sábado, 9 de junio de 2012

EBDV: Un material para E.D. valido

 
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Anthony era un niño alegre y juguetón a quien le gustaban los animales, sobre todo los que su mamá tenía en el patio de su casa, allí criaban conejos, gallinas y patos, a los que Anthony siempre alimentaba cuando regresaba del colegio y lo hacía incluso antes de almorzar (Visual 1). Un día, su mamá le dijo que la espere en la sala viendo su programa favorito, mientras ella iba a comprar a la librería de la esquina.
Mientras Anthony miraba la televisión, pasaron los dibujos de muchos animalitos de la granja, entonces se acordó de los que tenía en casa y fue a verlos, al acercarse a la jaula de los conejitos vio que les faltaba agua, entonces abrió la jaula y echó con una jarra un poco en el bebedero, y sin querer mojó a uno de los conejitos que se acercó a beber agua, es por eso que lo sacó para secarlo y al poco tiempo empezó a jugar con el revolcándose juntos en el suelo. Cuando se dio cuenta su polo y su pantalón estaban sucios y el conejito que era blanco parecía negro.
Mientras ocurría esto llegó su mamá y como no lo encontró en la sala, ni en su dormitorio; se fue a verlo al patio y se dio con la sorpresa que estaba sucio; al ver esto le preguntó ¿Qué pasó, por qué estás sucio? En ese instante Anthony se acordó que su mamá le pidió que lo esperará en la sala, por lo cual se puso triste porque había desobedecido, entonces su mamá con mucho amor le dijo: hijo ahora vamos a bañarte y cambiarte esa ropa sucia para que estés limpio (Visual 2) .
Mientras le bañaba le decía que no sólo su ropa o cuerpo se habían ensuciado, sino también su corazón, porque cuando uno hace algo que a Dios no le gusta, como desobedecer a mamá o a papá, manchamos nuestro corazón. Es cierto que el agua y el jabón pueden limpiar nuestra ropa y nuestro cuerpo, pero sólo la Biblia nos enseña cómo lavar nuestro corazón de las cosas malas que hacemos; recuerda que hoy día, no sólo tu ropa estaba sucia, sino también tu corazón, porque tú sabes que me has desobedecido y a eso la Biblia le llama pecado y el único que puede limpiarlo es Jesucristo.
Después de salir del baño se sentaron en la sala y su mamá cogió la Biblia nueva que había comprado y leyó: “Entonces los lavaré con agua limpia y quedarán limpios…” te das cuenta Anthony, la Palabra de Dios nos da la solución para lavar nuestro corazón. Al escuchar esto, Anthony pidió perdón a su mamá y ella le perdonó. Luego él dijo: Y Dios mamá ¿Cómo puede lavar mi corazón? Bueno, tienes que pedirle a Dios que te perdone (Visual 3), es por eso que ahora vamos a hacerlo juntos, expresó su mamá.
