iglesia habían pedido que regresara Apolos en lugar de Pablo. Es claro que el primero utilizaba su conocimiento de retórica para la predicación (1 Cor. 16:12; Hech. 18:24–28). Este es uno de los temas más importantes de la carta. En cada uno de estos versículos, Pablo menciona a Jesucristo. El pueblo de Dios es importante porque todo lo que es y lo que será es resultado de lo que Dios ha hecho por él en la persona de su Hijo (cf.cf. Confer (lat.), compare 1:30), y no como resultado de su posición social, sus privilegios o sus logros en el ámbito secular.
4 La razón por la cual agradece a Dios constantemente es para reconocer la gracia que Dios ha dado en Cristo Jesús a los corintios. 5 Esto ha traído como resultado un enriquecimiento de sus vidas en todos los aspectos. Pablo destaca un área crucial para la evangelización, la predicación y la enseñanza cristiana: en toda palabra y en todo conocimiento.  Estos eran dones que Cristo les había otorgado. 7 Por consiguiente, no les falta ninguno de los dones necesarios para el ministerio que realizan mientras esperan, no el fin de sus vidas a causa de algún acontecimiento inevitable, sino la manifestación de nuestro Señor Jesucristo. Esta expectativa de la segunda venida representa un cambio radical en su cosmovisión, que anteriormente veía a la historia de la humanidad como una continuidad eterna en un mundo indestructible. 8 En una socie dad donde los que no pertenecían a la elite eran considerados social y políticamente insignificantes, Pablo hace hincapié en la verdad de que Cristo los confirmará para que sean irreprensibles en el día de nuestro Señor Jesucristo (una expresión utilizada en el ATAT Antiguo Testamento para referirse al día del juicio). 9 Es imposible que ellos logren esto por su cuenta, pero el Dios que los ha llamado a la comunión de su Hijo es totalmente digno de confianza, ya que no puede dejar de cumplir sus promesas. Por tanto, ningún hijo de Dios debe estar paralizado en el servicio cristiano por un sentimiento interno de inferio ridad o incapacidad, sino que debe mirar a Cristo quien es totalmente suficiente para suplir sus necesidades.

1:10-17a Idolatrar a los maestros cristianos es causa de divisiones

Los alumnos o “discípulos” de un maestro secular debían lealtad exclusiva a éste. Era común que pelearan con los alumnos de maestros rivales sobre los méritos de sus mentores, quienes también por tradición rivalizaban unos con otros. Los corintios que se convirtieron y bautizaron a través del ministerio de Pablo, Apolos y Pedro, también se conside raban, como en el mundo secular, como sus seguidores exclusivos, y de la misma manera discutían sobre los méritos de los maestros cristianos. Pablo declara que esa lealtad es idolátrica. El quiere que los corintios sigan al Mesías, no a sus siervos. Convertir a los maestros u oradores “carismáticos” en ídolos que buscan la lealtad de “sus” miembros siempre ha sido causa de divisiones y desastroso para la comunidad cristiana.
El llamado a la unidad que hace Pablo frente a su percepción del papel del maestro cristiano —el Apóstol jamás utiliza el término secular “líderes” que siempre implica una condición superior— se basa en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, a quien habían invocado para ser salvos (1:2). No es un llamado a buscar la unidad a partir de un mínimo denominador común, sino una convocatoria urgente a que os pongáis de acuerdo (10). La prohibición de la división y la demanda de que los cristianos estén completamente unidos en la misma mente y el mismo parecer los instan a comprender qué es lo que Dios piensa sobre este tema. Pablo lo discute detalladamente en 1:10–4:21.
12 Pablo pone bien en claro el cambio: Me refiero a que …  lit.lit. Literalmente, uno de vosotros está diciendo: Yo soy de …  es decir, “Yo pertenezco a … Después que algunos declararan su lealtad a prominentes maestros de la iglesia, otros, aparentemente, formaron el grupo de Cristo. 13 Cristo jamás puede ser la propiedad exclusiva de un grupo en una iglesia (cf.cf. Confer (lat.), compare 1:2), de ahí la pregunta: ¿Está dividido Cristo? Como cuerpo de Cristo, la iglesia no puede estar dividida. Estas expresiones de lealtad a Pablo y otros son consideradas por el Apóstol como usurpaciones del lugar de Cristo. Así como los objetos religiosos que se encontraban en Corinto llevaban la inscripción: “Yo pertenezco a Afrodita”, “yo pertenezco a Deméter”, así estas erróneas expresiones de lealtad exclusiva son idolátricas; implican que Pablo fue el mediador de su salvación. Su entrada al reino de Dios, expresada por medio del bautismo, no fue en el nombre del evangelista que les predicó. Sus expresiones de lealtad a los maestros reemplazaban el compromiso y la lealtad que los cristianos deben dar sólo a Cristo. No podía decirse que el bautismo cristiano estableciera la membresía en el “grupo de Pablo” ni indicara ninguna relación especial con él, porque había bautizado a muy pocos de ellos (14–16). 17a Pablo explica que su llamado apostólico no fue a bautizar sino a predicar, y en la sección siguiente continúa dando razones por las que renunció al uso de los métodos de los oradores públicos profesionales.

1:17b-2:5 Gloriarse en el Señor y no en el círculo de la elite educada

En el siglo I se esperaba que un orador o alguien que hablaba en público produjera discursos cuidadosamente preparados que atrajeran la atención de la gente hacia su habilidad en el manejo de las convenciones retóricas. La oratoria era llamada “magia”, porque se decía que hechizaba a quienes escuchaban. El contenido del discurso era lo menos importante, sólo importaba la actuación. Los oradores hablaban para ganar la adulación de sus audiencias. 17b Pablo no utilizó ninguno de los trucos del orador profesional, ya que no predicó con sabiduría de palabras, lit.lit. Literalmente “por medio de la sabiduría de la retórica”. Haber adoptado las convenciones seculares habría promovido al orador cuya actuación juzgaba el público. Esto hubiera distraído su atención, quitándola de la cruz para centrarla en la persona de Pablo, robando así a los oyentes la oportunidad de escuchar sobre el maravilloso acontecimiento por medio del cual Dios rescata a las personas. Este mensaje de autoridad se llama el evangelio y tiene como contenido a la cruz de Cristo. Cristo lo envió a predicar el evangelio, no a procurarse seguidores personales.
18 En lo que quizá sea un juego de palabras, Pablo llama al evangelio el mensaje, lit.lit. Literalmente “la oratoria” (logos) de la cruz. Argumenta que las respuestas a su predicación tienen un doble efecto. Para algunos resulta absurda (cf.cf. Confer (lat.), compare Hech. 26:24), pero para otros fue el medio poderoso por el cual se convirtieron en pueblo de Dios. En los vv. 18–31 su discusión comienza y termina con citas bíblicas (Isa. 29:14 y Jer. 9:24). La primera (19) promete que Dios destruirá la sabiduría de los sabios y desechará el entendimiento de los entendidos; la segunda (31) re chaza el gloriarse de la elite culta, rica y poderosa, y demanda que quienes se glorían, se gloríen únicamente en el Señor.
Pablo declara que la retórica y la reflexión teológica, tan admiradas en su época, fallaban porque no podían llevar a las personas a conocer a Dios (20–25). 20 Tampoco el sabio, o sea, el filósofo, ni el erudito o escriba [judío], ni, lit.lit. Literalmente el disputador de esta edad presente, es decir, el orador, todos los cuales en esa época eran símbolos de la educación, enseñaban la sabiduría de Dios. Por el contrario, su sabiduría era locura. 21 A pesar de la discusión altamente sofisticada de la teología natural que llevaban a cabo los estoicos y epicúreos acerca de “la naturaleza de los dioses”, ese mundo intelectual no conocía a Dios. El propósito de Dios se cumplía por medio de lo que era considerado locura, es decir, lo que Pablo predicaba, para salvar a aquellos que ponían su confianza en ese mensaje. 23 Un Mesías crucificado desafiaba todo lo que los judíos esperaban, a la vez que era desechado como absurdo por el mundo gentil. 24 Tanto la sabiduría como el poder de Dios se hallan en Cristo. 25 Aunque los hombres consideren que es un camino necio y débil, Dios es más sabio y más fuerte que ellos.
26–31 Pablo hace un llamado a que los corintios reflexionen sobre la posición o la clase secular de aquellos a quienes Dios ha escogido para demostrar la naturaleza de la sabiduría de Dios. La elite del siglo I era descrita como sabia, influyente en lo político y de “buena cuna”. Pero Dios no llamó a muchos de entre éstos (26). Eligió a los locos en vez de a los sabios, a los débiles antes que a los po derosos, a aquellos a quienes la sociedad secular consideraba “nadie” en contraste con aquellos a quienes se halagaba por considerarlos importantes (27, 28). El propósito de Dios al hacer esto es evitar toda jactancia basada en la condición secular (29, 30). Es todo obra del favor divino (por él), lo único necesario es ser hallado en Cristo Jesús, tal como Pablo ha subrayado en sus palabras de agradecimiento (1:4–7). Para Pablo y para todos los cre yentes en Cristo, la sabiduría, la justificación, la santificación y la redención se hallan en Cristo. Por ello, está correctamente citado el mandato de Jer. 9:24 que hablaba en contra de la elite de su época, ya que ni el sabio, ni el poderoso, ni el de cuna noble pueden gloriarse sino en el Señor (31).
1–5 Comienzo del ministerio de Pablo. Ahora se presenta una ilustración de la insuficiencia de la retórica y la sabiduría seculares. En el texto original la expresión traducida así que … yo [lit.lit. Literalmente “y yo”], une esta parte con la última afirmación acerca de gloriarse sólo en el Señor (1:31). En el original los vv. 1, 2 y 3, 4 comienzan de la misma manera y describen las actividades de Pablo: en este caso, su primera entrada a Corinto. Cuando los oradores entraban en una ciudad seguían ciertas convenciones ya establecidas. Se esperaba que dieran floridos discursos alabando a la ciudad y comentando sus logros personales. Hacían esto para hacerse de una reputación y conseguir beneficios económicos como oradores políticos y maestros de los ricos. Pablo aclara en los vv. 1 y 2 que él había desechado las formas convencionales de entrar a una ciudad que hacían gala de la clásica excelencia de palabras o de sabiduría ya que él proclamaba el misterio de Dios que era Jesucristo, y él crucificado. Antes de llegar Pablo ya había decidido cuál sería el contenido de su mensaje. 3, 4 Es la descripción, en términos negativos, de lo que los oradores llamaban “presencia”. Pablo no era una figura carismática, ya que estaba allí con debilidad, con temor y con mucho temblor, su mensaje (o mejor, “oratoria”), y su predicación no fueron entregados por medio de las técnicas persuasivas que usaban los oradores, interpretando un personaje, jugando con los sentimientos del público y con las clásicas de mostraciones recomendadas por los manuales de retórica. En lugar de utilizar una de las técnicas de demostración recomendadas por Aristóteles, su mensaje estuvo acompañado por el poder del Espíritu. 5 Esto se debía a que él quería que la fe de los corintios descansara en el poder de Dios y no en la elocuencia del orador. Pablo no fue un orador de lujo que persuadió a los corintios a convertirse en cristianos. El se diferenciaba de los oradores “de los medios” en que no adaptó el contenido de su mensaje para adecuarse a los métodos de persuasión tan dominantes en Corinto, porque Dios había desechado a los disputadores de esta edad presente (1:20).

2:6-16 Sabiduría revelada por el Espíritu

Aquí Pablo hace un contraste entre la sabiduría divina y la admirada sabiduría de la clase gobernante. Dios se ha complacido en revelar su sabiduría por medio de su Espíritu a los apóstoles, a nosotros (10). El nosotros que se implica en los vv. 6, 7, 13 y 16 no se refiere a los cristianos de Corinto cuyo comportamiento, según se describe en esta carta, muestra que no son de los que tienen la mente de Cristo (16, cf.cf. Confer (lat.), compare 5:1, 6:1, 11:1). Tampoco se refiere a los cristianos en general, sino antes bien al ministerio especial de los apóstoles.
6–8 Pablo declara que él habla no sólo el evangelio, sino la sabiduría de Dios. Esta se habla entre los que han alcanzado madurez. Los virtuosos y aclamados oradores de la época utilizaban esta expresión relacionándola con ellos mismos, y sostenían que hacían que sus alumnos también lo fueran. Ellos serían los futuros regidores de ciudades y estados. Es muy posible que Pablo tuviera esto en mente, cuando dice lo que su sabiduría no es: no es la sabiduría de la edad presente, ni la de los príncipes de esta edad, que perecen. Luego define lo que sí es (7). Es la sabiduría oculta de Dios que estuvo escondida anteriormente pero ahora ha sido revelada, y que fue destinada para nuestra gloria antes del principio de los tiempos. A pesar de su so fisticada educación, los gobernadores de esta edad nunca la comprendieron; de otra manera jamás habrían participado en la crucifixión de Jesús, llamado aquí el Señor de la gloria (cf.cf. Confer (lat.), compare Hech. 13:27).
9 Aquí cita Isa. 64:4 para atraer la atención hacia la gracia de Dios que en forma totalmente inesperada él imparte a quienes lo aman. 10a El versículo de Isa. no es una referencia a lo que en el futuro descubriremos como propósitos individuales de Dios para su pueblo, ni a dones no anticipados, porque Pablo usa el tiempo pasado al declarar que a nosotros (a los apóstoles) Dios nos las reveló a través de la actividad del Espíritu Santo (cf.cf. Confer (lat.), compare 1 Ped. 1:12). 10b, 11 Así como sólo cada persona sabe lo que realmente piensa, de la misma manera sólo el Espíritu de Dios conoce las cosas profundas de Dios. 12 Los apóstoles no razonan en base a los principios de la sabiduría secular, porque han recibido este mismo Espíritu, a fin de que puedan entender aquello que tan generosamente Dios nos ha dado gratuitamente en su Hijo. 13 Los apóstoles no utilizan la sabiduría secular para transmitir su verdad, sino palabras enseñadas por el Espíritu, interpretando lo espiritual por medios espirituales. No recurren a las técnicas de retórica utilizadas por los oradores.
14, 15 La persona que no tiene al Espíritu, lit.lit. Literalmente el hombre natural, rechaza lo que el Espíritu enseña, porque esto requiere ser examinado espiritualmente. Por otra parte, el hombre espiritual investiga to das las cosas, es decir, lo que el Espíritu enseña. Si la referencia aquí es hacia los apóstoles, entonces está claro por qué Pablo dice que la persona espiritual no es juzgada por nadie. Si se refiere al cristiano de mentalidad espiritual, podría significar que no es el juicio del hombre el que determina su condición, sino el examen realizado por la Palabra de Dios. 16 Pablo cita Isa. 40:13, que pregunta si alguien puede comprender la mente del Señor, como para instruirlo. Afirma que los apóstoles tienen la mente de Cristo, que es el Señor. ¿Significa esto que Pablo descarta a aquellos corintios que podrían examinarlo y juzgarlo (cf.cf. Confer (lat.), compare 4:3)?
El pasaje ha tratado el tema de que Dios es un Dios que “habla” (cf.cf. Confer (lat.), compare Deut. 4:33–36) y que ha elegido revelar su corazón y su mente por medio de sus siervos, los apóstoles. El atribuir las palabras de los apóstoles “hablamos” y “estamos hablando” (ambas en tiempo presente, vv. 6, 13) a la sabiduría de Dios que ha sido revelada, señala al hecho de que ellos hablaban la palabra de Dios; y esto explica por qué la iglesia, a través de la historia, ha sostenido el punto de vista de que lo que los apóstoles dijeron es lo que Dios dice.

