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viernes, 24 de marzo de 2017

Se levantarán los reyes de la tierra, y príncipes consultarán unidos contra Jehová y contra su ungido, diciendo: Rompamos sus ligaduras, y echemos de nosotros sus cuerdas.

PARA RECORDAR ... El que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6






SALMO 2

El reino del ungido de Jehová

          1      ¿Por qué se amotinan las gentes,
    Y los pueblos piensan cosas vanas?
          2      Se levantarán los reyes de la tierra,
    Y príncipes consultarán unidos
    Contra Jehová y contra su ungido, diciendo:
          3      Rompamos sus ligaduras,
    Y echemos de nosotros sus cuerdas.

          4      El que mora en los cielos se reirá;
    El Señor se burlará de ellos.
          5      Luego hablará a ellos en su furor,
    Y los turbará con su ira.
          6      Pero yo he puesto mi rey
    Sobre Sion, mi santo monte.

          7      Yo publicaré el decreto;
    Jehová me ha dicho: Mi hijo eres tú;
    Yo te engendré hoy.
          8      Pídeme, y te daré por herencia las naciones,
    Y como posesión tuya los confines de la tierra.
          9      Los quebrantarás con vara de hierro;
    Como vasija de alfarero los desmenuzarás.

          10      Ahora, pues, oh reyes, sed prudentes;
    Admitid amonestación, jueces de la tierra.
          11      Servid a Jehová con temor,
    Y alegraos con temblor.
          12      Honrad al Hijo, para que no se enoje, y perezcáis en el camino;
    Pues se inflama de pronto su ira.

    Bienaventurados todos los que en él confían.

La coronación del Ungido

  SALMO 2: ALABANZA REAL. 
LA CORONACIÓN DEL UNGIDO


Este Salmo es un himno a Dios que es rey sobre todo y realiza su dominio por medio de un ungido (mesías). Es anónimo, aunque en Hechos 4:25 los creyentes lo citan como un salmo de David. Es un salmo a la coronación de un rey, o puede ser un recuerdo después en un tiempo de crisis. Algunos biblistas piensan que es un salmo tardío, del tiempo de los reyes macabeos; pero en el período del segundo templo (516 a. de J.C. hasta 70 d. de J.C.) los reyes no fueron ungidos. Más razón tienen los que creen que la ocasión fue la coronación de Salomón. No es necesario pensar en sólo una coronación específica, porque el salmo presenta un enfoque más general que puede ser usado en muchas ocasiones de coronación.

En algunas obras judías los dos primeros salmos eran introductorios. Probablemente durante el proceso de formación de las colecciones de salmos, el Salmo 2 fue la introducción al Libro I de salmos davídicos. Más tarde, cuando se completó todo el Salterio, el Salmo 1 fue puesto como introducción a todo el libro. A veces los dos Salmos fueron unidos en uno, así empezó y terminó con el mismo concepto: bienaventurado (ashré 835). Por eso algunos mss. y versiones de Hechos 13:33 dicen “el primer Salmo” en vez de “el Salmo segundo”.

En algunos comentarios judíos los dos primeros Salmos fueron considerados mesiánicos (entendieron el hombre en 1:1 como el rey). Nuestra palabra “mesías” es la palabra ungido en 2:2. Durante la monarquía los reyes de Israel y de Judá eran ungidos con aceite cuando eran coronados. En otros países antiguos no hablaban de sus reyes como “ungidos”. Y ningún pasaje claramente escatológico del AT usa el término “ungido”.

Después del cautiverio los reyes israelitas no eran ungidos. Entonces los judíos empezaban a entender que en el futuro habrá un “ungido” especial de Dios, el Mesías. Hay mucha literatura rabínica sobre un mesías escatológico. Se encontró en Qumrán una tradición que en la edad escatológica, de nuevo, se usaría la unción del rey.

