viernes, 5 de noviembre de 2010

Las cualidades del carácter cristiano


 Tipo de Archivo: PDF | Tamaño: 2 MBytes | Idioma:Spanish |Categoría: Estudios Bíblicos 
Las cualidades del carácter cristiano
Los pobres en espíritu
OBjetivo:
Indicar las actitudes y expresiones del carácter cristiano según Mateo 5:3–10.
La primera cualidad del carácter cristiano se menciona en Mateo 5:3: “Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.” Los pobres en espíritu son aquellos que se dan cuenta que ellos no son la fuente de su riqueza espiritual. Ellos dependen de Dios para suplir sus necesidades espirituales. Jesús no declararía bendición sobre aquellos que se jactan y dependen de sí mismos. Antes bien, Él bendice a aquellos que piensan que sin Dios tienen poco que ofrecer. Los seguidores de Cristo creen que sin Él no pueden hacer nada (Juan 15:4). El publicano (cobrador de impuestos) que ni siquiera levantaba su cabeza cuando oraba es un ejemplo de una persona pobre en espíritu (Lucas 18:13). Él dependía de Dios, no de sí mismo. Sólo personas como él compartirán el reino de los cielos.
Los que lloran
La segunda cualidad de carácter cristiano se encuentra en Mateo 5:4: “Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consolación.” Felices y enriquecidos son aquellos que claman a Dios por sus necesidades, sus pecados, y los pecados de otros. Esta clase de lamento santo lleva al arrepentimiento y al cambio (2 Corintios 7:10). Ay de aquellos que sólo se ríen durante su vida (Lucas 6:25), ya que demasiado brillo de sol crea un desierto. A veces vemos mucho mejor después que nuestros ojos se lavan con lágrimas. Santiago dijo a los pecadores, “Afligíos, y lamentad, y llorad. Vuestra risa se convierta en lloro, y vuestro gozo en tristeza. Humillaos delante del Señor, y él os exaltará” (Santiago 4:9–10). Tres ejemplos de esto son Ana (1 Samuel 1:1–20), el hombre que se arrepintió de su pecado sexual (1 Corintios 5:1–5; 2 Corintios 2:5–8), y la mujer que gimió a los pies de Jesús (Lucas 7:36–50).
La bendición de los mansos
La tercera cualidad se nombra en Mateo 5:5: “Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad.” La palabra griega para manso describe a un potro que está sujeto a su jinete. La mansedumbre no es debilidad; más bien, es fuerza sometida a la autoridad.
La Escritura dice que Moisés fue el hombre más manso sobre la faz de la tierra (Números 12:3). Este mismo Moisés quemó el becerro de oro y lo molió hasta reducirlo a polvo, luego esparció las cenizas sobre las aguas, y lo dio a beber a los hijos de Israel (Éxodo 2:19–20). ¡Ningún hombre débil hubiese hecho esto! Sin embargo, cuando Moisés fue acusado, él no se defendió (Números 12:1–3). Humildemente él presentó su caso a Dios, quien juzgó a María y Aarón. Los mansos no se defienden a sí mismos; como Jesús, ellos someten sus vidas a Dios. El mundo desprecia a los mansos, pero Jesús dice, “Bienaventurados los mansos” porque ellos heredarán la tierra.
Anhelo de justicia
Encontramos la cuarta cualidad en Mateo 5:6: “Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados.” El hambre y la sed son deseos fuertes. ¿Qué persona se olvida de comer y beber cada día? Jesús bendice a aquellos que tienen hambre y sed de tener una buena comunión con Dios. Él promete saciar estas necesidades. Dios no defrauda a los que lo anhelan. Él recompensa a aquellos que lo buscan fervientemente (Hebreos 11:6).
Tener hambre y sed por una buena comunión con Dios es una forma de vida, no un pensamiento casual. Todas las personas vuelven a tener deseos de comer y beber; del mismo modo, las personas deben tener hambre y sed de tener una buena comunión con Dios. Entonces, ¿qué deben hacer las personas que no tienen hambre y sed de Dios? Primero, ellas deben tener cuidado de cómo alimentan sus almas. Por ejemplo, si una persona come muchos dulces, su apetito será estropeado y rechazará la dieta saludable. De la misma forma, el tiempo invertido en cosas espirituales no saludables disminuirá el deseo por las cosas espirituales saludables. Las personas tienen dos naturalezas interiores, y la que se alimenta más será la que gobierne.
Segundo, comer alimento espiritual, aun cuando no se tiene hambre. Por ejemplo, lea la Biblia por algunos minutos, aun cuando no desee hacerlo. Esto hará despertar su deseo dormido por la Palabra de Dios. Que todos nosotros tengamos el hambre y sed por justicia como María, la hermana de Lázaro (Lucas 10:38–42).
Pureza de corazón
La quinta cualidad se encuentra en Mateo 5:8: “Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios.” Un metal puro, como el oro, es uno que no está mezclado con otros metales. Un corazón puro es aquel que no se mancha con malos deseos. Santiago y Juan no eran puros de corazón cuando tramaron obtener dos tronos (Mateo 20:20–28). El corazón de una persona es como un jardín, y los deseos y motivaciones impuros son como malezas. Cada maleza aparece pequeña, pero si se deja allí, crecerá con raíces fuertes. Si una persona pasa la azada en el jardín del corazón en forma regular, permanecerá puro, sin maleza. Ejemplos bíblicos del corazón puro incluye a Natanael (Juan 1:47) y Timoteo (Filipenses 2:19–22).

