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domingo, 18 de octubre de 2015

El fin de toda carne viene ante mí...la tierra se ha llenado de violencia a causa de ellos, he aquí los destruyo con la tierra....toda carne en que hay aliento de vida bajo los cielos. Todo lo que hay en la tierra perecerá.

RECUERDAEl que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6








EL FIN DE MUCHAS CIVILIZACIONES
Génesis 6:13-7:24

13      Y dijo ’Elohim a Noé: El fin de toda carne viene ante mí. Por cuanto la tierra se ha llenado de violencia a causa de ellos, he aquí los destruyo con la tierra.
14      Hazte un arca de madera de ciprés, y harás compartimentos al arca, y la calafatearás con brea por dentro y por fuera.
15      Y esto es lo que le harás: Trescientos codos será la longitud del arca, cincuenta codos su anchura, y treinta codos su altura.
16      Harás una claraboya al arca y la rematarás a un codo por arriba, pondrás una puerta en un lado del arca, y le harás planta baja, segunda y tercera.
17      Y he aquí que Yo, sí, Yo hago caer un diluvio de aguas sobre la tierra para destruir toda carne en que hay aliento de vida bajo los cielos. Todo lo que hay en la tierra perecerá.
18      Pero estableceré mi pacto contigo, y entrarás en el arca, tú y tus hijos, tu mujer y las mujeres de tus hijos contigo.
19      También harás entrar en el arca dos de cada ser viviente, de toda carne, para que sobrevivan contigo. Serán macho y hembra.
20      De las aves, según su especie. De las bestias, según su especie. Y de todo reptil del suelo, según su especie. Dos de cada irán a ti para que sobrevivan.
21      Y tú, toma para ti de todo alimento comestible y almacénalo contigo, pues te será de sustento para ti y para ellos.
22      E hizo Noé conforme a todo lo que le había ordenado ’Elohim, así hizo.


El diluvio

7      Y dijo YHVH a Noé: Entra tú y toda tu casa en el arca, porque a ti he visto justo ante mi presencia entre esta generación.
2      De todo animal limpio tomarás contigo siete pares, macho y su hembra, pero del animal que no es limpio tomarás dos: el macho y su hembra.
3      También de las aves del cielo, de siete en siete, macho y hembra, para preservar la descendencia sobre la faz de toda la tierra.
4      Porque dentro de siete días Yo haré llover sobre la tierra durante cuarenta días y cuarenta noches, y borraré todo lo que existe, lo que he hecho de sobre la faz de la tierra.
5      E hizo Noé conforme a todo lo que YHVH le había ordenado.
6      Era Noé de seiscientos años cuando el diluvio de aguas vino sobre la tierra.
7      Y ante las aguas del diluvio Noé entró en el arca, y con él sus hijos, su mujer, y las mujeres de sus hijos.
8      Del animal limpio, y del animal que no es limpio, y de las aves, y de todo lo que repta sobre el suelo,
9      de dos en dos llegaron a Noé, al arca, macho y hembra, conforme ’Elohim había ordenado a Noé.
10      Y sucedió que a los siete días, las aguas del diluvio estaban sobre la tierra.
11      En el año seiscientos de la vida de Noé, en el segundo mes, el día diecisiete del mes, ese mismo día fueron resquebrajadas todas las fuentes del gran abismo, y las compuertas de los cielos fueron abiertas,
12      y fue la lluvia sobre la tierra cuarenta días y cuarenta noches.
13      En ese mismo día entró Noé en el arca, con Sem, Cam y Jafet, hijos de Noé, la mujer de Noé, y las tres mujeres de sus hijos con ellos.
14      Ellos, y toda bestia salvaje según su especie, y todo animal según su especie, y todo reptil que repta sobre la tierra según su especie, y toda ave según su especie, y todo pájaro, todo alado.
15      Y llegaron a Noé, al arca, de dos en dos, de toda carne en que había aliento de vida.
16      Y los que llegaron, macho y hembra de toda carne, entraron tal como lo había ordenado ’Elohim. Y YHVH cerró por él.
17      Y fue el diluvio sobre la tierra durante cuarenta días. Las aguas crecieron y levantaron el arca, y ésta se elevó sobre la tierra.
18      Las aguas fueron arreciando y crecieron mucho sobre la tierra, y flotaba el arca sobre la superficie de las aguas.
19      Y las aguas crecieron muy por encima de la tierra, de modo que quedaron cubiertas todas las altas montañas que están debajo de todos los cielos.
20      Quince codos más arriba crecieron las aguas, y las montañas quedaron cubiertas.
21      Y pereció toda carne que se movía sobre la tierra, tanto ave como animal y fiera, y de todo bicho que pulula sobre la tierra, y todos los hombres.
22      Todo lo que respiraba espíritu de vida con sus narices, todo lo que estaba en lo seco, murió.
23      Y borró todo lo que existía sobre la faz de la tierra, desde el hombre hasta la bestia, el reptil y el ave de los cielos, fueron borrados de la tierra, y en el arca quedó solamente Noé y los que estaban con él.
24      Y prevalecieron las aguas sobre la tierra ciento cincuenta días.

