viernes, 7 de agosto de 2015

Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma

Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6



 
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PREPARACIÓN DE SERMONES
3JUAN 1-4
  1. El anciano a Gayo, el amado, a quien amo en la verdad. 
  2. Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma. 
  3. Pues mucho me regocijé cuando vinieron los hermanos y dieron testimonio de tu verdad, de cómo andas en la verdad. 
  4. No tengo yo mayor gozo que este, el oír que mis hijos andan en la verdad.



V. 1. El anciano (V. “Paternidad Literaria” en la Introducción) saluda al destinatario de esta carta en forma breve y afectuosa. 

Este saludo es diferente a la mayoría de los que aparecen en las epístolas del N.T., en que le falta expresar el común deseo de gracia y paz. 

Sin embargo, la despedida incluye la expresión “la paz sea contigo” (v. 14).

La expresión el amado trad. las palabras gr. tō agapētō, que se derivan del vb. agapaō (amo). El espíritu de amor cristiano prevalecía en la actitud del anciano hacia Gayo. Y ese era precisamente el espíritu que debía caracterizar la actitud de Gayo hacia los predicadores itinerantes como Demetrio. En otras tres ocasiones, el escritor se dirige a Gayo usando este mismo significativo término (vv. 2, 5, 11).

Además, el amor del apóstol por Gayo se basaba en la verdad, i.e., era genuino y de acuerdo con la verdad de Dios. De la misma forma, Gayo debía expresar su amor cristiano ofreciendo una hospitalidad que apoyara la verdad (cf. v. 8). Como en las dos anteriores epístolas de Juan, el argumento de esta carta está dominado por el interés del escritor de que existiera la verdad y el amor en la experiencia cristiana de sus lectores (“verdad”: vv. 1, 3 [dos veces], 4, 8, 12; “verdadero”: v. 12; “amor”: vv. 1, 6).

V. 2. El anciano se sentía complacido por la condición espiritual de Gayo y deseaba que pudiera estar igualmente bien en lo físico. Como lo muestran los vv. 2–6, Gayo era evidentemente un extraordinario hombre espiritual. Las palabras yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma no es una expresión simple y convencional de buenos deseos. 

El apóstol estaba interesado en el bienestar temporal de otros, no tan sólo en su prosperidad espiritual. Seguramente debió haber aprendido esto de Jesús mismo, cuya preocupación por los problemas físicos de la gente se pone de manifiesto en los cuatro evangelios. Sin duda, este es un aliciente bíblico para los cristianos de hoy, para que oren por las necesidades temporales de sus compañeros.

V. 3. El anciano sintió mucho gozo (cf. v. 4) al saber, por algunos hermanos, acerca de la fidelidad de Gayo hacia la verdad. Las palabras dieron testimonio de tu verdad son una trad. lit. del gr. El apóstol estaba diciendo que él había oído que Gayo era un hombre de la verdad. Muy posiblemente, los “hermanos” que llevaron ese testimonio a Juan habían disfrutado de la hospitalidad de Gayo, la misma cosa que el escritor estaba solicitando en favor de Demetrio (v. 10). Las palabras de cómo andas en la verdad, detallan lo que los “hermanos” habían dicho de Gayo. El estilo de vida de Gayo (su “andar”) era consistente con la verdad de Dios.

V. 4. Nada hacía más feliz a Juan (cf. v. 3) que oir que sus hijos andaban en la verdad. Esta expresión es similar a la de 2 Juan 4. Es posible que Juan, al referirse a Gayo como uno de sus hijos, dijera que éste era uno de sus convertidos (cf. el uso que Pablo hace de esta misma idea en 1 Co. 4:14; Gá. 4:19; Fil. 2:22). Por otra parte, el anciano apóstol pudo simplemente haber considerado desde una perspectiva de padre—con interés paternal—a los que él ministraba.


  1.      El saludo del anciano, v. 1
De acuerdo a lo expresado en la Introducción, el anciano (presbuteros 4245) no es otro que el apóstol Juan, quien goza de suficiente autoridad pastoral para formular atinados comentarios de lo que está ocurriendo en las diferentes iglesias del Asia Menor. A diferencia del apóstol Pablo, Juan no incluye su nombre en sus escritos ni las expresiones “apóstol” o “siervo”. La tradición y la patrística, mayoritariamente, no han titubeado en asignar estos escritos al apóstol Juan. Un Juan lleno de bondad pero también muy consciente de lo que significa la sana doctrina y el orden que debe imperar en la iglesia del Señor.

  2.      El líder encomiado, v. 2
Los primeros cuatro versículos son suficientes para formarnos una clara imagen de quién era este dirigente cristiano. 

Todo indica que Gayo era el principal líder de la iglesia local, temporalmente confundido por lo que está ocurriendo en su congregación en relación con el pobre sentido de la hospitalidad, que algunos quieren darle, y el mezquino espíritu de uno de ellos que se quiere exaltar injustificadamente (vv. 5–9).

Como ocurre también en otros casos, no tenemos mayores informaciones de este receptor epistolar a quien Juan distingue y agradece por lo que está haciendo. La expresión repetida amado (agapetos27), (vv. 1, 5, 11) no es tan solo una palabra de cortesía o trato paternal de un pastor experimentado en la obra de Dios, sino que obedece al sentir íntimo de Juan para reconfortar y apoyar a su consiervo en los momentos difíciles que vive. 

Una palabra de amistad dada oportunamente vale mucho y, si es delicada, vale el doble. Aun dando consejos o corrigiendo intenciones (vv. 6b, 8, 10a), el pastor Juan lo hace con amor y optimismo; nunca para descalificar. Así, todo marcha mejor. Juan sabía que Gayo estaba bien anímicamente al decirle que su alma (psuce5590) prosperaba (v. 2b).

  3.      La alegría del buen testimonio, vv. 3, 4
Más que por uno mismo, el buen testimonio se capta por otros. Razón tenía el proverbista al decir: “Deja que sean otros los que te alaben; no está bien que te alabes tú mismo” (Prov. 27:2, DHH). 

El excesivo uso del yo, inevitablemente, se torna odioso a los demás. El Apóstol está feliz porque fueron los hermanos en la fe los que daban testimonio de tu verdad, es decir, de cómo andas en la verdad (comp. BJ, “vives según la verdad”). Los informantes nada habían ocultado al Apóstol acerca del proceder de Gayo en la iglesia y la respetuosa conducta que irradiaba como líder de la misma. 

“Andar en la verdad” no solo era la práctica de Gayo, sino también oír que mis hijos andan en la verdad (v. 4). El estilo paternal del anciano al hablar de mis hijos es manifiesto a causa de sus no disimulados elogios para Gayo y para quienes estaban observando una calidad de vida digna de imitar, porque esto es lo que quiere Dios (comp. 2 Jn. 4). Imaginar que Gayo hubiese sido calumniado ante Juan, como lo supone Weiss, es demasiado apresurado; de otro modo, Juan lo hubiese hecho notar de la misma forma como lo hizo con la conducta observada por Diótrefes (vv. 9, 10). Gayo no necesitaba ser consolado, sino apoyado. Y eso fue lo que hizo el Apóstol.



BOSQUEJO HOMILÉTICO

El valor del testimonio cristiano
3 JUAN V. 3
Introducción: El testimonio cristiano es de gran valor en medio de los que no conocen al Señor, porque …
        I.      Autentica las palabras de las Escrituras.
    1.      El mundo necesita ver el poder del evangelio.
    2.      La vida transformada da crédito a las Escrituras.
    3.      El testimonio pone en acción la verdad.