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Estudio de la Biblia: Especial para Obreros y Ministros Itinerantes

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 CONTENIDO
Prefacio.... ............................................................................ 6
Introducción ......................................................................... 7
PRIMERA PARTE
Nuestra Biblia: Cómo nos llegó
1. Primeros hechos respecto a la Biblia ................................ 13
Revelación e inspiración ..................................................... 22
Interpretación ..................................................................... 27
El canon ............................................................................. 34
2. Manuscritos y versiones antiguas ...................................... 43
Algunos antiquísimos manuscritos de la Biblia ..................... 50
Una multitud de testigos ..................................................... 56
Traducciones antiguas (versiones) ...................................... 58
3. Traducciones al español hasta el presente ......................... 63
Traducciones judías españolas ............................................ 70
Conocimiento bíblico entre el pueblo ................................... 71
Las Biblias protestantes en español .................................... 72
Las versiones actuales ....................................................... 75
Paladines de la Biblia en el mundo hispánico ....................... 76
SEGUNDA PARTE
Nuestra Biblia: Libro por libro
4. El Antiguo Testamento libro por libro ................................ 82
Leyes: De Génesis a Deuteronomio .................................... 82
Introducción a la Biblia
Historia: De Josué a Ester .................................................. 95
Poesía: De Job al Cantar de los Cantares ......................... 122
Profecía (los cuatro Profetas Mayores): De Isaías a Daniel ....133
Profecía (Profetas Menores): De Oseas a Malaquías.........146
Milagros del Antiguo Testamento.......................................166
Parábolas del Antiguo Testamento....................................168
Cuadro cronológico de gobernantes hebreos..................... 170
5. El Nuevo Testamento libro por libro...................................171
Alejandro Magno y el helenismo......................................171
Los Seléucidas................................................................172
Los asmoneos................................................................173
Los evangelios: De Mateo a Juan.....................................176
Parábolas de los evangelios.............................................197
Milagros de los evangelios..............................................199
De los Hechos y epístolas hasta Filemón..........................201
Las demás epístolas hasta Judas........................................231
Cuadro cronológico de gobernantes
del Nuevo Testamento................................................248
6. Revelación, la inspiración de la Biblia ............................. 250
Definiciones ..................................................................... 250
La extensión de la inspiración ........................................... 253
El modo de la inspiración .................................................. 257
Testimonios ...................................................................... 262
La canonicidad ................................................................. 265
El punto de vista de Cristo y los apóstoles ......................... 272
El testimonio de los autores de las Escrituras .................... 278
TERCERA PARTE
Nuestra Biblia: Personas, lugares, objetos
7. Personas: Minibiografías de grandes personajes bíblicos . 284
8. Lugares: Geografía y arqueología ................................... 345
Palestina y las tierras bíblicas .........................................  345
El Pueblo.......................................................................350
Los cananeos y la arqueología.........................................351
Los Padres de Israel......................................................353
Período de Moisés..........................................................355
Período de la conquista...................................................356
La monarquía.................................................................356
La monarquía dividida....................................................358
Períodos de exilio y el post-exilio.....................................361
Epoca del Nuevo Testamento..........................................363
9. Lugares y cosas ............................................................. 366
El Tabernáculo, templos y sinagogas ................................. 366
Instrumentos musicales .................................................... 374
Fiestas y días sagrados de los judíos ................................. 380
Sectas y partidos de los judíos .......................................... 386
El sanedrín ....................................................................... 389
Plantas y animales ............................................................ 391
Tiempos, medidas, pesos y dinero ..................................... 427
Escuelas de interpretación
Para que el intérprete logre ver cada porción de la Escritura enrelación con el conjunto, tiene que haber un principio orientador.
Dicha regla ha variado de época a época, de grupo a grupo y depersona a persona. A continuación bosquejamos algunos principiosorientadores y escuelas de interpretación.
1. Escuela alegórica
El principio alegórico se empleó en tiempos antiguos, y hoy díaalgunos se valen de él en una u otra forma. Alejandría, en Egipto,fue el centro de esta escuela de interpretación usada por hombrescomo Filón, Clemente y Orígenes. La alegoría consiste en describiruna cosa representándola con otra. Se creía que esta espiritualizacióndel contenido bíblico hacía que uno penetrara en la mente mismadel Espíritu Santo; y que, además, así se cubrían las supuestasdificultades éticas del Antiguo Testamento (por ejemplo, la ordendivina de matar a los madianitas). La verdad es que la alegoría nohacía ni una cosa ni otra. En la Edad Media, así como hoy día lohacen algunos, ciertas doctrinas se «sacaban» de narracionessencillas, o se introducían en las mismas. La alegoría es espuria precisamente porque no logra revelar la verdad que da fe de sí
misma, sino que mediante su sutil y «piadosa» máscara hace que se
sospeche de quien la emplea, si no de la Escritura misma.
