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martes, 26 de marzo de 2019

Nuestra inclinación natural es hacer pagar con la misma moneda y devolverle “mal por mal” al agresor

PARA RECORDAR ... El que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6



 
El amor cristiano se pone en práctica

2 Tesalonicenses 5:14–15.
 El trabajo de un pastor tiene el propósito de fortalecer y amonestar. Sin embargo, los miembros de una congregación, también pueden hacer mucho para corregirse y ayudarse los unos a los otros.

Anteriormente en la carta, Pablo había exhortado a los tesalonicenses a no rechazar el trabajo manual como algunos de los griegos lo hacían, sino a trabajar “con vuestras manos” para no tener “necesidad de nada” (4:11, 12). Si alguno continuaba viviendo la vida “ociosa” de un haragán, los miembros de la congregación le debían advertir que estaba viviendo en pecado. La segunda carta de Pablo a los tesalonicenses indica que algunos no escuchaban aun después de haberlos amonestado. Lo que debía hacer la congregación en estos casos, se indica con detalle en 2 Tesalonicenses 3.

Algunos de los miembros eran “de poco ánimo”, es decir, los tímidos y deprimidos. Anteriormente en la carta se mencionan dos cosas que podrían haber sido la causa de esa acitud: la persecución y la aflicción. Sin embargo, no importa cuál sea la causa, Pablo insta a los miembros de la congregación a dirigir palabras de consuelo y de aliento a aquellos cuyo espíritu estaba casi quebrantado y que estaban listos a darse por vencidos.
Otra forma de practicar el amor cristiano era la de prestar ayuda a los que eran débiles por causa de alguna enfermedad corporal o de invalidez. Literalmente la palabra griega para “sostener” quiere decir “aferrarse a”. Las personas con enfermedades físicas de cualquier clase tienen una carga especial que sobrellevar, necesitan la ayuda de los hermanos en Cristo para sobrellevar esa carga, y toda la ayuda que podamos prestar no sólo es muy apreciada por el “débil”, sino que es observada por Cristo como si la hubiéramos hecho por él. En Mateo 25:40, él dice: “De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí me lo hicisteis”.

La paciencia con otros es un fruto de la fe. La inmensa paciencia del Señor para con nosotros con todos nuestros pecados y flaquezas es una experiencia diaria. Nuestros hermanos en la fe tienen debilidades y características que algunas veces nos pueden irritar. El amor de Dios en Cristo nos da la paciencia que necesitamos para vivir y trabajar con ellos en una congregación.
Además, Pablo hace ver que la paciencia no ha de ser sólo con los hermanos en la fe, sino con “todos”. Dios en su paciencia no derriba al incrédulo inmediatamente, sino que le da un tiempo más largo para que se arrepienta. Debido a que nosotros, gracias a la misericordia de Dios, ya vivimos en el arrepentimiento, debemos ser motivados a practicar esta misma paciencia.

La venganza es una fuerza poderosa que empuja el corazón de toda persona a causa del orgullo y del egoísmo de la naturaleza pecaminosa con la que nacimos. Por lo tanto, cuando alguien nos hace mal, nuestra inclinación natural es hacerle pagar con la misma moneda y devolverle “mal por mal”. Pero lo que es natural para nuestra naturaleza pecaminosa es contrario al nuevo espíritu que ha creado en nosotros el Espíritu Santo. En lugar de la venganza, este nuevo espíritu nos encamina a seguir las instrucciones de nuestro Salvador, de amar a nuestros enemigos y de hacerles el bien a todos los que pecan contra nosotros.

Sin embargo, este nuevo espíritu es a menudo débil y la naturaleza pecaminosa se impone con facilidad en los momentos de debilidad. Por lo tanto, Pablo quiere que nos preocupemos los unos de los otros en este asunto.

Si vemos a un hermano o hermana que busca la venganza, debemos asegurarnos de ayudarle a reprimir el viejo Adán y a dejar de tratar de devolver “mal por mal”.

En cambio, Dios quiere que sigamos “siempre lo bueno unos para con otros”. Solamente el amor de Cristo por nosotros nos puede motivar a llevar esa vida de bondad. Efesios 4:32 lo dice bien: “Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como también Dios os perdonó a vosotros en Cristo”.
3 ¡Que nadie los desoriente en modo alguno! Es preciso que primero se produzca la gran rebelión contra Dios y que se dé a conocer el hombre lleno de impiedad, el destinado a la perdición, 4 el enemigo que se alza orgulloso contra todo lo que es divino o digno de adoración, hasta el punto de llegar a suplantar a Dios y hacerse pasar a sí mismo por Dios. 2 Tesalonicenses 2.3–4

Ocho imperativos que se suceden uno a otro.. el camino de la verdadera libertad y de la felicidad.

PARA RECORDAR ... El que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6



 
Modelar la vida conforme a la voluntad de Dios En un instante tenemos ocho imperativos que se suceden uno a otro. Con ocho mandatos Pablo nos hace repasar lo que es “la voluntad de Dios” para nosotros “en Cristo Jesús”. Estas no son pautas hechas por el hombre, sino que son de Dios mismo.

El mundo se puede burlar de muchas de estas normas como si no tuvieran sentido, o como si fueran imposibles, o como algo que restringe demasiado la libertad de la persona, pero para los que están “en Cristo Jesús”, son normas vitales y son el camino de la verdadera libertad y de la felicidad.

Podría parecer imposible llevar una vida en la que uno esté “siempre gozoso”. Es fácil estar gozoso en los buenos tiempos, pero ¿cómo podría estarlo en todas las pruebas y tribulaciones que nos causan aflicción?

Para la persona que le pertenece a Cristo por la fe, hay gozo aun en la tristeza. ¿Por qué? Porque los creyentes saben que Cristo gobierna los cielos y la tierra, y así la tristeza que entra en nuestra vida no es un asunto del destino que sea difícil de entender.

Cualquier cosa que nos cause tristeza es algo que nuestro Salvador permitió que llegara sólo para servir a nuestro bien. Las aflicciones nos acercan más a él (Romanos 5:3–5); las aflicciones purifican nuestra fe así como el oro se refina con el fuego (1 Pedro 1:7); nos dan oportunidades de confesar ante otros la esperanza que hay en nosotros (1 Pedro 3:13–15). Sin embargo, hay algo que la aflicción no puede hacer; nunca, jamás nos podrá separar del amor de Dios (Romanos 8:39). El Espíritu de Dios nos ayuda y ora por nosotros en nuestras debilidades. Además, sabemos que Dios cumplirá sus promesas de velar por nosotros y de cuidarnos en las tristezas.


Así que podemos gozarnos “profundamente” cuando nos hallamos “en diversas pruebas” (Santiago 1:2). Había muy poco en la antigua iglesia cristiana en que la mayoría de los cristianos modernos encontrarían mucho gozo. Los creyentes eran perseguidos y la mayoría de ellos eran pobres. Aun así aquellos antiguos cristianos tenían un gozo en Cristo que nada ni nadie les podía quitar.


También podría parecer imposible y hasta absurdo para la mayoría de la gente que uno deba orar “sin cesar”, es decir, continuamente. ¿Cómo puede una persona orar sin cesar, sin descansar, al menos para comer y dormir?


Cuando Pablo exhorta a la oración constante, no está sugiriendo que nos sentemos a toda hora con las manos juntas y con la cabeza inclinada en una oración consciente. Los cristianos ya sea consciente o inconscientemente encomiendan todas las cosas en todos los tiempos al Señor, que es quien cuida de nosotros. Cuando por la fe este es el espíritu interior de una persona, también lo expresará externamente en palabras de petición, alabanza y gratitud.


A menudo acudimos rápidamente a Dios para pedirle las cosas que necesitamos, pero después nos olvidamos de agradecerle cuando él responde a nuestra petición. Diez leprosos se acercaron a Jesús pidiéndole que los sanara. ¡Sólo uno regresó a darle gracias! Que la triste pregunta de Jesús: “Y los nueve, ¿dónde están?” (Lucas 17:17) nos recuerde cuánto le agrada a él recibir nuestra gratitrud. No nos olvidemos nunca de agradecerle por todas sus bendiciones.


