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jueves, 30 de abril de 2015

Pero si alguno de ustedes se ve falto de sabiduría, pidala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada

Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6


 
 
Tipo de Archivo: PDF | Tamaño: MBytes | Idioma: Spanish | Categoría: Capacitación Ministerial
Información 




DESEARÍA QUE ELLA VINIERA CON UN INSTRUCTIVO


Tu carro viene con uno. También tu televisión, tu estéreo, tu cámara y tu computadora. Qué lástima que tu esposa no venga también con un instructivo. Imagina lo fácil que sería vivir con ella, si viniera con un libro de instrucciones en el cual pudieras encontrar lo que necesitas saber para mantenerla saludable, feliz ¡y al máximo de su capacidad!

Si tuvieras un manual de esta índole, te proveería información esencial sobre las mujeres en general. Pero te daría otros datos valiosos como la información específica de tu producto (tu mujer en particular), instrucciones para el mantenimiento, direcciones para leer sus parámetros e indicadores emocionales, instrucciones de limpieza, advertencias sobre los riesgos e incluso una sección completa sobre “Cómo Resolver Problemas.” Pero tu esposa es una mujer, y las mujeres no vienen con un instructivo - ¿O sí?

Permíteme decirte un pequeño secreto poco conocido: tu esposa viene con un manual. Tú nunca lo has visto porque está metido en su corazón. Muy dentro de su corazón está la información necesaria para entenderla y cuidarla de acuerdo a la Biblia. Sólo hay algo que debes entender. Tú eres el que debe sacarla. Así es, tu trabajo es sacar esa valiosa información de su corazón, y si fuera necesario, ponerla por escrito. “Como aguas profundas es el consejo en el corazón del hombre, y el hombre de entendimiento lo sacará.” (Prov. 20:5). La responsabilidad de ser entendido te la da Dios en 1 Pedro capítulo tres.

“1 Pedro, capítulo tres - ¡Amo ese pasaje! ¿No es allí donde dice que la mujer debe mantenerse callada?”

Bueno, sí, pero yo no me refiero a esos versos (1 & 2). Yo quiero hablarte del verso siete. “Vosotros, maridos, igualmente, vivid con ellas sabiamente, dando honor a la mujer como a vaso más frágil, y como a coherederas de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no tengan estorbo” (1 Pedro 3:7, RV60). La Biblia pone sobre ti la carga de vivir sabiamente como esposo. Tú eres quien debe tomar la iniciativa para obtener de tu esposa la información necesaria para desarrollar y mantener la intimidad como una sola carne que Dios ha determinado que tengas con ella. Elisabeth Elliot en su libro The Mark of a Man (La Marca de Un Hombre), explica el concepto del hombre como iniciador:

  “Lo importante que como hombre debes recordar … es que una mujer no puede responder apropiadamente a menos que el hombre sea apropiadamente el iniciador. Él debe tomar la iniciativa para que ella lo siga, como en un baile. La voluntad de cada uno para ejecutar los ‘pasos’ que han sido ensayados es lo que da libertad a la otra persona.”

“¡Está bien! ¡Me convenciste! Así que mi trabajo es entenderla. Pero ¿Cómo saco esa información, ese instructivo fuera de su corazón?”

Bueno, para empezar, tienes que entender la perspectiva bíblica del matrimonio y la importancia de la comunicación para la relación marital.


Un Pacto de Compañerismo

Muchos creen que el propósito del matrimonio es la propagación de la raza humana. Pero el matrimonio fue diseñado por Dios para lidiar con el asunto de la soledad (Gen. 2:18–24). El SEÑOR Dios dijo:” No es bueno que el hombre esté solo; le haré una ayuda idónea.”

En su libro, Marriage, Divorce and Remarriage in the Bible (Matrimonio, Divorcio y Recasamiento), Jay Adams desarrolla este concepto:

  Dios hizo a la mayoría de nosotros para que estuvieramos solos sin una relación íntima con quien vivir. Dios proveyó a Eva no sólo (o primariamente) como ayuda para Adán (aunque la ayuda es una dimensión de esa compañía), sino como su compañera. Él también, como todos los demás esposos desde entonces (como veremos), debía proveerle compañerismo a ella. En la Biblia, el matrimonio es descrito en términos de una compañía. En Proverbios 2:17, por ejemplo, se nos dice que “… la mujer extraña … deja el compañero de su juventud, y olvida el pacto de su Dios.” La palabra traducida “compañero” en este verso tiene la idea de “uno que es domesticado” (es usado hablando de domesticar animales), o “uno que tiene una cercana e íntima relación con alguien.” Obviamente es difícil establecer una relación cercana con un animal salvaje, pero uno puede estar cerca de un animal domesticado. La idea central tiene que ver con una relación cercana e íntima. Y eso es exactamente lo que la compañía marital es: la relación cercana e íntima del esposo y la esposa.

  El concepto del matrimonio como compañía aparece también en Malaquías 2:14 con un término diferente pero complementario: “El SEÑOR ha sido testigo entre ti y la mujer de tu juventud, contra la cual has obrado deslealmente, aunque ella es tu compañera y la mujer de tu pacto.” Ahora, la palabra aquí traducida compañera tiene como idea central unión o asociación. Una compañera, entonces, es alguien con quien entras en una unión o relación cercana. Al unir estos dos términos obtenemos un entendimiento completo de la idea de compañía. Una compañera es alguien con quien tú estás íntimamente unido en pensamiento, metas, planes, esfuerzos, y en el caso del matrimonio, cuerpos.

Estos dos pasajes juntos, hacen claro que para ambos, esposo y esposa, el compañerismo es el estado ideal. En proverbios, el esposo es llamado el compañero (mostrándonos que también provee compañía para su esposa); en Malaquías, es la esposa quien es designada como tal. Para ambos entonces, entrar en el matrimonio debería significar el deseo de satisfacer el uno al otro la necesidad de compañía. El amor en el matrimonio se enfoca en darle al cónyuge la compañía que él/ella necesita para eliminar la soledad.

Para que este compañerismo sea establecido, mantenido y alcance madurez, hay algo de suma importancia que es requerido.


La Revelación es un Prerrequisito para la Relación

¿Alguna vez te has detenido a considerar que de no ser por la Biblia, nunca hubieses podido tener una relación personal con Dios a través de Jesucristo? Piensa en eso. De no ser por la revelación escrita que Dios da de sí mismo al hombre, no sabrías lo suficiente para convertirte en cristiano. En la medida en que Él se revela a sí mismo a través de la Biblia (y que tú entiendas esa revelación), puedes tener una relación íntima con Él. En la medida en la que Él no se revele a sí mismo a través de la Biblia (o que no entiendas esa revelación), no puedes tener una relación personal con Él. La revelación, por lo tanto, es un prerrequisito para tener una relación. Esto es verdad no sólo en tu relación personal con Dios, sino también con la gente.