2. Escuela legalista
Esta escuela realmente tuvo seguidores desde muchísimo an-tes del día actual. Pablo luchó con los legalistas (Hechos 15 y laEpístola a los Gálatas) que insistían en guardar ciertos aspectos dela ley judaica a pesar del nuevo clima gentil y de la cambiada actituden la vida cristiana. En la Edad Media surgió una escuela de«moralistas» que de ciertos pasajes bíblicos procuraban deducir lossistemas morales que les agradaban. Igual actitud persiste hoy díaen ciertos círculos, que dan por propósito principal a la interpretación bíblica «descubrir otro argumento» para apoyar determinado puntode vista sobre conducta, menospreciando casi por completo elaspecto doctrinal o teológico de la Escritura. Lo contrario también puede ocurrir, en cuyo caso se interpretan las Escrituras parasatisfacer la propia tesis doctrinal, desentendiéndose casi por completo de la práctica y la ética. A menudo esta actitud legalista de interpretación va de la mano de cierto manejo de la letra escritural,mediante el cual un «texto-demostración» se emplea para probar una tesis sobre determinado tema. Suelen valerse de este truco las sectas seudocristianas.
3. Escuela reformada
Los reformadores protestantes del siglo XVI conciliaron dos formas de enfoque a la interpretación bíblica: el sentido recto o «evidente» de la Escritura, y la exégesis histórico-gramatical. Ale-gaban que cualquier cosa parecida a la interpretación alegórica era un intento de ocultar el sentido intencional de la Escritura, y en tal caso era espurio. Los reformadores tronaron contra esto y contra cualesquiera otros métodos que impidieran a las Escrituras «hablar por sí mismas». En cuanto a gramática, el argumento es que el simple análisis gramatical ayuda a comprender el significado llano de oraciones sencillas y aun de algunas no tan sencillas. Lo «histórico» se refiere a lo que las Escrituras significaban en su contexto histórico. Los reformadores también usaban la abundan-cia de comentarios que el pasado nos ha legado. Se preguntaban,
«¿Qué han expresado los grandes intelectos del pasado respecto a la Biblia?» Los reformadores se interesaban especialmente en lo dicho por los Padres de la Iglesia (Agustín, Jerónimo, etc.). «Exégesis» significa extraer de la Escritura lo que realmente contiene; el término contrario es «eiségesis», hacer decir al texto lo que a uno le agradaría que dijera. No siempre lograron los reformadores evitar la «eiségesis», pues cada uno da a la Biblia el matiz de su propio modo de ver y del ambiente que lo rodea; pero puede asegurarse con certidumbre que hicieron más que la mayo-ría de las personas hasta aquellos días por dejar que la Biblia hablara por sí misma.
4. Escuela tipológica
Esta escuela de interpretación también es antigua y actual al mismo tiempo. Los tipologistas, por ejemplo, ven un «tipo» o símbolo de Cristo en José, en el Antiguo Testamento, en el intento de sacrificar a Isaac, en Moisés y Josué como libertadores. Tienen cierta razón; pero José, Isaac, Moisés y otros han de tomarse como ilustraciones y sugerencias, y de ningún modo tomarlos al pie de la letra como «tipos» de Cristo. La persona de Cristo no es lo único de que se ocupan los tipologistas, pero el ejemplo anterior ilustra su método.
