sábado, 21 de marzo de 2015

No tienes necesidad, hermano, de que yo te escriba. Porque tu sabes perfectamente que el día del Señor vendrá como ladrón en la noche

Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6


 

 
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El día del Señor
1 Tesalonicenses 5:1–11
En Primera Tesalonicenses 4:13–18, los creyentes querían saber qué sucedería con los creyentes muertos cuando regrese Cristo. Pablo escribió para contestar sus preguntas y para consolarlos. Su inquietud de 1 Tesalonicenses 5:1–11 tiene que ver con otro aspecto de la venida del Señor. Su preocupación es saber cuándo será el día del Señor.
Nuestro Señor Jesucristo encaró la misma pregunta por parte de sus discípulos en cuando menos dos ocasiones. “¿Cuándo serán estas cosas, y qué señal habrá de tu venida, y del fin del siglo?” (Mateo 24:3) “Señor, ¿restaurarás el reino a Israel en este tiempo?” (Hechos 1:6) En ambas ocasiones, la respuesta de Cristo fue igual: “No os toca a vosotros saber los tiempos o las sazones, que el Padre puso en su sola potestad” (Hechos 1:7). Vea también Mateo 24:36. A través de los siglos pasados ha habido muchos que han tratado infructuosamente de señalar la fecha para la segunda venida de Cristo. Vale la pena tomar en serio lo que dijo el Señor. Nadie puede adivinar la fecha de su venida.
NO MALGASTE SU DINERO COMPRANDO LIBROS
QUE SUPUESTAMENTE ASIGNAN UNA FECHA
DETERMINADA PARA LA SEGUNDA VENIDA
DEL SEÑOR JESUCRISTO.
La preocupación de los tesalonicenses no se basaba únicamente en la curiosidad. Ellos estaban viviendo la realidad de haberse separado de sus hermanos muertos. Además, estaban siendo objeto de una persecución muy aguda y querían saber con toda sinceridad cuánto tiempo tendrían que soportar semejantes pruebas antes de experimentar cierto alivio.
El pasaje se divide en cinco partes:
El aspecto sorpresivo del día del Señor     5:1–3
La distinción entre creyentes y no creyentes     5:4–5
Exhortaciones para los creyentes     5:6–8
Una promesa consoladora     5:9–10
Abundad en ánimo y edificación     5:11
EL ASPECTO SORPRESIVO DEL DÍA DEL SEÑOR 5:1–3
Conocimiento previo 5:1–2
Hay dos frases en los primeros dos versículos que indican que los tesalonicenses ya tenían un conocimiento previo acerca del tema del día del Señor, y de la manera en que vendría. “No tenéis necesidad, hermanos, de que yo os escriba. Porque vosotros sabéis perfectamente que el día del Señor vendrá así como ladrón en la noche”.
Entre los creyentes de Tesalónica había judíos (Hechos 17:1–4). Ellos tenían mucha razón para querer saber algo del día del Señor, porque las Escrituras del Antiguo Testamento tienen mucho que decir sobre ese tema (Isaías 2:12; 13:6, 9; Jeremías 30:7–8; Ezequiel 13:5; 30:3; Joel 1:15; 2:1, 11, 31 y Zacarías 14:1). Evidentemente, Pablo también les había impartido enseñanzas al respecto.
La palabra día tiene varios significados en la Biblia. Su uso más común abarca un período de veinticuatro horas (Levítico 23:32). También se usa para hacer referencia a un período largo (Juan 8:56). Por el contenido de los pasajes de los dos testamentos, se deduce que el día del Señor comienza con el período conocido como la tribulación y concluye con la creación de nuevos cielos y nueva tierra, donde morará para siempre la justicia. Esta etapa también incluye la segunda venida de Cristo, el reino milenial en la tierra, y el juicio del gran trono blanco. Será un tiempo de juicio y de gran bendición. En 1 Tesalonicenses 5, Pablo se limita a mencionar los juicios. Bastan los dos versículos siguientes para ilustrar el juicio y la bendición:
“¡AH, CUÁN GRANDE ES AQUEL DÍA!
TANTO, QUE NO HAY OTRO SEMEJANTE A ÉL;
TIEMPO DE ANGUSTIA PARA JACOB; PERO DE
ELLA SERÁ LIBRADO. EN AQUEL DÍA,
DICE JEHOVÁ DE LOS EJÉRCITOS, YO QUEBRARÉ
SU YUGO DE TU CUELLO, Y ROMPERÉ TUS
COYUNDAS, Y EXTRANJEROS NO LO VOL VERÁN
MÁS A PONER EN SERVIDUMBRE”
(JEREMÍAS 30:7–8).
El día del Señor vendrá como ladrón en la noche 5:2
Los ladrones no avisan su llegada, y por lo general, se presentan de noche cuando todo el mundo está dormido. Pero debemos cuidar de no llevar tales comparaciones al extremo. Hay ladrones que sí llegan de día, pero el elemento de sorpresa es el aspecto que tienen en común.
El día del Señor vendrá en un tiempo de paz y seguridad 5:3a
Los que hemos vivido en la tranquilidad de zonas rurales sabemos lo que significa vivir confiados. Hay abundancia de productos en el granero, los vecinos son buenos, todos se conocen. Uno puede hacer un viaje largo y dejar su casa sin llave. Pero a menudo olvidamos que en un instante, el fuego puede quemar todo lo que tenemos almacenado, y puede surgir repentinamente un ataque guerrillero que destruya la paz y la seguridad.
Así será la actitud de la gente inconversa cuando se acerque el día del Señor. Habrá paz y seguridad y probablemente prosperidad por todos lados. No hará falta nada, ni habrán visto un desastre en muchos años. Les parecerá a los no creyentes que no hay necesidad de pensar en Dios, porque sus propios esfuerzos les han provisto de todo lo que tienen. En un momento como ese, el día del Señor vendrá sobre ellos en forma de destrucción repentina (5:3a).
El día del Señor vendrá como los dolores a la mujer encinta 5:3b
Todas las mujeres que han tenido la bendición de dar a luz a una criatura pueden identificarse con este lenguaje. Ellas saben cuándo es que se acerca el día de dar a luz; cuando llega el momento preciso, vienen los dolores repentinamente y en forma inesperada (especialmente para quien pasa por esta experiencia por primera vez). Así será la venida del día del Señor, él vendrá en forma sorpresiva.
El juicio es seguro 5:3
Hay dos expresiones en 5:3 que no dejan duda de que Pablo estaba enfocando el aspecto de juicio relacionado con el día del Señor. “Vendrá sobre ellos destrucción repentina… y no escaparán”. Si este libro cae en manos de alguien que no conoce a Cristo, le ruego ahora mismo que deposite su fe en el Señor Jesucristo para que sus pecados sean perdonados y para que pueda escapar de la destrucción de aquel día. Suplico también a mis hermanos en Cristo, que se preocupen por sus parientes y amigos inconversos y los exhorten a que se reconcilien con Dios por medio de los méritos de nuestro Señor Jesucristo.
¡PENSEMOS!
¿Cuál es el error de poner fecha a la segunda venida de Cristo? ¿Cuáles son los acontecimientos futuros que se incluirán en el día del Señor? ¿Por qué se compara la venida del día del Señor con la llegada de un ladrón en la noche? ¿Cuál es el significado de la expresión “paz y seguridad”? ¿Qué otro ejemplo usa Pablo para ilustrar el hecho de que el día del Señor vendrá en forma repentina?
¿Cómo sabemos que Pablo quería enfocar el aspecto de juicio relacionado con el día del Señor?
LA DISTINCIÓN ENTRE CREYENTES Y NO CREYENTES 5:4–5
El día del Señor no debe tomar de sorpresa a los creyentes 5:4
Hay un marcado contraste entre los versículos 1–3 y los versículos 4–5. El primer pasaje se refiere a “ellos”, los que van a sufrir la “destrucción repentina”. Los últimos versículos se dirigen a “vosotros” los hermanos, y dice claramente que ellos no estaban en tinieblas como para que ese día los sorprendiera como ladrón (5:4). En Colosenses 1:12–13 encontramos una descripción del proceso por el cual fuimos librados de las tinieblas:
