Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6
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LAS MALDICIONES GENERACIONALES VISTO A LA LUZ DE LA PALABRA DE DIOS
En conclusión: lejos de fundamentarse fielmente en la Palabra de Dios, la enseñanza de “maldiciones generacionales” es un abuso del texto bíblico.
Bibliografía y Citas:
LAS MALDICIONES GENERACIONALES VISTO A LA LUZ DE LA PALABRA DE DIOS
La Biblia menciona "maldiciones generacionales" en varios lugares (Éxodo 20:5; 34:7; Números 14:18; Deuteronomio 5:9).
Parece injusto por Dios castigar a los hijos por los pecados de sus
padres. Sin embargo, esto es mirarlo desde una perspectiva terrenal.
Dios sabe que los efectos del pecado se transmiten de una generación a
la siguiente. Cuando un padre tiene un estilo de vida pecaminoso, sus
hijos son propensos a tener el mismo estilo de vida pecaminoso también.
Es por ello que no es injusto por Dios castigar el pecado a la tercera o
cuarta generación – porque cometen los mismos pecados que hicieron sus
antepasados. Pero son castigados por sus propios pecados, no los
pecados de sus antepasados. La Biblia nos dice específicamente que Dios
no responsabiliza a los niños por los pecados de sus padres (Deuteronomio 24:16).
Hay una tendencia en la iglesia de hoy para tratar de culpar a cada pecado y problema en una especie de maldición generacional. Esto no es bíblico. El remedio para las maldiciones generacionales es la salvación por medio de Jesucristo. Cuando nos convertimos en cristianos, somos nuevas creaciones (2ª Corintios 5:17). ¿Cómo puede un hijo de Dios seguir bajo la maldición de Dios (Romanos 8:1)? La cura, entonces, para una "maldición generacional" es la fe en Jesucristo y una vida consagrada a él (Romanos 12:1-2).
Hay una tendencia en la iglesia de hoy para tratar de culpar a cada pecado y problema en una especie de maldición generacional. Esto no es bíblico. El remedio para las maldiciones generacionales es la salvación por medio de Jesucristo. Cuando nos convertimos en cristianos, somos nuevas creaciones (2ª Corintios 5:17). ¿Cómo puede un hijo de Dios seguir bajo la maldición de Dios (Romanos 8:1)? La cura, entonces, para una "maldición generacional" es la fe en Jesucristo y una vida consagrada a él (Romanos 12:1-2).
Una de las muchas novedades teológicas de
nuestra época es la doctrina de “maldiciones generacionales”, que enseña
que una persona puede nacer bajo una sentencia de castigo (“maldición”)
por pecados que cometieron sus antepasados.
A menudo esa maldición se
entiende en términos mágicos como un maleficio, con una especie de
hechicería santa.
Así resulta que uno puede nacer cargando la maldición
de sus padres, abuelos o hasta bisabuelos.
Y como la humanidad es
bastante pecadora, sería de suponer que muy pocas personas hayan nacido
sin alguna maldición a cuestas.
Entre los que más han predicado esta
doctrina, en forma muy elaborada, son los pastores Edwin y Ana Lucía
Orozco del programa “DiosTV”. Afirman que esa maldición queda en el
esperma y el óvulo que forman el feto, por lo que hay reemplazar el ADN
del pecado con el ADN de Dios.
Otro aspecto de esta enseñanza es el
concepto de la iniquidad como la corrupción interna que trae maldición
generacional. En palabras de ellos,
La Iniquidad es transmitida al ser humano desde su concepción y se hacen (sic) más fuertes en cada generación, se robustece de maldición, pero que los padres tienen la potestad de establecer herencia de bendición para los hijos cortando estas raíces de iniquidad.
Debemos de entender que estamos marcando una generación futura a partir de hoy al romper estos ciclos de iniquidad, porque mientras estas raíces estén activadas en nosotros afectará nuestra vida y la de nuestras generaciones futuras.
Dios es un Dios de Generaciones y las iniquidades de nuestros ancestros seguirán en nosotros hasta que logremos cortarlas; estas raíces que constituyen el elemento oculto en nuestro ser, en nuestras emociones más íntimas y del apego que podamos tener con la realidad a la que estemos atado, cortando con estas iniquidades les damos así a nuestros hijos un futuro libre, un camino allanado, un destino profético que Dios nos ha heredado, le daremos las llaves que triunfen en todo siempre cuando ellos no activen estas raíces.
Es obvio que el aspecto “generacional” de
toda esta enseñanza se basa en el segundo mandamiento del decálogo y
unos textos más en Éxodo y Deuteronomio:
…yo soy Jehová tu Dios,[i] fuerte, celoso,que visito la maldad de los padres sobre los hijoshasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen,y hago misericordia a millares [de generaciones],[ii]a los que me aman y guardan mis mandamientos.Éxodo 20:5 (cf. Deut 5:9)
…¡Jehová! fuerte, misericordioso y piadoso;tardo para la ira, y grande en misericordia y verdad;que guarda misericordia a millares, que perdona la iniquidad,la rebelión y el pecado…que visita la iniquidad de los padressobre los hijos y sobre los hijos de los hijoshasta la tercera y la cuarta generación. (Ex 34:6-7)Jehová tu Dios es Dios, Dios fiel,que guarda el pacto y la misericordiaa los que le aman y guardan sus mandamientos,hasta mil generaciones;y que da el pago en persona al que le aborrece,destruyéndolo. (Deut 7:9)
Aunque el idioma hebreo tiene varias palabras para “maldición”, estos textos no mencionan ninguna de ellas. Dicen
más bien que Dios “visita” los pecados sobre las sucesivas
generaciones.
El sentido principal de este verbo hebreo es igual que
“visitar” en castellano. Su sentido básico es “preocuparse por”; la NVI
lo traduce bien con “estar pendiente de” (Sal 8:4 “tomarlo en cuenta”;
cf. Job 7:17). Dios visita la tierra y la riega (Sal 65:9). Muchas veces
este mismo verbo hebreo significa visitar para salvar (Ex 3:16; 4:31;
¡el relato del éxodo! Cf. Gén 50:24-25; Rut 1:6), pero en otros textos,
como los que acabamos de citar, significa visitar para castigar (Isa
13:11; Jer 5:9,29 hebreo).[iii]
Además, los textos básicos, en Éx 5 y Deut 20, no hablan de “iniquidad” sino de “maldad”, y Ex 34:7, que menciona la
iniquidad, la rebelión y el pecado (como sinónimos funcionales), no
afirma que Dios los convierte en maldiciones generacionales sino que en
su misericordia los perdona. ¿Cómo es, entonces, que Dios visita la
iniquidad hasta la tercera y la cuarta generación, si ya la perdonó? La
respuesta está en el concepto bíblico de la persona humana como ser
social, en una solidaridad corporativa. La Biblia no conoce el
individualismo de nuestro pensamiento moderno, de personas como entes en
sí, independientes de la comunidad a que pertenecen. Entonces, la
maldad tiene consecuencias morales y sociales sobre la familia y la
sociedad, y en esas consecuencias Dios está “visitando” a su pueblo.
Es claro que estos pasajes no dicen
absolutamente nada que podría significar “maldiciones generacionales”.
No habla de maldiciones en ninguna parte, sino del amor y la justicia de
Dios con que se preocupa por nosotros (“nos visita”). Ni mucho menos
indica algo de un ADN programado con maldiciones de antepasados.
Especulaciones de este tipo revelan una muy grave falta de respeto hacia
el texto inspirado.
Es obvio que estos pasajes no destacan la
maldición de los malvados sino la primacía de la misericordia de Dios.
Si las consecuencias del pecado se extienden hasta cuatro generaciones,
el amor y la misericordia de Dios llegan hasta mil generaciones. Es
posible que “cuatro generaciones”, más que una frase literal de una
maldición matemática, sea un modismo para expresar las consecuencias del
pecado sobre la familia y la sociedad.[iv]
De cualquier forma, “donde el pecado abundó [cuatro generaciones], la
gracia sobreabundó [mil generaciones]“. Si existieran “maldiciones
generacionales”, tiene que haber también “bendiciones generacionales”, y
eso acumuladas sobre mil generaciones. El teórico ADN de esta teoría
tendría que codificar centenares de pecados y muchos miles de
bendiciones, y sin duda el saldo sería a favor de la bendición y las
misericordias de Dios.
Para concluir, debemos mencionar que otros
textos bíblicos refutan la idea de un castigo divino contra familiares
inocentes. El mismo libro de Deuteronomio aclara que “los padres no
morirán por los hijos, ni los hijos por los padres; cada uno morirá por
su pecado” (Dt 24:16; cf. 2R 14:6). El profeta Ezequiel se opone
enérgicamente a esta doctrina de castigos y méritos heredados e insiste
en la responsabilidad personal de cada uno:
Vino a mí palabra de Jehová, diciendo:¿Qué pensáis vosotros, los que usáias este refrán sobre la tierra de Israel,que dice: Los padres comieron las uvas agrias,y los dientes de los hijos tienen la dentera?…
He aquí que todas las almas son mías;como el alma del padre, así el alma del hijo es mía;el alma que pecare, esa morirá.