3:1-23 El problema permanente de los corintios

Tal como Pablo ilustró el tema que trata en 1:10–31 sobre gloriarse en el Señor, refiriéndose a su propia llegada a Corinto, actúa de la misma forma en 3:1–23. Habla del problema de los cristianos de Corinto, que es el mismo desde el principio, en relaci ón con su tendencia a las divisiones (1–9), del papel que desempeña como apóstol fundador, y del cui dado que se necesita para construir la iglesia en vista del juicio futuro (10–17), concluyendo con una corrección del malentendido de la relación de los maestros con el pueblo de Dios (18–23).
1 Como en 2:1 y 2:3, Pablo comienza con otro y yo para seguir hablando sobre sus experiencias en Corinto. Cuando llegó no podía referirse a ellos como espirituales, sino apenas como a carnales y “creyentes niños”. 2 La condición de ellos estaba determinada por lo que era entonces su dieta, y todavía lo es. 3 Se ve claramente que aún son mundanos por la existencia de celos y contiendas en cuanto a los maestros. ¿No es cierto que sois carnales y andáis como humanos? es, lit.lit. Literalmente, “andar según los hombres”, es decir, guiados por normas seculares. 4 Cuando ellos se aferran exclusivamente a los líderes, sean estos Pablo o Apolos, el Apóstol pregunta nuevamente: ¿No es cierto que sois carnales? La mundanalidad (carnalidad), en este caso, proviene de considerar el ministerio cristiano a partir de un concepto secular. 5 Los ciudadanos de Corinto reflejaban su mundo secular al evaluar a las personas en términos de sus privilegios, condición y riqueza; Pablo pregunta si acaso los cristianos no estaban haciendo eso mismo. Usa palabras indicadoras de bajo rango para describir a Apolos y a sí mismo como siervos por medio de los cuales habéis creído. Ellos no podían reclamar ningún mérito personal ya que en cada uno todo se hizo según el Señor le concedió. 6 En una colonia romana elitista, que despreciaba a los trabajadores manuales, Pablo designa tanto a Apolos como a sí mismo como jardineros con diversos deberes. 8 El que planta y el que riega tienen ambos un mismo propósito, no están compitiendo, y cada uno será recompensado sobre la base de su propio trabajo. 9 Ellos son colaboradores de Dios, así como los corintios son huerto de Dios, edificio de Dios. De la misma manera en que los magníficos edificios de Corinto llevaban inscripto en ellos el nombre de su benefactor, los corintios son edificio de Dios. No hay cosa tal como “mis convertidos” y tampoco “pertenecen” los creyentes en Cristo a un maestro o evangelista cristiano en particular.
10 Por la gracia de Dios Pablo es el apóstol fundador, o arquitecto de la iglesia. Los maestros que le siguen continúan levantando el edificio y deben hacerlo con mucho cuidado. 11, 12 Jesucristo es el único fundamento. Los materiales de construcción pueden ser temporales o de los que perduran (aunque el oro, la plata y las piedras preciosas no se utilizan normalmente, excepto para adornar el edificio). 13 En el siglo primero existían constructores deshonestos, pero llegará el día de juicio cuando los hechos serán revelados y el fuego probará los materiales que fueron utilizados. 15 Los constructores deshonestos verán cómo toda su obra es destruida por las llamas, y ellos mismos saldrán chamuscados. Su salvación no está en tela de juicio, pero la función que Dios les ha dado en la iglesia ha sido totalmente desacreditada por sus propias ac tividades. 16 Además de la analogía que Pablo ha utilizado en el v. 9, describe aquí al pueblo de Dios como su santuario en el que mora el Espíritu.
18 Los corintios se han engañado a sí mismos en cuanto a la sabiduría. Pablo invita a quienes son reputados como sabios o elite intelectual entre los cristianos a reconocer su ignorancia para que pue dan llegar a ser verdaderamente sabios. 19, 20 Se expresa la razón de esto y se refuerza con citas de Job 5:13 y Sal. 94:11. 21 La expresión así que rescata para los corintios las implicancias de lo que va de su dis cusión: uno no debe jactarse de los hombres. Todas las cosas les pertenecen, si es que Cristo los ha enriquecido en todas las formas (cf.cf. Confer (lat.), compare 1:4–7). 22 La comunidad cristiana no pertenece a uno u otro maestro, sino que los maestros pertenecen a la comunidad. Cada uno de ellos decía: “Yo soy de … ”, pero Pablo dice: Pablo, … Apolos, … Pedro … todo es vuestro. Todo lo que hay en la vida les pertenece, incluyendo el presente y el futuro. 23 Ellos no pertenecen a los maestros, sino al Mesías que a su vez pertenece a Dios. Pablo nunca dice: Esta es “mi iglesia”, aun siendo su apóstol fundador.

4:1-5 Ministerio y críticas
1 Pablo utiliza dos palabras muy apropiadas para describir la función de los maestros en la iglesia: servidores, lit.lit. Literalmente “ayudantes, o colaboradores”, y mayordomos. La primera conlleva el sentido de rendir personalmente cuentas a Cristo en cuyo servicio uno se ocupa. La segunda se refiere a la actividad clave de ese siervo especial en la casa cuya tarea era transferir los recursos del dueño a los miembros de su casa según sus necesidades. Lo que se le ha confiado a Pablo son los misterios de Dios, esto es, la sabiduría de Dios de la que habla en el capítulo anterior. Es un transmisor de la verdad. 2 Los mayordomos seculares debían poseer ciertas cualidades. En el contexto cristiano lo que se exige es confiabilidad; los antecedentes de falta de confiabilidad en el mundo secular están profusamente documentados. 3a Pablo se preocupa muy poco por el juicio de los demás, venga éste de la comunidad cristiana o de cualquier tribunal humano (cf.cf. Confer (lat.), compare 2:1–5 y Hech. 17:19–34, donde se juzgaba a oradores públicos). 3b–5 Aunque no sabe de conducta incorrecta alguna en su ministerio cristiano, Pablo subraya que el Señor es su juez, y concluye con la orden de que no deben juzgar nada antes de tiempo, es decir, del día del Señor. Es Cristo el que expondrá los intentos de cubrir las malas obras y no juzgará meramente las acciones, sino las motivaciones. Será en ese momento que cada uno recibirá su alabanza, es decir el elogio, de parte Dios. Como lo muestra 2 Cor. 10:10–13, los corintios tardaron mucho en aprender esta lección; y aun después de ellos, la iglesia no se ha desempeñado mejor.

4:6-13 Ministerio y posición

La conexión de esta porción con 4:1–5 es evidente. Las comparaciones que la congregación hacía de Pablo y Apolos (un juicio prematuro) tienen consecuencias directas en el futuro de los ministerios de ambos en Corinto (ver sobre 16:12 que muestra que la congregación había escrito pidiendo específicamente que Apolos volviera a la ciudad). 6a Todo esto lo he aplicado a mí se refiere al recurso literario llamado “alusión indirecta”, que se utilizaba para referirse a una persona o situación en forma indirecta, y constituía una forma de ironía. Pablo emplea ese recurso aquí, utilizando la ironía con gran efecto, aunque como lo indica el tratamiento del tema aquí no hay en realidad nada indirecto en sus intenciones. Utiliza esta figura para que la congregación aprenda el significado de no pasar más allá de lo que está escrito. Esto alude a las escrituras del ATAT Antiguo Testamento, a las cuales Pablo se refiere varias veces en los caps. 1–4. La conducta de la iglesia cristiana debía sujetarse a las Escrituras. Es ciertamente éste el caso en la acusación que Pablo hace a los corintios, ya que las Escrituras han jugado un papel decisivo en la opinión del Apóstol sobre los cristianos que idolatraban la sabiduría y la oratoria seculares. Pablo se propone corregir la conducta de ellos motivándolos a realizar un cambio de pensamiento y conducta. 6b Ahora se expresa claramente lo que han estado haciendo, ya que cada uno ha estado enorgulleciéndose de un maestro a expensas del otro. 7 Al formular tres preguntas intimidatorias, el Apóstol les enseña a evitar las conductas antibíblicas. La primera se relaciona con 1:30 donde la obra de Dios en Cristo es la que hace de ellos quienes son. La segunda se relaciona con la sección de acción de gracias en 1:4–9, en la que se les ha recordado que han sido enriquecidos en todas las formas en Cristo, y especialmente con respecto a la abundancia de los dones que les han sido dados. La tercera explica por qué su jactancia está totalmente fuera de lugar, ya que sus dones no fueron producidos por ellos mismos, ni provienen de sus privilegios o su posición social, aunque su jactancia podría sugerir que así fuera.
Después de estas preguntas, que deberían eliminar eficazmente toda jactancia en los cristianos, viene el uso de la ironía que Pablo hace en los vv. 8–13. Aquí presenta contrastes entre los cristianos corintios y los apóstoles. 8 Los oradores y los miembros de los estratos sociales superiores se jactaban de su autosuficiencia que estaba asegurada por su riqueza y su poder político, que les permitía vivir como personas liberadas (ver Filón, Lo peor supera a lo mejor, 32–34). Pablo declara irónicamente que los cristianos también se están comportando así, y eso sin nosotros. Su anhelo era que fuesen reyes para que él también pudiera serlo. 9 Pero la realidad no es esa porque Dios ha colocado a los apóstoles en una posición de ignominia: como los esclavos capturados que marchaban al final de las procesiones en los desfiles victoriosos de los romanos antes de ser cruelmente ejecutados. Los apóstoles no sólo eran un espectáculo ante los hombres, sino ante todo el mundo invisible. 10 Pablo ahora compara las descripciones de la posición “social” de los “no … muchos” aludidos en 1:26, con los cristianos corintios, y la posición social de los muchos a quienes Dios “ha elegido” (1:27, 28), con la de los apóstoles. 11 Aun en esto les ha tocado el mismo tratamiento que recibían los prisioneros de guerra. 12, 13 Mientras la clase social se jactaba de no haber realizado jamás trabajos manuales, Pablo sí lo había hecho (cf.cf. Confer (lat.), compare 9:6). La res puesta de los apóstoles a la ignominia que les había sido impuesta ha sido soportarla, y aun responder bendiciendo cuando sufrían abusos.

4:14-17 Pablo el apóstol, como su padre
Así como las autoridades seculares de la colonia romana de Corinto colocaban inscripciones consignando que Julio César era su padre fundador, y reconocían la jurisdicción del emperador actual atribuyéndole ese título también a él, del mismo modo Pablo utiliza la imagen del padre fundador de la comunidad cristiana, para instarlos a imitarlo a él. 14 Ser blanco de críticas en una cultura como ésa era profundamente vergonzoso. Pablo asegura a los corintios que su intención no era humillarlos, sino advertirles como a mis hijos amados. 15 Los corintios pudientes tenían sirvientes, tutores, que acompañaban a los hijos pequeños a la escuela y los cuidaban. Pablo asegura a los cristianos que ellos también tienen muchos protectores, pero que no puede decirse que tengan muchos padres. Pablo declara que él sí tiene esa relación de padre con ellos, porque en Cristo los había hecho nacer por medio del evangelio. 16 Basándose en esto, los alienta a imitarlo. Esta imitación no debe ser como la que los discípulos seculares hacían de sus maestros, copiando la forma de vestirse, caminar o enseñar, sino antes bien, la de soportar la ignominia por amor al mensaje de la cruz. 17 Timoteo, fiel colega e hijo amado de Pablo, vendrá a recordarles la forma de vivir de Pablo en Cristo Jesús, que él enseña por todas partes en todas las iglesias. Pablo no se limitaba a enseñar la naturaleza del verdadero discipulado, sino que podía unir la vida a la doctrina y esperaba que todos los cristianos hicieran lo mismo.

4:18-21 Opciones que se les presentaban a los corintios

El reino de Dios no es una filosofía hueca, sino que se trata de poder: poder para cambiar (cf.cf. Confer (lat.), compare 6:9–11). Ellos deben elegir (21). O se arrepienten de su conducta, lo que permitiría que Pablo volviera en un espíritu de amor y amabilidad, o él irá como el gobernador iba con sus líctores, que llevaban las varas como símbolos de su autoridad para infligir castigos.
En esta larga sección, 1:4–4:21, Pablo ha hablado del tema de la actitud correcta del cristiano hacia el ministerio. Este debe ser entendido como un mi nisterio orientado hacia el evangelio y no como una forma de liderazgo cristiano que simplemente copiaba modelos seculares y aparentemente gozaba de aprobación entre los cristianos corintios de men talidad “culta”. Pablo no utiliza la palabra “líder”, debido a sus connotaciones políticas y elitistas, las cuales estaban totalmente reñidas con el ministerio cristiano. El no tenía clientes ni seguidores como los líderes seculares. La iglesia no había percibido ni se había beneficiado del ministerio que Cristo había ordenado para la iglesia y el mundo y, como consecuencia de ello, la vida cristiana como un cuerpo se había deteriorado. Este tema era prioritario para él por muy buenas razones. Muchas cosas dependían de que fueran madurando progresivamente en este tema, pero el desarrollo era muy lento. En toda la historia de la iglesia estos proble mas se han repetido una y otra vez.
5:1-6:20 TEMAS MORALES

5:1-8 La inmoralidad y la legítima jurisdicción de la iglesia en la disciplina

La primera noticia que recibió Pablo fue sobre las divisiones (1:11); la segunda, sobre el incesto (5:1). Algunas veces se piensa que la inmoralidad co metida por este miembro de la iglesia era aprobada por otros cristianos. Esto es sólo una suposición. El texto no dice que los miembros se jactaran de esa inmoralidad. Parecería que la persona que cometía ese pecado era alguien de elevada condición y que eso era lo que le ganaba el aplauso de otros cristianos, no su abierta inmoralidad. Bajo la ley romana esta persona estaba expuesta a ser desterrada de esta prestigiosa colonia romana por una conducta tal, en caso de ser llevada a los tribunales. Dado que no existía un servicio de fiscalía pública, sería necesaria una acusación privada. Estos procedimientos legales podían ser realizados únicamente por una persona de igual o mayor condición social. La sociedad y la iglesia muchas veces desvían la mirada ante las “indiscreciones” de sus miembros socialmente poderosos, pero para la iglesia esto siempre ha significado una gran pérdida espiritual.
1 El delito es incesto con la esposa de su padre. La palabra tiene es un eufemismo común para referirse a las relaciones sexuales (cf.cf. Confer (lat.), compare 7:2 y su comentario). Puede o no ser su madre natural; podría ser una madrastra. La ley romana no toleraba esta conducta, al igual que otros códigos legales (cf.cf. Confer (lat.), compare Deut. 22:30). 2 En vez de estar orgullosa de este hombre por su condición social, la congregación debería haberlo expulsado de la comunión. 3 Pablo, como apóstol fundador, juzga tal conducta como si estuviera presente allí: estoy presente en el espíritu. 4 Pablo invoca el juicio más severo, llamando a la iglesia a reunirse en el nombre de (es decir, en el carácter y en el poder de) nuestro Señor Jesús, y estar conscientes de la presencia de Pablo como juez. El poder del Señor Jesús, aparentemente invocado por medio de la oración, estará presente para entregar a este hombre a Satanás (5), es decir, excluirlo de la comunidad creyente en el mundo, para la destrucción de la carne (cf.cf. Confer (lat.), compare 11:30–32; Gál. 6:8). A este hombre no se lo considera como no cristiano. El propósito de esta acción por parte de la comunidad es la salvación del alma de este hombre en el juicio. 6 La jactancia de los corintios con respecto a esta persona es condenada, como lo ha sido en otros lugares (cf.cf. Confer (lat.), compare caps. 1–4). 7 La razón de la excomunión está basada, en parte, en la celebración de la fiesta de los panes sin levadura en el ATAT Antiguo Testamento (cf.cf. Confer (lat.), compare Exo. 12:15–20), cuando la levadura, con su capacidad de impregnar, no debía ser utilizada en la elaboración del pan de la Pascua. Por el contrario, esta levadura debía ser echada fuera y, por implicación, el ofensor debía ser excluido de la esfera de la comunidad. La razón es que Cristo, nuestro Cordero pascual, ha sido sacrificado. 8 La fiesta de regocijo a la luz de la muerte de Cristo debe ser celebrada ahora no con la influencia penetrante de la malicia y la maldad, sino con sinceridad y verdad.

5:9-13 La jurisdicción del juicio de la iglesia
9 Pablo había escrito una carta anterior que había sido malentendida (cf.cf. Confer (lat.), compare 2 Cor. 6:14–7:1, que también había sido mal utilizada para demandar la separación de los cristianos de la sociedad secular). Había expuesto allí las normas sobre las relaciones con personas inmorales. 10 Pablo corrige todo malentendido en el sentido de que él hubiera condenado cualquier contacto en una sociedad secular con personas inmorales, los avaros, estafadores o idólatras. Si este fuera el caso, los cristianos deberían retirarse del mundo como lo hacían ciertas sectas religiosas del judaísmo, p. ej.p. ej. Por ejemplo los terapeutas y los esenios. 11 Pablo aclara ahora lo que había sido malentendido anteriormente: que deben alejarse de cualquier cristiano que cometa inmoralidad sexual, o sea avaro (o codicioso), idólatra, borracho (en la antigüedad, las cenas eran famosas por la forma en que se bebía y las inmoralidades que en ellas se cometían; cf.cf. Confer (lat.), compare el comentario sobre 10:7), o de aquel que fuera deshonesto en su trato comercial. Se prohibía compartir la mesa con estas personas. 12 Es interesante el hecho de que Pablo no se consideraba juez de la conducta de la sociedad secular. En una pregunta que sólo podía tener una respuesta afirmativa, Pablo declara que la comunidad cristiana es responsable de juzgar a los de adentro, es decir, a sus propios miembros. 13 Corresponde a Dios juzgar la conducta incorrecta de los de afuera, mientras que la comunidad debe echar de su seno a la persona inmoral, algo que Pablo enfatiza con la cita de Deut. 17:7. La facilidad con que la iglesia actual a menudo juzga la conducta errónea, ética o estructural, de la comunidad exterior, muchas veces se compara solamente con su renuencia a actuar para remediar la conducta ética de sus propios miembros. Hemos revertido el orden que Pablo daba a las cosas.

