Mostrando entradas con la etiqueta como predicar. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta como predicar. Mostrar todas las entradas

viernes, 1 de mayo de 2015

Que enseñen a las mujeres jóvenes a amar a sus maridos y a sus hijos, a ser prudentes, castas, cuidadosas de su casa, buenas, sujetas a sus maridos, para que la palabra de Dios no sea blasfemada

Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6


 
 
Tipo de Archivo: PDF | Tamaño: MBytes | Idioma: Spanish | Categoría: Capacitación Ministerial
Información 


El ser una madre, es un papel muy importante que el Señor elige otorgar a muchas mujeres. Se dice que las madres deben amar a sus hijos. En Tito 2:4-5 leemos, “… que enseñen a las mujeres jóvenes a amar a sus maridos y a sus hijos, a ser prudentes, castas, cuidadosas de su casa, buenas, sujetas a sus maridos, para que la palabra de Dios no sea blasfemada.” En Isaías 49:15a la Biblia dice, “¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz, para dejar de compadecerse del hijo de su vientre?” ¿Cuándo comienza la maternidad?

Los hijos son un regalo del Señor (Salmo 127:3-5). En Tito 2:4, aparece la palabra griega “phileoteknos”. Esta palabra representa una clase especial de “amor materno.” La idea que se desprende de esta palabra es la de “preferir” a nuestros hijos, “cuidar” de ellos, “alimentarlos”, “abrazarlos con amor”, “cubrir sus necesidades”, “entablar una tierna relación” a cada uno como si fuera el único salido de la mano de Dios. Se nos manda en la Escritura el ver el “amor materno” como nuestra responsabilidad. En la Palabra de Dios se les ordena tanto a las madres como a los padres, llevar a cabo varias cosas en la vida de sus hijos:

Estando disponibles – mañana, tarde y noche (Deuteronomio 6:6-7)

Involucrándose - interactuando, acordando, pensando y procesando la vida juntos (Efesios 6:4)

Enseñándoles – con las Escrituras, el punto de vista bíblico del mundo (Salmo 78:5-6, Deuteronomio 4:10; Efesios 6:4)

Entrenándoles – ayudando al niño a desarrollar sus habilidades y descubrir su potencial (Proverbios 22:6)

Disciplinándoles – Enseñándoles en el temor de Dios, señalándoles sus límites en forma consistente, amorosa y firme (Efesios 6:4; Hebreos 12:5-11, Proverbios 13:24, 19:18, 22:15, 23:13-14; 29:15-17)

Nutriéndoles – Proveyendo un ambiente de constante soporte verbal, libertad de fallar, aceptación, afecto y amor incondicional (Tito 2:4; 2 Timoteo 1:7; Efesios 4:29-32, 5:1-2; Gálatas 5:22; 1 Pedro 3:8-9)

Moldeándolos con integridad – Viviendo lo que enseñes, siendo un modelo mediante el cual un niño pueda aprender, “captando” la esencia de una vida piadosa (Deuteronomio 4:9, 15, 23; Proverbios 10:9, 11:3; Salmo 37:18, 37).

La Biblia nunca ordena que todas las mujeres deban ser madres. Sin embargo, dice que aquellas que son bendecidas para ser madres, deben tomar seriamente esa responsabilidad. Las madres deben tener un único y crucialmente importante papel en la vida de sus hijos. La maternidad no es un trabajo o tarea desagradable. Al igual que una madre lleva a su bebé durante el embarazo, y alimenta y cuida de niño durante su infancia, así también las madres juegan un constante papel en las vidas de sus niños, adolescentes y jóvenes adultos, y aún cuando llegan a la edad madura. Mientras que el papel de la maternidad debe cambiar y desarrollarse – el amor, el cuidado, la educación y el ánimo que da una madre, nunca debe terminar.

DOWNLOAD HERE>>>
http://claudioxplabibliadice.blogspot.com/2015/01/dos-reinos-no-pueden-permanecer-en-un.html

martes, 21 de abril de 2015

La cultura griega era muy mundana, humanista e impía y por lo tanto, una amenaza para la religión de Israel.

Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6


 
 
Tipo de Archivo: PDF | Tamaño: MBytes | Idioma: Spanish | Categoría: Capacitación Ministerial
Información 



El período entre el Antiguo y el Nuevo Testamentos está representado en la mayoría de las Biblias por una simple hoja en blanco, la cual tal vez tenga un significado simbólico. Por largo tiempo, el período de “Malaquías a Mateo”, ha quedado vago y desconocido para muchos lectores de las Escrituras. Aunque quedan numerosos misterios, en tiempos recientes mucha luz ha sido proyectada sobre todo este período. Nuevos y excitantes conocimientos han sido aportados por los escritos de una cantidad de eruditos y por algunos descubrimientos arqueológicos.
A principios del presente siglo, el doctor R. H. Charles, escribió abundantemente sobre el tema, y la publicación en 1914 de su pequeño libro “Religious Development between the Old and the New Testaments” (El Desarrollo Religioso entre el Antiguo y el Nuevo Testamentos), introdujo un sector más grande de lectores a este campo de estudio, y ayudó notablemente a llenar el vacío de la gente para su comprensión. Pero nadie pudo preveer que esta etapa llegara a ser un centro de atención, no sólo para los eruditos sino también para el hombre común. El descubrimiento de los Rollos del mar Muerto atrajo la imaginación popular y prendió en la atención de los eruditos de todo el mundo. Estos escritos son de la mayor importancia, no sólo por la información que suministran de las creencias y prácticas de los Sectarios de Qumran, sino también por el nuevo interés y los conocimientos que traen de todo el período intertestamentario.
En este pequeño volumen se hace un intento de repasar esos años a la luz de recientes estudios y descubrimientos, y, en particular, para determinar la contribución religiosa hecha por ese extraño grupo de hombres conocido por “los apocalípticos”. Muchos otros asuntos de interés de este período intertestamentario podrían haber sido tratados, pero el propósito de este libro es selectivo más bien que exhaustivo, indicando la parte que tuvieron los apocalípticos en el desarrollo religioso del judaísmo, y en la preparación de las mentes de los hombres para el advenimiento del cristianismo.
Se espera que este breve abordamiento del tema, estimule el apetito del lector para proseguir más ampliamente estos estudios con la ayuda de la bibliografía que se incluye.

El tiempo transcurrido entre los últimos escritos del Antiguo Testamento y a aparición de Cristo, es conocido como el período “intertestamentario” (o entre los testamentos). Por no haber habido palabra profética de Dios durante este período, algunos se refieren a él como “los 400 años de silencio.” La atmósfera política, religiosa y social de Palestina, cambió significativamente durante este período. Mucho de lo que sucedió fue predicho por el profeta Daniel. (ver Daniel capítulos 2, 7, 8, y 11 y comparar los eventos históricos).

Israel estuvo bajo el control de imperio persa, del 532 al 332 a.C. Los persas permitieron a los judíos practicar su religión con poca interferencia de su parte. Aún les fue permitido reconstruir y tener adoración en el templo (2 Crónicas 36:22-23; Esdras 1:1-14). Este período incluyó aproximadamente los últimos 100 años del período del Antiguo Testamento y cerca de los primeros 100 años del período intertestamentario. Este tiempo de relativa paz y contentamiento fue solo la calma antes de la tormenta.

Alejandro el Grande desafió a Darío de Persia, imponiendo el gobierno griego al mundo. Alejandro fue un estudiante de Aristóteles, y fue bien educado en la filosofía y política griega. Él ordenó que la cultura griega fuera promovida en cada territorio que conquistaba. Como resultado, el hebreo del Antiguo Testamento fue traducido al griego, convirtiéndose en la traducción conocida como la Septuaginta. La mayor parte de las referencias del Nuevo Testamento a las Escrituras del Antiguo Testamento, utilizan el estilo de la Septuaginta. Alejandro permitió la libertad religiosa a los judíos, aunque aún promovía los estilos de vida griegos. Este no fue un buen giro de los acontecimientos para Israel, puesto que la cultura griega era muy mundana, humanista e impía y por lo tanto, una amenaza para la religión de Israel.

Después de la muerte de Alejandro, Judea fue gobernada por una serie de sucesores, culminando con Antíoco Epífanes. Antíoco fue más allá de refutar la libertad religiosa para los judíos. Cerca del 167 a.C., abolió la legítima línea del sacerdocio, y profanó el templo contaminándolo con animales impuros y un altar pagano (ver Marcos 13:14). Esto fue el equivalente religioso de una violación. Eventualmente, la resistencia judía contra Antíoco, restauró el linaje sacerdotal y rescató el templo. A esto le siguió un período de más guerra, violencia y luchas internas.

Cerca del 63 a.C. Popeyo de Roma conquistó Palestina, poniendo a toda Judea bajo el control de los césares. Esto eventualmente condujo a que el emperador romano y el senado pusieran a Herodes como rey de Judea. Esta sería la nación que cobraría impuestos y controlaría a los judíos, y eventualmente ejecutarían al Mesías en una cruz romana. Las culturas romana, griega y hebrea ahora estaban mezcladas juntamente en Judea, con la común utilización de los tres idiomas.