        II.      Glorifica el nombre de Dios.
    1.      El creyente proclama con su vida la gracia de Dios.
    2.      La vida redimida es un canto de alabanza a Dios.
    3.      El testimonio impulsa a otros a conocer a Jesús.

        III.      Modifica la opinión de otros.
    1.      La familia se sorprende de la nueva conducta.
    2.      La sociedad reconoce la vida transformada.
    3.      La iglesia jubilosa enaltece el poder y amor de Dios

        IV.      Magnifica la obra redentora.
    1.      Derrumba los argumentos de los incrédulos.
    2.      Ridiculiza las doctrinas humanas de salvación.
    3.      Despierta nueva pasión por las almas perdidas.

Conclusión: Necesitamos el testimonio cotidiano de los creyentes en medio de un mundo perdido.



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Dios, quien es rico en misericordia, a causa de su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en delitos, nos dio vida juntamente con Cristo. ¡Por gracia sois salvos! Y juntamente con Cristo Jesús, nos resucitó y nos hizo sentar en los lugares celestiales,

Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6



 
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PREPARADOR DE SERMONES EXPOSITIVOS
EFESIOS
2:1-10

Salvos por la gracia
1 En cuanto a vosotros, estabais muertos en vuestros delitos y pecados, 
2 en los cuales anduvisteis en otro tiempo, conforme a la corriente de este mundo  y al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora actúa en los hijos de desobediencia. 
3 En otro tiempo todos nosotros vivimos  entre ellos en las pasiones de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de la mente; y por naturaleza éramos hijos de ira, como los demás. 
4 Pero Dios, quien es rico en misericordia, a causa de su gran amor con que nos amó, 
5 aun estando nosotros muertos en delitos, nos dio vida juntamente con Cristo. ¡Por gracia sois salvos! 
6 Y juntamente con Cristo Jesús, nos resucitó y nos hizo sentar en los lugares celestiales, 
7 para mostrar en las edades venideras las superabundantes riquezas de su gracia, por su bondad hacia nosotros en Cristo Jesús. 
8 Porque por gracia sois salvos  por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios. 
9 No es por obras, para que nadie se gloríe. 
10 Porque somos hechura de Dios, creados en Cristo Jesús para hacer las buenas obras que Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.



    La manifestación en la salvación de los hombres 
(EFESIOS 2:1–10)



Pablo retrocede ahora para reanudar el hilo de pensamiento que había introducido en 1:19, donde asevera que él ora a fin de que sus lectores puedan llegar a ver lo que es la supereminente grandeza del poder de Dios. 

La resurrección, la exaltación y el encabezamiento de Cristo sobre la iglesia son manifestaciones de este poder. En 2:1–10 el apóstol declara que la renovación espiritual de todos los hombres, tanto judíos como gentiles, es parte íntegra de la resurrección de Cristo, la suprema manifestación de la potencia de Dios. El tema es sucintamente declarado en el versículo 5: Aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo. La sección se divide en dos: (a) la vida vieja de pecado (2:1–3); (b) la nueva vida en Cristo (2:4–10). El contraste entre 2:1–3 y 2:4–10 nos habla del poder estupendo de Dios.

a. La vieja vida de pecado (2:1–3). 
Pablo distingue cuando menos cinco características de la vida que sus lectores vivieron antes cuando estaban lejos de Dios. 

Primero, era una vida de muerte espiritual; estaban muertos en… delitos y pecados (1). 
La muerte espiritual es “la muerte de pecado”,48 el cual es el estado de separación de Dios causado por delitos y pecados. ¡Qué ejemplos tenemos de ello en Adán y Eva! (Gn. 3:23). Debería entenderse claramente que Pablo no está meramente diciendo que el hombre aparte de Dios “está sujeto a la muerte, o aun bajo sentencia de muerte; él está realmente muerto, porque (está) bajo el control de una naturaleza pecaminosa”. Las palabras gemelas delitos (paraptoma) y pecados (hamartiai) dan énfasis a la naturaleza total de esta muerte. Delitos alude a “los deseos de la carne, audaces, crasos y palpables”, en tanto que pecados designa más “los deseos de la mente, pecados de pensamiento y de ideas, de propósito e inclinación”.

La segunda característica de los pecadores es que caminan siguiendo la corriente de este mundo (2). 
La palabra griega traducida corriente es aion, que literalmente significa “edad” (“este mundo”, VM., NVI). Tal como es empleada aquí no denota un sentido cronológico, sino más bien “el carácter espiritual de los tiempos”. 

Estas personas “anduvieron” (condujeron sus vidas, “vivisteis”, BJ.) de acuerdo a los pensamientos y pasatiempos de esta edad presente mala y transitoria (cf. Ro. 12:2; 1 Co. 7:31; Gá. 1:4). Un fragmento Siriaco, del sexto siglo tiene aquí la palabra kanona, que puede ser traducida, “reglas o cánones de operaciones”. Hombres espiritualmente muertos han olvidado las reglas y los caminos de Dios, para seguir las reglas y los caminos del mundo.

En tercer lugar, estas personas anduvieron conforme al príncipe de la potestad del aire. 
Este mundo tiene un dios, el diablo. En 2 Corintios 4:4, Pablo habla del “dios de este siglo”; en contraste con lo cual el mismo apóstol alaba en 1 Timoteo 1:17 “al Rey de los siglos”, o “Rey de las edades”. El diablo ejerce su autoridad en la esfera del aire. De acuerdo a Bruce, esto significa que “él es el líder de esas ‘huestes espirituales de maldad en las regiones celestes’ de las que se nos informa en Efesios 6:12”. 

Los lectores de Pablo antes se habían inclinado ante el dios transitorio de este mundo, y en ese tiempo sus recompensas eran tan efímeras como su dios. Pero Cristo les había traído liberación del diablo y sus cohortes. 

El término espíritu alude a los poderes malignos que habían sido mencionados antes, y sugiere esa disposición interior desobediente que se torna activa en los corazones de los hombres cuando están sujetos al maligno. Tal como Foulkes observa, los hombres son “dotados de energía” ya sea por Dios (20), o por las fuerzas del mal; si sucede esto último, “correctamente son llamados los hijos de desobediencia”.

Cuarto, ellos, y Pablo también, habían una vez vivido en los deseos de la carne (3). En este punto Pablo se ve forzado a admitir que él también, aunque era judío, se contaba entre “los hijos de desobediencia” antes de encontrar a Jesús. En los deseos de nuestra carne define “ese dominio o elemento en el cual su vida era gastada otrora”. 

Se mantenía dentro de los confines de los apetitos e impulsos que acompañan a la naturaleza humana caída, o que emanan de ella. Estos seres humanos se habían rendido a los deseos (epithumia, apetitos) de la carne (sarx, la naturaleza humana bajo el dominio del pecado). Ellos “satisfacían” (NVI) la voluntad (thelema, “voluntades”, o “deseos”, NVI) de la carne y de los pensamientos. Aquí se ponen al descubierto dos fuentes de mal: (1) la naturaleza caída del hombre en general, y (2) “el laboratorio de pensamientos, impresiones, imaginaciones y deseos pervertidos, en particular”.

Quinto, estas personas sin Dios eran por naturaleza hijos de ira. 
En su estado precristiano, sin la ayuda del Espíritu de Dios, los lectores de Pablo, y él también, estaban por naturaleza (innatamente) comprometidos al pecado. Una ley de pecar los controlaba, y por ende caían bajo la ira de Dios. 