El Salmo 2 se cita en el NT más veces que cualquier otro, porque Jesús y los apóstoles lo entendieron como un Salmo mesiánico que encuentra su cumplimiento pleno en Cristo. A veces se pregunta si es legítima una exégesis que aplica estos salmos reales a Cristo si el autor estaba hablando de un rey terrenal en la monarquía.

Es cierto que la intención del autor es la base de toda buena interpretación. Y es cierto que el salmista tenía en mente un rey (o reyes) en la historia de Israel. A la vez la Biblia enseña que detrás del autor humano Dios estaba inspirando las Escrituras. Aunque el salmista tiene en vista primero un rey de la monarquía, Dios puede dirigir e inspirar la escritura de tal manera que señale hacia un Rey ungido mayor en el futuro. De hecho, esto es lo que enseña el NT; el reino temporal de la línea davídica señalaba adelante hacia el reino eterno cuyo rey será el Mesías, Cristo.

Es evidente que Jesús dirigió a los discípulos en su entendimiento del AT. El y todo el NT toman en cuenta ciertos principios básicos que nos ayudan a entender su manera de interpretar el AT. Algunos de estos principios son: 1) “la solidaridad corporativa”, es decir, un pasaje que habla del pueblo de Israel puede también encontrar su cumplimiento en representantes del pueblo (un remanente) o en un representante (un profeta o el Mesías, cf. Mat. 2:15 y Ose. 11:1); 2) “la correspondencia en la historia”, es decir, puesto que Dios interviene en los hechos históricos, él puede dirigir de tal manera que acontecimientos en la historia de salvación “prefiguren” algo que sucederá en el futuro (cf. 1 Cor. 10:6, 11); 3) “cumplimiento escatológico”, es decir, las enseñanzas y acontecimientos del AT señalan hacia otros acontecimientos en “los últimos días”. Los discípulos fueron tan conmovidos por “el hecho de Cristo”, por todo que sucedió en su ministerio, crucifixión y resurrección y en su propia experiencia, que no pudieron interpretar y aplicar las Escrituras de otra manera.

Como cristianos, partícipes del nuevo pacto, podemos confiar en la enseñanza de Jesús y sus apóstoles. Podemos aceptar sin reserva su interpretación de las Escrituras del AT. Así, cuando ellos ven que acontecimientos y pasajes del AT prefiguran y sañalan hacia Cristo, creemos que así les enseñaron Jesús y el Espíritu Santo.

Ellos vieron que por inspiración Dios quiso que este Salmo (y otros) señalara hacia Cristo y tuviera su cumplimiento pleno en él. Los primeros cristianos entendieron todo esto como confirmación segura de que Jesús es el Cristo profetizado en el AT.

Taller homilético
De rebelde a hijo adoptivo
Salmos 2:1–12
  I.      Condenación de la rebelión humana, Sal 2:1–6.
    1.      Conspiración: Los pueblos traman cosas vanas, v. 1.
    2.      Rebelión: ¡Rompamos sus ataduras, v. 3.
    3.      Resultado: Y los turbará en su furor, v. 5.

  II.      Confirmación de la adopción de Dios, Sal 2:7–9.
    1.      Decreto: Jehovah me ha dicho, v. 7.
    2.      Herencia: Y te daré por heredad las naciones, v. 8.
    3.      Victoria: Tú los quebrantarás con vara de hierro, v. 9.

  III.      Exhortación conclusiva al arrepentimiento, Sal 2:10–12.
    1.      Sabiduría: Aceptad la corrección, v. 10.
    2.      Servicio: Servid a Jehovah con temor, v. 11.
    3.      Bienaventuranza: Bienaventurados todos los que en él se refugian, v. 12.

El Salmo es dramático; alterna entre las palabras de un narrador (el salmista) y diálogo directo de otros personajes. Así tenemos palabras del narrador (vv. 1, 2), diálogo directo de los reyes que están en rebelión (v. 3), otra vez del narrador (vv. 4, 5), palabra directa de Dios (v. 6), diálogo directo del hijo, el rey (vv. 7–9) y palabras del narrador dirigidas a los reyes (vv. 10–12).