En la medida en que dos personas se revelen a sí mismas la una a la otra, ellas podrán tener una relación íntima. En la medida en que no se revelen a sí mismas, no podrán tener una relación íntima. Ahora, puesto que el matrimonio es la más íntima de las relaciones interpersonales, es razonable que un esposo y su esposa, si han de experimentar la intimidad (compañía) de “una sola carne” diseñada por Dios, deben revelarse el uno al otro más que a nadie. En todo nivel (físico, intelectual, emocionalmente, etc.) ellos deben estar “desnudos y sin vergüenza” (Gen. 2:25). Tristemente, con demasiada frecuencia éste no es el caso. De hecho, a causa del pecado, los esposos y las esposas se avergüenzan y tienen miedo de revelarse el uno al otro. Esta falta de apertura y honestidad (falta de revelación) evita que muchas (me atrevo a decir, bastantes) parejas (aun cristianas) experimenten la seguridad, frescura y felicidad que Dios ha planeado para ellos en el oasis del matrimonio.

¿Qué con respecto a ti? ¿En qué medida te revelas como eres a tu esposa? ¿Te sientes avergonzado y temeroso? ¿Acaso la envidia, el orgullo, la indolencia o la ignorancia evitan que le reveles esa información a tu esposa?

¿En qué medida se revela a ti tu esposa? ¿Se siente ella avergonzada y temerosa también? ¿Acaso el miedo, la envidia, el orgullo, la pereza o la ignorancia le evitan revelarte esa información a ti?


Estorbos a la Revelación


1. Miedo

Quizá el estorbo más grande para revelarnos abiertamente sea el miedo.

  Entonces fueron abiertos los ojos de ambos, y conocieron que estaban desnudos; y cosieron hojas de higuera y se hicieron delantales. Y oyeron al SEÑOR Dios que se paseaba en el huerto al fresco del día; y el hombre y su mujer se escondieron de la presencia del SEÑOR Dios entre los árboles del huerto. Y el SEÑOR Dios llamó al hombre, y le dijo: ¿Dónde estás? Y él respondió: “Te oí en el huerto, y tuve miedo porque estaba desnudo, y me escondí.” (Gen. 3:7–10)

Adán y Eva fueron azotados por el miedo y se escondieron de Dios al darse cuenta que estaban desnudos. Así también los esposos y las esposas son frecuentemente asolados por el miedo y esconden lo que verdaderamente son cuando se dan cuenta de la pecaminosidad de sus corazones. Las parejas cristianas que son una sola carne y están comprometidos a la santificación mutua no deben temer a la vergüenza y el rechazo. De hecho, deberían darse cuenta que en el matrimonio de dos pecadores ambas partes pecarán. Lejos de ser sorprendidos cuando el pecado ocurra deben presuponer que es inevitable (1 Juan 2:1). Lejos de ocultar el pecado el uno del otro deben sentirse libres de revelar sus luchas internas con la esperanza de encontrar ayuda para vencerlas. El esposo, como la persona que debe lavar (santificar) a su esposa con el agua de la Palabra de Dios (Ef. 5:26), y la esposa, como la ayuda de su esposo, son llamados a participar activamente en el proceso de santificación progresiva de sus respectivos cónyuges.


2. Egoísmo

Existe un verdadero corolario en la Biblia entre el miedo pecaminoso y el orgullo. Las personas que son egoístas tienden a ser miedosas. Las personas que son miedosas son necesariamente egoístas. Quizás la mejor manera para demostrar esto es estudiando la antítesis de ambos pecados. De acuerdo a las Escrituras, lo contrario (y un antídoto en contra) del miedo pecaminoso es el amor. 1 Juan 4:18 explica “En el amor no hay temor; sino que el perfecto amor echa fuera el temor, porque el temor involucra castigo, y el que teme no es hecho perfecto en el amor.” Pero el amor es lo opuesto (un antídoto en contra) del pecado del egoísmo. De acuerdo a 1 Cor. 13:5 el amor “… no busca lo suyo [no es egoísta] …” Puedes tratar de ver esto como una ecuación.



Ahora mira lo que pasa cuando sacas el amor de ambos lados de la ecuación.



Otra manera de demostrar la misma relación bíblica entre miedo y egoísmo es por definición. Considera esto:

  Amor
  es estar más interesado con lo que puedo dar que con lo que pueda obtener.
  Egoísmo
  es estar más interesado con lo que puedo obtener que con lo que pueda dar.
  Miedo
    es estar más interesado con lo que pudiera perder, que con lo que puedo dar.

Cuando permites que el miedo al rechazo de tu esposa te impida amarla de modo que no le muestras lo que es bíblicamente necesario que ella sepa de ti, estás siendo egoísta. En es momento, estás más interesado en cómo lo que le reveles pueda herirte que en cómo ayudar a tu esposa. Cuando fallas al amar a tu esposa (tu prójimo más cercano) de esta manera, simultáneamente fallas en amar a Dios, y por lo tanto quebrantas el primer y el segundo mandamiento (al amar a Dios y tu prójimo cf. Mt. 22:35–40).


3. Orgullo

El pecado del orgullo trae el más severo e inmediato juicio de parte de Dios. Te ciega ante otros pecados en tu vida y evita que te arrepientas de ellos. El orgullo es el Síndrome de Inmunodeficiencia adquirida (SIDA) del alma. Cuando una persona muere a causa de haber adquirido SIDA, realmente no muera a causa del SIDA. Más bien muere de enfermedades complicadas a causa del SIDA (neumonía, tuberculosis, meningitis, etc.). A diferencia de una catarata, el virus del SIDA de alguna manera ciega los ojos del sistema inmunológico de sus víctimas. Esto evita que su sistema inmunológico vea y consecuentemente destruya los virus y bacterias que al final de cuentas lo matará.

Como el SIDA, el orgullo te ciega no sólo de ti mismo, pero también de otros pecados escondidos en lo más profundo de tu corazón y de tu vida. Te hace odiar la corrección y la reprensión. Te esconde de tu pecado, justifica tu pecado, excusa tu pecado, y evita que te arrepientas de tu pecado. Te engaña haciéndote pensar que estás espiritualmente bien, cuando de hecho tienes un cáncer fatal y estás en la necesidad desesperada del Bálsamo del Gran Médico.

Escucha a Richard Baxter, el gran escritor puritano, describir (en mi versión contemporánea) la patología de esta terrible plaga del alma.

  El orgullo es una raíz profunda y un pecado que se auto preserva; por lo tanto es más difícil de eliminar y desarraigar que otros pecados. Se esconde para no ser descubierto … No permite que el pecador vea su orgullo cuando es reprobado; tampoco deja que lo confiese cuando lo ve; ni … que lo aborrezca o lo abandone … Aunque reconozca las evidencias del orgullo en otros, no lo ve en sí mismo. Cuando siente desprecio por la reprensión sabiendo que es una señal de orgullo en otros, no lo ve en sí mismo. Si tú tratas de curar a una persona orgullosa de cualquier falta, sentirás como si estás lidiando con una avispa o una culebra; pero aun mientras escupe el veneno de su orgullo contra el que lo reprende, la persona orgullosa no se da cuenta de su orgullo. Este veneno es una parte de su naturaleza y por lo tanto no siente que es dañino o tóxico …

Antes de la caída, Adán y Eva estaban desnudos y no tenían vergüenza (Gen. 2:25). Esto no se refiere sólo al hecho de que no usaban ropa. Primordialmente habla de la total apertura, honestidad y franqueza que gozaban antes de que su orgullo les hiciera esconder sus pecados. En definitiva, lo que impide a un esposo y esposa gozar la intimidad de “una sola carne” que Adán y Eva conocieron en el jardín del Edén es el orgullo. Es tu orgullo el que se resiste a revelar a tu esposa las cosas que te avergüenzan. Ella por ser tu esposa tiene la necesidad bíblica de saber ciertas cosas de tu vida que afectan tu relación con ella. Por ser ella tu ayuda tiene la necesidad bíblica de saber ciertas cosas de tu vida que afectan tu relación con Dios (recuerda: Si Dios quiere que tu esposa creyente te ayude con algo ¡es que seas un mejor cristiano!) Cuando tú orgullosamente te resistes a revelarle estas cosas pecas contra Dios, contra tu esposa y contra tu matrimonio.


