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martes, 3 de febrero de 2015

Se necesitan más que oídos físicos para oir la voz de Dios; también se requiere un corazón receptivo

Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6



 
 
Tipo de Archivo: PDF | Tamaño: MBytes | Idioma: Spanish | Categoría: Capacitación Ministerial
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¿Hay Alguien que Preste Atención?

Hebreos 1:1–3

Un inglés fue a ver al otólogo para que le revisara el oído. El doctor se le quitó el audífono que el hombre llevaba puesto en el oído. La audición del paciente mejoró inmediatamente, pues había llevado tal dispositivo por más de 20 años en el oído que no lo necesitaba.

Una vez le pregunté a un pastor: —¿Tiene en su iglesia un ministerio para sordos?
Él contestó: —A veces pienso que toda la iglesia lo necesita, pues parece que no me escuchan.

Hay diferencia entre escuchar y oir de verdad. Jesús a menudo decía: “El que tiene oídos para oir, oiga”. Esto quiere decir que se necesitan más que oídos físicos para oir la voz de Dios; también se requiere un corazón receptivo: “Si oyereis hoy su voz, no endurezcáis vuestros corazones” (Hebreos 3:7, 8).

Muchas personas no han querido estudiar la Epístola a los Hebreos y, por consecuencia, han perdido ayuda espiritual práctica. Algunos han evitado este libro porque sienten miedo al leer una serie de advertencias que se encuentra en él. Otros lo han rehuido porque piensan que es demasiado difícil para la mayoría de los estudiantes de la Biblia. Por supuesto, en Hebreos hay algunas verdades profundas, y ningún predicador o maestro debe atreverse a decir que las conoce todas. Pero el mensaje del libro es claro y no hay razón para no entenderlo y recibir provecho de él.

Tomar en cuenta las cinco características de la Epístola a los Hebreos, tal vez sea la mejor manera de comenzar nuestro estudio.

Es un libro de evaluación
La palabra “mejor” (“mejores” o “superior”) se usa 13 veces en este libro, y por medio de ella el escritor demuestra que Jesucristo y la salvación son superiores al sistema religioso de los hebreos. Cristo es “superior a los ángeles” (Hebreos 1:4). El introdujo “una mejor esperanza” (7:19), porque “es mediador de un mejor pacto, establecido sobre mejores promesas” (8:6). (Nota también el uso de la palabra “mayor” 7:7.)

Otra palabra que se repite en la epístola es “perfecto”, usada en el griego 14 veces. Significa una posición perfecta ante Dios, la cual nunca podría obtenerse por medio del sacerdocio levítico (7:11), ni por la ley (7:19), ni por la sangre de los sacrificios de animales (10:1). Jesucristo se ofreció a sí mismo como único sacrificio por el pecado, haciendo “perfectos para siempre a los santificados” (Hebreos 10:14).

Así que, el escritor contrasta el sistema de la ley del Antiguo Testamento con el ministerio de la gracia del Nuevo Testamento. Aclara que el sistema religioso de los judíos era temporal y que no podía ofrecer las cosas mejores y eternas que se encuentran en Jesucristo.

“Eterna” es la tercera palabra importante en el mensaje de Hebreos. Cristo es el “autor de eterna salvación” (5:9). “Habiendo obtenido eterna redención” (9:12) a través de su muerte, comparte con los creyentes “la promesa de la herencia eterna” (9:15). Su trono y su sacerdocio son para siempre (1:8; 5:6; 6:20; 7:17, 21). “Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos” (13:8).

Al considerar el uso de estas tres importantes palabras, se puede ver que Jesucristo y la vida cristiana que nos da son mejores porque estas bendiciones son eternas y nos dan una posición perfecta ante Dios. El sistema religioso bajo la ley de Moisés era imperfecto, ya que no podía proveer la redención eterna de una sola vez y para siempre.

Pero, ¿por qué el escritor les pide a sus lectores que evalúen su fe y lo que Cristo les ofrece? Porque estaban pasando por tiempos difíciles y estaban tentados a volver a la religión de los judíos. El templo todavía existía cuando esta carta fue escrita, y los sacerdotes aún efectuaban diariamente todas las ceremonias. ¡Cuán fácil les hubiera sido a estos creyentes judíos escapar de la persecución regresando al sistema antiguo que habían conocido antes!

Estos hermanos eran la segunda generación de creyentes, puesto que habían sido ganados para Cristo por los que conocieron al Señor durante su ministerio terrenal (2:3). Eran verdaderos creyentes (3:1), y no meros profesantes. Habían sido perseguidos por causa de su fe (10:32–34; 12:4; 13:13–14), y a pesar de ello, habían ayudado a otros que sufrían (6:10). Pero los que enseñaban doctrina falsa los estaban seduciendo (13:9), y corrían el peligro de olvidar la Palabra verdadera que sus primeros líderes, ahora muertos, les habían enseñado (13:7).

Lo lamentable acerca de estos creyentes es que se habían estancado espiritualmente y estaban a punto de retroceder (5:12). Algunos aun habían descuidado los servicios regulares de adoración (10:25), y no estaban progresando espiritualmente (6:1). En la vida cristiana, si no se avanza, se retrocede; pues no se puede mantener una posición estática.

El escritor de Hebreos les pregunta: “¿Cómo pueden volver a su religión anterior? Tan sólo deténganse a evaluar lo que tienen en Cristo Jesús, el cual es mejor que cualquier cosa que tuvieron bajo la ley”.
El libro de Hebreos exalta la persona y la obra de Jesucristo, el Hijo de Dios. Cuando el creyente comprenda lo que tiene en él, y por medio de él, no deseará a nadie más ni nada más.

