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jueves, 1 de septiembre de 2016

Como son más altos los cielos que la tierra, así mis caminos son más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más altos que vuestros pensamientos.

RECUERDA Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6




Dios nos conoció antes de nacer: Nos amó antes de que nazcamos

¿Qué Enseña la Biblia Con Respecto al Aborto?



INTRODUCCION
El término "aborto" puede ser usado para referirse a la muerte de un bebé que aún no ha nacido, ya sea de causas naturales o por asesinato deliberado. En este estudio, nos estaremos refiriendo siempre al acto de matar deliberadamente a un bebé que aún no ha nacido.
Las leyes en los Estados Unidos permiten el aborto prácticamente sin ninguna limitación durante los primeros tres meses de embarazo y la mayoría de los Estados tienen pocas restricciones durante las etapas finales. Mire bajo "aborto" o "control de natalidad" en las páginas amarillas de cualquier directorio telefónico en este país y encontrará a la mano diversas clínicas de aborto nombradas, donde las jóvenes pueden ir a "terminar su embarazo". El número de abortos legales en los Estados Unidos cada año es estimado entre uno y dos millones. Desde que en 1973, cuando la Corte Suprema legalizó el aborto a través de toda la nación, al menos 10 millones de bebés que aún no habían nacido, habían sido asesinados legalmente. Por vía de contraste, cerca de 500.000 soldados Americanos fueron muertos en la Guerra Civil y cerca de 400.000 en la Segunda Guerra Mundial. En adición al número de abortos ya citados, innumerables millones más han sido asesinados en otros países, y aún más por abortos ilegales.
El hecho de que un acto sea legal acorde a la ley civil, no obstante, no significa que es moralmente correcto. Dios es la autoridad final para determinar lo que es moralmente correcto o incorrecto, y las prácticas de los hombres no siempre concuerdan con la voluntad de Dios (Isa. 55:8-9; Lucas 16:15; 1 Cor. 1:18-25). Debemos obedecer a Dios antes que a los hombres (Hch. 5:29).
El propósito de este estudio es determinar exactamente lo que la Biblia enseña con respecto a la práctica del aborto. El autor no es un Católico Romano, por consiguiente la posición que toma no está determinada por las enseñanzas de la Iglesia Católica. Soy, no obstante, un Cristiano, por lo que busco saber que dice la Biblia. La Biblia es el patrón perfecto de lo correcto e incorrecto, así pues, su enseñanza debe ser estudiada y respetada por todos, especialmente por aquellos que declaran ser Cristianos (2 Tim. 3:16-17; 1 Cor. 14:37; Juan 12:48). Igualmente, mucho ha sido dicho y escrito sobre el tema del aborto - ya sea en favor o en contra - sin dar una consideración adecuada a lo que la Biblia dice sobre el tema.
Para introducir nuestro estudio, ayudará el tener una información esencial resumida de las técnicas usadas en la ejecución de los abortos, y del progreso del desarrollo del bebé en el vientre de la madre.

Hechos Acerca del Desarrollo de los Bebés Que No Han Nacido Aún

La siguiente información es resumida de "Vida Antes de Nacer", Life Magazine, 4/30/65.
Para el tiempo en que el bebé es de un mes de edad (tiene alrededor de 1/10 de pulgada de longitud) [teniendo en cuenta que una pulgada es equivalente a 25.3 milímetros].
*Todos los órganos principales han empezado a desarrollarse - el cerebro y los nervios, los ojos, los pulmones, el estómago y los intestinos, los riñones, etc.
*El corazón empieza a latir y a circular sangre en el dieciochoavo día.
No obstante, en este punto "la madre podría no saber aún que está embarazada". (Los exámenes Médicos para el embarazo aún no son seguros hasta la cuarta o sexta semana después de la concepción - DP).
Para el tiempo en que el bebé tiene dos meses de edad:
*Los dedos y uñas son claramente distinguibles.
*Los órganos reproductores se están desarrollando.
*Los huesos comienzan a formarse.
*Es claramente reconocible como ser humano.
(Sin embargo, este es el período más preferido para llevar a cabo los abortos - DP).
Para el tiempo en que el bebé tiene tres meses de edad (cerca de 3 pulgadas de largo - 7 centímetros y 6 milímetros aproximadamente):
*Todos los sistemas del cuerpo están ahora presentes y operando.
*Puede mover los brazos y las piernas (pero la madre no lo puede sentir).
Desde este momento, ninguna parte nueva será añadida. El bebé simplemente aumenta de tamaño, peso y entendimiento en el uso de su cuerpo a través de los últimos 6 meses en el vientre de la madre. (No obstante, puede ser asesinado sin prácticamente ninguna restricción en cualquier momento en estos primeros tres meses, y muy pocas restricciones están implicadas mucho tiempo después).

Realidades Con Respecto a los Métodos de Aborción

La siguiente información es citada de "El Aborto: ¿Qué Es?" A.L.L About Issues.
Cinco métodos de aborción son usados generalmente en América.
D & C o Aborto de Dilatación y Curetaje (Raspado)
Este método es el usado más frecuentemente en las primeras 13 semanas del embarazo. Un azadón muy pequeño - como instrumento, la cureta (o cuchilla cortante), es insertada dentro del vientre a través de la cerviz dilatada, su entrada natural. El aborcionista raspa entonces la pared del útero, cortando el cuerpo del bebé en pedazos ...
El Aborto de Succión
El método usado más comúnmente por las embarazadas principiantes ... En esta técnica, que fue explorada en la China Comunista, un poderoso tuvo de succión es insertado a través de la cerviz. El cuerpo del bebé desarrollándose y la placenta son hechos pedazos y chupados dentro de un jarro. [Aunque estos métodos son usados en embarazos tempraneros, las varias partes del cuerpo son reconocibles, como los brazos, las piernas, etc. - DP].
El Envenenamiento Con Cloruro de Sodio, o Aborto de Hiper-Sodio
Este método es usado generalmente después de las 13 semanas de embarazo. Una larga aguja es insertada a través del abdomen de la madre y una fuerte solución de cloruro de sodio (o sal) es inyectada directamente dentro del liquido amniótico el cual rodea al niño. El cloruro de sodio es tragado y "respirado" y envenena lentamente al bebé, quemando también su piel. La madre entra en dolores de parto y tarda cerca de un día y expele un bebé muerto, grotesco y arrugado. Algunos bebés han sobrevivido al salir de la "salinidad" y han nacido vivos.
Aborto Histerotómico (Extirpación del Utero) u Operación Cesárea
Usado en el último trimestre del embarazo, el vientre es penetrado por cirugía a través de las paredes del abdomen. El pequeñísimo bebé es removido de su lugar y se le deja morir por negligencia o algunas veces muere por un acto directo.
Aborto Químico Prostaglandino
Esta es la forma más nueva de aborto y se usan químicos desarrollados y vendidos por la Upjohn Pharmaceutical Company ... Estas hormonas - como compuestos, son inyectadas o de otro modo, aplicadas al músculo del útero, haciendo que se contraiga intensamente, de este modo, expulsando al bebé en desarrollo ... Muchos han nacido vivos ...

Parte I: ¿Un Bebe Aun No Nacido Es un Humano?


La pregunta más básica y fundamental para ser contestada en nuestro estudio es si la vida que ha sido concebida y vive en el vientre de la madre antes de nacer es una persona humana o no, separada y diferente de la madre como persona. ¿Qué es lo que la Biblia dice? Primero, notemos algunas consideraciones preliminares importantes.
¿Cómo identifica la Biblia a una persona o ser humano? La Biblia en ninguna parte usa las frases "humano" o "ser humano", sino que en lugar de eso usa otras frases que son equivalentes a estas. Por tanto, no debiéramos esperar encontrar un pasaje que se refiera directamente a alguna persona, nacida o aún no nacida, por el término "humano". Además, la Biblia no tiene una palabra única para "persona". Esta palabra aparece en las traducciones en Español, pero es simplemente una traducción alternativa para las palabras que son traducidas más comúnmente "hombre" o por algún otro término. Por tanto, la Biblia identifica a una persona humana por medio de llamarla simplemente "hombre", "mujer", "niño", "hijo", "hija", "bebé", etc. Cuando se usa para referirse a uno quien es la descendencia de un padre y una madre humanos, estos términos indican, por definición, un humano que está separado y es diferente de su madre y padre. Usted no encontrará un nombre más técnico que estos para cualquier humano, nacido o aún no nacido, en cualquier parte de la Biblia. Si encontramos que la Biblia usa estos términos para un bebé aún no nacido, eso constituirá la evidencia, la cual identifica a uno que es humano tan plena y completamente como cualquiera que esté identificado en la Biblia.
(Para los propósitos de nuestra discusión, distinguiremos los términos acorde a las siguientes definiciones del Random House College Dictionary. "Humano" significa "de, perteneciente, o característico del género humano". "Ser" significa "una cosa viviente", en nuestro caso, refiriéndonos al cuerpo humano viviente. "Persona" significa "un ser humano ... el cuerpo de un ser humano vivo ..." Nótese que los términos "ser" y "persona" requieren la presencia de la vida, pero el término "humano" necesariamente no requiere vida. En consecuencia, por ejemplo, un cuerpo muerto podría ser llamado literal y correctamente un "cuerpo humano" - por tanto, un "hombre muerto" - pero no podría ser llamado literalmente un "ser humano" o "persona").
Otra importante consideración preliminar es el hecho de que Dios también creó los seres vivientes para que se reprodujeran según su propio género. Esto es verdad de las palabras (Gén. 1:11), los animales (Gén. 1:21,24-25), y del hombre (Gén. 1:26-28; 5:3). Esto significa que el "niño", el "bebé", el "hijo", o la "hija" de un humano es también un humano y es un humano separado y diferente de la madre y el padre, porque este es el significado de la reproducción según su propio género. Además, la Biblia dice que el hombre y la mujer están hechos a la imagen y semejanza de Dios (Gén. 1:26-27). Esto es por lo que el hombre es diferente de las plantas y los animales, y esto es por lo que hay limitaciones morales más estrictas sobre como tratar a los hombres que las que hay sobre cómo tratar a los animales (Gén. 9:6; Sant. 3:9). En vista de que los humanos se reproducen según su género, se sigue que la descendencia de los humanos son también la imagen de Dios exactamente como lo son sus padres.
La pregunta que debemos contestar, entonces, es esta: ¿Se refiere la Biblia al bebé aún no nacido con los términos que implican humanidad, exactamente como lo hace para con otros humanos, y enseña la Biblia que el bebé aún no nacido es a la imagen de Dios como lo son todos los humanos?

