lunes, 13 de febrero de 2012

Los huevos de pascua: Semana santa pagana

biblias y miles de comentarios
 
Tipo de Archivo: PDF | Idioma: Spanish | Categoría: Capacitación Ministerial
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esucristo representa el vínculo común entre las dos religiones con mayor cantidad de adeptos en el mundo, el Cristianismo y el Islam. El siguiente estudio del mensaje de Jesús y su persona se basa en este vínculo. Es nuestro anhelo que a través de este estudio, tanto musulmanes como cristianos entiendan mejor el significado de Jesús y la importancia de su mensaje.
No obstante, para que podamos identificar con precisión el verdadero mensaje de Jesucristo, hay que mantener un punto de vista objetivo a lo largo de la investigación. No debemos dejar que las emociones opaquen nuestra visión y terminen cegándonos de la verdad. Debemos prestar atención a todos los temas de manera racional y separar la verdad de la falsedad – con ayuda del Todopoderoso.
Cuando vemos la variedad de falsas religiones y creencias desviadas que hay en el mundo y el celo con el que sus seguidores sostienen esas creencias, se hace evidente que esas personas no pueden encontrar la verdad debido a su compromiso ciego con esas creencias. Su tenaz apego normalmente no está basado en un entendimiento intelectual de las enseñanzas, sino en poderosas influencias culturales y emocionales. Dado que fueron criados en una familia o sociedad en particular, se aferran firmemente a las creencias de esa sociedad, creyendo que tienen la verdad.
La única manera en que podemos encontrar la verdad sobre cualquier cosa es encararla de manera lógica y sistemática. Primero, debemos sopesar la evidencia y luego juzgarla mediante la inteligencia que Dios nos ha dado. En el mundo material, la inteligencia es fundamentalmente lo que distingue a humanos de animales, los cuales actúan meramente por instinto. Luego de determinar cuál es la verdad objetiva, debemos comprometernos a ella emocionalmente. Sí, hay lugar para el compromiso emocional, pero el mismo debe llegar después de una comprensión razonada de todos los temas. El compromiso emocional es esencial, dado que es evidencia de un verdadero entendimiento. Cuando uno entiende plena y correctamente la realidad del tema, está preparado mental y espiritualmente para sostener con fuerza esa realidad.
En el Islam está prohibido celebrar cualquier festividad o acontecimiento que tenga orígenes paganos o que no tengan una evidencia en los textos de las fuentes del Islam: El Corán y la Sunnah.
 
Dice Al-lah (lo que se interpreta en español): {Y dijeron: Hemos matado al Mesías, Jesús hijo de María, el Mensajero de Al-lah. Pero no lo mataron ni lo crucificaron, sino que se les hizo confundir con otro a quien mataron en su lugar. Quienes discrepan sobre él tienen dudas al respecto. No tienen conocimiento certero sino que siguen suposiciones, y ciertamente no lo mataron.} [Corán 4:157], al comparar este versículo del Sagrado Corán con las diferentes celebraciones que se llevan a cabo durante la Semana Santa, en especial las de la Iglesia Católica, el musulmán y el honesto buscador de la verdad no pueden sino extrañarse y cuestionar la autenticidad de dichos actos. Un argumento común presentado por quienes apoyan estas tradiciones disfrazadas de formas de culto, es que las mismas no tienen relación alguna con el paganismo y que están sustentadas por la Biblia y la tradición cristiana. También, alegan que los musulmanes y los críticos, al no creer en la autenticidad absoluta de la Biblia, carecen de autoridad para defender sus argumentos.
 
Es en este sentido que vemos conveniente reproducir la opinión de seguidores del cristianismo y la Biblia que se oponen y denuncian a la vez, con evidencias históricas y escriturales consideradas válidas por la tradición judeocristiana, la celebración de la Semana Mayor.
 
Pascua, Cuaresma, Ayuno y Abstinencia
 
La palabra “Viernes” viene del nombre “Freyja”, la cual era conocida como la diosa del amor, la belleza y la fertilidad, por los antiguos paganos (Fausset, pág. 232, artículo “Fish”). Su símbolo de fertilidad era el pez, considerado sagrado por esa diosa. El pez había sido conocido como el símbolo de la fertilidad desde tiempos muy antiguos. Así era entre los antiguos babilonios, los asirios, los fenicios, chinos y otros (Diccionario de símbolos). La propia palabra “Pez” proviene de la palabra “Dag”, que implica aumento o fecundación (Fausset, pág. 232). La razón por la cual el pez fue usado como símbolo de la fertilidad es por el simple hecho de que el pez tiene un alto índice de reproducción. El bacalao, por ejemplo, pone alrededor de nueve mil huevos, y otras clases incluso ponen diez mil y hasta un millón de huevos al año. Por esta razón, el pez ha sido símbolo de fertilidad y fue asociado por los romanos con Freya, la diosa de la fertilidad, cuyo día conmemorativo era el viernes. De ahí viene la palabra inglesa “Friday”, que significa Viernes; así podemos empezar a ver el significado de los viernes y del Pez.
 
A la diosa de la fertilidad, los griegos la llamaban Venus. Y es de este nombre que vienen las conocidas palabras de “venérea” y “enfermedad venérea” (Fausset, pág. 232). El viernes era considerado como su día sagrado (Fausset, artículo “Pez”), porque se creía que el planeta Venus reinaba sobre la primera hora de este día y por esto era llamado “Dies Veneris”. Y para hacer el significado más completo, el pez era considerado la ofrenda consagrada a ella (Fausset, pág. 205). Venus y Freyja eran originalmente la misma diosa y ambas provienen de la madre-diosa original de Babilonia. El pez era considerado consagrado a Astaroth, el nombre bajo el cual los israelitas adoraban a la diosa pagana (Fausset, pág. 205). En el viejo Egipto, Isis es frecuentemente representada con un pez en la cabeza.
 
