sábado, 1 de agosto de 2015

Llévate a este niño, amamántamelo y yo te daré tu salario. Y la mujer tomó al niño y lo amamantó.

Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6



 
Tipo de Archivo: PDF | Tamaño: MBytes | Idioma: Spanish | Categoría: Capacitación Ministerial
Información 



PREPARACIÓN DE SERMONES EXPOSITIVOS
EXODO 2: 1-10

1      Un varón del linaje de Leví fue y tomó por mujer a una hija de Leví.
2      La mujer concibió y dio a luz un hijo, y viendo que era hermoso, lo escondió tres                   meses.
3      Pero no pudiendo ocultarlo más tiempo, tomó una cesta de juncos, la calafateó con               asfalto y brea, colocó al niño en ella, y la puso en el juncal, a la orilla del Nilo.
4      Y su hermana se había situado a lo lejos, para saber qué se haría con él.
5      Entonces la hija de Faraón bajó a bañarse al Nilo, y mientras sus doncellas andaban           junto al Nilo, ella vio la cesta en medio del juncal y envió a su esclava, y ella la recogió.
6      Cuando la abrió vio al niño, y he aquí era un niñito llorando; y tuvo compasión de él, y           exclamó: ¡Éste es uno de los niños de los hebreos!
7      Entonces dijo su hermana a la hija de Faraón: ¿Quieres que llame a una nodriza de             las hebreas para que te amamante este niño?
8      Y la hija de Faraón le respondió: Ve. Entonces la muchacha fue y llamó a la madre del         niño.
9      La hija de Faraón le dijo: Llévate a este niño, amamántamelo y yo te daré tu salario. Y          la mujer tomó al niño y lo amamantó.
10     Y el niño creció, y ella lo llevó a la hija de Faraón y llegó a ser su hijo, y llamó su                  nombre Moisés, y dijo: En verdad lo he sacado de las aguas.

PREPARATIVOS

El nacimiento de Moisés
Éxodo 2:1–10

Este capítulo se inicia con la presentación de Moisés mismo. En estos versículos nos cuenta la manera en que su vida fue protegida del decreto homicida del faraón. Los detalles de esta narración le son conocidos a todo niño de la escuela dominical, pero es importante recordar que Moisés narra aquí su propia historia, una historia que implica los actos de su familia movidos por el temor de Dios. 

La suya verdaderamente fue una fe heroica. El autor de Hebreos dice: “Por la fe Moisés, cuando nació, fue escondido por sus padres durante tres meses, porque vieron que el niño era hermoso y no temieron el decreto del rey” (Hebreos 11:23).

Los padres de Moisés tuvieron que echar mano de gran valor para tener hijos en esos tiempos tan peligrosos. María, la hermana mayor de Moisés, no estaba amenazada por el decreto del faraón. De alguna manera, los padres habían logrado conservar la vida de Aarón, el hermano mayor de Moisés. La madre de Moisés, cuyo nombre no se da en estos versículos, intuyó algo que le indicaba que su siguiente hijo no iba a ser un hijo común y corriente. El texto dice que “era hermoso” y saludable. Por tres meses fue posible esconder al bebé. Sin embargo, cuando ya se podía oír la voz del niño afuera de la casa, se hizo necesario encontrar otra manera de protegerlo.

Colocaron al bebé en una arquilla de juncos tejidos con tallos de papiro, calafateado con asfalto y brea, y lo situaron en un lugar protegido en el río Nilo. Al hacer esto, realmente pusieron al niño bajo el cuidado de Dios. ¿Escogieron los padres este lugar porque sabían que la hija del faraón solía bañarse allí? ¿Se hizo esto con la esperanza de que el bebé llegase a ser el hijo adoptivo de una princesa egipcia? Moisés no nos lo dice. Pero lo que tiene importancia es que el resultado del incidente fue idóneo para la preparación de uno que había sido escogido para ser el gran líder de Israel.

