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sábado, 23 de abril de 2016

No debiste haberte quedado mirando a tu hermano en su día trágico, en el día de su desgracia

RECUERDA Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6




EL MOMENTO CRUCIAL

ELEMENTOS COMUNES EN UNA CRISIS

CRISIS
El diccionario de Webster define crisis como un «momento crucial» y «un punto de cambio en el curso de algo». 

Este término es usado con frecuencia para indicar la reacción interna de una persona ante una amenaza o riesgo externo. 

Una crisis generalmente implica la pérdida temporal de la facultad de reaccionar o hacer frente a las cosas, con la suposición de que esta alteración de la función emocional es reversible. 

Si una persona hace frente de modo efectivo a la amenaza, supera la crisis y vuelve al nivel previo en que funcionaba.

ELEMENTOS COMUNES EN UNA CRISIS

1. El suceso o hecho que genera el problema

Es la razón que desencadena una reacción de sucesos que culminan en crisis. 
  • Una esposa joven que se preparó para una carrera durante siete años, descubre de pronto que está embarazada. 
  • Un joven atleta que ha estado entrenando durante sus años de estudio a fin de ser seleccionado por los profesionales, se fractura un tobillo durante una excursión a una montaña. 
  • Un viudo que tiene cinco hijos pequeños pierde el empleo en una profesión muy especializada. 
Todas estas personas comparten algo en común: El motivo causante de la crisis. Algo que es importante que los que les ayudan sean capaces de identificar desde el primer momento.

2. El estado vulnerable. 

Ninguno de estos sucesos conduce por sí mismo a la crisis. 

Para que esto suceda, la persona ha de ser vulnerable. 
  • El simple hecho de pasarse dos noches sin dormir puede hacer a una persona vulnerable a una situación que de otro modo habría resuelto sin dificultad. 
  • El estar enfermo o deprimido rebaja los mecanismos de defensa. Recientemente hablé con una mujer que quería ceder a su hijo adoptado, cerrar su negocio y dejarlo todo. Había perdido al marido y estaba deprimida por la amenaza de otra pérdida en su vida. Le pedí que no tomara ninguna decisión durante el período de depresión, puesto que estas decisiones suelen ser lamentadas más tarde.

3. El factor precipitante

Dicho de otra forma: «la gota que hace rebosar la copa». 

Algunas personas se defienden bien durante un período de pérdida o de sufrimiento extremo, pero se desmoronan por haber roto un plato o dejar caer un vaso. Ésta es la gota final, pero en realidad la reacción y las lágrimas son respuesta a otra razón o pérdida más seria.

4. El estado de crisis activa. 

Cuando la persona no puede sostener más la situación, estalla la crisis. 

Hay varias indicaciones de este estado:

  • Síntomas de tensión o «stress» psicológicos, físicos —o los dos—. Éstos pueden incluir depresión, dolores de cabeza, ansiedad, úlceras. Siempre hay algún tipo de malestar extremo.
  • Una actitud de pánico o de derrota. La persona puede considerar que ya ha intentado todo lo que se puede hacer y que no hay nada que dé resultado. Por tanto, se considera un fracasado: está derrotado, abrumado, impotente. A esto tiene dos formas de responder: una es el nerviosismo y agitación extrema que le llevan a actuar en formas que no producen ningún resultado positivo. Éstas incluyen el andar desasosegado de acá para allá, beber, tomar drogas, conducir a velocidades excesivas o entrar en reyertas y peleas. La otra forma de responder es volverse apático. Un ejemplo es dormir en exceso.
  • Una necesidad extrema de ayuda. «¡SÁQUENME de esta situación!», es lo que pide y suplica. Quiere alivio al dolor de la tensión. No está en condiciones de resolver el problema de forma racional. Algunas personas en crisis puede parecer que se hallan en estado de estupor o responden de forma estrafalaria. Otras se muestran frenéticas en sus esfuerzos y van a otros en busca de ayuda, hasta el punto de hacerse dependientes de otros en exceso, tratando que les ayuden a resolver su dilema.
  • Una disminución en la eficiencia. La persona en una crisis activa puede seguir funcionando con aparente normalidad, pero en vez de responder con un 100 % de eficiencia responde sólo con un 60 %. Cuanto mayor es la amenaza según la evaluación de la situación por parte del individuo, menos efectivas serán sus respuestas y recursos. Pueden darse cuenta de esto, lo cual contribuye a desanimarles más aún.

EVALUACIÓN DE LA CRISIS
La forma en que se evalúa la situación es una parte importante del curso de la crisis. La evaluación es lo que la gente «hace» del suceso. 