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bOSQUEJOS hOMILETICOS: pAQUETE PARA AYUDA DE MINISTROS Y PASTORES ITINERANTES

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La salvación como acto de la gracia de Dios

La gracia en las escrituras es presentada como el rostro de Dios mismo revelado en favor de su pueblo. En el libro del Génesis se nos habla de la primera pareja que pecó y a la que, por lo mismo, Dios manifestó su gracia. Cuando Adán y Eva pecaron fueron inmediatamente por Dios vestidos con pieles de animales (Gn 3, 21); y no los mató, como pudiera haber sido lo lógico, sino que les brindó la oportunidad de vivir, para que pudieran volverse a él. Y a partir de entonces se advierte la voluntad divina por perdonar las ofensas humanas, reflejando de esa forma la más íntima de las atribuciones divinas, como lo es su intrínseco y radical amor. Esta gracia divina corre por todas las vertientes de la revelación, pasando por el antiguo testamento donde vemos que Yahvé, por gracia, salva a Israel, por ejemplo, a través de acciones liberadoras como la de sacarlos de la esclavitud en Egipto, o vencer a los enemigos que acechaban la paz y la religión yahvista, como asimismo demostraba su gracia por medio de la alianza establecida especialmente con ellos. Y, en esa misma dirección, el nuevo testamento no se queda atrás; al contrario, parece superar todas las expectativas que antaño pudieron haber esperado los hijos de Israel, en tanto la Nueva Alianza traía consigo una novedad, y es que aquí la gracia de Dios adquiere rostro humano en una persona. En el evangelio de Juan aparece diciendo Jesús: “Quien me ha visto, ha visto al Padre” (Jn 14, 9). He ahí uno de los aspectos de primordial importancia del hecho Jesús; y es que al ser hombre, ser humano igual a nosotros, ha hecho posible que la gracia adquiriera un rostro concreto y definitivo, como nunca lo vieron en la antigua alianza, a pesar de toda su grandeza.
Alcance del término gracia; generalidades
El término χάρις (charis) o gracia es usado abundantemente en el nuevo testamento. Fundamentalmente la terminología relacionada a esta raíz griega de gracia, indica a manera de significado aquello que produce agrado tanto externo como también interno. Puede significar encanto y belleza; también puede significar comodidad, agrado, habilidad y gratitud. Y se piensa que gracia tiene una fuerte relación con χαρά, es decir, alegría, por cuanto la consecuencia o reacción lógica de una persona frente a la experimentación y disfrute de la gracia, es precisamente la de gozo, alegría profunda ante la condescendencia divina.
El significado más amplio de χάρις o gracia se encuentra además en las ideas de merced, favor, inclinación, benevolencia, agrado, muestra de afecto y caridad. Y eso es lo que pareciera sobresalir en el término cuando este es usado para hablar de la gracia de Dios. La gracia divina es un acto; y no solamente una actitud de Dios. Él no sólo siente o tiene o es gracia; él demuestra serlo a través de gestos concretos, acciones objetivas. Él no se queda en las meras palabras; en asuntos de gracia Dios actúa y pone en ejercicio práctico lo que dice ser.
La gracia en el antiguo testamento
Vemos manifestarse la gracia desde el momento mismo de la caída de los primeros padres. El libro del Génesis 3, 21 nos dice, como ya lo mencionamos antes, que Dios vistió a los primeros padres con pieles de animales; no los mató, probando en ello su infinita capacidad de perdonar y su voluntad de reconciliarse con sus criaturas.
Un término fundamental en el antiguo testamento para hablar de gracia es el hebreo חֵן (hen); este significa favor, misericordia, dulzura, benevolencia. Se trata, eso sí, de destacar un gesto o actitud clemente que no es posible de devolver; es algo que se da a una persona o que se hace por ella, sin que ésta tenga, por mérito propio, derecho a ello (Ex 33, 19; Nm 6, 25; Dt 10, 17). Otro término hebreo es חֶסֶד (hesed), el que quiere decir solidaridad, amor, bondad, lealtad, compromiso, amabilidad, buenas acciones, misericordia. Indica una acción sin medida, que excede el marco de las acciones humanas (Sl. 36, 6 [BJ]; 36, 5 [RVR]). Es así que la gracia divina siempre nos sobrepasa o desborda, es decir, va más allá de lo que pudieran ser nuestras expectativas. No somos capaces de dimensionar hasta dónde es capaz de llegar Dios para mostrarnos su benevolencia y amor infinitos.