Durante el período de la ocupación griega y romana, emergieron dos importantes grupos político-religiosos. Los fariseos, quienes añadieron a la ley de Moisés, a través de la tradición oral y eventualmente considerando sus propias leyes más importantes (ver Marcos 7:1-23). Mientras que las enseñanzas de Cristo, aunque ciertamente concordaban con las de los fariseos, estaban en contra de su legalismo vacío y falta de compasión. Los saduceos representaban a los ricos y aristócratas. Los saduceos, quienes ejercían el poder a través del Sanedrín, algo equivalente a la Suprema Corte, rechazaban todos menos los libros mosaicos del Antiguo Testamento. Ellos se rehusaban a creer en la resurrección, y eran generalmente sombras de los griegos, a quienes admiraban grandemente.

Esta precipitación de eventos que dispusieron la escena para la llegada de Cristo, tuvo un profundo impacto sobre el pueblo judío. Tanto los judíos como los paganos de otras naciones, se sentían cada vez más insatisfechos con la religión. Los paganos comenzaban a cuestionar la validez del politeísmo. Los romanos y griegos fueron llevados de sus mitologías hacia las Escrituras hebreas, ahora fácilmente accesibles en griego o latín. Sin embargo, los judíos estaban desanimados. Una vez más, eran conquistados, oprimidos y contaminados. La esperanza se estaba agotando y su fe estaba aún más baja. Estaban convencidos que ahora, solo una cosa podría salvarlos a ellos y a su fe; la llegada del Mesías.

El Nuevo Testamento nos cuenta la historia de cómo llegó la esperanza, no solo para los judíos, sino para el mundo entero. El cumplimiento de las profecías en Cristo, fue anticipado y reconocido por muchos de los que lo vieron. Las historias del centurión romano, los reyes de oriente, y el fariseo Nicodemo, muestran cómo Jesús fue reconocido como el Mesías por aquellos que vivieron en Sus días. “Los 400 años e silencio” llegaron a su fin mediante la más grande historia jamás contada – ¡el Evangelio de Jesucristo!

DOWNLOAD HERE>>>
http://www.mediafire.com/view/xkq73ov3qf78s4p/EntreDosTestamentos_CLAUDIOXPGROUP.pdf

jueves, 2 de abril de 2015

El cristiano se caracteriza por su capacidad de animar a los decaídos: Hay quienes padecen graves sufrimientos

Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6


 
 
Tipo de Archivo: PDF | Tamaño: MBytes | Idioma: Spanish | Categoría: Capacitación Ministerial
Información 