La frase hijos de ira en este caso no significa “por nuestro nacimiento como niños”. El hecho de que cada hombre de la raza de Adán nace como pecador es reconocido por la frase por naturaleza. Hijos de ira en este caso sencillamente significa “objetos de ira”. Tal como Purkiser declara con mucho énfasis, la ira de Dios “no es una reacción de las sensibilidades y de la voluntad divinas que pueda ser cambiada o alterada. Es el incesante antagonismo de Dios al pecado, que debe continuar en tanto que Dios sea Dios”.

b. La nueva vida en Cristo (2:4–10). 
Desde la perspectiva de Pablo el predicamento de la humanidad nunca es desesperado. En contra del negro fondo de muerte espiritual el apóstol ahora traza una caracterización cautivadora de la nueva vida en Cristo. Tres características de esta vida se observan aquí con claridad.

Primero, es una vida iniciada por Dios (4–5). 
En Cristo la historia irrumpió en la situación trágica de la humanidad, y hoy El invade o irrumpe en el estado pecaminoso de cada hombre arrepentido para traer salvación. Tal es la fuerza de la poderosa cláusula de Pablo: Pero Dios. Dios siempre cambia la situación. 

Aun estando nosotros muertos en pecados, su amor estaba obrando en nuestro favor (cf. Ro. 5:6, 8). La misericordia es la disposición de Dios hacia seres pecaminosos, pero el amor es su móvil por todo lo que El hace por ellos. La misericordia es rica (inagotable), pero el amor es grande (indescriptible y magnánimo). 

Es “debido a” ese gran amor, y no “a través de” ese amor que Dios nos escogió y nos dio vida juntamente, o “nos vivificó juntamente” (BJ., 5). La palabra traducida juntamente no aparece en el original como una sola palabra, sino que es formada por la adición del prefijo syn al verbo “vivificar”. 

Pablo acuñó este verbo compuesto, sin duda alguna para dar más énfasis a que la salvación es el resultado de la unión con Cristo (cf. Ro. 6:6, 8; Col. 2:12; 2 Ti. 2:11). La resurrección de Cristo no es nada más la seguridad de la regeneración espiritual; también es el medio de la regeneración. Seres humanos muertos son resucitados de la muerte espiritual en y con el Cristo resucitado, y todo ello es iniciado por el amor de Dios (cf. Ro. 6:11). Para la discusión del resumen espontáneo que Pablo hace del evangelio, por gracia sois salvos, véanse los comentarios sobre el versículo 8.

Segundo, la nueva vida en Cristo es vida de resurrección (6–7). Como cristianos, ambos los judíos y los gentiles, participamos no sólo de la resurrección de Cristo sino también de su exaltación. Dios juntamente con él nos resucitó (synegeiro), y asimismo nos hizo sentar (synkathizo). Estos verbos están en el tiempo aoristo y expresan acción puntiaguda y terminada. Tal como Bruce escribe: “… los creyentes son vistos como si ya estuviesen sentados allí con Cristo, por el acto y propósito de Dios. 

Y efectivamente, vivimos temporalmente en la tierra y sólo en tanto que permanezcamos en este cuerpo; pero ‘en Cristo’ estamos sentados con Cristo donde El está.” Este es el significado de en los lugares celestiales (véanse los comentarios sobre 1:3). El cristiano, habiendo sido elevado “del infierno más profundo al mismísimo cielo” (Calvino) disfruta de la vida y la ciudadanía en el cielo (cf. Fil. 3:20). El propósito de esta vida resucitada y exaltada del nuevo hombre es que pueda mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús (7). “En el futuro sin límites, conforme cada edad es seguida por otra”, seres humanos resucitados espiritualmente desplegarán la gracia de Dios. Nótese la repetición del tema de alabanza en 1:6, 12, 14.

Tercero, la vida en Cristo nos ha sido dada (8–10). Ensanchando lo que dijo en el paréntesis del versículo 5, Pablo presenta “uno de los grandes resúmenes evangélicos del Nuevo Testamento”. Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios (8). La segunda parte de este versículo es un paralelo de la primera. Nuestra salvación de la esclavitud del pecado, que brota de la gracia de Dios y que es apropiada a través de la fe, es don de Dios (cf. 1:7). Por lo tanto, no ganamos por buenas obras (la esencia de la religión legalista) el derecho a ser librados del pecado y de la muerte. ¡Jamás! La gracia significa que todo principia y termina con Dios. La salvación es por ende un don de nuestro Creador. El versículo 10 da énfasis a esta verdad: Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús. Simpson comenta: “Nosotros nos hemos arruinado a nosotros mismos, pero en El está nuestra ayuda. El Creador remienda su arruinada obra maestra con sus propias manos, y ‘no está dispuesto a compartir la alabanza de la gracia’.”

Si bien la gracia es el origen o fuente de nuestra salvación, la fe es el medio o instrumento. El pronombre demostrativo esto del versículo 8 no debe interpretarse como que se refiere a la fe como el don de Dios. Tal como Wesley y otros exégetas sugieren, esto se refiere a “toda la cláusula precedente, sois salvos por medio de la fe”. La salvación misma es lo que es el don de Dios. La fe no presenta demanda alguna, no sea que ella también fuese llamada un “mérito” o una “obra”. Si tal cosa pasara, el hombre creyente tendría el derecho a jactarse, o a gloriarse en sí mismo (cf. Ro. 4:2). La fe es la respuesta gratuita y obediente del hombre a las divinas invitaciones o súplicas de la salvación. Pero cuando la fe opera y el pecador posee el gozo de la nueva vida, la declaración espontánea es: “¡Todo viene de Dios!”

Sin embargo, Pablo nos recuerda que las obras tienen un lugar en la salvación que Dios nos brinda. Cuando la gracia opera, a través de la fe, un nuevo hombre es creado… para buenas obras (10), tal como era la intención original de Dios al crearnos. Buenas obras, obras que están en armonía con esos elementos de la ley de Dios que permanecen, o son retenidos en Cristo, vienen después de la experiencia de la fe. Y para la persona de fe, estas buenas obras no son obras humanas, sino buenas obras inspiradas por el ministerio del Espíritu en su vida. ¡Por lo tanto, la nueva vida en Cristo es una manifestación del grandioso poder de Dios!





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...a pesar de los falsos hermanos introducidos a escondidas, que entraban para espiar nuestra libertad que tenemos en Cristo Jesús, para reducirnos a esclavitud, a los cuales ni por un momento accedimos a someternos, para que la verdad del evangelio permaneciese con vosotros.

Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6




 
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CONSTRUCCIÓN DE SERMONES EXPOSITIVOS
GÁLATAS 2: 1-10

1Después, pasados catorce años, subí otra vez a Jerusaléna con Bernabé, llevando también conmigo a Tito. 2Pero subí según una revelación, y para no correr o haber corrido en vano, expuse en privado a los que tenían cierta reputación el evangelio que predico entre los gentiles. 

3Mas ni aun Tito, que estaba conmigo, con todo y ser griego, fue obligado a circuncidarse; 4y esto a pesar de los falsos hermanos introducidos a escondidas, que entraban para espiar nuestra libertad que tenemos en Cristo Jesús, para reducirnos a esclavitud, 5a los cuales ni por un momento accedimos a someternos, para que la verdad del evangelio permaneciese con vosotros. 

6Pero de los que tenían reputación de ser algo (lo que hayan sido en otro tiempo nada me importa; Dios no hace acepción de personasb), a mí, pues, los de reputación nada nuevo me comunicaron. 

7Antes por el contrario, como vieron que me había sido encomendado el evangelio de la incircuncisión, como a Pedro el de la circuncisión 8(pues el que actuó en Pedro para el apostolado de la circuncisión, actuó también en mí para con los gentiles), 9y reconociendo la gracia que me había sido dada, Jacobo, Cefas y Juan, que eran considerados como columnas, nos dieron a mí y a Bernabé la diestra en señal de compañerismo, para que nosotros fuésemos a los gentiles, y ellos a la circuncisión. 10Solamente nos pidieron que nos acordásemos de los pobres; lo cual también procuré con diligencia hacer.
a a 2.1: Hch. 11.30; 15.2.
b b 2.6: Dt. 10.17.