La pascua pagana
 
La palabra “Pascua” aparece en la Biblia. El origen de la palabra es “Pascha” (Heb. “Pesaj”; Gr. “Pasja”), la fiesta ordenada por Jehová (Lev. 23: 27-44) como Sábado de Expiaciones en recuerdo a la salida de Israel de Egipto. En las regiones Nórdicas, así como también en los Estados Unidos y Canadá, el Domingo de Pascua es celebrado con varias costumbres que provienen de Babilonia, tales como el pintar huevos de diferentes colores, éstos se esconden y los niños los buscan para comerlos. ¿Pero de donde proviene esta costumbre? ¡El huevo era un símbolo sagrado usado por babilonios! Creían en una vieja fábula acerca de un huevo de gran tamaño que se suponía había caído desde el cielo al río Éufrates. De este maravilloso huevo -de acuerdo con la historia-fue engendrada la diosa Astarté. Por esto, el símbolo del huevo llegó a ser asociado con esta diosa (en el idioma ingles se usa Easter) (Fausset, pág. 105). De Babilonia -la madre de las falsas religiones-la humanidad se llenó de estas creencias y toda la tierra recibió la influencia de la idea del huevo místico; por esto hallamos el huevo como un símbolo sagrado en muchas naciones:
 
·         Los antiguos druidas portaban un huevo como emblema sagrado de su fe idólatra (Fausset, pág. 108).
·         La procesión de Ceres, en Roma, era precedida por un huevo (Enciclopedia de las Religiones, de J.G. Forlong, tomo II pág. 13).
·         En los misterios de Baco se consagraba un huevo como parte de la ceremonia festiva. En China, hasta nuestros días, se siguen usando huevos de colores en su festival sagrado.
·         En el Japón, una vieja costumbre consiste en colorear los huevos sagrados de forma muy brillante. En la Europa del Norte, en tiempos paganos, los huevos eran usados como un símbolo de la diosa Astarté (Easter).
·         Entre los egipcios, el huevo asociado con el sol -”el huevo dorado”- (Ibid, pág. 12). Sus huevos coloreados eran usados como ofrenda de sacrificio durante las fiestas de Astarté (Creencias Egipcias y pensamientos modernos, de James Bonwick, pág. 24).
 
La Enciclopedia Británica dice: “El huevo, como un símbolo de fertilidad y de renovación de la vida, proviene de los antiguos egipcios y persas, quienes también tenían por costumbre colorearlos y comerlos durante su festival de primavera (Pág. 859, artículo “Easter”).
 
Así, en este caso, sugirió que al igual que un pollo sale del huevo, ¡Cristo salió de la tumba! De esta manera los líderes de la iglesia dijeron a su pueblo que el huevo era un símbolo de la resurrección de Cristo. El papa Paulo V decretó una oración en conexión con el huevo: “Bendice, oh Señor, te pedimos, a esta tu creación de “Huevos”, que sean sustento para tus siervos, comiéndolos en recuerdo de nuestro Señor Jesucristo” (Las Dos Babilonias, pág. 110).
 
En el Islam está prohibido celebrar cualquier festividad o acontecimiento que tenga orígenes paganos o que no tengan una evidencia en los textos de las fuentes del Islam: El Corán y la Sunnah.
 
Dice Al-lah (lo que se interpreta en español): {Y dijeron: Hemos matado al Mesías, Jesús hijo de María, el Mensajero de Al-lah. Pero no lo mataron ni lo crucificaron, sino que se les hizo confundir con otro a quien mataron en su lugar. Quienes discrepan sobre él tienen dudas al respecto. No tienen conocimiento certero sino que siguen suposiciones, y ciertamente no lo mataron.} [Corán 4:157], al comparar este versículo del Sagrado Corán con las diferentes celebraciones que se llevan a cabo durante la Semana Santa, en especial las de la Iglesia Católica, el musulmán y el honesto buscador de la verdad no pueden sino extrañarse y cuestionar la autenticidad de dichos actos. Un argumento común presentado por quienes apoyan estas tradiciones disfrazadas de formas de culto, es que las mismas no tienen relación alguna con el paganismo y que están sustentadas por la Biblia y la tradición cristiana. También, alegan que los musulmanes y los críticos, al no creer en la autenticidad absoluta de la Biblia, carecen de autoridad para defender sus argumentos.
 
Es en este sentido que vemos conveniente reproducir la opinión de seguidores del cristianismo y la Biblia que se oponen y denuncian a la vez, con evidencias históricas y escriturales consideradas válidas por la tradición judeocristiana, la celebración de la Semana Mayor.
 
La pascua pagana
 
Otra costumbre de la Pascua es la celebración del culto “al amanecer”. La opinión común es que este servicio en honor de Cristo es debido a que él resucitó en la mañana del Domingo de Pascua, ¡al salir el sol! Pero ya hemos visto que la resurrección de Cristo no ocurrió al amanecer, ya que siendo aún oscuro María Magdalena llego al sepulcro el primer día de la semana (Jn. 20: 1). En cambio, había un tipo de culto pagano al amanecer conectado con la “adoración al sol”.
 
En el Antiguo Testamento, el pueblo escogido por Dios fue llevado en cautiverio a Babilonia debido a su mezcla de paganismo y el culto al sol. Dios les indicó esto por medio de Ezequiel. “Y me llevó al atrio interior del templo. A la entrada del templo, entre el vestíbulo y el altar, había unos veinticinco hombres que estaban mirando hacia el oriente y adoraban al sol, de espaldas al templo del Señor.” (Ezequiel 8: 16). Aquí vemos que el pueblo que había conocido a Dios, había permitido que esta mezcla de culto solar entrara y corrompiera su culto al verdadero Dios.
 
Los ritos relacionados con el amanecer -en una u otra forma- eran conocidos en infinidad de naciones. Los que construyeron la Esfinge en Egipto, lo hicieron para que cuidase del nacimiento del sol al Oriente. Desde el monte Fuji-Yama (Japón) se dan oraciones cara al Oriente, “Los peregrinos oran a su sol naciente, mientras escalan los lados de la montaña… A veces se pueden ver cientos de peregrinos que van a Shinto en sus túnicas blancas saliendo de sus sombrillas y cantando al sol naciente” (La Historia del Culto Mundial, pág. 330). Y los mitraistas paganos de Roma, a los cuales ya hemos mencionado, se reunían al amanecer en honor de su dios solar.
 
Volviendo al capítulo ocho de Ezequiel, cuando el profeta vio a 25 hombres mirando hacia el Oriente al amanecer, no pensaban que importaba mucho que su costumbre estuviera mezclada con otro culto. Pero debido a esto, Dios dijo a Ezequiel: “Me dijo: «Hijo de hombre, ¿ves esto? ¿Tan poca cosa le parece a Judá cometer tales abominaciones, que también ha llenado la tierra de violencia y no deja de provocarme? ¡Mira cómo me enardecen, pasándome por la nariz sus pestilentes ramos!” (Vers. 17).
 
Este rito de poner hedor en las narices era también relacionado con el amanecer del sol en el Oriente. Este era un rito idolatra de ponerse una rama al amanecer en la nariz mientras entonaban himnos al sol naciente (Fausset, pág. 304). ¿Hay alguna indicación de que estos servicios fueron conducidos durante la “Primavera”? Sí, sí la hay. En realidad, el mismo nombre de “Easter” (Pascua) viene de la diosa de la “Primavera”. De esta palabra sajona tenemos en español la palabra “Este”, que es el lugar donde nace el sol.
 
