Mostrando entradas con la etiqueta ayuda pastoral. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta ayuda pastoral. Mostrar todas las entradas

miércoles, 31 de agosto de 2016

Mi embrión vieron tus ojos, Y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas que fueron luego formadas, Sin faltar una de ellas.

RECUERDA Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6




Dios nos conoce desde antes de haber nosotros nacido


                 ¿Cuándo comienza la vida humana?
    La vida humana comienza al momento de la concepción. Las ciencias médicas y biológicas proveen la siguiente información.

CRONOLOGÍA DE LA NUEVA VIDA HUMANA
      •      Primer mes
         —Inmediatamente después de la fertilización de un óvulo, comienza el desarrollo celular. Antes de la implantación del cigoto en el útero, queda establecido el sexo del nuevo ser.         —En el momento de la implantación, la nueva vida está compuesta de cientos de células y desarrolla una hormona protectora para evitar que el cuerpo de la madre rechace al bebé como tejido extraño.         —A los 17 días, la nueva vida ya ha desarrollado células sanguíneas. La placenta es parte de esa nueva vida, y no de la madre.         —A los 18 días, se registran las primeras pulsaciones de un músculo, se trata del corazón.         —A los 19 días, comienzan a desarrollarse los ojos.         —A los 20 días, ya está formada la base del cerebro, de la espina dorsal y de todo el sistema nervioso.         —A los 21 días, el corazón comienza a latir en forma regular.         —A los 28 días, ya se han formado 40 pares de músculos a lo largo del tronco de la nueva vida. También se están formando los brazos y las piernas.
      •      Segundo mes
         —Pasados los 30 días, ya es evidente el flujo regular de la sangre dentro del sistema vascular; también comienza el desarrollo de los sistemas auditivo y olfativo.         —A los 40 días, el corazón del bebé late más rápidamente que el de la madre y tiene casi el 20% de la energía del corazón de un adulto.
      Sexta semana
         —El bebé mide 1.27 cms. de largo.         —A los 42 días, el esqueleto está completo y presenta varios reflejos.         —A los 43 días, se registran ondas eléctricas cerebrales. Esta es evidencia concreta de que ya se ha formado la parte cerebral causante del proceso de “razonamiento”. Se puede considerar que el nuevo ser es una persona pensante.
      Séptima semana
         —El bebé ya mide 2 cms. de largo.         —A los 49 días, el feto parece un muñeco en miniatura con dedos en manos y pies y orejas bien formadas.
      Octava semana
         —A los 56 días, todos sus órganos ya funcionan, el estómago, hígado, riñones y cerebro. Todos los sistemas están completos. El nuevo ser ya cuenta con todas sus partes físicas y sólo necesita crecer. El desarrollo futuro de la nueva vida consiste en ir refinando e incrementando su tamaño hasta alcanzar la madurez, que termina aproximadamente a la edad de 23 años.
         Esta etapa ocurre casi dos meses antes de que la mamá lo note o sienta el movimiento del bebé en su vientre. La madre no siente el movimiento del bebé sino hasta cuatro meses después de la concepción.
      •      Tercer mes
      Novena semana
         —El bebé mide 5 cms. de largo. Aparecen las huellas dactilares.         —A la novena y décima semana, el nuevo ser entreabre los ojos, traga y retrae su lengua. El contorno de su cara y cuerpo van tomando la apariencia de un bebé y sus características físicas se hacen obvias.         —A las 11 y 12 semanas, mueve brazos y piernas y aparecen las uñas de manos y pies. Además de chuparse el dedo pulgar, el nuevo ser inhala y expele el líquido amniótico.
      •      Cuarto mes
         —A las 13 semanas, comienza a crecer el pelo de su cabeza.         —A las 14 semanas, el bebé puede juntar sus manos y se chupa el dedo pulgar.         —A las 16 semanas, se pueden distinguir con claridad los órganos genitales. Las manitas ya pueden asir cosas (véase Oseas 12:3). El nuevo ser nada, patea y da maromas, aunque la madre no sienta todavía esos movimientos.
      •      Quinto mes
         —A las 18 semanas, el bebé ya mide 30 cms. de largo y la madre puede sentir el movimiento de su bebé. Las cuerdas vocales ya están funcionando… El nuevo ser ya puede llorar.
      •      Sexto mes
         —A las 26 semanas, todos los órganos de los sentidos ya funcionan, el bebé puede oír, ver, gustar y tocar.
    Aunque nadie comprende todos los caminos y obras de Dios, él hará lo mejor a favor de usted y de su bebé. Cada vida preciosa que se anida en el vientre de una madre está en el proceso formativo de Dios, el hacedor de todas las cosas.
“Así dice Jehová, tu Redentor, que te formó desde el vientre: Yo Jehová, que lo hago todo”.(Isaías 44:24)

    ¿Se puede considerar que un feto en desarrollo es un ser humano, una persona?
    Sí. El ser humano se define como un miembro de la especie homo sapiens. Cada ser humano individual tiene su propio código genético (ADN) que es singular y que quedó establecido en el momento de la concepción. El ADN del feto humano no solo es diferente al de los animales, aves y peces, sino también es distinto al ADN de su madre.
“No toda carne es la misma carne, sino que una carne es la de los hombres, otra carne la de las bestias, otra la de los peces, y otra la de las aves”.(1 Corintios 15:39)
      •      Evidencia científica
      El eminente genetista y profesor Jerome LeJeune, M.D., Ph.D., de la Facultad de Medicina de la Universidad René Descartes de Paris establece que:
         —“Si un huevo fertilizado no es en sí mismo un ser humano completo, nunca podrá llegar a ser un hombre, porque se le tendría que añadir algo, y sabemos que eso no sucede así”.
      •      Evidencia médica
         —El juramento de Hipócrates es un código de valores éticos que ha regido a la profesión médica desde tiempo inmemorial. Esa profesión, que tiene el poder de matar, así como de curar demanda un reglamento de compromiso moral no negociable. Aun en las culturas paganas había una convicción innata de que era malo practicar el aborto, tal como se evidencia en el “juramento hipocrático” que lo prohíbe. Ese juramento ha estado vigente en la civilización occidental desde cuando menos el año 400 a.C. y en parte dice:
         “El régimen que adopto será para el beneficio de mis pacientes de acuerdo con mi habilidad y juicio, y no para su perjuicio o para algo malo. No daré ninguna droga mortal a ninguno de ellos, aunque me lo pidan, ni tampoco aconsejaré que la tomen. Especialmente no ayudaré a una mujer a practicar el aborto”.
      •      Evidencia bíblica
         —La condición de persona de un bebé nonato queda ampliamente demostrada en la vida de Juan el Bautista quien “saltó de alegría” cuando aún estaba en el vientre de su madre.
         Elizabeth, la madre de Juan, dijo a María: “Porque tan pronto como llegó la voz de tu salutación a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre” (Lucas 1:44).
         —Dios participa activamente desde el momento inicial del desarrollo de una persona, aun antes de que el nonato tenga apariencia de bebé.
         El salmista David dijo a Dios, “Mi embrión vieron tus ojos, y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas que fueron luego formadas” (Salmos 139:16).
         —La Biblia establece explícitamente que Dios no sólo forma al nonato en el vientre, sino que también tiene un plan para su futuro antes de la concepción.
         “Antes que te formase [Dios] en el vientre te conocí, y antes que nacieses te santifiqué” (Jeremías 1:5).