El Toque Personal
Colosenses 4:7–18
El ministerio de Pablo giraba alrededor de ciertos hombres claves con quienes colaboraba. El mismo había entrenado a la mayoría de ellos y mostraba gran confianza en su fidelidad y capacidad de realizar la obra de manera digna que glorificara a Dios.
El apóstol concluye su carta a los colosenses con varias notas personales en las cuales describe a algunos de esos ayudantes que servían con él en el ministerio. Los felicita por su fidelidad y los presenta como compañeros dignos de imitar, y que consideraremos al estudiar estas notas.
INFORME DE SU SITUACION 4:7–9
En una carta tan breve como esta, era difícil ponerles al día en cuanto a todo lo que pasaba en Roma. Tal vez por causa de la situación política en que se encontraba tampoco convenía decir mucho por escrito. Por eso, dice que Tíquico y Onésimo les informarían de su estado y cómo le estaba yendo.
El primero era uno de los delegados de las iglesias que había acompañado al apóstol en su último viaje a Jerusalén (4:7–8). Probablemente fue enviado como uno de los guardianes de la ofrenda para los necesitados (Hechos 24:17; Romanos 15:25–26; 1 Corintios 16:1; 2 Corintios 8–9). Se menciona en otros pasajes también como su colaborador en varios aspectos de la obra. Esta vez llevaba las cartas y explicaría la situación en Roma.
Se listan algunas de sus características más notables. Era un hermano amado, probablemente por su amabilidad. En muchas y variadas maneras había mostrado una actitud de cooperación y servicio.
Además, lo presenta como ministro y consiervo, dos palabras que indican la disposición de servir a otros. No buscaba la gloria ni ser servido; más bien su actitud era de ayuda y colaboración. Trabajaba bien con otros.
Pablo también lo identifica como obrero fiel, digno de confianza. Tíquico manifestaba esto en cuatro tareas específicas que aparecen en la Biblia. Fue uno de los que llevaron y cuidaron de la ofrenda enviada a la iglesia en Jerusalén (Hechos 20:4). Este ministerio da evidencia de la confianza que los hermanos tenían en él. También lo consideraron apto para tomar el lugar de Tito en Creta (Tito 3:12). Además, fue enviado como representante del apóstol para ayudar en la resolución de una situación difícil en Efeso (2 Timoteo 4:12). Por último, en esta ocasión es enviado con las cartas y como mensajero para explicar los acontecimientos que estaban sucediendo en Roma (Colosenses y Efesios).
La última cualidad que conocemos de Tíquico era la capacidad de animar a los decaídos. Al observar las cuatro cartas que Pablo envió mientras estaba en la cárcel, se nota que esas iglesias estaban desanimadas por causa de los graves sufrimientos que padecían. Tíquico fue enviado para que fuera a ellas y animara a los hermanos.
CUANDO ESTAMOS DESANIMADOS
NECESITAMOS EL APOYO DE OTROS
HERMANOS FIELES
Juntamente con Tíquico, Pablo había enviado a Onésimo, un esclavo que había escapado de Colosas. Dios había hecho que milagrosamente se encontrara en Roma con el apóstol donde había conocido a Cristo. Su historia se presenta en la carta que manda a Filemón, su amo cristiano de quien había huído. Después de hablar con él del Salvador y de pasar tiempo preparándolo, Pablo lo envió de regreso a su dueño. Tal vez él deseaba que cuando oyeran la historia de lo que Dios había hecho para transformarlo, los hermanos se sintieran animados.
Este esclavo cuyo nombre quiere decir útil, anteriormente había sido totalmente inútil a su amo. Al escribirle a Filemón, le informa que ahora es su hijo y por lo tanto le serviría de verdad, como un hermano en la fe (Filemón 10– 11, 16). Además, el apóstol lo considera como hermano amado y fiel. Aunque antes no lo era, ahora se lo presenta como digno de confianza. Dios tiene que haber hecho una gran obra en su vida. Este siervo fiel también les informaría de lo que ocurría en Roma.
LA TRANSFORMACION DE LA VIDA DEL
ESCLAVO INUTIL SERVIRIA PARA ANIMAR
A LOS DESANIMADOS
SALUDOS PERSONALES 4:10–15
Saludos de sus colaboradores en Roma 10–14
El autor envía saludos de tres de sus colegas en el ministerio que eran bien conocidos por los colosenses. De los seis que mandan saludos, estos tres son los únicos judíos que colaboraban con Pablo en la obra de Dios. Parece que éste se sentía aislado de su pueblo. Estos siervos no le hacían competencia, sino que trabajaban juntamente con él de manera que le animaban a seguir adelante en la obra sirviéndole como un estímulo. La expresión que Pablo utiliza se deriva de una medicina que aliviaba el dolor. Estos tres hermanos eran como un bálsamo para Pablo que alejaba y aliviaba el dolor de su aflicción.
Aristarco era un judío macedonio que vivía en Tesalónica. Fue compañero de Pablo. Lo llevaron preso durante la manifestación pública en Efeso (Hechos 19:29). Fue otro de los enviados con la ofrenda para Jerusalén (Hechos 20:14). También acompañó a Pablo en su viaje a Roma (27:2). El apóstol se refiera a él diciendo que es su compañero de prisión (Filemón 23–24; compare Romanos 16:7) y colaborador (Filemón 24).
Marcos era el sobrino de Bernabé y autor del evangelio que lleva su nombre. Salió con Pablo y su tío en uno de sus viajes misioneros, pero cuando la presión aumentó, optó por dejarlos y regresar a casa (Hechos 12:12, 25; 13:13). Después, cuando Bernabé quiso llevarlo de nuevo, Pablo no estuvo dispuesto a invertir más tiempo en el joven. Este conflicto provocó la división entre los dos misioneros.
Después de varios años de separación, Pablo volvió a mencionarlo. Aunque aquí no lo describe, les da el mandamiento de recibirlo. En la carta a Filemón lo presenta como colaborador suyo (Filemón 24). Al final de su ministerio, Pablo afirma que Marcos le era útil en el servicio (2 Timoteo 4:11). Obviamente, el esfuerzo de Bernabé de tomarlo e invertir tiempo en él demuestra la influencia de su tío en su vida.
Jesús, llamado Justo era otro colaborador que mandaba saludos a los hermanos de Colosas (Colosenses 4:11). Su sobrenombre es común, pero no sabemos nada más acerca de él que lo que se nos dice al final del versículo 11.
Además de estos tres judíos, Pablo envía un saludo de parte de Epafras (Colosenses 4:12–13) quien había sido enviado a Roma para acompañar al apóstol en los días difíciles que estaba atravesando. Había sido maestro de ellos y Pablo le consideraba un consiervo amado.
Aunque este ministro fiel estaba lejos, seguía manifestando un interés genuino en ellos. Siempre oraba y luchaba constantemente a su favor. Su propósito era que estuvieran firmes, perfectos y completos en el conocimiento de toda la voluntad de Dios; deseaba que supieran lo que el Señor quería hacer en ellos para que anduvieran como es digno de él. En este deseo Pablo y Epafras estaban en armonía completa.
Asimismo, tenía gran solicitud por ellos. Era celoso y hacía todo para su bien. Su trabajo manifestaba esta actitud, la cual nos enseña cómo debe ser el corazón de todo siervo de Dios. Primero, con un interés sincero en los hermanos, dedicándose a orar por ellos continuamente, luchando para que sepan la voluntad de Dios y sean firmes, perfectos y completos.
Al observar las vidas de estos ayudantes de Pablo, nos damos cuenta de que estaban dispuestos a trabajar sin cesar, no dándose a la pereza. Colaboraban con otros para lograr los propósitos de Dios; no competían entre sí buscando ser alabados, sino que juntos anhelaban dar la gloria al Señor. Estas cualidades no se basaban en un conocimiento intelectual de la Palabra de Dios, sino que son las actitudes que sólo el Espíritu Santo puede producir en nosotros. Ellas son las verdaderas bases para evaluar a un obrero del Altísimo.
¡PENSEMOS!
Haga una lista de las características de estos hermanos y cómo ayudaban al ministerio. Al lado de cada una, escriba una o dos maneras en que se revelan exteriormente. Evalúe su propia vida. ¿Cuáles muestra usted? ¿Cuáles le hacen falta todavía? Identifique un área donde usted cree que Dios quiere hacerlo cambiar. Empiece a pedirle en oración que transforme este aspecto de su vida para que sea la clase de líder que él quiere que sea. ¿Habrá algún paso que usted podría dar esta semana para acercarse más a esta meta?
Saludos dirigidos a los hermanos 15
Además de los que Pablo enviaba de parte de sus colegas, pidió a los mensajeros que saludaran a los que sin duda verían dentro de poco tiempo. En especial, quería que se comunicaran con los hermanos de Laodicea, porque tenía otra tarea en relación con ellos.
INTERCAMBIO DE LAS CARTAS ENVIADAS POR EL APOSTOL 4:16
Les exhorta a intercambiar cartas con la iglesia de Laodicea. De esa manera ambas congregaciones podrían aprovechar el mensaje que les enviaba. Aparentemente enfrentaban circunstancias semejantes y podrían animarse unos a otros, pero también la perspectiva de la otra carta podría darles una orientación adicional que les sirviera e instruyera.
EXHORTACION A ARQUIPO 4:17