En Ezequiel 8: 14, leemos: “Y he aquí mujeres que estaban sentadas lamentando por (el dios) Tamuz”. Y luego en los versículos siguientes, Ezequiel vio los ritos al sol. De modo que incluso la gente que conocía a Dios, se había mezclado con la religión de Babilonia, lamentando con Ishtar, la “madre”, al dios Tamuz muerto, su hijo. Esto era parte del festival de primavera (el renacimiento de la nueva vida de la vegetación, etc.), representando así, la venida del dios Tamuz desde el fondo de la tierra. Y juntamente conectando con estas festividades primaverales, estaban los ritos en los cuales los hombres miraban hacia el Este, al sol naciente. La Enciclopedia Británica dice: “El Cristianismo incorporó en su celebración de la gran fiesta cristiana muchos de los ritos y costumbres paganos del festival de primavera idólatra” (Tomo 7, pág. 859, artículo “Easter”).
 
La evidencia es clara: la presente costumbre de la Semana Santa no es cristiana. Sus costumbres son simplemente una mezcla de paganismo con cristiandad. Algunos creen que podemos tomar estas costumbres y usarlas para dar honor a Cristo. Después de todo, alegan ellos, ¿no piensa la mayoría de los cristianos en Cristo durante esta temporada? A pesar de que los paganos adoraban al sol de cara al Este, ¿no pueden los cultos de Pascua al amanecer ser en honor de la resurrección de Cristo? ¿No resucitó verdaderamente el Señor el domingo por la mañana? Y a pesar de que el huevo era usado por los paganos, ¿no podemos continuar con su uso para simbolizar la gran roca redonda que estaba en frente de la tumba? En otras palabras, algunos creen que podemos tomar todas estas ideas y creencias paganas y en vez de aplicarlas a dioses falsos, usarlas para dar gloria a Cristo. A primera vista, parece ser un buen razonamiento, ¡pero esta idea de añadir costumbres paganas al culto cristiano, está absolutamente condenada por la Biblia! Aquí está lo que en ella se menciona: “Cuídate de no seguir su ejemplo y caer en la trampa de inquirir acerca de sus dioses. No preguntes: "¿Cómo adoraban estas naciones a sus dioses, para que yo pueda hacer lo mismo?" No adorarás de esa manera al Señor tu Dios, porque al Señor le resulta abominable todo lo que ellos hacen para honrar a sus dioses. ¡Hasta quemaban a sus hijos e hijas en el fuego como sacrificios a sus dioses! Cuídate de poner en práctica todo lo que te ordeno, sin añadir ni quitar nada.” (Deut. 12: 30-32). Claramente entonces, nuestro Dios no quiere que añadamos ni quitemos nada a su culto más allá de lo que Él mismo ha establecido. Él no quiere que usemos costumbres y ritos que los paganos usaron, aunque arguyamos que es en Su honor.
 
La Cuaresma
 
Habiendo adoptado el festival pagano de primavera de Ishtar o Easter en la Iglesia, fue natural el adoptar también la antigua costumbre del “ayuno” que precede al festival de primavera. Este periodo de cuarenta días antes de la Pascua, se conoce como Cuaresma. En tiempos pasados estos cuarenta días eran observados con llantos, ayuno y maceraciones por el dios Tamuz -a fin de renovar sus favores- para que saliera del centro de la tierra, terminara el invierno y causara el principio de la primavera. De acuerdo a las antiguas leyendas, el dios Tamuz tenía cuarenta años cuando fue muerto por un cerdo salvaje. Así que cuarenta días -uno por cada año que vivió en la tierra- fueron designados para “llorar por el dios Tamuz”. La observación de este periodo en honor este dios no solamente era conocida en Babilonia, sino también por los fenicios, los egipcios y por un tiempo, incluso entre el pueblo escogido por Dios cuando cayó en apostasía (Ez. 8).
 
Cuarenta días de abstinencia o Cuaresma era conocido y practicado por los adoradores del demonio en el Kurdistán, quienes heredaron la costumbre primaveral de sus maestros, los babilonios (Las Dos Babilonias, pág. 104). Esta costumbre era conocida también entre los paganos mexicanos, los cuales acostumbraban a tener “ayuno de cuarenta días en honor al sol” (Indagaciones mexicanas, pág. 404, Vol. 1, Humboldt). “Entre los paganos -dice Hislop- esta Cuaresma parece haber sido indispensable antes del gran festival anual en memoria de la muerte y resurrección del dios Tamuz” (Las Dos Babilonias, pág. 105).
 
Cuando el paganismo y el cristianismo fueron mezclados, poco a poco la Cuaresma pagana fue unida a la Iglesia profesante. Se decía, que era para dar honor a Cristo y no a los dioses paganos. Durante el siglo VI, el papa instituyó oficialmente la Cuaresma, llamándola “Fiesta Sagrada” y ordenándola al pueblo, mandó que se abstuvieran de comer carne durante este periodo.
 
Naturalmente, la gente que no entiende el misterio de todo esto, piensa que el periodo de la Cuaresma y los días de “abstención” son de origen cristianos. La realidad es que la Biblia y la historia antigua enseñan todo lo contrario.
 
 
Dice Al-lah (lo que se interpreta en español): {Y dijeron: Hemos matado al Mesías, Jesús hijo de María, el Mensajero de Al-lah. Pero no lo mataron ni lo crucificaron, sino que se les hizo confundir con otro a quien mataron en su lugar. Quienes discrepan sobre él tienen dudas al respecto. No tienen conocimiento certero sino que siguen suposiciones, y ciertamente no lo mataron.} [Corán 4:157], al comparar este versículo del Sagrado Corán con las diferentes celebraciones que se llevan a cabo durante la Semana Santa, en especial las de la Iglesia Católica, el musulmán y el honesto buscador de la verdad no pueden sino extrañarse y cuestionar la autenticidad de dichos actos. Un argumento común presentado por quienes apoyan estas tradiciones disfrazadas de formas de culto, es que las mismas no tienen relación alguna con el paganismo y que están sustentadas por la Biblia y la tradición cristiana. También, alegan que los musulmanes y los críticos, al no creer en la autenticidad absoluta de la Biblia, carecen de autoridad para defender sus argumentos.
 
Es en este sentido que vemos conveniente reproducir la opinión de seguidores del cristianismo y la Biblia que se oponen y denuncian a la vez, con evidencias históricas y escriturales consideradas válidas por la tradición judeocristiana, la celebración de la Semana Mayor.
 