También tenemos el hebreo צְדָקָה Sedaka, lo que por el común significa justicia. Así tenemos que Yahvé actúa con justicia. En otros términos, hace lo justo; nada más que lo que corresponde (Sl 11, 7; Is 45, 19.24; cf. 1 Sm 26, 23).
Otros términos importantes son: emet, es decir, fidelidad paternal hacia el pueblo de la alianza (Ex 34, 6); rahamin, expresión que implica la idea de misericordia, y que lo más probable es que se derive de rehem o seno materno (cf. 1 Re 3, 26). Así, rahamin es un acto misericordioso que nace de las entrañas de un padre o de un hermano (Jr 31, 20; Gn 43, 30). Y aplicado a Dios en el antiguo testamento, indica que es algo que nace de lo más profundo de Yahvé. Cuando él perdona, lo hace sinceramente y con el amor entrañable que un padre o una madre sienten por sus hijos.
Los medios de gracia en el antiguo testamento
De alguna forma la gracia divina en el antiguo testamento se hace concreta a través de gestos conciliadores proporcionados por Yahvé mismo. El acto del perdón mismo estaba sujeto a determinados actos de sacrificios a favor del penitente y que levantaban su culpa, reconciliándolo nuevamente con Yahvé. Pero nos damos cuenta que el perdón no se manifestaba sólo en actos de tipo cúltico-sacrificial; al mismo tiempo se logra advertir la voluntad perdonadora de Yahvé a lo largo de toda la historia de Israel. Es como si la historia misma fuera el testimonio más eficiente del amor y la misericordia de Yahvé. Tenemos así que el perdón de Dios en el antiguo testamento se expresaba por medio del sacrificio cultual, del mismo modo que lo hacía salvando a través de la historia. Su gracia y misericordia se dejan ver, entonces, por medio del culto y de la historia misma de la nación.
Si hablamos del culto, lo que nos interesa resaltar es el hecho del perdón operante en él. Se ha dicho que el pecado apartaba de Dios, rompiendo el vínculo y comunión no sólo con éste, sino también con la comunidad misma. Pecar atenta contra Yahvé y contra el pueblo escogido por él. Y desde un punto de vista práctico el pecado impedía el normal desempeña socio-cultual de los individuos transgresores. La comunidad los apuntaba, como asimismo estaban impedidos de toda actividad cultual. Para remediar esa condición el pecador debía cumplir con las normas de expiación por sus faltas y, así, volver a integrarse a la asamblea de Israel, al mismo tiempo que volvía a gozar del favor de Yahvé. He ahí la importancia del culto en su aspecto soteriológico.
La terminología en torno al perdón en el culto es inmensamente enriquecedora. Un ejemplo claro de ello lo constituye el verbo kipper, el que era aplicado en el culto para designar un rito expiatorio tendiente a perdonar, apaciguar y reconciliar. Hay quienes aseguran una diversidad de significaciones en torno a este verbo, pudiendo representar el cubrir, propio de la raíz árabe kpr, como asimismo pudiera significar enjugar o borrar, idea la cual es compartida por el siríaco, arameo y babilónico. Pero de un modo u otro se marca con bastante fuerza que, en el antiguo testamento, kipper tiene estrecha relación con el malestar divino hacia la falta de los transgresores, es decir, Yahvé está enojado y su cólera no se terminará hasta que haya una expiación por la culpa. Así, Éxodo 32, 30 nos habla de qué manera Moisés tiene que mediar a favor del pueblo ante Yahvé, con el fin de aplacar su ira. La expresión aplacaré, en hebreo sería אֲכַפְּרָה el que a su vez guarda relación con expiación o perdón, es decir, kippurim כִּפֻּרִים el cual no deja de tener relación con kappóret כַּפֺּרֶת que significa cubierta o tapa. Con razón en el conocido propiciatorio del tabernáculo, en su cubierta o tapa, se hacía propiciación, es decir, se aplacaba la ira de Yahvé, el cual era movido a misericordia.