6:1-8 Los juicios entre creyentes

Entre la casta privilegiada de la sociedad del siglo I, era totalmente aceptable iniciar causas civiles ante un magistrado y un jurado por temas triviales, con el fin de establecer la propia superioridad social y política sobre los demás. Para llegar a una decisión en tales casos, el jurado debía tener en cuenta la posición y el poder de las partes en pugna, y el juez debía hacerlo también al imponer las multas. Además, ciertas personas no podían iniciar acciones legales contra otras; p. ej.p. ej. Por ejemplo un hijo contra su padre, un esclavo contra su amo, un liberto contra su patrón, un ciudadano contra el magistrado, y cualquier persona contra alguien que fuera socialmente superior. Era frecuente que los jueces y los jurados recibieran sobornos de las partes de un juicio. En los tribunales judíos y grecorromanos podía utilizarse la mediación en lugar del litigio. Esta era la opción preferida por algunos, ya que los ciudadanos prominentes temían los efectos negativos de un litigio sobre sus carreras y su posición social. También se engendraban enemistades, ya que aquellos que habían votado en contra del demandado se convertían automáticamente en sus enemigos. Los litigios civiles eran considerados por la elite como una simple extensión de las facciones y las discordias comunes en la vida política.
Pablo, como es característico de él, comienza el tratamiento de este tema con una serie de preguntas que sirven tanto para lograr una respuesta como para enseñar (cf.cf. Confer (lat.), compare el cap. 9 donde formula 19 preguntas). 1 A la luz de la forma en que operaban los tribunales locales, no es de extrañarse que Pablo quede atónito ante el hecho de que algunos creyentes en Cristo se atrevan a ir a juicio ante magistrados elegidos anualmente y compatriotas ricos. Estos actuaban como jueces o jurados con gran parcialidad, y también podían ser sobornados. 2 Si los santos han de juzgar al mundo (cf.cf. Confer (lat.), compare Dan. 7:22), entonces, seguramente serán competentes para actuar como mediadores en las acciones civiles que Pablo llama pleitos tan pequeños. Las expresiones que utiliza sugieren que sus juicios civiles son un fastidio más que un intento verdadero de arreglar las cosas. 3 Pablo utiliza una vez más una de sus fórmulas argumentativas favoritas, ¿O no sabéis … ? (cf.cf. Confer (lat.), compare v. 2), para señalar que, si los ángeles van a ser juzgados por los santos, seguramente estos últimos podrán resolver estas disputas. 4 Cuando surge un desacuerdo, dice Pablo, a los que para la iglesia son de poca estima, ¿a éstos ponéis para juzgar? Aunque los jueces seculares eran personas de alta posición en la comunidad, en la reunión de los cristianos la posición secular no tiene lugar. Pablo utiliza aquí la misma palabra que en 1:28 en relación con aquellos a quienes la sociedad secular desprecia.
5 Algunos de los que eran sabios (cf.cf. Confer (lat.), compare 3:18) podrían cumplir la función de mediadores, que era una forma aceptada de resolver los conflictos en los tribunales seculares. La educación terciaria del siglo I ofrecía capacitación a los alumnos en temas jurídicos y, por lo tanto, habría en la iglesia algunos que fueran jurídicamente competentes para resolver conflictos en forma equitativa. 6 Pablo indica su rechazo por sus acciones con las palabras hermano … contra hermano, que implica la comunidad de los creyentes, ¡y esto ante los incrédulos! 7 El hecho de que no se pudieran resolver los conflictos cuando un hermano tiene una disputa contra otro creyente en Cristo es una señal de fracaso en la comunidad cristiana. 8 Es mejor sufrir el agravio antes que ir al tribunal. No sólo se lavaban los trapos sucios en público, sino que se imponía una multa a quien perdía el juicio; de allí la acusación: Vosotros hacéis injusticia y defraudáis.
En Rom. 13:1–7, Pablo discute el papel que Dios ha asignado al Estado en los juicios penales, pero no reconocía lugar alguno para los jurados y magistrados elegidos localmente, y que utilizaban las acciones civiles como su arena política. En una sociedad donde prevalecían las convenciones injustas, los cristianos con capacitación en el aspecto jurídico y que actuaban como mediadores resolverían los temas de manera justa.

6:9-20 Contra el libertinaje cristiano

En Rom. 1:18–32 la lista de transgresiones que formula Pablo, las cuales provocan el juicio de Dios, no incluye solamente pecados sexuales (ver vv. 29–31). Aquí, también, los pecados que eran causa de exclusión para los miembros de la comunidad de los creyentes del ATAT Antiguo Testamento, también los excluyen de la herencia de Dios (9b, 10). La sociedad secular había desarrollado un complicado argumento filosófico para apoyar el estilo de vida libertino de la elite. Sus faltas quizá hayan estado más allá del alcance de la ley secular, pero no de la apreciación de Dios. Es claro que había un cierto grado de autoengaño en los cristianos, tal como muchas veces lo hay hoy. Los que cometían inmoralidades sexuales (pornoi, que incluye a los fornicarios, es decir, cristianos que cohabitaban sin estar casados), los adoradores de ídolos, los hombres que engañan a sus esposas aun cuando éstas lo toleren, los participantes en la homosexualidad masculina, los ladrones, los avaros (lit.lit. Literalmente “los codiciosos”) que no están satisfechos con la bondad de Dios para con ellos, los borrachos (normalmente aquellos que tenían orgías de alcohol en las cenas), y las personas que eran deshonestas en los negocios; todos ellos no tienen herencia en el reino de Dios. Ninguno de estos pecados en manera alguna fortalece la relación con Dios o con los demás; como en los Diez Mandamientos, se los prohíbe porque son destructivos y no ayudan a las relaciones, e infligen pena y angustia. 11 Estas eran las cosas que hacían los corintios. No eran ni más ni menos inmorales que el resto de la sociedad. Como entonces, así ahora. Pero la obra de Cristo los ha limpiado de su pasado, los ha hecho santos, justificados, es decir, los ha librado del justo juicio, en el nombre del Señor Jesucristo, y esto por medio de la actividad del Espíritu de Dios. Esta buena noticia del evangelio significa que las actividades pecaminosas pasadas no necesitan determinar el destino final de hombres y mujeres.
12 Pablo cita los refranes populares que solían utilizar los libertinos, contrastándolos con dichos similares concisos. La elite argumentaba que su éxito les permitía hacer lo que desearan, porque todo era lícito, pero Pablo requiere una ética que haga crecer, no que explote, no todo me conviene, es decir, una ética que lleve bendición a otros. Ellos argumentaban que todo estaba permitido, que no había límites. Pablo insiste en que las acciones jamás deben esclavizarnos. 13 Ellos argumentaban que la comida estaba hecha para comerla y que el estómago estaba hecho para la comida. Una hojeada a los libros de cocina del primer siglo nos muestra cuán sofisticado había llegado a ser el pecado de la gula. La inmoralidad y la glotonería iban de la mano en las fiestas paganas. Pablo señala por oposición que ni la comida ni el apetito son indestructibles. El cuerpo no debe involucrarse en actividades sexuales fuera del matrimonio, pero en el caso del creyente en Cristo, el cuerpo no le pertenece a él para que haga lo que quiera, sino que fue hecho para el Señor. 14 Pablo rechaza el argumento platónico de que podía complacerse a los sentidos ahora porque esto no sería posible luego de la muerte. No obstante, Dios tiene el propósito de resucitar cuerpos, no almas, porque él levantó al Señor. 15 Ningún cristiano podía decir “mi cuerpo”, porque no es el espíritu solamente, sino la totalidad de la persona, la que se une a Cristo en la conversión. Los cristianos que son llamados miembros de Cristo jamás pueden unirse sexualmente con una prostituta. 16 Tal comportamiento, aunque era aceptado como normal en los hombres del mundo romano, siempre fue rechazado en la iglesia debido a la unidad que cualquier acto sexual establece entre dos personas. Pablo cita la ordenanza relativa a la actividad sexual que se encuentra en Gén. 2:24: no hay ninguna instancia de defensa especial del adulterio en la Biblia. 20 Ningún cristiano puede decir “mi cuerpo” porque ha sido comprado por precio, es decir, rescatado por la muerte de Cristo. Esto implica claramente que su obligación es lit.lit. Literalmente glorificar a Dios en su cuerpo, y esto se logra relacionándose con los demás, tanto social como sexualmente, dentro de los parámetros de relación establecidos en la Biblia.

7:1-40 PROBLEMAS MATRIMONIALES

Aquí Pablo dedica más tiempo a tratar la sexualidad y temas relacionados con ella que en cualquier otra carta suya. Contiene información vital sobre temas que no se tratan en otras cartas. Por no comprender las circunstancias que originaron los problemas sobre los que se escribe en 7:1 y 7:25, muchos han ignorado importantísimas enseñanzas sobre el celibato y el matrimonio.
En cuanto a las circunstancias: encontramos una clave en la carta misma, ya que Pablo se refiere a la presente dificultad en 7:26, que hizo que los cristianos repensaran la conveniencia de que las parejas comprometidas contrajeran matrimonio (7:25). Hay claras evidencias literarias y arqueológicas que indican que durante este período había habido momentos de escasez de alimentos en Corinto. Estas situaciones inevitablemente eran acompañadas por el pánico de las personas que se abalanzaban a comprar todo lo posible, y por disturbios debidos al malestar social y la incertidumbre con respecto al futuro. Se han descubierto 11 escritos a la misma persona que, en este período, tres veces estuvo a cargo de la provisión de granos a la ciudad de Corinto. Este oficio sólo se cumplía en épocas de hambruna, por lo cual hay buenas razones para relacionar la dificultad con la amenaza del hambre. Tácito también registra terremotos y hambrunas. Muchos creían que se trataba de eventos divinos. Sabemos que los cristianos creían que las señales de la tribulación serían hambrunas y terremotos, y que se había pronunciado una bendición sobre aquellas que no estuvieran encintas (Mat. 24:7, 19; Mar. 13:17). Aquí, Pablo no sólo responde a sus preguntas inmediatas, sino que también ofrece un importante marco dentro del cual se debe considerar al matrimonio cristiano.

7:1-6 A los casados

1 La primera frase puede traducirse como “bueno sería que el hombre no se casara”, como en DHHDHH Dios Habla Hoy, o “bien le está al hombre abstenerse de mujer”, como en la BJBJ Biblia de Jerusalén. Una razón que explica la inseguridad de la traducción es que en el gr. se utiliza generalmente la misma palabra para “mujer” y “esposa”. También era común no utilizar un pronombre al referirse al propio cónyuge, por lo cual la frase podría ser traducida lit.lit. Literalmente bueno es para el hombre no tocar [a su] mujer. El verbo tocar era un eufemismo, en gr. y en latín, como en algunos idiomas contemporáneos, para referirse al acto sexual, de modo que una traducción adecuada del pasaje podría ser: “Bueno es para un hombre el no tener relaciones sexuales con su esposa.” 2 Debido al problema de la tentación sexual, cada hombre tenga su esposa (es un mandato) y cada mujer [esposa] tenga su esposo. El verbo “tener” es también sinónimo de relaciones sexuales. 3 El esposo tiene la obligación de tener relaciones sexuales con su esposa, y su esposa tiene el mismo compromiso.
4 El cuerpo de la esposa no es “propiedad personal” suya, ni tampoco lo es el del hombre. Una vez que se ha casado, no debe participar de actos sexuales con otra mujer. No se encuentra en la literatura del mundo antiguo otra referencia que enseñe que el esposo rinde su cuerpo exclusivamente a su esposa al casarse. En realidad, en el mundo secular, era una tradición que en el día del casamiento se declarara a la novia que si su esposo cometía adulterio con una prostituta, o con una mujer de vida fácil, no era señal de que él no la amara, sino una forma de satisfacer sus pasiones. 5 No participar en el acto sexual dentro del matrimonio es negarse a la otra persona. Pablo prohíbe esta abstinencia excepto que sea por mutuo consentimiento y aun entonces, sólo para un período de oración, quizá relacionado con “la dificultad actual”. Les advierte que Satanás es un “gran provocador” que puede tentar sexualmente a un integrante de la pareja, por lo cual deben unirse en uno (otro verbo que se utiliza para referirse al acto sexual) nuevamente debido a la tentación de caer en la infidelidad.
Esta única excepción muestra el énfasis bíblico en la importancia de las relaciones sexuales como parte fundamental de la estructura del matrimonio. No fueron dadas simplemente para fines de procreación, ni son deshonrosas (cf.cf. Confer (lat.), compare Heb. 13:4). ¿Es posible que ciertos matrimonios cristianos, al interpretar las hambrunas y terremotos como las señales de los tiempos, hubieran decidido abstenerse de tener relaciones sexuales? Esta hubiese sido la única forma aceptable de anticoncepción. Había promesas de bienaventuranzas para las mujeres que no estuvieran encintas en el tiempo de la tribulación (Mar. 13:17).

7:6, 7 El don del celibato y el matrimonio
En la frase esto digo a modo de concesión, no como mandamiento, “esto” se refiere a los vv. 6 y 7 y no a los vv. 1–5. En los vv. 2, 3 y 5 Pablo da seis mandamientos (en DHHDHH Dios Habla Hoy, el verbo “debe” subraya la calidad de obligatorias de las acciones. La BJBJ Biblia de Jerusalén las expresa todas en el imperativo). 7 El desearía que todos los hombres estuvieran como él, es decir, no casados. Pero (que en el texto gr. está aquí en su forma enfática) él reconoce que cada persona ha recibido de Dios su don, o carisma; es decir, uno es soltero y otro casado. En ciertas sociedades el ser soltero es motivo de crueles insinuaciones. Algunas veces en la iglesia esta condición ha sido sobrevaluada y en otras, subestimada; en ambos casos, en contradicción con la palabra de Dios. Como los demás dones, es algo personal que el individuo recibe de Dios.

7:8, 9 Los que no tienen cónyuge
Digo, pues, a los no casados y a las viudas: lo preferible es que mantengan su estado actual. Pero Pablo admite que esto puede no ser posible, y señala que en dichos casos la persona debería, o debe, casarse, porque es mejor casarse que estar llenos de deseos sexuales incontrolables. Tal persona debe aceptar que el don que Dios tiene para ella es el matrimonio.

7:10, 11 A los casados
Aquí Pablo distingue entre las conocidas palabras de Jesús, el Señor (10–12) y las suyas. Debe recordarse, sin embargo, que Pablo da órdenes claras en esta sección. La esposa cristiana no es libre para separarse de su marido. Pablo acepta que haya ocasiones en que esto es necesario. Pero en tales circunstancias ella tiene sólo dos opciones: quedarse sin casar (lit.lit. Literalmente separada), o reconciliarse con su esposo. El esposo está sujeto a las mismas restricciones que Pablo indica prohibiendo la opción del divorcio. Se presume que la excepción la constituye la inmoralidad sin arrepentimiento (Mat. 19:9). El hecho de que ambos cónyuges sean creyentes en Cristo no asegura que sean felices, pero esto sí se cumple si viven juntos en amor y respeto mutuo. Todas las acciones desconsideradas que no van seguidas de arrepentimiento tienen consecuencias a largo plazo.

7:12-16 Opciones frente a un cónyuge no creyente

Pablo tiene en mente a los matrimonios contraídos antes de que uno de los cónyuges se convirtiera en cristiano. El requisito por implicación de que una viuda cristiana sólo puede casarse nuevamente si es con un creyente en Cristo sugiere que los cristianos no eran libres de casarse con quienes no compartían la fe cristiana (7:39). Además, los apóstoles tenían esposas que son llamadas “hermanas”, es decir, creyentes (9:5). 12 Tener una cónyuge que no era creyente no era motivo para la separación o el divorcio por parte del esposo creyente. Puede haber habido cierta presión para hacerlo debido a una lectura incorrecta del ATAT Antiguo Testamento, que demandaba que los judíos que contraían relaciones con los no judíos, conociendo bien la prohibición del ATAT Antiguo Testamento, debían apartarse de esa esposa. Si la esposa no cristiana deseaba continuar con él, el esposo no debía divorciarse de ella. La ordenanza del matrimonio es dada por Dios para toda la humanidad (Gén. 2:21–24), no sólo destinada a los cristianos. Lo mismo se aplica a la esposa cristiana (13).
14 No hay nada impuro en la relación. Por el contrario, hay una influencia santificadora por la cual los beneficios de las bendiciones de Cristo fluyen también hacia la otra persona. Si la relación fuera impura, los hijos también serían impuros, pero el hecho es que son santos. Esta es una instancia en la Biblia en la que se declara cuál es el estado de los hijos de uno o de dos creyentes. Los cristianos que vienen de sociedades donde el énfasis primordial está puesto en la condición de la comunidad, especialmente en la familia, tenderán a considerar esto como una declaración de que sus hijos son cristianos. Otros, desde un punto de vista occidental, lo verán en forma diferente, basados en ocasiones en diferencias denominacionales, y quizá reflejen algo de las creencias implícitas de la época en particular en que fueron formuladas.
15 Si un esposo no creyente quisiera dejar a su esposa, entonces ella deberá dejarlo en libertad. Algunas veces el mundo antiguo se preocupaba del juicio de los dioses, cuando alguna persona renunciaba a ellos por otra religión nueva. En el siglo I, en los lugares que estaban bajo el dominio grecorromano, las mujeres podían fácilmente divorciarse de sus esposos. Simplemente demandaban que se les devolviera la dote. Si no se les devolvía, la ley romana establecía un recargo del 18% de interés sobre el valor de la misma hasta que el esposo cumpliera con su obligación. Si la mujer deseaba separarse porque su esposo era cristiano, no debía ponerse ningún obstáculo en su camino, como p. ej.p. ej. Por ejemplo retener la dote. Dios ha llamado a su pueblo a vivir en paz y no en perpetua disensión. Ciertamente, retener la dote aunque fuera con la buena intención de salvar el matrimonio, finalmente traería como consecuencia la infelicidad de recurrir a los tribunales. Los cristianos no estaban puestos bajo servidumbre, es decir, no estaban obligados a permanecer en ese matrimonio, y por lo tanto, implícitamente, eran libres para casarse nuevamente, pero sólo “en el Señor” (cf.cf. Confer (lat.), compare v. 39). El divorcio se permite cuando uno de los cónyuges abandona el matrimonio porque el otro se ha convertido al cristianismo. 16 Si existía la esperanza de que el cónyuge no cristiano llegara a creer, debía hacerse todo el esfuerzo posible para permanecer en el matrimonio, aunque no hubiera garantía absoluta de que esto resultaría así.