Pablo envió instrucciones a Arquipo para que terminara la tarea que Dios le había dado. En Filemón 2 Pablo lo describe como “nuestro compañero de milicia”, una expresión que alude a un “colega en el ejército”. Luchaban juntos en la guerra espiritual.
Aunque no se dan más detalles acerca de lo que le sucedía, parece que las aflicciones lo habían desanimado. En lugar de tirar la toalla, Pablo le invita a tener cuidado en el cumplimiento el ministerio que había recibido del Señor. Le recuerda que éste es de Dios y no de los hombres. Por lo tanto, debía permanecer firme para que al final fuera hallado fiel. Este lema es apto para cualquier hijo de Dios. Todos hemos recibido alguna encomienda como parte del cuerpo de Cristo y debemos tener cuidado de llevarla a cabo y ser hallados dignos de ser sus siervos.
¡PENSEMOS!
¿Qué ministerio le ha dado Dios a usted? ¿Está desanimado? ¿Por qué? ¿Qué pasos podría dar para obtener la victoria y cumplir con él?
SALUDO FINAL 4:18
Pablo termina la carta con su saludo propio. Su interés en ellos era tan importante que lo escribió con su propia mano. Les recordaba de su aflicción para que supieran que sufría con ellos y para que oraran por él también. Su deseo era que experimentaran la gracia de Dios en forma práctica.
Pablo escribió esta carta a la iglesia de Colosas donde probablemente nunca había estado. Sin embargo, por medio de varias comunicaciones con los hermanos se había establecido una relación especial con ellos.
Pablo envió esta carta al darse cuenta de que los judaizantes se estaban infiltrando en medio de ellos y que enseñaban su doctrina de la santificación por medio de la ley. Su propósito era frenar la influencia de ese movimiento y afirmar claramente la base de nuestra espiritualidad. Su idea principal es que al estar en Cristo, tenemos todo lo que necesitamos para agradar a Dios. No nos falta nada. Tenemos todo por medio de la fe en nuestro Salvador.
AL ESTAR EN CRISTO, TENEMOS TODO
NO NOS FALTA NADA PARA AGRADAR A DIOS
La introducción presenta un breve saludo (1:1–2) y la oración de Pablo a favor de ellos (1:3–23). Da gracias a Dios porque esa iglesia era madura y fructífera (1:3–8). Su petición era que supieran lo que Dios quería hacer en ellos y que por consecuencia, anduvieran dignamente (1:9–23).
La vida que resulta cuando se comprende la voluntad de Dios es una vida fructífera (10a), que crece cada vez más en la práctica de la voluntad divina (10b), que es fortalecida (11), y agradecida a Dios (12–23). Este reconocimiento nos hace pensar en todo lo que el Señor ha hecho por nosotros y este último es el aspecto de mayor relevancia que tenemos que considerar para entender plenamente su plan.
Dios nos capacitó para recibir la herencia (12); nos libró del dominio de la esfera de las tinieblas (13a); nos trasladó al reino de Su Hijo (13b–20); y nos reconcilió por medio de su muerte (21–23). En esta parte de sus peticiones, Pablo aclara que el Señor Jesucristo es Dios mismo, quien ha hecho todo por nosotros. En fin, no nos hace falta nada.
Después de esta prolongada introducción, se dedica al tema central de la carta. Lo inicia mencionando su propio ministerio y dice que Dios lo había llamado a proclamar a todo el mundo gentil la provisión completa que había hecho en Jesucristo (1:24–4:6).
Primero aclara que se le asignó la tarea de revelar ese misterio (1:24–2:15). En esta sección el autor define el contenido de la revelación que recibió y está agradecido con el Señor porque le dio una parte especial en su plan. El apóstol tiene el privilegio de anunciarles a los gentiles que ellos también pueden participar en el programa divino. Cristo es la esperanza no sólo de los judíos, pero también de los gentiles (1:23–27). Por lo tanto, proclama este nuevo mensaje universal a todo el mundo con el fin de presentar a toda persona perfecta, sin falta ninguna, en Cristo.
La grandeza de estas maravillosas buenas nuevas que le habían sido encomendadas, impulsaba a Pablo a luchar para que no fueran desviados de la verdad por gente que trataba de engañarlos esgrimiendo argumentos persuasivos basados en la lógica humana (2:1–5). La esencia de su mensaje y la respuesta a sus enseñanzas es que tal como recibieron a Cristo por fe, así también debían aprender a vivir por ella y nada más (2:6–7).
La filosofía que el mundo nos presenta, es distinta a este mensaje. Las tradiciones y principios fundamentales que propone indican que nosotros podemos ganarnos la entrada a la presencia de Dios si obedecemos ciertas reglas y hacemos buenas obras. Esta filosofía sólo sirve para descarriar a la gente y esclavizarla (2:8).
Por el contrario, la verdadera espiritualidad es reconocer que la totalidad de Dios está en Cristo (2:9) y que cuando somos de él, estamos completos (2:10–15). En Cristo tenemos la verdadera circuncisión no hecha por hombres, sino la espiritual, la que transforma el corazón pecaminoso (2:11). Hemos sido sepultados a la vida antigua y renovados para llevar una nueva vida juntamente con el Señor (2:12). El ha eliminado cualquier obstáculo que pudiera evitar nuestra comunión con Dios y nos ha dado vida (2:13–15). Por eso no nos queda nada por hacer. Cristo hizo todo y estamos completos en él.
En la segunda división del libro, Pablo edifica sobre la base ya establecida de la provisión completa que tenemos en Cristo y explica las implicaciones de ella (2:16–4:6). Debido a que estamos completos, no debemos dejar que nadie nos juzgue en base a los ritos viejos (2:16–19) que son sombras de la verdadera espiritualidad. Ya que tenemos la luz verdadera, ¿por qué regresar a la oscuridad? Quienes pretenden juzgarnos se caracterizan porque muestran una humildad aparente, porque siguen los ritos religiosos y por el énfasis que hacen en su propia experiencia sin tomar en cuenta la Palabra de Dios. Aunque estén convencidos de que su vivencia es suficiente, han perdido la comunicación con la cabeza del cuerpo, es decir, con Cristo mismo.
Ya que hemos muerto con él a los requerimientos del mundo que se basan en el esfuerzo propio, no debemos someternos a esas normas humanas (2:20–23). Aunque las reglas que proponen tienen cierto valor, contienen una gran debilidad: no proveen el poder necesario para cumplirlas. Sólo sirven para condenarnos.
Por el lado positivo, en lugar de tratar de vivir según esas reglas, debemos tener los ojos puestos en Jesucristo y la obra que ha realizado por nosotros (3:1–4). El está sentado a la diestra de Dios; su obra ya está terminada y ha sido aceptada por el Padre. Por eso, en él tenemos una esperanza segura para el futuro.
El sustituto del legalismo no es el libertinaje. Puesto que ya no somos ciudadanos de este mundo, debemos abandonar su estilo de vida y adoptar las prácticas que corresponden a nuestro nuevo hogar (3:5–11). Pablo describe las obras pecaminosas que debemos eliminar. La nueva forma de vivir se realiza cuando damos al Señor el lugar correcto en nuestra vida.
En contraste con la vida antigua, Pablo describe el estilo que debemos aceptar como nuestro. Lo asemeja con una ropa que podemos vestir (3:12–15). Aunque parece una serie de reglas, no lo es, sino que es un patrón de vida que debe caracterizar a la persona que Dios ya hizo completa por medio de la fe en Cristo. En lugar de los rituales antiguos, Pablo presenta cuatro actitudes que transforman el interior de la persona.
Cuando éstas controlan nuestra vida y la Palabra de Cristo reside en nuestro corazón, el resultado se manifestará en nuestra conducta, especialmente en las relaciones personales con otros (3:16–4:6). En general, intentaremos edificar a nuestro prójimo y glorificar a Dios en todo lo que hacemos (3:16–17). Tal como en su carta a los efesios, Pablo presenta un resumen de las relaciones que deben existir entre los cónyuges (3:18–19), los hijos y padres (3:20–21), esclavos y amos (3:22–4:1).
Les exhorta a mantener una relación personal con Dios por medio de la oración persistente (4:2–4) y por último a que tengan cuidado con respecto a su conducta y conversación frente a los incrédulos, de tal manera que su testimonio sirva para ganar a otros a Cristo (4:5–6).
Pablo concluye la carta con varias notas personales (4:7–18). En ellas, describe a varios hermanos que han sido fieles en su ministerio y los alaba por su fidelidad. Asimismo, anima a los demás a recibirlos y a imitar su ejemplo. Al final, termina la carta con un saludo personal.
¡PENSEMOS!
Utilizando este repaso del libro y el cuadro sinóptico que aparece al principio, considere de nuevo el mensaje de esta carta. Medite en ella y en las implicaciones para su propia vida.
Escriba una lista de los principios que ha aprendido en este estudio. ¿Qué le ha enseñado Dios? ¿Qué pasos debe dar en base a lo aprendido? Haga una lista de lo que el Señor le ha dicho que haga. Ore a Dios, pidiéndole que transforme su vida y realice estos propósitos. ¡Obedezca lo que le diga que haga!
DOWNLOAD HERE>>>
http://www.ermail.es/link/TCVmmA2ccJJaaATCeC7CmA7CjaallVaa