La destrucción de civilizaciones



Algunos intérpretes bíblicos afirman que la preparación del arca duró 120 años en referencia al límite de vida que Dios declara en 6:3. Sin embargo, las únicas fechas que el relato provee son el año 500 de la vida de Noé (5:32) y luego el diluvio en el año 600 de la vida de Noé (7:6). No se especifica cuándo Dios ordena a Noé a construir el arca.

Dios comunica su decisión de establecer su pacto de preservación con Noé. 

El pacto consiste específicamente en que Noé, su esposa, sus tres hijos y las esposas de sus hijos entrarían en el arca para ser preservados del diluvio. 

Además, para la continuación de la vida sobre la tierra, Noé debe meter en el arca una pareja de todo animal para que también sobrevivan al diluvio. 

Así como el diluvio fue el instrumento de juicio, el arca fue el instrumento de salvación para Noé y su familia y de sobrevivencia para las especies vivientes (1 Ped. 3:20). 

Hasta este tiempo, las plantas servían de alimento para el hombre y los animales (Gén. 1:29, 30). Ello hacía posible la convivencia entre todos en el arca. Noé obedece a Dios en todo.

Noé entra al arca, Génesis 7:1–10
Una vez terminada el arca, Dios ordena a Noé a entrar y así ser salvo de la destrucción. Dios muestra misericordia a Noé porque lo ve justo en su generación.

Luego entran todos los animales —domésticos y silvestres— y las aves, un macho y una hembra de cada especie. Se especifica que de los animales limpios deben entrar siete pares cada uno previendo así para el sacrificio que Noé ofrecería a Dios y para servir de alimento después del diluvio. 

Levítico 11:1–47 da una lista de los animales considerados limpios e impuros. Dios ordena que Noé suba al arca con su familia y los animales, concediéndole siete días para completar todo el “embarque” de seres vivientes y alimentos.

Dios trae el diluvio, Génesis 7:11–24. 
Casi todas las civilizaciones han transmitido tradiciones que relatan la experiencia común de un diluvio. 

En la cultura mesopotámica se preservan relatos de un diluvio con bastantes detalles e informaciones. Las similaridades y/o diferencias en estas tradiciones atestiguan el recuerdo permanente por parte de la humanidad de una catástrofe que afectara a la población y la naturaleza. 

Además, se han encontrado sedimentos llamados aluviones en diferentes lugares geográficos que indican que alguna vez hubo inundaciones. El relato en Génesis es parte de la revelación bíblica y posee las explicaciones necesarias y autoritarias que son normativas en la relación Dioshombre. 

De ahí afirma que el diluvio fue el instrumento de juicio de Dios contra la civilización corrupta y violenta. 

Los datos resaltantes del diluvio bíblico son los siguientes: 
Primero, las aguas separadas y contenidas en los actos creativos de Dios son liberadas e inundan la tierra. La creación vuelve a un estado de caos en donde no existen condiciones para la vida (Gén. 1:6–11). 
Segundo, la lluvia o la afluencia de agua tanto de arriba (encima de la bóveda) como la de abajo (las aguas que quedaron bajo la tierra) dura un período largo y suficiente como para cumplir su propósito. Las aguas llegan a cubrir aun las partes más elevadas de la tierra de tal manera que nada queda que pueda servir al hombre o al animal como medio de sobrevivencia. Todos los seres vivos enjuiciados por Dios (seres de respiración pulmonar; no se mencionan a los seres acuáticos) mueren por causa del diluvio. 
Tercero, Noé, su familia y los animales escogidos para la preservación de cada especie quedan a salvo dentro del arca la cual flota y se eleva sobre las aguas. La lluvia comienza después que todos hubieron entrado y después que Dios mismo cerrara la puerta del arca.

