miércoles, 8 de octubre de 2014

Bosquejos Bíblicos para armar sermones: Para obreros y ministros itinerantes

Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6



 
 
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Bosquejos bíblicos para predicar bien

LAS AFLICCIONES DE JOB

Job 1:1–22


    Un cambio de circunstancias a veces cambia al hombre mismo.
    Con frecuencia aparecen fallas a santos y virtudes a pecadores.
    Satanás sólo puede ver en Job un refinado egoísmo.
    Que si sirve a Dios es porque está en su interés hacerlo. (9-10, 12).
    El Señor permite a Satán sus propuestas, pero con límites. (2:6).


  I.      EL DERROTERO QUE TUVO JOB
    Sin guía, abrirse paso solo sin Biblia ni conocer el camino.
    Sin Getsemaní, ni Calvario, sin las simpatías del Hijo de Dios.
    Nosotros leemos (Heb. 12:6-7) y sabemos que Dios es nuestro Padre.
    Sabemos que las pruebas tienen el carácter de paternal disciplina.
    Que tienen un designio misericordioso, con saludabe resultado.
    Job sostuvo esta lucha con todas estas desventajas y triunfó (21).


  II.      AFLICCIONES DE SUS BIENES
    Un día el cielo amaneció limpio y antes de acabar, todo perdido.
    Tan radical fue su ruina que quedó como un recién nacido (21).
    Para colmo de su pena, la casa sepultó a sus diez hijos (19).
    En un momento quedó privado de cuanto poseía y de sus hijos.
    ¿Conseguirá Satanás que Job abandone su integridad? (20-21).
    El primer ataque ha concluido y Satanás debe retirarse derrotado.


  III.      AFLICCIONES SOBRE SU PERSONA
    En esta segunda prueba, ¿podrá Satanás triunfar? (2:7-9).
    La conducta de su mujer agravó su caso. Sin duda era fiel.
    Pongámonos en su lugar de desesperación por hijos y bienes.
    No es la primera vez que Satanás halla corazones que se asocien.
    Job no pierde la confianza en la misericordia del Señor (2:10).
    Si esta mujer supiera (Sal. 119:71; Rom. 5:3; 2 Cor. 12:10).
    Job, sin conocer esto, salió victorioso en este segundo ataque (2:10).


  IV.      AFLICCIONES POR LA PROLONGACION
    Dos veces Satán ha fracasado, ¿triunfará la tercera? (Prov. 13:12).
    Ahora trata de debilitarlo por lo largo: día tras día, mes tras mes.
    Arrostrando su pesada carga personal, familiar y amigos (19:17; 16:2).
    No sabemos cuánto duró, pero sabemos que fue largo. (2:13).
    Job sufría en silencio, al fin explota en amarga angustia. (3:1).
    Tal vez en su dolor ni sabía lo que estaba diciendo.
    Pero lo grande de Job es que Satán fue derrotado en él. (2:10).



UN RETRATO DEL HOMBRE BIENAVENTURADO

Salmo 1:1–6


    Este salmo es una especie de “frontispicio” de todos los salmos.
    Es mesíanico por presentarnos al hijo del Hombre ideal: Jesús.
    Tiene su lugar en el Nuevo Testamento por la nota del sermón de la montaña.
    El Señor repite ocho veces “bienaventurado”, la base de la justicia.
    Al alejarse de la tierra y ya resucitado vuelve a repetirla (Luc. 24:51).
    Y desde el cielo vuelve a decir la palabra al fin del Apoc. 22:14.


  I.      EL HOMBRE JUSTO EN CONTRASTE CON EL INJUSTO
    En la distancia se vislumbra la figura del hombre injusto.
    Su dirección hacia abajo se señala en forma dramática en tres climax.