Hay que agregar, además, que el término kipper podría significar tanto una expiación por medio de un acto ritual, tal como el realizado en ambiente sacerdotal, como asimismo cualquier otra acción que promoviera el perdón divino. Es así que David tendrá que expiar la sangre de los gabaonitas derramada por Saúl, no con animales sino con la sangre de los parientes de Saúl mismo (2 Sm 21, 1-14). Otro texto interesante es el Dt 32, 43 donde expresa Yahvé que hará expiación a partir de la sangre derramada de los enemigos de Israel. Y en Is 6, 7 se dice que los pecados del profeta fueron expiados con un carbón encendido, al momento de tocarle los labios sucios. Sobre los detalles del sacrificio cultual, como medios de expiación, no nos será posible tratar en el presente estudio.
Desde la perspectiva de la historia, tenemos que Yahvé mostraba su perdón a partir de los diversos acontecimientos por los que la nación tuvo que pasar. Es así que Yahvé perdona y salva en el acontecimiento del éxodo y la institución de la Alianza, en la figura de la monarquía y los anuncios proféticos de juicio y esperanza, de perdón y salvación durante el exilio, así como de la expectativa de una restauración total a aquellas glorias pasadas, pero ahora perdidas, y que nuevamente se volverían realidad, en un contexto de literatura apocalíptica.
La riqueza que aporta el nuevo testamento
El término más demostrativo de la gracia divina en el nuevo testamento es χάρις (charis). Y es presentada fundamentalmente como un acto prerrogativo de favor divino, el que trae consigo la correspondiente respuesta del ser humano a modo de agradecimiento. La gracia de Dios entendida como χάρις es, por sobre cualquier otro término, el más usado para destacar el acto perdonador y salvífico de parte de éste.
Ahora bien, hay que consignar que el término, debido a su extensa significación (belleza, habilidad, aceptación, benevolencia, caridad, regalo, etc.), no siempre significa o representa la acción divina de perdonar y salvar. Los sinópticos, por ejemplo, no hacen uso de χάρις en un sentido salvífico de modo explícito, es decir, no hablan literalmente de χάρις como el gesto salvador de Dios. No se dice, por ejemplo, que Jesús perdonó pecados o sanó enfermos por gracia; pero aunque no la mencionan explícitamente, sí la sugieren en la obra que Jesús realizó. Todos sus gestos benevolentes a favor de los débiles son interpretados con toda claridad como actos de condescendencia divina hacia los desamparados, enfermos y perdidos (Mt 11, 5; Mc 10, 26). Luego, pese a que χάρις, como acto divino salvador, no forma parte del lenguaje literal de los sinópticos toda vez que nunca encontramos en los labios de Jesús tal expresión, esa carencia es superada por la gracia implícita en cada uno de los dichos y hechos de Jesús. Todo lo que él hacía era en sí un acto absoluto de la gracia divina.
Además, por el solo hecho de enseñar sobre el hacer misericordia ya estaba introduciendo el concepto de gracia (Lc 6, 36). Él enseña la misericordia, pero al mismo tiempo la practica, dejando ejemplo para que sus discípulos también participen del don de la gracia.