4. Pereza

Si vas a tomar seriamente los mandamientos que Dios te da como esposo, necesitarás invertir una cantidad considerable de tiempo, esfuerzo y reflexión para estudiar e implementar los pasajes específicos de la Escritura que he tratado de trazar en este libro. Es probable que tengas que cambiar tu manera de pensar, actuar, hablar y priorizar tus otras responsabilidades. Quizás tendrás que cambiar para dejar de ser una persona guiada por los sentimientos—que hace lo que sus sentimientos le dictan y deja de hacer lo que no le dictan - para ser una persona obediente - que hace lo que la Biblia requiere, tenga deseos o no. Estos cambios serán difíciles al principio, pero recuerda, existe algo más difícil que cambiar - no cambiar: Proverbios 13:15 dice “… el camino de los transgresores es duro.” (RV60). Así que tienes una opción: trabajar duro ahora con la esperanza de la bendición de Dios en el futuro, o seguir el camino “fácil” ahora sabiendo que te espera un camino difícil por recorrer bajo la disciplina de Dios en el futuro.


5. Ignorancia

¿Alguna vez te has detenido a considerar que el hombre era dependiente del consejo de Dios aun antes de caer en pecado? Si Adán necesitaba de la sabiduría de Dios en el huerto del Edén sin haber caído, ¿Cuánto más necesitas tú de Su sabiduría mientras intentas amar a tu esposa y vivir con ella con sabiduría?

  Ahora, si aún piensas que vivir sabiamente con tu esposa es imposible puede ser porque ignoras, no sólo las Escrituras, sino también el poder de Dios. Jesús una vez dijo acerca de otro asunto:

    ¿No erráis por esto, porque ignoráis las Escrituras, y el poder de Dios? (Marcos 12:24)

  En primer lugar, puede ser que no te des cuenta que las Escrituras te ordenan entender a tu esposa. 1 Pedro 3:7 no es un consejo, una recomendación o una sugerencia. Es un mandamiento. En otras palabras, ¡tienes que aprender cómo entender a tu esposa!

  En segundo lugar, puedes ser que no entiendas el poder de Dios. Siempre que veas en la Biblia un mandamiento que parece imposible de obedecer, debes recordar que Dios nunca pide a un cristiano obedecerle sin la provisión de tres fuentes poderosas.

    •      Dios promete darte sabiduría para obedecerle.

    Pero si alguno de vosotros se ve falto de sabiduría, que la pida a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada. (St. 1:5)

  Si no sabes cómo obedecer debes pedirle a Dios que te enseñe. Esta promesa es primero porque usualmente es necesario saber cómo obedecer a Dios antes de poder hacerlo.

    •      Dios promete darte la capacidad para cambiar.

    Porque Dios es quien obra en vosotros tanto el querer como el hacer, para su beneplácito (Fil. 2:13).

  Conforme caminas en fe para obedecer lo que Dios ha mandado en Su Palabra, Él provee el poder necesario para hacer lo que antes te parecía imposible. Santiago dice que el hacedor de la Palabra será “bienaventurado en lo que hace” (Stgo. 1:25).

    •      Dios promete darte el deseo de cambiar.

    Porque Dios es quien obra en vosotros tanto el querer como el hacer, para su beneplácito (Fil. 2:13).

  Es después de que has obedecido lo que has aprendido que probablemente experimentarás el deseo de caminar en obediencia a las Escrituras.

  Estas tres promesas son hechas sólo a los cristianos quienes en dependencia del Espíritu de Dios y en conjunción con Su palabra, las reciben e implementan. Mientras lees este libro, aprenderás cómo entender mejor a tu esposa y cómo cumplir mejor tus responsabilidades bíblicas hacia ella.


¿Puedo Guardar una Copia Impresa del Manual?

Sí, pero únicamente con la aprobación de tu esposa.

Apunta en una página separada lo que estés aprendiendo de tu esposa. Estas páginas te ayudarán a aplicar los principios bíblicos. Por supuesto, necesitarás la ayuda de tu esposa para completar la mayoría de ellos. Las páginas quizás deberían ser fotocopiadas antes de completarlas. Después podrías convertirlas en un cuaderno para futura revisión y examen. Este cuaderno “basado en 1 Pedro 3:7” se convertirá en la copia impresa del manual de operación de tu esposa.

Ya sea que elijas hacer una copia impresa del manual o no, te beneficiarás en gran medida llenando mentalmente las páginas adicionales al final de cada capítulo.

 
DOWNLOAD HERE>>>
http://claudioxplabibliadice.blogspot.com/2015/01/dos-reinos-no-pueden-permanecer-en-un.html

domingo, 20 de octubre de 2013

Entrenamiento Ministerial=Matrimonios Fuertes sobre la Roca: Relaciones familiares

Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6


 
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El Cimiento de las Relaciones Familiares Que Honran a Dios

LO PRIMERO ES LO PRIMERO ¡ESPOSO Y PADRE AL MÁXIMO!

Cuando la mayoría de la gente observaba a Gregorio (un seudónimo), veían en él todos los signos del éxito. Era un hombre bien vestido, inteligente, tenía una esposa atractiva y culta y dos niños dotados. A la edad de cuarenta era muy rico; además, era un líder distinguido en su congregación. Gregorio parecía ser el modelo de un hombre de éxito.
Sin embargo, allí estaban sentados, él por un lado y su esposa por el otro lado, frente a mí, en mi oficina de consejería. Aparentemente habían venido a buscar consejo para tratar con un pariente problemático; pero era evidente que el problema verdadero eran ellos mismos. Gregorio tenía éxito en muchas áreas de la vida, pero en lo verdaderamente vital no estaba bien. Tanto él como su esposa concordaban en que él tenía serias deficiencias como esposo y padre.
Su esposa estaba bien lastimada y se sentía apartada de él. “Lo admiro mucho,” reconoció, “pero no siento que en realidad él me quiera o me respete. No deja acercarme. Yo quiero que convivamos más, especialmente en las cosas espirituales. Pero no hay manera.” Gregorio reconoció que estaba descomponiendo su relación por cosas que él había hecho o dejado de hacer. Confesó, “Mi esposa es muy piadosa, cariñosa, pero yo no pongo la parte que me corresponde de cooperación en el hogar”.
Gregorio y su esposa no se estaban animando mutuamente ni se estimulaban uno al otro al amor y las buenas obras (Prov. 27:17; Heb. 10:24, 25). En sus relaciones con sus hijos había casi nada de acercamiento emocional. Él no estaba muy interesado en compartirles la instrucción (consejo) y disciplina del Señor. Por descuido, eso había llegado a ser responsabilidad de su esposa, principalmente. Su influencia en la vida había sido mínima. De hecho, cuando sus hijos llegaron a la adolescencia, la distancia entre ellos se hizo más grande.
Gregorio representa cientos de hombres que conozco y miles que no he conocido. Tal vez tú seas uno de ellos. Tal vez no tengas tanto éxito en los negocios como él, y creas que eres un cristiano que quiere ser un mejor esposo y padre.


