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miércoles, 31 de agosto de 2016

Mi embrión vieron tus ojos, Y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas que fueron luego formadas, Sin faltar una de ellas.

RECUERDA Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6




Dios nos conoce desde antes de haber nosotros nacido


                 ¿Cuándo comienza la vida humana?
    La vida humana comienza al momento de la concepción. Las ciencias médicas y biológicas proveen la siguiente información.

CRONOLOGÍA DE LA NUEVA VIDA HUMANA
      •      Primer mes
         —Inmediatamente después de la fertilización de un óvulo, comienza el desarrollo celular. Antes de la implantación del cigoto en el útero, queda establecido el sexo del nuevo ser.         —En el momento de la implantación, la nueva vida está compuesta de cientos de células y desarrolla una hormona protectora para evitar que el cuerpo de la madre rechace al bebé como tejido extraño.         —A los 17 días, la nueva vida ya ha desarrollado células sanguíneas. La placenta es parte de esa nueva vida, y no de la madre.         —A los 18 días, se registran las primeras pulsaciones de un músculo, se trata del corazón.         —A los 19 días, comienzan a desarrollarse los ojos.         —A los 20 días, ya está formada la base del cerebro, de la espina dorsal y de todo el sistema nervioso.         —A los 21 días, el corazón comienza a latir en forma regular.         —A los 28 días, ya se han formado 40 pares de músculos a lo largo del tronco de la nueva vida. También se están formando los brazos y las piernas.
      •      Segundo mes
         —Pasados los 30 días, ya es evidente el flujo regular de la sangre dentro del sistema vascular; también comienza el desarrollo de los sistemas auditivo y olfativo.         —A los 40 días, el corazón del bebé late más rápidamente que el de la madre y tiene casi el 20% de la energía del corazón de un adulto.
      Sexta semana
         —El bebé mide 1.27 cms. de largo.         —A los 42 días, el esqueleto está completo y presenta varios reflejos.         —A los 43 días, se registran ondas eléctricas cerebrales. Esta es evidencia concreta de que ya se ha formado la parte cerebral causante del proceso de “razonamiento”. Se puede considerar que el nuevo ser es una persona pensante.
      Séptima semana
         —El bebé ya mide 2 cms. de largo.         —A los 49 días, el feto parece un muñeco en miniatura con dedos en manos y pies y orejas bien formadas.
      Octava semana
         —A los 56 días, todos sus órganos ya funcionan, el estómago, hígado, riñones y cerebro. Todos los sistemas están completos. El nuevo ser ya cuenta con todas sus partes físicas y sólo necesita crecer. El desarrollo futuro de la nueva vida consiste en ir refinando e incrementando su tamaño hasta alcanzar la madurez, que termina aproximadamente a la edad de 23 años.
         Esta etapa ocurre casi dos meses antes de que la mamá lo note o sienta el movimiento del bebé en su vientre. La madre no siente el movimiento del bebé sino hasta cuatro meses después de la concepción.
      •      Tercer mes
      Novena semana
         —El bebé mide 5 cms. de largo. Aparecen las huellas dactilares.         —A la novena y décima semana, el nuevo ser entreabre los ojos, traga y retrae su lengua. El contorno de su cara y cuerpo van tomando la apariencia de un bebé y sus características físicas se hacen obvias.         —A las 11 y 12 semanas, mueve brazos y piernas y aparecen las uñas de manos y pies. Además de chuparse el dedo pulgar, el nuevo ser inhala y expele el líquido amniótico.
      •      Cuarto mes
         —A las 13 semanas, comienza a crecer el pelo de su cabeza.         —A las 14 semanas, el bebé puede juntar sus manos y se chupa el dedo pulgar.         —A las 16 semanas, se pueden distinguir con claridad los órganos genitales. Las manitas ya pueden asir cosas (véase Oseas 12:3). El nuevo ser nada, patea y da maromas, aunque la madre no sienta todavía esos movimientos.
      •      Quinto mes
         —A las 18 semanas, el bebé ya mide 30 cms. de largo y la madre puede sentir el movimiento de su bebé. Las cuerdas vocales ya están funcionando… El nuevo ser ya puede llorar.
      •      Sexto mes
         —A las 26 semanas, todos los órganos de los sentidos ya funcionan, el bebé puede oír, ver, gustar y tocar.
    Aunque nadie comprende todos los caminos y obras de Dios, él hará lo mejor a favor de usted y de su bebé. Cada vida preciosa que se anida en el vientre de una madre está en el proceso formativo de Dios, el hacedor de todas las cosas.
“Así dice Jehová, tu Redentor, que te formó desde el vientre: Yo Jehová, que lo hago todo”.(Isaías 44:24)