El aporte de san Pablo
Pablo es uno de los escritores neotestamentarios que más utilizan el concepto de gracia. Pero el empleo que hace del término no obedece a un mero asentimiento intelectual del apóstol; no se trata de algo teórico. Más que nada san Pablo elabora su teología a partir de su propia experiencia, y desde este puesto entiende el concepto. En términos concretos, y teniendo presente su propia experiencia salvadora, podríamos preguntar: ¿Qué fue o qué representó la gracia divina para Pablo, que hizo que este término fuera fundamental en todo el desarrollo de su teología? Y desde o a partir de su experiencia de conversión la gracia fue un acto de Dios en el cual no medió mérito alguno de Pablo; y él bien lo reconoce en sus propias cartas (Ga. 1, 13-24; Flp. 3, 5-6). Ha sido, la gracia, un acto de absoluta gratuidad divina, en la que nosotros nada tuvimos que ver (Ef 2, 8). Su conversión fue un acto transformador, que lo hizo ser partícipe de la gracia. Y su encuentro con Jesús según Hechos 9, 1-19 nos manifiesta una experiencia salvífica bastante sólida y muy mística por lo demás, lo que le impulsa más tarde a compartir esta gracia con quienes ahora han pasado a ser sus hermanos en la fe.
Desde su perspectiva teológica Pablo usa abundantemente el término gracia. En el corpus paulinum χάρις aparece unas cien veces. Por ejemplo, aparece unas 24 veces en Romanos, unas 10 en 1 Corintios y otras 18 en 2 Corintios.
Para Pablo la gracia es la forma como se hace posible la justicia de Dios. Por gracia es que libra de la cólera a los que han sido justificados (Ro. 5, 9; 1 Te. 1, 10; 5, 9). Además enseña que la χάρις es una de las mayores muestras del desborde de la misericordia divina. La gracia es desborde, es decir, nos sobrepasa porque va más allá de nuestra comprensión y capacidades. Y en relación con la temática del pecado el desborde de la gracia es más sobresaliente aún por cuanto se entiende como superación del mal (Ro. 5, 12-21). La gracia, aquí, es puesta en contraste con el pecado, pero no para ponerlos a un mismo nivel; no se trata de dos realidades similares o que sean de un mismo rango y origen. La gracia es superación del pecado. Y en el contexto de Romanos 5, 12-21 el pecado ha servido para dar la ocasión de que se manifieste la gracia de Dios. Es evidentemente una paradoja el que el pecado haya contribuido a resaltar la sobreabundancia de la gracia de Dios en Cristo. Y es aquí donde adquiere mayor significación la idea de gracia como desborde y plenitud; algo que termina por sobrepasar toda expectativa humana. Por eso cuando Pablo menciona el problema del pecado y su consiguiente resultado de quedar separados de la gloria (doxa) de Dios (Ro. 3, 23), destaca inmediatamente el hecho de que la gracia es superior a toda falta: “Pero donde aumentó el pecado, aumentó aún más la gracia” (Ro 5,20). Por eso la gracia siempre es el “cuanto más”, precisamente porque es el acto divino del desborde.



Analisis Estructural: El hombre Rico - Mr 10:17-31


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Análisis estructural de Marcos  sobre Jesús y el hombre rico

El tema central, al menos provisionalmente, podría ser: la vida eterna bajo la condición de la renuncia y el seguimiento. Algunas otras temáticas generales que se desprenderán del estudio del texto, después de una primera lectura, pueden ser: la insistencia en la vida eterna (10, 17.30), la importancia del Reino de Dios (10, 23.24.25) y la renuncia a las cosas de este mundo como condición al seguimiento (10, 21s.26.28ss.). Invitamos a profundizar más todavía en este bello pasaje evangélico.


La estructura del pasaje de Mc. 10, 17-31, tal como ya se ha expresado en la delimitación del texto, consta de tres partes principales:
I. Jesús y el hombre rico 10, 17-22. En esta sección, ante la pregunta del hombre rico de qué hacer para heredar la vida eterna, Jesús le demanda el despojo de todos sus bienes como condición para entrar en ella, dado que la observancia de algunos de los mandamientos del Decálogo no son suficientes. Aquí Jesús menciona el seguimiento, y parece relacionarse con el tema de la vida eterna. La vida eterna se encuentra en el seguimiento a Jesús. Pero el hombre rico considera demasiado alto el costo del seguimiento y abandona la escena entristecido. Algunas palabras importantes son “vida eterna” y “seguimiento”.