7:17-24 El llamado personal de Dios

Pablo toma el tema del llamado de Dios del v. 15 y ofrece un resumen de la enseñanza que llevaba a todas las iglesias.
17 Que viva cada uno como el Señor le asignó significa lit.lit. Literalmente vivir en el “llamado” o la “clase”. Esta última forma era la que aplicaban los escritores seculares. En el siglo I las personas eran clasificadas tanto racial como socialmente, y a ciertos grupos se les daban privilegios especiales. Como principio general, Pablo dice que ellos debían continuar viviendo en el lugar que el Señor les había asignado y según cada uno había sido llamado. 18 Los jóvenes judíos intentaban escapar de su carácter de tales sometiéndose a una intervención quirúrgica que ocultaba su circuncisión. Hacían esto con el fin de progresar en su educación, tanto en el gimnasio como en su calidad de ciudadanos. Pero a los cristianos judíos les estaba prohibido renunciar a su carácter de judíos para poder ascender en la escala social. Este era un período de antisemitismo, como vemos en Hech. 18:1, 2. Los cristianos gentiles no eran libres para circuncidarse; las razones por las cuales podrían querer hacerlo se detallan en la epístola a los Gál. 19 Con respecto a agradar a Dios, ni la circuncisión ni la incircuncisión eran los temas centrales. El punto crucial era la obediencia a los mandatos de Dios.
20 Pablo repite su enseñanza sobre aceptar la provisión divina en cuanto a nuestra raza y circunstancias. 21 Los esclavos que servían en las casas, excepto los de la casa imperial, podían ser liberados después de siete años. El esclavo cristiano no debía afligirse por su condición. Aquí, Pablo no exige que permanezca en su llamado a pesar de tener la posibilidad de ser liberado, lit.lit. Literalmente, “siempre y cuando, tenga el poder o el derecho de hacerlo” (nótese que la BJBJ Biblia de Jerusalén traduce con un claro sentido totalmente opuesto). Podía convertirse en liberto. Se anima a liberar a los esclavos, aunque esto iba acompañado de ciertas obligaciones hacia el amo, que era ahora el patrón. 22 Pablo desarrolla el tema explicando que cuando es llamado por el Señor a ser salvo, el esclavo es liberado y se convierte en liberto de Dios. Paradójicamente, el ciudadano libre que se convierte en cristiano se convierte en esclavo de Cristo. 23 Se pagaba un precio de rescate para liberar a ciertos esclavos, y Pablo alude al costo que Cristo pagó para procurar la salvación de ellos. También ordena a los hombres libres que no se conviertan en esclavos de los hombres. Aunque puede parecer extraordinario, en el siglo I los griegos que nacían libres algunas veces se vendían ellos mismos para entrar como esclavos en casas de ciudadanos romanos, muchas veces ocupando el lucrativo puesto de mayordomos de la casa. Podían invertir los fondos de su dueño y manejar su negocio, enriqueciéndose legítimamente. Era posible que obtuvieran el dinero necesario para pagar la liberación de su esclavitud voluntaria, y en esa manera ganar la ciudadanía romana como hombres libres, y asegurar la ciudadanía romana para sus hijos nacidos libres. No sólo la riqueza importaba en el Imperio Romano, especialmente en una colonia como Corinto, sino el llamado, es decir, la clase o posición. 24 Nuevamente Pablo repite que deben continuar en la situación en que Dios los ha colocado: lit.lit. Literalmente “cada uno en lo que fue llamado, hermanos, en esto permanezca para con Dios”. Aunque los jóvenes deseaban ascender para ganar riquezas y posición, los que estaban en la iglesia debían regocijarse en la designación providencial del lugar en la vida de cada cristiano. La búsqueda codiciosa y competitiva del progreso estaba prohibida.

7:25-38 Casarse ahora o esperar

En el siglo I quienes se comprometían para casarse lo estaban de tal forma que la única manera de renunciar a esa promesa era el divorcio (cf.cf. Confer (lat.), compare Mat. 19:1–9). El tema que planteaban algunos jóvenes que estaban comprometidos era el de si debían o no casarse ahora, dadas las circunstancias lamentables de ese momento en Corinto. 25 Pablo no tiene mandato alguno del Señor, es decir, de Jesús (cf.cf. Confer (lat.), compare v. 10), al menos ninguna palabra del ministerio terrenal de Jesús, sobre este asunto que se originaba en circunstancias regionales inusuales. Al dar su respuesta como quien ha alcanzado misericordia del Señor para ser fiel, ofrece indicaciones pastorales y espirituales muy importantes, y lo hace dentro de un amplio marco teológico sobre la naturaleza de la vida matrimonial. 26 Dada la crisis actual en Corinto (ver introducción al cap. 7), es bueno que las parejas que están “comprometidas” permanezcan así y no avancen hacia el matrimonio y su consumación, aunque si deciden casarse, no pecan.
29–35 El marco teológico. Pablo explica que el tiempo se ha acortado. Esto se ha interpretado muchas veces como que el fin es inminente. El tema de discusión del siglo I era el punto de vista secular de la indestructibilidad y el futuro inalterable del mundo. Para el cristiano, el concepto del tiempo, kairos, había cambiado radicalmente. La vida tenía ahora una nueva perspectiva, así que el matrimonio, la aflicción y el hacer dinero no debían ser su único interés. Todos estos factores se veían en forma distinta con el nuevo reloj cristiano, ya que el mundo, en su forma presente estaba de paso, no era indestructible. Dentro de este marco teológico, Pablo expresa su preocupación porque aquellos que planteaban el tema estuvieran libres de las cargas de la vida en esta situación de incertidumbre. El deber de todo hombre cristiano no casado es tratar de agradar al Señor; el concepto de complacerse a sí mismo no existe. 33 El deber del hombre casado era buscar la manera de agradar a su esposa; el matrimonio cristiano no tiene lugar para el egocentrismo. 34 Claramente se ve que su tiempo está dividido entre tratar de agradar a su esposa y al Señor; el matrimonio le trae nuevas obligaciones. La mujer no casada tiene el mismo llamado, aunque es expresado en forma diferente; ella debe ser consagrada tanto en cuerpo como en espíritu al Señor (cf.cf. Confer (lat.), compare 6:19, 20). La mujer casada tiene una obligación similar de no agradarse a sí misma, sino a su esposo. 35 El consejo de Pablo nace de su preocupación por el bienestar de ellos, no para limitarlos, sino para que puedan vivir atendiendo al Señor sin impedimentos.
36–38 Factores que influyen en la decisión. 36 La decisión de seguir hasta la consumación del matrimonio se rige por ciertos factores: (i) Si alguien considera que su comportamiento es inadecuado hacia su virgen. Es probable que los miembros de la familia de la mujer creyeran que él debería cumplir su promesa y casarse con ella; (ii) si la relación de ellos ha llegado a la plenitud; en la actualidad, igual que entonces, las parejas jóvenes se sienten cada vez más atraídas físicamente el uno hacia el otro a medida que se acerca el momento del matrimonio. La traducción que hace la BABA Biblia de las Américas: “si ella es de edad madura”, es poco probable, ya que la ley romana exigía que la mujer no se casara después de los 50 años. La expresión conlleva la idea de “pleno florecimiento” de los deseos sexuales, cf.cf. Confer (lat.), compare también con el siguiente versículo donde dice que él tiene dominio sobre su propia voluntad, es decir, sus impulsos sexuales; y (iii) si cree que debe casarse, que lo haga. No está actuando en forma incorrecta.
37 La decisión de no casarse también está regida por ciertos factores: (i) Si ha resuelto el asunto en su corazón; (ii) si no está bajo presión, una “necesidad” presumiblemente impuesta por familiares o parientes, (iii) si tiene control de sí mismo, o sea de sus deseos sexuales, (iv) y si ha determinado en su corazón no casarse, entonces, esta persona también está haciendo lo correcto. 38 Aunque existían las dificultades ya mencionadas en Corinto, el hombre que se casa hace lo correcto. Pablo no se opone al matrimonio (cf.cf. Confer (lat.), compare v. 7b). El hombre que no se casa ha hecho mejor, dada la compleja situación presente. La decisión de casarse o no es correctamente dejada en manos de los hombres jóvenes comprometidos, quienes deben juzgar por sí mismos y por su situación. Pablo deja establecidos los parámetros para la toma de sus decisiones.

7:39, 40 La viuda
Pablo vuelve a repetir la característica de compromiso que define al matrimonio cristiano. La mujer está sujeta a su esposo, con las excepciones especiales que vimos en los vv. 13 y 15. Es libre para casarse nuevamente si es viuda, pero sólo con un cristiano. La ley romana requería que la viuda de hasta 60 años se casara dentro de los 18 meses posteriores a la muerte de su esposo. Para Pablo, en vista de la difícil situación presente, ella será más feliz si se queda como está. Su padre o su hijo mayor será el “dueño” de su dote y proveerá para sus necesidades. Al escribir esto Pablo está convencido de que tiene el Espíritu de Dios.
8:1-11:1 OBLIGACIONES DEL EVANGELIO EN UN MUNDO PLURALISTA

8:1-13 Carne sacrificada a los ídolos

Este es el siguiente tema que plantean los corintios. Para aquellos cristianos que viven en sociedades en que aún se ofrece comida a los ídolos, ya sea en los hogares no cristianos, en cenas o en templos, hay un mayor sentido de urgencia en el tratamiento del tema. Sin embargo, en estos capítulos se tratan obligaciones relativas al evangelio que se aplican a todos los cristianos. El Apóstol concluye ordenando que todos lo imiten a él, así como él imita a Cristo.
Las palabras introductorias, con respecto a … , muestran que, como en 7:1, esta parte comienza citando la carta que los corintios le habían enviado a Pablo. El v. 1 sugiere que los corintios escribieron: Sabemos que todos tenemos conocimiento, es decir, conocimiento de los sacrificios y los ídolos. En el v. 4 Pablo comienza diciendo por eso, lo cual explica este conocimiento, y luego utiliza una expresión similar a la utilizada al principio, acerca de. Podemos, por consiguiente, dar por sentado que el conocimiento al que se refiere en el v. 1 era que sabemos que el ídolo nada es en el mundo y que no hay sino un solo Dios (4). Es posible que la cita abarque la totalidad de los vv. 4–6, y que refleje las enseñanzas normales de Pablo sobre los ídolos y los dioses y el verdadero Dios viviente a quien los corintios se habían vuelto para ser cristianos (1 Tes. 1:9, 10). Aparentemente, algunos cristianos iban al templo de los ídolos y comían la comida que allí se ofrecía. Con su ejemplo estaban alentando a otros creyentes en Cristo a hacer lo mismo, o al menos corrían el riesgo de hacerlo (10). Aquellos que lo hacían podrían haber discutido con una base teológica: no hay problema en que un cristiano participe en una fiesta ya que Pablo mismo enseñó que hay un solo Dios y un solo Señor, y los ídolos no son nada. Parecería que algunos estaban defendiendo su derecho a comer en el templo de un ídolo mientras que otros no estaban seguros, y la iglesia quería aclarar el asunto. Pablo habla sobre cómo manejaba sus derechos, a fin de ofrecer un modelo de cómo los demás creyentes en Cristo deberían ejercer los suyos.
1 Pablo ataca el problema declarando el peligro de que el conocimiento haga envanecer a la gente, mientras que la fe cristiana significa relacionarse con los demás en amor. El amor edifica a las personas, porque busca dar alguna bendición a los de-más. 2 También advierte a los cristianos que piensan que lo saben todo sobre este asunto y que lo han resuelto para su satisfacción (de allí su decisión de comer en los templos de los ídolos). Todavía no saben nada como lo debieran saber. 3 Algunos mss.mss. Manuscritos gr. omiten las dos referencias a Dios en este pasaje. Sin embargo, lo que se aplica a la relación de Dios con nosotros también se aplica a la relación del cristiano con los demás. El hombre que ama es el que realmente sabe, en tanto que el que dice que “sabe” no necesariamente actúa en una forma que ayude a los demás. Este es el verdadero asunto, ya que algunos corintios no están actuando por amor, sino meramente ejerciendo sus derechos.
4–6 Es una importante declaración de credo realizada en el contexto del pluralismo religioso, y era tan crucial afirmarla entonces como lo es ahora. Hay sólo un Dios vivo y verdadero, y los ídolos no son nada (cf.cf. Confer (lat.), compare Deut. 6:4; Isa. 40:25, 26). 5 Pero Pablo y otros observaron el gran alcance de la idolatría en Corinto, donde se adoraba a muchos dioses. Pablo no les reconoce carácter divino como si fueran expresiones legítimas de Dios. Por el contrario, se refiere a ellos como los que son llamados dioses. Esta expresión se utilizaba para mencionar algo que se afirmaba a nivel popular, pero erróneamente. Las palabras dioses y señores eran sinónimas en el habla religiosa pagana. Pablo las utiliza para equilibrar lo que dice en el v. 6: Sin embargo (una enfática negación), para nosotros hay un solo Dios, el Padre, quien es el creador de todas las cosas y para quien el cristiano existe. Nuestro propósito en la vida es servirle a él, no simplemente que él satisfaga nuestras necesidades para que nosotros podamos buscar nuestros propios intereses (cf.cf. Confer (lat.), compare Hech. 27:23). Los cristianos no son simples teístas. Para ellos hay un solo Señor, Jesucristo, mediante el cual existen todas las cosas creadas (cf.cf. Confer (lat.), compare Juan 1:3), y aquel por medio de quien vivimos. 7 Pero no todos los cristianos creen firmemente que los ídolos no tienen poder. Los adoradores del siglo I decían de un ídolo: “Esa es Atenea”, creyendo que la diosa realmente estaba allí. Los cristianos eran llamados ateos, porque no tenían estatuas. El sacrificio de comida a un ídolo no era algo inocuo para un cristiano débil quien, si comía, se sentía sucio, un punto de vista que algunos cristianos del Oriente siguen sosteniendo hoy en día.
8 En Corinto los cristianos confiados podían estar de acuerdo con el principio establecido con respecto a la comida. 9 Pero se les advierte que el ejercicio de esta vuestra libertad, o mejor dicho “derecho” (la palabra que se usa aquí es la misma que se usa en 9:4, 5, 12 y 15 [este último en DHHDHH Dios Habla Hoy y BJBJ Biblia de Jerusalén]), puede ser perjudicial para quienes son más débiles que ellos. Este quizá haya sido el derecho de participar en las fiestas de los juegos, o en ocasiones cívicas importantes, uno de los privilegios de los que disfrutaba la elite. La primera opción es la más posible, ya que los juegos ístmicos, que se realizaban en las cercanías, no se realizaron mientras Pablo estuvo en Corinto y, por ello, el problema no se le presentó mientras él estaba allí. Sabemos que todas las personas importantes de Corinto eran invitadas a tres fiestas por el presidente de los juegos. 10 El temor de Pablo es que un creyente en Cristo, al ver a otros comiendo en el templo de un ídolo, ceda a la presión de conformarse al mundo, y tropiece. 11 Se perderá, en el sentido de que volverá al paganismo como resultado de la acción de esos cristianos que quieren comer en el templo de un ídolo para reafirmar que un ídolo no significa nada. 12 No se trata de un ejercicio de sus derechos, sino de un pecado contra su hermano y, por lo tanto, contra Cristo. Dada la estrecha relación entre el Señor y sus hijos, dañar a un cristiano es dañar a Cristo (Hech. 9:1–4). 13 Pablo establece el primer requisito relativo a la imitación tanto de él como de Cristo (11:1). Si ejercer un derecho hace que un hermano caiga en pecado, debe ser evitado a cualquier precio.

9:1-14 Derechos y ministerio

Pablo pasa a demostrar nuevamente una verdad que surge de su propio ministerio (cf.cf. Confer (lat.), compare 2:1, 3). También le da la oportunidad de defender su ministerio ante aquellos que lo juzgan, explicando las razones por las cuales no reclamaba sus derechos como apóstol (ver 9:3). Conduce esta parte de su argumentación principalmente por medio de una serie de preguntas, de las cuales todas exigían un “sí” como respuesta.
La efectividad de su ministerio apostólico en Corinto está a la vista, aunque algunos ahora cuestionan si debería volver para un nuevo período de ministerio (cf.cf. Confer (lat.), compare 16:12). El es un apóstol, es decir, uno que ha visto al Señor (cf.cf. Confer (lat.), compare Hech. 9:17). De por sí la existencia de la iglesia de Corinto es prueba del reconocimiento divino de su ministerio, es decir, su apostolado en el Señor (2). 3 Ya que su ministerio está puesto en tela de juicio por algunos de sus críticos, la defensa de la validez del apostolado de Pablo, que él ha definido en términos generales en los vv. 1 y 2, se hace más detallada ahora por medio de una serie de preguntas.
4 Pablo presenta los derechos del apóstol: el derecho al sostén; 5 el derecho a casarse (con una cristiana); y el derecho de la esposa de acompañar a su esposo (un principio que varios héroes misioneros del siglo XIX quebrantaron, cf.cf. Confer (lat.), compare 7:3–5) como las esposas de los otros apóstoles y de los hermanos del Señor (quienes en una época fueron escépticos, ver Mar. 3:31; Juan 7:2, 3, pero ahora creían, Hech. 1:14, y que ahora eran importantes testigos de Jesús); 6 el derecho de tener un sostén completo o, como Pablo pregunta: ¿O sólo Bernabé y yo no tenemos derecho a dejar de trabajar? 7 Estos derechos son tan obvios como el derecho de un soldado a recibir su paga, el derecho del dueño de una viña a cosechar su fruto y el derecho de los pastores a la leche de sus rebaños.
8, 9 Los derechos mencionados en el v. 7 no son solamente convenciones seculares, sino que tienen la aprobación del ATAT Antiguo Testamento, citando Deut. 25:4, donde hasta se prohíbe poner bozal al buey que trilla. Los intérpretes judíos consideraban al buey como representante de todos los trabajadores, tanto humanos como animales, y pensaban que la ley estaba hecha para que el hombre la obedeciera. Por eso para nosotros fue escrito esto, por los derechos del que planta y del que levanta la cosecha. Ambos trabajaban esperando beneficiarse con la cosecha. 11 El sembrador espiritual (cf.cf. Confer (lat.), compare 3:6), en este caso Pablo en Corinto, también tiene derecho sobre la cosecha. 12 Pero él no ha ejercido esta prerrogativa con ellos. Por el contrario, se ha puesto en desventaja y lo ha soportado todo, es decir, cualquier trastorno causado por su trabajo día y noche (cf.cf. Confer (lat.), compare Hech. 20:35). Lo hacía para no ser piedra de tropiezo en el camino de quienes escuchaban el evangelio que él predicaba. Este es el segundo principio de Pablo, que explica con mayor extensión lo expresado en 8:13, ampliando su alcance, para beneficiar a los no cristianos.
Aunque los oradores llegaban a las ciudades prometiendo darles beneficios cívicos y educativos (cf.cf. Confer (lat.), compare comentario sobre 2:1–5), quienes los escuchaban sabían que al final de todo estaba la posibilidad de grandes ganancias materiales para el que hablaba. El público sólo estaba interesado en su habilidad para demostrar su oratoria privilegiada, y no en el tema del discurso, que muchas veces ellos mismos elegían. Por el contrario, el supremo interés de Pablo era el contenido de su mensaje, con sus buenas nuevas. Por lo tanto, buscaba distanciarse lo más posible de cualquier identificación con los oradores seculares para lograr que su mensaje, que era único, fuera realmente escuchado.
13 Luego de haber hablado sobre las convenciones seculares a las que Pablo había renunciado ante el riesgo de que fueran malentendidas, también cita los derechos que tenían los sacerdotes que realizaban sacrificios en el ATAT Antiguo Testamento, y 14 el decreto del Señor Jesús de que aquellos que predicaban el evangelio tenían derecho a vivir del evangelio (cf.cf. Confer (lat.), compare Mat. 10:10). Aun ese mismo derecho ordenado por el Señor, Pablo lo dejó de lado, dado que en ese contexto no judío, Pablo consideraba que reclamar sus derechos levantaría una barrera que lo separaría precisamente de esa gente a quien estaba dirigido el evangelio.