      1.      Por los tres pasos de maldad, malos, pecadores y escarnecedores.
            No ama a Dios. No piensa en la eternidad. No es salvo. No hay vida.
      2.      Por las tres palabras, consejo, camino y silla.
            Consejo es ejemplo, principios, conversación, idea de cosas.
            Camino trata de la conducta; y silla es que se acomodó.
      3.      Por sus tres acciones: anduvo, estuvo y se sentó.
            Un curso inestable, del lado del mal y ya no le pesa.
            Un alud va adquiriendo volumen y fuerza a medida que desciende.



  II.      ALGUNAS CARACTERISTICAS DEL HOMBRE JUSTO
    Su delicia es la Ley de Jehová, está su vida conforme en el Señor.
    Algunos obedecen por obligación pero éste por deleite. No es igual.
    En el Antiguo Pacto decían “Tenemos que hacerlo.” El Nuevo Pacto, “Queremos hacerlo.”
    Nos deleitamos en la Ley del Señor, Dios la escribe en nuestros corazones.
    Servir sin pleno consentimiento del corazón no es adecuado.
    El árbol frutal no sólo es hermoso, sino fértil y útil.
    No cae su hoja, habla de permanencia, no de vida raquítica.


  III.      LA BIENAVENTURANZA DEL HOMBRE JUSTO

      1.      Lo es en lo que se libra. Desdicha del malo, pecador, escarnecedor.
      2.      En lo que abraza, la Ley del Señor, todo le hará feliz.
      3.      Lo es en esta vida, plantado junto a los ríos del Espíritu Santo.
      4.      Lo es en el futuro, prospera, no vive en vano; termina lo que empieza.
      5.      Lo es porque goza de la aprobación de Dios. El nos conoce. (6).

    Es lo suficiente para toda la felicidad y éxito de cualquiera.
    Artista pintará una rosa, pero sin fragancia. Pintura sin vida.
    Imitar a Cristo es una mera rosa pintada, sin fragancia.
    Pero “naciendo junto al arroyo”, Cristo en nosotros, hay vida.



LOS CUATRO HOGARES DEL CRISTIANO

Salmo 23:1–6


    La palabra “HOGAR” es maravillosa. Trae vívidos recuerdos.
    Es la base de nuestra sociedad, allí aprendemos a vivir juntos.
    Risa del niño; canción de cuna; fortaleza del padre y corazón de madre.
    Es la primera escuela e iglesia, allí aprendemos lo correcto y bueno.
    Es refugio, comodidad, alegría, cariño, que nada puede superar.
    Es el lugar donde la cafetera al hervir canta de felicidad.


  I.      HOGAR PATERNO: EL CUIDADO DE DIOS
    Donde nacimos llegando como bebés, dependientes de nuestros padres.
    El niño no teme el futuro, sabe que sus padres son sus pastores.
    Madre corrige sin herir, suaviza con ternura, maestra sin diploma.
    Es el combustible que mantiene el fuego del hogar siempre ardiendo.
    Es cual pastora para que “nada falte” en el constante suministro.
    “Pastos delicados”. Es fortaleza y el normal crecimiento. Es salud.
    “Aguas de reposo.” Es refrigerio en tiempos bochornosos (Ef. 6:1-3).


  II.      HOGAR NUPCIAL: LA DIRECCION DE DIOS
    El que formamos con el ser amado. La ciudadela de nuestro descanso.
    La vida no sólo debe ser trabajo sino reposo para orientarnos.
    Con el sueño reponemos nuestras fuerzas gastadas (Sal. 127:2).
    Este hogar, es la realidad de un maravilloso sueño (Gén. 2:21).
    Adán fue creado social, afectuoso y cortés. “No halló ayuda.”
    El hombre se enamora no de lo que ve sino de lo que sueña. (Can. 2:16).
    La mujer no fue sacada de la cabeza del hombre ni de los pies, sino bajo de su brazo y cerca del corazón para ser amada.


  III.      HOGAR ESPIRITUAL: LA PROTECCION DE DIOS
    En Luc. 10:34-35, vendó heridas, llevólo al mesón y pagó el gasto.
    El v. 5 habla de tres cosas: 1. la mesa; 2. el aceite y 3. la copa.
    Figura de la comunión, la unción y adoración con gozo rebosante.
    Mesa alimento; aceite la unción del Espíritu Santo y la copa la abundancia.
    “Confortará mi alma”, restaura y aviva la senda a seguir.
    Valle de sombra no espanta; él está donde hay dos o tres. (Mat. 28:20).