Es un libro de exhortación

El escritor dice que esta carta es “la palabra de exhortación” (13:22). La palabra griega traducida “exhortación” significa ánimo. Se traduce como “consolación” en Romanos 15:4 y varias veces en 2 Corintios (1:5–7; 7:7). Está relacionada con la palabra griega “Consolador”, en Juan 14:16, donde se refiere al Espíritu Santo. Esta epístola no fue escrita para atemorizar a la gente, sino para animarla. Se nos manda “animarnos día tras día unos a otros” (Hebreos 3:13, NVI), y se nos dice que debemos ser “grandemente animados” en Jesucristo (6:18, LBLA).

Aquí tenemos que contestar la pregunta: ¿Y qué acerca de las cinco advertencias terribles que se encuentran en Hebreos? (Ve las cinco exhortaciones en la página 14 de este capítulo.)

En primer lugar, estos pasajes no son realmente advertencias. En el Nuevo Testamento tres palabras griegas se traducen como advertencia. La única de las tres que se encuentra en la Epístola a los Hebreos se traduce “advirtió” en 8:5 en relación con Moisés, y “amonestaba” en 12:25. En 11:7 se traduce “advertido” en cuanto a Noé “siendo advertido por Dios”. Pienso que la mejor descripción de las llamadas cinco advertencias es la que se da en Hebreos 13:22—“exhortación” (o “ánimo”, según otras versiones). Esto no disminuye la seriedad de esas cinco secciones del libro, sino que nos ayuda a entender su propósito: Animarnos a confiar en Dios y obedecer su Palabra.

La epístola comienza con una declaración importante: “Dios… nos ha hablado por el Hijo” (Hebreos 1:1, 2), y casi al final del libro dice: “Mirad que no rechacéis al que habla” (12:25, LBLA). En otras palabras, el tema de Hebreos parece ser: Dios ha hablado; tenemos su Palabra; ¿qué vamos a hacer con ella?

Con esta verdad en mente, podemos entender mejor el significado de estos cinco pasajes problemáticos en Hebreos. Cada uno nos anima a poner atención a la Palabra de Dios (“Dios… ha hablado”) señalando las tristes consecuencias si no las obedecemos. A continuación quiero presentar una lista de estos pasajes con una explicación de su secuencia en el libro de Hebreos. Se puede ver que todos son lógicos y presentan un solo mensaje: Ponga atención a la Palabra de Dios.

    Deslizarse de la Palabra — 2:1–4 (Descuido)
    Dudar de la Palabra — 3:7–4:13 (Dureza de Corazón)
    Desoir la Palabra — 5:11–6:20 (Pesadez)
    Despreciar la Palabra — 10:26–39 (Obstinación)
    Desafiar la Palabra — 12:14–29 (Rehusar oir)

Si no escuchamos la Palabra de Dios para oirla en verdad, comenzaremos a deslizarnos. El descuido siempre resulta en deslizamiento, tanto en lo material y físico como en lo espiritual. Al deslizarnos de la Palabra, comenzamos a dudar de ella; porque la fe viene por oir la Palabra de Dios (Romanos 10:17). Nuestro corazón empieza a endurecerse, y esto lleva a la pesadez para oir, la cual nos hace desoir la Palabra. Llegamos a ser “tardos para oir”—oyentes perezosos—y esto resulta en una actitud de desprecio de la Palabra, de modo que obstinadamente desobedecemos a Dios, y esto gradualmente nos lleva a desafiar a Dios y a su Palabra.

Ahora, ¿qué hace Dios mientras sucede este retroceso espiritual? Nos sigue hablando, animándonos a regresar a la Palabra. Si seguimos sin hacerle caso, comienza a castigarnos, y tal proceso de disciplina es el tema del capítulo 12—el capítulo culminante de la epístola. “El Señor juzgará a su pueblo” (10:30). Dios no permite que sus hijos sean niños mimados, dejándolos que obstinadamente desechen su Palabra. El siempre disciplina con amor.

Estas cinco exhortaciones fueron dirigidas a personas que en verdad habían nacido de nuevo, con el propósito de que prestaran atención a la Palabra de Dios. Aunque el lenguaje es fuerte en algunos de estos pasajes, en mi opinión ninguno amenaza al lector sugiriendo que pueda perder su salvación. Sin embargo, si persiste en desechar la Palabra de Dios, puede perder su vida (“¿Por qué no obedeceremos mucho mejor al Padre de los espíritus, y viviremos?”—12:9). Se infiere que si no nos sometemos, podemos morir físicamente. “Hay pecado de muerte” (1 Juan 5:16). Pero la enseñanza clara de la Epístola a los Hebreos es la certeza de la vida eterna en un Sumo Sacerdote viviente que nunca puede morir (Hebreos 7:22–28).

Algunos tratan de resolver el problema que surge en cuanto a eso de perder la salvación o de la apostasía diciendo que los lectores no eran verdaderamente nacidos de nuevo, sino que sólo profesaban la fe cristiana. Sin embargo, la manera en que el escritor se dirige a ellos elimina esta idea, porque los llama “hermanos santos, participantes del llamamiento celestial” (3:1), y les dice que tienen un Sumo Sacerdote en el cielo (4:14), lo cual no se les hubiera dicho si estuvieran perdidos. Habían sido “hechos partícipes del Espíritu Santo” (6:4). Además, las amonestaciones de Hebreos 10:19–25 carecerían de significado si hubieran sido dirigidas a personas no salvas.

La Epístola a los Hebreos es un libro de evaluación, y demuestra que Jesucristo es mejor que cualquier cosa que la ley de Moisés puede ofrecer. También es de exhortación, e insta a sus lectores a oir y prestar atención a la Palabra de Dios, para que no retrocedan espiritualmente y tengan que experimentar el castigo de Dios.

