Mostrando entradas con la etiqueta avivamiento espiritual. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta avivamiento espiritual. Mostrar todas las entradas

martes, 13 de diciembre de 2016

He aquí, yo enviaré la promesa de mi Padre sobre vosotros; pero quedos en la ciudad de Jerusalén, hasta que seáis investidos de poder desde lo alto

PARA RECORDAR ... El que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6




UNA PROMESA CUMPLIDA  CONSTANTEMENTE

LA NECESIDAD Y LA POSIBILIDAD DEL BAUTISMO CON EL ESPÍRITU SANTO


Poco antes de ser recibido en el cielo, y después de haberles encomendado a sus discípulos la predicación del evangelio, Jesús les hizo este encargo tan solemne con respecto al comienzo de la gran obra que había puesto en sus manos: «He aquí, yo enviaré la promesa de mi Padre sobre vosotros; pero quedos en la ciudad de Jerusalén, hasta que seáis investidos de poder desde lo alto» (Lucas 24:49). No hay duda en cuanto a lo que Jesús quiso referirse con ‘la promesa de mi Padre’ que ellos debían esperar antes de empezar el ministerio que él les había encomendado; porque en Hechos 1:4, 5 leemos que Jesús «les mandó que no se fueran de Jerusalén, sino que esperasen la promesa del Padre, la cual, les dijo, oísteis de mí. Porque Juan ciertamente bautizó con agua, mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos días». 

Por tanto, ‘a promesa del Padre’, por medio de la cual debían ser investidos de poder, era el bautismo con el Espíritu Santo (compárese con Hechos 1:8). Cristo, pues, les encargó estrictamente a sus discípulos que no se atrevieran a emprender la obra a la cual los había llamado hasta que hubieran recibido, como preparación necesaria y esencial para la misma, el bautismo con el Espíritu Santo. Los hombres a quienes Jesús les dijo esto, sin duda, ya habían recibido una preparación muy completa para esa obra. Habían asistido a la escuela del propio Jesús por espacio de más de tres años. Habían oído de sus labios las grandes verdades que debían proclamarle al mundo. Habían sido testigos oculares de sus milagros, de su muerte y de su resurrección y estaban a punto de ser testigos oculares de su ascensión. La obra que debían acometer consistía simplemente en ir y proclamar lo que sus ojos habían visto y lo que sus oídos habían oído de labios de Jesús. ¿No estaban acaso totalmente preparados para emprenderla? Podría parecernos que sí. Sin embargo, en otras palabras Cristo dijo, «No. Están tan faltos de toda preparación que no pueden dar ni siquiera el primer paso. Existe una preparación adicional, tan esencial para un servicio eficaz, que tienen que quedarse en Jerusalén hasta que la reciban. Esa preparación adicional es el bautismo con el Espíritu Santo. Cuando lo reciban —y no antes— estarán preparados para comenzar la obra a la que los he llamado». Si Cristo no permitió que estos hombres —que habían recibido un entrenamiento tan excepcional e incomparable para acometer la obra a la cual habían sido llamados de manera tan clara y precisa— emprendieran esta tarea sin haber recibido también el bautismo con el Espíritu Santo, ¿vamos nosotros a emprender la obra a la que él nos ha llamado sin haber recibido el bautismo con el Espíritu Santo, además de toda la formación escolar que hayamos podido tener para llevarla a cabo? ¿No sería eso una audacia muy atrevida de nuestra parte? Pero esto no es todo. En Hechos 10:38 leemos de «cómo Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder a Jesús de Nazaret, y cómo este anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el diablo». Si escudriñamos los evangelios en busca de una explicación de estas palabras, la encontramos en Lucas 3:21, 22; 4:1, 14, 15, 18, 21. Vemos que cuando Jesús fue bautizado en el Jordán, mientras oraba, el Espíritu Santo descendió sobre él. Entonces, ‘lleno del Espíritu Santo’, tiene la experiencia de la tentación. Más adelante, ‘en el poder del Espíritu’, comienza su ministerio y dice de sí mismo que está ‘ungido para predicar’ porque ‘el Espíritu del Señor está sobre él’. En otras palabras, Jesús el Cristo, no asumió ninguna de las tareas propias del ministerio para el cual había venido a este mundo hasta que fue bautizado con el Espíritu Santo. Y si Jesucristo, que había sido concebido de manera sobrenatural por medio del poder del Espíritu Santo, que era el Hijo unigénito de Dios, que era divino, Dios verdadero de Dios verdadero, y aun así, verdaderamente hombre; si alguien como él, que ‘nos dejó ejemplo para que sigamos sus pisadas’, no se aventuró a comenzar el ministerio para el que el Padre lo había enviado hasta que fue bautizado con el Espíritu Santo, ¿nos atreveremos nosotros a hacerlo? Si a la luz de estos hechos confirmados, nos tomamos esa libertad, más que un atrevimiento, nuestra osadía parecería una ofensa. Muchos, sin duda, han actuado así por ignorancia, pero ¿podemos nosotros seguir alegando ignorancia?