La aceptación apostólica, 
GÁLATAS 2:1-10

Después de haber argumentado su independencia de los apóstoles en relación con el origen de su evangelio, Pablo comienza a escribir acerca de la unidad que existía entre él y los apóstoles de Jerusalén. En contra de las acusaciones de los judaizantes que decían que el evangelio de Pablo no era igual al dado por Jesús a los doce apóstoles, Pablo argumenta que es el mismo evangelio.

El Apóstol continúa su narración histórica y menciona que después de catorce años él subió a Jerusalén (v. 1. Aquí se menciona por tercera vez la palabra griega epéita 1899 que se traduce después). Es lógico asumir que Pablo se refiere a catorce años después de la visita a Jerusalén mencionada en 1:18. Hay dos razones por que tomar este punto de vista. Primera, la palabra griega epéita que se traduce después en 1:18 tiene referencia al versículo anterior (v. 17) que incluye la salvación de Pablo y su viaje a Arabia y Damasco. El después en 2:1 tiene que ver con la visita a Jerusalén mencionada en 1:18 y no a su salvación remota. Segundo, la palabra griega pálin 3825 (otra vez) en 2:1 tiene referencia a su visita a Jerusalén y no a su conversión.

Es de importancia escribir un poco acerca de la visita de Pablo a Jerusalén según 2:1. Entre los eruditos de las Sagradas Escrituras hay un debate en cuanto a esta visita. Sería de ayuda presentar un esquema de las visitas de Pablo a Jerusalén según Hechos y las que Pablo menciona en Gálatas.
Según Lucas Según Pablo
Hechos 9:26–30 Gálatas 1:18–24
Hechos 11:27–30 Gálatas 2:1–10
Hechos 15
Hechos 18:22
Hechos 27:17 s.
El argumento entre los eruditos es dónde poner la visita de Pablo a Jerusalén mencionada en Gálatas 2:1–10 con las cinco referencias mencionadas por Lucas en Hechos. Las dos interpretaciones más comunes son: Gálatas 2:1–10 es la misma visita mencionada por Lucas en Hechos 11:27–30 (algunos exponentes de este punto de vista son F. F. Bruce y William Ramsey). El segundo punto de vista es que Gálatas 2:1–10 es la narración de Lucas en Hechos 15 (algunos exponentes de este punto de vista son J. B. Lightfoot y A. T. Robertson). En realidad los dos enfoques tienen sus argumentos fuertes y sus problemas pero es mejor seguir el punto de vista tradicional, que afirma que Gálatas 2:1–10 es la misma visita en Hechos 15

Algunos de los argumentos que hacen esta interpretación más fuerte son los siguientes. Los participantes son los mismos. Pablo y Bernabé son prominentes en Hechos 15 y Gálatas 2. También Pedro y Jacobo estaban envueltos en este evento. Un problema en relación a los participantes es: ¿Por qué Tito no es mencionado en Hechos 15? Este problema se puede contestar diciendo que Tito fue incluido con los otros en Hechos 15:2. Otro argumento que favorece este punto de vista es que el problema es el mismo. En las dos narraciones el problema era el de la circuncisión de los gentiles convertidos. Pablo estaba en un conflicto serio con los judaizantes acerca de la circuncisión, lo que llevó al concilio de Jerusalén en Hechos 15. Finalmente, la cronología apoya este punto de vista. Si sumamos los tres años de 1:18 con los catorce años en 2:1, el resultado encaja mejor con el tiempo del concilio en Hechos 15.

Un argumento fuerte que vale la pena mencionar contra el primer punto de vista (Gál. 2:1–10 es el mismo incidente que Hech. 11:27–30) es que en Hechos 11 Pablo trajo ayuda para los pobres y sería una falta de cortesía que los apóstoles insistieran a Pablo que recordara a los pobres (Gál. 2:10).

Una pregunta que hay que contestar es: ¿Por qué Pablo solamente menciona aquí dos de sus cinco visitas a Jerusalén según Hechos? Esta pregunta se puede contestar diciendo que el propósito de Pablo no era el mencionar todas sus visitas a Jerusalén sino sólo algunas que podían apoyar su argumento contra los judaizantes.
El Apóstol subió a Jerusalén acompañado por Bernabé y Tito (2:1). Bernabé no era su nombre original sino José; los apóstoles le pusieron el nombre de Bernabé, que traducido es "hijo de consolación". Este nombre mostraba su carácter (Hech. 4:36). Bernabé era un levita nacido en Chipre (Hech. 4:36) y su primo era Marcos (Col. 4:10). 
No sabemos nada acerca de su conversión, pero mucho en cuanto a su naturaleza espiritual. Bernabé era un hombre con una naturaleza muy generosa, y vendió su heredad para ayudar a los pobres (Hech. 4:37). También Bernabé probó en su vida que en realidad era un hijo de consolación. El tomó a Pablo en el comienzo de su vida cristiana y lo llevó a los apóstoles en Jerusalén para que tuviesen compañerismo con él. Fue Bernabé quien también buscó a Pablo para que fuera a Antioquía y ministrara allí por un año (Hech. 11:25, 26). El ministerio de Bernabé y Pablo creció y después la iglesia de Antioquía los envió a Jerusalén con una ayuda para los pobres (Hech. 11:29, 30). Después Pablo y Bernabé fueron comisionados por la iglesia como misioneros (Hech. 13:2–4). Bernabé fue con Pablo en el primer viaje misionero y más tarde regresaron a Antioquía (Hech. 14:24–28). 
En Antioquía, la iglesia reconoció el liderazgo de Pablo. (Lucas mencionaba primero a Pablo y después a Bernabé según Hech. 15:2, 35.) El trabajo unido de estos dos grandes siervos terminó por una discusión que tuvieron en relación con Marcos, el primo de Bernabé, antes del segundo viaje misionero (Hech. 15:36–41). Pablo no quería llevarlo porque Marcos no quiso seguir en el primer viaje misionero y regresó a Jerusalén (Hech. 13:13). 
Bernabé quería llevar a Marcos en un programa de discipulado y ánimo, pero Pablo no estuvo de acuerdo. Entonces Bernabé tomó a Marcos y se fue a Chipre. Pablo partió con Silas en su segundo viaje misionero. Bernabé tuvo éxito en el discipulado de Marcos. El apóstol Pablo más tarde reconoció el cambio en Marcos. 
Personalmente pide que le ayude en su ministerio (Col. 4:10; 2 Tim. 4:11; Flm. 24). Después de esta discusión, Bernabé sale del retrato narrativo de Lucas en Hechos. Si alguien hubiese escrito un libro acerca de la vida de Bernabé, yo creo que tendría muchos relatos de personas que testificarían de la influencia que Bernabé tuvo en ellos; el apóstol Pablo sería uno de ellos. Este desacuerdo no terminó la amistad entre Pablo y Bernabé. En 1 Corintios 9:6 Pablo menciona a Bernabé como colaborador.
Compañeros en el ministerio
(Pablo y Bernabé)
Las experiencias de estos dos siervos del Señor nos dan ejemplo de las maneras en que podemos experimentar el compañerismo en la obra del Señor.
1.     Ambos habían tenido experiencias dramáticas de conversión.
2.     Ambos cambiaron el rumbo de su vida al convertirse, para ser misioneros.
3.     Ambos tenían carácter fuerte, que se prestaba para diferencias de opinión en cuanto a la estrategia en la obra (Hech. 13:13).
4.     Ambos llegaron a madurar en la fe, para ser más amplios en aceptar los puntos de vista de otros (1 Cor. 9:6).
Algunos se pueden preguntar: ¿Quién tuvo la razón, Pablo o Bernabé? La respuesta es que los dos la tuvieron. El punto de vista de Pablo era expandir el reino de Dios; en este enfoque no hay mucho tiempo para equipar y animar. El punto de vista de Bernabé era el equipar y animar a los hijos del reino y ésto toma tiempo. Los dos puntos de vista son correctos y deben ser ejercitados en las iglesias. Lo bueno de esta discusión fue que Pablo siguió en lo que el Señor le había llamado y Bernabé siguió en su ministerio. También continuaron como amigos y hermanos en Cristo según 1 Corintios 9:6. Este debe ser un ejemplo cuando hay discusiones entre hermanos; seguir como amigos y hermanos en el Señor y lo más importante es seguir en la obra donde el Señor les ha colocado.