9:15-23 El evangelio gratuito de Pablo

15 Hablar de dinero en el mundo secular significaba que lo estaba pidiendo, por lo que Pablo aclara que él no está pidiendo ningún pago retroactivo. Preferiría morir antes que le privaran de su orgullo por ofrecer un evangelio gratuito. 16 Se apresura a aclararlo, revelando la presión divina bajo la cual él funciona (2 Cor. 5:14), y hasta pronuncia condenación contra sí mismo, en caso de que dejara de cumplir con su comisión. 17 Si predica el evangelio porque desea hacerlo, tiene recompensa. Si lo hace porque es su deber, simplemente está cumpliendo con su papel como administrador del evangelio (cf.cf. Confer (lat.), compare 4:1). 18 ¿Cuál es la recompensa de Pablo por querer predicar el evangelio? La satisfacción de poder ofrecerlo gratuitamente. En una sociedad donde el beneficio personal, aun cuando se hacían obras de caridad, era siempre aceptado como factor motivador, el “beneficio” de Pablo era ver que el evangelio único de la gracia gratuita de Dios se ofrecía sin costo para quienes lo escuchaban. Sus acciones demostraban el carácter propio del mensaje. No podía reclamar sus derechos.
19 Quienes empleaban maestros seculares creían que eran “dueños” de ellos, especialmente si aquellos actuaban como tutores privados en las casas. Aunque parte de la obra de Pablo fue hecha en el contexto de grandes hogares y las iglesias que se reunían en ellos, él da testimonio del hecho de que lo hacía libremente. Pero aun cuando tiene esta libertad (cf.cf. Confer (lat.), compare 9:1, la pregunta con que abre el capítulo) no la utiliza. Como su Señor (Fil. 2:7, 8), prefirió ser esclavo para todos a fin de ganar a algunos para Cristo. Pablo es el misionero transcultural por excelencia y no es esclavo de ninguna conveniencia evangelística. Su capacidad de adaptación se ve en su sensibilidad al predicarles a los judíos, aunque él no está bajo la ley (20); a los no judíos, al hacer las adaptaciones culturales necesarias en su tarea misionera, tanto en la predicación (cf.cf. Confer (lat.), compare Hech. 17:22–31) como en sus contactos evangelísticos (21; ver 10:30); y a los supersticiosos, al igual que su Señor, sin apagar el pábilo que humea (22).
Pablo ahora expone su tercer principio: sensibilidad al contexto cultural. Me hice indica que en un momento determinado el tomó esa decisión como estratega misionero. Sería transcultural en su presentación del evangelio y en su estilo de vida, y de todos modos sería innovador en la manera de llevar a cabo la misión. 23 Todo su accionar giraba exclusivamente en torno a la predicación del evangelio, y su motivación era participar de sus bendiciones. Pablo era, sin duda, un apóstol libre. Quienes habitualmente orientan su vida para compartir el evangelio son quienes más experimentan su refrescante libertad al verlo liberar a los demás.

9:24-10:13 Correr y no caer

Pablo comienza ahora a tratar el tema de los peligros de las malas conductas sexuales que eran tan características de estas fiestas en el templo. Lo hace primero citando el ejemplo de su propia autodisciplina, y luego contrastándola con lo que sucede al pueblo de Dios cuando se dedica a las cosas malas. Su intención es evitar que los corintios hagan lo mismo (10:6). 24 Pablo toma imágenes de los acontecimientos atléticos de los famosos juegos ístmicos que se realizaban cerca de Corinto. Los alienta a ser corredores que se afanen por llegar a la línea final. 25 Les recuerda la disciplina estricta que los atletas deben seguir en su dieta y en sus ejercicios para ganar una corona que en esa época estaba hecha de laurel. Por el contrario, la carrera cristiana tiene como premio una recompensa imperecedera. 26 Compara su propio ministerio con el de un corredor que sabe hacia dónde está corriendo. También es como un boxeador, no alguien que golpea el aire (los oradores que demostraban su pericia oratoria ante las multitudes, pero no en debates reales, eran considerados con desdén como boxeadores que golpeaban el aire). 27 El contrincante era su propio cuerpo y sus apetitos. Esto es lo que Pablo somete, no como los oradores que se jactaban de que sus ingresos les permitían halagar a sus sentidos con vidas desordenadas en fiestas, y que eran criticados por enseñar la virtud pero vivir exactamente lo contrario. Pablo es muy consciente de la necesidad de someter sus apetitos, no sea que, habiendo cumplido su ministerio de predicación, ceda a las tentaciones sexuales. Estas tentaciones eran un problema constante entonces, y son un peligro para los evangelistas y líderes cristianos de la iglesia de nuestros días. Pablo ha estado señalando aquí el peligro de tropezar por no dejar a un lado las conductas pecaminosas (cf.cf. Confer (lat.), compare Heb. 12:1).
10:1–13 Advertencia tomada de la historia de Israel. La tradicional división del capítulo fijada aquí por los cristianos en épocas posteriores no es de gran ayuda. El pasaje de 10:1–13 ilustra la verdad de que el Dios del Señor Jesús juzgó a Israel por su conducta idólatra. Dios hará lo mismo con los corintios que insistan en ejercer su derecho a comer en templos de ídolos, a menos que huyan de la idolatría (10:14–22).
1–4 Presentan los impecables antecedentes de los hijos de Dios en el desierto. Ellos habían experimentado con toda claridad la guía de la mano de Dios y fueron testigos de la milagrosa liberación al cruzar el mar (Exo. 13:21; 14:22). Los hijos de Israel experimentaron el tener a Moisés como el agente de la liberación de Israel, y de la misma manera los creyentes en Cristo experimentan el tener a Cristo como su libertador (2). Fueron alimentados con la misma comida espiritual (Exo. 16:15, 35) y sustentados con agua espiritual de la roca (Sal. 78:15), que era Cristo, supliendo sus necesidades en la misma forma que satisface totalmente las necesidades de los corintios (1:4–7, 30). Aquel que estuvo allí al comienzo y que fue el agente de la creación (Juan 1:2–4), y que sustenta todas las cosas (Col. 1:17), estuvo participando activamente en la vida del pueblo de Dios en el ATAT Antiguo Testamento, de la misma forma que está actuando en las vidas de los creyentes en Cristo en la actualidad. La segunda persona de la Trinidad no apareció repentinamente por primera vez en la encarnación. 5 Pero la exclusión de los israelitas del pueblo de Dios tuvo como resultado su muerte en el desierto. Ellos son un tipo o un ejemplo dado como advertencia a los corintios para evitar que repitan el mismo trágico error.
Pablo establece cuatro prohibiciones para los corintios, derivadas del severo juicio de Dios sobre sus hijos que estuvieron en el desierto. (i) Se prohíbe la idolatría, y Pablo cita Exo. 32:6, que podría describir adecuadamente el desordenado comportamiento en una cena realizada en el templo de algún ídolo de Corinto (7). (ii) Se prohíbe la inmoralidad sexual (8), que era una conducta aceptable en esas cenas del siglo I. La consecuencia de tal conducta para Israel fue la exclusión inmediata de la comunidad de los creyentes (Núm. 25:1–9). (iii) Juzgar o tentar a Dios para que actúe (9) también trajo una terrible condenación (Núm. 21:5, 6). Quizá hubiera algunos en Corinto que racionalizaran el ejercicio de su derecho de comer en el templo, basándose en que aún no les había sucedido nada mientras comían y, por lo tanto, nunca les sucedería. (iv) Se les ordenaba no murmurar (10; Núm. 14:2). Algunos quizá se habrían quejado al Señor por las dificultades que experimentaban al vivir en una sociedad que fomentaba el pluralismo religioso; esto los llevaba a negar la bondad de Dios y su providencial determinación de las circunstancias que a ellos les tocaba vivir, en la misma forma en que Israel lo había hecho contra Dios y Moisés.
11 El juicio que vino sobre ellos y que estaba registrado en el ATAT Antiguo Testamento, significa que sus advertencias deben ser atendidas por aquellos sobre quienes ha llegado el fin de las edades, es decir, el cumplimiento de la promesa hecha a Abraham de bendecir a todas las naciones y no solamente a Israel (Gén. 12:2, 3). 12 Pablo escribe al que piensa estar firme, apoyado en su argumentación de que porque los ídolos no significan nada (8:4), el comer en el templo de un ídolo era perfectamente aceptable (8:10). La advertencia a prestar atención es clara, dado que están dadas todas las posibilidades de que caigan, dada la coherencia de Dios como juez de Israel y de la iglesia. 13 Estos cristianos tan seguros de sí mismos, reciben la advertencia de que toda la humanidad enfrenta tentaciones para ceder y cometer inmoralidades; y ellos no están exentos.

10:14-11:1 Los banquetes de los ídolos y la cena del Señor

14 Los amados hijos espirituales de Pablo deben evitar comer en el templo ante el peligro de la idolatría. 15 Se les pide que piensen más profundamente en el tema, y Pablo utiliza dos analogías. La primera se relaciona con la cena del Señor, y la segunda con comer de los sacrificios del ATAT Antiguo Testamento. 16 La copa de bendición era la tercera copa de la Pascua. Jesús, en la noche anterior a su muerte, reinterpretó el significado de esta copa de forma que ahora señalaba al derramamiento de su sangre en la cruz y era el medio para establecer una participación en los beneficios de su muerte. Hizo lo mismo con el pan, que fue roto para expresar la misma participación. 17 En la misma forma, el hecho de que los creyentes en Cristo participan de un pan en la cena del Señor, significa que todos pertenecen a Cristo, que son un solo cuerpo en Cristo. 18 Se cita la comunión de los sacerdotes con el altar en el ATAT Antiguo Testamento como base para establecer la relación en los vv. 19 y 20 (Lev 3:3; 7:15). 19–21 Pablo explica que los sacrificios paganos son ofrecidos a demonios (Deut. 32:17), y que no se puede beber de la copa del Señor y de la copa de los demonios. Es interesante observar en este contexto que algunos recipientes y tazas encontradas por los arqueólogos en Corinto tienen grabados los nombres de ciertos dioses. 22 El punto principal del argumento es que los corintios provocarán a celos al Señor. ¿Son acaso más fuertes que él, como para sobrevivir a tal confrontación?
Habiendo expuesto lo que realmente sucede en las comidas paganas de los sacrificios en las que algunos corintios justificaban su participación, Pablo utiliza el mismo argumento que ellos para demostrar el carácter anticristiano de esa práctica (23, 24). Como en 6:12, 13 la ética que dice que todo está permitido ha sido utilizada como justificación para la acción por parte de aquellos que creen estar firmes. 23 Ellos argumentaban que todo me es lícito, pero las acciones cristianas están basadas en lo que es beneficioso para la persona involucrada. Basándose en esto, las conclusiones de 10:19–22 muestran que lo que ellos han hecho ha provocado a celos al Señor y no ha traído ninguna bendición sobre ellos. Si todo lo que se hace debiera edificar a los demás, entonces han fallado, ya que han estado en peligro de destruir a su hermano más débil (cf.cf. Confer (lat.), compare 8:10–12). Las acciones de un creyente en Cristo deben ser constructivas para los demás; esta analogía de la “edificación” es única para el cristianismo y refleja la exigencia de que las necesidades de los demás determinen la conducta. Del mismo modo, las acciones de Dios hacia nosotros, en Cristo, tienen el propósito de satisfacer nuestras necesidades. 24 Los actos de beneficencia personales y cívicos, tan admirados, y el sistema de patronato de la Corinto secular, no tenían como fin principal satisfacer las necesidades de los demás; el beneficio propio era lo principal, y los beneficios que los demás pudieran obtener, apenas si eran secundarios. La ética cristiana radical se describe en términos de lo que es el bien de los demás y nunca el beneficio propio. Los corintios que insistían en su derecho a comer en los templos de los ídolos sin considerar las necesidades de otros cristianos no expresaban su amor a su prójimo poniendo en primer lugar las necesidades de éste.
En los vv. 25–30 Pablo explica cómo funcionar en medio del pluralismo religioso. La comida que se vendía en el mercado de carnes de Corinto podía ser comida por los cristianos (25). El hecho de que hubiera sido ofrecida en el templo antes de ser vendida quedaba anulado por el Sal. 24:1, que todos los judíos piadosos repetían antes de comer algo (26). Si una persona no cristiana recibía una invitación a cenar y aceptaba, el principio a seguir era comer todo lo que fuera servido por el anfitrión. No hay problemas de conciencia, por la misma razón dada en el versículo anterior (27). La excepción a esta regla es el caso en que alguna persona llame la atención sobre el hecho de que la carne ha sido comprada en el mercado de carnes. Si la persona cree que el creyente en Cristo no debería comerla, entonces éste debe desistir de hacerlo, tanto por él como por su conciencia (28). Pablo aclara que está hablando de la conciencia del otro (24), y por lo tanto hace hincapié en el concepto de que los escrúpulos y las necesidades del prójimo determinan las acciones del cristiano.
El tratamiento de este tema tiene su conclusión en 10:31–11:1, presentando los amplios parámetros dentro de los cuales los cristianos deberían actuar en la sociedad. 31 Primero, todo aquello que haga un cristiano, sea comer, beber, o cualquier otra acción, debe ser hecho para la gloria de Dios. 32 Segundo, el cristiano no debe, con sus acciones, ser piedra de tropiezo ni a judíos, ni a griegos, es decir, ni a los que están dentro ni a los que están fuera de la iglesia. 33 Una vez más Pablo puede señalar a su propia conducta como apoyo a lo que dice, ya que él desea complacer a todos, sin buscar jamás su propio beneficio, sino el de muchos, para que sean salvos.  11:1 Pablo concluye con el mandamiento de que los corintios sigan su ejemplo que ha bosquejado al tratar el tema, el cual es un ejemplo tomado de Cristo. La prioridad de los demás en cuanto a su necesidad del evangelio y lo que preocupa al hermano más débil deben determinar las acciones del cristiano.
11:2-14:40 ORDEN EN LA VIDA DE LA IGLESIA

11:2-16 Sobre cubrirse la cabeza durante la adoración

2 Pablo elogia a la congregación por observar las tradiciones que les había transmitido en días pasados. Es interesante que los temas que surgen son aquellos que Pablo no había tratado mientras estaba allí. No es una reflexión sobre que él haya sido competente o no, sino más bien sobre los cambios que se habían producido luego de que él partiera de Corinto. Lo que Pablo decreta es parte de la tradición apostólica que es obligatoria para la congregación (v. 16). 3 El desea que los corintios comprendan que Cristo es la cabeza de todo hombre (más probable “esposo”) y que el “esposo” es la cabeza de la mujer (más probable “esposa”, dada la ambigüedad de estas palabras en gr.). Era la costumbre pagana de los sacerdotes de un culto, que habían salido de la elite de la sociedad, distinguirse de los demás adoradores orando y presentando sacrificios con sus cabezas cubiertas. ¿Sería que algunos de entre la minoría de los cristianos que pertenecían a la casta social privilegiada deseaban atraer la atención hacia su posición orando y profetizando con la cabeza cubierta? El que lo hace afrenta su cabeza, es decir, a Cristo, que es su cabeza (cf.cf. Confer (lat.), compare v. 3). Esta afrenta consistiría en el atraer la atención hacia su posición secular, cuando Cristo es aquel a quien tiene que dirigirse toda la atención cuando uno ora.
5 Toda mujer que ora o profetiza con la cabeza descubierta afrenta su cabeza, es decir, a su esposo. Es como si se hubiera rapado. La ley romana que se aplicaba en la colonia de Corinto establecía que la mujer que afrenta a su esposo, cometiendo adulterio, debe raparse la cabeza. 6 Si una esposa no se cubre la cabeza es considerada, por implicación, como alguien que se niega a reconocer su relación con su esposo, es decir, su estado civil. Que la esposa no se cubriera la cabeza en público era una ofensa. 7 El hombre está exento de cubrirse la cabeza, dado que él es la imagen y la gloria de Dios (Gén. 1:27a). La esposa es gloria de su esposo (Prov 12:4). 8 Este fue el orden en que el hombre y la mujer fueron creados, según Gén. 9 En Gén. 2:20b–23, la esposa fue creada para el esposo, y no el esposo para la esposa. 10 Por esta razón, y también por causa de los ángeles (cf.cf. Confer (lat.), compare Mat. 18:10), la esposa debe tener esta señal de autoridad sobre su cabeza. 11 En el Señor, Pablo enseña el carácter mutuo de la pertenencia, como en 7:4. 12 Explica esto en términos de que la mujer viene del hombre, y el hombre de la mujer. Pero Pablo afirma que todo proviene de Dios. 13 Como en 10:15, convoca a la congregación para que juzguen por sí mismos. ¿Es apropiado [en este caso] que la mujer ore a Dios con la cabeza descubierta? 14 En el siglo I se creía que la naturaleza determinaba los temas culturales. Sin duda, Pablo también argumenta esto sobre la enseñanza del ATAT Antiguo Testamento, en la que se insistía sobre la polaridad de los sexos. Un hombre con el cabello largo era una ofensa. Algunas veces se ha argumentado que hay estatuas de hombres de la antigüedad con el cabello largo, pero así se representaba a los dioses, no a los hombres. 15 El cabello largo en la mujer era considerado como su gloria, y los autores antiguos mencionan la atención que se prestaba al cabello de la mujer como su preciada gloria. 16 Pablo concluye diciendo que si alguno desea contender con esta tradición apostólica debe tener en cuenta que ni Pablo ni las iglesias de Dios siguen otra práctica.
Nota. Debe recordarse que un problema en particular era que la reunión cristiana, la eklesia, tenía su contrapartida secular en el organismo que gobernaba la ciudad. Esa reunión se realizaba normalmente en un teatro. ¿Qué sucedería cuando una reunión cristiana, eklesia, se realizaba en una casa particular, donde la autoridad era una mujer, y en la que ella no se cubría la cabeza? Aunque este es un punto de controversia entre los comentadores, el tema parece no ser respecto de hombres y mujeres en sí, sino respecto de esposo y esposa; esta es una traducción legítima de ambos términos. También ayuda a entender la declaración sobre quién es cabeza (cf.cf. Confer (lat.), compare Ef. 5:22–33, donde se utilizan las mismas palabras). Debe destacarse, además, que no sólo los hombres oraban y profetizaban en la iglesia apostólica; las mujeres tenían una función legítima en la adoración. Si se desea más información sobre la profecía en la iglesia, ver el comentario sobre 14:1–25.

