domingo, 18 de octubre de 2015

El fin de toda carne viene ante mí...la tierra se ha llenado de violencia a causa de ellos, he aquí los destruyo con la tierra....toda carne en que hay aliento de vida bajo los cielos. Todo lo que hay en la tierra perecerá.

RECUERDAEl que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6








EL FIN DE MUCHAS CIVILIZACIONES
Génesis 6:13-7:24

13      Y dijo ’Elohim a Noé: El fin de toda carne viene ante mí. Por cuanto la tierra se ha llenado de violencia a causa de ellos, he aquí los destruyo con la tierra.
14      Hazte un arca de madera de ciprés, y harás compartimentos al arca, y la calafatearás con brea por dentro y por fuera.
15      Y esto es lo que le harás: Trescientos codos será la longitud del arca, cincuenta codos su anchura, y treinta codos su altura.
16      Harás una claraboya al arca y la rematarás a un codo por arriba, pondrás una puerta en un lado del arca, y le harás planta baja, segunda y tercera.
17      Y he aquí que Yo, sí, Yo hago caer un diluvio de aguas sobre la tierra para destruir toda carne en que hay aliento de vida bajo los cielos. Todo lo que hay en la tierra perecerá.
18      Pero estableceré mi pacto contigo, y entrarás en el arca, tú y tus hijos, tu mujer y las mujeres de tus hijos contigo.
19      También harás entrar en el arca dos de cada ser viviente, de toda carne, para que sobrevivan contigo. Serán macho y hembra.
20      De las aves, según su especie. De las bestias, según su especie. Y de todo reptil del suelo, según su especie. Dos de cada irán a ti para que sobrevivan.
21      Y tú, toma para ti de todo alimento comestible y almacénalo contigo, pues te será de sustento para ti y para ellos.
22      E hizo Noé conforme a todo lo que le había ordenado ’Elohim, así hizo.


El diluvio

7      Y dijo YHVH a Noé: Entra tú y toda tu casa en el arca, porque a ti he visto justo ante mi presencia entre esta generación.
2      De todo animal limpio tomarás contigo siete pares, macho y su hembra, pero del animal que no es limpio tomarás dos: el macho y su hembra.
3      También de las aves del cielo, de siete en siete, macho y hembra, para preservar la descendencia sobre la faz de toda la tierra.
4      Porque dentro de siete días Yo haré llover sobre la tierra durante cuarenta días y cuarenta noches, y borraré todo lo que existe, lo que he hecho de sobre la faz de la tierra.
5      E hizo Noé conforme a todo lo que YHVH le había ordenado.
6      Era Noé de seiscientos años cuando el diluvio de aguas vino sobre la tierra.
7      Y ante las aguas del diluvio Noé entró en el arca, y con él sus hijos, su mujer, y las mujeres de sus hijos.
8      Del animal limpio, y del animal que no es limpio, y de las aves, y de todo lo que repta sobre el suelo,
9      de dos en dos llegaron a Noé, al arca, macho y hembra, conforme ’Elohim había ordenado a Noé.
10      Y sucedió que a los siete días, las aguas del diluvio estaban sobre la tierra.
11      En el año seiscientos de la vida de Noé, en el segundo mes, el día diecisiete del mes, ese mismo día fueron resquebrajadas todas las fuentes del gran abismo, y las compuertas de los cielos fueron abiertas,
12      y fue la lluvia sobre la tierra cuarenta días y cuarenta noches.
13      En ese mismo día entró Noé en el arca, con Sem, Cam y Jafet, hijos de Noé, la mujer de Noé, y las tres mujeres de sus hijos con ellos.
14      Ellos, y toda bestia salvaje según su especie, y todo animal según su especie, y todo reptil que repta sobre la tierra según su especie, y toda ave según su especie, y todo pájaro, todo alado.
15      Y llegaron a Noé, al arca, de dos en dos, de toda carne en que había aliento de vida.
16      Y los que llegaron, macho y hembra de toda carne, entraron tal como lo había ordenado ’Elohim. Y YHVH cerró por él.
17      Y fue el diluvio sobre la tierra durante cuarenta días. Las aguas crecieron y levantaron el arca, y ésta se elevó sobre la tierra.
18      Las aguas fueron arreciando y crecieron mucho sobre la tierra, y flotaba el arca sobre la superficie de las aguas.
19      Y las aguas crecieron muy por encima de la tierra, de modo que quedaron cubiertas todas las altas montañas que están debajo de todos los cielos.
20      Quince codos más arriba crecieron las aguas, y las montañas quedaron cubiertas.
21      Y pereció toda carne que se movía sobre la tierra, tanto ave como animal y fiera, y de todo bicho que pulula sobre la tierra, y todos los hombres.
22      Todo lo que respiraba espíritu de vida con sus narices, todo lo que estaba en lo seco, murió.
23      Y borró todo lo que existía sobre la faz de la tierra, desde el hombre hasta la bestia, el reptil y el ave de los cielos, fueron borrados de la tierra, y en el arca quedó solamente Noé y los que estaban con él.
24      Y prevalecieron las aguas sobre la tierra ciento cincuenta días.

La destrucción de civilizaciones



Algunos intérpretes bíblicos afirman que la preparación del arca duró 120 años en referencia al límite de vida que Dios declara en 6:3. Sin embargo, las únicas fechas que el relato provee son el año 500 de la vida de Noé (5:32) y luego el diluvio en el año 600 de la vida de Noé (7:6). No se especifica cuándo Dios ordena a Noé a construir el arca.

Dios comunica su decisión de establecer su pacto de preservación con Noé. 

El pacto consiste específicamente en que Noé, su esposa, sus tres hijos y las esposas de sus hijos entrarían en el arca para ser preservados del diluvio. 

Además, para la continuación de la vida sobre la tierra, Noé debe meter en el arca una pareja de todo animal para que también sobrevivan al diluvio. 

Así como el diluvio fue el instrumento de juicio, el arca fue el instrumento de salvación para Noé y su familia y de sobrevivencia para las especies vivientes (1 Ped. 3:20). 

Hasta este tiempo, las plantas servían de alimento para el hombre y los animales (Gén. 1:29, 30). Ello hacía posible la convivencia entre todos en el arca. Noé obedece a Dios en todo.

Noé entra al arca, Génesis 7:1–10
Una vez terminada el arca, Dios ordena a Noé a entrar y así ser salvo de la destrucción. Dios muestra misericordia a Noé porque lo ve justo en su generación.

Luego entran todos los animales —domésticos y silvestres— y las aves, un macho y una hembra de cada especie. Se especifica que de los animales limpios deben entrar siete pares cada uno previendo así para el sacrificio que Noé ofrecería a Dios y para servir de alimento después del diluvio. 

Levítico 11:1–47 da una lista de los animales considerados limpios e impuros. Dios ordena que Noé suba al arca con su familia y los animales, concediéndole siete días para completar todo el “embarque” de seres vivientes y alimentos.

Dios trae el diluvio, Génesis 7:11–24. 
Casi todas las civilizaciones han transmitido tradiciones que relatan la experiencia común de un diluvio. 

En la cultura mesopotámica se preservan relatos de un diluvio con bastantes detalles e informaciones. Las similaridades y/o diferencias en estas tradiciones atestiguan el recuerdo permanente por parte de la humanidad de una catástrofe que afectara a la población y la naturaleza. 

Además, se han encontrado sedimentos llamados aluviones en diferentes lugares geográficos que indican que alguna vez hubo inundaciones. El relato en Génesis es parte de la revelación bíblica y posee las explicaciones necesarias y autoritarias que son normativas en la relación Dioshombre. 

De ahí afirma que el diluvio fue el instrumento de juicio de Dios contra la civilización corrupta y violenta. 

Los datos resaltantes del diluvio bíblico son los siguientes: 
Primero, las aguas separadas y contenidas en los actos creativos de Dios son liberadas e inundan la tierra. La creación vuelve a un estado de caos en donde no existen condiciones para la vida (Gén. 1:6–11). 
Segundo, la lluvia o la afluencia de agua tanto de arriba (encima de la bóveda) como la de abajo (las aguas que quedaron bajo la tierra) dura un período largo y suficiente como para cumplir su propósito. Las aguas llegan a cubrir aun las partes más elevadas de la tierra de tal manera que nada queda que pueda servir al hombre o al animal como medio de sobrevivencia. Todos los seres vivos enjuiciados por Dios (seres de respiración pulmonar; no se mencionan a los seres acuáticos) mueren por causa del diluvio. 
Tercero, Noé, su familia y los animales escogidos para la preservación de cada especie quedan a salvo dentro del arca la cual flota y se eleva sobre las aguas. La lluvia comienza después que todos hubieron entrado y después que Dios mismo cerrara la puerta del arca.