LA PASCUA CATOLICA
 
Echemos in vistazo a la Pascua. ¿Qué significa el término Pascua por sí solo? No es un nombre cristiano. Sostiene el origen caldeo en su propia frente. La Pascua no es nada mas que Astarté, uno de los títulos de Beltis, la reina de los cielos, cuyo nombre, fue pronunciado por las gentes de Nínive, fue evidentemente idéntico con el nuevo uso común en este pueblo. Ese nombre, encontrado por Layard en los monumentos asirios, es ISHTAR (Layard’s Niniveh and Babylon, pág. 629). La adoración de Bel y Astarté fue muy recientemente introducido en Gran Bretaña, tal como los Drudos, “los sacerdotes los arboles”. Algunos han imaginado que la adoración Druida fue al principio introducido por los Fenicios, quienes, siglos antes de la era Cristiana, comerciaron las minas de Estaño de Cornwall. Pero los rastros inequívocos de su adoración son encontrados en las regiones de las islas Gran Bretaña, donde los Fenicios nunca penetraron, y ha dejado en todas partes las marcas indelebles del lazo fuerte del cual debió haber tenido lugar en las mentes de la temprana Bretaña. De Bel, el 1 de Mayo todavía sigue siendo llamado Beltana en el Almanaque (Oliver & Boyd’s Edimburgh Almanac, 1860); y todavía conservamos costumbres subsistiendo hasta hoy entre nosotros, lo cual prueba cuan exactamente la adoración de Bel o Moloc, (ya que ambos títulos corresponden al mismo dios) ha sido observado aun en las partes nordestales de estas islas.
 
Si Baal era adorado de esta forma en Gran Bretaña no es difícil creer que su consorte Astarté fue también adorada por nuestros ancestros, y que de Astarté, cuyo nombre en Nínive era Ishtar, las solemnidades religiosas de Abril como ahora se practican son llamadas por el nombre de Easter (Pascua), ese mes entre nuestros ancestros paganos llamándosele Easter – Monath. Los cuarenta días de abstinencia de la Cuaresma fueron directamente tomados de los adoradores de las diosas babilonias. Tal como una Cuaresma de 40 días, “en la primavera del año”, se observa todavía por los Yeziris o adoradores del demonio del Kurdistán (Layard’s Niniveh and Babylon, pág. 93), quienes lo han heredado de sus primeros maestros, los babilonios. Tal cuaresma de 40 días era mantenida por las culturas mexicanas paganas, porque de esta forma leemos en Humboldt (Mexican Research, tomo 1, pág. 404), donde él da cuenta de la observancia mexicana: “Tres días después del equinoccio vernal, comenzaba un solemne ayuno en honor al sol”. Tal cuaresma de 40 días era observada en Egipto como puede verse al consultar Wilkingson’s Egyptians Antiquities, tomo 1, pág. 278. Esta cuaresma de 40 días somos informadas por Landseer’s Sabean Researches, pág. 212. Era mantenida expresamente en conmemoración de Adonis u Osiris el gran dios medianero al mismo tiempo la violación de Proserpina parece haber sido conmemorada de manera similar; porque Julius Firmicus nos informa eso, ya que, “40 días” el “Gemido de Proserpina” continuaba (De errore, pág. 70), y desde Arnobius aprendemos que el ayuno que los paganos observaban, llamado “Castus” o el ayuno “Sagrado”, era observado por los Cristianos en su tiempo, creían haber sido primeramente una imitación del largo ayuno de Ceres, cuando por muchos días ella determinantemente rechazó comer por “Exceso de Pesar” (Violentia Mœroris) (Arnobius, Adversus Gentes, lib. v. Pág. 403). Eso es, debido a la pérdida de su hija Proserpina, cuando fue arrebatada por Plutón, el dios del infierno. Como las historias de Baco, o Adonis y Proserpina, aunque originalmente distinta, fueron hechas para unir y encajar, para que Baco fuera llamado Líber y su esposa Ariadna, Libera (El cual fue uno de los nombres de Proserpina, según Smith’s Classical Dictionary, “Liber and Libera”, pág. 381) (Ovid, Fasti, lib. iii. l. 512, tomo iii, pág. 184). Es altamente probable que el ayuno de la Cuaresma fue hecho después en referencia a ambos, entre los paganos, esta Cuaresma parece haber sido un preliminar indispensable a la gran fiesta anual en conmemoración de la muerte y resurrección de Tammuz, la cual se celebraba alternando el llanto y el regocijo, el cual en muchos países fue considerablemente después que el festival Cristiano siendo observado en Asiria y Palestina en junio, llamado por tanto “Mes de Tammuz” En Egipto a mediado de Mayo y en Gran Bretaña algún tiempo en abril. Para conciliar los paganos al Cristianismo nominal, persiguiendo su política usual, tomó medidas para obtener que las fiestas paganas y Cristianas se amalgamaran y por un complicado, pero habilidoso ajuste del calendario, fue encontrado sin dificultad en general conseguir que el paganismo y el Cristianismo ahora sumido en la idolatría y esto como en muchas otras cosas, se dieron la mano. El instrumento en cumplir esta amalgama fue el abad Dionisio el pequeño (525 D.C.) a quien nosotros debemos, como los modernos cronólogos han demostrado, el que la fecha de la era Cristiana o del nacimiento de Cristo fuera movida 4 años después de su nacimiento.

Cuando la adoración a Astarté estaba levantando con ascendencia, los pasos fueron tomados para conseguir la Cuaresma Caldea completa de seis semanas o cuarenta días, y su hecho imperativo en todos dentro del imperio romano occidental. El camino estaba preparado para esto por el Concilio en Aurelia en el tiempo de Hormisdas, obispo de Roma, alrededor del año 519, que decretó que la Cuaresma debiera ser solemnemente observada antes de la pascua.
 
Dice Al-lah (lo que se interpreta en español): {Y dijeron: Hemos matado al Mesías, Jesús hijo de María, el Mensajero de Al-lah. Pero no lo mataron ni lo crucificaron, sino que se les hizo confundir con otro a quien mataron en su lugar. Quienes discrepan sobre él tienen dudas al respecto. No tienen conocimiento certero sino que siguen suposiciones, y ciertamente no lo mataron.} [Corán 4:157], al comparar este versículo del Sagrado Corán con las diferentes celebraciones que se llevan a cabo durante la Semana Santa, en especial las de la Iglesia Católica, el musulmán y el honesto buscador de la verdad no pueden sino extrañarse y cuestionar la autenticidad de dichos actos. Un argumento común presentado por quienes apoyan estas tradiciones disfrazadas de formas de culto, es que las mismas no tienen relación alguna con el paganismo y que están sustentadas por la Biblia y la tradición cristiana. También, alegan que los musulmanes y los críticos, al no creer en la autenticidad absoluta de la Biblia, carecen de autoridad para defender sus argumentos.
 