domingo, 22 de marzo de 2015

Conviértase en un sustentador que piense en los demás y añada valor a las personas que conozca: Lo hizo nuestro Maestro

Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6


 
 
Tipo de Archivo: PDF | Tamaño: MBytes | Idioma: Spanish | Categoría: Capacitación Ministerial
Información 


 
Una persona influyente …
Nutre a los demás
Hace varios años Nancy y yo decidimos ayudar a nuestro hijo Eric a ser un poco más independiente. Hablando en general, le va muy bien. Es más, participa en muchas actividades que alguien que no usa una silla de ruedas jamás llega a realizar. Pero creímos que disfrutaría al dar otro paso en su desarrollo personal, así que indagamos respecto a algo que oímos llamado Canine Companions for Independence [Compañeros caninos para la independencia] (CCI), una organización que une perros especialmente entrenados a personas impedidas.
CCI opera hace veinte años y tiene oficinas alrededor del país, incluyendo Oceanside, California. Como no dista mucho de San Diego, un sábado por la mañana nos amontonamos en el auto y salimos hacia la costa para investigarlo.
Eric se emocionó mucho al llegar y visitar el centro de entrenamiento. Conocimos a varios miembros del personal, y vimos muchos perros. Nos enteramos de que estos animales se pasan el primer año de sus vidas en los hogares de voluntarios que los crían y les enseñan destrezas básicas como obediencia y sociabilidad. Luego los llevan al centro CCI, donde viven y son especialmente entrenados durante ocho meses por miembros del personal. Aprenden cómo llegar a ser compañeros de trabajo para casi cada clase de personas impedidas, excepto los ciegos. Los perros aprenden cómo abrir puertas, cargar objetos, y cosas como esas. Algunos son entrenados para ayudar a personas sordas, y aprenden a señalarles a sus dueños cuando suena la puerta o el teléfono, cuando llora un bebé, cuando suena una alarma de incendios, y así por el estilo. Una vez que un perro es completamente entrenado, se le une a un nuevo dueño, y los dos se someten a cierto tipo de «entrenamiento básico» para aprender a trabajar juntos.
A Eric le encantó la idea de tener un perro; así que solicitamos uno que se ajustara a sus necesidades. Durante las siguientes semanas, esperamos. Y no pasó un día sin que Eric no hablara de ello. Al fin, una tarde recibimos una llamada de CCI diciendo que tenían un perro para Eric, y la mañana siguiente, salimos de nuevo a Oceanside.
Eric se enamoró de Sable de inmediato. Era una enérgica perra de caza color oro que tenía poco más de un año y medio de edad. Los dos pasaron el entrenamiento inicial y aprendieron a trabajar juntos. Sable podía encender y apagar las luces por Eric, acompañarlo a la tienda con dinero y cargar sus compras, y hacer un montón de cosas más.
A medida que se acercaba el término del entrenamiento, uno de los entrenadores se sentó con Eric y habló con él. Le dijo: «Eric, no importa qué hagas o dejes de hacer con Sable, asegúrate de algo. Tienes que ser quien la alimente. Eso es muy importante. Es la única manera de asegurar el vínculo entre ustedes, y que te perciba como su amo».
Darle amor y afecto a la perra era sencillo para Eric. Disfrutaba mimándola y acariciándola, pero le era más difícil encargarse de ella. Él tiene una personalidad bastante dócil. Con el tiempo, aprendió a alimentarla, y al fin se convirtió en parte favorita de su rutina.
Alimentar a la perra es la mejor manera de crear una relación con ella. No solo provee lo necesario para el animal, dándole vida y fuerza, sino que también le enseña a confiar en usted y a seguirle. Y en la mayoría de los casos, cuando usted la alimenta, el cuidado que ofrece se convierte en lealtad, obediencia, y afecto.
NATURALEZA DE LA NUTRICIÓN
En cierta medida, las personas responden de manera similar a algunos animales. Y al igual que estos, a las personas hay que cuidarlas, no solo física, sino emocionalmente. Si observa a su derredor, descubrirá que hay personas en su vida que quieren ser alimentadas, con ánimo, reconocimiento, seguridad, y esperanza. Ese proceso se llama sustento o nutrición, y es algo que todo ser humano requiere.
Si desea convertirse en alguien que influye otras vidas, comience nutriéndolas. Muchas personas erróneamente piensan que la manera de llegar a ser influyente es convirtiéndose en una figura autoritaria, corrigiendo los errores ajenos, revelando las áreas débiles que no pueden ver con facilidad en ellos mismos, y ofreciendo crítica supuestamente constructiva. Pero lo que el clérigo John Knox dijo hace más de cuatrocientos años aún es cierto: «Uno no puede competir e influir al mismo tiempo».
El centro del proceso nutritivo es el interés genuino por otros. Cuando uno escucha la palabra nutrir, ¿qué es lo primero que se le ocurre? Si es como la mayoría, quizá se imagine a una madre meciendo a un bebé. Ella cuida a su niño, lo protege, lo alimenta, lo anima, asegurándose de que sus necesidades sean satisfechas. No le da atención solo cuando tiene tiempo libre o cuando es conveniente. Lo ama y desea que rebose. De manera parecida, cuando trata de ayudar e influir a las personas alrededor, debe tener sentimientos positivos e interés por ellos. Si desea impactarlos de manera positiva, no puede despreciarlos, aborrecerlos, o ridiculizarlos. Debe amarlos y respetarlos. O como afirma el experto en relaciones humanas Les Giblin: «No puede hacer que su prójimo se sienta importante ante usted si en secreto siente que es un don nadie».
Si nutre a otros pero deja que lleguen a depender de usted, en verdad los
hiere y no los ayuda.
Podrá preguntarse por qué debe adoptar una función sustentadora con las personas que desea influir, sobre todo si son empleados, colegas, o amistades, y no familiares. Podría decir: ¿Acaso eso no es algo que pueden conseguir en otra parte, por ejemplo, en el hogar? La desafortunada verdad es que la mayoría de las personas están desesperadas por ánimo. Y aunque pocas personas las edifiquen, todavía tiene que convertirse en su sustentador porque ellas son influidas mayormente por los que los hacen sentir mejor respecto a sí mismos. Si se transforma en un gran sustentador de los demás, tendrá la oportunidad de impactar bastante en ellos.
Evalúe una y otra vez sus motivos mientras ayuda y anima a otros. No sea como una niñita llamada Emily. Su padre, Guy Belleranti, manejaba un domingo en la mañana de la casa hacia la iglesia cuando la niña de cinco años dijo:
—Cuando crezca, quiero ser como el hombre que se para al frente.
—¿Quieres ser un ministro?—preguntó la madre de Emily.
—No—dijo Emily—, quiero decirle a la gente qué es lo que tienen que hacer.
Su meta es el crecimiento y la independencia de otros. Si nutre a otros pero deja que lleguen a depender de usted, realmente los hiere, y no los ayuda. Y si los ayuda por su deseo de satisfacer sus necesidades o para sanar las heridas de su pasado, su relación con ellos puede llegar a ser codependiente. No es saludable tratar de corregir su historia personal reviviéndola en forma vicaria a través de otros. Además, las personas codependientes jamás llegan a ser influencias positivas en los demás.
EL SUSTENTADOR INFLUYENTE
ES UN PROVEEDOR
Ahora que tiene una mejor idea de lo que significa nutrir a otros, quizás esté listo para aprender cómo hacerlo con las personas allegadas: empleados, familiares, amistades, compañeros de trabajo de iglesia, y colegas. Lo hace enfocándose en dar más que en obtener. Comience dándoles a otros en estas áreas:
Amor
Antes que pueda hacer algo en la vida de otros, debe mostrarles amor. Sin él, no puede haber conexión, futuro, ni éxito juntos. Recuerde algunas de las personas clave que impactaron su vida: un maestro increíble, un jefe fantástico, un tío o tía especial. Indudablemente, cuando uno invierte tiempo en estas personas, puede sentir que se interesan en uno. Y por eso respondía positivamente a ellos.
Descubrimos este ejemplo de la manera en que el amor puede afectar en la vida de los estudiantes. He aquí algo escrito por un maestro reflexivo:
Me alivió mucho cuando comencé a entender que el joven necesita algo más que un tema. Conozco las matemáticas, y las enseño bien. Antes pensaba que eso era todo lo que tenía que hacer. Ahora enseño a niños, no enseño matemáticas. Acepto el hecho de que solo puedo alcanzar éxito parcial con algunos de ellos. Cuando no tengo que conocer todas las respuestas, parezco tener más soluciones que al tratar de ser el experto. El joven que realmente me llevó a entender esto fue Eddie. Un día le pregunte por qué creía que le iba mucho mejor que el año pasado. Le dio significado a toda mi nueva orientación. «Porque me siento bien conmigo mismo cuando estoy con usted», dijo.1
Eddie respondió al amor de una manera como no lo habría hecho al conocimiento, la sicología, la técnica, o la teoría docente. Floreció una vez que supo que su maestro se interesó en él.
Sin amor, no puede haber conexión,
futuro, ni éxito juntos.
La extensión y la amplitud de nuestra influencia en otros están directamente relacionadas con la profundidad de nuestro interés por ellos. Cuando se trata de ayudar a las personas a crecer y sentirse bien consigo mismos, no hay sustituto para el amor. Hasta un tipo duro como Vince Lombardi, el legendario entrenador de los Green Bay Packers, comprendió el poder del amor para sacarles lo mejor a las personas e impactar sus vidas. Él decía: «Hay muchos entrenadores con buenos equipos de pelota que conocen lo básico y tienen bastante disciplina, pero aun así no ganan juegos. Entonces uno se encuentra con el tercer ingrediente: Si van a jugar juntos como equipo, tienen que interesarse unos en otros. Tienen que amarse entre sí. Cada jugador tiene que pensar en el otro».
Uno puede impactar positivamente a las personas sustentándolas. No importa qué profesión tenga. Ni cuán exitosas sean las personas a su alrededor o lo que hayan alcanzado. Todos tienen la necesidad de sentirse valorados. Hasta alguien que una vez fuera el líder del mundo libre necesita amor. En su libro In the Arena [En la arena], el antiguo presidente Richard Nixon describió su depresión luego de dimitir de la Casa Blanca y ser sometido a cirugía. En un momento en que estuvo en el hospital, le dijo a Pat, su esposa, que quería morirse.
Cuando estaba en lo más bajo de su vida, una enfermera entró a su cuarto, abrió las cortinas, y señaló un pequeño avión que volaba de un lado a otro. Arrastraba este anuncio: DIOS LO AMA, Y NOSOTROS TAMBIÉN. Ruth Graham, la esposa del evangelista Billy Graham, hizo los arreglos para que volara por el hospital. Ahí fue cuando Nixon experimentó un momento culminante. Ver esa expresión de amor le dio el valor y el deseo de continuar y recuperarse.
Invierta tiempo expresándoles su amor y aprecio a las personas que tiene cerca. Dígales cuán significativos son para usted. Escríbales notas diciéndoles cuánto se interesa por ellos. Déles una palmada en la espalda y, cuando sea apropiado, un abrazo. Jamás suponga que las personas saben lo que siente por ellos. Dígaselo. A nadie le dicen mucho que le aman.
Respeto