    ¿Se puede considerar que un feto en desarrollo es un ser humano, una persona?
    Sí. El ser humano se define como un miembro de la especie homo sapiens. Cada ser humano individual tiene su propio código genético (ADN) que es singular y que quedó establecido en el momento de la concepción. El ADN del feto humano no solo es diferente al de los animales, aves y peces, sino también es distinto al ADN de su madre.
“No toda carne es la misma carne, sino que una carne es la de los hombres, otra carne la de las bestias, otra la de los peces, y otra la de las aves”.(1 Corintios 15:39)
      •      Evidencia científica
      El eminente genetista y profesor Jerome LeJeune, M.D., Ph.D., de la Facultad de Medicina de la Universidad René Descartes de Paris establece que:
         —“Si un huevo fertilizado no es en sí mismo un ser humano completo, nunca podrá llegar a ser un hombre, porque se le tendría que añadir algo, y sabemos que eso no sucede así”.
      •      Evidencia médica
         —El juramento de Hipócrates es un código de valores éticos que ha regido a la profesión médica desde tiempo inmemorial. Esa profesión, que tiene el poder de matar, así como de curar demanda un reglamento de compromiso moral no negociable. Aun en las culturas paganas había una convicción innata de que era malo practicar el aborto, tal como se evidencia en el “juramento hipocrático” que lo prohíbe. Ese juramento ha estado vigente en la civilización occidental desde cuando menos el año 400 a.C. y en parte dice:
         “El régimen que adopto será para el beneficio de mis pacientes de acuerdo con mi habilidad y juicio, y no para su perjuicio o para algo malo. No daré ninguna droga mortal a ninguno de ellos, aunque me lo pidan, ni tampoco aconsejaré que la tomen. Especialmente no ayudaré a una mujer a practicar el aborto”.
      •      Evidencia bíblica
         —La condición de persona de un bebé nonato queda ampliamente demostrada en la vida de Juan el Bautista quien “saltó de alegría” cuando aún estaba en el vientre de su madre.
         Elizabeth, la madre de Juan, dijo a María: “Porque tan pronto como llegó la voz de tu salutación a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre” (Lucas 1:44).
         —Dios participa activamente desde el momento inicial del desarrollo de una persona, aun antes de que el nonato tenga apariencia de bebé.
         El salmista David dijo a Dios, “Mi embrión vieron tus ojos, y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas que fueron luego formadas” (Salmos 139:16).
         —La Biblia establece explícitamente que Dios no sólo forma al nonato en el vientre, sino que también tiene un plan para su futuro antes de la concepción.
         “Antes que te formase [Dios] en el vientre te conocí, y antes que nacieses te santifiqué” (Jeremías 1:5).

    ¿Cuáles son los dos puntos de vista principales en cuanto al tema del aborto?
      •      La postura pro-vida
      Algunas personas creen que el feto humano es una persona desde el momento de la concepción y que el nonato debe recibir la protección de las leyes relacionadas con su derecho a la vida.      Esta posición está de acuerdo con la Biblia, que valora tanto la vida del nonato como la de la madre.
      “Si algunos riñeren, e hirieren a mujer embarazada, y ésta abortare, pero sin haber muerte, serán penados conforme a lo que les impusiere el marido de la mujer y juzgaren los jueces. Mas si hubiere muerte, entonces pagarás vida por vida, ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie, quemadura por quemadura, herida por herida, golpe por golpe” (Éxodo 21:22–25).
      •      La postura pro-decisión
      Algunas personas creen que el feto solo es una “persona en potencia” (Roe vs. Wade, 1973) y por lo tanto, no se le debe dar protección constitucional. Dicen que la embarazada tiene derecho a tomar la decisión de matar o dejar vivir al nonato. Esta posición acarrea la ira de Dios porque no brinda protección a una vida inocente que no ha nacido.
      “Seis cosas aborrece Jehová, y aun siete abomina su alma: los ojos altivos, la lengua mentirosa, las manos derramadoras de sangre inocente” (Proverbios 6:16–17).
      PREGUNTA: “La Biblia dice que los creyentes debemos someternos a las autoridades del gobierno (1 Pedro 2:13). Por lo tanto, si la constitución de cierto país permite el aborto, ¿cómo puede justificar el creyente participar en una manifestación contra las clínicas de aborto?”      RESPUESTA: En la Alemania nazi, el gobierno consentía el régimen de Hitler. En medio de esa cultura, los cristianos desafiaron a su gobierno e intentaron rescatar a la gente que estaban asesinando. Los creyentes que se involucran en manifestaciones pacíficas no quebrantan la ley, sino que creen que han sido llamados bíblicamente a rescatar a los demás.
      “Libra a los que son llevados a la muerte; Salva a los que están en peligro de muerte. Porque si dijeres: Ciertamente no lo supimos, ¿acaso no lo entenderá el que pesa los corazones? El que mira por tu alma, él lo conocerá, y dará al hombre según sus obras” (Proverbios 24:11–12).
      PREGUNTA: “Algunas personas que han adoptado la postura “pro-vida” han asesinado a otros en sus actividades. ¿Cómo puede alguien pensar siquiera en tener algo que ver con esa ideología tan aberrante?      RESPUESTA: Cualquier persona que comete un homicidio o participa en cualquier acto de violencia quebranta las leyes humanas y de Dios. El que sigue una postura “pro-vida” jamás asesinaría a otro ser humano. Dios rechaza la violencia, aunque ésta se haga en nombre de la postura “pro-vida”.
      “Dejad la violencia y la rapiña. Haced juicio y justicia” (Ezequiel 45:9).
      PREGUNTA: “¿Tienen los cristianos la responsabilidad de ministrar a las mujeres que han abortado o que están considerando hacerlo?”      RESPUESTA: Sí. En general las mujeres que han tenido un aborto o que están pensando hacerlo, sufren emocionalmente. Necesitan de una persona amorosa y compasiva que les ayude en ese tiempo de necesidad.
      “Sobrellevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo” (Gálatas 6:2).