  LA CLAVE

En este capítulo, quiero compartir contigo la perspectiva de Dios, que nos muestra el factor más importante para llegar a ser esposo y padre. Dios ve este factor como la clave para convertir a un hombre en una bendición poderosa para su familia. Este es el elemento que hacía falta en la vida de Gregorio.

  ¿Cuál es este factor clave? Salmo 128:1–4 lo describe así:
  “Bienaventurado todo aquel que teme a Jehová, que anda en sus caminos. Cuando comieres el trabajo de tus manos, bienaventurado serás, y te irá bien. Tu mujer será como vid que lleva fruto a los lados de tu casa. Tus hijos como plantas de olivo alrededor de tu mesa. He aquí que así será bendecido el hombre que teme a Jehová.”

Aquí tenemos un cuadro de los varios aspectos de la familia ideal de Dios: cómo son, cómo funcionan, cómo se relacionan uno con el otro, y lo que los esfuerza y motiva para lograrlo. En este capítulo vamos a considerar lo que el salmo enseña sobre el esposo y padre. En los siguientes dos capítulos vamos a enfocar nuestra atención en la descripción de la esposa y madre y los hijos.


  LOS BENEFICIOS DE TEMER A DIOS

Este salmo indica que para ser el tipo de esposo y padre que Dios quiere que seas, debes ser un hombre que teme a Dios (v. 1, 4). Un temor apropiado de Dios te va a convertir en una bendición extraordinaria para tu esposa y tus hijos. Serás apreciado por tu familia. Llegarás a ser un esposo y padre efectivo. El temor de Dios va a ser la tierra en donde crecerá tu influencia positiva y la razón básica que hará que tu familia se levante y te bendiga. Te animo a meditar en lo que la Biblia dice que te va a ocurrir, a un hombre que teme a Dios.

Dios dice que los que temen a Dios:
  1.      Recibirán instrucción divina en cuanto a las selecciones que deben hacer (Sal. 25:12).
  2.      Son prósperos en todo (Sal. 25:13; 112:3).
  3.      Experimentan la bondad de Dios (Sal. 31:19).
  4.      Son objeto especial de la protección de Dios (Sal. 31:20).
  5.      Tienen hijos a quienes Dios muestra gran compasión (Sal. 103:11–18).
  6.      Tienen descendientes que van a ser grandes en la tierra (Sal. 112:2).
  7.      Son motivados a ser amables y generosos (Sal. 112:4, 5)
  8.      Van a demostrar más confianza y valentía (Sal. 112:6–8; Prov. 14:26)
  9.      Van a experimentar el contentamiento (Sal. 112:5, 6; Prov. 19:23)
  10.      Van a ser gente de oración, y sus oraciones serán escuchadas (Sal. 145:19)
  11.      Son bendecidos con sabiduría (Prov. 1:7; 9:10)
  12.      Aceptan la enseñanza y apacibles (Prov. 8:13; 14:26; 15:33; Hech. 9:31).
  13.      Se caracterizan por su integridad y su lealtad (Job. 2:3).
  14.      Son considerados y amables (Sal. 112:4–5).
  15.      Son notables por su conversación constructiva (Mal. 3:16).
  16.      Son pacientes, esperanzados y genuinos (Sal. 147:11).
  17.      Perseveran en hacer lo bueno (Sal. 112:3, 5; 2 Cor. 7:1).
  18.      Trabajan duro, pero no tanto como para no dedicar un tiempo a la diversión (Sal. 128:3).
  19.      Aceptan la responsabilidad de su propia familia pero sin exceso (Sal. 128:3).
  20.      Están dedicados a su familia y la consideran una fuente de mucha satisfacción (Sal. 128:1–4).
  21.      Se deleitan en adorar a Dios (Apoc. 14:7).
  22.      Aman las Escrituras y ordenen su vida según los mandamientos de Dios (Sal. 112:1; Ecl. 12:13).

¿Cómo aplica todo esto mi amigo Gregorio a sus problemas de familia? Ciertamente, él necesitaba instrucciones específicas para los temas que lo involucran como esposo y padre. En el curso de consejería, discutimos estos temas en detalle. Él necesitaba un temor de Dios sano y prudente en su vida.


  LO QUE ES EL TEMOR DE DIOS

¿Qué quiere decir “ser un hombre que teme a Dios”? Respuestas confusas a esta pregunta te pueden impedir construir una familia como Dios quiere. Algunas personas tienen un temor a Dios que es pesado, hasta opresivo. Si piensan en Dios les provoca ansiedad, miedo o pavor. Su temor a Dios es debilitante; una maldición en vez de una bendición. Creen que Dios está para agarrarlos, que es malhumorado, vengativo e irritante.
Un ejemplo de esta clase de temor lo vemos en la historia que Jesús contó sobre los tres hombres que recibieron los talentos. Dos de los hombres invirtieron sus talentos y produjeron ganancias. El tercero no puso a trabajar su talento. Cuando los llamaron a dar cuentas, éste último explicó su inactividad diciendo, “Señor, te conocía que eres hombre duro, que siegas donde no sembraste y recoges donde no esparciste; por lo cual tuve miedo, y fui y escondí tu talento” (Mat. 25:24–25, énfasis añadido).
El miedo de este hombre lo hizo inútil para actuar. El concepto que tenía de su maestro era de un déspota vengativo que se deleitaba en avergonzar a la gente, y dar rienda suelta a la venganza. Tal actitud derrotista refleja la visión de mucha gente hoy en día. Viven con miedo de otras personas, las circunstancias o lo que pueda pasar. Consideran a Dios de la misma manera que este hombre de la historia veía a su maestro.
Pero el temor de Mat. 25:25 no es el temor de Dios descrito en el Salmo 128. El primero te va a empobrecer y a tu familia; y el segundo va a enriquecer tu vida. El miedo de Mat. 25:25 causará que seas inseguro, descontento, no perdonador, odioso, autoritario o esclavo. Pero el temor del Salmo 128 produce efectos opuestos: es constructivo, no destructivo, te llevará hacia Dios, no te mandará lejos de Él; te va a estimular a la acción responsable, no a engendrar pereza; te motivará a que busques a los demás, no a esconderte; te ayudará a servir a otros y a desminuir tu egoísmo y a demoler otros temores que te han impedido vivir con confianza, gozo y fruto.
Las Escrituras aseveran que si estás en unión con Cristo Jesús, no tienes porqué estar cautivo a un miedo que involucra el pavor a Dios. Si no has experimentado el perdón de Dios por la redención de Cristo, tienes toda la razón para tener miedo de Dios porque nunca has hecho las paces con Él. Pero si has confiado en Cristo para la salvación y el perdón de tus pecados, confesándolo como Señor, la Biblia dice que, no tienes causa de estar bajo este tipo de miedo. Dios te ha dado el espíritu de ser Su hijo y el derecho de llamarle Padre (Rom. 8:15). Y como hijo del Padre celestial, amoroso y compasivo, eres un heredero de la gloria (Rom. 8:17), estás justificado, reconciliado con Dios y salvado de la ira de Dios por medio de Jesús (Rom. 5:9–10). Por tu relación con Jesús, no tienes que estar perturbado al pensar en Dios. De hecho, ahora tienes toda la razón para gozarte en Dios, temiéndolo en la manera positiva, descrita en el Salmo 128. Y eso nos lleva a preguntar exactamente que quiere decir temor de Dios.
De manera sencilla: el temor de Dios es la respuesta inevitable de un entendimiento creciente y bíblico de, y una relación con, el verdadero y viviente Dios quien ha sido revelado por Jesucristo.
La esencia del temor de Dios lo ilustra vívidamente la vida de Moisés en Éxodo 15:1–18. Antes de este pasaje, Moisés tuvo una experiencia que engrandeció bastante su concepto de Dios. El Señor había rescatado milagrosamente y con poder a Su pueblo de la destrucción segura a manos de los egipcios. Dios había partido las aguas del mar Rojo y permitido a los Israelitas,.