  IV.      HOGAR CELESTIAL: LA ABUNDANCIA DE DIOS
    Empieza primavera, sigue el verano, el otoño y acabamos en invierno.
    El creyente no llega a su fin sin la escolta del bien y la misericordia.
    No sólo BIEN; como pecadores necesitamos de su misericordia.
    No sólo MISERICORDIA; como pobres necesitamos de su bien.
    Va delante como pastor (Jn. 10:4), y a los costados el bien y misericordia.
    He aquí la garantía de Dios “ciertamente” y para siempre. (Fil. 1:6).

 
EL ROSTRO DE DIOS

Salmo 27:1–14


    En Ex. 33:15 leemos: “Si tu rostro no ha de ir … no nos saques.”
    Se dice que Bunyan, al recibir la libertad, citó estas palabras.
    La cárcel junto a Dios llegó a ser un cómodo santuario.
    La liberación no substituiría la comunión y bendición de Dios.
    Aquí Moisés está por dejar el desierto ante una tierra rica.
    Pero prefiere el desierto con Dios que “leche y miel” en Canaán.


  I.      SU ROSTRO ES UNA NECESIDAD
    Por rostro entendemos no sólo su presencia, sino también su
    benevolencia, poder, bendición, espíritu, luz y salvación. (1)
    Nuestra primera necesidad, no es tanto estilo, circunstancias, templo, buena acústica, famosos predicadores, armonio, coro.
    Podemos carecer de todo esto, pero algo es indispensable. (8-9).
    La iglesia de Laodicea poseía todo esto; y fue desechada.
    Los fieles de las catacumbas certifican el gozo del rostro de Dios.


  II.      SU ROSTRO PRODUCE GOZO
    Horas de comunión con Dios son más preciosas que todo lo humano.
    Cuando Dios torna su rostro a nosotros todo se transforma.
    En nuestros cultos de oración hay poder, edificación y salvación.
    ¡Cómo experimentamos gozo ante la presencia de un ser querido!
    Es así, si realmente amamos a Dios. “Como el ciervo …” (Sal. 42:1-2).


  III.      SU ROSTRO NOS SANTIFICA
    Dice un refrán: “Cuando el gato no está en casa los ratones se pasean.”
    Ante su presencia, nos corregimos y guardamos compostura.
    Nos transforma a la semejanza suya, en Cristo Jesús. (Ef. 2:10).
    Así la luna sólo brilla al ser iluminada por el sol.
    Todo puede fracasar si como los discípulos sólo vemos fantasmas.


  IV.      SU ROSTRO PRODUCE CONVERSIONES
    Por obras, nunca se limpiará un pecador de sus pecados.
    Decía Juan el Bautista (Jn. 3:30). “El debe crecer y yo menguar.”
    Generalmente nosotros hacemos lo contrario; queremos hacernos valer.
    Todos los filósofos juntos, no han podido dar vida a un pecador.
    Se nos debe conocer, como los discípulos que hemos estado con Jesús.



LA DICHA DEL PERDON

Salmo 32:1–11


    El título “masquil” en el hebreo es instrucción, habla de Jesús.
    La experiencia del salmista es la de todo pecador perdonado.
    En ninguna parte aprendemos tanto del pecado en cuanto palabras.


  I.      TRANSGRESION PERDONADA
    La revisión del 60 dice “transgresión” en lugar de “iniquidad”.
    Significa: “ir más allá”, denotando violación de la Ley de Dios.
    Es lo suficiente para aplicar un terrible castigo al pecador.
    El salmista se siente dichoso al saber que ha sido PERDONADO.
    Cuando Dios perdona, es íntegro, retira toda acusación y castigo.
    Es que hemos sido comprados por precio. Es la sangre de Jesús.
    Es la oferta del evangelio a los que se arrepienten de veras.


