martes, 11 de agosto de 2015

Vete a tu casa, a los tuyos, y cuéntales cuán grandes cosas el Señor ha hecho contigo, y cómo ha tenido misericordia de ti

Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6




 
Tipo de Archivo: PDF | Tamaño: MBytes | Idioma: Spanish | Categoría: Capacitación Ministerial
Información 


PREPARACIÓN DE SERMONES EXPOSITIVOS
La declaración de la verdad
MARCOS—4:1–5:43

a. Mediante mensajes (vv. 1–34)
(i) Su declaración de la verdad (1–9) mediante parábolas a la gran multitud reunida junto al mar, desde su púlpito flotante.
1Otra vez comenzó Jesús a enseñar junto al mar, y se reunió alrededor de él mucha gente, tanto que entrando en una barca, se sentó en ella en el mar; y toda la gente estaba en tierra junto al mar. 2Y les enseñaba por parábolas muchas cosas, y les decía en su doctrina: 3Oíd: He aquí, el sembrador salió a sembrar; 4y al sembrar, aconteció que una parte cayó junto al camino, y vinieron las aves del cielo y la comieron. 5Otra parte cayó en pedregales, donde no tenía mucha tierra; y brotó pronto, porque no tenía profundidad de tierra. 6Pero salido el sol, se quemó; y porque no tenía raíz, se secó. 7Otra parte cayó entre espinos; y los espinos crecieron y la ahogaron, y no dio fruto. 8Pero otra parte cayó en buena tierra, y dio fruto, pues brotó y creció, y produjo a treinta, a sesenta, y a ciento por uno. 9Entonces les dijo: El que tiene oídos para oir, oiga.
Las llamadas “parábolas del reino” ocupan un lugar privilegiado al definir el carácter de ese reino y los principios sobre los cuales sería establecido. Una parábola es una ilustración, una historia terrenal que tiene significado celestial y profundidad doctrinal—“les decía en su doctrina” (v. 2).
De todas las parábolas dadas por el Señor1 ésta es aparentemente la primera y la más extensa. Además, tiene relación con la recepción inicial del reino.
En esta parábola el sembrador (v. 3) es el mismo Señor,1 pero en la actualidad son aquellos a través de quienes él habla (v. 13).2 La semilla es la Palabra de Dios, el evangelio (las buenas nuevas de Jesús) y toda la verdad revelada por Dios que encontramos en las Sagradas Escrituras.
El suelo o terreno es el corazón humano. Y se mencionan cuatro clases distintas de suelo (vv. 4–8), representando cuatro formas distintas en que la Palabra es tratada por los que la oyen. Notamos que no hay nada malo en la semilla en sí; el defecto está en la recepción de la semilla en tres de los cuatro casos, que hace que ésta no fructifique. Por eso es necesario que antes de recibir la Palabra se preparen los corazones mediante la oración (ver Hch. 4:29, 30). A la vez tampoco debemos desalentarnos cuando los frutos no parecen muy abundantes.
En la vida cristiana hay varias etapas de crecimiento y grados de productividad (v. 8). Esto se aprecia en las palabras del Señor en Juan 15: “fruto” (v. 2), “más fruto” (v. 2) y “mucho fruto” (v. 5); en las del apóstol: “hijitos”, “jóvenes” y “padres” (1 Jn. 2:12–14); o en las del escritor de Hebreos: “niños” o “inexpertos”, “los que han alcanzado madurez”, “maestros” (5:12–14). El que tiene oídos (capacidad) para oír (oportunidad), que oiga (responsabilidad) (v. 9).
(ii) Su explicación de la verdad (10–25).
10Cuando estuvo solo, los que estaban cerca de él con los doce le preguntaron sobre la parábola. 11Y les dijo: A vosotros os es dado saber el misterio del reino de Dios; mas a los que están fuera, por parábolas todas las cosas; 12para que viendo, vean y no perciban; y oyendo, oigan y no entiendan; para que no se conviertan, y les sean perdonados los pecados. 13Y les dijo: ¿No sabéis esta parábola? ¿Cómo, pues, entenderéis todas las parábolas? 14El sembrador es el que siembra la palabra. 15Y éstos son los de junto al camino: en quienes se siembra la palabra, pero después que la oyen, en seguida viene Satanás, y quita la palabra que se sembró en sus corazones. 16Estos son asimismo los que fueron sembrados en pedregales: los que cuando han oído la palabra, al momento la reciben con gozo; 17pero no tienen raíz en sí, sino que son de corta duración, porque cuando viene la tribulación o la persecución por causa de la palabra, luego tropiezan. 18Estos son los que fueron sembrados entre espinos: los que oyen la palabra, 19pero los afanes de este siglo, y el engaño de las riquezas, y las codicias de otras cosas, entran y ahogan la palabra, y se hace infructuosa. 20Y éstos son los que fueron sembrados en buena tierra: los que oyen la palabra y la reciben, y dan fruto a treinta, a sesenta, y a ciento por uno. 21También les dijo: ¿Acaso se trae la luz para ponerla debajo del almud, o debajo de la cama? ¿No es para ponerla en el candelero? 22Porque no hay nada oculto que no haya de ser manifestado; ni escondido, que no haya de salir a luz. 23Si alguno tiene oídos para oir, oiga. 24Les dijo también: Mirad lo que oís; porque con la medida con que medís, os será medido, y aun se os añadirá a vosotros los que oís. 25Porque al que tiene, se le dará; y al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará.
En respuesta a la pregunta de ellos, su explicación muestra que el propósito y la eficacia de las parábolas se estaba cumpliendo en ellos: hacer que la gente piense, a fin de que el mensaje penetre profundamente. Notemos:
* El misterio dado a conocer (10, 11a). ¿Qué quiso decir el Señor al hablar del reino de Dios? En el Nuevo Testamento “misterio” es una verdad desconocida hasta ese momento y que sólo puede ser conocida a través de la revelación divina. El misterio del reino de Dios consiste en que:
1) El Señor Jesús fue rechazado cuando se ofreció como rey de Israel.
2) Pasará un tiempo antes de establecerse el reino sobre la tierra.
3) Mientras tanto el reino existirá en forma espiritual. Todos aquellos que reconozcan a Cristo como rey, pertenecerán a este reino espiritual.
4) La Palabra de Dios será sembrada durante el período interino con distintos grados de éxito. Si bien algunos se convertirán de verdad, otros en cambio serán sólo creyentes de palabra. Todos se encontrarán en el reino en su forma exterior (es decir que podrán asistir a alguna iglesia pero sin haber tenido un encuentro real con Jesucristo), pero sólo los cristianos genuinos entrarán en el reino en su realidad interior.
* El motivo de las parábolas (11b–13). Dios revela sus secretos íntimos a aquellos cuyos corazones están abiertos, receptivos y obedientes. Por otro lado, la verdad es escondida de aquellos que rechazan la luz que les es dada. El Señor los llamó “los que están fuera”. Estos son los que están fuera del reino por propia y deliberada elección.
Jesús no negó a sus oyentes la oportunidad de creer en él. Ellos, sin embargo, persistieron con sus mentes cerradas (ver 1:15) y no recibieron el mensaje de Cristo. El Señor empleó parábolas1 especialmente por la dureza del corazón de los fariseos.2 Estas palabras son citadas de Is. 6:9, 10, y actualizadas por el Maestro.
Marcos agrega una frase muy significativa a la parábola en el v. 13, que indica que es fundamental en su carácter y enseñanza. Añade que si no se entiende, no se podrán comprender las demás parábolas. Por eso es que se extendió más en ella que en todas las otras.
* El mensaje de esta parábola (14–20). El sembrador (14) es el predicador cuya responsabilidad consiste en sembrar.
Los de junto al camino (15) son los oyentes que tienen corazones duros, insensibles e indiferentes. Por eso la palabra no hace mella, no echa raíces, y las aves la arrebatan (v. 4). Judas Iscariote puede haber sido un oyente de esta clase (Lc. 22:47, 48).
Viene Satanás (15) no sólo hasta la puerta de la iglesia, sino también adentro, y notemos con qué rapidez actúa. Una de las formas más eficaces es distrayendo nuestros pensamientos, recordándonos problemas de la vida y haciéndonos olvidar lo que acabamos de escuchar. Además nos lleva a pensar en otros de la congregación para quienes esas palabras serían muy apropiadas, una manera muy conveniente de hacernos olvidar la aplicación personal para nosotros. Por otra parte, hace que nos justifiquemos a nosotros mismos para así evitar que apliquemos esa verdad a nuestra propia vida.3
¿Cómo quita la palabra Satanás? Puede ser a través de chismes, críticas y frivolidad. A través de los chismes y las críticas nos lleva otra vez a olvidarnos de la aplicación personal de lo que acabamos de escuchar o leer, y hace que nuestra atención maliciosamente se concentre en otros. Asimismo, por medio de la frivolidad hace que no tomemos la Palabra de Dios en serio sino que nos burlemos de ella, o cuando menos hagamos bromas con respecto a ella. Tengamos cuidado de estas aves que emplea Satanás, especialmente después del sermón y al salir del culto, o luego de haber leído un pasaje de las Sagradas Escrituras en nuestro devocional personal.
Los de los pedregales (16, 17) son los oyentes que se dejan llevar por sus emociones, los carnales y los superficiales. Estos nunca se conforman con algo por mucho tiempo. Se entusiasman y dicen, por ejemplo, “esto es lo que estaba esperando, esto es lo que necesito”. Sin embargo, esa emoción es temporal, les dura muy poco, y pronto se entusiasman con otras cosas (ver Lc. 9:57, 58). La Palabra de Dios no cala hondo en ellos sino que sólo los afecta en la superficie. Su fe no es profunda sino sólo una fina capa de tierra sobre la roca de la indiferencia. Es una fe externa pero no interior. Dependen de sus sentimientos y emociones antes que de convicciones profundas y sinceras. Profesan convertirse a Cristo pero como no tienen raíces profundas, tan pronto sale el sol de la prueba, la tribulación o la oposición, abandonan.1
Los que cayeron entre espinos (18, 19) son los oyentes que parecen tener un comienzo alentador pero son indulgentes y mundanales. Están agobiados por las ansiedades, las riquezas de este mundo y la codicia. En ellos el fruto se ahoga y pierden todo interés en cosas espirituales. Vemos una ilustración de tales oyentes en Ananías y Safira (Hch. 5:1–11).
Los de buena tierra (20) representan los oyentes con corazones sinceros, receptivos y fructíferos—tales como Natanael (Jn. 1:45–51), Cornelio (Hch. 10:1, 2, 44–48), etc. Los distintos grados de productividad mencionados nos recuerdan los grados de fruto o madurez (Jn. 15:2–5). A su vez pueden deberse a oportunidades, fidelidad o capacidad.
ACCIONES CONTRASTADAS
1. La acción del diablo
-v. 15- arrebata la semilla
2. La acción de la carne
-vv. 16, 17- impide que se alimente
3. La acción del mundo
-vv. 18, 19- ahoga la semilla
4. La acción de la fe
-v. 20- aceptación del mensaje
* La manifestación necesaria (21–23) pues la luz nunca debe ser escondida sino usada para iluminar. Aquí se nos habla de la evidente responsabilidad de los que oyen.
El evangelio no sólo debe ser apropiado sino luego transmitido a otros, alumbrando con la luz del testimonio. El almud1 representa los negocios, que pueden privarnos de tiempo para las cosas de Dios; y la cama indica comodidad o pereza. Ambas cosas se convierten en enemigos del evangelismo.
