martes, 15 de octubre de 2013

¿La Psicología suple al consejo y curación de La Palabra de Dios?: Ensalsamiento apóstata de la psicología

Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6


 
Tipo de Archivo: PDF | Tamaño: MBytes | Idioma: Spanish | Categoría: Capacitación Ministerial

Consejería y los problemas humanos

Objetivos
  1. Conocer los tipos de problema que habla la Escritura.
  2. Comprender lo que la Biblia nos dice acerca de los problemas humanos.
  3. Conocer tres tipos diferentes de consejería que el autor considera que pueden ser usados en diversas circunstancias.

Clasificación de los problemas humanos
Hay diversas formas de clasificar los problemas humanos. Josh McDowell en su Manual para Consejeros de Jóvenes los divide en áreas como problemas emocionales, las relaciones con otros, problemas familiares, problemas sexuales, abusos, adicciones, trastornos, asuntos educativos, problemas físicos y la vocación. Para Jay Adams solo hay tres fuentes específicas de problemas en la vida: actividad demoníaca (principalmente posesión), pecado personal y enfermedades orgánicas. Hay problemas que son personales, otros interpersonales como los matrimoniales, familiares, etc. Muchas veces el aconsejado ira buscando resolver un problema de su vida personal y otras veces buscando asesoría para resolver un problema de su hijos, su conyugue, un subordinado a su cargo, etc.
En general, podemos clasificar los problemas en dos grandes áreas: problemas orgánicos y los no orgánicos. Los problemas orgánicos son campo de la medicina, los problemas no orgánicos son campo de la consejería bíblica. No hay base bíblica para reconocer la existencia de una disciplina distinta llamada psiquiatría o psicoterapia. Realmente no existen problemas “mentales” no orgánicos. Escribo mentales entre comillas, debido a que realmente deberían llamarse problemas cerebrales, ya que los problemas llamados mentales surgen de un mal funcionamiento en el cerebro humano, y no de la mente. El doctor en medicina Robert Smith lo explica así “Aun cuando la mente utiliza el cerebro, ella no es el cerebro. Tumores, heridas serias, derrames cerebrales, etc., pueden dañar parte del cerebro y afectar el modo de pensar y actuar de la persona, pero estás no son enfermedades mentales sino enfermedades orgánicas que pueden ser probadas en laboratorios. Ellas pueden ser causa de que el cerebro esté enfermo pero no la mente. Si bien las partes dañadas del cerebro no están disponibles para la mente, la mente no está enferma. En este caso hay un daño cerebral pero no una enfermedad mental. El concepto de mente enferma es una teoría no probada científicamente”.
Es importante entonces, poder definir si el problema es orgánico o no, si hay sospecha de que el problema puede ser orgánico lo mejor es enviar al consejero al médico para una revisión médica.
También, no hay que olvidar que el ser humano es un todo, es decir, que su dimensión física está estrechamente relacionada con su dimensión espiritual (2 Co 4:16), por tanto, hay enfermedades físicas que pueden venir de causas no orgánicas. Por ejemplo, una persona puede tener colitis a causa de estrés, o puede tener alucinaciones por no dormir bien, y esto debido a culpa por ciertos pecados. “Los problemas psicosomáticos son verdaderos problemas somáticos (del cuerpo) que son resultado directo de una dificultad psíquica interna”. Es decir, las enfermedades psicosomáticas son enfermedades reales pero causadas por alguna cuestión no orgánica debido a la integralidad del ser humano.
Por otro lado, un desequilibrio en la nutrición puede afectar la conducta, por ejemplo, la cafeína y el azúcar son normalmente estimulantes. La falta de ejercicio, ciertas enfermedades y medicamentos pueden tener efectos en nuestra conducta. También, es sabio que una persona que es alcohólico, drogadicto o que ha sufrido algún tipo de abuso es recomendable que reciba algún tipo de tratamiento médico para ayudarle en medio de su problema.
Por otra parte, sólo podemos aconsejar a personas que están en un estado sobrio. “Las personas que toman drogas o bebidas alcohólicas en profusión no deberían ser aconsejados hasta que estén libres de la influencia de la droga. Debes aprender algo sobre drogas, de modo que reconozca si la persona obra y habla bajo su influencia. En este caso la conversación es inútil. Cuando interfieren las drogas, el aconsejado tiene que ir a un médico especialista y pedir que reduzca o elimine la dosis. El aconsejar sólo es posible con personas sobrias.”
Aunque la Biblia no es una enciclopedia a la que podamos recurrir con un índice sobre los problemas, si habla de todos los problemas humanos. Siempre vamos a encontrar en la Biblia principios para tratar nuestros problemas y los de los aconsejados. Adams lo menciona así: “Tal como el consejero cristiano sabe que no hay ningún problema único que no haya sido mencionado claramente en las escrituras, sabe también que hay una solución bíblica para cada problema”.
En 1 Corintios 10:13, Pablo nos dice que no hay problema que no sea común a los demás. Nadie puede alegar que su caso es diferente o especial. Los elementos básicos del problema que se está enfrentando no son significativamente diferentes de aquellos que otros han afrontado. Cristo afrontó los mismos problemas que muchos han afrontado; al igual que numerosos creyentes han enfrentado los mismos problemas y han salido adelante. Esto es importante para dar aliento y esperanza.

Tipos de Consejería
En mi caso voy a plantear que hay tres tipos de consejería cristiana que se pueden utilizar en diversas ocasiones con problemas no orgánicos:

Consejería noutética o de amonestación
La consejería noutética es un término acuñado por el Dr. Jay Adams, viene del griego nouteteo o nouthesia que significa: amonestar, advertir, instruir.
La palabra noutheteo o nouthesia se refiere a la “instrucción de palabra”, tanto si es de aliento como, en caso necesario, de reprensión o reproche. Significa poner en mente, amonestar (Hch 20:31; Ro 15:14; 1 Co 4:14; Col 1:28; Col 3:16: “exhortándoos” en la Reina Valera 1960; «amonestándoos» en la VM; 1 Ts 5:12, 14; 2 Ts 3:15). Se traduce «exhortándoos» en Col 3:16.
Con consejería noutética o de amonestación me refiero a aquella en la cual se debe exhortar a un hermano por un pecado cometido. Lo que buscamos con la misma es que la persona norme su vida con respecto a las Escrituras. Se incluye en este caso las personas que necesitan ser restauradas.

Consejería paraklética o de consuelo
El termino consejería paraklética lo acuñe basándome en el termino griego “parakaleo” que significa “llamar al lado de uno”. Se traduce con el verbo consolar en Mt 2:18; 5:4; Lc 16:25; Hch 15:32; 16:40; 20:12; 2 Co 1:4, dos veces; v. 6; 2:7; 7:6, 7, 13; 13:11; Ef 6:22; Col 2:2; 1 Ts 3:7.Es traducido “alentar” en 1 Ts. 4:18, aparece como animar en 1 Ts 5:11, “animaos unos a otros”, “confortar” en Col 4:8 y 2 Ts 2:17.
Es importante que el termino “Parakletos” es el mismo que traduce como “Consolador” y se usa para Jesucristo y luego para el Espíritu Santo. Significa literalmente “llamado al lado de uno, en ayuda de uno”, y sugiere la capacidad o adaptabilidad para prestar ayuda. Se usaba en las cortes de justicia para denotar a un asistente legal, un defensor, un abogado; de ahí, generalmente, el que aboga por la causa de otro, un intercesor, abogado, como en 1 Jn 2:1, del Señor Jesús. En su sentido más amplio, significa uno que socorre, que consuela. Cristo fue esto para sus discípulos, por la implicación de sus palabras “otro” Consolador, es decir, de la misma clase, al hablar del Espíritu Santo (Jn 14:16). En Juan 14:26; 15:26; 16:7 le llama el Consolador.
Con este término me refiero a aquella consejería que consiste en dar aliento y apoyo en medio de las situaciones difíciles de la vida, que son parte de la misma. Por ejemplo, las diferentes situaciones de perdida como la muerte de un ser querido, un hermano enfermo en el hospital, entre otros.

Consejería jodegotica o de guía
Este termino también es de mi autoría, y me baso en la palabra griega “jodegos” que significa “guía en el camino” (jodos, camino; jegeomai, conducir, guiar). Este termino se usa en forma literal en Hch 1:16, de guiar a los ciegos (Mt 15:14; Lc 6:39); de guiar a fuentes de agua de vida (Ap 7:17). También se usa figurativamente en Mt 15:14; Mt 23:16, 24; Jn 16:13; Ro 2:19.
Con este tipo de consejería me refiero a aquellos casos donde se ayuda a tomar una decisión a la persona conforme a las Escrituras. También es aplicable cuando la persona ocupa algún tipo de asesoría para resolver un problema de un tercero, o sobre un asunto de otra índole.
Como ejemplos de ellos podemos citar aquellos que tienen que ver con cuestiones de decisiones vocacionales o ocupacionales acerca de su proyecto de vida y cuestiones académicas, por ejemplo, la persona que no sabe que profesión seguir, la persona que tiene problemas con selección de empleo, la decisión sobre a cual universidad asistir, la persona que no tiene claro cuál es su llamado para el ministerio cristiano. Cuando un consejero tiene que dar consejo acerca de estos casos vocacionales-ocupacionales, llamo esto “Pastoral Académica” o “Pastoral Vocacional”. Si quiere más información sobre este tema puede ver el curso de MINTS escrito por su servidor llamado “Pastoral Académica y Vocacional”.

Conclusión
En este capítulo hemos podido observar lo que la Escritura dice acerca de los problemas humanos. Hemos visto que los problemas humanos tienen diferentes causas y por tanto, diferentes formas de afrontar los problemas. Como consejeros debemos tener sabiduría para poder discernir cómo debemos abordar cada caso. Está sabiduría sólo Dios puede darla a través de su Palabra y por medio de su Espíritu Santo. Apoyémonos siempre en Dios, la Biblia y el Espíritu, Él es quién nos hace competentes para la obra.

La Biblia ante la Psicología
Objetivos
  1. Comprender que relación hay que guardar entre la psicología y las Escrituras.
  2. Conocer los diversos problemas que tiene la psicoterapia cuando la confrontamos con la Biblia.