  II.      PECADO CUBIERTO
    Pecado es el reverso de la palabra anterior, contra el plan de Dios.
    Es errar el blanco e incluye los pecados llamados de omisión.
    Todo lo que podríamos haber hecho o dicho por desgracia lo hicimos.
    La versión del 60 dice “cubierto” en vez de “borrado”.
    En Edén el hombre quiso cubrirse, pero fue Dios quien los cubrió.
    La tapa del arca, que escondía la Ley, se llamaba “propiciatorio”.
    Que nuestra oración sea cual la del publicano: “sé propicio a mí”.


  III.      INIQUIDAD CANCELADA
    Iniquidad, significa pervertido, torcido de la idea de Dios.
    El hombre en su egoísmo y maldad todo lo ha pervertido.
    El cuerpo creado para vehículo del alma, usado para su ruina.
    Del corazón humano dice Dios: “engañoso es el corazón”. (Jer. 17:9).
    No culpar, significa no pensar en ello, cancelado; como inocentes.
    En Cristo nos es quitado todo sentir de vergüenza; somos aceptos.


  IV.      ENGAÑO DESAPARECIDO
    La revisión anterior dice “superchería”, el más sutil pecado.
    Para el más vil pecador hay esperanza; pero para el que está lleno de superchería nada se puede hacer. Está perdido.
    Al decir: “no hay”, es la acción de quitar el mal y poner el bien.
    O sea haciendo salir el mal por la introducción del bien.
    Toda tristeza reside en el pecado; mas todo gozo en el salvado.



LA AUTOBIOGRAFIA DEL CREYENTE

Salmo 40:1–3

    Hablemos del Salvador y de las glorias de la vida cristiana.
    Hemos de quedar encantados de esta maravillosa experiencia.
    Es raro que después de dos mil años sea tan poco entendido.
    Algunos creen que se es creyente cumpliendo algún rito.


  I.      ME HIZO SACAR DEL POZO DE LA DESESPERACION
    Es un cuadro de una prisión oriental. Enorme hoyo en la tierra.
    Sin techo, entrando lluvia, junto a la humedad de los lados.
    Allí en el barro son arrojados los pobres e impotentes presos.
    El salmista dice que así estaba él. ¿Te has descubierto tú allí?
    Es un gran descubrimiento saber dónde y cómo nacimos. (51:5).
    Todos comenzamos en este pozo; algunos siguen y mueren en él.


  II.      PUSO MIS PIES SOBRE PEÑA
    Si tus pies están o no sobre la peña lo sabrás por lo firme.
    El Señor anhela que tengamos la experiencia de la salvación.
    Al perdonarnos quiere que nos regocijemos en ello.
    Un director trajo un libro de faltas; al fin del año lo quemó.
    El las sepultará, en lo profundo de la mar. ¿Es tu experiencia? (Miq. 7:19).
    ¡Aleluya! que esta maravillosa promesa sea nuestra historia.


  III.      ENDEREZO MIS PASOS
    Dijo uno: “pertenezco a la iglesia establecida”, pero, ¿y la Roca?
    Es el Señor la Roca en la cual estamos firmes, no la iglesia.
    El fundamento de un faro penetra hasta la roca viva.
    De modo que llega a ser parte de la roca misma. (Juan 15:4-5).
    Dos hierros pueden unirse con pernos, remaches, al fin se aflojan.
    La fundición hará una sola pieza. Cristo es la Cabeza, la Roca.


  IV.      PUSO EN MI BOCA CANTICO NUEVO
    ¿LO OIRAN? no: “verán esto muchos” (3). No es igual oir que ver.
    Este canto no sólo es para el oído sino también para la vista.
    Mi canto tal vez no sea muy armonioso ni tampoco musical.
    Pero todos podemos tener una canción visible de liberación.
    ¿Estamos afinados en nuestro hogar? ¿Lo ven así los otros?
    ¿Es visible una parte del cielo en nuestra vida?



