Tipo de Archivo: HTML | Tamaño: 1MB | Idioma:Spanish | Categoría: Apologética
Análisis de una realidad que no se corresponde con la verdad bíblica: el falso avivamiento de las naciones
Por: Pr. Miguel Rosell*
“Y estando él sentado en el monte de los Olivos, los discípulos se le acercaron aparte, diciendo: Dinos, ¿cuándo serán estas cosas, y qué señal habrá de tu venida, y del fin del siglo? Respondiendo Jesús, les dijo: Mirad que nadie os engañe. Porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el cristo (el ungido); y a muchos engañarán… Y muchos falsos profetas se levantarán, y engañarán a muchos; Porque se levantarán falsos Cristos, y falsos profetas, y harán grandes señales y prodigios, de tal manera que engañarán, si fuere posible, aun a los escogidos. Ya os lo he dicho antes” (Mateo 24:1-5,11,24,25).
Introducción
Quiero denunciar desde estas líneas el engaño que está tomando lugar por parte de muchos apóstoles y profetas falsos, en relación a la cuestión del llamado avivamiento. En los términos del Neo Pentecostalismo, lo que voy a estar enseñando no es nada popular, sino todo lo contrario, pero es necesario que algunos nos levantemos para decir la verdad.
Ricardo y Patty Rodríguez de Colombia, anunciaron un congreso de avivamiento: “Como un viento recio, 2009”. Me gustaría en este ensayo ir desgranando paso a paso la cuestión del tan manido avivamiento desde la Biblia, y tomaré como ejemplo parte de las declaraciones de esas dos personas, así como de otras que aparecen en su vídeo promocional del citado congreso, como Bill Hamon, Cindy Jacobs, Alberto Motessi.
Nos damos cuenta que el falso mover apostólico y profético; el G12, el D12, y similares, van de la mano con el llamado “avivamiento de las naciones” y sus consecuentes congresos. Todo es lo mismo, con el fin de seducir y engañar al verdadero cristiano. No en vano el Señor Jesús mismo lo advirtió de forma vehemente (Mateo 24:24,25).
Empecemos por los conceptos.
1. ¿Avivamiento?
La palabra que usan para definir su creencia es “avivamiento”. Todo el potencial de su discurso y actuación, está basado en esa palabra, la cual usan constante y repetitivamente. Pero, curiosamente, la palabra “avivamiento” ni siquiera viene en la Biblia. No está.
En cambio, La Palabra nos enseña a cómo proceder como verdaderos cristianos, y nos habla de crecer en la piedad, en la verdad, en la pureza, en la virtud, en lo que es justo, en la honestidad, en lo amable (Filipenses 4:8), en el fruto del Espíritu (Gálatas 5:22,23), sin dejar de lado los dones del Espíritu (1 Corintios 12:8-11).
El poder, ya lo tenemos si es que somos de Cristo y vivimos llenos del Espíritu Santo: “…antes sed llenos del Espíritu” (Efesios 5:18). Ahora bien, ese poder no lo es en apariencia, sino que lo es en verdad y conforme a la verdad, con el fin de vivir en la plenitud de la voluntad de Dios. A ese poder, la Biblia le llama GRACIA, y actúa en nosotros para salvación (Efesios 2:8), y para santificación (1 Tesalonisenses 4:7; 2 Tesalonisenses 2:13; 1 Pedro 1:2).
Así pues, ¿Cómo definiríamos a un cristiano verdaderamente avivado?, ¿Uno que cae de espaldas y hasta se revuelca cuando el “ungido” de turno le toca o sopla sobre él? ¿Uno que se estremece sin control, no pudiendo tener control sobre su cuerpo? ¿Uno que juntamente con muchos otros, montan una especie de circo, ante la mirada atónita de los indoctos o incrédulos que dirán que están locos, echando de ese modo el evangelio por el suelo (1 Corintios 14:23) ¿Uno que va siempre en busca del ungido (a) de turno para que le profetice y le tire al piso? ¿Uno que busca el “poder” para esto o aquello?… (los brujos también buscan poder).