Toda persona tiene su forma propia de percibir o reaccionar ante un suceso. Las creencias, ideas, expectativas y percepciones de una persona contribuyen todas ellas a evaluar una situación como de crisis o no de crisis. 

Es importante que al ayudar a las personas procuremos que vean y juzguen el suceso con sus propios ojos y no con los nuestros. 

La muerte de un amigo íntimo, por ejemplo, es evaluada desde varios puntos de vista: 
  • lo íntima que era la relación, 
  • con qué frecuencia se hallaban en contacto, 
  • cómo ha respondido la persona a otras pérdidas, y 
  • cuántas pérdidas ha sufrido recientemente. 
Una viuda cuya vida era dependiente y estaba envuelta íntimamente en la de su marido, considera su pérdida de modo muy diferente que un amigo íntimo, un socio en los negocios o uno de los tíos a quien el marido había visto sólo una vez en los últimos cinco años.

El sentimiento de pérdida es una de las causas más frecuentes generadoras de crisis
Incluso un ascenso en el empleo puede causar una sensación de pérdida que precipita una crisis. 

Juan se llevaba bien y disfrutaba con la camaradería de los otros vendedores en su agencia de venta de coches. Fue ascendido a gerente de ventas. Esto le dio más categoría, más dinero, pero cambió sus relaciones. Ya no se encontraba en el mismo nivel que los vendedores. En realidad ahora tenía que presionarles para que aumentara su cuota de ventas. A Juan esto no le gustaba y acabó tan insatisfecho que entró en crisis, dejando de ir al trabajo por hallarse enfermo y, de este modo, evitar conflictos.
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miércoles, 24 de junio de 2015

¡Ten piedad de mí, oh ’Elohim, conforme a tu misericordia... Conforme a la multitud de tus piedades, borra mis trasgresiones!

Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6



 
 
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El pecado: sus consecuencias y el perdón divino
El pecado nos separa de Dios y nos lleva
a una espiral sin fondo de destrucción física y espiritual

Título: El pecado: sus consecuencias y el perdón divino
Base Escritural: Salmo 51:1-12

Introducción:

El pecado nos separa de Dios, cauteriza nuestra conciencia y desencadena en nuestras vidas consecuencias que se evidencian en el plano físico, emocional y espiritual. Es necesario volvernos a Dios en procura de su perdón.

 
I.- ¿Qué produce el pecado?

1.- Va en contra  de los principios de Dios (v.4).

2.- Va en detrimento de nuestra salud (v.8).
            a.- Trae consecuencias físicas.
            b.- Trae consecuencias emocionales.

3.- Va en contravía de una íntima relación con Dios (v.11).

II.- ¿Cuándo no alcanzamos el perdón divino?

1.- Cuando nos negamos a admitir que hemos pecado.

2.- Cuando tenemos una conciencia cauterizada (El pecado no nos afecta).

III.- ¿Cómo se produce el perdón divino?

1.- Cuando reconocemos:
            a.- Nuestras rebeliones (v.1).
            b.- Nuestra maldad (v.2).
            c.- Nuestra suciedad por el pecado (v.2).
            d.- Nuestra naturaleza inclinada al pecado (vv.3,5).

2.- Cuando reconocemos:
            a.- La piedad de Dios. (v.1).
            b.- La misericordia de Dios (v.1).
            c.- El poder de Dios para perdonar.

IV.- ¿Qué produce el perdón divino?

1.- Nos permite recobrar la conciencia del bien y del mal (v.6).
            “Y en lo secreto me has hecho comprender sabiduría”

2.- Nos permite gozar nuevamente de limpieza espiritual (v.7).

3.- Nos permite emprender un nuevo camino (v.10).

4.- Nos permite tener de nuevo paz espiritual (v.12).

Conclusión:

Cuando acudimos al perdón divino, recobramos la conciencia de qué es pecado y cuáles son sus consecuencias. Se despierta en nuestras vidas un deseo de cambio y de caminar en transparencia y la satisfacción de una renovada relación con Dios.

viernes, 24 de abril de 2015

La manera en que hasta ahora hemos estado llevando adelante la misión que nos asignó el Señor no ha sido la más conveniente

Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6


 
 