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martes, 30 de agosto de 2016

Tú no entiendes ahora lo que Yo hago, pero lo comprenderás después de estas cosas... El que ha sido bañado no tiene necesidad de lavarse sino los pies, pues está todo limpio; y vosotros estáis limpios, aunque no todos

RECUERDA Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6




LA BIBLIA NO ES UN LIBRO INCOMPRENSIBLE
   ESCUDRIÑEMOS LAS ESCRITURAS  CON SABIDURÍA Y HERRAMIENTAS
Con demasiada frecuencia nos encontramos con alguien que dice muy sentidamente: «No tiene que interpretar la Biblia; solo léala y haga lo que ella dice». 
Normalmente, una observación como esa refleja la protesta del laico contra el especialista «profesional», pastor, maestro o maestro de Escuela Dominical, quien al «interpretar» parece arrebatarle la Biblia a la persona común. Es su manera de decir que la Biblia no es un libro oscuro. «Después de todo», se alega, «cualquier persona medio dotada puede leerla y comprenderla. 
El problema con demasiados predicadores y maestros es que le dan tantas vueltas que tienden a oscurecer su sentido. Lo que estaba claro para nosotros cuando la leímos no queda tan claro». Hay mucho de cierto en esta protesta. 
Estamos de acuerdo en que los cristianos deben leer, creer y obedecer la Biblia. Y especialmente estamos de acuerdo en que la Biblia no necesita ser un libro oscuro si se estudia y lee de forma adecuada. De hecho, estamos convencidos de que el problema más serio que tiene la gente con la Biblia no es la falta de comprensión ¡sino el hecho de que entienden la mayoría de las cosas demasiado bien! Por ejemplo, con un texto como:«Háganlo todo sin quejas ni contiendas» (Fil 2:14), el problema no es comprenderlo sino obedecerlo, ponerlo en práctica. 
También coincidimos en que el predicador o maestro con demasiada frecuencia es proclive a hurgar primero y mirar después, y en consecuencia encubrir el significado llano del texto, que a menudo está en la superficie. Permítanos decir al principio —y repetir en todas partes— que la meta de una buena interpretación no es la originalidad; no se trata de descubrir lo que nadie ha visto antes. 
Una interpretación que tiene la meta o el propósito de lograr la originalidad puede atribuirse por lo general al orgullo (a un intento de «deslumbrar» al resto del mundo), una equivocada comprensión de la espiritualidad (en la que la Biblia está llena de verdades ocultas que esperan por una persona espiritualmente sensible con una especial perspicacia para que las desentierre), o intereses disfrazados (la necesidad de apoyar un prejuicio teológico, especialmente al tratar con textos que parecen contradecir ese prejuicio). 
Las interpretaciones originales están normalmente equivocadas. Esto no es decir que la correcta comprensión de un texto no pueda aparecer a menudo original a alguno que la escucha por primera vez. Pero sí que la originalidad no es la meta de nuestra tarea. La meta de una buena interpretación es simple: captar el «significado llano del texto». Y el ingrediente más importante que aportamos a esta tarea es el sentido común bien informado. La prueba de una buena interpretación es que hace que el texto tenga sentido. 
Por lo tanto, una interpretación correcta da un respiro a la mente a la vez que aguijonea el corazón. Pero si lo único que concierne a la correcta interpretación es el significado llano, ¿para qué interpretar? ¿No proviene el significado llano de una simple lectura? En cierto sentido, sí. Pero en un sentido más profundo, un argumento como ese es ingenuo e irreal debido a dos factores: la naturaleza del lector y la naturaleza de la Biblia.
La primera razón por la que se necesita aprender cómo interpretar es que, nos guste o no, cada lector es al mismo tiempo un intérprete. Esto es, la mayoría de nosotros asume mientras leemos que también comprendemos lo que leemos. También tendemos a pensar que nuestra comprensión se equipara con el objetivo del Espíritu Santo o del autor humano. No obstante, traemos invariablemente al texto todo lo que somos, con todas nuestras experiencias, cultura y previa comprensión de las palabras e ideas. 
A veces lo que traemos al texto, seguramente sin intención, nos lleva por mal camino, o si no hace que leamos toda clase de ideas ajenas al texto. De esa manera, cuando una persona de nuestra cultura escucha la palabra «cruz», siglos de arte y simbolismo cristiano hacen que la mayoría de la gente piense automáticamente en una cruz romana (†), aunque es muy poco probable que esa fuera la forma de la cruz de Jesús, que probablemente tenía el aspecto de una «T». 
La mayoría de los protestantes, y también de los católicos, cuando leen un texto sobre la iglesia en el culto, automáticamente visualizan a gente sentada en un edificio con «bancos» muy parecidos a los nuestros. 
Cuando Pablo dice: «No proveáis para los deseos de la carne» (RVR-60), las personas en la mayoría de las culturas de habla hispana tiende a pensar que «carne» significa «cuerpo» y que por lo tanto Pablo habla de los «apetitos del cuerpo». Pero la palabra «carne» tal como Pablo la usa, muy rara vez se refiere al cuerpo —y en este texto casi seguramente no lo hizo— sino a una dolencia espiritual llamada a veces «la naturaleza pecadora», que denota una existencia totalmente centrada en sí misma. Por lo tanto, sin proponérselo, el lector interpreta mientras lee, y desafortunadamente demasiado a menudo interpreta de manera incorrecta. 
Esto nos lleva además a notar que de todos modos el lector de una Biblia castellana ya tiene una interpretación. Porque una traducción es en sí misma una (necesaria) forma de interpretación. Su Biblia, no importa la traducción que utilice, la cual es su punto de partida, de hecho es el resultado final de mucho trabajo erudito. A los traductores se les pide por lo regular que tomen decisiones relativas a significados, y sus decisiones afectarán cómo usted comprende. Por consiguiente, los buenos traductores toman en consideración el problema de nuestras diferencias idiomáticas. Pero no es una tarea fácil. 
En Romanos 13:14, por ejemplo, ¿debemos traducir «carne» (como en RVR-60, RVR-95, BJ, RVA), debido a que es la palabra que usó Pablo, y entonces dejar que un intérprete nos diga que «carne» no significa «cuerpo»? ¿O debemos «ayudar» al lector y traducir «naturaleza pecaminosa» (como en NVI) o «desordenados apetitos» (como CB) porque esto se aproxima más a lo que Pablo realmente quiso decir? Retomaremos esta cuestión con más detalle en el siguiente capítulo. 
Por ahora es suficiente para señalar cómo el hecho de la traducción en sí misma ya abarca una de las tareas de interpretación. La necesidad de interpretar también se debe fundar en la percepción de lo que ocurre en derredor nuestro todo el tiempo. Una simple mirada a la iglesia contemporánea, por ejemplo, evidencia con mucha claridad que no todo «significado llano» es igualmente llano para todos. 
Es más que un interés pasajero notar que la mayoría de aquellos que argumentan en la iglesia de hoy que las mujeres deben mantenerse en silencio en la iglesia sobre la base de 1 Corintios 14:34-35 al mismo tiempo niegan la validez de hablar en lenguas y profetizar, el preciso contexto en que ocurre el pasaje del «silencio». Y aquellos que afirman sobre la base de 1 Corintios 11:2-16 que las mujeres deben orar y profetizar al igual que los hombres normalmente niegan que deben hacerlo con las cabezas cubiertas. 