Un Padre "Engendra" Hijos e Hijas - Gén. 5:3-4,28-30

Adán engendró un hijo a su semejanza o imagen. Después de esto "engendró hijos e hijas". Lamec también "engendró un hijo", y después de esto "engendró hijos e hijas". Esta última expresión se usa repetidamente (Léase Gén. 5; 11:20-27; 1 Crón. 14:3; etc.).
El término "engendrar" (Heb. YALAD) tiene muchos significados diferentes, literales y figurados. Por ejemplo, cuando se usa con respecto a la madre, la describe concibiendo, pariendo, y dando a luz un hijo. Cuando se usa pasivamente con respecto al hijo, se refiere a su nacimiento. Pero cuando se usa para describir el papel del padre en lo literal, en el evento histórico de la procreación humana, siempre se refiere a la concepción o fertilización, en vista de que este es el único papel que el padre tiene en el nacimiento del hijo. (Esto puede ser confirmado por medio de examinar los pasajes usando la palabra acorde a una buena concordancia. Los léxicos Hebreos también confirman esto, pero preferimos argumentar basados en una examinación de los pasajes Bíblicos así mismos). En los ejemplos que hemos escogido de Gén. 5, es claro que la referencia es a lo literal, al evento histórico particular que ocurrió en puntos específicos en la vida de un hombre, porque el pasaje dice cuántos años vivió antes del evento y cuántos después. Por tanto, "engendrar" debe referirse aquí al acto del hombre de causar la concepción o fertilización en el vientre de su esposa.
Eso que es concebido es llamado un "hijo" (Heb. BEN) o "hija" (Heb. BATH). Estas son las palabras más comunes del Antiguo Testamento para un niño - hombre o mujer descendiente de un humano. Las palabras pueden tener varios significados en diferentes contextos, pero cuando son usadas para referirse a la descendencia de los seres humanos, la palabra consecuentemente se refiere a la descendencia de quienes a sí mismos son humanos, por ejemplo, ellos mismos poseen humanidad como individuos separados y son diferentes de sus padres. Están vivos, son seres humanos o personas. (Más tarde se dará más información acerca de estas palabras). Que este es el significado correcto y literal de estas palabras en Gén. 5 es claro porque son usadas para describir el completo período de vida de los niños desde la concepción, incluyendo el período después de nacer, también como el período antes de nacer. Pero sabemos que después de nacer, la palabra se refiere a un individuo que posee humanidad. Pero las palabras describen aquí tanto el período antes de nacer como el período después y debe significar la misma cosa para ambos períodos. En consecuencia, lo que es concebido, sea un hijo o una hija desde la concepción, antes y después de nacer - posee humanidad en el mismo sentido claro y literal antes de nacer como lo es después de nacer. Y si está vivo, es un ser humano o persona antes de nacer, desde la concepción, en el mismo sentido claro y literal que lo es después de nacer.
Pero hay más. El pasaje dice que el hijo o la hija es engendrado a la imagen y semejanza del padre. ¿Qué significa esto? Sabemos lo que significa después de nacer. El padre es humano, por tanto, eso que es engendrado a su imagen es también humano. Además, no es el mismo individuo como el padre o la madre, ni es exactamente una pertenencia o parte de ellos. El término "a su semejanza o imagen" significa un individuo separado y diferente, pero similar en naturaleza a la del padre - eso es, otro humano. Y si está vivo, es un ser humano o una persona. Pero recuerde que este es el resultado de la concepción y describe la completa existencia terrenal de la descendencia desde la concepción en - ambos antes de nacer y después de nacer - y el significado debe ser el mismo para todo el período. Por tanto, el hijo o la hija es un humano - a la imagen del padre o la madre - desde la concepción, en el mismo sentido antes de nacer como lo es después de nacer.
Pero ahora notemos los versículos 1 y 2. Dios hizo al hombre y a la mujer a semejanza de Dios. Luego el hombre engendró hijos e hijas a su imagen. Esto significa que los hijos e hijas deben ser a la imagen de Dios, lo mismo como lo son los padres. Pero esto es verdad de la concepción, exactamente al momento pleno de nacer, como lo es antes de esto. En consecuencia, eso que el hombre engendra es a la imagen de Dios desde la concepción.
Las consecuencias de esta escritura son poderosas y aterradoras. Los hombres, cuando hacen que una mujer conciba, han engendrado desde el momento de la concepción, su hijo o hija, a su imagen, y a la imagen de Dios. ¿Podría ser este asesinado deliberadamente?

"Niños" o "Hijos" en el Vientre de la Madre - Gén. 25:21-22; 2 Reyes 19:3; Rut 1:11

En Génesis 25:21-22, Rebeca concibió mellizos, y "los hijos luchaban dentro de ella". Nótese la conexión entre la concepción y los "hijos". Eso que fue concebido era llamado "hijo" (Heb. BEN) entre la concepción y el nacimiento.
En 2 Reyes 19:3 (e Isaías 37:3) Ezequías compara sus aflicciones a aquellas de una madre expectante que carece de fuerzas para la labor. Dice, "los hijos están a punto de nacer, y la que da a luz no tiene fuerzas". Esto claramente se refiere a eso que vive en el vientre de la madre como "hijo" (Heb. BEN).
En Rut 1:11, el esposo de Noemí y sus dos hijos habían muerto. Ella le explica a sus dos nueras viudas que no tenía hijos para que ellas se casaran según las costumbres de esos días, y de que no había prospectos de que pudiera proveerles con esposos. Ella pregunta, "¿tengo yo más hijos en el vientre, que puedan ser vuestros maridos?" - eso es, ella no estaba embarazada, razón por la cual no había forma de que pudiera producir hombres para que crecieran y fueran sus esposos. Otra vez, ella usa el término "hijos" (Heb. BEN) para describir aquello que aún no ha nacido y que está aun en el vientre de la madre.
Esta palabra Hebrea (BEN) es la palabra del Antiguo Testamento más común para un niño o hijo. Como se mencionó previamente, tiene diferentes significados, incluyendo usos figurativos. Pero cuando se usa para referirse a la descendencia física de los humanos (como en los casos que estamos considerando) consecuentemente se refiere a eso que es un individuo humano separado y diferente, y si este es un individuo vivo, entonces es un ser humano o persona. Este es el significado literal de la palabra. La concordancia enumera cientos de ejemplos. Un ejemplo razonable en Gén. 25, son los versículos 1-4, donde los "hijos" de Cetura son nombrados. Otro está en Gén. 3:16 donde a Eva se le dice que concebirá y dará a luz individuos humanos. Pero el mismo término es usado en contextos similares para describir eso que es concebido pero que aún no ha nacido. ¿Por qué esto no significa humanos individuales también? No hay razón escritural para distinguirlos. El mismo significado se aplica en ambos casos - a individuos humanos separados y diferentes como individuo en comparación a sus padres. Y si está vivo, es un ser humano, una persona.