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Cosas para considerar
En Noé encontramos un ejemplo a seguir:
  1.      Noé caminó con Dios a pesar del ambiente pecaminoso que le rodeaba (6:8–              12).
  2.      Noé fue obediente cuando se le asignó la difícil tarea de construir el arca                      (6:14–21; 7:5).
  3.      Noé fue recordado por Dios y librado de la muerte (8:1).
  4.      Noé por la fe trabajó por su salvación y la de su familia (Heb. 11:7).
  5.      Noé advirtió a sus vecinos acerca del peligro inminente (2 Ped. 2:5).
  6.      Noé construyó el primer altar para adorar a Dios (8:20).
  7.      Noé fue honrado por Dios con una bendición especial (8:15–19), y luego con                un pacto extraordinario (8:20 a 9:17).
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La memoria del diluvio ha permanecido en el pensamiento bíblico como advertencia de juicio destructivo para los impíos y de salvación para los justos (2 Ped. 2:5). El mismo Señor Jesús compara la venida del Hijo del Hombre con los días de Noé y el diluvio (Mat. 24:37–39).

El diluvio Génesis 7:6–24 
Debemos notar que Noé era de seiscientos años (6) cuando ocurrió la catástrofe. La entrada al arca está descrita como un suceso calmo y ordenado, realizándose según lo que Dios había mandado. De acuerdo con el relato, las aguas del diluvio vinieron (10) sobre la tierra.

La segunda notación cronológica menciona el mes y día cuando comenzó el diluvio. Las aguas provinieron de dos partes: de abajo, las fuentes del gran abismo (11) y de arriba, las cataratas de los cielos. Una descripción tan sucinta ha despertado conjeturas acerca del significado de esas frases. La Biblia solamente nos dice que la turbulencia continuó durante cuarenta días y cuarenta noches (12). 

Antes que comenzara el diluvio, Noé y su familia con los animales entraron al arca, de acuerdo con lo ordenado por Dios. El Altísimo cerró la puerta, de modo que ellos flotaron a salvo sobre las aguas que crecieron en gran manera (18) hasta que todos los montes altos… fueron cubiertos (19).

El relato agrega que las aguas subieron quince codos más alto (20), es decir, unos siete metros; pero, lo que no se aclara es si esto era desde la cima de la montaña más elevada o desde algún otro punto. El agua realizó su objetivo catastrófico destruyendo todo lo que había en la tierra (22). Dos veces se hace énfasis sobre la destrucción (21, 23), porque el juicio fue algo pavoroso. Sólo los que estaban en el arca escaparon del diluvio; después, las aguas prevalecieron sobre la tierra ciento cincuenta días (24).

Pero, Dios se acordó Génesis 8:1–19
La declaración Se acordó Dios (1), es como un rayo de luz en la tenebrosa escena. La violencia y la maldad traen una cosecha de destrucción; pero la obediencia fiel de unos pocos produce expresiones bondadosas de parte del Juez celestial. El diluvio no iba a durar para siempre, ni los que estaban en el arca iban a quedar allí como si fuera una prisión. Nuevamente Dios actuó, enviando un viento secador que barrió las aguas, que rápidamente se retiraron de las cimas de las montañas. 

Pronto el arca (4) reposó sobre el monte Ararat que se encuentra en la parte oriental de Turquía. Lentamente, los montes (5) fueron descubriéndose; pero, cuando abrió Noé la ventana del arca (6) y envió una paloma (8), no halló tierra seca sobre la cual posase, de modo que volvió a él al arca (9). Una semana más tarde volvió a soltar la paloma (10) y nuevamente regresó, pero con una hoja de olivo (11).

Después de otros siete días (12), la paloma fue soltada por tercera vez. Pero en esta ocasión no volvió, lo que impulsó a que Noé quitara la cubierta del arca (13). El no permitió que nadie saliera del arca hasta que la tierra estuvo completamente seca, 57 días más tarde. 

Note que en el versículo 13 dice que las aguas se secaron (harevu); pero, en el siguiente afirma: se secó la tierra (yavesah). El cambio del verbo hebreo indica un secado superior al efectuado por la desaparición de las aguas sobre la tierra (13). En respuesta al mandato de Dios, Noé (18) abrió el arca, y todos los que habían estado adentro, salieron del arca (19).

Sacrificio y promesa Génesis 8:20–22 
Al salir del arca, Noé dirige primeramente sus pensamientos y acciones de gracias hacia Dios. Sobre el altar (20) fueron sacrificados algunos de los animales limpios, de las aves en igual condición, cuyo número era excesivo (7:2, 8–9) y el Señor le respondió. 

Las palabras y percibió Jehová olor grato (21) no sugieren que Dios tenía mucho apetito sino que El tomó en cuenta la acción de Noé y la aprobó. Se presenta a Dios como resolviendo para sí, que jamás volvería a emplear el diluvio como medio de castigo. 

Las razones para un juicio todavía permanecen, porque el intento del corazón del hombre es malo desde su juventud (21); pero la misericordia de Dios excluyó al diluvio como castigo. Esto no significa que ya no habrá más castigo. Este vendrá mientras el pecado persista entre los hombres; aunque por otros medios. Como señal de decisión, el Altísimo estableció un orden de secuencias naturales que animarían al hombre a abrigar esperanzas para el futuro.

Pacto de Dios con Noé Génesis 9:1–17 
Muy parecido a Génesis 1:28–29, Bendijo Dios a Noé y a sus hijos (1) y les dio el mismo mandamiento de poblar la tierra. Ellos tendrían que dominar todos los demás seres que la habitaran. 

Además de las plantas para comer, ahora se les autoriza a comer carne con una sola limitación. No podían comer carne en la que aun estuviera la sangre (4). La sangre era símbolo de la vida; y, en el hombre en particular, esto no debía ser tratado con liviandad. El había sido hecho a imagen de Dios (6) y por eso, tenía una posición especial.

Habiendo aclarado el papel único del hombre sobre la tierra, el Señor continúa elevando su relación especial con él, estableciendo un pacto (9) con Noé y sus descendientes. 

En ese pacto se hacía más énfasis sobre la misericordia que sobre el castigo, misericordia que quedaba extendida a todas sus criaturas y su señal peculiar mi arco he puesto en las nubes, (13) no quería decir, que el arco iris no hubiera aparecido antes. Su estrecha relación con la lluvia parece haber sido el principal motivo como señal del pacto divino, de que jamás se repetiría el diluvio. El punto es tan esencial que se reitera en seis ocasiones en los versos 11–17.


Las sugestiones teológicas de las experiencias de Noé relacionadas con el diluvio, a menudo solamente implícitas, son sin embargo claras. La raíz de la dificultad yace en la rebelión del hombre contra Dios y su propensidad e imaginación para el mal. 

Tampoco Dios tolera desmesuradamente el pecado. Hay un punto terminal que resulta en juicio para el hombre, pero no sin dolor para Dios (6:6). El dio el primer paso en la preparación para el juicio, haciendo provisión para aquellos que vivían conforme a su voluntad. Los demás, tuvieron que pasar por el juicio por haber desechado a Dios. 

La experiencia de Noé presenta a Dios como Amo completo de todas las fuerzas naturales, algunas de las cuales son usadas como instrumentos de castigo y otras de salvación. La solicitud divina en medio del juicio, se pone de manifiesto en la declaración de su recuerdo de aquellos que permanecían en el arca. Aunque la situación de ellos era arriesgada, jamás estuvieron ausentes del pensamiento del Altísimo. 

Cuando terminó el peligro, el Señor puso en evidencia su amor entrando en un pacto de relación personal con el hombre y las criaturas, espontáneamente dando promesas de gracias futuras. 

La vinculación de Dios con el hombre no tenía la índole de un complejo de fuerzas naturales a quienes se les asignara el nombre de dioses y diosas caracterizados por la extravagancia y el capricho. El es el Dios-Creador que demanda la justicia y castiga la corrupción. Sus tratos con el hombre son profundamente personales.

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sábado, 17 de octubre de 2015

Hubo un hombre en la tierra, y era aquel varón perfecto y honrado, temeroso de Dios y apartado del mal...de modo que este hombre era el más grande de todos

RECUERDA Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6







PREPARÉMONOS PARA ENSEÑAR EN LA CONGREGACIÓN
Job 1:1-5
1      Hubo un hombre en la tierra de Uz llamado Job, y era aquel varón perfecto y honrado, temeroso de Dios y apartado del mal.
2      Y le nacieron siete hijos y tres hijas.
3      Su hacienda era de siete mil ovejas, tres mil camellos, quinientas yuntas de bueyes, quinientas asnas y una muy numerosa servidumbre, de modo que este hombre era el más grande de todos los orientales.
4      Sus hijos solían ofrecer banquetes en sus casas, cada uno en su día respectivo, y acostumbraban a invitar a sus tres hermanas para que comieran y bebieran con ellos.
5      Y ocurría que al finalizar los días del festín, Job enviaba por ellos para purificarlos, y levantándose de madrugada, ofrecía holocaustos por todos ellos, conforme a su número, pues decía Job: Quizás mis hijos han pecado contra ’Elohim y blasfemado en su corazón. Así hacía Job siempre.