Para algunos, la Biblia «enseña con claridad» el bautismo de los creyentes por inmersión; otros creen que pueden demostrar con la Biblia el bautismo de infantes. La «seguridad eterna» y la posibilidad de que alguien «pierda la salvación» se predican en la iglesia, ¡pero nunca lo hace la misma persona! A pesar de eso se afirman ambas como el significado llano de textos bíblicos. Aun los dos autores de este libro tienen algunas discrepancias sobre el significado «claro» de ciertos textos. Pero todos leemos la misma Biblia, y tratamos de ser obedientes a lo que el texto dice «con claridad».
Fuera de estas diferencias reconocibles entre cristianos que creen en la Biblia, también salen a flote todo tipo de cosas extrañas. Por lo general se pueden reconocer las sectas, por ejemplo, porque aceptan otra autoridad aparte de la Biblia. Pero no todos lo hacen; y en todo caso tuercen la verdad por la forma en que seleccionan los textos de la Biblia. 
Toda herejía o práctica imaginable —desde el arrianismo de los Testigos de Jehová (que niega la divinidad de Cristo), al bautismo de los muertos entre los Mormones, a la manipulación de serpientes por sectas apalaches — afirman estar «respaldadas» por un texto. Aun entre gente teológicamente más ortodoxa, muchas ideas extrañas se las arreglan para obtener aceptación en varias denominaciones. Por ejemplo, una de las furias actuales entre protestantes americanos, especialmente carismáticos, es el llamado evangelio de salud y prosperidad. La «buena noticia» es que la voluntad de Dios es que usted sea próspero financiera y materialmente. 
Uno de los defensores de este «evangelio» comienza su libro alegando el «significado llano» de la Biblia y afirmando que la Palabra de Dios es fundamental a lo largo de su estudio. Dice que lo importante no es lo que pensamos sino lo que de veras dice. Lo que él busca es el «significado llano». Pero uno comienza a preguntarse qué es de verdad el «significado llano» cuando se propone la prosperidad como la voluntad de Dios a partir de un texto como 3 Juan 2: «Querido hermano, oro para vaya bien en todos tus asuntos y goces de buena salud, así como prosperas espiritualmente» (NVI), texto que de hecho no tiene nada que ver con la prosperidad financiera
Otro ejemplo toma el significado llano de la historia del joven rico (Marcos 10;17-22) como precisamente lo opuesto «de lo que esta dice» y atribuye la «interpretación» al Espíritu Santo. Hay que preguntarse con razón si lo que del todo se busca es el significado llano; quizá el significado llano no sea más que lo que ese autor quiere que el texto diga a fin de apoyar algunas ideas favoritas. Dada toda esta diversidad, tanto dentro como fuera de la iglesia, y todas las diferencias incluso entre eruditos, quienes se espera que conozcan «las reglas», no extraña que algunos estén a favor solo de leer, no de interpretar. Pero como hemos visto, esta es una opción falsa. El antídoto para una mala interpretación no es renunciar a interpretar sino una buena interpretación, basada en las directivas del sentido común. Los autores de este libro trabajan sin hacerse ilusiones de que leyendo y siguiendo nuestras orientaciones todo el mundo coincidirá al mal en cuanto al «significado llano», ¡nuestro significado! Lo que sí esperamos alcanzar es elevar la sensibilidad del lector hacia los problemas específicos inherentes a cada género, ayudar al lector a conocer por qué existen diferentes opciones y cómo formular juicios sensatos, y especialmente capacitar al lector para discernir entre las interpretaciones buenas y no tan buenas, y conocer lo que las hace ser una cosa o la otra.
Una razón más significativa para interpretar reside en la naturaleza misma de la Biblia. Históricamente la iglesia ha entendido la naturaleza de la Biblia casi de la misma manera que ha entendido la persona de Cristo: la Biblia es al mismo tiempo humana y divina. «La Biblia», se ha dicho con razón, «es la Palabra de Dios dada en la historia en palabras humanas». Esta naturaleza dual de la Biblia es la que nos demanda la tarea de interpretación. 
Como la Biblia es la Palabra de Dios, ella tiene relevancia eterna ; le habla a toda la humanidad, en toda era y toda cultura. Debido a que es la Palabra de Dios, debemos escuchar y obedecer. Pero como Dios decidió pronunciar su Palabra a través de palabras humanas en la historia, todo libro de la Biblia posee también un carácter histórico; cada documento está condicionado por el lenguaje, el tiempo, y la cultura en la que originalmente se escribió (y en algunos casos también por la historia oral que tuvo antes de que lo escribieran). La «tensión» que existe entre su relevancia histórica y su particularidad histórica es lo que demanda una interpretación de la Biblia. 
Por supuesto, hay algunos que creen que la Biblia no es más que un libro humano, y que contiene solo palabras humanas en la historia. Para estas personas la tarea de interpretar está limitada a una búsqueda histórica. Su interés, al igual que al leer a Cicerón o a Milton, está dirigido a las ideas religiosas de los judíos, Jesús o la iglesia primitiva. Por consiguiente, la tarea para ellos es puramente histórica. ¿Qué significaban estas palabras para la gente que las escribió? ¿Qué pensaban de Dios? ¿Cómo se veían a sí mismos? Por otro lado, hay los que piensan en la Biblia solo en términos de su relevancia eterna. Como es la Palabra de Dios, tienden a pensar que es solo una colección de propuestas que se deben creer e imperativos que se deben obedecer, pese a que hay mucho de picoteo y selección entre las propuestas y los imperativos. 
Por ejemplo, hay cristianos que, sobre la base de Deuteronomio 22:5 («La mujer no se pondrá ropas de hombre»), alegan que una mujer no debe utilizar pantalones o shorts, porque se estima que son «ropas masculinas». Pero las mismas personas rara vez toman literalmente los otros imperativos de esta lista, la que incluye construir una baranda alrededor de la azotea (v. 8), ni sembrar diferentes tipos de semilla en una viña (v. 9), y poner borlas en las cuatro puntas del manto con que se cubren (v. 12). 
La Biblia, sin embargo, no es una serie de propuestas e imperativos; no es solo una colección de «Máximas del Dios Presidente», como si este nos mirase desde el cielo y dijera: «Oye, tú allá abajo, aprende estas verdades. 
Número  1, No hay Dios sino uno, y ese soy yo. Número 2, Soy el Creador de todas las cosas, incluyendo la humanidad, y así sucesivamente, hasta la propuesta número 7.777 y el imperativo número 777. Por supuesto, estas propuestas son ciertas, y se hallan en la Biblia (aunque no exactamente de esta forma). 
De hecho un libro pudiera haber hecho más fáciles para nosotros muchas cosas. Pero, por dicha, esa no es la forma en que Dios decidió hablarnos. Antes bien, quiso comunicar sus verdades eternas dentro de las circunstancias y acontecimientos particulares de la historia humana. Esto también es lo que nos da esperanza. Y porque Dios decidió hablar en el contexto mismo de la historia humana, debemos cobrar ánimo y pensar que estas palabras hablarán una y otra vez en nuestra historia «real», como lo han hecho a lo largo de la historia de la iglesia. El hecho de que la Biblia tiene un lado humano es lo que nos alienta, y también es nuestro reto, y el motivo por el que necesitamos interpretar. Hay que señalar dos cosas a este respecto: 