Un "Varón" Es Concebido - Job 3:3

Job está aquí lamentándose de sus aflicciones y diciendo, en substancia, "¿Por qué nací en algún momento?" Primero se aflige por el "día" cuando "nació" (v.3, Comp. 4-5). Luego se aflige por la "noche" en que fue "concebido" (v.3, Comp. v.6-7). Nótese que en el último caso, "concebir" es la traducción correcta, porque Job está distinguiendo eldía de su nacimiento de la noche de su concepción. Sobre esa noche pudo haber sido dicho, "hay varón concebido". Eso que fue concebido era un "varón" ¡desde la mismísima noche de su concepción!
La palabra para "varón" (Heb. GEBER) en cualquier otra parte significa "hombre" - eso es, un individuo humano. Otros ejemplos correctos aquí en Job son 3:23; 4:17; 10:5; etc. Véase también el Salmo 127:5 y 128:4, y muchos otros ejemplos en la concordancia. Esta palabra inherentemente y siempre sin excepción, se refiere a un individuo humano. Si está vivo, es un ser humano o persona - siempre y sin excepción. En consecuencia, Job está afirmando que era un ser humano varón, una persona, desde el mismo momento en que fue concebido.
Nótese la siguiente comparación:
Job 3:3 - Varón es concebido.
Apoc. 12:5 - Ella dio a luz un hijo varón.
¿Significa Apoc. 12:5 que un ser aún no humano fue dado a luz, pero que más tarde se convirtió en varón? No, era varón cuando nació y continuó siendo lo mismo. De esta manera, Job 3:3 quiere decir que Job era un varón cuando fue concebido y desde ese mismo instante. Lo que fue después de nacer es lo que era antes de nacer - un individuo humano.

Una "Madre" de un Hijo no Nacido - Núm. 12:12; Lucas 1:43

En Lucas 1:43, Elisabet se dirigió a María como "la madre de mi Señor" en el momento en que María estaba esperando pero aún no había dado a luz. En efecto, el versículo 36 comparado con los versículos 56-57 muestra que el evento en el versículo 43 ocurrió muy en el principio del embarazo de María. Aún así, Elisabet llamó a María "madre".
En Núm. 12:12, cuando Dios había herido a María con la lepra, Moisés oró a Dios por la salud de ella para que no quedara "como el que nace muerto, que al salir del vientre de su madre, tiene ya medio consumida su carne". El efecto de la lepra sobre la piel de María debía ser como aquella de un bebé que muere en el vientre de su madre y comienza a descomponerse antes de nacer. Pero nótese que aún si el hijo nace muerto - como en un aborto - no obstante la mujer es llamada "madre".
La palabra "madre" (Heb. EM, Griego - METER) tiene muchos usos, pero en el contexto en donde se refiere a la reproducción física humana (como el pasaje que estamos discutiendo), siempre se refiere a una que ha procreado o formado a otro individuo humano, separado y distinto como individuo de la misma madre. (Véase por ejemplo Gén. 3:20 y muchos otros ejemplos en la concordancia). No hay excepción a este significado en la Biblia, por consiguiente deberíamos aplicarlo en estos casos. No obstante, una mujer que ha concebido, si el niño no ha nacido aún o si muere antes de nacer, ella es "madre", ha producido un individuo humano, eso que fue concebido era un humano separado y distinto de la madre misma. Cuando está vivo, aún en su vientre, es un ser humano.

Una "Criatura" en el Vientre de la Madre - Lucas 1:41,44

Después que Elisabet había concebido (v.24), pero antes de que hubiera dado a luz, la vida "en su vientre" es llamado "niño" o "criatura" (Griego, BREPHOS). Esta es la segunda palabra del Nuevo Testamento más común para criatura, y siempre es usada para aquello que es individuo humano separado y distinto de su madre. No hay excepciones a este significado en la Biblia. Jesús, por ejemplo, es llamado un "niño" (BREPHOS) acostado en un pesebre (Luc. 2:12,16). (Véase Hechos 7:19 y la concordancia para más ejemplos). No hay razón para creer que la palabra en Lucas 1 es alguna excepción al normal significado de la palabra. En consecuencia, Juan era una "criatura" viviente en el vientre de su madre - un ser humano vivo.

Una Mujer Concibiendo un "Hijo" - Lucas 1:36; Hechos 7:29

Una vez mas, cuando Elisabet había concebido, pero antes de que el bebé naciera, a María se le dijo que Elisabet "ha concebido hijo". En Hechos 7:29 se nos dice que Moisés "engendró dos hijos". Pero ya hemos visto que las palabras para engendramiento, cuando se usan para el papel del padre, se refieren a la concepción o fertilización. En ambas referencias, lo que es concebido es un "hijo".
La palabra "hijo" (Griego, HUIOS) es también una palabra de diferentes significados, dependiendo del contexto. Pero en los contextos que se refieren a al descendencia física de los humanos (tal como estamos discutiendo), la palabra siempre y sin excepción, se refiere a eso que es un ser humano separado y distinto como individuo, de sus padres. Si está vivo, es siempre un ser humano. En efecto, esta es la palabra más común en el Nuevo Testamento para "hijo", y muchos ejemplos pueden ser citados (Mat. 1:21,23,25; Luc. 1:13,31; 2:7; etc.). Nótese especialmente Luc. 1:57 en donde ocurre el nacimiento de Juan el Bautista y se nos dice que Elisabet "dió a luz un hijo". Nótese el paralelo:
Lucas 1:36 - Elisabet "ha concebido hijo".
Lucas 1:57 - Elisabet - "dio a luz un hijo".
Estos dos versículos se refieren a la misma madre y al mismo hijo en el mismo contexto. Un versículo describe la concepción y el otro describe el nacimiento, pero ambos llaman al niño "hijo". ¿Si Juan era un humano al momento de su nacimiento y así progresivamente, por qué no concluir que era un ser humano desde el momento de su concepción en adelante? No era un sub-humano cuando nació y más tarde se convirtió en humano. Era un ser humano vivo desde el momento de la concepción en adelante.

"Esta Abortare" / "Vida por Vida" - Ex. 21:22-25

Este es un pasaje polémico, pero muy importante, y lo consideraremos en gran detalle más tarde. [En la Versión King James en Inglés dice el v.22 - "... so that her fruit depart from her ...", literalmente en Español sería - "... y si ella abortare su fruto ..."] Nótese aquí la palabra "fruto". Si algunos riñeren e "hirieren a mujer embarazada, por la que ésta abortare su fruto". La vida en el vientre de la madre es llamada su "fruto" (Heb. YELED). Comp. Gén. 30:2; Deut. 7:13. Pero esta palabra es traducida en cualquier otra parte "niño", "muchacho", "hijo", u "hombre joven". En efecto, es la segunda palabra más común en el Antiguo Testamento para "niño". Esta es usada por Moisés en Ex. 2:3-10 (Comp. Ex. 1:17-18; Gén. 21:8; Rut 4:16; etc.). [Aunque en Ex. 21:22 no aparece fruto, si lo podemos ver en Gén. 30:2 y Deut. 7:13]. Cuando se refiere a la descendencia de los humanos, siempre, sin excepción, se refiere a eso que es un individuo humano, separado y distinto como individuo, de sus padres. Pudiera referirse a un cuerpo muerto, pero este es aún un cuerpo humano, en consecuencia, no obstante, se refiere a eso que es humano. Y cuando el cuerpo está vivo, este es un ser humano vivo. Por esto, este pasaje nos da otro caso en donde la vida en el vientre de la madre es descrita como un ser humano.
Además, cuando examinemos este pasaje más tarde, veremos que es requerido castigo a los hombres que hagan que una madre que está esperando, el dar a luz prematuramente. Si el bebé nace muerto o perjudicado, el hombre debe ser castigado por medio de infligirle el mismo daño que le causó al bebé, incluyendo "vida por vida". La palabra Hebrea para "vida" en ambos casos aquí es NEPHESH, la cual tiene muchos significados, pero su significado más común es "alma", luego, "vida", luego "persona". Esta expresión significa entonces que el bebé que aún no ha nacido tiene "vida" exactamente en el mismo sentido de esa palabra como es poseída por el hombre que causó el daño - eso es, la vida humana. ¡El bebé aún no nacido es tan ser humano como lo es el hombre!
De todas las escrituras aprendemos que eso que ha sido concebido y vive en el vientre de la madre desde la concepción, es un "hijo" o una "hija", un "niño", una "criatura", un "varón". Este posee "vida" en el mismo sentido que las otras personas la tienen. Y la mujer en cuyo vientre él vive es "madre". Afirmamos que no hay términos usados en ninguna parte en la Biblia que identifiquen a cualquiera como ser humano más claramente que estos términos que Dios repetidamente escogió para identificar al bebé que aún no ha nacido. En los pasajes que hemos citado, estos términos deben ser aceptados como poseyendo el mismo significado que poseen en los contextos similares en los que los hemos comparado, a menos que haya alguna evidencia además de esta que muestre que deberían dar un significado diferente. Este es el único camino claro y razonable para entender la Biblia, y este es el acceso que los buenos estudiantes de la Biblia usan en cualquier otro tema.
En consecuencia, debemos concluir que el niño que ha sido concebido y que vive en el vientre de su madre, es un ser humano vivo. En vista que los humanos se reproducen según su propio género, debemos concluir que la vida en el vientre de la madre es según la semejanza de sus padres - eso es, es un individuo separado y distinto de sus padres, poseyendo humanidad en el sentido completo de la palabra así como sus padres la poseen. Y en vista de que los padres son "a la imagen de Dios", se sigue que el niño en el vientre de la madre es también a la imagen de Dios exactamente como lo son sus padres (Comp. Gén. 5:1-4). ¿Podríamos deliberadamente matar a este ser humano hecho a la imagen de Dios?