11:17-34 Los problemas en la cena del Señor

17 Aun cuando Pablo ha elogiado a los corintios por observar las tradiciones apostólicas (v. 2), no puede hacerlo ahora, al ordenarles que remedien los abusos cometidos en la cena del Señor (34). Cuando se reunían aparentemente no era para lo mejor, sino para lo peor. Las divisiones entre los miembros (cf.cf. Confer (lat.), compare 1:10–12) también se reflejan en estas reuniones. En la eklesia secular, es decir la reunión de los ciudadanos por motivos políticos, los participantes no ocultaban sus divisiones, y cuando los cristianos corintios se reunían en su eklesia cristiana, se comportaban de manera secular en muchos aspectos. Los traductores de la RVARVA Reina-Valera Actualizada y de otras versiones traducen la enigmática expresión que sigue como y en parte lo creo. Es sorprendente que Pablo, que está tan bien informado gracias a la familia de Cloé, esté informado sólo parcialmente sobre un tema por el cual él ve que hay un juicio inminente sobre algunos dentro de la congregación. La expresión puede traducirse también como “creo los informes que he recibido de algunos”, que quizá tenga más sentido. La palabra que se traduce en algunas versiones como en parte, que es un adverbio, también es un sustantivo en gr. que significa “un informe”. 19 Sólo cuando surgen las divisiones se conoce a aquellos que tienen la aprobación de Dios, es decir, quienes son genuinos, lit.lit. Literalmente, “los que pasan la prueba”. (Cf. 2 Cor. 2:9, donde los genuinos son aquellos que han seguido las instrucciones de los apóstoles.) Las divisiones separaban del resto a los que eran fieles a la palabra de Dios.
20 La segunda razón por la que Pablo no puede aprobar la conducta de ellos es que cuando se reúnen, no es la cena del Señor la que están comiendo. Eso, indudablemente, fue una sorpresa para ellos, pero Pablo da razones por las cuales esto es así. 21 Cada uno actúa sin consideración hacia los demás. Si el comportamiento en cuestión era el no esperar a los demás, o simplemente devorar la propia comida durante la cena, no es seguro. La palabra que se traduce se adelanta puede significar hacer algo antes que otros, o devorar la propia comida durante la Cena. 22 Tales acciones tienen como consecuencia la lamentable situación de que algunos se quedan con hambre y otros se embriagan. Pablo formula tres preguntas que tienen como propósito hacer que reconozcan su culpa por esta vergonzosa conducta. La primera es si aquellos que comen y beben tanto no tienen sus propias casas en las que festejar. La segunda es si menosprecian la iglesia, lit.lit. Literalmente, la “reunión”, nada menos que de Dios, ya que es la iglesia de él (cf.cf. Confer (lat.), compare 1:2). La tercera pregunta es si su intención es humillar a aquellos que no tienen, lit.lit. Literalmente, los “desvalidos”, refiriéndose a aquellos que no tienen la protección de casas ricas en tiempos de crisis como la actual hambruna (cf.cf. Confer (lat.), compare comentario sobre 7:26). Pablo ciertamente no puede aprobar o elogiar esta inexcusable conducta. La razón por la que son culpables está claramente expuesta.
23–25 Pablo comienza con un recordatorio de que él repite la tradición que recibió del Señor y que les había transmitido a los corintios cuando estuvo con ellos. Recuerda las acciones y palabras del Señor Jesús la noche en que fue entregado. Ellos debían partir el pan en memoria de la muerte de Jesús. También debían beber la copa en memoria del nuevo pacto que Jesús ratificó en su sangre (cf.cf. Confer (lat.), compare la ratificación del antiguo pacto con sangre en Exo. y la promesa de un nuevo pacto en Jer. 31:31, un pacto que era para la bendición de todas las naciones, Gén. 12:3). 26 La cena del Señor proclama la muerte del Señor, hasta que él venga por segunda vez. Pablo repite y altera el orden de las palabras de Jesús para dar énfasis a sus acciones. Lo hace para marcar un contraste entre la acción desinteresada de Jesús al dar su vida por ellos y las acciones egoístas de los que crean divisiones en su cuerpo, la iglesia (cf.cf. Confer (lat.), compare 10:17). Centra la atención en que no comparten la comida en la Cena para mostrar cuán extremadamente generosa había sido hacia cada uno de ellos, personalmente, la acción de Jesús en la cruz. Se están comportando en esta forma tan egoísta, precisamente en la celebración recordatoria que Jesús instituyó la noche en que fue entregado, para que pudieran recordar su muerte. ¿No es una traición a aquel cuya Cena están celebrando, el comportarse de esta manera?
27 En este contexto particular, el comer del pan y beber de la copa indignamente tienen que ver con sus actitudes y acciones unos hacia otros, especialmente con los necesitados que han sufrido una grave humillación. En esta comida se llama la atención hacia la posición y las circunstancias sociales, en una comunidad donde estas divisiones debían ser abolidas en Cristo (cf.cf. Confer (lat.), compare 1:30). Por lo tanto, ellos son culpables de pecar en contra del, o posiblemente basándose en el, cuerpo y la sangre del Señor. 28 Todos deben examinarse a sí mismos antes de participar. En este contexto, el examen tiene que ver con las actitudes propias de una fiesta y la falta de compasión hacia “los desposeídos”. 29 El fracaso en reconocer el cuerpo del Señor, es decir el cuerpo de creyentes (cf.cf. Confer (lat.), compare 10:16), no hace más que traer juicio sobre la persona. 30 El juicio ya se ha producido. Algunos son débiles espiritualmente debido a sus acciones, otros sufren enfermedades y otros han sido separados por la muerte. Esto señala la enorme importancia que Dios le da a su iglesia, y refleja su actividad en el ATAT Antiguo Testamento de juzgar y apartar a aquellos que no respetan su compromiso para con la unidad y las necesidades de la comunidad creyente. 31 Juzgar sus propias acciones evitaría el juicio divino. 32 Para que los corintios no crean que el juicio de Dios es tan inmisericorde como el de los dioses paganos, les recuerda que la disciplina del Señor siempre en esta vida es para bien, para que su pueblo no sea condenado junto con el mundo.
33 La expresión así que marca la esencia de lo que los corintios son llamados a hacer. Cuando se reúnen, deben esperarse unos a otros, o compartir su comida, porque el verbo aquí puede significar una cosa o la otra. 34 A aquellos que tienen tanta hambre que no pueden esperar, se les indica que coman en su casa. Esto significará que no se reunirán para lo peor, sino para lo mejor (cf.cf. Confer (lat.), compare v 17). Esto parece ser una medida interina, ya que Pablo promete tratar el asunto con más profundidad cuando llegue a Corinto.
Algunas veces se interpreta esta afirmación en el sentido de que Pablo había suspendido la comida en forma permanente e instituido un culto como el que celebramos en la actualidad. Es más probable que su intención fuera la de erradicar los problemas, y las actitudes subyacentes a ellos, que los originaban. Debe recordarse que los ciudadanos estaban viviendo una época de hambre (7:26) en la que “los desposeídos” llevaban la peor parte. También es importante reflexionar sobre el hecho de que la cena del Señor sólo puede ser tal verdaderamente cuando aquellos que participan de ella lo hacen con actitud y acciones hacia los demás coherentes con la actitud y las acciones desinteresadas de Jesús (cf.cf. Confer (lat.), compare 11:20).

12:1-13 Hay sólo un Espíritu Santo

Así como la conducta en la cena del Señor estaba fuera de control, también lo estaba la forma en que se realizaba el ministerio en la iglesia. Aunque los corintios habían escrito a Pablo para pedir su mandato apostólico sobre el tema específico de los dones espirituales, no hay motivos para separar los temas tratados en el cap. 11 de los que se tratan en los caps. 12–14. Tomados en conjunto, encontramos las reuniones de los cristianos en total desorden. En cualquier forma que el lector reconstruya los problemas que originaron el pedido de aclaración de Pablo (y esto es como unir los trozos de una conversación mientras se escucha solamente a un interlocutor), debe relacionárselos con el resumen que hace Pablo de sus instrucciones finales en 14:39, 40. El también utiliza este método en otros lugares (cf.cf. Confer (lat.), compare 11:33; 15:58). En esas instrucciones les dice, anhelad profetizar; y no impidáis el hablar en lenguas, haciendo todo en la iglesia decentemente y con orden. Aparentemente, los problemas se relacionan, más que nada, con la prioridad de la profecía y el ejercicio del don de lenguas en las reuniones cristianas. Estas debían ser conducidas en tal forma que reflejaran el carácter de Dios, a quien pertenecía la reunión.
1 Los corintios escribieron preguntando por los dones espirituales. La expresión gr. es ambigua y puede traducirse también como “personas espirituales”. El tema tratado al comienzo sugeriría que la pregunta de los corintios en el v. 1 se refería a la forma en que aquellos que poseían el Espíritu Santo ejercían su ministerio en las reuniones de la iglesia. La primera preocupación de Pablo es solucionar su ignorancia. 2 Les recuerda: Cuando erais gentiles, ibais como erais arrastrados, tras los ídolos mudos, o como traduce más lit.lit. Literalmente la VHA “os extraviaban … según y como erais llevados”. El rechazo de ellos de la revelación general de Dios en sus vidas los llevó a la idolatría y a la espiral descendente de las prácticas idolátricas (Rom. 1:21–23). La palabra mudos se utiliza en la misma forma que la usaban los escritores del ATAT Antiguo Testamento cuando señalaban a Israel la necedad y futilidad de inclinarse ante los ídolos fabricados por hombres (Hab. 2:18, 19). 3 Los paganos creían que los dioses podían influir favoreciendo sus objetivos en contra de los de otros en áreas de la vida como la competición deportiva, cuestiones sentimentales, los negocios y la política. Esto se hacía en cultos paganos por medio de las maldiciones que se echaban contra los oponentes. Algunas veces las escribían en plomo, las depositaban en templos y cisternas y juramentaban en el nombre de un dios. Una tabla de maldición encontrada en el templo de Démeter en Corinto decía: “Hermes del mundo subterráneo, [haz caer] terribles maldiciones.” Anatema sea Jesús puede traducirse como “Jesús [es] una maldición” o “Jesús, [haz caer] una maldición”, porque las dos palabras son, lit.lit. Literalmente, “anatema Jesús”. Cf. 16:22, “sea anatema”, donde el verbo está en tiempo presente. ¿Estaban los corintios utilizando el nombre de Jesús como una maldición en contra de sus oponentes en la misma forma en que los paganos hacían con sus dioses? ¿Está Pablo diciendo que ninguna persona que habla por el Espíritu de Dios maldice a otros con un “anatema Jesús” para ponerlos en desventaja? Sólo aquellos que son guiados por el Espíritu afirmarán que Jesús es el Señor. Los cristianos debían estar utilizando sus dones para bendición y bienestar de los demás (cf.cf. Confer (lat.), compare v. 7).
Pablo continúa hablando sobre el hecho de que los muchos y diversos dones provienen de una sola fuente, Dios, que los ha puesto a su disposición para el bien común (4–11). 4–6 Del mismo Espíritu, Señor y Dios, proviene una variedad de dones, ministerios y actividades; la iglesia haría bien en seguir el ejemplo de Pablo utilizando los tres términos. 7 A cada persona le es dada la manifestación del Espíritu, no para sí misma, sino para provecho mutuo. En la vida secular el “bienestar” de los demás era objeto de la beneficencia, y Pablo aquí usa la misma palabra para enfatizar que lo que se le ha dado a cada uno es para el bien de los demás. En la Corinto secular la elite mostraba sus dones y habilidades, creyendo que le daban posición e importancia. Esta falsa noción, aparentemente, aún existía para algunos, luego de su conversión y en su ministerio. 8–10 Pablo bosqueja los diferentes dones, ministerios y actividades del Espíritu: sabiduría, conocimiento, fe, sanidades, el hacer milagros, discernimiento de espíritus, y lenguas o idiomas (ambas traducciones son posibles, cf.cf. Confer (lat.), compare 13:1), y su interpretación. 11 Todo esto se atribuye al Espíritu, y su distribución a cada persona se declara aquí ser decisión soberana del Espíritu (cf.cf. Confer (lat.), compare 4:7b).
12 De la misma manera que los dones son diversos pero derivan del único y el mismo Espíritu (4–11), así también es Cristo, es decir, el cuerpo de Cristo (ver v. 27). 13 El Espíritu nos bautiza en un cuerpo en el que el origen racial o la posición social no marcan ninguna diferencia. La fuente o el origen de la vida espiritual de ellos es el Espíritu (cf.cf. Confer (lat.), compare la fuente del pueblo de Dios en el ATAT Antiguo Testamento, 10:4).

12:14-31 Hay un solo cuerpo de creyentes

No es posible que un individuo declare su independencia del cuerpo de creyentes solamente porque no esté satisfecho con determinados dones otorgados por el Espíritu soberano (15–20), o con los dones de otros, y por tanto declare que no se necesita un ministerio en particular (21–26). Todos los cristianos son parte de un cuerpo y Dios ha preparado esta diversidad.
15–21 El descontento con la función que le corresponde a alguien no puede ser causa de que ese alguien deje de ser parte del cuerpo. Si todo el cuerpo consistiese de un solo don, ¿cómo sobreviviría? Dios ordenó todas las partes del cuerpo como él consideró adecuado. Si todos fuésemos una y la misma parte, no existiría el cuerpo. La verdad es que hay muchos miembros, pero sólo un cuerpo. Los que tienen dones de percepción y pensamiento no pueden menospreciar a aquellos que tienen dones más prácticos. 22–24 Las partes más débiles y menos decorosas son tratadas con especial honor y decoro, en comparación con otras partes del cuerpo que no necesitan atención especial. Dios ha integrado los miembros del cuerpo y les ha dado mayor honor a aquellas partes que no lo tienen. 25 El punto crucial es que Dios quiso que no hubiera divisiones, sino que todos sean valorados (cf.cf. Confer (lat.), compare 1:10; 3:3; 11:18).
27 Los corintios son el cuerpo de Cristo y cada uno de ellos es miembro del mismo. Algunos se creían superiores y, por consiguiente, hacían sentir- se inferiores en sus ministerios a otros. Estos se sentían tentados a retirarse, o se retiraron efectivamente, de cualquier función activa en la asamblea cristiana. Así como algunos corintios no reconocían el cuerpo en 11:29, aquí ejercían su ministerio en una forma que tenía efectos negativos sobre otros miembros. Mostraban parcialidad en su respuesta a los demás, algo que claramente sucedía en la sociedad secular. 28–30 Tanto la asignación de dones a los cristianos, y las prioridades que ellos tienen son prerrogativa de Dios. Se detallan las funciones apostólicas, el ministerio de los profetas, las tareas de enseñanza, milagros, sanidades, la ayuda a los necesitados, los dones administrativos y el don de lenguas (28), junto con la interpretación de lenguas (30). Es claro que no todos tienen cada uno de estos dones. 31 Los corintios deben anhelar los dones mayores. ¿Cuáles son? Presumiblemente serían la profecía y la enseñanza, dado que se las presenta en ese orden en el v. 27. Esto se confirma en 14:1, 39.
Para que los corintios no buscaran los dones con el espíritu arrogante que sus actitudes reflejaban en 12:1, Pablo presenta un camino todavía más excelente para su ministerio conjunto.