Es un libro de examen

Al estudiar este libro tal vez tú te preguntes, ¿en qué estoy realmente confiando? ¿Estoy confiando en la Palabra de Dios? ¿o en las cosas inestables de este mundo que están a punto de caer?

Esta carta fue escrita a creyentes que vivieron en un tiempo estratégico de la historia. Todavía estaba en pie el templo y aún se ofrecían los sacrificios, pero dentro de poco tanto la ciudad como el templo serían destruidos. La nación judía, incluyendo a los creyentes, sería esparcida. Las épocas estaban en pugna, y Dios estaba sacudiendo el sistema establecido (12:25–29). El quería que los suyos estuvieran afirmados sobre el fundamento sólido de la fe, y no que confiaran en cosas que perecerían.

Creo que la iglesia está pasando por circunstancias semejantes. Todo está derrumbándose y cambiando alrededor de nosotros. La gente se está dando cuenta de que ha estado confiando en andamios y no en un fundamento sólido. Aun los creyentes han sido atraídos por el mundo a tal grado que su confianza ya no está en el Señor, sino en el dinero, en los edificios, en los programas sociales y en otras cosas materiales pasajeras. Al continuar Dios sacudiendo a la sociedad, el andamio caerá, y los creyentes descubrirán que su confianza debe estar en la Palabra de Dios.

Dios quiere que nuestros corazones sean afirmados “con la gracia” (13:9). Esa palabra afirmar se usa en una forma u otra ocho veces en Hebreos y significa estar sólidamente fundado, estar firme. Encierra la idea de fortaleza, confiabilidad, confirmación y permanencia. En mi opinión, este es el tema clave de Hebreos: El creyente puede estar seguro aunque todo a su alrededor esté derrumbándose. Tenemos un “reino inconmovible” (12:28). La Palabra de Dios es firme (2:2), y también lo es la esperanza que tenemos en Dios (6:19).

Por supuesto, no hay seguridad para aquel que no ha confiado en Jesucristo como su Salvador. Tampoco la hay para los que sólo han hecho una profesión de labios, pero cuyas vidas no dan evidencia de verdadera salvación (Tito 1:16; Mateo 7:21–27). Cristo salva “perpetuamente” (eternamente) sólo a los que han venido a Dios por medio de la fe (Hebreos 7:25).

Me gusta contar en las congregaciones que visito la historia del conductor que subió al tren y empezó a revisar los boletos. Le dijo al primer pasajero: —Señor, usted se equivocó de tren. Al ver el siguiente boleto le dijo al pasajero lo mismo.

—Pero el guardafrenos me dijo que este era el tren que me correspondía— protestó el hombre.
—Voy a revisar otra vez,— dijo el conductor. Lo hizo y descubrió que era él quien se había equivocado de tren.

Me temo que hay muchos que tienen una fe falsa, que no han oído ni creído la Palabra de Dios en verdad. Muchas veces están tan ocupados en decirles a otros lo que deben hacer, que dejan de examinarse a sí mismos. La Epístola a los Hebreos es un libro de examen. Le ayuda a uno a descubrir dónde está realmente su fe.

Es un libro de expectación
Este libro tiene un enfoque hacia el futuro. El escritor nos informa que está escribiendo sobre “el mundo venidero” (2:5), el tiempo cuando los creyentes reinarán con Cristo. Jesucristo es “heredero de todo” (1:2) y compartimos “la promesa de la herencia eterna” (9:15). Como los patriarcas elogiados en Hebreos 11, esperamos la ciudad futura de Dios (11:10–16, 26).

Así como aquellos grandes hombres y mujeres de fe, debemos ser “extranjeros y peregrinos sobre la tierra” (11:13). Esta es una de las razones por las cuales Dios está sacudiendo todo a nuestro alrededor. Quiere que soltemos las cosas de este mundo y que ya no dependamos de ellas. Quiere que centremos nuestra atención en el mundo venidero. Esto no quiere decir que pensemos tanto en las cosas del cielo que ya no seamos útiles a Dios en la tierra. Más bien significa comenzar a vivir para los valores eternos del mundo venidero y no envueltos en las cosas de este mundo.

Abraham y su sobrino Lot ilustran estas dos actitudes opuestas (Génesis 13–14). Abraham era un hombre ricoque podría vivir en una casa muy costosa en el lugar que quisiera, pero era ante todo siervo de Dios, un peregrino y extranjero; y esto significaba vivir en tiendas. Lot escogió abandonar la vida de peregrino y se fue a vivir en la perversa ciudad de Sodoma. ¿Cuál de los dos tuvo verdadera seguridad? Aparentemente Lot estaría más seguro que Abraham quien moraba en tiendas en el valle. Sin embargo, Lot llegó a ser prisionero de guerra y Abraham tuvo que rescatarlo.

En vez de escuchar la advertencia de Dios, Lot regresó a la cuidad; y cuando Dios destruyó a Sodoma y Gomorra, perdió todo (Génesis 19). Lot era salvo (2 Pedro 2:7), pero confió en las cosas de este mundo y no en la Palabra de Dios. Lot perdió lo permanente por depender de lo inmediato y vivir para ello.
El misionero mártir Jim Elliot lo dijo mejor: “No es necio el que da lo que no puede guardar para ganar lo que no puede perder”.