Nuestra gratitud no debe estar limitada a las palabras; también la podemos expresar “en todo”, es decir, en todas las circunstancias con nuestros actos. “Todo lo que hacéis”, escribió Pablo en Colosenses 3:17, “sea de palabra o de obra, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él”. La madre cristiana que cuida de sus niños, limpia la casa, prepara la comida y remienda la ropa, está expresando su gratitud a Dios en todas estas acciones. Y como las hace en su condición de hija de Dios, que se regocija en su Salvador, su tarea más sencilla es un acto de fe que Dios mira como una expresión de verdadera gratitud. Así es como sucede con las acciones más sencillas de todo cristiano, ya sea de obrero, campesino, hombre de negocios, empleado, policía o secretario. Sea que comamos o bebamos, cualquier cosa que hagamos, Dios quiere que todo lo que hagamos sea para su gloria. Así es cómo le damos “gracias en todo”.
Pablo en seguida instruye: “No apaguéis el Espíritu”. El fuego que el Espíritu ha encendido en nosotros es el fuego de la fe. Nuestra llegada a la fe fue un milagro, en el que no tuvimos ninguna parte. Sin embargo, una vez que creemos, tenemos un hombre nuevo en nosotros que nos capacita para pelear “la buena batalla” de la fe (2 Timoteo 4:7) y para ocuparnos en nuestra “salvación con temor y temblor” (Filipenses 2:12) en cooperación con el Espíritu Santo de Dios.
Dios quiere que “crucifiquemos” nuestra naturaleza pecadora con sus pasiones y sus deseos y “andemos también por el Espíritu” (Gálatas 5:25). Con este fin Dios nos da los medios de gracia: la Biblia y los sacramentos del bautismo y la Santa Cena. A través de estos medios, el Espíritu Santo fortalece nuestra fe y renueva nuestro celo para que vivamos según el nuevo hombre. Entonces, no usar la Palabra y los sacramentos sería rebeldía y le daría al viejo Adán la delantera y de este modo se apagaría el fuego del Espíritu.
Esto lo subraya Pablo con la siguiente advertencia. El término “profecías” se refiere a la palabra revelada de Dios. Un profeta es simplemente uno que le transmite un mensaje de Dios al hombre. La Biblia está compuesta de numerosas “profecías” que Dios dio “muchas veces y de muchas maneras” (Hebreos 1:1).
La palabra que se traduce como “menospreciar” también quiere decir “quitarle toda autoridad”. Cuando se usa con la palabra “profecías” pone de manifiesto la negativa a reconocer las palabras de las Escrituras como la palabra inspirada de Dios. Hoy en día, muchos consideran que la doctrina de la inspiración verbal es imposible y absurda, tratando gran parte de la Biblia con desprecio al colocarla a la par con la palabra del hombre. Desconocen según su gusto versículos, capítulos y libros enteros. Pablo nos exhorta a no hacer nunca lo que ellos hacen, para que el castigo de Dios, del que se habla en Apocalipsis 22:18 y 19, no caiga sobre nosotros: “Yo advierto a todo aquel que oye las palabras de la profecía de este libro: Si alguno añade a estas cosas, Dios traerá sobre él las plagas que están escritas en este libro. Y si alguno quita de las palabras del libro de esta profecía, Dios quitará su parte del libro de la vida, y de la santa ciudad y de las cosas que están escritas en este libro.”
El apóstol añade que la vida cristiana es una vida de continuo examen de todas las cosas. La palabra “examinadlo” es la palabra griega que se usa para probar la pureza de objetos como el oro y la plata. Si se encuentra alguna impureza en estos metales preciosos, no pasan la prueba. La norma que Dios quiere que usemos es su palabra pura. El cristiano debe examinarlo “todo” de esta manera. “Todo” incluye todo lo que se enseñe como la voluntad de Dios (la ley) y todo lo que se proclame acerca de la bondad y de la misericordia (el evangelio) de Dios. Hemos de estar pendientes buscando constantemente cualquier impureza humana que pueda ser introducida a las preciosas verdades que Dios ha revelado. Todo lo que nos ocurra en la vida diaria, lo debemos examinar a la luz de la palabra de Dios.
Una vez que hayamos probado la autenticidad, debemos actuar con la base en lo que hemos encontrado. Si encontramos que lo que estamos examinando es “bueno” según la norma de la palabra de Dios, entonces nos debemos “aferrar” a esto. La decisión final que tomemos no se debe basar en si algo funciona o si puede efectuar algunos buenos resultados, sino solamente en si está de total acuerdo con las Escrituras o no. Nos debemos aferrar bien a las cosas buenas para que nadie que interfiera consiga que las soltemos.
Por otra parte, si encontramos que algo es “malo” por naturaleza, nos debemos “abstener” de eso, es decir, lo debemos evitar. La palabra “abstenerse” literalmente quiere decir “mantenerse uno mismo muy lejos”. Dios quiere que consciente y constantemente pongamos una gran distancia entre nosotros mismos y cualquier cosa que esté en conflicto aun de una manera pequeña, con su Palabra pura. ¿Por qué? Porque “un poco de levadura fermenta toda la masa” (Gálatas 5:9). Un poquito de impureza mezclada con la verdad de Dios destruirá al fin y al cabo la verdad e inducirá de un error a otro.
Notemos que Pablo insiste en que debemos evitar “toda especie” de mal. Debemos huir no solamente de una clase de mal sino de toda forma de impureza que Satanás pueda inventar.
Es una lista formidable de mandatos la que Pablo escribió aquí por inspiración del Espíritu. Un escritor las ha llamado las joyas que coronan la vida del cristiano. Son la pauta que Dios nos da a nosotros para nuestro bien ahora y eternamente. Léalas una vez más lentamente, y deje que se graben en su mente para que las recuerde. Después, con la ayuda del Señor, ¡salga y vívalas!
Hermanos, rueguen también por nosotros. Saluden con un beso fraterno a todos los hermanos. Y les suplico encarecidamente por el Señor que esta carta sea leída a todos ellos. 1 Tesalonicenses 5.25–27

viernes, 22 de marzo de 2019

SER AUTENTICO, ES UNA BENDICIÓN?

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PARA RECORDAR ... El que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6





La bendición de ser auténtico  ...

La bendición de ser auténtico
     
Saúl vistió a David con sus ropas, puso sobre su cabeza un casco de bronce y lo cubrió con una coraza. Ciñó David la espada sobre sus vestidos y probó a andar, porque nunca había hecho la prueba. Y dijo David a Saúl: No puedo andar con esto, pues nunca lo practiqué. Entonces David se quitó aquellas cosas. 1 Samuel 17.38–39

Un mal que frecuentemente vemos en nuestras iglesias es la tendencia a la imitación. Un evangelista conocido golpea su Biblia y camina por la plataforma durante sus predicaciones, y seguramente veremos la aparición de otros evangelistas que golpean sus Biblias y caminan de la misma forma.

Un músico de renombre usa ciertas frases para motivar al pueblo, y al poco tiempo encontramos que las mismas frases se repiten donde quiera que vayamos. Un famoso pastor viste un traje blanco con zapatos negros, y pronto nos vemos rodeados de predicadores con trajes blancos y zapatos negros.

Lo que revela este fenómeno es nuestra tendencia a creer que la bendición de Dios está en las formas, y no en la persona que está detrás del ministerio. Creemos que atrapar las manifestaciones externas asegura la bendición que ha acompañado el ministerio del otro.

Cuando David se ofreció para enfrentar a Goliat, Saúl se mostró escéptico: «tú eres un muchacho, mientras que él es un hombre de guerra desde su juventud». El hijo de Isaí, sin embargo, estaba decidido a proseguir con su cometido. Frente a su insistencia, el rey decidió prestarle su equipo de guerra. Quizás por respeto, el joven pastor de ovejas se colocó la pesada armadura y empuñó la espada, pero encontró que eran demasiado incómodas como para serle útiles. Optó entonces por las herramientas que utilizaba todos los días, el callado y la honda.

Existe un principio importante detrás de este incidente. 
Si el Señor va a usar a una persona, será con las habilidades que Dios le ha dado y no con las habilidades que le ha dado a otros. La iglesia no necesita de réplicas. Necesita de hombres y mujeres que sean fieles con lo que han recibido. Si usted se esfuerza por ser lo que no es, nadie podrá reemplazar el lugar que usted deja vacío. Dios lo capacitó a usted para ocupar ese lugar.

No se avergüence de ser lo que es, ni de las herramientas que tiene a mano. Quizás no sean tan impresionantes como las que otros tienen, pero son las herramientas que le han sido útiles en el pasado.

No pida disculpas por ser de la manera que es. La bendición del Señor descansa sobre su vida cuando usted es genuinamente lo que Dios le ha mandado a ser. Ninguna imitación podrá ser tan buena como el original. Levante la frente y avance confiado. ¡Dios está con usted!


REFLEXIONE:
  • ¿Conoce las herramientas que Dios le ha dado para que ejerza el ministerio encomendado? 
  • ¿Cómo puede desarrollar mejor los dones que ha recibido? 
  • ¿Cuáles cree que serían las consecuencias de desarrollar el ministerio con herramientas prestadas?
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jueves, 21 de marzo de 2019

¡VETE A TU CASA!, A LOS TUYOS

PARA RECORDAR ... El que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6






¡VETE A TU CASA!, A LOS TUYOS

Este siempre fue el principio enseñado por Jesús para dar testimonio de todo aquello que ha sido en y para nosotros una experiencia de bendición espiritual, intelectual, material, visual, o física.   Por ejemplo, cuando Jesús regresó al cielo, le dijo a sus discípulos “y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra” (Hechos 1:8).  Jerusalén, era la ciudad donde fue crucificado y resucitado Jesucristo, y donde se reunieron los discípulos después de la resurrección de Jesucristo, y donde nació la primera iglesia local de nuestro Señor Jesucristo.   Por eso, la instrucción fue que comenzaran testificando en “Jerusalén”, luego que siguieran testificando sobre Jesús resucitado en todo el estado que se llamaba “Judea”, y luego que extendieran su testimonio al siguiente estado vecino que se llamaba “Samaria”, y ya entonces que continúen el proyecto de testificar “hasta lo último de la tierra”.  Es evidente que Jesús quiso que comenzaran de adentro hacia afuera.
    En el caso de la historia que nos ocupa en esta ocasión, encontramos que un hombre transformado por el poder de Jesucristo “le rogaba (a Jesús) que le dejase estar con él” (v. 18), es decir, por gratitud quería andar con Jesús como discípulo a donde quiera que él fuese entre los pueblos y ciudades de las provincias de Palestina, San Marcos nos cuenta que “Jesús no se lo permitió, sino que le dijo: Vete a tu casa, a los tuyos” (v. 19ab).   Esta instrucción es una clara expresión de que no se debe comenzar primero desde afuera para regresar hacia adentro con la familia, sino que se debe comenzar desde la familia, desde adentro hacia afuera.