  1.      La rebelión contra el Rey, Salmo 2:1–3

El Salmo empieza con una dramática pregunta retórica. La historia sigue igual. La historia es una sucesión de peleas y guerras. Sigue siendo cierto, al decir de Juan, que “el mundo entero está bajo el maligno”. Traman es el mismo verbo, en heb., que medita en 1:2. Cosas vanas es paralelo de “traición” o “engaño” en 4:2.

Se presentan o “se rebelan” es un término militar, de un inferior delante del superior. Aquí conlleva la idea de rebelión. A través de la historia se ha repetido el fenómeno, los hombres que están bajo el maligno se juntan contra Dios. En Hechos 4:25, 26 se ve un cumplimiento pleno de esto en lo que hicieron Herodes y Pilato.

Ataduras (v. 3): las mosrot 612 eran cuerdas con que ataban el yugo a los bueyes. El ser humano siempre ha querido rechazar el señorío de Dios. No entiende que Dios sabe lo que es mejor y desea lo mejor para los hombres.

  2.      Burla divina, Salmo 2:4–6

El párrafo muestra lo inútil de rebelarse contra Dios. Dios tiene todo el poder y la autoridad. Usa la ira del hombre y la vuelve en instrumento para cumplir sus propósitos. Se ve en la oposición a Cristo y la salvación hecha en la cruz.

Salvador y juez
Warren Wiersbe, en su libro Discover Yourself in the Psalms (Descúbrete a ti mismo en los Salmos), relata una historia que le contó cierto evangelista. 

Decía: “En una ciudad de la frontera, un caballo se encabritó y se escapó con un carro en el que había un niño pequeño. Viendo que el niño estaba en peligro, un joven arriesgó su vida para detener el caballo. El niño a quien había rescatado creció y llegó a ser un delincuente, y un día tuvo que comparecer ante el juez para ser sentenciado por un grave crimen.

El preso reconoció al juez como al hombre que años antes había salvado su vida, por lo que le suplicó gracia sobre la base de aquel hecho. Pero las palabras del magistrado silenciaron todas sus súplicas: “Joven, entonces fui tu salvador, hoy soy tu juez, y debo condenarte a ser ahorcado.”

Cuando los seres humanos persisten en su rebeldía, Dios tiene que juzgar. Aquí su respuesta es sencilla: Yo he instalado a mi rey en Sion. El pone las cosas en orden por medio de su representante, antes por el rey, pero en el final de la historia por el Rey supremo, Jesucristo. Dios ganó la victoria contra las fuerzas malignas por medio de Cristo; así instalará su reino eterno con el señorío de Cristo.

Sion era nombre de la ciudad jebusea que David capturó, el monte al sudeste de Jerusalén; más tarde se transfirió el nombre al monte del templo, al norte del monte original; más tarde se usó para toda Jerusalén.

  3.      El decreto divino, Salmo 2:7–9

Ahora habla el rey que está siendo coronado. Jehovah mismo le ha dicho: Tú eres mi hijo. Esta frase está repleta con significado. Es cierto que en el antiguo Cercano Oriente a veces el rey era considerado hijo de dios (en Egipto). Pero vale notar que los mismos judíos vieron esta frase como mesiánica. Tiene su cumplimiento pleno en Cristo Jesús. En el NT se cita con referencia al bautismo de Jesús (Mat. 3:17), a su transfiguración (Mat. 17:5) y especialmente a su resurrección (Hech. 13:33).

El v. 8 presenta grandes enseñanzas misionológicas. Dios quiere que su hijo pida por las naciones, y quiere que sus hijos (los cristianos) también pidan por las naciones. Como representantes de Cristo, hemos de tomar la iniciativa e interceder por los pueblos de toda la tierra.

El v. 9 pudo tener cumplimiento en un rey davídico, pero era un cumplimiento parcial. El cumplimiento pleno será cuando Cristo venga a instalar su reino como se revela en el Apocalipsis. La vara de hierro designa un instrumento fuerte, habla de la fuerza de su juicio. La vasija de alfarero habla de debilidad, era frágil.