Se hicieron los arreglos para que la misma madre del niño fuera su nodriza. En esos días esto significaba un período como de tres años. La educación que un día iba a recibir el niño, como lo señaló Esteban en Hechos 7:22, sería “en toda la sabiduría de los egipcios”. Lo mejor de Egipto, en esos días, quería decir lo mejor del mundo, puesto que era una época en que los mejores y mayores logros de las ciencias se encontraban en Egipto. 

Esa fue exactamente la clase de preparación que era necesaria para la obra a la que Dios iba a llamar a Moisés. Ahora podemos ver la manera en que Dios utilizó la sabiduría de los egipcios, los perseguidores de Israel, para llevar a cabo su poderoso acto de liberación.

Además, vemos en el texto que el nombre “Moisés” le fue dado por la hija del faraón. Aunque los estudiosos de la Biblia han intentado interpretar el significado de este nombre en muchas y muy distintas maneras, Moisés nos da su propia interpretación: “sacado del agua”. ¡Verdaderamente, fue también por medio de Moisés que Israel fue “sacado” de la esclavitud en Egipto!

Como información incidental de esta historia, es interesante notar el lugar importante que tenían los hijos en la familia israelita. Verdaderamente eran considerados como herencia del Señor. Los padres arriesgaban su propia vida para tener hijos y para protegerlos como la bendición terrenal más sublime que Dios nos da. ¡Qué contraste con la sociedad de nuestros días en la que muchos realmente asesinan estos regalos de Dios que todavía no han nacido y, con mucha frecuencia, simplemente porque no quieren tener hijos!

Providencia secreta de Dios (2:1–10)
Dios tenía un hombre y una mujer de la familia de Leví (1), a quienes podía confiar su secreto. Moisés no era el primogénito; por eso, María, una hermana, tenía la edad suficiente para cuidarlo (4; Nm. 26:59). Además, el hermano de Moisés, Aarón, era tres años mayor (6:20; Nm. 26:59). Parece que el edicto real apareció después del nacimiento de Aarón, y que Moisés era el primero de los niños de estos padres, cuya vida estaba en peligro por causa de la proclama.

La fe de los progenitores (11:23) está claramente demostrada, porque la madre viéndole que era hermoso, le tuvo escondido tres meses (2). Entonces lo colocaron en una arquilla de juncos y la colocaron en un carrizal a la orilla del río (3). La fe siempre resulta en acción, aun cuando ésta sea arriesgada. Con su fe, la madre demostró también que poseía talento. Colocó al bebé en la zona del agua donde acudía generalmente la princesa de Egipto. También preparó a la hija para que estuviera en un punto estratégico y pudiera hacer la pregunta necesaria en el momento preciso (4, 7). Ver implica observar y saber. Era un acto de fe el que una mujer hebrea dejara a su niño en manos de una princesa egipcia. Esta madre, como Ana y María de tiempos posteriores, estaba convencida que Dios había escogido a su hijo, de modo que ella estaba dispuesta a confiarlo a su providencia.

La gracia de Dios se revela en la compasión (6) demostrada por la hija de Faraón. Aun cuando los hombres perversos obran de la peor manera, Dios puede todavía, por su maravilloso poder, inspirar buena voluntad y ternura en los corazones de aquellos que están cerca de un tirano. Poco sabía aquel rey impío, cómo Dios estaba efectuando su plan en secreto y con toda seguridad aunque a la vista, el mandatario mundano estaba logrando éxito. Además, algo del dinero de Faraón sirvió para pagar a la madre, quien crió a su propio niño (9). Este es otro ejemplo donde la ira del hombre se transforma en alabanza de Dios.

Puede suponerse que Moisés (10) fue educado como un joven príncipe egipcio y recibió la mayor cultura posible para la juventud de esa época. Su nombre, Moisés, fue un constante recorda de su origen, porque el significado hebreo es “extraído” y el egipcio, “sacado de las aguas” (Berk.). Parece seguro que las palabras de su madre en su edad temprana, produjeron un fruto que permanecería en el corazón del mozo. Se desarrolló en él un sentido de lo recto y odio por la injusticia, que salió a la superficie en actitudes posteriores.


