Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6
Tipo de Archivo: PDF | Tamaño: MBytes | Idioma: Spanish | Categoría: Capacitación Ministerial
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Ideas para clases y lecciones con objetos
Los objetos pueden ayudarnos a simbolizar con más claridad un principio de la palabra de Dios. La iglesia ha usado este recurso para enseñar a los niños, pero muy poco para comunicarse con adultos o en nuestro caso con jóvenes. Los beneficios más evidentes de este recurso son que el objeto hace la clase más clara, además de memorable.
IDEA #97
Con un kiwi y varias otras frutas puedes enseñar acerca de la belleza interior. Pasa las frutas una a una y pregúntale al grupo cuál les parece la más linda y cuál es la más fea. Pasa al final el kiwi para que todos lo toquen y huelan; luego córtalo en rebanadas para que comprueben el dulce sabor de su interior. Como con el kiwi, muchas veces lo que vemos en el exterior no refleja específicamente el interior. Propone en la semana conocer interiormente a una persona que hayan estado esquivando en la escuela, el barrio o la iglesia por verse diferente. 1 Samuel 16:6–7, Santiago 2:1–9.
IDEA #98
Utiliza diferentes tipos de protectores solares, y si puedes conseguir fotos de los diferentes tipos de cáncer de piel, mejor para la siguiente lección. En nuestra sociedad tener un buen bronceado es señal de salud, de pasárselo bien, de glamour y dinero. Aunque recibimos miles de advertencias acerca del mal que pueden provocar largas exposiciones al sol, seguimos envidiando a aquellos que están bronceados, y nos cuesta aceptar que los rayos ultravioletas causen muchos males como resequedad de la piel, arrugas y hasta la muerte. Por eso se han creado tantas marcas de protectores solares y diferentes tipos de niveles de protección. De la misma manera se podría afirmar que habiendo pasado tanto tiempo expuestos al pecado, el resultado sería una memoria arrugada, un corazón lleno de parches, manchas de culpabilidad y finalmente la muerte. Pero Dios nos ha dado la protección perfecta, basada en la larga exposición bajo la presencia del Hijo. Su protección es el secreto de la belleza que corre por debajo de nuestra piel y limpia las manchas negras de nuestro corazón humano. Efesios 5:8–14, 1 Juan 1:7–9. También 1 Corintios 10:13, 2 Corintios 4:4–17, Mateo 4:16; 6:13.
IDEA #99
Para la siguiente actividad necesitarás Alka-seltzer o cualquier otro efervescente, dos litros de 7-Up, cuatro vasos limpios y cuatro bolsas de basura (sin basura). Pídele a cuatro alumnos que se presten como voluntarios, y colócalos al frente con el producto efervescente en una mano y un vaso con 7-Up en la otra. Pon a alguien delante de ellos con la bolsa de basura porque no vas a querer que se desparrame por todo el salón lo que vas a ver. Pídele luego a tus voluntarios que tomen el Alka-seltzer y se lo pongan en la boca y que después de eso tomen algo de 7-Up, pero que no lo traguen porque “explotarán” ¿La gracia? El que logra mantener la efervescencia en la boca la mayor cantidad de tiempo será el ganador. El enojo es como esa efervescencia, que si la mantenemos en la boca por mucho tiempo en algún momento va a explotar y causar un gran desparramo. La lección se basaría en cómo podemos manejar nuestros enojos antes de explotar. Efesios 4:26–27, 31–32.
IDEA #100
Junta diferentes tipos de filtros sucios (seguramente en algún taller mecánico podrás encontrar lo que necesitas). Un buen filtro deja pasar el agua, el aceite o el aire, pero no las partículas de basura. Eso es el discernimiento: un filtro de la mente. La habilidad de ver lo que es verdadero y desechar lo que no lo es. Pablo nos dice en Efesios 4:14 que el discernimiento es parte de la madurez espiritual. También Filipenses 1:9–11; 4:8–9. ¿Cuál es la diferencia entre una mente abierta y una mente llena de agujeros que deja pasar todo? ¿Qué cosas podrían tapar nuestro filtro? ¿Cómo podemos limpiar y destapar un filtro tapado? (Romanos 12:1–2) Estas y otras preguntas podrán ayudarte a desarrollar la idea.