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Cosas para considerar
En Noé encontramos un ejemplo a seguir:
  1.      Noé caminó con Dios a pesar del ambiente pecaminoso que le rodeaba (6:8–              12).
  2.      Noé fue obediente cuando se le asignó la difícil tarea de construir el arca                      (6:14–21; 7:5).
  3.      Noé fue recordado por Dios y librado de la muerte (8:1).
  4.      Noé por la fe trabajó por su salvación y la de su familia (Heb. 11:7).
  5.      Noé advirtió a sus vecinos acerca del peligro inminente (2 Ped. 2:5).
  6.      Noé construyó el primer altar para adorar a Dios (8:20).
  7.      Noé fue honrado por Dios con una bendición especial (8:15–19), y luego con                un pacto extraordinario (8:20 a 9:17).
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La memoria del diluvio ha permanecido en el pensamiento bíblico como advertencia de juicio destructivo para los impíos y de salvación para los justos (2 Ped. 2:5). El mismo Señor Jesús compara la venida del Hijo del Hombre con los días de Noé y el diluvio (Mat. 24:37–39).

El diluvio Génesis 7:6–24 
Debemos notar que Noé era de seiscientos años (6) cuando ocurrió la catástrofe. La entrada al arca está descrita como un suceso calmo y ordenado, realizándose según lo que Dios había mandado. De acuerdo con el relato, las aguas del diluvio vinieron (10) sobre la tierra.

La segunda notación cronológica menciona el mes y día cuando comenzó el diluvio. Las aguas provinieron de dos partes: de abajo, las fuentes del gran abismo (11) y de arriba, las cataratas de los cielos. Una descripción tan sucinta ha despertado conjeturas acerca del significado de esas frases. La Biblia solamente nos dice que la turbulencia continuó durante cuarenta días y cuarenta noches (12). 

Antes que comenzara el diluvio, Noé y su familia con los animales entraron al arca, de acuerdo con lo ordenado por Dios. El Altísimo cerró la puerta, de modo que ellos flotaron a salvo sobre las aguas que crecieron en gran manera (18) hasta que todos los montes altos… fueron cubiertos (19).

El relato agrega que las aguas subieron quince codos más alto (20), es decir, unos siete metros; pero, lo que no se aclara es si esto era desde la cima de la montaña más elevada o desde algún otro punto. El agua realizó su objetivo catastrófico destruyendo todo lo que había en la tierra (22). Dos veces se hace énfasis sobre la destrucción (21, 23), porque el juicio fue algo pavoroso. Sólo los que estaban en el arca escaparon del diluvio; después, las aguas prevalecieron sobre la tierra ciento cincuenta días (24).

Pero, Dios se acordó Génesis 8:1–19
La declaración Se acordó Dios (1), es como un rayo de luz en la tenebrosa escena. La violencia y la maldad traen una cosecha de destrucción; pero la obediencia fiel de unos pocos produce expresiones bondadosas de parte del Juez celestial. El diluvio no iba a durar para siempre, ni los que estaban en el arca iban a quedar allí como si fuera una prisión. Nuevamente Dios actuó, enviando un viento secador que barrió las aguas, que rápidamente se retiraron de las cimas de las montañas. 

Pronto el arca (4) reposó sobre el monte Ararat que se encuentra en la parte oriental de Turquía. Lentamente, los montes (5) fueron descubriéndose; pero, cuando abrió Noé la ventana del arca (6) y envió una paloma (8), no halló tierra seca sobre la cual posase, de modo que volvió a él al arca (9). Una semana más tarde volvió a soltar la paloma (10) y nuevamente regresó, pero con una hoja de olivo (11).

Después de otros siete días (12), la paloma fue soltada por tercera vez. Pero en esta ocasión no volvió, lo que impulsó a que Noé quitara la cubierta del arca (13). El no permitió que nadie saliera del arca hasta que la tierra estuvo completamente seca, 57 días más tarde. 