El bautismo con el Espíritu Santo es una preparación absolutamente necesaria para servir a Cristo de manera eficaz en cualquier área del ministerio. Es posible que nuestro llamado a servir sea tan claro como el de los apóstoles, pero la obligación que se les impuso a ellos, también se nos impone a nosotros, a saber, que antes de comenzar ese servicio, tenemos que «esperar hasta ser investidos de poder desde lo alto». Esta investidura de poder tiene lugar por medio del bautismo con el Espíritu Santo. Hay, sin duda, algunos errores más grandes que estamos cometiendo actualmente, por ejemplo, el hecho de darles a ciertas personas la responsabilidad de enseñar en la escuela dominical, de hacer obra personal y hasta de predicar el evangelio, simplemente porque están convertidas y tienen cierto nivel educacional, incluyendo tal vez algún curso en una universidad o en un seminario, a pesar de que todavía no han sido bautizadas con el Espíritu Santo. Cualquier persona que esté realizando una obra cristiana sin haber recibido el bautismo con el Espíritu Santo, debe detener su obra donde está y no seguir adelante hasta que haya sido ‘investida de poder desde lo alto’. Pero, ¿qué será de nuestra obra mientras estamos esperando? Pues bien, ¿qué hizo el mundo en aquellos diez días durante los cuales los primeros discípulos estuvieron aguardando la venida del Espíritu Santo? Solo ellos conocían la verdad salvadora, sin embargo, en obediencia al mandato del Señor, permanecieron en silencio. El mundo ya no podía perder nada más. Pero cuando el poder descendió, aquellos hombres lograron en un día más de lo que habrían logrado en años si se hubieran atrevido a actuar desobedeciendo la orden de Cristo; y de igual forma, nosotros podremos hacer en un solo día, después de recibir el bautismo con el Espíritu Santo, mucho más de lo que nunca antes habíamos hecho sin su poder. Los días que empleamos en esperar, en caso de que fuera necesario, estarían bien empleados, pero según veremos más adelante, no es necesario que pasemos días esperando. Podemos afirmar que los apóstoles hicieron giras misioneras a lo largo de la vida de Cristo en este mundo antes de haber sido bautizados con el Espíritu Santo. ¡Es cierto!, pero eso ocurrió antes de la venida del Espíritu Santo y antes de recibir la orden de que «se quedaran en Jerusalén hasta que fueran investidos de poder desde lo alto». Después de estas cosas habría sido una desobediencia y un atrevimiento haber salido a predicar sin esa investidura, y este tiempo en el que nosotros vivimos ahora es posterior a la venida del Espíritu Santo y posterior a la orden de «quedarnos (quietos) hasta ser investidos».

Pasamos ahora a hablar acerca de la posibilidad del bautismo con el Espíritu Santo. ¿Es el bautismo con el Espíritu Santo para nosotros? La Palabra de Dios responde a esta pregunta de manera muy clara y explícita. En Hechos 2:39 leemos, «porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos, para cuantos el Señor nuestro Dios llamare». ¿Cuál es ‘la promesa’ a la que se hace referencia en este pasaje? En los versículos cuatro y cinco del capítulo anterior leemos: «(les mandó) … que esperasen la promesa del Padre, la cual, les dijo, oísteis de mí. Porque Juan ciertamente bautizó con agua, mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos días». Además, en el versículo treinta y tres del capítulo segundo dice lo siguiente: «habiendo recibido del Padre la promesa del Espíritu Santo». Al parecer, pues, está muy claro que ‘la promesa’ del versículo treinta y nueve tiene que ser la misma ‘promesa’ del versículo treinta y tres y la misma ‘promesa’ de los versículos cuatro y cinco del capítulo anterior; es decir, la promesa del bautismo con el Espíritu Santo. El contexto certifica plenamente esta conclusión: «Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo. Porque para vosotros es la promesa…». Por consiguiente, la promesa a la que alude este versículo es la promesa del don del bautismo con el Espíritu Santo. (Compárese Hechos 10:45 con Hechos 11:15, 16 para corroborar que el ‘don del Espíritu Santo’ es lo mismo que ‘el bautismo con el Espíritu Santo’). ¿Para quiénes es este don? –«Para vosotros», les dijo Pedro a los judíos a quienes estaba hablándoles en ese momento. Entonces, mirando más allá de ellos y refiriéndose a la próxima generación, dijo, «y para vuestros hijos». A continuación, pensando en los gentiles y en los judíos que formarían parte de la iglesia a través de todas las edades futuras de la historia, dijo, «para cuantos el Señor nuestro Dios llamare». 

El bautismo con el Espíritu Santo es para cada uno de los hijos de Dios en cada época de la historia de la iglesia. Si no poseemos ese bautismo de manera experimental es porque no lo hemos ‘tomado’ (la acepción exacta del verbo que aparece traducido como ‘recibir’ en el versículo 38 es tomar) posesión de lo que Dios ha provisto para nosotros en nuestro excelso Salvador (Hechos 2:33; Jn. 7:38, 39.) 