Otra persona que Pablo menciona que fue con él a Jerusalén es Tito. El era un gentil incircunciso (Gál. 2:3). También fue un colaborador con Pablo. Tito era pastor (2 Cor. 8:23; 12:18). No sabemos cuando Tito se juntó con Pablo en las actividades misioneras. La referencia más temprana de Tito está en Gálatas 2:1, 3. Una de las epístolas pastorales fue enviada a Tito, que estaba trabajando como pastor en Creta (vea la epístola de Tito).

El apóstol Pablo explica que subió a Jerusalén de acuerdo a una revelación (v. 2). Algunos eruditos argumentan que Gálatas 2 no es el mismo incidente que el concilio de Hechos 15, porque Lucas no menciona nada acerca de esta revelación. Podemos decir que fue posible que el Espíritu Santo haya podido hablar por medio de los líderes de Antioquía y también por Pablo, como lo había hecho antes cuando comisionó a Pablo y Bernabé a ir a Jerusalén para llevar ayuda a los pobres (Hech. 11:17–30; 12:24, 25). El silencio de Hechos 15 acerca de la revelación de Pablo no la niega, pero sencillamente no fue mencionada por Lucas. Un ejemplo de una exclusión de Lucas es Hechos 9:29, 30 donde Pablo huye de Jerusalén. Aquí no se menciona nada de una revelación pero en Hechos 22:17–21 Pablo explica que fue por una visión que salió de Jerusalén. De la misma manera Pablo subió a Jerusalén porque sabía que era la voluntad de Dios (Dios se lo manifestó por medio de una revelación); aunque Lucas no la menciona, no quiere decir que no ocurrió.

La pregunta en este versículo (2:2) es: ¿Qué quiso decir Pablo cuando escribió: ... no corro ni he corrido en vano? Pablo no quiso decir que él no estaba seguro de su evangelio y por eso fue a Jerusalén para recibir una confirmación apostólica. El estaba totalmente convencido del evangelio y estaba dispuesto a no ceder ni un centímetro de su mensaje (Gál. 2:3–5). Es mejor interpretarlo como que el Apóstol tenía miedo de que el evangelio que él predicaba fuera mal entendido y eliminado públicamente por los líderes de Jerusalén. Si ésto sucedía, su evangelio vendría a estar en la lista negra y los judaizantes ganarían la acreditación para predicar un evangelio contaminado. El ministerio de Pablo sería perjudicado y todo su trabajo vendría a ser en vano. La unidad del evangelio sería dividida entre salvación más la ley o salvación más nada. El Apóstol menciona la misma idea cuando exhorta a los filipenses en cuanto a su carácter cristiano (Fil. 2:16).

Antes del concilio público en Hechos 15, el Apóstol expuso su evangelio previamente. Pablo lo hizo así para conocer la posición de los líderes en Jerusalén y que ellos también supieran más acerca del evangelio que él predicaba entre los gentiles. Además el Apóstol quería evitar conversaciones y decisiones públicas que podían ser de estorbo para la obra entre los gentiles. Algunos podían preguntarse: ¿Por qué la reunión en privado no es mencionada por Lucas en Hechos 15? Hechos 15:4, 5 nos dice que hubo una reunión en la cual Pablo y Bernabé dieron un informe de su ministerio y más tarde en los vv. 6–12 comenzó la reunión más formal.

Otra pregunta que se puede hacer en este punto es: ¿Por qué Pablo no resolvió este problema cuando fue a Jerusalén por primera vez? Posiblemente el problema de los judaizantes no había sido de una gran oposición en el ministerio temprano de Pablo. También la naturaleza de la primera visita era de conocer a los apóstoles y saber más acerca de Jesús cuando estuvo en el mundo.

Pablo continúa diciendo que Tito (que era un gentil incircunciso) no fue obligado a ser circuncidado, mas fue recibido como hermano en la fe. Posiblemente Pablo llevó a Tito para mostrar lo que el Espíritu Santo estaba haciendo entre los gentiles. 

Pablo menciona a Tito en este punto para argumentar contra la pretensión de los judaizantes que querían que los gentiles fuesen circuncidados para ser salvos. Si la circuncisión es importante, entonces: ¿Por qué Tito no fue forzado a hacerlo por los de reputación en Jerusalén?

Sería buena idea explicar brevemente qué es la circuncisión. Circuncidar quiere decir "cortar" circularmente una porción del prepucio. La circuncisión en el AT era una señal del pacto que Dios tuvo con Abraham (Gén. 17:10, 11). Este rito externo era observado por el pueblo de Dios en el AT (Gén. 17; Exo. 4; Jos. 5) y debía ser una señal de un cambio interno hecho por Dios (Deut. 10:16; 30:6). En el NT este rito externo no tenía ningún significado en la vida espiritual de una persona (Rom. 4:10, 11; Gál. 5:6). Sabiendo la influencia tremenda que la circuncisión tenía en el pueblo de Israel por siglos, podemos entender el celo ferviente que los judaizantes tenían por la ley y la circuncisión.

Una pregunta que algunos lectores se pueden hacer es: ¿Por qué Pablo animó a Timoteo a circuncidarse (Hech. 16:3) y también defendió a Tito para que no se circuncidara (Gál. 2:5)? ¿Era Pablo inconsecuente? La contestación es que Pablo no fue inconsecuente. El caso de Timoteo es diferente al de Tito. 

Timoteo se circuncidó para evitar pleitos entre los judíos no salvos en Jerusalén; Timoteo no quería ser piedra de tropiezo para ellos. Se hizo como ellos para ganarlos para Cristo. En el caso de Timoteo la circuncisión no era para salvación sino para evitar pleitos, siendo él en parte judío (Hech. 16:1). El caso de Tito era totalmente diferente. Pablo se opuso a la enseñanza de que hay que circuncidar a los cristianos gentiles para salvación. Pablo quería mostrar que los gentiles eran salvos sin la circuncisión. El caso de Tito tenía más que ver con el mensaje de salvación y la ley.

Los judaizantes, a quienes Pablo se refiere en el cap. 2, eran falsos hermanos. El Apóstol no estaba diciendo que ellos eran hermanos en la fe sino al contrario, eran hombres que se hacían pasar como hermanos pero en realidad eran falsos. Estos hombres falsos se infiltraron secretamente (v. 4). La idea aquí es que estos falsos hermanos eran puestos en las congregaciones por algún grupo de afuera. Pablo no dice quiénes eran pero los gálatas sabían quiénes eran los responsables. Posiblemente el grupo que investigaba esta clase de actividad eran ex fariseos o ex sacerdotes judíos que se llamaban cristianos en Jerusalén. Estos falsos hermanos tenían un lema que era: Si no os circuncidáis de acuerdo con el rito de Moisés, no podéis ser salvos (Hech. 15:1). 