Note que en el versículo 13 dice que las aguas se secaron (harevu); pero, en el siguiente afirma: se secó la tierra (yavesah). El cambio del verbo hebreo indica un secado superior al efectuado por la desaparición de las aguas sobre la tierra (13). En respuesta al mandato de Dios, Noé (18) abrió el arca, y todos los que habían estado adentro, salieron del arca (19).

Sacrificio y promesa Génesis 8:20–22 
Al salir del arca, Noé dirige primeramente sus pensamientos y acciones de gracias hacia Dios. Sobre el altar (20) fueron sacrificados algunos de los animales limpios, de las aves en igual condición, cuyo número era excesivo (7:2, 8–9) y el Señor le respondió. 

Las palabras y percibió Jehová olor grato (21) no sugieren que Dios tenía mucho apetito sino que El tomó en cuenta la acción de Noé y la aprobó. Se presenta a Dios como resolviendo para sí, que jamás volvería a emplear el diluvio como medio de castigo. 

Las razones para un juicio todavía permanecen, porque el intento del corazón del hombre es malo desde su juventud (21); pero la misericordia de Dios excluyó al diluvio como castigo. Esto no significa que ya no habrá más castigo. Este vendrá mientras el pecado persista entre los hombres; aunque por otros medios. Como señal de decisión, el Altísimo estableció un orden de secuencias naturales que animarían al hombre a abrigar esperanzas para el futuro.

Pacto de Dios con Noé Génesis 9:1–17 
Muy parecido a Génesis 1:28–29, Bendijo Dios a Noé y a sus hijos (1) y les dio el mismo mandamiento de poblar la tierra. Ellos tendrían que dominar todos los demás seres que la habitaran. 

Además de las plantas para comer, ahora se les autoriza a comer carne con una sola limitación. No podían comer carne en la que aun estuviera la sangre (4). La sangre era símbolo de la vida; y, en el hombre en particular, esto no debía ser tratado con liviandad. El había sido hecho a imagen de Dios (6) y por eso, tenía una posición especial.

Habiendo aclarado el papel único del hombre sobre la tierra, el Señor continúa elevando su relación especial con él, estableciendo un pacto (9) con Noé y sus descendientes. 

En ese pacto se hacía más énfasis sobre la misericordia que sobre el castigo, misericordia que quedaba extendida a todas sus criaturas y su señal peculiar mi arco he puesto en las nubes, (13) no quería decir, que el arco iris no hubiera aparecido antes. Su estrecha relación con la lluvia parece haber sido el principal motivo como señal del pacto divino, de que jamás se repetiría el diluvio. El punto es tan esencial que se reitera en seis ocasiones en los versos 11–17.


Las sugestiones teológicas de las experiencias de Noé relacionadas con el diluvio, a menudo solamente implícitas, son sin embargo claras. La raíz de la dificultad yace en la rebelión del hombre contra Dios y su propensidad e imaginación para el mal. 

Tampoco Dios tolera desmesuradamente el pecado. Hay un punto terminal que resulta en juicio para el hombre, pero no sin dolor para Dios (6:6). El dio el primer paso en la preparación para el juicio, haciendo provisión para aquellos que vivían conforme a su voluntad. Los demás, tuvieron que pasar por el juicio por haber desechado a Dios. 

La experiencia de Noé presenta a Dios como Amo completo de todas las fuerzas naturales, algunas de las cuales son usadas como instrumentos de castigo y otras de salvación. La solicitud divina en medio del juicio, se pone de manifiesto en la declaración de su recuerdo de aquellos que permanecían en el arca. Aunque la situación de ellos era arriesgada, jamás estuvieron ausentes del pensamiento del Altísimo. 

Cuando terminó el peligro, el Señor puso en evidencia su amor entrando en un pacto de relación personal con el hombre y las criaturas, espontáneamente dando promesas de gracias futuras. 

La vinculación de Dios con el hombre no tenía la índole de un complejo de fuerzas naturales a quienes se les asignara el nombre de dioses y diosas caracterizados por la extravagancia y el capricho. El es el Dios-Creador que demanda la justicia y castiga la corrupción. Sus tratos con el hombre son profundamente personales.

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