Leímos un relato sobre una mujer que se mudó a un pueblo pequeño. Después de estar allí por poco tiempo, se quejó a la vecina del pobre servicio que recibía en la farmacia local. Esperaba que su nueva conocida le repitiera su crítica al dueño de la tienda.
La próxima vez que la recién llegada fue a la farmacia, el farmacéutico la saludó con una gran sonrisa, le dijo cuán feliz se sentía de verla de nuevo, y que esperaba que le gustara el pueblo. También se le ofreció a la mujer y a su esposo para ayudarles mientras se acomodaban. Luego se ocupó de su orden rápida y eficientemente.
La mujer le reportó el increíble cambio a su amiga.
—Supongo que le dijiste cuán pobre era el servicio—declaró.
—Bueno, no—dijo la vecina—. Es más, espero que no te moleste, le dije que estabas sorprendida por la manera en que desarrolla su farmacia, y que creías que era una de las mejor atendidas que jamás habías visto».2
La vecina de esa mujer entendía que la gente responde al respeto. En efecto, la mayoría de las personas harán casi cualquier cosa por usted si las trata con respeto. Y eso significa aclararles que sus sentimientos son importantes, se respetan sus preferencias, y que sus opiniones son valiosas. Significa darles el beneficio de la duda. O como lo dijera el poeta y filósofo Ralph Waldo Emerson: «Cada hombre tiene el derecho de ser valorizado por sus mejores momentos».
Cuando el amor se enfoca en dar a otros, el respeto muestra una disposición a recibir de parte de ellos. El respeto reconoce la habilidad de la otra persona o el potencial a contribuir. Escuchar a otras personas y promover sus intereses por encima de los suyos refleja su respeto, además tiene potencial para que usted y ellos tengan más éxito. Según un reciente estudio realizado por Teleometrics International reportado en el Wall Street Journal [El periódico de Wall Street], los ejecutivos entienden el poder del respeto. Entre los dieciséis mil ejecutivos encuestados, los investigadores se concentraron en un grupo de personas con mucho éxito. Todos tenían actitudes positivas con sus subordinados, buscaban su consejo con frecuencia, escuchaban regularmente sus intereses, y los trataban con respeto.
Si ha tenido la oportunidad de laborar en muchos contextos, y ha trabajado para ambos tipos de personas—los que le respetan y los que no—, entiende cuán motivador puede ser el respeto. Y sabe también que es influido con más facilidad por quienes lo tratan bien.
Sentido de seguridad
Otra parte importante del sustento es darle a la gente un sentido de seguridad. Las personas dudan de confiar en usted y de alcanzar su potencial cuando les preocupa si están seguros con usted o no. Pero cuando se sienten seguras, están en posición de responder positivamente y hacer lo mejor. Virginia Arcastle afirmó: «Cuando uno hace que las personas se sientan seguras, importantes y apreciadas, no necesita que menosprecien a otros para aparentar que son mejores».
La integridad es parte de lo que hace a las personas sentirse seguras, de lo cual hablamos en el capítulo anterior. La gente se siente segura con usted cuando sus palabras y sus hechos son congruentes y se conforman con un elevado código moral que incluye el respeto. Lou Holtz, antiguo entrenador principal de fútbol de Notre Dame, se ocupó de esto cuando señaló: «¡Haga lo correcto! Haga lo mejor que pueda, y trate a otros de la manera en que quiere ser tratado porque preguntarán tres cosas: (1) ¿Puedo confiar en usted? (2) ¿Está comprometido?… (3) ¿Le intereso como persona?»
Las personas desean seguridad no solo de parte suya sino también de su medio ambiente. Los buenos líderes reconocen esto y crean un medio en el que las personas puedan florecer. Mike Krzyzewski, el exitoso entrenador de baloncesto de la Universidad Duke, entiende el impacto que un líder puede tener al proveerles seguridad a las personas que lo siguen: «Si establece una atmósfera de comunicación y confianza, se convierte en una tradición. Los miembros del equipo más viejos establecerán su credibilidad con los nuevos. Aunque no les agrade todo lo suyo, dirán: “Es confiable, y está comprometido con nosotros como equipo”».
No puede influir en las personas de manera positiva e impactar sus vidas hasta que puedan confiar en usted por completo.
Reconocimiento
Un error muy común, especialmente entre los líderes en el mercado, es no mostrar reconocimiento y apreciar por otros. Por ejemplo, J.C. Staehle hizo un análisis de los obreros en los EE.UU. Y encontró que la causa principal de insatisfacción entre los empleados era que sus superiores no les daban reconocimiento. Es difícil que las personas sigan a alguien que no los aprecia por quiénes son y lo que hacen. Como dijera el antiguo secretario de defensa y presidente del Banco Mundial Robert McNamara: «Los cerebros son como los corazones, van donde se les aprecia».
El reconocimiento es algo que todos aprecian mucho, no solo las personas en los negocios y la industria. Un poco de ello puede respaldar mucho la vida de una persona. Por ejemplo, hace poco leímos un relato escrito por Helen P. Mrosla, una monja maestra. Contaba su experiencia con Mark Eklund, un estudiante al que le enseñó en tercer grado y luego matemáticas en la escuela secundaria. He aquí su relato:
Un viernes [en el aula] el ambiente no era bueno. Toda la semana nos habíamos esforzado mucho en un nuevo concepto, y percibí que los estudiantes estaban frustrados consigo mismos, y se sentían incómodos entre sí. Tenía que detener la incomodidad antes de que se descontrolaran. Así que les pedí que escribieran en dos hojas de papel los nombres de los demás compañeros, dejando un espacio entre cada uno. Entonces les dije que pensaran en la cosa más genial que se les ocurriera respecto a cada uno de sus compañeros de clase y que la escribieran.
Hizo falta el resto del período de clase para terminar la tarea, pero mientras los estudiantes salían del salón, cada uno me entregó su papel …
Ese sábado, escribí el nombre de cada estudiante en una hoja de papel, y anoté lo que el resto dijo acerca de ese individuo. El lunes le di a cada estudiante su lista. Algunos tenían dos páginas. Antes de que pasara mucho tiempo, toda la clase sonreía. «¿De verdad?» escuché susurrar. «¡Jamás pensé que eso le resultara significativo a alguien!» «¡No sabía que le cayera tan bien a los otros!»
Nadie volvió a mencionar los papeles en la clase. Jamás supe si los discutieron después o con sus padres, pero no importaba. El ejercicio cumplió su fin. Los estudiantes nuevamente estaban felices consigo mismos y entre sí.
Ese grupo de estudiantes prosiguió adelante. Años más tarde, después de regresar de unas vacaciones, mis padres me recogieron en el aeropuerto. Mientras manejábamos a casa, mamá me hizo las preguntas acostumbradas en cuanto al viaje: Cómo estuvo el clima, mis experiencias en general. Hubo un vacío breve en la conversación. Mamá miró de reojo a papá y simplemente dijo:
—¿Papá?
Mi padre se aclaró la garganta.
—Los Eklunds llamaron anoche—comenzó.
—¿Verdad?—dije—. No he oído de ellos en años. Me pregunto cómo estará Mark.
Papá respondió en voz baja.
—Mataron a Mark en Vietnam—dijo—. Mañana es el funeral, y sus padres quieren que asistas.
Hasta hoy puedo señalar el punto exacto en la autopista interestatal 494 en donde papá me dijo lo de Mark.
Nunca había visto un combatiente en un ataúd militar … La iglesia estaba llena de amistades de Mark. La hermana de Chuck [su antiguo compañero de clase] cantó «The Battle Hymn of the Republic» [El himno de batalla de la República]. ¿Por qué tenía que llover el día del funeral? Ya era bastante difícil estar al lado de la tumba. El pastor pronunció las oraciones acostumbradas, y el trompetista ejecutó el toque militar fúnebre. Uno por uno, todos los que amaban a Mark caminaron por última vez al lado del ataúd y lo salpicaron con agua bendita.
Fui la última en bendecir el ataúd. Mientras estaba parada allí, uno de los soldados que cargó el ataúd se me acercó. «¿Usted era la maestra de matemáticas de Mark?» preguntó. Asentí mientras continuaba viendo el ataúd. «Mark me habló mucho de usted» dijo.
Después del funeral la mayoría de los compañeros de clase de Mark salieron a la granja de Chuck para almorzar. La madre y el padre de Mark estaban allí esperando, obviamente, por mí. «Queremos mostrarle algo» dijo su padre, sacando una cartera de su bolsillo. «Encontraron esto en su cuerpo cuando lo mataron. Creímos que lo reconocería».
Al abrir la billetera, sacó con cuidado dos gastadas hojas de papel de libreta que obviamente fueron pegadas, dobladas y desdobladas en muchas ocasiones. Supe sin mirar que los papeles eran los que había usado para nombrar todas las cosas buenas que cada compañero de clases de Mark había dicho de él. «Muchas gracias por hacer eso», dijo la madre de Mark. «Como puede ver, él lo atesoraba».
Los compañeros de clase de Mark comenzaron a rodearnos. Chuck se sonrió un tanto tímido y dijo: «Todavía tengo mi lista. Está en mi casa, en la gaveta superior de mi escritorio». La esposa de John dijo: «John me pidió que pusiera la suya en nuestro álbum de bodas». «Yo también tengo la mía» dijo Marilyn. «Está en mi diario». Entonces Vicki, otra compañera de clase, buscó en su cartera, sacó su billetera y le mostró su gastada y estrujada lista al grupo. «La llevo conmigo en todo momento» dijo Vicky sin parpadear. «Creo que todos guardamos nuestras listas».
Fue entonces cuando finalmente me senté y lloré.3
¿Qué haría que tantas personas guardaran las hojas de papel que recibieron cuando niños llevándolas aún consigo siendo adultos, algunos de ellos, por todas partes, hasta luchando en un campo de arroz al otro lado del mundo? La respuesta es el aprecio. Todo el mundo tiene una increíble hambre de afecto y reconocimiento. Mientras se relaciona con las personas, camine lentamente a través de la multitud. Recuerde los nombres de las personas, invierta tiempo mostrándoles que está interesado. Haga que otras personas sean una prioridad en su vida por encima de cualquier otra cosa, incluyendo sus planes y su itinerario. Y déles reconocimiento cada vez que pueda. Los edificará y los motivará. Eso lo hará una persona de significativa influencia en sus vidas.
Ánimo
Hace años se condujo un experimento para medir la capacidad de las personas para resistir el dolor. Los sicólogos midieron cuánto tiempo podía una persona descalza pararse en una cubeta de agua helada. Hallaron que un factor facilitó que algunos estuvieran en el agua el doble que los demás. ¿Sabe cuál fue el factor? El ánimo. Cuando otra persona estaba presente, apoyando y animando, los que sufrían pudieron soportar el dolor mucho más tiempo que los que no los recibían.
Cuando una persona se siente animada, puede enfrentar lo imposible y
sobreponerse a una adversidad increíble.
Pocas cosas ayudan a una persona como el ánimo. George M. Adams lo llamó «el oxígeno del alma». El poeta y filósofo alemán Johann Wolfgang von Goethe escribió: «La corrección alcanza mucho, pero el ánimo después de la censura es el sol tras una llovizna». Y William A. Ward reveló sus sentimientos al decir: «Adúleme, y es posible que no le crea. Critíqueme, y quizás no me caiga bien. Ignóreme, y a lo mejor no lo perdone. Anímeme, y no lo olvidaré».
