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lunes, 27 de junio de 2016

EL ESLABON PERDIDO: UNA REALIDAD INNEGABLE QUE MUCHOS NO QUIEREN VER




Una Comparación entre el Evolucionismo y La Biblia

La Biblia: Todas las cosas fueron creadas por Dios (Génesis 1:1).
El evolucionismo: El universo y la tierra se formaron de materia inorgánica preexistente.
La Biblia: Dios hizo la vida en la tierra.
El evolucionismo: La vida se desarrolló a partir de una célula única que espontáneamente surgió a la vida en el océano y a partir de ella todas las cosas vivas evolucionaron hasta producir las incontables formas que hoy se ven.
La Biblia: Dios hizo al hombre a Su propia Imagen (Génesis 1:26).
El evolucionismo: Ninguna imagen llevó a que se formase el hombre, sino la mutación al azar junto con las restricciones ambientales.
La Biblia: Supervivencia del manso y humilde en el Reino de Dios (Mateo 5)
El evolucionismo: Supervivencia del más apto en un mundo hostil.
La Biblia: Dios en Su amor se hizo carne, llevó nuestros pecados y murió en nuestro lugar para restaurarnos a la comunión con El (Juan 3:16, 1:1,14; 1 Corintios 1:9; 1 Pedro 2:24).
El evolucionismo: No hay Dios ni otro ser supremo. Nosotros y la evolución somos nuestros propios amos.
La Biblia: Dios existe (Génesis 1:1; Juan 1:1)
El evolucionismo: Dios no existe.
Como puede verse, un sistema excluye al otro. No pueden ser ambos correctos. Ambos requieren, sin embargo, fe para ser aceptados.
La evolución en sentido darwiniano se enseña como un hecho demostrado en las escuelas y en la televisión y raramente es cuestionada o examinada críticamente. Este es un hecho muy desafortunado. Si se le demostrara al público general que el evolucionismo es erróneo, lo único que podría llenar el vacío sería Dios. Los incrédulos no quieren un Dios soberano que gobierne el universo. Ellos desean un dios (la evolución) que puedan examinar, exhibir y proclamar en el mundo secuarizado e irreligioso. El evolucionismo es una doctrina peligrosa y condenatoria para las almas de los hombres. Es una vacuna poderosa de Satán contra el cristianismo. De todos modos, la verdad y la evidencia aún tienen mucho peso.
La información precedente es solamente una parte muy pequeña del amplio trabajo que científicos e investigadores extremadamente competentes en el campo de la evolución han realizado. Para mayor información, vaya a su librería cristiana y pida libros sobre la evolución. ¡Los hay muchos y muy buenos!