  EL PODER MOTIVADOR DEL TEMOR DE DIOS

Un temor de Dios sano y prudente hará lo mismo por ti y por mí. Un sentido más amplio 1) de la presencia de Dios, 2) de la majestad incomparable de Dios, 3) de la misericordia abundante y gracia de Dios, 4) de la lealtad de Dios, 5) de tu dependencia en Dios y tu responsabilidad hacia Él, 6) de tu relación con Dios y la prioridad de esa relación, 7) de la perfección suprema de Dios cambiará la dirección de tu vida, en todo aspecto, te llevará a una entrega amorosa y sin reservas a Dios; te impulsará a estructurar tu vida, ordenar tus asuntos y relaciones y a hacer decisiones según la voluntad de Dios. Vas a ser un hombre que camina con Dios en comunión íntima. Tu vida girará alrededor de Él para que puedas decir con Pablo, “para mí el vivir es Cristo”. Vas a estar estimulado y fortalecido para relacionarte con tu esposa y tu familia, a la manera de Dios. Llegarás a ser el hombre bendito (feliz) del Salmo 128, que se convierte en una bendición para su esposa y sus hijos. Construir una familia como Dios quiere no quedará como “el sueño imposible”, sino que será una realidad.


  ADQUIRIENDO Y MANTENIENDO EL TEMOR DE DIOS

Este nos lleva muy naturalmente a la pregunta ¿cómo puede uno conseguir y mantener este sano temor de Dios? Esto es posible sólo si has nacido en Jesucristo. Solo, vas a temer a Dios en la manera sofocante y destructiva descrita previamente. No requieres una obra especial de Dios en tu vida para estar aterrorizado de Dios. Pero temer a Dios en la manera apropiada es otro asunto. Este requiere una obra de gracia Dios en tu vida. El Espíritu Santo te tiene que impulsar a nacer de nuevo espiritualmente y ser redimido del pecado por la obra de Jesucristo.
Sin salirse este asunto, Pedro nos reta a vivir nuestra vida en temor reverente, cuando conocemos que hemos sido redimidos por la preciosa sangre de Cristo (1 Ped. 1:17–19). Parece que Pedro está diciendo que nuestra redención en Cristo proporciona una doble razón para que tengamos temor de Dios: 1) Debe inspirar un gran concepto de Dios por la manera en que nos salvó. Hemos sido librados del castigo y del poder de nuestro pecado por, nada menos que, la muerte del propio Hijo de Dios, Jesucristo. 2) Pedro afirma que la redención de Cristo incluye la liberación de nuestro antiguo estilo de vida, en lo cual faltaba un temor reverente de Dios (Rom. 3:18).
Tal vez ahora estás pensando, “soy cristiano, pero el temor de Dios no es muy fuerte en mi vida.” Este era el problema de Gregorio: había confesado a Jesucristo como su Señor y Salvador; quería agradar a Dios pero su temor de Dios era pequeño, y su relación con Él, superficial. En tal caso, ¿qué más necesitas para desarrollar en tu vida una conciencia más amplia del Dios vivo y verdadero?
La Palabra de Dios que nos llega por medio de Jeremías nos da pistas importantes en este asunto: “y me serán por pueblo, y yo seré a ellos por Dios. Y les daré un corazón, y un camino, para que me teman perpetuamente, para que tengan bien ellos, y sus hijos después de ellos. Y haré con ellos pacto eterno, que no me volveré atrás de hacerles bien, y pondré mi temor en el corazón de ellos, para que no se aparten de mí.” (Jer. 32:38–40).
Toma nota cuidadosa de lo que este pasaje dice de los que temen de Dios. La gente de Dios, los que pertenecen a él temen a Dios. Le temen porque Dios los inspira a hacerlo y no como una inclinación natural. Él les da unidad de corazón y acción. Pablo reconoce eso y escribió, “Dios, que mandó que a las tinieblas resplandeciese la luz, es el que resplandeció en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo.”(2 Cor. 4:6). Pablo dijo que nunca comprenderíamos la majestad y gloria de Dios a menos que Dios encienda la luz en la oscuridad de nuestro corazón. Él tiene que proveer la iluminación de nuestro hombre interior si queremos entender Su esplendor.


  EL FACTOR ORACIÓN

Por su convicción, Pablo frecuentemente pide a Dios que se revele. En Efesios, escribe, “Pido al Dios de nuestro Señor Jesucristo, al glorioso Padre, que les conceda el don espiritual de la sabiduría y se manifieste a ustedes, para que puedan conocerlo verdaderamente.”(Ef. 1:17, Dios Habla Hoy) Mas tarde, en la misma epístola, dice, “Pido.… que Cristo viva en sus corazones por la fe, y que el amor sea la raíz y el fundamento de sus vidas. Y que así puedan comprender… cuán ancho, largo, alto y profundo es el amor de Cristo. Pido, pues, que conozcan ese amor, que es mucho más grande que todo cuanto podemos conocer, para que lleguen a colmarse de la plenitud total de Dios.”(Ef. 3:17–19)
Debemos observar varios factores importantes en estos pasajes. Estos son oraciones dirigidas a Dios, como si fuera algo dirigido a los lectores de la epístola. Pablo no está exhortando ni amonestando directamente a sus lectores. Está orando, pidiendo a Dios que haga algo en esas vidas. Ciertamente, esto implica que sin la ayuda de Dios, no podemos experimentar lo que está describiendo. Además, me impresiona el hecho de que esta petición particular era una que frecuente y continuamente llevó delante de Dios. Dice, “Pido” (tiempo presente), no pedí (tiempo pasado).
Cuando estudias las oraciones de Pablo por los efesios, reconoces que están enfocadas en una sola cosa. El enfoque de las oraciones de Pablo es que Dios nos dé sabiduría y revelación para que podamos conocerle mejor. Para Pablo, el cumplimiento de esta petición era la fuente que abre un mundo de bendición. Si eres un hombre temeroso de Dios, vas a orar porque temes a Dios. Y, mientras oras bien, tu sano temor de Dios va a ser alimentado e incrementado porque oras. Va a ser una dinámica que te habilitará para construir tu familia como Dios quiere.
¿Te acuerdas de Gregorio? Quería ser un buen esposo y padre. Trabajaba duro para dar lo mejor a su familia. Lo quería de veras. Pero reconocía que algo andaba mal en su relación con su familia y con Dios. Gregorio era tan dotado y exitoso en la mayoría de lo que hacía que había llegado a ser demasiado autosuficiente. Estaba tan ocupado que descuidó su vida de oración. Las señas evidentes de esto era una relación distante con Dios y un impacto limitado en su familia. No puedes desarrollar una conciencia de Dios sana y prudente o construir una familia como Dios quiere sin una vida de oración significativa. Sin embargo, la importancia que la oración tenga en esta conexión, es sólo una pieza del rompecabezas.