Y el hombre que fuere justo, e hiciere según el derecho y la justicia…éste es justo; éste vivirá, dice Jehová el Señor…
El que guardare mis decretos y anduviere en mis ordenanzas,éste no morirá por la maldad de su padre;de cierto vivirá…
Y si dijereis: ¿Por qué el hijo no llevará el pecado de su padre?Porque el hijo hizo según el derecho y la justicia…el alma que pecare, esa morirá;el hijo no llevará el pecado del padre,ni el padre llevará el pecado del hijo;la justicia del justo será sobre él,y la impiedad del impío será sobre él. (Ezq 38:1-5,9,17-20).[v]
En conclusión: lejos de fundamentarse fielmente en la Palabra de Dios, la enseñanza de “maldiciones generacionales” es un abuso del texto bíblico.
Es otra especulación fantasiosa de algunos predicadores que no
se cansan de inventar nuevas doctrinas para deslumbrar a su público y
mantenerlos cautivos de sus aberraciones.
Lejos de ser un mensaje fiel a
la Palabra, es otro intento de manipularla, y manipular al público
creyente.
Todas estas especulaciones contemporáneas
plantean una pregunta muy seria:
¿en qué punto una simple enseñanza
equivocada llega a ser una herejía?
¿No será que tenemos que redescubrir el concepto y la realidad de la herejía?
Es hora de levantar la voz de protesta contra estas novedades anti-bíblicas.
[i] En este ensayo citaremos la versión Reina Valera, por ser
ésa en la que se basa el concepto de maldiciones generacionales.
[ii] Es claro, tanto por la lógica como por el paralelo en Deut 6:9, que la palabra “millares” aquí significa “mil generaciones”.
[iii] En todos estos textos el verbo hebreo es PaQaD, “visitar”, aunque a veces la traducción no lo indique. En Jeremías 23:2 PaQaD
se emplea primero de pastores que no “visitaban” a las ovejas (no se
preocupaban por ellas), y después de Dios al “visitarlos” con castigo.
[iv] Si
hay un bisabuelo con bisnietos, las cuatro generaciones pueden estar
viviendo simultáneamente. “Cuatro generaciones” parece significar “toda
la familia”, los que están vivos en determinado momento.
[v] El
capítulo 18 de Ezequiel nombra específicamente un gran número de
pecados sociales e insiste en la práctica de la justicia y el bien
social.
Proverbios 3:33
La maldición de Jehová está en la casa del impío;
Mas él bendecirá la morada de los justos.
La maldición de Jehová está en la casa del impío;
Mas él bendecirá la morada de los justos.
De tiempo en tiempo los cristianos se
han visto obligados a lanzarse a las páginas de la Biblia para exponer y
defender el verdadero evangelio de los ataques contra la pureza de la sana
doctrina. Este es uno de esos tiempos. En este estudio escudriñaremos
un tema que está en apogeo en nuestro tiempo, ‘maldiciones
generacionales’ también conocido por ‘maldiciones ancestrales’ ó
‘maldiciones familiares’. Esta nueva "doctrina" no se
sostiene por sí sola sino que es parte de un esquema mayor el cual es
promovido por aquellos que dicen tener ‘ministerios de liberación’.
El esquema completo incluye temas como ‘guerra espiritual’, ‘sanidad
interior’, ‘liberación de endemoniados’, ‘ pensamiento y confesión
positiva’ y ‘prosperidad financiera’ entre otros. El centro de esta
enseñanza, y lo que nos mueve a escribir sobre este tema, es que estos
ministerios están dirigidos a cristianos y no a inconversos. ¡Pues
según ellos, son los cristianos nacidos de nuevo quienes necesitan ser
liberados de maldiciones generacionales!
Parece ser que Satanás siempre
mantiene a los creyentes entretenidos con nuevos descubrimientos que ‘al
parecer’ tienen fundamento bíblico sólido y hacen que la Iglesia
crezca y se fortalezca pero que en realidad son ataques sutiles a la
verdad de la Palabra y socavan la eficacia del evangelio.
A
propósito, como es de esperarse,
todos los que enseñan esta creencia dicen tener pruebas irrefutables que
confirman la verdad de su doctrina. Hablan y predican de personas,
especialmente creyentes, que tenían maldiciones generacionales o
ancestrales y que ahora están libres. Lo más serio de este reclamo es
que este movimiento está sucediendo no en iglesias que por siempre han
sido reconocidas como ‘falsas’, sino que está ocurriendo en aquellas
iglesias o congregaciones que son aceptadas y reconocidas como iglesias
que mantienen las doctrinas centrales del cristianismo histórico y
bíblico.
Pero lo que debemos de hacer como
creyentes, no es mirar las experiencias, sino mirar la Palabra de Dios. Si
por experiencias se hicieran válidas todas las reclamaciones, entonces
tendríamos que aceptar como verdaderas todas las religiones del mundo,
pues en todas ellas se hacen milagros y prodigios y se tienen muchas
experiencias como prueba y testimonio. El problema está en que cuando el
milagro o liberación ocurre en una iglesia aceptada, con pastores y
lideres de ‘doctrina aceptable’ y sobre todo en el nombre de Jesús,
entonces se hace difícil pensar que no sea verdad, ni que sea Dios mismo
obrando tales cosas.
Definición
Creo que primero hace falta definir
lo que se quiere decir con ‘maldiciones generacionales’. Veamos la
siguiente definición presentada por ‘Apologetics Index’ (Índice
Apologético):
‘Una
popular, aunque aberrante enseñanza que mantiene que los problemas en la
vida de un Cristiano – incluyendo enfermedad, pobreza, desastres
naturales, y etcétera – pueden todos ser consecuencia de alguna maldición
proferida muchas generaciones atrás. A menudo, los creyentes en esta teoría
se hallan envueltos en igualmente aberrante variedad de guerra espiritual,
con un énfasis no-sano y no-bíblico en los demonios. Muy prevaleciente
en los movimientos ‘Palabra-de-Fe’, así como en los controversiales
movimientos de renovación y avivamientos de nuestro día.’
Esta definición coincide con lo
dicho por los promotores de esta creencia. Una conocida tele-evangelista
sostiene en su libro ‘maldiciones generacionales’ que:
los
problemas humanos tales como miedo, problemas en los pies, dolores de
cabezas, migrañas, enfermedades del corazón, complejo de inferioridad,
insomnio, esclerosis múltiple, auto-imagen negativa, condición nerviosa,
infartos, pobreza, hijos rebeldes, familiares inconversos, preocupaciones,
etc. son maldiciones.
En
resumen, todas las cosas malas que
ocurren ‘pueden ser’ resultado de una maldición generacional; pero más
adelante veremos que la frase ‘pueden ser’ en realidad significa
‘siempre son’ para estos maestros. Y al fin de cuenta todo el mundo
necesita ser liberado de tales maldiciones.
Fondo Bíblico
Como los cristianos creemos en la
Biblia, los proponentes de esta teoría utilizan citas bíblicas que
ciertamente pueden hacer pensar a los menos preparados bíblicamente (lo
cual, lamentablemente, es la gran mayoría de los cristianos), que lo que
se dice es realidad. Por cierto, no todo lo que se dice y se enseña en
esta teoría es falso, pues toda doctrina por muy falsa que sea contiene
algo de verdad en ella.
Cuando leemos en los siguientes
textos de la Biblia, los cuales son utilizados como base principal de esta
creencia, vemos que el castigo ó consecuencia negativa generacional fue
establecido por Dios como por el pecado…
Éxodo
20:5
5
No te inclinarás á ellas, ni las honrarás; porque yo soy Jehová tu
Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los
hijos, sobre los terceros y sobre los cuartos, á los que me aborrecen,
Éxodo
34:7
7
Que guarda la misericordia en millares, que perdona la iniquidad, la
rebelión, y el pecado, y que de ningún modo justificará al malvado; que
visita la iniquidad de los padres sobre los hijos y sobre los hijos de los
hijos, sobre los terceros, y sobre los cuartos.
La enseñanza principal en esta
doctrina está en que las cosas malas que nos suceden son consecuencia de
los pecados de nuestros antepasados. Una lista de cosas adversas, tales
como las que presentamos anteriormente en este estudio se deben a esta
maldición que nos llegó ‘de gratis’, simplemente por haber venido de
una familia cuyo árbol genealógico fue infectado por la iniquidad. Según
esta enseñanza, el árbol familiar de cualquier persona puede ser
maldecido por el pecado de uno de sus miembros. Eso es lo que dice una
famosa maestra:
"Alguien
en un árbol familiar comienza la maldición por medio de la desobediencia"
Así que el impacto de ésta enseñanza
es universal. Aquí vemos como el ‘pueden ser’ se convierte en
‘siempre son’. Si cualquier antepasado nuestro comienza la maldición
solamente por desobedecer, entonces no solo algunos, sino todos los seres
humanos están bajo maldición y necesitan romper tales maldiciones. Pues,
¿quien tiene antepasados que nunca hallan cometido desobediencia (pecado)?