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¿Cómo predicar el Evangelio a cada criatura en un determinado lugar, ciudad o nación? ¿De qué manera es posible ayudar a los millones de nuevos creyentes a crecer en la fe? ¿Cómo desarrollar a los miles de pastores y líderes que se necesitan para servir a los nuevos creyentes? ¿Cómo involucrar a todos y cada uno de los creyentes en la obra del ministerio, según los dones recibidos por el Espíritu Santo? Estas son algunas de las preguntas que demandan una respuesta urgente en el contexto cristiano latinoamericano hoy.
Evidentemente la manera en que hasta ahora hemos estado llevando adelante la misión que nos asignó el Señor no ha sido la más conveniente. De hecho, después de casi dos siglos de testimonio evangélico en América Latina, estamos muy lejos de considerar la tarea como misión cumplida. Por otro lado, los desafíos que enfrentamos y las oportunidades que se nos presentan son de tal calibre, que hace falta un cambio radical no sólo de las estructuras eclesiásticas tradicionales con las que nos hemos desarrollado, sino también de las estrategias misiológicas que hemos utilizado para cumplir con la misión.
Si alguna vez deseamos poder exclamar como Jesús desde la cruz, “¡Consumado es!” es decir, la tarea asignada está cumplida, será necesario que con la ayuda del Espíritu Santo busquemos maneras nuevas de ser la iglesia y de llevar a cabo nuestra misión en el mundo. Sobre esto no hay fórmulas universales ni eternas. Cada generación de cristianos tendrá que resolver esta cuestión a la luz de las circunstancias en que sirve, pero con una obediencia radical a la visión del reino de Dios y del evangelio que proclamamos.
A juicio de muchos misiólogos y estrategas de la misión, una de las estructuras más eficaces para el cumplimiento de la misión hoy es la iglesia celular, y las células o grupos celulares representan una de las estrategias más efectivas para la tarea evangelizadora y discipuladora presente. De hecho, las iglesias de mayor crecimiento cuantitativo y cualitativo son las que de alguna manera han aplicado los principios y experiencias de la iglesia celular, con notables resultados. La iglesia celular, pues, no es una nueva moda eclesiológica ni una tendencia cool que garantice éxito y prestigio. Es una poderosa herramienta, que cuenta con sólidos fundamentos bíblicos, históricos, teológicos y misiológicos.
Esta manera de ser la iglesia y de cumplir con la misión está demostrando ser la más efectiva especialmente en centros urbanos y contextos de acceso restringido para el evangelio. Por cierto, cada iglesia, bajo la dirección del Espíritu Santo y reconociendo a Cristo como su Cabeza, tiene toda la libertad para definir su estructura y estrategizar como mejor le parezca. Pero quienes han optado por algún modelo o forma de iglesia celular no se han visto decepcionados por la versatilidad, dinamismo, fertilidad y alcance de esta manera de ser y de actuar como iglesia.
Es en razón de esto, que hemos escogido agregar a nuestros cursos de formación ministerial este curso sobre la iglesia celular, para ilustrar a los siervos y siervas del Señor sobre este importantísimo recurso para la manifestación del reino de Dios y la edificación de su iglesia. Es así que, este curso, provee de la descripción, el fundamento bíblico-teológico-histórico-misiológico, el análisis crítico, y la implementación práctica de los varios modelos de iglesias celulares más destacados alrededor de todo el mundo en la actualidad. Estos modelos están probando ser uno de los medios más efectivos para responder a las preguntas más acuciantes sobre la misión de la iglesia hoy. Así, pues, este curso está diseñado para ayudar a los discípulos a entender, interpretar y aplicar mejor los varios modelos de iglesias celulares, que se han desarrollado en los últimos años.
Después de completar este curso, los discípulos serán capaces de describir la naturaleza y desarrollo de los principales modelos de iglesias celulares. Para ello, adquirirán un adecuado nivel de comprensión de los fundamentos bíblico, histórico, teológico y misiológico de la iglesia celular. Los discípulos podrán también identificar aquellos elementos en la dinámica de la iglesia celular, que explican su carácter presente y su efectividad misiológica. Esto resultará en su mejor comprensión del concepto, definición, visión, valores, propósito, membresía, y liderazgo de la célula y la iglesia celular. Este curso proveerá también al estudiante de todos los elementos necesarios para habilitarlo a desarrollar una iglesia celular en su ministerio.
El cumplimiento de la Gran Comisión dada por nuestro Señor Jesucristo consta de dos elementos bien claros: ir a todo el mundo a predicar el evangelio a toda la creación (Mr. 16:15); y, hacer discípulos de todas las naciones, enseñándoles todas las cosas que él nos ha mandado (Mt. 28:19, 20). Este es el desafío central para cualquier iglesia particular, local, nacional o mundial. Se trata, pues, de encontrar un balance entre la tarea de proclamar las buenas noticias y la tarea de proveer de un crecimiento integral a los creyentes. La iglesia celular está probando ser una manera interesante y efectiva de obedecer al Señor, al responder a ambos desafíos.