En una ocasión, un ministro del evangelio se acercó a mí después de una conferencia sobre el bautismo con el Espíritu Santo y me dijo, «la iglesia a la que pertenezco enseña que el bautismo con el Espíritu Santo fue solamente para la era apostólica». A lo cual respondí, «no importa lo que enseñe la iglesia a la que usted pertenece o a la que yo pertenezco. ¿Qué dice la Palabra de Dios?» Y leí Hechos 2:39: «para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos, para cuantos el Señor nuestro Dios llamare».

—¿Lo ha llamado él a usted?, —le pregunté.
—¡Por supuesto que sí!, —respondió.
—¿Es entonces la promesa para usted?, —insistí.
—Sí, lo es, —me dijo.

¡Y lo fue! Y lo es también para todos los hijos de Dios que leen estas páginas. ¡Qué emocionante es pensar que el bautismo con el Espíritu Santo, la investidura con poder desde lo alto sea para nosotros, y PARA MÍ individualmente! No obstante, ese pensamiento indescriptiblemente gozoso tiene su lado solemne. Si puedo ser bautizado con el Espíritu Santo, tengo que serlo. Si soy bautizado con el Espíritu Santo, serán salvas por medio de mí muchas almas que no serían salvas si no poseo ese bautismo. 

Entonces, si no estoy dispuesto a pagar el precio que exige este bautismo, y por ende, no soy bautizado con el Espíritu Santo, seré responsable delante de Dios de todas las almas que podrían haber sido salvas a través de mí, y no lo fueron por cuanto yo no estaba bautizado con el Espíritu Santo. Tiemblo a veces pensando en mis hermanos en la obra cristiana y en mí mismo. No porque estemos enseñándole a la gente algún error mortífero; hay algunos que sí lo hacen y son culpables de ello, pero no estoy refiriéndome a eso ahora. No es que no estemos enseñando toda la verdad tal como es en Jesús. 

Es preciso, sin embargo, confesar que hay muchos que, aunque no enseñan cosas que están claramente erradas, tampoco predican un evangelio completo, pero no me refiero a eso. Tiemblo por los que están predicando la verdad, la verdad tal como es en Jesús, la sencillez, la pureza y la plenitud del evangelio, pero están predicándolo «con palabras persuasivas de humana sabiduría» y no «con demostración del Espíritu y de poder» (1Co. 2:4), están predicándolo con la energía de la carne y no con el poder del Espíritu Santo. No hay nada más mortífero que el evangelio sin el poder del Espíritu. «La letra mata, mas el Espíritu vivifica». 

Es una tarea tremendamente solemne, predicar el evangelio ya sea desde el púlpito o de otros modos, porque la predicación del evangelio es un asunto de vida o muerte para los que la escuchan, y si es vida o es muerte depende en gran medida de si lo predicamos sin o con el bautismo del Espíritu Santo. Es imprescindible, pues, que seamos bautizados con el Espíritu Santo.

  Nota 1. Se alega a veces que el propósito del “bautismo con el Espíritu Santo” era impartir poder para hacer milagros y únicamente durante la era apostólica. Los que respaldan esta postura afirman que el bautismo con el Espíritu Santo iba seguido casi siempre de milagros. 

El carácter insostenible de esta posición se hace patente: 

(1) por el hecho de que el propio Cristo aseguró que el propósito del bautismo con el Espíritu Santo era impartir poder para testificar, no impartir poder especialmente para obrar milagros, (Hechos 1:5, 8; Lucas 24:48, 49). 

(2) El hecho de que Pablo enseñó claramente que había diversidad de dones, y que el ‘hacimiento de milagros’ no era más que una de las múltiples manifestaciones del bautismo con el Espíritu Santo, (1Co. 12:4, 8–10). 

(3) Por el hecho de que Pedro de manera muy clara afirma que ‘el don del Espíritu Santo’, ‘la promesa’, es para todos los creyentes en todas las generaciones (Hechos 2:38, 39), y si se compara Hechos 2:39 con Lucas 24:49; Hechos 1:4, 5; 2:33, y Hechos 2:38 con Hechos 10:45 y Hechos 11:15, 16, resulta obvio que cada una de estas dos expresiones, ‘la promesa’ y ‘el don del Espíritu Santo’, hace alusión al bautismo con el Espíritu Santo. 

Si consideramos el término “milagro” en su sentido más amplio y admitimos que se refiere a todo lo que ocurre por la acción de un poder sobrenatural, entonces es cierto que cada uno de los bautizados con el Espíritu Santo sí recibe un poder que no procede de su propia naturaleza, sino un poder sobrenatural, el propio poder de Dios. 