¡Nadie!
Ahora aquí hay algo de verdad y es
necesario que notemos lo que hay de cierto en esto, pues de acuerdo a la
declaración bíblica de los versos que presentamos anteriormente, eso es
así aun en el presente pero debido al pecado de Adán.
Romanos
5:12,14, 19
12
Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el
pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto
todos pecaron.14 No obstante, reinó la muerte desde Adán
hasta Moisés, aun en los que no pecaron a la manera de la transgresión
de Adán, el cual es figura del que había de venir. 19
Porque así como por la desobediencia de un hombre los muchos fueron
constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno, los
muchos serán constituidos justos.
El pecado de Adán trajo condenación
y maldición a toda la raza humana (y la tierra - Gen. 3:17-18) y como
consecuencia los hombres son considerados 'por naturaleza...hijos de ira'.
Los hombres que no vienen a Cristo en fe, siguen bajo esta condenación
pero los que creen en Cristo "no están en condenación" (Romanos
5:1). Los Cristianos han sido liberados del poder del pecado y han
sido trasladados de las tinieblas al reino de Cristo.
Colosenses
1
12
con gozo dando gracias al Padre que nos hizo aptos para participar de la
herencia de los santos en luz; 13 el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas,
y trasladado al reino de su amado Hijo,
14 en quien tenemos redención por su sangre, el perdón
de pecados.
¿Cómo puede el hombre que ha creído
en Cristo ser "LIBRADO de la potestad de las tinieblas Y TRASLADADO
AL REINO DE CRISTO" y a la misma vez permanecer bajo "la
potestad de las tinieblas" y VIVIENDO EN EL REINO DE DIABLO?. Cuándo
el hombre cree en Cristo, Dios le da libertad del poder del Diablo, ¡ESO
ES LO QUE SIGNIFICA LA SALVACION!. Cualquier persona que esté bajo
la potestad del Diablo y sus demonios en cualquier área de su vida por
muy poca que sea, NO HA SIDO SALVADA y sigue viviendo en CONDENACIÓN.
Pero volviendo a las "doctrinas" de estos maestros de
maldiciones, ellos no hablan mucho de ésta realidad bíblica de que el
hombre CREYENTE ha sido liberado totalmente del poder del diablo y
hay mucho mas en cuanto a esta enseñanza que estos maestros no revelan a
sus discípulos pues si lo hacen destruyen sus propios ministerios y por
supuesto sus entradas financieras, pero hablaremos de eso mas adelante.
LA INIQUIDAD
Ahora veremos un elemento que es de
suma importancia para esta enseñanza. La clave principal de esta doctrina
se encuentra centrada en esta palabra, ‘iniquidad’. Según ellos, esta
palabra es una referencia a pecados graves y enraizados que ‘atan’ a
las personas aun después de convertidas al evangelio. Estas iniquidades
son identificadas como ataduras heredadas de los antepasados. Los
cristianos, aún después de convertidos, pueden continuar ‘atados’ a
estas iniquidades heredadas y no pueden salir de ellas ‘hasta que sean
rotas todas las ataduras’.
Métodos de Limpieza
Existen varias maneras en las que las
personas pueden recurrir para limpiarse de tales ataduras ancestrales.
La primera es ‘descubrir y quebrantar’, otra es ‘confesar y
perdonar’ y finalmente existe el exorcismo o ‘la expulsión de
demonios’ y espíritus inmundos heredados.
Descubrir y
quebrantar: El
principal método de limpieza en contra de las ‘maldiciones
generacionales’ es la de ‘descubrir y quebrantar’ por medio de la
repetición de oraciones prescritas y diseñadas para tal propósito. Así
que primero hay que descubrir la realidad de las maldiciones
generacionales. Para que la diagnosis sea descubierta, la persona debe de
acudir a alguien que tenga un ministerio de liberación, ya sea en persona
o por medio de libros o escritos. Así, entonces se determina si la
persona es victima de maldiciones generacionales. Por supuesto que la
mayoría de las personas van a tener algún caso donde las cosas no le han
ido bien financieramente. Algún familiar en vicios de drogas o alcohol,
alguna enfermedad grave en su familia como diabetes, cáncer, etc. Algún
pecado que saben que deben dejar, algún antepasado que no era creyente,
etc. Pero ese es el método de descubrir, y luego de descubierta la
maldición, entonces se debe proceder a ser liberados.
A menudo las personas deben ser
liberadas de la maldición antes de que puedan arrepentirse, pues en
muchas ocasiones, el arrepentimiento es imposible porque la maldición no
ha ido quebranta. Por ejemplo, el siguiente caso es citado donde una joven
quería convertirse pero no podía porque estaba bajo control de espíritus
inmundos por la maldición de sus antepasados. No fue hasta que la persona
confesó los pecados de sus abuelos que pudo recibir salvación.
"Yo
le dije a Maria que era tiempo de que renunciara a lo que su familia había
hecho y a los espíritus asignados como resultado… Inmediatamente Maria
bajo su cabeza y comenzó a orar en voz alta. Ella pidió perdón por su
familia estar envuelta con el hombre de los pollos. Ella oró por liberación
del mal. Luego pausó. “¡Él lo hizo!" Gritó ella, lagrimas de
gozo bajaban por sus mejillas. ¡"El me salvo! Él está en mi corazón."
Nosotros también celebramos su victoria".
Esta historia es interesante, pero ¿qué
sucedería si la persona fue adoptada y no sabe de su familia natural?, ¿Que
de aquellos que no saben nada de lo que su familia pasada hizo? ¿Entonces
que hemos de hacer?. Además, no existe base bíblica este tipo de manejo
en el evangelismo. No es sabio confiar en experiencias seculares que
aparentan dar buenos resultados. La Biblia declara que el evangelio
predicado, "es poder de Dios para salvación a todo el que cree"
(Romanos 1:16).
Así que luego de haber descubierto
que en realidad existen tales maldiciones sobre la persona, se debe de
proceder a repetir oraciones de la siguiente manera para quebrantar la
maldición:
"Yo
cancelo toda obra demoníaca que halla sido pasada a mí de mis ancestros…
Yo renuncio toda asignación satánica que sea dirigida a mi y mi
ministerio, y yo cancelo toda maldición que Satanás y sus obreros hallan
puesto sobre mi… Yo rechazo todos los otros sacrificios de sangre donde
Satanás halla reclamado propiedad de mi"
Como se puede dar cuenta, la oración
incluye proclamación sobre los espíritus demoníacos pues ellos enseñan
que la manera en que la maldición pasa de generación a generación es
por medio de espíritus inmundos.
Confesión y Perdón:
Otro método es el de sanar las memorias. Por medio de este método se
busca ‘revivir’ todas las experiencias pasadas que nos causan
resentimiento y perdonar a aquellos que causaron el mal. Estas memorias
suelen, según ellos, traer maldición por medio del rencor y la amargura;
también se dice que los demonios pueden entrar en la persona que no
perdona.
Expulsión de
Demonios:
Algunos casos van hasta el punto donde la persona debe ser liberada por
medio la expulsión de demonios de la persona, también conocido como
‘exorcismo’ ó ‘guerra espiritual’. Estos demonios han llegado a
la persona como ‘heredad’ por el pecado de sus antepasados. Según
esta teoría detrás de cada pecado existe un demonio que lo causa. Cuando
la persona practica un pecado, el demonio pertinente a este pecado posee
al individuo y es pasado a sus descendientes naturales.
¿CRISTIANOS BAJO
MALDICIÓN?
Después de haber presentado lo que
esta teoría enseña, pasaremos a exponer las razones por las cuales esta
debe ser rechazada y condenada por los cristianos. El estudio Bíblico nos
lleva a la conclusión de que es imposible para un cristiano estar bajo
maldición. Por supuesto, esto es algo que es fácil de entender para
aquellos que escudriñan la Biblia y la aceptan, pero otros que han sido
indoctrinados en estas doctrinas falsas se les hace muy difícil de creer,
especialmente cuando sus sentimientos, emociones y ‘experiencias’ les
dicen que todo esto es verdad.
¿Qué es
maldición?
En primer lugar debemos de notar que
la palabra ‘maldición’ no está en el ‘texto clave’ utilizado. La
maldición es entonces ‘asumida’.
La palabra maldición de la manera
que es usada en la Biblia tiene que ver la invocación de condenación y
mal sobre alguien con el fin de traer consecuencias negativas. El
primero en declarar maldición sobre un ser humano fue Dios quien también
maldijo la tierra y a Satanás. Dios es el que origina la maldición ó
consecuencias negativas como "castigo" por el pecado. En la ley
Dios estableció una larga lista de Maldiciones (Consecuencias Negativas)
por causa del pecado. Estas consecuencias negativas son de carácter tanto
temporales como eternos. El hombre está bajo maldición por causa del
pecado y como consecuencia su fin es ser destruido en el infierno.
