Gran Biblioteca Ministerial: Comentario del Evangelio San Marcos
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De acuerdo al título y a la tradición unánime, el nombre del escritor es Marcos. Por buenas razones, se supone que cada vez que se menciona este nombre en el Nuevo Testamento se refiere siempre a la misma persona. Se le llama Marcos en Hch. 15:39; Col. 4:10; Flm. 24; 2 Ti. 4:11; 1 P. 5:13. Para ser más exactos, este era su nombre en el mundo romano de habla griega.
En griego se escribía Markos y en latín Marcus. Por supuesto que siendo judío (Col. 4:10, 11), Marcos era su sobrenombre, su “otro” nombre. Su nombre original o judío era Juan (Hch. 12:12, 25; 15:37).
El Nuevo Testamento no nos provee de una biografía completa de este hombre. La tradición contiene cosas de valor, pero lo que dice de él no es consistente en todos sus puntos. No nos da una respuesta definida y uniforme a preguntas tales como: Cuando Marcos escribió su Evangelio, ¿fue la influencia de Pedro tan decisiva y predominante, que Marcos vino a ser sólo un secretario del apóstol: “Pedro dictando, Marcos escribiendo”? ¿No sería mucho más razonable pensar que la influencia de Pedro fue moderada, siendo Marcos el verdadero escritor? En este caso Pedro sería la principal fuente de información de Marcos, pero de ningún modo la única. Otras interrogantes: ¿Terminó Marcos su libro mientras Pedro aún vivía o lo hizo después de su muerte? ¿Era Marcos el hombre que Jesús describió como llevando un cántaro de agua (Mr.14:13)? ¿Estuvo entre los setenta misioneros (Lc. 10:1)? ¿Era literalmente de “dedos cortos”, o tal descripción tiene que ver sólo con su Evangelio, el cual carece de una introducción y conclusión como las que encontramos en los otros Evangelios? ¿Fundó Marcos la iglesia de Alejandría? ¿Murió de muerte natural o sufrió martirio?
A continuación esbozaremos los hechos de la vida de Marcos de los cuales podemos estar seguros o que al menos poseen un elevado grado de probabilidad:
Aunque probable, no es del todo seguro identificar a Marcos con aquel “cierto joven” cuya interesante historia se relata en el Evangelio de Marcos (14:51, 52). Lo que se relata ocurrió la noche antes de la crucifixión. Jesús y sus discípulos salían del aposento alto. ¿Estaba este aposento en casa de María, madre de Marcos, donde también él vivía? De ser así, tenemos la siguiente situación: eran probablemente las 11 de la noche (véase CNT sobre Mt. 26:31) y este “cierto joven” estaba durmiendo. De pronto se despertó. ¿Habría ya rendido su corazón al Salvador? Quizá sintió el deseo de acompañar a Jesús. El hecho es que tomó una sábana, se envolvió en ella y salió corriendo detrás del Maestro. Cuando la guardia del templo lo detiene, logra escapar a costa de perder la la sábana que queda en poder de quienes intentaron capturarlo (cf. Gn. 39:12). Si esta reconstrucción no resulta muy atrevida, significaría que siendo Marcos todavía bastante joven, fue uno de los “seguidores” de Cristo, lo mismo que su madre. No perteneció al grupo de los Doce, ni conversó personalmente con Jesús. Al igual que muchos otros eruditos, fechamos el incidente de Mr. 14:51, 52 a principios de abril del año 30 d.C. Para mayores detalles véase sobre 14:51, 52.
Jesús pronto partiría de esta tierra al cielo, y se preocupó de no dejar a sus discípulos sin un líder. En un sentido muy real, dicho líder fue Pedro (véase CNT sobre Mt. 16:18). Después de que Cristo ascendió al cielo, en la fiesta de Pentecostés Dios usó el conmovedor mensaje de Pedro para reunir a no menos de tres mil “ovejas” en su redil (Hch. 2:41). ¿No es probable que la predicación de Pedro también ejerciera una poderosa influencia sobre Juan Marcos?
Los años 30 al 44 guardan silencio. Nada dice la Escritura sobre lo que sucedió con Juan Marcos, hasta que en Hechos 12:12–17 encontramos un incidente que pudo haber sido de gran importancia para él. Los hechos ocurren probablemente en el año 44 d.C. Se nos informa que Pedro es librado milagrosamente de la prisión, y que de inmediato se va “a casa de María, la madre de Juan, apodado Marcos, donde muchas personas estaban reunidas orando” (v. 12). Esta María no es, por supuesto, la madre de Jesús, ni María Magdalena, ni María de Betania, ni María la madre de Santiago y de José. Se trata más bien de María, la adinerada madre de Marcos. Su casa tenía un corredor o vestíbulo y también un aposento alto lo bastante grande como para reunir a un buen número de personas. Tenía por lo menos una sirvienta, Rode. María no sólo era rica, sino también generosa. Se entregaba de todo corazón a la causa de Cristo y, por tanto, estaba dispuesta a prestar su casa cada vez que la comunidad cristiana la necesitase. Juan Marcos era hijo de una madre como esa. Aunque no podemos estar seguros de que en esa oportunidad Juan Marcos se hallaba en Jerusalén, parece que así era, ya que se dice definidamente que poco tiempo después Pablo y Bernabé tomaron consigo “a Juan, llamado también Marcos” (Hch. 12:25) y que partieron con él de Jerusalén a Antioquía. Suponiendo que Marcos estuvo en Jerusalén en la oportunidad descrita en Hch. 12:12–17, el joven debió haber quedado profundamente impresionado por la forma tan maravillosa en la que Pedro fue liberado de la prisión. Como el texto es claro en decir que “muchas personas” se habían reunido en casa de su madre “viuda”, podemos suponer con bastante certeza que Marcos conoció a varios de los primeros testigos de los hechos centrados en Jesús. Como ya lo indicamos, [p 5] no se sabe hasta qué punto Marcos había conocido a Jesús, y la tradición antigua no es de mucha ayuda en este punto. No existe evidencia sólida de que después del año 44 d.C. haya habido alguna relación estrecha entre Marcos y Pedro. La evidencia de una relación entre ambos sólo aparece al final de la vida de Pedro. Por tanto, dejemos a Marcos por un momento, más tarde volveremos a él.