Es en este sentido que vemos conveniente reproducir la opinión de seguidores del cristianismo y la Biblia que se oponen y denuncian a la vez, con evidencias históricas y escriturales consideradas válidas por la tradición judeocristiana, la celebración de la Semana Mayor.
 
 
Tal es la historia de la pascua. Las observancias populares que todavía ocurren en el período de su muy extendida celebración confirman el testimonio de la historia la cual les adscribe un origen babilónico. Los pasteles calientes de la cruz del Viernes Santo y los huevos de la Pascua o del Domingo de Pascua figuraban en los ritos Caldeos tal como se hacen. El origen de los Huevos Pascuales es evidentemente claro. Los antiguos Druidas tomaron prestado un Huevo como emblema sagrado de su orden (Davies’s Druids pág. 208). En los misterios de Baco tan celebrado en Atenas, una parte de la ceremonia nocturna consistía en la consagración de un huevo. Las fábulas Hindúes celebran su huevo mundano de color dorado (Col. Kennedy, pág. 223). El pueblo de Japón hace su huevo sagrado bronceado (Coleman pág. 340). En China en esta hora, los huevos teñidos o pintados se usaban en los festivales sagrados aun como en este país. En tiempos antiguos los huevos se usaban en los ritos religiosos de los egipcios y griego y eran colgados para propósitos místicos en sus templos (Wilkingson, Vol. iii, pág. 20). El nombre hebreo para un huevo es Baitz, o, en el femenino porque hay dos géneros, Baitzan. Esto en Caldeo y Fenicio llegaba a ser Baith, o, Baitha, el cual en estos idiomas era la forma usual de pronunciar el nombre de una casa. (La palabra común “Beth” “Casa” en la Biblia sin los puntos es “Baith” como puede ser visto en el nombre de Bethel que se da en Gn. 5: 1 de la Septuaginta donde es “Baith-El”). El huevo flotando en las aguas que contenían el mundo era la “casa” flotando sobre las aguas del Diluvio con los elementos del nuevo mundo en su base. La Iglesia Romana adoptó este huevo místico de Astarté y lo consagró como un símbolo de la resurrección de Cristo. Una forma de la oración era siempre citada para ser usada en relación con ella, el papa Paulo V enseñaba la oración al huevo de Pascua (Scottish Guardian, Abril 1844).
 
Además del huevo místico había otros emblemas de la pascua. La diosa reina de Babilonia, con la granada en su mano, frecuentemente es representada en antiguas medallas en la casa de Rimmon en la cual el rey de Damasco, el maestro de Naamán el sirio adoraba, era una semejanza del templo de Astarté donde era adorada la diosa con la granada o Rimmon.
La granada es un fruto que está lleno de semillas y se suponía que era empleado como un emblema de esa vasija la cual los gérmenes de la nueva creación eran preservados donde el mundo tenia que ser sembrado por un hombre con bestia después de la desolación del Diluvio.
El papado inspira el mismo sentimiento con relación a la reina del cielo romano y guía a los devotos a ver el pecado de Eva en mucho la misma luz derivada del paganismo. En el Canon de la misa el servicio más solemne en el misal romano que ocurre la siguiente expresión donde el pecado de nuestro primeros padres es apostrofado:
“O Beata, culpa, quoe talem meruisti redemptorem”, “Oh Bendita falta, la cual hizo procurar al Redentor”. La idea contenida en estas palabras es puramente pagana. Como Roma ama los mismo sentimientos como lo hacia el paganismo, así ha adoptado los mismos símbolos, en su debida oportunidad. En este país y en la mayoría de los países de Europa, no se da la granada y sin embargo la superstición de la granada debe como sea posible ser observada. En lugar de la granada, se emplea la naranja; y así los papistas de Escocia juntan sus naranjas y huevos en la Pascua; como también cuando el obispo Gillis de Edimburgo fue a través de la ceremonia vanagloriosa de lavar los pies de doce irlandeses hace unos años en la Pascua, concluyo por presentar cada uno de ello con dos huevos y una naranja.
 
Ahora, este uso de la naranja como el representante del fruto del árbol prohibido del Edén, se ha observado, no es de invención moderna; se remonta a los tiempos de la antigüedad clásica. Los jardines de los Herespidos en el occidente eran admitidos por todos los que habían estudiado el asunto, contrapartida al paraíso del Edén en el Oriente. Hércules, una forma del Mesías pagano, no el primitivo, sino el Hércules Griego en estado de infelicidad mató o sometió a la serpiente, el ser envidioso que corrompió la humanidad. Aquí Dios y el Diablo son lo mismo cambiando de lugares. Jehová que prohibió al hombre comer del árbol del conocimiento es simbolizado por la serpiente y sostenido con un ser maligno mientras que emancipaba al hombre del yugo de Jehová y le dio el fruto del árbol prohibido. En otras palabras, bajo el nombre de Hércules, se celebra como el libertador gracioso y bueno de la raza humana, he aquí el misterio de iniquidad. Hoy todo esto está envuelto en la “Naranja” sagrada de la Pascua.
 
La Pascua Católica
PASCHA latino, PASJA Griego, principal festival anual de la iglesia Cristiana, celebrando la Resurrección de Jesucristo en el tercer día después de su Crucifixión. Los orígenes de la Pascua data al comienzo del Cristianismo, y es probablemente la observancia Cristiana más antigua después del El Sábado (originalmente observó el sábado, luego el domingo); el Sabat consecuentemente vino a ser observado como la celebración semanal de la Resurrección. El nombre Inglés Pascua es de origen incierto; el sacerdote Anglosajón Venerable Beda en el siglo VIII lo derivó de la diosa Anglosajona
de la primavera Eostra.
 
La fecha de Pascua.
Los Cristianos Occidentales celebran la Pascua en el primer Domingo después de la luna llena (la luna pascual) que ocurre sobre o poco después del equinoccio vernal (tomado como Marzo 21). Si la luna pascual, que es calculada desde un sistema de números áureos y días y no necesariamente coinciden con la luna llena astronómica, que ocurre en un Domingo, el día de Pascua es el sucesor Domingo. La Pascua, por lo tanto, puede caer entre Marzo 22 y Abril 25. Esta regla se fijó después de mucha controversia y la incertidumbre, que duró en diversas partes de la iglesia hasta el siglo VIII.
En la Iglesia Ortodoxa Oriental, sin embargo, un cálculo ligeramente diferente se sigue, con el resultado que La Pascua Ortodoxa, aunque a veces coincidiendo con el de que el Oeste, poder caer uno, cuatro, o cinco semanas después.
En el siglo XX, la posibilidad de una fecha fija para la Pascua se ha discutido y apoyado entre algunos Cristianos; la adopción dependería del acuerdo siendo alcanzada entre diversas iglesias. El segundo Domingo en Abril se ha propuesto.
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Semana Santa Pagana: El diablo al acecho y obrando

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Paganismo en la Semana Santa

Los huevos de Pascua, los conejos, los juegos en los que los niños buscan golosinas escondidas o las fogatas han sido formas paralelas de evocar la Resurrección de Jesús, pero sus orígenes paganos se deben a las antiguas civilizaciones que consagraban la llegada de la primavera.