La Cronología Del Eslabón Perdido

Lo que sigue es una lista del supuesto registro evolutivo del hombre. Si el evolucionismo es cierto, entonces debiera existir evidencia de él. Empero, la evidencia es muy débil, como veremos.
  1. Ramapithecus hace 14 a 10 millones de años
  2. Australopithecus hace 4 a 1 millones de años
    1. Australopithecus afarensis hace 3,6 a 3 millones de años
    2. Australopithecus africanus hace 3 a 2,5 millones de años
    3. Australopithecus robustus hace 3 a 1,8 millones de años
    4. Australopithecus boisei hace 1,8 millón de años
  3. Zinjanthropus
    1. También conocido como el hombre de Africa oriental hace 2 a 1,5 millones de años
  4. Homo habilis hace 2 millones de años
  5. Pithecanthropus hace 500 000 años
    1. Hombre de Nebraska, conocido también como Hesperopithecus haroldcookii
    2. Hombre de Piltdown, también conocido como Eanthropus dawsoni, u hombre de Dawn.
  6. Homo erectus hace 300 000 años.
    1. También conocido como hombre de Java
    2. También conocido como hombre de Pekín o Sinjanthropus pekinensis
  7. Homo Sapiens
    1. Neanderthal hace 30 000 a 75 000 años
    2. Cro Magnum hace 10 000 a 50 000 años
    3. Moderno hace 10 000 años
    4. Homo Sapiens presente
RamapithecusEl Ramapithecus consiste meramente en un puñado de dientes y fragmentos de quijada. El Ramapithecus era considerado un homínido (ancestro evolutivo del hombre) solamente sobre la base de sus características dentales [E. L. Simons, Annals of the New York Academy of Sciences, Vol. 167, p. 319 (1969); E. L. Simons, Scientific American, Vol. 211, p. 50 (1964); D. R. Pilbeam, Nature, Vol. 219, p. 1335 (1968); E. L. Simons and D. R. Pilbeam, Science, Vol. 173, p. 23 (1971). David Pilbeam, quien fue uno de los primeros en afirmar que el Ramapithecus era un homínido dijo que ahora no está tan seguro de que el Ramapithecus fuese un ancestro de los humanos. Dijo que había hallado nuevos fósiles de la especie que invalidan conclusiones previas [New York Times, 18 de febrero de 1979 (Section L, p. 41).
AustralopithecusEl primer hallazgo de esta criatura lo hizo Dart en 1924. Su nombre completo es Australopithecus Africanus. El hallazgo consistió en un cráneo, mandíbula y dientes, con fragmentos de la pelvis, miembros y pie. Los Australopithecinos se clasifican en dos especies principales: Australopithecus Africanus y Australopithecus Robustus. Se considera que el Australopithecus no es un ancestro del humano. [C. Oxnard, University of Chicago Magazine, Winter, 1974, pp. 11-22; A. Montagu, Man: His First Million Years (El hombre: su primer millón de años), World Publishers, Yonkers, N.Y., 1957, pp. 51-52].
ZinjanthropusEn 1950 Louis y Mary Leakey hallaron 400 fragmentos de un cráneo en el cañon Olduvai, en el Africa. Dijeron que era un ancestro homínido de 1 750 000 años de antigüedad. Se determinó dicha edad por la datación de las rocas en las cuales se hallaron los fragmentos óseos, según el método de potasio –argón. En 1960 los mismos investigadores hallaron el cráneo de un niño con características más humanas, en un estrato rocoso 30 cm inferior. Entonces Leakey dijo que el Zinjanthropus no era un homínido, sino completamente simio. La datación con carbono 14 de huesos de mamífero en el mismo estrato sugiere una edad de solamente 10 000 a 3 100 años.
Hombre de NebraskaEn 1922 un geólogo llamado Cook halló un diente en la Quebrada de la Serpiente, en Nebraska (EE.UU.). El profesor Osborn, con el Museo de Nueva York, y Sir Smith, de Londres, dijeron que el diente pertenecía a un homínido. Posteriormente se determinó que era el diente de una especie extinguida de cerdo . S. K. Gregory, Science Vol. 66, p. 579 (1927), citado en Evolution the Fossils Say No (Evolución: Los fósiles dicen No), p. 130, por Duane T. Gish, Ph.D. Creation Life Publishers, 1981, San Diego. CA.
Hombre de PiltdownEn 1912 Charles Dawson y otros hallaron una bóveda craneana, una quijada y dientes en una ripiera de Sussex (Inglaterra). A partir de estos restos, reconstruyeron un hombre simiesco que llamaron hombre de Piltdown y dataron 500 000 años a.C. En 1953 científicos británicos descubrieron que la quijada pertenecía a un mono y había sido coloreada para simular antigüedad. Los dientes habían sido limados para que pareciesen humanos. La "bóveda craneana" era en realidad un hueso de la rodilla de un elefante. La falsificación engañó a los expertos por muchos años. S. Zuckerman, Beyond the Ivory Tower (más allá de la torre de marfil), Taplinger Pub. Co., New York, 1970, pp. 75-94, citado en Evolution the Fossils Say No (Evolución: Los fósiles dicen No), p.132, por Duane T. Gish Ph.D. Creation Life Publishers, 1981 San Diego. CA.
El hombre de JavaEn 1892 Dubois halló en Java una bóveda craneana, dientes y un fémur, a una distancia aproximada de 18 metros uno de otros. Afirmó que pertenecían a un mismo ancestro homínido y que su edad era de cerca de 500 000 años. Dubois omitió mencionar que en virtualmente el mismo nivel de excavación él había hallado dos cráneos humanos. En 1908 la expedición alemana Selenka halló que los flujos de lava en Java tornaban imposible una edad superior a los 500 años. En 1936 Dubois finalmente admitió que el "hombre de Java" no era sino un simio. W. Howell, Mankind in the Making (La hechura de la humanidad), Doubleday and Co., Garden City, N.T. 1967, pp. 155-156 citado en Evolution the Fossils Say No (Evolución: Los fósiles icen No), p. 125, por Duane T. Gish Ph.D. Creation Life Publishers, 1981 San Diego. CA.
El hombre de PekínEntre 1922 y 1939 se descubrieron huesos pertenecientes a 38 individuos en Choukoutien, al suroeste de Pekín. Experos de diferentes países dijeron que pertenecían a homínidos. Msgr. O’Connell, misionero en la China, sostiene que el lugar era una fosa de cal, y que los humanos mataban monos para comer sus sesos. Cuando el cerro se colapsó, la gente quedó enterrada y se fosilizó. La mezcla de huesos de simios y monos se usó para crear un homínido. Los especímenes originales se perdieron durante la Segunda Guerra Mundial. O’Connell dice que el "hombre de Pekín" es completamente humano.
El hombre de NeanderthalLos primeros huesos del hombre de Neanderthal fueron hallados en Dusseldorf (Alemania) en 1856. Indican una postura semierecta. Se dijo que estaba un escalón por encima de los simios y se lo dató en 200 000 años. Posteriormente se halló que sufría de artritis. Desde entonces se han hallado esqueletos que indican una posición erecta en cuevas de Palestina. Su cerebro tenía mayor tamaño que el del hombre moderno.
El hombre de Cro-magnonSe han hallado huesos del hombre de Cro-Magnon en cuevas de Francia. Se los data en 50 000 años. El tamaño cerebral del hombre de Cro-Magnon es mayor que el del hombre moderno.
La información aquí presentada apenas rasguña la superficie de algunos de los problemas de la teoría de la evolución.
Para mayor información que documenta y trata evidencia contraria a la evolución, los siguientes libros pueden ser útiles:
  • Darwin’s Enigma (El enigma de Darwin), por Luther D. Sunderland, Master Book Publishers, Santee, CA 1984
  • Evolution The Fossils say No! (Evolución: Los fósiles dicen ¡No!), por Duane T. Gish, Ph.D. Creation Life Publishers, San Diego, CA. 1981.
  • The Truth: God or Evolution? (La verdad: ¿Dios o la evolución?), por Marshall y Sandra Hall, The Craig Press, 1974.
  • Man’s Origin, Man’s Destiny (El origen del hombre, el destino del hombre), por A. E. Wilder-Smith, Bethany House Publishers, Minneapolis, Minnesota, 55438, 1975.
  • [Nota del traductor: Otros libros recientes sobre el mismo tema se listan a continuación]
  • Proceso a Darwin, 2ª Ed., por Philip E. Johnson. Grand Rapids, Portavoz, 1995.
  • Los hombres-simios - ¿Realidad o ficción?, por Malcolm Bowden. Terrassa, CLIE, 1984.
  • The collapse of evolution (El colapso de la evolución), 2nd Ed., por Scott M. Huse. Grand Rapids, Baker Books, 1993.
  • Defeating Darwinism by opening minds (Cómo derrotar al darwinismo abriendo las mentes), por Philip E. Johnson . Downers Grove, InterVarsity Press, 1997.
  • Bones of contention. A creationist assessment of human fossils (Huesos en discusión. Una evaluación creacionista de los fósiles humanos), por Marvin L. Lubenow. Grand Rapids, Baker Books, 1992.
  • Darwin’s black box: The biochemical challenge to evolution (La caja negra de Darwin: El desafío bioquímico a la evolución) por Michael Behe. New York, Free Press, 1996.



lunes, 30 de mayo de 2016

Así que, todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos; porque esto es la ley y los profetas

RECUERDA Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6





Los que influenciaron en la vida mundial

LOS LÍDERES SOLITARIOS DE LA HISTORIA

Solo la verdad es siempre ofensiva.
—NAPOLEÓN BONAPARTE

¿La Soledad es mala compañera?

Todos los líderes han experimentado que llevar una organización, empresa o congregación al máximo de su potencial conlleva sufrir un gran desgaste físico y emocional.

Cuando las fuerzas desaparecen de repente y el líder se siente desfallecer, el alejamiento por un tiempo del problema y la soledad puede ser un instrumento positivo para retomar su liderazgo.

Esta experiencia ha sido la escuela de muchos líderes. Hombres como Napoleón, Mandela o Churchill se encontraron solos, en muchos casos abandonados y traicionados, pero la soledad les sirvió para rehacer sus carreras, retomar las riendas de sus países y experimentar un profundo cambio interior. La única manera de edificar una empresa, iglesia o nación es construir dentro de nosotros unos sólidos cimientos interiores.

El proceso en todos ellos fue siempre el mismo, aunque cada uno sacó una lección distinta, ya que sus circunstancias eran radicalmente diferentes:

  • aceptación, 
  • reconstrucción, 
  • planificación y 
  • recuperación del liderazgo.

El efecto isla

Napoleón, el hombre más poderoso de Europa, encerrado en veinte kilómetros cuadrados.

Napoleón, el hombre más poderoso de Europa, estaba sentado aquel 4 de abril de 1814 frente a sus mariscales. Todos ellos le debían sus cargos y carreras, pero en ese momento estaban presionándole para que dejara su puesto.

La Coalición había penetrado en territorio francés con un ejército de medio millón de hombres y la situación era insostenible. Como el emperador de los franceses siempre había sido un tenaz negociador, logró abdicar en su hijo, imponiendo algunas condiciones, pero dos días más tarde, cuando uno de sus hombres de confianza, Marmot, le traicionó, tuvo que rendirse a la evidencia de su derrota.