Introducción
¿Por qué hablar sobre la Biblia y la Psicología en un curso de consejería bíblica? Porque esta disciplina está cada vez inundando más nuestro contexto. Cada vez es más frecuente ver que los hermanos en Cristo recurren más al consejo de psicoterapeutas profesionales en detrimento de los pastores u otros cristianos. En forma constante vamos a ver a personas que piensan y hablan en forma psicológica, y esto es cada vez más entre los creyentes. Constantemente entre nuestra jerga utilizamos los términos psicológicos como autoestima, complejo, trastorno, etc. Por tanto, no podemos sencillamente ignorar este fenómeno como si no existiera.
Gary Almy incluso llega a decir “La iglesia parece estar enamorada de los doctores de psicología y psiquiatría, quienes toman cada vez más el lugar de liderazgo en medio de ella. Ya no es un grado teológico que permite a uno ejercer responsabilidad en la iglesia, escuela o instituto bíblico, sino más bien un grado en psicología.” Tanto ha afectado la psicología el cristianismo que aquellos que quieren ayudar a las personas buscan primero prepararse en la psicología que en labores pastorales.
Precisamente mientras escribía este manuscrito tuve un encuentro con un excompañero del seminario. Este compañero ya tiene varios años graduado del seminario teológico, y hoy en día es pastor de jóvenes en una iglesia conservadora de mi país. Lo que me sorprendió un poco fue que lo encontré en la universidad estudiando psicología. El me explicaba que había decidido estudiar esa carrera para poder dar terapia a los jóvenes con los cuáles trabajaba, ya que consideraba que con los conocimientos teológicos no podía ir más allá con sus problemas. Para el era una forma de trabajar más “profundamente” con los problemas de sus jóvenes mediante la psicología, la cuál la veía como una herramienta para su ministerio. Casos como estos son comunes en nuestras iglesias.
En esta anécdota podemos notar varias cosas, en primer lugar la enseñanza generalizada de que las Escrituras no son suficientes para aconsejar, y en segundo lugar, la elevación de la psicología al lado de las Escrituras.
La declaración de la insuficiencia de las Escrituras Se considera que los conocimientos teológicos y de la Escritura no son suficientes para atender los diferentes problemas que se presentan en la vida diaria, ya que algunos son muy “profundos”, y en esto la Escritura queda corta, y sería muy simplista resolverlo de esta manera. Muchos pastores hoy en día se siente incapacitados de dar consejo en muchas áreas de la vida de las personas.
William MacDonald los expresa de la siguiente forma: “En contradicción a 2 Timoteo 3:16, 17, la Biblia ya no es considerada como suficiente como base para el aconsejamiento. Necesitamos psicoterapia. Ya no se confía en el Espíritu Santo para que produzca los necesarios cambios en las vidas de los creyentes. Los ancianos ya no son competentes para orientar. Tienen que enviar a su gente a un terapeuta profesional. Esto a pesar del hecho de que Dios nos ha dado en la Palabra y mediante el Espíritu todo lo necesario para la vida y la piedad (2 Pedro 1:3).” Además, esta postura da demasiada importancia al consejero humano43 cuando realmente el que produce los cambios es Dios; el único especialista que provoca el cambio es el Espíritu Santo.
Las Escrituras afirman que toda la iglesia está en posición de dar consejería (Ro 15:1, 14; Ga 6:1–2; Col 3:16; 1 Ts 4:18; 5:11; Hb 3:13; Stg 5:16) y que especialmente el pastor tiene ese llamado dentro de la iglesia (Hb 13:17). Creo que la mejor manera de aprender a dar consejo es capacitarse en un buen seminario teológico para aprender a tener un buen conocimiento y uso de las Escrituras.

La elevación de la psicología a lado de las Escrituras
Se observa claramente que se visualiza a la disciplina de la psicología como un aliado para el ministerio. Incluso podríamos decir que se pone la psicología al lado de la Escritura, dando a entender que las “verdades” de la psicología pueden complementar las verdades escriturales.
Ahora nos preguntamos ¿Puede verdaderamente la psicología ser un aliado de la consejería? ¿Las verdades de la Escritura pueden ser complementadas con las verdades de la psicología?. Se va a analizar varios puntos antes de dar respuesta a estos interrogantes.

El objeto de estudio de la psicología
La palabra psicología etimológicamente significa estudio o tratado del alma, curiosamente según el Diccionario de la Real Academia Española, la psicología es una parte de la filosofía que trata del alma, sus facultades y sus operaciones. La Asociación Psicológica Americana (APA) define la psicología como la ciencia que estudia la mente y la conducta, no solamente la humana sino la animal.
Observando tanto su definición etimológica como su definición actual podemos darnos cuenta que tanto el alma como la conducta humana son áreas que la Escritura trata ampliamente. No hay nadie que conozca el alma del ser humano tan claramente como aquel que es su Creador. Ni el ser humano mismo se conoce tanto como lo conoce su Creador. Por otro lado, la Escritura describe ampliamente la conducta del ser humano, las razones de su conducta y las soluciones para la misma. La Escritura fue dada por Dios para que el hombre supiera como comportarse y conducirse en la vida. En otras palabras, la Escritura prescribe como debe comportarse el hombre.
Aunque la Biblia no es un manual de arquitectura, ni de biología, ni de otra ciencia humana, si podemos afirmar basándonos en la definición actual de psicología que la Escritura es el mejor manual de psicología. “¿A qué otra parte puede uno dirigirse para obtener los datos precisos necesarios para hacer frente a los dos puntos principales en el aconsejar, a saber, el problema de cómo amar a Dios, y el problema de cómo amar al prójimo?”46.
Por tanto, si realmente las Escrituras tratan acerca de la conducta humana y de la prescripción de soluciones para ésta, el único verdaderamente capacitado para hacer este tipo de funciones es el creyente en Cristo, y especialmente los pastores ordenados por Dios. La consejería no es una ciencia, es algo espiritual, por tanto, le corresponde a la iglesia y no al mundo.

La gracia común y los aportes humanos
La gracia común o gratia communis es aquella que se extiende a todos los hombres, en contraste, de la gracia salvadora o gratia particularis que se limita a los elegidos. Por medio de la gratia communis podemos aceptar lo que los muchos teóricos no regenerados han producido. Aunque ello no ha sido producido por creyentes, ni ha sido dedicado en forma consciente para la gloria de Dios, Dios en su obra de la gracia común en este mundo presente los ha capacitado para hacer contribuciones valiosas para la cultura e incluso para la edificación de la iglesia. “Si algo es verdad es verdad de Dios”.
Juan Calvino – uno de los grandes reformadores del siglo XVI - nos dice “Toda la verdad viene de Dios; y por consiguiente, si los hombres perversos han dicho algo que sea cierto y justo, no debemos rechazarlo porque ha venido de Dios”. “Cuando al leer los escritores paganos veamos en ellos esta admirable luz de verdad que resplandece en sus escritos, ello nos debe de servir como testimonio de que el entendimiento humano, por más que allá caído y degenerado de su integridad y perfección, sin embargo no deja de estar adornado aún y enriquecido con excelentes dones de Dios. Si reconocemos al Espíritu de Dios por única fuente y manantial de la verdad, no desecharemos, ni menospreciaremos la verdad donde quiera que la halláremos, a no ser que queramos hacer una injuria al Espíritu de Dios, porque los dones del Espíritu no pueden ser menospreciados sin que Él mismo no sea menospreciado y rebajado”
Así que siguiendo el principio bíblico de “Examinadlo todo, retened lo bueno, absteneos de todo especie de mal” (1 Ts 5:21–22), podemos utilizar algunos elementos de la psicología como auxiliar a la consejería, esto especialmente de la psicología en su sentido descriptivo, es decir, cuando lo que hace la psicología es describir lo que Dios ya ha creado. Por ejemplo, por medio de la psicología evolutiva podemos comprender en mejor manera el desarrollo del ser humano para poder atender mejor sus necesidades específicas según su etapa de vida, ya sea la infancia, la adolescencia, la adultez o la vejez. Otro ejemplo, podría ser la psicología educativa que nos ayuda a comprender diversos estilos de aprendizaje, inteligencias múltiples, necesidades educativas especiales de los estudiantes para poder integrarlos mejor en el medio académico.
Por tanto, mientras que la psicología realmente se dedique a observar, describir y clasificar la conducta humana podemos retomar aquello que no contradiga las verdades escriturales; porque aún sus métodos de describir y clasificar el comportamiento humano en ocasiones están muy lejos de conformarse al modelo bíblico. Un ejemplo de esto es que en el actual DSM no está clasificada la “orientación” homosexual como un problema, sino que sería un problema solamente si la persona no se siente cómoda con su “orientación”.

La Psicoterapia
Especialmente, como creyentes tenemos diversos problemas con la psicología cuando queremos tomarla en sentido prescriptivo, es decir, cuando hablamos de psicoterapia, ya que como mencione en párrafos anteriores, la única fuente que puede prescribir la conducta humana y conducirla son las Sagradas Escrituras. Incluso puedo afirmar en base a ello que los psicoterapeutas están invadiendo un terreno que corresponde a los pastores y consejeros bíblicos.
Antes decía que “Si algo es verdad es verdad de Dios”, pero con ello quiero decir lo que realmente es verdad. La psicoterapia no es realmente una ciencia exacta, existen decenas de posiciones teóricas, puedo citar un sin número de ellas: psicoanálisis, conductismo, terapia centrada en la persona, análisis transaccional, terapia racional-emotivo-conductual, logoterapia, etc. Por lo que no tiene una posición absoluta como la tienen las Escrituras, sino más bien cae en el relativismo postmoderno de nuestro mundo actual. MacArthur lo describe así “la psicología no es un cuerpo uniforme de conocimiento científico como la termodinámica o la química orgánica. Cuando hablamos de psicología, nos referimos a una colección compleja de ideas y teorías, muchas de ellas contradictorias. La psicología ni siquiera ha probado ser capaz de tratar con eficacia la mente humana ni sus procesos mentales y emocionales”. La psicología es muchos casos una pseudociencia, ya que en muchas ocasiones no utiliza verdaderos métodos de investigación, sino sencillamente la opinión de la sociedad. Los esposos Bobgan afirman “Las teorías del asesoramiento psicológico son conjuntos de opiniones humanas arregladas en marcos teóricos. Son invenciones basadas en la percepción de los teóricos y en sus experiencias personales. Estas teorías sirven de casa de espejos que reflejan a los teóricos mismos”52. Entre los diversos problemas que tiene la psicoterapia podemos citar:

Su cosmovisión es humanista
Su visión de mundo ubica en el centro al ser humano y no a Dios. Para el humanismo lo principal es la dignidad del hombre y no la gloria de Dios como es para la fe cristiana. Para la mayoría de estos sistemas el hombre es esencialmente bueno, y el puede encontrar su propia verdad y resolver sus problemas. En cambio, la cosmovisión bíblica afirma que el hombre es pecador, y que necesita de Dios y de su Palabra para guiarse en la vida.
Mientras que la cosmovisión bíblica busca la santificación, el humanismo busca el desarrollo personal; las Escrituras buscan la gloria de Dios y el humanismo la autorrealización. Los motivos y metas son distintos.
Incluso muchos han llegado a afirmar que la psicología en sí misma es una religión debido a que presupone un sistema de creencias tan complejo que podría compararse al de un sistema religioso. El psiquiatra húngaro Thomas Szasz menciona “La psicología no es tan sólo una religión que pretende ser una ciencia, es de hecho una falsa religión que procura destruir la religión verdadera… psicoterapia es un nombre que suena científico, moderno, para lo que solía llamarse la “cura de almas”… con el declive de la religión y el crecimiento de la ciencia en el siglo dieciocho, la cura de almas (pecadoras), que había sido parte integral de las religiones cristianas, fue denominada cura de mentes (enfermas), y pasó a formar parte integral de la medicina”.