Nosotros, como hijos de Dios, hemos recibido la promesa de una recompensa futura. Así como en los casos de Abraham y Moisés, las decisiones que tomemos en el tiempo presente determinarán las recompensas del mañana. Más aún, nuestras decisiones deben ser motivadas por la esperanza de recibir recompensa. Abraham obedeció a Dios porque “esperaba la ciudad” (11:10). Moisés rehusó los tesoros y los placeres de Egipto porque “tenía puesta la mirada en el galardón” (11:26). Estos grandes hombres y mujeres de la fe (11:31, 35) vivieron ocupándose de lo futuro y por lo tanto vencieron las tentaciones del mundo y de la carne.

En efecto, fue esta misma actitud la que sostuvo a nuestro Señor Jesucristo durante su agonía en la cruz: “…el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio” (12:2). La Epístola a los Hebreos hace hincapié en: ¡No vivas para lo que el mundo te promete hoy, sino para lo que Dios promete darte en el futuro! Sé extranjero y peregrino en la tierra. Anda por fe; no por vista.

Esta epístola no es alimento apropiado para niños espirituales, los cuales todavía no pueden alimentarse solos, y requieren que se les mime (5:11–14). En esta carta se encuentra “alimento sólido”, el cual requiere de algunos molares espirituales para masticarlo y disfrutarlo. El énfasis de Hebreos no es sobre lo que Cristo hizo en la tierra (“la leche”), sino sobre lo que está ahora haciendo en el cielo (“el alimento sólido” de la Palabra). Él es el gran Sumo Sacerdote que nos da poder por su gracia (4:14–16). Es también el gran pastor de las ovejas que nos capacita para hacer su voluntad (13:20, 21). Está obrando en nosotros para llevar a cabo sus propósitos. ¡Qué emocionante es ser parte de tan maravilloso ministerio!

El Dr. A. W. Tozer acostumbraba recordarnos que “todo hombre tiene que escoger su mundo”. Los verdaderos creyentes han gustado de “la buena Palabra de Dios y los poderes del siglo venidero” (6:5); esto debe significar que no tenemos interés ni apetito de este presente sistema mundano y pecaminoso. Abraham escogió correctamente su mundo y llegó a ser el padre de los fieles. Lot escogió erróneamente su mundo y llegó a ser el padre de los enemigos del pueblo de Dios (Génesis 19:30–38). Abraham llegó a ser amigo de Dios (2 Crónicas 20:7), en cambio, Lot llegó a ser amigo del mundo y lo perdió todo. Lot fue salvo, pero “así como por fuego” (1 Corintios 3:15), y perdió su recompensa.

Es un libro de exaltación

La Epístola a los Hebreos exalta la persona y la obra de nuestro Señor Jesucristo. Los primeros tres versículos presentan este sublime y santo tema, el cual se mantiene a través de todo el libro. Su propósito inmediato es probar que Jesucristo es superior a los profetas, hombres que eran tenidos en alta estima por el pueblo judío.

En su persona Cristo es superior a los profetas. Para comenzar, es el Hijo mismo de Dios y no simplemente un hombre llamado por Dios. El autor aclara que Jesucristo es Dios (1:3), ya que esa descripción jamás podría aplicarse a un hombre mortal. “El resplandor de su gloria” se refiere a la gloria, shekinah de Dios que moraba en el tabernáculo y en el templo. (Ve Éxodo 40:34–38 y 1 Reyes 8:10. La palabra shekinah proviene del hebreo y significa morar.) Cristo es para el Padre lo que los rayos del sol son para el sol: Él es el resplandor de la gloria de Dios. Así como es imposible separar del sol sus rayos, también es imposible separar la gloria de Cristo de la naturaleza de Dios.

“La imagen misma” (1:3) encierra la idea de la impresión exacta. La palabra carácter viene de la palabra griega traducida “imagen”. Literalmente, Cristo es la representación exacta de la sustancia misma de Dios (ve Colosenses 2:9). Sólo Jesús pudo decir con propiedad: “El que me ha visto a mí, ha visto al Padre” (Juan 14:9). Al ver a Cristo, uno ve la gloria de Dios (Juan 1:14).

En su obra, Cristo también es superior a los profetas. En primer lugar, él es el creador del universo; porque por medio de él, Dios “hizo el universo” (1:2). Cristo no sólo creó todas las cosas por su palabra (Juan 1:1–5), sino que también sostiene todas las cosas por medio de esa misma palabra poderosa (1:3). “Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten” (Colosenses 1:17).

La palabra “sustenta” (1:3) no quiere decir sostener, como si el universo como una agobiadora carga estuviera sobre la espalda de Jesús. Significa apoyar y llevar de un lugar a otro. El es el Dios de creación y el Dios de providencia quien lleva este universo al destino, divinamente determinado de antemano.

Él es también el profeta superior que declara la Palabra de Dios. El contraste entre Cristo, el Profeta, y los otros profetas, se ve con claridad:

Cristo
Los profetas

  Dios el Hijo
  Hombres llamados por Dios
  Un solo Hijo
  Muchos profetas
  Un mensaje final y completo
  Un mensaje fragmentario e incompleto

Por supuesto, que tanto el Antiguo Testamento como la revelación del evangelio vinieron de Dios; pero Jesucristo es la última palabra en cuanto a revelación se refiere. Cristo es la fuente, el centro y el fin de todo lo que Dios tiene que decir.

Pero Jesucristo tiene un ministerio de sacerdote, y esto revela su grandeza. Por sí mismo efectuó “la purificación de nuestros pecados” (1:3). Este aspecto de su ministerio será explicado en detalle en los capítulos 7 al 10.

Finalmente, Jesucristo será rey (1:3). Ahora se ha sentado, porque su obra ha terminado; y se ha sentado “a la diestra de la Majestad en las alturas”, el lugar de honor. Esto prueba que él es igual a Dios el Padre, porque ningún ser creado podría sentarse a la diestra de Dios.