Quienes han llegado a entender la enseñanza de Jesucristo están en deuda con quienes todavía no la han comprendido. Es por ello que deben compartir los beneficios de la luz recibida.
* La medida a emplear (24, 25). Cuidado con lo que oímos (24a) y cómo lo oímos (Lc. 8:18). ¿Por qué? Porque mientras más atención prestemos a la enseñanza, más provecho le sacaremos.
La condición para recibir mayor verdad es responder a la verdad que ya conocemos. Negarse a responder a esa verdad puede conducir a la atrofia y al deterioro moral.
Aquí también parece haber una advertencia en cuanto a la necesidad de emplear y desarrollar nuestros dones (1 Ti. 4:14), pues el don que no se usa se malogra o se pierde.
(iii) Su aplicación (vv. 26–34)
26Decía además: Así es el reino de Dios, como cuando un hombre echa semilla en la tierra; 27y duerme y se levanta, de noche y de día, y la semilla brota y crece sin que él sepa cómo. 28Porque de suyo lleva fruto la tierra, primero hierba, luego espiga, después grano lleno en la espiga; 29y cuando el fruto está maduro, en seguida se mete la hoz, porque la siega ha llegado. 30Decía también: ¿A qué haremos semejante el reino de Dios, o con qué parábola lo compararemos? 31Es como el grano de mostaza, que cuando se siembra en tierra, es la más pequeña de todas las semillas que hay en la tierra; 32pero después de sembrado, crece, y se hace la mayor de todas las hortalizas, y echa grandes ramas, de tal manera que las aves del cielo pueden morar bajo su sombra. 33Con muchas parábolas como estas les hablaba la palabra, conforme a lo que podían oir. 34Y sin parábolas no les hablaba; aunque a sus discípulos en particular les declaraba todo.
* El crecimiento de la semilla (26–29). Esta parábola se encuentra sólo en Marcos, y complementa la anterior. Luego de demostrar las distintas clases de recepción de la palabra y del impacto que ella hace, el Señor muestra que el proceso por el cual la semilla germina y crece, se encuentra totalmente en las manos de Dios.
Primero está la obligación que tiene el sembrador de salir a sembrar (v. 26. Ver Sal. 126:6). La semilla cuesta y sembrarla exige esfuerzo, pero sin esto no habrá cosecha.
Una vez sembrada la semilla queda fuera del control del sembrador. “De suyo” viene del griego AUTOMATE, de donde procede nuestra palabra automático. Por lo tanto, la tierra produce fruto automáticamente, sin que el sembrador obre. “Pablo sembró, Apolos regó; pero es Dios el que da el crecimiento” (1 Co. 3:6, 7). Sin que sepamos cómo, la semilla crece. Por eso “nuestro trabajo en el Señor no es en vano” (1 Co. 15:58).
La obra de fe tiene etapas graduales: primero hierba, el tierno primer amor y celo por las cosas de Dios; luego espiga, mayor fuerza y madurez (ver 1 Jn. 2:14); y finalmente “grano lleno”, madurez plena de carácter. Luego, si nos toca ese privilegio, podremos segar o cosechar con la hoz de la predicación. En cambio, si a este versículo le damos un sentido escatológico,1 entonces el que echa la hoz es Dios mismo (Jl. 3:13).
* La comparación significativa (30–32). Se establece un notable contraste entre el comienzo tan humilde y de apariencia insignificante (semilla de mostaza) y el crecimiento notable que ha tenido. Por eso lo poco es mucho si Dios está en ello.2
De acuerdo a algunos estudiosos, otra posible interpretación es que aunque el evangelio comenzó con un puñado de hombres—era algo casi insignificante—un día llegará a todo el mundo, en cierto sentido como hoy en América Latina. Por otro lado, la mención de “las aves del cielo”, una figura negativa en el contexto inmediato (vv. 4, 15) y en el resto de la Escritura (Ez. 31:3–6; Dn. 4:20–22; Ap. 18:2), parece indicar que el crecimiento llegó a ser anormal (por ejemplo cuando la Iglesia se unió al Estado bajo el Emperador Constantino),3 llegando luego a albergar dentro del cristianismo a toda clase de fuerzas del mal.
Cuando Satanás y sus ángeles ya no pueden destruir la buena semilla, se cobijan en su fruto procurando corromperlo y usarlo para sus propios fines. Así dentro del cristianismo actual se da albergue a muchas doctrinas contrarias a la verdad que niegan, por ejemplo, el nacimiento virginal de Jesucristo, la eficacia de su obra redentora, la realidad de su resurrección, etc. En el orden personal, cuando el Señor nos ha ayudado a crecer espiritualmente, tengamos cuidado de que no se introduzcan en nuestras mentes las “aves” de la vanidad, el orgullo, la autosuficiencia, etc.
* La capacitación adecuada (33, 34). Aquí el Señor establece un importante principio para la enseñanza. El adaptaba su instrucción a la capacidad de sus oyentes (ver Jn. 16:12). De manera que sigamos su ejemplo y adaptemos nuestros métodos y materiales a la capacidad de aquellos a quienes nos dirigimos, recordando que lo más importante en el proceso de la comunicación es lo que los demás comprenden de lo que decimos. Esto nos llevará a esmerarnos en la preparación de lo que vamos a enseñar y de cómo lo vamos a exponer. El esfuerzo adicional requerido valdrá la pena al observar el rostro de los oyentes que nos han comprendido, y luego al apreciar cómo lo ponen en práctica en su vida y conducta diaria.
LA DECLARACION DE LA VERDAD (4:1–5:43)
a.     Mediante mensajes (4:1–34)
(i)     Su declaración de la verdad (1–9)
(ii)     Su explicación de la verdad (10–25)
* El misterio dado a conocer (10–11a)
* El motivo de las parábolas (11b–13)
* El mensaje de esta parábola (14–20)
* La manifestación necesaria (21–23)
* La medida a emplear (24–25)
(iii)     Su aplicación (26–34)
* El crecimiento de la semilla (26–29)
* La comparación significativa (30–32)
* La capacitación adecuada (33–34)
4:1–5:43
(continuación)
b. Mediante milagros—4:35–5:43
(i) La tormenta calmada por el Señor (4:35–41)
35Aquel día, cuando llegó la noche, les dijo: Pasemos al otro lado. 36Y despidiendo a la multitud, le tomaron como estaba, en la barca; y había también con él otras barcas. 37Pero se levantó una gran tempestad de viento, y echaba las olas en la barca, de tal manera que ya se anegaba. 38Y él estaba en la popa, durmiendo sobre un cabezal; y le despertaron, y le dijeron: Maestro, ¿no tienes cuidado que perecemos? 39Y levantándose, reprendió al viento, y dijo al mar: Calla, enmudece. Y cesó el viento, y se hizo grande bonanza. 40Y les dijo: ¿ Por qué estáis así amedrentados? ¿Cómo no tenéis fe? 41Entonces temieron con gran temor, y se decían el uno al otro: ¿Quién es éste, que aun el viento y el mar le obedecen?
* El propósito indicado (35, 36). Su intención era clara. Había una promesa implícita de su presencia (“pasemos”), y de la seguridad de llegar a su destino (“al otro lado”). Si más tarde se hubiesen acordado de las palabras de Jesús, habrían sabido que ninguna tormenta podría alterar sus planes.
En la travesía del mar de la vida, él no nos promete un viaje sin tormentas sino un seguro arribo a nuestro destino eterno.
* La preocupación fue innecesaria (37–40), como luego mostraría el Señor. La causa de la preocupación (37) fue la tormenta que surgió en forma repentina, como suele suceder en esa región, y era tan intensa que aparentemente ponía en peligro sus vidas.
El hecho de ser creyentes no nos proporciona inmunidad a las tormentas de la vida. La misma presencia del Señor aquella noche no les libró de la tempestad. Sin embargo, una tormenta con Cristo es mucho mejor que una calma sin él.
- La calma del Señor (38a), que le hacía dormir, y que debía haber tranquilizado a los discípulos. ¿No había afirmado, acaso, el salmista que “no se dormirá el que te guarda”? (121:3). Sí, pero aquí tenemos la evidencia de la perfecta humanidad de Cristo, que duerme por el cansancio que tenía. Por otra parte, como dijera Juan Calvino: “Mientras tanto su divinidad estaba vigilando y controlando las circunstancias.” Era además el sueño de la fe que descansa en Dios y su propósito (Sal. 4:8).
- El cuidado que los discípulos creyeron faltante (38b) y que manifestaron en forma de reproche, revela no sólo la falta de fe de ellos sino también su injusta apreciación del Señor. A veces nosotros también reaccionamos en forma similar cuando somos azotados por las tormentas y pruebas de la vida, y aun llegamos a cuestionar el amor y el cuidado del Señor Jesús.
- El cese de la tormenta (39) ante su orden poderosa. El verbo reprender1 es muy fuerte,2 y habitualmente se emplea en relación con los demonios. Por eso se ha sugerido que quizás esta tormenta había sido provocada por las potencias diabólicas. Jesús manifestó así ser soberano hasta sobre las fuerzas de la naturaleza. La creación oyó la voz de su Creador y obedeció. Con él nada es imposible. Los discípulos lo habían tratado como si fuera un mero pasajero; pero de ser pasajero se convirtió en capitán del barco.
El Señor no siempre hace cesar las tormentas sino que nos guarda en medio de ellas (ver Hch. 27).
- La crítica merecida (40) del Señor hacia sus discípulos, pues el mayor peligro no era el viento o las olas sino la evidente incredulidad de ellos. Nuestros mayores problemas están en nosotros, no a nuestro alrededor. Muchas veces profesamos fe en Jesucristo, y sin embargo clamamos en incredulidad.
* El poder asombroso (41) que les dejó perplejos en cuanto a su identidad. Todavía no conocían el misterio de su Persona y por lo tanto se cuestionaron los unos a los otros ante esa manifestación de poder sobrenatural.
(ii) El endemoniado liberado (5:1–20).
1Vinieron al otro lado del mar, a la región de los gadarenos. 2Y cuando salió él de la barca, en seguida vino a su encuentro, de los sepulcros, un hombre con un espíritu inmundo, 3que tenía su morada en los sepulcros, y nadie podía atarle, ni aun con cadenas. 4Porque muchas veces había sido atado con grillos y cadenas, mas las cadenas habían sido hechas pedazos por él, y desmenuzados los grillos; y nadie le podía dominar. 5Y siempre, de día y de noche, andaba dando voces en los montes y en los sepulcros, e hiriéndose con piedras. 6Cuando vio, pues, a Jesús de lejos, corrió, y se arrodilló ante él. 7Y clamando a gran voz, dijo: ¿Qué tienes conmigo, Jesús, Hijo del Dios Altísimo? Te conjuro por Dios que no me atormentes. 8Porque le decía: Sal de este hombre, espíritu inmundo. 9Y le preguntó: ¿Cómo te llamas? Y respondió diciendo: Legión me llamo; porque somos muchos. 10Y le rogaba mucho que no los enviase fuera de aquella región. 11Estaba allí cerca del monte un gran hato de cerdos paciendo. 12Y le rogaron todos los demonios, diciendo: Envíanos a los cerdos para que entremos en ellos. 13Y luego Jesús les dio permiso. Y saliendo aquellos espíritus inmundos, entraron en los cerdos, los cuales eran como dos mil; y el hato se precipitó en el mar por un despeñadero, y en el mar se ahogaron. 14Y los que apacentaban los cerdos huyeron, y dieron aviso en la ciudad y en los campos. Y salieron a ver qué era aquello que había sucedido. 15Vienen a Jesús, y ven al que había sido atormentado del demonio, y que había tenido la legión, sentado, vestido y en su juicio cabal; y tuvieron miedo. 16Y les contaron los que lo habían visto, cómo le había acontecido al que había tenido el demonio, y lo de los cerdos. 17Y comenzaron a rogarle que se fuera de sus contornos. 18Al entrar él en la barca, el que había estado endemoniado le rogaba que le dejase estar con él. 19Mas Jesús no se lo permitió, sino que le dijo: Vete a tu casa, a los tuyos, y cuéntales cuán grandes cosas el Señor ha hecho contigo, y cómo ha tenido misericordia de ti. 20Y se fue, y comenzó a publicar en Decápolis cuán grandes cosas había hecho Jesús con él; y todos se maravillaban.