¿Que es
iniquidad?
Iniquidad es una palabra que Dios usa
para referirse a la ‘trasgresión a su ley’. En el contexto utilizado
parece que tiene que ver con la idolatría. Pero este no es el único término
que se usa en la Biblia para ese pecado sino que también se usan términos
como maldad, pecado, transgresión, prevaricación, etc.
¿Qué significa "visitar la
iniquidad?”
La Biblia dice:
Éxodo
20:5
5
No te inclinarás á ellas, ni las honrarás; porque yo soy Jehová tu
Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres
sobre los hijos, sobre los terceros y sobre los cuartos, á los que me
aborrecen,
Éxodo
34:7
7
Que guarda la misericordia en millares, que perdona la iniquidad, la
rebelión, y el pecado, y que de ningún modo justificará al malvado; que
visita la iniquidad de los padres sobre los hijos y sobre
los hijos de los hijos, sobre los terceros, y sobre los cuartos.
Los proponentes y maestros de esta
teoría nos hacen pensar que la frase "que visita la iniquidad de los
padres sobre los hijos" de alguna manera significa que la iniquidad (los
pecados) de los padres ‘es heredada por’ ó ‘transferida a’ los
hijos, pero esta interpretación está muy lejos de la verdad pues no hay
razón alguna en el contexto para entretener tal idea.
Pero por supuesto, la Biblia ‘una vez torcida’ puede significar
lo que cualquiera desee. Así que tenemos tres errores son detectados casi
de entrada:
1.
Añaden al texto la palabra "maldición"
2.
Confunden el ‘efecto’ con la ‘causa’
3.
Cambian a Dios por Satanás
Estos errores los veremos en detalle
a continuación:
El primer error que cometen
estos maestros es el de añadir la palabra ‘maldición’ al texto bíblico.
Es claro en otros textos que Dios declara que la maldición de la
ley llegará a aquellos que quebrantan la ley, pero esta maldición no es
especifica solo al pecado especifico de la iniquidad sino a ‘toda’ la
desobediencia a la ley y según el texto es aplicable solo al que rompe la
ley, no dice que es hereditaria:
Deuteronomio
27
14
Y hablarán los Levitas, y dirán á todo varón de Israel en alta voz: 15
Maldito el hombre que hiciere escultura ó imagen de fundición, abominación
á Jehová, obra de mano de artífice, y la pusiere en oculto. Y todo el
pueblo responderá y dirá: Amén.16 Maldito el que deshonrare
á su padre ó á su madre. Y dirá todo el pueblo: Amén.17
Maldito el que redujere el término de su prójimo. Y dirá todo el
pueblo: Amén.18 Maldito el que hiciere errar al ciego en el
camino. Y dirá todo el pueblo: Amén.19 Maldito el que
torciere el derecho del extranjero, del huérfano, y de la viuda. Y dirá
todo el pueblo: Amén.20 Maldito el que se echare con la mujer
de su padre; por cuanto descubrió el regazo de su padre. Y dirá todo el
pueblo: Amén.21 Maldito el que tuviere parte con cualquiera
bestia. Y dirá todo el pueblo: Amén.22 Maldito el que se
echare con su hermana, hija de su padre, ó hija de su madre. Y dirá todo
el pueblo: Amén.23 Maldito el que se echare con su suegra. Y
dirá todo el pueblo: Amén.24 Maldito el que hiriere á su prójimo
ocultamente. Y dirá todo el pueblo: Amén.25 Maldito el que
recibiere don para herir de muerte al inocente. Y dirá todo el pueblo: Amén.26
Maldito el que no confirmare las palabras de esta ley para cumplirlas. Y
dirá todo el pueblo: Amén.
El segundo error que cometen
estos maestros es el de confundir la ‘maldición’ con la
‘iniquidad’ ó el ‘pecado’. A veces se refieren a la ‘maldición’
como la misma iniquidad ó pecado y otras veces se refieren a la maldición
como ‘el resultado’ del pecado. Es
decir, se hace referencia a los términos confundiéndolos uno con otro
como si fueran la misma cosa. A menudo se hace referencia al acto de
pecado como si fuera la maldición misma y viceversa. He aquí esta clara
confusión en el testimonio de alguien que dice haber estado bajo
influencia de tales maldiciones:
Muchos
de nuestros problemas de pecado se remontan a los días de nuestra niñez,
sin embargo, una gran parte de nuestros problemas de pecado son
actualmente heredados de nuestros padres a través de un fenómeno
conocido como ‘maldiciones generacionales’. Mi propia familia sufre de
la maldición generacional de la pobreza hasta el punto que, aun a pesar
de la aparente prosperidad de mis padres, ellos todavía se quejan de
nunca tener suficiente dinero para pagar sus cuentas –¡ tales
maldiciones se remontan hasta mis abuelos! Esto es, de hecho, la razón
porque la pobreza fue un gran problema para mí durante el Segundo Viento.
Las maldiciones generacionales pueden ciertamente llevar al desarrollo
de pecados profundamente enraizados en nuestras vidas, y la
liberación milagrosa de las maldiciones generacionales son la clave para
el arrepentimiento y la liberación de ciertos pecados. Yo sé que he
ciertamente recibido liberación de la maldición generacional de la
pobreza a través del Segundo Viento de la Bendición de Toronto. Liberación
de las maldiciones generacionales a menudo puede envolver el perdón de
nuestros abuelos y tatarabuelos, y podemos ser llevados a arrepentirnos en
el lugar de nuestros antepasados para así romper la maldición.
Mayormente, las raíces de nuestras maldiciones generacionales son
reveladas a nosotros por medio de la revelación directa del Espíritu
Santo – ciertamente aun más desde que abrazamos la Bendición de
Toronto. [énfasis añadido]
Este error es muy peligroso porque
puede llevar a la persona a concluir que en realidad el pecado que comete
no es ‘su pecado’ sino el pecado que ha heredado de sus
antepasados. Tal cosa es hacer a Dios mentiroso. La raza humana está en
condenación a consecuencia del pecado de Adán, pero cada persona tendrá
que dar cuenta a Dios por su pecado, no el de sus padres.
1
Juan 1
10
Si dijéremos que no hemos pecado, lo hacemos á él mentiroso, y su
palabra no está en nosotros.
‘Visitar la iniquidad’ no
significa que el pecado sería transferido de generación en generación
sino que ‘el castigo ó consecuencia por el pecado’, sería
transferido de generación a generación PERO existe una condición y
sigue diciendo "…de aquellos que me odian."(Éxodo 20:5.)
Es decir de los que continuaban apartados de Dios. Cuando alguien
se apartaba del pecado y no seguía los pasos de sus antepasados, entonces
la bendición de Dios estaba disponible, "…hasta mil
generaciones" (Éxodo 20:6), queriendo indicar, eternamente,
mientras se obedecía a Dios.
Hace falta aclarar en este punto que
la conducta 'externa' de los padres tiene influencia sobre los hijos, por
eso la Biblia nos ordena "instruye al niño en su camino y cuando sea
viejo no se apartará de él" (Proverbios 22:6; Efesios 6:4). Sin
duda, el ejemplo de los padres, ya sea bueno o malo de afecta los hijos;
pero eso está muy lejos de decir que los pecados y demonios son heredados
o traspasados por vía genética y/ o reproductiva.
El tercer error tiene que ver
con cambiar a Dios por Satanás. Por eso le enseñan a sus seguidores a
orar así:
"Yo
cancelo toda maldición que Satanás y sus obreros hallan puesto sobre
mi…".
Atribuyen la obra de maldición al
diablo cuando la Biblia claramente dice que es Dios mismo quien pone el
castigo:
"…porque
yo soy Jehová tu Dios,
fuerte, celoso, que visito la
maldad de los padres sobre los hijos, sobre los terceros y sobre
los cuartos, á los que me aborrecen…"
Claramente: ¡No es Satanás quien
está en control y quien maldice y castiga la iniquidad, es Dios mismo
quien lo hace! Aun si Satanás quisiera maldecir a
los hijos de Dios, no puede hacerlo si Dios mismo no los maldice primero.
Eso es exactamente lo que pasa, es Dios quien está en control aun de las
acciones de los enemigos de sus hijos. En el caso de Barac cuando
pedía a Balaam que maldijera el pueblo de Dios, este, por tres veces, en
vez de maldición pronunciaba bendición…
Números
22
12
Entonces dijo Dios á Balaam: No vayas con ellos, ni maldigas al
pueblo; porque es bendito.