Título

La Historia de un Hombre Justo
Job 1:1–5

¿Se ha fijado que muchas veces los que procuran vivir para Dios y agradarle son los que sufren en esta vida? Esta realidad parece ser una contradicción al concepto popular que tiene la mayoría de los cristianos de que el que anda en comunión personal con Dios debe gozar de prosperidad.

¿Por qué sufren los justos? El libro de Job nos presenta la historia verídica de un hombre que nos obliga a considerar esta pregunta. Job era un varón fiel a Dios que pasaba por una serie de circunstancias difíciles, sin comprender el plan de Dios en medio de esa experiencia trágica. Al leer su historia, nos identificamos con él en sus aflicciones y dudas. ¿Dónde está Dios? ¿Por qué no le ayuda?

A través del relato de Job, aprenderemos mucho acerca de lo que Dios hace con su pueblo. Al terminar el estudio de este libro, entenderemos mejor la forma en que Dios Ileva a Su pueblo hacia la madurez.


¡REFLEXIONEMOS!

 ¿Por qué sufre un hijo de Dios? En seguida consideraremos las opiniones de algunos amigos de uno que sufre. Veremos cómo tratan de ayudarle. Si le tocara a usted ayudar a un cristiano que sufre, ¿qué le diría? ¿Cómo se le puede explicar esta clase de aflicción al que la padece? ¿Qué respuestas se oyen hoy en cuanto a esta clase de pregunta? Se espera que antes de terminar este libro, aprendamos una mejor manera de ayudar a los que sufren. 

Examinaremos pues, algunos aspectos importantes del plan de Dios.

EL AUTOR

Aunque el libro de Job no presenta ningún indicio de quién lo escribió, se ha sugerido una larga lista de posibles autores. Job mismo es una posibilidad. El conocimiento tan detallado de los eventos sucedidos da evidencia de que el autor era un testigo ocular. Los escritores de la Biblia frecuentemente relatan sus propias experiencias en tercera persona. Otro testigo ocular que se ha mencionado como posible autor es Eliú; parece ser el que más comprendía la situación entre sus contemporáneos.

Algunos comentaristas han sugerido autores bíblicos conocidos. Si Moisés escribió los demás libros de ese período, bien pudo haber escrito este relato también. Al igual que en algunos otros casos, Dios podría haberle revelado a Moisés lo que hacía y que Job no podía comprender. Esta teoría encuentra cierto apoyo en el hecho de que Uz estaba cerca de Madián, donde Moisés vivió durante cuarenta años.

Salomón es otra posibilidad. Escribió la mayor parte de los libros de sabiduría del Antiguo Testamento. Su estructura poética es similar a la que él solía emplear. 

Muchas de las ideas plasmadas en estos libros se asemejan a sus enseñanzas también.

Estos posibles autores son tan sólo una muestra de los muchos que se han sugerido. Cualquiera de ellos pudo haberlo escrito. Obviamente Dios no quiso indicarnos con seguridad quién lo escribió. El mensaje del libro demuestra claramente que a fin de cuentas la fuente es Dios.

LA FECHA

Dada la dificultad para identificar al autor del libro, resulta prácticamente imposible comprobar a ciencia cierta la fecha en que fue escrito. Las fechas propuestas oscilan entre 2000 y 200 a.C. Quienquiera que se sugiera como autor del libro determinará la fecha establecida.

Sin embargo, la evidencia es más clara en cuanto a la fecha de los eventos descritos en el libro. Las condiciones presentadas indican que Job vivió durante la época de los patriarcas de Israel, alrededor de 2000 a.C.

La mayor certeza en favor de esta fecha es la edad de Job. Después de su restauración, Job vivió 140 años más (42:16–17). Al sumar tantos años a su experiencia y madurez anterior, tendría que haber vivido unos 200 años aproximadamente. 

Si aceptamos el relato de Génesis como una base para evaluar la vida normal de la gente de sus contemporáneos, se colocaría a Job durante el tiempo de Taré, el padre de Abram (Gén. 11:32). Aunque el número decreciente de años de vida mencionado en el relato de Génesis no puede emplearse para definir una fecha exacta, seguramente sirve para señalar la tendencia general de la época.

Hay algunos otros indicios de que Job vivió durante la época de los patriarcas. El estilo de vida era agrícola. La riqueza se medía conforme a la cantidad de cabezas de ganado, no de acuerdo a la cantidad de plata u oro. El mayor núcleo social más importante era la familia. Job desempeñó el cargo de sacerdote familiar. Por último, es notable la falta de referencias tanto para la ley mosaica como para Israel.

ANTECEDENTES HISTORICOS

Poco se sabe acerca del trasfondo de Job. Como Melquisedec, Job entra en el escenario y sale inadvertido, sin ningún indicio en cuanto a sus antepasados ni en cuanto al futuro de sus descendientes.

En los días en que Dios Ilamó a Abraham, además de sus familiares, había otros que confiaban en Dios. Como en el caso de Abraham, no hay ningún indicio respecto a la forma en que ellos decidieron acercarse a Dios. 

Es posible que aprendieran acerca de El en sus hogares, por medio de los padres de familia que recordaran las experiencias de su antecesor Noé y, por eso, seguían fieles al Dios de su patriarca. Aparentemente Job era uno de aquellos hombres, por lo que le recordamos juntamente con otros grandes hombres de la fe.

EL PROPÓSITO Y EL TEMA

El relato en cuanto a Job se escribió para contestar a la pregunta de: “¿Por qué sufren los justos?” Se nos presentan varias alternativas para contestar esta interrogante. La respuesta simplista que proponen los tres amigos de Job, de que el sufrimiento es el resultado del pecado, muchas veces es cierto, pero no se aplica a todos los casos. A veces el sufrimiento se avecina para perfeccionar al pueblo de Dios y enseñarles a confiar más en El.

Aunque Dios nunca contestó directamente la pregunta de Job, le hizo cambiar su perspectiva. Cuando las respuestas humanas no sirven para contestar satisfactoriamente las preguntas de alguien que sufre, es necesario que esa persona adquiera una nueva visión del Dios soberano que tiene el control de Su universo. Cuando el hombre logra ver a Dios tal como El es, puede ser que aún no comprenda lo que Dios hace, pero está dispuesto a confiar en El y en los buenos propósitos que tiene para con Su pueblo. Job fija sus ojos en Dios y esto lo satisface. Ya no tiene que saber el porqué de su situación.

Así que, Job es un libro acerca de Dios y la forma en la que trata a Su pueblo, y es asimismo, un libro que trata el tema del sufrimiento. El libro nos revela la naturaleza de Dios y nos enseña mucho en cuanto a Su forma de perfeccionar a Sus hijos. Por eso, nos debe ayudar a aprender cuál ha de ser nuestra actitud a la luz de esta revelación divina.

Además del problema del sufrimiento y la revelación de Dios, Job presenta un ejemplo concreto del conflicto espiritual en el que todos participamos en este mundo. Aunque sin saberlo, mediante su experiencia Job participó en un conflicto mucho mayor, el enfrentamiento de Satanás ante Dios para controlar la vida de los hombres.
Al observar la vida de un hombre sometido voluntaria y fielmente a la autoridad de Dios en su vida, Satanás se dedicó a tratar de provocar su caída. A pesar de las múltiples acechanzas de Satanás, Job se mantuvo fiel a Dios.

El ejemplo de Job debe servirnos de advertencia como pueblo de Dios en cuanto a los propósitos de Satanás y la forma en que nos ataca. Hará todo lo posible para hacernos caer. La fidelidad de Job y su posterior restauración debe motivarnos a seguir su ejemplo y mantenernos fieles. Al someternos voluntariamente a la autoridad de Dios, podemos colaborar con El en la victoria de Su reino sobre el de Satanás.

LA ORGANIZACION DEL LIBRO

El libro comienza con una introducción donde se presenta el conflicto espiritual del cual la historia de Job forma parte (1–2). Se describen los eventos celestiales que provocaron el sufrimiento de Job.

La mayor parte del libro expone el debate humano en lo tocante a las causas del sufrimiento (3–37). El diálogo se desarrolla a través de tres ciclos del debate entre Job y sus tres amigos. Esta discusión gira alrededor de la relación entre el pecado y el sufrimiento (3–31). 

Los amigos de Job insisten en que sólo los pecadores sufren. Job protesta porque él es inocente y de cualquier manera sufre. Cuando el primer debate en base a la lógica humana resulta inútil, Eliú interviene para demostrar que el sufrimiento es un medio que Dios emplea para la edificación y purificación de sus hijos (32–37).