El resultado del bautismo con el Espíritu Santo más perceptible y esencial era su poder de convicción, de persuasión y de conversión (Hechos 2:4, 37, 41. Hechos 4:8–13. Hechos 4:31, 33. Hechos 9:17, 20–22). Al parecer, no hubo ninguna manifestación del poder de hacer milagros inmediatamente después del bautismo de Pablo con el Espíritu Santo, aun cuando más adelante él demostró ser un individuo especialmente dotado en este sentido, fue el poder para testificar que Jesús era el Hijo de Dios lo que Pablo recibió en relación directa con el bautismo con el Espíritu Santo (Hechos 9:17, 20–22).

  Nota 2. Algunos enseñan que el bautismo con el Espíritu es para la iglesia en conjunto y no para el creyente individual, que el día de Pentecostés la iglesia entera fue bautizada y que, por consiguiente, es injustificable que los creyentes busquen y oren por un bautismo con el Espíritu. Sin embargo, las Escrituras refutan con toda claridad esta opinión. El relato de Pentecostés indica que «asentándose sobre cada uno de ellos» (Hechos 2:3). No sobre toda la iglesia colectivamente, sino sobre cada creyente en forma individual. Esta postura demuestra ser aún más insostenible dado el hecho de que los apóstoles solían preguntarles a las iglesias y a los creyentes individualmente si habían recibido el Espíritu Santo (Hecho 8:15, 16; 19:2) y en algunos casos descubrieron que no era así, con independencia de lo que la iglesia en conjunto pudiera haber recibido.

  Nota 3. Un eminente maestro bíblico hizo estos extraños comentarios sobre Hechos 8: «Si los samaritanos pudieron confiar y regocijarse en esa creencia durante algún tiempo sin las manifestaciones externas del don del Espíritu Santo, si nadie podía recibir este don a no ser por la imposición de las manos de un apóstol, ¿no es obvio que ha comenzado la época en la que el Espíritu ya no se hará presente por medio de sus extraordinarias manifestaciones? Los doce no podían recorrer el mundo para imponerles las manos a millones de personas». A lo cual respondemos, ¡no es para nada obvio! 

De hecho, ese planteamiento contradice la enseñanza clara de la Escritura. Lo que leemos en Hechos 19:1–6 ocurrió mucho después (tal vez 17 años más tarde) de lo que aparece registrado en Hechos 8:12–16. Es más, aunque los samaritanos sí ‘confiaron y se regocijaron en esa creencia durante algún tiempo sin el don del Espíritu Santo’, era tan importante que lo tuvieran que esa fue la primera y principal ocupación de los apóstoles al llegar a aquel lugar. Por otra parte, la pregunta contiene una afirmación que es contraria a la realidad, a saber, que «el Espíritu no puede recibirse a no ser por la imposición de las manos de un apóstol». En el caso de Saulo de Tarso, fue ‘cierto discípulo’ el que le impuso las manos (Hechos 9:10, 17, LBLA). En el caso del hogar de Cornelio no hubo ninguna imposición de manos (Hechos 10:44). Alguien podría decir, sin embargo, que ‘estos ejemplos son excepcionales’ porque para algunas personas todo lo que no concuerda con una teoría preconcebida es excepcional. Es más, esta posición contradice rotundamente lo que Pedro declara en Hechos 2:39. 

El escritor al que se hizo referencia anteriormente continúa diciendo, «no hay ningún indicio de que los romanos tuvieran este don particular, y lo mismo es cierto con respecto a las demás iglesias». Cualquiera que imagine que eso es así, por favor lea Ro. 12:6–8; 1Co. 12:7–13, 28–31; Gá. 3:2 (Pablo se refiere aquí a una experiencia clara y consciente que consiste en recibir el Espíritu Santo como prueba de que a Dios le agrada «el oír con fe»); Ef. 1:13, 14; 4:7, 11. 

Por tanto, muy lejos de ser obvio que «el don no estaba destinado a ser universal ni permanente», no hay duda de que sí estaba destinado a ser universal y permanente, y que los seres humanos no entran en posesión de él a causa de su incredulidad. Es increíble la cantidad de teorías que se han propuesto para aliviar las consciencias de los que se sienten perturbados por la inmensa grieta que existe entre su experiencia y la clara enseñanza del Libro de los Hechos. Un modo mejor de aliviar sus consciencias sería averiguar las condiciones y hacer propia esta bendita experiencia.

Hay sobradas experiencias en la actualidad que confirman la enseñanza de la Palabra en este sentido. Mientras que muchos han tratado de elaborar algún método exegético ‘sutil’ para ‘justificar’ el aparente significado de la Biblia; otros simplemente han creído lo que dice, y saben, por la prueba irrefutable de la experiencia, que un hijo de Dios puede ‘ser bautizado con el Espíritu Santo’ ahora, y saben también que sí ‘reciben poder después que el Espíritu Santo ha venido sobre’ él. Dios permita que el lector de este estudio pueda reclamar para él esta gloriosa ‘primogenitura’ de los hijos de Dios. Las verdades perfeccionadoras de la experiencia de fe trascienden incalculablemente las refinadas sutilezas de la exégesis incrédula.