Notamos aquí:
* La persona necesitada (1–6) que salió a su encuentro al llegar a destino,1 al este del Mar de Galilea.
Si agregamos los detalles de los pasajes paralelos se completa un cuadro trágico de este hombre pues estaba desnudo (Lc. 8:27) y era el terror de la región (Mt. 8:28), el enemigo público número uno. Los vv. 3 y 4 revelan gráficamente la impotencia de todo esfuerzo—aparte del evangelio—para domar, controlar o transformar el corazón “salvaje” del ser humano, esclavizado por el pecado.
Humanamente hablando parecía no haber ninguna esperanza para este hombre, que además se estaba autodestruyendo (v. 5). ¡Gracias a Dios que no hay ningún caso demasiado difícil para él!
A pesar de todo, al ver a Jesús corrió y se arrodilló ante él (v. 6), reconociéndolo como Hijo de Dios (v. 7). ¿Cómo se explica esto? ¿Acaso reconocía en Jesús a quien venía a “atar” al diablo (3:27) y a derrotarlo? Al arrodillarse no lo hacía como un acto de adoración sino como un homenaje.
* La palabra de poder (7, 8) en respuesta a las palabras del endemoniado, haciendo referencia a su naturaleza como “Hijo del Dios Altísimo”. Esto demuestra tanto comunidad de esencia como identidad con el Padre. La expresión “Dios Altísimo” era empleada por los judíos para distinguir al verdadero Dios de todos los falsos dioses. En este caso la preocupación de los demonios era que Jesucristo, como Hijo de Dios, no precipitara o anticipara la ruina final de ellos. Al mismo tiempo no debemos olvidar la verdad de Stg. 2:19.
Ni una legión de demonios podía hacer frente a la voz de mando del Señor (v. 8). Así hoy el evangelio es “la palabra de esta salvación” (Hch. 13:26) y es “poder de Dios para salvación” (Ro. 1:16). Además, los hombres sólo son “renacidos … por la Palabra de Dios” (1 P. 1:23).
También el Señor puede echar fuera los otros males del temor, egoísmo, odio, envidia, orgullo, prejuicio, impureza, etc. de todos aquellos que acuden a él en fe.
* La petición extraña (9–12) hecha por los demonios. En este pasaje se nos muestra su poder (4), conocimiento (7), unidad (9) y sujeción (10).
Ante la pregunta del Señor: “¿Cómo te llamas?”, los demonios al unísono le contestan: “Legión me llamo; porque somos muchos”. Una legión romana estaba compuesta de nada menos que seis mil hombres, lo que nos da una idea del grado de posesión de este hombre. Le atormentaban como una fuerza combinada.
* El permiso concedido (13, 14). Esto revela que los demonios no pueden hacer libremente lo que quieren, y además que no sabían lo que les sucedería. Además indica que Satanás y sus huestes sólo pueden conocer los planes de Dios si él se los revela.
Es interesante notar que sólo Marcos señala el número de cerdos. A menudo se ha criticado al Señor por causar la destrucción de estos animales. Sin embargo, debemos destacar que:
1. El no causó su destrucción sino que la permitió (13a). El poder destructivo de Satanás hizo que se precipitaran al mar.
2. El alma de este hombre valía más que todos los cerdos del mundo.
3. Además, el endemoniado podía así estar seguro de que los espíritus inmundos habían efectivamente salido de él.
* El poder desplegado (14, 15). El hombre liberado, que había sido tan salvaje y violento, ahora estaba en su sano juicio y en paz. Su cuerpo, antes desnudo, estaba vestido y él había tomado su lugar de adoración y gratitud a los pies de Jesús (ver 2 Co. 5:17). Tan completa fue la transformación que los habitantes de esa región tuvieron temor.
* El pedido increíble (16–17). Aquí hallamos lo más asombroso de todo este incidente. A pesar del milagro que habían visto en la liberación del endemoniado, consideraban a Jesús como un huésped inconveniente, y le pidieron que se marchara. Daban más importancia a la pérdida material que a la bendición recibida por este hombre. Y el Señor no se queda donde no es bienvenido.
Aun hoy incontables multitudes prefieren mantener a Cristo alejado por temor de que su presencia pueda ocasionar alguna pérdida social, económica o personal. Al querer salvar sus posesiones, pierden su alma.
* La predicación convincente (18–20). En contraste con 1:44, en esta ocasión Jesús mandó que predicara y anunciara. A pesar de que su petición específica de permanecer con Jesús no fue concedida, el hombre obedeció.
Si deseamos agradar al Señor y amarnos a nuestros seres queridos, hoy también el evangelismo debe comenzar por la esfera del hogar. A menudo éste es el lugar más difícil para testificar.
ACTIVIDAD DEMONIACA EN EL SER HUMANO
1. Lo lleva a una vida depravada e inmunda (vv. 2, 8) (Mt. 10:1; Mr. 1:27; 3:1)
2. Lo aisla de la compañía de los demás (v. 3)
3. Proporciona fuerza excepcional (v. 4)
4. Lo atormenta destruyendo la paz y armonía interior (v. 7) y produciendo aflicción, recelo y ansiedad.
5. Puede llevarlo a la locura (v. 4)
6. Puede conducirlo a la autodestrucción (v. 5)
7. Le hace tener una personalidad múltiple (v. 7) debido a la presencia de fuerzas demoníacas.
8. Lo vuelve consciente de que su destino está en las manos de Dios (v. 7)
9. Puede llevarlo al conocimiento del futuro (Hch. 16:16–18)
10. Lo aleja de Dios, llevándolo a resistir la Escritura y conduciéndolo a la incredulidad (1 Ti. 4:1, 2; 1 Jn. 4:1–3).
LOS TRES PODERES CONTRASTADOS
1. El poder de Satanás—que posee y destruye al hombre (vv. 2–7). Este hombre perdió su hogar, la comunión, la decencia (ver Jn. 10:10).
2. El poder de la sociedad—que nada podía hacer a favor del endemoniado (v. 4).
3. El poder del Salvador—(vv. 8, 12, 13, 15; ver Lc. 19:10).
LA DECLARACION DE LA VERDAD (4:1–5:43) (continuación)
b.     Mediante milagros (4:35–5:43)
(i)     La tormenta calmada (4:35–41)
* El propósito indicado (35–36)
* La preocupación innecesaria (37–40)
* El poder asombroso (41)
(ii)     El endemoniado liberado (5:1–20)
* La persona necesitada (1–6)
* La palabra de poder (7–8)
* La petición extraña (9–12)
* El permiso concedido (13–14)
* El poder desplegado (14–15)
* El pedido increíble (16–17)
* La predicación convincente (18–20)
4:1–5:43
(conclusión)
b. Mediante milagros—4:35–5:43 (conclusión). Luego que Jesús demostró su autoridad sobre Satanás y los demonios, lo hizo sobre lo que el pecado introdujo en la raza humana: la enfermedad y la muerte.
(iii) La fe recompensada5:21–34
21Pasando otra vez Jesús en una barca a la otra orilla, se reunió alrededor de él una gran multitud; y él estaba junio al mar, 22Y vino uno de los principales de la sinagoga, llamado Jairo; y luego que le vio, se postró a sus pies, 23y le rogaba mucho, diciendo; Mi hija está agonizando; ven y pon las manos sobre ella para que sea salva, y vivirá. 24Fue, pues, con él; y le seguía una gran multitud, y le apretaban. 25Pero una mujer que desde hacía doce años padecía de flujo de sangre, 26y había sufrido mucho de muchos médicos, y gastado todo lo que tenía, y nada había aprovechado, antes le iba peor, 27cuando oyó hablar de Jesús, vino por detrás entre la multitud, y tocó su manto. 28Porque decía: Si tocare tan solamente su manto, seré salva. 29Y en seguida la fuente de su sangre se secó: y sintió en el cuerpo que estaba sana de aquel azote. 30Luego Jesús, conociendo en sí mismo el poder que había salido de él, volviéndose a la multitud, dijo: ¿Quién ha tocado mis vestidos? 31Sus discípulos le dijeron; Ves que la multitud te aprieta, y dices: ¿ Quién me ha tocado? 32Pero él miraba alrededor para ver quién había hecho esto. 33Entonces la mujer, temiendo y temblando, sabiendo lo que en ella había sido hecho, vino y se postró delante de él, y le dijo toda la verdad. 34Y él le dijo: Hija, tu fe te ha hecho salva; vé en paz, y queda sana de tu azote.
* La solicitud de Jairo (vv. 21–24). El hecho de que este hombre en posición de liderazgo1 acudiera a Jesús muestra que no todos los dirigentes religiosos estaban en contra de él. Notamos la reverencia de Jairo al postrarse a sus pies, y la intensidad de su ruego por la crítica condición en que se encontraba su única hija (Lc. 8:42).
Los que somos padres, ¿acudimos así a Cristo cuando nuestros hijos están física, moral o espiritualmente en peligro? Si más padres recurrieran a Cristo por sus hijos, menos de estos se apartarían del camino de la fe.
Por otra parte, hay que distinguir entre nuestro deseo y nuestra petición. ¿Acaso estamos dictando a Dios la forma en que ha de obrar?
Luego habría de producirse, de entre la multitud que le acompañaba, lo que Jairo consideraba una molesta e inoportuna interrupción (v. 24). No lo sería para el Señor, para quien esta mujer anónima era tan importante como el hombre destacado.
* El sufrimiento de la mujer (vv. 25, 26). Por doce largos años había estado sufriendo una enfermedad debilitante2 que no sólo la afectaba en lo físico, sino que además la hacía ceremonialmente inmunda (Lv. 15:25) y la excluía de la adoración pública. Podemos, pues, imaginarnos cuán aislada y marginada se sentía.
Marcos utiliza un tono más fuerte que Lucas, y agrega que la mujer había empeorado luego de sus consultas a los médicos. Es improbable que la mención de los médicos haya sido para desacreditarlos. Después de todo era la profesión de Lucas y quizás quería destacar lo incurable de su dolencia y el hecho de que había llegado al final de su esperanza, su paciencia, y sus recursos. Se sentía, pues, desahuciada, desanimada y desalentada.
* La suposición de la mujer (vv. 27, 28). De pronto se abrieron las negras y espesas nubes de pesimismo y penetró un rayo de esperanza que llegó hasta ella. Oyó que Jesús pasaba por allí y se dio cuenta de que ésta era su oportunidad. Por su condición que la hacía impura a los ojos de los demás, sentía vergüenza, y por ello se acercó al Señor sin darse a conocer. Pero se acercó a él con fe. Se daba cuenta de que debía establecer un contacto entre ella y quien creía que era el manantial de vida y salud. Quizás su fe estaba mezclada con algo de superstición al suponer que el manto de Jesús tendría algún poder mágico—así como hoy algunos consideran los poderes de las reliquias en ciertas iglesias. Aunque la fe de la mujer era imperfecta y débil, bastó pues se sanó de su enfermedad. Además, el Señor corregiría las deficiencias de esa fe.