DESARROLLO DEL SERMÓN 

Lo que aprendemos de Jocabed

Exodo  2: 1-10
INTRODUCCIÓN:
Lo que le pasó después a este niño dotado, que nació de la poco conocida tribu de Leví, nos lo dice la parte siguiente de este capítulo.

¿Es tu madre tu peor enemiga?, es el título de un libro que resulta por demás revelador; pues el autor presenta la realidad de muchas mujeres que siendo madres desarrollan un sentimiento de envidia principalmente hacia sus hijas, sometiéndolas a una crianza de constantes descalificaciones y excesivo control. 

Lo interesante es que dichas madres encubren sus verdaderos sentimientos; para no ser señaladas social y familiarmente, y se muestran como madres de fuerte carácter hacia los hijos. Lo verdaderamente cierto es que en ningún lado se enseña a ser mamá; sin embargo la Biblia nos da ejemplos extraordinarios de mujeres comunes que no pretendiendo ser perfectas e infalibles dan ejemplo de cómo espera Dios que sea las mamas de nuestros hijos. Si a alguien le preguntarán ¿Cómo debe ser una madre? 

Las respuestas generalmente girarían en torno a su amor, su ternura, su cuidado, su sacrificio y demás virtudes. La Palabra de Dios fue escrita para que tanto hombres como mujeres; es decir padres y madres sepan la mejor manera de desempeñar estas funciones en la vida. Y lo maravilloso es que usa personas, como usted, como yo, comunes y corrientes que aprenden a cuidar a sus hijos de la mejor manera. Hoy les invito a que juntos aprendamos de una mujer llamada Jocabed como ser una buena madre; pero sobre todo una mamá conforme al plan de Dios.