    Así que, en esta hermosa historia aprendemos que cuando una persona recibe una misericordia de Dios en su vida, debe dar testimonio de ello comenzando en su casa con la familia, es decir, desde adentro hacia afuera.  /  ¿Cuáles son las razones para comenzar a testificar primero “adentro” en casa con “los tuyos”, antes de estar listo para ir a otros lugares y personas “hacia afuera”?  /  En el desarrollo de este mensaje les voy a indicar algunas de las razones por las que se debe comenzar a testificar primeramente en casa, según lo sugiere la narración de San Marcos cuando describe lo acontecido al hombre gadareno, y según la instrucción que recibe de Jesús.
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    La primera razón por la que el testimonio de la misericordia de Jesús en nuestras vidas, debe comenzar primero en casa, es:
I.- PORQUE LA FAMILIA DEBE SER LA PRIMERA QUE OBSERVE QUE HAY UN CAMBIO EN NOSOTROS.
   La sanidad total de este hombre gadareno fue un evento que serviría para la gloria de Jesús, y que merece ser testificado y conocido por todo el mundo, pero Jesús no podía ni quiso alejarlo de todos aquellos que conocían a aquel hombre y que primeramente deberían conocer que algo providencial había y estaba ocurriendo en su vida.   Por eso, no hay nada mejor que: “Vete a tu casa, a los tuyos,…” (v. 19), indicando de esta manera que el testimonio de una persona que ha sido recipiente de la misericordia divina, debe comenzar primero en casa.   Aquel hombre que había sido víctima del control del maligno y que había tenido que vivir en los sepulcros, sin control de sus fuerzas, sin cuidado de su apariencia, sin buen uso de su razón, y de otras muchas cosas más, ahora ya lo pueden ver “sentado, vestido, y en su juicio cabal” (v. 15).   ¡Qué hermoso final feliz!, pero antes que sea conocido por todo el mundo, su familia debía conocer que este hombre ha sido cambiado totalmente.

    Amados hermanos, cada uno de nosotros como creyentes en Jesucristo, hemos sido transformados en algunas cosas, y seguimos siendo transformados en otras cosas que tienen que ver con nuestra espiritualidad, con nuestra conducta, con nuestra ética, etc…, y antes de decirle a otros que ya somos cambiados, y antes de decirle a otros que Dios está transformando nuestra vida, nuestra familia es la que primeramente debe dar fe de la obra de Dios en nosotros.   Es por eso que la gente adecuada para confirmar el bien divino que está sucediendo en nosotros, no son primeramente los que no nos conocen, ni los que solamente nos ven de vez en cuando, sino aquellos con quienes pasamos más tiempo de nuestra vida, que son los de casa, la familia.
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    La segunda razón por la que el testimonio de la misericordia de Jesús en nuestras vidas, debe comenzar primero en casa, es:
II.- PORQUE LA FAMILIA DEBE SER RESTAURADA EN TODO LO QUE HA SIDO DAÑADA.
   Es de esperarse que tras la condición espiritual de aquel gadareno, debió él haber sido causa de diversos problemas en su propia familia, al grado de ya no ser aceptado por su propia familia, o puede ser que de manera involuntaria, dominado por las fuerzas del mal, tuvo que abandonar su propia casa y familia para ir a vivir en los sepulcros de Gadara; pero de cualquier manera, el resultado fue que se generó una ruptura del vínculo familiar, desencadenando al mismo tiempo, sin duda, graves problemas socioeconómicos y espirituales para su propia familia.   Pero ahora que el hombre ha sido sanado por el poder de Jesucristo, lo mejor que primero tenía que hacer, no era ir con Jesús para acompañarlo a otras ciudades y aldeas como discípulo, sino mostrarse en casa, como una persona transformada, y nuevamente apta para dedicarse a restaurar la ruptura familiar que se había generado por la influencia de los demonios que alcanzaron controlar su conducta.  

 Por ejemplo, ahora en vez de hacerse discípulo para seguir a Jesús en su viaje misionero por todo el país, era mejor que este hombre se dedicara a trabajar para sacar a su familia de las crisis y adeudos en la que probable o seguramente habían caído.

    Amados hermanos, el bienestar espiritual de la familia de cada persona es la primera prioridad irrenunciable antes que ocuparnos de otras personas.  Si nuestra conducta ha sido causa de daños a la estabilidad familiar, ahora que estamos en la fe en Jesucristo, es nuestro deber ocupar nuestro tiempo, nuestro trabajo, nuestro salario, nuestro afecto, nuestra fe, todo lo que ha sido transformado en nosotros.  Al estar en Cristo, tenemos que usar la gracia de Dios que opera en nosotros, para restaurar la relación familiar que alguna vez quizá fuimos responsables de deteriorar, y así entonces, estaremos ya capacitados para ir hacia los demás; es decir, testificar de la obra de Dios en nuestra vida, es un deber que va primeramente DE ADENTRO y entonces HACIA AFUERA.
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    La tercera razón por la que el testimonio de la misericordia de Jesús en nuestras vidas, debe comenzar primero en casa, es:
III.- PORQUE LA FAMILIA DEBE EXPERIMENTAR URGENTEMENTE LA MISERICORDIA DE DIOS.
   El mandato que Jesús dio al gadareno acerca de ir a su casa y a los suyos, incluyó lo siguiente: “y cuéntales cuán grandes cosas el Señor ha hecho contigo, y cómo ha tenido misericordia de ti” (v. 19cd).   El tema de las conversaciones que este hombre transformado tenía que compartir con los de su casa, no serían temas de otra índole que no sean las grandes cosas que el Señor había hecho con él, y cómo el Señor Jesús había tenido misericordia de él.   Era una total misericordia de Jesucristo hacia este hombre, pues no solamente quería bendecir su voluntad, su cuerpo, su apariencia, y su espiritualidad, sino que quería Jesús extender su misericordia a todos los miembros de su familia que aceptaran su poder transformador.   Pero no se necesita estar endemoniado para que una persona necesite de la misericordia de Jesucristo, pues basta con ser pecador y entonces se necesita de esa misericordia especial.  Es esa misericordia para el pecador que Jesús envió por medio de aquel hombre transformado para el bien de su propia familia.
    Amados hermanos, debemos hacer todo nuestro esfuerzo, con dependencia en el poder del Espíritu Santo de Dios, para testificar a los miembros de nuestra familia, diciéndoles que Jesucristo es la fuente de misericordia, especialmente para la salvación eterna de sus almas, pero también que él es la fuente de misericordia para la transformación de la vida familiar, de los problemas conyugales, de los problemas sociales, de las adicciones, de los pecados, de los pleitos, y de todas las perversiones y depravaciones que pudieran estar alcanzando a nuestros propios seres queridos que están en casa.
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   CONCLUSIÓN: Cada una de nuestras familias debe estar experimentando la misericordia transformadora de Jesucristo, todos los esposos y esposas, hijos e hijas, toda la familia debemos ser la auténtica muestra de la misericordia de Dios para nuestra familia y para las personas a quienes les estaremos compartiendo el evangelio.   Es así como se propaga el mensaje del evangelio: Con las palabras de Dios, y con el testimonio de sus hijos.
3Porque nuestra exhortación no procedió de error ni de impureza, ni fue por engaño, 4sino que según fuimos aprobados por Dios para que se nos confiase el evangelio, así hablamos; no como para agradar a los hombres, sino a Dios, que prueba nuestros corazones. 1 Tesalonicenses 2.3–4

martes, 17 de julio de 2018

ES USTED UN NEHEMÍAS... SIGUE ESTOS PASOS?