La habilidad de influir es una consecuencia natural del ánimo. Benjamin Franklin escribió en una carta al comandante naval John Paul Jones: «De aquí en adelante, si ve ocasión para darles a sus oficiales y amistades un poco más de elogios de lo debido, y confesar más falta de la merecida, por ello simplemente pronto llegará a ser un gran capitán». Jones en verdad aprendió la lección. Al fin y al cabo llegó a ser un héroe de la revolución estadounidense y luego alcanzó el rango de contralmirante en la marina rusa.
Así como el ánimo hace que otros le sigan, no ofrecer elogios y ánimo tiene el efecto opuesto. Leímos un relato por el Dr. Maxwell Maltz que muestra el increíble impacto negativo que una persona puede ejercer al no animar a los que tiene cerca. Maltz describió a una mujer que vino a su oficina buscando ayuda. Evidentemente, su hijo se mudó de su hogar, en el centro del país, a Nueva York; en donde Maltz tenía su consultorio. Cuando su hijo era solamente un niño, murió el esposo de la mujer, y ella se encargó del negocio, esperando hacerlo solo hasta cuando el hijo fuera lo suficientemente maduro para ocuparse de él. Pero cuando el hijo creció, no quiso involucrarse. En lugar de eso quería ir a Nueva York a estudiar. Ella acudió a Maltz porque quería averiguar por qué su hijo se comportaba de esa manera.
Unos cuantos días después el hijo fue a la oficina de Maltz, explicando que su madre había insistido en la visita.
—Amo a mi madre—explicó—, pero jamás le dije por qué tuve que dejar la casa. Simplemente nunca tuve el valor. Y no quiero que sea infeliz. Pero verá, Doctor, no quiero seguir lo que mi padre comenzó. Quiero arreglármelas por mi propia cuenta.
—Eso es muy admirable—le dijo Maltz—, ¿pero qué tienes en contra de tu padre?
—Él era un buen hombre y se esforzó mucho, pero supongo que lo resentía—dijo—. Mi padre tuvo que esforzarse mucho. Y creyó que tenía que ser duro conmigo. Me parece que quería que desarrollara autosuficiencia o algo así por el estilo. Cuando niño, jamás me animó. Recuerdo jugar pelota con él en el patio. Él la lanzaba y yo la agarraba. Hacíamos un juego para ver si podía atrapar diez pelotas seguidas. Y, doctor, ¡jamás me dejaba agarrar la décima pelota! Me tiraba ocho o nueve, pero siempre tiraba la décima al aire, o al suelo, o donde no podía atraparla.
El joven se detuvo un momento y entonces dijo:
—Nunca me permitía atrapar la décima pelota, ¡jamás! Y me parece que tuve que dejar la casa y el negocio que empezó porque de una u otra manera deseaba atrapar esa décima pelota!
La falta de ánimo puede inhibir a la persona e impedirle una vida saludable y productiva. Pero cuando se siente animada, puede enfrentar lo imposible y sobreponerse a la adversidad de manera increíble. Y la persona que da el don del ánimo se convierte en alguien influyente en su vida.
LO QUE RECIBEN
Para llegar a ser un sustentador, aprenda a pensar de otra manera. En vez de pensar en sí mismo, déles prioridad a otros. En vez de poner a otros en su lugar, trate de ponerse en el de ellos. Eso no siempre es fácil. Solo cuando se siente en paz consigo mismo y con quien usted es podrá pensar diferente y entregarse a otros. Nutrir brinda muchas recompensas. Cuando uno nutre a las personas, ellas reciben varias cosas:
Dignidad positiva
Nathaniel Branden, siquiatra y experto en el tema de la autoestima, afirma que ningún factor es más decisivo en el desarrollo sicológico de las personas y la motivación que los juicios valorativos que hacen de sí mismos. Dice que la naturaleza de la autoevaluación tiene un profundo efecto en los valores, las creencias, los procesos mentales, los sentimientos, las necesidades, y las metas de la persona. Según su punto de vista, la autoestima es la clave más importante para el comportamiento de la persona.
Un pobre concepto propio puede tener todo tipo de efectos negativos en uno. El poeta T.S. Eliot afirmó: «La mitad del daño que se hace en este mundo se debe a personas que quieren sentirse importantes … No quieren hacer daño … Están absortos en la interminable lucha por pensar bien de sí mismos». La autoestima pobre crea un techo invisible que puede detener a una persona para que no intente superar sus limitaciones autoimpuestas.
Si está confiado y tiene una imagen propia saludable, entonces podrá decir: «Oye, aumentar la dignidad de un niño lo puedo entender, pero cuando se trata de mis empleados o colegas, eso es asunto de ellos. Son adultos. Que se superen». La realidad es que la mayoría de las personas, tengan siete o cincuenta y siete años, pueden requerir ayuda con su percepción propia. Les encantaría que les aumenten su sentido de identidad. De cuestionarse eso, intente este experimento. Pídales a un par de personas que conozca que escriban en una hoja de papel todos los puntos fuertes de su personalidad. A cada persona generalmente se le ocurre una media docena. Entonces pídales que escriban todas sus debilidades. La mayoría del tiempo, ¡las listas de debilidades son al menos el doble de largas!
Samuel Johnson, el crítico y escritor del siglo dieciocho, expresó este pensamiento: «La autoconfianza es el primer gran requisito de las grandes iniciativas». La autoestima impacta cada aspecto de la vida de la persona: el empleo, la educación, las relaciones, y más. Por ejemplo, el National Institute for Student Motivation [Instituto nacional para la motivación del estudiante] condujo un estudio que mostró que el impacto de la autoconfianza en los logros académicos es mayor que el del coeficiente intelectual. Y Martin Seligman, profesor de sicología en la Universidad de Pensilvania, descubrió que las personas con alta estima obtienen trabajos mejor remunerados y tienen más éxito en sus profesiones que las personas con baja autoestima. Cuando se encuestó a representantes de una de las principales compañías de seguros, se halló que los que esperaban tener éxito vendían treinta y siete por ciento más de seguros que los que no esperaban tener éxito.
Si desea ayudar a las personas a mejorar su calidad de vida, a ser más productivas en el trabajo, y desarrollar relaciones más positivas, entonces edifique su autoestima. Haga que se sientan a gusto con ellos mismos, y se derramarán los beneficios positivos en cada aspecto de sus vidas. Y cuando comiencen a experimentar esos beneficios, le estarán agradecidos.
Sentido de pertenencia
El sentido de pertenencia es una de las necesidades humanas básicas. La gente sufre cuando se siente aislada y excluida de un sentimiento de comunión con otros. Albert LaLonde señaló los peligros de este aislamiento: «Hoy muchos jóvenes jamás experimentan una profunda conexión emocional con nadie. No saben cómo amar o ser amados. La necesidad de ser amados se traduce en el requisito de pertenecer a alguien o a algo. Impulsados por su necesidad … Harán cualquier cosa por pertenecer».
Los que influyen positivamente entienden esta necesidad y hacen cosas para que las personas se sientan incluidas. Los padres se aseguran de que los niños se sientan miembros importantes de la familia. Los cónyuges hacen que la persona con quienes están casados se sienta como un compañero querido y con igual valor. Y los jefes permiten que sus empleados sepan que son miembros valorados del equipo.
Los grandes líderes son particularmente habilidosos en lograr que sus seguidores se sientan incluidos. Napoleón Bonaparte, por ejemplo, era un maestro en hacer que las personas se sintieran importantes e incluidas. Se le conocía porque merodeaba por su campamento y saludaba a cada oficial por su nombre. Mientras hablaba con cada hombre, le preguntaba sobre su pueblo, su esposa, y la familia. El general hablaba respecto a una batalla o maniobra en la que sabía que el hombre había participado. El interés y el tiempo que invertía con sus seguidores hacía que experimentaran un sentido de camaradería y pertenencia. No en balde sus hombres estaban consagrados a él.
Si desea convertirse en mejor sustentador de personas, desarrolle una manera de pensar que tome en cuenta a los demás. Busque maneras de incluir a otros. Conviértase en el agricultor que todos los días amarraba su vieja mula en un arado para dos caballos y decía: «Vamos, Beauregard. Vamos, Satchel. Vamos, Robert. Vamos, Betty Lou».
Un día su vecino, al oír al agricultor, le preguntó: «¿Cuántos nombres tiene esa mula?»
«Oh, solo tiene uno», respondió el agricultor. «Se llama Pete. Pero le pongo anteojeras y menciono los otros nombres para que crea que otras mulas trabajan con él. Tiene una mejor actitud cuando es parte de un equipo».
Perspectiva
Otra cosa que las personas adquieren cuando son nutridas es una mejor perspectiva de sí mismos. La mayoría recibe muchos comentarios negativos y crítica ajena, tanto que algunas veces comienzan a perder de vista su valor. Hay un ejemplo efectivo de esto en A Touch of Wonder [Un toque de maravilla], por Arthur Gordon. Relata la historia de un amigo que pertenecía a un club en la Universidad de Wisconsin. Estaba compuesto de varios jóvenes brillantes que tenían un talento genuino para la escritura. Cada vez que se reunían, uno de ellos leía un relato o ensayo que había escrito, y el resto del grupo lo analizaba y lo criticaba. Lo vicioso de sus comentarios los motivó a llamarse los Estranguladores.
En el mismo recinto, algunas mujeres formaron un grupo, y se llamaban las Pendencieras. Ellas también leían sus manuscritos entre sí, pero en lugar de criticar una contra otra, trataban de encontrar cosas positivas. Se animaba a cada miembro, sin importar cuán débil o poco desarrollado fuera su escrito.
Para la mayoría de las personas lo que no les permite avanzar no es lo que son. Es lo que creen no ser.
Los resultados de las actividades de los dos grupos salieron a la luz veinte años después cuando se examinaron las carreras de los compañeros de clase. De los jóvenes talentosos de los Estranguladores, ni uno alcanzó fama como escritor. Pero media docena de escritoras con éxito salieron de las Pendencieras, aunque realmente no mostraron gran perspectiva. Y algunas de las mujeres alcanzaron prominencia nacional, como la ganadora del premio Pulitzer, Marjorie Kinnan Rawlings.4
Para la mayoría de la gente, lo que no les permite avanzar no es lo que son. Es lo que creen no ser. Los Estranguladores indudablemente hicieron que cada uno sospechara de su habilidad para escribir, y con el tiempo se convencieron de ello. ¿Quién sabe qué clase de talento fue aplastado por su negatividad? Pero si alguien en el grupo hubiera tomado la iniciativa de nutrir en lugar de ser negativo, quizás habría salido otro Hemingway, Faulkner, o Fitzgerald que le hubiera dado al mundo otra biblioteca de obras maestras.
Todos aprecian ser nutridos, hasta los hombres y las mujeres grandes. Una pequeña exhibición en la Institución Smithsoniana comprueba esto. Contiene los efectos personales que llevaba Abraham Lincoln la noche que lo mataron: un pequeño pañuelo con el bordado «A. Lincoln», un pequeño cuchillo como el que usaban los niños en las áreas rurales, un estuche de lentes reparado con hilo de algodón, un billete confederado de cinco dólares, y un recorte amarillento de periódico que celebraba sus logros como presidente. Comienza así: «Abe Lincoln es uno de los grandes estadistas de todos los tiempos …»5