DESARROLLO:
I. Enseña a mirar bien a los hijos (v. 2) "y viéndole que era hermoso, le tuvo                    escondido"
Desde luego que la vida de Jocabed empieza mucho tiempo antes; sin embargo Dios quiso resaltar sus cualidades maternales y por eso solamente conocemos de ella la parte en la que fue precisamente mamá. 
Nos dice la Biblia que un varón levita fue y tomó por mujer a otra levita (v. 1); la historia nos dice que el varón era Amram y la mujer se llamaba Jocabed; es interesante notar que Jocabed era mayor que Amram; pues según la genealogía Jocabed era tía de Amran (Ex 6: 20); esto lo menciono no para demeritar a nadie, sino para resaltar que Dios es capaz de hacer grandes cosas a través de personas comunes. 
Pasado el tiempo reglamentario se nos dice que Jocabed dio a luz a pequeño bebé; eso obviamente la convirtió en mamá (v. 2). Pero lo que más llama mi atención es que la Biblia ocupa espacio en resaltar que Jocabed vio a su hijo y le pareció hermoso "y viéndole que era hermoso, le tuvo escondido"(v. 2) a muchos esto no parece decirles absolutamente nada; pues es sabido que las madres generalmente ven hermosos a sus hijos; sin embargo no solamente en esta porción de la escritura vemos que se señala la "hermosura" del bebé; sino que además en la carta a los Hebreos refiriéndose al bebe Moisés dice: "porque le vieron niño hermoso" (Hb 11: 23) pero la Biblia lo que quiere resaltar no es solo la belleza física del bebe, sino además que la mamá vio de especialen su hijo; muy posiblemente la madre vio el pequeño corazón del bebe Moisés hacía Dios y además pudo ver que Dios haría algo grande a través de la vida de su hijo. 
No estoy hablando de visiones literales; sino que Jocabed intuía el plan de Dios para su bebe. Es el diacono Esteban quien en medio de una gran defensa de su fe, afirma lo siguiente: "En aquel tiempo nació Moisés, y fue agradable a Dios" (Hch. 7: 20) como pueden darse cuenta, la belleza que vio Jocadeb en su hijo, fue la misma que vio Dios en Moisés y no se refería solamente a lo físico sino a lo apto para sus planes.
¿Qué nos enseña Jocabed acerca de la maternidad? Que hay que tener los ojos bien abiertos a sus hijos y mirarlos más allá de lo que sus ojos físicos están viendo; ¿Cuántas mamás vislumbran en el futuro a sus hijos? ¿Cuantas madres pueden observar en su hijo o hija lo que Dios tiene para ellos? , no estoy hablando de que las mamás deben determinar a su capricho el destino de sus hijos, sino más bien si ven a sus hijos como triunfadores, como vencedores, pero sobre todo como útiles en las manos de Dios. 
Hace unos días durante una entrevista a la mamá de un jugador de fútbol, Cuahutemoc Blanco, la señora decía que su hijo empezó su gusto por las patadas desde la edad de los 6 años; y que en una ocasión fue al Estadio Azcteca, acompañada de su hermana y le dijo: "Yo veo a mi hijo jugar en esta cancha y además lo veo ganar" este es un ejemplo de que se es un madre muy observadora 
Una madre debe mirar a sus hijos y reconocer sus potenciales, sus habilidades, su llamado de Dios y ayudarlos a conquistar sus sueños. Jocabed parió a Moisés en tiempos difíciles, tiempos en los cuales existía una ley en la que todo bebe varón debía ser ahogado en el río; más sin embargo a pesar de la amenaza que había sobre el bebe de Jocabed, esta fue más temerosa de Dios que del Faraón; Cuando Jocabed vio a su hijo, no sólo miró a un niño bien formado o sano sino que vio al libertador de su pueblo; por eso toma la decisión de esconderlo y jugarse el todo por el todo y así evitar que lo mataran. Amigas mamás no pueden excusarse ante Dios de no poder ayudar a sus hijos a conquistar sus metas; pues Jocabed nos enseña que no importa lo que rodea; pues ella tuvo que esconder durante 3 meses a su hijo para así salvarle la vida y por consecuencia hacer la voluntad de Dios
II. Enseña a buscar lo mejor para los hijos (v. 3) "Pero no pudiendo ocultarle más             tomó"
Ya decía que el nacimiento de Moisés se dio en tiempos muy difíciles; en una época poco envidiable; pues el faraón había promulgado una ley en la que todo niño varón que naciera de los hebreos debería ser muerto ahogado en el río Nilo (Ex. 1: 22); además de que el faraón trataba con suma crueldad al pueblo de Dios (Ex. 1: 14) Estas eran las circunstancias bajo las cuales Amram y Jocabed decidieron ser padres; y fueron estas mismas circunstancias las que recibieron al bebe Moisés (v. 2). Pero pasado un lapso de 3 meses de haber nacido el hijo de Jocabed, le fue prácticamente imposible seguir escondiendo a su bebe (v. 3). 
Debió ser muy difícil mantener en lo oculto a un bebe; pues estos se dan a notar inmediatamente; ¿Cómo hizo esta mujer para mantener en secreto a su bebe? Es un completo misterio, pero logro que nadie se enterará de que acaba de parir a un bebe varón; pero se cumplió el tiempo en el que esto ya era muy difícil y es entonces el momento de tomar duras, pero sabias decisiones; era momento de saber que era lo mejor para el bebe, no era momento de pensar en lo que era mejor para la mamá, sino lo mejor para el niño; y es cuando Jocabed hace de lado sus emociones y entonces "tomó una canasta de juncos, le tapó las rendijas con asfalto y pasta de resina, y puso el niño adentro" (v. 2 VMJ)