 

Según la Enciclopedia Católica, “numerosas costumbres paganas destinadas a dar la bienvenida a la primavera se fundieron en la fiesta de Pascua” como el huevo, símbolo de vida y germinación en la cultura griega y romana, en la mitología del norte de Europa o en China; o el conejo, símbolo de fecundidad en el antiguo Egipto.
“La Iglesia —de acuerdo con la Enciclopedia de la Religión— no se opuso al huevo de Pascua porque aportaba un símbolo poderoso de la resurrección y de la transformación de la vida en muerte”.
En la Edad Media se extendió la costumbre de regalar huevos por Pascua, y para que fueran más preciados, se decoraban al pintarlos o incluso en las cortes europeas se bañaban en oro.
Los fuegos que se encendían en las fiestas paganas para espantar a los espíritus del invierno se asemejan a los de las celebraciones de la vigilia pascual, que simbolizan la luz de la Resurrección.
En Irlanda, San Patricio introdujo esa práctica, con el fin de sustituir la costumbre de los druidas, de encender hogueras en honor a la primavera, por el símbolo del fuego religioso y cristiano, en honor a Cristo.
El conejo no tiene en cambio ninguna conexión con la Pascua, pese a lo cual se ha convertido en los países anglosajones y del centro y norte de Europa en un personaje similar al de Santa Claus.
La simbología del conejo posee un alto contenido pagano al representar la fertilidad, debido a que es un animal capaz de dar a luz hasta 20 crías al año.
Origen de la “Pascua”
En inglés y en alemán el nombre que se da a la Pascua tiene también orígenes paganos.
Easter, en inglés, viene según Beda, el Venerable, —un erudito monje inglés del siglo VIII—, de Eastre, la diosa anglosajona de la primavera y la fecundidad, que a su vez sería la versión europea de Ishtar —también conocida como Astarte—, diosa babilonia de similares atributos.
En Europa, ese festival era dedicado al equinoccio de la primavera, el 21 de marzo, en el que se celebraba el fin del frío y la oscuridad, y la vuelta a la vida después del invierno.
En Babilonia se creía en una vieja fábula acerca de un huevo de gran tamaño que supuestamente había caído desde el cielo al río Éufrates. De ese huevo extraterrestre —de acuerdo con la historia— fue engendrada Ishtar.
Ostern, el nombre alemán, tendría el mismo origen —derivado de la antigua divinidad de la primavera llamada Ostara—, aunque también se relaciona con la palabra Osten (este), el levante de donde viene la luz del renacimiento primaveral. De ahí se desprende que los huevos de Pascua se pinten como rayos del Sol que renace.
En las culturas griega y latina había también diosas, como la de la tierra, Cibeles, que se festejaban en estas fechas.
La cuarentena —período de 40 días en los cuales los católicos se abstienen de comer carne— es básicamente el ritual pagano dedicado a los 40 días de duelo por la muerte del esposo de Ishtar, Tamuz, que culminaba con la conmemoración de su resurrección, precisamente el domingo después de la primera luna llena que sigue al equinoccio de primavera.
En español, Pascua se deriva de la palabra Pesach, nombre hebreo para las pascuas, una festividad judía que dura entre siete u ocho días, en recuerdo del éxodo y la libertad del pueblo judío que escapó del dominio egipcio en tiempos de Moisés (1513 a. C.).
La cercanía entre ambas comunidades debió de fomentar que muchas iglesias cristianas consideraran la Pascua judía como la fecha idónea para rememorar la Muerte y Resurrección de Jesús.
Por tanto, la conmemoración de la Semana Santa como tal se estableció en el Primer Concilio de Nicea, en el 325 d. C. Con ese decreto, la Iglesia quiso poner término a los ritos paganos, al transformarlos en actos de fe cristianos.
En el proceso de evangelización —como ha ocurrido durante la historia de la Iglesia—, en lugar de intentar suprimir los ritos paganos populares establecidos, era más fácil adjudicar a esas festividades una nueva interpretación cristiana, al conservar costumbres y símbolos asociados al día de fiesta.


Semana Santa - la cena del Señor

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Semana Santa - la cena del Señor

