martes, 30 de junio de 2015

A vosotros os es dado conocer los misterios del reino de Dios; pero a los otros por parábolas, para que viendo no vean, y oyendo no entiendan.

Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6


 
 
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LA SEMILLA DEL CAMBIO

LUCAS 8:1–15


  Aconteció después, que Jesús iba por todas las ciudades y aldeas predicando y anunciando el evangelio del reino de Dios, y los doce con él, y algunas mujeres que habían sido sanadas de espíritus malos y de enfermedades: María, que se llamaba Magdalena, de la que habían salido siete demonios, Juana, mujer de Chuza intendente de Herodes, y Susana, y otras muchas que le servían de sus bienes.

  Juntándose una gran multitud, y los que de cada ciudad venían a él, les dijo por parábola: El sembrador salió a sembrar su semilla; y mientras sembraba, una parte cayó junto al camino, y fue hollada, y las aves del cielo la comieron. Otra parte cayó sobre la piedra; y nacida, se secó, porque no tenía humedad. Otra parte cayó sobre espinos, y los espinos que nacieron juntamente con ella, la ahogaron. Y otra parte cayó en buena tierra, y nació y llevó fruto a ciento por uno:
  Hablando estas cosas, decía a gran voz: el que tiene oídos para oír, oiga.

  Y sus discípulos le preguntaron diciendo: ¿Qué significa esta parábola? Y él dijo: A vosotros os es dado conocer los misterios del reino de Dios; pero a los otros por parábolas, para que viendo no vean, y oyendo no entiendan.

  Ésta es, pues, la parábola: La semilla es la palabra de Dios. Y los de junto al camino son los que oyen, y luego viene el diablo y quita de su corazón la palabra, para que no crean y se salven. Los de sobre la piedra son los que habiendo oído, reciben la palabra con gozo; pero éstos no tienen raíces; creen por algún tiempo, y en el tiempo de la prueba se apartan. La que cayó entre espinos, éstos son los que oyen, pero yéndose, son ahogados por los afanes y las riquezas y los placeres de la vida, y no llevan fruto.

  Mas la que cayó en buena tierra, éstos son los que con corazón bueno y recto retienen la palabra oída, y dan fruto con perseverancia. (Lucas 8:1–15)

Venían de todas partes, como los aficionados que acceden a un campo de fútbol. Unos llegaban solos, otros en grupo. Había maridos acompañados de sus esposas, madres que venían con sus hijos, jóvenes que traían a sus parejas. Algunos parecían traer a todo el pueblo con ellos. Los había que venían porque estaban enfermos o tenían algún trastorno y pensaban que él podía sanarlos. Otros porque eran pobres o estaban oprimidos y pensaban que él podía liberarlos. Otros venían porque estaban aburridos y sentían curiosidad, y pensaban que él podía entretenerlos. Otros venían … bueno, para algunos habría sido difícil explicar exactamente por qué venían; quizás porque imitaban a todos los demás. Pero, cualquiera que fuese su compañía y su motivación, había una palabra en labios de Jesús que les intrigaba y entusiasmaba: «reino».

«El reino de Dios se ha acercado». Eso es lo que decían que predicaba. Para la población rural de Galilea, aquellas palabras eran la chispa que encendía la mecha.

Toda sociedad sueña con un mundo mejor: una sociedad sin clases, el sueño americano, diversas utopías; y los judíos del primer siglo no eran una excepción. En los últimos años del período del Antiguo Testamento—como muestran los profetas inspirados, que lucharon contra su experiencia nacional de tiranía y opresión—se había ido introduciendo más y más en sus mentes el sueño de un reino venidero. Estaba claro que sería una intervención extraordinaria por parte de Dios para transformar este presente mundo de maldad en la clase de mundo donde el pueblo de Dios podría sentirse verdaderamente en casa. Se obtendría una victoria definitiva sobre los poderes del mal, una victoria que ningún ser humano normal era capaz de alcanzar.

Por tanto, esperaban la llegada de un liberador sobrenatural. Alguien que fuera ungido como los poderosos héroes del pasado: un nuevo David, pero incluso mayor. Esperaban, en una palabra, al Mesías: «No os preocupéis—decían los profetas—, las cosas nos van bastante mal a los judíos de este presente siglo malo. Pero pronto irrumpirá el Mesías en la historia. Y entonces, en ese momento, el reino de Dios llegará».

¿Podéis imaginaros la impresión que se llevarían, el temblor lleno de esperanza que seguramente recorrería a la población de Galilea cuando Jesús, un joven carpintero de Nazaret, comenzó a recorrer las ciudades y los pueblos diciendo que aquello ya había ocurrido? «El reino de Dios se ha acercado. Arrepentios y creed en el evangelio»—les decía.
Evidentemente, al principio habría muchos escépticos. 

Estaban muy familiarizados con lunáticos que daban rienda suelta a sus fantasías megalomaníacas y que pretendían ser el Mesías. Pero aquel hombre no sólo tenía pretensiones mesiánicas. Arrojaba demonios, sanaba a los enfermos y enseñaba; ¡y cómo enseñaba! Tenía un carisma que no se había visto en Israel desde los días de los más grandes profetas, medio siglo antes. Incluso corría el rumor de que podía tratarse de Elias o de Jeremías resucitados de los muertos. Hasta ese punto llegaba el asombro y el impacto que les había producido.

Si hubiera querido aprovechar su oportunidad, habría puesto en marcha toda una campaña de avivamiento religioso y revolución política que las autoridades de Jerusalén—y quizás las de Roma—habrían sido incapaces de frenar. La palabra «reino» les traía a la memoria los más gloriosos sueños de todo el pueblo galileo, encendía su celo más fanático e inspiraba su compromiso más apasionado. Todo lo que tenía que hacer al enfrentarse a aquella multitud era realizar uno o dos milagros y soltarles un apropiado discurso que los pusiera en marcha: toda Galilea habría corrido precipitadamente y con gran entusiasmo tras su mesiazgo.

Pero lo más extraordinario es que no lo hizo. En vez de eso les contó un cuento. ¿Podéis imaginaros a semejante multitud dispuesta a llegar hasta él yendo de pueblo en pueblo, con gran expectación, pendientes de cada palabra, anhelando ser conmovidos por medio de su impresionante oratoria y ser impactados por su poder sobrenatural? ¡Y él va y les cuenta un cuento! Una historia extraña y enigmática, una «parábola»—como él la llama.

Incluso a sus amigos más cercanos les desconcertó totalmente su comportamiento: «¿Pero se puede saber qué haces, Jesús?» Y aquí tenemos su explicación:

  A vosotros os es dado conocer los misterios del reino de Dios; pero a los otros por parábolas, para que viendo no vean, y oyendo no entiendan (Lucas 8:10).

Se trata de unas palabras controvertidas y poco aceptadas. Contradicen el punto de vista popular de las parábolas y de las historias moralizantes, de aquellas imágenes pintorescas que sirven para ayudar a que la gente sencilla y poco sofisticada entienda las cosas. Al contrario, Jesús dice que él habla en parábolas no para que a la gente le sea más fácil comprender, sino para que le sea más difícil: «Para que viendo no vean, y oyendo no entiendan».

En cualquier caso, lo que está muy claro es que a Jesús no le impresionaban aquellas multitudes que fluían de todos los rincones de Galilea para verle, y entre las cuales podríamos haber estado nosotros si hubiéramos vivido en aquel entonces. No estaba en absoluto convencido de que captaran verdaderamente su onda. 

Había crecido entre ellos. Conocía perfectamente la clase de ideas que albergaban sobre el reino de Dios, y eran completamente diferentes de las suyas. Lo último que quería hacer era fomentar sus errores por medio de una búsqueda de popularidad. De hecho les lanza indirectas acerca de lo que piensa de ellos, citando al profeta Isaías cuando se le dijo que predicara a un pueblo cuyos corazones serían endurecidos sin remedio contra sus palabras. En los días de Isaías parecía que Israel había llegado a estar tan enamorado de los ídolos paganos, que no podía ni ver ni oír que Dios había dictaminado legalmente abandonarlo a su propia ceguera y sordera espiritual.

Ese decreto divino que aparece en Isaías 6:9 es lo que Jesús estaba citando aquí cuando habló, en el versículo 10, de los que oyendo no entienden. Las multitudes galileas, según Jesús, se encontraban en un estado espiritual similar al de los judíos del Jerusalén de Isaías. Eran incapaces de comprender la nueva revelación del reino de Dios que les traía, porque sus mentes estaban cerradas y llenas de prejuicios en contra. 

Algunos comentaristas van incluso más lejos, hasta llegar a la conclusión de que, en el versículo 10, Jesús estaba adoptando deliberadamente una estrategia de encubrimiento, intentando esconder sus verdaderas opiniones. Sugieren que estaba tan desilusionado con el pueblo judío y tan convencido de que, como el Jerusalén de Isaías, le acabarían rechazando, que camufló deliberadamente su mensaje, para confirmarles así su estado de condenación debido a su incredulidad.

Se trata de una teoría discutible; pero creo que, de alguna manera, es exagerar el asunto. Al fin y al cabo, si Jesús quería ocultar su mensaje de las multitudes, ¿por qué predicaba? ¿Y qué hacemos con su insistente exhortación: «quien tenga oídos para oír, oiga”? Verdaderamente suena como si buscara una respuesta inteligente a sus palabras.

Creo que está más cerca de la verdad la interpretación de que Jesús estaba diciendo en el versículo 10 que utilizaba las parábolas como una especie de filtro. Entre los miles de personas que venían a verle movidos por razones equivocadas, él sabía que había algunos que estaban verdaderamente abiertos a la verdad. Una reducida minoría, quizás, en medio de una inmensa multitud de sordos espirituales; pero, a pesar de ser pocos, tenían oídos para oír. Sus parábolas eran un filtro que identificaba a los verdaderos discípulos. Aquellos que se acercaban a Jesús buscando sólo un líder político, un revolucionario nacionalista o un hechicero hacedor de milagros se iban frustrados. Se encontraban, para su desilusión, con alguien que se dedicaba a contar historias. Pero aquellos que habían sido atraídos hasta él por algún tipo de magnetismo más profundo, se quedaban. En sus corazones estaba trabajando el Espíritu de Dios. 

Habían sido llamados en su interior a seguirle. Aunque al principio les dejó perplejos, como a todos los demás, a la vez estaban intrigados, deseando comprender lo que verdaderamente quería decir. Sentían que, enterrada en algún rincón de la aterradora penumbra de sus parábolas, se encontraba la pista que les llevaría hacia aquel reino de Dios que tanto anhelaban sus corazones. «A vosotros—les dice—os es dado conocer los misterios del reino de Dios». De hecho, ésta es una característica fundamental de todo el ministerio de Jesús. No es necesario luchar a brazo partido con su mensaje desde la distancia segura de una curiosidad imparcial. 

La iluminación espiritual es privilegio de aquellos que se comprometen de una manera personal con él y que comparten la intimidad de una relación personal con él. A diferencia de muchos oradores, Jesús nunca perdió la cabeza debido a la adulación de las multitudes. Él no enloqueció por la ilusión de alcanzar el éxito que acarrean las grandes cifras. La mentalidad de «mega-iglesia», con su «evangelio adaptado a las necesidades del mercado» y orientado hacia el consumismo, no le interesaba en absoluto. Era capaz de ver más allá. Se contentó con rodearse de los doce hombres y el puñado de mujeres que Lucas nos menciona. Con tal de que fueran verdaderos aprendices, verdaderos discípulos, él estaba dispuesto a darse totalmente a aquel reducido grupo.

Es significativo el hecho de que la interpretación de las parábolas que Jesús continúa exponiendo aclare aun más este proceso de criba. Detrás del énfasis pastoral del sembrador y la semilla está la verdad solemne y seria de que sólo algunos escuchan sus palabras y llegan a ser bendecidos por él. Por desgracia, muchos son evangelizados y, sin embargo, no llegan a ser salvos. Aunque la respuesta inicial pueda parecer prometedora, el camino del discipulado puede resultar demasiado exigente.