  “ESTAD QUIETOS Y RECONOCED”

Según el Salmo 46, para fomentar una conciencia controlada y penetrante debes “estar quieto y reconocer” que Él es Dios. Esto quiere decir que tomes tiempo de tu marcha frenética de la vida para reflexionar en quién y qué es Dios. El salmo 46 describe a un hombre esperanzado, seguro y valiente en medio de circunstancias inusualmente difíciles. No es su temperamento natural; ha llegado a ser este tipo de hombre porque ha tomado el tiempo de “estar quieto y reconocer que (Él) es Dios.” Te insto a que tu prioridad regular sea el estar quieto y meditar en Dios como está revelado en Jesucristo. Las Escrituras declaran que la gloria de Dios está manifiesta en la faz de Jesús (2 Cor. 4:6). Cristo es “el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia” (Heb. 1:3). Toma tiempo constantemente para reflexionar en la persona y la obra de Jesucristo; quién es y qué hizo, qué está haciendo y qué hará. Busca conocerlo personalmente, habla con Él de lo que tengas en mente.
Observa las escenas de Jesús que nos muestra en el Nuevo Testamento, y trata de hacer una visión de lo que está pasando. Considera cómo vivía y se relacionaba con la gente, igualmente lo que hizo y habló. Imagina lo que estaba pensando o sintiendo. Toma nota de cómo le respondía la gente.
Observa su majestad, su gracia, su sabiduría, su compasión, su justicia, su poder. Mira con frecuencia hacia la cruz donde Jesús murió por tus pecados. Considera el sepulcro vacío de donde resucitó, y los ángeles lo declaraban ser el Hijo de Dios. Imagínate en el monte de Olivos, de donde ascendió a la presencia de Dios el Padre. Contempla el lugar del trono de Dios, donde está sentado, poseyendo toda la autoridad sobre los cielos y la tierra, y desde allí está intercediendo por ti y gobernando todo por el bienestar de la Iglesia. Considera lo que quiere decir todo esto para tu relación con el mundo, con la gente, con la historia y contigo.
Busca junto con Pablo conocer a Cristo de una manera más completa (Fil. 3:10). Que tu conocimiento de Cristo sea de primera mano y no de segunda. He animado a algunas personas que quieren aumentar su relación personal con Jesús a que tengan un momento de compañerismo con Jesús cada hora. Un hombre arregló la alarma de su reloj para que sonara cada hora; esto le recordaba que era tiempo de ir a platicar con Cristo y reflexionar en la Palabra de Dios. Este receso en su rutina fue “la pausa que refresca”, y lo ayudó a desarrollar una vida más piadosa y centrada en Cristo.


  LA BIBLIA, CARTA DE DIOS

Considera que, como la Biblia es básicamente una revelación de quién y qué es Dios, tu relación con Dios será alimentada cuando medites fielmente en Su Palabra. “Las Escrituras… dan testimonio de mí,” dijo Jesús en Juan 5:39. David relata que “El testimonio de Jehová es fiel, que hace sabio al sencillo…el precepto de Jehová es puro, que alumbra los ojos. El temor de Jehová es limpio, que permanece para siempre” (Sal. 19:7–9). Fíjate que este pasaje tiene una relación muy íntima con “el temor del Señor”. David dice esto porque sabe que el resultado inevitable del estudio apropiado de la Palabra de Dios incrementará la veneración a Dios. Reconoce que los que van a la Biblia constante y sumisamente para encontrar a Dios no serán defraudados. Porque la Biblia es el libro de Dios (2 Tim. 3:16, 17). Dios ha revelado en ella sus atributos, sus obras, sus propósitos, su voluntad para su pueblo, sus intenciones, sus planes, sus deseos y sus castigos para el mundo que lo rechaza.
Acepta que Dios te está hablando cuando lees las Escrituras. Léelas como leerías una carta de tu amigo más allegado. Los dos están haciendo contacto. De esa manera estás conociendo mejor a tu amigo. Recibe los dichos de la Biblia como el consejo de tu Padre celestial, tu Señor y Salvador personal, el grande y temible Dios de la creación y la redención. No veas sus enseñanzas como reglas abstractas para la vida, o sólo obligaciones. Responde a la Palabra de Dios como uno que por gracia ha sido aceptado en la familia del ser más maravilloso del universo. Ve las Escrituras como una invitación a profundizarte en una relación con tu majestuoso, infinito Padre y Redentor.
Gregorio ha estado aprendiendo esta lección básica. ¿Has aprendido igual que él? Si sí, entonces estás en camino de construir tu familia como Dios quiere. Si no, te animo a arrepentirte, y con la gracia de Dios reorienta tu vida para poner lo primero en primer lugar. Va a ser un mundo de diferencia para ti y tu familia.

TAREAS PARA ESTUDIO Y APLICACIÓN

Haz las tareas individualmente, y luego comenta tus respuestas con tu cónyuge o tu grupo de estudio.
  1.      Reflexiona (o si es necesario, revisa) este capítulo y contesta las siguientes preguntas
    a.      Describe en tus propias palabras el problema en la vida de Gregorio y cómo estaba afectando a su familia.
 
    b.      ¿Cómo describe el Salmo 128 al esposo o padre de familia que quiere Dios? ¿Cuál es el aspecto más sobresaliente de la vida de este hombre descrito en este salmo?
 
    c.      Según la Biblia, ¿por qué es tan importante la relación de un hombre con Dios para sí mismo y para su familia? ¿Cuáles beneficios promete Dios a la persona (y su familia) que hace de su relación con Dios una prioridad?
 
    d.      ¿Cuáles dos tipos de “temor de Dios” fueron mencionados en este capítulo? Describe el tipo de temor de Dios que es destructivo.      ¿Cuáles ejemplos de la Biblia ilustran este tipo de temor? ¿Puedes pensar en algunos ejemplos históricos o contemporáneos de gentes que tienen el temor de Dios destructivo? ¿Cómo ha afectado este tipo de temor a esas vidas y a las familias? ¿Por qué la gente ha temido a Dios de esta manera? ¿Es real este temor para ellos? ¿Es justificable?
 
    e.      Describe el tipo de temor de Dios que es saludable y constructivo. ¿Cómo se le explicarías a alguien que no tiene un concepto bíblico del temor de Dios? ¿Cuáles son sus aspectos? ¿Cuáles ejemplos bíblicos ilustran este temor de Dios? ¿Qué efecto tenía en su vida y su familia?
 
    f.      ¿Puedes pensar en unos ejemplos históricos o contemporáneos de gentes que tienen este temor de Dios constructivo? ¿Qué efecto ha tenido en esas vidas y en las familias?
 
    g.      ¿Cuáles instrucciones fueron dadas para desarrollar este sano temor de Dios? Tienes algunas sugerencias para poder mantener vivo este vital temor de Dios (o relación con Él)?
 
    h.      ¿Estás de acuerdo con la tesis primaria de este capítulo, de que una relación sana con Dios es el aspecto más importante para que seas el tipo de esposo y padre que Dios quiere? ¿Por qué sí? O ¿por qué no?
 