Jocabed espero hasta lo último; sin embrago estas no eran medidas desesperadas, sino más bien medidas urgentes. Pues no debemos pensar que lo que hizo Jocabed era un locura; sino que muchos comentaristas bíblicos coinciden en que esos tres meses en lo que Jocabed escondió a su hijo, también fueron tiempos de planeación; Jocabed sabía que no llegaría muy lejos con un bebe varón y una ley en su contra; por esa razón la madre planeo y busco "lo que era mejor para su hijo" y lo mejor era depositarlo en el río y que el río lo llevará a su destino. Se sabe que Jocabed conocía perfectamente los horarios de la hija del faraón; así como su ubicación exacta de en donde bajaba a bañarse en compañía de sus asistentes. Contrario a lo que algunos pueden pensar Jocabed tenía un plan; descabellado para muchas mamás antiguas y modernas; pero Jocabed solo pensaba en lo que era mejor para su hijo.
¿Qué enseña Jocabed a las madres de todos los tiempos? A que busquen lo mejor para sus hijos, no para ellas, sino para ellos. Fue Luis Pasteur, famoso microbiólogo quine dijo: No le evitéis a vuestros hijos las dificultades de la vida, sino enseñadles más bien a superarlas Jocabed quería salvarlo de una muerte segura; para eso planifico su escape; algo fuera de lo común; pero le resulto; pues Moisés no sólo se salvo sino además cumplió la voluntad de Dios. 
En muchas ocasiones es observado a madres que en lugar de buscar lo mejor para sus hijos, buscan lo mejor para ellas; frases como "no quiero problemas" son muy escuchadas en labios de quienes en lugar de retenerlos debieran dejarlos volar y/o experimentar en el río de la vida. Tenemos que reconocer que cuando se tiene un hijo uno puede auto-engañarse y convencerse que lo mejor para nosotros es lo mejor para nuestros hijos. He conocido personas que no han aceptado grandes ofertas o aceptado grandes retos; porque eso no conviene a los intereses de sus madres. Jocabed nos dice ¿Que es lo mejor para mi bebe? Posiblemente algunas madres afirmarían que lo mejor es quedárselo y enfrentarlo todo. 
Sin embargo si Jocabed hubiera optado por esto, lo más seguro es que Moisés hubiera muerto y el pueblo de Israel hubiera quedado igual. Madres que me escuchan o leen, busquen de Dios la dirección acerca de que es lo mejor para sus hijos; despójense de todo sentimiento egoísta y dejen que sus hijos vivan sus propias vidas; pero recuerden que Jocabed no lo hizo a tontas y a locas; sino que llevo una perfecta planeación; recubrió la canastilla para evitar que el agua penetrara y lo ahogara; así mismo recubra la vida de su hijo con oración constante para que el mal no lo inunde y lo ahogue. Además Jocabed tenía muy bien checado todo referente al futuro de Moisés; así mismo planifique la educación y entrenamiento de sus hijos; no lo deje al azar o a como se vayan presentando la oportunidad; prepárelo durante los primeros años y solo entonces sabrá que camino escoger cuando tenga que decidir sobre su futuro; pero recuerde debe buscar lo que es mejor, lo más adecuado para su hijo; no todos son iguales. Aprendamos de Jocabed la madurez de buscar lo mejor para nuestros bebes.
III. Enseña a confiar en Dios (v. 3) "y lo puso en un carrizal a la orilla del río"
Ha escuchado usted hablar de la ley de Murphy; es aquella que dice: "Si algo tiene que salir mal, saldrá mal" estoy convencido de que aunque Jocabed es muy posterior a esta ley; en su corazón hubo por un momento la duda de saber si su plan resultaría. 
Tuvo tres meses para planear la estrategia con la que salvaría la vida de su hijo. Así pues llegó el día en el que pondría en acción lo planeado; entonces una vez preparado el bebe en su canasta; esta fue colocada "en un carrizal a la orilla del río" (v. 3) y es entonces cuando el corazón de Jocabed se derretía de dolor, pero además de una fuerte preocupación ¿funcionará? En ese momento Jocabed estaba dando un salto de fe, de confianza en que Dios recompensaría sus esfuerzos; pues aunque sabía el horario y ruta de la princesa egipcia, nada humanamente hablando le garantizaba que las cosas le saldrían bien; pues recordemos que la ley era muy clara: "Echad al río a todo hijo que nazca" (Ex. 1:22); cuando Jocabed puso a su hijo en el río muchos fueron los pensamientos que cruzaron por su cabeza; siendo tal vez la aún desconocida ley de Murphy uno de estos pensamientos; sin embargo hubo uno más poderoso que fue el de confiar plenamente en Dios y su providencia. 
La confianza es una virtud que las madres de todos los tiempos deben desarrollar; pues tienen que reconocer que muchas son desconfiadas, muchas con justificada razón, aunque también hay quienes rayan en la exageración. Jocabed nos enseña a confiar en Dios; a colocar en sus manos a los hijos y descansar en que Él tiene cuidado de ellos; sin embargo hay quienes quieren ayudar a Dios, convirtiéndose en la 4ta. Persona de la trinidad; pero Jocabed estaba en peores condiciones; su situación era verdaderamente urgente y peligrosa; sin embargo Jocabed solo tenía el recurso de las promesas de Dios y confiar en ellas.  Cuentan de un predicador que decía a sus oyentes ¿Qué hacer cuando los problemas nos viene por delante? ¿Qué hacer cuando los problemas nos vienen por detrás, ¿Qué hacer si los problemas nos rodean?, en eso un anciano grito de entre las bancas ¡Aleluya!
Podemos escapar hacía arriba! Así se encontraba Jocabed, rodeada, sin embargo miró su salida hacía arriba, confiando en que Dios haría algo a su favor; y principalmente a favor de su hijo. La historia nos dice que efectivamente la canasta con el bebe dentro siguió su curso y llegó hasta el lugar en donde la princesa se bañaba; para esto Jocabed instruyó a su hija Mayor María o Miriam para que estuviera al pendiente de esto (v. 4)