PARA RECORDAR ... El que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6



  NEHEMIAS 1:1-4
1Palabras de Nehemías hijo de Hacalías. Aconteció en el mes de Quisleu, en el año veinte, estando yo en Susa, capital del reino, 2que vino Hanani, uno de mis hermanos, con algunos varones de Judá, y les pregunté por los judíos que habían escapado, que habían quedado de la cautividad, y por Jerusalén. 3Y me dijeron: El remanente, los que quedaron de la cautividad, allí en la provincia, están en gran mal y afrenta, y el muro de Jerusalén derribado, y sus puertas quemadas a fuego.
4Cuando oí estas palabras me senté y lloré, e hice duelo por algunos días, y ayuné y oré delante del Dios de los cielos.
NEHEMIAS...UN LIDER PARA IMITAR 
A medida que reflexionamos sobre esta observación, encontramos que en nuestras iglesias y en el campo misionero, en la educación y el comercio, en política y en medicina, dependemos enteramente de líderes. Sin embargo, debemos formular y responder ciertas preguntas básicas acerca del liderazgo. Por ejemplo: ¿Cuáles son sus bases? ¿Cómo pueden los líderes desarrollar todas sus potencialidades? ¿Qué medidas deben tomarse para mantener el resultado de sus éxitos? ¿Cómo pueden los líderes hacer recuento de su progreso actual y prepararse para las demandas del futuro?
Existen muchas recetas para tener éxito en el liderazgo. Cada persona parece tener una propia. Esta interminable variedad solo sirve para confundir. Déjeme decirle como tropecé con la solución.
Conocí al Señor Jesucristo como mi Salvador durante mi segundo año en el mundo de los negocios. Este encuentro cambió completamente mi vida. Desde el principio comprendí la necesidad de poner a Cristo antes que nada en mi vida. Además aprendí que si deseaba crecer espiritualmente necesitaba estudiar la Biblia por mí mismo. A medida que empecé a examinar las Escrituras, fui hallando que Dios nos ha comunicado también las cosas que tenemos que saber acerca de nuestra existencia secular, además de lo concerniente a una vida de santidad (1 Pedro 1:3, 4). También aprendí que cada libro de la Biblia tiene un propósito específico. Por ejemplo, Dios explica el lugar y la importancia de las relaciones humanas en el libro de los Proverbios. Nos da un plan detallado para el entendimiento en el matrimonio, en el Cantar de los Cantares. También nos ha mostrado como vivir en medio de la decadencia espiritual en la segunda epístola a Timoteo y nos ha descrito cómo mantenernos en su intimidad en la primera de las epístolas de Juan.
Pero, ¿qué hay en la Biblia para aquellos que han sido colocados en posiciones de liderazgo?
Fue el doctor V. Raymond Edman, quien en su obra The Disciplines of Life [Las disciplinas de la vida], dirigió primeramente mi atención al libro de Nehemías. En este libro encontré lo que estaba buscando. Allí estaban los principios específicos que necesitaba. De Nehemías aprendí cómo planear mi trabajo, organizar mi tiempo y recursos, integrar mis obligaciones en la operación total de la compañía, motivar a otros y medir los resultados. Aprendí la importancia que tiene fijar metas realistas y averiguar qué hacer antes de alcanzar mis objetivos.
A medida que estudiaba el libro, pude ver para mi asombro que Dios había previsto los problemas de las personas que están en la administración intermedia. También nos había mostrado cómo enfrentarnos a las oposiciones. Nos explica la diferencia entre un «líder de trabajo» y un «especialista en emociones sociales» y nos alecciona sobre lo que debemos hacer cuando aceptamos un trabajo nuevo. Nos brinda ejemplos sobre cómo debemos conducirnos en situaciones delicadas de prueba. Y lo más importante de todo, nos ha demostrado el inapreciable valor práctico de las convicciones religiosas en una administración eficaz.
Desde la primera oportunidad en que leí The Disciplines of Life, en 1948, hasta el presente, he mantenido la firme resolución de estudiar el libro de Nehemías una vez cada año. Esto lo hago con el propósito de refrescar en mi mente la importante información contenida en esas «memorias». El contacto continuo con la riqueza de material que hay en este libro me ha ayudado a comprobar constantemente la calidad de mi propio trabajo, objetivos y relaciones. He comprobado que esta parte de la Palabra de Dios constituye un asombroso y agudo comentario del pronunciamiento del apóstol Pablo: «Y todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús … Todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor» (Colosenses 3:17–23).
El problema número uno
El primer problema que encontramos al empezar a examinar el libro de Nehemías es de interpretación. Algunas de las primeras exposiciones que leí sobre Nehemías tienden a espiritualizar el texto. Los escritores tuvieron que enfrentarse con el hecho de que el libro de Nehemías está en el Antiguo Testamento, y como tal trata sobre el pueblo de Israel y no sobre la Iglesia. Se sentían en la obligación de hacer que el Antiguo Testamento tuviera sentido para los cristianos. Para lograr esto, buscaron principios espirituales que pudieran ser de aplicación a la Iglesia colectivamente y a los creyentes en forma individual. Su método de interpretación era alegórico.
Existen problemas con este tipo de interpretación, como Bertrand Ramm señala: «La Biblia, cuando es tratada alegóricamente se convierte en masilla en la mano de los intérpretes. Pueden brotar diferentes sistemas doctrinales dentro del esquema de la hermenéutica alegórica (esto es, la interpretación) y no hay forma de determinar cuáles son los verdaderos … El método alegórico ensalza lo subjetivo y el resultado lastimoso de ello es el oscurecimiento de la Palabra de Dios».
Nuestro enfoque no va a ser dedicarnos continuamente a espiritualizar lo que Nehemías escribió. Seguiremos una interpretación normal, constante y literal del texto. Después de todo, Nehemías fue una personal real. Se enfrentó con problemas reales y construyó una muralla verdadera. Incluiremos en nuestra interpretación la información que sea necesaria sobre el marco histórico, la situación geográfica y el fondo cultural del pueblo. Siguiendo la costumbre de selección social básica de Nehemías en cuanto a todo lo que consideró apto de ser contado, estaremos en disposición de interpretar con exactitud lo que leemos. Entonces en lugar de buscar significados espirituales secundarios, seremos capaces de buscar principios. Encontraremos que esos principios no envejecen. Con ellos como guía, estaremos más capacitados para aprender la dinámica de un liderazgo exitoso, ya sea en la esfera de nuestro servicio en el pastorado, en el campo misionero, en una corporación o en el gobierno.
Conozca al cortesano
Pero, ¿qué decir acerca de Nehemías? ¿Quién era? ¿Cuándo y dónde vivió? ¿Qué hizo?
Nehemías era probablemente de la tribu de Judá (véase Nehemías 1:2; 2:3; 7:2), y hasta es posible que fuera descendiente del rey David (véanse Nehemías 1:4 y Crónicas 3:19). Se nos presenta como «hijo de Hacalías». Nada se sabe de su padre y tenemos que llegar a la conclusión de que fue tomado en cautividad cuando Jerusalén cayó en manos de los babilonios. Probablemente Nehemías naciera durante ese cautiverio y creciera hasta su hombría, rodeado de todas las influencias corruptoras del Cercano Oriente antiguo.
En el momento en que conocemos a Nehemías, está sirviendo de copero (Nehemías 1:11) en Susa, en el palacio que era residencia de invierno del rey. Como copero, disfruta de una posición única. Está en posesión de los cargos de primer ministro y maestro de ceremonias, unidos. El temor a las intrigas y la constante amenaza de morir asesinado hacían que el rey llevara una vida relativamente solitaria. Por ello, era muy natural que buscara una persona de sabiduría, discreción y capacidad. Un copero que tuviera en el corazón los intereses del monarca y se mantuviera informado de los acontecimientos de su tiempo, podía ejercer una gran influencia en el soberano. Además de la responsabilidad de probar el vino del rey, tenía también el copero la responsabilidad de custodiar los dormitorios reales.
Cuando Nehemías comienza su relato, nos cuenta la visita que le hizo su hermano Hanani: «Aconteció que en el mes de Quisleu (noviembre/diciembre), en el año veinte (de Artajerjes I, 445 a.C.), estando yo en Susa, capital de reino, que vino Hanani, uno de mis hermanos, con algunos varones de Judá, y les pregunté por los judíos que habían escapado, que habían quedado de la cautividad, y por Jerusalén. y me dijeron: el remanente, los que quedaron de la cautividad, allí en la provincia, están en gran mal y afrenta, y el muro de Jerusalén derribado, y sus puertas quemadas a fuego».
La información que recibe es descorazonadora. Todos los intentos para reconstruir los muros han sido frustrados (Esdras 4:4–24). Una ciudad sin puertas ni muralla, no era una verdadera ciudad. Era un lugar indefenso, que ni siquiera podía aspirar a brindarles protección a aquellos que vivieran dentro de su perímetro. Por esto; muy pocos vivían en la capital (Nehemías 11:1).
Pero, ¿por qué estaban los judíos en tan deplorable situación? ¿Qué les había sucedido desde que David estableció el reino y Salomón inauguró la «edad de oro»?
Un poco de historia
El libro de Nehemías ocupa un lugar importante. El pueblo hebreo había sido una fuerza poderosa, pero el reino de David se dividió en dos. Las diez tribus del norte se unieron en un reino y las dos tribus del sur formaron otro. De ahí en adelante, la fortuna de dichos reinos fue confusa. La idolatría prevaleció. Finalmente (en 722 a.C.), Dios castigó a las tribus del norte permitiendo que los asirios las invadieran. Los miembros de esas tribus fueron tomados cautivos, deportados y enviados a otras naciones.
Solo Judá sobrevivió. Las tribus del sur, sin embargo, no aprendieron de la experiencia de Israel. Como resultado, también fueron tomadas cautivas y deportadas,1 en esta oportunidad por los babilonios (Jeremías 25:11, 12; Daniel 9:2). Durante los setenta años que los judíos permanecieron en cautividad, el poderío de Babilonia fue destruido por las fuerzas combinadas de los medos y los persas. Bajo el nuevo gobierno, el rey Ciro (550–530 a.C.) les dio permiso para retornar a Palestina y reedificar el Templo (Esdras 1:1–3). Los primeros exiliados regresaron acaudillados por Zorobabel (538 a.C.; Esdras 1–6). Los cimientos del templo fueron colocados, pero los samaritanos del norte se opusieron a dicha labor, por lo cual transcurrieron más de quince años antes de que el Templo fuera terminado.
Más tarde otro grupo de judíos regresó a Jerusalén. Iban dirigidos por Esdras (458 a.C.; Esdras 7–10). A su llegada a Palestina, Esdras encontró al pueblo judío en condiciones deplorables, tanto espiritual como moralmente. Por esta razón, comenzó un amplio ministerio de enseñanza (Esdras 7–10). Como veremos, la enseñanza de la Ley daría fruto catorce años más tarde (Nehemías 8–10). Finalmente, durante el reinado de Artajerjes I Longimano (465–424 a.C.), Nehemías regresó a Judá. Sin una muralla para protegerlos, los residentes se veían constantemente hostilizados. La moral del pueblo se mantenía muy baja. El rico explotaba al pobre y los mismos pecados que habían conducido a la cautividad eran practicados de nuevo. La crisis económica y la ignorancia espiritual acentuaban aún más la desunión del pueblo.
 