“CON GOZO DANDO GRACIAS AL PADRE
QUE NOS HIZO APTOS PARA PARTICIPAR
DE LA HERENCIA DE LOS SANTOS EN LUZ;
EL CUAL NOS HA LIBRADO DE LA POTESTAD
DE LAS TINIEBLAS, Y TRASLADADO
AL REINO DE SU AMADO HIJO”.
Otro versículo precioso dice: “Porque Dios, que mandó que de las tinieblas resplandeciese la luz, es el que resplandeció en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo” (2 Corintios 4:6). ¡Qué maravilloso el estado de nuestro corazón! Las tinieblas ya no prevalecen en él, sino la luz gloriosa que procede de Aquél que es la luz del mundo (Juan 8:12).
Somos hijos de luz e hijos del día (5:5); no somos de la noche ni de las tinieblas (5:4). Por eso, aquel día no debe tomarnos por sorpresa. El mismo Espíritu Santo, que mora en nosotros e ilumina nuestro conocimiento, nos ayuda a interpretar la palabra de Dios y aplicarla a nuestra vida cotidiana para percibir bien las cosas y no estar desprevenidos.
EXHORTACIONES PARA LOS CREYENTES 5:6–8
No durmamos como los demás 5:6a
Con la frase “como los demás”, otra vez Pablo señala un contraste entre los creyentes y los no creyentes. Es de esperarse que los no creyentes duerman, porque carecen de toda sensibilidad espiritual. En cambio, nosotros los creyentes, siendo hijos de luz e hijos del día (5:5a), tenemos enormes ventajas sobre ellos. Aun con estas ventajas parece que hay cierto peligro en dormir. De no ser así, Pablo no hubiera dado tal exhortación. El creyente disfruta de una posición muy elevada. Somos nuevas criaturas en Cristo Jesús, pero la Biblia nos exhorta a vestirnos del nuevo hombre (Efesios 4:24). Hemos sido colocados en Cristo por la maravillosa gracia de nuestro Señor, pero la Biblia nos recuerda que hemos de andar como es digno de la vocación con que fuimos llamados (Efesios 4:1). Nuestro andar diario debe estar de acuerdo con nuestra posición en Cristo. El sueño espiritual no debe ser una de nuestras características.
Velemos y seamos sobrios 5:6b–7
Nuestro Señor Jesucristo reprendió a sus discípulos por no poder velar con él una hora y los exhortó a velar y orar para no entrar en tentación (Mateo 26:40–41). Velar lleva la idea de estar alerta. Primera Pedro 5:8 usa el siguiente lenguaje para alertar a los cristianos acerca de los peligros espirituales que nos acechan: “Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar”. El que vela está despierto; no dormido. En el contexto de 1 Tesalonicenses 5:1–11, velar indica que los creyentes iluminados por el Espíritu Santo no debían preocuparse por los muertos en Cristo, ni creer que el día del Señor ya había comenzado. Ellos habían recibido instrucciones sobre esos temas. Su deber era vivir de acuerdo con su conocimiento y no dejarse llevar, ni por conductas ni ideas erróneas.
Sobriedad habla de moderación. El contexto presenta un contraste entre los que son del día y los que son de la noche. Estos últimos se quedan dormidos y no practican la sobriedad, más, bien, se embriagan (5:7). Tal conducta no debe caracterizar a los que somos del día; debemos ser sobrios.
En el versículo 8, Pablo repite su exhortación a ser sobrios, e inmediatamente hace referencia a algunas de las piezas de la armadura del cristiano. Aquí no aparece el imperativo de vestirnos con la armadura como en Efesios 6:11, sino que es una afirmación de que ya la tenemos puesta.
Se hace referencia a la coraza de la fe y el amor y a la esperanza de salvación como yelmo. La coraza es la pieza que cubre el tórax, donde entre otras cosas, está el corazón. El yelmo protege la cabeza. Se entiende que el corazón es la sede de las emociones y la cabeza es la sede del entendimiento. De modo que esos dos elementos tan importantes del ser humano, están cubiertos por las tres virtudes cardinales del cristianismo: la fe, el amor y la esperanza. Los dardos de fuego del maligno no pueden penetrar allí para obstaculizar la obra de Dios. Tenemos que ser sobrios porque somos del día y por lo que poseemos, una coraza de fe y amor y un yelmo de esperanza de una salvación completa (5:8).
¡PENSEMOS!
¿Qué contraste presenta Pablo entre creyentes y no creyentes en 5:4? ¿Cuáles son algunos pasajes bíblicos que confirman la declaración de 5:5 en el sentido de que somos hijos de luz e hijos del día? Pablo da tres exhortaciones a los creyentes en los versículos 6–7. ¿Cuáles son y qué significan? ¿Cuáles son las dos piezas de la armadura cristiana mencionadas en 5:8? ¿Cuáles son las partes del cuerpo humano que protegen y cuáles son sus funciones?
UNA PROMESA CONSOLADORA 5:9–10
Un aspecto del testimonio de los creyentes de Tesalónica era que esperaban de los cielos al Hijo de Dios, “quien nos libra de la ira venidera” (1:10). En 5:9 se repite el mismo concepto en forma de una promesa:
“PORQUE NO NOS HA PUESTO DIOS PARA IRA,
SINO PARA ALCANZAR SALVACIÓN POR MEDIO DE
NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO”.
La ira de la cual hemos sido librados es la “destrucción repentina” del día del Señor mencionada en 5:3. Es el comienzo del período conocido como la tribulación, que será la manifestación de la ira de Dios contra aquellos que están en tinieblas (5:4), de la cual no escaparán (5:3). La salvación que disfrutamos incluye la liberación de toda condenación, la santificación gradual mientras esperamos la venida de Cristo, la liberación de la ira ya mencionada y la transformación de todo nuestro ser por el Señor Jesucristo durante el arrebatamiento, en que seremos hechos semejantes a él (1 Juan 3:2).
El versículo 10 afirma claramente que “Cristo murió por nosotros para que ya sea que velemos, o que durmamos, vivamos juntamente con él”. En este pasaje, Pablo vuelve a dar el mismo significado al verbo dormir que dio en 4:13 para hacer referencia a los muertos en Cristo Jesús. Difiere del significado dado en 5:7 para referirse a “los que duermen” porque estaban en tinieblas. Lo que se enfoca aquí es la venida de Cristo para arrebatar a su iglesia. Los que “velamos” somos los creyentes que quedemos con vida hasta su regreso para llevarnos. Los que duermen son los que vendrán con el Señor en el aire y serán resucitados primero (4:14 y 16). Ambos, los que velamos y los que durmamos, viviremos juntamente con él (5:10).
ABUNDAD EN ÁNIMO Y EDIFICACIÓN 5:11
Basándose en el estímulo dado en los versículos 9–10, Pablo apela a los hermanos a animarse y edificarse unos a otros: “así como lo hacéis”. Esta última frase nos hace recordar lo que dijo en 4:9–10 acerca del amor. Ya lo estaban practicando, pero el apóstol les rogó abundar en ello más y más. Siempre hay lugar para crecer, y mientras velemos esperando la venida del Señor, hemos de abundar en el ánimo y la edificación mutua con otros creyentes.
¡PENSEMOS!
¿De qué nos ha librado Dios según 1:10 y 5:9? Explique los diferentes aspectos de nuestra salvación. ¿Qué es lo que tenemos en común los que velamos y los que dormimos? ¿En qué difiere el uso del verbo dormir aquí del significado del mismo verbo en 5:7? A la luz de la enseñanza dada aquí, ¿qué debemos hacer según el versículo 11?
Enseñanzas varias
1 Tesalonicenses 5:12–28