El 11 de abril, en el Tratado de Fontainebleau, Napoleón renunciaba a la soberanía de Francia y aceptaba exiliarse junto a su familia a la isla de Elba, una minúscula ínsula italiana en medio de la nada. Su estado de ánimo era tan bajo que declaró: «Estoy molestando […] ¿Por qué no terminan con todo esto?».

Tuvo que exiliarse de Francia como un proscrito, disfrazado con uniforme austriaco y protegido por el ejército inglés, para que los monárquicos no le ahorcaran.

La llegada a la isla del hombre más poderoso de Europa debió de ser patética. Allí no había nada que hacer, su salud estaba seriamente quebrantada y todavía no era consciente de la profunda soledad que estaba a punto de apoderarse de su existencia. La isla no había sido elegida al azar, se parecía al sitio en el que se había criado de niño, Córcega, y a su querida ciudad de Ajaccio. Hermosas montañas, profundos acantilados y arenosas playas bañadas por el mar Mediterráneo. La tierra era muy fértil y ofrecía productos exquisitos, que una persona enferma, y sobre todo frustrada, hubiera disfrutado, renunciando a la acelerada y estresante vida de París.

El emperador tenía una máxima que no podía olvidar en medio de aquel paraíso obligado: «El pensamiento principal de un hombre bien situado es conservar su puesto».

Durante aquellos meses, aquel gran emperador se dedicó a gobernar aquella minúscula isla, construyendo carreteras, un hospicio y un teatro. Al final regresó a Francia, pensaba que su destino no había terminado. Aquella corta estancia en soledad le había ayudado a recuperar fuerzas, superar la traición de sus colaboradores y animarse a reconquistar el poder. Napoleón tenía tan solo cuarenta y cinco años. Pero ¿cómo sería recibido por el pueblo? Ya no contaba con su antiguo poder ni su ejército.

El plan de Napoleón era muy simple. Desembarcó en el golfo de Juan cerca de Cannes y se dirigió a una de las ciudades de los Alpes, Grenoble, que aún le guardaban lealtad. Cuando unos soldados estuvieron a punto de detenerle, él les dijo: «Si alguno de vosotros quiere matar a su emperador, aquí estoy…».

Unos días más tarde, sin haber disparado un tiro, Napoleón dormía en las Tullerías; en veinte días en Francia había recuperado el poder.

¿Por qué ayudó tanto a Napoleón ese tiempo de soledad? ¿Cómo fue su proceso de recuperación? ¿Qué aprendió de sus colaboradores? Lo primero que tuvo que aceptar Napoleón Bonaparte fue que tenía limitaciones. Luchó en todos los frentes y se rodeó de enemigos muy poderosos.

John C. Maxwell, en su libro Los 5 niveles de liderazgo, definió bien esta Ley del Tope:
Toda persona tiene un límite en su potencial de liderazgo. No todos estamos dotados por igual. El desafío que enfrentamos es crecer y desarrollar nuestro pleno potencial de liderazgo, aumentando así el límite de nuestra capacidad de liderazgo.

Napoleón había superado los límites de sus fuerzas físicas, de sus ejércitos y de la capacidad de sufrimiento de sus hombres por la causa del Imperio francés.

Dale Carnegie lo definía con la metáfora: «Si quieres recoger miel, no des puntapiés a la colmena».

Cuando llegó a la isla de Elba comenzó su proceso de cambio el «efecto Isla»: aceptación, reconstrucción, planificación y recuperación del liderazgo.

Primero aceptó que era un hombre derrotado. Su famosa frase encierra una gran verdad: «La victoria tiene cien padres y la derrota es huérfana».

Después de unos primeros momentos difíciles en los que tuvo que recuperarse físicamente y asumir la traición de sus mariscales, enseguida se puso a buscar cómo reorganizar su mente y volver a implementar en pequeña escala su visión del gobierno. Construye carreteras (progreso), un teatro (cultura y educación) y un hospicio (derechos sociales).

Lo primero que hace Napoleón al enterarse de la situación en Francia, donde su sustituto Luis XVIII no termina de agradar ni a monárquicos ni a republicanos, es planificar su retorno. Su plan está trazado al detalle. Acude a una de sus ciudades afines, busca el apoyo de sus antiguos camaradas y después va a la conquista de París.

Una vez recuperado el poder corrige su primera idea, la que lo ha llevado a perderlo todo. Por ello dice a sus hombres en una verdadera declaración de intenciones:
Como en otro tiempo de Egipto, he regresado ahora porque la patria estaba en peligro […] No quiero hacer más la guerra. Es menester olvidar que hemos sido los amos del mundo […] Antaño, yo perseguí el fin de fundar Estados Unidos de Europa, y para esto era necesario permitir ciertas instituciones que debían garantizar la libertad de los ciudadanos. Ahora, mi única mira es el afianzamiento de Francia…

Steve Jobs hizo algo parecido al regresar a Apple, su empresa Next había sido comprada por su antigua compañía para utilizar su software. Jobs intentó volver a dominar su antigua compañía, pero sin utilizar su arrolladora personalidad. Se reunió con el gerente de aquel entonces, Gilberto Amelio, y simplemente ocupó su puesto:
Así pues, esa tarde y para su sorpresa, Amelio recibió una llamada de Jobs: Bueno, Gil, solo quería que supieras que he estado hablando hoy con Ed sobre todo este asunto y me siento muy mal por todo ello —afirmó—. Quiero que sepas que yo no he tenido nada que ver con este giro de acontecimientos. Es una decisión que ha tomado el consejo, pero me pidieron asesoramiento y consejo…

El «efecto isla» transformó la visión de Napoleón, le hizo superar sus debilidades físicas y emocionales, aceptar la traición de sus colaboradores, comenzar a aplicar sus habilidades, para después planificar su regreso y recuperar su puesto. Pero a veces la soledad escogida produce otros cambios fundamentales en la mentalidad del líder.

Veamos cómo la prisión transformó la vida de Nelson Mandela.

El efecto piedra

Nelson Mandela pasó diecisiete años en la prisión de la isla de Robben y descubrió cómo se partían las rocas del rencor.

La vida de un líder verdadero nunca es fácil. No importa que lo sea en el terreno de las finanzas, la política o la religión. Los líderes abren la marcha y enseñan el camino, por eso son los primeros en encontrar los obstáculos y luchar contra los antagonistas.

Siempre que te salgas del camino trillado por el resto de personas, te llamarán loco, temerario, raro, irresponsable o engreído. En el mejor de los casos te cubrirán de críticas, se mofarán de ti o puede que tu atrevimiento sirva para que alguien te reemplace, pero si el camino emprendido es el verdadero, al final terminarán todos por reconocer que fuiste el primero en llegar.

Muchos son los que pueden acercarse a nosotros para halagarnos cuando hemos tenido cierto éxito o servimos en algún cargo de relevancia, pero siempre serán muchos menos los que nos apoyen, cuando nadie crea en nosotros.

Nelson Rolihlahla Mandela fue uno de esos hombres que no cedió hasta ver sus sueños hechos realidad. Mandela era un joven perteneciente a la casa real de uno de los clanes que componían el complejo mosaico de tribus en Sudáfrica. Su padre, Gadla Henry Mphakanyiswa, era uno de los principales consejeros del rey Thembu.