Creador, profeta, sacerdote y rey—Jesucristo es superior a todos los profetas y siervos de Dios que han aparecido en las sagradas Escrituras. Con razón, el Padre dijo en la transfiguración de Cristo, “Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia; a él oíd” (Mateo 17:5). Allí estaban con Jesús dos de los profetas más grandes—Moisés y Elías; pero Cristo es superior a ellos.

Al estudiar Hebreos juntos, debemos recordar que nuestro propósito no es el de perdernos en detalles doctrinales interesantes, ni atacar o defender alguna doctrina predilecta, sino oir a Dios hablar por medio de Jesucristo, y prestar atención a esa palabra. Debemos hacer eco a la oración de los griegos; “Señor, quisiéramos ver a Jesús” (Juan 12:21). Si nuestro propósito es conocer mejor a Jesús y exaltarlo más, entonces cualquier diferencia que tengamos en relación con nuestro entendimiento del libro podrá olvidarse ante nuestra adoración de su persona.

Para ayudarnos a captar un cuadro completo de este emocionante libro, se da el siguiente bosquejo:

          I.      UNA PERSONA SUPERIOR—CRISTO (capítulos 1–6)
      A.      Superior a los profetas (1:1–3)
      B.      Superior a los ángeles (1:4–2:18)
      Exhortación: No deslizarse de la Palabra (2:1–4)
      C.      Superior a Moisés (3:1–4:13)
      Exhortación: No dudar de la Palabra (3:7–4:13)
      D.      Superior a Aarón (4:14–6:20)
      Exhortación: No desoir la Palabra (5:11–6:20)

          II.      UN SACERDOCIO SUPERIOR— MELQUISEDEC (capítulos 7–10)
      A.      Un orden superior (7)
      B.      Un pacto superior (8)
      C.      Un santuario superior (9)
      D.      Un sacrificio superior (10)
      Exhortación: No despreciar la Palabra (10:26–39)

          III.      UN PRINCIPIO SUPERIOR—LA FE (capítulos 11–13)
      A.      Los grandes ejemplos de fe (11)
      B.      La perseverancia de la fe—castigo (12)
      Exhortación: No desafiar la Palabra (12:14–29)
      C.      Exhortaciones prácticas de conclusión (13)

“Por tanto … avancemos a la madurez” (6:1, LBLA)
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lunes, 2 de febrero de 2015

Los libros que constituyen el Nuevo Testamento deben ocupar el lugar central de nuestra investigaciones

Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6



 
 
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 Esta obra nos ayuda a entender el trasfondo y mensaje del Nuevo Testamento. Empieza situandonos en la historia que precede al tiempo de Jesucristo. Despues pasa a tratar los imporantes temas del idioma, texto y cano del Nuevo Testamento. Luego el autor trata con detenimiento cada uno de los libros del Nuevo Tesamento, discutiendo asuntos como el proposito, trasfondo, fecha, autoria, mensaje y caracteristicas principales. El Nuevo Testamento es un mundo fascinante y maravilloso, y todo el que quiera adentrarse en el para empaparse de su mensaje tiene aqui un guia diestro que lo conducira hasta un entendimiento cabal de todo su con tenido.

AL DEFINIR LOS LIMITES APROPIADOS DENTRO DE LOS QUE EL ESTUDIANTE DEL Nuevo Testamento debe moverse en sus investigaciones, está demás decir que los libros que constituyen el Nuevo Testamento deben ocupar el lugar central. Pero ninguna evaluación de estos documentos que ignore su medio circundante puede ser considerada adecuada. En consecuencia, uno debe retrotraerse hasta el período intertestamentario, al menos hasta la época macabea, o mejor aun hasta la restauración del cautiverio babilónico, para entender la situación presupuesta por los Evangelios y por el libro de Hechos. El Antiguo Testamento termina con Israel bajo el gobierno persa; el Nuevo Testamento comienza con la nación bajo el dominio de Roma. Leemos de sacerdotes principales, sinagogas, doctores de la ley, fariseos, saduceos, herodianos, del concilio o sanedrín, y de una amplia dispersión de los judíos. Todo esto requiere explicación para quien sólo está familiarizado con la historia del Antiguo Testamento.

 Del mismo modo, uno no puede ignorar el período patrístico de la iglesia antigua, puesto que sus líderes hicieron referencia al texto del Nuevo Testamento, frecuentemente con citas. Sus alusiones a varios libros del Nuevo Testamento son útiles en el estudio del canon, llevándonos hasta Harrison, E. F. (1980)