Después de sus instrucciones acerca del día del Señor, Pablo termina esta epístola dando varias enseñanzas prácticas para los creyentes. Escribe en forma concisa verdades profundas para el desarrollo de la iglesia hasta el día en que el Señor venga. El pasaje se divide de la siguiente manera:
Reconocimiento para los líderes espirituales     5:12–13a
Ministerio de los obreros     5:12
Deberes para con todos     5:13b–15
Exhortaciones personales     5:16–22
Una petición y una promesa acerca de la santidad     5:23–24
Palabras de despedida     5:25–28
RECONOCIMIENTO PARA LOS LÍDERES ESPIRITUALES 5:12-13A
Pablo instó a los tesalonicenses a que dieran dos cosas a los siervos de Dios: reconocimiento y mucha estima en amor
En Hebreos 13:7 y 17 encontramos palabras parecidas. Ahí, las instrucciones son: “Acordaos de vuestros pastores” y “Obedeced a vuestros pastores”. Primera Tesalonicenses 5:12 no identifica a los líderes por título, pero sabemos que Pablo nombraba ancianos en todos los lugares donde establecía iglesias (Hechos 14:23). Según las funciones de los ancianos que se describen en otros pasajes (1 Timoteo 3:1–7), podemos deducir que los líderes mencionados en 1 Tesalonicenses 5:12 eran los ancianos.
Reconocer quiere decir “respetar”, y los hombres abnegados que sirven a las iglesias en forma desinteresada merecen todo nuestro respeto. También debían tenerles en mucha estima y amor. Estima habla de brindarles aprecio, honor y admiración. La estima debía acompañarse de amor en abundancia. Dichoso es el pastor que tiene una congregación que lo respeta y aprecia con mucho amor, pero también es muy dichosa la congregación que tiene un pastor que por su obra y ejemplo merece su respeto y aprecio.
MINISTERIO DE LOS OBREROS 5:12
El consejo de reconocer y estimar no se basaba en la posición o cargo que ocupaban los líderes de la iglesia; la congregación debía brindarles respeto y aprecio por su obra (5:13a), o sea, por el desempeño de su cargo, porque los líderes trabajaban en la congregación. En griego, el verbo que se usa aquí significa trabajar arduamente, hasta el cansancio. El sustantivo (trabajo) usado en 1:3 viene de la misma raíz. Aquí se observa que hay una cadena de influencia: Pablo y sus colegas trabajaban de esa manera (2:9) y los líderes seguían su ejemplo. Por lo tanto, la congregación imitaba el mismo modelo.
Los ancianos también presidían en el Señor. Presidir habla de administrar o gobernar. El concepto se desarrolla con más detalle en 1 Timoteo 3:4 y 5, donde se usa el mismo verbo: “Que gobierne bien su casa, que tenga a sus hijos en sujeción con toda honestidad, pues el que no sabe gobernar bien su propia casa, ¿cómo cuidará de la iglesia de Dios?” Ese es un trabajo serio, y requiere de una dedicación especial y de mucho tiempo. Los que presiden merecen mucho respeto y aprecio en amor.
Además, los líderes amonestaban. Amonestar quiere decir poner en la mente. También quiere decir advertir. Este significado es evidente en 5:14. El ministerio muchas veces requiere confrontar a los transgresores, y no es fácil. Sin embargo, el consejero fiel lleva a cabo la amonestación en amor, aunque sea difícil. También por ese trabajo el anciano merece respeto y aprecio en amor.
Anteriormente se hizo referencia a Hebreos 13:17. Allí se da una razón poderosa por la que los pastores merecen obediencia de parte de los feligreses de una iglesia:
“PORQUE ELLOS VELAN POR VUESTRAS ALMAS,
COMO QUIENES HAN DE DAR CUENTA…”
¡PENSEMOS!
¿Cuáles fueron las dos cosas que Pablo pidió de los tesalonicenses a favor de los obreros? ¿Qué significa cada una? ¿Qué ministerios de los ancianos se mencionan? Explique el significado de cada uno de ellos. ¿Qué razón se da en Hebreos 13:17 para obedecer a los pastores?
DEBERES PARA CON TODOS 5:13B–15
SI BIEN ES CIERTO QUE LA CONGREGACIÓN TIENE
DEBERES QUE CUMPLIR PARA CON LOS ANCIANOS
POR CAUSA DE SU OBRA, TAMBIÉN ES CIERTO QUE
TIENE DEBERES PARA CON TODOS
La frase “para con todos” se resalta dos veces en 5:14 y 15. Hay siete deberes mencionados en esta sección:
Tened paz entre vosotros 5:13b
Romanos 12:18 incluye un consejo parecido, pero lo expresa en forma más amplia: “Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres”. Si hemos de buscar la paz con todos los hombres, tanto más debemos procurarla con los de la fe.
Amonestad a los ociosos 5:14a
Como ya se ha dicho, el significado de amonestar aquí es advertir. Los líderes no son los únicos que deben llevar a cabo esa responsabilidad; los miembros también deben cumplirla los unos con los otros. En este versículo, los que necesitan ser amonestados son los ociosos, que probablemente habían dejado de trabajar por tener una idea errónea acerca de la inminente venida de nuestro Señor Jesucristo. Pero debían seguir desempeñando su propio trabajo.
Alentad a los de poco ánimo 5:14b
En toda iglesia hay quienes se encuentran desanimados, y bajo ciertas circunstancias, todos podemos padecer de ese mal. Debemos alentarnos los unos a los otros.
Sostened a los débiles 5:14c
La debilidad aquí no es física, sino espiritual o moral. Hay una tendencia entre nosotros los cristianos a menospreciar a los débiles. Pablo dice que por el contrario, debemos sostenerlos.
Sed pacientes para con todos 5:14d
Es fácil ser el beneficiario de la paciencia de parte de otros, pero es más difícil manifestarla. La paciencia es parte del fruto del Espíritu Santo. De modo que el creyente controlado por el Espíritu puede demostrarla aunque no sea de temperamento paciente.
No paguéis a otro mal por mal 5:15a
Hay otras citas bíblicas que nos aconsejan dejar la venganza en manos del Señor (Romanos 12:19)
Seguid lo bueno para con todos 5:15b
El imperativo aquí es continuación del mandamiento indicado en la primera parte del versículo. No hemos de pagar a otro mal por mal, sino seguir lo bueno para con todos, aun con nuestros enemigos, o los que nos tratan mal. Nuestro Señor Jesucristo dio una enseñanza muy semejante en Mateo 5:43–48.
¡PENSEMOS!
¿Cuáles son los siete deberes que los creyentes tienen para con todos? ¿Cuál es el significado del verbo “amonestéis” de 5:14a? ¿A qué clase de debilidad se refiere 5:14c? ¿Por qué el creyente no debe pagar a otro mal por mal? ¿Con quiénes debe el creyente seguir lo bueno?
EXHORTACIONES PERSONALES 5:16–22
Hay deberes para con los ancianos, para con todos los hermanos de la congregación y otros que uno tiene consigo mismo. En esta sección se enfocan ocho cosas:
Estad siempre gozosos 5:16
El gozo es un estado interno y no externo, aunque puede manifestarse exteriormente. El gozo no depende de las circunstancias. Los creyentes tesalonicenses estaban pasando por pruebas serias, pero en medio de esas circunstancias desfavorables recibieron esta exhortación de estar siempre gozosos. El gozo es también fruto del Espíritu, y se manifiesta en plenitud a través del creyente que está entregado a su control.
Orad sin cesar 5:17
La oración no consiste en expresar frases verbalmente, sino que es una actitud de sumisión a la voluntad de Dios. Así el creyente, durante el desempeño de sus deberes cotidianos, puede cumplir con esta exhortación de Pablo. No importa dónde esté ni que esté haciendo, podemos elevar nuestras plegarias al Señor. Debemos hacerlo constantemente en obediencia al Señor.
Dad gracias en todo 5:18