  1. Una de las cosas más importantes del lado humano de la Biblia es que, a fin de comunicar Su Palabra a todas las condiciones humanas, Dios decidió utilizar casi todo tipo de comunicación: relatos históricos, genealogías, crónicas, leyes de todos los tipos, poesía de todos los tipos, proverbios, oráculos proféticos, acertijos, drama, bosquejos biográficos, parábolas, cartas, sermones, y revelaciones apocalípticas. Para interpretar adecuadamente el «entonces y allí» de los textos bíblicos, debemos conocer no  sólo algunas reglas generales que se aplican a todas las palabras de la Biblia, sino también las reglas especiales que se aplican a cada uno de estas formas literarias (géneros). La manera en que Dios nos comunica su Palabra en el «aquí y ahora» diferirá a menudo de una forma a otra. Por ejemplo, necesitamos conocer cómo un salmo, una forma frecuentemente dirigida a Dios, funciona como la Palabra de Dios para nosotros, y cómo ciertos salmos difieren de otros, y cómo todos ellos difieren de «las leyes», que fueron a menudo dirigidas a gente en situaciones culturales que ya no existen. ¿Cómo nos hablan esas «leyes», y cómo difieren de las «leyes» morales, que siempre son válidas en todas las circunstancias? Esas son las preguntas que la naturaleza dual de la Biblia nos impone. 
  2. Al hablar a través de personas de carne y hueso, en una variedad de circunstancias, durante un período de 1500 años, la Palabra de Dios se expresó en el vocabulario y por medio de los patrones de esas personas y estuvo condicionada por la cultura de esos tiempos y circunstancias. En otras palabras, la Palabra de Dios para nosotros fue antes Palabra de Dios para ellos. Si iban a escucharla, esta solo podría llegar a través de hechos y en un lenguaje que ellos pudieran haber entendido. Nuestro problema es que estamos muy lejos de ellos en el tiempo, y algunas veces en el pensamiento. Este es el motivo principal por el que hace falta aprender a interpretar la Biblia. Si la Palabra de Dios sobre las mujeres que usan ropas de hombres o las personas que construyen barandas alrededor de la azotea se refieren a nosotros, primero necesitamos saber qué le dijo a sus destinatarios originales y por qué. De manera que la tarea de interpretar involucra al estudiante/lector a dos niveles. Primero, hay que escuchar la Palabra que ellos escucharon; usted debe tratar de comprender lo que se les dijo a ellos entonces y allí (exégesis). Segundo, debe aprender a escuchar la misma Palabra en el aquí y ahora (hermenéutica). 
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miércoles, 8 de octubre de 2014