No. Un cristiano verdaderamente ungido (es decir, lleno del Espíritu Santo), no hace esas cosas extravagantes, algunas indecentes (1 Corintios 14:40). Un cristiano como es debido teme a Dios. Un cristiano como debe ser, vive en el verdadero poder del Espíritu Santo, para la santidad en Cristo.
El caso de Elías en Horeb
Elías en Horeb, en su celo por Dios, se dio cuenta de que Dios no estaba en el viento grande y poderoso que rompía los montes, y quebraba las peñas. Se dio cuenta de que Dios no estaba en el terremoto, y tampoco en el fuego, pero Dios sí estaba en el silbo apacible y delicado (1 Reyes 19:9ss).
¿Saben cuál es el problema? El confundir la unción y la presencia de Dios con lo que es la apariencia de poder y en definitiva, de espectáculo, vistosidad, show, apariencia, y cosas semejantes.
2. Torciendo la Escritura
Pero la cosa tiene su miga. Estos falsos maestros tuercen la Escritura para probar sus teorías pseudo espirituales; el resto es obra de las emociones, la carne y de los demonios. Veamos entonces qué enseñan para justificar sus detracciones.
El asunto tramposo aquí es comparar la venida del Espíritu Santo en el día de Pentecostés sobre los discípulos que aguardaban en el aposento alto, con este falso mover del espíritu, a lo cual llaman “avivamiento”, y que con ese “poder” – entre otras falacias – pretenden conquistar las ciudades y las naciones “para Cristo”.
En el video promocional del avivamiento de los Rodríguez, escuchamos:
El poder, ya lo tenemos si es que somos de Cristo y vivimos llenos del Espíritu Santo: “…antes sed llenos del Espíritu” (Efesios 5:18). Ahora bien, ese poder no lo es en apariencia, sino que lo es en verdad y conforme a la verdad, con el fin de vivir en la plenitud de la voluntad de Dios. A ese poder, la Biblia le llama GRACIA, y actúa en nosotros para salvación (Efesios 2:8), y para santificación (1 Tesalonisenses 4:7; 2 Tesalonisenses 2:13; 1 Pedro 1:2).
Así pues, ¿Cómo definiríamos a un cristiano verdaderamente avivado?, ¿Uno que cae de espaldas y hasta se revuelca cuando el “ungido” de turno le toca o sopla sobre él? ¿Uno que se estremece sin control, no pudiendo tener control sobre su cuerpo? ¿Uno que juntamente con muchos otros, montan una especie de circo, ante la mirada atónita de los indoctos o incrédulos que dirán que están locos, echando de ese modo el evangelio por el suelo (1 Corintios 14:23) ¿Uno que va siempre en busca del ungido (a) de turno para que le profetice y le tire al piso? ¿Uno que busca el “poder” para esto o aquello?… (los brujos también buscan poder).
No. Un cristiano verdaderamente ungido (es decir, lleno del Espíritu Santo), no hace esas cosas extravagantes, algunas indecentes (1 Corintios 14:40). Un cristiano como es debido teme a Dios. Un cristiano como debe ser, vive en el verdadero poder del Espíritu Santo, para la santidad en Cristo.
El caso de Elías en Horeb
Elías en Horeb, en su celo por Dios, se dio cuenta de que Dios no estaba en el viento grande y poderoso que rompía los montes, y quebraba las peñas. Se dio cuenta de que Dios no estaba en el terremoto, y tampoco en el fuego, pero Dios sí estaba en el silbo apacible y delicado (1 Reyes 19:9ss).
¿Saben cuál es el problema? El confundir la unción y la presencia de Dios con lo que es la apariencia de poder y en definitiva, de espectáculo, vistosidad, show, apariencia, y cosas semejantes.
2. Torciendo la Escritura
Pero la cosa tiene su miga. Estos falsos maestros tuercen la Escritura para probar sus teorías pseudo espirituales; el resto es obra de las emociones, la carne y de los demonios. Veamos entonces qué enseñan para justificar sus detracciones.