Muchas veces los cristianos se preguntan: ¿cuál es la voluntad de Dios para mi vida? aunque generalmente tienen en mente su vocación o profesión. Según este versículo, podemos estar ciertos acerca de un aspecto de la voluntad de Dios: la voluntad de Dios es que demos gracias en todo.
No apaguéis al Espíritu 5:19
Apagar al Espíritu tiene que ver con la supresión o sofocación de su operación. Parece que se refiere más al servicio que a la conducta. Jonás fue culpable de este pecado. Quiso obstaculizar la voz del Espíritu que le ordenó a ir a predicar a Nínive.
No menospreciéis las profecías 5:20
Cuando el apóstol Pablo escribió estas líneas, el canon de las Sagradas Escrituras no estaba completo. Dios todavía se revelaba a su pueblo mediante profetas, y los verdaderos profetas hablaban con toda autoridad divina. El que menospreciaba las profecías, tenía en poco la palabra de Dios. En la actualidad, el canon ya está completo. Se terminó al finalizar el libro de Apocalipsis. De modo que en la actualidad no esperamos revelaciones nuevas, pero debemos dedicarnos con toda sinceridad a aceptar, escudriñar y acatar las profecías registradas en la palabra de Dios.
Examinadlo todo 5:21a
Se dice que los creyentes de Berea “eran más nobles que los que estaban en Tesalónica, pues recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando cada día las Escrituras para ver si estas cosas eran así” (Hechos 17:11). El creyente debe ser cauteloso, no criticando las Escrituras ni al mensajero, sino escuchando cada mensaje con mucho cuidado para ver si está de acuerdo con la Biblia.
Retened lo bueno 5:21b
En el proceso de examinarlo todo uno rechaza lo malo, pero retiene lo bueno. Es un mandamiento de Dios a través de su siervo el Apóstol Pablo.
Absteneos de toda especie de mal 5:22
El mal se presenta en varias formas. Pero no importa la forma en que se manifieste, el creyente debe abstenerse de practicar cualquier especie de mal.
¡PENSEMOS!
¿Cómo puede el creyente estar siempre gozoso? ¿Qué significa “orad siempre”? Se dice de una de estas exhortaciones que es la voluntad de Dios, ¿cuál es? ¿Qué quiere decir apagar al Espíritu? ¿Cómo puede un creyente menospreciar las profecías actualmente? ¿Qué debe hacer el creyente en cuanto al mal?
PETICIÓN Y PROMESA ACERCA DE LA SANTIDAD 5:23–24
Lo que tenemos en el versículo 23 es una invocación que hace el apóstol al Dios de paz en favor de la santificación de los creyentes. Anteriormente se habló acerca de la paz con Dios y la paz de Dios. ¡Qué maravilloso es conocer al Dios de paz! Pablo pedía que Dios los santificara por completo, y que todo su ser, espíritu, alma y cuerpo, fueran guardados irreprensibles para la venida de nuestro Señor Jesucristo. El énfasis tiene que ver con la totalidad del ser humano. Esta santificación está en vigor en la actualidad. El Dios de paz está santificando a todo creyente en forma progresiva, pero su consumación espera el día cuando Cristo regrese para arrebatar a su iglesia. En ese momento seremos semejantes a él (1 Juan 3:2), completamente santificados e irreprensibles para su venida (5:23 y Judas 24). Tenemos la plena seguridad de que esta oración de Pablo será contestada por la siguiente razón:
“FIEL ES EL QUE OS LLAMA, EL CUAL TAMBIÉN LO
HARÁ” (5:24).
PALABRAS DE DESPEDIDA 5:25–28
Hermanos, orad por nosotros v. 25
En su carta, Pablo afirma que oraba por los tesalonicenses. Aquí les suplica que oren por él y sus compañeros (5:25). No importa el nivel de espiritualidad que un siervo de Dios alcance en la vida, siempre necesita las oraciones de otros.
Saludad a todos los hermanos con ósculo santo v. 26
La exhortación de saludarse con “ósculo santo” se aplica a todos los hermanos. Esa costumbre prevalecía en las iglesias de aquel entonces (Romanos 16:16; 1 Corintios 16:20 y 2 Corintios 13:12). Pedro hace referencia al ósculo de amor (1 Pedro 5:14). No sabemos exactamente cómo se practicaba, pero probablemente te consistía en dar un beso en la mejilla. Hay escritos de parte de los líderes de la iglesia de los primeros siglos que indican que los hombres besaban a los hombres y las mújeres a las mujeres.
Sin lugar a duda, la costumbre se basaba en la cultura de aquella región. No debemos creer que tenemos que cambiar nuestras costumbres para acomodarnos a ese mandamiento de Pablo. La fuerza del mandamiento está en saludar. La forma debe adaptarse a la cultura donde se lleva a cabo. En América Latina diríamos: “Saludad a todos los hermanos con un abrazo fuerte”. En otras partes, diríamos: “Saludaos con un apretón de manos”. Vale la pena recalcar que el saludo era para todos los hermanos y que el ósculo era santo. En la iglesia no debe haber discriminación, ni practicar buenas costumbres en forma lasciva.
Os conjuro por el Señor, que esta carta se lea a todos los santos hermanos v. 27
Algunos manuscritos no incluyen la palabra “santos”, pero vale la pena aclarar que no está aquí para excluir a alguien. El Nuevo Testamento incluye a todos los hermanos entre los santos (1 Corintios 1:2). Pablo quería que su carta fuese leída a todos los hermanos y que se dieran cuenta del mensaje para cada uno.
La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vosotros v. 28
En la introducción de su carta, Pablo deseó que la gracia de Dios estuviera sobre los hermanos, y ahora en su conclusión expresó un nuevo deseo para que disfrutaran de la gracia de nuestro Señor Jesucristo. Recibimos nuestra salvación por la gracia de Dios. Hemos sido dotados por su gracia, y su gracia se manifiesta a través de las bendiciones materiales que derrama sobre nosotros a diario.
Comenzando con el capítulo cuatro, Pablo dirigió su atención a lo que faltaba a la fe de los tesalonicenses. Revisemos nuestros corazones, e imploremos al Espíritu Santo que nos revele nuestras deficiencias, amplíe nuestro conocimiento y nos capacite para llevar al terreno de la práctica lo que nos haga falta.
¡PENSEMOS!
¿Cuál es la petición de Pablo a favor de la santidad de los tesalonicenses? ¿Qué seguridad tenemos que su petición será cumplida? Comente la expresión: “Saludad a todos los hermanos con ósculo santo”. ¿Cómo termina la carta? ¿Qué provecho práctico ha sacado de este estudio de 1 Tesalonicenses?
LA ESPERANZA BIENAVENTURADA     1y2 TESALONICENSES
2 TESALONICENSES
ENCOMIO Y CORRECIÓN DOCTRINAL     1:1–2:9
GRATITUD Y ORACIÓN     2:10–17
INSTRUCCIONES FINALES     3:1–18
Saludo de Pablo     1:1–2
Palabras de agradecimiento     1:3–4
Palabras de ánimo     1:5–12
El día del Señor no estaba cerca     2:1–2
La apostasía vendrá primero     2:3a
El hombre de pecado se manifestará     2:3b–5
El que detiene al inicuo será quitado primero     2:6–9
La relación del día del Señor con los no creyentes     2:10–12
La relación del día del Señor con los creyentes     2:13–14
Aplicación práctica para los creyentes     2:15–17
Gratitud a Dios por la elección de los creyentes     2:13–14
Estad firmes, y retened la doctrina     2:15
Súplica, consuelo y confirmación para los creyentes     2:16–17
Exhortación a la oración     3:1–5
Que la palabra del Señor corra y sea glorificada     3:1
Que sean librados los siervos de Dios     3:2
Exhortación a la disciplina     3:6–15
Apartaos de los que andan desordenadamente     3:6
El que no trabaja que tampoco coma     3:10
No se junten con los haraganes     3:14–15
Bendición y saludo     3:16–18
 