    ¿Cuáles son los dos puntos de vista principales en cuanto al tema del aborto?
      •      La postura pro-vida
      Algunas personas creen que el feto humano es una persona desde el momento de la concepción y que el nonato debe recibir la protección de las leyes relacionadas con su derecho a la vida.      Esta posición está de acuerdo con la Biblia, que valora tanto la vida del nonato como la de la madre.
      “Si algunos riñeren, e hirieren a mujer embarazada, y ésta abortare, pero sin haber muerte, serán penados conforme a lo que les impusiere el marido de la mujer y juzgaren los jueces. Mas si hubiere muerte, entonces pagarás vida por vida, ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie, quemadura por quemadura, herida por herida, golpe por golpe” (Éxodo 21:22–25).
      •      La postura pro-decisión
      Algunas personas creen que el feto solo es una “persona en potencia” (Roe vs. Wade, 1973) y por lo tanto, no se le debe dar protección constitucional. Dicen que la embarazada tiene derecho a tomar la decisión de matar o dejar vivir al nonato. Esta posición acarrea la ira de Dios porque no brinda protección a una vida inocente que no ha nacido.
      “Seis cosas aborrece Jehová, y aun siete abomina su alma: los ojos altivos, la lengua mentirosa, las manos derramadoras de sangre inocente” (Proverbios 6:16–17).
      PREGUNTA: “La Biblia dice que los creyentes debemos someternos a las autoridades del gobierno (1 Pedro 2:13). Por lo tanto, si la constitución de cierto país permite el aborto, ¿cómo puede justificar el creyente participar en una manifestación contra las clínicas de aborto?”      RESPUESTA: En la Alemania nazi, el gobierno consentía el régimen de Hitler. En medio de esa cultura, los cristianos desafiaron a su gobierno e intentaron rescatar a la gente que estaban asesinando. Los creyentes que se involucran en manifestaciones pacíficas no quebrantan la ley, sino que creen que han sido llamados bíblicamente a rescatar a los demás.
      “Libra a los que son llevados a la muerte; Salva a los que están en peligro de muerte. Porque si dijeres: Ciertamente no lo supimos, ¿acaso no lo entenderá el que pesa los corazones? El que mira por tu alma, él lo conocerá, y dará al hombre según sus obras” (Proverbios 24:11–12).
      PREGUNTA: “Algunas personas que han adoptado la postura “pro-vida” han asesinado a otros en sus actividades. ¿Cómo puede alguien pensar siquiera en tener algo que ver con esa ideología tan aberrante?      RESPUESTA: Cualquier persona que comete un homicidio o participa en cualquier acto de violencia quebranta las leyes humanas y de Dios. El que sigue una postura “pro-vida” jamás asesinaría a otro ser humano. Dios rechaza la violencia, aunque ésta se haga en nombre de la postura “pro-vida”.
      “Dejad la violencia y la rapiña. Haced juicio y justicia” (Ezequiel 45:9).
      PREGUNTA: “¿Tienen los cristianos la responsabilidad de ministrar a las mujeres que han abortado o que están considerando hacerlo?”      RESPUESTA: Sí. En general las mujeres que han tenido un aborto o que están pensando hacerlo, sufren emocionalmente. Necesitan de una persona amorosa y compasiva que les ayude en ese tiempo de necesidad.
      “Sobrellevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo” (Gálatas 6:2).


DESCARGAR


martes, 23 de agosto de 2016

Cómo solucionar conflictos en el matrimonio



"La diferencia entre un cristiano y un no cristiano no está en el hecho de que los primeros no tengan  problemas, sino en que los cristianos saben manejar sus problemas y no se dejan manejar por ellos"

MANEJO DE CONFLICTOS

Cualquiera pensaría que "el matrimonio ideal" es aquel en el cual no se presentan ninguna clase de conflictos. Sin embargo, esto es una utopía.

Los conflictos son parte natural de la vida. El conflicto es una realidad ineludible en cualquier relación sostenida, es algo universal; su manejo varía de cultura a cultura; su experiencia es única.

El ser humano fue creado para vivir en relación y eso hace que ineludiblemente tenga diferencias con otros. Todos tenemos sentimientos y actitudes que de vez en cuando chocan con los demás especialmente con aquellas personas con las que convivimos de una manera más cercana.

Por esto es que el conflicto hace parte de la vida cotidiana al interior de cualquier familia. El problema no está en que se tengan conflictos sino en la forma como reaccionamos ante ellos (Ef. 4:26).

Es a través del conflicto que llegamos a conocernos como realmente somos; por eso un conflicto bien manejado llegará a ser saludable para cualquier matrimonio. Aun cuando el conflicto es ineludible, sus consecuencias no tienen que ser destructivas. Tenemos que aprender a manejar los conflictos, enfrentándolos de una manera creativa y constructiva.

Agustín decía:

"La diferencia entre un cristiano y un no cristiano no está en el hecho de que los primeros no tengan  problemas, sino en que los cristianos saben manejar sus problemas y no se dejan manejar por ellos"

A. DEFINICION DE CONFLICTO.

Un conflicto es un choque (real o percibido como tal) de intereses, opiniones o actitudes entre personas o grupos.

El diccionario Webster define el conflicto como:

"Desacuerdo, angustia de ánimo, tensión emocional resultante de impulsos interiores o necesidades incompatibles Confrontar: poner a dos personas en presencia una de la otra ("cara a cara") para comparar sus afirmaciones.

B. ORIGEN DE LOS CONFLICTOS.

Las causas de los conflictos en el matrimonio son múltiples y generalmente más de un factor contribuye para que la pareja se confunda y experimente una alteración en su relación.

Alguien decía que el conflicto es como el polvo, no se sabe de donde viene pero aparece en cualquier momento y en cualquier parte.

Causas que originan conflictos en el matrimonio:


1. Conflictos internos.

Uno de los factores que origina los conflictos en el matrimonio son los problemas internos o "intrapersonales". Aquellos aspectos que hemos almacenado en el corazón determinaran nuestro comportamiento (Mt. 12:35).

"Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?"Jeremías 17:9

Una baja autoestima o un autoconcepto demasiado alto traerá como consecuencia celos, paranoia, inseguridad, orgullo, altivez, etc. (Ro. 12:3).

* La ultrasesibilidad y los complejos harán que se tomen posturas autodefensivas.
* La culpabilidad hace que el pecado destroce la confianza (Col. 2: 13-14).
* La depresión hace perder la objetividad y provoca el aislamiento (Heb. 12:15).