Así también nosotros, si queremos ver el poder de Cristo operando en nuestra propia experiencia, no nos conformemos con estar en medio de los que le rodean. Acudamos a él conscientes de nuestra necesidad y convencidos de su poder, para entonces extender nuestra mano de fe.
* La sanidad lograda (v. 29) fue instantánea y completa. Se había producido el milagro que tanto había anhelado, y podía percibirlo en su cuerpo, ya sano. Lo que los médicos no habían podido lograr en doce años, el poder del Señor lo efectuó en un instante. La necesidad de la mujer había sido satisfecha, su problema solucionado, su vida transformada.
El poder para sanarla había salido de Jesús, no de la ropa.
* El Señor y su exigencia (vv. 30–32) de una abierta y pública confesión, y un reconocimiento de la bendición recibida (Ro. 10:9, 10). De este modo no quedaría sospecha alguna de superstición mágica. No hay ni un atisbo de que el Señor se haya sentido molesto o contrariado por esta interrupción. Todo lo contrario. El sabía quién lo había tocado, pero formuló la pregunta para obligar a esta mujer a revelarse públicamente.
Los discípulos no discernían la diferencia entre el roce accidental de la multitud y un toque voluntario del manto. Nadie es sanado en su alma en forma accidental. La voluntad humana tiene que entrar en acción al unísono con la voluntad divina. Hay una gran diferencia entre el toque intencional de la fe y el toque de la indiferencia. De los millones que asisten a cultos religiosos en iglesias cristianas, ¿cuántos extienden la mano de la fe para tomar contacto con Cristo, y así recibir bendición espiritual?1
* La simpatía y preocupación del Señor (vv. 33, 34). ¡Con cuánta ternura se dirigió a ella! La mujer temblaba, creyendo que Jesús la reprendería. Nada de eso, pues el Señor la llamó “hija”. A partir de ese momento, la que antes había estado excluida de la sociedad entraba en una nueva relación: pertenecía a la familia de Dios. “Tu fe te ha hecho salva”, manifestó Jesús, aclarando así que su fe la había sanado y no el toque de su mano en el manto de él. Además, al invitarla a darse a conocer, la enferma recobró la autoestima y descubrió que Jesucristo le sanaba tanto el alma como el cuerpo.
Cabe destacar que la fe en sí misma no tiene poder. No es la fe que nos salva sino la fe en Cristo. Es el objeto de la fe lo que realmente importa.
Todo este tiempo Jairo estaba allí, sin duda cada vez más ansioso y preguntándose por qué el Señor se demoraba tanto con esta mujer mientras su hija agonizaba. Las demoras de Dios siempre son motivo de perplejidad. En cambio, debieran ser una buena razón para que ejercitemos nuestra fe y confianza en él y sus propósitos. Aunque a veces parezca lo contrario, Dios nunca llega tarde.
(iv) La muerte vencida (vv. 35–43)
35Mientras él aún hablaba, vinieron de casa del principal de la sinagoga, diciendo. Tu hija ha muerto; ¿para que molestas más al Maestro? 36Pero Jesús, luego que oyó lo que se decía, dijo al principal de la sinagoga: No temas, cree solamente. 37Y no permitió que le siguiese nadie sino Pedro, Jacobo, y Juan hermano de Jacobo. 38Y vino a casa del principal de la sinagoga, y vio el alboroto y a los que lloraban y lamentaban mucho. 39Y entrando, les dijo; ¿Por qué alborotáis y lloráis? La niña no está muerta, sino duerme. 40Y se burlaban de él. Mas él, echando fuera a todos, tomó al padre y a la madre de la niña, y a los que estaban con él, y entró donde estaba la niña. 41Y tomando la mano de la niña, le dijo: Talita cumi; que traducido es: Niña, a ti te digo, levántate. 42Y luego la niña se levantó y andaba, pues tenía doce años. Y se espantaron grandemente. 43Pero él les mandó mucho que nadie lo supiese, y dijo que se le diese de comer.
* El anuncio funesto (35): la hija de Jairo había muerto. ¿Para qué seguir molestando al Señor ya que al haber muerto ella, Jesús no la podría sanar? No creían en la capacidad del Señor para resucitarla de entre los muertos.
¡Qué razonamiento ilógico! Cuanto más necesitaban al Señor, hablaban de prescindir de él.
* El ánimo efectivo (36) que el Señor le dio a Jairo en momentos tan terribles. Jesús había oído lo que decían, por eso se apresuró a animar a Jairo. Cuando llegamos al final de nuestros propios recursos naturales, estas palabras también nos animan a nosotros.
* Los apóstoles privilegiados (37), que formaban el círculo interior más íntimo. Más tarde estos mismos hombres estarían solos con Jesús en el monte de la transfiguración y en el Jardín de Getsemaní. Además, era el número de testigos que exigía la ley (Dt. 17:6).
* El alboroto molesto (38–40) que refleja la desesperanza y derrota del ser humano sin Cristo. Era una práctica habitual (2 Cr. 35:25; Jer. 9:17–18).1
El Señor les reprendió. Con sus palabras daba a entender que la muerte de la niña era sólo temporal. No decía que no estaba muerta.2
El carácter voluble e inconstante de los que estaban allí—primero llorando y lamentando (v. 39), luego burlándose de él (v. 40), y finalmente espantándose (v. 42)—demuestra cuán acertada fue la iniciativa del Señor al expulsarlos de aquel lugar. El no actúa en presencia de ciertas personas. Por eso cabe preguntarnos: ¿Somos una ayuda o un estorbo para Cristo cuando quiere trabajar?3 Sólo en presencia de la fe el Señor suele mostrar su poder.
* La acción vivificadora (41–43) que destaca la simpatía y el amor del Señor.
Talita cumi, “Niña, a ti te digo levántate.” Marcos cita las palabras exactas en el arameo de ese tiempo para destacar la intimidad y la ternura de las palabras del Señor. Algunos estudiosos han sugerido que eran las mismas palabras que su madre empleaba cada mañana al despertarla. Bastaron para devolverle la vida a esta niña. No se trataba de una fórmula mágica sino de una orden divina que revelaba y expresaba la autoridad de Jesús sobre la muerte. Los niños necesitan tanta vivificación espiritual como los adultos.
Notemos las instrucciones que dio a los padres (43). Allí encontramos el principio importante de que Cristo hace por nosotros lo que no podemos hacer por nosotros mismos (hizo que la niña resucitara), pero lo que sí podemos hacer es nuestra responsabilidad y corre por nuestra cuenta (los padres debían darle de comer).
Cuando los niños se convierten a Cristo debemos preocuparnos por su dieta espiritual. Y no sólo los niños sino que todos los que tenemos vida espiritual necesitamos alimento espiritual.
“NO TEMAS, CREE SOLAMENTE”
1. El discernimiento de Jairo, al acudir a Jesús con su problema (v. 22).
2. El dolor que sentía, por la condición de su hija (v. 23).
3. La demora del Señor, que puso a prueba la fe de Jairo (v. 25–34).
4. Las dudas desterradas por la promesa del Señor (v. 36).
5. La dicha posterior por la restauración de su hija (v. 42).
LA DECLARACION DE LA VERDAD (4:1–5:43) (conclusión)
b.     Mediante milagros (4:35–5:43)
(iii)     La fe recompensada (5:21–34)
* La solicitud de Jairo (21–24)
* El sufrimiento de la mujer (25–26)
* La suposición de la mujer (27–28)
* La sanidad lograda (29)
* El Señor y su exigencia (30–32)
* La simpatía del Señor (33–34)
(iv)     La muerte vencida (5:35–43)
* El anuncio funesto (35)
* El ánimo efectivo (36)
* Los apóstoles privilegiados (37)
* El alboroto molesto (38–40)
* La acción vivificadora (41–43)
1
Tres principios de interpretación deben ser tomados en cuenta al estudiar parábolas:
a.     Cada parábola tiene un mensaje principal, y sólo uno.
b.     Cada parábola tiene un número de detalles secundarios con significado espiritual. Estos se relacionan con la verdad principal.
c.     Cada parábola tiene detalles que son necesarios para completar la historia pero que no poseen significado espiritual.
1 Ver Mt 13:37
2 Ver 1 Co. 3:6
1 Que en realidad para el corazón incrédulo sólo eran enigmas y acertijos.
2 “El que tiene oídos para oír, oiga” (4:23), y los fariseos no tenían oídos espirituales.
3 Satanás también actúa a través de sectas y doctrinas falsas, y por otra parte utiliza las pruebas y dificultades de la vida, produciendo desánimo y desesperanza. El nuevo cristiano, por ejemplo, razona que Dios se ha enojado con él porque cambió de religión. El pagano, por su lado, tal vez se diga: “¿Acaso vale la pena el cristianismo si todo lo que uno recibe son dificultades?”
1 Los de Juan 6:66 y Simón el Mago (Hch. 8:9–24) también son un ejemplo de estos oyentes.
1 Almud: vasija con capacidad para 7–1/2 litros.
1 Escatológico quiere decir profético, ya que la escatología procede del griego ESCHATOS y significa “últimas cosas”.
2 De acuerdo a esta interpretación, los pájaros son los gentiles.
3 Primer emperador cristiano de Roma, 272–337 AD.
1 Gr. EPETIMESE.
2 Este verbo se utiliza en relación a quien es juzgado y es digno de castigo.
1 Gadara, región de considerable importancia y con muchos habitantes griegos. La presencia de un gran hato de cerdos—considerados inmundos por el judaísmo—es muestra de la helenización de esta zona.
1 Jairo era uno de los principales de la sinagoga, encargado de todo lo que tenía que ver con el culto público, la oración, el cuidado y la lectura de los rollos de las Sagradas Escrituras y la exhortación.
2 El término médico de la enfermedad es metrorragia, una continua pérdida uterina.
1 Muchos van a esos cultos y no reciben bendición por su indiferencia y porque no van con fe esperando recibir bendición.
1 Los israelitas manifestaban llamativamente su dolor por la muerte de un ser querido. Hacían lamentaciones y endechas, que muchas veces consistían en un grito agudo y repetido. A menudo había plañideras o “lloronas” profesionales que recibían pago por tomar parte en la ceremonia de duelo. Era común que hubiera canciones corales o antifonales, a veces con batir de palmas. Por ser Jairo una persona importante en la sociedad de su día, es probable que en su casa haya habido una gran cantidad de “lloronas” luego de la muerte de su hija. Es muy factible, por lo tanto, que las endechas produjeran gran ruido y alboroto.
2 Para el creyente hoy la muerte es sólo dormir porque el cuerpo descansa hasta el día de la resurrección (1 Ts. 4:13–16; 1 Co. 15:51–57; etc.). El espíritu no duerme pues en la muerte el espíritu del creyente deja el cuerpo (Stg. 2:26) para reunirse con Cristo (Fil. 1:20–23).
3
Podemos ser estorbo en la iglesia:
a) Cuando estamos con un espíritu de crítica o, peor aún, de mofa (como en este caso)—lo que no contribuye a una atmósfera de fe (ver Mt. 13:58);
b) Cuando distraemos a los demás con comentarios opuestos a lo que se está diciendo o haciendo;
c) Cuando no estamos en condiciones de comportarnos adecuadamente, por ejemplo por estar en estado de ebriedad;
d) Cuando tenemos algo contra otro hermano y no queremos solucionarlo (ver Mt. 5:23, 24).
Cabe, pues, preguntarnos “¿Hay alguno fuera de la iglesia porque yo estoy dentro de ella, porque soy parte de ella?” Respondamos con toda sinceridad.
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Otras semillas cayeron en buena tierra y creciendo y aumentando dieron fruto. Y llevaban fruto a treinta, sesenta y ciento por uno."... "El que tiene oído para oír, oiga."

Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6



 
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BOSQUEJOS PARA PREDICAR
MARCOS 4:1-34

1 Otra vez comenzó a enseñar junto al mar, y se reunió ante él una multitud muy grande; de manera que él entró en una barca mar adentro y se sentó allí, y toda la multitud estaba en la playa, frente al mar. 2 Y les enseñaba muchas cosas en parábolas. Les decía en su enseñanza: 3 "¡Oíd! He aquí un sembrador salió a sembrar. 4 Y mientras sembraba, aconteció que parte de la semilla cayó junto al camino; y vinieron las aves y la devoraron. 5 Otra parte cayó en pedregales, donde no había mucha tierra, y en seguida brotó; porque la tierra no era profunda. 6 Y cuando salió el sol se quemó, y porque no tenía raíces se secó. 7 Otra parte cayó entre los espinos. Y los espinos crecieron y la ahogaron, y no dio fruto. 8 Y otras semillas cayeron en buena tierra y creciendo y aumentando dieron fruto. Y llevaban fruto a treinta, sesenta y ciento por uno." 9 Y decía: "El que tiene oído para oír, oiga." 

La parábola del sembrador explicada 
10 Cuando estuvo solo, los que estaban alrededor de él junto con los doce le preguntaban en cuanto a las parábolas. 11 Y él les decía: "A vosotros se os ha dado  el misterio del reino de Dios; pero para los que están fuera, todas las cosas están en parábolas, 12 para que viendo vean y no perciban, y oyendo oigan y no entiendan; de modo que no se conviertan y les sea perdonado." 

13 Luego les dijo: "¿No comprendéis esta parábola? ¿Cómo, pues, entenderéis todas las parábolas? 14 El sembrador siembra la palabra. 15 Primero están estos que caen junto al camino donde se siembra la palabra. Y cuando la oyen, en seguida viene Satanás y quita la palabra que había sido sembrada en ellos.  16 También los que son sembrados en pedregales son aquellos que, cuando oyen la palabra, en seguida la reciben con gozo; 17 pero no tienen raíz en sí, sino que son de poca duración. Entonces, cuando viene la tribulación o la persecución por causa de la palabra, en seguida tropiezan. 18 Y otros son los que son sembrados entre espinos. Ellos son los que oyen la palabra, 19 pero las preocupaciones de este mundo,  el engaño de las riquezas y la codicia de otras cosas se entrometen y ahogan la palabra, y queda sin fruto. 20 Y aquellos que fueron sembrados en buena tierra son los que oyen la palabra, la reciben y producen fruto a treinta, a sesenta y a ciento por uno." 

Parábolas: la lámpara y la medida 
21 También les dijo: "¿Acaso se trae una lámpara para que sea puesta debajo de un cajón  o debajo de la cama? ¿No es para que sea puesta sobre el candelero? 22 Porque no hay nada oculto que no haya de ser manifestado; ni nada escondido, sino para que salga en claro. 23 Si alguno tiene oídos para oír, oiga." 
24 Les dijo también: "Considerad lo que oís: Con la medida con que medís, será medido para vosotros y os será añadido. 25 Porque al que tiene le será dado, y al que no tiene aun lo que tiene le será quitado." 

Parábola del crecimiento de la semilla
26 También decía: "Así es el reino de Dios, como cuando un hombre echa semilla en la tierra. 27 El duerme de noche y se levanta de día, y la semilla brota y crece sin que él sepa cómo. 28 Porque de por sí la tierra da fruto: primero el tallito, luego las espigas y después el grano lleno en la espiga. 29 Y cuando el fruto se ha producido, en seguida él mete la hoz, porque la siega ha llegado." 