Los diferentes sistemas son reduccionistas
Con esto me refiero a que presentan como verdad su propia postura e incluso como si fuera la única en exclusiva. Existen diversos sistemas psicológicos: psicoanálisis, conductismo, terapia centrada en la persona, análisis transaccional, terapia racional-emotiva-conductual y un puñado más de sistemas. Curiosamente ninguno está de acuerdo con el otro. Jay Adams se hace la pregunta: “¿Si los médicos estuvieran tan divididos y confusos, les confiaríamos nuestro cuerpo?”.
Los sistemas psicológicos tienen cosas que son “verdad”, pero no toda la verdad. Aplicarlos en forma completa sería una irresponsabilidad ya que la mayoría de ellos van en sentido totalmente opuesto al bíblico. Recordemos que esa “verdad parcial” que tienen es al mismo tiempo una mentira parcial, por tanto, no son una verdad real.
Muchas veces lo que hace el mal llamado “psicoterapeuta cristiano” es hacer un sincretismo entre la fe y el paganismo humanista. Esto es un yugo desigual que Dios condena. Los Bobgan dicen: “Casi siempre los que ejercen la psicoterapia llaman “asesoramiento bíblico” a lo que hacen, aun cuando el ejercicio de esta tiene que ver más con las teorías y terapias seculares que con la Biblia.”

La psicoterapia es determinista
Muchos pecados son llamados enfermedades o resultado del contexto, quitando la responsabilidad personal del hombre ante estás conductas pecaminosas, y por tanto, privando a las personas de una solución verdadera y pronta, desde la perspectiva divina.
MacArthur dice “al pecado se lo llama enfermedad, por eso la gente piensan que lo que necesita es terapia y no arrepentimiento. Al pecado común se les llama conducta adictiva o compulsiva.” Por otro lado, John Bettler nos dice “El salvar a los pecadores es el trabajo en el que Dios se ocupa. Sí tú estás sirviendo en el nombre del Dios viviente, entonces tú también tienes que ocuparte en esta obra. El problema es que ya no tenemos “pecadores”. Tenemos víctimas. Tenemos hijos adultos de alcohólicos. Tenemos codependientes. Pero no tenemos pecadores. Y si no tenemos pecadores, no necesitamos la salvación. En vez de esto, necesitamos la recuperación.”
Los ejemplos son muchos, un hombre adultera, y es porque es parte de la crisis de los cuarenta; otro se emborracha pero no tiene la culpa porque tiene la enfermedad del alcoholismo; otro roba y dice ser cleptómano, otro tiene un problema y es culpa de los padres que no lo educaron bien. Las mujeres son “víctimas inocentes, cuyas “equivocaciones” son debidas a cosas como maridos malos, o el haber sido abusadas como niñas, o un desequilibrio químico”. Todas formas de evitar la responsabilidad, tal como lo hicieron Adán y Eva desde el momento de la caída, echando la culpa al otro.
Al decir que el pecado es una enfermedad, declaran que realmente no hay cura para ello. Por ejemplo, los alcohólicos tienen que declarar que siempre serán alcohólicos, y esto es muy común en los Alcohólicos Anónimos. Igualmente al considerar la homosexualidad simplemente como una alternativa sexual más, están dejando sin esperanza al ser humano.
Pero al tratar estos males como pecados tal y como lo declara la Escritura si hay una esperanza, hay redención en Cristo Jesús, “Ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios. Y esto erais algunos; mas ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios” (1 Co. 6:10–11). “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas”. (2 Co 5:17)

Conclusión
La psicología humanista es una forma más como el ser humano busca autonomía y su independencia de Dios. Algo que ha buscado el hombre desde la caída en Génesis. Parafraseando lo que sucedió en Génesis podemos afirmar que el ser humano afirma “Yo seré mi consejero independiente de Dios, sabiendo el bien y el mal”. El ser humano prefirió seguir el consejo de Satanás y lo reinterpretó desde otra cosmovisión (la del enemigo); hoy en día no es diferente, queremos el consejo humano de la psicología, queremos ser nuestros propios consejeros desde una cosmovisión que es diferente. Ya no nos es suficiente el consejo de Dios en su Palabra.

Características, Habilidades y Técnicas en la Consejería

Objetivos
  1. Conocer una serie de características y habilidades que el consejero bíblico debe poseer.
  2. Conocer diversas técnicas que el consejero puede usar en su labor de aconsejamiento.
Introducción
Hace unos años se pusieron de moda los perfiles de personalidad para los puestos vocacionales, de ahí surgió la teoría de los rasgos, según la cuál para un tipo específico de oficio se necesitaba una personalidad específica. Ahora, pregunto, ¿necesitamos algún tipo de personalidad para ser consejeros?. Mi respuesta es sí. La única personalidad que se necesita para ser consejero, es la del Señor Jesucristo, por eso tenemos que seguir creciendo y cambiando cada día. A continuación analizaremos una serie de características, habilidades y técnicas que debe tener y manejar el consejero bíblico.

Características del Consejero Bíblico

Integridad
Para Roger Smalling la integridad es la virtud fundamental del liderazgo cristiano. Está virtud es igualmente vital para el consejero bíblico, por ello le dedico el mayor espacio entre las características que anoto. Este debe tener consistencia entre sus palabras y acciones. Sus hechos deben ser congruentes con el consejo bíblico, a diferencia del psicólogo que orienta de maneras que no cree en forma personal y que nunca aplicaría a su vida.
Eso si hay que reconocer el mito de que el consejero debe ser perfecto. Según este mito los pastores y los consejeros bíblicos deben tener una vida matrimonial perfecta, una vida espiritual perfecta, etc. Ninguno de nosotros es perfecto, todos somos pecadores. Todos somos pacientes, un paciente aconseja a otro paciente, el médico es el Señor.
Debemos reconocer que el pecado también influye en la vida del consejero. Puede que no digamos algo al aconsejado porque es un área débil en nuestra propia vida. Incluso el aconsejado nos puede tentar y darnos ideas para pecar. Por eso es importante, seguir el consejo de Pablo a Timoteo “Ten cuidado de ti mismo” (1 Ti 4:16) y el versículo en 1 Corintios 10:12 “El que piensa que esta firme cuide que no caiga”. 1 Co 10:12

Por ello, el consejero debe estar alimentando su vida, y debe estar en constante cambio al ser tocado por la Palabra. Vamos a fallar en aconsejar a otros en áreas que son débiles para nosotros, por lo que debemos trabajar en nuestros propios problemas, y si es necesario remitir a otro, mientras trabajamos en ello.
El consejero bíblico también debe saber reconocer sus propios límites. Debe reconocer cuando no se tiene la competencia para atender un caso particular y referir a otro consejero. En algunas ocasiones no sabremos que hacer con el caso, o no podremos manejarlo, por ejemplo, no todos pueden aconsejar a un violador. Así que en muchos casos va a ser necesario remitir la persona a otro que pueda atenderlo mejor.
Adams menciona que no debemos remitir el aconsejado a otro sencillamente como un medio para evitar nuestra propia responsabilidad en la materia. “Ha de recordar que Dios lo colocó, providencialmente, al cristiano que yerra en su camino, para que él le ministre”. El remitir de esta manera no es ético, ni cristiano.
Por otro lado, es importante reconocer que lo que se diga en consejería es confidencial aunque no se diga abiertamente. Aunque el consejero bíblico no está obligado por ley a seguir el sigilo o secreto profesional como los psicólogos o los abogados, el consejero que guarde la debida confidencialidad va a ser considerado integro. Por otro lado, como nuestra guía principal es buscar la gloria de Dios, en algunas ocasiones lo que le agrada a Dios es que rompamos la confidencialidad como cuando hay que denunciar un abuso.
Además, no debemos dejar lugar a que se pueda poner en duda nuestra integridad por un mal testimonio, por lo que recomiendo, que nunca una persona brinde consejería a una del sexo opuesto en un lugar sólo. Una alternativa para que esto no suceda es la co-consejería. Es decir, dar consejo entre dos personas, un matrimonio es lo ideal.

Humildad
La consejería es impredecible, no sabemos que caso se nos va a presentar para atender en nuestras vidas y eso nos puede dar miedo. Esto muestra nuestra incapacidad, ya que muchas veces no sabemos “por donde entrarle al asunto”, pero hay que reposar en Dios. Hay que recordar que Dios tiene control, Él si sabe que va a suceder. Debemos reconocer su soberanía y al mismo tiempo nuestra pequeñez. El se perfecciona en nuestras debilidades (2 Co 2:4–6). No debemos sentirnos competentes por nosotros mismos sino recordar que “Dios no elige a los capacitados, Él capacita a los elegidos”. El es el que nos hace competentes. Hay que reconocer que Él es el que obra a través nuestro. Nosotros sólo somos canales.

Bondad (Ro. 15:14)
Según Adams esta cualidad se refiere a la “actitud buena en el corazón de interés y afecto por los demás. Es un deseo de ayudar y dar la mano a otros en su necesidad; una buena voluntad hacia los otros que te impulsa, sin interés egocéntrico, hacia ellos”. El consejero debe ser un hombre o mujer dispuesto a ayudar al otro en medio de los problemas.
Como lo que nos mueve es el interés genuino por la persona no el dinero (como pasa con muchos psicólogos), no nos preocupa el tiempo que damos a la persona, ya que lo invertimos para servirle a la persona y a Dios.

Respeto
El respeto es considerar a los otros como dignos de honor, y la Biblia constantemente nos llama a esto (Ro 12:10; Fil 2:3; 1 P 2:17). Preste atención a los aconsejados, mantenga un volumen de voz adecuado y establezca contacto visual con las personas están hablando. Debemos creer a los aconsejados (1 Co 13:7). No minimice los problemas del aconsejado. Mantenga la confidencialidad.

Conocimiento de la Palabra (Ro. 15:14; Col 3:16)
Un buen consejero bíblico tiene que conocer la Palabra de Dios, dado que este es la guía y contenido de su aconsejar. Por ello debe conocer los principios de la Palabra para poder aplicarlos en diversas situaciones de la vida diaria. Este conocimiento solamente se obtiene mediante el estudio continuo y concienzudo de las Sagradas Escrituras en forma constante. Adams lo expresa de la siguiente manera “como el aconsejar es un ministerio de la Palabra, y como el Espíritu Santo cambia a las personas por medio de la Palabra, es esencial un conocimiento siempre creciente de la Palabra”.
Los aconsejados pueden tener dificultades debida a creencias incorrectas, por lo que es necesario que el consejero conozca la Palabra para poder discernir el error y corregirlo de manera adecuada.
Por otro lado, el conocimiento de la Palabra no solo debe ser teórico debe ser experiencial, porque lo hemos vivido. No podemos hablar solamente en teoría de la Palabra tenemos que conocerla en el diario vivir, tenemos que haberla aplicado en nuestras vidas, para que realmente se haya interiorizado en nosotros y así poseamos un verdadero conocimiento de la misma.