EL PRIMER FRUTO DE LA SALVACION

Salmo 51:1–19

    David usa tres frases para describir su caída. (1-2).
    REBELION contra Dios; MALDAD hacia el prójimo y PECADO en sí mismo.
    Recuerda cuando Natán el profeta le dijo: “tú eres aquel hombre”.
    Natán: “tú eres”; David: “he pecado”; Jehová: “remitido” (32:1-2).
    Dios nos perdona, pero nunca nos quita las consecuencias.
    BORRAR es quitar; LAVAR es purificar; y LIMPIAR es integridad.


  I.      ES GOZO
    Is. 12:3, Profetiza del gozo evangélico. Se cumple en Luc. 2:10.
    El pecado es una maldición y una fuente de desdicha.
    El evangelio nunca es luto, sino buenas nuevas de gran gozo.
    Es tan cierto el gozo por la salvación como el náufrago salvado.
    Como el enfermo que se cura o el condenado que se liberta.
    Nada ni nadie puede reemplazar el “GOZO DE LA SALVACION”.
    Y al fin nos dirá: “Entra en el GOZO de tu Señor” (Mat. 25:21).


  II.      ESTE GOZO PUEDE PERDERSE
    “Vuélveme el gozo” (12). No pedía la devolución de la salvación.
    Había perdido el gozo. Hay miles de salvados que lo han perdido.

      1.      Por haberse dejado engañar del mundo y sus halagos. (Jer. 2:13).
      2.      Por descuidar los medios de gracia por conservarlo. (Hch. 2:42).
            a) Leche espiritual; b) Asistencia al culto; c) Ofrenda; d) Oración.
      3.      Por los afanes de este siglo permitiendo la invasión del alma.



  III.      COMO RECUPERAR EL GOZO
    Abraham volvió arrepentido al mismo lugar del altar que abandonó.
    El pródigo “volviendo en sí”, al lugar de donde salió.
    Si grande fue el pecado de David, grande fue su arrepentimiento.

      1.      “BORRA; mis rebeliones” (1, 9). El medio está en: (Hch. 3:19).
      2.      “LAVAME; de mi maldad” (2). Es su “sangre que nos limpia” (1 Jn. 1:7).
      3.      “LIMPIAME; de mi pecado” (2). Reconoció la necesidad de tres cosas.
            a) Remisión de Dios; b) Redención de Jesucristo; c) Renovación del Espíritu Santo.



  IV.      ALGUNOS RESULTADOS DE ESTE GOZO
    Enseñaré, se convertirán (13). Dios sólo usa conductos limpios.
    Se convertirán, no “los convertiré”, Dios lo hace por mi intermedio.
    Entonces será conversión verdadera a Dios, no al predicador.
    La adoración más pura brota del corazón contrito. (17)
    Con tal restauración todo el pueblo será bendecido. (18-19).



NUESTRAS CANAS EN LA ANCIANIDAD

Salmo 71:17–21

    Hay remedios que dicen ser seguros y eficaces para las canas.
    Sin duda que las ofertas se inspiran en un buen deseo.
    De quitar indicaciones de vejez prematura, devolviéndonos la belleza.
    Lo más seguro es quedarnos con los copos de nieve que Dios nos da.
    Por cierto que al descubrir algunas canas nos asustamos.


  I.      SON UN TESTIMONIO DE LA FIDELIDAD DE DIOS
    Aun en la vejez y las canas, (18). Desde mi juventud. (17).
    El buen Padre que no desampara a los suyos dice: Is. 46:4.
    El Dios de nuestra juventud es el mismo de la vejez.
    Las canas son un símbolo del misterio de la eternidad.
    El Señor glorificado apareció con cabello blanco. (Apoc. 1:14).
    Así apareció a Daniel (7:9), como anciano de cabello cual lana.