2. Conflictos contextuales o "extrapersonales".


Existen muchos agentes externos que pueden generar conflictos al interior de la pareja. Pueden ser personas que se involucran con comentarios, chismes, etc., afectando la relación (por ejemplo los suegros, la familia extendida, los amigos, vecinos o aún personas ajenas) (Pr.16:28).


También se pueden originar conflictos dentro del matrimonio cuando se trasladan al hogar los incidentes que se han tenido con personas en la calle, el trabajo o cualquier otro sitio.

Dentro de ésta categoría de agentes que pueden originar conflicto también se incluyen todos aquellos cambios, aún siendo cambios agradables, que producen tensión en las personas y en las relaciones. Los especialistas han encontrado que muchos cambios, sucediéndose simultánea o muy seguidamente, a menudo producen irritación, desajustes emocionales y hasta depresión profunda.

La muerte de un ser querido, la perdida o el cambio de trabajo, la jubilación, un embarazo, el cambio de residencia, la reconciliación matrimonial y hasta los cambios de hábitos y comidas pueden producir alteraciones y llevar al conflicto.


3. Conflictos interpersonales.


Son los más comunes en el matrimonio. El hecho de que tanto el hombre como la mujer sean diferentes los hace susceptibles de entrar en conflictos.

Esto no quiere decir que para que no haya conflicto en la pareja y se tengan familias armoniosas los dos tengan que ser copias iguales.

"El hombre y la mujer fueron creados iguales en esencia a la imagen de Dios, pero maravillosamente diferentes"



Entre esposos se pueden encontrar muchas diferencias que los pueden llevar a la confrontación:

  • Costumbres diferentes.
  • Percepciones diferentes.
  • Diferencias al actuar. 
  • Diferentes gustos. 
  • Expectativas diferentes. 
  • Metas divergentes.

David Hormachea dice:

"Si Dios nos hizo diferentes para beneficiarnos mutuamente, no tratemos de ser iguales pues nos destruiremos paulatinamente"

Otra causa de conflicto entre esposos proviene de los trasfondos culturales de la pareja.

Por ejemplo el machismo o el matriarcado son influencias culturales que condicionarán al matrimonio para que copie el mismo modelo, originando así conflictos internos

C. REACCIONES NEGATIVAS ANTE EL CONFLICTO.
Teniendo claro que en todo matrimonio existen conflictos también debemos identificar algunas reacciones negativas que tomamos y que pueden afectar la relación.
Negar el conflicto. Muchos matrimonios no tienen el valor de enfrentar los conflictos y para no herirse más lo niegan. No se tiene en cuenta que un problema sin solucionar, por pequeño que sea (Cnt. 2:15), hará nacer raíces de amargura en el corazón.
Tampoco se debe aplicar el "tratamiento del silencio" como medio para evitar la controversia. A veces se escoge esta opción pues parece menos dolorosa, pero el silencio a la larga nunca da resultados. Puede ser que se necesite un momento de silencio pero finalmente se tendrá que enfrentar la situación.
Bien lo decía en sabio Salomón:"Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora..... tiempo de callar, y tiempo de hablar."Eclesiastés 3:1, 7
Un conflicto sin solucionar sigue una secuencia:



ENOJOà HERIDA àRESENTIMIENTOàAMARGURAàAISLAMIENTO

Trivializar o suavizar el conflicto. Es cuando alguno de los dos cede, asumiendo la culpa, para ser aceptado. Este puede ser un mecanismo de chantaje. También se llega a ceder, a costa de las convicciones o metas personales, pues lo más importante es mantener la relación así ésta sea solo de apariencia.

Retirarse del conflicto. La persona cede y prefiere perder. La meta está en no chocar, aún a costa de las relaciones y de las convicciones. El mensaje que se comunica es "tu no eres importante para mi". En vez de enfrentar el conflicto se rompe la comunicación, refugiándose en otras actividades como el trabajo, la televisión, etc. Es una forma de ocultar el conflicto como cuando de esconde la basura bajo la alfombra, esperando muchas veces ante la desesperación del cónyuge, para que el tiempo los vaya resolviendo (Ef 4:26-27).

Culpar o rebotar el conflicto. Es una forma de querer solucionar un conflicto culpando al otro para disculparnos nosotros. Esto fue lo que hizo Adán en el Edén cuando culpó a Eva para salir del problema (Mt. 7:1-5).

Dominar o vencer en el conflicto. Lo grave de esta reacción es que se pretende imponer las convicciones sobre las del otro, aún en forma agresiva, porque no se valora mucho la relación. Es más importante vencer que la persona misma. Si hay una ganador habrá un perdedor. Cuando se tiene esta actitud se ataca al otro hasta aplastarlo (Gá. 5:15).

Espiritualizar o idealizar el conflicto. Es cuando se argumenta acerca de que los conflictos no deben existir pues son malos y destructivos. Lo que se busca es mantener una "fachada de perfección" hacia los demás mostrando una imagen de mucha espiritualidad y falsa santidad (Gá. 6:1-3).

Usar "armas" en el conflicto. Muchas parejas se acostumbran a usar ciertas "armas" en la solución de sus conflictos, las cuales en lugar de ayudarles lo que hacen es agrandar el problema.
Algunas de esas "armas" son:
  • La explosión de ira.
  • El silencio.
  • Las lágrimas
  • Palabras ofensivas.
  • Actitudes despreciativas.
  • Fingimiento de enfermedades.
  • Llevar la contraria.
  • Negativa a la relación sexual.
  • Amenaza de abandono.
  • Privación de privilegios.

viernes, 29 de julio de 2016

No me propuse saber nada entre vosotros, sino a Jesucristo, y a Éste crucificado. Y llegué a vosotros con debilidad, y con temor y con mucho temblor; y mi palabra y mi predicación no fueron con palabras persuasivas de sabiduría, sino con demostración del poder del Espíritu

Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6




 
Tipo de Archivo: PDF | Tamaño: MBytes | Idioma: Spanish | Categoría: Capacitación Ministerial
Información 



Formación de Sermones Expositivos
1 Corintios 2: 1-5

1    Cuando yo, hermanos, fui a vosotros, no fui proclamándoos el misterio de Dios con               palabras altisonantes, o de sabiduría.
2    Pues no me propuse saber nada entre vosotros, sino a Jesucristo, y a Éste crucificado.
3    Y llegué a vosotros con debilidad, y con temor y con mucho temblor;
4    y mi palabra y mi predicación no fueron con palabras persuasivas de sabiduría, sino con       demostración del poder del Espíritu,
5    para que vuestra fe no esté en sabiduría de hombres, sino en el poder de Dios.

Los corintios tenían en alta estima al orador elocuente; realmente lo idolatraban. No sólo admiraban al que era hábil e ingenioso con la palabra, sino que incluso llegaban a pagarle muy bien para que les instruyera en el arte de la elocuencia y de la retórica. Anhelaban expresar su sabiduría mundana con palabras persuasivas y con una dicción elocuente. De otra forma no valoraban el mensaje.