Según Pablo, los falsos hermanos tenían dos objetivos. El primero era de espiar la libertad que los cristianos gentiles tenían en Cristo. Cuando Pablo menciona la palabra libertad (v. 4), él no se está refiriendo a una libertad de hacer lo que le venga en gana, sino a una libertad de los ritos y reglamentos de la ley que eran impuestos por los líderes judíos. El segundo objetivo era de esclavizar a los cristianos más dé-biles a observar las leyes y ceremonias del AT.

El Apóstol explica que esta clase de enseñanza no fue tolerada ni practicada en su ministerio para que el evangelio de libertad se siguiera proclamando (v. 5). Algunos eruditos piensan que Tito sí fue circuncidado. 
Ellos argumentan que en algunos manuscritos las palabras ni por no aparecen (en el griego son las palabras hois oude y no aparecen en el texto occidental); la lectura de este versículo sin las palabras "ni por" tiene el significado de que Tito se circuncidó para no traer problema. Tito no fue forzado pero aceptó la circuncisión y así el Apóstol y Tito accedieron por un tiempo. Este punto de vista es inconsecuente con la firmeza de Pablo acerca de su evangelio de libertad. También el tono de la epístola es totalmente contrario a la idea de la circuncisión para los gentiles. Es mejor interpretar este versículo como que Tito no se circuncidó.
“Los importantes”
2:6
Hace unos años un líder en la obra cristiana en un país se jactó de estar entre los importantes, cuando se señaló a sí mismo y dijo: “Aquí está uno de los ‘big wig’ (más importantes) de la obra.” Desgraciadamente, después de unos años, se descubrió que este mismo hermano estaba involucrado en actos de deshonestidad que causaron tristeza para todos los cristianos. No debemos pensar que somos los “importantes” en la obra; Dios nos llama a servir con fidelidad, y él se encargará de dar la recompensa. Nuestro llamado es a ser fieles en servir, no buscar los títulos de importancia.
El apóstol Pablo regresa a lo que dijo en el v. 2 acerca de exponer su evangelio a aquellos con reputación en Jerusalén y llega a la conclusión de que ellos no agregaron nada nuevo a su evangelio dado directamente por Cristo (v. 6). El Apóstol no tenía falta de respeto para los apóstoles en Jerusalén, al contrario, él fue para que ellos escucharan su evangelio. Pablo estaba reaccionando contra aquellos judaizantes que ponían a los apóstoles de Jerusalén como la máxima autoridad y a Pablo como un apóstol falso, que tenía un evangelio inventado por él. Estos grandes hombres tenían una reputación de haber caminado con Jesús y de ser apóstoles en Jerusalén, donde se originó el mensaje verdadero y el cristianismo. Posiblemente los judaizantes usaban estas credenciales para mezclar el evangelio con la ley. Pablo reacciona contra tales hombres (no contra los apóstoles) y menciona que el hecho de que estos apóstoles hubieran caminado con Jesús en otros tiempos no les daba más favor ante Dios que a él, que llegó a ser apóstol más tarde. Los judaizantes sabían que Dios no hace acepción de personas. En el concilio de Jerusalén Pedro confirmó esta verdad (Hech. 15:9).
El Apóstol regresa al concilio de Jerusalén y menciona una de las decisiones que se tomó (v. 7). Se reconoció que el evangelio dado a Pablo venía de Cristo y se tomó la decisión de que a Pablo se le había encomendado el evangelio por Cristo para ser predicado a los gentiles (Hech. 15:12) y a Pedro, que era un líder destacado entre los apóstoles en Jerusalén, el evangelio para los judíos (Hech. 15:7–11). Cuando Pablo menciona el evangelio para la incIrcuncisión y para la circuncisión, él no se está refiriendo a que hay dos evangelios, sino que el mismo evangelio se predicase a dos grupos diferentes. El mismo Espíritu Santo que actuó en Pedro también actuó en Pablo (v. 8). En otras palabras, el evangelio tenía que ser uno porque el autor es uno y es el mismo Espíritu Santo que llamó a estos dos grandes siervos a un ministerio diferente. Cuando se dice que Pablo es apóstol a los gentiles y Pedro a los judíos, no necesariamente se eliminaba la evangelización a los otros grupos, sino que en general el ministerio de Pablo era para los gentiles y el de Pedro para los judíos.
El Apóstol continúa su defensa contra los judaizantes y menciona a tres personas que los judaizantes usaban para combatir el evangelio de gracia que Pablo predicaba. Les dice que ellos (Jacobo, Pedro y Juan) aprobaron el ministerio del apóstol Pablo (v. 9). No sabemos de seguro por qué Pablo menciona a Jacobo primero. Posiblemente Jacobo llegó a ser el más prominente en la iglesia de Jerusalén. Pedro y Juan también fueron mencionados. Pablo escribe liberalmente el nombre de Cefas en vez de Pedro; posiblemente Pablo usaba los dos nombres intercambiadamente. El Juan que Pablo menciona es probablemente el hijo de Zebedeo (Mat. 10:2–4). Esta es la única oportunidad en que el nombre Juan es mencionado en las epístolas paulinas. Según el libro de Hechos, Juan estuvo con Pedro en diferentes ocasiones (Hech. 3:1–4:22; 8:14–25). Estos apóstoles eran pilares en la obra de Jerusalén. El término columna (v. 9) es simbólico de una persona que muestra apoyo y defensa (en el sentido de enseñanza) por los suyos. Entre los judíos, la palabra columna tenía que ver con un gran maestro. Apocalipsis 3:12 menciona la palabra columna para aquellos que son vencedores. Fueron estos hermanos de gran prestigio en Jerusalén los que dieron la mano de compañerismo a Pablo y Bernabé. La mano derecha (déxios 1188, "la mano"), tenía que ver como un acto simbólico que representaba un acuerdo o amistad entre dos grupos o personas. Estos líderes estaban de acuerdo con el ministerio de Pablo para los gentiles. Lo único que los hermanos le pidieron fue el recordar a los pobres, lo cual Pablo estaba haciendo. En la reunión no hubo ninguna indicación de que el evangelio paulino tenía defectos sino al contrario hubo unidad entre los líderes de Jerusalén y Pablo.

La petición de recordar a los pobres por los líderes de Jerusalén no es mencionada por Lucas en Hechos. Tenemos que concluir que aunque no fue mencionada por Lucas, esta fue una petición que los apóstoles hicieron, posiblemente en la reunión privada en Hechos 15:4. Esta petición no cambiaba nada en el evangelio de Pablo, al contrario lo apoyaba.
Semillero homilético
Llamados para ser apóstoles
2:6–10
Introducción: Los llamados de Dios siempre buscan lugares para servir. En el caso de Pablo el lugar no era importante. Sintió que su misión era a los gentiles, que en este pasaje se llama la incircuncisión. Pedro y otros apóstoles concentraron su ministerio en los judíos, que aquí abarca a los de la circuncisión.
I.     La fuente del llamado es Dios.
1.     El llamado fue dado a Pedro y los otros apóstoles.
2.     El llamado fue dado también a Pablo.
II.     El propósito del llamado de Dios.
1.     El llevar el evangelio a los judíos primeramente (de la circuncisión).
2.     El llevar el evangelio a los gentiles (incircuncisos).
III.     El alcance del llamado de Dios, v. 10.
1.     Enfocar en lo esencial del evangelio y no en los aspectos periféricos.
2.     Acordar las obras sociales para ayudar a los pobres.
Conclusión: La aplicación práctica del pasaje hoy en día nos lleva a enfocar a los grupos étnicos en distintas partes del mundo, que nunca han escuchado el evangelio. No importa su raza; lo importante es que son personas por las cuales Cristo murió y Dios quiere que entren en su reino.
Una pregunta que se puede hacer en este punto es: ¿Por qué el Apóstol no incluyó el contenido del decreto en Hechos 15 en su argumento contra los judaizantes? Tenemos que entender que una de las cosas que Pablo quería argumentar era su independencia de los apóstoles de Jerusalén y que su evangelio era dado totalmente por Cristo. Al mencionar el decreto, su evangelio perdía credibilidad. Es interesante que en 1 Corintios 8, que se refiere a comidas sacrificadas a los ídolos, el Apóstol tampoco menciona el decreto de Hechos 15 para reforzar su argumento.