    i.      Evalúa tu relación actual con Dios.      (Excelente , Buena , Regular , Pobre , No existe ) Explica porqué diste esa respuesta. (Si tienes dificultad en contestar estas tres preguntas, el inciso 2, de abajo, debe ser algo de ayuda)
    j.      En la práctica, y no sólo en teoría, ¿estás poniendo lo primero en primer lugar? (Con regularidad , Con frecuencia , A veces , Rara vez , Nunca ) Da razones de tu respuesta.
    k.      ¿Hay alguna manera en que puedes mejorar tu relación con Dios? (Sí , No , Tal vez ). Si es sí, ¿cómo?
  2.      Medita la lista de los 22 beneficios mostrados en este capítulo, que son prometidos a la persona que teme a Dios. Considera lo que cada uno quiere decir en términos prácticos y de comportamiento. Lee cada declaración y pregúntate: ¿Es esto verdad en mi vida? Con regularidad (=4), Con frecuencia (=3), Algunas veces (=2), Rara vez (=1), Nunca (=0). Según estas declaraciones, el temor de Dios afectará la vida de un hombre en ciertas maneras. Así que, en cierta medida, puedes usar estos beneficios como un medio para evaluar, realmente, la profundidad y la condición de tu relación con Dios. Después de calificarte en cada una de las 22 declaraciones, haz una lista de los lugares donde te calificaste con 0, 1 ó 2. Medita sobre cómo puedes mejorar tu relación con Dios. Tal vez vas a querer escribir una declaración de compromiso, poner tu nombre y firmar, de lo que vas a hacer. Pide diariamente la ayuda de Dios para hacer las mejorías deseadas. Refiérete a tu lista con frecuencia como el medio para evaluarte y motivarte.
 
  3.      ¿Qué revelan los siguientes versículos bíblicos acerca de la relación de Abraham con Dios, especialmente de su temor de Dios? ¿Hay indicaciones de cómo Abraham desarrolló y mantuvo su temor de Dios? ¿Qué impacto tuvo en su vida y su familia? Trata de captar las ideas específicas de los que estás haciendo o debes hacer para desarrollar tu relación con Dios y construir tu familia como Dios quiere. En cada pasaje, pregúntate: ¿Que dice Dios de mi relación con Él? ¿Cómo debo aplicar esto a mi vida y a mi familia? ¿Cómo estoy aplicando la enseñanza de este pasaje?

      a. 2 Crón. 20:7
      b. Isa. 41:8
      c. Sant. 2:23
      d. Gén. 12:1–8
      e. Gén. 13:8, 9
      f. Gén. 14:14
      g. Gén. 14:22, 23
      h. Gén. 14:24
      i. Gén. 21:10, 11
      j. Gén. 21:11, 12
      k. Rom. 4:19–21
 
  4.      Estudia los siguientes versículos, y nota lo que cada uno implica: 1) la excelencia de Dios; 2) el temor de Dios; 3) lo que debe ser nuestra relación con Dios; 4) el lugar que debe tener Dios en nuestra vida; 5) cómo desarrollar el temor de Dios y 6) lo que pasa con una persona que teme a Dios.
      a. Gén. 5:22
      b. Éxo. 15:11
      c. Éxo. 34:6, 7
      d. Deu. 6:13; 10:12
      e. 2 Cró. 20:6–19
      f. Sal. 19:7–11
      g. Sal. 34:7, 11
      h. Sal. 128:1
      i. Sal. 130:4
      j. Sal. 139:1–6
      k. Sal. 139:7–10
      l. Sal. 139:13–16
      m. Sal. 139:23, 24
      n. Sal. 147:11
      o. Prov. 1:7
      p. Prov. 8:13
      q. Prov. 14: 26, 27
      r. Prov. 19:23
      s. Prov. 28:14
      t. Isa. 40:10–31
      u. Mat. 10:28
      v. Rom. 8:26–39
      w. Rom. 11:36
      x. Apo. 4:8–11
      y. Apo. 5:9–14
      z. Apo. 15:3, 4
 
  5.      Reflexiona en lo que acabas de estudiar y responde a la siguiente pregunta: ¿Qué diferencia debería hacer todo esto en mi propia vida y en mis relaciones familiares?
 


  Notas:

  1. Para más estudio sobre los temas de oración efectiva, cómo aprovechar tu Biblia y desarrollar tu relación con Dios, recomiendo los siguientes recursos: Conociendo a Dios, por J. I Packer; Confiando en Dios, por Jerry Bridges; Entre Walden y el Torbellino, por Jean Fleming; Orar Con Tus Ojos Abiertos, por Richard Pratt; Cómo Orar con Efectividad, por Wayne Mack (cinta); El Uso Práctico y Provechoso de la Biblia, por Wayne Mack (cinta); Meditación Espiritual, por Wayne Mack (2 cintas). Puedes comprar los libros en una librería cristiana, o en Biblical Counseling and Living Supplies, 2299 Brodhead Road, Bethlehem, Pa. 18017.

  2. Información adicional con consejo específico para esposos puede ser encontrada en tres libros de Wayne A. Mack; Fortaleciendo Tu Matrimonio, Un Manual de Tarea para Vida Bíblica, Vol 2 (Philipsburg, N:J.; Presbyterian and Reformed, 1977 y 1980) y Preparando Para el Matrimonio Como Dios Quiere (Tulsa, Okl.; Hensley, 1986). Cintas cassette por Wayne Mack sobre relaciones entre esposo y esposa, relaciones sexuales, y finanzas están disponibles. Estos materiales de estudio pueden ser conseguidos en Biblical Counseling and Living Supplies, 2299 Brodhead Road, Bethlehem, Pa. 18017.




viernes, 6 de mayo de 2011

Sexualidad y Erotismo en la Pareja: Aconsejamiento Pastoral - Herramienta excelente para Consejeros Matrimoniales