(Nota: El medio que hemos usado establece la personalidad del bebé vivo aún no nacido sin referirse a la pregunta específica de si la criatura posee espíritu o no. Afirmamos que no es necesario tener un pasaje que mencione específicamente si un bebé tiene espíritu o no para determinar si el bebé que aún no nace puede ser asesinado o no. Si sabemos que es un ser humano, entonces sabemos lo suficiente para saber que no debe ser muerto. Afirmamos que hemos clarificado el asunto de la humanidad, por lo que más evidencia acerca del espíritu no es necesaria. Sin embargo, como tema de interés, creemos que sobra el que un bebé aún no nacido tiene espíritu porque todo cuerpo humano vivo tiene espíritu acorde a Santiago 2:26. Si el cuerpo no tuviera espíritu, estaría "muerto". Cuando estamos discutiendo un cuerpo humano, Santiago 2:26 dice que el espíritu y la vida biológica están presentes o ausentes simultáneamente. "Usted no puede tener a uno sin el otro". Si el cuerpo está vivo, el espíritu debe estar presente. No hay excepción a esto para algún otro cuerpo humano en la Biblia. Por lo que concluimos que un bebé vivo que no ha nacido aún tiene espíritu).
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miércoles, 17 de agosto de 2016

¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios.

RECUERDA Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6




La controversia gay y lesbiana en el quehacer diario

Los errores de la hermenéutica gay y lesbiana


Por Jaime Mazurek

Sin duda uno de los desafíos más excepcionales que enfrenta la Iglesia de Jesucristo en el siglo xxi es la gran transformación de valores éticos y morales que acontece en la sociedad occidental. Quizás el cambio más trascendental que ha transcurrido en muchas naciones es la aceptación y la legalización del matrimonio entre personas del mismo sexo.
Pero no solamente la sociedad secular experimenta este cambio; también sucede entre un número de iglesias protestantes. Para avalar este cambio de postura, diversos pastores y líderes de iglesias simpatizantes con la causa gay han elaborado una nueva hermenéutica, una nueva interpretación de la Biblia que afirma que las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo nunca han sido ni son pecado, y que las iglesias deben celebrar y respetar las uniones gay.
Que no haya malentendido. Amamos a las personas sean cuales fueran sus preferencias sexuales, y deseamos que puedan conocer plenamente la acción salvadora y transformadora de Cristo, el Señor y Salvador de todos nosotros. Pero entendemos que la Biblia afirma que las relaciones homosexuales son pecado, asimismo sabemos que hay muchísimas otras cosas identificadas en la Biblia como tal. Ante Dios, la práctica de la homosexualidad no es peor que otras formas de pecado, pues todas nos separan de Él.
Sin embargo, nos enfrentamos a algo único en esta ocasión, pues se hacen grandes esfuerzos para interpretar las Sagradas Escrituras de manera nueva y diferente para afirmar que las relaciones homosexuales no son pecado, cosa que generalmente no pasa en otras instancias. Que yo sepa, nadie está tratando de enseñar que la Biblia dice que mentir, robar o cometer adulterio ya no son pecado. Los que mienten, roban y cometen adulterio generalmente admiten que saben que lo que hacen está mal. Pero la comunidad gay se esfuerza ahora en enseñar que sus acciones no son pecaminosas y que la Biblia concuerda con eso. La hermenéutica gay tuerce las Escrituras en su afán de decir que algo es bueno y puro cuando en verdad no lo es. Quienes defienden la teología gay necesitan conocer mejor la Palabra de Dios.
La hermenéutica gay trata de decirnos que la Biblia nunca ha dicho cosas que durante miles de años han sido comprendidas con perfecta claridad por toda la Iglesia. Es un caso de eiségesis muy claro. Antes de abrir la Biblia fijan el presupuesto que las relaciones homosexuales son buenas y sin pecado, y luego van a las Escrituras con el fin de imponer tal sentido de cualquier manera necesaria para lograr el resultado deseado, el que dé la razón a sus presupuestos.
Las enseñanzas resultantes de la errónea hermenéutica gay gozan de una gran difusión, especialmente en Internet. Es importante y necesario que todo pastor y maestro de la Palabra de Dios sepa cuales son y cómo responder ante ellas. El objetivo de este breve ensayo es evaluar la hermenéutica gay a la luz de las Escrituras y su correcta interpretación. En este escrito no se discutirá el tema de los factores causantes de la homosexualidad o del ministerio cristiano entre las personas homosexuales, temas de gran importancia que ameritan sus propios escritos. Este trabajo se limita exclusivamente al aspecto hermenéutico.
A continuación se examinarán varios textos bíblicos relevantes importantes, cómo éstos son reinterpretados por la hermenéutica gay, y cómo se deben entender luego de una exégesis correcta.

1.  El pecado de Sodoma – Génesis 19:1-25; Ezequiel 16:48-50
Los maestros de la hermenéutica gay afirman que el pecado de los sodomitas no fue su conducta homosexual, sino su falta de hospitalidad y su violencia. Don Eastman[1], anciano de la iglesia pro-gay Metropolitan Community Church declara que se trataba de “una gravísima violación a las antiguas reglas de hospitalidad”.[2]  Afirma que el profeta Ezequiel expresa lo mismo, que entre todos los pecados de Sodoma no figuraba su conducta homosexual.
He aquí que esta fue la maldad de Sodoma tu hermana: soberbia, saciedad de pan, y abundancia de ociosidad tuvieron ella y sus hijas; y no fortaleció la mano del afligido y del menesteroso. Y se llenaron de soberbia, e hicieron abominación delante de mí, y cuando lo vi las quité (Ezequiel 16:49,50).
Eastman insiste en que los homosexuales eran “una pequeña minoría”[3] en Sodoma, un porcentaje pequeño como suele ser el caso entre las ciudades de hoy en día, y que por ende el pecado colectivo de la ciudad que mereció el juicio de Dios no pudo ser la homosexualidad.
Sin embargo, una comprensión clara del texto rinde lo que siempre se ha sabido, que Sodoma era una ciudad con una gran mayoría homosexual. Génesis dice que no fue una “pequeña minoría” quienes querían violar a los varones con Lot, sino que “rodearon la casa los hombres de la ciudad, los varones de Sodoma, todo el pueblo junto, desde el más joven hasta el más viejo.” Entre todos esos, ninguno se interesó en violar a las hijas de Lot, sino que todos buscaban a los varones. Sin duda, había una gran mayoría homosexual en Sodoma.
Ezequiel describe con detalle los graves delitos y pecados de Sodoma. El contexto es la comparación de los pecados de Judá con los de Samaria y Sodoma. La intención del escritor es mostrar la similitud más que las diferencias entre Sodoma y Jerusalén. Los pecados de Sodoma denunciados son los mismos que los profetas denunciaban contra Jerusalén y Judá (ejemplo, Miqueas caps. 1 y 2). Sin embargo, Ezequiel también incluye la palabra “abominación” (en hebreo “toaybah” – asqueroso, despreciable),
El apóstol Pedro describe la condición de Lot en Sodoma de la siguiente manera:
Pero Dios también rescató a Lot y lo sacó de Sodoma, porque Lot era un hombre recto que estaba harto de la vergonzosa inmoralidad de la gente perversa que lo rodeaba. Así es, Lot era un hombre recto atormentado en su alma por la perversión que veía y oía a diario. (2 Pedro 2:7,8  Nueva Traducción Viviente).
Pedro no enfatiza una sencilla falta de hospitalidad sino la “vergonzosa inmoralidad de la gente perversa” (aselgeia anástrofes“conducta sensual de hombres libertinos” LBLA; “vida desenfrenada de esos perversos” NVI, BAD) y la “perversión” de los habitantes de Sodoma.
Judas también condena los pecados de Sodoma y Gomorra con lenguaje preciso que calza con la actividad homosexual.
como Sodoma y Gomorra y las ciudades vecinas, las cuales de la misma manera que aquéllos, habiendo fornicado e ido en pos de vicios contra naturaleza, fueron puestas por ejemplo, sufriendo el castigo del fuego eterno. (Judas 1:7)
La expresión “vicios contra naturaleza” (sarkos heteras) habla de “carne diferente” o “carne extraña”, lo no natural. Evidentemente se refiere a relaciones homosexuales y no a una falta de hospitalidad.
Al sumar todas las expresiones de las Escrituras sobre el tema, vemos que el pecado principal de Sodoma fue de veras la práctica de la homosexualidad.