DESCARGAR

lunes, 10 de agosto de 2015

Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré. Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra

Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6



 
Tipo de Archivo: PDF | Tamaño: MBytes | Idioma: Spanish | Categoría: Capacitación Ministerial
Información 


2012  HUNGRÍA

En Hungría el pastor Nemeth Sandor sabe bien lo que es vivir bajo un régimen ateo. En los años ochentas las autoridades comunistas de su país trataron repetidamente de destruir su congregación.
Hoy el pastor Sandor lidera una de las iglesias más grandes y de más rápido crecimiento en Europa.
Empezó como un puñado de personas reunidas en una pequeña casa en Budapest. Era el año 1979.
“Fue muy difícil tener una iglesia subterránea. Estábamos en medio de la dictadura comunista en Hungría. Jóvenes empezaron a llegar a la casa y el Espíritu de Dios se movía en una forma poderosa, y eso alarmaba a las autoridades”, dice Sandor.
En Hungría la religión organizada era prohibida por el gobierno y creyentes como Nemeth Sandor se veían obligados a reunirse en secreto.
“Los cristianos eran considerados infrahumanos, ciudadanos de segunda clase. Muchas veces la policía comunista trató de destruir la casa. Querían derrumbar el edificio. A la iglesia la veían como algo obsoleto, del pasado”, dice Sandor.
30 años después, esa pequeña iglesia subterránea se ha transformado en una congregación llamada “Iglesia fe”. Tiene 50 mil personas y unas 250 células que se reúnen cada domingo por todo el país.
“Nunca me imagine algo así y solo puedo decir que esto es un milagro…”, añade Sandor.
La iglesia esta en las afueras de Budapest. Un domingo común lo caracteriza por el tráfico atestado. La reunión empieza a las diez, pero a las nueve, miles ya hacen fila afuera, esperando que se abran las puertas.
A las 10:30, el auditorio generalmente está lleno y la banda comienza a tocar. Los balcones se llenan incluso el vestíbulo.
La gente viene de aldeas y pueblos lejanos para participar en lo que, según el pastor Nemeth, son vientos de cambio que soplan para esta nación ex comunista.
Sandor sueña con un gran avivamiento. “Quiero que Hungría y las naciones vecinas disfruten de una relación verdadera y genuina con Jesucristo. Quiero que la gente conozca al Dios de la Biblia y que sean cristianos nacidos de nuevo”.
Vidas transformadas
El pastor Nemeth dice que todos los domingos, no falta quien pase adelante para aceptar a Cristo o recibir sanidad.
“Estaba a punto de suicidarme pero Dios me rescató. Encontré un lugar de restauración aquí en Iglesia de Fe”, señala un miembro de la iglesia.
Muchos hablan de lo que Dios había hecho por ellos a través del ministerio del pastor Nemeth. Como la familia Sava por ejemplo.
“Cuando oían el nombre Sava se espantaban. Tenían miedo porque éramos criminales famosos”, dice uno de los hermanos.
Los hermanos Sava antes eran los criminales mas conocidos de Hungría. Hoy, con la ayuda del ministerio en las cárceles, muchos de los Sava se han convertido a Cristo.
“Desde que nos arrepentimos, cuando la gente oye el nombre Sava, ya no se asustan porque hemos cambiado y Dios está haciendo cosas nuevas en nuestras vidas”.
Cualquier domingo se puede encontrar a políticos prominentes, conocidos artistas húngaros, judíos mesiánicos, adinerados corredores de bolsa y gente de todo tipo, adorando juntos.
En 2001, Nemeth comenzó a salir en vivo en la televisión húngara, transmitiendo la reunión dominical a todo el país.
Sandor dice que la imagen del cristianismo ha cambiado. “Y esto está impactando tremendamente a la sociedad. Recibimos tantas cartas positivas de personas que dicen que su concepto del cristianismo ha cambiado desde que empezamos a transmitir las reuniones dominicales”.
Y cuando no está predicando, Nemeth está escribiendo libros. Supervisando un periódico político o dirigiendo, con su esposa, las escuelas y los colegios de la iglesia. Actualmente está preparando planes para una universidad cristiana.
El pastor Sandor habla de un espíritu de cinicismo y desconfianza que hay en todo el país.
“El comunismo destruyó nuestro sistema de valores. Se desarmaron las familias, se destruyeron amistades. La red de espías secretos hacía que la gente no confiara en los demás. Estamos tratando de cambiar todo eso. Queremos que la gente sepa que hay libertad y perdón en el mensaje del Evangelio. Queremos liberar a la gente del pasado”.
Pero el pasado sigue agobiando a la iglesia asegura Sandor. “Pues, donde existe la obra de Dios, hay espías, siempre hay informadores que nos vigilan de lejos. No me lo puedo imaginar de otra forma, sobre todo aquí en esta región. Pero no me importa si están aquí. Solo quiero que no mientan, sino que digan la verdad”.
La iglesia ha sido investigada por el Departamento de Impuestos de Hungría pero no han encontrado ninguna anomalía financiera.
“A Jesús también lo escudriñaban y tenemos que acostumbrarnos a tales investigaciones. Pero nada impedirá que prediquemos el mensaje de Jesucristo”.
Son las cuatro de la tarde, seis horas después de que empezara la reunión y el pastor Nemeth por fin esta terminando su mensaje.
Este domingo, él insta a sus miembros a dedicarse a cambiar el ambiente espiritual de la nación, con la esperanza de que un día el mensaje de Jesucristo se pueda escuchar en todo el país.
“Queremos ver que Hungría salga de su crisis económica y moral. En el futuro queremos ver a cristianos comprometidos asumiendo posiciones de influencia para que puedan ayudar a sus compatriotas y cambiar la sociedad”, concluye Sandor.