El asunto tramposo aquí es comparar la venida del Espíritu Santo en el día de Pentecostés sobre los discípulos que aguardaban en el aposento alto, con este falso mover del espíritu, a lo cual llaman “avivamiento”, y que con ese “poder” – entre otras falacias – pretenden conquistar las ciudades y las naciones “para Cristo”.
En el video promocional del avivamiento de los Rodríguez, escuchamos:
“En Pentecostés un viento recio cambió la historia de la humanidad. En el 2009 ese mismo viento recio cambiará la nuestra”.
Esto no es conforme a la verdad escritural. La venida del Espíritu Santo en su manifestación de poder, lo que denominamos comúnmente Pentecostés, “no cambió la historia de la humanidad”, como dice Ricardo Rodríguez. La humanidad ha seguido igual de pecadora, y el mundo todavía está bajo el maligno (1 Juan 5:19). Pero, ¿por qué utiliza Rodríguez ese cebo, esa expresión tan conforme a los términos del marketing?, pues porque en ese cebo se esconde el anzuelo que hace que a muchos se les hinque bien adentro: “En el 2009 ese mismo viento recio cambiará la nuestra”. En otras palabras, Rodríguez al más puro estilo de marketing nos vende la idea de que en su congreso de avivamiento la misma manifestación de aquel día de Pentecostés, tendrá lugar.
Rodríguez le ha puesto lugar y fecha al Espíritu Santo. Rodríguez tiene la osadía de convocar al Espíritu de Dios para hacer, lo que nunca el bendito Espíritu de Dios hará, por mucho que se pretenda: el escándalo y el ridículo.
Rodríguez obvia el hecho de que ese Espíritu Santo que vino en Pentecostés, todavía está en los verdaderos y santos hijos de Dios, los que componen la Iglesia de Jesucristo, y por tanto “no cambiará nuestra historia” en su congreso, sino que lo hace día a día, y seguirá haciéndolo hasta el día en que seamos arrebatados, y siempre en el contexto de la verdadera piedad y santidad.
Respecto al uso interesado de la Escritura por parte de esos falsos maestros de la unción, Ricardo Rodríguez, en ese mismo vídeo, al cual se le ve predicando ante miles, exclama:
.
“Necesitamos la unción, necesitamos la unción. Jesús dijo no vayan al ministerio sin la unción, quédense en Jerusalén hasta recibir la unción, ser investidos de poder de lo alto…”.
Como decimos, Ricardo Rodríguez es como muchos otros, tales como Cash Luna, César Castellanos, Rony Chaves, Fernando Sosa, Benny Hinn, Cindy Jacobs, y cientos famosos más, un hábil tergiversador de la Palabra.
Veamos. Lo que Jesús les dijo a los discípulos justo antes de su ascensión a los cielos en cuanto a permanecer en Jerusalén hasta recibir poder de lo alto (Hechos 1:4), fue para esos discípulos en ese tiempo, y en ese lugar.
Una vez llegó el bautismo del Espíritu Santo (Hechos 2:4), no sólo llegó para aquellos discípulos de aquel día de Pentecostés, sino que a partir de aquel día vino a todos los discípulos de todas las edades, y se quedó.
Otra vez, Rodríguez pretende vendernos una entrada para su congreso de avivamiento, donde – según él – recibiremos poder de lo Alto, ¡¡Cuando ese poder ya está en nosotros desde el momento en que nos entregamos a Cristo, y actúa por la fe!!
Si usted, querido hermano es verdadero hermano en la fe, usted tiene el Espíritu Santo, y no debe quedarse esperando en “Jerusalén”, sino que ya está listo para vivir una vida que agrade a Dios.