Como orador, Pablo era casi lo opuesto—tal como su propia descripción claramente lo indica. Su predicación era sencilla, sus sermones sin pretensiones. Pablo no era un orador popular como los tele evangelistas de hoy. Tampoco intentaba impresionar a sus oyentes extrayendo profunda sabiduría del simple evangelio. El estilo de Pablo en el púlpito era más bien mesurado.

Tenía buenas razones para mostrarse ante los corintios sin pretensiones. Pablo explica: “Pues me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a éste crucificado”. Los corintios debían fijar sus ojos en Cristo crucificado, y no en Pablo el gran orador; se debían concentrar en el mensaje sencillo del evangelio, y en ninguna sabiduría mundana que el apóstol les pudiera impartir.

Pablo era capaz de ser elocuente; era un hombre inteligente y bien educado. Lea usted sus epístolas y se convencerá de ello. Era un hombre sabio, y sabía cómo presentar esta sabiduría de manera efectiva. Pero con los corintios no estaba tratando de ganarlos al evangelio valiéndose del amor que tenían ellos por la elocuencia y por las exposiciones sabias. Si él los hubiese complacido en cuanto a su gusto por esas demostraciones, y ellos hubieran aceptado el evangelio, bien pudiera haber sido porque la forma en que el apóstol usaba las palabras captó su atención, no porque el mensaje de la cruz hubiera ganado su corazón.

Los corintios recordarán que Pablo fue a ellos en “debilidad… temor y mucho temblor”. En Atenas, a sólo 60 kilómetros de Corinto, Pablo había tenido muy poco éxito y una experiencia decepcionante, así que tenía razones para pensar que estos griegos de Corinto serían igual de duros para ser ganados por el evangelio. Todo el tiempo que trabajó entre ellos estuvo consciente de la inmoralidad que abundaba en Corinto y del reto que presentaban los que no estaban listos a cambiar sus concupiscencias sólo porque un predicador itinerante los llamaba al arrepentimiento. Así sus palabras también sugieren ansiedad por el éxito del “necio” evangelio entre estas personas que eran tan sabias en las cosas del mundo. Trate usted de predicarles a Cristo crucificado a los estudiantes sofisticados y a los profesores de una universidad mundialmente famosa y entonces entenderá la ansiedad de Pablo.

Y sin embargo Pablo tuvo éxito en Corinto. En el momento en que les escribió esta carta, la congregación de Corinto pudo haber sido la congregación más grande de las que él había fundado en Europa. ¿Cómo fue posible ese éxito entre personas que tenían en tan alto valor las “palabras persuasivas de humana sabiduría”, y que despreciaban el mensaje como necedad si no era presentado con la debida elocuencia? Pablo nos da la respuesta: “Con demostración del Espíritu y de poder”. El Espíritu de Dios lo hizo. El Espíritu abrió los corazones que estaban cerrados y que eran hostiles a la verdad. Ahora aceptaban lo que habían despreciado, y creían en aquello de lo que se habían burlado. Sólo el poder del Espíritu Santo hizo que estos “sabios” griegos vieran la “necedad” de su antigua sabiduría y aceptaran la verdadera sabiduría de la “necedad” de Dios. No fueron las “palabras persuasivas de humana sabiduría” de Pablo las que obraron este milagro.

¿Por qué lo hizo Dios de esta forma? “Para que vuestra fe no esté fundada en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios”. La sabiduría de los hombres no puede hacer creyentes; sólo la sabiduría y el poder de Dios pueden obrarlos. Esta es la respuesta final al orgullo del hombre por su propia sabiduría.

En el púlpito, todo hombre de Dios debe dejar que estos cinco versículos de la carta de Pablo lo guíen en su predicación. Debe predicar la persona y la obra de Cristo; debe predicar con un sentido de temor y temblor. También debe predicar con confianza, sabiendo que el éxito no depende de su habilidad sino del poder de Dios, mientras la verdad de Dios convence el corazón de los que escuchan las palabras del predicador.

En esta ocasión, la división de capítulos que vemos en las versiones no es acertada, porque Pablo todavía no ha terminado su discurso sobre la insensatez de la cruz. En esta última parte de su disertación, les recuerda a sus lectores la primera visita que les hizo, cuando les predicó el evangelio. No fue con un discurso persuasivo, sino con el poder del Espíritu Santo. No les llevó nada que no fuese el mensaje del Cristo crucificado, para que su fe estuviese cimentada en el poder de Dios.

1. Y yo, hermanos, cuando fui a vosotros, no fui proclamándoos el testimonio acerca de Dios con elocuencia incomparable o sobresaliente sabiduría.

Se presume que el verano del año 50 d.C., después de visitar Atenas durante su segundo viaje misionero, Pablo continuó viaje hasta Corinto (Hch. 18:1). Su costumbre era visitar las capitales, para que desde ellas el evangelio se propagase a las zonas rurales de los alrededores. Corinto, capital de Acaya en Grecia central y sur, tenía dos puertos, uno ubicado al sudeste (Cencrea) y otro al norte (Licaonia). Desde estos puertos, los marinos podían llevar las buenas nuevas a otros países y ciudades por todo el Mediterráneo. Corinto estaba ubicado en un lugar que era estratégico para la divulgación del evangelio.

a. «Hermanos, cuando fui a vosotros»
Pablo había tenido su encuentro con los filósofos de Atenas, donde su mensaje recibió una respuesta desfavorable (Hch. 17:16–34). Esto hizo que llegara muy desanimado a Corinto. Inmediatamente después de su arribo, encontró alojamiento en la casa de Aquila y Priscila, judeocristianos que se dedicaban a la confección de carpas y que ayudaron a Pablo (Hch. 18:2, 3). Como Pablo dice que la familia de Estéfanas fueron los primeros conversos de la provincia de Acaya (16:15), suponemos que Aquila y Priscila ya eran cristianos. Pablo y sus anfitriones fueron el núcleo de la iglesia cristiana de Corinto. Pablo predicó a los judíos y griegos de la sinagoga local, donde logró persuadir a Ticio Justo, a Crispo, a Gayo y a Estéfanas para que, con sus familias, creyesen en Cristo Jesús. La iglesia en Corinto siguió prosperando y creciendo en número. Cuando Pablo dejó Corinto unos dieciocho meses más tarde, Timoteo y Silas continuaron en la obra de predicar el evangelio.

Pablo vuelve a llamar «hermanos» a los corintios. Usa este apelativo general de afecto para llamar la atención de todos los miembros (hombres y mujeres) de esa congregación. Esto nos permite ver que tenía un corazón de pastor, cuando abordaba problemas delicados en la iglesia de Corinto.

b. «No fui proclamándoos el testimonio acerca de Dios». 
Algunos manuscritos griegos registran la palabra testimonio, otros la palabra misterio. El texto griego muestra que las palabras se escribían en forma similar, lo cual puede explicar cómo surgió la diferencia. La evidencia manuscrita que apoya la lectura misterio es antigua pero escasa, mientras que la que apoya testimonio es extensa. Numerosos editores, traductores y maestros del Nuevo Testamento Griego optan por esta última. Adoptan esta decisión en base a la evidencia interna, esto es, en base al sentido del contexto en el cual ocurre la palabra (cf. 1:6). Pablo les predicó el evangelio a los corintios. Este evangelio es el testimonio que Dios ha revelado a través de Jesucristo.