Al fin, Dios interviene para dar la última palabra en cuanto al tema. Sin embargo, Dios no contesta directamente la pregunta de Job. Este, al ver a Dios tal como El es, queda satisfecho; no hacían falta más explicaciones (38–42:6). El relato concluye con una descripción de la restauración de Job y de las bendiciones que Dios le da una vez pasada la prueba (42:7–17).

PLAN DE PRESENTACIÓN

PROLOGO: EL CONFLICTO ESPIRITUAL Job 1–2
EL RAZONAMIENTO HUMANO Job 3–37
LA REVELACION DIVINA Job 38–42:6
EPILOGO: EL RESULTADO DEL CONFLICTO Job 42:7–17

LAS CIRCUNSTANCIAS DE Job 1:1–5

El libro principia con un prólogo que explica la verdadera naturaleza de estos eventos en la vida de Job 1–2. La experiencia de Job formaba parte de un conflicto espiritual mucho mayor que la prueba que se cernía sobre él. Se encontraba en medio del enfrentamiento eterno de Satanás ante Dios.

Job nunca escuchó esta parte de la historia. El autor explica por qué un Dios justo estaría dispuesto a permitir que uno de Sus hijos pasara por un período de aflicción. Es una lástima que Job no hubiera podido leer este aspecto de la historia antes de pasar por semejante prueba. 

Le habría sido mucho más fácil comprender y aceptar el plan de Dios para su vida a través de aquellos momentos difíciles. Parte del proceso de crecimiento espiritual de Job implicaba la necesidad de confiar en Dios aun cuando no podía entender lo que le pasaba.


Su Carácter Job 1:1
La primera escena del libro comienza en Uz, un pequeño pueblo al sureste de Palestina. En cuanto a su carácter, Job era un hombre recto. Reconocía la autoridad de Dios y se había sometido a esa autoridad. Trataba de agradar a su Señor y evitar el mal.

La descripción de su carácter deber ser interpretada con cuidado. Por su naturaleza humana, Job se incluye entre los que Pablo menciona como pecadores (Rom. 3:23). Al calificárle como un hombre “perfecto” en el Antiguo Testamento, el autor se refiere a su integridad. La expresión traducida del original señala que Job era un hombre “intachable” o “irreprensible”. Nadie podía hallar motivo para criticarle, ni en su relación con Dios, ni en su relación con su prójimo.

La vida diaria de Job demostraba que era un hombre que andaba en comunión con Dios. Reconocía que su Señor merecía reverencia y temor. Además, se había dado cuenta de que Dios exigía un estilo de vida justo. El libro deja claro desde un principio que Job no estaba sufriendo por causa del pecado. Era un varón de Dios ejemplar.

JOB NO SUFRIA POR HABER PECADO

Su prosperidad  Job 1:2–3
El resultado de la fidelidad en su relación con Dios fue la bendición y la prosperidad. La sumisión a Dios y la bendición recibida se extendió también hacia toda su familia.
Dios le dio una gran familia que sería una bendición y una ayuda fuerte para la vida agrícola en la tierra donde Dios le colocó. Además, Dios le había prosperado con una gran cantidad de animales, a tal grado que el pasaje dice que su hacienda era la mayor de entre todos los orientales de su tiempo. Job gozaba de muchas bendiciones y le sobraban motivos para estar agradecido con Dios.

JOB FUE PROSPERADO POR DIOS

Su Familia Job 1:4–5
Aparentemente los hijos de Job estaban muy unidos. Pasaban mucho tiempo juntos. Siempre se reunían para celebrar cumpleaños y otras ocasiones especiales.
Job servía delante de Dios como sacerdote familiar. Es notable su inquietud por el estado espiritual de sus hijos. Job reconocía que Dios demandaba un sacrificio de sangre para perdonar los pecados. 

Por eso, él le ofrecía sacrificio todos los días, en caso de que alguno de sus hijos hubiera pecado. Quería estar seguro de que todos ellos estuvieran en buena comunión con Dios. Aunque esta actividad quedaría prohibida después del establecimiento de la ley, era la norma durante la época de los patriarcas (Gén. 8:20, 12:7–8). 

Esta responsabilidad sacerdotal del padre requería de una gran inversión tanto de su tiempo como de sus posesiones. Sin embargo, Job lo hizo de buena gana porque procuraba el bienestar de su familia.


¡REFLEXIONEMOS!

 Job reconoció la gran responsabilidad que Dios le había otorgado como padre. Es evidente que estaba muy interesado en el bienestar de sus hijos. Por lo tanto, invirtió tiempo y dinero en ellos para asegurarse de su buen estado espiritual. ¿Cuáles son las implicaciones del ejemplo de Job para nosotros en la actualidad? ¿Qué pasos podemos dar para asegurarnos del estado espiritual correcto de nuestros hijos? ¿Habrá algo específico que usted deba hacer para el bienestar espiritual de sus hijos?

En todo el sentido de la palabra, Job era un hijo de Dios ejemplar. Andaba en comunión con Dios e intentaba agradarle en todo. Cumplió fielmente con sus responsabilidades en relación con Dios, con su prójimo y con su propia familia. Por lo tanto, Dios le bendijo. Este hombre recto gozaba de la verdadera prosperidad.

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Ester hacía todo lo que le ordenaba Mardoqueo, como cuando ella era criada por él. Ester no había revelado su estirpe ni su pueblo

RECUERDA Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6


 







NOS PREPARAMOS PARA ENSEÑAR EN LA CONGREGACIÓN
Ester 1:10-22, 2:1-20 

10      Al séptimo día, cuando el rey estaba alegre a causa del vino, ordenó a Mehumán, Bizta, Harbona, Bigta, Abagta, Zetar y Carcas, los siete eunucos que servían al rey Asuero,
11      que condujeran a la reina Vasti ante el rey, ornada con la corona real, para mostrar su belleza a la gente y a los príncipes, porque era muy hermosa.
12      Pero la reina Vasti se negó a cumplir la orden que el rey envió a través de los eunucos, por lo que el rey se indignó en gran manera y se llenó de ira.
13      Entonces el rey, como era la costumbre del rey con los que conocían la ley y el derecho
14      (de quienes los más cercanos eran Carsena, Setar, Admata, Tarsis, Meres, Marsena y Memucán, los siete príncipes de Persia y Media, quienes veían el rostro del rey y se sentaban los primeros en el reino) consultó a los sabios que conocían los tiempos, diciendo:
15      Según la ley, ¿qué ha de hacerse con la reina Vasti por no haber cumplido la orden del rey Asuero enviada mediante los eunucos?
16      Entonces respondió Memucán ante el rey y los príncipes: La reina Vasti no ha faltado el respeto solamente el rey, sino también a todos los príncipes y a todos los pueblos que están en todas las provincias del rey Asuero.
17      Porque esta acción de la reina llegará a oídos de todas las mujeres, las cuales podrían menospreciar a sus maridos cuando se diga que el rey Asuero ordenó a la reina Vasti que se presentara ante él, y ella no quiso.
18      Y en este mismo día las princesas de Persia y de Media, enteradas del proceder de la reina, podrán decir lo mismo a todos los príncipes del rey, de modo que se levantará una gran indignación y desprecio.
19      Si parece bien al rey, expídase un edicto real de su parte, que sea escrito entre las leyes de Persia y de Media, con carácter irrevocable, que Vasti no comparezca más ante la presencia del rey Asuero, y otorgue el rey su título de reina a otra más digna que ella.
20      Y así, cuando el edicto del rey, el que va a hacer, sea oído en todo su reino ¡que siempre sea grande! todas las mujeres darán honra a sus maridos, desde el más importante hasta el más humilde.
21      Y el consejo agradó al rey y a los príncipes, y el rey hizo conforme a la palabra de Memucán,
22      y envió cartas a todas las provincias del rey, a cada provincia según su escritura, y a cada pueblo según su lengua, para que cada varón fuera cabeza en su casa y lo difundiera conforme a la lengua de su pueblo.