Sabiduría (Col. 3:16)
Las Escrituras, especialmente el libro de Proverbios, nos dicen que el principio de la sabiduría es el temor de Jehová (Pr. 1:7; 2:5; 9:10; Job 28:28; Sal 111:10). El temor de Jehová podemos visualizarlo como “una preocupación consciente de complacer a Dios en todos los aspectos de la vida”. Está es una actitud que todo consejero bíblico siempre debe tener.
Ahora también, la sabiduría es poder aplicar la Palabra en las diversas situaciones de la vida cotidiana. Adams menciona “no es suficiente que tú, y tu aconsejado, conozcan meramente lo que Dios dice; deben de aprender cómo encarnar y dar forma a la verdad y la creencia en la vida de cada día. Cuanto más capaz es uno en el uso y, especialmente, en el poner en práctica la verdad bíblica en el vivir de cada día, más apto será también para ayudar a otros a hacerlo”.

Fe
El consejero debe ser un hombre de fe y esperanza, que crea firmemente en las promesas escriturales. El debe confiar en las Escrituras para poder dar esperanza al que no la tiene. “Tiene que estar convencido de que la Biblia es verdad y estar dispuesto y ser capaz de dirigir a otros a sus promesas con seguridad y convicción”.

Autoridad
El consejero bíblico tiene autoridad, pero está no le es propia, le ha sido dada por Dios. La autoridad del consejero reposa en las Sagradas Escrituras. Ya sea que se cumplan funciones de pastor (1 Ts 5:12, 13) o se sea un miembro de la iglesia que aconseja, este ejerce la autoridad que Cristo le ha conferido (Col 3:16; Ro 15:14).

Autenticidad (2 Co 4:2)
Seamos sinceros con nuestras capacidades y limitaciones. (1 Co 2:1–3). Reconozcamos nuestras propias debilidades. (2 Co 1:8; 1 Co 10:13). Seamos sinceros acerca de las metas y el programa que tenemos para el aconsejado. Hay que ser transparentes en cada momento con el aconsejado.

Habilidades del Consejero

Escucha activa
Hay que escuchar los hechos (Pr 18:13) pero escucharlos de manera activa (Pr 18:15). Esto le cuesta bastante a los predicadores, están tan acostumbrados a hablar que les cuesta escuchar. Pero hay que escuchar al aconsejado si realmente deseamos ayudarle.

Empatía cristiana
Escribo de empatía cristiana dado que es diferente a la mundana. En la empatía mundana no está Dios, es solamente una técnica para entender una persona. En la empatía cristiana el motor es el amor. Hay que pensar como nos sentiríamos en los pies del aconsejado e identificarnos con su problema. Esto es mirar con compasión como lo hizo Jesús. Al consejero bíblico le mueve la compasión por los demás. Jesús es el mejor ejemplo de ello (Mt 9:35–38; Mr 10:21; Lc 7:11–15; Jn 11:33–35). Ver al otro como si fuera alguien cercano (1 Tm 5:1–2) y tratarlo como si fuera uno de nuestra propia familia. Y por supuesto, dándonos cuenta de nuestra propia pecaminosidad (Ga 6:1).
Mack da las siguientes sugerencias para mostrar compasión:
• Ha dicho a las personas que se preocupa por ellas (Flp 1:8)
• Ha orado con las personas y por ellas (Col 4:12–13)
• Se ha regocijado y entristecido con los aconsejados (Ro 12:15)
• Ha tratado a los aconsejados con gentileza y ternura (Mt 12:20)
• Ha usado la delicadeza con los aconsejados (Pr 15:23)
• Ha tenido gracia al hablar con las personas (Col 4:6)
• Ha seguido amándolos y aceptándolos aunque hayan rechazado el consejo (Mr 10:21)
• Los ha defendido de aquellos que los maltratan y acusan (Mt 12:1–7)
• Los ha perdonado por cualquier cosa incorrecta que han hecho (Mt 18:21–22)
• Ha estado dispuesto a suplir cualquier necesidad física si fuera necesario (1 Jn 3:17)
Aunque el mundo nos dice que no tenemos que involucrarnos emocionalmente con el paciente, la Biblia dice que hay que involucrarte emocionalmente (no sentimentalmente). Hay que compartir la carga, por supuesto, sin quitarle la responsabilidad a la persona. Recordemos la Escritura “gozaos los que se gozan, llorad con los que se lloran”.

Hospitalidad
Debemos tener el don de la hospitalidad, generar la confianza para que la gente se nos acerque a pedir consejo, especialmente, si se está en funciones pastorales. Sinceramente hay pastores que da miedo acercárseles, que no generan ese rapport necesario para poder tenerles confianza (Prov 27:6). En palabras de Wayne Mack “somos más receptivos al consejo de alguien que sabemos está con y por nosotros. Ellos pueden hablarnos con franqueza acerca de nuestros defectos y, aunque nos molestemos temporalmente, pronto entenderemos que sólo han estado tratando de ayudarnos porque tienen interés en nosotros. En cambio, si alguien a quien sentimos extraña o enemigo viene a criticarnos, nuestra tendencia es ponernos a la defensiva y sospechar de sus motivaciones”.

Uso de la Palabra
Hay que interpretar la palabra correctamente, en armonía con el resto de la Escritura. Un curso de hermenéutica es esencial para un buen consejero bíblico. “Si no tenemos cuidado de entender la Palabra de Dios con exactitud, podemos terminar dando instrucción parecida a la bíblica pero sin serlo, en realidad”. Hay que tener cuidado de no confundir la Palabra con nuestras propias ideas.

Mentoría
Un consejero debe ser mentor o discipulador en el sentido de que debe enseñar al aconsejado a aplicar las verdades de la Escrituras a su vida por sí mismo. Esto ayuda a no crear una dependencia al consejero.

Técnicas de la consejería para reunir información
Es necesario conocer a los aconsejados para poder determinar sus necesidades reales y poder atender mejor a las personas. En muchos casos, el aconsejado será un familiar, un amigo, un alumno, o sencillamente un hermano en la fe que se acerca. Si la relación es cercana de forma bastante obvia se conocerá a la persona, pero no siempre va a ser así.
Va ha haber ocasiones donde el aconsejado es poco o nada conocido por el consejero, por lo que este último debe de usar diversas técnicas para reunir información acerca de los mismos. Entre las diversas técnicas para reunir información podemos mencionar:

La Observación
Es decir fijar la atención en personas, fenómenos, hechos o situaciones para describir lo que se capto. Puede ser espontánea o planificada. Es importante que la observación sea objetiva – describir los hechos como se presentan - y selectiva – dirigida a captar aspectos significativos -.
En sesiones de consejería se debe observar muy bien al aconsejado, tanto sus expresiones, gestos y postura, como el tono en que dicen las cosas. “Algunas expresiones de su rostro revelan claramente enojo, dolor u otras emociones. Otras veces mueven su silla más cerca del escritorio o mas lejos que cuando entraron a la habitación. Unas veces una pareja mueven sus sillas para alejarse algo uno del otro. Otras ocasiones las familias se ubican a sí mismas de un modo que revelan quien está con buenas relaciones y quién no; o cuál de los hijos es favorecido por los padres. El aconsejado en cierto momento frota los brazos de su silla o mira al piso cuando el consejero menciona algo en particular”.
Es recomendable tener un registro de observaciones hechas a los aconsejados, en forma descriptiva (sin interpretar). Un tipo de registro puede ser el registro anecdótico que se utiliza en educación. A continuación un ejemplo de registro anecdótico:


 Fecha
 Observador
 Situación
 Incidente
 Comentario


Expedientes
Este tipo de instrumentos se utiliza especialmente cuando se da consejería en forma formal, ya sean pastores, consejeros educativos, etc. Proporciona una visión progresiva del desarrollo de los aconsejados. Incluye los datos personales, antecedentes familiares, historia escolar, datos sobre salud, resultados de tests, etc.

Entrevista
Es la conversación entre dos o más personas, al menos el entrevistado y el entrevistador en forma dinámica para buscar información. Según Adams, “debido ha que el aconsejar es autoritativo, tiene que ser también directivo. La palabra que usa el nuevo testamento para aconsejar (nouthesia) implica dirección escritural” por tanto el tipo de entrevista debe ser directiva, guiada por el mismo consejero.

Formularios, Inventarios y tests
Los formularios, inventarios y tests también son buenas formas de recoger información acerca de la persona. En el apéndice 1 de este manual hay un formulario para recopilar información de la persona.

Técnicas para usar en una entrevista o sesión de consejería

Retroalimentar y Resumir
Una de las formas donde hay más malentendidos es en la comunicación hablada. El retroalimentar es una forma de asegurarse que no haya una interpretación errónea. Básicamente, es decirle al aconsejado en nuestras palabras lo que se entendió acerca de lo que este último dijo. Podemos decir algo así, “hermano, fulano, lo que yo he entendido es que…” o algo similar. Esto también nos ayuda a ir resumiendo el problema para su posterior análisis.

Preguntar
Yo recomiendo hacer preguntas naturales. Es decir, preguntas que nos ayuden a analizar mejor el problema. Lo mejor es utilizar preguntas abiertas para que estás arrojen mayor información para analizar el problema.
Dado que ya sabemos que la razón por la que las personas entran en problemas es el pecado, el énfasis debe caer en el “¿Qué?” y no en el “¿Por qué?”. El “¿Por qué?” lleva a especular y a evitar la propia responsabilidad, en cambio el “¿Que?” lleva a solucionar los problemas. Ej. “¿Qué se hizo? ¿Qué ha estado haciendo usted? ¿Qué se puede hacer para rectificarlo? ¿Qué se puede hacer en esta situación? ¿Qué es lo que dice Dios que se puede hacer en esta situación? ¿Cuáles deberían ser las futuras respuestas?”.

Toma de apuntes
El consejero puede tomar apuntes en medio de la sesión. Esto es bueno especialmente cuando el problema es muy grande, y han surgido varias cosas que usted considera que deben ser tratadas en otra sesión. También es bueno llevar al final de la sesión un registro para colocarlo en el expediente, especialmente, si se trata de consejería formal.

El silencio
Un buen consejero sabe manejar los silencios. Sabe que son momentos donde se puede dar la oportunidad al aconsejado para pensar ya sea en sus acciones para una decisión, o por si está olvidando algún detalle. Smalling le llama la “pausa incomoda”. De este modo, el silencio puede ser importante en un momento determinado.