Números
23
8
¿Por qué maldeciré yo al que Dios no maldijo? ¿Y por qué he de
execrar al que Jehová no ha execrado? 9 Porque de la
cumbre de las peñas lo veré, Y desde los collados lo miraré: He aquí
un pueblo que habitará confiado, Y no será contado entre las gentes. 10
¿Quién contará el polvo de Jacob, O el número de la cuarta parte de
Israel? Muera mi persona de la muerte de los rectos, Y mi postrimería sea
como la suya. 11 Entonces Balac dijo á Balaam: ¿Qué me
has hecho? hete tomado para que maldigas á mis enemigos, y he aquí has
proferido bendiciones. 12 Y él respondió, y dijo: ¿No
observaré yo lo que Jehová pusiere en mi boca para decirlo?
Deuteronomio
23
5
Mas no quiso Jehová tu Dios oír á Balaam; y Jehová tu Dios te volvió
la maldición en bendición, porque Jehová tu Dios te amaba.
Tal como en el caso de Barac y Balaam
(lea Números 23); Cuando alguien trata de poner alguna maldición sobre
los hijos de Dios, esta maldición es convertida en bendición por Dios,
porque Él cuida de sus hijos y nadie les puede hacer daño pues él nos
ha dado poder sobre el enemigo. Así que la idea de que tenemos que estar
‘preocupados; por los que nos maldicen y romper tales maldiciones es
tonta siendo que es Dios mismo quien cuida, protege y defiende a sus hijos.
Lucas
10
18
--Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo --respondió él--. 19
Sí, les he dado autoridad a ustedes para pisotear serpientes y
escorpiones y vencer todo el poder del enemigo; nada
les podrá hacer daño.
El desconocimiento y la confusión,
no son solo en el ámbito de los seguidores, sino que los mismos líderes
de estos grupos despliegan gran ignorancia cuando hablan sobre el tema.
Muestran gran falta de educación y propia hermenéutica ó principios básicos
de interpretación bíblica al aplicar versos dirigidos a una situación
particular del Antiguo Testamento a los Cristianos que viven bajo el Nuevo
Testamento sin hacer una aplicación propia de los versos pertinentes en
el Nuevo Pacto. Tales declaraciones nos dejan ver claramente que estas
personas, ya sea intencional o ignorantemente, no le dicen al oyente todo
el consejo de la Palabra respecto al tema de las maldiciones y los
castigos generacionales.
¿PORQUE UN CRISTIANO NO PUEDE ESTAR
BAJO MALDICIÓN?
La Biblia nos enseña que los
Cristianos no pueden ser afectados por las maldiciones. A continuación
presentamos siete razones importantísimas que nos prueban esta verdad.
El Cristiano no puede estar bajo
maldición porque...
1.
El que está en Cristo es nueva criatura.
La Biblia es muy clara en que ‘si
alguno está en Cristo, nueva criatura es’ (Romanos 5:1). Dios ha tomado
el pasado de una persona y lo ha quitado de su cuenta. Es una nueva
criatura, una nueva creación. Esto significa que es como un niño recién
nacido. Cuando la Biblia habla de nuevo nacimiento, se esta refiriendo a
la posición y condición del creyente frente a Dios. Este acto de regeneración
le da entrada al individuo al reino de Dios por medio del lavamiento
de sus pecados…
Tito
3
4
Pero cuando se manifestaron la bondad y el amor de Dios nuestro Salvador, 5
él nos salvó, no por nuestras propias obras de justicia sino por su
misericordia. Nos salvó mediante el lavamiento de la regeneración
y de la renovación por el Espíritu Santo, 6 el cual
fue derramado abundantemente sobre nosotros por medio de Jesucristo
nuestro Salvador. 7 Así lo hizo para que, justificados por su
gracia, llegáramos a ser herederos que abrigan la esperanza de recibir la
vida eterna.
El creyente cuando es salvo, es como
un niño recién nacido, sin pecado alguno. Por medio de la regeneración
‘es lavado’ y ‘es renovado’ por medio del Espíritu Santo, el cual
es derramado abundantemente sobre el o ella.
2.
Está en paz con Dios.
El pecador está en guerra con Dios,
pero cuando la persona viene a Cristo, entonces ésta tiene paz con Dios.
Jesús dijo:
Juan
14
26
Mas el Consolador, el Espíritu Santo, al cual el Padre enviará en mi
nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todas las cosas
que os he dicho. 27 La paz os dejo, mi paz os doy: no como
el mundo la da, yo os la doy. No se turbe vuestro corazón,
ni tenga miedo.
¿Que es eso de que Cristo puede dar
una paz la cual el mundo no puede dar? Esto significa que esta paz es "paz
con Dios". Los creyentes tienen esa paz. Esto es importante
en este tema porque estos maestros enseñan que la maldición llega a la
persona de parte de Satanás, sin embargo, la Biblia dice que es Dios
quien pone la persona bajo maldición como castigo por su iniquidad.
Romanos
5
1
JUSTIFICADOS pues por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de
nuestro Señor Jesucristo:
Si el creyente está en paz con Dios,
habiendo sido declarado ‘justo’; entonces no hay razón alguna para
que Dios le ponga bajo maldición por su pecado.
Romanos
5
9
Y ahora que hemos sido justificados por su sangre, ¡con cuánta más razón,
por medio de él, seremos salvados del castigo de Dios!
Por cuanto el creyente está en paz
con Dios y no en guerra ó rebelión contra él, no puede llevar las
consecuencias por el pecado, ni temporales ni eternas, aun cuando de
alguna forma ú otra peque. Esto nos lleva al próximo punto…
3.
Está libre de ‘las consecuencias’ del pecado
Dios es un Dios que castiga el pecado.
Cuando Cristo murió en la cruz, él pagó por nuestros pecados, Dios no
simplemente olvidó el pecado sino que ‘el mismo’, en la persona de
Cristo, castigó nuestros pecados.
Isaías
53
4
Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores;
y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. 5
Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados: el
castigo de nuestra paz
sobre él; y por su llaga fuimos nosotros curados.6
Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su
camino: mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros.
Cuando la Biblia habla de castigo por
el pecado, este tiene un significado distinto al de la disciplina. La
‘disciplina’ viene con amor para corrección y restauración, pero la
ira viene con odio para condenación y destrucción. El creyente del
Nuevo Testamento está en una posición distinta al creyente bajo la Ley
en el sentido que no tiene que cargar con las consecuencias negativas del
pecado, (mas adelante veremos porque)…
Hebreos
12
5
Y estáis ya olvidados de la exhortación que como con hijos habla con
vosotros, diciendo: Hijo mío, no menosprecies el castigo del Señor, Ni
desmayes cuando eres de él reprendido. 6 Porque el Señor
al que ama castiga, Y azota á cualquiera que recibe por hijo. 7
Si sufrís el castigo, Dios se os presenta como á hijos; porque ¿qué
hijo es aquel á quien el padre no castiga? 8 Mas si estáis
fuera del castigo, del cual todos han sido hechos participantes, luego
sois bastardos, y no hijos. 9 Por otra parte, tuvimos por
castigadores á los padres de nuestra carne, y los reverenciábamos, ¿por
qué no obedeceremos mucho mejor al Padre de los espíritus, y viviremos? 10
Y aquellos, á la verdad, por pocos días nos castigaban como á ellos les
parecía, mas éste para lo que nos es provechoso, para que
recibamos su santificación.
La maldición implica que la ira de
Dios está sobre la persona, algo que es natural para el no creyente, el
que NO ES hijo de Dios, pero el creyente ya no está bajo la ira de Dios…
Efesios
2:3
Entre
los cuales todos nosotros también vivimos en otro tiempo en los deseos de
nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos; y
éramos por naturaleza hijos de ira, también como los demás.
Nótese que Pablo usa el verbo en
tiempo ‘pasado’ no presente. ‘Éramos hijos de ira’ ya no
lo somos.
Efesios
5:6
Nadie
os engañe con palabras vanas; porque por estas cosas viene la ira de
Dios sobre los hijos de desobediencia.
¡Los hijos de desobediencia son los
pecadores, nunca los Cristianos!
Colosenses
3:6
Por
las cuales cosas la ira de Dios viene sobre los hijos de rebelión.
Los pecadores que están sin Cristo,
y desobedecen al evangelio, están bajo ira de Dios y nosotros ‘éramos’
en tiempo pasado, hijos de ira, hijos de desobediencia, hijos de rebelión,
etc.; pero ya no lo somos. Ahora somos ‘amados de Dios’.
Juan
3
18
El que en él cree, no es condenado;
mas el que no cree, ya es condenado, porque no creyó en el nombre del
unigénito Hijo de Dios.
Así que el que cree, por la misma
declaración de la Escritura "no está en condenación" lo cual
es la consecuencia del pecado…
Salmos
32
1
BIENAVENTURADO aquel cuyas iniquidades son perdonadas, y borrados sus
pecados.2 Bienaventurado el hombre á quien no imputa Jehová
la iniquidad, Y en cuyo espíritu no hay superchería.
Por eso somos bienaventurados porque
tenemos paz con Dios y nuestro pecado ¡no se nos tiene en cuenta!
4.
¡Dios ha establecido que no será más!
El cristiano no puede estar bajo
"maldición generacional" porque Dios mismo declaró que eso sería
cosa del pasado. Los hijos no han de pagar mas por los pecados de los
padres.