La forma en que Nehemías unió al pueblo y lo inspiró para el logro de una tarea aparentemente imposible, es muy esclarecedora. La estrategia por él usada está en completa concordancia con las más recientes investigaciones referentes a la motivación y ha sido utilizada con éxito formidable por los hombres de negocios y los líderes de las iglesias a través de los años.
Sinopsis
Comprenderemos mucho mejor el plan general de las «memorias» de Nehemías, si dominamos un triple esquema básico de las mismas y hacemos un examen previo del contenido de dicho libro.
Sigamos con Nehemías. ¿Cuál fue su respuesta al informe traído por Hanani? ¿Qué le guió a su viaje a Jerusalén? ¿Cómo pudo él llevar a cabo lo que nadie había podido lograr?
Tan pronto como Nehemías conoció el triste estado de Judá, empezó a interceder en favor de sus hermanos (Nehemías 1:4–11). Demostró con sus acciones que tenía una profunda preocupación por ellos. Cuatro meses de intensa oración trajeron finalmente la respuesta deseada, pero en una forma que lo situaba en una posición muy espinosa (2:1–8). Su lealtad y tacto, sin embargo, le ayudaron a resolver esta situación difícil y potencialmente peligrosa, y el rey le concedió permiso para regresar a Judá. Viajó a Jerusalén y a su llegada pudo percatarse muy rápidamente de la realidad de la situación. Entonces exhortó al pueblo, haciéndole ver la necesidad de reedificar los muros de la ciudad (2:9–20).
 
  
El capítulo 3 contiene una relación de aquellos que se ofrecieron voluntariamente para la tarea de reconstrucción. A primera vista parece una lista de nombres fría y poco interesante. Un examen más detallado nos revela que está llena con importantes principios de liderazgo eficaz. Con la lectura de dicha relación podemos sentimos tentados a llegar a la conclusión de que los muros de la ciudad fueron levantados sin contratiempos. En la realidad, el trabajo encontró una enconada oposición (Nehemías 4–6). Sin embargo, las oposiciones por su propia naturaleza, siguen esencialmente los mismos patrones sin reparar en la época o las circunstancias, y el gran valor de esta porción de las Escrituras para nosotros, radica en que Nehemías nos muestra como conducirse ante cualquier oposición con éxito absoluto.
Latentes en esos capítulos iniciales del libro de Nehemías están los principios del «especialista en trabajos» y del «experto socio emocional». Aquellos que estén interesados en la «diferenciación de funciones» dentro de un conjunto y deseen estudiar la «dinámica de grupos», encontrarán estos capítulos del 4 al 6 cargados de informaciones prácticas.
La construcción de la muralla, un trabajo que muchos consideraban imposible, fue terminada en cincuenta y dos días. Nehemías, habiendo alcanzado su primer objetivo, se nos muestra como un sabio administrador, al consolidar inmediatamente sus logros (Nehemías 7). Su labor es interrumpida por un avivamiento religioso que tiene lugar, porque Dios ve que el pueblo no está preparado aún para gobernarse solo e interviene haciendo surgir un genuino avivamiento espiritual. Durante esta etapa de renovación, Nehemías actúa con gran sabiduría y toma una posición secundaria. Esdras, conjuntamente con los sacerdotes y los levitas, instruyó al pueblo en la Ley. Se restauró la fiesta de los tabernáculos y se estipuló de manera solemne un pacto con Dios (Nehemías 8–10).
Solo después de que el pueblo está espiritualmente preparado para nuevas responsabilidades, Nehemías se siente capacitado para continuar su labor de consolidación. Esta toma primero la forma de la repoblación de Jerusalén (Nehemías 11), la inauguración de los muros de la ciudad y la labor de asegurar que el ministerio del Templo sería mantenido (12:1–13:3).
Los años restantes de este primer período de Nehemías como gobernador, pasaron tranquilamente. En el año 432 a.C., regresó nuevamente a la corte de Artajerjes en Persia. Permaneció en dicho lugar doce años y en el año 420 a.C., se le confirió de nuevo la responsabilidad de la gobernación en la provincia de Judá. Cuando llegó a Jerusalén se encontró con que el pueblo se había apartado del Señor. Por esa razón Nehemías se comprometió entonces en una serie de vigorosas reformas con el fin de depurar a los moradores del lugar de todas aquellas prácticas que estaban apartándolos de las bendiciones de Dios (Nehemías 13:5–31).
En nuestro estudio del libro, entraremos en detalles en tres materias importantes, a saber: las características básicas del liderazgo dinámico; la importancia de los principios espirituales y la necesidad de principios administrativos sólidos. A medida que examinemos dichos temas, también examinaremos las creencias de Nehemías, a fin de determinar la contribución de sus convicciones religiosas al éxito en el liderazgo. Nuestro próximo capítulo ofrecerá una percepción clara de las cosas que hicieron de Nehemías el gran hombre que fue.
 
1 La Biblia registra tres deportaciones sucesivas. Tuvieron lugar en 605, 597 y 586 a.C.

viernes, 30 de diciembre de 2016

Así también la lengua es un miembro pequeño, pero se jacta de grandes cosas. He aquí, ¡cuán grande bosque enciende un pequeño fuego!