IDEA #111
Zapatos de todos los estilos, formas, tamaños y colores. Zapatos de vestir, que representan una vida de fe brillante, los cuales algunos solo los sacan para ir a la reunión el domingo. Pantuflas, que representarían el compromiso con el Señor pero con pereza en el servicio. Botas de trabajo, demuestran que hemos estado trabajando duro últimamente, siendo responsable en nuestras obligaciones. Zapatillas para correr: Puedo sentir que el Señor me está ayudando a correr la carrera de mi vida espiritual. Zapatos viejos: He caminado mucho tiempo con el Señor y necesitaría un refresco espiritual. Zapatos con agujeros, cuando ni importa mucho la relación con el Señor o el estado en el que está el alma; obviamente habrá mucho trabajo por hacer. ¿Qué tipos de zapatos llevas puestos hoy? Miqueas 6:8, Colosenses 2:6–7. También Efesios 6:14–15.
IDEA #112
Busca o compra varios de esos palitos con los que el doctor nos revisa la garganta haciéndonos casi devolver el desayuno de la semana pasada. Puedes reemplazarlos por palitos para helados. Pásale un palito a cada participante para que se examinen la lengua los unos a los otros, y luego pídeles que escriban un poema acerca de la lengua que han examinado. La Biblia nos enseña que aunque la lengua es un órgano muy pequeño puede contaminar todo el cuerpo. Santiago 3:3–5, Salmos 19:14. ¿Por qué el habla es tan importante en la vida de un discípulo? ¿Te acuerdas de alguna conversación que se haya salido de control? ¿A quién y qué cosas podrías decir esta semana para darle un buen uso a tu lengua?
IDEA #113
Coloca en una bolsa juguetes que representan cosas que ponen nuestras prioridades en riesgo (auto, casa, plata, una muñeca Barbie, CD’s, pelota de golf, joyas, dinero, computadora, etc.) Para comenzar la lección, saca de la bolsa los elementos uno a uno, o cada uno de los chicos puede sacar uno de la bolsa. También puedes envolver los juguetes en papel, y ellos tendrían que abrirlos con los dientes o con varios guantes en cada mano para hacerlo más divertido. Luego, a medida que van descubriendo los elementos, explícales qué simboliza cada uno (lujo, belleza, glamour, moda, riquezas, etc). En Filipenses 3:7–9 Pablo nos previene acerca del peligro de darle tanto valor a este tipo de cosas materiales. ¿Cuál es el costo de darle nuestra vida a Jesús? ¿Qué es lo que a ti te resultaría más difícil dejar?
IDEA #114
Un espejo te ayudará con la siguiente lección acerca de vernos a nosotros mismos como realmente somos. ¿Qué pasaría si te parases enfrente de un espejo en un lugar público y te dieras cuenta de que el cierre de tu pantalón está abierto, que tienes comida entre los dientes, que llevas la camisa al revés o que te cuelga algo de la nariz? Seguramente actuarías inmediatamente para arreglarte. La razón por la que no ignoras estas cosas y sigues caminando es porque, gracias al espejo, ves tu realidad como la ven otros. La Biblia debe ser el espejo de nuestra alma, pues nos ayuda a vernos a nosotros mismos como nos ve Jesús, y él quiere que reaccionemos inmediatamente ante lo que vemos. Santiago 1:22–25. ¿Es posible que no veamos algunos problemas que tenemos o cosas que están mal aunque tengamos el espejo justo enfrente de nosotros? ¿Cuáles son algunas de las razones por las cuales la gente prefiere no mirar este espejo? ¿Estás dispuesto a pasar más tiempo mirando el espejo de las Escrituras o prefieres el de la pared de tu habitación?
IDEA #115
Hazte de una barra de chocolate negro y una barra de laxante de esos que parecen chocolate. Parte un pedazo de cada uno, sin olvidar cuál es cuál, y sostenlos en las manos. Mientras hablas, haz gestos de ofrecimiento del chocolate, pero sin soltarlos jamás. Basándonos en su apariencia, cualquiera de nosotros estaría contento de recibir un pedazo de chocolate como este. El resultado de elegir este pedazo (muestra el chocolate) es puro placer, uno o dos granos y quizá algo de sobrepeso. El resultado de elegir este otro (muestra el pedazo de la barra de laxante) es tiempo extra en el baño. Las apariencias no pueden decirte siempre cuál es la mejor decisión. Las Escrituras nos enseñan a mirar más profundamente de lo que vemos a simple vista. “Si elijo esto, ¿cuál será la consecuencia?” Porque comer estos dos pedazos de “chocolate” nos llevarán a resultados muy diferentes. Mateo 7:15 al 20, Amós 2:4–5, también Proverbios 13:5, 21:28.
IDEA #116
Consigue llaves de todo tipo: de las antiguas, de las de candado, llaves que cuelguen de un llavero, de las tarjetas que se usan en los hoteles, de un diario íntimo, de un auto, etc. y ten una que abra una caja fuerte, por supuesto, la caja de seguridad (de esas cajas portátiles).