EL NUEVO PACTO Y LA CENA DEL SEÑOR
Samuel Edelstein
A. Dios ha hecho varios pactos con individuos, especialmente los judíos (Ro. 9:4, Ef. 2:12).
    Algunos pactos de Dios eran con un solo hombre, pero los beneficios eran para toda su descendencia incondicionalmente (Noé: Gn. 6:18, 9:8-17; Finees: Nm. 25:1-13; David: 2 Cr. 21:7, Sal. 89:3-4,28-36, etc.).
B. El "antiguo" o "primer" pacto se refiere a la alianza de Dios con Israel, un pueblo. Tenía que ver con la ley de Moisés, y cada descendiente tenía que recibir dicho pacto personalmente y llenar ciertos requisitos para disfrutar de sus bendiciones. 
      (2 Co. 3:14-15, Gá. 4:22-31, He. 7:11-28, 8:6-13, 9:1,4,18-22, 10:8-9).
C. El pacto con Abraham fue anterior al "antiguo", pero tenía una relación con este (Gn. 15 y 17).  Antes del pacto, Abraham también recibió una promesa que de alguna manera involucraba a Jesucristo (Gn. 12:1-7, Gá. 3:14-18, Lc. 1:68-75).
D. El "nuevo" pacto es por la sangre de Cristo (Mt. 26:28, Lc. 22:20, 1 Co. 11:25, Ro. 11:27, (Jer. 31:31-34), He. 7:11-28, 8:6-16, 9:11-15, 10:8-14). En 2 Co. 3:4-18 el contraste entre los dos pactos es fuerte: el antiguo es escrito, de piedra, condena, y tiene cierta gloria. El nuevo es espiritual, del corazón, da vida y tiene más gloria.
E. Una comparación entre El Antiguo Pacto y El Nuevo Pacto.
    El Sacrificio
Exodo 12 (La Pascua) 1 Co. 5:7, He. 9:14,15
    El Sacrificio
Ex. 28:1, Nm. 25:1-13, Dt. 10:8    He. 7:11,17,22-28, 10:18-22
    Los Elementos:
Granos y Sangre: Lv. 1-7   Gn. 14:18-20, Mc. 14:22-24
F. La primera Cena del Señor: Mt. 26:26-28
    (Bendecir = Hablar bien, dar Gracias)
    (No eran Su cuerpo y sangre que se repartieron esa noche.)
    (Juan 6 sucede antes y no habla de "cuerpo" sino de "carne".)
G. Las Advertencias en cuanto a la Cena del Señor (Es una cosa seria).
    1. Huir de la idolatría: 1 Co. 10:14-22
(¿Dónde está tu lealtad en relaciones?)
        El Pan =    Unión con Cristo y con otros miembros de su Cuerpo
                    He. 9:2, 13:10, 1 Co. 10:18,21
        La Sangre = Sangre del nuevo pacto: comunión con Dios por el perdón.
    2. 1 Co. 11:20-22:  Compartir nuestra relación en comer juntos; no adelantarse.
    3. 1 Co. 11:27-34:  Comer indignamente = ser culpable del cuerpo y la sangre.
        Examinarse: v. 28,31,33;  ¿especialmente en el área de relaciones rotas?
        Discernir: El Cuerpo de Cristo (no su sangre); v. 33-34; la unidad orgánica.
        Si no, juicio: Enfermedades, hasta muerte- v. 30; juicio de Dios- v. 34.
H. La Práctica de la Cena del Señor: 1 Co. 11:23-26 (como Mt. 26:26-28)
    1. Partir el pan: Compañerismo cristiano (Mt. 14:19, 15:36, Mc. 6:41, 8:6,19, Lc. 9:16, Lc. 24:30,35, Hch 2:46)
    La Cena del Señor: (Mt. 26:26, Mc. 14:22, Lc. 22:19, Hch. 20:7, 1 Co. 10:16,11:24, Hch. 2:42)
    Simboliza la obra de Cristo para unirnos en un sólo Cuerpo:   1 Co. 10:16-17, 12:12-13,20,27, Ro. 12:4-5, Ef. 2:13-16, 5:23,30, Col. 1:14, 3:15
    Hacerlo en memoria de El:    Lc. 22:19, 1 Co. 11:24-25 versus He. 10:3
    Dar gracias/ Bendecir.
2. Tomar la copa:  Dar gracias/ Bendecir; Hacerlo en memoria de El.
    Celebrar el nuevo pacto en su sangre (Sacrificado una sola vez:   He. 10:12,14)
3. Haciendo estas dos cosas, anunciamos la muerte de Jesús hasta su venida.


Semana santa: ¿Ganancia para quiénes?

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La Semana Santa también es pagana

Cristo muere y resucita: esa es, en apariencia, la temática de la Semana Santa. Pero bajo la capa de cristiandad se esconde un barullo de simbolismos, un conglomerado cultural que escapa de los postulados eclesiásticos.
 

Los huevos, muy presentes en la Semana Santa, simbolizan la vida.


La mayor parte de las celebraciones con las que fijamos los días festivos de nuestros calendarios mezclan la temática religiosa con las tradiciones paganas, el simbolismo de ciertos acontecimientos, naturales o místicos, con las creencias acumuladas a lo largo de los siglos.

Lo mismo sucede con la Semana Santa. La fiesta en la que se recuerda el sufrimiento de Cristo y su sacrificio por todos los mortales tiene un origen mucho más antiguo que el cristiano: con la pascua, los antiguos daban la bienvenida a la primavera, considerada un periodo de esperanza tras la dureza y las calamidades del frío e infructuoso invierno.

La religión rinde culto a la nueva vida
 
Las Iglesias celebran, a su modo, fiestas ya existentes.

Entre las religiones cristianas, la más fiel al mito original y pagano de la Pascua es la evangélica. "La Pascua no se puede disociar de la primavera. En estos días celebramos el nacimiento de las flores, del verde que cubre los campos y los bosques. El ritual cristiano se apropió de esta conmemoración para rendir culto a la resurrección de Cristo", dice el pastor evangélico Joachim Gerhard.
Para los católicos, dentro de la tristeza que domina los días de penitencia en los que se revive el sufrimiento de Jesucristo, no todo en la Pascua es dolor. La Semana Santa es en primer lugar una ofrenda al regreso de Cristo del mundo de los muertos. Cristo resucita al tercer día y de la muerte, nace la vida.
También los ortodoxos conmemoran con la Pascua, "la fiesta de todas las fiestas", como se la denominaba en la Rusia antigua, la resurrección de Cristo. Procesiones de velas y cruces, y grandes liturgias en sus llamativas iglesias recuerdan que el hijo de Dios vive. Cuarenta días, hasta la ascensión de Cristo a los cielos, dura la Pascua ortodoxa. Durante ese periodo, que no siempre coincide con el calendario occidental, los ortodoxos contestan al teléfono con un "Cristo ha resucitado".
Abriendo los mares, Moisés liberó al pueblo hebreo de la esclavitud egipcia. La Pascua es pues para los judíos sinónimo de libertad, de los días en que celebran el comienzo de una nueva vida lejos del cautiverio y dueños de su propio destino.
La religión convive con lo pagano

Los niños alemanes buscan huevos: una de las tradiciones fijas de la Pascua germana.
"El huevo es un símbolo antiquísimo de la Semana Santa", explica Gunther Hirschfelder, experto en folclore y cultura popular de la Universidad de Bonn. Pero antes de servir a la causa cristiana, el huevo fue un elemento recurrente en muchas otras culturas. "El huevo simboliza la vida", dice Hirschfelder, y ¿qué acto hay más pagano que el de regalar huevos, el lugar donde la Naturaleza forja la vida?
El conejo y la Semana Santa son en muchos países cristianos dos motivos inseparables desde hace siglos. También la simbología del conejo posee un alto contenido pagano. El conejo representa la fertilidad, puesto que es un animal capaz de dar a luz hasta a 20 crías al año.

El conejo simboliza la fertilidad, aunque muchos de los que los deboran no lo saben.
La fertilidad, el nacimiento de la vida, tanto animal, el huevo y el conejo, como vegetal, representada por la llegada de la primavera, no son tradiciones de origen cristiano sino muy relacionadas con el culto al sol y a la madre Naturaleza, y con las ancestrales religiones politeístas.
En Alemania, los huevos y los conejos pasaron a formar parte de la simbología pascuense ya en la Edad Media. A otros países, como España, en los que la estructura de poder de la Iglesia católica era mucho más férrea y eficiente, la tradición del conejo cargado de huevos nunca llegó a implantarse, y hasta hoy, la Semana Santa que se celebra es cristiana. Al menos, en apariencia.