Mientras que Rodríguez habla, el vídeo muestra escandalosamente a la gente regada por el piso, cayéndose sin control, en total desorden, y se oye a Rodríguez exclamar: “¡Recibirán poder, recibirán poder, recibirán poder!…”
Para ellos ser llenos del Espíritu Santo resulta en manifestar esos comportamientos que en ninguna parte se encuentran en la Biblia.
para el error
En ese mismo vídeo promocional, aparece Cindy Jacobs “profetizando” al matrimonio Rodríguez, diciéndoles que “Dios les dice: ustedes dos serán usados de una manera extraordinaria para la reevangelización de Europa…”. Recuerdo cuando la Jacobs vino a Madrid, España en el 2002, y les “profetizó” a los cristianos gitanos que irían a Irak ¡en plena guerra! a evangelizar a los iraquíes…
Cuando uno que se deja llevar, escucha ese tipo de “profecías”, le embarga una emoción, un sentimiento de euforia “santa” impresionante, pero sólo es euforia; pura vanidad.
Alberto Motessi, en ese mismo vídeo exclama: “Me uno a la palabra profética para proclamar a Bogotá y Avivamiento, capital del más grande movimiento del Espíritu Santo”.
No sabía que el Espíritu Santo tenía una capital. Eso es como decir que Jesucristo tiene por capital… ¿Bogotá?… Saben ese tipo de profecías me recuerdan a las de los falsos profetas del tiempo del rey Acab, que eran como cuatrocientos hombres, Sedequías entre ellos (véanlo en 1 Reyes 22).
Son profecías que gusta escuchar, que son agradables a los oídos, como la de aquellos falsos profetas, pero siempre, siempre, en medio de ellos, se levanta un Micaías que profetiza la verdad, para desagrado de los muchos Acabs que pretenden conquistar lo que Dios no les ha dado a conquistar. En cuanto a Acab, una porción de Siria; en cuanto a estos modernos Acabs, el mundo entero.
En ese mismo vídeo, el falso apóstol Bill Hamon, profetizando a Ricardo Rodríguez y su esposa, les dice de “parte del Señor”: “…os he levantado en el reino para un tiempo como este para levantar esa nueva generación para que vayan a poseer el reino”. O sea, que los Rodríguez del “Centro de Avivamiento Mundial” (nombre bastante presuntuoso, por cierto), son los encargados de parte de Dios de “levantar una nueva generación que poseerá el Reino¿?¿?”
La Biblia dice que el Reino está en nosotros: “Sabemos que somos de Dios” (1 Juan 5:19a); pero que el Reino visible y tangible, no vendrá, hasta que vuelva el Rey (Daniel 2:34,35,44,45; 7:13,14). Nadie en este tiempo poseerá el Reino, que sólo poseerá Cristo en su venida gloriosa (Apocalipsis 20).
¿Por qué ese esfuerzo continuo en hacernos creer una mentira como esa?
Patty de Rodríguez, en el vídeo aludido declara lo siguiente: “Esta es la hora, no es mañana, no es pasado mañana, es hoy, hoy, hoy Dios ha declarado que entraremos a poseer esta tierra”.
Tomando el ejemplo que no viene al caso, de los israelitas que debían tomar la tierra que Dios les prometió, estos falsos maestros dicen en voz en cuello que la Iglesia tiene que poseer la tierra hoy, menospreciando el hecho de que la Biblia dice que nuestra ciudadanía no es de este mundo (Filipenses 3:20). Esa postura es puro y simple dominionismo.
La Biblia es muy clara al respecto del asunto de la manifestación visible y tangible del Reino. Leemos en Daniel 7, que una vez se siente el Juez (Cristo) y le haya quitado a la Bestia Anticristo su dominio, el que tendrá por tres años y medio (Daniel 7:25); “…los santos recibieron (recibirán) el Reino” (Daniel 7:22).
Son los santos los que reciben el Reino, y no conquistan el Reino. Quien lo conquista es Cristo (ver Apocalipsis 11:15); los santos lo reciben, y eso en su día. Es un asunto todavía del futuro.
Es en todo este tipo de profecías, donde uno que tenga un poco de conocimiento de la Biblia, se da cuenta de la intencionalidad de esos falsos ministros. Es el de hacer creer a los hijos de Dios dos cosas que van de la mano:
a) El del establecimiento del Reino por parte de la Iglesia.
b) El del “avivamiento de las naciones” en esta dispensación.