13:1-13 Dones ejercidos en el contexto de relaciones donde existe un compromiso

1 La ausencia de amor en el ejercicio de los dones arruina a la persona que habla lenguas (o idiomas) de hombres y de ángeles. Vengo a ser, lit.lit. Literalmente “me he convertido en” algo tan hueco como el sonido de un bronce o un címbalo (platillo). 2 El don de profecía por medio del cual se comprende toda la verdad, y el conocimiento, y la fe que mueve problemas grandes como montañas hacen que el ministro de ese don sea nada si no tiene amor. 3 Si la generosidad fluye en abundancia hasta el punto de entregarse a sí mismo y hasta se rinde la vida a las llamas, no se gana nada si no hay amor. La falta de amor en el ministerio significa que he sido cambiado para peor: “Me he vuelto hueco”, “no soy nada”, y de nada me sirve, determina claramente cuál debe ser la motivación para el ministerio. El amor de ninguna manera debe estar ausente.
4-7 La presencia del amor afirma a otros y supera los aspectos destructivos de nuestro carácter. La paciencia, la bondad y la verdad importan. Así como el evitar aquellos pecados mencionados en los Diez Mandamientos que tratan de las relaciones con otros seres humanos nutre las relaciones, también lo hace el amor. Se evitan la envidia, la ostentación, la arrogancia, la ira y el mal. El amor provee tanto la estabilidad como la consistencia en la que palpita la vida.
8–13 El futuro del amor está garantizado. 9 En esta existencia transitoria, nuestro conocimiento imperfecto se refleja en lo que profetizamos. 10 Cuando llegue la perfección en el cielo, lo imperfecto desaparecerá. 12 Los reflejos imperfectos serán reemplazados por la verdadera percepción: los espejos imperfectos distorsionaban la correcta reflexión del rostro que en ellos se miraba. El conocimiento parcial dará lugar al conocimiento pleno, así como somos plenamente conocidos por Dios. 13 Sólo se reconoce permanencia a la fe, la esperanza (el futuro nos viene de manos de un Dios que no nos fallará) y al amor. El amor tiene el lugar principal, por las razones que se señalan claramente en los vv. 1–7.

14:1-19 Profecías, lenguas y la iglesia

Procurar el amor debe ser la prioridad en la asamblea cristiana. Repitiendo su afirmación de 12:31 y retomando la instrucción de anhelar los dones mejores, Pablo revela que tiene en mente el don de la profecía. 2 El Apóstol indica por qué esto es así. Las lenguas no se dirigen a los hombres, sino a Dios. 3 La profecía, por otra parte, se dirige al pueblo de Dios y satisface tres necesidades del corazón humano: edificación, exhortación y consolación. La fe cristiana es única porque ha utilizado palabras que hablan de edificación al querer fortalecer, exhortar y consolar a sus miembros. 5 El deseo de Pablo es que todos hablen en lenguas, pero, agrega, dada la posibilidad de elegir, él preferiría que profetizaran. El profeta es mayor que el que habla en lenguas, a menos que éste interprete para que la iglesia pueda ser edificada. Nuevamente se repite la intención edificadora de la reunión de los cristianos.
6 Pablo discute con aquellos que aparentemente ponían tanto énfasis en las lenguas, poniéndose a sí mismo como ejemplo. A menos que él traiga alguna revelación … conocimiento … profecía …  o enseñanza, ¿de qué servirá su ministerio? Presenta dos ejemplos. 7 En la música, es vital que pueda ser entendido el sonido de la flauta o del arpa (esta última gozaba de gran aprecio en el siglo I, y sus ejecutantes deleitaban a multitudes que llenaban los teatros para escuchar sus extensos repertorios). 8 La trompeta debe dar las señales correctas para que las tropas se alisten para la batalla. 9 Pablo aplica las ilustraciones: Así también vosotros. Nadie puede discernir cuál es la melodía, ni reconocer la señal, si el lenguaje es incomprensible. 10–12 Desde la torre de Babel es incontable el número de idiomas existentes, y los idiomas no reconocidos convierten en extranjeros tanto a quienes los pronuncian como a los que los escuchan. Así también vosotros, repite Pablo (12). Elogia el profundo deseo que hay en ellos de poseer dones espirituales y los anima a buscar aquellos que edifican.
En los vv. 1–19 Pablo ha argumentado sobre por qué debe anhelarse más profetizar que hablar en lenguas. Edificar o fortalecer, exhortar y consolar a la iglesia, son aspectos cruciales del reunirse como pueblo de Dios, y esto se produce por medio del don de profecía.

14:20-25 Profecías, lenguas y los no creyentes
20–22 Aquí Pablo ordena a los corintios que dejen de pensar como niños (cf.cf. Confer (lat.), compare 13:11). Aunque es correcto que sean inocentes en cuanto al mal, deben pensar como adultos, como hombres maduros. Esto implica la comprensión de lo que está escrito en la ley (Isa. 28:11, 12; Deut. 28:49), de donde Pablo deduce que las lenguas son una señal para el incrédulo (¡pero una señal negativa, pues confirmará su incredulidad!) y la profecía es para los cristianos. 23 Si el no creyente, o alguien que está interesado en saber, viene a la iglesia, y todos están hablando en lenguas, esa persona saldrá convencida de que están todos locos. 24 Pero si todos profetizan, el no creyente o el interesado sí se verá tocado. En todos habrá convicción y juicio, 25 y su corazón será expuesto, caerán de rodillas para adorar, y reconocerán la presencia de Dios.

14:26-36 Decentemente y con orden

26 Toda persona tiene un himno, un mensaje de instrucción, una revelación, una lengua o una interpretación. Todo esto debe hacerse para edificar a la iglesia. 33a Debe ser hecho bajo control, ya que Dios es un Dios de paz.
Los vv. 33b–36 hablan de un aspecto de la función de las esposas en la iglesia. Algunos comentadores esquivan el problema declarando que esta sección fue agregada luego y no fue escrita por Pablo. Pero todos los mss.mss. Manuscritos incluyen este pasaje. Para tratar de comprenderlo, debemos tener en cuenta tres aspectos: (i) Las esposas oraban y profetizaban en las reuniones cristianas (ver 11:5). Esta era una práctica común en todas las iglesias apostólicas (33b). El contexto es crucial: la evaluación de la profecía (v. 35). (ii) La ley requiere que se reconozcan las funciones propias de hombres y de mujeres (34), lo que es una referencia a Gén. 2:20–24 ó 3:16. Pablo ya citó el primero de estos textos en 11:8, 9. (iii) La esposa debe buscar la aclaración de los puntos oscuros en el hogar, lo cual podría bien significar que es su esposo el que dio la profecía (35). Aunque no hay certeza absoluta al respecto, este autor opina que las esposas, en esta reunión pública, no deben participar de la evaluación pública de las profecías, que incluía el cuestionamiento de su contenido.

14:37-40 Advertencias y conclusiones

37 La norma apostólica que los corintios habían pedido, en relación con “dones o personas espirituales” concluye con una clara afirmación de que todo lo que Pablo escribe es del Señor. El profeta y la persona espiritual sabrán que “lo que dice Pablo, lo dice Dios” (San Agustín). No hay fundamento para encasillar a estos capítulos en una situación particular de tiempo o lugar. 38 Quienes la ignoren, incluyendo a los profetas y quienes ejerzan dones espirituales, deben ser, o serán, ignorados. 39 La profecía debe ser anhelada por sus beneficios para la iglesia. No se prohíbe el ejercicio del don de lenguas, pero sí se lo regula según lo expresado en este capítulo. 40 Las normas que Pablo establece tienen como fin el lograr una reunión ordenada. Un aspecto del carácter de Dios es que es un Dios de orden (cf.cf. Confer (lat.), compare v 33) y, para reflejarlo, todas las cosas en su iglesia deben ser hechas en forma decente y con orden. Este mandato incluye no sólo los temas tratados en estos capítulos, sino también los tratados en el cap. 11.
Nota. Los caps. 11–14 reflejan la convicción teológica de que no es “mi” o “nuestra” iglesia, sino la asamblea o reunión de Dios, que la acción desinteresada de Cristo debe reflejarse en las relaciones y en la satisfacción de necesidades; que debe haber participación de hombres y mujeres; y que la edificación, en forma ordenada, de aquellos que se reúnen, es una prioridad. Estos capítulos no deben ser leídos con el fin de señalar los errores o deficiencias de otras tradiciones eclesiásticas. Es fácil leerlos y no ver el desafío personal que contienen. Pablo reclama un mayor compromiso para con las necesidades físicas y espirituales en las reuniones semanales de los cristianos, de lo que la mayoría de las reuniones de iglesias modernas permiten. Deben ser de inspiración para quienes asisten. En la iglesia apostólica no existía tal cosa como una congregación cerrada a los no creyentes. Continúa en pie el desafío de que los cultos cristianos sean tales que el que viene de afuera pueda entrar y adorar y saber que Dios está realmente entre su pueblo.

15:1-58 LA RESURRECCION DEL CUERPO DEL CREYENTE EN CRISTO

Este no es un tema sobre el cual los corintios le hayan consultado. Pablo se enteró de que algunos estaban diciendo que no había resurrección de los muertos (12). El sabe que algunos plantearán preguntas en relación con los medios por los cuales los muertos resucitan y la naturaleza del cuerpo resucitado del creyente en Cristo (35). Claramente se ve que el tema está relacionado con la conducta de ellos, por lo cual les ordena que no se dejen engañar y dejen de pecar (34). Como en 11:33, 34 y 14:39, 40, este capítulo concluye con órdenes, v. 58: estad firmes y constantes, abundando siempre en la obra del Señor, y se les da el motivo: sabiendo que vuestro arduo trabajo en el Señor no es en vano.
¿Qué tiene que ver la resurrección del cuerpo del creyente en Cristo después de la muerte con las obras realizadas en el Señor en esta vida? ¿Por qué deben tener la certeza de que no son en vano? No es la resurrección de Cristo lo que se estaba negando, sino la resurrección corporal del cristiano, frente a la doctrina pagana de la inmortalidad del alma.
Para la mentalidad del siglo I la inmortalidad del alma era algo incuestionablemente cierto para la mayoría de los paganos. La resurrección del cuerpo les parecía absurda (cf.cf. Confer (lat.), compare Hech. 17:32). Algunos cristianos, aparentemente, pensaban en la vida eterna en términos de la inmortalidad del alma. También es posible que hayan apoyado las implicaciones que los paganos inferían de allí. El paganismo popular argumentaba que los sentidos que rodeaban al alma inmortal eran dados por la naturaleza, pero no podrían disfrutarse después de la tumba. Por eso, si tenían dinero comamos y bebamos, que mañana moriremos (32). Se creía que la forma en que el cristiano vivía en esta vida no importaba demasiado, y que la seguridad de la inmortalidad era la esencia del evangelio y lo único que verdaderamente contaba. Esta concepción de la vida cristiana sigue en pie y no pocos la proponen desde el púlpito y los bancos. Pablo refuta firmemente esta aberrante visión de la continuidad cristiana aparte del cuerpo, demostrando que la resurrección de Cristo era el centro del evangelio y que la resurrección del cuerpo del cristiano era una consecuencia lógica de ella, y concluye con las implicaciones éticas correspondientes. Luego prosigue explicando la naturaleza del cuerpo resucitado del cristiano (35–57).

15:1-11 El evangelio y la certeza de la resurrección de Cristo
1 Pablo les recuerda el evangelio que les predicó y que ellos creyeron (cf.cf. Confer (lat.), compare v. 11). 2 Ese evangelio los rescató, y a menos que se aferren a lo que Pablo les había predicado, su fe es en vano, es decir, vacía. 3 Pablo no lo había inventado, sino que les había transferido a ellos lo que él mismo había recibido (cf.cf. Confer (lat.), compare 4:1). De primera importancia era la muerte de Cristo por nuestros pecados, hecho que era cierto porque el ATAT Antiguo Testamento hablaba de la obra del Mesías (Isa. 53).  4 La sepultura y la resurrección del Mesías al tercer día también eran el tema del ATAT Antiguo Testamento (Sal. 16:8–11, citado por Pedro en Pentecostés; Hech. 2:24–28). 5–8 Este pasaje del ATAT Antiguo Testamento naturalmente se confirmaba con la resurrección de Cristo, que muchas personas que aún vivían podían corroborar. Pedro, luego los 12 apóstoles, 500 cristianos a quienes se apareció al mismo tiempo, Jacobo el hermano del Señor, luego todos los apóstoles y finalmente Pablo, como a un último en llegar, en el camino a Damasco, todos lo vieron (Hech. 9:3–5). 10 La intervención de la gracia de Dios había hecho de Pablo un apóstol, y él dice haber trabajado más que cualquier otro apóstol, o mejor dicho, la gracia de Dios había logrado esto. 11 Eso, sin embargo, era intrascendente, ya que este evangelio que Pablo acaba de bosquejar era lo que [nosotros, los apóstoles] predicamos, y lo que los corintios habían creído.

15:12-34 La resurrección de Cristo y nuestra resurrección

15:12–19 Si Cristo no resucitó. Con el uso de siete “si”, Pablo explora las consecuencias de la creencia de algunos de los cristianos de Corinto que sostenían que el cuerpo no resucita. 12 Comienza refiriéndose nuevamente al hecho de la resurrección de Cristo. ¿Cómo podía alguien afirmar que no existe tal cosa como la resurrección? 13 Si, como creían los fundadores del Areópago de Atenas, la resurrección del cuerpo era una imposibilidad en sí misma, entonces, la resurrección de Cristo era imposible. 14 Si Cristo no ha resucitado, el evangelio es inútil y los corintios pusieron su confianza en el lugar equivocado. 15 Más aun, el testimonio de los apóstoles de que Dios resucitó a Cristo es fraudulento. Pero Dios no podría hacer algo que en realidad no sucede, eso es, la resurrección de los muertos. 16 Que no haya resurrección significa que no tenemos tal cosa como un Cristo resucitado. 17 No tener un Cristo resucitado significa que la fe de los corintios está en el lugar equivocado y que sus pecados no están perdonados (cf.cf. Confer (lat.), compare v. 3). 18 Además, los creyentes en Cristo que ahora están muertos y a quienes se había convencido de que abandonaran sus convicciones religiosas anteriores están perdidos; sin embargo, Pablo sí creía que aquellos que habían muerto sin Cristo estaban perdidos. 19 Si la fe cristiana es solamente una mera panacea para esta vida, entonces, dado el costo de ser cristiano en el mundo pluralista de Corinto, los cristianos eran la gente más digna de conmiseración en todo el mundo. Pablo ha traído este punto de vista falso a su conclusión lógica. Si no hay resurrección del cuerpo, deberían abandonar la fe.
15:20–28 Si Cristo ha resucitado. Pablo detalla ahora las consecuencias de la resurrección de Cristo. 20 Afirma que es cierta y también que la resurrección de Cristo es la garantía de resurrección de aquellos que han muerto (cf.cf. Confer (lat.), compare también 11:30, donde se refiere a la muerte como sueño y no el mal monstruoso que representaba para el mundo pagano). Las primicias de una cosecha muestran que hay más para levantar. 21 Al hombre le cupo la responsabilidad de la muerte (Gén. 2:17), y la resurrección de los muertos también vino a través de un hombre. 23 El proceso tiene su orden. Cristo es primero; luego, cuando él aparezca, los cristianos le seguirán. 24 Luego viene el final, el último acontecimiento de la historia cósmica, cuando Cristo entregue el reino en manos del Padre, después de haber dominado a todos. 25 El reinará como el Señor soberano de tierra y cielo hasta que todo esté sujeto a él. 27 Pablo explica citando un salmo mesiánico, el 8:6 que habla de que todas las cosas son sojuzgadas por él. Amplía el pasaje, deteniéndose en la importancia de todas. Eso, naturalmente, no incluye a Dios mismo, quien es el que pone todas las cosas bajo los pies de Cristo. 28 Cuando esto finalmente suceda, Cristo doblará la rodilla ante el Padre para que Dios sea el todo en todos. En un pasaje tan breve Pablo ha trazado la historia del paraíso perdido y recuperado, y la recuperación del sometimiento de todas las cosas a Dios, como en el principio de la creación. Y es la resurrección de Cristo la que garantiza esto.
15:29-34 Resurrección, bautismo cristiano y ministerio. Pablo acumula nuevos argumentos contra quienes niegan la resurrección del cuerpo y sus consecuencias actuales para el accionar cristiano. Concluye con una firme reprensión para aquellos que viven según su errónea creencia. Si no hay resurrección del cuerpo, entonces Pablo entiende que tanto el bautismo de ellos como el ministerio de él son inútiles. 29 Este es un versículo difícil. Al gunos han considerado que apoya la idea de que los cristianos corintios se bautizaban en nombre de los que ya habían muerto, presumiblemente, miembros de sus familias que habían fallecido. Además, han argumentado que aunque Pablo no lo aprueba, simplemente cita lo que ellos han hecho, como argumento en contra de su creencia. Pablo no era un pragmático. Eso no tiene mucha relación con él como pastor, ni con su comentario crítico e incisivo, a través de toda esta carta, respecto de la conducta de los corintios. Sería una práctica que estaría en conflicto con su evangelio.
Pablo enseña en Rom. 6:3–5, que los cristianos son sepultados con Cristo en el bautismo y levantados para vivir una vida nueva, y que están unidos a él en su muerte y resurrección. Esa experiencia espi ritual a la que apunta el bautismo en agua no es simplemente una referencia al “alma”, sino a la persona total, incluyendo su cuerpo. Los Padres griegos primitivos llegaron a la conclusión de que en este versículo Pablo preguntaba qué sentido tiene al fin y al cabo realizar el bautismo, haciéndolo por los cuerpos —la expresión por los muertos significa lit.lit. Literalmente “a favor de los [cuerpos] muertos” y se repite dos veces—, si éstos simplemente desaparecerán. (Nota del Editor: Hay otras interpretaciones de este pasaje que están de acuerdo con la enseñanza bíblica total, así como la presentada aquí.)
30 La segunda discusión de Pablo se relaciona con su propio ministerio. Sus actividades lo ponían en peligro constante (cf.cf. Confer (lat.), compare 2 Cor. 11:23–28). 31 El se ve a sí mismo como muriendo cada día. ¿A qué mue re? Los paganos decían que se debía complacer a los sentidos en esta vida. También acusaban a quienes no estaban de acuerdo con ellos de estar negándose la realización personal y los placeres de esta vida. Pablo parece argumentar, a la luz de ese punto de vista, que cada día conscientemente él se niega a sí mismo. 32 Habla de haberse involucrado en el ministerio aun al punto de luchar contra las fie ras en Efeso (posible alusión al culto imperial provincial de la veneración de los emperadores, en el que Pablo, como ciudadano romano, aparentemente se vio envuelto). El culto siempre iba acompañado de demostraciones de fieras salvajes. En 2 Cor. 1:8–11 se refiere a las dificultades que vivió en Efeso. En cuanto al razonamiento de los corintios, Pablo sugiere que estaba perdiendo el tiempo. Debería vivir como los paganos que argumentaban que todos debían comer, beber y disfrutar el cuerpo porque esos placeres terminarían con la muerte. Entonces cita Isa. 22:13.
33 Pablo ordena a los corintios no dejarse engañar y cita un dicho popular tomado del Thais, de Menandro: Las malas compañías corrompen las buenas costumbres. ¿Qué tiene esto que ver con la negación de la resurrección del cuerpo? Quienes enseñaban la inmortalidad del alma con el corolario de complacer a los sentidos decían que su estilo de vida hedonista era la prueba de su éxito. Era la ética de los ricos. Se jactaban de su vida licenciosa. Pablo, aparentemente, está preocupado por el efecto que tales malas compañías podrían tener sobre el carácter del cristiano. 34 Cuando Pablo or dena a algunos corintios que vuelvan en sí y dejen de pecar, es posible que tenga este estilo de vida licenciosa en mente. El mismo era apoyado por los cristianos y justificado con el fundamento de que no había resurrección del cuerpo. Tal vida, concentrada únicamente en los placeres, significaba que no tenían lugar para compartir el conocimiento de Dios con otros, lo cual Pablo considera obligación de todos los cristianos (cf.cf. Confer (lat.), compare 10:32–11:1). Pablo creía que todos estarían frente al trono del juicio de Cristo y recibirían las recompensas por lo hecho estando en el cuerpo, fuera bueno o malo (2 Cor. 5:10, cf.cf. Confer (lat.), compare Apoc. 14:13). Por lo tanto, condena ba la mala conducta de algunos corintios que negaban la resurrección de sus cuerpos para justificar su forma de actuar. Un desliz en la conducta ética del creyente en Cristo equivale a una negación de la resurrección de su cuerpo y de la responsabilidad de rendir cuentas por lo que ha hecho.