Mandela fue el primer miembro de su familia en acceder a una educación occidental, de hecho fue su profesora la que le puso el nombre británico de Nelson, aunque sus padres le habían llamado Rolihlahla, que significa textualmente «alborotador». Sus padres eran cristianos y por eso le enviaron a una escuela metodista.

Mandela quedó huérfano de padre a los nueve años, pero la influencia de este le acompañaría toda su vida, ya que de él heredó el carácter rebelde y su deseo de justicia.

Mandela no se perdía ningún servicio religioso durante su infancia y adolescencia.

Estudió con ahínco, ya que sabía que de mayor se convertiría en uno de los consejeros del rey, como lo había sido su padre años antes. Tras su paso por la educación secundaria, estudió en la Universidad de Fort Hare, dedicada a la élite de los negros del país.

Durante esta etapa se mantuvo en una línea conservadora, alejada de las reivindicaciones del Congreso Nacional Africano, que se había creado en 1911 para defender los derechos de los negros en Sudáfrica.

Tras su llegada a Johannesburgo, la capital, para huir de un matrimonio arreglado por su familia, consiguió algún trabajo precario hasta lograr entrar en un bufete de abogados. Siguió formándose en el curso por correspondencia de la Universidad de Sudáfrica. Más tarde estudió en la Universidad de Witwatersrand, convirtiéndose en el primer estudiante negro del campus.

  • ¿Qué sucedió en la vida de este joven estudiante negro para que terminara en una de las peores cárceles de Sudáfrica? 
  • ¿Por qué abandonó su prometedora carrera de abogado y su futura acomodada vida por los más desfavorecidos? 
  • ¿Cómo superó la tentación del odio cuando llegó al poder?

Sudáfrica era un país basado en el odio y la desconfianza. Una desconfianza nacida entre las clases sociales, las razas, los grupos étnicos y nacionales.

  • El inglés desconfiaba del holandés, 
  • este del africano negro y 
  • este a su vez de la comunidad hindú que habían instalado los británicos por ser una fuerza de trabajo más dócil. 
Todo ese odio y desconfianza podía convertir al país en una verdadera bomba de relojería, por eso Mandela descubría la poderosa fuerza del amor. Sus palabras parecen cargadas de la autoridad que da la razón y la sabiduría del hombre que sabe perdonar: «El odio se aprende, y si es posible aprender a odiar, es posible aprender a amar, ya que el amor surge con mayor naturalidad en el corazón del hombre que el odio».

¿Dónde aprendió Nelson Mandela a amar?
La cárcel parece un lugar extraño para aprender a amar. Sobre todo cuando uno atraviesa las gruesas puertas de una prisión y nota la maldad que se respira dentro.

Durante unas semanas he estado visitando una cárcel en mí país para impartir un taller gratuito. Después de atravesar cuatro gruesas puertas y llegar hasta el pabellón de los reclusos te sorprenden dos cosas.

  • La primera es la angustia que produce el saberse encerrado y 
  • la segunda es el poco afecto o amor que hay dentro. 
Los hombres que acudieron al curso eran personas encantadoras, agradecidas y con ganas de aprender, pero, sin duda, en el día a día debe de ser duro para ellos estar encerrados. Sin nadie en quien confiar, intentaban pasar desapercibidos, pero al mismo tiempo haciéndose respetar por el resto.

Nelson Mandela estuvo acusado en varias ocasiones, pero logró evitar la cárcel o salir de ella tras un breve periodo. En el año 1962, las cosas iban a cambiar radicalmente.

¿Qué había sucedido? Tras su gira africana, su notoriedad había crecido y la presión que algunos países del entorno comenzaban a hacer contra el apartheid, hizo que su gobierno le viera como un peligro.

El arresto se produjo el día 5 de agosto, durante un viaje en coche con Cecil Williams. Mandela fue arrestado cerca de la ciudad de Howick y encarcelado en la prisión de Johannesburgo de Marshall Square. La acusación era incitación a la huelga y la salida del país sin permiso. Mandela ejerció como su propio abogado. El joven letrado quería convertir el proceso en un juicio contra el estado, pero el gobierno no cedió y fue sentenciado a cinco años de cárcel.

El paso del sacrificio, del líder que ocupa en sus propias carnes el lugar de su pueblo, convirtió a Mandela en un mito. Muchos hombres de Dios son admirados, pero muy pocos se convierten en un mito. Al fin y al cabo, el mito es siempre la creación de un sistema que otros pueden imitar y que funciona igual. El gobierno sudafricano estaba creando en su injusto sistema penitenciario a uno de los hombres más influyentes del siglo XX.

Un año más tarde de su encarcelamiento, el descubrimiento de unos papeles inculpatorios del partido fue la excusa perfecta para que la fiscalía aumentara su pena en un nuevo juicio. Ahora los cargos eran mucho más graves, ya que se le acusaba de sabotaje y conspiración para derrocar violentamente al gobierno.

Mandela llegó a pronunciar una famosa frase, tomada de otra persona, intentando demostrar su inocencia en el caso: «La historia me absolverá».

Mandela sufrió una derrota procesal, pero una amplia victoria moral. Tanto las Naciones Unidas como el Consejo Mundial de la Paz pidieron la anulación del juicio. Se produjeron protestas por todo el mundo. La situación de Sudáfrica saltaba al conocimiento de la opinión pública internacional.

La isla de Robben fue el terrible hogar de Nelson Mandela durante veinte años, pero también una terrible escuela de humildad y perdón.

La actitud de Nelson Mandela me recuerda las palabras del jefe de una gran multinacional que decía a sus empleados: «Caballeros, este año la estrategia será la honestidad»

Lecciones aprendidas
La honestidad de Nelson Mandela le llevó a una terrible cárcel de Sudáfrica, pero allí aprendió cuatro lecciones:

  1. lo que no te destruye te hace más fuerte, 
  2. el desarrollo de nuestro mundo interior es imprescindible para liderar, 
  3. el odio destruye y 
  4. el amor es la fuerza más poderosa del mundo.

La celda de Mandela era poco más que un cuchitril, con una cama en el suelo, una mínima mesita, una manta y un cubo para depositar sus necesidades. La mayor parte del tiempo el preso estaba aislado, ya que eran celdas individuales. De esta manera se buscaba minar la moral del condenado. Muchos hombres se vuelven locos al sentirse aislados; de hecho, el aislamiento es un castigo adicional a la prisión.

En la propia cárcel había discriminación racial. Los negros no se mezclaban con los blancos y recibían menos comida. Los presos políticos eran peor tratados que los comunes. En su biografía se describe el mal trato recibido durante su estancia en prisión.

A pesar de todo, descubrió que la prisión le hacía más fuerte. Cada día les obligaban a picar piedras; él se dio cuenta de que la piedra más dura es el corazón humano. Si era capaz de doblegar el suyo, no sucumbiría al odio ni al rencor.

Moisés fue uno de los ejemplos más claros de líder que ha de pasar por la soledad para recibir las instrucciones y leyes para dirigir al pueblo de Israel. El proceso de maduración del líder implica una soledad escogida, en la que poder meditar y poner en marcha nuestro proyecto.