PARA RECORDAR ... El que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6




Conociendo a un grupo antagónico
          Los T.J...La historia y sus protagonistas
La historia de los Testigos de Jehová comienza, según ellos, con el primer testigo verdadero de Dios: Abel. Esto correspondería a su historia antigua, ya que en tiempos modernos comenzaron a su actividad en 1870 con Carlos Taze Russell.
De este modo se expresan en una de sus publicaciones:«Puesto que los testigos de Jehová no son una secta, sino una asociación de hombres y mujeres que ponen en primer lugar el servicio de Dios y se amoldan a los principios bíblicos, forman parte del grupo de Testigos que comenzó con el primer testigo verdadero de Dios, Abel (. ..).
En tiempos modernos los testigos de Jehová comenzaron su actividad a principios de la década que comenzó en 1870. 
En 1870, CarlosTaze Russell, (...) no estaba satisfecho con las explicaciones sectarias de la Biblia que se le daban (...). En 1874 publicaron información que despojó de toda credibilidad la teoría religiosa de que la tierra sería destruida por fuego en la segunda venida de Cristo. Indicaron que la segunda venida de Cristo sería invisible (...).
En julio de 1879, para ayudar en esta obra, se publicó el primer número de La Atalaya en inglés (...).
Carlos T. Russell organizó en 1881 lo que ha llegado a ser la Sociedad Watch Tower Bible and Tract de Pensilvania, la corporación legal moderna de los testigos de Jehová, y ésta quedó establecida como corporación con carta constitucional en 1884, con él como su primer presidente.»
Al hacer un análisis de las tendencias de los Testigos de Jehová en base a sus dirigentes y obras junto con el contexto histórico en el que se desenvuelven sus fundadores, podemos afirmar que el Movimiento actual de los Testigos de Jehová es fruto de las características religiosas que se desarrollaron a mediados del siglo XIX, que Russell copió, y que sus sucesores desarrollaron imprimiendo su sello característico.
La época de RussellEl primer presidente de los Testigos de Jehová fue Ch. T. Russell. Nació en 1852 y murió en 1916. Era presbiteriano, después pasó a ser congregacionalista. Se encuentra influido por las diferentes ideas escatológicas que promueve el reavivamiento religioso protestante norteamericano, principalmente en el siglo XIX. 
Durante décadas, en varias de las organizaciones religiosas cristianas, se observa un despertar alrededor de la idea de la Segunda Venida de Cristo. Las profecías son el elemento principal a estudiar.
La mayoría de aquellos que representan a esas denominaciones que creen inminente el retorno de Cristo, se agrupan en un movimiento denominado «Adventista». Guillermo Miller dará cohesión a dicho movimiento.
Después de que el movimiento de Miller sufriera el fracaso en cuanto a no ver cumplido el retorno de Cristo a la tierra en 1844, algunos siguieron fijando fechas en relación a dicho acontecimiento. 
Russell, en 1872, será atraído por uno de los grupos surgido del movimiento de Miller.
De dos modos puede considerarse esa influencia. Interesa a Russell por la profecía al mismo tiempo que por la estructura y la hermenéutica, incluso en lo que se refiere a la forma de obtener las fechas. La tendencia a las fechas con profundos significados escatológicos, no abandonará a la organización religiosa de los Testigos a través de toda su historia.
No sabemos en qué proporción el personalismo y el amor hacia el retorno de Cristo están presentes en la obra de Russell. Reconocemos la sinceridad de Russell en algunas de sus páginas publicadas. La sinceridad, no obstante, no está siempre desprovista de errores, y no es suficiente para que las interpretaciones que transmitimos tengan que ser necesariamente verdaderas. El espíritu de búsqueda es siempre positivo si ponemos a Dios en primer lugar.
Russell se relacionó con el Movimiento de Miller, cuyos componentes creían en el retorno próximo de Cristo, y con la facción que resultó después de la decepción de 1844, y que continuó poniendo fechas de dicho retorno. Esto revolucionó su vida restableciendo su débil fe en la inspiración divina de las Escrituras.
A partir de aquí se entrega progresivamente por entero a dar a conocer lo que según él era la verdad. Se une con N. H. Barbourg que, a la sazón, en 1876 publicaba la revista The Herald of theMorning, y que una vez leída por Russell le influye a asociarse con él.
Barbourg predicaba que Cristo había venido en 1874 y que estaba presente desde entonces de modo invisible. Además había adquirido la traducción de Benjamín Wilson del Nuevo Testamento llamada «Diaglott», y que en Mateo 24:27, 37, 39, traduce por «presencia». Esto influyó considerablemente en Russell.
Otra de las influencias (ajena a Barbourg) que ejerció una cierta fascinación en Russell, tal como él mismo lo declarara posteriormente en su obra Estudios de las Escrituras, es lo que se desprende de la llamada pirámide de Gizeh, aceptando como valor para la profecía e historia la longitud de sus pasillos.
Por ciertas desavenencias teológicas con Barbourg (1878-1879) en cuanto a la expiación de Cristo, Russell se separa de aquél, y comienza por su propia cuenta a predicar de palabra y por escrito sus «hallazgos bíblicos».
A partir de 1879 fundará su propia revista, la Zion ’s Watch Tower and Herald of Crists Presence, que en castellano recibirá posteriormente el nombre de La Atalaya.
En 1884 organiza, como corporación, lo que había sido una simple sociedad.
A partir de la constitución oficial de la Sociedad, Russell viajó incansablemente no sólo por todo el territorio de los Estados Unidos, sino además por todo el mundo. En 1888 existían numerosos grupos de interesados en China, África, India, etc. En 1909 creó una gran oficina central que coordinaba todos sus esfuerzos. Fue llamada «La People’sPulpitAssociation».
Desplegó una actividad incansable hasta su muerte, sobre todo después de haber llegado a la conclusión de que el fin del mundo de un modo literal sería en 1914.
En dicha fecha acontecería la destrucción literal del mundo conocido y la total implantación histórica del Reino de Dios. Utilizó y se valió de todos los medios modernos propagandísticos de aquel entonces, hasta de un «fotodrama» que tituló «… de la Creación».
Se vio obligado a reconocer que en 1914 no ocurrió lo que él había predicado. Intentó, sin éxito, encontrar una solución bíblica que satisficiera su angustia espiritual.[18]Muere el 31 de octubre de 1916 cuando se hallaba realizando una gira de conferencias. En el servicio fúnebre se expresó la idea, y que después se publicaría, que Russell en vez de dormir en el sueño de la muerte, había sido trasladado como resucitado al encuentro del Señor en el aire.
La época RutherfordEl siguiente presidente de los Testigos de Jehová fue Joseph Franklin Rutherford. 
Nació en 1869. Sustituyó a Russell en la dirección de la Asociación religiosa de la Watchtower. Tuvo varias dificultades, y parece ser que sus métodos fueron enérgicos, y sus actitudes autoritarias. Esto se tradujo al principio en varios cismas. 
Aunque pudiera parecer que el Ruselismo iba a extinguirse, Rutherford consiguió para los Testigos un estatus de reconocimiento por parte de varias de las naciones adelantadas de aquel entonces. Rutherford había completado sus estudios de derecho, y actuó como abogado, participando incluso como juez a requisito de algunos tribunales locales. En 1907 se hizo consejero jurídico de la sociedad.
La herencia recibida de Russell respecto a su interpretación de que el fin del mundo vendría literalmente en 1914, junto con sus comentarios a Ezequiel y Apocalipsis, crea no pocos problemas.
En 1917 se contabilizan 21.274 miembros, y en 1919 se informan 17.961, lo que indica unos problemas administrativos profundos.
Tras declararse neutrales en cuanto a la primera guerra mundial, emplearon una terminología respecto al gobierno de los Estados Unidos que fue interpretada como hiriente y contraria a los intereses de la nación. Provocó el encarcelamiento de Rutherford y de otros de sus asociados.
Esta experiencia le llevó a Rutherford a una interpretación personalista del Apocalipsis: el encarcelamiento sufrido en 1918 lo hizo coincidir con el cumplimiento de Apocalipsis 11:2, 3. Después de salir de la cárcel, la producción literaria estuvo marcada por esa indignación contenida durante su apresamiento.
En 1922, en una convención realizada en el estado de Ohio, se organizó el plan de «Anunciar, anunciar y anunciar al Rey y a su Reino». Para ello todos los esfuerzos debían ser coordinados desde Brooklyn. La premura del tiempo exigía una cuota fija e irrenunciable de horas de trabajo semanal por parte de cada miembro. En esa época se va imponiendo el “puerta a puerta” como método de predicación.
El autoritarismo creciente ejercido por Rutherford hizo que no menos del 75 % de los miembros de la «Torre del Vigía», se apartaran del Movimiento entre 1924 y 1926.
Sobre la base de los que quedaron en su seno se organizó un sistema de control estricto de las actividades de cada miembro, exigiéndose una rígida obediencia a las directivas procedentes del centralismo de Brooklyn. Este autoritarismo logró su máxima expresión cuando los Testigos fueron divididos en clases.
En 1934, bajo la orientación de Rutherford, se oponen al gobierno nazi de Hitler y al saludo de la bandera en todos los países.
En 1938 la «teocracia» quedó completada cuando se logró que las sociedades de todo el mundo renunciaran a su autonomía y prestaran obediencia a la organización central.
Al igual que a otros miembros de otras denominaciones, durante la segunda guerra mundial, debido a su posición neutral, fueron llevados a campos de concentración además de ser maltratados.
En 1939 Rutherford enfermó, y desde entonces hasta su muerte sus siete colaboradores más inmediatos fueron adquiriendo más poder. Se les conoció como los Bethelitas. Nombre que hacía alusión a la sede central en Brooklyn llamada Bethel.
Falleció víctima de un cáncer, el 8 de enero de 1942, en la residencia que hizo construir en San Diego (California). En ella esperaba alojar a todos los grandes héroes de la fe que resucitarían en 1925.
En sus últimos años fue muy difícil verle, ya que la enfermedad acentuó su natural retraimiento.
Los Testigos de Jehová en la actualidadLos Testigos de Jehová son hoy aproximadamente unos siete millones de miembros, según estadísticas de 2007 que ellos mismos publican.