Cada una de estas llaves nos dice algo. La tarjeta dice que pertenece a una habitación de hotel quizás lujoso; la llave vieja, a una casa no muy moderna; una de estas llaves que cuelgan del llavero indica que nunca se perderá, o que no se debe perder; la llave de la casa promete albergue; la del carro demuestra el prestigio del mismo … pero solo una de estas llaves … abrirá la caja fuerte.
Hay muchas maneras de llegar a Dios, varias formas de experimentar a Dios. Pero esas formas y caminos solo llegarán a Dios por medio de Jesús. ¿Qué quiso decir Jesús con “Yo soy el camino”? Él no apuntó al camino; no dijo: “Vayan por allí”, sino: “YO soy el camino”, yo soy la llave que abre la caja.
Ten preparados dentro de la caja papelitos con los siguientes versículos bíblicos: Juan 14:6, Hechos 4:12 y también 1 Timoteo 2:5–6.
IDEA #117
Consigue arcilla o plastilina de colores para amasar, además de uno o más moldes. Entrégale a cada uno un pedazo y déjalos que jueguen con la masa durante varios minutos. Toma luego las figuras una a una y mételas en el molde. Mientras lo haces, explica que cambiar de molde o de figura no cambia el color y la textura de la masa. Vivimos en una cultura que trata de cambiaros constantemente, metiéndonos en moldes y figuras para que seamos aceptables frente a los demás. Y cuando decimos “aceptables” queremos decir “simplemente igualitos a los demás”. Pero Dios nos dice que no debemos ser iguales al mundo, sino que debemos dejarnos moldear por Dios desde adentro hacia fuera. Porque Dios es el Creador y quien desea convertir este patrón en algo único y especial. Romanos 12:1–2, Jeremías 18:1–6. También: Isaías 45:9 y 64.
IDEA #118
En la puerta de entrada al salón dónde se realizará la reunión de jóvenes puedes colocar una cortina fija, ya sea de papel, cartón o tela, que tape de la mitad para arriba de la entrada y deje libre el espacio de la mitad para abajo. De esta forma, cuando los jóvenes lleguen, primero no sabrán qué hacer, y luego inmediatamente espiarán por el espacio de abajo para ver qué está ocurriendo. Del lado de dentro puedes poner un cartel que diga: “Hoy se entra agachándose”, o si quieres ser más específico: “Hoy se entra humillándose.” Al principio de la reunión (o al final si lo prefieres) debes explicar que para ser parte de la iglesia de Cristo lo primero que debemos hacer es reconocer que somos pecadores, y postrarnos en arrepentimiento. La humildad debería ser una de las máximas señales de que somos cristianos, y la Biblia está llena de enseñanzas acerca de lo que es la humildad en la vida del cristiano. Cualquiera de estas enseñanzas puede relacionarse muy bien con tener que bajar la cabeza y postrarse para entrar.
IDEA #119
Al empezar la clase se pone al grupo en círculo, y todos tienen que sacarse un zapato y ponerlo en el medio (durante la clase anterior se puede avisar -sin dar muchas pistas- de que todos deben venir con lindas medias). Los líderes toman al azar un zapato de la montaña y explican que cuando se dé la señal (con silbato, a la cuenta de tres o al bajar la mano) todos tienen que correr al medio y ponerse un zapato. Al correr, alguno de los participantes se va a quedar sin zapato. Ponerse el zapato de otro es muy difícil. A veces cuesta mucho, y en realidad no hay mucha gente que quiera hacerlo. Esta actividad es ideal para llevar al grupo a tratar de entender siempre la situación de los demás.
IDEA #120
Consigue galletas con pedacitos de chocolate o algo semejante, pero en cantidad suficiente para que cada uno tenga una.
Cuando esté todo el grupo, pídeles a algunos voluntarios que le den una galletita a cada uno. Dales estrictas instrucciones de que no se las coman todavía, pero que las examinen cuidadosamente. Pídeles que memoricen el tamaño, el ancho, la cantidad de los copos de chocolate que se vean, etc.
Terminado el período de inspección, que se junten en grupos de ocho o más con los que estén a su alrededor, y que cada grupo ponga sus galletas en un plato. Tras darle varias vueltas al plato (sin mirar), cada uno debe tratar de reconocer su galleta. Pídeles que sean honestos: si logran identificar su galleta pueden comérsela. Para aquellos que no se pongan de acuerdo en a quién le corresponde qué galleta, déjalos describir cómo era su galleta y dar las razones de su reclamo. Dios nos ha creado únicos y especiales. Él nos ha dado la cantidad exacta de copos de chocolate que necesitamos para ser únicos. Por eso somos tan importantes para Dios, y cada uno de nosotros es distinto. Él puso en nosotros ciertas características que nos hace especiales y él sí nos reconoce siempre.