Antes de examinar esta interpretación en detalle, merece la pena apuntar que el simple hecho de que Jesús interprete su parábola de esta forma desmiente dos populares teorías contemporáneas acerca de las parábolas. Algunos comentaristas recientes del Nuevo Testamento han defendido que las parábolas no deben ser interpretadas, sino tan sólo revestidas de ropajes contemporáneos. Una parábola, según ellos, es un recurso retórico pensado para causar un impacto inmediato sobre una audiencia actual; por tanto, interpretar una parábola es algo así como explicar un chiste. Si lo hacemos, ya no tiene gracia ni produce efecto.

Hay un profundo elemento de verdad en ese punto de vista. Las parábolas son deliberadamente misteriosas y difíciles de captar. Hay en ellas algo paradójico y sorprendente que pretende subvertir las presuposiciones del que escucha. Introduciéndonos en su historia, Jesús nos desarma de nuestras defensas psicológicas, de manera que las verdades inadmisibles para nosotros puedan encontrar un lugar en nuestros corazones como un misil que busca su objetivo. 

Y, como consecuencia, es sin duda difícil predicar las parábolas de una manera que reproduzca aquel impacto dramático original. No obstante, es evidente que Jesús no creía que fuera imposible explicar las parábolas, ni que perdieran su valor si se intentaba hacerlo, ya que él mismo interpreta esta parábola.

Una segunda tesis defendida comúnmente por los eruditos actuales—y que también se contradice con el ejemplo que Jesús da aquí—es que las parábolas son ilustraciones de un sermón encaminadas a aclarar un punto concreto y que nunca deberían tratarse como alegorías. De nuevo existe un importante elemento de verdad en esto. Los estudiosos medievales dejaban a veces volar su imaginación en busca de significados alegóricos escondidos tras las parábolas.

Por ejemplo, si estudiamos la conclusión de esta parábola en los evangelios de Mateo y de Marcos, encontramos que termina de manera ligeramente diferente. La semilla sobre la buena tierra produce diferentes cantidades de fruto: unos a ciento por uno—como también dice Lucas—, pero otros a sesenta y a treinta por uno. Lucas ha abreviado la historia ligeramente en cuanto a este aspecto. Los expertos medievales se aferraban con fuerza al final más largo y sugerían toda clase de ideas especulativas acerca de su significado. 

Una teoría popular era que el ciento por uno representaba a los mártires que habían dado sus vidas por Cristo; el sesenta por uno representaba a los monjes que habían hecho un voto de celibato; ¿y el treinta por uno? ¡Bien—argumentaban—, es obvio que el treinta por uno representa a aquellos cuya diminuta contribución al reino de Dios consistía sencillamente en ser una esposa obediente!

Evidentemente, esa forma de leer el lenguaje figurado de Jesús no es legítima. No hay razón en absoluto para creer que, en la parábola del sembrador, él pretendía hacer referencia alguna a los mártires, a los monjes o a las esposas obedientes. De hecho, la mayoría de los detalles de sus parábolas no están escondidos ni tienen un significado secundario en absoluto, sino que están allí sencillamente para añadirle color a la historia.

No obstante, tampoco se debe insistir en que las parábolas sólo tienen una lección sencilla que enseñarnos. Porque la propia interpretación que Jesús hace de esta parábola presenta características claramente alegóricas. El sembrador, la semilla, el terreno pedregoso y los espinos, tienen que ver todos ellos con cosas diferentes. Por tanto, es un claro error trazar una línea divisoria entre parábola y alegoría, o situar un límite arbitrario en cuanto a la cantidad de enseñanza contenida en una parábola.

En realidad quiero sugerir que hay al menos tres lecciones imprescindibles que Jesús está intentando comunicarnos en esta parábola.

1. La forma en que avanza el reino de Dios

  Ésta es, pues, la parábola: La semilla es la palabra de Dios. (Lucas 8:11)

Comenzamos con el llamativo anuncio que Jesús hace del reino de Dios. Los poderes del mal huyen ante su rostro. Expulsa a los demonios. Los cojos son sanados. Las señales de su misión mesiánica para transformar el mundo son claramente manifiestas. Pero, ¿de qué forma va a cambiar el mundo? Ésa es la pregunta inevitable: ¿Cómo va a traer el reino? ¿Qué estrategia empleará para precipitar esta transformación decisiva para la historia mundial? ¿Levantará un ejército de ángeles y marchará sobre Jerusalén o sobre Roma? ¿Hará descender fuego sobrenatural del cielo para consumir a los malvados? ¿Qué método utilizará para introducir el reino de Dios? De hecho, todo esto era muy debatido entre los judíos de aquellos días. Y, cuando habla de los «secretos del reino de Dios», está haciendo referencia a la respuesta a esta pregunta. Pretende traer información privilegiada sobre este punto tan importante desde la fuente de inteligencia más elevada posible de todo el universo, desde el mismo cielo. Y la clave de esa estrategia secreta, para aquellos que sean capaces de penetrar en la parábola en la que se esconde, reside en la semilla.

Reuniendo la evidencia de todas sus parábolas y de toda su enseñanza, queda claro que Jesús anticipó que el reino de Dios vendría de una forma hasta entonces desconocida para el pueblo judío. Llegaría en tres fases, y no por medio de un sólo instante apocalíptico. En primer lugar habría un tiempo de plantación cuando llegara el Mesías, de incógnito y disfrazado, a sembrar la semilla del reino en los corazones de unos cuantos discípulos escogidos. Después habría un período de crecimiento para que esa semilla, multiplicada a través de su testimonio, fertilizara muchas otras vidas, hasta que verdaderamente las esporas del reino hubieran sido esparcidas por todo el mundo. Y, por último, habría un tiempo de cosecha en el que el Mesías volvería—esta vez en medio de una aclamación pública universal—para recoger el fruto producido por la semilla que había sembrado, y así manifestar plenamente el reino del que habían hablado los profetas.

Por tanto, la respuesta a esa pregunta de tan vital importancia—¿De qué manera va a llegar el reino de Dios?—reside en la metáfora de la semilla. ¿Y qué es esa semilla, ese instrumento tan importante por medio del cual el nuevo mundo del reino se esparce por todas partes? Aquí, en esta primera parábola, Jesús deja a sus discípulos sin duda alguna al respecto. «La semilla es la palabra»—les dice—. La predicación del evangelio será el agente inseminador del cambio. Será la palabra la que hará germinar la revolución cósmica de Dios. Es la que introduce el reino. «La semilla es la palabra de Dios».

Es difícil captar toda la importancia de esa sencilla frase tan breve. Por desgracia, la iglesia, a lo largo de los siglos, no siempre la ha creído. Una y otra vez han surgido otras cosas que han usurpado el primer lugar que la palabra debería haber ocupado en la agenda cristiana. Hubo un tiempo, por ejemplo, en que la iglesia veneraba el pan y el vino más que la Biblia; el altar estaba en el centro en lugar del púlpito, y no sólo en su arquitectura sino también en su teología.

Hay quienes, incluso hoy, nos harían volver a aquella superstición sacramentalista si pudieran. Pero, en nuestra generación, la amenaza a la primacía de la palabra llega generalmente desde otras direcciones: la acción social, por ejemplo. En los últimos años ha habido muchos cristianos que se han involucrado cada vez más en política. Durante mucho tiempo, los cristianos habían considerado el terreno político como un área en la que no había que entrar, como si Jesús fuera Señor de todo excepto allí. No es así. Los cristianos tienen la responsabilidad de ser la sal de la tierra tanto en los despachos políticos y en los debates parlamentarios, como a través de campañas evangelísticas o de misiones internacionales.

No obstante, existe el peligro de excederse en el intento de compensar nuestra pasada negligencia en cuestiones sociales. La gente puede perder el contacto con las prioridades de Jesús. El péndulo puede irse al extremo opuesto. La nueva sociedad de Dios no se introduce por medio de una resolución parlamentaria, y menos aún por medió de un arma. Se introduce a través de la Palabra.

Jesús estaba bastante familiarizado con los políticos revolucionarios de sus días. Muchos de los celotes que luchaban por la libertad venían de su área de procedencia, Galilea. Pero sus tácticas no le valían. Se trataba de una semilla equivocada, y él lo sabía. La semilla es la palabra. Una palabra que, cuando la oyes en labios de Jesús o de sus discípulos, no tiene que ver directamente con estructuras sociales o económicas; una palabra que no ofrece estrategias utópicas para hacer zozobrar de manera inmediata el mal institucional; una palabra, en cambio, que tiene que ver con el arrepentimiento personal, el perdón personal, la fe personal y el discipulado personal. Es una palabra que, como vemos en esta parábola, no se dirige a las masas politizadas, sino a los corazones de los individuos responsables. Fijémonos en la tercera persona del singular que utiliza Jesús en su invitación: «el que tiene oídos para oír, oiga» (Lucas 8:8).

En la superficie, sin duda, esto parece una estrategia más bien poco prometedora. ¿Cómo podemos considerar que la profunda transformación a la que hacían referencia los profetas cuando hablaban del reino de Dios se debería sólo a la «palabra»? Pero Jesús estaba convencido de ello. Por eso rehuyó el camino político y escogió ser un predicador y un maestro. Esa palabra, como veremos en nuestra próxima parábola, exige acción social de la clase más práctica y sacrificial. Jesús ni mucho menos se despreocupaba de las estructuras políticas y de la injusticia económica. Pero insiste en que es la palabra la que debe llegar primero. Por medio de su propio ministerio público mostró su convicción de que «la semilla es la palabra de Dios».

2. El fracaso y la desilusión son inevitables

  Otra parte cayó sobra la piedra (Lucas 8:6).

Miremos con cuidado cómo cuenta Jesús la historia. Fijémonos en que lo que hace es describir una siembra homogénea y cuatro tipos diferentes de terreno. Si la parábola hubiera sido narrada por un experto en publicidad de la actualidad, bien podría haber sido al revés. Habría hablado de un terreno homogéneo y cuatro tipos diferentes de sembradores. El primero sembraría la semilla de una forma determinada, pero no funcionaría; el segundo utilizaría una táctica diferente, pero tampoco sería buena; el tercero intentaría otro método, pero no tendría éxito; y, por fin, llegaría el sembrador que, con una previa investigación del mercado y un perfeccionamiento adecuado de su técnica de venta, conseguiría la cosecha deseada. ¡Bien hecho, sembrador!

¡No!—dice Jesús—. No es así como funcionan las cosas. El éxito o fracaso de la siembra de la palabra no parece depender en absoluto de la técnica del sembrador. Al contrario, la semilla es sembrada de una manera que, al parecer, carece de arte alguno y es una especie de despilfarro que no requiere destreza. Es esparcida. Porque no es función del sembrador el transformar un terreno en otro. Jesús dice que más bien es función de la semilla el discriminar entre la fertilidad intrínseca o la infertilidad del terreno. Lo que determina la cosecha es la calidad del terreno, no la experiencia del sembrador.

Está claro que eso no nos gusta. Nos roba nuestra mejor excusa para rechazar el evangelio, aquella de que el predicador no era bueno. Es el terreno el que marca la diferencia. La fertilidad espiritual no reside en la capacidad del maestro. Y Jesús insiste en que así son las cosas. La fertilidad no reside en la capacidad del evangelista. Y por eso describe tres grados de fracaso.

a. Los de junto al camino

  … Son los que oyen, y luego viene el diablo y quita de su corazón la palabra … (Lucas 8:12).

Jesús es franco aquí en cuanto al gran desperdicio de esfuerzo que a menudo parece ser el compartir las buenas nuevas del reino de Dios. Mientras habla, mira alrededor a la inmensa multitud que fluye hacia él para escucharle. Con seguridad, muchos serían tentados a etiquetar a estos adherentes temporales como «convertidos». Al fin y al cabo, el solo hecho de que vinieran a Jesús desde sus hogares seguramente indicaba alguna clase de respuesta espiritual, ¿no? Pero Jesús no está tan convencido. «No—dice—, en esta multitud lo que yo veo es una gran mezcla. Es obvio que algunas de estas personas que han venido a escucharme están endurecidas contra mi palabra». Ese endurecimiento puede proceder del orgullo intelectual—«no esperará que me crea eso, ¿verdad?»—, o de la obstinación moral—«de ninguna manera pienso dejar de hacer eso porque él lo diga»—, o de la auto-justificación—«¿yo un pecador? ¡Cómo se atreve!” También puede tratarse simplemente de la indiferencia o el aburrimiento que llevan al endurecimiento: «Esto no es para mí. A mí me va el yoga, ¿sabe?»