Ester, elegida reina

2      Después de estas cosas, cuando la ira del rey Asuero se hubo aplacado, se acordó de Vasti, y de lo que había hecho y de lo que había sido decretado contra ella.
2      Entonces los asistentes personales que servían al rey dijeron: Búsquense para el rey jóvenes vírgenes y de hermoso parecer,
3      y designe el rey funcionarios en todas las provincias de su reino para que reúnan a todas las jóvenes vírgenes y de hermosa apariencia en Susa, la ciudadela, en el harén, bajo la custodia de Hegai, eunuco del rey, guardián de las mujeres, y que se les den sus atavíos,
4      y la joven que sea agradable ante los ojos del rey, que reine en lugar de Vasti. Y el consejo agradó al rey, y lo hizo así.
5      Había un varón judío en Susa, la ciudadela, llamado Mardoqueo ben Jair, hijo de Simei, hijo de Cis, benjamita,
6      el cual había sido deportado de Jerusalem con los cautivos que fueron deportados con Jeconías, rey de Judá, a quien Nabucodonosor rey de Babilonia había llevado cautivo.
7      Éste había criado a Hadasa (que es Ester), hija de un tío suyo, porque ella no tenía padre ni madre, y la muchacha era de bella figura y hermosa apariencia. Cuando murieron su padre y su madre, Mardoqueo la tomó como hija suya.
8      Y cuando se divulgó la orden del rey y su edicto, aconteció que muchas doncellas fueron reunidas en la ciudadela de Susa bajo la custodia de Hegai, y Ester también fue llevada al palacio real, al cuidado de Hegai, guardián de las mujeres.
9      Y la joven halló gracia ante sus ojos y él fue bondadoso con ella, por lo que se apresuró a darle sus atavíos y ungüentos, y le asignó siete doncellas del palacio real para que la sirvieran, y la puso con sus doncellas en el mejor lugar del harén.
10      Ester no declaró cuál era su pueblo ni su linaje, porque Mardoqueo le había ordenado que no lo declarara.
11      Y cada día Mardoqueo se paseaba delante del patio del harén para saber cómo estaba Ester y cómo la trataban.
12      Y al llegar el turno de cada doncella para acudir al rey Asuero, al cabo de haber estado doce meses sometidas al reglamento vigente para las mujeres (porque el tiempo de su embellecimiento era este: seis meses con óleo de mirra y otros seis meses con perfumes y atavíos femeninos),
13      entonces la doncella acudía al rey; y todo lo que ella pedía le era dado, para llevar consigo del harén al palacio real.
14      Entraba por la tarde, y por la mañana regresaba a un segundo harén, al cuidado de Saasgaz, eunuco del rey y guardián de las concubinas. Y no acudía más al rey, a menos que el rey la deseara, y la mandara a llamar por su nombre.
15      Y cuando le tocó el turno de ir al rey a Ester, hija de Abihail, tío de Mardoqueo, quien la había tomado por hija suya, ella no solicitó cosa alguna, sino lo que había indicado Hegai, eunuco del rey y guardián de las mujeres, pues Ester hallaba gracia a los ojos de todos cuantos la veían.
16      Así pues, Ester fue llevada al rey Asuero, a su palacio real, en el mes décimo, que es el mes de Tebet, en el año séptimo de su reinado.
17      Y amó el rey a Ester más que a todas las mujeres, y logró ante él más gracia y favor que todas las doncellas, tanto que él le puso la corona real sobre la cabeza, y la proclamó reina en lugar de Vasti.
18      Y el rey celebró un gran banquete para todos sus príncipes y servidores: el banquete de Ester; y condonó tributos a las provincias, y dio presentes conforme a la generosidad del rey.
19      Y cuando las doncellas fueron reunidas por segunda vez, Mardoqueo estaba junto a la puerta real.
20      Ester no había revelado aún su estirpe ni su pueblo, como le había encargado Mardoqueo; pues Ester hacía todo lo que le ordenaba Mardoqueo, como cuando ella era criada por él.

 
De sierva a reina



Deposición de Vasti, Ester 1:10–22
Se cree que la reina Vasti, mencionada en la Biblia, es la reina conocida en otras fuentes como Amestris. Ella no acompañó a Asuero en la campaña contra Grecia, aunque las otras esposas de los gobernantes sí lo hicieron. Algunos creen, según la explicación bíblica, que había sido relegada hacía unos años; de allí el por qué no había acompañado a su esposo a Grecia. Se sabe que ella fue la responsable para que fuere mutilada la madre de una de las compañeras de Asuero no mucho después de la campaña a Grecia. 


Luego de esto, ella no aparece en la historia secular hasta que su hijo Artajerjes llega al trono. No es posible probar por la historia secular si Vasti fue o no la reina de Persia después del tercer año del reinado de Asuero. Su destronamiento sólo lo encontramos en la Biblia.

El rey había estado bebiendo durante siete días cuando ordenó que Vasti se presentara delante de los hombres en el banquete para mostrar su belleza (vv. 10–12). El hecho de su negación a presentarse ha intrigado a los lectores durante más de 2.000 años. ¿Por qué se negó? La razón más obvia sería que ella no quería mostrarse ante un grupo de personas “llenas de vino”, o sea, borrachas, ya que el autor describe la escena en estos términos.


Una especulación es que el rey le pidió aparecer sin ropa, o solamente con su corona y nada más (véase Tárgum II). Otros calculan el tiempo en que su hijo nació y opinan que estaba embarazada en esa época. Un comentarista especula que se negó para no colocarse al mismo nivel que las concubinas y mujeres del harén, quienes podían haber estado presentes en el banquete. Otro comentarista señala que el autor, al no darnos el motivo, insinúa algo muy significativo, esto es, que Vasti no tenía derechos reales. 


Todavía otros opinan que la negación de Vasti es meramente una excusa literaria para su deposición y la elevación de Ester. No podía negarse al mandato del rey, no importara cual fuera el motivo. Por otra parte, es posible que el escritor no supiera el porqué Vasti se negó a asistir al banquete.

Si el motivo de la negación de Vasti queda en duda, la explicación por la reacción de Asuero es bien obvia (v. 12b). Su honor estaba en juego. Recién, habiendo impresionado a todos en el banquete de su gloria, riqueza y poder, el hecho de la negación de la reina de su mandato lo dejaba en ridículo. Tendría que hacer algo inmediatamente y drástico para rescatar su honor.


Ha habido intentos de determinar el significado del nombre de cada uno de los siete eunucos, pero ¿qué ganaríamos si pudiéramos saberlo? Una de las funciones de estos eunucos era la de comunicación entre el rey y la reina. Sólo un eunuco, hombre castrado, podría acercarse a la reina. Los nombres de los siete eunucos, como también los de los sabios, son de origen persa.


En vez de tomar una decisión drástica en el calor de su humillación, Asuero sabiamente esperó para consultar con los sabios que podrían aconsejarle en cuanto a las posibles alternativas legales. Obviamente, estos siete hombres sabios (comp. Esd. 7:14; Isa. 44:25; 47:13; Dan. 2:27), mencionados en el v. 14, formaban parte del gobierno del imperio. La expresión “tenían acceso al rey” traduce el hebreo “los que veían el rostro del rey”. 


Si ellos eran de las siete familias que apoyaron a Darío en su opción o tentativa por el trono, entonces la reina tendría que haber sido elegida de una de estas siete familias. Algunos que argumentan contra la historicidad de Ester señalan que es imposible que una joven pobre, desconocida como Ester, que es obvio que no era de una de estas siete familias, pudiera haber sido elegida reina. Otros indican que Vasti misma no era de una de las siete familias y así que el precedente ya había sido establecido.

La sección que sigue (vv. 16–20) describe el consejo que estos sabios dieron al rey. Memucán, mencionado último en el v. 14, aparece como el vocero del grupo y declara solemnemente “ante el rey y los magistrados” el resultado de la consulta realizada a pedido del rey. Aunque el relato en el v. 15 parece destacar que no había ley establecida que se ocupara acerca de la desobediencia de la reina, la idea es más bien mostrar la necesidad de tener una. Memucán predijo que ocurriría un desastre nacional cuando se difundiera la noticia de que la reina había desobedecido al rey. Había hecho mal, no sólo hacia él y los magistrados, sino contra todo el reino.


Un comentarista señala que Vasti violó la ley no escrita y que su poder podía ser esgrimido sólo en privado. Parece que la reina perdió su posición en la corte, más bien que sufrir el destierro o la muerte. En efecto, el decreto significaba un divorcio irrevocable, rebajando la posición, poder y honor de Vasti a la de cualquier mujer. Nunca más el rey la invitaría, ni ella tendría acceso directo a él. Los magistrados sugieren que la posición de Vasti sea dada a otra, pero esto no fue realizado por algún tiempo. La mayoría de los comentaristas creen que la campaña de Grecia mantuvo a Asuero ocupado durante los años siguientes, razón por la cual se hubiera aplazado el edicto. 


Este decreto (v. 20) en sí no demandaba respeto de parte de las mujeres porque ¿cómo se puede exigir el respeto? La sentencia servía más bien para mostrar las consecuencias de la falta de respeto. Las mujeres debían ser intimidadas para fingir respeto hacia sus esposos, lo sintieran o no. 

Ester es un libro en el cual la voluntad del rey es suprema, sin importar el costo humano que se tuviera que hacer (v. 21).

Un comentarista señala que en ese tiempo cuando dos personas de antecedentes étnicos diferentes se casaban, el idioma de la madre era el que hablaban los niños, ya que la madre podía tener contacto diario y más íntimo con ellos. El peligro por supuesto era que ellos no aprenderían el idioma del padre.


Vemos este problema reflejado en Nehemías 13:23–25. El profeta está preocupado porque los niños habían perdido o estaban perdiendo la habilidad de hablar el idioma del pueblo israelita. Puede ser que este pasaje de Ester (v. 22) quiera dar la idea de que una manera en que los hombres pueden gobernar su casa es insistir en que el idioma del padre sea el idioma de la familia.