En este tiempo, el Señor está usando a la iglesia celular de manera increíble, para ayudarnos a cumplir la Gran Comisión en todo el mundo. Es probable que la iglesia celular sea el modelo de estructuración de la iglesia más frecuentemente seguido en el tiempo actual, especialmente en el hemisferio sur. Es precisamente en América Latina, África, Asia y Oceanía que se está verificando hoy un crecimiento explosivo del testimonio cristiano y del crecimiento de las iglesias. Generalmente, la estructura más común utilizada en aquellos lugares de mayor desarrollo del testimonio cristiano hoy en el mundo es la iglesia celular. Esto es muy evidente en China continental, algunas regiones de la India, en algunos países africanos y en toda América Latina.
Si es cierto, como anticipan muchos profetas alrededor del mundo, que nos encontramos transitando los últimos tiempos de la historia humana, antes del glorioso retorno de Cristo, entonces es probable que muy pronto experimentemos alrededor del globo el gran avivamiento anunciado por el profeta Joel (2:28–32). Este avivamiento global, que afectará a todo ser humano y culminará con toda la humanidad confesando a Jesucristo como Señor (Fil. 2:10, 11), tiene que ocurrir con una iglesia que pueda absorber a la enorme masa de nuevos creyentes, para discipularlos y ayudarlos a participar activamente de la obra de Dios de manera inmediata. Las estructuras eclesiásticas tradicionales no son adecuadas para un proceso de crecimiento por multiplicación. Ellas fueron creadas, en el mejor de los casos, para procesos de crecimiento por adición (uno a uno). La iglesia celular tiene el potencial de crecer mucho más que por mera adición o incluso por duplicación (2, 4, 8, 16, etc.). La iglesia celular puede crecer por multiplicación (2, 4, 16, 256, etc.)
El Señor está transformando la estructura de la iglesia para que llegue a ser el odre nuevo, capaz de cumplir con la tarea de la evangelización mundial a través de su poder. La iglesia celular provee de “un odre nuevo” que puede estirarse y crecer, haciendo lugar en forma rápida y fácil, para que muchas más personas se unan a la comunidad de creyentes. La metodología de la iglesia celular está enraizada y modelada en la experiencia de la iglesia temprana, tal como está registra en el libro de los Hechos de los Apóstoles. La iglesia temprana se reunía en las casas para adorar, aprender y tener comunión. Fue en las pequeñas comunidades caseras que se verificó el sorprendente y explosivo crecimiento del testimonio cristiano de los tres primeros siglos.
Además, la iglesia celular se edifica sobre el hecho de que todos los cristianos son ministros y no hay en ella un “clero profesional” contratado para hacer la obra del ministerio. No hay una estructura eclesiológica que exprese mejor la enseñanza del Nuevo Testamento en cuanto a la doctrina del sacerdocio universal de todos los creyentes. Las oportunidades y posibilidades de ministración que potencialmente ofrece la iglesia celular a cada creyente, no tienen parangón con ninguna otra forma hasta ahora conocida de organización eclesiástica.
Según Efesios 4, Dios ha provisto de “personas dotadas” (apóstoles, profetas, evangelistas, pastores y maestros), para equipar a “creyentes dotados” (dones espirituales) para la obra del ministerio. Una iglesia así no está edificada en torno a la asamblea de todos sus miembros, sino sobre grupos de creyentes que llegan a ser “comunidades cristianas básicas” las cuales realizan el trabajo del ministerio desde pequeños grupos o grupos celulares, que se reúnen preferentemente en hogares. Estás células se agrupan, luego, para actividades congregacionales por áreas, y se reúnen por regiones para tiempos de celebración. Esto significa que la vida y el testimonio de la iglesia se experimentan en diversos niveles, con una gran variedad de experiencias colectivas y con un grado de participación mayor por parte de todos los integrantes de la iglesia o asamblea general.
Por otro lado, la vida completa de la iglesia se desarrolla en las células, no dentro de las cuatro paredes de un edificio especializado ni como expresión de un programa eclesiástico particular. Si bien la iglesia tiene eventos semanales de adoración, el foco principal está sobre los grupos celulares hogareños y su testimonio del evangelio cristiano. Se puede ganar una comprensión general mejor de la naturaleza y carácter de la iglesia celular si se compara la información disponible en cuanto a las iglesias del Nuevo Testamento y la mayor parte de las iglesias evangélicas hoy en América Latina. Las diferencias en cada caso resaltarán la necesidad de volver a los mejores modelos neotestamentarios para configurar la iglesia cristiana hoy, al menos en los contextos urbanos de nuestro continente.
CUADRO 1
La iglesia del Nuevo Testamento y la iglesia de hoy: contrastes.