Aunque escuchan su palabra, les resbala como el agua a los patos. Su corazones están recubiertos de teflon espiritual, por lo que nada se les pega. Quizás piensen que ellos son los inteligentes, los modernos, los que no se dejan llevar por esa tontería del «reino de Dios». Pero tengamos en cuenta a aquel a quien Jesús identifica como el silencioso y secreto personaje que está detrás de esta actitud cínica y desafiante. «Luego viene el diablo y quita de su corazón la palabra, para que no crean y se salven»—les dice.

Jesús está convencido de que en la persona existe una fuerza maligna que está trabajando para desacreditar la palabra, así como para distraer su mente y evitar que le preste atención a aquélla. Todo evangelista se enfrenta a la oposición demoníaca. ¿Podría ser que también estuviera trabajando en los lectores de este libro?


b. Los de sobre la piedra

  … Son los que habiendo oído, reciben la palabra con gozo; pero éstos no tienen raíces … (Lucas 8:13).

Otras personas de la multitud representan sólo una decisión superficial, un entusiasmo inicial que no es duradero. Su respuesta a la palabra se reduce a pura emoción, a la clase de excitación animal que se experimenta cuando se es parte de una gran multitud, o a la clase de sensación cálida que produce el visionar una película emotiva. «Reciben la palabra con gozo»—dice Jesús—, pero después las circunstancias cambian, baja el nivel de adrenalina, se mitiga la embriaguez del momento. Quizás comiencen a sentirse engañados: «Me dijeron que el cristianismo te hacía feliz; pues bien, ¡yo no lo soy! Me dijeron que el cristianismo me proporcionaría amigos; bien, ¡pues yo no tengo ninguno! Debe ser que pasé por una fase adolescente. Fue tan sólo un espejismo. No pienso seguir siendo cristiano».

«No tienen raíces». Creen durante un tiempo; pero, a la hora de la prueba, apostatan—dice Jesús. ¿Quién no ha conocido a alguien así? Hay prodigios espirituales que se convierten de la noche a la mañana. Por un tiempo son unos cristianos maravillosos. Pasan por todas las clases de preparación para el bautismo o la confirmación. Se involucran en todo. Pero, seis meses después, no se les vuelve a ver el pelo.

c. Los que caen entre espinos

  … Son los que oyen, pero yéndose, son ahogados …, y no llevan fruto … (Lucas 8:14).

Hay otros que dan marcha atrás tras haber sido considerados discípulos. De nuevo pasan por una respuesta inicial llena de entusiasmo. Pero, a diferencia del caso de la decisión superficial, estas personas no parecen renegar de su compromiso con Jesús inmediatamente. Mantienen algún tipo de identidad cristiana. No se apartan en ese sentido. Pero, con el paso del tiempo, Cristo va teniendo cada vez menos significado en sus vidas. La presión de los intereses rivales van desgastando sus energías. La influencia del materialismo y de la mundanalidad va minando todos aquellos deseos iniciales de espiritualidad.

Durante la juventud, puede que las responsables de esta diversidad de intereses sean las metas que tienen para su vida, los deportes o la atracción sexual. En la mediana edad se trata de la presión económica, las responsabilidades familiares o las ambiciones profesionales. En la tercera edad, la preocupación por la salud o por los nietos. En todas las etapas de la vida pueden surgir docenas de distracciones. «Yéndose … son ahogados por las preocupaciones de la vida, las riquezas y los placeres»—dice Jesús. Y el resultado es que «no llevan fruto». Se mantienen en un estado de subdesarrollo espiritual y no maduran. Se autodenominan cristianos, pero lo que han adquirido es un hábito de ir a la iglesia, no una fe vital y personal.

No nos engañemos, llevar las buenas nuevas del reino de Dios es algo muy descorazonador. Hay muchas personas que escuchan pero no se convierten. Otras deciden precipitadamente seguir a Cristo, pero desaparecen. Otras se sientan en un banco semana tras semana como los pasajeros de un tren, pero nunca pasan de un compromiso puramente nominal.

Pero, en medio de esta escena tan desalentadora, hay algo que, finalmente, anima al evangelista.


3. Una evidencia duradera

  Otra parte cayó en buena tierra, y nació y llevó fruto a ciento por uno (Lucas 8:8).

La semilla de la palabra es la única forma de multiplicar el reino. Y así será. A pesar de las frustraciones y esfuerzos perdidos, Jesús nos asegura que el granjero tendrá una cosecha espléndida al final del día. Porque hay algunos «que con corazón bueno y recto retienen la palabra oída, y dan fruto con perseverancia» (Lucas 8:15).

Los comentaristas no se ponen de acuerdo en cuanto a cuántos de estos tipos de terreno podrían implicar una esperanza de salvación. Todos están de acuerdo en que los de la semilla sembrada junto al camino no. El mismo texto excluye esa posibilidad. «Para que no crean y se salven»—dice Jesús de aquellos que tienen los corazones endurecidos.

Pero hay muchos que opinan que los otros tres terrenos, aunque difieran en el grado de espiritualidad que representan, no obstante todos ellos muestran una respuesta salvadora al evangelio. «Al fin y al cabo—dicen—, la semilla que es sembrada sobre la piedra y entre espinos germina, ¿no? Reciben la palabra. Deciden seguir a Cristo. Al menos comienzan el camino del discipulado. Estos individuos tienen una seguridad de vida eterna. Aunque su compromiso no se sostenga y no haya crecimiento espiritual—lo que les hace perder el derecho a obtener una recompensa en el cielo—, no por ello pierden el cielo mismo».

Yo no estoy nada convencido de este punto de vista tan optimista. Me pregunto qué pasa con las palabras de Jesús registradas en el Sermón del Monte acerca de aquellos discípulos nominales que hacen una profesión verbal. «No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor … Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí» (Mateo 7:21–23). ¿O qué pasa con la solemne ilustración de la vid que se nos da en el evangelio de Juan? El pámpano que no lleva fruto es cortado y arrojado al fuego (ver Juan 15:6). ¿Y la solemne advertencia que se le hace a los apóstatas en la epístola a los hebreos? «La tierra que produce espinas y abrojos es reprobada … y su fin es el ser quemada»—dice el escritor—. ¿Y la terrible admonición de Cristo resucitado dirigida a aquellos supuestos creyentes de la iglesia de Laodicea que tenían el corazón dividido? «Por cuanto eres tibio … te vomitaré de mi boca» (Apocalipsis 3:16).

La aplicación de esta parábola es que, para Jesús, la única respuesta adecuada a la palabra es la que resulta en una productividad espiritual duradera. Es la única posibilidad. F. Mac Arthur lo expresa muy bien en su «The Gospel According to Jesus» [El Evangelio según Jesús}:

  «La meta de la agricultura es el fruto. Para la cosecha, el terreno lleno de malas hierbas es tan malo como un camino pedregoso o como el terreno que admite poca profundidad de raíz. Todos ellos son igualmente malos, porque ninguno de ellos produce fruto. La meta de la agricultura es el fruto, y éste es también la demostración definitiva de la salvación».

Jesús nos avisa en este relato de que las meras profesiones de fe llevan a una estadística equivocada. Lo que verdaderamente anima el corazón de Cristo son los cambios de larga duración que se producen en el estilo de vida, no las manifestaciones de entusiasmo de corta duración.

Algunos cristianos bienintencionados tratan la fe como un seguro contra incendios. Dicen: «¡Decídete por Cristo ya; porque, una vez que hayas pagado ese sencillo precio una vez en la vida, ya tienes vida eterna y nunca más debes dudar de eso! Por medio de ese paso de fe tienes garantizada la admisión en el cielo de manera absoluta e irrevocable».

Pero semejante presentación puede distorsionar peligrosamente el cristianismo del Nuevo Testamento. Conduce a los que profesan ser cristianos a pensar que pueden vivir el resto de sus vidas como les plazca. Ya han hecho su «decisión por Cristo»; por tanto, están asegurados. Pueden sucumbir a todo tipo de fallo moral o degradación espiritual, e insistir en que son «salvos». ¿Acaso no les dijo el evangelista que tenían vida eterna y que nunca debían dudar de eso? Habían adquirido su seguro contra incendios. Habían pagado su precio para toda la vida. Por lo tanto estaban asegurados para toda la eternidad.

Pues el Nuevo Testamento no está de acuerdo con eso. Insiste en que la seguridad de salvación eterna sólo vale si viene avalada por la evidencia clara de un crecimiento espiritual y de una productividad. Eso no quiere decir que seamos salvos por nuestras buenas obras. Pero significa que la única evidencia fiable de nuestra salvación es la santidad.

Según Jesús, los que están seguros son aquellos que dan fruto por medio de su perseverancia. El sello del hombre o de la mujer que se han convertido de verdad es la paciencia. Jesús no ofrece seguridad alguna para los pámpanos conformistas que no dan fruto.

Se cuenta una historia acerca de cómo el predicador victoriano Carlos Spurgeon, mientras caminaba hacia su iglesia en Londres, se cruzó con un borracho que estaba abrazado a una farola. «Soy uno de sus convertidos, Mr. Spurgeon»—le dijo.
«Puede que seas unos de mis convertidos—respondió Spurgeon—; pero, desde luego, no uno de los convertidos de Dios. Si lo fueras, no estarías en estas condiciones».

La semilla de la palabra, cuando se recibe de forma que lleva a la salvación, no produce sólo un impacto temporal. Produce un cambio duradero. La fe verdadera no es un capricho efímero fruto de la excitación emocional que produce una reunión evangelística. No es sólo un asentimiento de cabeza en dirección al altar cada vez que se repite el Credo el domingo por la tarde. La fe verdadera es un compromiso de corazón, de manera deliberada y decidida, a obedecer fielmente a Cristo y su palabra, que persevera en medio de las pruebas y de la oposición y que dura toda la vida. No estoy diciendo que los cristianos no puedan sufrir un revés; claro que pueden. Pero perseveran. Y sólo aquellos que perseveran hasta el final son salvos.

Por otra parte, existe algo así como la experiencia de conversión abortiva, como ocurrió entre los discípulos en el caso de Judas. Es por eso que el Nuevo Testamento nos exhorta:

  «Mirad, hermanos, que no haya en ninguno de vosotros corazón malo de incredulidad para apartarse del Dios vivo; … Porque somos hechos participantes de Cristo, con tal que retengamos firme hasta el fin nuestra confianza del principio (Hebreos 3:12, 14).

El reino de Dios comienza en nuestras vidas cuando Dios comienza a regir en ellas. ¿Y cómo puede Dios gobernar en nuestras vidas? Según Jesús, depende de la atención obediente que prestemos a su palabra.

 
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Él nos libró del dominio de la oscuridad y nos trasladó al reino de su amado Hijo, en quien tenemos redención, el perdón de pecados

Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6



 
 
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Cómo bosquejar el sermón temático-doctrinal


Cómo bosquejar el sermón textual

Cómo bosquejar el Sermón Textual


Tres técnicas útiles para desarrollar bosquejos homiléticos



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Introducción

El sermón textual es aquel que presenta un aspecto del mensaje de un texto bíblico corto, en fidelidad a su contenido, forma y función. Decimos “corto”, porque la atención al detalle que requiere este tipo de sermón nos obliga a examinar sólo uno o dos versículos de las Sagradas Escrituras a la vez.
Aunque no todos los textos bíblicos se prestan para el sermón textual, hay infinidad de versículos que bien pueden servir como punto de partida para nuestras reflexiones. Entre los muchos textos “clásicos” que podemos señalar, destacamos pasajes bíblicos tales como Mateo 28.18 al 20, Juan 3.16 y Romanos 5.1.