El rey tomó sumo cuidado de que el decreto se leyera y se aplicara en todo su reino, provincia por provincia, y en el idioma de cada una. Los reyes persas empleaban el arameo para los decretos reales, pero los enviaban también en dos o tres idiomas más. Con esta práctica nadie tendría un pretexto para no obedecer. Es de notar que la frase “Él expresó, en el idioma de cada pueblo…” es difícil; se omitió en la Septuaginta, probablemente por lo oscuro del texto hebreo original.


 ¿Búsqueda de una nueva reina, Ester 2:1–20
Siguiendo la recomendación de los jóvenes del palacio, el rey pone en marcha un proceso para descubrir, aprobar y coronar a la nueva reina quien tomaría el lugar de Vasti. Este proceso se realiza en tres etapas: el concurso de belleza (2:2-4), la presentación de Mardoqueo y Ester (2:5-7), y la coronación de Ester como la nueva reina (2:8-20).


El autor sugiere que el rey, habiendo pasado la reacción inicial por la negación de Vasti que causó su humillación pública, ahora estaría dispuesto a perdonar a Vasti e instalarla de nuevo como reina. Quizás pensaba que le había tratado con demasiada dureza. Sin embargo, se vio atado por el decreto irrevocable (v. 1). 


La Septuaginta, sin embargo, da una interpretación distinta, comentando que el rey “no la recordaba más”. Desde que Vasti fue presentada sólo para mostrar cómo Ester fue elegida para tomar su lugar, el autor del libro no sentía la necesidad de relatar el destino de ella. Esta es la primera vez, pero no la última, en que Asuero sería atrapado en su propio laberinto legal.

Consejos Ester 1:21
Los buenos consejos ocupan un lugar importante en la trama de este libro. En este versículo, los sabios aconsejan al rey. Luego se menciona a Mardoqueo aconsejando a su hija adoptiva, a la esposa; también los amigos aconsejan a Amán, y Amán aconseja al rey.

(1) Concurso de belleza, Ester 2:1–4

La idea de realizar un concurso nacional de belleza agradó al rey y se llevó a cabo. Esta práctica aparece en literatura folclórica de muchos países, sin embargo ignora la costumbre persa que requería que la nueva reina fuera de raza persa. Parece que la única consideración en la elección de la nueva reina sería su apariencia física (v. 2), lo que agradaría “a los ojos del rey” (v. 4). El “tratamiento cosmético” (vv. 3, 9, 12) incluía un largo proceso de purificación física, dieta especial y adorno con toda clase de joyas y ungüentos preciosos.

El costo humano no fue tenido en cuenta. No interesa que sólo una joven tuviera la oportunidad de llegar a ser reina. No importaba que las demás probablemente vivirían el resto de sus vidas como parte del harén del rey, y posiblemente nunca más serían llamadas a presentarse delante de él. No importaba que perdieran su oportunidad de casarse y formar su propia familia.


Algunos comentaristas creen que las jóvenes que no eran elegidas probablemente tendrían la libertad para regresar al hogar. Otros arguyen que esto es altamente improbable dada la filosofía de la época que consideraban que algo del poder del rey podía haberse depositado en ellas. Permitirle irse podría haber significado el riesgo de la pérdida del poder. 


Estas jóvenes probablemente vivirían como parte del harén del rey. No se dice nada acerca de los sentimientos personales de estas muchachas, pero el relato es presentado de tal manera que sospechamos que si ellas eran elegidas no tenían más opción que ir.

Mardoqueo ( Ester 2:5 )
Además de haberse encontrado el nombre “Mardoqueo” en las listas de los exiliados que regresaron a Judá (Esd. 2:2; Neh. 7:7), un nombre similar se ha hallado en unas tabletas persas en Persépolis. Sesenta y seis de estas tabletas han sido fechadas como pertenecientes a la época de Asuero. En más de treinta de ellas se lee el nombre Marduka o Marduku; y probablemente se refiere a distintas personas, lo que indica que se trataba de un nombre bastante común. 


Otro documento de esa misma época menciona a cierto Marduka que servía como contador en un viaje de inspección por la ciudad de Susa. Algunos estudiosos piensan que este Marduka pudo haber sido el Mardoqueo que aparece en el libro de Ester, ya que varias veces se lo menciona como “sentado a la puerta real” (ver 2:21; 3:2), costumbre que se asignaba a los oficiales persas.

(2) Presentación de Mardoqueo y Ester, Ester 2:5–7. 

Antes de describir cómo el “tratamiento cosmético” se llevaba a cabo, el autor introduce dos personas que juegan un papel preponderante en la narración que sigue. El nombre “Mardoqueo” aparece en Esdras 2:2 y Nehemías 7:7 entre los que regresaron a Jerusalén con Zorobabel, pero difícilmente sería la misma persona mencionada aquí. Lightfoot y otros, sin embargo, opinan que se trata de la misma persona y quien luego regresó a Persia. Parece que el nombre “Mardoqueo” tiene una relación directa con Marduc, uno de los dioses babilónicos. También se menciona en un texto contemporáneo de ese período el nombre de un tal Marduca, que servía como contador en una gira de inspección de Susa.

Parece haber dos caminos aceptables para entender el propósito de la genealogía de Mardoqueo (v. 5). Algunos estudiosos, que dan mucha importancia a la genealogía, creen que el propósito es presentar a Mardoqueo como una figura casi de la realeza. Según uno de ellos, el autor está muy interesado en los conceptos de realeza y monarquía. Se insinúa el linaje real de Mardoqueo, así como su genealogía, para más adelante presentarlo abiertamente como miembro de la realeza.


En 6:8 Mardoqueo usa las ropas reales; en 8:15 usa sus ropas y corona propias. Mardoqueo es presentado como el hijo de Jair, hijo de Simei, hijo de Quis, del linaje de Benjamín. 


En 2 Samuel 16:5–8 leemos de un Simei que se oponía al rey David. En 1 Crónicas 3:10–19 está en la lista un tal Simei como el bisnieto de Jeconías el rey, que fue llevado al exilio en el tiempo en que los parientes de Mardoqueo fueron deportados.

En 1 Crónicas 4:34–43 leemos de los hijos de Semaías, quienes destruyeron un grupo de amalequitas. Esto muestra que la enemistad entre los israelitas y los amalequitas iba en aumento.

Cómo llegaron a Persia los judíos
En el año 597 a. de J.C., Nabucodonosor, rey de Babilonia, llevó cautivo a Joaquín, rey de Jerusalén, y con él a más de 10.000 judíos. Uno de estos fue Quis, bisabuelo de Mardoqueo. Después de la muerte de Nabucodonosor en el 562 a. de JC., el imperio babilónico decayó rápidamente debido a los malos gobiernos de sus sucesores.
 

En el año 539 a. de J.C., el ejército de Ciro, rey de Persia, atacó y tomó Babilonia. Daniel describe cómo Belsasar fue repentinamente depuesto una noche, mientras celebraba un banquete (Dan. 5). El historiador Jenofonte menciona que los persas atacaron la ciudad durante una fiesta en la que todo Babilonia estaba bebiendo y divirtiéndose durante toda la noche.

Años más tarde, cuando los persas permitieron que algunos judíos regresaran a su tierra, muchos de ellos prefirieron quedarse en Persia. Hay muchos indicios de que la población judía en el exilio en Babilonia disfrutaba de un bienestar económico y podía mantener ciertos derechos y también cierto grado de autonomía.


Cuando suceden los eventos relatados en Ester, el judío Mardoqueo se encuentra en Susa, capital de Persia, junto con muchos otros de su raza.

El nombre Quis es mejor conocido como el nombre del padre de Saúl. Estudiosos creen que el autor del libro de Ester intenta hacernos entender que Mardoqueo es descendiente del linaje de Saúl, y por esa razón es una figura de la realeza. El propósito de la genealogía es traer a la mente del lector la persona de Saúl. El propósito para recordar a Saúl en el relato sería para aclarar el porqué los judíos no tomaron botín cuando se defendieron contra sus enemigos, durante el tiempo descrito en el libro de Ester.


En 1 Samuel 15, a pesar del edicto del día de no tomar despojo, Saúl había saqueado a los amalequitas. Este pecado fue una de las razones por las que el reinado le fue quitado y dado a David. El autor de Ester parece estar implicando que los judíos bajo el liderazgo de Mardoqueo honraron la prohibición ignorada por sus antepasados. Por lo tanto, la situación de 1 Samuel 15, en la cual Saúl pierde su reinado, es revertida por uno de sus descendientes, Mardoqueo, quien por decirlo así restaura la línea real de Saúl.
Eruditos creen que el autor de Ester fue capaz de capitalizar los conceptos de majestad y prerrogativas reales, ya que Mardoqueo era del linaje de Saúl más bien que del de David. 