2.   Las leyes mosaicas contra las relaciones homosexuales y el travestimo – Levítico 18:22 y 20:13, Deuteronomio 22:5
La ley de Moisés expresa la prohibición contra la práctica de la homosexualidad con gran claridad.
No te echarás con varón como con mujer; es abominación (Lev. 18:22).
Si alguno se ayuntare con varón como con mujer, abominación hicieron; ambos han de ser muertos; sobre ellos será su sangre (Lev. 20:13).
Los defensores de la hermenéutica gay intentan justificar la conducta homosexual afirmando que estos textos fueron escritos exclusivamente para los sacerdotes levitas y no para el común del pueblo israelita y que solamente guardan relación con actos sexuales realizados dentro de un rito pagano idolátrico. Es decir, afirman que el sexo homosexual en sí, entre dos personas que no sean sacerdotes levitas y que no estén participando en un rito idolátrico, está bien. Pero al ver el pasaje en contexto uno fácilmente ve lo inverosímil que es semejante interpretación. El texto en Levítico 18 en contexto reza así:
21  Y no des hijo tuyo para ofrecerlo por fuego a Moloc; no contamines así el nombre de tu Dios. Yo Jehová.
22  No te echarás con varón como con mujer; es abominación.
23  Ni con ningún animal tendrás ayuntamiento amancillándote con él, ni mujer alguna se pondrá delante de animal para ayuntarse con él; es perversión.
La prohibición contra las relaciones homosexuales sigue inmediatamente después de una prohibición contra el infanticidio, y aparece justamente antes de una prohibición contra la bestialidad. ¿Acaso los defensores de la hermenéutica gay quieren decirnos que si uno hoy no es un sacerdote levita y no está participando en un culto idolátrico que no hay problema con matar a un bebé o con tener sexo con un animal? No puede ser. El significado de los pasajes señalados en Levítico no puede ser selectivamente manipulado de tal manera. Dice lo que significa y significa lo que dice; que las relaciones homosexuales son pecado.
No solamente eso, las leyes contra las prácticas homosexuales no fueron dadas exclusivamente para los sacerdotes sino para todos los israelitas (Véase Lev. 18:2 “Habla a los hijos de Israel, y diles…”). El Antiguo Testamento para nada representa un cuadro donde a los sacerdotes se les prohibía practicar toda suerte de incesto, infanticidio, homosexualidad y bestialidad, pero el común de los israelitas sí lo podían hacer sin caer bajo condenación. Estas leyes se dieron para todos.
De la misma manera, la ley mosaica condena al travestismo, el vestirse con ropas del sexo opuesto en afán de expresar así su sexualidad. “No vestirá la mujer traje de hombre, ni el hombre vestirá ropa de mujer; porque abominación es a Jehová tu Dios cualquiera que esto hace.” (Deut. 22:5).  Los defensores de la hermenéutica gay insisten que esta amonestación se limita a no practicar travestismo en medio de un culto idolátrico. Pero nada hay en el texto que indique que esta ley tenía vigencia únicamente dentro de tales límites. La ley era para todos. La palabra “abominación” empleado aquí es el mismo que ya vimos usado en Ezequiel 16:50, que significa “algo asqueroso y despreciable” y que se emplea en relación con el culto idolátrico como también con otras cosas.
Algunos dicen que no es justo demandar el cumplimiento de esta ley, habiendo otras leyes en el mismo capítulo del Deuteronomio que hoy casi nadie toma en cuenta, como no vestir lana y lino juntamente (Deut. 22:11). Uno de los problemas con la hermenéutica gay en cuanto a su interpretación de los libros de la Ley es que no distinguen entre las leyes apodícticas y las leyes casuísticas. Sin duda que hay leyes del Antiguo Testamento que ya no rigen hoy, las leyes casuísticas. Estas son las leyes que tratan situaciones y casos específicos, vinculados a la cultura israelita. Son leyes que no tienen eco en el Nuevo Testamento – por ejemplo las leyes sobre las ofrendas en el altar del tabernáculo. Por otro lado, las leyes apodícticas son las leyes que establecen paradigmas que son aplicables a más de una situación y que son repetidas en el Nuevo Testamento como parte de la Ley de Cristo. Las leyes contra las relaciones homosexuales son apodícticas, pues son para todo el pueblo israelita, en toda circunstancia y son repetidas con claridad en el Nuevo Testamento, como veremos en seguida.

3.  Romanos 1:26, 27
Sin duda, la interpretación más inverosímil que hace la hermenéutica gay es su trato de la bien conocida exhortación del apóstol Pablo a los Romanos.
Por esto Dios los entregó a pasiones vergonzosas; pues aun sus mujeres cambiaron el uso natural por el que es contra naturaleza, y de igual modo también los hombres, dejando el uso natural de la mujer, se encendieron en su lascivia unos con otros, cometiendo hechos vergonzosos hombres con hombres, y recibiendo en sí mismos la retribución debida a su extravío. (Rom 1:26,27).
El argumento que hacen los defensores de la hermenéutica gay es que Pablo estaría diciendo aquí que pecar es hacer lo que va en contra de la naturaleza de uno. Por ende, si uno por naturaleza es homosexual, le sería un pecado tratar de hacerse heterosexual. Don Eastman lo dice así: “debemos reconocer que lo que es “contra natura” (para physin) para una persona de hoy, con orientación homosexual, es el tratar de vivir como si fuera heterosexual.”[4]
Pero el texto no deja abierta la definición de “contra naturaleza” para que cada uno inserte lo que quiera ahí afirmando que eso es “su naturaleza” y por ende lo que Dios desea para él. No, el texto dice claramente, “y de igual modo también los hombres, dejando el uso natural de la mujer.” Queda evidente que Pablo afirma que “el uso natural” consiste en una relación heterosexual entre un hombre y una mujer. Decir lo contrario es distorsionar al texto.
Este es el texto bíblico más claro que hay sobre el tema, y condena con fuerza tanto la práctica del lesbianismo como del homosexualismo. Declara que estas acciones son desviaciones del padrón establecido por Dios, el fruto de “pasiones vergonzosas”.  Llama a las relaciones homosexuales  “hechos vergonzosos, hombres con hombres”. Es imposible interpretarlo de manera que diga que Dios está animando a las relaciones homosexuales y desanimando las relaciones heterosexuales.

4.  I Corintios 6:9,10 y I Timoteo 1:9-11
El apóstol Pablo vuelve a identificar a las relaciones homosexuales como pecado en dos epístolas, I Corintios y I Timoteo. En ambos casos las menciona como parte de una lista de pecados que caracterizan a los transgresores e impiden el ingreso al reino de Dios.
9  ¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones,
10  ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios. (I Cor. 6:9,10)
9  conociendo esto, que la ley no fue dada para el justo, sino para los transgresores y desobedientes, para los impíos y pecadores, para los irreverentes y profanos, para los parricidas y matricidas, para los homicidas,
10  para los fornicarios, para los sodomitas, para los secuestradores, para los mentirosos y perjuros, y para cuanto se oponga a la sana doctrina,
11  según el glorioso evangelio del Dios bendito, que a mí me ha sido encomendado. (I Tim. 1:9-11).
En 1 Corintios 6:9 Pablo emplea dos vocablos que dicen relación con la homosexualidad; “los afeminados” malakos, y “los que se echan con varones” arsenokoites.  El segundo vocablo es el mismo que Pablo también emplea en 1 Tim. 1:10 y que es traducido “sodomitas” en la RVR60.
Malakos significaba “suave” y se usaba como peyorativo para describir a los jóvenes o niños que participaban en las relaciones sexuales pederastas,[5] los hombres y niños que se dejaban abusar sexualmente por otros hombres.[6] Arsenokoites aquí en I Cor. 6 probablemente describe al hombre que llevaba la iniciativa de tener relaciones homosexuales con el malakos.[7]  
El defensor de la hermenéutica gay, Don Eastman, afirma que el mal que Pablo condena entonces no es la homosexualidad, sino la prostitución. Sin duda, la prostitución, sea heterosexual u homosexual, es pecado. Pero arsenokoites se emplea sin malakos en I Tim. 1:10, en referencia a la homosexualidad en sí. Interesantemente, en la versión Septuaginta, Levítico 20:13 rinde “se ayuntare con varón” en griego como arsenos koiten.  Es un vocablo con una larga historia como expresión de “homosexual”.

Así podemos ver claramente que la Biblia no aprueba ni celebra a las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo. Tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento afirman que tales cosas son pecado. Es muy necesario que todo pastor, pastor de jóvenes, y educador cristiano sepa esta verdad con absoluta claridad, para poder orientar y enseñar a nuestros jóvenes y adultos sobre el ideal divino para su realización personal en el matrimonio cristiano de un hombre y una mujer, como hijos de Dios. Como dijo el pastor inglés John Stott,
El rechazo cristiano de las prácticas homosexuales no descansa sobre “unos pocos y aislados textos… cuya explicación tradicional puede ser derrotado”. Las prohibiciones escriturales negativas contra las prácticas homosexuales solo tienen sentido en la luz de la enseñanza positiva en Génesis 1 y 2 sobre la sexualidad humana y el matrimonio heterosexual. Sin la sana y positiva enseñanza de la Biblia sobre el sexo y el matrimonio, nuestra perspectiva sobre la pregunta homosexual seguramente se distorsionará.[8]
Que Dios nos ayude a instruir bien a nuestros jóvenes sobre los errores de la hermenéutica gay y sobre la verdad bíblica de la bendición de la unión matrimonial entre un hombre y una mujer.