las cercanías del año 400 después de Cristo. Si el Nuevo Testamento no es examinado en forma aislada, es necesario incluir en su consideración un período de varios siglos anteriores y posteriores a su composición.
Es conveniente considerar el material antecedente desde la perspectiva histórica, institucional y literaria del pueblo judío. Estos tres están estrechamente vinculados, en especial los primeros dos, pero es ventajoso estudiarlos por separado.
LA HISTORIA
I. El período persa. Durante la cautividad babilónica Judá experimentó un cambio de señores, debido a la conquista medo persa de Babilonia. La restauración a Palestina fue hecha posible por la cooperación de Ciro y fue inspirada por el liderazgo de tres hombres: Zorobabel en la reconstrucción del templo, Esdras en el establecimiento de la ley de Moisés como constitución de la renovada comunidad, y Nehemías en la reconstrucción de los muros de Jerusalén y en el reavivamiento de la vida económica y espiritual del pueblo.1 Sólo una porción relativamente pequeña de la nación regresó a la tierra de sus padres, si bien éstos pueden ser considerados el elemento más piadoso. Se habían percatado de la insensatez de la idolatría y estaban decididos a no sucumbir en lo futuro ante este pecado, no sea que deban sufrir como lo habían hecho sus padres.
Sin embargo, la edificación de una comunidad con fuertes baluartes religiosos no resultó fácil. A pesar del pacto de servir al Señor y obedecer la ley de Moisés (Esd. 10), el pueblo iba cayendo en la negligencia del culto y del pago de los diezmos. La santidad del sábado era descuidada como también lo era la prohibición de los matrimonios mixtos (Neh. 13). En la época de Malaquías los sacerdotes se hicieron merecedores de severas censuras por su corrupción e independencia. Una causa parcial de la declinación fue el resentimiento de la población mixta y no israelita de Palestina en contra del intento de reconstituir la nación de Israel sobre una base purista. Estos hicieron todo lo que pudieron para obstaculizar dicho esfuerzo. La renuencia de los judíos al permitir que los samaritanos participasen en la reconstrucción del templo (Esd. 4:1–2) produjo un profundo antagonismo, que se refleja en el Nuevo Testamento, y que llevó al establecimiento del culto cismático en el monte Gerizim mencionado en Juan 4.
Ya que los persas no estaban dispuestos a tolerar la restauración del reinado davídico después de la experiencia con Zorobabel, el oficial de más alto rango era el sumo sacerdote, quien era responsable, de un modo general, ante el gobernador persa. El resultado final de este ordenamiento fue el de introducir una veta política y secular en un oficio que, históricamente, había sido de carácter sacerdotal.
II. El período alejandrino (332–301 a.C.). Después de la batalla de Isos y de la retirada de Darío hacia el este, Alejandrino se movilizó para asegurarse de la sumisión de Siria, Palestina y Egipto antes de enfrentar nuevamente a su adversario persa en el campo de batalla. Todo el Levante fue profundamente afectado por este hombre y sus logros. Siguiendo los pasos de su padre Felipe de Macedonia como guerrero, y el consejo de su maestro principal, el filósofo Aristóteles, Alejandro superó a ambos en el sentido de que demostró ser un genio militar más grande que su padre y que en algunas de sus ideas fue más allá de la visión de su maestro. Su meta militar inmediata fue vengar la invasión persa bajo Jerjes, pero su propósito a largo alcance era cultural: helenizar el oriente. Filósofos y científicos le acompañaron en sus campañas. Colonizadores de origen griego llegaron inmediatamente después del paso de sus ejércitos. Alejandro hizo un decidido esfuerzo por salvar la brecha entre occidente y oriente, entre griego y bárbaro, esfuerzo que quedó simbolizado en la elevación de los conquistados persas a altos cargos administrativos y en sus matrimonios con mujeres orientales.
La llegada de Alejandro a Palestina significó que esta zona estratégica comenzó a ser expuesta al proceso de helenización, lo que contribuyó mucho a neutralizar la nación en años posteriores. Pero su control sobre Palestina no trajo crisis religiosa alguna puesto que no hizo demandas de culto personal tal como le fue acordado en algunos lugares.
La muerte reclamó al conquistador en el año 323 a.C., cuando contaba poco más de treinta años, desgastado ya por la agitada vida que había llevado. Este hecho inició una larga lucha entre sus generales por el control del imperio. Cuatro de ellos se unieron para aplastar a la oposición en la batalla de Ipso (301 a.C.) aunque Tolomeo no estuvo en realidad presente junto a sus tres aliados. De éstos, sólo Seleucus, que controlaba Siria y un amplio territoria hacia el este, y Tolomeo, que gobernaba Egipto, afectaron los destinos de los judíos. Tolomeo, que había dominado a Palestina en forma intermitente, pasó ahora a controlarla durante un siglo. Pero Siria no estaba dispuesta a dejar que este dominio quedase indefinidamete sin desafío. De allí que Palestina se transformase en el campo de batalla entre estos dos reinos.
III. El período egipcio (301–198 a.C.) Debe tenerse claramente presente que los soberanos de Egipto durante esta época eran griegos. Astutamente, Tolomeo eligió para si mismo un rincón del imperio donde el alimento era abundante y donde la invasión era poco probable. Su ciudad principal, Alejandría, había sido planificada por Alejandro y su arquitecto, y creció con rapidez hasta transformarse en uno de los principales centros helenísticos, reconocido por su comercio y su cultura. El primer Tolomeo (Sotero) fundó la gran biblioteca de dicha ciudad, que perduró durante casi mil años.2 Esta fue sin duda ampliada por Tolomeo Filadelfo (285–247 a.C.).
Hasta este momento había existido poco contacto entre judío y griego, en parte porque los judíos no eran pueblo marinero, y también debido a su indiferencia hacia sus incircuncisos vecinos. Pero ahora judíos en grandes cantidades se mudaron a Egipto, donde adquirieron conocimiento del idioma griego y cierto aprecio por la literatura griega. Josefo afirma que los judíos recibieron derechos cívicos iguales a los de los macedonios.3 Fue durante el reinado de Filadelfo que la Ley judía (El Pentateuco) fue traducida al griego. Los otros libros del Antiguo Testamento fueron traducidos posteriormente.