c. La exhortación a Pedro según el evangelio, 2:11–21. Hemos visto que el evangelio dado a Pablo por Cristo en realidad es genuino. Este evangelio fue dado a Pablo por revelación directa y fue totalmente independiente de la autoridad apóstolica en Jerusalén. También fue por el evangelio que su vida fue transformada para predicar a los gentiles. El evangelio predicado por Pablo fue también aceptado por los apóstoles en Jerusalén. Ahora el apóstol Pablo da un ejemplo de la autoridad de su evangelio y es en ocasión de la confrontación que tuvo con Pedro. Esto pasó después del concilio de Jerusalén relatado en Hechos 15; Pedro decidió visitar a los hermanos en Antioquía (v. 11). Fue en esta visita que Pedro fue resistido por Pablo (el verbo griego anthístemi 436 tiene que ver con un ataque inicial del otro lado y así ser resistido. En la mente de Pablo, Pedro era culpable de un acto original de agresión contra el evangelio de la gracia). Pablo menciona que lo que Pedro hizo era reprensible. 

El ser reprendido por Pablo no significa que éste era superior sino que los hechos de Pedro no eran según el evangelio. El Apóstol explica lo que pasó (v. 12). Pedro comía con los gentiles (eran gentiles cristianos convertidos por medio del evangelio predicado por Pablo). Cuando Pedro estaba teniendo compañerismo con ellos, algunos de parte de Jacobo vinieron a ellos, (posiblemente en el tiempo de la comida también participaban del partimiento del pan y el vino, para recordar la muerte del Señor). Ciertas personas de parte de Jacobo (v. 12): Estos judíos eran cristianos, y venían de parte de Jacobo. Este es el mismo Jacobo que Pablo mencionó en 1:19. Posiblemente fueron a Antioquía para llevar luego un informe a Jacobo. Estos no eran los falsos hermanos que el apóstol menciona en el v. 4. Pero eran hombres de prestigio en la iglesia en Jerusalén y por ello Pedro tuvo temor. Estos hombres que venían de parte de Jacobo eran judíos estrictos que se habían convertido al cristianismo.

Es importante mencionar que a Pedro y a los judíos cristianos, especialmente los de Jerusalén, no les era cosa fácil dejar atrás una enseñanza que había predominado anteriormente en sus vidas. La tradición de sus padres era algo que predominaba en su sociedad. Pedro tuvo problemas en la transición de la ley a la gracia. Un ejemplo clásico de esto fue la visión que Pedro tuvo de parte de Dios para enseñarle que ya no hay diferencia entre judíos y gentiles (Hech. 10).

Cuando llegaron los de Jerusalén, Pedro se retraía y apartaba, temiendo... (v. 12). Estas palabras juntas describen a una persona tímida que se aparta cuidadosamente para no ser observada. El verbo "retraer" (upostéllo 5288) se usaba para cuando un ejército planeaba retirarse para ir a buscar protección. Por miedo a los de la circuncisión Pedro comenzó a separarse de los hermanos gentiles. Pablo los menciona como los de la circuncisión (v. 12). La idea aquí es la misma que en el v. 7, en el cual se menciona que el ministerio de Pedro era para aquellos de la circuncisión o judíos. Estos hermanos eran judíos cristianos. El temor de Pedro era como en Hechos 11:1, 2 donde los cristianos judíos conocidos como los de la circuncisión argumentaban con Pedro y le reclamaban su compañerismo con los gentiles.

Una pregunta que puede estar en algunos de los lectores es: ¿Por qué tenía Pedro temor de estas personas si el concilio (Hech. 15) claramente había dado a los judíos "luz verde" para el compañerismo? Simplemente que el decreto de Hechos 15 fue anunciado en teoría y no en práctica. Lo que le pasó a Pedro fue un error suyo en la práctica. La tensión de la ley predominaba entre los cristianos judíos en Jerusalén. No fue algo que desapareció totalmente después del decreto. Con su manera de actuar, Pedro influyó en otros, para hacer lo mismo (los otros judíos eran judíos cristianos que vivían en Antioquía). Tanta fue su hipocresía que hasta Bernabé lo siguió en sus hechos (v. 13). El apóstol Pablo llama hipocresía a esta acción de parte de Pedro y sus seguidores, porque representaban una comedia que no estaba de acuerdo con sus convicciones. Esto sucedió por un período de tiempo, seguramente durante la estadía de los de la circuncisión.

El apóstol Pablo vio que no andaban rectamente (v. 14; orthopodéo 3716 tiene que ver con seguir un camino derecho en contraste con una línea torcida). Con su testimonio, ellos se estaban alejando de la verdad del evangelio. Aquí hay una lección muy importante que tenemos que considerar y es que a veces sabemos la verdad del evangelio (en teoría) pero por presiones externas actuamos en forma contraria a la verdad de lo que la palabra nos indica. El saber de la Palabra y el vivirla debe ser una sola cosa. Pablo exhortó a Pedro cara a cara delante de todos (v. 14). La razón por la que Pablo lo exhortó en público fue que, como líder, estaba siendo piedra de tropiezo a muchos hermanos. Esta no fue una ofensa personal, sino que involucraba a muchos hermanos.

Pablo comienza su exhortación con una pregunta (v. 14b). No sabemos de seguro en qué versículo terminó la exhortación de Pablo. Algunos piensan que terminó en el v. 14, pero es mejor concluir que su exhortación siguió hasta el final del capítulo. La pregunta de Pablo era: Si Pedro, que era judío, vivía como gentil, (tenía la libertad de vivir en la manera de los gentiles, como lo estaba haciendo en Antioquía) ¿cómo podía él obligar a los gentiles a vivir como los judíos? Con su testimonio, Pedro estaba diciendo a los gentiles que hasta que ellos se conformaran a las prácticas judías no podían tener compa-ñerismo con él y sus compañeros judíos. En esencia, ésto era una obligación para que los gentiles se judaizaran.

La respuesta de Pedro no está registrada; él era culpable delante de la acusación de Pablo, pues sus acciones no eran iguales a sus convicciones.

El apóstol Pablo continúa su argumento basado en la acción de Pedro (vv. 15–21). La refutación del Apóstol va dirigida a los judíos de nacimiento (incluyendo a Pedro y sus seguidores). Aunque tuvieron privilegios por ser judíos, ellos tienen que venir a Cristo por la fe como los gentiles. Pablo menciona un pensamiento que prevalecía entre el judaísmo y era que los judíos de nacimiento eran parte del pacto de Dios y no los gentiles que eran pecadores por naturaleza (v. 15). Aunque Pablo y Pedro sabían que al haber nacido judíos tenían una bendición y algunas ventajas en ello, sin embargo esto no incluía la salvación (v. 16). 

Las obras de la ley (que eran importantes para los judaizantes) no traen salvación. La palabra "justificar" en el v. 16 (dikaióo 1344) no tiene que ver con un cambio ético o hacer que alguien viva una vida santa, sino que es una declaración judicial de Dios por la cual la persona se cuenta como justa y aceptable delante de Dios. Las obras de la ley no producen esta justificación. La fe en Cristo trae justificación, sea para judíos o gentiles. 