Los Temas en Los Bosquejos Temáticos: Ayuda para Obreros y Ministros Itinerantes

Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6



 
 
Tipo de Archivo: PDF | Tamaño: MBytes | Idioma: Spanish | Categoría: Capacitación Ministerial
Información

ELECCION DE TEMAS

Al entregarse al estudio temático de la Biblia, el estudian­te descubrirá una tan gran variedad de temas, que puede pre­guntarse cómo elegir uno apropiado para su mensaje.

Si vamos a saber qué tema seleccionar, tenemos que bus­car la conducción del Señor. Esta conducción la recibiremos pasando tiempo en oración y en meditación de la Palabra de Dios.

Otros factores pueden también entrar en la elección de una materia. La elección puede quedar determinada por el tema acerca del que se le pide al ministro que hable, o por la ocasión específica en que tiene que darse el mensaje. Ade­más, ciertas condiciones en una congregación determinada, pueden indicar que sea necesario, o aconsejable, seleccionar un tema apropiado a las circunstancias.

Aunque un sermón temático no se base directamente en un texto, puede darse un versículo de las Escrituras como idea, en base de la cual, se puede erigir un bosquejo temáti­co. Por ejemplo, en Gálatas 6: 17 leemos: «De aquí en ade­lante nadie me cause molestias; porque yo traigo en mi cuerpo las marcas del Señor Iesüs.» Estas palabras nos atraen: «Yo traigo en mi cuerpo las marcas del Señor Jesús.» Al compa­rar con el margen de la revisión 1977 de Reina-Valera, vemos que la columna central de la traducción alternativa «cicatri­ces». Es indudable que Pablo se refiere aquí a las cicatrices dejadas por las heridas producidas en su cuerpo por sus per­seguidores por causa de Cristo, cicatrices que eran marcas elo­cuentes de que pertenecía a Cristo para siempre.

Las fuentes extra bíblicas revelan que cuando Pablo escri­bió estas palabras, no s6lo se usaban los hierros candentes con animales, sino también para marcar a humanos, dejando se­ñales sobre la carne que no podían ya borrarse ni ser elimi­nadas. Había, por lo menos, tres clases de personas que lle­vaban marcas de este tipo: esclavos que pertenecían a sus
dueños, soldados que en ocasiones se marcaban con el nom­bre del general bajo el que servían, como prenda de su total lealtad a su causa, y devotos que quedaban dedicados de
por vida a un templo y a la deidad que era adorada allí.

Como resultado de esta información, hacemos el bosquejo temático que se muestra a continuación:

Título: «Las marcas de Jesús»
Tema: Las marcas en la vida de un cristiano consagrado
l. Como el esclavo, un cristiano consagrado lleva la marca de propiedad del Señor al que pertenece (1 Co. 6: 19-20; Ro. 1: 1)

II. Como el soldado, un cristiano consagrado lleva la marca de lealtad al Capitán al que
sirve

III. Como el devoto, un cristiano consagrado lleva la marca de adorador del Señor a quien rinde culto (Fil. 1:20; 2.
Co. 4: 5)

 
PRINCIPIOS BÁSICOS PARA LA PREPARACION DE BOSQUEJOS TEMÁTICOS

 
l. Las principales divisiones debieran estar en orden lógico o cronológico.

Esto significa que debiéramos proponemos desarroIlar el bosquejo con una cierta progresión, ya lógica, ya cronológica, pero que esta elección entre orden lógico o cronológico debe ir determinada por la naturaleza del tema. Como nuestro tema elegimos verdades vitales con respecto a Jesucristo, y Ilega­mos así al siguiente bosquejo:

Título: 
«Digno de adoración» . 
Tema: Verdades vitales acerca de Jesucristo
I. El es Dios manifestando en carne (Mt. 1: 23)
II. El es el Salvador de los hombres (1 Ti. 1:15)
III. El es el Rey que ha de venir (Ap. 11: 15)

Observemos que este bosquejo está en orden cronológico.
Jesucristo, el Hijo de Dios, primeramente se encarnó, después fue a la cruz dando allí Su vida para venir a ser nuestro Sal­vador, y un día volverá como Rey de reyes y Señor de Seño­res. 

Observemos también que, en consecuencia a la definición de un sermón temático, las divisiones no se derivan del título, sino del tema o asunto. Lo mismo sucede con todos los bos­quejos temáticos que se dan a continuación.

Otro ejemplo de progresión en un bosquejo es el que se da a continuación, con las divisiones dispuestas en orden lógico. El tema trata de características de la esperanza del cre­yente, pero emplearemos las cuatro palabras, «La esperanza del creyente», como el sencillo título del bosquejo:

Título: «La esperanza del creyente»
Tema: Características de la esperanza del creyente
I. Es una esperanza viva (l.a p. 1:3)
II. Es una esperanza salvadora (La Tes. 5:8)
III. Es una esperanza cierta (He. 6: 19)
IV. Es una buena esperanza (2aTs. 2: 16)
V. Es una esperanza que no se ve (Ro. 8:24).
VI. Es una esperanza bienaventurada (Tito 2: 13)
VII. Es una esperanza de vida eterna (Tito 3:7)
Obsérvese que el bosquejo llega a su punto culminante en la última división.