  II.      SON UN TESTIMONIO DE LA PERDIDA INCONSCIENTE
    Oseas 7:9, hablando de declinación dice: “que él no lo supo”.
    Entrañan verdadera tragedia, hay decadencia imperceptible
    Las cosas más preciosas pueden desaparecer de nuestra vida.
    Esta fue la triste experiencia del pueblo escogido de Dios.
    Al apartarse de Dios, su fortaleza comenzó a declinar.
    Así le pasó a Samsón, se fue su fuerza y él no lo sabía.
    Señales de senectud aparecen como las canas aquí y allí.


  III.      SON UN TESTIMONIO DE OTRAS PERDIDAS PEORES
    ¡Cuántos han perdido la gloriosa visión del rostro de Dios!
    Así aconteció en el tiempo de (1 Sam. 4:19-22; 14:3). “Icabod”.
    El Arca, símbolo de la gloria de Dios había sido perdida.
    La Iglesia de Efeso había perdido el primer amor (Apoc. 2:4).
    La Iglesia de Sardis, creía que estaba viva y era muerta (Apoc. 3:1).
    La Iglesia de Laodicea, se creía muy rica y era miserable (Apoc. 3:17).


  IV.      SON UN TESTIMONIO A LA REFLEXION
    Tal vez las canas nos han salido esparcidas y no las vemos.
    Pero el ojo penetrante, descubre indicios de declinación.
    ¿Es nuestra espiritualidad tan robusta como lo era en días idos?
    ¿Cómo salimos de las batallas? ¿Triunfantes, heridos o derrotados?
    Si después de estas reflexiones descubrimos canas en nosotros, ¿qué hacer? ¿hay remedio? Gracias a Dios que lo hay (Is. 40:29-31).


NUESTRO PUNTO DE VISTA

Salmo 77:1–20

    Un edificio o paisaje se ve de manera diferente según el ángulo de donde se mire.
    Debemos pues saber mirar las cosas en forma sana y equilibrada.
    Si la lámpara del cuerpo es el ojo, éste debe ser limpio. (Luc. 11:34-36).

  I.      DOS PUNTOS DE VISTA OPUESTOS
    Los versículos del 1-9 son muy diferentes de los versículos del 11-20.
    Los dos puntos de vista están divididos con el versículo 10.
    Al terminar la primera sección está la palabra “selah”,
    lo cual denota una pausa y significa: “piensa en lo que dices”.
    Luego al repasarlo, exclama: “Enfermedad mía es esta” (10).
    El sentir de los primeros nueve versículos es desequilibrio, queja.


  II.      PUNTO DE VISTA INCORRECTO
    De esos nueve versículos hay veintidós referencias al yo y sólo once a Dios.
    Abre su boca en aflicción y sin reflexionar dice lo que siente.
    Se queja, clama desesperado y desmaya, acordándose de su mal.
    No halla remedio a su angustia, busca a Dios sin hallar consuelo.
    El recuerdo del Señor no le trae paz a su alma atribulada.
    Clama al cielo, y no recibe respuesta y culpa a Dios (7-9).


  III.      PUNTO DE VISTA CORRECTO
    Veintidós referencias para sí y sólo once a Dios. Ahora veinticuatro a Dios y sólo tres a sí.
    Del 1 al 9 cree en Dios, pero del 11 al 20 Dios ya es supremo.
    Olvidándose de sí mismo, sólo ve a Dios sobre su vida.
    Piensa en lo que Dios es y ha hecho, recuerda su redención.
    Cómo Dios abrió el camino del mar y guiólos por desiertos.
    Ve a Dios, como Omnipotente, como Redentor y como Pastor. (20).


  IV.      EL SECRETO DEL PUNTO DE VISTA CORRECTO
    Toda tribulación halla su respuesta a la diestra del Altísimo (10).
    Es sólo desde allí (10) que se comprende lo incomprensible.
    ¿Nos hallamos atribulados? sentémonos en la escuela del Señor.
    Es esto lo que cambia el yo en tú y el mío en tuyo.
    Cuando Dios llena el alma, ya no hay lugar para el “yo”
    “Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio” (46:1-3).
 


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