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domingo, 12 de diciembre de 2010

Introduccion Al Nuevo Testamento: EVERETT F. HARRISON

Introduccion Al Nuevo Testamento: EVERETT F. HARRISON 
 
 Tipo de Archivo: PDF | Tamaño: 5MB | Idioma:Spanish | Categoría: Estudio NT
 Información 
CONTENIDO 
Prefacio. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  v 
Lista de abreviaturas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  xiv 
PRIMERA PARTE 
ANTECEDENTES 
1  ANTECEDENTES. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3 
La historia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  4 
Las instituciones ..........................................  17 
La literatura..............................................  30 
SEGUNDA PARTE 
EL IDIOMA DEL NUEVO TESTAMENTO 
2 EL IDIOMA DEL NUEVO TESTAMENTO . . . . . . . . . . . . . . . . . .45 
El surgimiento de la Koiné. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  48 
Fuentes de la Koiné. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  50 
Algunas características de la Koiné. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  53 
Los escritores del Nuevo Testamento . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  53 
La influencia de la septuaginta ..............................  54 
Citas del Antiguo Testamento en el Nuevo ....................  55 
Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .56 
TERCERA PARTE 
CRITICA TEXTUAL DEL NUEVO TESTAMENTO 
3  CRITICA TEXTUAL DEL NUEVO TESTAMENTO . . . . . . . . . .  61 
Los materiales ............................................  61 
Historia del estudio del texto del Nuevo Testamento . . . . . . . . . . . .  68 
La práctica de la crítica textual . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  81 
CUARTA PARTE 
EL CANON 
4 EL CANON..............................................  93 
Historia del canon. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  94 
Principios rectores de la canonicidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  105 
Apócrifos del Nuevo Testamento . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  115 
Agrapha. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  124 
QUINTA PARTE 
LA LITERATURA DEL NUEVO TESTAMENTO 
5  LOS EVANGELIOS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  131 
La palabra "evangelio" ...................................  132 
Proliferación de Evangelios. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  132 
Valor de la información registrada en los Evangelios . . . . . . . . . . .  133 
Esquema de los Evangelios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  135 
Orden de los Evangelios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  136 
El problema sinóptico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  136 
Crítica de formas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  147 
Crítica de redacción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  154 
Orígenes árameos ........................................  156 
6 EL EVANGELIO SEGÚN MATEO ........................  161 
Forma original . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  161 
Contenido . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  163 
Características.............. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  164 
Propósito. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  167 
Trasfondo ..............................................  167 
Fecha . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  168 
Escritor . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  170 
Estudios recientes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  171 
7 EL EVANGELIO SEGÚN MARCOS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  175 
Reconocimiento por la iglesia primitiva......................  175 
Escritor ...................................... . . . . . . . . . .  178 
Propósito. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  179 
Fecha . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  180 
Contenido . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  180 
Características............................. . . . . . . . . . . . . . .  181 
Estudios recientes. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  183 
8 EL EVANGELIO SEGÚN LUCAS .........................  189 
Escritor ................................................  190 
El prólogo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ..  195 
Lectores ................................................  196 
Fecha y lugar de redacción. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  197 
Precisión de la información. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  198 
Contenido . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  199 
Características. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  199 
Estudios recientes ........................................  202 
9 EL EVANGELIO SEGÚN JUAN . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .207 
Contenido . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  207 
Características. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  208 
Fecha . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  211 
Lugar de redacción .......................................  213 
Escritor . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  214 
Propósito y lectores ......................................  221 
Conceptos principales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  222 
Estudios especiales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  223 
10 El LIBRO DE HECHOS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  231 
Contenido . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  231 
Escritor . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  232 
Propósito. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  234 
Fecha . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .235 
Características. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  236 
Fuentes. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  238 
Valor histórico del libro ...................................  238 
Estudios recientes ........................................  240 
11   INTRODUCCIÓN A LAS EPÍSTOLAS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .249 
Formato de las cartas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  251 
¿Epístola o carta? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  252 
Las cartas neotestamentarias y la didaché cristiana ............  254 
Clasificación de las epístolas ..... ..........................  254 
12 LAS EPÍSTOLAS A LOS TESALONICENSES . . . . . . . . . . . . . .  257 
Establecimiento de la iglesia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  257 
Primera Tesalonicenses . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  259
 Trasfondo. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  259 
Autenticidad. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  260 
Bosquejo del contenido . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  261 
Fecha................................................  261 
Segunda Tesalonicenses. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  262 
Autenticidad. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  262 
Trasfondo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  263 
Bosquejo del contenido . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  263 
Relación con la primera epístola . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  264 
F e c h a . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 265 
13  LA EPÍSTOLA A LOS GALATAS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  267 
Autenticidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  267 
Trasfondo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  268 
Destino. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  269 
Fecha y lugar de redacción. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  270 
Bosquejo del contenido . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  275 
Características...........................................  276 
14 LA CORRESPONDENCIA CORINTIA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  279 
La ciudad de Corinto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  279 
Fundación de la iglesia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  280 
Relaciones de Pablo con la iglesia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  280 
Primera Corintios......... . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  284 
Autenticidad. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  284 
Bosquejo del contenido . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  284 
Las divisiones en la iglesia. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  285 
Características . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  287 
Fecha y lugar de redacción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  287 
Segunda Corintios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  288 
Autenticidad. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  288 
Lectores. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .288 
Bosquejo del contenido .................................  288 
Características . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  290 
Fecha y lugar de redacción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  290 
Estudios recientes......................................  290 
15  LA EPÍSTOLA A LOS ROMANOS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .297 
La ciudad de Roma. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  297 
Fundación de la iglesia ....................................  298 
Composición de la iglesia. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  300 
Autenticidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  301 
Fecha y lugar de redacción. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  302 
Propósito...............................................  302 