La tradición davídica anhelaba un regreso a la tierra con la restauración de Israel como un estado político independiente en todo sentido. Los judíos que habían decidido no regresar a la tierra de Israel no promovieron ni desearon aparentemente la restauración del reino davídico. Tal restauración tendría entonces poco o ningún efecto sobre sus vidas. En realidad, el libro de Ester puede estar implicando que los judíos de la diáspora no necesitaban la restauración de Israel como una entidad política independiente. Como Ester y Mardoqueo lo prueban, los judíos podían elevarse a posiciones de poder y privilegio en tierras extranjeras sin la restauración del reino davídico.

Otros estudiosos ofrecen una interpretación diferente en cuanto al propósito de la incorporación de la genealogía de Mardoqueo en el libro de Ester. No creen que el propósito del autor fuera el de indicar que Mardoqueo descendía de Saúl. De ser este el propósito ¿por qué el autor no incluyó el nombre de Saúl en la genealogía? 


Otros estudiosos contestarían que la referencia está velada para evitar ser acusado de deslealtad o aun traición contra el rey extranjero bajo cuyo reinado ha decidido vivir. Sea correcto o equivocado, los estudiosos creen que el propósito de la genealogía fue señalar dos coincidencias. Una que el abuelo de Mardoqueo y el padre de Saúl tienen el mismo nombre. La otra, que Saúl y Mardoqueo son de la misma tribu y que Mardoqueo en su día confrontó a un agageo, así como lo había hecho Saúl en el suyo.

Aquellos que argumentan contra la historicidad de Ester señalan que si Mardoqueo hubiera sido llevado al exilio (v. 2:6) y hubiera vivido hasta el comienzo del reinado de Asuero tendría 140 años, y Ester, probablemente, entre 100 y 120 años. 


Estos cálculos se basan en el hecho de que desde la cautividad de Jeconías en el año 597 a. de J.C. hasta el comienzo del reinado de Asuero en 485 a. de J.C. existe un lapso de 112 años. 

Una forma de entender el pasaje es interpretar que quien fue llevado al exilio fue Quis, y no Mardoqueo. Entonces, siguiendo la práctica judía de omitir eslabones en la cadena genealógica, Mardoqueo sería un descendiente directo, pero no inmediato, de los que fueron llevados en cautiverio.

Mardoqueo había criado como a una hija a su prima huérfana Hadasa, nombre hebreo, o Ester, como él la llamaba en Persia (v. 7). Se han hecho muchos estudios sobre el significado de los dos nombres. Hadasa significa “mirto”. 


El uso de este término pudo haber sido significativo para los lectores judíos. Uno de los estudiosos observa que el profeta Isaías predijo que el mirto entre otras plantas podía ser usado por Dios para tornar el seco y árido desierto en un oasis (Isa. 41:19). Isaías 55:13 relata que el desierto en flor sería un recordatorio o una señal eterna a Jehovah “y de señal eterna que nunca será borrada”. 

El desierto en flor simbolizaba la verdad de que Dios había perdonado al pueblo de Israel, y continuaba cuidándolo. En el contexto del libro de Ester, Dios salvará al pueblo por medio de las acciones de una joven cuyo nombre significa mirto, que simbolizan paz y acción de gracias.

Otras posibilidades son que el nombre era derivado de la diosa babilónica Ishtar o de la palabra persa para “estrella”, o también de la palabra persa para “novia”. 


Probablemente, la idea que abarca todo el pasaje es que la joven usó dos nombres: el nombre hebreo en casa y con su pueblo, y el nombre persa en sus contactos con el pueblo persa. Parece seguro dar por sentado que la mayoría de los judíos de ese tiempo quienes habían tenido contacto con los persas usarían un nombre entendible y fácil de ser pronunciado por los persas.
 
 Coronación de Ester, Ester 2:8–20
Ester fue llevada al palacio con las otras jóvenes (vv. 8, 9). La expresión “fue llevada” implica voluntariamente. Sin embargo, el Tárgum I lo traduce “fue llevada a la fuerza” y el Tárgum II explica que Mardoqueo había escondido a Ester cuando los emisarios del rey buscaban las jóvenes más bellas. Por otro lado, la Septuaginta introduce en el texto (14:3–19) una oración de Ester en la que confiesa que se había casado con un incircunciso contra su voluntad.

La bendición de la adopción
Mardoqueo es un ejemplo del cuidado de un pariente hacia un familiar desamparado. Veamos algunos aspectos destacados de esta adopción: 


(1) En 2:7 se nos dice que él crió a su prima Ester pues ésta había perdido a sus padres. Pero no solo la crió —proveyendo alimento y vestido— sino que “la tomó como hija suya”. Esto implica un cuidado afectivo más allá de cubrir las necesidades materiales básicas; era una verdadera y profunda relación de padre e hija. 

(2) En 2:10 vemos a Mardoqueo aconsejando a Ester. Él sabía lo que era mejor para su hija adoptiva y se preocupó de indicárselo, aun cuando Ester ya era mayor de edad y no vivía con él. En la poesía “Martín Fierro” encontramos esta misma verdad cuando leemos:
“Un padre que da consejos
más que padre es un amigo”.


(3) En 2:11 vemos otra faceta de la relación de adopción. Mardoqueo continuaba interesado y vigilante de lo que le acontecía a su hija adoptiva. Es importante notar que esto lo hacía “cada día”. 


(4) En 2:20 vemos que Ester, por su parte, obedecía las instrucciones de Mardoqueo “como cuando estaba bajo su protección”, aun cuando ya había sido proclamada reina. 

(5) En 4:17 ahora es Mardoqueo quien obedece las órdenes de su hija adoptiva. Esta relación muestra la bendición, tanto para padres como para hijos, de lo que significa la adopción. Quienes han tenido el privilegio de vivir de cerca esta experiencia dan testimonio del cambio profundo que ocurre con la llegada de ese hijo o esa hija tan anhelado. Un matrimonio pastoral en Argentina pudo recibir esta bendición; y a raíz de la misma, el padre escribió un inspirador libro titulado: “Por esta niña oraba”. Damos gracias a Dios por familias dispuestas a ser y recibir bendición a través del recurso paterno de la adopción.

El comentarista Lichtenberger entiende que Mardoqueo tenía amigos en la corte de Asuero, y que fue por su influencia que Hegai se fijó en Ester y luego la presentó al rey. Si es así, fue Mardoqueo quien es el verdadero héroe de la historia, el responsable por la liberación del pueblo judío. Este comentarista nos recuerda que el último capítulo termina enfatizando la grandeza de Mardoqueo, no de Ester. Más, hubo un tiempo cuando la fiesta de Purim fue llamada “El día de Mardoqueo”. Parece convincente este argumento, pero en la fiesta de Purim ahora, Ester es la figura principal.


Hegai se fijó en Ester, de entre todas las vírgenes, y vio algo que le llamó la atención. Ella “le agradó a sus ojos y obtuvo gracia delante de él” (v. 9). La palabra “gracia” traduce el término hebreo hesed 2617 que bíblicamente se refiere a la fidelidad y amor de Dios, pero aquí en el contexto secular se refiere a algo agradable y placentero. 


Su naturaleza obviamente ganadora pronto obtuvo lo mejor de todo: el mejor lugar en el harén, las mejores criadas y doncellas, comidas especiales y tratamientos de belleza. El lector siente que Ester no puede perder. La Septuaginta y el Tárgum II indican que ella rehusó las comidas, las cuales no estaban de acuerdo con las restricciones de la ley judaica. Pero el relato hebreo no da indicio de tal rechazo, como fue en el caso de Daniel y sus amigos.

Se torna absolutamente importante en el desarrollo posterior del relato que Ester no revela su nacionalidad o antecedente familiar, como Mardoqueo le mandó (v. 10). Es importante notar el respeto que Ester tenía para su padre adoptivo y la obediencia a su mandato, en contraste con la falta de respeto y la desobediencia de Vasti al mandato del poderoso rey Asuero. Mardoqueo tenía orden en su casa a base de amor manifestado en su cuidado diario por Ester, aun estando ella en la casa del rey.


Se pregunta por qué Mardoqueo aconsejó a Ester a no revelar su identidad, lo que sería una desobediencia a las leyes del judaísmo, en un tiempo cuando aún los judíos no eran amenazados. El Midrash, un comentario judío, procura contestar esta pregunta: “Mardoqueo pensaba entre sí: ¿Cómo es posible que esta fiel doncella judía se case con un hombre gentil? Debe ser que es porque alguna gran calamidad sucederá a Israel y así ella podrá librarlo”. 


Otra respuesta podría ser que Mardoqueo dio por sentado que una judía no sería tan bienvenida como lo sería una joven natural de Persia. Sólo más adelante se puede conocer por qué el secreto de su identidad era tan importante.
Por los acontecimientos posteriores del libro entendemos que el antisemitismo estaba presente dentro del imperio, aunque el libro de Ester provee la única evidencia disponible para esta notable agresión contra el pueblo judío.