Ambos conceptos son falsos. Son falsos y altamente peligrosos para la salud espiritual del creyente.
“La guardia está alarmantemente baja, y eso se traduce en lo siguiente: Casi cualquier manifestación de poder sobrenatural, por sistema, se le atribuye a Dios; no se plantea duda alguna acerca de que todos los ministros que aparecen en los medios “cristianos”, conferencias, congresos de avivamiento, plataformas multitudinarias, etc. son de Dios. Toda nueva revelación o visión acompañada de poder, deberá ser de Dios; en definitiva todo se cree, porque, si el avivamiento y la reforma mundiales son realidades que el Espíritu Santo a través de la Iglesia está haciendo sin dilación, ¿cómo y por qué esperar algo negativo en el camino?… El espíritu de los bereanos (Hechos 17:10,11), queda anulado, y consecuentemente, uno queda a merced del engaño”.
En ese mismo vídeo, Ricardo Rodríguez exclama:
“Yo te digo; si no renuevas la unción tienes que añadir más fuerza, tienes que desarrollar más estrategias, más métodos para ver como crecer, pero si renuevas la fuerza, de un solo golpe vas a tomar tu país, vas a tomar tu ciudad, esa es la unción, esa es la unción, esa es la unción”.
No es necesario tomarse el esfuerzo de comentar esas palabras tan faltas de verdad escritural, pero lo haremos.
En primer lugar, ¿qué es eso de “renovar la unción”? ¿Es que la unción se puede quedar vieja, o desgastada, o qué? Si por unción estamos hablando del bautismo en el Espíritu Santo, este permanece en uno, por la fe y por no contristarle, por vivir en santidad (Efesios 4:30). Pero para estos falsos maestros, renovar la unción significa ir a esos congresos de avivamiento y prestarse a esa manipulación; manipulación aun mediática, que es escándalo y piedra de tropiezo para muchos.
Ahora, fíjense ustedes que Rodríguez asegura que si uno “renueva esa fuerza”, entonces de un solo intento usted y yo “tomaremos nuestro país”, y (o) “tomaremos nuestra ciudad”… ¿Cómo entender esto? ¿Es que la gente se convertirá a Cristo por vernos tan llenos de esa fuerza? Fíjense que aun Pablo, lleno como estaba del Espíritu Santo, al final de su ministerio fue abandonado casi por todos. ¿Fracasó Pablo?, ¡No! Fue fiel hasta el final.
Si lo que dice Rodríguez es verdad:
- ¿Por qué Colombia y su capital, Bogotá no están ya tomadas para Cristo? Y puesto que no es verdad lo que dice Rodríguez,
- ¿por qué miente?, y más aún
- ¿Por qué tantos le creen?
Porque han caído bajo el hechizo de esas palabras y de ese espíritu que no es el Dios, sino que es el del diablo, disfrazado como ángel de luz (2 Corintios 11:14).
¿Qué les parecen fuertes mis palabras? Es posible, pero la verdad es una, y Dios es un Dios de orden y es Dios de una sola Palabra, la cual no puede ser contradicha.
Habrá que dirán que son muchos los que creen en el “avivamiento” en comparación de los que creemos estrictamente lo que la Biblia enseña. Seguramente eso es cierto, pero no es menos cierto que, volviendo al caso de Elías, el se sentía tremendamente solo, aislado y hasta abandonado en Horeb (1 Reyes 19:10), “Pero ¿qué le dice la divina respuesta? Me he reservado siete mil hombres, que no han doblado la rodilla delante de Baal” (Romanos 11:4).
Dios tiene reservado para sí un pueblo, que Él conoce (2 Timoteo 2:19), que es el que viene a rescatar, y lo hará pronto.
Mientras tanto, huyamos de los falsos avivamientos y de las falsas y continuamente renovables “unciones”. Mejor vivamos en este tiempo sobria, justa y piadosamente, aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo (Tito 2:12,13).
Dios les bendiga.
© Miguel Rosell Carrillo, pastor de Centro Rey, Madrid, España.