Parábola del grano de mostaza 
30 También decía: "¿A qué haremos semejante el reino de Dios? ¿Con qué parábola lo compararemos? 31 Es como un grano de mostaza que, cuando es sembrado en la tierra, es la más pequeña de todas las semillas de la tierra. 32 Pero una vez sembrado, crece y se convierte en la más grande de todas las hortalizas, y echa ramas muy grandes, de modo que las aves del cielo pueden anidar bajo su sombra." 
33 Con muchas parábolas semejantes les hablaba la palabra, conforme a lo que podían oír. 34 No les hablaba sin parábolas, pero en privado les explicaba todo a sus discípulos. 


El Señor enseña con parábolas
Marcos 4:1–34
Una parábola es una historia breve que expresa una comparación y por lo general inculca una sola verdad. Para los conocedores de un asunto, la interpretación de una parábola es fácil; pero para los indoctos es un misterio. Fue un método de enseñianza usado por nuestro Señor con frecuencia. El capítulo 4 del evangelio según Marcos incluye cuatro parábolas; el sembrador, la lámpara y la medida, la semilla que crece gradualmente y la semilla de mostaza.
Estas cuatro parábolas tienen un significado común. Su tema es el reino de Dios (4:11, 26, y 30). La aplicación es triple. Incluye la oferta del reino que hizo Cristo a su pueblo en aquel entonces (1:15); el aspecto espiritual presente (Romanos 14:17); y el reino milenial de Cristo (Apocalipsis 20:4–6). Vea el comentario sobre Marcos 1:15.
La enseñanza comenzó junto al mar, pero so reunió tanta gente que fue necesario entrar en una barca para continuar. De modo que él estaba en la barca, y la gente en tierra junto al mar. En ese contexto les enseñaba por parábolas (4:1–2).
El sembrador salió a sembrar 4:3–20
Hay cuatro detalles claves en cada ejemplo explicado en la parábola:
1. El sembrador
2. La semilla
3. El terreno, y
4. El resultado
LA PARÁBOLA DEL SEMBRADOR
Tipos de terreno
Resultados
Interpretación
Junto al camino (v.4)
Comida por las aves (v.4)
Satanás quita la palabra (v.15)
En pedregales (v.5)
Quemada por falta de profundidad (v.5)
No tiene raíz en sí (v.17)
Entre espinos (v.7)
Ahogada (v.7)
Por los afanes, las riquezas y la codicia (v.19)
En buena tierra (v.8)
Dio fruto a 30, 60, y ciento por uno (v.8)
Oyen la palabra y la reciben (v.20)
Después de escuchar la parábola, los oyentes le interrogaron acerca de su significado. El Señor les contestó: “A vosotros os es dado saber el misterio del reino de Dios; mas a los que están fuera, por parábolas todas las cosas; para que viendo, vean y no perciban; y oyendo, oigan y no entiendan; para que no se conviertan, y les sean perdonados los pecados” (4:10–12). Note que la pregunta la hicieron “los que estaban cerca de él con los doce” (4:10). Esto quiere decir que el círculo de los conocedores era más amplio que el de los apóstoles. Probablemente Cristo apuntaba en forma muy especial a los líderes religiosos que se creían conocedores de la verdad, pero en realidad eran ignorantes de ella. Incluía también a todos los que rechazaban al Rey y su enseñanza.
EL SEMBRADOR ES CRISTO
O ALGUNO DE SUS ENVIADOS.
LA SEMILLA ES LA PALABRA DE DIOS.
LOS TRES PRIMEROS
EJEMPLOS SON SÓLO OYENTES.
LA SEMILLA QUE CAYÓ EN BUENA
TIERRA Y DIO FRUTO REPRESENTA A
LOS VERDADEROS CREYENTES.
OBSERVACIONES
1.     Hemos de sembrar la semilla en abundancia
2.     Evitemos el error de creer que en cada caso el veinticinco por ciento de la semilla caerá en buena tierra.
3.     No nos limitemos a sembrar solo en buena tierra. No somos omniscientes.
4.     Dejemos los resultados al Señor. Soberanamente él da fruto a treinta, a sesenta y a ciento por uno. No podemos prever el resultado cuando sembramos.
5.     La cosecha máxima se dará en el milenio (Marcos 13:24–27).
¡MEDITEMOS!
¿Qué es una parábola? ¿Por qué enseñó Cristo con parábolas? ¿Cuál es el tema de las cuatro que Marcos menciona en el capítulo cuatro? ¿Dónde se llevó a cabo esa enseñanza? ¿Quién es el sembrador en la parábola del sembrador? ¿Cuál es la semilla? ¿Cuáles son las cuatro clases de terreno? ¿Cuál fue el resultado en cada situación? ¿Cuál es la interpretación de cada ejemplo?
La lámpara y la medida 4:21–25
No se enciende una luz para ponerla debajo del almud, o debajo de la cama, sino para ponerla en el candelero. Todo lo oculto ha de ser manifestado y todo lo escondido ha de salir a luz (4:21–22). En las parábolas de la lámpara y la medida se hace hincapié de nuevo en la importancia de escuchar: “Si alguno tiene oídos para oir, oiga” (4:23 y 24a).
Los discípulos de Jesús ya habían recibido la explicación del significado de la parábola del sembrador. Esa luz no debía esconderse, sino compartirse con otros que posiblemente la recibirían. La enseñanza es muy parecida a la de Mateo 5:14–16. Allí el Señor dijo que ellos eran la luz; aquí tenían una luz que compartir. En ambos casos la amonestación es que no debemos esconder la luz sino presentarla delante de los hombres.
“MIRAD LO QUE OÍS;
PORQUE CON LA MEDIDA CON QUE MEDÍS,
OS SERÁ MEDIDO” (4:24)
En la parábola de la medida, la amonestación de oir viene al principio de la enseñanza y parece tener relación directa con la atención dada a la instrucción. La recompensa que uno reciba será en proporción a la obediencia al mensaje del Señor. El ofreció el reino a sus oyentes en aquel entonces (1:15). La triste verdad es que la gran mayoría rechazó al Rey y su reino. Pero unos pocos le aceptaron personalmente y de esa manera a su oferta del reino. Ya que el Señor no pudo establecer su reino físico en aquel entonces, esos hacedores de la palabra recibieron el reino en sus corazones, y tendrán gran recompensa cuando él regrese al mundo la segunda vez para establecer su reino milenial. “Y aun se os añadirá a vosotros los que oís. Porque al que tiene, se le dará” (4:24b–25a). Los que le rechazaron a él y su oferta del reino perdieron la entrada al reino en toda forma y no tendrán ninguna parte con él en su reino milenial. “Y al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará”, dijo Jesús (4:25b). Eso no quiere decir que la salvación se pierde. Era la oferta del reino que tenían, pero por no aceptarla, se les retiró y no volverán a recibirla jamás.
¡MEDITEMOS!
¿Cuál es la enseñanza central de la parábola de la luz? ¿Cómo se aplica a los creyentes en la actualidad? Explique la parábola de la medida. ¿En qué sentido será aumentada la recompensa de los oidores obedientes? ¿Qué es lo que perdieron los que rechazaron al Rey y su oferta del reino?
La semilla que crece gradualmente 4:26–29
El sembrador siembra y observa que la semilla brota, la planta crece y aun da su fruto, pero él no sabe cómo. Al llegar el fruto a su madurez, él mete la hoz y cosecha (4:26–29). Cristo dijo: “Así es el reino de Dios” (4:26a).
Varias cosas son evidentes:
1.     El sembrar es un acto de fe. No es menester que el sembrador entienda como brota la semilla, crece la planta y da su fruto.
2.     La semilla tiene vida en sí.
3.     Todo el proceso, del nacimiento de la planta hasta la cosecha tiene su tiempo debido. El agricultor no puede apresurarlo.
4.     En cada paso se ve la mano soberana de Dios.
Dos interpretaciones sobresalen:
1. La parábola representa el evangelismo y el crecimiento en la vida de los creyentes. Los mensajeros de Cristo siembran la semilla. 1 Pedro 1:23 testifica del poder latente en la semilla. “Siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre”. 1 Corintios 3:6 combina el nacimiento de la semilla y el crecimiento en una sola frase: “Yo planté, Apolos regó, pero el crecimiento lo ha dado Dios”.
2. La parábola es un cuadro del reino milenial de Cristo (4:26a). En este caso él mismo es el sembrador humilde que primeramente sembró la semilla del reino durante su encarnación (Marcos 1:15). La cosecha tiene un doble aspecto. Apocalipsis 14:14–15 usa la misma figura que se encuentra en Marcos 4:29. Uno semejante al Hijo del Hombre recibe la siguiente instrucción: “Mete tu hoz, y siega; porque la hora de segar ha llegado, pues la mies de la tierra está madura”. La mies mencionada allí es un juicio, y forma parte de la gran tribulación. La parte cumbre de esa cosecha es cuando regrese Cristo para reinar y “ser glorificado en sus santos y ser admirado en todos los que creyeron” (2 Tesalonicenses 1:10).
La semilla de mostaza 4:30–34
El grano de mostaza es la semilla más pequeña. Sin embargo, el crecimiento de la planta es muy rápido. Llega a ser la mayor de todas las hortalizas. Echa grandes ramas, y las aves del cielo pueden morar bajo su sombra (4:30–32). A través de los años ha habido una variedad de opiniones acerca del significado de esta parábola. Algunas se basan en tipologías o especulaciones. Nos limitamos aquí a lo que parece salir del texto mismo. La parábola surgió de dos preguntas: “¿A qué haremos semejante el reino de Dios, o con qué parábola lo compararemos?” El reino tuvo un comienzo poco visible cuando fue ofrecido por nuestro Señor (Marcos 1:15). Fue rechazado y él mismo fue crucificado por sus enemigos. Parecería que el reino fue derrotado y su única manifestación ahora se ve en forma espiritual en los corazones de los creyentes. Los ciegos espiritualmente no ven ninguna evidencia de un reino, pero la semilla pequeña ha sido sembrada.