La segunda cosa que aprendió Nelson Mandela fue el desarrollo de su mundo interior: la soledad, en este caso obligada, le ayudó a conocerse mejor a sí mismo, a controlar su ira, su frustración y hacer cambios en su hombre interior. El autocontrol, la disciplina, la paciencia son habilidades que ayudan a los líderes a llegar a sus metas.

La tercera lección de Nelson Mandela fue la superación del odio que destruye. Los negros odiaban a los blancos por todos aquellos siglos de esclavitud y opresión. Los blancos odiaban y temían a los negros, pensando que si los liberaban o les daban más libertad, tomarían venganza. Cuanto más se odiaban, más daño se hacían mutuamente. Por eso Nelson Mandela fomentó una gran campaña de reconciliación cuando llegó al poder. Él mismo había experimentado esa regeneración en la prisión.

Durante el periodo que pasó en la prisión de Pollmoor buscó tener una mejor relación con los guardas y el alcaide. Los miembros del gobierno comenzaron a reunirse con él secretamente, para llegar a pactos, pero él quería romper con el estado racista y que se avanzara en las reformas de integración de la población negra y no cedió. Cuando llegó al poder impidió cualquier clase de linchamiento hacia los blancos. La cadena del odio y de la venganza debía romperse definitivamente.

La cuarta cosa que intentó poner en práctica fue la fuerza del amor. No es suficiente con no odiar. Necesitamos amar, para poder relacionarnos con nuestro prójimo. No nos preocupará el bienestar o la mejora de la vida de las personas que nos rodean si no sentimos nada hacia ellas.

Jesús anunció esta verdad del amor incluso a los enemigos, para terminar con la desconfianza innata del hombre. Él declaró esta máxima: «Así que, todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos; porque esto es la ley y los profetas» (Mt 7.12).

Nuestro liderazgo debe aprender el «efecto piedra». La única manera de no sucumbir ante la envidia, el odio, el rencor y la ira es destruyendo para siempre esa piedra del orgullo que nos separa de los demás.
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viernes, 27 de mayo de 2016

Así como por la desobediencia de un hombre, los muchos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno los muchos serán constituidos justos

RECUERDA Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6




Dios lo creó todo por el poder de Su Palabra
GÉNESIS: EL REGISTRO REVELADO DE LOS TRATOS Y PROPÓSITOS DE DIOS CON EL HOMBRE
«Es necesario que el que se acerca a Dios crea que Él existe y que es galardonador de los que le buscan.»

Por esto la Sagrada Escritura, que contiene el registro revelado de los tratos y propósitos de Dios con el hombre, empieza con un relato de la creación. «Porque las cosas invisibles de él su eterno poder y divinidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas.»

Cuatro grandes verdades, que inciden en toda la revelación, nos llegan del más temprano relato de la escritura, como los cuatro ríos que brotaban en el jardín de Edén. 
  • La primera verdad es: la creación de todas las cosas por el poder de la palabra de Dios; 
  • la segunda: la descendencia de todos los hombres de nuestros padres comunes, Adán y Eva; 
  • la tercera: nuestra relación con Adán como la cabeza de la raza humana, por medio de quien toda la humanidad fue implicada en su pecado y caída; y 
  • la cuarta: que un descendiente de Adán, pero sin su pecado, debería, por medio del sufrimiento, librarnos de las consecuencias de la caída, y como segundo Adán sería el autor de salvación eterna para todos los que confían en él. A estas cuatro verdades vitales podemos añadir una 
  • quinta, la institución de un día cada siete para ser un día de reposo santo para Dios.

Es prácticamente imposible imaginar un mayor contraste que entre los relatos paganos del origen de todas las cosas y la narrativa bíblica. 

Los primeros están tan colmados de absurdos evidentes que solo pueden ser tenidos como fábulas; mientras que la última es tan sencilla, y no obstante tan llena de majestad, como casi para forzarnos a «adorar e inclinarnos», y a «arrodillarnos ante el Señor nuestro hacedor». 

Y puesto que éste era precisamente el objetivo, y no la instrucción científica, y mucho menos la satisfacción de nuestra curiosidad, debemos esperar encontrar en el primer capítulo de Génesis solamente los rasgos principales de lo acontecido, y no detalles relacionados con la creación. 

En estos detalles hay mucho lugar para la información que la ciencia pueda proporcionar, una vez seleccionado y cribado todo lo que se pueda aprender por el estudio de la tierra y la naturaleza. 

Este momento, no obstante, todavía no ha llegado y, por lo tanto, deberíamos estar en guardia contra las afirmaciones atrevidas y sin garantías que algunas veces han sido defendidas en estos temas. 

La escritura pone ante nosotros la creación sucesiva de todas las cosas, por así decirlo, en una escala ascendente, hasta que llegamos a la del hombre, la cabeza de las obras de Dios, y a quien su hacedor designó como señor de todo. 

Algunos han imaginado que los seis días de la creación representan períodos, más bien que días literales, principalmente sobre la base de la supuesta gran antigüedad de nuestro globo, y los diversos grandes períodos o épocas; cada uno de los cuales terminaban con una gran revolución, por la que parece ser que pasó nuestra tierra, antes de llegar a su estado presente, cuando vino a ser un lugar apto para ser habitado por el hombre. 

No obstante, no es necesario recurrir a tal teoría. 
  • El primer versículo en el libro de Génesis simplemente afirma un hecho general, que «en el principio» (cuando fuera que fuese eso) «creó Dios los cielos y la tierra». Luego, en 
  • el segundo versículo, nos encontramos la tierra descrita en su estado al final de la última gran revolución, anterior al estado actual de las cosas: «y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la superficie del abismo». Un espacio de tiempo casi indefinido, y muchos cambios, podían pues haber tenido lugar entre la creación del cielo y la tierra, como se menciona en el versículo 1, y el estado caótico de nuestra tierra, como se describe en el versículo 2
En cuanto a la fecha exacta de la primera creación, se puede afirmar sin dudar que todavía no tenemos el suficiente conocimiento para llegar a ninguna conclusión realmente digna de confianza.

No obstante es mucho más importante para nosotros saber que Dios «creó todas las cosas por Jesucristo»; y todavía más, que «todo fue creado por medio de Él y para Él», y que «de Él, y por Él, y para Él son todas las cosas». Esto no solo confiere unidad a toda la creación, sino que la coloca en una conexión viviente con nuestro Señor Jesucristo. 

Al mismo tiempo, siempre deberíamos tener presente, que «por la fe entendemos que el universo fue enteramente organizado por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de cosas no visibles».

Todas las cosas al salir de la mano de Dios eran «bueno en gran manera», es decir, perfecto para cumplir el propósito que le había sido asignado. «Y acabó Dios la obra que hizo; y reposó el día séptimo. Y bendijo Dios al séptimo día, y lo santificó, porque en él reposó de toda la obra que había hecho en la creación.» 