Topacio bíblico
  Servid a Jehovah con temor y alegraos con temblor (Salmo 2:11).

  4.      Un llamado a los reyes, Salmo 2:10–12
Aceptad… Servid… Todavía hay una invitación, se les da una oportunidad de someterse. Gobernantes traduce el heb. shofte 8199, usado para “jueces” en el libro de Jueces.

Besad al hijo significa dar homenaje. El NT dice que todos doblarán la rodilla delante de Jesucristo. Pero los que no se someten voluntariamente lo harán bajo el terrible juicio de Dios. Así el salmista aconseja que es mejor reconciliarse mientras que haya tiempo, un consejo importante no sólo para los gobernantes sino para todo ser humano.

Besad al hijo es una frase difícil de traducir. Algunos han objetado a esta traducción porque: 
1) la palabra bar 1247 traducida hijo es aramea y no heb.; y 
2) muchas versiones y escritos rabínicos la entienden como “pureza”. Lo interpretan como: “Dad homenaje en pureza.” 

La traducción de RVA sigue siendo la mejor, pues debemos recordar que desde el tiempo de David había mucho contacto con los arameos de Siria y aquí el salmista se está dirigiendo a los pueblos vecinos de Israel.

De todos modos el sentido es claro, que los reyes y pueblos que están en rebelión deben someterse. La Biblia hace claro que no habrá ningún refugio de el Hijo de Dios, Jesucristo, pero sí hay refugio en él. 

Así, los que han aceptado el señorío de Cristo, pero todavía tienen miedo por estas advertencias de juicio, pueden descansar en esta realidad: son ¡bienaventurados todos los que en él se refugian!

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lunes, 27 de julio de 2015

Yo mismo he ungido a mi Rey sobre Sión, mi santo monte. Yo promulgaré el decreto: YHVH me ha dicho: Mi hijo eres Tú, Yo te he engendrado hoy.

Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6




 
Tipo de Archivo: PDF | Tamaño: MBytes | Idioma: Spanish | Categoría: Capacitación Ministerial
Información 


EXÉGESIS Y PREDICACIÓN SALMOS 2: 1-12

    1      ¿Para qué se sublevan las naciones,
            Y los pueblos traman cosas vanas?
    2      Se alzarán los reyes de la tierra,
            Y con príncipes consultarán unidos,
            Contra YHVH y contra su Ungido, diciendo:

    3      ¡Rompamos sus ligaduras
            Y echemos de nosotros sus cuerdas!

    4      El que se sienta en los cielos se sonreirá,
            Adonay se burlará de ellos.
    5      Luego les hablará en su ardiente ira,
            Los aterrorizará en su indignación.

    6      Yo mismo he ungido a mi Rey sobre Sión, mi santo monte.
    7      Yo promulgaré el decreto:
            YHVH me ha dicho: Mi hijo eres Tú,
            Yo te he engendrado hoy.
    8      ¡Pídeme!, y te daré por herencia las naciones,
            Y como posesión tuya los confines de la tierra.
    9      Los quebrantarás con cetro de hierro,
            Los desmenuzarás como vasija de alfarero.

    10      Ahora pues, oh reyes, actuad sabiamente.
            Admitid amonestación, jueces de la tierra:
    11      Servid a YHVH con temor,
            Y regocijaos con temblor.

    12      ¡Besad los pies al Hijo!
            No sea que se irrite y perezcáis en el camino,
            Pues de repente se inflama su ira.
            ¡Cuán bienaventurados son todos los que se refugian en Él!

La ocasión local del Salmo 2 puede haber sido una revuelta de las naciones que Salomón había sometido, en los primeros años de su reinado. 

El hecho de que el salmo se aplique no menos de cinco veces a Cristo en el Nuevo Testamento (Mt. 3:17; Hch. 4:25–26; 13:33; He. 1:5; 5:5) indica la rebelión universal contra el gobierno divino que constituye la naturaleza esencial del pecado.