La Semana Santa: A la luz de la Biblia

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LA SEMANA SANTA
 
"Este pueblo de labios me honra;
Mas su corazón está lejos de mí"
Mateo 15:8
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La semana santa es otra de las herencias de la liturgia romanista. Es cierto que el padecimiento del Señor 
Jesucristo comenzó el 14 de nisan según el calendario lunar Judío (marzo / abril del calendario cristiano), 
sin embargo, toda la costumbre y tradición que encierra esta fecha, es un inventario establecido por los 
dogmas de la madre de las rameras: el catolicismo romano.

La Cuaresma y el viernes de ayuno
La observancia de la cuaresma y el ayuno el día viernes santo, fue institucionalizado dentro de la liturgia romanista, el año 988 dC. Dicha práctica ha trascendido de generación en generación hasta nuestros días, aún, cuando los teólogos católicos actuales y sacerdotes, niegan que comer carne el “viernes santo” sea pecado. No obstante, la gran masa de feligreses católico romanos consideran un sacrilegio el comer carne aquel día.
La Biblia es categórica en desaprobar costumbres como estas:

“Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios; por la hipocresía de mentirosos que, teniendo cauterizada la conciencia, prohibirán casarse, y mandarán abstenerse de alimentos...” 1 Timoteo 4: 1- 3
El texto es suficientemente claro como para continuar el argumento, sin embargo, es necesario precisar algo mas. Roma ha institucionalizado guardar el día “viernes santo”, es decir el sexto día, que dicho sea de paso, es uno de los días predilectos del satanismo.

Es en esta fecha cuando las pescaderías aprovechan de vaciar sus stock esperando un balance superior al del año anterior. Es en esta fecha cuando miles de personas intentan “recogerse” , tratan de ser mejores, se arriman al televisor para conmoverse con añejas películas de un “cristo” miniaturizado lejos de toda descripción bíblica, y anhelan que llegue el día lunes para continuar la rutina de vidas licenciosas.
En otras palabras, dejan de comer carne un día y se comen el pecado todo el resto del año.

¿De que vale mantener esta tradición empapada de superstición, religiosidad, paganismo, ramitos santiguados y falso recogimiento, si en menos de una semana todo seguirá igual?

Tal vez lo mas importante es que tenemos un día viernes de descanso y que las radios se moderan un poco, y retiran de su programación sandunguera e indeseable.
Vía crucis
Este dogma que impulsa la liturgia romanista y que consiste en la observancia de ciertas estaciones (14) por las cuales habría pasado Cristo camino a la crucifixión, esta lleno de fantasías e ilusiones propias de la teología católica.

Esta liturgia es practicada por el romanismo durante siglos y su principal exponente fue el teólogo redentorista Alfonso Maria Ligorio. Cada año vemos por la televisión al papa de Roma efectuando aquel recorrido “cargando” una cruz y cumpliendo fielmente aquellas supuestas estaciones que el dogma establece.

Es importante precisar dos cosas: Primero, que es en esta liturgia donde se establece el concepto de calvario, que más tarde sería enquistado en el lenguaje evangélico. Es importante indicar que la Biblia jamás habla de “ calvario “ . El monte donde Cristo fue crucificado se llamaba “ monte de la calavera o Gólgota”.
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Escena de la película "La Pasión" donde Gibson recrea una de las estaciones del Via Crucis
En segundo lugar, el dogma del Vía Crucis, se ve claramente reflejado en el guión de la película “La Pasión” del cineasta Mel Gibson, y que por descuido, muchos evangélicos se sintieron profundamente “tocados” con la película, aun cuando a los minutos de iniciada, se aprecia una fuerte tendencia mariana y una diferencia absoluta con los relatos bíblicos.

En resumen, vemos que las sutiles fantasías y mentiras del romanismo, se introducen asolapadamente en la iglesia evangélica, de ahí la necesidad de existan hermanos que siempre nos estén informando y advirtiendo de estas cosas.
El testimonio de la iglesia primitiva
La iglesia primitiva, lejos de todo dogmatismo y de liturgias, jamás celebraba
“semana santa”; por el contrario, acostumbraba a recordar el padecimiento del Señor Jesucristo, cada primer día de la semana, veamos:
“ El primer día de la semana, reunidos los discípulos para partir el pan, Pablo les enseñaba, habiendo de salir al día siguiente, y alargó el discurso hasta la medianoche.” (Hechos 20: 7)
Si bien, no existe un dogma al respecto, este sencillo relato de la costumbre de los creyentes en Troas con la participación del apóstol Pablo, nos entrega cierta claridad respecto a la frecuencia de la celebración. Cada primer día de la semana.
La verdad es que no podría ser de otra forma, considerando que fue el domingo cuando el Señor resucitó y fue el primer día de la semana cuando el Señor se apareció a sus discípulos. Los creyentes de la iglesia primitiva acostumbraban a reunirse el domingo en la tarde para partir el pan, orar y estudiar las escrituras. La reunión era por la tarde, según entendemos en el relato señalado:
“…. y alargó el discurso hasta la medianoche.” (Hechos 20: 7)
Lamentablemente con el paso del tiempo y hasta nuestros días, las cosas han cambiado. Todo se ha vuelto sofisticado, lleno de liturgias y tradiciones que sencillamente no aparecen en la Biblia, y todo, “gracias” al legado de la iglesia de Roma.
Para nadie es un misterio que muchas iglesias evangélicas se han sumado a las tradiciones y preceptos provenientes del romanismo. No solo lo vemos en las arquitecturas de sus locales de reunión, sino que cada vez mas se observa una estrecha afinidad entre ministros evangélicos y sacerdotes o teólogos católicos. La “semana santa” es una muestra de aquello.

Con este artículo, no se pretende desaprobar a hermanos sinceros que se suman a esta fecha. Nuestro interés es defender la veraz fuente de las santas escrituras, por sobre dogmas, tradiciones o liturgias legadas del catolicismo romano.
Nuestro deber como cristianos es poner en alto la autoridad exclusiva de las santa Biblia porque es la Palabra de Dios. Las tradiciones de hombres no nos deben interesar.

Recordar lo que nuestro amado Señor y Salvador hizo en la cruz del Gólgota por nosotros solo una vez al año, es insuficiente considerando lo frágil que es nuestra memoria. Es necesario recordar con frecuencia lo que Cristo hizo por amor a nosotros y que dicho memorial no sea parte de una liturgia tradicionalista motivada por una fecha institucionalizada, por supersticiones o por tal o cual película de hollywood


domingo, 12 de febrero de 2012

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