Cuando venga la manifestación gloriosísima de nuestro Señor Jesucristo, instaurará un reino material y visible cual el mundo jamás ha visto. Es importante advertir que el reino de Dios no nacerá de un crecimiento gradual de la iglesia, sino que se manifestará en forma cataclísmica y repentina. El fin de la etapa de la iglesia será seguido por el arrebatamiento, el cual será seguido por la gran tribulación.
Conclusión:
Marcos alude a otras parábolas (4:33a), y al identificar a los que recibieron la interpretación de parte del Señor, especificó que fueron sus discípulos en particular, pero no se limitó a ellos. Vea el comentario sobre 4:10.
¡MEDITEMOS!
¿Qué significa la parábola de la semilla que crece gradualmente? ¿Cómo se puede aplicar hoy en dia? ¿Cómo se ha de entender la parábola de la semilla de mostaza?


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lunes, 10 de agosto de 2015

Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré. Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra

Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6



 
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2012  HUNGRÍA

En Hungría el pastor Nemeth Sandor sabe bien lo que es vivir bajo un régimen ateo. En los años ochentas las autoridades comunistas de su país trataron repetidamente de destruir su congregación.
Hoy el pastor Sandor lidera una de las iglesias más grandes y de más rápido crecimiento en Europa.
Empezó como un puñado de personas reunidas en una pequeña casa en Budapest. Era el año 1979.
“Fue muy difícil tener una iglesia subterránea. Estábamos en medio de la dictadura comunista en Hungría. Jóvenes empezaron a llegar a la casa y el Espíritu de Dios se movía en una forma poderosa, y eso alarmaba a las autoridades”, dice Sandor.
En Hungría la religión organizada era prohibida por el gobierno y creyentes como Nemeth Sandor se veían obligados a reunirse en secreto.
“Los cristianos eran considerados infrahumanos, ciudadanos de segunda clase. Muchas veces la policía comunista trató de destruir la casa. Querían derrumbar el edificio. A la iglesia la veían como algo obsoleto, del pasado”, dice Sandor.
30 años después, esa pequeña iglesia subterránea se ha transformado en una congregación llamada “Iglesia fe”. Tiene 50 mil personas y unas 250 células que se reúnen cada domingo por todo el país.
“Nunca me imagine algo así y solo puedo decir que esto es un milagro…”, añade Sandor.
La iglesia esta en las afueras de Budapest. Un domingo común lo caracteriza por el tráfico atestado. La reunión empieza a las diez, pero a las nueve, miles ya hacen fila afuera, esperando que se abran las puertas.
A las 10:30, el auditorio generalmente está lleno y la banda comienza a tocar. Los balcones se llenan incluso el vestíbulo.
La gente viene de aldeas y pueblos lejanos para participar en lo que, según el pastor Nemeth, son vientos de cambio que soplan para esta nación ex comunista.
Sandor sueña con un gran avivamiento. “Quiero que Hungría y las naciones vecinas disfruten de una relación verdadera y genuina con Jesucristo. Quiero que la gente conozca al Dios de la Biblia y que sean cristianos nacidos de nuevo”.
Vidas transformadas
El pastor Nemeth dice que todos los domingos, no falta quien pase adelante para aceptar a Cristo o recibir sanidad.
“Estaba a punto de suicidarme pero Dios me rescató. Encontré un lugar de restauración aquí en Iglesia de Fe”, señala un miembro de la iglesia.
Muchos hablan de lo que Dios había hecho por ellos a través del ministerio del pastor Nemeth. Como la familia Sava por ejemplo.
“Cuando oían el nombre Sava se espantaban. Tenían miedo porque éramos criminales famosos”, dice uno de los hermanos.
Los hermanos Sava antes eran los criminales mas conocidos de Hungría. Hoy, con la ayuda del ministerio en las cárceles, muchos de los Sava se han convertido a Cristo.
“Desde que nos arrepentimos, cuando la gente oye el nombre Sava, ya no se asustan porque hemos cambiado y Dios está haciendo cosas nuevas en nuestras vidas”.
Cualquier domingo se puede encontrar a políticos prominentes, conocidos artistas húngaros, judíos mesiánicos, adinerados corredores de bolsa y gente de todo tipo, adorando juntos.
En 2001, Nemeth comenzó a salir en vivo en la televisión húngara, transmitiendo la reunión dominical a todo el país.
Sandor dice que la imagen del cristianismo ha cambiado. “Y esto está impactando tremendamente a la sociedad. Recibimos tantas cartas positivas de personas que dicen que su concepto del cristianismo ha cambiado desde que empezamos a transmitir las reuniones dominicales”.
Y cuando no está predicando, Nemeth está escribiendo libros. Supervisando un periódico político o dirigiendo, con su esposa, las escuelas y los colegios de la iglesia. Actualmente está preparando planes para una universidad cristiana.
El pastor Sandor habla de un espíritu de cinicismo y desconfianza que hay en todo el país.
“El comunismo destruyó nuestro sistema de valores. Se desarmaron las familias, se destruyeron amistades. La red de espías secretos hacía que la gente no confiara en los demás. Estamos tratando de cambiar todo eso. Queremos que la gente sepa que hay libertad y perdón en el mensaje del Evangelio. Queremos liberar a la gente del pasado”.
Pero el pasado sigue agobiando a la iglesia asegura Sandor. “Pues, donde existe la obra de Dios, hay espías, siempre hay informadores que nos vigilan de lejos. No me lo puedo imaginar de otra forma, sobre todo aquí en esta región. Pero no me importa si están aquí. Solo quiero que no mientan, sino que digan la verdad”.
La iglesia ha sido investigada por el Departamento de Impuestos de Hungría pero no han encontrado ninguna anomalía financiera.
“A Jesús también lo escudriñaban y tenemos que acostumbrarnos a tales investigaciones. Pero nada impedirá que prediquemos el mensaje de Jesucristo”.
Son las cuatro de la tarde, seis horas después de que empezara la reunión y el pastor Nemeth por fin esta terminando su mensaje.
Este domingo, él insta a sus miembros a dedicarse a cambiar el ambiente espiritual de la nación, con la esperanza de que un día el mensaje de Jesucristo se pueda escuchar en todo el país.
“Queremos ver que Hungría salga de su crisis económica y moral. En el futuro queremos ver a cristianos comprometidos asumiendo posiciones de influencia para que puedan ayudar a sus compatriotas y cambiar la sociedad”, concluye Sandor.

¿Porque se apaga el avivamiento?

Cuenta el capitulo 4 de Marcos que era tan grande la multitud que Jesús tuvo que subir a una barca para enseñarles. Mientras que la multitud permanecía en la playa escuchando les enseñaba en forma de parábolas y ese día “al anochecer”, les dijo a sus discípulos: “Crucemos al otro lado”.