15:35-44 Analogías de semillas y cuerpos
35 Pablo responde llamando “necios” a los que hacen estas preguntas (p. ej.p. ej. Por ejemplo ¿cómo resucitan los muertos?). Si se reflexiona sobre el tema, las res puestas son obvias, como muestran las analogías que él presenta. El trigo tiene dos formas de existencia; la segunda se realiza únicamente si el trigo muere en la tierra. Es Dios quien ha determinado la forma futura de cada semilla, es decir, le ha dado un “cuerpo” distintivo. Dios también ha creado el reino animal con carne diferente. Lo mismo se aplica a los cuerpos humanos y celestiales. Las glorias de estos cuerpos son diferentes. Los cuerpos terrenales lo demuestran. La resurrección de los muertos no es diferente. Es como una semilla que se siembra en muerte y surge inmortal. Sufre una transformación gloriosa. Sembrada en deshonra y debilidad, resucitará en gloria y poder. 44 Pablo llega a la conclusión de que si hay un cuerpo natural, también hay un cuerpo espiritual.

15:45-49 Analogía de Adán y Cristo
45 El primer hombre … llegó a ser un alma viviente, según Gén. 2:7, y el postrer Adán, Cristo, un espíritu vivificante (cf.cf. Confer (lat.), compare vv. 22, 23). 48 Los descendientes de Adán comparten su naturaleza, mientras que aquellos que son del cielo comparten la de Cristo. 49 Así como los cristianos comparten la semejanza de Adán, también tendrán la semejanza de Cristo. Porque el cristiano tiene asegurada la continuidad de su existencia con la resurrección de su cuerpo y su transformación a la semejanza misma de Cristo (cf.cf. Confer (lat.), compare Fil. 3:21).

15:50-57 La seguridad de la victoria
50 La transformación es necesaria porque la carne y la sangre, es decir, el cuerpo terrenal, no pueden heredar el reino de Dios, ni la corrupción heredar la incorrupción. 51 Pablo les cuenta un secreto, un misterio, es decir, algo que no había sido conocido anteriormente en la historia humana, pero que ha sido revelado al siervo de Dios (cf.cf. Confer (lat.), compare 1 Cor. 4:1). No todo el pueblo de Dios dormirá el sueño de la muerte, es decir, morirá, pero es absolutamente seguro que todos serán transformados. 52 La venida de Cristo ocurrirá en un instante y el final será anunciado con el sonido de la trompeta (cf.cf. Confer (lat.), compare Zac. 9:14). Entonces los muertos se levantarán y el pueblo de Dios será transformado. 54 Cuando esto suceda, acontecerá lo que predijo el profeta: la muerte será sorbida en victoria (Isa. 25:8). 55 Nue vamente Pablo puede citar la profecía de Ose. 13:14 que es precedida por la promesa de que el Señor librará a su pueblo de la tumba. De las dos preguntas formuladas en el v. 55, a la segunda se responde en el v. 56 y a la primera en el v. 57. 56 El pecado fue la causa de la muerte (Gén. 2:17). Por medio de la ley llega el reconocimiento del terrible poder del pecado (cf.cf. Confer (lat.), compare Rom. 7:7–14, donde Pablo explica en detalle la afirmación que aquí formula brevemente). 57 Cristo invadió el dominio de la muerte y le robó su aguijón. Esta es la gran victoria por la que debemos agradecer a Dios.

15:58 Instrucciones finales
La consecuencia de todo lo hablado es el mandato de permanecer firmes y no apartarse de la roca de la resurrección corporal del pueblo de Dios. Lo que no deben hacer ahora en ese cuerpo, que será resucitado, es ser arrastrados al pecado (33, 34a). En cambio, deben siempre abundar en la obra del Señor, lo cual, en parte, significa ayudar a aquellos que “tienen ignorancia de Dios” (34b). Este es el lla mado a todo creyente en Cristo para toda su vida. Ese trabajo no será en vano, y significará que recibirán la recompensa del Señor por el bien hecho mientras estaban en el cuerpo cuando estén frente al trono del juicio de Cristo (2 Cor. 5:10). Aquellos que mueren en el Señor son considerados realmente bienaventurados, ya que cesan en su labor en el Señor y sus buenas obras los siguen (Apoc. 14:13). En el cristianismo actual existe el peligro de investir a la expresión “vida eterna” con la connotación pagana y griega de la in mortalidad del alma, y de considerar los momentos presentes de la vida cristiana como oportunidades para el beneficio y engrandecimiento personales.
16:1-24 OTROS ASUNTOS

16:1-4 Indicaciones sobre la ofrenda
Este es el quinto tema sobre el cual consultaron los corintios (7:1, 25; 8:1; 12:1). Pablo adjudicó gran importancia al dinero que se estaba reuniendo para los cristianos necesitados en Jerusalén. Esta colecta no sólo tenía una motivación filantrópica, sino que representaba un gesto único de solidaridad de los gentiles hacia los judíos. Normalmente, los judíos de la Diáspora enviaban ofrendas a sus hermanos judíos de Jerusalén, pero el hecho de que las iglesias gentiles reunieran dinero para los cristianos judíos, mostraba la naturaleza del evangelio que podía romper las duras barreras raciales. 2 La ofrenda debía ser sistemática, apartando el primer día de la semana una suma adecuada a sus ingresos, lit.lit. Literalmente “como hayan sido prosperados” por el Señor. Pablo prefería la ofrenda sistemática, pues no quería que se tuviera que reunir una colecta cuando él llegara. 3 Enviaría luego la ofrenda a Jerusalén por mano de personas elegidas por los corintios, con cartas de presentación para ellas. Se exigía que estas personas fueran responsables. El abu so de los fondos “comunitarios” había sido tan común entre los judíos que las autoridades romanas enviaban personas que escoltaran los fondos que eran enviados a Jerusalén, para su protección. 4 Si lo cree necesario, Pablo viajará con quienes lleven las cartas y el dinero. No habla de acompañarlos a ellos, sino de que ellos lo acompañen a él. Como apóstol de los gentiles claramente se ve a sí mismo yendo a la iglesia de Jerusalén con las ofrendas de los cristianos gentiles. Finalmente, la ofrenda fue reunida (Rom. 15:26), aunque, como muestra 2 Cor. 8–9, aparentemente los corintios no siguieron la enseñanza del dar en la forma sistemática indicada en los vv. 1–4. Cuánto tiempo y energía podría ahorrarse en la obra cristiana si el pueblo de Dios simplemente ejercitara la disciplina de reconocer a in tervalos regulares la bondad de Dios y apartar recursos para compartir cristianamente. Nótese también el cuidado con que Pablo manejaba el dinero con el fin de evitar cualquier insinuación de mal manejo, y la forma en que anima a los cristianos a hacer lo mismo.

16:5-9 Planes de viaje de Pablo
5 Aquí Pablo explica lo que tenía en mente cuando dijo que esperaba ir a verlos pronto (4:19). 6 Desea pasar el invierno con ellos esperando que lo encaminen a donde deba ir, es decir, que les da la oportunidad de ser parte de su futuro ministerio. En otras partes Pablo habla del sostén que una iglesia le da libremente como una forma de compartir con él la obra del evangelio (Fil. 1:5; 4:15). Desea visitar Roma y también llevar la ofrenda a Jerusalén, de allí la incertidumbre. 7 El hecho de que no volviera inmediatamente a Corinto hizo que algunos co rintios se volvieran arrogantes (4:18). Esto refleja la actitud secular de ellos, mientras él, por su parte, al considerar las opciones, lo hace con la clara limitación de si el Señor lo permite. 8, 9 En ese momento Pablo se encuentra en Efeso y se quedará allí hasta Pentecostés, la fiesta judía que se celebraba aprox. 50 días después de la Pascua. La razón para quedarse allí son las grandes oportuni dades evangelísticas que van acompañadas de gran oposición (cf.cf. Confer (lat.), compare 15:32 y 2 Cor. 1:8–11). Pablo no era un evangelista que se desanimara fácilmente.

16:10, 11 Posible visita de Timoteo
10 Pablo también se preocupa por Timoteo, su sincero y confiable colaborador (Fil. 2:19–23). Quiere que si éste va a Corinto, sea adecuadamente recibido. Dada la hos tilidad que algunos miembros de la congregación sentían por Pablo, lo que preocupaba a éste era que algunos aplicaran los criterios seculares para expresar animosidad, y trataran mal a su amigo como una venganza contra Pablo. 11 Por eso les pide que lo traten correctamente. La expresión encaminadlo en paz podría ser una referencia a la costumbre judía del shalom, que involucraba tanto una bendición espiritual como la provisión de sus necesidades como viajero.

16:12-14 El regreso de Apolos

Este es el último tema sobre el cual consultaron los corintios. Ellos habían pedido que Apolos regresara. Se deduce claramente de 1:12; 3:4; 4:6, que los motivos de algunos para presionar por su regreso eran claramente sospechosos; era la alternativa a que Pablo volviera por un período prolongado. A pe sar de todo esto, Pablo ha instado a Apolos para que vuelva a Corinto a ministrar. La respuesta de Apolos fue, lit.lit. Literalmente, “y de ningún modo quiero ir ahora”. El irá cuando tenga oportunidad, lit.lit. Literalmente “cuando sea el momento apropiado”. Esto sugiere que Apolos ha considerado que aceptar la invitación en este momento no sería lo mejor para la congregación, dada la tensión entre Pablo y la iglesia. Es interesante que Apolos estuvo de acuerdo en que Pablo respondiera por él. Se ve claramente que no existía espíritu de competencia entre Pablo y Apolos y que éste no se sentía halagado por los co rintios al ir allí, dados sus motivos. Pablo hablaría luego sobre la actitud de los obreros cristianos de Corinto que habían sucumbido al espíritu competitivo secular (2 Cor. 10:12).
13, 14 Aunque estos versículos parezcan no estar relacionados con el tema de Apolos, es coherente ver los mandatos aquí expresados, a la luz de las actitudes erróneas de los corintios para con el ministerio del evangelio. Son llamados a vigilar. Es claro que han sucumbido ante las formas seculares de pensar, respecto de Apolos y Pablo (cf.cf. Confer (lat.), compare 3:3, 4). Es tar firmes en la fe de Cristo crucificado era tanto la necesidad de los corintios como de los mensajeros del evangelio (cf.cf. Confer (lat.), compare 1:17b–2:5). El llamado a ser valientes y esforzarse incluye resistir la presión de moldear el ministerio según las categorías seculares de la oratoria pulida y elegante (cf.cf. Confer (lat.), compare el propio ejemplo de Pablo, 4:8–16). El llamado a hacer todo en amor puede muy bien ser una reprensión por sus divisiones y celos por los anteriores maestros, y los motivos que provocaron la invitación a Apolos para que éste volviera (cf.cf. Confer (lat.), compare 1:10; 3:3; 4:6).

16:15-18 La casa de Estéfanas, ejemplo de piedad

La familia extendida era una institución social en la época de Pablo. Esta tenía una enorme capacidad para desarrollar el ministerio cristiano. 15 Ya mencionada en 1:16, la casa de Estéfanas, que era de los primeros frutos del ministerio de Pablo, obviamente utilizaba sus recursos para el pueblo de Dios: los santos (cf.cf. Confer (lat.), compare 1:2). Si, tal como se ha sugerido, los corintios estaban enfrentando una escasez de granos (ver el tratamiento del cap. 7 y el significado de 7:26), entonces había una casa que ministraba diariamente a aquellos que no tenían nada (cf.cf. Confer (lat.), compare 11:22). Su ministerio incluiría también la hospita lidad hacia los viajeros cristianos.
16 Pablo hace un llamado a sujetarse a ellos y a todos los que trabajan en la obra de Cristo. Es incierto el significado de esta orden de “sujetarse”, a me nos que estos fueran ancianos que gobernaban su propia casa y por lo tanto tuvieran antecedentes comprobables de utilizar sus recursos en beneficio de los demás. 17 Ciertamente, la clave es ministrar a las necesidades, ya que Pablo lo ha experimentado en Efeso con Estéfanas, así como con Fortunato y Acaico. La llegada de ellos alegró el corazón de Pablo, y pudieron llenar el vacío que él sentía en su vida, separado como lo estaba de la iglesia corintia. 18 El Apóstol explica que estos amigos refrescaron su espíritu y que también lo habían hecho por los corintios. Un ministerio de este calibre debe ser te nido en cuenta: Reconoced, pues, a los tales.
Los siervos de Dios no deben actuar en forma distinta de lo que hace Dios, que envía tiempos de refrigerio a los corazones y las mentes de su pueblo. La iglesia contemporánea necesita de tales per sonas que sirvan a las necesidades de los demás con los dones que se les han dado para ello. No se está pidiendo a la congregación que autorice tal ministerio, sino simplemente que reconozca su existencia.

16:19-22 Saludos finales

19 Pablo termina con saludos de las iglesias de la provincia de Asia, de la cual Efeso es capital: esto implica que su ministerio se ha extendido más allá de esa ciudad. Aquilas y Priscila, ex miembros de la congregación en Corinto (Hech. 18:2, 3), les saludan mucho: les envían sus más cálidos saludos. Estos van acompañados de los saludos de quienes se reúnen en su casa. 20 Todos los hermanos, puede referirse a un grupo en particular, posiblemente los colaboradores de Pablo, a quienes él ha sostenido económicamente con su trabajo (Hech. 20:34). Como la iglesia de Asia ha enviado sus saludos, Pablo anima a los corintios a saludarse los unos a los otros como miembros de una hermandad santa. 21 Hasta este punto, la carta fue escrita por un se cretario (en la época de Pablo se utilizaba mucho la taquigrafía, así como los secretarios). Ahora, Pablo toma la pluma y envía su propio saludo personal. 22 Naturalmente, tales saludos no fueron enviados a las personas que no aman al Señor; no puede haber excusa para no responder en amor al increíble amor de Cristo. Lo opuesto a un saludo o bendición era una maldición o anatema. En otra ocasión Pablo invoca una maldición sobre aquellos que predican otro evangelio (Gál. 1:8, 9), y no puede hacer menos para con aquellos que no aman al Señor de quien da testimonio el evangelio. El clamor arameo “¡Ven, Señor!” (maranatha) es una oración por el regreso de Cristo (cf.cf. Confer (lat.), compare 15:51–54). 23 La carta comenzó con un saludo de gracia (1:3), y muy apropiadamente concluye con el mismo, como ciertamente su cede en todos los encuentros entre el Señor Jesús y su pueblo. Pablo expresa también su amor en Cristo Jesús a la congregación; una vez más, un notable testimonio de la gracia de Dios, de que a pe sar de las actitudes hostiles para con él, el amor de Pablo, como el de Cristo, no ha cambiado, porque él los ve en Cristo Jesús.
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