¿Porque se apaga el avivamiento?

Cuenta el capitulo 4 de Marcos que era tan grande la multitud que Jesús tuvo que subir a una barca para enseñarles. Mientras que la multitud permanecía en la playa escuchando les enseñaba en forma de parábolas y ese día “al anochecer”, les dijo a sus discípulos: “Crucemos al otro lado”.

Mateo nos relata que aparentemente había gente muy calificada para este viaje como un maestro de la ley que le decía “te seguiré adondequiera que vayas”, otro discípulo pidió arreglar unos asuntos antes de emprender el viaje. En ambos casos Jesús les dijo esta es la “partida para un viaje poco confortable”. Este viaje tiene que ver con el riesgo, la fe, la incomodidad, con dejar lo que más queremos. Tiene que ver con nuestras debilidades, temores, dudas. Así que Jesús dijo y nos dice”: “Sígueme”
1. Ser un Discípulo de Jesucristo. El discipulado es seguir a Jesucristo en su llamado.
Sígueme dejando el éxito o fracaso de tu ministerio. En especial dejando aquello que te hace sentir bien en tu ministerio, que te ha dado reconocimiento, alegría y posición en tu alcance local,
Sígueme ¡ahora!, dejando a la gente que tanto tiempo has servido y atendido,
Sígueme aceptando los riesgos,
Sígueme para llegar a los que nadie llega,
Sígueme porque ahora vas a saber cual es tu debilidad y cual es tu fortaleza,
Sígueme porque ahora vas a saber realmente cual es nuestro enemigo,
Sígueme porque solo en el seguimiento se descubre quien es JESUCRISTO,
Sígueme para conocer el modelo de hombre SIERVO,
Sígueme porque entramos en la profundidad de Dios,
Así que la orden es de Jesús.
Para partir es necesario aceptar ser discípulo de Jesús
Todo cristiano esta llamado a una experiencia de fe que lo lanza a la aventura de “buscador de Dios” para descubrir en realidad que cada uno de nosotros somos buscados por Dios. Así que Dios nos busca y es inoportuno; nos ordena embarcarnos “al anochecer”. La vocación y el discipulado es simplemente esto. Dejarse llevar por Dios, dejarse importunar por Dios.
Es interesante observar que el que esta dispuesto a cruzar del otro lado no esta situado en un plan de competencia con otros, no tiene que conquistar puestos de prestigio o defender posiciones apetitosas. Se deja despojar tranquilamente, sin oponer resistencia. Es una persona libre. Es como un pan sobre la mesa de Dios y la de los hombres, que espera ser comido. No piden amor, aman y saben que su misión es amar siempre y no pide la respuesta de la carne: intercambio, reconocimiento, poder.
Dios le dijo a Abraham “Deja tu tierra, tus parientes y la casa de tu padre, y vete a la tierra que te mostrare” Génesis 12:1. “ Abraham cuando fue llamado para ir a un lugar que luego recibiría como herencia, obedeció y salió sin saber a donde iba” Hebreos 11:8.
Estar en el seguimiento de Jesús significa estar decidido a partir.
2. Unirnos a la misión de Dios. La misión es de Dios. Dios no da informaciones acerca de las condiciones metereológicas.
Nadie nos dice que hay UN POSIBLE ALERTA METEROLÓGICO.
Así que dejamos a la multitud, la iglesia, el barrio, nuestro lugar, los amigos, afectos, ministerios, reconocimiento, aprecio y nos metemos en la barca de JESUS. También lo acompañan otras barcas en esta aventura. De repente lo peor sucede, la tormenta que hace peligrar la misión.
Estar en la misión de Dios es como este viaje:
–Estaban obedeciendo y vino la tormenta
–Estaban viajando con Jesús y sin embargo se desato la tormenta
–Estaban en el centro de la voluntad de Dios y casi la tormenta los mata.
Esta es la realidad para aquellos que decidimos cruzar del otro lado. También lo cierto es que las tormentas nos vienen a todos. Es ahí donde debemos enfrentarnos con nuestra debilidad y fortaleza. Es ahí donde realmente comenzamos a conocer mas a Jesús: ¿Quién es este que hasta el viento y el mar le obedecen?
Es ahí donde descubrimos al “Totalmente otro”, a Dios hecho hombre y a Dios en su divinidad. Es ahí donde descubrimos su carácter y naturaleza: Santo, Santo, Santo, omnipotente, Dios de Amor. Pero es ahí donde nuestra fe falla, es ahí donde comenzamos enfrentarnos con nuestro enemigo ¿Porque tienen tanto miedo? Es ahí donde somos probados. “¿Todavía no tienen Fe?”
Cuando Jesus dice: “Crucemos al otro lado”, significa que todos vamos a llegar