Mateo nos relata que aparentemente había gente muy calificada para este viaje como un maestro de la ley que le decía “te seguiré adondequiera que vayas”, otro discípulo pidió arreglar unos asuntos antes de emprender el viaje. En ambos casos Jesús les dijo esta es la “partida para un viaje poco confortable”. Este viaje tiene que ver con el riesgo, la fe, la incomodidad, con dejar lo que más queremos. Tiene que ver con nuestras debilidades, temores, dudas. Así que Jesús dijo y nos dice”: “Sígueme”
1. Ser un Discípulo de Jesucristo. El discipulado es seguir a Jesucristo en su llamado.
Sígueme dejando el éxito o fracaso de tu ministerio. En especial dejando aquello que te hace sentir bien en tu ministerio, que te ha dado reconocimiento, alegría y posición en tu alcance local,
Sígueme ¡ahora!, dejando a la gente que tanto tiempo has servido y atendido,
Sígueme aceptando los riesgos,
Sígueme para llegar a los que nadie llega,
Sígueme porque ahora vas a saber cual es tu debilidad y cual es tu fortaleza,
Sígueme porque ahora vas a saber realmente cual es nuestro enemigo,
Sígueme porque solo en el seguimiento se descubre quien es JESUCRISTO,
Sígueme para conocer el modelo de hombre SIERVO,
Sígueme porque entramos en la profundidad de Dios,
Así que la orden es de Jesús.
Para partir es necesario aceptar ser discípulo de Jesús
Todo cristiano esta llamado a una experiencia de fe que lo lanza a la aventura de “buscador de Dios” para descubrir en realidad que cada uno de nosotros somos buscados por Dios. Así que Dios nos busca y es inoportuno; nos ordena embarcarnos “al anochecer”. La vocación y el discipulado es simplemente esto. Dejarse llevar por Dios, dejarse importunar por Dios.
Es interesante observar que el que esta dispuesto a cruzar del otro lado no esta situado en un plan de competencia con otros, no tiene que conquistar puestos de prestigio o defender posiciones apetitosas. Se deja despojar tranquilamente, sin oponer resistencia. Es una persona libre. Es como un pan sobre la mesa de Dios y la de los hombres, que espera ser comido. No piden amor, aman y saben que su misión es amar siempre y no pide la respuesta de la carne: intercambio, reconocimiento, poder.
Dios le dijo a Abraham “Deja tu tierra, tus parientes y la casa de tu padre, y vete a la tierra que te mostrare” Génesis 12:1. “ Abraham cuando fue llamado para ir a un lugar que luego recibiría como herencia, obedeció y salió sin saber a donde iba” Hebreos 11:8.
Estar en el seguimiento de Jesús significa estar decidido a partir.
2. Unirnos a la misión de Dios. La misión es de Dios. Dios no da informaciones acerca de las condiciones metereológicas.
Nadie nos dice que hay UN POSIBLE ALERTA METEROLÓGICO.
Así que dejamos a la multitud, la iglesia, el barrio, nuestro lugar, los amigos, afectos, ministerios, reconocimiento, aprecio y nos metemos en la barca de JESUS. También lo acompañan otras barcas en esta aventura. De repente lo peor sucede, la tormenta que hace peligrar la misión.
Estar en la misión de Dios es como este viaje:
–Estaban obedeciendo y vino la tormenta
–Estaban viajando con Jesús y sin embargo se desato la tormenta
–Estaban en el centro de la voluntad de Dios y casi la tormenta los mata.
Esta es la realidad para aquellos que decidimos cruzar del otro lado. También lo cierto es que las tormentas nos vienen a todos. Es ahí donde debemos enfrentarnos con nuestra debilidad y fortaleza. Es ahí donde realmente comenzamos a conocer mas a Jesús: ¿Quién es este que hasta el viento y el mar le obedecen?
Es ahí donde descubrimos al “Totalmente otro”, a Dios hecho hombre y a Dios en su divinidad. Es ahí donde descubrimos su carácter y naturaleza: Santo, Santo, Santo, omnipotente, Dios de Amor. Pero es ahí donde nuestra fe falla, es ahí donde comenzamos enfrentarnos con nuestro enemigo ¿Porque tienen tanto miedo? Es ahí donde somos probados. “¿Todavía no tienen Fe?”
Cuando Jesus dice: “Crucemos al otro lado”, significa que todos vamos a llegar
Determinados momentos oscuros de nuestro caminar hay que vivirlos con lucidez, con dolor, y con Fe. Esto no excluye las preguntas que nos hacemos y el desconcierto
Hay una tensión entre la prueba y las garantías que pedimos, el programa detallado que reclamamos del viaje con la sorpresa en manos de Dios. Dios es imprevisible. Es soberano y puede sorprendernos de un momento a otro. “Es necesario confiar en el Dios de las largas noches, en el Dios de los días negros. Este Dios, en la encrucijada más oscura, te toma de la mano y te dice: estoy aquí” (C. Wagner).
Por lo tanto:
–Jesús sabia que esta tormenta vendría.
–Tenia la autoridad para alejarla
–Prefirió atravesarla con sus discípulos
–Midió su fe
Ellos aprendieron que El siempre esta con nosotros y Él es suficiente en toda situación.
Dios permite diferentes tormentas con diferentes propósitos:
–En el caso de Jonás le ayudo a volver a centrarse en el propósito de Dios.
–En el caso de Pablo le ayudo a testificar (Hechos Cap. 27)
–En nuestro caso particular (contexto de debilidad, escasez, inestabilidad) como Latinoamericanos es para fortalecer nuestra fe. DEBEMOS CRUZAR al OTRO LADO.
¿Quién es Jesús?
Él que tiene el poder y la autoridad para que podamos llegar a los menos alcanzados.
El que es suficiente para nosotros también esta con nosotros para que crucemos todo tipo de fronteras.
El esta con nosotros en cada situación.
3. El evangelio es de alcance universal (transcultural) e integral. “Llevar todo el evangelio a todas las naciones”
Pasada la tormenta, saliendo mas fortalecidos lo que asoma es una nueva tierra, una nueva orilla se acerca. . ¡Llegamos! comenzaron a exclamar cuando veían la tierra tan próxima a ellos. La expectativa es más grande de la que dejaron. Ellos antes habían ministrado a multitudes y… ¿ahora que? Sorpresa tras sorpresa, el que sale a recibirlos es un alienado, el loco, pobre y marginado del pueblo…, el endemoniado geraseno.
Todo lo acontecido es para ir a tocar a un hombre . Tocar a un hombre con el poder transformador del evangelio para devolverlo a la sociedad sano y salvo. Esto significó tocar la economía de la región. 2000 cerdos se precipitaron por los acantilados. El hombre endemoniado ahora esta sano y en su cabal juicio. Jesús lo ha tocado. Cuando los que vieron esto lo compartieron con los demás tuvieron miedo. ¿Miedo de que?
Es demasiado dinero perder 2000 cerdos por una persona que pueda recobrar su salud integral, el pobre del pueblo, el loco, el endemoniado. ¿Cuál fue el resultado? Le pidieron a Jesús que se vaya, le dijeron:
Si esto va a significar que nuestra economía este afectada, si esto va a significar cambiar nuestras estructuras por favor te pedimos que te vayas de aquí. La lección no termina, continua y hoy también exige una respuesta. La lucha contra el verdadero poder es cuando tocamos realidades humanas que son transformadas, esto produce un enfrentamiento tanto a nivel espiritual y estructural.
Como esa región también nosotros a veces corremos el mismo peligro, le decimos a Jesús no perturbes mi orden, mi comodidad, no perturbes mis posesiones, no me enfrentes con mi avaricia, falta de generosidad y egocentrismo.
Jesús no solo tuvo problemas con lo que dijo de Dios para ser tan atacado y perseguido, si no su problema fue también por lo que dijo con respecto al hombre y sus necesidades lo que provoco la reacción de los dirigentes.
Los discípulos tuvieron que volver, la pregunta es que estarían pensando en ese momento. Seguramente dirían: “Dejamos todo, el ministerio en la otra orilla, la iglesia, esto nos costo mucho dinero, tiempo, casi nos mata la tormenta, y todo esto para que? Por uno solo y encima todos se enojan y nos echan. Señor no entendemos lo que estas haciendo”.
A veces esto también nos pasa en medio de las iglesias a las cuáles servimos. Cuando desafiamos al pueblo de Dios a cruzar del otro lado (ojo no cualquier lado, ese lado que tiene que ver con llegar a los no alcanzados) nos encontramos con la misma reacción: “por favor te pedimos que no molestes mas, que te retires de aquí”
No hay relato del regreso pero si podemos imaginar la enseñanza que Jesús les estaría diciendo: “este es el costo de seguirme”. En esta historia descubrimos el CORAZÓN DE DIOS. Lo que realmente era importante para Él; les enseñaba a sentir con su corazón, les enseñaba por quien late el corazón de Dios.
La alegría final es que la misión luego continua, con alguien que una vez fue loco, endemoniado, pobre y marginado. Jesús estuvo dispuesto “a todo” por un geraseno y lo CONFIRMO EN LA CRUZ donde allí también moría por vos y por mí.
Vale la pena gastar el dinero que tenemos, nuestro tiempo, dar la vida misma, nuestra comodidad, éxito, para que uno solo conozca al Señor. El corazón de Dios late por los no alcanzados y menos evangelizados en todas partes del mundo y esto vale nuestra entrega, aceptar el costo, experimentar el seguimiento de Jesús, el sufrimiento y el gozo en ser discípulo: Ser como Él. Todo por uno solo, pobre resultado y fracaso para el mundo pero de un gran éxito ante los ojos de Dios.
Somos desafiados a formar parte de la misión de Dios en una forma indivisible, crucificando nuestra carne (celos, pleitos, competencia, falta de perdón, gritería, enojo, amargura, avaricia, inmoralidad sexual, mentira, robo, etc.) para vivir en el espíritu, compartiendo el proyecto de Dios, formando comunidades sólidas donde se refleje el amor, la aceptación y el perdón. Llamados a guardar la unidad y mostrar que somos uno para que el mundo crea que Jesucristo es el enviado de Dios. Es la buena nueva para declarar el año favorable del Señor. Esto también, es cruzar al otro lado.
Conclusión
¿Por qué el avivamiento no viene?
     Porque estamos lejos de ser discípulos al estilo de Jesús,
     Porque estamos mas centrados en nosotros mismos que en el corazón de Dios,
     Porque no enseñamos la palabra de Dios y mal usamos el poder,
     Porque somos orgullosos, soberbios y rebeldes,
     Porque somos insensibles, desobedientes e indolentes,
     Porque no trabajamos en cooperación y unidad,
     Porque tenemos miedo, porque somos egoístas, porque nos falta fe,
     Porque no creemos en el cielo, en el Reino de Dios y las recompensas,
     Porque no aprovechamos los nuevos escenarios y las nuevas oportunidades,
     Porque tenemos una mentalidad de pobreza, de geto, encerrados en una subcultura evangélica,
Avivamiento es cuando cruzamos barreras sociales y culturales.
Avivamiento es cuando reconstruimos vidas rotas.
Avivamiento es cuando resolvemos conflictos interpersonales.
Avivamiento es cuando cubrimos necesidades practicas.
Avivamiento es cuando celebramos juntos el “culto al Señor” adorando, en oración y ayuno.
Avivamiento es cuando estamos dispuestos a extender el Reino de Dios hasta lo último de la tierra.
El avivamiento viene… cuando los pastores lideran el cambio enseñando la “palabra de Dios”, viviendo en comunión con Dios, vidas piadosas, desafiando a la iglesia a la santidad,
El avivamiento viene… cuando entendemos que se nos dio poder para servir, que se vea el fruto del Espíritu Santo en un carácter semejante a Jesús,
El avivamiento viene… cuando nos damos cuenta que recibimos el Espíritu Santo para ser testigos, compartir las buenas nuevas,
El avivamiento viene… cuando estamos dispuestos a compartir los sufrimientos de Jesús a favor de su iglesia comenzando procesos intencionales de llegar a los menos evangelizados y no alcanzados,
El avivamiento viene… cuando le pedimos al Señor de la cosecha que envíe obreros a su campo,
El avivamiento esta presente… cuando trabajamos con humildad, esperanza, fe y amor,
El avivamiento esta presente… porque estamos en el tiempo de la cosecha final, el Reino de Dios será establecido, habrá gente de toda nación, tribu, pueblo y lengua adorando a nuestro Señor,
El avivamiento esta presente… cuando nos unimos a la misión de Dios en el mundo teniendo discernimiento y actuando en consecuencia,
El Reino de Dios será consumado… porque Jesús viene pronto,
La iglesia experimenta el avivamiento cuando… se le escucha a Dios, se le cree, se trabaja de acuerdo a sus planes, con optimismo, tenacidad y sacrificio. La ultima palabra es que “somos mas que vencedores”. Es el Reino ganador porque toda lengua confesara que Jesucristo es el Señor para Gloria de Dios Padre.
La pregunta de fondo que nos tenemos que hacer como iglesia de Jesucristo en Ibero América es si sabemos quien es Jesucristo realmente, ¿quien es este que hasta el viento y el mar le obedecen?. Si le conocemos,… ya es la hora para que crucemos al otro lado.
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