[1] Nótese que Don Eastman no es Dick Eastman, autor de múltiples libros sobre la oración.
[2] Don Eastman, “Homosexualidad: ni enfermedad ni pecado, qué dice y qué no dice la Biblia” en Internet; www.mcchartford.com/icmhomosexual.html; último acceso 28 de marzo, 2016.
[3] Idem.
[4] Idem.
[5] Gordon Fee, Primera Epístola  a los Corintios, 275.
[6] Simon J. Kistemaker, Comentario al NT – 1ra Corintios, 169.
[7] Fee, 276.
[8] John Stott, citado en http://goop.com/dr-john-stott-on-homosexuality-in-the-bible/, último acceso 25 de mayo, 2016.
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miércoles, 10 de agosto de 2016

Cuando alguno fuere recién casado, no saldrá a la guerra, ni en ninguna cosa se le ocupará; libre estará en su casa por un año, para alegrar a la mujer que tomó

RECUERDA Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6




MATRIMONIOS CON NECESIDADES ESPIRITUALES
EL MATRIMONIO “POBRE”
Un matrimonio malo es uno que se ha empobrecido “en espíritu”. Es un matrimonio que está luchando porque no tiene esperanza. Puede ser que te encuentres en un matrimonio que se caracteriza por la desesperanza espiritual. 
  • Antes estabas lleno de esperanza y de fe, pero tus recursos se agotaron y ahora no puedes ver el futuro con claridad. 
  • Hace mucho dejaste de ser consciente del poder de la fe y te encuentras atrapado en un hoyo en el piensas solamente en el problema. 
  • El temor ha desplazado tu fe. Antes tenías una fe grande en Dios, la cual dirigía tu futuro y guardaba tu unión matrimonial. Pero ahora sientes que tu fe se ha perdido y te parece que Dios te ha fallado. 
  • Antes, tu devoción era el lazo que los unía, pero ahora es solamente el sentido del deber lo que los une. 
Estos son indicadores de que tu esperanza se ha agotado. Realmente eres pobre en espíritu. La desesperanza es común al hombre y común a los matrimonios. Pero Cristo vino para “dar [te] las buenas nuevas”. ¡Hay esperanza!
A menudo se abre una semana de consejería para parejas con palabras de esperanza. Se  les dice: “Aunque tu fe sea débil y tu esperanza esté casi agotada, no hay problema. Puedes apoyarte en mi fe si es necesario. ¡Mi fe es fuerte y mi esperanza firme! ¡He visto a Dios hacer grandes cambios en muchos matrimonios heridos! Por tanto no dudo que Dios lo hará por ti, también. Puede llegar el momento en que yo tenga que apoyarme en tu fe, pero, por ahora, tú puedes apoyarte en la mía”.
Es bueno, ¿no es cierto?, que podamos “llevar los unos las cargas de los otros”. Pero es mucho mejor apoyarse en la fe de Cristo. Cuando Él oró por Pedro para que su “fe no falte” (Lucas 22:32), también oraba por ti. Es cierto. Antes de casarte, y aun antes de que nacieras, Él oraba por ti. 
En una ocasión, después de orar por Sus discípulos, Cristo siguió diciendo: “Mas no ruego solamente por éstos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos” (Juan 17:20). Él estaba mirando el futuro, al momento cuando tú y tu cónyuge creerían en Él y oró específicamente para que sus corazones se unieran: “para que sean uno” (vs. 22). Así como el Hijo y el Padre son uno, Cristo oró para que tú y tu cónyuge fueran uno.
¿Cómo describe uno la unión espiritual y mística que existe entre el Padre y el Hijo? Son dos entidades distintas y sin embargo maravillosamente unidas e inseparables. Esta fusión de personas es, de veras, un misterio. Y aunque uno no lo pueda comprender del todo, puede alegrarse sabiendo que Cristo oró por el matrimonio cristiano para que pudiera gozar de la intimidad y unidad semejantes a la relación que existe entre el Padre y su Hijo.
Casi podemos escuchar al escéptico: “Si esto sea verdad, ¿por qué no ha habido un cambio en mi matrimonio?” Puede haber varias razones por las cuales se tarda en llegar. Primero, la respuesta de Dios puede demorarse por interferencia demoniaca. 
En Daniel capítulo 10, Daniel oró, y un mensajero celestial le trajo la respuesta. ¡Pero Satanás detuvo a ese mensajero por tres semanas! Mientras tanto, Daniel pasó una agonía espiritual fuerte. Sin embargo, perseveró, y finalmente recibió la respuesta.
La razón de no ver cambios en el matrimonio, también puede ser por el pecado de resistir la voluntad de Dios. En algunos casos, la respuesta es obvia; pero uno se niega a recibirla. Un ejemplo bíblico es cuando los hebreos rehusaron entrar en la Tierra Prometida. En cambio, prefirieron creer las mentiras de los espías incrédulos y perdieron la bendición que Dios había preparado para ellos (Números 13–14). 
Posiblemente las bendiciones que Dios quiere para tu matrimonio no las disfrutas porque no se las pides. La Tierra Prometida está allí, esperándote, pero primero debes creer que Dios es más grande que los gigantes y que comer las uvas de Escol es mejor que cocinar sobre la hoguera en el desierto.
La demora de tu liberación puede deberse a que tu vida está arraigada en “las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo” (Colosenses 2:8). Los amigos y el mundo ofrecen muchos consejos y muchas opiniones que no son espirituales. Tales cosas perjudican o, literalmente, atan al creyente. Los consejos que dicen: “está bien enojarse”, o “es culpa de tu cónyuge”, o incluso, “simplemente tienes que alejarte de esto y comenzar de nuevo” no son de Dios sino del diablo y del mundo.
Si te has estado preguntando dónde está tu alivio y cuándo llegará la respuesta, y has comenzado a cuestionar a Dios, tu falta de alivio puede tener más que ver con tu entendimiento del tiempo que del Suyo. Hay dos elementos para la completa voluntad de Dios: dirección y tiempo. Equiparar las dos es necio, si no peligroso, y es ciertamente frustrante. 
Hasta que haya una unión entre la dirección de Dios y el tiempo, Su voluntad no está completa. Una pareja joven está enamorada y ha determinado que la voluntad de Dios es que se casen. Ellos asumen eso porque se van a casar de todas formas, ¡por qué no ahora! Tienen dieciséis años, todavía no se han graduado del bachillerato, no tienen trabajo ni habilidades comerciales, pero insisten que es la voluntad de Dios. Han cometido el error de equiparar la dirección de Dios con el tiempo de Dios.
La armonía matrimonial es obviamente la voluntad de Dios para cada pareja, pero eso no significa que automáticamente vendrá de la manera y a la hora que ellos quisieran. 
Sandra y su esposo han estado casados felizmente por veintisiete años. (La verdad es que han estado casados por más de treinta y cinco años.) Por supuesto que con esto se está bromeando para ilustrar un punto. Dentro de la voluntad y el tiempo de Dios, a este esposo (cabeza dura) le tomó tiempo rendirse al Señor. Era la voluntad de Dios que se casaran, pero el Señor sabía que le llevaría bastante tiempo prepararlos para recibir las bendiciones matrimoniales que disfrutan hoy.
Sí, Cristo oró por tu unión, a pesar de tu frustración por la demora, Él sigue orando. Aun ahora está intercediendo por ti en tu pobreza y necesidad. Tu fe no es tan importante como Su fe, y Su fe es abundante para ti. Hay esperanza.
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jueves, 7 de julio de 2016

Obedezcan a sus dirigentes y sométanse a ellos, pues cuidan de ustedes como quienes tienen que rendir cuentas

RECUERDA Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6




DESCARGANDO una TIRANÍA malvada

¿NO LO ENTIENDES? SOY TU PASTOR... ¡¡¡OBEDECE Y NO DISCUTAS...!!!

Hace varios meses, (habla David) me reuní con una pareja joven que estaba buscando un consejo concerniente a un asunto muy importante. Su problema no tenía una respuesta fácil, pero hice lo mejor que pude para darles cierta dirección. Su respuesta a todo lo que yo decía era instantánea y abrumadoramente positiva. En lugar de sentirme excepcionalmente listo o espiritual, me sentía incómodo. ¡Mi consejo no era tan bueno! Empecé a tener la sensación de que sin importar lo que yo dijera, ellos estarían de acuerdo, y además, probablemente harían cualquier cosa que yo dijera.

Por favor comprende mi vacilación: Esta pareja era brillante, inteligente y bastante exitosa en su profesión. Entonces ¿qué estaba mal con ese panorama? Me di cuenta de que cuando se trataba de asuntos espirituales, de alguna manera ellos ponían su mente en «pausa». Me di cuenta de que la responsabilidad total para discernir y decidir había sido entregada al pastor: en este caso, a mí.

Las cosas empezaron a aclararse cuando empecé a preguntar sobre la historia espiritual de la pareja. Era un evidente abuso espiritual bajo un pastor cuyas «palabras vienen de Dios».