Determinados momentos oscuros de nuestro caminar hay que vivirlos con lucidez, con dolor, y con Fe. Esto no excluye las preguntas que nos hacemos y el desconcierto
Hay una tensión entre la prueba y las garantías que pedimos, el programa detallado que reclamamos del viaje con la sorpresa en manos de Dios. Dios es imprevisible. Es soberano y puede sorprendernos de un momento a otro. “Es necesario confiar en el Dios de las largas noches, en el Dios de los días negros. Este Dios, en la encrucijada más oscura, te toma de la mano y te dice: estoy aquí” (C. Wagner).
Por lo tanto:
–Jesús sabia que esta tormenta vendría.
–Tenia la autoridad para alejarla
–Prefirió atravesarla con sus discípulos
–Midió su fe
Ellos aprendieron que El siempre esta con nosotros y Él es suficiente en toda situación.
Dios permite diferentes tormentas con diferentes propósitos:
–En el caso de Jonás le ayudo a volver a centrarse en el propósito de Dios.
–En el caso de Pablo le ayudo a testificar (Hechos Cap. 27)
–En nuestro caso particular (contexto de debilidad, escasez, inestabilidad) como Latinoamericanos es para fortalecer nuestra fe. DEBEMOS CRUZAR al OTRO LADO.
¿Quién es Jesús?
Él que tiene el poder y la autoridad para que podamos llegar a los menos alcanzados.
El que es suficiente para nosotros también esta con nosotros para que crucemos todo tipo de fronteras.
El esta con nosotros en cada situación.
3. El evangelio es de alcance universal (transcultural) e integral. “Llevar todo el evangelio a todas las naciones”
Pasada la tormenta, saliendo mas fortalecidos lo que asoma es una nueva tierra, una nueva orilla se acerca. . ¡Llegamos! comenzaron a exclamar cuando veían la tierra tan próxima a ellos. La expectativa es más grande de la que dejaron. Ellos antes habían ministrado a multitudes y… ¿ahora que? Sorpresa tras sorpresa, el que sale a recibirlos es un alienado, el loco, pobre y marginado del pueblo…, el endemoniado geraseno.
Todo lo acontecido es para ir a tocar a un hombre . Tocar a un hombre con el poder transformador del evangelio para devolverlo a la sociedad sano y salvo. Esto significó tocar la economía de la región. 2000 cerdos se precipitaron por los acantilados. El hombre endemoniado ahora esta sano y en su cabal juicio. Jesús lo ha tocado. Cuando los que vieron esto lo compartieron con los demás tuvieron miedo. ¿Miedo de que?
Es demasiado dinero perder 2000 cerdos por una persona que pueda recobrar su salud integral, el pobre del pueblo, el loco, el endemoniado. ¿Cuál fue el resultado? Le pidieron a Jesús que se vaya, le dijeron:
Si esto va a significar que nuestra economía este afectada, si esto va a significar cambiar nuestras estructuras por favor te pedimos que te vayas de aquí. La lección no termina, continua y hoy también exige una respuesta. La lucha contra el verdadero poder es cuando tocamos realidades humanas que son transformadas, esto produce un enfrentamiento tanto a nivel espiritual y estructural.
Como esa región también nosotros a veces corremos el mismo peligro, le decimos a Jesús no perturbes mi orden, mi comodidad, no perturbes mis posesiones, no me enfrentes con mi avaricia, falta de generosidad y egocentrismo.
Jesús no solo tuvo problemas con lo que dijo de Dios para ser tan atacado y perseguido, si no su problema fue también por lo que dijo con respecto al hombre y sus necesidades lo que provoco la reacción de los dirigentes.
Los discípulos tuvieron que volver, la pregunta es que estarían pensando en ese momento. Seguramente dirían: “Dejamos todo, el ministerio en la otra orilla, la iglesia, esto nos costo mucho dinero, tiempo, casi nos mata la tormenta, y todo esto para que? Por uno solo y encima todos se enojan y nos echan. Señor no entendemos lo que estas haciendo”.
A veces esto también nos pasa en medio de las iglesias a las cuáles servimos. Cuando desafiamos al pueblo de Dios a cruzar del otro lado (ojo no cualquier lado, ese lado que tiene que ver con llegar a los no alcanzados) nos encontramos con la misma reacción: “por favor te pedimos que no molestes mas, que te retires de aquí”
No hay relato del regreso pero si podemos imaginar la enseñanza que Jesús les estaría diciendo: “este es el costo de seguirme”. En esta historia descubrimos el CORAZÓN DE DIOS. Lo que realmente era importante para Él; les enseñaba a sentir con su corazón, les enseñaba por quien late el corazón de Dios.