Es sobre esta institución original del sábado cual día de reposo santo en lo que se basa nuestra observancia del día del Señor (domingo). El cambio (del séptimo de la semana al primero) surgió por la resurrección de nuestro Señor Jesucristo, mediante el cual no solo la primera creación fue finalmente completada, sino también la nueva.

De todas sus obras Dios solo «creó al hombre a su imagen: a imagen de Dios lo creó». 

Esta expresión se refiere no solo a la inteligencia con la que Dios dotó al hombre, y la inmortalidad que le concedió, sino también a la perfecta naturaleza moral y espiritual que poseía el hombre al principio. 

Y todos sus alrededores concordaban con su estado de felicidad. Dios «lo puso en el huerto de Edén para que lo labrara y lo guardase», y le dio una compañera idónea en Eva, a quien Adán reconoció como hueso de sus huesos y carne de su carne. Así, como Dios había indicado, al apartar el sábado, la adoración como la relación adecuada entre el hombre y su creador; también estableció en el paraíso el fundamento de la sociedad civil por medio de la institución del matrimonio y de la familia.

Ahora solo quedaba poner a prueba la obediencia del hombre a Dios, y prepararlo para privilegios más elevados y más grandes de los que ya estaba disfrutando. 

Pero el mal ya existía en este mundo nuestro, porque Satanás y sus ángeles se habían rebelado contra Dios. 

El relato de las Escrituras sobre la prueba del hombre es enormemente breve y sencillo. Se nos dice que «el árbol del conocimiento del bien y del mal» había sido colocado «en medio del huerto», y Dios prohibió a Adán comer del fruto de ese árbol, bajo pena de muerte. 

Por otro lado, en el huerto también estaba «el árbol de la vida», probablemente como símbolo y voto de una vida superior, la cual nosotros hubiéramos heredado si nuestros primeros padres hubiesen continuado en obediencia a Dios. La cuestión de esta prueba apareció rápidamente. 

El tentador, en forma de serpiente, se acercó a Eva, negó las amenazas de Dios, y la engañó en cuanto a las consecuencias reales de comer el fruto prohibido. Esto, seguido por la seducción de sus sentidos, condujo a Eva a comer en primer lugar, y después a inducir a su marido a hacer lo mismo. Su pecado tuvo su consecuencia inmediata. Habían apostado para ser «como dioses», y, en lugar de someterse a ultranza al mandamiento del Señor, actuaron independientemente con respecto a él. 

Y ahora sus ojos estaban ciertamente abiertos, como había prometido el tentador, «para conocer el bien y el mal»; pero solo en su conocimiento culpable del pecado, el cual inmediatamente les provocó el deseo de esconderse de la presencia de Dios. De este modo, su alienación y separación de Dios, la voz acusadora de su conciencia, y su dolor y vergüenza manifestaron que la amenaza divina ya se había cumplido: «el día que de él comieres, ciertamente morirás». 

La sentencia de muerte que Dios pronunció ante nuestros primeros padres se extendía tanto a su naturaleza corporal como espiritual (a su parte mortal e inmortal). 

En el día que pecó, el hombre murió en cuerpo, alma, y espíritu. 

Y ya que Adán, como cabeza de su raza, representaba su totalidad; y ya que por él todos nosotros hubiéramos entrado en un estado de vida muy elevado y feliz, si él hubiese permanecido obediente, así ahora las consecuencias de su desobediencia se han extendido a todos nosotros; y puesto que «el pecado entró en el mundo por medio de un hombre, y por medio del pecado la muerte», así «la muerte alcanzó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron». 

Incluso «la misma creación», que había sido colocada bajo su dominio, fue, por su caída, «sujetada a vanidad», y cayó bajo la maldición, como dijo Dios a Adán: «Maldita será la tierra por tu causa; con dolor comerás de ella todos los días de tu vida. Espinos y cardos te producirá».

Dios, en su infinita misericordia, no abandonó al hombre para que pereciera en su pecado. Ciertamente fue expulsado del paraíso, para el que ya no era apto. 

Pero, antes de eso, Dios había pronunciado la maldición sobre su tentador, Satanás, y había dado al hombre la preciosa promesa que la simiente de la mujer heriría la cabeza de la serpiente; es decir, que nuestro bendito Salvador, «nacido de mujer», debía redimirnos del poder del pecado y de la muerte, por medio de su propia obediencia, muerte y resurrección.

 Incluso el trabajo de sus manos, al que estaba condenado el hombre, era en esas circunstancias una gran ventaja. Por lo tanto, cuando nuestros primeros padres salieron del huerto de Edén, no fue sin esperanza, ni a unas tinieblas exteriores. Se llevaron la promesa de un redentor, la seguridad de la derrota final del gran enemigo, junto con la institución divina del sábado para adorar, y del lazo del matrimonio con el cual ser unidos en familias. 

Así los fundamentos de la vida cristiana con todas sus implicaciones fueron establecidos en el paraíso.

Hay otros detalles de interés práctico que debemos obtener. 
La descendencia de toda la humanidad de nuestros primeros padres determina nuestra relación con Adán. En Adán todos han pecado y caído. 

Pero, por otro lado, también determina nuestra relación espiritual con el Señor Jesucristo, como segundo Adán, la cual reposa sobre la misma base. Porque «como hemos llevado la imagen del terrenal, llevaremos también la imagen del celestial», y «como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados». «Porque así como por la desobediencia de un hombre, los muchos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno los muchos serán constituidos justos». 

La descendencia de toda la humanidad de un tronco común ha sido cuestionada en el pasado, a pesar de que las Escrituras enseñan expresamente: «De una misma sangre ha hecho toda nación de los hombres, para que habiten sobre toda la faz de la tierra». 

Es notable que esta negación, que nunca fue compartida por los más competentes científicos, ha sido abandonada recientemente, podemos decir, casi universalmente, y la unidad original de la raza humana en su descendencia común es ahora un hecho aceptado generalmente.

Aquí, además, encontramos por vez primera ese extraño parecido a la religión revelada que hace al paganismo tan similar y no obstante tan dispar respecto a la religión del Antiguo Testamento. 

Del mismo modo que podemos ver en el alma del hombre las ruinas de lo que habíamos sido antes de la caída, también en las leyendas y tradiciones de las diversas religiones de la antigüedad reconocemos los ecos de lo que los hombres habían oído originalmente de la boca de Dios. No solo una raza, sino casi todas las naciones, han conservado en sus tradiciones algunos vagos recuerdos parecidos a los de un estado original feliz y santo (la así llamada edad de oro), en el cual la comunicación entre el cielo y la tierra no estaba rota, y de un subsiguiente pecado y caída de la humanidad. 

Todas las naciones también han atesorado una débil creencia en algún retorno futuro de este estado feliz, es decir, algún tipo de redención venidera, tal como en lo más íntimo de su corazón todos los hombres tienen, por lo menos, el débil deseo de un redentor.