Sexualidad y Erotismo en la Pareja: Aconsejamiento Pastoral - Herramienta excelente para Consejeros Matrimoniales
Tipo de Archivo: PDF | Tamaño: 11MBytes  | Idioma: Spanish |Categoría: Consejería Matrimonial
Información
Prefacio 13
Prólogo 15
Capítulo 1 Salud familiar: ((Fundamentos de una pareja unida)) 17
1. Introducción 17
2. Modalidades de funcionamiento familiar 18
3. Su influencia en la dinámica de pareja según sus combinaciones 19
4. Del mito a la expectativa 22
5. De los extremos al equilibrio 24
Ejercicios: 1,2,3,4 26
Capítulo 2 Los roles en la pareja: ((Una pareja, pareja)) 27
1. Introducción 27
2. Algunas modalidades de relación 28
3. Un poco de historia 29
4. Algunas frases· 32
5. Los roles en nuestra cultura 35
6. Qué ha significado ser -todo un caballero· y -toda una señorita en nuestra cultura. 37
7. Aspectos de la crianza Que contribuyen a la personalidad machista 38
8. Sintomatologia básica del machista 38
9. Conclusión 40
Ejercicios: 5,6 41
Capítulo 3 Anatomofisiología: (Cada cual por su nombre) 43
1. El aspecto genético 43
2. El aparato genital femenino 44
3. El aparato genital masculino 53
Capítulo 4 El cuerpo: "La dimensión desconocida» 67
1. Introducción 67
2. El cuerpo y la personalidad 68
3. Clasificaciones psicológicas-corporales de la personalidad 69
4. La imagen corporal 72
Ejercicio: 7 74
5. Distorsiones del esquema corporal 75
Ejercicios: 8, 9 76
6. El cuerpo y la sexualidad 78
Ejercicios: 10,11,12 79
7. El cuerpo en la Biblia 8
Capítulo 5 El ciclo de respuesta sexual: «Los tiempos del placer" __ 87
1. Introducción 87
2. Fase de excitación 89
3. Fase de meseta 95
4. Fase de orgasmo 99
5. Fase de resolución 102
Ejercicios: 13,14,15. 106
Capitulo 6 Algunas posiciones:  "La creatividad del amor" 107
1. introducción 107
Ejercicios: 16,17,18,19,20. 111
Capítulo 7 Sexualidad y Teología: «¿Amigos o enemigos?" 115
1. La sexualidad y la tradición cristiana 115
2. La sexualidad y la Biblia 123
3. La sexualidad y Jesús 128
Capítulo 8 Factores condicionantes de nuestra sociedad:
«Los frenos del placer" 133
1. Introducción 133
2. Los conceptos religiosos 134
3. Ausencia de educación sexual 138
4. Factores economicosociales 141
5. Factores traumáticos o conflictivos vividos en la infancia y la adolescencia 141
6. Algunos conceptos de sexo 142
7. La salud sexual 144
8. Los fundamentos de un desarrollo sexual sano 145
9. Las funciones del sexo 145
Capitulo 9 Mitos sexuales: «Las falsas verdades" 147
1. Introducción 147
2. Los mitos y el consejero 148
3. El origen de los mitos 150
4. Algunos mitos sexuales 152
5. Otros mitos 160
Ejercicios: 21,22. 165
Capitulo 10 La íntimidad: «La verdadera unión sexual" 167
1. Qué es la intimidad 167
2. La intimidad afectiva 169
3. Intimidad intelectual 171
4. Intimidad sexual 172
Ejercicios: 23,24,25 174
CONCLUSIONES 223
BIBLIOGRAFíA RECOMENDADA 231
BIBLIOGRAFíA GENERAL 235
Capítulo 12 El embarazo: «La creación del amor" 203
1. La herencia 203
2. El bebé antes del embarazo 204
3. El hijo resultado del amor 205
4. Lo que le sucede a la mamá 206
5. Lo que le sucede al papá 206
6. Queremos tener un hijo 207
7. Cómo se produce el embarazo 208
8. Niño o niña 213
9. El embarazo 214
10. La sexualidad durante el embarazo 215
11. El parto 217
12. El puerperio 217
13. Cuando el hijo ya vino 219
14. Algunas funciones básicas 222
Capítulo 11 El pseudoamor: «La otra cara del odio" _
1. Introducción
2. Te amo porque me amas: la tiranía del narcisista
3. Cuando amar es poseer: la tirania de los celos
4. Te pego porque te amo: la tiranía del golpeador
Recomendaciones pastorales
5. Te amo pero te engaño: la tiranía de la infidelidad
Recomendaciones pastorales
Ejercicios: 26,27,28

Hoy, más que nunca, necesitamos una pastoral de pareja, una pastoral del amor y la sexualidad. Una sexualidad vivida sin represiones, sin culpas y sin temores. Una pastoral que hable de frente sobre lo que somos: seres sexuados.

Hemos intentado hablar aquí sobre el amor, sobre el placer, sobre el encuentro con el otro... Nos ha motivado aescribir este pequeño trabajo, el ver vidas destruirse por no poder contar con una información mínima para el enriquecimiento de su vida de pareja. Espero que hayamos cumplido con este objetivo.

Hemos escrito de la manera más simple posible, para que sea de fácil lectura.
Hemos quitado toda nota a pie de página para tener fluidez de texto, que pueda servir tanto a la pareja cristiana como al consejero pastoral.

Este trabajo consta de dos libros; en este primero presentamos algunos aspectos fundamentales y básicos para trabajar en pareja.

En los primeros capitulas comenzamos mostrando que para -unirse- hay que -dejar-, este unirse debe ser en forma -pareja- e igualitaria construyendo ambos una vida en común.

Damos los aspectos básicos sobre anatomía y fisiología sexual y las fases de la relacíón sexual.
También hemos visto lo referente a la imagen corporal y cómo conectarnos con nuestro cuerpo y con el cuerpo del otro desde el placer y no de culpa.

En el segundo libro, Las perversiones sexuales, desarrollaremos ampliamente todas las disfunciones sexuales del hombre: eyaculación precoz, impotencia, falta de deseo, etc.; así como de la mujer; anorgasmia, frigidez, vaginismo, etc.
La dinámica del amor y del enamoramiento y su influencia en elección y constitución de la pareja.
Desarrollaremos lo Que es el erotismo, desde la Biblia, analizando detalladamente el maravilloso libro del Cantar de los Cantares.
Haremos un recorrido sobre métodos anticonceptivos y la sexualidad durante la menopausia y la vejez.
Esperamos Que este libro pueda ser de bendición. En cada capítulo hemos puesto ejercicios, los cuales hemos utilizado con éxito en muchas parejas, tanto en retiros, campamentos de matrimonios como en la consulta pastoral de pareja.
La idea de los ejercicios es Que puedan ser útiles para cada pareja y para Que los utilice cada consejero pastoral.
Hoy más Que nunca los matrimonios cristianos necesitan descubrir una sexualidad sana, creativa, erótica, placentera que una, fusione ymantenga vivo el amor, si al fin de cuentas lo más importante es esto: el amor.
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sábado, 26 de marzo de 2011

Curso de Preparación Matrimonial: Ayuda Pastoral - Preparación Ministerial

Curso de Preparación Matrimonial: Ayuda Pastoral
Preparación Ministerial
Tipo de Archivo: PDF | Tamaño: 2MBytes| Idioma: Spanish | Categoría: Consejería Pastoral
Información
Las metas del Curso para matrimonios:• Ayudar a las parejas a acercarse más
-a través de mayor compromiso
-a través de más tiempo juntos
-a través de una comprensión mutua más profunda
-a través del desarrollo de buenos hábitos

Para construir una relación matrimonial para toda la vida hay que dedicar tiempo.
Si no separamos tiempo para la pareja en forma deliberada, descubriremos que las demandas del trabajo, la familia, las finanzas, y muchos otros quehaceres diarios y distracciones, o el tomarse por sentado, no nos permitirán acercarnos.
Planeen pasar por lo menos una o dos horas solos juntos cada semana para redescubrir su romance, relajarse, hablar juntos acerca de sus sentimientos (temores, esperanzas preocupaciones, alegrías etc.).  Llamamos a este tiempo para la pareja.

Las metas del tiempo especial para la pareja es:• Mantener vivo el romance.
• Profundizar nuestra comprensión y apreciación el uno de la otra.
• Asegurar que haya comunicación regularmente en un nivel significativo.  
Un tiempo especial para la pareja produce mayor intimidad

La meta del curso matrimonial es establecer patrones de relaciones que va a mantener matrimonios vivos por toda la vida.
Construyendo bases fuertes
• Haga una costumbre prioritaria de tener un tiempo especial con su pareja cada semana
• Busque como responder a las necesidades de su pareja.
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