Entonces la princesa vio el canasto y envió a una de sus siervas a recogerlo (v. 5) al tenerlo cerca descubrió que la canasta contenía a un bebe, pero además descubrió que el bebe era hebreo (v. 6) y es entonces cuando ocurre la respuesta a la fe de Jocabed, pues la princesa bien pudo haber ejecutado allí mismo a ese bebe varón, sin embargo dice la Biblia que: "le dio compasión" (v. 6VMJ) Madres encomienden sus hijos a Dios y descansen en que Él habrá de obra bondades en ellos; es la carta a los hebreos quien nos dice: "Pero sin fe es imposible agradarle, pues uno no se acerca a Dios sin antes creer que existe y que recompensa a los que le buscan" (Hb. 11:6 BLA) mamás confíen en Dios y Él hará maravillas en sus hijos.

Desafío
El relato nos sigue diciendo que por consejo de María o Miriam, la hija del Faraón decidió contratar a una nodriza para seguir criando al bebe hebreo; no siendo una coincidencia sino algo bien estructurado que fuera la misma Jocabed quien criara a su propio hijo; es maravillo ver como Dios uso a Jocabed y nos enseña cosas muy importantes; pues aparte de lo que ya vimos; Jocabed obtuvo bendición de recibir de regreso a su hijo (aunque fuera por poco tiempo) pero también la protección de la nobleza egipcia y de un pago por cuidar a su propio hijo (v. 9). 
La participación de la historia Bíblica termina según algunos comentaristas 5 años después cuando Jocabed nuevamente decide entregar a su hijo. Por segunda ocasión Jocabed nos enseña que busca lo mejor para su hijo; le prepara sus cosas, se despide de él y con el corazón dolido pero contenta a la vez que haber contribuido en la parte más importante de la vida de un hijo, Jocabed lleva al pequeño Moisés al palacio real; pero esta vez para no volverlo a ver; sin embargo en su corazón sabía que su hijo en el futuro haría algo verdaderamente grande. 
El acto de amor más grande que una madre puede hacer por su hijo es dejarlo volar; Mamás tomen consejo de Jocabed; observen a sus hijos y descubran hacía donde los quiere llevar Dios; busquen lo mejor para ellos, planifiquen su crecimiento, educación y desarrollo y por último confíen y descansen en Dios; pues después de ustedes, esas son las mejores manos en donde pueden estar sus hijos, Atrévanse hoy a ser como Jocabed en el poderoso Jesús.
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