Tres modelos para bosquejar el sermón textual 

En esta ocasión, sugiero tres modelos básicos para bosquejar sermones textuales. En particular, les presento tres técnicas homiléticas:Bosquejos basados en palabras clave

  • Bosquejos basados en las frases principales del texto
  • Bosquejos basados en las ideas fundamentales del pasaje bíblico
Tomemos Romanos 5.1 para ilustrar estas técnicas. Ese hermoso pasaje bíblico dice de la siguiente manera, en la versión Reina-Valera Revisión del 1960: “Justificados, pues, por la fe tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo.”

1. Bosquejos basados en palabras clave

Si analizamos el texto, podemos identificar varios conceptos importantes, tales como:

  • Justificar
  • Fe
  • Paz
  • Dios
  • Jesucristo.
Es necesario, pues, buscar en un buen diccionario bíblico el significado de estas palabras tan importantes. Si posible, se debe identificar el vocablo hebreo o griego que está en la base de nuestra traducción. En este caso, como el Nuevo Testamento fue escrito en griego, encontramos que el verbo “justificar” es la traducción de “diakaióo”; “fe” la de “pístis”; y “paz” la de “eiréne”.
Claro está, las divisiones centrales o “puntos” del pasaje bíblico deben enunciarse en oraciones completas, no en palabras sueltas o frases carentes de verbos. Por lo tanto, es importante desarrollar puntos que, basados en estos conceptos, transmitan ideas completas. Por ejemplo:

    1. Justificar significa ser declarado por Dios como una persona “justa”, es decir, que está en una relación correcta tanto con el Señor como con la comunidad.
    2. Fe significa desarrollar una relación de fidelidad a y de confianza en Dios.
    3. Paz, en el sentido griego de la palabra “eiréne”, marca el fin de un conflicto y el comienzo de una relación sana con el Señor.

Bosquejos basados en las frases principales del texto

Un análisis gramatical nos lleva a considerar los verbos principales, los secundarios y los implícitos, así como las cláusulas independientes y dependientes del texto. Esto nos permite identificar las frases clave del texto. Por ejemplo:

  • Justificados, pues, por la fe
  • Tenemos paz para con Dios
  • Por medio de nuestro Cristo Jesús
Aunque esto facilita la tarea de bosquejar el pasaje, es necesario recordar que los puntos o divisiones principales del sermón deben ser enunciados en oraciones completas, con sujeto, verbo y predicado. Por ejemplo:

    1. Dios justifica a la humanidad por medio de la fe.
    2. La gracia de Dios elimina los conflictos que separan a la humanidad de su Señor.
    3. La obra de Cristo ha hecho posible la justificación de la humanidad.

Bosquejos basados en las ideas fundamentales del pasaje

La tercera alternativa presupone el análisis semántico—es decir, de las palabras y conceptos del texto—y el gramatical. Aunque diferentes personas tendrán diversas maneras de interpretar las ideas teológicas centrales del texto, a continuación presento un posible bosquejo basado en Romanos 5.1:

    1. La justificación por la fe es el medio de la salvación.
    2. La paz con Dios es uno de los beneficios principales de la salvación.
    3. Cristo Jesús es el agente de la salvación.

Conclusión

Como podemos ver, estas técnicas pueden ser muy útiles a la hora de bosquejar un sermón textual. Esperamos, pues, que estas sugerencias sean de bendición para usted y para su ministerio homilético.
 Los sermones textuales se encuentran contenidos entre los expositivos.

Apéndice

A manera de apéndice, comparto unas notas homiléticas textuales basadas en Hebreos 11.1, esperando que las mismas también puedan motivarles a redactar bosquejos para sermones textuales:

La fe

Texto: Hebreos 11:1
Tema: La fe es fidelidad, confianza y compromiso con Dios.
Área: Formación espiritual
Propósito: Exhortar a la iglesia a ampliar su definición del concepto “fe”.
Diseño: Textual-Expositivo
Introducción: La Iglesia usa la palabra “fe” en dos maneras distintas, pero complementarias. Por un lado, la “fe” es el acto de creer en Dios. Por otro lado, se refiere al contenido de nuestra religión.
Puntos a desarrollar:

  1. La fe es “confianza”. Tener fe significa confiar en Dios. La fe implica una relación de amor a y de confianza en Dios, quien nos ama. Esa confianza nos permite conocer el carácter y la naturaleza de Dios. Más importante aún, la fe nos permite amar a Dios y vivir en el mundo que ha creado para nosotros.
  2. Hebreos 11:1 define la fe como esperanza y como convicción. Tener fe implica estar convencido o convencida de la existencia y la veracidad de las realidades espirituales. La fe es fidelidad, confianza y compromiso con Dios.
  3. Tener fe en Dios implica serle fiel a Dios. Quien deposita su confianza en Dios, descubre que Dios es fiel a quienes le aman. Debemos, pues, responder con fidelidad a la fidelidad divina.
Conclusión: En resumen, la fe es confianza y fidelidad. Empero, la fe también es compromiso. Tener fe, implica estar comprometido con una causa. Quien tiene fe en algo, invierte su vida en eso. Por eso, quien tiene fe en el Señor, invierte su vida en el servicio a Dios, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo.






Cómo usar la Versión Popular (Edición de estudio) en la predicación
Teoria Homiletica
Como usar la

Versión Popular (Edición de Estudio)

en la predicación


Bosquejo:

I. Introducción
II. Análisis del texto
III. Del texto al sermón
IV. Conclusión



I. Introducción

¿Qué recursos se necesitan para preparar un sermón? Además de la Biblia, se necesita tener una pequeña biblioteca que incluya diccionarios, concordancias y comentarios bíblicos. Ahora bien, las Sociedades Bíblicas Unidas han publicado una nueva Biblia de estudio que provee mucha de la información que antes se encontraba sólo en los recursos arriba mencionados. A continuación demostraremos cómo podemos los recursos de la Versión Popular Edición de Estudio (VPEE) para preparar un sermón sobre Hechos 27, el capítulo que narra el viaje del Apóstol Pablo a Roma.

II. Análisis del texto

La VPEE provee una breve introducción a cada libro de las Sagradas Escrituras. Esta discute asuntos pertinentes para el estudio del texto. En nuestro caso, la introducción al libro de los Hechos de los Apóstoles indica el lugar que ocupa este escrito en el Nuevo Testamento, explica su título, presenta tanto su tema central como sus temas secundarios y discute su estructura literaria.

La lectura de la introducción ayuda a ubicar el pasaje y provee una de las ideas fundamentales del sermón. Por un lado, Hechos --que es la continuación del Evangelio según San Lucas-- narra como el Evangelio llegó desde Jerusalén hasta Roma, la capital del imperio. Así que la narración del viaje de Pablo es muy importante, pues introduce la culminación del escrito. Por otro lado, la introducción identifica como uno de los temas secundarios el que ningún poder humano puede impedir el avance del Evangelio. Esta será una de las ideas centrales de nuestro sermón.

Leída la introducción, pasamos a leer Hechos 27 en la Reina Valera Revisada (RVR) y en la VPEE. Al compararlas, encontramos que la traducción de la RVR es un tanto difícil de entender. Por ejemplo, usa palabras arcaicas tales como "sotavento" (v. 7) y "esquife" (v. 16); frases oscuras como que la navegación era peligrosa "por haber pasado el ayuno" (v. 9); y medidas antiguas como "quince brazas" (v. 28).

La traducción de la VPEE es mucho más clara. En vez de "sotavento" dice que navegaban "con el viento en contra" (v. 7); en lugar de "esquife", usa "bote salvavidas" (v. 16). Tanto la traducción como la nota al calce aclaran el v. 9. La navegación se hacía peligrosa porque se acercaba el invierno, pues había pasado el Día del perdón en el cual los judíos ayunaban. Ese día se celebra a fines de septiembre o a principios de octubre. Además, la VREE indica las medidas en metros.

De hecho, el texto bíblico va de la mano con las notas al pie de página. En este caso, la VPEE provee 19 notas que explican diversos aspectos del capítulo 27. Algunas explican la ubicación geográfica de los lugares mencionados en el texto, tales como Adramito y La Sirte. Otras notas proveen referencias que permiten aprender más de ciertos personajes --como Aristarco (v. 2)-- y de las costumbres de la época (v. 42). Las demás explican detalles que de otra manera habría que aclarar leyendo un atlas, un diccionario, o un comentario bíblico.

La lectura del texto bíblico y de las notas al pie de página nos dan suficiente información para hacer un breve bosquejo de Hechos 27. En este bosquejo preliminar, identificaremos los distintos episodios del texto, el itinerario del viaje, los versículos más importantes, el punto culminante y el desenlace de la historia.

Podemos confirmar si hemos comprendido bien el pasaje consultando los excelentes mapas que distinguen a la VPEE. A diferencia de otras Biblias que sólo tienen mapas en el apéndice final, la VPEE también coloca mapas cerca de los pasajes a los cuales hacen referencia. En este caso, encontramos un mapa que ilustra el viaje a Roma justo al lado del capítulo 27. Así, la trayectoria de la travesía queda clara.

Es posible redondear nuestro sermón leyendo las referencias a la vida de Pablo en el índice temático que se encuentra al final de la VPEE. Estas referencias podrán ser utilizadas a través del sermón para explicar el lugar que ocupa este episodio en la historia del Apóstol. En los apéndices de la VPEE también encontraremos otras ayudas tales como mapas, tablas cronológicas y tablas de pesos y medidas.

III. Del texto al sermón

La interesante historia de Hechos 27 nos invita a diseñar un sermón narrativo que podemos titular En medio de la tempestad. El tema será que Dios está con nosotros aun en medio de la tormenta, ya que nada puede detener el avance del Evangelio. Comenzaremos el sermón indicando que Pablo sufría siendo inocente. En esta sección haremos alusión a episodios pertinentes de la vida del Apóstol y explicaremos por qué era llevado a Roma en cadenas (vv. 1-8). En el desarrollo del sermón narraremos la historia, explicando que el naufragio ocurrió porque los militares romanos insistieron en navegar aún cuando Pablo les había advertido que Dios había revelado que todos morirían (vv. 9-12).

Hoy día encontramos situaciones similares; hay personas que sufren siendo inocentes, otras provocan su propio sufrimiento. El relato continúa explicando cómo el barco quedó al garete (vv. 13-20). Ahora bien, cuando la tripulación había perdido toda esperanza, Dios mostró su misericordia revelando por medio de Pablo que a pesar del naufragio, ni una sola persona perdería la vida (vv. 21-26). El mensaje no puede ser más claro, Dios viene en nuestro auxilio aún cuando estamos perdidos en medio de la tempestad (véase los vv. 27-44).

IV. Conclusión

Sin lugar a dudas, uso de la VPEE ha facilitado la comprensión del texto y ha acortado el proceso de preparación sermonaria. Claro está, sería prudente culminar nuestro estudio consultando un buen comentario bíblico sobre el libro de Hechos, tal como el que escribiera Justo L. González. No obstante, quien emplee regularmente la Versión Popular Edición de Estudio encontrará en ella un magnífico recurso para la predicación.