Se representan tres locutores: el salmista, Jehová y el rey.
El Salmo es dramático.
Alterna entre las palabras de un narrador (el salmista) y diálogo directo de otros personajes.

 Así tenemos:
A. Palabras del narrador (vv. 1, 2), 
B. Diálogo directo de los reyes que están en rebelión (v. 3),
C. Otra vez del narrador (vv. 4, 5), 
D. Palabra directa de Dios (v. 6), 
E. Diálogo directo del hijo, el rey (vv. 7–9) y 
F. Palabras del narrador dirigidas a los reyes (vv. 10–12).

ESTRUCTURA
Salmos 2:1-12
1. La rebelión de las naciones contra el Señor y Su ungido. Versículos 1–3. 
    El pecado no es simplemente la imperfección de lo humano o lo finito. 
    - Es una rebeldía moral, 
    - Una revuelta contra las leyes de Dios. 
    - El pecado es poner la voluntad del hombre en el centro de la vida en lugar de la
      voluntad de Dios. 
    - La rebelión de las naciones es una imagen del pecado del alma individual.

2. La inutilidad de la rebelión, a la luz del poder soberano de Dios. Versículos 4–6 
3. El rey recita el decreto que ha establecido su autoridad. Versículos 7–9 
4. Las lecciones que deben aprender los pueblos rebeldes y hacer la pazcon Dios
  . Versículos 10–12 


BOSQUEJOS PARA SU PREDICACIÓN

De  rebelde a hijo adoptivo
Salmos 2:1–12

I. Condenación de la rebelión humana, vv. 1–6.
   1. Conspiración: Los pueblos traman cosas vanas, v. 1.
   2. Rebelión: ¡Rompamos sus ataduras, v. 3.
   3. Resultado: Y los turbará en su furor, v. 5.

II. Confirmación de la adopción de Dios, vv. 7–9.
   1. Decreto: Jehovah me ha dicho, v. 7.
   2. Herencia: Y te daré por heredad las naciones, v. 8.
   3. Victoria: Tú los quebrantarás con vara de hierro, v. 9.

III. Exhortación conclusiva al arrepentimiento, vv. 10–12.
   1. Sabiduría: Aceptad la corrección, v. 10.
   2. Servicio: Servid a Jehovah con temor, v. 11.
   3. Bienaventuranza: Bienaventurados todos los que en él se refugian, v. 12.

Este salmo es muy conocido de los estudiantes del N.T. en virtud de su relevancia en cuanto a Cristo. Sin embargo, el pasaje era un salmo real del A.T., y por ello, fue usado por los reyes de la dinastía davídica. 

(Otros salmos reales son 18, 20–21, 45, 72, 89, 101, 110, 132, 144.) Su contenido describe la celebración que se hacía durante la coronación a pesar de la oposición de la gente rebelde de los territorios aledaños. 

En una palabra, el salmista exhorta a las naciones paganas a que abandonen sus planes contrarios al Señor y su rey ungido y se sometan a la autoridad del Hijo, a quien Dios ha ordenado que reine sobre las naciones con vara de hierro. (Como se indica en Hch. 4:25, Sal. 2 fue escrito por David.)

DESCRIPCIÓN EXEGÉTICA DEL SALMO 2

  A.      La rebeldía de las naciones (2:1–3)

2:1–3. Los primeros tres vv. expresan el asombro del salmista ante los planes de las gentes, y los pueblos de derrocar a Jehová y … su ungido (māšîaḥ, “Mesías”, que en gr. es Christos, el Cristo). Todo rey que era ungido por un profeta era un “mesías”, un ungido. Si obedecía al Señor, su reino contaba con la autenticación de la elección de Dios y el apoyo de su poder. A menudo, esto hacía que fracasaran los planes de las demás naciones.