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La meta principal del andar de los cristianos es agradar a Dios: Abundar más y más en las cosas que agradan a Dios.

Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6

 
 
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Instrucciones prácticas para los cristianos

1 Tesalonicenses 4:1–12

En 1 Tesalonicenses 3:10 Pablo habló de completar “lo que falte a vuestra fe”. Esa expresión indica que, no obstante el gran gozo que había experimentado al recibir las buenas nuevas de Timoteo, observaba algunas deficiencias. Pensaba tratar esas cosas en la visita que deseaba hacer, pero evidentemente decidió no esperar. En los capítulos 4 y 5 de su primera carta tocó esos temas. Esta última parte de la carta podría llamarse “Instrucciones prácticas y exhortaciones”. La sección que se va a tratar en este capítulo tiene cuatro divisiones principales:


Conducta en téminos generales     4:1–2

Apartaos de la fornicación     4:3–8

Abundad en el amor fraternal     4:9–10

Ocupaos en vuestros negocios     4:11–12


CONDUCTA EN TÉRMINOS GENERALES 4:1–2

Los dos primeros versículos de esta porción hablan en términos generales acerca de la conducta cristiana (4:1–2). Pablo se dirige a los creyentes llamándolos “hermanos”, demostrando siempre que había una relación fraternal entre él y ellos. Usa dos verbos, rogamos y exhortamos, para transmitir su mensaje. Rogar indica solicitar en vez de imponer la autoridad, y es un verbo que se usaba en aquel entonces entre personas de igual rango. Otros ejemplos se encuentran en 1 Tesalonicenses 5:12; 2 Tesalonicenses 2:1 y Filipenses 4:3. Todas las referencias aparecen en cartas dirigidas a los de Macedonia, e indican la gran estima que Pablo tenía hacia ellos. Exhortar, como ya hemos observado en capítulos anteriores, lleva la idea de amonestar con urgencia. Pablo rogaba y exhortaba en el Señor Jesús, y no utilizaba su propia autoridad con aire de superioridad.

Después hace referencia a cosas aprendidas de los misioneros: “cómo os conviene conduciros y agradar a Dios” (4:1c y d). No sabemos exactamente qué cosas fueron enseñadas por Pablo y sus colegas, pero las podemos adivinar con alguna certeza. En 1:6 Pablo dice que los tesalonicenses habían llegado a ser “imitadores de nosotros y del Señor”. Además de la bienvenida dada a la palabra (1:6) y del fervor misionero mencionado en 1:7–9, podemos deducir que imitaban también la conducta de los misioneros que Pablo describió como irreprensible (2:10). La expresión (“cómo os conviene conduciros”) usada en nuestra versión, deja algo que desear. Mejor sería cómo debéis conduciros. La buena conducta es un deber. No es opcional. “Conducir” viene de una raíz griega que quiere decir andar. Colosenses 2:6 dice: “Por tanto, de la manera que habéis recibido al Señor Jesucristo, andad en él. Efesios 4:1 enseña: “Yo pues, preso en el Señor, os ruego que andéis como es digno de la vocación con que fuisteis llamados”. Se supone que los tesalonicenses habían recibido enseñanzas parecidas a éstas, y por consiguiente, sabían cómo debían vivir.

La meta principal de su andar era agradar a Dios. Pablo ya había dicho que esa era su meta (2:4), y debe ser la meta de todos los cristianos. Los tesalonicenses debían abundar más y más en las cosas que agradaban a Dios.


“POR TANTO PROCURAMOS TAMBIÉN,

O AUSENTES O PRESENTES, SERLE AGRADABLES”

(2 CORINTIOS 5:9).


En 4:2, Pablo hace referencia a instrucciones que les dieron por el Señor Jesús, y añade que los tesalonicenses ya tenían conocimiento de dichas instrucciones. En el original, “instrucciones” es un término militar. No es un simple ruego. Es una ordenanza proveniente no de un ser humano, sino de nuestro Capitán, el Señor Jesús. Es menester obedecerle como fieles soldados de Cristo. El llamado a la santidad no es opcional. Es un imperativo.

¡PENSEMOS!
¿De qué cosa habla Pablo en 1 Tesalonicenses 3:10 que presenta el tema para los capítulos 4 y 5? ¿Cuáles son los dos verbos que Pablo usa en 4:1 para dirigirse a los tesalonicenses? ¿Cuál es el significado de la expresión “conduciros?” ¿Cuál debía ser la meta principal del andar de los hermanos?
¿Qué significa la palabra “instrucciones” en 4:2?

APARTAOS DE LA FORNICACIÓN 4:1–8

La exhortación de Pablo es clara. “La voluntad de Dios es vuestra santificación; que os apartéis de fornicación” (4:3). La santificación quiere decir vivir separados o apartados, e implica separación del mundo hacia Dios. Tiene tres aspectos. Fuimos separados para Dios para ser salvos desde antes de la fundación del mundo (Efesios 1:3–6). Este aspecto de la salvación llegó a ser efectivo cuando recibimos a Cristo como nuestro Salvador. La segunda fase de la santificación está llevándose a cabo en la actualidad y tiene que ver con nuestra continua separación del sistema mundanal y nuestro crecimiento en santidad hacia Dios. El último aspecto se cumplirá cuando venga Cristo y nos haga tal como él es en cada aspecto de nuestro ser (1 Juan 3:2). Sin lugar a duda, en 4:3 Pablo se refiere al segundo aspecto de nuestra santificación.


NO HAY LIBERTAD CRISTIANA

QUE JUSTIFIQUE LA FORNICACIÓN.