Sílabo modelo y recursos para un curso “online” de homilética básica 
:: Teoria Homiletica
Curso básico de homilética
Curso en línea & Sílabo modelo

Principios de predicación
Silabo
Descripción del curso
El curso estudia cómo crear, diseñar y predicar sermones, usando lecturas, conferencias ejercicios prácticos, trabajo en grupos pequeños y grabaciones de sermones de práctica en vídeo.
Objetivos operacionales
La meta del curso es capacitar al estudiantado para que pueda alcanzar su pleno potencial en el púlpito cristiano. Al final del curso, el estudiantado podrá:
1. Explicar el lugar central de la predicación en la vida de la Iglesia.
2. Interpretar textos bíblicos para la predicación.
3. Diseñar sermones expositivos, narrativos y temáticos.
4. Predicar de manera efectiva.
Materiales Requeridos:
Lecturas suplementarias
Escoja uno de los libros enumerados a continuación para su informe de libro:
Arrastía, Cecilio. Teoría y práctica de la predicación. Miami: Caribe, 1978.
Broadus, John. Tratado sobre la predicación. El Paso: Casa Bautista de Publicaciones, 1925.
Costas, Orlando E. Comunicación por medio de la predicación. San José: Caribe, 1973.
Crane, James D. El sermón eficaz. El Paso: Casa Bautista de Publicaciones, 1961.
_____. Manual para predicadores laicos. El Paso: Casa Bautista de Publicaciones, 1966.
Ham-Stanard, Carlos Emilio. El trípode homilético: Una guía para predicadores laicos. Quito: CLAI, 2000.
Jiménez, Pablo A. La predicación en el siglo XXI: Actualidad, contexto, cultura, justicia social, liberación, postmodernidad. Barcelona: Editorial CLIE, 2010.
Jiménez, Pablo A. & Justo L. González. Manual de homilética hispana: Teoría y práctica desde la diáspora. Barcelona: Editorial CLIE, 2006.
Mergal, Angel M. El arte cristiano de la predicación. El Paso, CUPSA, 1951.
Mottesi, Osvaldo. Predicación y misión: Una perspectiva pastoral. Miami: Logoi, 1989.
Rodríguez, Rafael A. Homilética simplificada. San Juan: Katallage, 1983.
Rostagno, Bruno. La fe nace por el oír: Guía para la predicación. Buenos Aires: La Aurora, 1989.
Vila, Samuel. Homilética. Terrassa (Barcelona): CLIE, 1978
Zenses, Christophe. Siervo de la palabra: Manual de predicación. Manual EDUCAB. Buenos Aires: ISEDET, 1997.
Requisitos
Para aprobar el curso será necesario cumplir con los siguientes requisitos:
1. Asistir a clases regularmente.
2. Tomar un examen preliminar sobre los primeros cuatro capítulos de Principios de Predicación.
3. Escribir un informe sobre uno de los libros enumerados en la lista de Lecturas suplementarias. El informe debe ser escrito a máquina, de entre cuatro a cinco páginas de largo. Debe entregar su informe al comienzo de la sexta sesión de estudios. El informe debe contestar las siguientes preguntas:
  • ¿Cuál es la idea central del libro?
  • ¿Cuál es el propósito del libro?
  • ¿Qué metodologías propone, avanza o explica?
  • ¿Cómo define el concepto “predicación”?
  • ¿Cómo explica la tarea de la persona que predica?
  • ¿Qué pensadores han influenciado a la persona que escribió el libro?
  • ¿Cuáles son sus perspectivas teológicas básicas? ¿Cuáles son sus tendencias ideológicas, políticas y pastorales? ¿Cuál es su perspectiva denominacional?
  • ¿Cuál es su opinión sobre el libro? ¿Qué aprendió? ¿Cómo influirá en su estilo de predicar?
4. Escribir un bosquejo sermonario y predicar un sermón de práctica en clase (véase calendario).
5. Tomar un examen final.
6. Evaluar el curso.
Metodología
El curso se desarrollará de la siguiente manera:
1. Durante las sesiones plenarias el profesor ofrecerá conferencias y ejercicios en grupo sobre el tema del día.
2. Las conferencias serán asistidas por presentaciones computarizadas y por hojas sueltas. Además, usaremos vídeos educativos en clase.
3. Cada persona participará en un grupo pequeño durante la duración de la clase. Los ejercicios en los grupos pequeños estarán orientados a cada estudiante en forma individual.
4. Todos los sermones de práctica serán grabados en vídeo. Cada estudiante tendrá la oportunidad de ver su vídeo en compañía del profesor, si así lo desea.
Criterios de evaluación
Aparte de los cinco trabajos escritos, los y las estudiantes recibirán una nota por asistencia y participación en clase. Dado que el valor de cada tarea será 100 puntos, será posible acumular hasta 600 puntos en clase. Las notas de otorgarán de acuerdo a la siguiente tabla:
Nota
Porcentaje
Puntos Requeridos
A
100-90 %
400-360
B
89-80 %
359-320
C
79-70 %
319-280
D
69-60 %
279-240
F
59-0 %
239-0
Calendario
Primera sesión
1. Apertura
2. Lectura y discusión del sílabo
3. Conferencia: Vocabulario básico (Video)
4. Grupos pequeños: Examen diagnóstico (Documento en Adobe PDF)
5. Lecturas requeridas:
a. El vocabulario básico de la predicación (Texto)
Segunda sesión


2. Grupos pequeños: Punto de contacto (Documento en Adobe PDF)
3. Lecturas requeridas: Principios, capítulo 1, 2 y 3
Tercera sesión
2. Grupos pequeños: Los Tres Pasos (Documento en Adobe PDF)
3. Lecturas requeridas:
a. Principios, capítulo 4
b. Artículo: Los Tres Pasos (Texto)
c. Artículo: ¿Qué es la predicación bíblica? verlo más abajo (Texto)
Cuarta sesión

1. Conferencia: Los rudimentos de la predicación (5 Vídeos)
:: Teoría Homilética

Los rudimentos del sermón
Introducción


Título

Texto

Tema


Área
Propósito
2. Grupos pequeños: Ejercicios sobre la presentación del sermón
3. Lecturas requeridas: Principios, capítulo 5

Quinta sesión

1. Lectura dirigida: Diseño básico del sermón
2. Conferencia: Cómo bosquejar un sermón (Vídeo)

3. Conferencia: La entrega del sermón (Vídeo)
3. Grupos pequeños: Lectura interpretativa de un manuscrito
4. Lecturas requeridas:
a. Principios, capítulos 6 y 11
b. Tercera parte del Vídeo “Principios de predicación”

Sexta sesión: ** Entrega del informe de libro**

1. Conferencia: El sermón expositivo (Vídeo)

2. Grupos pequeños: Sermones de práctica

3. Lecturas requeridas: Principios, capítulo 7 y apéndice A

Séptima sesión

1. Conferencia: El sermón narrativo (Vídeo)

2. Grupos pequeños: Sermones de práctica
3. Lecturas requeridas: Principios, capítulo 8 y apéndice B

Octava sesión

1. Conferencia: El sermón doctrinal (Vídeo)

2. Grupos pequeños: Sermones de práctica
3. Lecturas requeridas: Principios, capítulo 9 y apéndice C

Novena sesión

1. Conferencia: El sermón de ocasiones especiales (Vídeo)

2. Grupos pequeños: Sermones de práctica
3. Lecturas requeridas: Principios, capítulo 10 y apéndice D

Décima sesión: Sermones de práctica

Undécima sesión: Sermones de práctica

Doceava sesión

1. Auto-evaluación

2. Evaluación del curso



Dónde nace un sermón (en formato PDF)

El sermón de ocasión (en formato PDF) 

El sermón narrativo (en formato PDF)


Los tres pasos
Bosquejo:




1. Introducción

En los últimos años nuestra América Latina se ha visto invadida por programas religiosos en la radio y en la televisión. La religión electrónica se ha vuelto parte integral de la experiencia cristiana evangélica latinoamericana.

Sin embargo, el fenómeno de la Iglesia electrónica sólo está comenzando a estudiarse en nuestro medio. Sólo recientemente se ha empezado a caminar en la investigación del tema. Uno de los primeros pasos en esta investigación lo constituye el libro La Iglesia electrónica y su impacto en América Latina de Hugo Assmann .

Las reflexiones que presentamos a continuación nacieron con motivo de la presentación del libro de Hugo Assmann en el Seminario Bíblico Latinoamericano. Las mismas se dividen en dos partes. En la primera presentamos una breve reseña crítica del libro. En la segunda, presentamos algunas ideas germinales sobre la relación entre la religión electrónica y la predicación protestante. En todo esto, nuestro esfuerzo no es otro que el de aportar algunos elementos para el avance de la discusión del tema.

2. La Iglesia electrónica: una reseña critica

Nuestros comentarios sobre el libro se estructurarán a base de una serie de preguntas guías que, regularmente, usamos en nuestras clases en el Seminario. Las mismas exploran la tesis y el objetivo del material; la metodología empleada por el autor; sus presuposiciones teológicas, filosóficas y hermenéuticas; su reacción a posturas diferentes; los logros del escrito y una evaluación crítica del mismo.

2.1. Tesis y objetivo

La tesis de Hugo Assmann en su libro es la siguiente: Para comprender el fenómeno de la religión electrónica debemos ver su función socio-política e ideológica. Es necesario verla en su globalidad como parte del avance de las sectas y como parte de los diversos fetichismos que se utilizan para legitimar el sistema imperante. En fin, hay que verla como parte del proceso global que hoy vive América Latina.

El objetivo de Hugo Assmann es sacarnos de la mera denuncia personalista de los tele o radio evangelistas, llevándonos a ver el problema en su amplio marco social.

Es interesante notar que el libro no se desgasta en ataques personalistas sino que analiza el problema sin descartar la religión electrónica. Esta última ha sido, hasta cierto punto, la posición protestante en los últimos años. Sin embargo, el libro nos llama a transformar la religión electrónica. Debemos notar que el libro no es tímido en apuntar la manipulación del pobre que llevan a cabo estos medios. Sin embargo, Hugo Assmann reconoce que la Iglesia Electrónica tiene algunas funciones positivas. Esta le ofrece al oyente sueños de vida, por eso apela en especial a los pobres y a los marginados. A pesar de su carácter ultra-terreno e individualista, la religión electrónica cumple cierta función consoladora en medio de la situación en que vivimos.

2.2. Metodología

Assmann combina el análisis socio-político con la presentación resumida -- y a veces anecdótica- de algunos movimientos que componen la Iglesia electrónica. Como buen teólogo latinoamericano, Assmann parte del análisis de la realidad para esbozar teorías e hipótesis sobre el problema. En este sentido, los primeros tres capítulos están dedicados básicamente a ese análisis de la realidad tanto en EE.UU. como en América Latina -- sobre todo en Brasil, tomando en cuenta estudios que se han hecho recientemente, en particular el del CELEP . Los últimos dos capítulos presentan pistas y pautas para la reflexión.
Cabe notar que el libro se define a sí mismo como un estudio preliminar, invitando así “a la continuación del diálogo y de la reflexión.”

2.3. Presuposiciones

Los supuestos del libro son claros. Hugo Assmann trabaja dentro del marco de la teología latinoamericana de la liberación. Cabe decirlo claramente: El libro no es neutral. Dentro de la mejor tradición latinoamericana, el autor presenta claramente sus supuestos teológicos, filosóficos y hermenéuticos.

2.4. Reacción ante posturas diferentes

Sin embargo, esto no quiere decir que el libro está cerrado a otras posiciones o análisis sobre el tema. En varios momentos se emplean materiales bibliográficos de personas con posturas diferentes. Hugo Assmann los emplea con gran provecho, señalando con honestidad sus reservas con respecto a la posición ideológica de los demás autores.

2.5. Logros

En general, el libro logra ampliamente su objetivo. La evidencia sobre el uso ideológico de la religión electrónica por la nueva derecha de los EE.UU. es contundente. Una y otra vez vemos retratadas en el libro las prácticas manipuladoras de las transnacionales de la religión.
Sin embargo, el libro nos ayuda a salir de la mera denuncia personalista. No son Robertson, Falwell o Swaggart el problema; el problema viene a ser la nueva ofensiva ideológica. Estos personajes son sólo instrumentos de esta ofensiva. La solución no está en hacer caer a estos individuos sino en transformar el sistema.

Además, el libro logra su objetivo de hacemos respetar la religiosidad del pueblo. Es fácil tomar una actitud pedante y menospreciar a las ancianitas que envían sus ofrendas esperando un pañuelo o una rosa ungida. Estos elementos que para nosotros no son más que fetiches, para la ancianita son sueños de vida: de un esposo recuperado del alcoholismo; de un hijo fuera de la drogadicción; de un matrimonio feliz para su hija; de una vida mejor; en fin, son sueños de oraciones contestadas.

2.6. Evaluación crítica

A nivel positivo, afirmamos:

a. La importancia de la investigación.
b. El tratamiento del tema en su contexto socio-político.
c. La sospecha ideológica del libro.
d. El llamado a soluciones integrales.
e. El respeto por la religiosidad del pueblo.