La tercera época está representada por cuatro presidentes, el ya muerto en 1977, Nathan H. Knorr, y Frederick Franz, el que dirigió a la organización de los Testigos de Jehová hasta 1992 cuando murió, Milton G. Henschel 1992-2000, y el actual presidente Don Adams (nacido en 1925). 
Conocen dos etapas, una eufórica que dura hasta 1975, y otra la que se vivió con Franz y los siguientes, que ha sido crítica dadas las justificaciones que se ha tenido que estar dando respecto a la salida masiva de numerosos miembros, desengañados de las cronologías erradas, y del fiasco respecto al mantenimiento de fechas a las que se les dio gran importancia para el tema del fin del mundo. Tanto en la una como en la otra existe un intento de mejorar no sólo la imagen social, sino incluso la doctrinal.
Nataan KnorrVicepresidente en los últimos años de la vida de Rutherford, lo reemplazó a su muerte y presidió el movimiento mundial hasta 1977.
Visitó varias veces Europa. Amplió notablemente la sede central de Brooklyn para mejorar la difusión del mensaje que expanden.
Su influencia fue compartida en buena medida por el Dr. Hayden C. Covington, famoso abogado de los Testigos de Jehová. Defendió con éxito 4.200 pleitos, 35 de los cuales debieron ser elevados a la consideración de la «Suprema Corte de Justicia» de los Estados Unidos.
El interés de Knorr estuvo en convertir a los Testigos en un movimiento mundial. Se organizó en 1943 una Escuela, la de Galaad, una especie de seminario «teológico», que se dedicará a instruir en los asuntos referentes a la Watchtower, a sus doctrinas, a su administración, a su historia y al trabajo misionero.
Se organizaron en Estados Unidos «Escuelas del Ministerio Teocrático», que después se ampliará a todo el mundo. Consiste en el estudio regular de La Atalaya, con el propósito de reafirmar a los recién convertidos y a los prosélitos, en los principios que emanan de la Torre del Vigía.
Se proyectan asambleas llamadas teocráticas que sirven de propaganda útil para la organización, impresionando y unificando a todos los creyentes y a posibles candidatos.
Se trata de la etapa de la estabilización. La imagen es más positiva y seria. Desde luego supo, durante todo su mandato, situar a los Testigos de Jehová en todas las casas del mundo. Por medio de una disciplina y organización «teocrática», logró el control de todos los miembros. Ninguna iglesia o «Salón del Reino» local posee autonomía propia. Se ha de dar cuenta puntual de todo a los «escalones» nombrados directamente por el «Cuerpo Gobernante», hasta llegar de nuevo a esa misma «Dirección Gobernante», que tiene su sede en Brooklyn, New York.
Supo institucionalizar el «puerta a puerta» de tal modo, que sus libros, por tiradas de millones de ejemplares, han sido colocados y vendidos por los propios miembros.
En esta época se crearán gran cantidad de libros que no llevarán autor. Ya Rutherford había transformado el «Siervo Fiel y Discreto» con que Russell se había arrogado, en una colectividad. Todavía con Rutherford los libros tendrán su firma. A partir de Knorr las obras no vendrán firmadas responsabilizándose de la autoría una colectividad, la clase de Betel que se autoarroga el ser el representante del «Siervo Fiel y Discreto».
Frederick FranzElegido en 1977 a la muerte de Nataan Knorr. En su época se hace mucho énfasis en mantener el nombre de Testigos de Jehová. Dicho nombre es el que, según ellos, «Jehová» les reveló en la convención de Columbus (Ohio), en 1931, cumpliéndose lo que Isaías dice en su capítulo 43:10 y 44:8: Testigos de Jehová.
Es una organización debidamente consolidada y que realiza, por parte de dirigentes y miembros, grandes esfuerzos por proyectar una imagen cada vez más positiva en la sociedad aun a pesar del contenido de ciertas normativas y doctrinas. ¿Lo están consiguiendo?
Las asociaciones de «desprogramadores» de «lavados de cerebro» no los incluyen dentro de la categoría de «secta».
Por diferentes motivos la opinión pública está dividida respecto a esta organización. Podemos, en un principio, aceptar el resultado de la labor social que realizan con los propios miembros que se atienen a sus enseñanzas como mejor que el que se observa en la media de la población en general, en la que no se ha proyectado ese tipo de influencia. 
Intenta realizar una labor encaminada a favorecer la buena marcha de las familias. Sus miembros se abstienen de drogas, tabaco,y no abusan de bebidas alcohólicas. Sin embargo hay una faceta doctrinal que en ciertos aspectos puede, llegando el caso, producir efectos contrarios a los propósitos positivos encerrados en las generalizaciones, y que producen frutos negativos e indeseables.
Consideran a los «gobiernos» como instrumentos satánicos, inspirándose en lo que dice la Biblia sobre el particular. Según su esquema profético el Reino de Dios empezó en 1914, y por lo tanto todo gobierno político, económico y religioso es ilegal.
Sin embargo manifiestan ser buenos ciudadanos.
Concentran toda su labor en una propaganda enérgica que vuelca a sus adherentes a desarrollarla.
No se preocupan de obras institucionales o sociales, sino tan sólo en distribuir las publicaciones que la «familia Betel» prepara.
Aparentemente hay un cierto alejamiento respecto a Russell y Rutherford, sin embargo no hay una ruptura en lo esencial. Incluso con la doctrina nueva de la prohibición de las transfusiones sanguíneas han superado en «originalidad» a sus predecesores.
La euforia que venía representada por lo que podía suponer 1975 para la escatología de los Testigos de Jehová ha quedado vaciada de contenido. Se había conocido un aumento de la membresía. Sin embargo, a partir de esa fecha hay un retroceso singular. La prensa comenta las deserciones que se dan.
Dejando a un lado el sensacionalismo de cierta prensa, las cifras que nos ofrecen los propios Testigos de Jehová en sus Anuarios a partir de esa fecha, son muy significativas: coincide con la opinión de que algo ha ocurrido como consecuencia de la fecha de 1975.
Si Knorr supuso una imagen distinta respecto a los períodos anteriores, 1975 constituye una nueva línea divisoria. Las publicaciones se hacen menos agresivas. Tratan mucho menos los asuntos doctrinales y dedican más espacio a cuestiones relativas a la moral y a las costumbres. En algunos de sus artículos se descubre un intento de responder a la crisis que ha aflorado a la superficie. 
Posteriormente a esa fecha hubo varios desencantos por parte de algunos que en otro tiempo cerraron filas apasionadamente con dicha organización religiosa.
Los Testigos de Jehová aparecen como una organización controvertida. Se presenta una vez más de un modo triunfalista entre sus miembros, y como la única organización verdadera, puesto que son ellos, mediante el Cuerpo Gobernante visible que forma el Siervo Fiel y Discreto, los que sólo pueden comunicar la auténtica verdad.
El hecho de que en algunos lugares tradicionalmente muy católicos, como Italia, hayan alcanzado una cifra cercana a los 200.000 miembros, ha supuesto por las implicaciones de su predicación que hasta un cardenal les haya atacado y tratado de charlatanes y de estar relacionados con el diablo. Los ex convictos les llaman una «multinacional en el nombre de Dios».
Teólogos como Salvador Muñoz Iglesias los tilda de no conocer la Biblia. E incluso Juan Pablo II alude a ellos sin mencionarlos cuando dice: «El celo casi agresivo con que algunos buscan nuevos adeptos yendo de casa en casa (...)».
Si a esto añadimos noticias relacionadas con el problema de las transfusiones sanguíneas, algunas confusas y tendenciosas, junto con otras que intentan ser fidedignas, no tenemos más remedio que reconocer que con lo que representa el cúmulo de estos datos no se está ayudando a clarificar este fenómeno religioso.
 Se está creando una psicosis que no lleva a la reflexión y al análisis del miembro «testigo de Jehová», respecto a la «verdad» y a la «realidad», sino que este tipo de presiones fija más al miembro en la organización sin averiguar si está o no en la verdadera fe (2ª Co. 13:5 cf. 1ª Co. 2:5; 13:8).
Milton G. HenschelSi bien la dirección por una personalidad como en la época de Russell y Rutheford, ya había cambiado en algo, parece ser, por los informes que se obtienen, que los puntos de vista religiosos que alcanzan, lógicamente a todos los aspectos de la vida del creyente, ya no es maniobrado por un solo individuo que dirigiría al llamado Cuerpo Gobernante. 
Con Milton Henschel, nombrado Presidente en 1992 cuando muere Frederick Franz, se observa, en artículos y publicaciones, durante esta época, una trayectoria más equilibrada, que va rompiendo con la radicalidad con que se trataban ciertos temas, como la educación universitaria, los deportes en las escuelas. 
Ahora ya no se vilipendian los días de fiesta, como en el pasado, y el talante se convierte más de acuerdo a lo tradicional del entorno. Las relaciones públicas son llevadas de modo más coherente por las implicaciones que la presión legal proyecta. 
El legado de Franz, consiste fundamentalmente el haber conseguido subsistir, a pesar del más de un millón de miembros que había dejado la organización en esa época. Henschel, si bien no tuvo que sufrir reveses tan grandes, no consigue ni parar el descontento, lo contestario, que provoca continuamente un deterioro de la imagen de los Testigos de Jehová, estabilizándose en un crecimiento cada vez más pequeño, de un 1 al 2 %.
Si bien se mantiene, a pesar de las equivocaciones que en materia doctrinal se ven obligados a reconocer como cambios surgidos por un “mayor conocimiento” de la verdad, el ser la “organización de Dios”, no pueden contrarrestar la constante crítica de ex testigos, que socaban la genuinidad y/o ingenuidad, de los miembros, que también se les va vulnerando la confianza en la “organización”.
En 1995, en  La Atalaya del 15 de octubre y del 1 de noviembre, rectificaron lo de la necesidad de que tuviera que haber alguien vivo de la generación de 1914, como testigo de un fin que siempre ha estado inminente. 
Personalmente les felicito por esa corrección. No prescindo de los comentarios sobre este asunto, independientemente de esta enmienda que los Testigos presentan, por cuanto el lector comprobará que sigue siendo una referencia a la importancia que le habían estado dando a ese asunto:al valor de relación con la fecha de 1914, como resultado de su interpretación de los 2520 años ó 7 tiempos de Daniel 4. Hubiera sido de desear, que ese abandono se hubiese ultimado reconociendo a su vez, la verdadera causa por la que se confiesa esa falta. Y la verdadera causa es la estructura que construyen erróneamente para obtener la fecha de 1914, y lo implicado en ella.