Podemos leer de la cruel hostilidad y del prejuicio que existía hacia los judíos que vivían en Elefantina, Egipto, en el siglo V, por el descubrimiento en el papiro Elefantino de aquel período. También tenemos el trabajo de Hecataeus, el primer escritor griego que describe al pueblo judío. Dijo que su manera de vivir era “inhumana”. Sabemos además que había un antagonismo violento entre griegos y judíos desde el comienzo de las relaciones.


El exclusivismo judío debido especialmente a su celo por mantener las leyes sobre su dieta alimenticia y el sabat siempre han confundido y ofendido al extraño. No tenemos motivo para pensar que fue diferente en Persia en el siglo IV, que en el siglo V en Egipto, o en Europa en el siglo XX.


En este punto (2:11), Mardoqueo no parece ser parte de la estructura de la corte. Simplemente está buscando mantener contacto con su hija adoptiva. Sólo los eunucos podían entrar en el harén (1:10; 4:5), pero Mardoqueo se enteraba de su bienestar por medio de ellos. Se pregunta cómo Mardoqueo, siendo conocido como judío, podría estar en un lugar tan sensible y preguntando diariamente por Ester, sin que los oficiales sospecharan de ella. El comentario de Keil y Delitzsch afirma que hubo expositores judíos quienes opinaban que Mardoqueo tenía una posición de autoridad en el gobierno y que, teniendo acceso libre al palacio real, fácilmente pudo encontrar los medios para comunicarse con Ester.


No faltan algunos escritores que opinan que los motivos de Mardoqueo no eran tan puros y nobles como parecen al principio. Sugieren que su astucia fue motivada por su ambición por avances políticos en la corte de Susa y que estaba dispuesto a emplear a Ester como “un naipe de triunfo” para lograrlo. Sin embargo, la vasta mayoría de los comentaristas enfatizan el espíritu noble y el cuidado sincero que él manifestaba hacia ella.

Más que belleza física
La orden dada a los oficiales del rey era que debían buscar doncellas que se destacaran por su belleza física (2:3), y evidentemente Ester cumplía ese requisito (2:7). Sin embargo, no fue su belleza física la que la hizo pasar a la historia. Hay otros atributos que se destacan mucho más que su apariencia física, y que las jóvenes de todos los tiempos debieran ocuparse en cultivar: (1) Obediencia a sus padres; de la misma manera como Ester obedeció a Mardoqueo. (2) Responsabilidad social; valor para denunciar las injusticias aun a riesgo de consecuencias adversas. (3) Amabilidad de carácter; estar dispuesta a ser enseñada por otros. Ester 2:15 dice: “Así Ester obtenía gracia ante los ojos de todos los que la veían”. (4) Conocimiento de y dependencia en un Dios grande y poderoso que está por encima de todas las circunstancias.

Según un reconocido arqueólogo, desde el comienzo de los descubrimientos arqueológicos se creyó que las vasijas y otros recipientes quemadores y hornillos se utilizaban exclusivamente para quemar incienso en rituales religiosos. Sin embargo, ahora los arqueólogos tienen la certeza de que esos recipientes y hornillos fueron usados con fines cosméticos (2:12). Posiblemente usaron este tipo de artefactos en la preparación física de las jóvenes, Ester entre ellas.
 

 La mujer comenzaba un fuego en el quemador o artefacto, y agregaba una variedad de perfumes. Luego se quitaba sus ropas, se agachaba sobre el quemador y usaba sus ropas para formar una especie de carpa o toldo sobre ella para evitar que los vapores se dispersaran. Cuando ella transpiraba los vapores del perfume entraban en sus poros y eran absorbidos por la piel. Este ritual podía haber sido repetido a intervalos regulares.
Aproximadamente había pasado un año (vv. 13, 14). Era el turno de Ester para presentarse delante del rey. Todo lo que ella deseaba de ropas y regalos le era provisto. 


En el atardecer entraría ante el rey como una virgen, y a la mañana siguiente entraría al harén como una concubina. Nunca más saldría a menos que el rey la pidiera por nombre. Muchas mujeres probablemente vivirían el resto de sus vidas dentro del harén en un tipo de viudez. El “segundo harén” (v. 14) se refería a este recinto, bajo el cuidado del eunuco Saasgaz, donde se quedaban las doncellas después de una visita con el rey.
Ester sabiamente permitió ser guiada en la elección de sus ropas y los regalos por Hegai, el eunuco del rey a cargo del harén (v. 15). 


Él sería más capaz que ella para elegir las cosas que agradarían al rey. Además, su belleza sobresaliente y natural hacía innecesarios los arreglos especiales. Aquí aprendemos por primera vez el nombre del padre natural de Ester, quien había fallecido en algún momento en el pasado, aparentemente cuando Ester era aún niña (v. 7). Ester había obtenido “gracia” en los ojos de Hegai (v. 9) y ahora se extiende su fama y se aumentan sus admiradores, pues “obtenía gracia ante los ojos de todos los que la veían”.

Ester fue a la presencia del rey (v. 16) en el séptimo año de su reinado. Habían pasado cuatro años desde el banquete en que Vasti había sido destituida. Se pregunta por qué el rey estuvo sin reina durante tanto tiempo. Algunos contestan que probablemente estuvo ocupado en la guerra contra los griegos donde fue derrotado en 479 a. de J.C. y que llegó de vuelta a Susa justo a tiempo para recibir y aprobar a Ester como reina. Buena parte de este tiempo fue necesario para reunir las vírgenes de todo el reino, darles el extenso “tratamiento cosmético” y presentar a varias de ellas al rey antes de llegar a Ester.


Con la primera visita de Ester, la búsqueda de reina llega a su fin. Ella, que “agradó a los ojos y obtuvo gracias” delante de Hegai (v. 9) y “ante los ojos de todos los que la veían” (v. 15), finalmente “halló gracia y favor delante de él”, es decir, delante del rey Asuero (v. 17). 


El rey está complacido y depositó sus afectos sobre Ester en preferencia a todas las demás mujeres de su harén. Esto no significa que luego tendría relaciones exclusivamente con Ester, sino que ella sería la predilecta entre las demás. Ester impresionó tanto a Asuero que le coronó “reina en lugar de Vasti” sin más demora.
Para celebrar la coronación de Ester, el rey le ofreció un gran banquete (v. 18; comp. 1:3–5), llamado luego “La fiesta de Ester”. 


Literalmente el texto dice “concedió exoneración a las provincias” y se traduce en la RVA como “hizo reducción de impuestos a las provincias…”. El término “exoneración” (hanaja 2010) ha sido traducido con varios sentidos que incluye, además de “reducción de impuestos”, “feriados” o descanso de trabajos. También “a todos sus oficiales y servidores… dio obsequios” con gran generosidad (comp. 1:7; Jer. 40:5). Es evidente que Asuero quería que la coronación de Ester fuera un evento inolvidable.

El v. 19 es difícil de interpretar. Se lee como que fueron reunidas más vírgenes, pero esto parece improbable, ya que Ester había sido coronada reina. La Septuaginta omite la frase “cuando las jóvenes vírgenes eran reunidas por segunda vez”, probablemente debido a la dificultad que presenta. 


Algunos relacionan el v. 19 con el v. 8. Otros opinan que en realidad hubo otra reunión de vírgenes de acuerdo a la costumbre de la poligamia, como en el caso de Salomón quien tuvo 700 esposas y 300 concubinas. A pesar de la dificultad, esta frase sí establece el tiempo cuando el complot de homicidio fue descubierto y revelado al rey. Algunos comentaristas entienden que estas vírgenes serían jóvenes que nunca tuvieron la oportunidad de ir a la presencia del rey. Otros sugieren que ellas fueron reunidas y exhibidas para mostrar qué difícil había sido la competencia para Ester.

La primera parte del versículo es más importante que la segunda. Mardoqueo, gracias a Ester, ahora parece tener cierta posición en la corte. Ester es, seguramente, responsable de esta situación mencionada en 2:20, aunque ella no había revelado aún su relación con él, ni su nacionalidad. Antes Mardoqueo “paseaba frente al patio del harén” (v. 11) cuando Ester estaba bajo el control de Hegai, pero ahora, estando ella en el palacio del rey, él “estaba sentado junto a la puerta real” (v. 19). Nadie que no fuera aprobado por el rey podría sentarse en ese lugar.


El v. 20 sirve como un entre paréntesis, recalcando que, aún siendo reina, Ester seguía guardando el secreto de su parentela judía. Establece también la posición subordinada que Mardoqueo ocupaba, quizás en categoría de guardia de la puerta. Se ha descubierto un documento cuneiforme en el cual figura un cierto Mardoqueo entre los dignatarios persas quien recibía el pago de dineros, o quizás impuestos, en la ciudad de Susa.

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