El v. 1 expresa ese asombro en forma de pregunta retórica. El escritor no podía creer que “los pueblos” enemigos se amotinaran y planearan hacer algo que de antemano estaba destinado al fracaso. Al resistirse a su ungido, los reyes de la tierra en realidad se estaban oponiendo al Señor (v. 2).

El v. 3 registra cuál era la intención de las naciones: deseaban romper las ligaduras que los oprimían y quedar libres del control político de ese rey. La expresión que usa el salmista describe su esclavitud a ese monarca como si estuvieran atados con cuerdas. Y eso no lo podían soportar.


  B.      La decisión del Señor (2:4–6)

2:4. El salmista deja la descripción de las naciones (vv. 1–3) para hablar de la respuesta del Señor a su plan. Haciendo una audaz descripción, imaginó que Dios se burlaba de ellos. El Señor que mora y se sienta en su trono (cf. 9:11; 22:3; 29:10; 55:19; 102:12; 113:5; Is. 6:1) en lo alto de los cielos, discierne cuán necio es su plan de resistirse a él. La descripción es antropomórfica; la reacción de Dios se establece en términos humanos.

2:5–6. Debido al desprecio que siente el Señor por su plan malvado, hablará a ellos en su furor. Es probable que el v. 6 sea un resumen de sus palabras, porque su decisión de poner a su rey en Jerusalén terminará con su rebelión. Sion, lugar que se menciona 40 veces en el libro de los Salmos, fue originalmente una ciudad cananea conquistada por David (2 S. 5:7). Posteriormente, esa palabra se usó para referirse a la zona del templo y más adelante, para hablar de toda la ciudad de Jerusalén (cf. el comentario de Lm. 1:4 y Zac. 8:3). Mi santo monte es un sinónimo del monte donde estaba el templo (cf. Sal. 3:4; 15:1; 24:3; 78:54; Dn. 9:16, 20; Abd. 16; Sof. 3:11).

Cuando Dios establezca a su rey, también dominará a aquellos que se oponen a él. Esto se hizo realidad con David y también se cumplirá al final de los tiempos con Jesucristo, el descendiente más destacado de ese monarca.


  C.      La declaración del rey (2:7–9)

2:7. A continuación, el salmista menciona la afirmación hecha por Dios en relación con el rey para demostrar con qué derecho reina. El decreto se refiere al pacto davídico, en el cual Dios declaró que él sería Padre de ese rey, y que éste sería su hijo. Así que cuando David se convirtió en rey, Dios describió su relación como la de un padre con su hijo. Por lo tanto, la expresión “hijo” llegó a tener el significado de un título mesiánico.

Mi hijo eres tú es una cita del pacto davídico (2 S. 7:14) de la cual el rey se apropia para demostrar su derecho legítimo a gobernar. Entonces, hoy se refiere al día de la coronación, y la expresión yo te engendré no habla de un nacimiento físico, sino que es una metáfora más amplia que describe cómo se convertiría en su “hijo”.

2:8. La significancia de esta adopción del rey como el ungido hijo de Dios se ve por su herencia. Así como un hijo hereda de su padre, así el rey hereda el reino de su “Padre”. El v. continúa citando el decreto divino, y hace una invitación al rey para que reclame su herencia, la cual alcanzará hasta los confines de la tierra algún día. La gente que viva en las naciones, incluyendo a las que se han rebelado (v. 1), serán subyugadas por el ungido de Dios.

2:9. Ese sometimiento se expresa en términos muy fuertes: Él aplastará (quebrantarás) a todos los rebeldes a medida que establece su reinado. Probablemente esas similitudes proceden de las costumbres condenatorias de Egipto, en las cuales el faraón usaba su vara o cetro para aplastar los recipientes votivos (vasija de alfarero) que en este caso representaban a las ciudades o naciones rebeldes. Los vbs. hebr. que aparecen en el v.—ra‘a‘ (“romper”) y nāp̱aṣ (“hacer pedazos, quebrar”)—describen un golpe desmenuzador para los rebeldes. Este v. se refiere al principio de su gobierno, en el cual aplastará toda rebelión.