En griego, la palabra fornicación viene de porneia y abarca todos los aspectos de inmoralidad sexual. Los creyentes tesalonicenses no disfrutaban del mismo contexto moral que los judíos. En el judaísmo había leyes claras en contra de la fornicación y castigos bien definidos para los culpables. Pero en la cultura y aun en la religión de los gentiles se practicaba la prostitución abiertamente como cosa legítima y muchas veces como un rito de sus cultos. De modo que era necesario enseñar a los creyentes acerca de la pecaminosidad de la fornicación y exhortarles a apartarse de ella.

En la Versión Reina Valera 1960, 1 Tesalonicenses 4:4 dice de la manera siguiente: “que cada uno de vosotros sepa tener su propia esposa en santidad y honor”. La Biblia de Las Américas tiene una traducción más fiel del griego y dice: “que cada uno de vosotros sepa como poseer su propio vaso en santificación y amor”. La palabra griega es skeúos, y consistentemente su traducción es vaso, como hacen constar los siguientes pasajes (2 Corintios 4:7 y 1 Pedro 3:7). La inserción de la palabra esposa en la Versión Reina Valera es una interpretación y no una traducción. “Vaso” hace referencia al cuerpo de uno, y la enseñanza es evidente. Cada uno debe usar su cuerpo en santificación y amor. Si se usara esposa, parece que la aplicación se limitaría a hombres casados, y los solteros y las mujeres quedarían al margen de la prohibición de involucrarse en la fornicación. La sugerencia es improbable, porque la exhortación se aplica igualmente a esposos y esposas, a solteros y solteras.


“QUE CADA UNO DE VOSOTROS

SEPA COMO POSEER SU PROPIO

VASO EN SANTIFICACIÓN Y AMOR” (4:4,

Biblia de las Américas).


“La voluntad de Dios” se expresa en forma positiva en 1 Tesalonicenses 4:4. En cambio, su énfasis es negativo en el versículo 5: “no en pasión de concupiscencia, como los gentiles que no conocen a Dios”. La concupiscencia es un deseo sexual desordenado. Pablo dice que no debemos entregar nuestro vaso o cuerpo a la satisfacción de tales deseos. El impulso sexual es más fuerte en algunos que en otros. San Pablo instruyó en 1 Corintios 7:2 “pero a causa de las fornicaciones, cada uno tenga su propia mujer, y cada una tenga su propio marido”. El significado es que el deseo sexual ha de satisfacerse dentro del matrimonio, y aun allí la concupiscencia no debe controlarnos.

No todos tienen el don de continencia (1 Corintios 7:9). Pero supongamos que sea difícil si no imposible encontrar esposa o esposo. ¿Qué se puede hacer? El cristiano debe entregarse a la santidad y honor (4:4) y no a una pasión de concupiscencia (4:5a). Los gentiles se gobiernan por sus deseos sexuales en forma desenfrenada. La enorme diferencia entre ellos y nosotros los creyentes es que “no conocen a Dios” (4:5b), pero nosotros sí lo conocemos. Hemos sido regenerados por él, y su poder nos hace más que vencedores por la sangre bendita de su Hijo Jesucristo.

¡PENSEMOS!
Según la enseñanza de Pablo en 4:3, ¿cuál es la voluntad de Dios? Defina el término santificación.
¿Qué significa fornicación? ¿Qué debe hacer uno con su propio vaso o curpo? ¿Cuál es el significado de concupiscencia? ¿Cuál es la gran diferencia entre los gentiles y nosotros los creyentes? ¿Qué valor práctico tiene esa diferencia a la luz de las enseñanzas de Pablo acerca de la fornicación?

Consideración para con el hermano 4:6

La instrucción de 4:6 comienza así: “que ninguno agravie ni engañe en nada a su hermano”. Esta prohibición también tiene que ver con la orden de apartarse de la fornicación. El uso de “hermano” aquí no se limita a los hermanos en Cristo ni a los hermanos de sangre de la familia. Se refiere más bien al prójimo. Además de poseer su propio cuerpo en santidad y honor (4:4), debemos pensar en el prójimo. Los judíos entendían perfectamente bien la enseñanza de Éxodo 20:17: “No codiciarás la mujer de tu prójimo”. Ya era tiempo de que los gentiles creyentes recibiesen la misma instrucción. Algunos opinan que la advertencia se refiere a la otra persona involucrada en un acto de inmoralidad. El iniciador sería el más culpable, pero ambos incurrirían en el castigo de Dios. “Porque el Señor es vengador de todo esto” (4:6b). Los hermanos tesalonicenses ya habían sido informados acerca de ese aspecto del carácter de Dios (4:6c).


“PUES NO NOS HA LLAMADO DIOS A INMUNDICIA,

SINO A SANTIFICACIÓN” (4:7).


En esta sección (4:6–7) Pablo da dos razones por las que el creyente debe evitar la inmoralidad sexual. La primera razón mira hacia el futuro, e invoca el juicio de Dios sobre todo pecado (4:6c). La segunda razón echa una mirada hacia atrás y enfoca el llamamiento de Dios para el cristiano (4:7). No hemos sido llamados a inmundicia, sino a santificación. Por lo tanto, debemos andar como es digno de nuestra vocación.

Advertencia para no desechar esta enseñanza 4:8

En el versículo 8, Pablo concluye su enseñanza acerca de la pureza moral haciendo una advertencia y una provisión. Primero, les advierte que no desecharan su enseñanza porque provenía de Dios (4:8a) y recordó a los creyentes que no estaban solos. Dios nos ha dado a su Espíritu Santo (4:8b). El que es santo y también poderoso, vive en nosotros permanentemente para recordarnos que hemos de vivir en santidad de vida y que él puede ayudarnos a vencer los deseos ilícitos de nuestro cuerpo.

ABUNDAD EN EL AMOR FRATERNAL 4:9–10

No era necesario que Pablo enseñara a los tesalonicenses acerca del amor fraternal, porque habían aprendido esa lección directamente de Dios (4:9). Hay ciertas cosas innatas en el nuevo hombre. El amor fraternal es una de ellas, y es una prueba de que uno ha nacido de Dios (1 Juan 3:14). Los creyentes ya practicaban el amor fraternal, y fueron elogiados por Pablo por su generosidad (1 Tesalonicenses 1:3 y 2 Corintios 8:1–5). Pablo no les está enseñando una cosa nueva aquí, sino que les estaba rogando “que abundaran en ello más y más” (4:9b).

OCUPAOS EN VUESTROS NEGOCIOS 4:11–12

Había otra deficiencia evidente entre los tesalonicenses. Algunos habían llegado a estar intranquilos y ociosos. No se nos explica la causa de su intranquilidad, pero es posible que hubiera una relación estrecha entre ambas cosas. El que se entrega a la ociosidad se intranquiliza a sí mismo, y es una distracción para otros. Puede ser que la ociosidad tuviera relación con el amor que las personas más prósperas de la iglesia mostraban a los demás. Su generosidad ya era evidente, y habían recibido elogios por parte de Pablo (1:3). Quizá algunos pensaran: “El amor en nuestra iglesia es extraordinario. Hay tanta provisión para las necesidades de la vida, que no hay por qué trabajar”. También existe la posibilidad de que algunos, esperanzados en la venida de Cristo, hubieran decidido dejar de trabajar, porque Cristo vendría en cualquier momento. Una de las artimañas del diablo es tergiversar las verdades preciosas de la palabra de Dios a tal extremo, que algunos creyentes abandonan el equilibrio espiritual, se desvían del Señor y causan intranquilidad en la iglesia. Seguramente eso es lo que pasó en Tesalónica.


QUE PROCURÉIS TENER TRANQUILIDAD,

Y OCUPAROS EN VUESTROS NEGOCIOS (4:11A).