Dios había establecido cuando
introdujo EL VIEJO PACTO con su pueblo que los hijos y nietos pagarían
las consecuencias de los pecados e iniquidad de los padres, hasta la
tercera y cuarta generación, sin embargo profetizó de que algo distinto
ocurriría dentro de Israel después que volvieran del cautiverio al que
habían sido llevados a causa de la suma de todos sus pecados:
Ezequiel
18 (NVI)
1
El Señor me dirigió la palabra: 2 «¿A qué viene tanta repetición de
este *proverbio tan conocido en Israel: Los padres comieron uvas agrias, y
a los hijos se les destemplaron los dientes? 3 Yo, el Señor
omnipotente, juro por mí mismo que jamás se volverá a repetir este
proverbio en Israel. 4 La persona que peque morirá. Sepan que todas las vidas me
pertenecen, tanto la del padre como la del hijo. 5 »Quien es justo
practica el derecho y la justicia; 6 no participa de los banquetes idolátricos
en los cerros, ni eleva plegarias a los ídolos malolientes de Israel. No
deshonra a la mujer de su prójimo, ni se une a la mujer en los días de
su menstruación. 7 No oprime a nadie, ni roba, sino que devuelve la
prenda al deudor, da de comer al hambriento y viste al desnudo. 8 No
presta dinero con usura ni exige intereses. Se abstiene de hacer el mal y
juzga imparcialmente entre los rivales. 9 Obedece mis decretos y cumple
fielmente mis *leyes. Tal persona es justa, y ciertamente vivirá. Lo
afirma el Señor omnipotente. 10 »Pero bien puede suceder que esa persona
tenga un hijo violento y homicida, que no siga su ejemplo 11 y participe
de los banquetes idolátricos en los cerros; que deshonre a la mujer de su
prójimo, 12 oprima al pobre y al indigente, robe y no devuelva la prenda
al deudor, y eleve plegarias a los ídolos e incurra en actos repugnantes;
13 que, además, preste dinero con usura y exija intereses. ¿Tal hijo
merece vivir? ¡Claro que no! Por haber incurrido en estos actos
asquerosos, será condenado a muerte, y de su muerte sólo él será
responsable. 14 »Ahora bien, ese hijo podría a su vez tener un hijo que
observa todos los pecados de su padre, pero no los imita, 15 pues no
participa de los banquetes idolátricos en los cerros, ni eleva plegarias
a los ídolos malolientes de Israel, ni deshonra a la mujer de su prójimo;
16 no oprime a nadie, no roba, devuelve la prenda al deudor, da de comer
al hambriento y viste al desnudo; 17 se abstiene de hacer el mal, no
presta dinero con usura ni exige intereses; cumple mis leyes y obedece mis
decretos. Un hijo así no merece morir por la maldad de su padre; ¡merece
vivir! 18 En cuanto a su padre, que fue un opresor, que robó a su prójimo
y que hizo lo malo en medio de su pueblo, ¡morirá por su propio
pecado!
Jeremías
31
28
Y así como he estado vigilándolos para arrancar y derribar, para
destruir y demoler, y para traer calamidad, así también habré de
vigilarlos para construir y plantar afirma el Señor. 29 En
aquellos días no volverá a decirse:»Los padres comieron uvas agrias,y a
los hijos se les destemplaron los dientes. 30 Al contrario,
al que coma uvas agrias se le destemplarán los dientes, es decir, que
cada uno morirá por su propia iniquidad.
Usted
se estará preguntando ¿si Dios dice que no será más, no significa
eso que en un tiempo sí fue? La pregunta es válida y puede ser vista
desde por lo menos dos puntos de vista.
Primero es lo que “se decía”.
Desde el principio es un trato con Israel, Dios declaró en su
ley a Israel que cuando se administrara la justicia en su tierra, la
culpa y la consecuencia por el pecado de cada cual sería suya. Leemos:
Deuteronomio
24:16
Los
padres no morirán por sus
hijos, ni los hijos morirán por sus
padres; cada uno morirá por su propio pecado.
Sin
embargo, Dios se reserva el derecho a castigar la nación completa por
los pecados amontonados de un pueblo no arrepentido (ver Números 14:1;
Deuteronomio. 5:9). Los
textos en cuestión dicen que “no se dirá más…no volverá a
decirse…”; el proverbio se había repetido en Israel,
particularmente en su cautividad babilónica por las tribus de Judá y
Benjamín quizás como queriendo limpiarse a sí mismos diciendo que
solamente estaban recibiendo el castigo por los pecados que sus padres
habían cometido pero que ellos no eran culpables. La segunda forma de
ver el texto es en relación con las claras amenazas que Dios hizo al
pueblo de Israel en Éxodo 20:5, 34:7; Levítico 26.
Cuando leemos el libro de Daniel, el mismo profeta se habla de la
relación al exilio del pueblo de Israel por setenta años en Babilonia.
Al final de este periodo, en su oración a Dios, Daniel se
expresa de manera
que reconoce que la maldad de sus antepasados (y los de ellos) había
traído consecuencias al pueblo:
Daniel
9:16
Oh
Señor, conforme a todos tus actos de justicia, apártese ahora tu ira y
tu furor de tu ciudad, Jerusalén, tu santo monte; porque
a causa de nuestros pecados y de las iniquidades de nuestros padres,
Jerusalén y tu pueblo son el oprobio de todos los que nos rodean.
Al
hacer esta oración, Daniel está llenando el pre-requisito establecido
por Dios mismo antes de que ellos pudiesen volver a ocupar la tierra
prometida. Debían de
“confesar su iniquidad y la de sus antepasados…”:
Levítico
26:40-42
"Si
confiesan su iniquidad y la iniquidad de sus antepasados, por las
infidelidades que cometieron contra mí, y también porque procedieron
con hostilidad contra mí 41 (yo
también procedía con hostilidad contra ellos para llevarlos a la
tierra de sus enemigos), o si su corazón incircunciso se humilla, y
reconocen sus iniquidades, 42 entonces
yo me acordaré de mi pacto con Jacob, me acordaré también de mi pacto
con Isaac y de mi pacto con Abraham, y me acordaré de la tierra.
En
su oración, Daniel, aunque era hombre justo y temeroso de Dios se
identificó moralmente con el pecado de su pueblo y de sus padres tal
como lo requería Dios antes de traerlos de vuelta a la tierra prometida.
Los libros de Esdras y Nehemías relatan el retorno y la reconstrucción
del pueblo a la tierra.
Sea
cual sea la interpretación que se le quiera dar a Ezequiel 18, lo
cierto es que Dios dice que “nunca
más” habrá razón para decir que los hijos pagan o reciben las
consecuencias por los pecados de los padres o antepasados. No existe
base bíblica hoy día para estar confesando los pecados de nuestros
antepasados y pidiendo perdón a Dios por ellos.
Al contrario, Dios deja muy claro que “cada
cual morirá por su propio pecado” y “el alma que pecare esa
morirá. El hacer oraciones
de arrepentimiento de culpa por otros que no sean nuestros es
desobediencia a Dios y una acción totalmente contraria a lo que Dios
mismo ha establecido en su Palabra.
Como veremos en la próxima sección, el pasaje de Jeremías es
de gran importancia porque habla de “aquellos días” los cuales son
los días del Nuevo Pacto el cual sería establecido con Israel y Judá
(Jeremías 31:31). Ese
Nuevo Pacto fue establecido por Cristo en la cruz (Mateo 26:28; Marcos
14:24) y por lo tanto
es durante el tiempo presente que nosotros los cristianos que vivimos
bajo el Nuevo Pacto podemos identificarnos con esa promesa de que los
hijos no pagan las consecuencias de los pecados de sus padres:
Jeremías
31:29
En
aquellos días no dirán más: "Los padres comieron uvas agrias, y
los dientes de los hijos tienen dentera", 30 sino que cada cual por
su propia iniquidad morirá; los dientes de todo hombre que coma uvas
agrias tendrán dentera…
5. ¡El
Cristiano está bajo un Nuevo Pacto!
Dios se relaciona con el hombre por
medio de Pactos. Cuando Dios puso a Adán en el huerto del Edén,
estableció un Pacto con él, cuando salvó a Noe con su familia, hizo
pacto con Noe, cuando llamó a Abraham, hizo pacto con él, cuando llamó
a su pueblo de Egipto, hizo pacto con ellos, cuando llamó la Iglesia,
hizo pacto con ella. La Biblia nos declara que cuando el pecado abunda, la
Gracia sobreabunda, esta es la verdad del Nuevo Pacto.
El Antiguo Pacto era condicional a la
obediencia del hombre. Si este desobedecía, recibía las consecuencias
negativas del pacto y la ira de Dios venía sobre él.