Algunos estudiosos creen que el versículo 7, donde ocurre la palabra misterio, es una explicación del versículo 1. A otros les parece que el versículo 7 influyó en los escribas, lo que los llevó a introducir la palabra en el versículo 1. Lo cierto es que, cuando Pablo fue a Corinto, no presentó un misterio, sino el evangelio de Cristo, que aquí se sintetiza en la expresión testimonio.

Algunas traducciones españolas leen el testimonio de Dios (NC, VM), pero en inglés otras leen «el testimonio acerca de Dios» (NIV, Cassirer). La diferencia tiene que ver con la forma en que se interpreta el caso genitivo. Si se trata de un genitivo subjetivo, entonces el texto quiere decir que Dios es el autor de este testimonio; si el genitivo es objetivo, entonces la idea es que Pablo predica un testimonio acerca de Dios. Como 1:6 tiene una construcción similar, nos parece que aquí el genitivo es tanto subjetivo como objetivo: Dios es el que origina el testimonio que Pablo proclama y Pablo enseña a los corintios acerca de Dios.

c. «Con elocuencia incomparable o sobresaliente sabiduría». 
Pablo declara abiertamente que no fue a Corinto con un mensaje entregado con elocuencia y sabiduría sublimes. Sus debates con los epicúreos eruditos y los filósofos estoicos en Atenas no consiguieron ninguna cosa, así que en Corinto predicó el evangelio sin adoptar la pose de un orador o filósofo. Más bien les llevó el mensaje de la salvación en términos sencillos que todos pudieran entender. Esta forma de predicar era poco usual en un contexto helénico, donde se admiraba a los oradores expertos.

Los sustantivos elocuencia y sabiduría apuntan a las habilidades verbales y a la agudeza mental del orador. Las dos expresiones se refieren a las palabras que salen de la boca de un orador y a los pensamientos que ensamblan palabras para formar oraciones. Claro que con frecuencia Pablo demuestra en su epístola que posee elocuencia y sabiduría. Por esto, en este contexto Pablo no quiere decir que carece de habilidades, sino que apunta a los excesos de filósofos y oradores griegos. El apóstol se niega a usar esos métodos; más bien prefiere predicar con claridad el mensaje de la cruz de Cristo.

La primera palabra que aparece en el griego es una forma que combina las palabras y yo. Se puede concluir, entonces, que Pablo empieza este versículo con el pronombre yo, a fin de acercarse a su audiencia. En el griego, el versículo 1 termina con la palabra Dios, para indicar de esta manera que su intención no es exaltarse a sí mismo, sino encaminar a su audiencia hacia Dios y hacia Jesucristo.

2. Más bien decidí no saber nada entre vosotros, que no sea a Jesucristo y a éste crucificado.

a. «Más bien decidí no saber nada». 
Una lectura superficial del texto podría hacernos creer que Pablo está en contra de lo intelectual. Pero esto es imposible, ya que en Jerusalén había recibido un largo e intensivo entrenamiento académico. Además, Pablo conocía la búsqueda griega del conocimiento y la sabiduría (Hch. 17:17). Con todo, su interés no era enseñarles a los corintios las metodologías que los pensadores atenienses habían adoptado y que los filósofos humanistas habían abrazado. Pablo dice que fue a predicar las buenas nuevas del Cristo crucificado (1:23; Gá. 6:14). Jesucristo lo había elegido para que llevase su nombre delante de judíos y gentiles (Hch. 9:15; 26:16). 

El Señor no lo había enviado a realizar ninguna otra tarea. Cuando Pablo llegó a Corinto, siguió cumpliendo la responsabilidad que Jesús le había encomendado, a saber, predicar el evangelio de la cruz de Cristo. Era un embajador en el sentido más pleno de la palabra, y como tal no reconocía ninguna otra tarea que no fuese la de proclamar el mensaje de su Señor y Salvador Jesucristo, el Señor crucificado.

b. «Entre vosotros». 
Estas palabras se refieren al año y medio que Pablo se quedó con los corintios, enseñándoles la Palabra de Dios (Hch. 18:11). En un sentido más amplio, la expresión entre vosotros revela la forma de vida de Pablo al predicar el evangelio de lugar en lugar, de sinagoga en sinagoga, de iglesia en iglesia.

c. «Que no sea a Jesucristo y a éste crucificado». 
Ésta es una forma más elaborada de la frase anterior «Cristo crucificado» (1:23). El mensaje de la crucifixión de Cristo parece ser directo y sencillo, y Pablo llamó a judíos y a gentiles a que creyesen en el Cristo crucificado, pero ellos rechazaron el mensaje como algo ofensivo y estúpido. Esto fuerza a Pablo a ir más allá de los detalles históricos de la crucifixión, para enseñar a su auditorio las implicaciones teológicas de este hecho redentor en la historia humana. No sólo enseñó por qué Cristo tenía que morir en la cruz, sino acerca de los beneficios eternos que cada creyente recibe: perdón de pecados, vida eterna y la resurrección del cuerpo.

Consideraciones prácticas en 2:2

Se espera que cuando se ordena a los ministros del evangelio, éstos dediquen tiempo completo a proclamar y enseñar el evangelio de Cristo. La ordenación significa que Dios los aparta para predicar «sea o no sea oportuno», como dice Pablo en 2 Timoteo 4:2. Los apóstoles dieron el ejemplo, cuando escogieron a siete varones llenos del Espíritu y de sabiduría para que ministrasen a las necesidades materiales de las viudas en Jerusalén (Hch. 6:1–6). De esta forma, los apóstoles pudieron dedicarse a la proclamación de la Palabra y a la oración. Sin embargo, Pablo dedicaba algún tiempo para confeccionar carpas, con lo cual suplía sus necesidades cotidianas. Pero cada vez que tenía lo suficiente para vivir, dedicaba todo su tiempo al ministerio de la Palabra.

Cuando Cristo llama a alguien a que proclame el evangelio, el tal debe dedicarse completamente a ese ministerio, debe rechazar toda oferta que implique tener que involucrarse en otras áreas de la vida. Ante todo y sobre todo debe ser un ministro de la Palabra de Dios. En otro tiempo, el predicador colocaría estas iniciales junto a su nombre: V.D.M. (Verbi Domini Minister, esto es, Ministro de la Palabra de Dios). Es bueno que todo predicador se repita y aplique a sí mismo la máxima de Pablo: «yo … decidí no saber nada entre vosotros, que no sea a Jesucristo y a éste crucificado».