CUESTIÓN

IGLESIA DEL NUEVO TESTAMENTO

IGLESIA DE HOY

Ubicación

Iba de casa en casa.

Se reúne en edificios eclesiásticos.

Tamaño de los grupos

Pequeños, grupos íntimos.

Grandes, grupos impersonales.

Actividades

Comunión diaria los unos con los otros.

Servicios semanales de adoración.

Sistemas de Apoyo

Se edificaban unos a otros.

¿Tienes un problema? Ve a ver al pastor.

Relaciones

Intimas; se ayudaban unos a otros.

Remotas; poca transparencia.

Discipulado

Modelo de “boca a oído”; formación de valores personales.

Modelo de clases, notas; no hay mayor formación de valores.

Tarea primaria de los líderes

Cada creyente equipado para hacer la obra del ministerio

Dirigir el diseño básico del programa de la iglesia.

Vida de Oración

Varias horas por día, fuerte énfasis.

Elección personal, muy limitada.

Deber del Pastor

Modelaba la vida del creyente.

Predicar buenos sermones.

Expectativas de los miembros

Ministrar a otros; total disposición a servir y mayordomía.

Asistencia, diezmo, trabajar en los programas.

Perspectiva

Los grupos celulares como el punto central.

La congregación como el punto central.

Palabras Claves

Ir y hacer discípulos.

Ven y crece con nosotros.

Enseñanzas

Aplicaban la Biblia a necesidades y relaciones.

Suscribir a las creencias distintivas de la iglesia.

Dones espirituales

Ejercidos regularmente por todos los creyentes para edificar a otros en el grupo celular.

No tenidos en cuenta o bien usados en reuniones como para “agradar a la gente”.

Compromiso

Extender el Reino, unidad, y vida del cuerpo.

Agrandar la institución, uniformidad.

Evaluación

De qué manera sirves.

Cuánto sabes.

Fuente para conseguir personal de planta

Obreros-siervos desarro-llados adentro y probados antes de ser apartados para el ministerio.

Clero preparado, profesional, contratado para hacer un trabajo.

Si uno se pregunta cómo será la iglesia del futuro, seguramente la respuesta es que será una iglesia muy parecida a la que está ilustrada en el Nuevo Testamento. Carl F. George predice que la iglesia del futuro puede reflejar una estructura muy similar a la de la primera iglesia de Jerusalén, es decir, una congregación bien grande compuesta por miles y miles de personas, pero que se reunía en grupos pequeños para tener un contacto personal.
Carl F. George: “Es mi convicción que nuestros modelos presentes para llevar a cabo el ministerio son inefectivos e inadecuados para las oportunidades que nos están saliendo al paso. Si las iglesias cristianas van a recibir la cosecha de almas que creemos Dios está llamando para que entren en su reino, esto sólo sucederá si las iglesias han reorganizado sus estructuras. Tienen que ser lo suficientemente grandes como para hacer una diferencia y no obstante lo suficientemente pequeñas como para tener cuidado. … Creo que los grupos más pequeños dentro de la totalidad—llamados por docenas de términos, incluso el grupo pequeño o el grupo celular—es un recurso crucial pero subdesarrollado en muchas iglesias. Estoy convencido que es el fundamento estratégicamente más importante para la formación y la asimilación espiritual, para la evangelización y el desarrollo del liderazgo, para las funciones más esenciales para las que Dios ha llamado en la iglesia. … Es tan importante que todo lo demás debe ser considerado como secundario para su promoción y preservación.”
Los grupos pequeños o las células continuarán creciendo en todo el mundo a medida que avancemos en el siglo XXI y en preparación para el retorno de nuestro Señor. El fenómeno de la iglesia celular es el resultado del creciente desarrollo de sociedades urbanas impersonales. En la iglesia temprana, las personas se cuidaban mutuamente, comían juntos en las casas de los miembros de la comunidad de fe, y el amor mutuo fue su característica más destacada. Hoy, los urbanitas, es decir, las personas que viven en las grandes ciudades, no conocen siguiera quiénes son sus vecinos inmediatos. Cada vez más las personas sueñan con encontrar un grupo de seres humanos que compartan valores, afecto, recursos y donde puedan encontrar un refugio que los aleje de la soledad y la falta de sentido que parece prevalecer por todas partes. La iglesia celular, a través del desarrollo de comunidades pequeñas o células parece ser una respuesta efectiva a estas necesidades sentidas.
 

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