Deshabituación y rehabituación
Muchas veces un aconsejado cuando tiene problemas con su conducta, necesita cambiar hábitos pecaminosos por otros que no lo son, a esto le llamamos dinámica de deshabituación y rehabituación, y en forma bíblica podemos llamarle “despojaos del viejo hombre, y vestíos del nuevo hombre” (Ef 4:17–32). Por lo que el consejero muchas veces en un plan debe hacer una lista de cosas para despojarse y otras para vestirse para el aconsejado, es decir, hábitos pecaminosos que quitar, con conductas cristianas que deben substituirlas.

Las tareas o trabajos para la casa
El dejar tareas es una forma de ayudar a los aconsejados a resolver sus problemas. Con ello se gana tiempo de trabajo para el consejero, y al mismo tiempo se estimula al aconsejado a no depender tanto del consejero, ya que el consejero lo está discipulando para que él mismo pueda resolver sus propios problemas según los métodos de Dios.

Entre las múltiples tareas a sugerir están:
• El estudio o lectura de ciertos pasajes bíblicos o de temas relacionados con su problema.
• Hacer un devocional personal, basado en Proverbios, y apuntar los versículos relacionados con su problema.
• Leer libros o artículos asignados u oyen algún mensaje grabado, y escriben lo que han aprendido.
• La oración, no sólo en forma regular, sino como parte de la solución de un problema. Por ejemplo, se puede asignar a un aconsejado que cuando este desanimado haga una oración (Lc 18:1).
• Hacer un diario especial donde el aconsejado escriba sus reacciones y la manifestación hacia un problema en particular.
• Las hojas de deshabituación/rehabituación.
• Listas de pecados propios, fortalezas, dones, habilidades, formas de complacerse el uno al otro, etc.
• Test o inventarios de algún tipo. Por ejemplo, el Cuestionario Houts-Wagner sobre dones espirituales.
• Horarios, planes, presupuestos, etc.
• Las mesas de diálogo: los miembros de la familia se sientan en una mesa cada noche y hablan de sus problemas. Las reglas son simples: “El padre llama a la mesa, y en general, como cabeza del hogar, está a cargo de la reunión. La madre debe actuar como secretaria y anotar las cosas. El diálogo se abre y se ha de terminar con una oración. Se estudia la Biblia durante la mesa diálogo, para descubrir la voluntad de Dios con respecto a las cuestiones entre los participantes”. Es conveniente iniciar con los propios fallos, e indicar como rectificarlos.
• Modelos y Entrevistas (Fil 4:9; Fil 3:17), es decir, asignar que vean como otra persona o familia realiza algo. Por ejemplo, que vean como una familia hacen su culto familiar o como resuelven sus diferencias. Otro ejemplo, podría ser que entrevisten a una familia y que estos cuenten como criaron a sus hijos tan obedientes.
• Tomar una segunda luna de miel para renovar votos matrimoniales.

Conclusión
Lo que vimos en este capítulo es lo más similar a un perfil para un consejero cristiano. En el enumeramos toda una serie de características, habilidades y técnicas que debe manejar el consejero cristiano, aunque muchas de las técnicas especialmente dependerán de lo formal o informal que sea el contexto donde ofrece el consejo. No se desanime si usted no corresponde al perfil, recuerda que Él es que nos capacita para la obra y que Él se perfecciona en nuestras debilidades.


El Arca del pacto: Capturado y recuperado

Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6


 
Tipo de Archivo: PDF | Tamaño: MBytes | Idioma: Spanish | Categoría: Capacitación Ministerial