2. Las principales divisiones pueden ser un análisis del tema.
 
Para analizar un tema, tenemos que dividirlo en sus par­tes componentes, y cada parte del bosquejo contribuirá así a la globalidad de la consideración del tema. 

Tomemos los principales datos acerca de Satanás en la Biblia como nuestro tema, y usando «Satanás, nuestro supremo enemigo» como tí­tulo, podemos analizar el tema de la siguiente manera:

Título: «Satanás, nuestro supremo enemigo»
Tema: Principales datos acerca de Satanás en la Biblia
I.  Su origen (Ez. 28: 12·17)
II. Su caída (Is, 14:12·15)
III. Su poder (Ef. 6: 11-12; Lc. 11:14-18)
IV. Su actividad (2.- Co. 4:4; Lc. 8: 12; 1.- Ts. 2: 18)
V. Su destino (Mt. 25:41)

Obsérvese que si se omitiera, por ejemplo, la segunda divi­sión principal de este bosquejo, no tendríamos un análisis sa­tisfactorio del tema, por cuanto una de las características básicas del tema estaría ausente. Sin embargo, es posible que un estudio adicional de la Biblia acerca del tema de Satanás pue­da resultar en otro u otros dos importantes puntos añadidos al bosquejo. 

Obsérvese también que, siguiendo la norma dada las divisiones están dispuestas en orden lógico. 

3. Las principales divisiones pueden presentar las varias pruebas de un tema.
 
El bosquejo que se muestra a continuación está hecho así:

Título: «Hacia el conocimiento de la Palabra de Dios»
Tema: Algunos de los beneficios de conocer la Palabra de Dios
I.  El conocimiento de la Palabra de Dios nos hace sabios para salvación (2 Ti. 3: 15)
II. El conocimiento de la Palabra de Dios nos guarda del pecado (Sal. 119: 11)
III. El conocimiento de la Palabra de Dios pro­duce crecimiento espiritual (1P. 2:2)
IV. El conocimiento de la Palabra de Dios re­sulta en una vida victoriosa (Jos. 1:7-8)

Se verá que cada una de las principales divisiones de este bosquejo confirma la tesis del tema; es decir, cada afirmación en las divisiones principales exhibe uno de los beneficios de conocer la Palabra de Dios.

4. Las divisiones principales pueden tratar un tema por analogía o por contraste con algo que se halle en las Escrituras.
 
En un bosquejo temático de este tipo se compara o con­trasta un tema con algo relacionado con él en la Biblia. 

Por ejemplo, leemos en Mateo 5: 13 que el Señor Jesús dijo: «Vo­sotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se desvaneciere, ¿con qué será salada? No sirve más para nada, sino para ser echada fuera y hollada por los hombres,» 

Un examen del con­texto en que se halla este versículo indica claramente que Cristo se refiere al testimonio del creyente y que asemeja su testimonio a la sal. 

Podemos por ello preparar un bosquejo con el título: «Un testimonio eficaz», haciendo que cada di­visión consista en una comparación entre el testimonio del creyente y la sal:

Título: «Un testimonio eficaz»
Tema: Una comparación entre el testimonio del creyen­te y la sal
I.   Como la sal, el testimonio del creyente de­bería sazonar (Col. 4:6)
Il.  Como la sal, el testimonio del creyente de­bería purificar (La Ts, 4: 4)
Ill. Como la sal, el testimonio del creyente no debería perder su sabor (Mt, 5: 13)
IV. Como la sal, el testimonio del creyente debe­ría crear sed en otros (1 P. 2: 12)

5. Las principales divisiones pueden ser expresadas mediante una cierta palabra o frase constante de las Escrituras repetida a través del bosquejo.
 
La frase «Dios es poderoso» o «Aquel que es poderoso», o «El que es poderoso» (donde El está implicado en la for­ma verbal de tercera persona, refiriéndose al Señor) aparece una cierta cantidad de veces en las Escrituras. 
Usando esta base para cada división principal, obtenernos el siguiente bos­quejo:

Título: «El poderío de Dios»
Tema: Algunas de las cosas que Dios puede hacer
I.     Puede salvar (He. 7:25)
II.    Es poderoso para guardar Jd. 24)
III.   Es poderoso para socorrer (He. 2: 18)
IV.   Puede sujetar (Fil. 3: 21)
V.    Es poderoso para dar gracia (2Co. 9:8)
VI.   Es poderoso para hacer mucho más allá de lo que pensamos o pedimos (Ef. 3: 20)

6. Las principales divisiones pueden ser apoyadas por una palabra o frase idéntica de las Escrituras por todo el bos­quejo.
 
Esto significa que se emplea la misma palabra o frase de las Escrituras, no en el bosquejo, como en el caso de la nor­ma anterior, sino en la justificación de la afirmación de cada división. 