  • Cuestionarlo y desobedecerlo significaba cuestionar y desobedecer a Dios. 
  • «No toquen a mis ungidos» era el lema que más se repetía si alguien no estaba de acuerdo con él. 
  • Cualquiera que sugiriera que algo estaba mal, rápidamente se convertía en «el problema».

Como para demostrar la magnitud del poder de tal sistema, los residuos de esta predisposición mental se aferraban a estas personas, aun cuando ya hacía tiempo que habían escapado de eso.

Estaban dispuestos a someterse ciegamente a una figura de autoridad (a mí), y a aceptar mis palabras solo basados en mi posición.

Personas con inteligencia en todas las demás facetas de su vida se volvían plastilina cuando se llegaba la hora de discernir cosas espirituales. Esa responsabilidad me la entregaron. ¿Por qué? Porque soy el pastor, y ya.

Autoridad ILEGÍTIMA
«Porque soy TU pastor, ¡y ya!». 

Las palabras salen inflexibles; su significado penetra: «¡Cómo te atreves a dudar de mí?». «¿Estás cuestionando mi autoridad?». «No seas un buscapleitos». «Mantén la paz». «Sométete a tus ancianos».

Los versículos de las Escrituras se vienen a la mente con rapidez en aparente apoyo a un cierto tipo de obediencia y sumisión ciegas.

Hebreos 13:17: «Obedezcan a sus dirigentes y sométanse a ellos, pues cuidan de ustedes como quienes tienen que rendir cuentas».
Romanos 13:1-2: «Todos deben someterse a las autoridades públicas, pues no hay autoridad que Dios no haya dispuesto, así que las que existen fueron establecidas por él. Por lo tanto, todo el que se opone a la autoridad se rebela contra lo que Dios ha instituido. Los que así proceden recibirán castigo».

Con estos pasajes resonando en nosotros, nos decimos:

  • Creo en la Biblia. 
  • Quiero ser obediente. 
  • Él es el pastor, el apacentador, el siervo de Dios, su portavoz. 
  • Él debe saber más que yo. 
  • En realidad yo debo estar fuera de lugar. 
  • Debo estar equivocado en esto. 
  • ¿Quién soy yo para cuestionar? 
  • Creo que más me vale seguir la corriente. ¿Por qué? Porque él es el pastor, y ya.

Esta manera de pensar es un síntoma de vivir bajo un liderazgo que legisla y demanda obediencia a la autoridad. Descansa sobre una base falsa de autoridad.

Jesús confrontó la autoridad falsa de su tiempo:
Entonces Jesús habló a la muchedumbre y a sus discípulos, diciendo: Los escribas y los fariseos se han sentado en la cátedra de Moisés (Mateo 23:1 LBLA).

La «cátedra de Moisés» a la que Jesús se refería desde luego que literalmente no es una silla, sino un «asiento de autoridad».

Por ejemplo:

  • La «cátedra» del departamento de filosofía en una universidad no es una silla, sino un lugar o posición de autoridad que se ganó en ese departamento. 
  • «Silla» en griego es cátedra. 
  • El latín tomó esa palabra y la hizo una frase, ex cátedra, que significa «hablar desde un lugar de autoridad». 
  • Si yo digo ex cátedra, usándola para colocarme en una posición por encima de la tuya, lo que yo te digo te ata. La razón por la que te ata es porque yo hablo ex cátedra. Hablo desde el asiento de autoridad.

La confrontación de Jesús es doble.

  • Primero, señaló que «ellos se han sentado» en la posición de Moisés; una posición que solo Dios da. Esos hombres habían tomado la autoridad por sí mismos, no les había sido dada. 
  • Segundo, la única base que tuvieron para arrebatar esa autoridad fue su posición o rango de escribas y fariseos. 
En otras palabras, su autoridad no estaba fundada en el hecho de que fueran sabios, juiciosos y auténticos. Estaba basada exclusivamente en el hecho de que estaban en una posición de autoridad.

Piensa en esto por un momento. ¡Qué bien! Este es un sistema que te permitirá tener el control, incluso si eres un fariseo cuya santidad exterior esconde un corazón vacío, un escriba experto en nada menos que en el aburrido desempeño religioso, un pastor que no quiere ver en su interior o un anciano que no quiere que otros sepan que hay problemas graves en su propia familia.

Una actitud exasperante
El uso del rango, la posición, el estatus o el título como base de la autoridad espiritual nos recuerda la actitud exasperante hacia el papel de las mujeres en la iglesia, un residuo, creemos, del antiguo sistema de gobierno hebreo.

En Israel, el criterio para el liderazgo y la autoridad se basaba en tres cosas:

  1. El primer criterio era la edad: Tenías que ser de edad avanzada. 
  2. Segundo, el género: Tenías que ser varón. 
  3. Y tercero, la raza: Tenías que ser hebreo. 
Obviamente, era un gran sistema para los varones hebreos de edad avanzada. En ese sistema, no tenías que tener la razón, ser sabio, amable, juicioso, dirigido por el Espíritu ni piadoso. Si eras una mujer gentil joven, no importaba que fueras sabia, amable, juiciosa o dirigida por el Espíritu. No tenías autoridad porque no encajabas con el criterio externo.

Pero fíjate en Hechos 2. El Espíritu Santo vino e hizo pedazos ese sistema cuando la profecía de Joel se cumplió en Pentecostés.

«Derramaré mi Espíritu sobre todo el género humano. Los hijos y las hijas de ustedes profetizarán, tendrán visiones los jóvenes y sueños los ancianos. En esos días derramaré mi Espíritu aun sobre mis siervos y mis siervas, y profetizarán (vv. 17-18).

Después, en el nuevo pacto, vemos que Jesús estableció una nueva base de autoridad. Ya no es la edad, el género o la raza. Ahora está basada en la evidencia del Espíritu Santo dentro de ti.

Se requieren atributos como:

  1. madurez, 
  2. sabiduría, 
  3. santidad genuina y 
  4. conocimiento verdadero para evidenciar la marca de la autoridad de Jesús. 
«Porque lo digo yo» ya no da resultados. «Porque soy el pastor» no es suficiente.

Así que, si la base de autoridad es solo que mantengo un cargo, tengo una base de autoridad falsa.

Tomemos una perspectiva bíblica sobre la verdadera autoridad espiritual considerando algunos ejemplos de aquellos que la demostraron.

  • El primero es Moisés. Moisés demostró muy bien la autoridad de alguien que llegó a conocer a Dios a través de una relación personal. De hecho, fue precisamente su autoridad la que los escribas y fariseos estaban alardeando que tenían. Para ellos, Moisés era la autoridad. Pero su autoridad ni siquiera era de él. Solo porque Moisés hiciera un pronunciamiento no significaba que automáticamente estuviera fundado en la autoridad. Su autoridad venía del hecho de que verdadera y claramente le decía a la gente exactamente lo que Dios le decía. Si Dios le hubiera pedido a Moisés que dijera algo, y él lo hubiera cambiado, haciéndolo de cierto modo distinto, no habría tenido autoridad. La única autoridad legítima que Moisés tenía era cuando se limitaba a decir lo que Dios le pedía que dijera. ¿Qué significa esto? Significa que la autoridad estaba en la verdad, no en Moisés. No era porque Moisés era Moisés, alguien superior, mejor, más poderoso que otros, sino porque hablaba la verdad. Debido a que Moisés era un siervo que hacía lo que Dios le pedía que hiciera, sin importar el costo, caminó en lo que es la única base apropiada de la autoridad espiritual. De Moisés, debemos sacar esta conclusión: Aunque la gente pueda honrarnos con una posición de liderazgo, no tenemos autoridad a los ojos de Dios solo porque nos nombren pastor, anciano o presidente. 
Para tener autoridad:

  • vamos a tener que hablar la verdad. 
  • Para tener autoridad, vamos a tener que ser sensibles al Espíritu. 
  • Para tener autoridad, vamos a tener que ser sabios y buscar conocer y decir lo que Dios dice de manera clara y precisa.

¿Es posible que haya una persona que tenga un historial así de sólido de dirigir y gobernar con la autoridad de Dios? Sí, pero es poco frecuente. ¿Es posible que un grupo pequeño de ancianos pueda tener un historial así ante un grupo de personas? Sí, pero otra vez esto es poco frecuente.

La cuestión es que también es posible que Dios hable, de algún modo, mediante su Espíritu, a través de cada hombre y mujer de determinado cuerpo, contribuyendo con diversas facetas de la voluntad de Dios, de modo que los líderes puedan obtener un panorama aun más claro de lo que Dios quiere llevar a cabo. En realidad, esto es lo que Hechos 2 indica.

El siguiente ejemplo es Timoteo.