3. Fui a vosotros en debilidad y en temor y con mucho temblor.
¡Qué confesión de los labios de uno de los apóstoles de Cristo! ¡Qué honestidad! ¡Qué humildad! Una vez más (véase el v. 1), Pablo se pone como ejemplo. Desnuda su alma y revela sus pensamientos. No tiene otra cosa que ofrecer que el mensaje de la muerte de Cristo en la cruz. Los judíos primero lo recibieron bien, pero pronto la recepción se tornó en hostilidad. Tuvo que dejar la sinagoga local, para continuar su ministerio en la casa de Ticio Justo. Cuando el desánimo se apoderó de Pablo, Jesús se le apareció en una visión y le dijo que no temiese, que debía seguir predicando, que no debía callar. Jesús le reveló que tenía mucho pueblo en la ciudad de Corinto (Hch. 18:7–11).

«Fui a vosotros en debilidad y en temor» (cf. 4:10). De sus otras epístolas, aprendemos que Pablo tuvo que soportar dolencias físicas; con frecuencia sufrió castigos y aflicción (2 Co. 11:23–28; 12:7) y se sabe que durante su visita a los gálatas estuvo enfermo (Gá. 4:13, 14). Suponemos que Pablo no tenía atractivo físico, quizá era de corta estatura (2 Co. 10:10) y con una enfermedad ocular (véase Gá. 4:15; 6:11). A pesar de todo, demostró ser un aguerrido divulgador del evangelio, cuando predicó en las sinagogas y los lugares públicos de Damasco, Jerusalén, Antioquía, Chipre, Asia Menor, Macedonia y Acaya.

Cuando Pablo escribe que su estadía en Corinto fue «en temor y con mucho temblor», se refiere a los dieciocho meses que se quedó en Corinto. Tenía la ardua tarea de fundar una iglesia en el Corinto cosmopolita. La gente influyente de Corinto consideraba a Pablo una persona sin fuerza, medios ni privilegios. Por causa de su trabajo con carpas, no le tenían respeto, estimándolo poco menos que como a un esclavo. Los judíos maquinaron continuamente contra él hasta que lograron llevarlo a juicio ante el procónsul Galión (Hch. 18:12). 

Los términos temor y temblor aparecen a menudo en las epístolas de Pablo como expresión de ansiedad. El miedo es una fuerza que Satanás usa para debilitar y detener a los siervos de Cristo y para distorsionar su percepción de la realidad. Pablo no entrega detalles, pero confiesa que durante su estadía en Corinto experimentó temor y temblor. Aquí los términos apuntan a las numerosas amenazas sociales y políticas que tuvo que enfrentar.

Además, también pensamos que Pablo debió tener un temor y temblor innato, porque estaba consciente de sus limitaciones ante la tremenda labor de predicar el evangelio y de fundar una iglesia en Corinto. Sabía que negándose a sí mismo, debía confiar que Dios le daría la fuerza necesaria para llevar a cabo esa tarea. Esto queda claro cuando se analiza lo que dice el siguiente versículo.

4. No entregué mi discurso y mi predicación en palabras persuasivas de sabiduría, sino que en demostración del Espíritu y de poder.

a. Declaración negativa. 
Jesús entrega al predicador la exigente tarea y obligación de predicar el evangelio, y ningún predicador debería confiar en que su propia inteligencia y habilidad le dará la victoria. Si lo hace, será como el confiado evangelista que durante un servicio de adoración predicó sin el poder del Espíritu Santo. Lo que consiguió en el púlpito fue un fracaso que lo humilló delante de la congregación. Después del culto, un anciano gobernante le dio un juicioso consejo: «Si hubieras entrado en el púlpito en la forma que lo dejaste, habrías salido del púlpito en la forma que entraste». Cuando el pastor conduce a la congregación en la adoración, debe dejarse guiar por la humildad.

Pablo afirma que ni su discurso ni su predicación fueron en palabras persuasivas de sabiduría. Repite lo que ya dijo en el versículo anterior (v. 1), sólo que ahora las palabras discurso y predicación adquieren un tono personal por medio del pronombre mi. Usa estas palabras para referirse al mensaje del evangelio (1:18) y a la predicación. Con todo, Pablo se abstiene de mencionar a los oradores que hablan persuasivamente y que predican en palabras de sabiduría.

¿Qué trata Pablo de comunicar? Porque cuando habló delante del rey Agripa (Hch. 26:27, 28) fue capaz de presentar el evangelio en una forma muy persuasiva y con palabras cuidadosamente escogidas. Sin embargo, en este contexto se niega a expresar su mensaje en persuasivas palabras de sabiduría, con lo cual sugiere que su sabiduría no tiene un origen humano, sino que viene de Dios.

b. Texto. «No … en palabras persuasivas de sabiduría»
En esta parte del versículo 4, el texto griego contiene algunas variantes que están ausentes en la mayoría de las traducciones, con excepción de: «palabras persuasivas de humana sabiduría» (RV60, la cursiva es mía, cf. LT, CI). Parece que el adjetivo que hemos presentado en cursiva es una glosa añadida por escribas que querían explicar el concepto de sabiduría. Se trata, entonces, de una lectura secundaria.

Donde el asunto se le complica a los traductores es con el adjetivo persuasivas, ya que no vuelve a ocurrir en todo el resto de la literatura griega. Parece que fue Pablo el que acuñó esta palabra. Uno de los manuscritos más antiguos, P46, le da su apoyo, y la mayoría de los traductores aceptan el adjetivo. Otros eruditos creen que el adjetivo debería traducirse por el sustantivo singular persuasión. Esto va de la mano con sugerir una variante más corta del texto griego, la cual omite el término palabras, lo que resulta en la lectura no … con persuasión de sabiduría. Aunque se han dado fuertes argumentos en favor de esta última traducción, la lectura persuasión carece de adecuado apoyo manuscrito. Me parece que la traducción «No … en palabras persuasivas de sabiduría» todavía es la mejor alternativa. No importa qué camino tome el traductor, todavía quedarán algunas dificultades.

c. Declaración positiva. 
Ahora viene la afirmación positiva de «sino que en demostración del Espíritu y de poder». Pablo escoge tres palabras claves para exhibir el poder espiritual que está a disposición de los predicadores de la Palabra de Dios. La primera palabra es «demostración», término que las cortes de justicia usaban para referirse a los testimonios. La palabra comunica la idea de que nadie es capaz de refutar las pruebas presentadas.

La segunda palabra es «Espíritu», la que ahora aparece por primera vez en esta epístola. Los corintios deberían saber que su nacimiento espiritual es la obra del Espíritu Santo (v. 13), que su cuerpo es el templo del Espíritu Santo (6:19) y que sus dones espirituales son la obra del Espíritu (12:11). Tienen la evidencia en ellos mismos.