Como ejemplo, se da un bosquejo desarrollado en base a un estudio de la expresión «en amor», que aparece seis veces en la Epístola a los Efesios. Al usar el tema: «Hechos con respecto a la vida de amor», y al señalar cada referencia bíblica en el bosquejo, se verá que esta expresión apoya cada una de las divisiones principales:

Título: «La vida de amor»
Tema: Hechos con respecto a la vida de amor
I.   Se basa en el propósito eterno de Dios (1: 4-5)
Il.  Es producida por Cristo morando en el cre­yente (3: 17)
IIl. Debería manifestarse en nuestras relaciones cristianas (4: 1-2; 4: 15)
IV. Resultará en edificación y crecimíento de la iglesia (4: 16)
V.  Queda ejemplificada por el mismo Jesucris­to (5: 1-2)

El estudiante diligente encontrará que la repetición de pa­labras y frases significativas es un fenómeno frecuente en la Biblia. Algunas veces puede hallarse la aparición repetida de expresiones significativas dentro de un libro determinado, como sucede en el caso anterior.

 Estas repeticiones no son accidentales, sino que, indudablemente, están registradas en la Palabra de Dios para que tomemos especial nota de ellas. El libro de los Salmos, así como las epístolas de Pablo y la Epís­tola a los Hebreos, son especialmente ricos en reiteraciones de palabras y frases significativas. 

Un cuidadoso estudio del con­texto en el que aparecen estas palabras o frases resultará en muchos y útiles mensajes.

7. Las divisiones principales pueden consistir en un estudio de palabras, mostrando los varios significados de una cierta palabra o palabras en las Escrituras.
 
El estudio de palabras puede ser un examen de las len­guas originales de una palabra usada en la Biblia castellana.

Mediante esto, el predicador puede mostrar los varios matices de significado de los que pueda no estar consciente el lector de la Biblia castellana. 

Por ejemplo, el verbo traducido «andar» en la versión castellana Reína-velera 1960 del Nue­vo Testamento puede provenir de trece verbos griegos, y estos trece verbos sugieren otras tantas maneras en que puede entenderse el verbo «andar».

Tal estudio de palabras puede ser un examen del original, a fin de descubrir los matices de aquella palabra en griego o hebreo. 

Por ejemplo, el nombre «honor»  se usa en cuatro sentidos diferentes en el Nuevo Testamento griego, y de un estudio de su utilización en el texto original podemos llegar al siguiente bosquejo:

Título: «Valoraciones: de Dios o del hombre»
Tema: Significados de la palabra «honor» en el Nuevo Testamento griego
I.   Un precio que se paga (1Co. 6:20)
II.  El valor que algunos hombres dan a las ordenanzas humanas (Col. 2:23)
III. Estima o respeto dado a otro (1Ti. 1:17; He. 2:9)
IV. El gran valor de Cristo para el creyente (1 P. 2:7)

No es necesario poseer conocimiento del hebreo o del griego a fin de llevar a cabo un estudio de palabras.
La con­cordancia de las Sagradas Escrituras, de Carlos P. Denyer (Caribe), así como el Léxico - concordancia del Nuevo Testa­mento en griego y español, de Jorge G. Parker (Mundo His­pano), la Concordancia analítica greco-española del Nuevo Testamento greco-español, de J. Stegenga y A. E. Tuggy Libertador), y el Diccionario expositivo de palabras del Nuevo Testamento, de W. E. Vine (CLlE), adaptado a la versión Reina-Valera 1960, con numerosas referencias a la revisión de 1909, 1977 Y Versión Moderna, por Santiago Escuain, así como otras ayudas gramaticales hoy día disponibles, capacitarán al estudiante que no conozca los lenguajes originales de las Escrituras a hacer una valiosa investigación en semántica.

De una manera similar, un estudio de palabras puede se­guir una palabra o frase significativa a través de las Escritu­ras, estudiándola en sus relaciones contextuales e inductiva­mente. 

En otras palabras, revisamos cada referencia específica a una palabra o frase particular y después comparamos, ana­lizamos y clasificamos nuestras observaciones, con el propósi­to de llegar a una conclusión válida con respecto a aquella palabra o frase.

Por ejemplo, consideremos la frase «he pecado». Median­te el uso de una concordancia como la de Denyer, descubri­mos un total de 16 veces en que esta expresión aparece en el Antiguo y Nuevo Testamentos. 

Al examinar las relaciones con­textuales de cada una de estas referencias, así como al compararlas y analizarlas, descubrimos que la frase «he pecado» no constituye necesariamente una expresión de verdadera con­fesión. Después clasificamos nuestras observaciones y las po­nemos en forma de bosquejo. 

Bajo el título «Confesiones: verdaderas o falsas», mostramos que la expresión «he pecado», cuando es utilizada por los varios caracteres bíblicos, puede significar una variedad de cosas:

I. Una expresión de temor: Nótese el caso de Faraón (Ex. 9:27, 10:16): de Acán (Jos. 7:20): de Simei (2 S. 19:20)
II. Una expresión insincera. Nótese el caso de Saúl (1.0 S. 15:24,30)
III. Una expresión de remordimiento: Nótese el caso de Saúl (1.0 S. 26:21): de Judas (Mt. 27:4)
IV. Una expresión de verdadero arrepentimiento: Nótese el caso de David (Sal. 51:4) (cp. 2S. 12:13); de Nehemías (Neh, 1: 6): del hijo pródigo (Lc 15:18, 21)

8. Las principales divisiones no debieran ser apoyadas por textos de prueba retorcidos fuera de su contexto.
 
Existe siempre el peligro, en los estudios temáticos, de que un texto sea sacado fuera de su contexto; por ello, el predica­dor debe tener cuidado, de manera constante, de que cada referencia bíblica citada para apoyar una afirmación en su bosquejo, sea utilizada con precisión y en armonía con el evi­dente propósito de su autor.

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