Algunos elementos que necesitan más trabajo son:

a. El carácter tentativo de la investigación.
b. La necesidad de algún excurso donde se defina mejor el fundamentalismo, sus características y su relación con la nueva derecha norteamericana.
c. Un análisis más profundo de la relevancia que tiene en especial la radio en la piedad, la educación, la predicación y el cuidado pastoral de la audiencia.
d. Y, su restricción más importante, la ausencia de un estudio como éste de aquellos programas que más influyen en el pueblo evangélico hispano parlante.

En resumen, lo que quiero decir es que el libro despierta el deseo de saber más sobre el problema. El libro nos desafía a continuar investigando.

3. Religión electrónica y predicación protestante

En esta sección, trataremos brevemente el tema de la relación entre la Iglesia electrónica y la predicación protestante. A continuación veremos tres niveles del problema: el práctico, el comunicativo y el teológico.

3.1. Nivel práctico

Es necesario reconocer que las Iglesias "Históricas” protestantes acostumbran "abandonar”, es decir, no trabajar, áreas completas de la teología y la práctica pastoral. Estas son, entonces, trabajadas por los movimientos fundamentalistas. Ejemplo de esto son la escatología y la pneumatología. Estas áreas habían sido trabajadas casi exclusivamente por los grupos fundamentalistas hasta que en los últimos años la teología latinoamericana de la liberación ha comenzado a desarrollar el tema del Reino y la espiritualidad. El uso de los medios de comunicación masiva, es una de estas áreas que ha sido dejada a los grupos fundamentalistas.

Otra verdad que debemos reconocer es que no son los seminarios ni las casas editoras quienes capacitan el liderazgo evangélico de América Latina. En las últimas décadas, la religión electrónica ha provisto los contenidos y los modelos para la predicación del pueblo evangélico latinoamericano. Nuestra gente aprende a predicar con la radio; nuestra gente aprende qué decir con la radio. Desde que terminó aquella primera etapa de Evangelismo a Fondo no hay modelos autóctonos que sean conocidos en toda la región. En las ultimas décadas, los modelos han sido Graham y Swaggart .

3.2. Nivel comunicativo

Existen algunos principios comunicativos que nos ayudan a entender mejor el impacto de la religión electrónica.

Estos son:

a. La audiencia es más influida por la forma que por el contenido de un mensaje; la gente es más influida por lo dramático que por lo lógico. Así un predicador dinámico se comunica mejor que uno inseguro.

b. La audiencia tiende a creer lo que oye por radio y televisión; la gente tiende a creer a quien escucha por estos medios. Esto se debe a que estos medios transmiten las noticias, las cuales se consideran regularmente fidedignas.

En este sentido no es sorprendente que un “importante predicador electrónico" tenga más credibilidad que un pastor local.

3.3. Nivel teológico

Este es el nivel más importante para comprender el éxito de la predicación tele-radial. Permítanme jugar el papel de abogado del diablo. Voy a hablar en blanco y negro-- aunque la realidad es gris-- señalando algunos elementos teológicos que hacen tan llamativa la religión electrónica

3.3.1. La teología fundamentalista

La teología fundamentalista es clara y simple. El tema de la Biblia es Jesucristo, aún del Antiguo Testamento. La predicación es la exposición de las escrituras y, por lo tanto, de Jesucristo.

Su lógica es clara. Hay sólo dos caminos: el cielo o el infierno. La función del sermón es sencilla: presentar el desafío del evangelio.

Su énfasis individualista apela a las necesidades inmediatas del oyente. Y. a veces, produce cambios radicales en la gente.

El estilo de predicación es narrativo, episódico e inductivo. Utilizan imágenes, ilustraciones e historias. No se parte de un bosquejo o de una idea central, sino que se "descubre a Cristo en el texto en la dinámica de la exposición.”

3.3.2. La teología protestante

La Iglesia protestante ha sostenido varias teologías, muchas contradictorias entre sí, durante el siglo XX.

Predicamos la iniciativa divina con Barth, el existencialismo con Bultmann y Tillich, el compromiso con Bonhoeffer, el liberalismo con Fosdick, la muerte de Dios con Robinson, a Dios en la historia con Von Rad, la esperanza en la historia con Moltmann y Pannenberg, y ahora hemos descubierto la dimensión liberadora.

Con Bultmann desmitologizamos el mensaje. Las imágenes bíblicas eran "criaturales"; eran la corteza que envolvía el Kerigma. Había que descartarlas. ¡Lo importante es el contenido, no la forma! Cayendo, así, en una especie de maniqueísmo estético.

En las últimas décadas recuperamos el carácter narrativo y literario de la Biblia. Rechazamos la idea de que la revelación es proposicional.

Descubrimos que el mensaje bíblico es más bien narrativo e inductivo. Esto nos ha llevado a la teología inductiva por excelencia: la teología latinoamericana de la liberación. Ahora partimos de la realidad; la teoría es un segundo paso.

Sin embargo, mantenemos un estilo homilético contrario a nuestra teología. Seguimos usando el sistema homilético del racionalismo inglés. Lo hemos aprendido con Spurgeon, Broadus, Crane, Stott ... y también Costas. Esta predicación proposicional, racionalista y monológica contradice nuestra teología inductiva y comunitaria. En consecuencia, algunos han pensado que el problema está en la disciplina: la predicación no es efectiva. Pero la Iglesia electrónica nos sigue probando la efectividad de la predicación. El problema no está en la disciplina; está en nosotros.

4. Conclusiones

Tanto el libro como la situación de nuestras Iglesias nos presentan varios desafíos. De estos, quisiera indicar tres que, a mi entender, presentan una agenda de trabajo para el liderazgo teológico y pastoral en América Latina.

En primer lugar, se presenta el desafío de la investigación. Es necesario continuar la misma, haciendo estudios tanto analíticos como técnicos.

Segundo, se presenta el desafío pastoral. Es necesario desarrollar un acompañamiento pastora! que cultive la confianza y la credibilidad .

Finalmente, se presenta el desafío de la comunicación del mensaje. Es necesario encontrar formas mas efectivas para la comunicación del evangelio, usando eficazmente tanto los métodos tradicionales --- por ejemplo la predicación- como los medios de comunicación masiva. La Iglesia electrónica no nos llama a imitar sus métodos, sino que nos desafía a ser mejores comunicadores.

5. Notas bibliográficas

1. El 23 de septiembre de 1987 se realizó una mesa redonda sobre el libro "La Iglesia electrónica y su impacto en América Latina". En la mesa, de izquierda a derecha el Dr. Guillermo Cook, el Dr. Hugo Assmann, el Dr. Carmelo Álvarez y el Rev. Pablo A. Jiménez.

2. Hugo Assmann, La Iglesia electrónica y su impacto en América Latina (San José: DEI,1987).

3. Adolfo Ruiz y Dennis Smith, "Impacto de la programación religiosa difundida por los medios electrónicos en la población cristiana activa de América Central", Pastoralia 18 (Julio 1987): 129-161.

4. Hugo Assmann, op. cit., página 13.

5. Aunque no todos tienen plena conciencia de su papel en la lucha ideológica, algunos expresan abiertamente sus proyectos políticos. Véanse, por ejemplo, las declaraciones de Falwell y Robertson en las revistas Time del 2 de noviembre de 1985 y del 17 de febrero de 1986, respectivamente.

6. Esto ha sido señalado anteriormente. Véase, por ejemplo, el artículo de Cecilio Arrastía, "Billy Graham y sus imitadores", Pastoralia 9 (Diciembre 1982): 36-39.

7. Lo siguiente está tomado de Myron R. Chartier, Preaching as Communication: An Interpersonal Perspective (Nashville: Abingdon, 1981), páginas 51-59, passim.

8. Sobre la teología fundamentalista de la predicación véase el capítulo llamado "Fundamentalism: The Evangelists" (págs. 64-79), en Roben M. Duke, The Sermon as God's Word: Theologies for Preaching (Nashville: Abingdon, 1980).

9. Este llamado ha sido expresado en el “Comunicado de la consulta de obispos de América Latina y el Caribe a nuestras Iglesias", Pasos 10, DEI (1987): 16-20.




Predicadores, profetas y sacerdotes (Segunda versión, en formato PDF)


Religión electrónica y predicación protestante
:: Teoria Homiletica
Religión electrónica y predicación protestante

Bosquejo:

1. Introducción
En los últimos años nuestra América Latina se ha visto invadida por programas religiosos en la radio y en la televisión. La religión electrónica se ha vuelto parte integral de la experiencia cristiana evangélica latinoamericana.
Sin embargo, el fenómeno de la Iglesia electrónica sólo está comenzando a estudiarse en nuestro medio. Sólo recientemente se ha empezado a caminar en la investigación del tema. Uno de los primeros pasos en esta investigación lo constituye el libro La Iglesia electrónica y su impacto en América Latina de Hugo Assmann .
Las reflexiones que presentamos a continuación nacieron con motivo de la presentación del libro de Hugo Assmann en el Seminario Bíblico Latinoamericano. Las mismas se dividen en dos partes. En la primera presentamos una breve reseña crítica del libro. En la segunda, presentamos algunas ideas germinales sobre la relación entre la religión electrónica y la predicación protestante. En todo esto, nuestro esfuerzo no es otro que el de aportar algunos elementos para el avance de la discusión del tema.
2. La Iglesia electrónica: una reseña critica
Nuestros comentarios sobre el libro se estructurarán a base de una serie de preguntas guías que, regularmente, usamos en nuestras clases en el Seminario. Las mismas exploran la tesis y el objetivo del material; la metodología empleada por el autor; sus presuposiciones teológicas, filosóficas y hermenéuticas; su reacción a posturas diferentes; los logros del escrito y una evaluación crítica del mismo.
2.1. Tesis y objetivo
La tesis de Hugo Assmann en su libro es la siguiente: Para comprender el fenómeno de la religión electrónica debemos ver su función socio-política e ideológica. Es necesario verla en su globalidad como parte del avance de las sectas y como parte de los diversos fetichismos que se utilizan para legitimar el sistema imperante. En fin, hay que verla como parte del proceso global que hoy vive América Latina.
El objetivo de Hugo Assmann es sacarnos de la mera denuncia personalista de los tele o radio evangelistas, llevándonos a ver el problema en su amplio marco social.
Es interesante notar que el libro no se desgasta en ataques personalistas sino que analiza el problema sin descartar la religión electrónica. Esta última ha sido, hasta cierto punto, la posición protestante en los últimos años. Sin embargo, el libro nos llama a transformar la religión electrónica. Debemos notar que el libro no es tímido en apuntar la manipulación del pobre que llevan a cabo estos medios. Sin embargo, Hugo Assmann reconoce que la Iglesia Electrónica tiene algunas funciones positivas. Esta le ofrece al oyente sueños de vida, por eso apela en especial a los pobres y a los marginados. A pesar de su carácter ultra-terreno e individualista, la religión electrónica cumple cierta función consoladora en medio de la situación en que vivimos.
2.2. Metodología
Assmann combina el análisis socio-político con la presentación resumida -- y a veces anecdótica- de algunos movimientos que componen la Iglesia electrónica. Como buen teólogo latinoamericano, Assmann parte del análisis de la realidad para esbozar teorías e hipótesis sobre el problema. En este sentido, los primeros tres capítulos están dedicados básicamente a ese análisis de la realidad tanto en EE.UU. como en América Latina -- sobre todo en Brasil, tomando en cuenta estudios que se han hecho recientemente, en particular el del CELEP . Los últimos dos capítulos presentan pistas y pautas para la reflexión.
Cabe notar que el libro se define a sí mismo como un estudio preliminar, invitando así “a la continuación del diálogo y de la reflexión.”
2.3. Presuposiciones
Los supuestos del libro son claros. Hugo Assmann trabaja dentro del marco de la teología latinoamericana de la liberación. Cabe decirlo claramente: El libro no es neutral. Dentro de la mejor tradición latinoamericana, el autor presenta claramente sus supuestos teológicos, filosóficos y hermenéuticos.
2.4. Reacción ante posturas diferentes
Sin embargo, esto no quiere decir que el libro está cerrado a otras posiciones o análisis sobre el tema. En varios momentos se emplean materiales bibliográficos de personas con posturas diferentes. Hugo Assmann los emplea con gran provecho, señalando con honestidad sus reservas con respecto a la posición ideológica de los demás autores.
2.5. Logros
En general, el libro logra ampliamente su objetivo. La evidencia sobre el uso ideológico de la religión electrónica por la nueva derecha de los EE.UU. es contundente. Una y otra vez vemos retratadas en el libro las prácticas manipuladoras de las transnacionales de la religión.
Sin embargo, el libro nos ayuda a salir de la mera denuncia personalista. No son Robertson, Falwell o Swaggart el problema; el problema viene a ser la nueva ofensiva ideológica. Estos personajes son sólo instrumentos de esta ofensiva. La solución no está en hacer caer a estos individuos sino en transformar el sistema.
Además, el libro logra su objetivo de hacemos respetar la religiosidad del pueblo. Es fácil tomar una actitud pedante y menospreciar a las ancianitas que envían sus ofrendas esperando un pañuelo o una rosa ungida. Estos elementos que para nosotros no son más que fetiches, para la ancianita son sueños de vida: de un esposo recuperado del alcoholismo; de un hijo fuera de la drogadicción; de un matrimonio feliz para su hija; de una vida mejor; en fin, son sueños de oraciones contestadas.
2.6. Evaluación crítica
A nivel positivo, afirmamos:
a. La importancia de la investigación.
b. El tratamiento del tema en su contexto socio-político.
c. La sospecha ideológica del libro.
d. El llamado a soluciones integrales.
e. El respeto por la religiosidad del pueblo.
Algunos elementos que necesitan más trabajo son:
a. El carácter tentativo de la investigación.
b. La necesidad de algún excurso donde se defina mejor el fundamentalismo, sus características y su relación con la nueva derecha norteamericana.
c. Un análisis más profundo de la relevancia que tiene en especial la radio en la piedad, la educación, la predicación y el cuidado pastoral de la audiencia.
d. Y, su restricción más importante, la ausencia de un estudio como éste de aquellos programas que más influyen en el pueblo evangélico hispano parlante.
En resumen, lo que quiero decir es que el libro despierta el deseo de saber más sobre el problema. El libro nos desafía a continuar investigando.
3. Religión electrónica y predicación protestante
En esta sección, trataremos brevemente el tema de la relación entre la Iglesia electrónica y la predicación protestante. A continuación veremos tres niveles del problema: el práctico, el comunicativo y el teológico.
3.1. Nivel práctico
Es necesario reconocer que las Iglesias "Históricas” protestantes acostumbran "abandonar”, es decir, no trabajar, áreas completas de la teología y la práctica pastoral. Estas son, entonces, trabajadas por los movimientos fundamentalistas. Ejemplo de esto son la escatología y la pneumatología. Estas áreas habían sido trabajadas casi exclusivamente por los grupos fundamentalistas hasta que en los últimos años la teología latinoamericana de la liberación ha comenzado a desarrollar el tema del Reino y la espiritualidad. El uso de los medios de comunicación masiva, es una de estas áreas que ha sido dejada a los grupos fundamentalistas.
Otra verdad que debemos reconocer es que no son los seminarios ni las casas editoras quienes capacitan el liderazgo evangélico de América Latina. En las últimas décadas, la religión electrónica ha provisto los contenidos y los modelos para la predicación del pueblo evangélico latinoamericano. Nuestra gente aprende a predicar con la radio; nuestra gente aprende qué decir con la radio. Desde que terminó aquella primera etapa de Evangelismo a Fondo no hay modelos autóctonos que sean conocidos en toda la región. En las ultimas décadas, los modelos han sido Graham y Swaggart .
3.2. Nivel comunicativo
Existen algunos principios comunicativos que nos ayudan a entender mejor el impacto de la religión electrónica.
Estos son:
a. La audiencia es más influida por la forma que por el contenido de un mensaje; la gente es más influida por lo dramático que por lo lógico. Así un predicador dinámico se comunica mejor que uno inseguro.
b. La audiencia tiende a creer lo que oye por radio y televisión; la gente tiende a creer a quien escucha por estos medios. Esto se debe a que estos medios transmiten las noticias, las cuales se consideran regularmente fidedignas.
En este sentido no es sorprendente que un “importante predicador electrónico" tenga más credibilidad que un pastor local.
3.3. Nivel teológico
Este es el nivel más importante para comprender el éxito de la predicación tele-radial. Permítanme jugar el papel de abogado del diablo. Voy a hablar en blanco y negro-- aunque la realidad es gris-- señalando algunos elementos teológicos que hacen tan llamativa la religión electrónica
3.3.1. La teología fundamentalista
La teología fundamentalista es clara y simple. El tema de la Biblia es Jesucristo, aún del Antiguo Testamento. La predicación es la exposición de las escrituras y, por lo tanto, de Jesucristo.
Su lógica es clara. Hay sólo dos caminos: el cielo o el infierno. La función del sermón es sencilla: presentar el desafío del evangelio.
Su énfasis individualista apela a las necesidades inmediatas del oyente. Y. a veces, produce cambios radicales en la gente.
El estilo de predicación es narrativo, episódico e inductivo. Utilizan imágenes, ilustraciones e historias. No se parte de un bosquejo o de una idea central, sino que se "descubre a Cristo en el texto en la dinámica de la exposición.”
3.3.2. La teología protestante
La Iglesia protestante ha sostenido varias teologías, muchas contradictorias entre sí, durante el siglo XX.
Predicamos la iniciativa divina con Barth, el existencialismo con Bultmann y Tillich, el compromiso con Bonhoeffer, el liberalismo con Fosdick, la muerte de Dios con Robinson, a Dios en la historia con Von Rad, la esperanza en la historia con Moltmann y Pannenberg, y ahora hemos descubierto la dimensión liberadora.
Con Bultmann desmitologizamos el mensaje. Las imágenes bíblicas eran "criaturales"; eran la corteza que envolvía el Kerigma. Había que descartarlas. ¡Lo importante es el contenido, no la forma! Cayendo, así, en una especie de maniqueísmo estético.
En las últimas décadas recuperamos el carácter narrativo y literario de la Biblia. Rechazamos la idea de que la revelación es proposicional.
Descubrimos que el mensaje bíblico es más bien narrativo e inductivo. Esto nos ha llevado a la teología inductiva por excelencia: la teología latinoamericana de la liberación. Ahora partimos de la realidad; la teoría es un segundo paso.
Sin embargo, mantenemos un estilo homilético contrario a nuestra teología. Seguimos usando el sistema homilético del racionalismo inglés. Lo hemos aprendido con Spurgeon, Broadus, Crane, Stott ... y también Costas. Esta predicación proposicional, racionalista y monológica contradice nuestra teología inductiva y comunitaria. En consecuencia, algunos han pensado que el problema está en la disciplina: la predicación no es efectiva. Pero la Iglesia electrónica nos sigue probando la efectividad de la predicación. El problema no está en la disciplina; está en nosotros.
4. Conclusiones
Tanto el libro como la situación de nuestras Iglesias nos presentan varios desafíos. De estos, quisiera indicar tres que, a mi entender, presentan una agenda de trabajo para el liderazgo teológico y pastoral en América Latina.
En primer lugar, se presenta el desafío de la investigación. Es necesario continuar la misma, haciendo estudios tanto analíticos como técnicos.
Segundo, se presenta el desafío pastoral. Es necesario desarrollar un acompañamiento pastora! que cultive la confianza y la credibilidad .
Finalmente, se presenta el desafío de la comunicación del mensaje. Es necesario encontrar formas mas efectivas para la comunicación del evangelio, usando eficazmente tanto los métodos tradicionales --- por ejemplo la predicación- como los medios de comunicación masiva. La Iglesia electrónica no nos llama a imitar sus métodos, sino que nos desafía a ser mejores comunicadores.
5. Notas bibliográficas
1. El 23 de septiembre de 1987 se realizó una mesa redonda sobre el libro "La Iglesia electrónica y su impacto en América Latina". En la mesa, de izquierda a derecha el Dr. Guillermo Cook, el Dr. Hugo Assmann, el Dr. Carmelo Álvarez y el Rev. Pablo A. Jiménez.
2. Hugo Assmann, La Iglesia electrónica y su impacto en América Latina (San José: DEI,1987).
3. Adolfo Ruiz y Dennis Smith, "Impacto de la programación religiosa difundida por los medios electrónicos en la población cristiana activa de América Central", Pastoralia 18 (Julio 1987): 129-161.
4. Hugo Assmann, op. cit., página 13.
5. Aunque no todos tienen plena conciencia de su papel en la lucha ideológica, algunos expresan abiertamente sus proyectos políticos. Véanse, por ejemplo, las declaraciones de Falwell y Robertson en las revistas Time del 2 de noviembre de 1985 y del 17 de febrero de 1986, respectivamente.
6. Esto ha sido señalado anteriormente. Véase, por ejemplo, el artículo de Cecilio Arrastía, "Billy Graham y sus imitadores", Pastoralia 9 (Diciembre 1982): 36-39.
7. Lo siguiente está tomado de Myron R. Chartier, Preaching as Communication: An Interpersonal Perspective (Nashville: Abingdon, 1981), páginas 51-59, passim.
8. Sobre la teología fundamentalista de la predicación véase el capítulo llamado "Fundamentalism: The Evangelists" (págs. 64-79), en Roben M. Duke, The Sermon as God's Word: Theologies for Preaching (Nashville: Abingdon, 1980).
9. Este llamado ha sido expresado en el “Comunicado de la consulta de obispos de América Latina y el Caribe a nuestras Iglesias", Pasos 10, DEI (1987): 16-20.





¿Qué es la predicación bíblica?
:: Teoria Homiletica
¿Qué es la predicación bíblica?