Mientras tanto, esta gran promesa primitiva «la simiente de la mujer herirá la cabeza de la serpiente» iba a estar en alto como una luz señalizadora para toda la humanidad durante su camino, brillando siempre con un mayor resplandor, primero en la promesa a Sem, luego en la hecha a Abraham, después en la profecía a Jacob, y continuando por las figuras de la ley hasta las promesas de los profetas, y hasta que en la plenitud del tiempo «el sol de justicia» se alzó «con la salvación bajo sus alas!
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sábado, 23 de abril de 2016

No debiste haberte quedado mirando a tu hermano en su día trágico, en el día de su desgracia

RECUERDA Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6




EL MOMENTO CRUCIAL

ELEMENTOS COMUNES EN UNA CRISIS

CRISIS
El diccionario de Webster define crisis como un «momento crucial» y «un punto de cambio en el curso de algo». 

Este término es usado con frecuencia para indicar la reacción interna de una persona ante una amenaza o riesgo externo. 

Una crisis generalmente implica la pérdida temporal de la facultad de reaccionar o hacer frente a las cosas, con la suposición de que esta alteración de la función emocional es reversible. 

Si una persona hace frente de modo efectivo a la amenaza, supera la crisis y vuelve al nivel previo en que funcionaba.

ELEMENTOS COMUNES EN UNA CRISIS

1. El suceso o hecho que genera el problema

Es la razón que desencadena una reacción de sucesos que culminan en crisis. 
  • Una esposa joven que se preparó para una carrera durante siete años, descubre de pronto que está embarazada. 
  • Un joven atleta que ha estado entrenando durante sus años de estudio a fin de ser seleccionado por los profesionales, se fractura un tobillo durante una excursión a una montaña. 
  • Un viudo que tiene cinco hijos pequeños pierde el empleo en una profesión muy especializada. 
Todas estas personas comparten algo en común: El motivo causante de la crisis. Algo que es importante que los que les ayudan sean capaces de identificar desde el primer momento.

2. El estado vulnerable. 

Ninguno de estos sucesos conduce por sí mismo a la crisis. 

Para que esto suceda, la persona ha de ser vulnerable. 
  • El simple hecho de pasarse dos noches sin dormir puede hacer a una persona vulnerable a una situación que de otro modo habría resuelto sin dificultad. 
  • El estar enfermo o deprimido rebaja los mecanismos de defensa. Recientemente hablé con una mujer que quería ceder a su hijo adoptado, cerrar su negocio y dejarlo todo. Había perdido al marido y estaba deprimida por la amenaza de otra pérdida en su vida. Le pedí que no tomara ninguna decisión durante el período de depresión, puesto que estas decisiones suelen ser lamentadas más tarde.

3. El factor precipitante

Dicho de otra forma: «la gota que hace rebosar la copa». 

Algunas personas se defienden bien durante un período de pérdida o de sufrimiento extremo, pero se desmoronan por haber roto un plato o dejar caer un vaso. Ésta es la gota final, pero en realidad la reacción y las lágrimas son respuesta a otra razón o pérdida más seria.

4. El estado de crisis activa. 

Cuando la persona no puede sostener más la situación, estalla la crisis. 

Hay varias indicaciones de este estado:

  • Síntomas de tensión o «stress» psicológicos, físicos —o los dos—. Éstos pueden incluir depresión, dolores de cabeza, ansiedad, úlceras. Siempre hay algún tipo de malestar extremo.
  • Una actitud de pánico o de derrota. La persona puede considerar que ya ha intentado todo lo que se puede hacer y que no hay nada que dé resultado. Por tanto, se considera un fracasado: está derrotado, abrumado, impotente. A esto tiene dos formas de responder: una es el nerviosismo y agitación extrema que le llevan a actuar en formas que no producen ningún resultado positivo. Éstas incluyen el andar desasosegado de acá para allá, beber, tomar drogas, conducir a velocidades excesivas o entrar en reyertas y peleas. La otra forma de responder es volverse apático. Un ejemplo es dormir en exceso.
  • Una necesidad extrema de ayuda. «¡SÁQUENME de esta situación!», es lo que pide y suplica. Quiere alivio al dolor de la tensión. No está en condiciones de resolver el problema de forma racional. Algunas personas en crisis puede parecer que se hallan en estado de estupor o responden de forma estrafalaria. Otras se muestran frenéticas en sus esfuerzos y van a otros en busca de ayuda, hasta el punto de hacerse dependientes de otros en exceso, tratando que les ayuden a resolver su dilema.
  • Una disminución en la eficiencia. La persona en una crisis activa puede seguir funcionando con aparente normalidad, pero en vez de responder con un 100 % de eficiencia responde sólo con un 60 %. Cuanto mayor es la amenaza según la evaluación de la situación por parte del individuo, menos efectivas serán sus respuestas y recursos. Pueden darse cuenta de esto, lo cual contribuye a desanimarles más aún.

EVALUACIÓN DE LA CRISIS
La forma en que se evalúa la situación es una parte importante del curso de la crisis. La evaluación es lo que la gente «hace» del suceso. 

Toda persona tiene su forma propia de percibir o reaccionar ante un suceso. Las creencias, ideas, expectativas y percepciones de una persona contribuyen todas ellas a evaluar una situación como de crisis o no de crisis. 

Es importante que al ayudar a las personas procuremos que vean y juzguen el suceso con sus propios ojos y no con los nuestros. 

La muerte de un amigo íntimo, por ejemplo, es evaluada desde varios puntos de vista: 
  • lo íntima que era la relación, 
  • con qué frecuencia se hallaban en contacto, 
  • cómo ha respondido la persona a otras pérdidas, y 
  • cuántas pérdidas ha sufrido recientemente. 
Una viuda cuya vida era dependiente y estaba envuelta íntimamente en la de su marido, considera su pérdida de modo muy diferente que un amigo íntimo, un socio en los negocios o uno de los tíos a quien el marido había visto sólo una vez en los últimos cinco años.

El sentimiento de pérdida es una de las causas más frecuentes generadoras de crisis
Incluso un ascenso en el empleo puede causar una sensación de pérdida que precipita una crisis. 

Juan se llevaba bien y disfrutaba con la camaradería de los otros vendedores en su agencia de venta de coches. Fue ascendido a gerente de ventas. Esto le dio más categoría, más dinero, pero cambió sus relaciones. Ya no se encontraba en el mismo nivel que los vendedores. En realidad ahora tenía que presionarles para que aumentara su cuota de ventas. A Juan esto no le gustaba y acabó tan insatisfecho que entró en crisis, dejando de ir al trabajo por hallarse enfermo y, de este modo, evitar conflictos.
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lunes, 15 de febrero de 2016

Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redarg:uir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra

RECUERDA Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6
ES MI ESTANDARTE: A SU NOMBRE ¡¡¡GLORIA!!!





UTILIDAD Y VALOR: PREDICACIÓN EXPOSITIVA


 PREDICACIÓN EXPOSITIVA: UTILIDAD Y VALOR


Características más sobresalientes:

1. Ofrece variación temática y continuidad.

Todos corremos el riesgo de vivir en un círculo cerrado. Sin darnos cuenta repetimos mensajes y bosquejos. A veces preparamos sermones que resultan monótonos, cansadores, y con frecuencia repetitivos. Al predicar expositivamente a través de la Biblia semana tras semana, salimos del círculo de doctrinas favoritas o denominacionales, y mostramos en forma mucho más completa lo que Dios dice en su Palabra. De esa manera evitamos ser parciales, exclusivistas y obtusos. Además, tenemos la oportunidad de hablar sobre temas que, de otra manera, pasaríamos por alto.