La palabra fe (pístis 4102) tiene que ver con aceptar lo que ella misma acredita como verdad. En este caso es Jesucristo. Es esta verdad que se cree y domina las vidas y conductas de los cristianos. Lo que Pablo dice aquí (v. 16) es que los judíos no pueden ser justificados por la ley sino solamente por la fe. Entonces, ¿por qué dar la impresión a los gentiles de que algo más allá de tener fe en Jesús (como la ley de los judíos) trae salvación?

El v. 17 es una porción del cap. 2 que no es fácil de entender. Hay dos explicaciones que son las más lógicas a la luz del contexto. Algunos eruditos sugieren que Pablo estaba contestando una objeción hipotética que toma dos proposiciones correctas y una conclusión incorrecta.
1. Objeción correcta: Pablo dice que los judíos son justificados en Cristo aparte de la ley.
2. Pablo dice que al abandonar la ley para ser salvo por medio de la fe, los judíos tienen que reconocer que ellos mismos están en la misma categoría de pecadores como los gentiles (lo cual es correcto).

Conclusión incorrecta: Entonces Cristo es el servidor o el promotor del pecado. El requiere que los hombres abandonen la ley para ser justificados. El abandonar la ley de Dios que es buena y moverse hacia los principios sin la ley es pecar.
El Apóstol trae a luz este pensamiento totalmente equivocado y horrorizado, exclama: ¡De ninguna manera! (v. 17).

La segunda manera en que se puede explicar este versículo es que Pedro había dejado la ley y dependía de la fe solamente para ser justificado al tener compañerismo con los gentiles. Después vaciló y regresó a la ley cuando vio a los judíos de Jerusalén. En esta manera él estaba insinuando que la ley era necesaria para la salvación. Al regresar a los principios de la ley, en esencia estaba diciendo que él había pecado por haber dejado la ley judía. Esto implicaba que Cristo estuvo equivocado (estaba animando el pecar) al presentarse como el único que justifica fuera de la ley. Cristo engañó a los judíos al enseñarles que no necesitaban la ley; por ello es un servidor del pecado al animarles a dejar la ley. En esencia Pablo estaba diciendo: nosotros buscamos ser justificados por Cristo pero nos hicimos pecadores al dejar la ley; entonces, Cristo es el servidor del pecado. La respuesta es: ¡De ninguna manera! (v. 17).

El Apóstol continúa con el mismo pensamiento del v. 17 y aclara que la culpa no es de Cristo. Entonces, ¿de quién es la culpa? Es de la misma persona (v. 18). El se incluye, por cortesía a Pedro y expone su caso como judío. Lo que Pablo dice aquí (v. 18) es: Si yo dejé la ley y vine a Cristo sólo por la fe y después quiero regresar a aquello que dejé, me hago un transgresor. La palabra griega parábates 3848, que se traduce transgresor, es más específica que la palabra pecadores en los vv. 15 y 17. Quiere decir "uno que quebranta la ley", no tanto un estatuto de ella sino el significado verdadero o la intención de la ley. La razón por la que una persona se hace un transgresor es por el propósito de la ley. La ley no salva pero confirma que el hombre es pecador (comp. Rom. 6–8).

El apóstol Pablo sigue explicando su relación con la ley cuando vino al conocimiento de Cristo (v. 19). En el plan redentor de Dios, la ley tenía un trabajo legítimo y era el de mostrar que el hombre es pecador y señala hacia Cristo. El Apóstol menciona que él ha muerto a la ley. Esto quiere decir que el propósito de la ley terminó en su vida cuando él aceptó a Jesús. En la analogía de la muerte, el Apóstol no responde más a ella porque el propósito de la ley no es de salvar. En su vida nueva Pablo responde a Dios para servirle en espíritu y verdad.

Pablo explica cómo él vive en la nueva vida (v. 20). Lo primero que Pablo dice acerca de esta nueva vida es que él está juntamente crucificado con Cristo (v. 20). (El tiempo del verbo es perfecto, que significa una acción en el pasado y que continúa en el presente. También la voz del verbo es pasiva, que significa "yo no lo hago ahora; ya lo han hecho por mí", lit. se puede traducir, "yo he sido crucificado y sigo siendo crucificado en Cristo".) El verbo "crucificar" explica por qué Pablo había muerto a la ley y se identifica con la muerte del Salvador (él tomó nuestros pecados y no la ley); es la muerte de Cristo la que todo cristiano experimenta (Rom. 6:1–6; 1 Cor. 12:13). 

El resultado de esta unidad con Cristo es que no se vive para uno mismo, ya no se vive para tratar de obtener méritos por observar la ley; pero el vivir, en la vida de Pablo, era que Cristo vivía en él. Todo lo que el Apóstol hacía en la carne lo vivía agradando a Cristo. 

La palabra carne no tiene que ver con la vida de pecado que Pablo menciona en otras epístolas (Rom. 8:8 ss.), sino que tiene la idea del cuerpo mortal (ver 2 Cor. 10:3). El oxígeno en la nueva vida en Cristo es la fe en el Hijo de Dios (Pablo usa este título para hacer hincapié en la nueva revelación de Dios en contraste con el AT). Fue el Hijo de Dios que amó y se entregó a morir en una cruz por Pablo. (El Apóstol usa la primera persona singular, lo que muestra el afecto profundo que él tenía por su Se-ñor. Esto no significa que él estaba excluyendo a otros, si así fuese, el caso iría contra sus enseñanzas del cuerpo de Cristo.)

Pablo explica el propósito de la ley; la ley no tiene nada que ver con la vida eterna. El caminar con el Señor va más allá que los preceptos externos, es una nueva vida en el espíritu y somos motivados a servirle por el amor que Jesús nos tiene.

El apóstol Pedro con su conducta de vacilación eliminaba la gracia de Dios. En sus hechos de apartarse de sus hermanos gentiles, él estaba diciendo que la ley suplementa la justicia alcanzada por Cristo. El apóstol Pablo comenta que él no ha puesto a un lado la gracia de Dios (v. 21). Si una persona puede tener justicia delante de Dios por guardar la ley, entonces la muerte de Cristo fue en vano. Cualquier persona que agregue un requisito más a la muerte de Cristo, en esencia está diciendo que el sacrificio de Cristo no fue suficiente para la salvación.
BOSQUEJO HOMILÉTICO TEXTUAL
Crucificado con Cristo
2:20
Introducción: Pablo explica en este versículo lo que significa para el cristiano estar en relación con Cristo. Representa un nivel de consagración que pocos cristianos alcanzan, pero ofrece una recompensa especial. ¿Qué efecto tiene el estar crucificado con Cristo?
I.     Trae perdón del pecado.
1.     La cruz hace posible nuestro perdón, porque así Cristo pagó por nuestros pecados.
2.     La cruz fue necesaria para expiar los pecados de la humanidad.
II.     Trae poder para vivir frente a las dificultades.
1.     En tiempos de persecución abierta.
2.     En tiempos de experimentar pruebas en la vida.
III.     Trae propósito en vivir día tras día.
1.     Podemos identificarnos con la misión mundial de compartir este mensaje.
2.     Podemos vivir la vida en el espíritu y no en la carne.
IV.     Trae seguridad y tranquilidad en cuanto a la eternidad.
Conclusión: Pablo no apela a otros a entrar en este nivel de consagración. Simplemente testifica que él ha alcanzado este nivel de sentir una relación especial con Cristo y de poder vivir la fe en la seguridad del amor de Cristo. Esto apela a los cristianos y los motiva a buscar esta experiencia.
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