La última palabra es «poder». El Nuevo Testamento asocia fuertemente esta palabra con la persona del Espíritu Santo. Por ejemplo, Jesús dijo a los apóstoles que recibirían poder cuando el Espíritu Santo descendiese sobre ellos en Pentecostés (Hch. 1:8; véase también Lc. 24:49). En una de sus epístolas, Pablo escribe: «Nuestro evangelio les llegó no sólo con palabras sino también con poder, es decir, con el Espíritu Santo y con profunda convicción» (1 Ts. 1:5). Aunque la expresión poder muchas veces apunta a milagros, aquí su sentido es mucho más amplio. La palabra denota «la mano de Dios que se extiende para actuar con poder y de maneras diversas a través del apóstol».

Pablo exhorta a los corintios a que abran sus ojos espirituales y que por sí mismos vean que Dios está obrando en su medio a través de su poder y Espíritu. Ellos gozaban de pruebas visibles e irrefutables mediante el poder del evangelio y la presencia del Espíritu Santo.

5. Para que vuestra fe no esté fundamentada sobre la sabiduría de los hombres, sino sobre el poder de Dios.
En este último versículo de la presente sección, Pablo expresa cuál es su objetivo al rechazar las palabras persuasivas y la sabiduría sobresaliente. Cuando predicó el evangelio a los corintios, su predicación produjo en ellos fe personal en Dios. Pablo les informa que esta fe no se origina ni se fundamenta en la sabiduría humana. Si la fe tuviera un origen humano, fracasaría y desaparecería completamente. La fe descansa más bien sobre el poder de Dios, el cual protege al creyente y lo fortalece para que pueda perseverar (cf. 1 P. 1:5).

Dios produce la fe en los corazones de los corintios mediante la predicación del evangelio de Cristo. No sólo les ha concedido el don de la fe, sino que ha provocado su conversión. Dios manda a Pablo a que fortalezca esa fe, instruyéndoles en las verdades de la Palabra de Dios. En suma, los corintios deberían saber que la fe no descansa en la sabiduría humana, sino en el poder de Dios.

«La sabiduría de los hombres». Notemos que Pablo usa el plural hombres, para ilustrar que en Corinto hay mucha gente dedicada a entregar su propia agudeza y sabiduría. El discernimiento humano es temporal, defectuoso y sujeto a cambio; la sabiduría de Dios es eterna, perfecta e inmutable. Cuando un creyente pide en fe que Dios le dé sabiduría (Stg. 1:5), experimenta también la obra del poder de Dios y se regocija en la salvación que Dios le ha dado.

Consideraciones prácticas en 2:4

La Reforma del siglo XVI produjo denominaciones que siempre han promovido que sus ministros tengan una buena educación. Muchas universidades surgieron del deseo que la iglesia tenía de enseñar bien a sus futuros predicadores. Después de que estas escuelas crecieron y se convirtieron en universidades, se mantuvo y todavía continúa la enseñanza teológica mediante escuelas o seminarios teológicos afiliados a estas universidades. El objetivo siempre ha sido equipar a los estudiantes que desean ser pastores, de tal manera que sean capaces de manejar correctamente la Palabra de Dios (véase 2 Ti. 2:15).

Pablo mismo había pasado por un estudio completo de las Escrituras. En sus epístolas pastorales, exhorta a Timoteo a mantenerse firme en lo que aprendió de él y de otros. Desafía a Timoteo a que predique la Palabra «con mucha paciencia, sin dejar de enseñar», lo mismo que a hacer «los deberes de tu ministerio» (2 Ti. 4:2, 5). A los predicadores se les debe enseñar a producir sermones que sean una fiel exposición de lo que dice la Escritura. 

Además, los sermones deberían estar libres de ampulosidad y anécdotas que nada tienen que ver con el pasaje bíblico que se discute. Finalmente, los predicadores deberían ser capaces de comunicarse y relacionarse bien con la gente a la que tienen que ministrar la Palabra de Dios.

Palabras, frases y construcciones griegas en 2:1–5

Versículo 1

ἦλθον … καταγγέλλων
—el verbo es un aoristo voz activa («fui») y el participio está en tiempo presente, voz activa («proclamando»). Ambos deben tomarse como una unidad verbal. Pablo fue a Corinto con el propósito definido de predicar el evangelio, y continuó predicando después de su llegada.

οὑ
—esta partícula negativa está colocada inmediatamente después del verbo ἦλθον para mostrar que la usual partícula negativa μή con el participio significaría «no proclamando». Este orden sintáctico coloca el concepto fui proclamándoos en forma negativa.

Versículo 2

οὑ—J.B. Lightfoot cree que el negativo se conecta con el verbo ἔκρινα («decidí») y traduce la oración completa de la siguiente manera: «no tenía la intención, no tenía la voluntad de saber nada». El negativo para el infinitivo εἰδέναι (=saber) debería ser μή. 

Sin embargo, C.F.D. Moule provee numerosos ejemplos en los que los negativos οὐ y μή son cambiados de lugar o bien usados intercambiablemente, y llama nuestra atención al texto griego de 2 Corintios 2:2, que es similar aunque sigue la construcción regular.

Versículo 4

λόγος—En los primeros dos capítulos de esta epístola, Pablo usa repetidamente la forma singular y plural de λόγος (1:5, 17, 18; 2:1, 4, 13). 

Aquí la palabra es usada como sinónimo del mensaje del evangelio, esto se nota especialmente por el uso del pronombre mi que ocurre dos veces, modificando a «discurso» y a «predicación».

πειθοἷς σοφίας λόγοις—«palabras persuasivas de sabiduría». Esta lectura está apoyada por el Códice Vaticano, el Sinaítico y el Beza. 

Pero no existe evidencia textual para la presencia del adjetivo πειθός (=persuasivo). En cambio, el sustantivo πειθω, (=persuasión, que en el dativo singular es πειθοἷς) sí ocurre en otra literatura griega. Con todo, el apoyo manuscrito que recibe en este versículo es extremadamente débil, y esto es especialmente cierto de la otra lectura más corta que omite el sustantivo λόγοις.

Versículo 5

ἵνα—la oración negativa de propósito que lleva μή depende del sujeto principal contenido en κἀγω, y del verbo ἐγενόμην (fui) en el versículo 3.
ἐν—seguida dos veces del caso dativo, esta preposición significa «sobre».

Pareciera que Pablo sintió un santo temor de que le atribuyeran méritos que no tenía. Es cierto que había ido a predicar a Corinto y allí había sufrido persecuciones, había luchado contra propios y extraños y, aunque con falencias, había dejado una iglesia en marcha. El no lo negaba, pero de ninguna manera pretendía que todo era obra suya y no del poder de Dios. No es que los cristianos deben limitar el lugar de quienes predican la Palabra o dirigen la obra del Señor. Sin embargo, estos deben hacer un doble esfuerzo para que su acción no desplace el lugar que corresponde al Señor.

La insistencia en este punto de la carta tiene que ver con el tema que está tratando: la unidad. Como mencionamos, uno de los argumentos de algunos líderes de grupos facciosos en la iglesia era que podían apelar al nombre de su padre espiritual y fundador de la iglesia. Como era lógico que ese papel tan especial no fuera dejado de lado, el argumento tenía su peso. No se trataba de seguir a una figura secundaria como Apolos, ni a una personalidad lejana como Cefas, sino a quien más importancia podía tener en la historia de aquella congregación.