Como mencionamos en el capítulo anterior, Lincoln enfrentó una crítica severa mientras ocupaba su puesto, y le habría sido fácil desanimarse por completo. Ese artículo, gastado de tanto leerlo, indudablemente lo ayudó durante algunos tiempos muy difíciles. Lo nutrió y lo ayudó a retener su perspectiva.
Sentido de significación
Woody Allen dijo sarcásticamente: «Lo único que lamento en la vida es que no soy otra persona». Y aunque tal vez lo indicó para que otros se rieran, con los problemas que ha tenido en sus relaciones a través de los años, no podemos sino preguntarnos cuánta verdad hay en ese comentario. En la vida, el precio que el mundo nos asigna es casi idéntico al que nos damos a nosotros mismos. Las personas que tienen mucho respeto por sí mismas y que creen tener significado casi siempre son respetadas y los demás los hacen sentir valorizados.
Cuando uno nutre a las personas y les añade valor sin esperar nada a cambio, ellas se sienten significativas. Se percatan de que son valoradas, que les importan a otros. Y una vez que se sientan coherentemente positivas en cuanto a sí mismas, tienen libertad para vivir más positivamente consigo y con los demás.
Esperanza
El escritor Mark Twain advirtió: «Aléjese de los que tratan de menospreciar sus anhelos. Las personas pequeñas siempre hacen eso, pero los que realmente son grandes hacen que usted también se sienta como si pudiera llegar a ser grande». ¿Cómo se siente la mayoría de las personas cuando están a su alrededor? ¿Se sienten pequeños e insignificantes, o creen en sí mismos y tienen esperanza en lo que pueden llegar a ser?
La clave de cómo tratar a las personas yace en la manera en que piensa en ellas. Es un asunto de actitud. Su manera de actuar revela lo que cree. Johann Wolfgang von Goethe enfatizó: «Trate a un hombre como aparenta y lo empeorará. Pero trátelo como si ya fuera lo que potencialmente pudiera ser, y hará que sea lo que debe ser».
La esperanza es, quizás, el don más grande que pueda darles a otros como resultado de nutrirlos, porque aunque su sentido propio sea débil y no puedan percibir su significado, aun así tienen razón para continuar tratando y luchando para concretar su potencial en el futuro.
En Building Your Mate’s Self—Esteem [Edifique la autoestima de su cónyuge], Dennis Rainey cuenta un maravilloso relato respecto a la esperanza nutridora que puede hacer desarrollar el tremendo potencial. Dice que había un niño llamado Tommy que no le iba muy bien en la escuela. Hacía preguntas constantemente, y jamás podía ponerse al día. Parecía fracasar cada vez que intentaba algo. Su maestro, al fin, no pudo más, y le dijo a su madre que era incapaz de aprender y que jamás llegaría a mucho. Pero la madre de Tommy era una nutridora. Creía en él. Le enseñó en la casa, y cada vez que fracasaba, le daba esperanza y lo animaba a que siguiera intentándolo.
¿Qué pasó con Tommy? Se convirtió en inventor, y a la larga tuvo más de mil patentes, incluyendo las del fonógrafo y el primer bombillo incandescente eléctrico con potencial comercial. Su nombre era Thomas Edison.6 Cuando las personas tienen esperanza, no se sabe cuán lejos pueden llegar.
CÓMO LLEGAR A SER UN
SUSTENTADOR NATURAL
Quizás usted no nació como persona sustentadora. A muchos se les dificulta ser amorosos y positivos con otros, sobre todo si el ambiente en el que crecieron no era particularmente inspirador. Pero cualquiera puede llegar a ser sustentador y añadirle valor a otros. Si cultiva una actitud positiva pensando en otros, a usted también le podría resultar natural nutrir y disfrutar del privilegio adicional de la influencia en la vida de otros. He aquí cómo hacerlo:
     Comprométase con ellos. Comprométase a conver—tirse en sustentador. Conságrese a ayudar a las personas a cambiar sus prioridades y sus acciones. El amor por otros siempre encuentra una manera de ayudar; la indiferencia hacia los demás no halla otra cosa que excusas.
     Crea en ellos. La gente se levanta o cae para satisfacer las expectativas de los más allegados. Déles a las personas su confianza y su esperanza, y harán todo lo que puedan para no defraudarlo.
     Póngase a su disposición. Usted no puede nutrir a nadie a la distancia. Solo puede hacerlo de cerca. Al comenzar el proceso con las personas, es posible que tenga que invertir mucho tiempo con ellos. Pero a medida que logren confianza en sí mismos y en la relación, necesitarán menos contacto personal. Hasta que lleguen a ese punto, asegúrese de que tienen acceso a usted.
     Dé sin esperar nada a cambio. Si usted necesita a la gente, no puede dirigirlos. Y nutrirlos es un aspecto del liderazgo. En vez de tratar de convertir eso en una transacción, dé libremente sin esperar nada a cambio. Henry Drummond, economista del siglo diecinueve, observó sabiamente: «Al observar su vida, se percatará de que los mejores instantes que vivió fueron los momentos cuando hizo cosas en un espíritu de amor».
     Déles oportunidades. A medida que las personas a quienes sustenta logran fortaleza, déles más oportunidades para crecer y tener éxito. Continuará sustentándolos, pero mientras pasa el tiempo, sus acciones y logros los ayudarán a continuar seguros, respetados, y animados.
     Elévelos a un nivel superior. Su meta definitiva siempre debe ser ayudar a las personas a avanzar a un nivel superior, que alcancen su potencial. El sustento es el fundamento sobre el cual pueden comenzar el proceso de construcción.
Se afirma que Walt Disney dijo que hay tres clases de personas en el mundo. Los envenenadores de pozos que desaniman a otros, pisotean su creatividad, y les dicen qué es lo que no pueden hacer. Los cortadores de grama, personas que tienen buenas intenciones pero están absortos en sí mismos, que cortan su grama pero jamás ayudan a otros. Y los mejoradores de vida. Esta última categoría tiene personas que se esfuerzan en enriquecer la vida de otros, que los elevan y los inspiran. Cada uno de nosotros necesita hacer todo lo que pueda para convertirnos en mejoradores de vidas, para sustentar a las personas, para motivarlas a crecer y alcanzar su potencial. Es un proceso que requiere tiempo. (Y en los capítulos venideros, comunicaremos conocimientos que le mostrarán cómo ayudar a las personas a dar pasos adicionales en ese proceso.)
Una de las historias más inspiradoras de ánimo y aliento que jamás oímos trata de John Wesley, una persona influyente que mencionamos en la introducción de este libro. En el 1791, Wesley le escribió una carta a William Wilberforce, un miembro del parlamento inglés que estaba en plena lucha por la abolición del mercado esclavista británico. La carta, que se hizo famosa, decía esto:
Londres, 26 de febrero de 1791.
Querido Señor:
A menos que sea inspirado por el poder divino … No veo cómo pueda sobrellevar su gloriosa empresa, oponiéndose a esa execrable villanía, que es el escándalo de la religión, de Inglaterra, y de la naturaleza humana. A menos que Dios lo haya levantado para esto, lo agotará la oposición de hombres y demonios. Pero «si Dios está con usted, ¿quién podrá oponérsele?» ¿Acaso todos ellos son más fuertes que Dios? Oh, «¡no os agotéis de hacer el bien!» Continúe, en el nombre de Dios y en el poder de su fortaleza, hasta que incluso la esclavitud americana (la más vil que jamás se viera bajo el sol) desvanezca ante su poder …
Que Quien lo ha guiado desde su juventud, continúe fortaleciéndolo en esto y todas las cosas, es la oración de,
Su afectuoso siervo,
J. Wesley
Cuatro días después, Wesley murió, a los ochenta y ocho años, pero su influencia en la vida de Wilberforce siguió por muchos años. Wilberforce no tuvo éxito en convencer al parlamento para que aboliera la esclavitud en ese momento, pero no se rindió. Continuó por décadas a pesar de las difamaciones, el envilecimiento y las amenazas. Y cuando se sentía incapaz de persistir, acudía a la carta de ánimo de Wesley. Finalmente, en 1807, se abolió la trata de esclavos. Y en 1833, varios meses después de la muerte de Wilberforce, la esclavitud se hizo ilegal en todo el Imperio Británico.
Pese a ser condenado por muchos durante su carrera, Wilberforce fue enterrado con honores en la Abadía de Westminster; fue uno de los hombres más estimados de su tiempo. Parte de su epitafio lee:
Eminente como fue en cada departamento de labor pública,
Y líder en cada obra de caridad
,
Ya fuera para aliviar las necesidades temporales o espirituales
de su prójimo
Su nombre siempre se identificará,
Con aquellos esfuerzos
Que, por la bendición de Dios, eliminaron de Inglaterra
La culpa de la trata de esclavos africanos,
Y preparó el camino para la abolición de la esclavitud
en cada colonia del imperio.
Quizás haya un William Wilberforce en su vida, simplemente en espera de que se sustente su grandeza. La única manera que podrá averiguarlo es convirtiéndose en un sustentador que piense en los demás y añada valor a las personas que conozca.
Puntos para verificar la influencia
SUSTENTE A OTRAS PERSONAS
     Desarrolle un medio ambiente sustentador en su hogar, en su negocio, o en la iglesia. Que su meta sea hacer que quienes lo rodean se sientan amados, respetados, y seguros. Para ello, comprométase a eliminar toda crítica negativa de su manera de hablar por un mes, y buscar solo cosas positivas para decirles a otros.
     Ofrezca ánimo extraordinario. Escoja dos o tres personas para animarlas este mes. Envíeles una nota breve escrita a mano cada semana. Póngase a la disposición de estas personas. Y dé su tiempo sin esperar nada a cambio. A final de mes, examine sus relaciones con ellos para ver si hay un cambio positivo.
     Arregle los puentes. Piense en alguien con quien haya tenido la tendencia a ser negativo en el pasado. (Puede ser cualquiera: un colega, un familiar, o un empleado, por ejemplo). Vaya a esa persona y discúlpese por sus acciones y declaraciones anteriores. Encuentre, entonces, la cualidad que más admira de esa persona y dígasela. Durante las siguientes semanas, busque maneras de edificar y fortalecer la relación.
1 Everett Shostrom, Man the Manipulator [El hombre manipulador].
2 Bits and Pieces [Mordiscos y pedazos].
3 Jack Canfield y Mark Victor Hansen, «All the Good Things» [Todas las cosas buenas], en Chicken Soup for the Soul [Sopa de pollo para el alma], Health Communications, Deerfield Beach, Florida, 1993, pp. 126–128.
4 Arthur Gordon, «The Gift of Caring» [El don del interés], en A Touch of Wonder [Un toque de maravilla].
5 Greg Asimakoupoulos, «Icons Every Pastor Needs» [Íconos que necesita todo pastor], Leadership [Liderazgo], otoño 1993, p. 109.
6 Dennis y Barbara Rainey, Building Your Mate’s Self—Esteem [Edifique la autoestima de su cónyuge], Thomas Nelson, Nashville, 1993.
DOWNLOAD HERE>>>
http://www.ermail.es/link/TCVmmA2ccJJaaATCeC7CmA7CjaallVaa
https://story.ad/site/file_download/smartpublicity1467919561neTNIrOs.html