Deuteronomio
11
25
Nadie podrá hacerles frente. Por dondequiera que vayan, el Señor su Dios
hará que todo el mundo sienta miedo y terror ante ustedes, como se lo ha
prometido. 26 »Hoy les doy a elegir entre la bendición y la
maldición: 27 bendición, si obedecen
los mandamientos que yo, el Señor su Dios, hoy les mando obedecer; 28
maldición, si desobedecen
los mandamientos del Señor su Dios y se apartan del camino que hoy les
mando seguir, y se van tras dioses extraños que jamás han conocido.
Bajo el Nuevo Pacto, el hombre está
representado por Cristo, quien hace que las condiciones del pacto sean
cumplidas en su totalidad, por eso el hombre es libertado de las
consecuencias negativas (la maldición divina) del pecado, pues esta
maldición fue puesta por Dios sobre Jesús en la cruz.
HOY estamos en el Nuevo Pacto
bajo la dispensación de la Gracia. Dios está salvando su pueblo y no tomándole
en cuenta a sus hijos sus pecados. Ya no estamos bajo la ley, la ley ha
quedado atrás para el creyente. Él ha sido justificado en la sangre de
Cristo. Cristo cumplió, por su pueblo, TODOS los requisitos de obediencia
y TODAS las consecuencias negativas del pecado que la ley eterna de Dios
exige.
Así que es muy importante que
entendamos que la condenación / sentencia establecida por Dios que decía
que el hijo pagaría el pecado del padre ha quedado en el pasado CON LA
LEY. Dios declara en la Biblia todo lo contrario a lo que esta teoría
promueve. Ya Dios no está castigando la maldad de los padres en los hijos.
No hay condenación para los que están en Cristo. ¡Eso se acabó en
la cruz! con la confirmación del NUEVO PACTO bajo la gracia:
Jeremías
31 (NVI)
29
En aquellos días no volverá a decirse: »Los padres comieron uvas
agrias, y a los hijos se les destemplaron los dientes.
30 Al contrario, al que coma uvas agrias se le destemplarán los
dientes, es decir, que cada uno morirá por su propia iniquidad. 31
»Vienen días afirma el Señor en que HARÉ UN NUEVO PACTO CON EL
PUEBLO DE ISRAEL Y CON LA TRIBU DE JUDÁ 32 No será un pacto como el que
hice con sus antepasados el día en que los tomé de la mano y los saqué
de Egipto, ya que ellos lo quebrantaron a pesar de que yo era su esposo
afirma el Señor. 33 »Éste es el pacto que después de aquel tiempo haré
con el pueblo de Israel afirma el Señor: Pondré mi *ley en su *mente, y
la escribiré en su *corazón. Yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo.
34 Ya no tendrá nadie que enseñar a su prójimo, ni dirá nadie a su
hermano: ¡Conoce al Señor!, porque todos, desde el más pequeño hasta
el más grande, me conocerán afirma el Señor. Yo les perdonaré su
iniquidad, y nunca más me acordaré de sus pecados.»
El problema para estas personas que
enseñan que los cristianos tienen que ser librados de maldiciones
generacionales, es que Dios mismo dice que BAJO EL NUEVO PACTO, no sería
más así. Por esto, tienen que por obligación, tomar al creyente y
ponerlo de nuevo bajo el yugo de la ley, echando a un lado la gracia y
volviendo a las obras. Cuando Cristo vino, Él estableció UN NUEVO
PACTO con su pueblo…
Hebreos
8
7
Porque si aquel primero fuera sin falta, cierto no se hubiera procurado
lugar de segundo.
8 Porque reprendiéndolos dice: He aquí vienen días, dice el Señor, Y consumaré para con la casa de Israel y para con la casa de Judá un nuevo pacto; 9 No como el pacto que hice con sus padres El día que los tomé por la mano para sacarlos de la tierra de Egipto: Porque ellos no permanecieron en mi pacto, Y yo los menosprecié, dice el Señor. 10 Por lo cual, este es el pacto que ordenaré á la casa de Israel Después de aquellos días, dice el Señor: Daré mis leyes en el alma de ellos, Y sobre el corazón de ellos las escribiré; Y seré á ellos por Dios, Y ellos me serán á mí por pueblo:11 Y ninguno enseñará á su prójimo, Ni ninguno á su hermano, diciendo: Conoce al Señor: Porque todos me conocerán, Desde el menor de ellos hasta el mayor. 12 Porque seré propicio á sus injusticias, Y de sus pecados y de sus iniquidades no me acordaré más. 13 Diciendo, Nuevo pacto, dio por viejo al primero; y lo que es dado por viejo y se envejece, cerca está de desvanecerse.
8 Porque reprendiéndolos dice: He aquí vienen días, dice el Señor, Y consumaré para con la casa de Israel y para con la casa de Judá un nuevo pacto; 9 No como el pacto que hice con sus padres El día que los tomé por la mano para sacarlos de la tierra de Egipto: Porque ellos no permanecieron en mi pacto, Y yo los menosprecié, dice el Señor. 10 Por lo cual, este es el pacto que ordenaré á la casa de Israel Después de aquellos días, dice el Señor: Daré mis leyes en el alma de ellos, Y sobre el corazón de ellos las escribiré; Y seré á ellos por Dios, Y ellos me serán á mí por pueblo:11 Y ninguno enseñará á su prójimo, Ni ninguno á su hermano, diciendo: Conoce al Señor: Porque todos me conocerán, Desde el menor de ellos hasta el mayor. 12 Porque seré propicio á sus injusticias, Y de sus pecados y de sus iniquidades no me acordaré más. 13 Diciendo, Nuevo pacto, dio por viejo al primero; y lo que es dado por viejo y se envejece, cerca está de desvanecerse.
Mateo
26/ Lucas 22
27
Y tomando el vaso, y hechas gracias, les dio, diciendo: Bebed de él todos;
28 Porque esto es mi sangre del NUEVO PACTO, la cual es
derramada por muchos para remisión de los pecados. 29 Y os
digo, que desde ahora no beberé más de este fruto de la vid, hasta aquel
día, cuando lo tengo de beber nuevo con vosotros en el reino de mi Padre.
Apocalipsis
1
4
Juan á las siete iglesias que están en Asia: Gracia sea con vosotros, y
paz del que es y que era y que ha de venir, y de los siete Espíritus que
están delante de su trono; 5 Y de Jesucristo, el testigo fiel,
el primogénito de los muertos, y príncipe de los reyes de la tierra. Al
que nos amó, y nos ha lavado de nuestros pecados con su sangre, 6
Y nos ha hecho reyes y sacerdotes para Dios y su Padre; á él sea gloria
é imperio para siempre jamás. Amén.
Ninguno, puede decir HONESTAMENTE
delante de Dios que lo que está sufriendo en el presente es por
consecuencia ‘de maldición’ por los pecados de sus antepasados, ¡NADIE!.
Dios mismo dice que no será mas así EN EL NUEVO PACTO. El predicar,
creer y afirmar tales cosas es hacer a Dios mentiroso. Lo cierto es que
nadie puede decir que vive una vida de adulterios porque lo heredó de sus
antepasados. La obra de la cruz de Cristo fue una obra completa. Como ya
hemos dicho y vale la pena repetir, Cristo llevó nuestra culpa y sufrió
nuestro castigo. Si, él sufrió en nuestro lugar, por eso no hay
condenación para nosotros que estamos en Cristo Jesús.
Gálatas
3
12
La ley también no es de la fe; sino, El hombre que los hiciere, vivirá
en ellos. 13 Cristo nos redimió de la maldición de la
ley, hecho por nosotros maldición; (porque está escrito: Maldito
cualquiera que es colgado en madero:) 14 Para que la
bendición de Abraham fuese sobre los Gentiles en Cristo Jesús; para que
por la fe recibamos la promesa del Espíritu.
Ya no hay mas maldición para los
cristianos. Pues la paga por su pecado ha sido satisfecha en la cruz donde
Cristo mismo estableció para nosotros UN NUEVO PACTO de relación con
Dios por medio de su sangre.
6.
¡Está bendecido con toda bendición de parte de Dios!
Además de NO estar bajo maldición,
ya que Cristo mismo fue hecho maldición por nosotros, los Cristianos están
bendecidos con toda bendición espiritual. La razón por la que Cristo
estableció un NUEVO PACTO fue para que la bendición llegase a nosotros….
1
Corintios 10
15
Como á sabios hablo; juzgad vosotros lo que digo. 16 La
copa de bendición que bendecimos, ¿no es la comunión de la sangre de
Cristo? El pan que partimos, ¿no es la comunión del cuerpo de
Cristo?17 Porque un pan, es que muchos somos un cuerpo; pues
todos participamos de aquel un pan.
Gálatas
3
13
Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición;
(porque está escrito: Maldito cualquiera que es colgado en madero:) 14
Para que la bendición de Abraham fuese sobre los Gentiles en Cristo Jesús;
para que por la fe recibamos la promesa del Espíritu.15
Hermanos, hablo como hombre: Aunque un pacto sea de hombre, con todo,
siendo confirmado, nadie lo cancela, ó le añade.