La Biblia tiene mucho que decir acerca de la ociosidad o pereza y el trabajo. Las siguientes citas dan luz sobre el asunto: Proverbios 12:24; 18:9; 21:25; 22:29 y 26:13–15. En 1 Tesalonicenses 4:11, Pablo amonesta a los tesalonicenses a trabajar con sus propias manos de la manera que él les había mandado. Evidentemente, cuando estuvo en medio de ellos les instruyó en cuanto al valor del trabajo o les había enviado una razón con Timoteo. El trabajo es digno y debe ser ensalzado y practicado por parte de los cristianos. Pablo da dos razones de su consejo:


“A FIN DE QUE OS CONDUZCÁIS HONRADAMENTE

PARA CON LOS DE AFUERA,

Y NO TENGÁIS NECESIDAD DE NADA” (4:12).


El trabajo refuerza nuestro testimonio ante los no creyentes y es el instrumento que Dios usa para proveer todo lo que necesitamos.

¡PENSEMOS!
¿Qué significa la amonestación de no agraviar ni engañar en nada a los hermanos? ¿Cuál es el peligro de cometer esa ofensa? ¿Por qué no era necesario enseñar a los hermanos acerca del amor fraternal? ¿Qué ruego hizo Pablo a los tesalonicenses en cuanto al amor? ¿Por qué se cree que algunos hermanos habían dejado de trabajar? ¿Qué consejo les dio Pablo? ¿Por qué debe trabajar el creyente con sus manos?


La esperanza de la iglesia

1 Tesalonicenses 4:13–18

Por el contenido de este pasaje se deduce que después de la visita de Pablo, murieron algunos de los creyentes de Tesalónica. Los creyentes sobrevivientes estaban preocupados por el estado de sus hermanos muertos cuando se realizara el arrebatamiento de la iglesia. Pablo había predicado acerca de la resurrección en su ministerio inicial allí (Hechos 17:1–4), de modo que es muy probable que creyeran en la resurrección y el arrebatamiento de la iglesia, pero algunos detalles no estaban claros en su mente. Por consiguiente, había preguntas que revelaban otra deficiencia en su conocimiento, y Pablo se propuso completar lo que faltaba a su fe (3:10).

El pasaje se divide en cinco puntos:


El problema explicado     4:13

Una respuesta parcial     4:14

Seguridad que convence     4:15

El orden de los acontecimientos     4:16–17

Consolación expresada     4:18


EL PROBLEMA EXPLICADO 4:13

No deseaba el apóstol que los hermanos ignorasen acerca de los que dormían. El uso del verbo “dormir” aquí no tiene nada que ver con el sueño natural. Es un eufemismo para referirse a la muerte. Cristo usó la misma metáfora acerca de la muerte de Lázaro en Juan 11:11: “Nuestro amigo Lázaro duerme; mas voy para despertarle”, pero dijo claramente en 11:14: “Lázaro ha muerto”. Tampoco tiene que ver con el sueño del alma en la tumba. Tan pronto como un creyente muere, su alma se aparta de su cuerpo para ir a estar con Cristo. 2 Corintios 5:8 expresa el anhelo de todo cristiano: “pero confiamos, y más quisiéramos estar ausentes del cuerpo, y presentes al Señor”.


DORMIR ES UN EUFEMISMO QUE SE REFIERE

A LA MUERTE.


La confusión acerca del estado de los muertos en Cristo presentaba otra posible consecuencia, la tristeza. El siervo de Cristo deseaba evitar que los cristianos se entristecieran “como los otros que no tienen esperanza” (1 Tesalonicenses 4:13b). De ninguna manera aconseja Pablo que el cristiano reprima toda su tristeza cuando muere un ser querido que es creyente. Es cosa bien sabida que emocionalmente, es saludable expresar la tristeza causada por la muerte. Lo que tenemos aquí es un contraste entre el creyente y el no creyente. El que no conoce a Cristo se entristece en forma desesperada. El cristiano se entristece, pero tiene esperanza. La muerte del creyente no significa una separación permanente. Nos volveremos a ver, y estaremos siempre juntos con el Señor.


CIERTO DESAHOGO ES SALUDABLE EN CASO

DE MUERTE, PERO EL CREYENTE EN CRISTO

NO DEBE DESESPERARSE.


UNA RESPUESTA PARCIAL 4:14

En el versículo 14, Pablo comienza a infundirles esperanza basándose en hechos históricos. Primero, apela a la muerte y resurrección de Cristo. La expresión “si creemos que Jesús murió y resucitó” no es condicional. Es más bien una afirmación, y se podría leer “Puesto que creemos que Jesús murió y resucitó”. Los creyentes de Tesalónica no dudaban de tales hechos. De modo que la expresión siguiente debió aliviar en gran escala su preocupación por sus hermanos muertos: “Así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él”. Este versículo tiene en mente las almas de “los que durmieron en él”. El regreso con Cristo de los creyentes muertos es tan seguro como la muerte y la resurrección del Señor.


EN 4:14 SE ENFOCAN TRES PUNTOS

CARDINALES DE LA CRISTOLOGÍA:

CRISTO MURIÓ,

CRISTO RESUCITÓ Y

CRISTO VENDRÁ OTRA VEZ.


¡PENSEMOS!
¿Cuál es el problema que Pablo enfoca en 1 Tesalonicenses 4:13–18? ¿Qué significa la expresión “los que duermen” de 4:13? ¿Qué es lo que Pablo no quería que los creyentes hicieran? ¿Cuáles son los hechos históricos que Pablo confirma en 4:14? ¿Qué seguridad ofrece a los creyentes el mismo versículo? Ese versículo abarca tres puntos claves de la cristología, ¿cuáles son?

SEGURIDAD QUE CONVENCE 4:15

En 4:15, el enfoque de Pablo cambia del cielo a la tierra. Las almas de los creyentes muertos vendrán con Jesús en el aire, pero ¿qué estará sucediendo en la tierra? ¿Serán arrebatados primero los creyentes vivos o serán resucitados primero los que duermen en Jesús? La contestación es clara y convincente. “Nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron”. Los que durmieron en Jesús serán resucitados primero.

El apóstol tenía la esperanza de ver al Señor y ser arrebatado sin pasar por la muerte. Él usó la primera persona plural y el tiempo presente del verbo vivir, incluyéndose a sí mismo entre los vivos, porque esperaba ver al Señor descender del cielo con sus ojos. Esto se llama la venida inminente de Cristo, e indica que él puede venir en cualquier instante para arrebatar a su iglesia sin esperar el cumplimiento de las señales. Los tesalonicenses tenían la misma esperanza, según se hace constar en 1 Tesalonicenses 1:9–10: “cómo os convertisteis de los ídolos a Dios, para servir al Dios vivo y verdadero, y esperar de los cielos a su Hijo, al cual resucitó de los muertos, a Jesús, quien nos libra de la ira venidera”. Ellos no esperaban la muerte, sino la venida de Cristo. Esa debe ser la expectación de todos los creyentes de todas las épocas.

EL ORDEN DE LOS ACONTECIMIENTOS 4:16–17

En los versículos 16–17 se presenta el siguiente cuadro:


La venida de Cristo
1. Con voz de mando
2. Con voz de arcángel
3. Con trompeta de Dios
La resurrección de los muertos en Cristo
El arrebatamiento de la iglesia
El encuentro con el Señor en el aire



La venida de Cristo 4:16a–d

Nunca debemos perder de vista que es el Señor mismo el que descenderá del cielo. Esta esperanza la hemos tenido desde su ascensión a la diestra de su Padre. La promesa de los dos hombres vestidos de blanco fue acertada: “Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo” (Hechos 1:11).