Características. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  303 
Bosquejo del contenido . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  304 
Integridad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  305 
Pensamiento teológico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  308 
16 LAS EPÍSTOLAS DE LA CAUTIVIDAD DE PABLO ........  313 
Época y lugar........................................... .314 
Fecha de las epístolas de la cautividad de Pablo . . . . . . . . . . . . . . .  320 
Colosenses . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  321 
Cuidad e iglesia .......................................  321 
Trasfondo ....... . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  321 
Bosquejo del contenido . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  322 
Naturaleza de la falsa enseñanza . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  322 
Relación con Efesios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  324 
Autenticidad. . . . . . . . . . . . . . . . . .........................  325 
Filemón ................................................  326 
Trasfondo ............................................  326 
Valor ................................................  327 
Estudios recientes. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  327 
Efesios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  329 
Lectores. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  329 
Autenticidad..........................................  330 
La teoría de Goodspeed.................................  335 
Bosquejo del contenido . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  337 
Características . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  337 
Filipenses. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  338 
Trasfondo ............................................  338 
Autenticidad... . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  338 
Ocasión y propósito . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  339 
Características . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  340 
Estudios recientes. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  341 
17  LAS EPÍSTOLAS PASTORALES . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  345 
Bosquejo del contenido ...................................  346 
Trasfondo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  347 
Naturaleza de la falsa enseñanza. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  347 
Autenticidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  349 
Fecha y lugar de redacción. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  361 
Estudios recientes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  361 
18  LA EPÍSTOLA A LOS HEBREOS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .365 
Reconocimiento por la iglesia primitiva .... ..................  365 
Forma. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  366 
Bosquejo del contenido ...................................  367 
Características...........................................  367 
Lectores ........................... .....................  368 
Escritor ................................................  372 
Fecha ..................................................  377 
19 LA EPÍSTOLA DE SANTIAGO ...........................  381 
Reconocimiento por la iglesia primitiva . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  382 
Bosquejo del contenido . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  382 
Características. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  382 
Lectores ................................................  383 
Escritor . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  385 
Diferentes puntos de vista respecto a la paternidad literaria .....  388 
Fecha . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  389 
Lugar de redacción .......................................  391 
Valor ......................................... . . . . . . . . .392 
20 LA PRIMERA EPÍSTOLA DE PEDRO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  393 
Reconocimiento por la iglesia primitiva . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  393 
Bosquejo del contenido . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  394 
Pensamiento teológico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ..  396 
Forma y unidad. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  397 
Lectores ................................................  399 
Escritor . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  401 
Fecha y lugar de redacción. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  405 
21  LA SEGUNDA EPÍSTOLA DE PEDRO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .409 
Reconocimiento por la iglesia primitiva ......................  409 
Bosquejo del contenido . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  413 
Escritor . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  414 
Fecha . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .423 
Lectores ................................................  424 
Estudios recientes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  424 
22 LA EPÍSTOLA DE JUDAS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .427 
Reconocimiento por la iglesia primitiva ......................  427 
Bosquejo del contenido . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  429 
Características. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  430 
Escritor . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  430 
Fecha . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .431 
Lectores ................................................  433 
Valor . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .434 
23  LAS EPÍSTOLAS DE JUAN . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .435 
Primera de Juan . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  435 
Reconocimiento por la iglesia primitiva . . . . . . . . . . . . . . . . . . .435 
Trasfondo y propósito. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  436 
Forma y bosquejo del contenido . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  438 
Características . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  438 
Relación con el Evangelio según Juan . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  439 
Escritor . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  442 
Unidad ..............................................  443 
Lectores. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  443 
Fecha. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  444 
Segunda y Tercera de Juan . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  445 
Reconocimiento por la iglesia primitiva . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  445 
Bosquejo del contenido . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  446 
Trasf ondo y propósito. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  447 
Escritor . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  447 
Lectores. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  449 
Fecha................................................  449 
24 EL APOCALIPSIS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .451 
Reconocimiento por la iglesia primitiva . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  451 
Forma y bosquejo del contenido . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  455 
Características...........................................  456 
Interpretación .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  459 
Pensamiento teológico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  461 
Escritor . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  463 
Unidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  468 
Trasfondo y fecha. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  468 
Lectores ................................................  471 
Propósito. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .471 
Valor . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  471 
Bibliografía selecta sobre introducción al Nuevo Testamento . . . . . . .473 
índices. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  503 
AL DEFINIR LOS LIMITES APROPIADOS DENTRO DE LOS QUE EL ESTUDIANTE DEL 
Nuevo Testamento debe moverse en sus investigaciones, está demás decir que los libros que constituyen el Nuevo Testamento deben ocupar el lugar central. Pero ninguna evaluación de estos documentos que ignore su medio circundante puede ser considerada adecuada. En consecuencia, uno debe retrotraerse hasta el período intertestamentario, al menos hasta  la época macabea, o mejor aun hasta la restauración del cautiverio babilónico, para entender la situación presupuesta por los Evangelios y por el libro de Hechos. El Antiguo Testamento termina con Israel bajo el gobierno persa; el Nuevo Testamento comienza con la nación bajo el dominio de Roma. 
Leemos de sacerdotes principales, sinagogas, doctores de la ley, fariseos, saduceos, herodianos, del concilio o sanedrín, y de una amplia dispersión de los judíos. Todo esto requiere explicación para  quien sólo está familiarizado con la historia del Antiguo Testamento. 
Del mismo modo, uno no puede ignorar el período patrístico de la iglesia antigua, puesto que sus líderes hicieron  referencia al texto del Nuevo Testamento, frecuentemente con citas. Sus alusiones a varios libros del 
Nuevo Testamento son útiles en el estudio del canon, llevándonos hasta  las cercanías del año 400 después de Cristo. Si el Nuevo Testamento no es examinado en forma aislada, es necesario incluir en su consideración un período de varios siglos anteriores y posteriores a su composición. 
Es conveniente considerar el material antecedente desde la perspectiva histórica, institucional y literaria del pueblo judío. Estos tres están estrechamente vinculados, en especial los primeros dos, pero es ventajoso estudiarlos por separado. 
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