Efesios
1
2
Gracia sea á vosotros, y paz de Dios Padre nuestro, y del Señor
Jesucristo. 3 Bendito el Dios y Padre del Señor nuestro
Jesucristo, el cual nos bendijo con toda bendición espiritual en
lugares celestiales en Cristo: 4 Según nos escogió en
él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin
mancha delante de él en amor;
Ahora, es imposible que estemos
bendecidos y maldecidos a la misma vez. Bajo la ley de Moisés, las
maldiciones y las bendiciones eran posiciones ‘mutuamente exclusivas’,
hoy todavía lo son. Así que si el creyente está bendecido (perdonado)
por Dios, es imposible que al mismo tiempo, pueda estar maldecido (condenado).
7.
¡Es familia de Dios¡.
Los
creyentes no pueden estar bajo maldición porque su relación con Dios no
lo permite. Dios nos ha hecho parte de su familia, adoptándonos como
hijos suyos.
Efesios
1
4
Según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos
santos y sin mancha delante de él en amor; 5 Habiéndonos predestinado
para ser adoptados hijos por Jesucristo á sí mismo, según el puro
afecto de su voluntad, 6 Para alabanza de la gloria de su
gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado:
Los Cristianos son adoptados por Dios
y son herederos de todas las bendiciones que Él ofrece y también están
en posición favorable y son santificados por Él. Además de estar
santificados, sus hijos naturales de los creyentes también están en
relación de pacto con Dios y son santificados y libres de maldición,
pues son hijos del pacto y son santificados aun cuando uno de los cónyuges
sea no creyente…
I
Corintios 7
12
A los demás les digo yo (no es mandamiento del Señor): Si algún hermano
tiene una esposa que no es creyente, y ella consiente en vivir con él,
que no se divorcie de ella. 13 Y si una mujer tiene un esposo
que no es creyente, y él consiente en vivir con ella, que no se divorcie
de él. 14 Porque el esposo no creyente ha sido
santificado por la unión con su esposa, y la esposa no creyente ha sido
santificada por la unión con su esposo creyente. Si así no fuera, sus
hijos serían impuros, mientras que, de hecho, son santos.
¿QUIÉN ESTA BAJO
MALDICIÓN?
Primeramente el Diablo. En Génesis
3:14-15 Dios maldijo a la serpiente que es Satanás:
Génesis
3
14
Y Jehová Dios dijo a la serpiente: Por cuanto esto hiciste, maldita
serás entre todas las bestias y entre todos los animales del campo;
sobre tu pecho andarás, y polvo comerás todos los días de tu vida.
En segundo lugar y como consecuencia,
todos los que están bajo el dominio del Diablo son malditos juntamente
con él. Los únicos que están bajo maldición son los que no han nacido
de nuevo por medio de la obra LIBERTADORA del Espíritu Santo. Están bajo
la maldición de Adán, y todo el peso de la Ley, y su fin es el infierno
ardiendo. Todo el que no está en Cristo siendo así libre de
condenación y de maldición está en Adán y por lo tanto está en
condenación, muerte y maldición (Romanos 5).
Mateo
25
40
El Rey les responderá: 'Les aseguro que todo lo que hicieron por uno de
mis hermanos, aun por el más pequeño, lo hicieron por mí.' 41
"Luego dirá a los que estén a su izquierda: Apártense de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el
diablo y sus ángeles. 42 Porque tuve hambre, y
ustedes no me dieron nada de comer; tuve sed, y no me dieron nada de beber;
Ningún maldito tendrá entrada al
reino celestial de Cristo. Así que esta teoría de ser cierta pone un
gran peso sobre la comunidad cristiana en general y crea duda acerca de la
salvación de aquellos cristianos que han vivido y muerto en pobreza,
problemas, enfermedades, dificultades y adversidades de todo tipo sin
siquiera saber que estaban bajo maldición. Entonces no tienen esperanza
alguna ni entrada alguna al cielo, aunque creían en Cristo.
Salmos
37
22
Porque los benditos de él heredarán la tierra; Y los malditos de él serán talados.
Si algún ‘llamado cristiano’
dice estar bajo maldición, esta persona no necesita pronunciar oraciones
ni ponerse bajo el ministerio de liberación de ninguna persona, necesita
arrepentirse de todo corazón, reconocer SU pecado ante Dios y poner sobre
él su carga. Este es el problema que tienen los predicadores de esta teoría,
prefieren decirle a sus seguidores que son salvos pero que siguen siendo
malditos, en vez de predicarles el evangelio de salvación para que sean
salvos.
El problema además parece estar
centrado en la ambición terrenal y los bienes materiales. Dios dice que
debemos buscar las cosas de arriba y todo lo demás nos será añadido…
Mateo
6
19
No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen,
y donde ladronas minan y hurtan;20 Mas haceos tesoros en el
cielo, donde ni polilla ni orín corrompe, y donde ladrones no minan ni
hurtan:21 Porque donde estuviere vuestro tesoro, allí estará
vuestro corazón.22
La lámpara del cuerpo es el ojo: Así que, si tu ojo fuere sincero, todo
tu cuerpo será luminoso:23 Mas si tu ojo fuere malo, todo tu
cuerpo será tenebroso. Así que, si la lumbre que en ti hay son tinieblas,
¿cuántas serán las mismas tinieblas?24 Ninguno puede servir
á dos señores; porque ó aborrecerá al uno y amará al otro, ó se
llegará al uno y menospreciará al otro: no podéis servir á Dios y á
Mammón.25 Por tanto os digo: No os congojéis por vuestra
vida, qué habéis de comer, ó que habéis de beber; ni por vuestro
cuerpo, qué habéis de vestir: ¿no es la vida más que el alimento, y el
cuerpo que el vestido?26 Mirad las aves del cielo, que no
siembran, ni siegan, ni allegan en alfolíes; y vuestro Padre celestial
las alimenta. ¿No sois vosotros mucho mejores que ellas?.27
Mas ¿quién de vosotros podrá, congojándose, añadir á su estatura un
codo?28 Y por el vestido ¿por qué os congojáis? Reparad
los lirios del campo, cómo crecen; no trabajan ni hilan;29 Mas
os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria fué vestido así como uno
de ellos.30 Y si la hierba del campo que hoy es, y mañana es
echada en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más á vosotros,
hombres de poca fe?31 No os congojéis pues, diciendo: ¿Qué
comeremos, ó qué beberemos, ó con qué nos cubriremos?32
Porque los Gentiles buscan todas estas cosas: que vuestro Padre celestial
sabe que de todas estas cosas habéis menester.33 Mas buscad
primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán
añadidas.34 Así que, no os congojéis por el día de mañana;
que el día de mañana traerá su fatiga: basta al día su afán.
CONCLUSIÓN
La
Biblia, especialmente en todo el
Nuevo Testamento, no nos ofrece indicativo alguno ni por ejemplo, ni por
orden, ni por advertencia, ni por implicación de que los cristianos
nacidos de nuevo han estado, están o estarán alguna vez bajo el poder de
alguna maldición; por lo tanto, se debe rechazar tal idea y doctrina como
falsa y en contra de la Palabra de Dios.
La Iglesia debe centrar sus fuerzas
en la predicación del Evangelio, resistiendo al diablo en su ataque por
medio de la esperanza en Dios, la fe, la oración y vidas puras con obras
dignas de arrepentimiento. "Porque EL EVANGELIO ES PODER DE DIOS PARA
SALVACIÓN" (Romanos 1:16) Por lo tanto si el evangelio no puede
salvar a una persona del poder de la maldición del pecado, nada lo podrá
hacer.
Gálatas 3
2
La ley también no es de la fe; sino, El hombre que los hiciere, vivirá
en ellos. 13 Cristo nos redimió de la maldición de la
ley, hecho por nosotros maldición; (porque está escrito:
Maldito cualquiera que es colgado en madero:) 14 Para que la
bendición de Abraham fuese sobre los Gentiles en Cristo Jesús; para que
por la fe recibamos la promesa del Espíritu.
i Palabras de Marilyn Hickey - Citado en ‘Are
Christians Cursed?’
ii Break The Curse, Articulo de Internet - Marilyn Hickey Ministries
iii Curses, Articulo en "Latin American Evangelist"
iv Neil T. Anderson, The Bondage Breaker. Eugene, Ore.: Harvest House Publishers, 1990, pg. 107.
citado en DEMONS, DEMONS,WHERE ARE THE DEMONS? THE UNCHANGED AND UNCHANGING
NEIL ANDERSON by G. Richard Fisher
ii Break The Curse, Articulo de Internet - Marilyn Hickey Ministries
iii Curses, Articulo en "Latin American Evangelist"
iv Neil T. Anderson, The Bondage Breaker. Eugene, Ore.: Harvest House Publishers, 1990, pg. 107.
citado en DEMONS, DEMONS,WHERE ARE THE DEMONS? THE UNCHANGED AND UNCHANGING
NEIL ANDERSON by G. Richard Fisher
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