La alegría final es que la misión luego continua, con alguien que una vez fue loco, endemoniado, pobre y marginado. Jesús estuvo dispuesto “a todo” por un geraseno y lo CONFIRMO EN LA CRUZ donde allí también moría por vos y por mí.
Vale la pena gastar el dinero que tenemos, nuestro tiempo, dar la vida misma, nuestra comodidad, éxito, para que uno solo conozca al Señor. El corazón de Dios late por los no alcanzados y menos evangelizados en todas partes del mundo y esto vale nuestra entrega, aceptar el costo, experimentar el seguimiento de Jesús, el sufrimiento y el gozo en ser discípulo: Ser como Él. Todo por uno solo, pobre resultado y fracaso para el mundo pero de un gran éxito ante los ojos de Dios.
Somos desafiados a formar parte de la misión de Dios en una forma indivisible, crucificando nuestra carne (celos, pleitos, competencia, falta de perdón, gritería, enojo, amargura, avaricia, inmoralidad sexual, mentira, robo, etc.) para vivir en el espíritu, compartiendo el proyecto de Dios, formando comunidades sólidas donde se refleje el amor, la aceptación y el perdón. Llamados a guardar la unidad y mostrar que somos uno para que el mundo crea que Jesucristo es el enviado de Dios. Es la buena nueva para declarar el año favorable del Señor. Esto también, es cruzar al otro lado.
Conclusión
¿Por qué el avivamiento no viene?
     Porque estamos lejos de ser discípulos al estilo de Jesús,
     Porque estamos mas centrados en nosotros mismos que en el corazón de Dios,
     Porque no enseñamos la palabra de Dios y mal usamos el poder,
     Porque somos orgullosos, soberbios y rebeldes,
     Porque somos insensibles, desobedientes e indolentes,
     Porque no trabajamos en cooperación y unidad,
     Porque tenemos miedo, porque somos egoístas, porque nos falta fe,
     Porque no creemos en el cielo, en el Reino de Dios y las recompensas,
     Porque no aprovechamos los nuevos escenarios y las nuevas oportunidades,
     Porque tenemos una mentalidad de pobreza, de geto, encerrados en una subcultura evangélica,
Avivamiento es cuando cruzamos barreras sociales y culturales.
Avivamiento es cuando reconstruimos vidas rotas.
Avivamiento es cuando resolvemos conflictos interpersonales.
Avivamiento es cuando cubrimos necesidades practicas.
Avivamiento es cuando celebramos juntos el “culto al Señor” adorando, en oración y ayuno.
Avivamiento es cuando estamos dispuestos a extender el Reino de Dios hasta lo último de la tierra.
El avivamiento viene… cuando los pastores lideran el cambio enseñando la “palabra de Dios”, viviendo en comunión con Dios, vidas piadosas, desafiando a la iglesia a la santidad,
El avivamiento viene… cuando entendemos que se nos dio poder para servir, que se vea el fruto del Espíritu Santo en un carácter semejante a Jesús,
El avivamiento viene… cuando nos damos cuenta que recibimos el Espíritu Santo para ser testigos, compartir las buenas nuevas,
El avivamiento viene… cuando estamos dispuestos a compartir los sufrimientos de Jesús a favor de su iglesia comenzando procesos intencionales de llegar a los menos evangelizados y no alcanzados,
El avivamiento viene… cuando le pedimos al Señor de la cosecha que envíe obreros a su campo,
El avivamiento esta presente… cuando trabajamos con humildad, esperanza, fe y amor,
El avivamiento esta presente… porque estamos en el tiempo de la cosecha final, el Reino de Dios será establecido, habrá gente de toda nación, tribu, pueblo y lengua adorando a nuestro Señor,
El avivamiento esta presente… cuando nos unimos a la misión de Dios en el mundo teniendo discernimiento y actuando en consecuencia,
El Reino de Dios será consumado… porque Jesús viene pronto,
La iglesia experimenta el avivamiento cuando… se le escucha a Dios, se le cree, se trabaja de acuerdo a sus planes, con optimismo, tenacidad y sacrificio. La ultima palabra es que “somos mas que vencedores”. Es el Reino ganador porque toda lengua confesara que Jesucristo es el Señor para Gloria de Dios Padre.
La pregunta de fondo que nos tenemos que hacer como iglesia de Jesucristo en Ibero América es si sabemos quien es Jesucristo realmente, ¿quien es este que hasta el viento y el mar le obedecen?. Si le conocemos,… ya es la hora para que crucemos al otro lado.
DOWNLOAD HERE>>>
https://story.ad/site/file_download/smartpublicity1467919561neTNIrOs.html