IDEA #121
Al empezar la clase pide voluntarios que quieran cambiar una chocolatina (cualquier tipo de dulce o incluso una pequeña suma de dinero) que les va a dar el líder cuando el participante pase al frente, por lo que hay en una caja de sorpresas. Sería ideal que hubiera cuatro o cinco cajas de colores (o forradas) con los números del 1 al 4 (la cantidad de voluntarios tiene que ser uno menos que el número de cajas.) Cada voluntario tiene que decidir por cuál caja va a cambiar su chocolate sin saber lo que hay dentro. En cada caja tiene que haber algo mejor o peor que el chocolate. Puede ser un chocolate más grande o alguna porquería inservible graciosa que se te ocurra. Al hacer el cambio sorpresa el participante se encontrará con que ganó o perdió según la caja que decidió. Todos tenemos que vivir con el resultado de nuestras decisiones. No siempre sabemos lo que hay en la caja, pero otras veces sí. No podemos olvidarnos de elegir de entre las cajas de Dios porque en ellas siempre hay algo mejor.
IDEA #122
Di que hoy tienes varias sorpresas en una bolsa, saca poco a poco de la bolsa algunos elementos comunes y curiosos y trata de usarlos para un propósito diferente del suyo. Por ejemplo: sacar pasta dental y ponerla en un peine, poner jabón en una lata de refresco, sacar una prenda de ropa interior vieja y ponértela de sombrero. (Si todo lo haces despacio y como si estuvieras realizando un experimento inteligente, será mejor para ir creando curiosidad.) Cada cosa tiene su propósito, y si la usamos para algo distinto es un desperdicio o puede quedar ridícula. Por más que quiera, un peine no puede decidir lavarnos apropiadamente los dientes, ni el jabón va a ser agradable en el refresco. De igual manera, Dios nos creó con un propósito, y nosotros debemos crecer en nuestra fe para aprender a ponernos a su servicio de forma efectiva.
IDEA #123
Antes de que comience la reunión prepara varios bocados de diferentes cosas bien ricas, tales como pedacitos de fruta, un postre, trozos de chocolate, caramelos, etc. Prepara también un recipiente o tupperware con varias cosas desagradables como leche pasada, coliflor vieja, queso rancio, huevo podrido o cosas parecidas que produzcan muy mal olor. Consigue además varios pañuelos o telas para taparles los ojos a los jugadores. Al comenzar el estudio, selecciona a tres o cuatro voluntarios y diles: “Necesito ayuda con un proyecto. ¿Confían en mí si les digo que no haría nada, de ninguna manera, que los enferme o dañe?” Si dicen que sí -esperamos que así sea- envíalos con algún otro líder fuera del salón, lejos del lugar. Cuando ya estén fuera, explícale al resto del grupo que cuando regresen los jugadores que salieron, van a estar vendados y tendrán que probar lo que tú les vas a dar, entonces los participantes que se quedaron en la sala tienen que exclamar: “¡Guaj!” “¡Qué asco!” “¡Eso es asqueroso!” “¡No comas eso!”, o cosas parecidas. Vuelve a traer a los que se fueron, que ahora estarán vendados, y siéntalos al frente en las sillas de las víctimas, diciéndoles: “Voy a darles a probar algo delicioso. No importa lo que oigan, o lo que lleguen a sentir a su alrededor, confíen en mí”. Uno a uno, pídeles a los jugadores que abran la boca. En el momento en que lo hagan, dile a algún ayudante que acerque el contenedor oloroso a la nariz del jugador para hacerlo dudar más. Ahora tú le das con una cuchara postre de chocolate o algo parecido, y verás quién está dispuesto y quién se niega a comer de tu cuchara. Tenemos que confiar en Dios aunque otras personas o nuestras sensaciones nos guíen a no hacerlo. Cristo nos ha pedido que confiemos en él, incluso cuando nuestros sentidos afirman lo contrario u otras personas nos dicen que confiemos en nosotros mismos.
IDEA #124
Prepara varias mesas con caramelos y chocolatinas. Otra mesa con papeles de colores y marcadores. Otra mesa con versículos bíblicos que sean de aliento.
Entrégale a cada participante un papel pequeño, pídeles que escriban su nombre y apellidos, y que lo echen en un tazón.