Bosquejo

¿Qué es la predicación bíblica? ¿Cómo definirla? ¿Cuáles son los criterios que determinan cuán bíblico es un sermón? En este artículo, trataré el tema de la predicación bíblica. En primer lugar, presentaré una definición general del concepto. Entonces, en segundo lugar, pasaré a discutir con más detalle los elementos que le dan carácter bíblico a la predicación.
I. Definición
De primera intención, la frase "predicación bíblica" parece redundante. La predicación cristiana es, ante todo, la presentación del evangelio en fidelidad a las escrituras. De este modo, podemos concluir que todo sermón debe ser "bíblico", en mayor o menor grado.
Sin embargo, a través de la historia los estudiosos de la homilética han identificado dos estilos básicos de predicación: la bíblica y la temática.
A. La predicación bíblica
La predicación bíblica es aquella que toma como punto de partida para el sermón una porción de las escrituras. El propósito de este tipo de predicación es interpretar el mensaje del texto para los oyentes de hoy. Tradicionalmente, se han identificado tres tipos de sermones bíblicos:
1. El sermón textual: Este tipo de sermón comenta frase por frase uno o dos versículos de la Biblia. De este modo, obtiene del texto tanto su tema como las divisiones de su desarrollo . Un ejemplo de este tipo de sermón sería una presentación de tres puntos basada en Juan 3:16.
a. El motivo de la Salvación: "De tal manera amó Dios al mundo..."
b. El mediador de la Salvación: "...que ha dado a su hijo unigénito..."
c. El propósito de la Salvación: "...para que todo aquel que en él cree no se pierda mas tenga vida eterna."
2. El sermón expositivo: Este sermón es el que, fundamentado en una unidad de la Biblia, presenta un aspecto del mensaje del texto. La extensión del pasaje bíblico no es lo importante en este caso; lo importante es que el sermón presente algunos de los muchos temas relevantes que sugiere el texto . Por ejemplo, la parábola del Buen Samaritano (Lc. 10:25-37) sugiere una larga lista de temas: el significado de ser prójimo, la responsabilidad social de la iglesia, el peligro del legalismo religioso, el amor de Dios por el marginado, etc. Un sermón expositivo sobre esta parábola presentaría sólo uno de estos temas, dejando los demás para futuros sermones.
3. El sermón narrativo: En este tipo de sermón el predicador cuenta una historia bíblica . Al hacerlo, la historia cobra vida ante nuestros ojos y el mensaje del texto se vuelve evidente. En realidad, es un estilo de predicación muy sencillo. Se presta, en particular, para sermones evangelísticos y para predicarle a los niños. Tomemos, por ejemplo, el relato de la curación del leproso en Marcos 1:40-45. Un buen sermón narrativo de propósito evangelístico nos hará comprender tanto el sufrimiento del leproso como el amor de Jesús. Al oír la historia nos involucramos en la misma y de pronto comprendemos que el leproso nos representa. Nosotros estamos tan necesitados como él. Sólo Jesús puede tocarnos, dejarnos limpios y restaurarnos a una vida plena.
B. La predicación temática
La predicación temática parte de un asunto de interés general, una doctrina o un episodio de la historia de la Iglesia . Entonces, hace una reflexión sobre el tema a la luz del mensaje de la Biblia y del pensamiento cristiano. El propósito de este tipo de predicación es, principalmente, didáctico; busca que la congregación aprenda más sobre el tema, tome conciencia de la importancia del mismo y actúe a base del conocimiento adquirido. Podemos identificar dos (2) variantes básicas del sermón temático:
1. El sermón doctrinal: Este tipo de sermón presenta algún aspecto importante de una doctrina de la fe cristiana. Es decir, presenta un punto importante de la fe tal como la necesidad de salvación, las consecuencias del pecado o los frutos del Espíritu Santo. Como indicamos anteriormente, su propósito es, básicamente, didáctico.
2. El sermón sobre problemas sociales: El sermón sobre problemas sociales presenta una reflexión bíblica y teológica sobre un tema de actualidad que afecta a la comunidad de la cual formamos parte. Algunos temas relevantes en nuestro contexto serían el discrimen racial, la violencia doméstica o el militarismo. El enfoque básico de este tipo de sermón es teológico puesto que la Biblia dice muy poco sobre nuestros problemas actuales. Es decir, nuestra sociedad confronta problemas tales como el aborto y la contaminación ambiental que la Biblia no trata directamente. Este tipo de sermón entra en el área de la ética cristiana y, por lo tanto, su propósito oscila entre la didáctica y el desafío a la acción.
II. Criterios
Anteriormente, indicamos que la predicación bíblica es aquella que toma como punto de partida un pasaje de la escritura. Sin embargo, esto no es más que el primer paso. Para ser verdaderamente bíblico, un sermón debe tener ciertas características adicionales.
La predicación bíblica ocurre cuando el contenido, la función y la forma del texto moldean el contenido, la función y la forma del sermón . En otras palabras, la predicación es bíblica cuando el sermón está diseñado en forma coherente con el pasaje bíblico que le sirve de base .
A continuación comentaremos brevemente los elementos que hacen "bíblica" la predicación.
A. Contenido
Un sermón es bíblico cuando su contenido corresponde al contenido del texto que le sirve de base. En otras palabras, un sermón ofrece una interpretación válida del texto.
Para poder interpretar adecuadamente el contenido de un pasaje bíblico es necesario prestarle atención a tres elementos importantes:
1. El contexto social e histórico: ¿En qué época fue escrito el texto? ¿Qué comunidad lo produjo? ¿A qué comunidad o persona en específico fue dirigido? ¿Cuál era la situación social e histórica de estas comunidades religiosas?
2. El mensaje: ¿Qué dice el texto? ¿Cuál es su argumento? ¿Cuáles son las ideas y los conceptos teológicos claves del pasaje? ¿Cómo podemos interpretar esta porción en forma valida? ¿Cuál es el mensaje del texto para nosotros hoy?
3. El estilo literario: ¿Es un texto narrativo, poético o discursivo? ¿Qué imágenes literarias usan? ¿Qué elementos del texto deben interpretarse en manera figurada?
Cuando no se presta la atención debida a estos elementos, surgen interpretaciones erradas. ¡Así hay quienes toman literalmente un texto poético del Antiguo testamento, Ec. 9:8, y andan siempre vestidos de blanco.
B. Función
Un sermón es bíblico cuando su función corresponde a la función del texto que le sirve de base. Es decir, un sermón bíblico logra en el oyente un efecto similar al que logra el texto.
Los pasajes bíblicos han sido escritos con diversos propósitos. Un texto puede consolar, exhortar, desafiar, edificar, llamar a la fe, etc. El predicador bíblico debe aprender a discernir el propósito del texto y tratar que el texto tenga un propósito similar.
Por ejemplo, el libro de Apocalipsis fue escrito para consolar a los cristianos que sufrían la opresión del Imperio Romano . El propósito del texto es alentar a la audiencia, llamándolos al compromiso con el Dios amoroso y liberador que se ha revelado en Jesucristo. Un sermón sobre Apocalipsis debe tener, pues, el propósito de alentar y consolar a la Iglesia. Un sermón basado en Apocalipsis que provoque miedo en los oyentes traiciona la función del texto.
C. Forma
Un sermón es bíblico cuando su forma corresponde a la forma del texto que le sirve de base. De otro modo, un sermón bíblico toma en cuenta la estructura del texto.
La estructura de un texto bíblico es muy importante. Ya que es imposible separar la estructura del mensaje del texto, por regla general la forma aclara el contenido.
Si leemos las parábolas notaremos que casi todas tienen un final sorpresivo: El esposo llega cuando menos lo esperan (Mt. 25:10); El samaritano se compadece del judío herido (Lc. 10:33-35); y el publicano es justificado (Lc. 18:14). Todo esto habla de la sorpresa que causa la revelación de Dios en Cristo. En otras palabras, en el Reino de Dios todo es novedoso. Aquí vemos claramente como la forma y el contenido van de la mano.
Del mismo modo, un sermón sobre una parábola que tenga un final sorpresivo será más claro e impactante que un sermón con un final tradicional.
III. Conclusión
En resumen, la predicación es verdaderamente bíblica cuando el sermón es un reflejo fiel del contenido, la función y la forma del texto que le sirve de base. La tarea, pues, del predicador es dejar que Dios hable a través de la exposición del mensaje bíblico. Sólo entonces los oyentes tendremos la oportunidad de encontrarnos con el Señor de la vida en la proclamación de la Palabra de Dios.



Vocabulario básico de predicación
:: Teoria Homiletica
Vocabulario básico de predicación
A continuación definimos varios conceptos relacionados al estudio y la práctica de la predicación cristiana. El objetivo de este glosario es facilitar la lectura y la comprensión de libros, ensayos, artículos, y otros materiales de estudio sobre el tema.
Año Cristiano
Cuando hablamos del año cristiano, nos referimos a la secuencia de eventos y días especiales que la iglesia observa durante el año. Conocido también como el calendario litúrgico o eclesial, el año cristiano surge de los ciclos de lecturas bíblicas, temporadas, y festivales del Judaísmo del tiempo de Jesús.
Bosquejo o notas de sermón
El bosquejo o las notas homiléticas son nombres que se usan para referirse a los materiales que el predicador o la predicadora ha de llevar al pulpito. Un bosquejo puede ser tan corto como una lista de palabras clave o tan extenso como un manuscrito.
Entrega del sermon
Véase Presentación del sermón.
Exégesis
El término “exégesis” es el nombre que se le da al proceso por medio del cual una persona estudia, explica o interpreta un documento. Aunque este término se usa en otras disciplinas (como el estudio de las leyes), se refiere particularmente al estudio de la Biblia. La palabra “exégesis” proviene de dos palabras griegas que, combinadas, quieren decir “sacar de”.
Hermenéutica
La hermenéutica es la teoría de la interpretación de textos y documentos. La hermenéutica bíblica es, pues, la teoría de la interpretación de las Sagradas Escrituras. Estudia todo el proceso interpretativo, desde la determinación del sentido original del texto (exégesis) hasta la exposición de su mensaje por medio de la enseñanza o la predicación.
Homilética
La homilética es la disciplina que estudia la teoría y la práctica de la predicación cristiana. Abarca todos los aspectos relacionados a la predicación, desde la preparación hasta la presentación del sermón. Estudia estos elementos a la luz de la historia y la teología de la predicación.
Homilía
La palabra homilía se usa de dos maneras distintas en el campo de la predicación. Algunos libros la usan como sinónimo de la palabra “sermón”. Otros la usan para referirse a un sermón corto (de 5 a 10 minutos) que explica una porción bíblica versículo por versículo.
Ilustraciones
Una ilustración es un recurso literario que clarifica una idea. Por lo regular, se refiere a una historia o una anécdota que apoya o desarrolla una idea. También incluye el uso de símiles, metáforas, analogías, alegorías, ejemplos, poemas, y testimonios, entre otros recursos.
Kerigma
Palabra derivada del una forma del verbo griego “kerysso,” que significa “proclamar” o “anunciar”. El kerygma es el contenido de la predicación.
En la teología bíblica es un término técnico que se refiere al mensaje central de la fe cristiana. Sin embargo, en muchos libros se usa como sinónimo de términos tales “proclamación” y “evangelio”.
Leccionario
Un leccionario es un documento que contiene una lista de lecturas bíblicas para ser usadas en el culto y la predicación cristiana. Los leccionarios combinan lecturas del Antiguo y del Nuevo Testamento, leyendo distintos documentos bíblicos de forma continua o semi-continua.
Manuscrito del sermón
El manuscrito es un documento que contiene el texto completo del sermón que ha de ser predicado. Quienes usan manuscritos, tienden a leer sus sermones a la congregación.
Dado que el sermón es un evento, no debemos usar la palabra “sermón” para referirnos al manuscrito.
Notas del sermón
Véase Bosquejo del sermón.
Predicación Cristiana
La predicación es la proclamación del evangelio de Jesucristo. El propósito u objetivo de la predicación es interpretar la vida a la luz de la fe cristiana. Por lo regular, la predicación se lleva a cabo dentro del contexto de un servicio de adoración.
Predicación Expositiva
La predicación expositiva presenta parte del mensaje de una porción bíblica, presentando su mensaje para la mundo de hoy. La porción bíblica puede ser tan breve como un versículo tan extenso como un libro de la Biblia
Predicación Narrativa
La predicación narrativa abarca tres disciplinas relacionadas: el sermón narrativo, la interpretación de textos narrativos, y la presentación de ideas teológicas en forma narrativa. Un sermón narrativo organiza sus ideas siguiendo la estructura de un cuento corto. Un sermón narrativo puede basarse tanto en textos bíblicos como en historias seculares.
Predicación Temática o Doctrinal
El sermón temático o doctrinal presenta un análisis cristiano de un tema,explicando las implicaciones del mismo para la sociedad actual. El tema a considerar puede ser tanto una doctrina cristiana (salvación, pecado, santidad, etc.) como un asunto actual (aborto, pena de muerte, etc.) Presentación del Sermón. Un sermón no cobra vida hasta que se presenta ante una congregación. Hasta ese momento, no es más que una idea o una serie de anotaciones en un papel. La presentación (también llamada “entrega”) del sermón incluye tanto aspectos verbales como no-verbales.
Proclamación
El término “proclamación” es uno de los términos que se usa para hablar del anuncio del evangelio de Jesucristo. La proclamación puede ser tanto verbal como no-verbal. La predicación es una forma verbal de proclamación cristiana.
Sermón
Un sermón es un discurso que expone o proclama el mensaje del evangelio. El sermón es un evento; ocurre cuando alguien presenta el mensaje cristiano ante una audiencia en el contexto de la adoración cristiana. Los sermones se pueden clasificar por por su propósito, diseño, o fuente.
Temporadas del Año Cristiano
El primer cambio que hizo la iglesia fue establecer el Domingo como el día de culto. El calendario está organizado alrededor de los distintos domingos de cada año. Los días más importantes son el de navidad y el resurrección. Ambos son precedidas de temporadas de preparación (adviento y cuaresma) y seguidas por temporadas de celebración (epifanía y pentecostés).
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