Por otra parte, es importante notar el tono empleado por el apóstol.

COMO HABLAR A LOS HERMANOS
  1.      Con afecto—“hermanos” (1a).
  2.      Con humildad.
  3.      Con claridad.
  4.      Con un propósito claro (5).


Después de demostrar que la obra del evangelio no podía basarse en las características de los corintios, Pablo expone que tampoco podía fundamentarse en él—pese a todo lo que Dios le había permitido realizar en esa ciudad.

Su afecto por aquellos creyentes se nota en la reiteración de la palabra “hermanos”, que pareciera una reflexión: “Pero, hermanos, no me coloquen en una situación falsa que yo no he buscado”. La palabra describe los sentimientos del apóstol, así como también apela a la conciencia de los lectores.

La primera insistencia de Pablo está precisamente en aquello que él evitó. No tenía dudas sobre lo que sí debía predicar (v. 2). Los vv. 1b y 4 prácticamente reiteran ideas similares: nada de “excelencia de palabras”, nada de sabiduría humana (2a, 4a, 5a), nada de “palabras persuasivas” (4a). Notemos que se trata precisamente de áreas en que los griegos se destacaban. 

Ellos habían producido oradores extraordinarios como Demóstenes,12 o pensadores inigualables como Aristóteles—que ha sentado las bases para la filosofía de todos los tiempos—, y además discutidores como los sofistas, que basaban sus razonamientos en juegos de palabras o en su sentido oculto. 

Es cierto que los tiempos de gloria habían pasado y que la ciudad de Corinto no se destacaba precisamente en esos órdenes, pero en general eso se esperaba de alguien que quisiera hacer un impacto en el pensamiento general. Pablo dice que él rehuye todo eso. Cuando leemos sus cartas o lo que nos queda de su predicación, nos admira la fuerza de sus razonamientos, así como la forma en que algunas de sus expresiones han logrado condensar maravillosamente grandes verdades. Pero él diría con sencillez: “Esto es sólo el poder de Dios”.

No se trata sólo de saber qué debemos evitar sino también de tener en claro qué debemos hacer.

EL EVANGELIO PARA EL PUEBLO
  1.      Es el mensaje de Jesucristo, el Mesías prometido que se hizo hombre en Israel.
  2.      Es el mensaje de “éste crucificado”, como si dijera: “De todo lo que se puede decir de él, hay un punto que no puede omitirse”. Es aún más fuerte que en 1:23.
  3.      Es algo que debemos predicar. Nadie oye lo que no se dice.

Algunos autores creen que Pablo tomó una decisión específica al ir a Corinto, ya que allí llegaba desde Atenas, donde había hecho un enfoque distinto al habitual, apelando a la cultura griega. Pero esta idea desconoce todo lo que el apóstol predicó con anterioridad. La idea de Cristo crucificado era central en todo lo que hizo en todo momento, y un leve cambio de estrategia en cuanto a la manera que había utilizado en Atenas, no indica que haya abandonado el núcleo del mensaje. “Me propuse” sólo indica que decidió continuar con su práctica habitual (Gá. 3:1). “A éste crucificado” no sugiere una nueva estrategia. Para Pablo esto ya era parte de predicar a Cristo.

El cuadro que Pablo traza sobre sí mismo es impactante. El apóstol debía de tener una buena medida de aquello que, en su humildad, colocaba en un discreto segundo plano (Fil. 2:3). En los siguientes versículos notamos que su actitud es distinta, así como el tono de autoridad que asume en diferentes momentos de la carta.

EL OBRERO CRISTIANO (2:3)
  1.     Puede sufrir de “debilidad” física (3a). Varios pasajes insinúan que Pablo no gozaba             de excelente salud. Pero las limitaciones eran suplidas por “el poder de Dios”.
  2.    También reconoce que tenía “mucho temor y temblor” (v. 3b), problemas que hoy                  consideraríamos psíquicos. Esta repetida expresión bíblica no describe el miedo, sino           el sentimiento de profunda responsabilidad ante una tarea de alcances etemos.
 3.   Asimismo estaba limitado en su capacidad de encontrar palabras suficientemente                 persuasivas. La respuesta estaba en dejar que lo humano tuviera un papel secundario,         y en dar preponderancia a lo del Espíritu.


De la misma manera, podríamos pensar que si alguien está convencido a tal extremo de sus limitaciones, bien podría replegarse y dejar el trabajo a otro que tuviera la elocuencia de Apolos o la historia de Pedro. Por lo contrario, Pablo declara que nunca dejará de ocupar su propio lugar, siempre apelando al poder del Espíritu.

Quizá todo eso era una sorpresa para los corintios, que debían recordar a Pablo con admiración. ¡De modo que aquellos mensajes inflamados de poder surgían de un hombre que temblaba ante Dios! ¡Y aquellos notables argumentos eran sólo una inspiración directa del Espíritu, que usaba los conocimientos previos del apóstol! ¡Y aquella fuerza ante las pruebas era exhibida por un hombre que se consideraba débil! Hay una sola conclusión posible: el poder de Dios es infinito, y el poder de Pablo no radicaba en la persona o la presentación del predicador sino en la obra del Espíritu.

DIOS A TRAVÉS DEL PREDICADOR (2:2, 4 y 5)
  1.      Produce el “testimonio de Dios” (2).
  2.      Enseña las palabras de la sabiduría de Dios.
  3.      Actúa con el poder de Dios (5b).
  4.      Se demuestra con el Espíritu de Dios (4b).

Si la fe de los cristianos se basara en la sabiduría humans, habría sido lógico que algunos fueran discípulos de Pablo, otros de Apolos, otros de Pedro y otros, insatisfechos con todos, dijeran ser sólo de Cristo. Pablo tuvo un propósito concreto al analizar cómo debía llevar el mensaje divino en Corinto: dar a la iglesia un fundamento verdadero. Estos conceptos reaparecerán en el cap. 3: “Nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo” (v. 11).

EL FUNDAMENTO DE LA IGLESIA
  1.      Es aquello que fundamenta la fe, la convicción interna expresada en la vida                          continua.
  2.      No se basa en nada que sea humano.
  3.      Se basa en el poder transformador de Dios y én la guía del Espíritu Santo.

El apóstol entonces ha descartado las razones de fondo que provocaban divisiones en la iglesia de Corinto. No ha caído en minucias ni en hechos aislados. La importancia excesiva que los corintios daban a sus propios méritos así como a su fundador, revelaban que no tenían, su mira en lo único que produce verdadera unidad: el Espíritu de Dios.

En base a ello, Pablo puede proseguir exponiendo la acción de la tercera persona de la Trinidad, en un pasaje muy digno de ser considerado con suma atención, ya que se relaciona con muchos debates actuales.

DOWNLOAD HERE>>>
https://story.ad/site/file_download/smartpublicity1467919561neTNIrOs.html