Infortunadamente, tendemos a hacer más hincapié en volver a ver a nuestros seres queridos que en ver a nuestro Señor Jesucristo, al cual amamos sin haberlo visto (1 Pedro 1:8). Él es quien murió por nosotros, habiéndonos amado cuando aún “eramos pecadores” (Romanos 5:8). A él le debemos todo lo que somos por su gracia. Debemos amar su venida y anhelar el momento glorioso en que lo veremos con nuestros ojos. La corona de justicia se dará “a todos los que aman su venida” (2 Timoteo 4:8). Unámonos hermanos a los creyentes tesalonicenses en “esperar de los cielos a su Hijo… Jesús” (1 Tesalonicenses 1:10). La reunión con los creyentes muertos será especial, pero ¡qué gozo el nuestro de ver a Cristo primero!

Con voz de mando 4:16b. No se sabe si esa voz provendrá de él o de un ángel. Lo que sí es cierto es que su venida será acompañada de una voz de mando. La expresión que se usa en griego es un término militar, y puede referirse a la orden dada por un oficial a sus soldados. En este caso, ya sea que venga directamente de la voz del Señor o de uno de sus subordinados, es una orden que proviene de nuestro jefe supremo para despertarnos a que esperemos su venida. Seguramente, esa voz se oirá por todo el mundo.

Con voz de arcángel 4:16c. La Biblia únicamente menciona a un arcángel: Miguel (Judas 9), pero eso no indica dogmáticamente que no hay otros. El artículo de 1 Tesalonicenses 4:16 es indefinido, mientras que el de Judas 9 es definido, dando lugar a la posibilidad de que no sea Miguel el que se menciona en 4:16. No podemos ser dogmáticos cuando la Biblia no aclara una cosa. Lo que es cierto es que será una voz de arcángel que también se oirá por todo el mundo, la cual anunciará la llegada de Cristo en el aire.

Con trompeta de Dios 4:16d. La trompeta se ha usado a través de los siglos para convocar a la gente a reuniones especiales. Ese será su uso en aquel instante. Cristo descenderá en el aire para recibir a su iglesia, y la trompeta sonará para convocar a los muertos en él a que resuciten y a los vivos en él para que sean transformados y arrebatados con los resucitados para recibirle en el aire.

Las tres cosas, la voz de mando, la voz de arcángel y la trompeta de Dios, tienen el mismo propósito: anunciar la venida de Cristo en el aire y convocar a su iglesia para reunirse con él en el aire.

¡PENSEMOS!
¿Qué esperanza ofrece Pablo a los tesalonicenses en 4:15? ¿Qué evidencia hay en 4:15 de que Pablo esperaba ver a Cristo con sus ojos? ¿Cuál debe ser nuestra actitud en relación con la venida de Cristo para arrebatar a su iglesia? ¿De qué manera será anunciado Cristo en su regreso? ¿Quién es el único arcángel mencionado por nombre en la Biblia?

La resurrección de los muertos en Cristo 4:16e

Inmediatamente después del anuncio del descenso de Cristo en el aire, “los muertos en Cristo resucitarán primero” (4:16e). En la respuesta parcial de 4:14 se deduce que las almas de los creyentes que durmieron en Jesús vendrán con él en su regreso, pero no se dice nada acerca de sus cuerpos. En 4:16e la respuesta es más completa. Sus cuerpos se unirán con sus almas, y este acontecimiento glorioso precederá al arrebatamiento de los vivos. Primera Corintios 15 da más detalles acerca del cuerpo resucitado. Será un cuerpo incorruptible (15:53), inmortal (15:53), glorioso (15:43) y poderoso (15:43). Filipenses 3:20–21 agrega: “Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo; el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya, por el poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas”.

Vale la pena decir algo acerca de la identidad de “los muertos en Cristo”. ¿Quiénes son? ¿Se incluye en ese grupo a todos los justos del Antiguo y del Nuevo Testamento? ¿Se limita únicamente a los que han creído en Cristo? Existen varias opiniones, pero lo más probable es que sean únicamente las personas que han depositado su fe en el Cristo muerto y resucitado de la tumba. La expresión “en Cristo” nunca se usa para referirse a los santos que vivieron antes del comienzo de la iglesia en el día de Pentecostés. El Antiguo Testamento coloca la resurrección de Israel después de la gran tribulación (Daniel 12:1–3).

El arrebatamiento de la iglesia 4:17

Inmediatamente después de la resurrección de los muertos en Jesús, los que hayamos quedado vivos “seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire” (4:17a). Es evidente que el lapso de tiempo entre los dos acontecimientos es muy breve. Seremos arrebatados “juntamente con ellos”. Primera Corintios 15:52 indica que ambos eventos ocurrirán en un abrir y cerrar de ojos. Los vivos en Cristo no pasaremos por la muerte (1 Corintios 15:51). La descripción dada anteriormente a los cuerpos resucitados se aplica a los cuerpos de los vivos, que no morirán, sino que serán transformados por el poder de Cristo en su venida (1 Corintios 15:51).

La reunión con el Señor se llevará a cabo en el aire (1 Tesalonicenses 4:17a). Es importante distinguir entre su venida para llevar a su iglesia y su venida para reinar. En el arrebatamiento, sus pies no tocan la tierra. Ese evento gloriosísimo sucederá completamente en el aire. En su venida para reinar “se afirmarán sus pies en aquel día sobre el monte de los Olivos” (Zacarías 14:4).

Nuestra reunión con el Señor durará para siempe (1 Tesalonicenses 4:17b). Del punto de la reunión con él en el aire seremos llevados para estar con él en el cielo.

CONSOLACIÓN EXPRESADA 4:18

En San Juan 14, en un contexto relacionado con la partida de nuestro Señor Jesucristo, él dio a sus discípulos uno de los pasajes más famosos acerca de su ministerio actual y su regreso por los suyos. El Señor introdujo la enseñanza con la siguiente exhortación: “No se turbe vuestro corazón” (Juan 14:1). Enseguida, dio su promesa de ir a prepararles lugar (14:2) y volver a llevarles dónde él estuviera (14:3). Sin lugar a duda, se sintieron muy consolados por esas bellas palabras salidas de la boca del Señor.

En 1 Tesalonicenses 4:13–18 tenemos una escena parecida. Se trata de la ausencia de unos creyentes en el Señor, de las promesas de Pablo en el sentido de que regresarían con Cristo en su venida, que antecederían a los vivos en la resurrección y tanto ellos como los arrebatados tendrían un encuentro glorioso con el Señor en el aire, para estar con él para siempre. Tales palabras son promesas muy alentadoras que calman y consuelan el conrazón de los creyentes. Con razón Pablo terminó su instrucción con las siguientes palabras:


“POR TANTO, ALENTAOS LOS UNOS A LOS OTROS

CON ESTAS PALABRAS” (4:18).


¡PENSEMOS!
Cuando Cristo venga ¿qué sucederá primero, la resurrección de los muertos o el arrebatamiento? Describa cómo será el cuerpo resucitado de los creyentes. ¿Qué pasará con el cuerpo de los creyentes vivos?
¿A quiénes se refiere la expresión: “los muertos en Cristo”? ¿Dónde se llevará a cabo la reunión con el Señor? ¿Qué diferencia hay entre su venida para arrebatar a su iglesia y su venida para reinar?
¿Qué exhortación práctica da el apóstol acerca de su enseñanza?



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