El silencio de Samuel
1 Samuel 4:1b–7:2
Parece mentira, pero después de tantos años de preparación, Samuel pasó bastante tiempo en silencio. La porción que exponemos no hace mención al profeta. Lo más probable es que sí estuviera ejerciendo su ministerio, pero cuando le tocó registrar la historia en este libro, consideró que había acontecimientos más importantes que su vida por ser más necesarios para el pueblo. Este período en que no contamos con datos acerca de las actividades de Samuel se extiende por unos veinte años (7:2) y siete meses (6:1). Durante esa época, un objeto llegó a ser protagonista de la historia. Todo el contenido de estos capítulos gira alrededor del arca del pacto de Jehová. Este mueble era un elemento indispensable en ese período.
En esta porción, el arca se menciona 37 veces: 12 en el capítulo 4, 12 en el 5, 10 en el 6 y 3 en 7:1–2. No hay otra porción de las Escrituras en donde se le preste tanta atención.
LA CAPTURA DEL ARCA POR LOS FILISTEOS 4:1B–22
El suceso que estudiaremos en este segmento fue una de las peores calamidades en toda la historia del pueblo de Dios. La captura del arca fue resultado de la batalla de Afec, que consistió en dos escaramuzas. Dividiremos el capítulo en dos secciones: el relato y los resultados.
El relato de la batalla de Afec 4:1b–10
Desde el primer versículo se describe a los filisteos como el pueblo que fue el aguijón en la carne de Israel por muchas décadas. Sus habitantes habían emigrado de la Isla de Creta y comenzaron a llegar a la costa sudoccidental de Canaán por el año 1200 a.C. Eran famosos por ser muy aguerridos y tenían la gran ventaja de controlar la industria metalúrgica, lo cual impedía que los israelitas tuvieran acceso a implementos de hierro (13:19–22). Sus incursiones dentro de su territorio, convencieron al pueblo de Dios que necesitaban un monarca; el Señor estaba preparando el terreno para la petición de rey que encontramos en el capítulo 8.
La primera escaramuza y derrota vv. 1b–2. Los filisteos acamparon en Afec, dentro de territorio israelita. En respuesta a esta amenaza, el ejército de Israel acampó en Eben-ezer (área que no recibió ese nombre hasta después de los eventos del capítulo 7). El enemigo atacó primero, pero la acción no duró mucho. Israel fue derrotado y cuatro mil hombres fueron heridos.
Entre escaramuzas vv. 3–9. El pueblo quedó aturdido. Hacía mucho que no había perdido una batalla. Reconocieron que algo andaba radicalmente mal y que por algo el Señor les había retirado su protección. Tomaron una decisión muy humana basándose en la idea popular de que donde se encontraba el arca, automáticamente ahí estaba el Señor. Sabían muy bien que él moraba entre los querubines (4:4) y que desde ahí hablaba con el pueblo (Exodo 25:22). Lo que no habían aprendido fue que cuando se apartaban de su camino, el Altísimo retiraba su bendición. En vez de ponerse a cuenta con el Señor, decidieron usar el arca como un amuleto u objeto mágico, para garantizar la victoria en la siguiente escaramuza. El pueblo cayó en el fetichismo, confiando en el arca en vez de confiar en el Dios de ella. Cuando llegó de Silo al campamento de Israel, el pueblo se regocijó y saltaba de júbilo haciendo temblar la tierra. Pensaban que con el arca entre ellos no podían perder.
La reacción de los filisteos fue opuesta a la de Israel. El miedo se apoderó de ellos porque creían que Jehová estaría con su pueblo peleando por él. Se acordaban de todo lo que había hecho el Omnipotente para libertarlos de Egipto (vv. 7–8). Lo único que pudieron hacer fue animarse unos a otros para seguir siendo valientes y no permitir que llegaran a ser esclavos de los israelitas como éstos habían sido de aquellos (v. 9). Todo estaba listo para la segunda fase de la batalla de Afec.
La segunda escaramuza y derrota v. 10. La superstición de los israelitas fue vencida por el valor de los filisteos. Esta vez la derrota fue total. Los soldados del Señor no regresaron a su campamento sino a sus hogares (tiendas), alejándose del campo de batalla. Murieron treinta mil israelitas.
HAY QUE CONFIAR EN DIOS,
NO EN COSAS
Los resultados de la batalla de Afec 4:11–22
El más trágico resultado para Israel fue la captura del arca de Dios. Veremos que esto provocó la muerte de varios fieles (v. 11a). Había llegado el día para que se cumpliera la profecía del capítulo 2:34. Ambos, Ofni y Finees murieron en la batalla de Afec, demostrando que Jehová es fiel a su palabra (v. 11b). Las noticias de la derrota no tardaron en llegar a Silo donde Elí manifestaba preocupación especial por el arca (v. 13). El aviso acerca de la muerte de sus hijos no le afectó, pero cuando el mensajero mencionó la captura del arca, no pudo controlarse y cayendo de su silla se desnucó y murió al instante (v. 18). A los noventa y ocho años (v. 15) terminó su carrera sacerdotal y la de juez que había durado cuarenta años (v. 18).
En los últimos versículos del capítulo (vv. 19–22) vemos otra muerte trágica. Cuando la mujer de Finees recibió las noticias funestas, dio a luz prematuramente un hijo a quien logró poner nombre antes de fallecer. Le puso uno que se relacionaba directamente con el arca del pacto. Icabod significa “sin gloria”. La gloria de Dios es la manifestación de todo lo que él es. En teoría, su gloria se encontraba en el arca. La mujer razonó que cuando ese mueble fue llevado a Filistea, Dios también abandonó el territorio israelita. Pensaba que los filisteos habían capturado a Jehová.
Hay un quinto resultado que se implica en el texto. La última mención de Silo, cronológicamente hablando, se halla en 4:12. Los comentaristas especulan que después de la batalla de Afec los filisteos llegaron a Silo y arrasaron con ese sitio cúltico. El centro principal del culto pasó a Mizpa y Silo desapareció del escenario.
Desde estos sucesos, el Señor enseñó a su pueblo que si quería participar de las bendiciones divinas, tenía que darle el trato adecuado al símbolo de su presencia, el arca del pacto. Parece que la lección no se aprendió bien, porque los de Bet-semes (6:19), y más tarde el rey David (2 Samuel 6:1–11), tuvieron problemas por no tratar bien el arca.
¡PENSEMOS!
¿Cuál es su actitud hacia los objetos que usamos en nuestro culto al Señor? ¿Usa su Biblia como un amuleto? Es muy fácil creer que Dios tiene que bendecirnos durante el día porque tuvimos nuestro tiempo devocional. Cuántas veces hemos pensado hacer trueque con nuestro Padre: yo cumplí y ahora te toca cumplir. El Señor no se obliga con nadie. Si nos bendice es por su gracia y misericordia. Dejemos de pensar que tiene que colmarnos de bienes porque hemos cumplido con ciertos ritos.
LA VICTORIA DEL ARCA SOBRE LOS FILISTEOS 5:1–12
El concepto pagano era que los dioses de cada ejército participaban en las batallas. El dios del ejército ganador se manifestaba más poderoso que el de los perdedores. En este caso, los filisteos estaban convencidos de que Dagón había ganado la victoria sobre Jehová. Pero Dios no tardó en demostrarles que derrotar a Israel era una cosa y vencer al Altísimo otra muy distinta. El trato inadecuado del arca había traído desastre sobre Israel y ahora los filisteos aprenderían que la posesión del arca les traería graves consecuencias. De las cinco ciudades principales de los filisteos (Asdod, Gaza, Ascalón, Gat y Ecrón), el arca pasó tiempo en tres e hizo estragos en cada una de ellas. El Omnipotente aún controlaba la situación. La geografía no anula la soberanía divina.
El arca en Asdod 5:1–7
En Asdod estaba el principal templo a Dagón, padre de Baal y dios principal de los cananeos. Era la divinidad de la vegetación y no el dios pez como se pensaba antiguamente. Puesto que, según los enemigos, Dagón había derrotado a Jehová, era lógico que pusieran el arca en su templo.
El Señor sólo tardó dos días en demostrar su supremacía total sobre su contrincante (vv. 3–4). La primera mañana, Dagón apareció postrado ante el arca; y la segunda, encontraron la imagen decapitada y manca. El triunfo fue contundente. Jehová comprobó que es Dios sobre todos los dioses.
JEHOVA ES DIOS
SOBRE TODOS LOS DIOSES
Inmediatamente el Altísimo atacó al pueblo (v. 6). El verbo “destruyó” tiene que ver con los campos. Acabó con los productos agrícolas y castigó a la gente con tumores. Es probable que estos fueran síntomas de la peste bubónica transmitida por ratas (6:4, 11, 18). Las autoridades contemporáneas consideran que esos tumores se encontraban en la ingle, pero los comentaristas más anteriores los asocian con la región anal y traducen la palabra como “hemorroides”. La gente reconoció que esta aflicción se relacionaba con la presencia del arca en su ciudad, y que la mano de Jehová era la que les estaba castigando. Pidieron que el mueble sagrado fuera trasladado a otro lugar (v. 7).
El arca en Gat 5:8–9
Parece que los príncipes de los filisteos no compartían la opinión del pueblo y no estaban convencidos de que lo acontecido se pudiera atribuir a la presencia del arca. Cuando finalizaron la discusión, fue trasladada a la ciudad de Gat donde el Señor también hizo estragos por lo que se deshicieron de ella de inmediato.
El arca en Ecrón 5:10–12
Los de Gat la enviaron a Ecrón donde terminó su estancia de siete meses (6:1) en Filistea. Los habitantes sabían que experimentarían las mismas catástrofes que Asdod y Gat y sugirieron que fuera devuelta a sus dueños. Parece que Ecrón sufrió más que las otras ciudades, porque el arca permaneció ahí más tiempo y sólo en relación con ella se menciona explícitamente que hubo muertos (v. 12).
No había duda alguna. Jehová había triunfado. Los filisteos pensaban que al tener el arca lo habían derrotado, pero pronto aprendieron que ningún dios u hombre tiene autoridad sobre el Señor, porque él puede castigar a su pueblo cuando es infiel y a sus enemigos si lo retan. El Omnipotente siempre triunfa.
¡PENSEMOS!
¿Qué característica divina encontramos en esta sección? ¿Su Dios es igual al de Israel? A veces queremos hacerlo a un lado como hizo su pueblo en aquella época, pero no podemos limitarlo a los confines de una caja, cualquiera que sea. Más bien, él es quien controla todas las circunstancias para nuestro bien. Sometámonos a su voluntad.
LOS FILISTEOS DEVUELVEN EL ARCA 6:1–7:2
Los estragos hechos por el Señor en toda Filistea sólo fueron soportados por la gente unos siete meses (6:1), después de los cuales se tomó la decisión definitiva de devolver el arca a sus dueños legítimos. Pero ¿cómo debían proceder a hacerlo?
El consejo de los sacerdotes y adivinos 6:2–9
Siguiendo la costumbre de aquella época, consultaron con la jerarquía eclesiástica (los sacerdotes) y los expertos en determinar la voluntad de los dioses (los adivinos). Su consejo fue claro:
Regrésenla con una ofrenda vv. 3–6. Era necesario incluir una ofrenda expiatoria. Reconocieron que toda ofensa requiere ser expiada, pero fallaron al recomendar una que fuera incruenta. Según Lavítico 4:1–6:7, la expiación, con una sola excepción (5:11–12), se realizaba por medio del derramamiento de sangre (Hebreos 9:22). Los consejeros sugirieron como ofrenda unas réplicas doradas de las plagas que les afectaban: tumores y ratones. Estos sabios religiosos no tenían duda: había sido el Dios de Israel quien había causado las calamidades sobre la gente, sus dioses y sus campos. Si no se arrepentían de su rebeldía, podría sucederles lo mismo que a los egipcios en el tiempo del éxodo.
Regrésenla en un carro nuevo tirado por dos vacas que críen vv. 7–8. Estas vacas tampoco debían haber experimentado el yugo. Después de colocar el arca y la caja con la ofrenda en el carro, debían dejar que se fueran sin nadie que las guiara. Bajo estas circunstancias, humanamente hablando, las vacas se rebelarían si no iban uncidas al yugo y regresarían a buscar a sus crías. Sólo por intervención divina harían lo que los filisteos querían.
Regrésenla observando lo que sucede vv. 9, 12b, 16. Si el carro va directamente a Bet-semes, se sabrá que todo lo acontecido ha venido de la mano de Dios, quien controla las vacas. Si no, todo había sido pura casualidad. Los que observaban eran los príncipes que hasta ese punto todavía no creían que los desastres fueran provocados por Jehová, pero parece que los incrédulos se convencieron por la contundente evidencia.
El cumplimiento de los filisteos 6:10–12
El arca en Bet-semes 6:13–21. Este pueblo tuvo la bendición de recibir el arca porque era el poblado más cercano a Ecrón y porque era ciudad levítica donde sabrían cómo atenderla según las estipulaciones de la ley. El arca llegó cuando estaban en medio de la cosecha de trigo, la cual se efectuaba entre los meses de mayo y junio.
Por un lado el pueblo respondió correctamente a la devolución del arca. Se llenaron de regocijo al verla de nuevo en territorio israelita (v. 13). También reaccionaron con adoración (v. 14–18). ¿Qué más se podría esperar?
Pero por otro lado, la gente violó la santidad del mueble sagrado. Números 4:5, 15, 20 enseñaba claramente que ni los levitas podían mirar o tocar el arca, mucho menos la gente común.
Teniendo este conocimiento, los habitantes de Betsemes deliberadamente quebrantaron la ley y fueron castigados. Setenta hombres murieron. Los comentaristas concuerdan que, debido al tamaño reducido de Bet-semes y a dificultades para interpretar el texto hebreo, la cifra cincuenta mil no se encuentra en el original.
NO CONVIENE JUGAR CON LAS COSAS
SAGRADAS
El pueblo reconoció que el castigo se había aplicado por haber violado la santidad divina. Dudaban que hubiera alguien en su villa que pudiera atender adecuadamente el arca. En vez de aceptar las posibles bendiciones que vendrían con la estancia de ella en su pueblo, decidieron pasar el mueble mortífero a Quiriat-jearim.
El arca en Quiriat-jearim 7:1–2
El arca había peregrinado de un lugar a otro durante siete meses. Había pasado de Silo a Afec, a Asdod, a Gat, Ecrón, y a Bet-semes. Finalmente reposó en Quiriatjearim, pueblo donde quedó por veinte años después de los cuales David la llevó a Jerusalén (2 Samuel 6).
La última frase del versículo 2 es de mucha importancia: “Y toda la casa de Israel lamentaba en pos de Jehová”. El verbo significa “buscar seriamente”. El tiempo había llegado y el pueblo fue movido por el espíritu de avivamiento. Este cambio en actitud era necesario para que Samuel pudiera comenzar de nuevo su ministerio público (7:3). El silencio se rompió y el avivamiento se inició.
¿QUE APRENDIO ISRAEL?
Cualquier israelita que leyera el libro original de Samuel, aprendería muchas lecciones valiosas acerca de Dios. En estos capítulos se destacan tres atributos divinos.
La soberanía de Dios
Esta cualidad se ve claramente en su dominio sobre su pueblo (4:3), sobre el dios de los filisteos (5:3–12) y sobre la naturaleza (6:10–12)
La fidelidad de Dios
Samuel profetizó que Ofni y Finees morirían el mismo día (2:34) y la fidelidad de Dios se manifestó en 4:11b
La santidad de Dios
Los sucesos con el arca en Bet-semes demuestran esta característica divina en forma muy patente
Por medio de estas lecciones objetivas, el Señor estaba preparando el terreno para el nombramiento del primer rey de Israel, quien como todos los demás, si quería experimentar la bendición de Dios sobre su reinado, tendría que someterse a la soberanía divina, imitar la fidelidad divina y ser santo como él es santo.
Así como se revelaban estas cualidades en relación con el arca del pacto de Jehová en aquel entonces, se manifiestan en nuestra vida por medio del trato a las cosas sagradas.
¡PENSEMOS!
Para poder disfrutar de la bendición divina, el rey de Israel tenía que demostrar concretamente su relación con el Señor por medio de su trabajo al igual que nosotros. ¿Demuestra usted en su vivir diario que sirve al Dios soberano? ¿Sus colegas ven la fidelidad y santidad en todo su comportamiento? Apunte tres ajustes que puede hacer en su conducta esta semana para que su vida refleje más fielmente la imagen de Dios.
Lloyd, R. (1993). Estudios Bı́blicos ELA: El rey verdadero (1ra y 2da Samuel) (21). Puebla, Pue., México: Ediciones Las Américas, A. C.