 Todavía no se han dado cuenta que “todo eso” está vaciado de contenido. Y que ya tuvieron que corregir lo que Russell había interpretado respecto a 1914, cuando afirmaba que iba a ser literalmente el fin del mundo. Simplemente si cayeran en la cuenta de que en 1914 no ha habido repercusiones negativas en la humanidad mayores que las que ellos mismos han experimentando organizativamente, y personalmente, y que cuanto más se aleja del propio fin, el “fin del sistema de cosas” como acontecido en 1914, es insostenible, se atreverían a modificar su más preciada contribución. 
Ahora, con la perspectiva histórica que tenemos, podemos observar que tanto la direccionalidad de la historia que imprimen los sistemas de maldad, como la direccionalidad que imprime el Reino de Dios, no tuvo la de la  historia ninguna relevancia notable en 1914, a no ser la de una profundización de una independencia respecto de Dios sin límites, abocada a un destino global sin sentido; y la del Reino de Dios, no arranca de 1914 sino de las consecuencias de la primera venida de Jesucristo.
La realidad, es, que todo el sistema fundamental que sostiene la organización de los Testigos de Jehová, se mantuvo vivo, en la época de Henschel. Cuando uno consulta Perspicacia, la entrada “día” o los “tiempos señaladosde las naciones”, uno se da cuenta que todo lo que les ha producido mayores quebraderos de cabeza (aparte del tema de las transfusiones sanguíneas), sigue sin variación. 
El período de 7.000 años de cada día de la creación, junto a la fecha fatídica del 607 como caída de Jerusalén, sin comprobación histórica, y la interpretación de los 2520 años partiendo de lo inexistente en los 7 años que aplica exclusivamente a Nabucodonosor, se mantiene vivo a la espera de una nueva torpeza de los dirigentes de turno.
Al menos durante esta época no existieron intentos de volver a poner sobre el tapete fechas y cálculos numéricos que resultan en errores manifiestos cuando se pretende con ello alcanzar el dato del fin del mundo o de algo parecido.
La época del actual presidente Don AdamsDom Adams nacido en 1925, está conociendo de nuevo las mieles de lo que supuso el legado de su antecesor, ha ido recuperando y estabilizando, mucho de lo que se perdió en la época de Franz. 
Los esfuerzos que con sus publicaciones realizan a favor de la familia “testigo de Jehová”, y de una vida ordenada de acuerdo al espíritu bíblico son encomiables, y se añaden a los que otros de otras denominaciones realizan de acuerdo al espíritu evangélico. 
Sin embargo se ha dejado arrastrar de nuevo con el tema de los números y de la cronología, y de los paralelos, con lo que vaticinamos un nuevo descalabro cuando no puedan justificar su interpretación frente al fallo. 
En efecto, en La Atalaya del 15 de diciembre de 2003 (p. 15, párrafos 6 y 7), se anuncia una nueva fecha para el Armagedón, combinando lo de los 120 años que se concedió de tiempo antes del diluvio, le quieren aplicar un paralelo para el tiempo del fin. Desde la supuesta fecha del fin del sistema de cosas en 1914, le aplican los 120 años, y les sale 2034.  En conclusiónLlevo muchos años conociendo a los Testigos de Jehová y sus doctrinas cardinales. Los considero personas de buena voluntad, aunque equivocadas, y siguen siendo para mí una opción para «ganarlos» al verdadero evangelio. 
Muchos aceptaron esa organización porque se sintieron atraídos por la belleza bíblica que supieron ofrecerles en una primera etapa. No se percataron que junto a esa belleza había ocultamente espinas y matorrales que implican doctrinas importantes que no tienen apoyo bíblico y que contradicen a la Palabra de Dios. Algunas de ellas contienen los elementos programadores como para asumir actitudes contrarias al amor al prójimo y al valor del ser humano en aras de una fidelidad a una hipotética doctrina « verdadera» (entiéndase una doctrina falsa).
Noten un ejemplo del que fuera, en 1976, representante legal de la Asociación de los Testigos de Jehová, Antonio Navacerrada. Palabras textuales a Blanco y Negro, y que la propia periodista le hace saber su sorpresa a su interlocutor:
«En primer lugar, y ante nuestra sorpresa, el señor Navacerrada dijo a B y N,con las siguientes palabras, lo que ellos consideraban como su principal problema: “Sin duda alguna, y mucho más importante que nuestros objetores de conciencia, el principal y más urgente problema con que nos enfrentamos es el de encontrar sitios para reunirnos en nuestras Asambleas de distrito, a las que suelen asistir más de 20.000 Testigos. El problema se plantea por la falta de locales adecuados y por un evidente prejuicio religioso de las diferentes empresas a las que acudimos.”»
Esta declaración es inadmisible por alguien que realmente sienta de algún modo el estado angustioso que crea la privación de libertad por mucho que se sublime esa situación negativa con la religión. 
Hay falta de auténtico amor en considerar de menos importancia el que varios jóvenes objetores se estén pudriendo en una cárcel, que el no tener sitios para reunirse en sus Asambleas de distrito. ¡Será posible una escala de valores de estas dimensiones! Como investigadores cristianos nos preocupa a dónde pueden llevar ciertas posiciones y planteamientos.
Nos damos cuenta de que ciertas cosas han cambiado en la organización de los Testigos de Jehová. Al menos en lo que se refiere a cierto «trato». Asunto de lo que no se podía decir lo mismo en el pasado. No obstante, la situación no es lo serena y positiva que oficialmente nos pretenden mostrar en sus publicaciones. 
¿Qué significado tiene para la historia de los Testigos de Jehová 1975? ¿Por qué se dio una crisis tan profunda reflejada en una salida masiva de miembros, culminando con el descrédito de la organización y con la «crisis de conciencia» de uno de sus directivos más representativos Raymond Franz?
Aun cuando no queremos adelantarnos a nuestras conclusiones, debemos señalar que la cronología bíblica implica en el ideario «Jehovista» una hermenéutica e importancia capital. Por lo tanto, las fechas fallidas engendran crisis como las de 1914, 1925, después 1975, y ahora con el nuevo paralelismo de 120 años de plazo para el diluvio, añadido a 1914 saldría 2034. En esas fechas se exponía el fin de 6.000 años y el comienzo del Milenio.
Esto significó para muchos un error que no podía escamotearse. En la época de Knorr se había alimentado esa idea produciendo un aumento considerable de la membresía. Después de pasado 1975, los abandonos aparecieron. La crisis culminó cuando un dirigente ya mencionado, Raymond Franz, del llamado Cuerpo Gobernante, y por lo tanto de la clase de los 144.000 ungidos, rompió su silencio después de varios años de haber estado albergando dudas e incertidumbres sobre la doctrina y estructuras de la asociación religiosa de los Testigos de Jehová. La revista Time explicó en un artículo la entrevista mantenida con Raymond, proveyendo una mirada excepcional del interior de los reservados «cuarteles generales» de una organización herméticamente cerrada.
Todo esto produjo una conmoción entre las filas de los Testigos. Varios de ellos lanzaron una avalancha de protestas y pleitos legales en contra de la Watchtower.
En España se ha formado una asociación de ex Testigos de Jehová, habiéndose celebrado varios congresos nacionales.
En Estados Unidos, la agencia Aceprensa informa que en el verano de 1981, durante la celebración de las convenciones internacionales de Testigos, hubo varias manifestaciones de ex testigos «denunciando con pancartas la dictadura de sus dirigentes y descalificando puntos doctrinales».
Todo esto era insólito ¿Qué habrá en la doctrina de los Testigos de Jehová que produzca tales reacciones tan soliviantadas en aquellos que un día abrazaron con tanto fervor y entusiasmo esas creencias que después detestan? Esta actitud hacia los Testigos no es privativa de ellos. Mucha gente se manifiesta en contra de las creencias que un día sostuvieron sean católicos o protestantes. Pero parecería ser que con los Testigos es más irracional.
Si bien una de las cosas que más enardece el ánimo de los seres humanos es el sentirse engañados, el haber sacrificado una vida a una idea que resulta no ser lo verdadera que se pretendía.Una vez descubierto el engaño se padece el síndrome del vacío. La marca permanece tras marchar de la organización. 
Durante años se ha tenido el tiempo suficiente para transmitir dos cosas fundamentales: lo falso de los demás y lo verdadero de ellos ¿Hasta qué punto estaría justificada una posición violenta, acusatoria contra la organización que anteriormente aceptaron? ¿Dónde están los límites racionales y de amor cristiano? ¿O quizá el móvil es la mera protesta de hacer daño? Los que disienten han sido capaces de saber que mucho de lo verdadero era falso, pero muy pocos lo son para investigar en lo que hay de verdadero en lo que suponían falso.
Este sentirse engañados es lo que hace reaccionar a la gente de ese modo. Pero esto no soluciona ni los posibles errores de unos, ni la situación de vacío de los otros. Hubiera sido mejor no dar pie a esa experiencia. 
Hay varias cosas que son muy positivas en el colectivo “Testigos de Jehová”. Y creo que con ellas sería suficiente para justificar su singularidad y existencia respecto de otros colectivos, independientemente de otras posibles diferencias que pudiera haber en el tratamiento de alguna otra doctrina.
 Con el tema de la sangre, ha apartado a los Testigos de Jehová de un proyecto de amor hacia la sociedad actual tan necesitada de gestos por parte de aquellos que quieren parecerse a Jesús de Nazaret. ¡Cuán bueno sería que se reconociera, a pesar del posible daño que se hubiera podido hacer en algunos casos, que no hay manera de sostener las transfusiones sanguíneas dentro de la sola Escritura! Que no existe el texto puente que autorizaría a ir de la abstención de consumir sangre animal a la no realización de transfusiones sanguíneas.
¿Cuándo surgirá un valiente de dentro de esa dirección que haga poner de acuerdo a todo ese cuerpo gobernante, y les haga modificar una trayectoria que conduce siempre al fracaso, produciendo desmotivación y desconfianza en los miembros, y a veces tristeza y enfermedad? ¿Tiene arreglo un ideario doctrinal como el de los testigos?.
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