2. Alimenta.

Alimentemos al pueblo de Dios con comida sólida y nutritiva, sirviéndoles en el plato dominical el suculento alimento que la predicación expositiva hace posible.

3. Anuncia todo el consejo de Dios.

Cuando el apóstol Pablo pensó que debía dejar para siempre a su amada iglesia en Efeso, fue un alivio saber que ante Dios él estaba limpio de la sangre de todos ellos por no haberse negado a anunciarles todo el consejo de Dios (Hch. 20:27). Además el salmista declara: La suma de tu palabra es verdad (Sal. 119:160). El peso acumulado de la verdad es lo que más eficazmente instruye al cristiano.

Se requiere el uso de toda la Escritura para la edificación del Cuerpo de Cristo pues cada parte fue divinamente inspirada y registrada con un propósito definido: ministrar al cristiano (2 Ti. 3:16, 17).

El famoso predicador británico Spurgeon exhortaba a sus estudiantes: “Cualquier parte de la Biblia es provechosa, y vuestro deber no es tan sólo predicar la verdad sino la verdad entera. No insistáis constantemente sólo en una verdad. La nariz es muy importante como parte constituyente del rostro humano, pero retratar sólo la nariz de un hombre, no sería un modo satisfactorio de copiar su cara.”

4. Es la misma Palabra de Dios.

No son palabras humanas sino divinas. Cuando Dios habla, la conciencia que escucha no puede menos que sacudirse. A veces surgen problemas en las iglesias porque algún miembro o familia acusa al pastor de que el sermón fue dirigido a ellos en forma personal y ofensiva (y lamentablemente en ocasiones es cierto). La predicación expositiva evita ese tipo de acusaciones porque la Palabra de Dios llega al corazón en forma natural y directa, y exhorta al oyente.

5. Capacita al cuerpo de Cristo.

La tarea del pastor no es hacer, supervisar y decidir todo sino capacitar al cuerpo de Cristo para que éste lleve a cabo el ministerio (Ef. 4:11–16). El predicador es usado por Dios para edificar a los santos de modo que los santos—no el pastor—hagan la obra del ministerio. De manera que con la predicación expositiva tanto el uno como los otros ocupan su correspondiente lugar.
Quien predica mensajes expositivos en forma regular, pronto descubrirá que la iglesia crece en la fe y los fieles llegan a convertirse en maestros. En realidad, podríamos comparar la predicación expositiva con un instituto bíblico.

6. Libra del eterno dilema de elegir temas aislados.

A menudo el predicador se enfrenta a la decisión de escoger temas para sus mensajes. Por otra parte, si está predicando sobre determinado libro de la Biblia semana tras semana, la elección ya no debe hacerse pues cada mensaje corresponderá al pasaje “de turno”. De ese modo, el predicador se verá libre de la tendencia de usar caprichosamente textos aislados. Estos serán considerados a la luz del contexto, y serán interpretados, explicados y aplicados en forma correcta.

7. Cautiva, encanta y fascina.

La buena predicación expositiva crea tal fascinación e interés que a la gente le resulta difícil esperar una semana para saber cómo sigue el pasaje ya que desean continuar escuchando verdades vivientes. Por otro lado, la predicación expositiva estimula a que el pueblo regrese domingo tras domingo pues no quiere perderse ningún párrafo bíblico.

Muchos pastores me han compartido su experiencia de que al predicar expositivamente en forma regular, los cultos comenzaron a crecer en asistencia y los jóvenes se convirtieron en el público más atento.

Al recordar la exposición que había hecho Jesús, los hombres de Emaús se dijeron: ¿No ardía nuestro corazón en nosotros, mientras … y cuando nos abría las Escrituras? (Lc. 24:32). Este tipo de predicación no sólo cautiva a la gente sencilla y a la juventud, sino también a personas cultas que por su preparación demandan continuidad, orden y lógica en un mensaje. El sermón expositivo, entonces, puede convertirse en útil aliado de pastores sencillos al frente de una congregación de extracciones variadas. No es necesario ser doctor en teología para poner en práctica la predicación expositiva.

8. Hace posible una constante renovación espiritual.

Al recibir mensajes expositivos, la grey avanza hacia la madurez espiritual. Este tipo de predicación ha producido grandes avivamientos. El más notable fue la reforma del siglo XVI. Lutero predicaba y escribía comentarios. Y Calvino, que tanta influencia ha tenido en el mundo cristiano evangélico, era el expositor por excelencia.

9. Fija la atención en el texto bíblico.

Cuando la congregación sabe que habrá predicación de la Biblia misma, por lo general recordará llevarla al culto a fin de poder seguir el curso del mensaje teniendo ante sí el pasaje en cuestión. Los creyentes desean constatar la exposición y ver las palabras y frases a que hace referencia el predicador. La gente comienza a darse cuenta de que la Biblia no es una serie de versículos colocados arbitrariamente en un lugar, ni temas aislados o difíciles de descubrir. Los creyentes comprueban que la Palabra de Dios es un coherente y coordinado cuerpo de verdades con continuidad lógica e inteligente.

10. Produce conversiones sólidas.

En diversas ocasiones he sido testigo de personas que se convierten mientras predico un sermón expositivo destinado primordialmente a los miembros de la iglesia. He conocido congregaciones donde el pastor cada domingo predica un sólido mensaje expositivo, y después del culto se entregan a Cristo personas de todo rango y cultura.

11. Obliga a que el predicador crezca.

John Stott, el gran expositor británico, afirma que la predicación expositiva es una disciplina muy exigente y, quizás por ello, poco frecuente. Sin embargo, los resultados personales bien valen la pena: (a) enriquece y profundiza el conocimiento bíblico; (b) estimula el intelecto y el espíritu, y uno siente emoción al descubrir, conocer y “ver” más de lo eterno; (c) desarrolla la personalidad del pastor o predicador, que crece en su vida espiritual (Ro. 8:29).

Este tipo de predicación cuenta con una fuente casi inagotable, es decir que no se acaba luego de los primeros 20 minutos del sermón, luego de lo cual tal vez comiencen las repeticiones. El problema con que se enfrenta el predicador es: ¿qué es lo que no diré en esta ocasión? Hay tanto material que nos preguntamos cómo podremos limitar nuestro mensaje a 30 ó 40 minutos—o el tiempo que tengamos.
Como esta predicación pone énfasis supremo en la misma Palabra de Dios, exige que el predicador tenga contacto directo con las Escrituras. La predicación sistemática de la Biblia es imposible sin un estudio sistemático de ella.

“Es una bendición—escribió Spurgeon—alimentarse del alma misma de la Biblia hasta llegar a hablar el lenguaje de las Escrituras, y hasta que el espíritu esté sazonado con las palabras del Señor, a fin de que nuestra sangre sea bíblica y la esencia misma de la Biblia brote de nuestro interior.”

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