  • Timoteo era el pastor de la iglesia de Éfeso, una iglesia grande que Pablo antes dirigía. Timoteo estaba pasando por dificultades para establecer la autoridad en su ministerio. Seguir al apóstol Pablo en el pastoreo sería una tarea formidable para cualquiera, pero para Timoteo era algo particularmente problemático. Al no tener algunas de las cualidades de liderazgo instintivas y agresivas que Pablo tenía, Timoteo estaba siendo superado por fuertes influencias negativas en la iglesia. Las epístolas de Primera y Segunda de Timoteo son cartas de Pablo para Timoteo donde le instruye sobre cómo tratar con el problema. En ningún momento Pablo sugirió que Timoteo sacara el pecho y anunciara valientemente: «¡Yo soy el pastor!». No. Le dijo cosas como esta: «Esfuérzate por presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse y que interpreta rectamente la palabra de verdad» (2 Timoteo 2:15). Es como si Pablo se llevara a Timoteo aparte y le dijera: «Hijo, tendrás autoridad cuando interpretes correctamente la palabra de verdad. No la tendrás por hablar fuerte. No la tendrás por proyectar tu peso eclesiástico por todas partes. Si quieres autoridad, descifra lo que Dios ha estado diciendo a través de su Palabra, dile a la gente lo que dice la Palabra, y tu autoridad se fundamentará en esto».

En 2 Timoteo 3:14-17, Pablo dijo:
Pero tú, permanece firme en lo que has aprendido y de lo cual estás convencido, pues sabes de quiénes lo aprendiste. Desde tu niñez conoces las Sagradas Escrituras, que pueden darte la sabiduría necesaria para la salvación mediante la fe en Cristo Jesús. Toda la Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir y para instruir en la justicia, a fin de que el siervo de Dios esté enteramente capacitado para toda buena obra.

O en palabras más sencillas:
«Si quieres saber qué decir, acude a las Escrituras. Sonarás inspirado, como que sabes de qué estás hablando. Descifra lo que Dios dice. Timoteo, esa es la base de tu autoridad. A la gente dale la Palabra. Dile a la gente la verdad».

¿Es posible que una persona o un grupo de líderes, comprendan absolutamente todo lo que hay en la Palabra de Dios? No es probable.

La Palabra de Dios viva se demuestra a través de todos los que están buscando a Dios, no importa el «rango» que tengan.

En algunas cosas de la vida, muchas quizá, los que están en las bancas de la iglesia tendrán una autoridad más genuina por haber probado y vivido por completo la Palabra de Dios en situaciones por las que Dios nunca permita que el pastor atraviese.

Si Cristo es el apacentador del rebaño, yo como pastor debo escuchar lo que me está diciendo a través del rebaño, pues yo también soy uno de sus seguidores.


  • Pablo es un tercer ejemplo. Mientras hacemos bien en aceptar como legítimo todo lo que Pablo dijo en las epístolas, el mismo Pablo advirtió que no solo porque él dijera algo era cierto. En Gálatas 1:8 dijo: «Si alguno de nosotros o un ángel del cielo les predicara un evangelio distinto del que les hemos predicado, ¡que caiga bajo maldición!». Es como si Pablo estuviera diciendo: «Escuchen, gálatas. Si comienzo a torcer este evangelio, no me escuchen. Como saben, la autoridad no está en mí. Tendré autoridad mientras hable la verdad. La autoridad no es automáticamente parte de una persona. La autoridad está en la verdad».
  • El ejemplo final es Jesús. Una de las reacciones más comunes de las personas que escuchaban a Jesús cuando enseñaba era el asombro. Se maravillaban porque nunca habían escuchado una enseñanza con tanta autoridad. Era diferente a la enseñanza de los escribas y fariseos. Lo que notaban era la autoridad. 

Autenticidad
Estos son cuatro grandes retratos para relacionar con los textos que registramos anteriormente. Hombres como Moisés, Timoteo, Pablo y Jesús podrían autentificar con las fibras de su vida que su autoridad venía de Dios.

En este contexto deberíamos considerar pasajes como Romanos 13:1-2: Es decir, si alguien se rebela contra una autoridad viva, demostrada, auténtica, que a todas luces es el resultado de una vida sometida a Dios, está oponiéndose al gobierno de Dios. Esto no significa que un líder puede tomar la actitud: «Yo lo dije, y soy la autoridad, así que debe estar correcto. E incluso si estuviera equivocado, debes someterte, porque someterte a mí es lo mismo que someterte a Dios».

Nos sometemos a una autoridad cuando esta demuestra autenticidad.
Aun en la actualidad tenemos líderes que son como los escribas y fariseos que dicen: «Tengo autoridad porque estoy sentado en la silla de autoridad. Te hablo ex cátedra, lo que te obliga a que aceptes y obedezcas todas mis palabras».

Debido a que los escribas y fariseos no tenían autoridad real, tenían que hacer valer su posición. Olvidaban o ignoraban el modelo que Jesús proporcionó cuando él se presentó y habló la verdad. Olvidaban que la base de la autoridad de Jesús no era un cargo, rol o posición, porque Jesús no tenía ninguna de estas cosas.

Siempre y dondequiera que veamos un sistema o a una persona adoptando una postura o asumiendo una posición de autoridad basada exclusivamente en el rol, el cargo o la posición, estamos tratando con una base falsa de autoridad. Si la autoridad espiritual de una persona descansa en el simple hecho de «Yo soy el pastor», hay grandes posibilidades de que haya tomado esa postura porque no tiene una autoridad genuina.

Vamos a ver al mago
Muchos recordarán la historia del «Mago de Oz». Es curioso, pero podemos llegar a comprender bien la autoridad espiritual con este cuento popular.

Dorothy, el Espantapájaros, el Hombre de Hojalata y el León Cobarde van a ver al Mago porque tienen la convicción que este tiene el poder de darles lo que ellos necesitan.

  • Dorothy necesita regresar a su casa; 
  • el Espantapájaros necesita un cerebro; 
  • el Hombre de Hojalata necesita un corazón; y 
  • el león necesita valor. 
El mago los envía a buscar el palo de la escoba de la Bruja Malvada del Oeste. Si llevan el palo de escoba, les dará lo que necesitan. Ellos cumplen con su misión derritiendo a la bruja y consiguiendo el palo de escoba; después regresan a la casa del mago para pedirle que cumpla su promesa. Pero, de hecho, no está esperando su regreso, y se siente bastante incómodo cuando se le pide que cumpla su promesa.

Nuestros héroes entran a la enorme cámara donde el Mago de Oz conduce sus asuntos. El Mago de Oz en persona los enfrenta cara a cara. Tenía una cabeza grande y espeluznante, no la de una persona común, y un rostro con expresión grave, rodeado de ondeante humo y de fuego, y mucho ruido.

Con un rugido estruendoso, el Mago demanda saber cómo es que aquellos cuatro se atreven a retarlo. Aquí está el asunto: En este momento es cuando el perro de Dorothy salta a un cuarto pequeño y hala una cortina, y lo que se les revela es un simple hombre de carne y hueso que durante mucho tiempo había estado escondiéndose tras una máscara de poder.

Operaba detrás de una cortina, moviendo palancas, haciendo humo, fuego y ruido. El resultado parece impresionante pero solo es una fachada. Aun cuando quedó descubierto, ruge: «¡No le hagan caso al hombre que está detrás de la cortina!».

El «Mago» en realidad es una persona que abusa del poder. Controla a toda una ciudad con una fachada que adopta una postura de poder y castiga a la gente por notarlo. En un reino donde el problema era que el Mago no podía cumplir sus promesas, Dorothy y su equipo se convirtieron en el problema por haber notado que había un problema.

Es triste pensar con cuánta frecuencia los religiosos influyentes controlan sus reinos espirituales con fachadas de poder. Vierten sobre las personas versículos bíblicos sobre autoridad, sumisión, juicios, prosperidad o el fin de los tiempos. Penalizan a las personas por notar que «el hombre detrás de la cortina» es solo humano, sin ninguna autenticidad ni autoridad.

Como una última lección exasperante de la historia, después de que todo se ha dicho y hecho, el Mago les dice: «Ustedes tienen lo que han estado buscando». Lo habían arriesgado todo por lo que ya tenían.

En demasiadas familias e iglesias cristianas, a los cristianos se les dice que salten a través de los aros del desempeño espiritual para ganarse la aprobación de Dios; algo que ellos ya tienen gratuitamente gracias a la muerte de Jesús en la cruz.

Conclusión
Si el poder y la autoridad falsos fueran los únicos elementos de la fachada de un líder abusivo, sería fácil ubicarlos.

De hecho, en algunos se nota. Pero hay otro elemento de la fachada que ocasiona que muchísimas personas suspendan el buen juicio y el discernimiento espiritual, para pasar de una espiritualidad segura, auténtica, dadora de vida a una simple conformidad externa.

Ahora desviamos nuestra atención a este elemento: el uso indebido de la confianza.

Hipocresía:
Fingimiento de cualidades o sentimientos contrarios a los que verdaderamente se tienen o experimentan.

Otra característica de los líderes espirituales falsos es que intentan proyectar virtudes o cualidades que no tienen. Y para ellos mismos tienen un conjunto de reglas diferentes a las de todos los demás. Son hipócritas.
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