  D.      Exhortación del salmista (2:10–12)

2:10–11. En vista de todo lo que el Señor ha decidido hacer con su Hijo, el salmista exhorta a las naciones rebeldes a someterse al rey antes de que venga su ira. 

Muchas veces en los Salmos, Dios es citado como Rey (v. 6; 10:16; 24:7–8, 10; 29:10; 44:4; 47:2, 6–7; 48:2; 68:24; 84:3; 95:3; 98:6; 99:4; 145:1; 149:2). El salmista instruyó a los reyes terrenos a que fueran prudentes y dejaran su insensata rebelión (cf. 2:1). 

Serían más sabios si sirvieran a Jehová con temor y se alegraran con temblor. 

“Servir”, “alegrarse”, “temer” y “temblar” describen las respuestas religiosas de los justos cuando adoran al Señor. Éstos deben llevar vidas de sumisión, no de rebelión, vidas que se caracterizan por el temor y el temblor, no la arrogancia; vidas llenas de exaltación, no de la tristeza de la opresión.

2:12. Aquí, la imagen es la de someterse a un soberano: ¡Honrad al Hijo! En este v., es inusual el uso de bar, palabra aramea que significa “hijo”. Por tanto, algunas versiones la trad. de forma distinta. Jerónimo lo hizo como:“¡Dadle adoración pura!” (porque bar es la palabra hebr. que trad. “puro”). O “¡Adorad con pureza!” en vez de trad. como “hijo”. Sin embargo, no era raro que apareciera ese vocablo en un discurso dirigido a las naciones. Es más, “honrad” sugiere homenaje (cf. 1 R. 19:18; Os. 13:2). De cualquier forma, es claro que el salmista está diciendo a los reyes de la tierra que se sometan al Señor y a su Hijo ungido, el rey de Israel.

La urgencia de la sumisión requerida se expresa con la frase para que no se enoje en forma inesperada; i.e., de pronto. Aquí no es completamente claro si esa ira es del Señor o del rey. El antecedente más cercano es el rey (el hijo), quien aplastará cualquier oposición (Sal. 2:9). No obstante, en este salmo, las dos personas son inseparables; nadie puede servir al Señor (v. 11) si no se somete a su hijo (v. 12). Si los reyes de las naciones no se someten, el rey los destruirá, porque el Señor, en su ira y oposición a sus planes malvados, ha decretado que su Hijo ocupará el trono.

La nota final del salmo expresa una bendición para todos los que en él confían. (“Los que en él buscan refugio”, NVI99. El pensamiento de refugiarse en Dios aparece muchas veces en los salmos.) De nueva cuenta, se repite que someterse al hijo es encontrar refugio o amparo en el ungido del Señor, y por lo tanto, en él también. Sólo en el hijo estamos a salvo de la ira de Dios.

Este salmo es muy rico en aplicaciones novotestamentarias. 
Reflexionando en la forma en que los líderes de Israel crucificaron a Jesús, el Mesías, Pedro identificó prontamente a aquellos dirigentes judíos con los reyes paganos descritos en el salmo 2 (Hch. 4:25–26)

La significancia tipológica del “hijo” se ve cumplida en Hebreos 1:5. 
Este salmo de coronación se cita ahí para referirse a la exaltación de Cristo cuando resucitó (cf. Hch. 13:33) y ascendió a los cielos. Por ello, “fue declarado Hijo de Dios con poder” (Ro. 1:4), que es un título mesiánico. 

Cuando el Padre instruya a su Hijo a que reclame su herencia, entonces volverá a traer a su Hijo al mundo (He. 1:6). La segunda venida significa que se derramará su ira contra todos aquellos que se rebelan contra Dios y su rey ungido, pero dará gran alegría y refugio a todos aquellos que por fe se someten al plan divino de regir al mundo a través de Jesucristo, el descendiente de David. Así que el título de “hijo” tomado del pacto davídico (2 S. 7:14) finalmente se convierte en la designación de Jesucristo como rey.
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