Samuel: ¿Con qué autoridad haces las cosas? Muestra de la soberanía de Dios

Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6


 
Tipo de Archivo: PDF | Tamaño: MBytes | Idioma: Spanish | Categoría: Capacitación Ministerial
Samuel: un niño especial
1 Samuel 1–4:1a
¿Alguna vez ha dicho: “¿Quién manda aquí?” Esta es la pregunta que los israelitas se hacían cuando terminaron los eventos de la época de los jueces. Muchas veces también se hace en nuestros días. Por naturaleza, la gente busca ampararse bajo una autoridad establecida.
Otra pregunta que se escucha es: “¿Con qué autoridad manda fulano?” No sólo queremos saber quién manda, sino también en qué se basa para ponerse por encima de los demás. La verdad es que de vez en cuando debemos detenernos y contestar estas preguntas, porque si la autoridad reinante no se deriva de alguien superior, entonces ésta se vicia.
Cuando los libros de Samuel se escribieron, el pueblo de Israel enfrentaba una situación semejante. El reino se había dividido y existía mucha rivalidad entre los grupos. ¿Quién podía afirmar que tenía la bendición divina?
Actualmente no vivimos la misma situación, pero nos urge saber quién controla todo. ¿A quién tenemos que responder? Cualquiera que sea el caso, la contestación se encuentra en los libros de Samuel.
SITUACION HISTORICA
Los eruditos están de acuerdo en que los primeros capítulos de Samuel son una continuación del período de los jueces. Es probable que haya habido un traslape entre los gobiernos de Sansón, Elí y Samuel. El texto bíblico enseña claramente que Elí (4:18b) y Samuel (7:6b, 15, 17) fueron los dos últimos jueces. Al final del libro de Jueces se describe la situación que imperaba en Israel, misma que continuaba al comenzar los libros de Samuel. ¿Cómo podemos describirla?
Caos político
De acuerdo al testimonio de los capítulos finales de Jueces, aprendemos que políticamente Israel vivía una situación caótica. Cuatro veces encontramos la frase “no había rey en Israel” (Jueces 17:6; 18:1; 19:1; 21:25). Parece que el sistema de jueces no funcionaba y que el período de los reyes todavía no había llegado. No existía gobierno centralizado.
La falta de éste dejaba al pueblo sintiéndose políticamente inseguro, aunque sabían que tenía que resolverse de alguna manera. Dos veces el autor de Jueces declara que “cada uno hacía lo que bien le parecía” (17:6; 21:25). El pueblo vivía en anarquía y sufría un caos que le debilitaba tanto, que no podía enfrentar a los filisteos, sus enemigos principales.
Parece que desde el final del período de los jueces, el autor bíblico anticipaba el establecimiento de la monarquía como solución al problema político que aquejaba a Israel.
Decadencia religiosa
Los primeros capítulos de 1 Samuel enseñan con claridad que religiosamente Israel pasaba por problemas muy agudos. La decadencia se manifestaba de dos maneras:
El sacerdocio indigno. El capítulo dos revela en forma muy patente cómo los sacerdotes principales, Elí, Ofni y Finees, pervertían el culto a Jehová. Si ellos violaban la clara instrucción del Señor acerca de los sacrificios (vv. 12–17) y fornicaban con las mujeres que servían en el tabernáculo (v. 22), ¿cómo sería el comportamiento del pueblo? Si Elí no corregía a sus hijos, ¿lo harían los demás padres del pueblo? La decadencia sacerdotal afectaba a todos los israelitas.
El fetichismo popular. Este fenómeno se ve en los capítulos 4–6. El tema principal es el arca del pacto de Jehová. El problema era que ese artefacto tan importante en el culto se había vuelto en fetiche. Representaba la presencia del Señor, pero a esas alturas, los israelitas creían que la presencia del arca con los ejércitos les garantizaba la victoria en la batalla. En vez de confiar en el Dios del arca, confiaban en el mueble mismo. Eso es fetichismo. Tenían que aprender que la confianza debía depositarse no en el objeto, sino en la persona. Al fin y al cabo, el pueblo cometía idolatría al poner el arca en el lugar que solamente el Señor debía ocupar.
Cuando combinamos el caos político con la decadencia religiosa, vemos que Israel estaba en una encrucijada histórica: o se arrepentían, o vendría destrucción. Por causa del ministerio de Samuel, la primera opción se hizo realidad y el pueblo escapó de la aniquilación.
El marco cronológico
El primer libro de Samuel comienza con el relato del nacimiento de éste y el segundo, termina con las postrimerías del reinado de David. Los expertos calculan que el primer evento sucedió por el año 1120 a.C. y que David terminó de gobernar por 971 a.C. Así que concluimos que los eventos que relatan estos libros abarcan aproximadamente 150 años de historia en Israel.
FECHA DE COMPOSICION
Es imposible poner fecha exacta a la composición de estos libros, pero hay cierta evidencia interna que nos ayuda a calcularla. El hecho de que 2 Samuel relata acontecimientos del final del reinado de David implica que fue compuesto después de 971 a.C. Dado que no se hace mención de la cautividad asiria que empezó en el año 722 a.C., damos por sentado que el autor no tenía conocimiento de ella. Así que sabemos que fue escrito antes de esta última fecha. Entonces, surge la pregunta: dentro del período comprendido entre 971 y 722 a.C., ¿cuándo se escribieron estos libros?
Hay otra evidencia interna que nos ayuda a contestarla. Es obvio que el autor sabía de la división del reino que sucedió en 931 a.C. porque constantemente hace referencia a Israel (el reino del norte) y a Judá (el reino del sur). Véase por ejemplo 1 Samuel 11:8 y 2 Samuel 5:5. La evidencia más contundente se encuentra en 1 Samuel 27:6 donde el autor menciona: “los reyes de Jndá”. Entonces, concluimos con los expertos que 1 y 2 Samuel fueron compuestos poco después de 931 a.C. cuando el reino se acababa de dividir.
¿QUIEN ES EL AUTOR?
Aunque los libros llevan su nombre, podemos estar seguros de que Samuel no fue el autor de la totalidad de los escritos. En 1 Samuel 25:1 encontramos la noticia de su muerte. Es probable que él haya escrito 1 Samuel 1–24, pero ¿qué del resto? La misma Biblia nos auxilia para encontrar la respuesta. Primero de Crónicas 29:29 dice:
Y los hechos del rey David, primeros y postreros, están escritos en el libro de las crónicas de Samuel vidente, en las crónicas del profeta Natán, y en las crónicas de Gad vidente.
Segundo de Samuel 1:18 menciona el libro de Jaser. Lo más seguro es que después de 931 a.C. un redactor guiado por el Espíritu Santo, haya seleccionado de esas cuatro fuentes los eventos necesarios para comunicar el mensaje de Dios a su pueblo. El redactor queda en el anonimato, pero se especula que era del reino de Judá.
PROPOSITO
Cuando uno inicia el estudio de un libro bíblico, siempre debe averiguar las razones por las cuales se escribió; su propósito siempre debe estar en la mente del intérprete. ¿Por qué se escribieron los dos libros de Samuel? Detectamos cuatro propósitos bien definidos.
El histórico
Esta es la razón más obvia. El pueblo de Israel necesitaba conocer su historia. El autor relata lo acontecido desde la época de los jueces hasta los últimos años del rey David. Por medio de su narración, el autor contesta cómo Israel pasó de ser una agrupación de tribus sin gobierno central a ser una nación unificada bajo un rey. ¿Cómo se dio el cambio de jueces a reyes?
El político
Tomando en cuenta que el autor redactó estos libros después de la división del reino, y que probablemente radicaba en Judá, es posible que hubiera tenido una motivación política. Quería dejar claro que Judá era la facción que seguía las pisadas de Samuel y David, y por eso podía esperar la bendición divina. Identificaba a su pueblo con los fieles del Señor.
El teológico
Veremos en la exposición que el hilo teológico que se observa a través de la narración es el hecho de que Jehová es el verdadero rey de Israel. Los jueces y reyes vienen y van, pero el Señor siempre permanece como el verdadero rey del pueblo. Uno de los enfoques principales de estos libros es la relación que hay entre el rey humano y el divino.
El práctico
El Señor usó estos libros para enseñar en forma muy patente que la obediencia trae bendición y la desobediencia acarrea maldición. El que es fiel al pacto, será colmado de todo tipo de bienes, pero el que se rebela contra Dios puede esperar la disciplina y el castigo del Altísimo. Este principio es muy válido, aún en nuestros días.
LA DESOBEDIENCIA ACARREA MALDICION
BOSQUEJO BREVE
Debemos notar que en la Biblia hebrea los dos libros de Samuel forman uno solo. Es una narración continua de principio a fin. Fue en la Septuaginta (primera versión griega del Antiguo Testamento) que por primera vez se hizo la división en dos tomos. El enfoque del autor es definitivamente biográfico porque todo gira alrededor de los personajes principales. Así que el bosquejo más sencillo del libro es el que sigue:
I.SAMUEL     1 Samuel 1:1–12:25
II.SAUL     1 Samuel 13:1–15:35
III.DAVID Y SAUL     1 Samuel 16:1–31:13
IV.DAVID     2 Samuel 1:1–24:25
LA PREPARACION DE SAMUEL 1:1–4:1A
Jehová tenía grandes planes para su pueblo, pero para poder realizarlos era necesario preparar a un líder especial. El juez-sacerdote Elí ya no podía con la situación. El caos político y la decadencia religiosa requerían de un personaje excepcional para ejecutar los cambios con objeto de que la nación regresara a la fidelidad. En su gracia y soberanía, Dios eligió a Samuel para encabezar este regreso hacia el Omnipotente. Su preparación comenzó aún antes de nacer.
El nacimiento de Samuel 1:1–20
Considerando el hecho de que Samuel desempeñaría un papel extraordinario en el plan de Dios, éste obró en forma inusitada desde antes de su nacimiento. En esos acontecimientos apreciamos la importancia de la devoción en el hogar.
La situación vv. 1–8. El relato comienza diciendo que había un varón devoto al Señor que manifestaba su dedicación yendo a Silo cada año para presentar su ofrenda de acción de gracias. Este sitio había sido centro del culto israelita desde el tiempo de Josué (Josué 18:1). Debido a que era un buen padre, Elcana llevaba consigo a toda la familia para inculcar en todos ellos la adoración a Jehová de los ejércitos (v. 3). (Esta es la primera vez que se usa este título divino.)
A pesar de su espiritualidad, Elcana seguía la práctica de aquel entonces y tenía dos esposas: Ana y Penina. Como siempre, la poligamia causa problemas, máxime porque Ana no tenía hijos.
No obstante este problema, Elcana amaba más a Ana que a Penina, y ésta se encargaba de mantener viva la rivalidad entre ellas al grado que la vida de Ana era un suplicio. Aun en la fiesta después del sacrificio, tiempo de gran júbilo, la esposa predilecta lloraba y no comía. Era una mujer angustiada, ya que en aquella cultura el no tener hijos era señal de desaprobación divina.
La súplica vv. 9–18. No sabemos si lo que sigue era una práctica anual de Ana o no. Lo que sí conocemos es que en esta ocasión acudió a la única fuente de poder, Jehová de los ejércitos. Delante de él derramó su corazón suplicando que interviniese a su favor. Su oración fue tan intensa, que Elí pensó que estaba ebria. Habiendo escuchado la defensa de Ana, el sacerdote pronunció una bendición sobre ella (v. 18a).