II. Jesús y los discípulos 10, 23-27. Jesús aprovecha la ocasión para realizar una especie de lección dirigida a sus discípulos, a propósito de la reacción adversa del hombre rico. Entrar en el Reino de Dios es un desafío difícil para los hombres. Pero lo imposible para los hombres, es posible para Dios. Aquí es importante la expresión “Reino de Dios”.
III. Jesús y Pedro 10, 28-31. Al parecer Pedro y los demás discípulos sienten haber cumplido con la demanda de Jesús; lo han dejado todo por dedicarse a seguirle. Ciertamente ellos serán recompensados. Jesús asegura que las recompensas se reciben en esta vida temporal como asimismo en el mundo venidero, donde se recibirá la vida eterna. Pero Jesús señala que no hay que cuidar de no perder ese privilegio; muchos de los que se consideran primeros puede que sean los últimos en entrar en el Reino de Dios, mientras que de quien menos se esperaba puede que sea el primero en hacerlo. Palabras claves: “seguir”, “evangelio”, “mundo venidero”, “vida eterna”.
Estas tres partes o secciones resaltan la tensión que existe entre la vida eterna, el Reino de Dios, y las cosas de este mundo que se deben dejar para seguir a Jesús:
La primera sección (10, 17-22) inaugura la enseñanza de Jesús con la aparición de un hombre rico. El hombre se acercó a Jesús A, para preguntar acerca de qué hacer para heredar la vida eterna, B, pero al final lo vemos alejarse, A’, porque entendió que la vida eterna exigía dejarlo todo, B’. En el intertanto ha dicho Jesús que la vida eterna exige guardar los mandamientos, a lo que el hombre responde que sí lo ha hecho C-C’; también exige el seguimiento mediante el despojo. Aquí nos encontramos con una estructura quiástica.
La segunda sección (10, 23-27) se centra en el Reino de Dios, C. Es difícil entrar en él, A, pero Jesús señala en A’ que Dios puede hacer posible todas las cosas que para nosotros nos son imposibles. Mientras tanto, los discípulos no dejan de asombrarse por las dificultades que encierra el entrar en el Reino de Dios y salvarse (B, B’). Estamos frente a una estructura concéntrica.
La tercera sección (10, 28-31) permita observar un arreglo progresivo. En A Pedro ha dicho a Jesús que ellos lo han dejado todo por seguirle, a lo que Jesús contesta (B) que serán recompensados en la vida presente y futura. Pero en C hace la afirmación final de que los que se creen primeros serán últimos, y los últimos primeros.
Cada una de estas secciones se puede estructurar de la siguiente manera:
I. 10, 17-22
A. Un hombre sale al encuentro de Jesús (17a)
B. El hombre pregunta a Jesús qué hacer para heredar la vida eterna (17b)
C. Jesús indica que hay que cumplir con los mandamientos (18-19)
C’. El hombre rico afirma haber guardado los mandamientos desde joven (20)
B’. Jesús responde que la vida eterna exige dejarlo todo (21)
A’. El hombre se aleja de Jesús (22)
II. 10, 23-27
A. Jesús dice a sus discípulos que es difícil que un rico entre en el Reino de Dios (23)
B. Los discípulos se sorprenden por la afirmación de Jesús (24a)
C. Jesús reitera la dificultad de entrar en el Reino de Dios (24b-25)
B’. Los discípulos se siguen sorprendiendo y preguntan quién se podrá salvar (26)
A’. Jesús afirma que lo imposible para los hombres es posible para Dios (27)
III. 10, 28-31
A. Pedro afirma que ellos lo han dejado todo por seguir a Jesús (28)
B. Jesús asegura la recompensa en esta vida y en la venidera a los que le sigan (29-30)
C. Jesús advierte que muchos primeros serán últimos y los últimos serán primeros (31)
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