Mezcla todos los papelitos y vuelve a repartirlos. Cada uno debe leer el nombre de la persona que le tocó y guardar o tirar el papel. Durante toda la reunión los jugadores deberán acercarse a la persona que les tocó y decirle algo bueno, alentador, especial; si pueden resaltar alguna cualidad particular de su compañero/a mejor. Le pueden entregar chocolatinas envueltas, con una tarjeta creada especialmente, o alguna otra cosa creativa. Si es tímido/a, quizás lo deje en su silla, en su bolsa, en su chaqueta; ellos deben ser creativos. Anímalos para que los varones lo hagan, pues es importante que nadie se quede sin recibir algo especial de sus amigos. Necesitarás crear ambiente para que tengan tiempo de preparar sus regalos: juegos, juegos y más juegos … Al final de la reunión, o cuando quieras, puedes sentarlos en ronda y pedirles que digan quién fue su compañero y qué averiguaron de esa persona. Y continúa la persona que nombraron, diciendo cómo se portó con ella o él el compañero que sacó su nombre, y qué aprendió del compañero del que ella o él sacaron el nombre.
Si tu grupo es muy grande y son demasiados para ir uno por uno, entonces puedes hacerlo tú solo o solo con unos cuantos. O divídelos en grupos para que todos compartan su experiencia. Si te enteras de que alguien no recibió nada ni le dijeron nada, entonces prepárate para ser tú quien le ofrezca algo especial, un elogio, además de tres preguntas de su vida personal.
Disfruta de un tiempo de compartir, jugar y amar a tus jóvenes.
IDEA #125
Para esta actividad solo necesitas lápices de colores, varios libritos para colorear y otros que ya estén coloreados por niños de entre dos y cuatro años. Entrégale primero a cada alumno unos cuantos lápices de colores y un dibujo. Déjalos colorear por unos minutos y sigue con la clase aunque no hayan terminado. Saca los libritos ya coloreados por los niños y muéstrales la diferencia. Sus dibujos estarán perfectamente coloreados, con colores lógicos y todas las líneas bien rellenas por dentro. Los dibujos de los niños estarán todos mal pintados, por fuera de las líneas, mezclando todos los colores sin sentido. Por más que los dibujos les den la guía para pintar, los niños están tan concentrados en colorear que pierden la perspectiva del dibujo, derrochando creatividad en sus pinturas. En cambio, nosotros nos enfocamos tanto en pintar respetando las líneas y dibujos que no podemos producir otra imagen que no sea la que se espera. De esa misma manera vivimos. La cultura nos presiona a vivir dentro de los marcos de lo que todos esperan. Y peleamos desesperadamente cada día para no salirnos de las rayas y para respetar los colores que se supone tenemos que usar. Dios nos llama a ser como niños, a colorear fuera de las líneas, a ponerle colores diferentes a cada día, descubriendo la verdadera libertad a la que nos ha llamado, haciendo de nuestras vidas una obra de arte. Romanos 12:1–2, Números 14 (especialmente el versículo 24). También Mateo 5:3–5.
IDEA #126
Dos hilos de diferentes medidas y un par de tijeras es todo lo que necesitas para esta clase acerca del pecado. Uno de los hilos, quizás lana, debe ser lo suficientemente largo como para rodear las muñecas de una alumna (en posición de orar). Y la otra tira debe ser lo suficientemente larga como para atar de la misma forma pero dando unas veinte o treinta vueltas.
Primero átala con la tira pequeña y pídele que la rompa. Cuando lo haya hecho, dile: “Muy impresionante … ¿podrás volver a hacerlo?” Entonces átala con la soga larga (con las veinte o treinta vueltas). Esta vez le resultará imposible romperla por sí misma, así que pídele a otro voluntario que trate de ayudarla a romper las sogas con las manos. Probablemente no podrá hacer demasiado. Explícales que así es como funciona el pecado en nuestras vidas. Poco a poco nos va enredando en hábitos y malas costumbres de las cuales luego no podemos salir tan fácilmente. Algunos de nosotros buscamos amigos que nos ayuden a salir; algunas veces nos pueden ayudar; otras, no mucho. Pero la Biblia nos dice que un camino seguro para liberarnos de toda atadura es el poder de Jesús. Saca ahora la tijera y corta las cintas. Mientras tanto, di: “Si confiesas tus pecados y pides ayuda, Jesús te perdonará cada uno de tus pecados y te dará poder para que no vuelvan nunca más”. 1 Juan 1:9, Gálatas 5:1, 13–15. También Juan 8:32–36 e Isaías 42:6–7.