Observe que Ana no sólo se dedicó a pedir. También prometió consagrar al servicio del Señor durante toda su vida al hijo que había pedido. Antes de nacer, su madre prometió que sería nazareo (Números 6:1–21). La preparación de Samuel comenzó aun antes de ser concebido.
El suceso vv. 19–20. Poco después de regresar a Ramá, el Señor obró en forma especial y Ana concibió su primogénito. Nueve meses más tarde, dio a luz al varón que había pedido y a quien puso por nombre Samuel. Los expertos dicen que quiere decir “el nombre [de Dios] es EL”. El título divino, EL, expresa la grandeza del poder divino. Este significado no se relaciona con la petición de la madre, sino con el poderío de Jehová. Ana se había dirigido al único que le podía socorrer. Bajo estas circunstancias especiales, nació el que llegaría a ser el principal agente de cambio en la transformación de Israel.
¡PENSEMOS!
¿A quién acude usted cuando se angustia? Ana sabía a quién recurrir y también cómo pedir. Analice el texto de su oración. ¿Cómo describiría su petición? Subraye en su Biblia las frases importantes en los versículos 9–20. Apunte dos principios prácticos que aprendemos acerca de la oración y póngalos por obra esta semana.
LA DEDICACION DE SAMUEL 1:21–28A
La promesa se había hecho en el versículo 11, ahora tenía que seguir el cumplimiento. Analicemos la consagración de Samuel bajo dos puntos.
La dedicación demorada 1:21–23
Unos tres meses después del nacimiento de Samuel les tocó subir a Silo para hacer el sacrificio anual. Esta vez no subió Ana con Elcana porque decidió no ir hasta después de destetar al pequeño. Es probable que Ana lo terminara de criar cuando tenía entre tres y cuatro años.
La dedicación realizada 1:24–28a
Llegó el día indicado. Samuel tenía unos cuatro años pero Ana no titubeó. Con su esposo se presentó ante Elí, hizo los sacrificios ordenados y lo dedicó al servicio de Jehová. ¿Cómo se sentiría la madre en esa situación? No obstante sus sentimientos, tuvo que cumplir la promesa hecha, y el Señor la bendijo por ello. Desde ese día, Samuel pasó su vida en la presencia de Jehová y del sacerdote Elí.
LA ADORACION RESULTANTE 1:28B–2:10
La de Elcana 1:28b
La última frase del capítulo 1 dice: “Y adoró allí a Jehová” La adoración es la reacción correcta cuando uno ha entregado su posesión más preciada al Señor. Se piensa que el sujeto que realizó la adoración en este caso fue el padre de Samuel.
La de Ana 2:1–10
El cántico de Ana es uno de los poemas más preciosos de toda la Biblia. Es muy semejante al Magnificat de María que se encuentra en Lucas 1:46–55. Su canto de alabanza tiene tres estrofas:
1. La doxología vv. 1–2
2. Una advertencia a los enemigos de Jehová vv. 3–8
3. La confianza del creyente vv. 9–10
El final del versículo 10 es muy importante porque allí es donde el autor indica por primera vez el propósito teológico de su libro. El soberano Señor tenía dentro de sus planes poner un rey sobre su pueblo. Con las palabras: “Dará poder a su Rey, y exaltará el poderío de su Ungido”, Ana estaba profetizando el establecimiento de la monarquía.
Parte de la preparación de Samuel consistió en la dicha de ser criado en un hogar con padres creyentes que lo amaron intensamente en su más tierna infancia y le inculcaron la devoción al Señor. Dichoso el que se cría en situación similar.
SAMUEL VS. LOS HIJOS DE ELI 2:11–36
El resto del capítulo 2 contiene una serie de contrastes entre Samuel y los hijos de Elí, Ofni y Finees. El autor va alternando entre el primero y los segundos. Se habla de Samuel en 2:11; 2:18–21 y 2:26. En 2:12–17; 2:22–25 y 2:27–36 encontramos textos que describen a Elí y sus hijos.
Siempre se escribe algo positivo acerca de Samuel y algo negativo de Ofni y Finees. Los contrastes tan marcados son una técnica que usa el autor para enseñar que el que obedece, recibe bendición y el desobediente se acarrea el castigo.
El niño Samuel
Samuel se aprecia como un niño que ministró a Jehová desde temprana edad y siguió sirviendo hasta su llamamiento a ser profeta del Señor cuando llegó a joven (2:11; 3:1). Toda su infancia y adolescencia las pasó trabajando en la casa de Dios bajo la tutela de Elí, el sacerdote-juez. Todos estos años estuvo ministrando, creciendo y recibiendo anualmente la visita de sus padres y hermanos, porque con el paso del tiempo Jehová había bendecido a Ana y Elcana con cinco hijos más. La obediencia siempre trae fruto agradable. El versículo 26 revela que Samuel gozaba de aceptación general en la esfera espiritual y en la social. Era un chico ejemplar.
ERA ACEPTO DELANTE DE DIOS Y DE LOS
HOMBRES
Elí y sus hijos
En contraste, Elí se pinta como un sacerdote anciano (v. 22) e indulgente (vv. 23–25) que había perdido todo control sobre sus hijos. Estos hacían lo que se les antojaba con los sacrificios (vv. 13–17) y cometían fornicación con las mujeres que servían en el tabernáculo (v. 22). La descripción inicial de ellos es escueta y muy franca: “eran hombres impíos, y no tenían conocimiento de Jehová” (v. 12). Su comportamiento había afectado negativamente a todo el culto israelita. Por causa de ellos “los hombres menospreciaban las ofrendas de Jehová” (v. 17).
El Altísimo no podía quedarse con los brazos cruzados frente a esta situación, por lo que envió un profeta a Elí para reclamarle su negligencia al no disciplinar a sus hijos (vv. 27–30) y avisarle del castigo que vendría sobre su casa (vv. 31–33). La señal de que esto sucedería era que sus dos hijos morirían en el mismo día (v. 34).
En vez de la casa rebelde de Elí, el Señor levantaría una casa firme y fiel que sirviera adecuadamente a su ungido (v. 35). Esta es la segunda alusión al rey que vendría. En estos libros, el rey siempre se conoce como el Ungido de Jehová. Esta nueva dinastía de siervos sería encabezada por un sacerdote fiel puesto por Dios mismo. Históricamente, esta promesa se cumplió primero en la persona de Samuel y después cuando Salomón destituyó a Abiatar, bisnieto de Elí, y puso en bu lugar a Sadoc (1 Reyes 2:27, 35).
Lecciones que aprendió Israel
El judío de aquel entonces que leyera esta porción, sacaría de ella varias lecciones prácticas
Deduciría que el rey debía ser obediente como Samuel y no rebelde como Elí y sus hijos. Este principio nunca cambió en toda la historia de Israel. Todo rey debía ser obediente al Rey divino.
Vería la soberanía divina trabajando en su pueblo. Los hijos de Elí “no oyeron la voz de su padre, porque Jehová había resuelto hacerlos morir” (v. 25). El tenía su plan perfecto. Habiéndolos eliminado, llevaría a cabo su propósito de establecer otra casa sacerdotal que le fuera fiel (v. 35). Jehová controla la historia.
Aprendería que Dios usa a la persona que actúa conforme a su corazón y alma (v. 35). Al Señor le interesa lo que está dentro del ser humano; lo que es un hombre, no lo externo y lo que hace. Este principio so repite en 1 Samuel 13:14; 16:7b y Hechos 13:22b.
¡PENSEMOS!
Tome unos minutos para analizar su vida a la luz de las tres lecciones presentadas. Dios no sólo quiere reyes obedientes sino que todos sus hijos lo seamos. Saber que el Señor es soberano debe llenarnos de confianza y aliento. ¿Qué de su corazón? Cuídelo mucho porque de él mana la vida (Proverbios 4:23).
EL LLAMAMIENTO DE SAMUEL 3:1–4:1A
Los expertos calculan que Samuel tenía entre 12 y 16 años cuando sucedieron los eventos del capítulo tres. La palabra “joven” de 3:1 se puede usar para un infante (1:24–25; 2:11) o un adolescente (2:21, 26; 3:1). Había pasado todos estos años preparándose para lo que iba a suceder en la madrugada: “antes que la lámpara de Dios fuese apagada” (3:3b), del día con que comienza este capítulo. Este época también se caracterizó porque el Señor no se revelaba: su palabra “escaseaba en aquellos días; no haía visión con frecuencia” (v. 1b). Desde los días de Moisés no había habido profeta en la tierra.
El llamamiento en sí 3:1–10
Hasta ese punto en su vida, Samuel no había tenido un encuentro personal con Jehová ni había recibido revelación especial (v. 7). Entre los versículos 4 y 10 se dice que escuchó la voz de Dios cuatro veces y en cada una de ellas el mensaje fue muy claro: “¡Samuel, Samuel!” Esta madrugada marcó el inicio de su conocimiento personal de Jehová.
Su respuesta al llamado divino fue muy adecuado, “Habla, porque tu siervo oye” (v. 10b). Una traducción libre sería, “Manda, Señor, porque tu esclavo está dispuesto a obedecer”. Cuando Dios escuchó esta reacción, el escenario estaba listo para que Samuel recibiera su primera profecía.
LO MAS IMPORTANTE ES LA ENTREGA TOTAL
DE LA VIDA
Su primer mensaje 3:11–14
Cuando el nuevo profeta recibió su primera revelación especial, su mensaje inicial fue dictar un juicio proveniente de Dios en 2:27–36. Elí y su familia serían disciplinados severamente y el castigo vendría pronto.
El inicio de su ministerio profético 3:15–4:1a
El profeta no sólo recibió la revelación especial, sino que tuvo que proclamar el mensaje revelado al pueblo. El profeta es un portavoz de Dios, el agente que lleva la palabra divina a los que la necesitan. Samuel anunció el mensaje primeramente a Elí y después a Israel.
El mensaje a Elí vv. 15–18. Samuel amaba mucho a Elí porque había sido como un padre para él durante su niñez y adolescencia y no quería lastimarlo transmitiéndole la revelación que había recibido, pero Elí intuyó que las palabras recibidas por su discípulo esa madrugada eran para él y por eso lo instó a que le declarase todo el mensaje. Este cumplió con su responsabilidad y aquél se entregó a la voluntad soberana de Dios.
El mensaje al pueblo vv. 19–4:1a. Jehová confirmó el llamamiento de Samuel a ser su profeta. Todas sus palabras se cumplieron al pie de la letra y toda la nación reconoció que era fiel. Con el ministerio de Samuel Jehová comenzó a revelarse de nuevo en el santuario de Silo. Una nueva época de revelación había empezado. La primera frase del capítulo cuatro pertenece realmente al capítulo tres. Enfoca el hecho de que el ministerio profético de Samuel abarcó a todo Israel. El silencio se había terminado. Una vez más Jehová de los ejércitos se manifestaba a su pueblo.
El Señor tardó unos 16 años en la preparación del instrumento que iba a usar para transformar a su pueblo. Comenzó antes de su nacimiento con la devoción de sus padres y terminó con su llamamiento a ser profeta. Todo estaba bajo el control del Dios quien todo lo hace bien y dio como resultado el inicio del ministerio de uno de los hombres más destacados del Antiguo Testamento: el profeta Samuel.
¡PENSEMOS!
En todas las épocas de la historía, el Todopoderoso busca hombres y mujeres obedientes que pueda usar y bendecir: padres como Elcana y Ana y jóvenes dedicados como Samuel. ¿Son ustedes el tipo de padres que experimentan la benevolencia divina en su vida diaria? ¿Inculcan en sus hijos el temor del Señor y la necesidad de vivir completamente dedicados a él? Apunte tres cosas que va a hacer esta semana para mejorar su relación personal con Dios y para ayudar a sus hijos a ser más dedicados.
https://story.ad/site/file_download/smartpublicity1467919561neTNIrOs.html