MUY IMPORTANTE

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domingo, 31 de octubre de 2010

El mundo ¿Fuiste vencido? ¿Venciste al mundo?

El mundo: ¿Fuiste vencido? ¿Venciste al mundo?
 Tipo de Archivo: PDF | Tamaño: 2MBytes | Idioma:Spanish |Categoría: Lucha Espiritual
 Información 

La Biblia describe claramente al mundo como un enemigo activo de Dios y del cristiano. De nuevo, para entender al adversario y la batalla en la cual cada creyente está involucrado debemos definir mundo, evaluar su poder y saber cómo derrotarlo.
DEFINICIÓN DE MUNDO
Mundo comprende una filosofía y un sistema organizado para la expresión de esa filosofía.

Filosofía. El título de Satanás «dios de este siglo» (2 Co 4:4, «mundo», en la versión Dios Habla Hoy) lo describe como el origen de una filosofía centrada en la criatura. El término griego, aion, se refiere en sus diversos contextos a un espíritu del mundo que rechaza al verdadero Dios y establece una vida falsa y una religión sustituta con la criatura en el centro.



Organización. Para referirse también a mundo se usa otra palabra griega, kosmos. Este término describe un sistema ordenado del cual Satanás es el gobernante. Jesús lo llama «el príncipe de este mundo» (ho archon tou kosmou, Jn 12:31; 16:11). Satanás gobierna una organización de hombres y ángeles caídos que están separados de Dios y son sus enemigos naturales. Este mundo es la contraparte falsa del gobierno y el Reino de Dios que incluye individuos y naciones.


DINÁMICAS DEL MUNDO
Cultura pecadora. Los hombres se mueven según el curso (aion) de este mundo (kosmos). Son gobernados por él y están esclavizados a él. Al participar de las características de su líder recibe el nombre de «este presente siglo malo» (ainos … ponerou, Gl 1:4). Esta palabra para «malo» (poneros) es aplicada a Satanás por Cristo (Jn 17:15) y por Juan cuando afirma: «El mundo entero está bajo el maligno» (1 Jn 5:19). Esta palabra habla de una maldad perniciosa que no se contenta con ser sola sino que debe extender su influencia corrupta y malévola para envolver a otros.2 Esto quedó demostrado por Caín, que «era del maligno y mató a su hermano … Porque sus obras eran malas» (1 Jn 3:12). Este maligno, espíritu del mundo centrado en la criatura, puede variar en sus expresiones en cada período de la historia, pero en su esencia es el mismo. Es el suelo en el cual los nacidos de nuevo son plantados, nutridos, alentados dentro y fuera del aire contaminado de criaturas corrompidas con sus ideales, normas y esperanzas. Una expresión moderna de este espíritu del mundo es humanismo, en el cual el hombre es el centro y norma de todas las cosas.

En 1 Juan 2:16–17, Juan describe la dinámica del kosmos así: «Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo». Es evidente que «el mundo extiende la dinámica de la carne tal como Juan lo hace notar en su descripción triple: deseo de placeres, deseo de posesiones y deseo de reconocimiento, de entre los que sustentan la misma filosofía y sistema.

Control satánico. Satanás siempre quiso ser igual a Dios en control, no en carácter; y su pecado provocó su expulsión con sus seguidores (Is 14:14–15). Su filosofía rebelde se la vendió al hombre y ahora gobierna sobre todos los que han caído en el pecado. Por venganza y a través de múltiples medios promueve su concepto de vida centrada en la criatura. Santiago habla de la sabiduría del mundo que alienta los «celos amargos y la contención» que lleva al hombre a «la arrogancia y a mentir contra la verdad». Él dice: «Esta sabiduría no es la que desciende de lo alto, sino terrenal, animal, diabólica» (Stg 3:14–15). Los gobernadores de este mundo, siguiendo la sabiduría de este mundo, crucificaron al Señor de la gloria (1 Co 2:4–8).
Es obvio el uso diabólico de la carne y del mundo. Satanás gobierna el sistema del mundo e influencia a la carne, su pie en la puerta del corazón del hombre, para llevar a cabo su rebelión y propósitos destructivos. Él quiere gobernar como un dios. Quiere la adoración que está reservada solo para Dios. Él es una falsedad en gobierno y religión. Así este mundo tiene falsos religiosos (Jn 8:44; 1 Jn 4:1–6) y amenazan con derrotar a los verdaderos hijos de Dios (Jn 16:1–3; 1 Jn 5:19).

Daniel usa los títulos «príncipe de Persia» y «príncipe de Grecia» para referirse a las agencias demoníacas que influyen a los gobiernos de este mundo (Dn 10:13, 20). Satanás ofreció los reinos de este mundo a Cristo a cambio de que el Señor lo adorara. Jesús rechazó su oferta, pero aquel no corrigió su pretensión de gobernador (Mt 4:8–10). Satanás puede controlar a los reinos de este mundo para llevar a cabo sus planes en oposición a Dios y a la Iglesia de Cristo. No es de extrañar que fuerzas demoníacas traten de controlar los gobiernos humanos para que se opongan a la difusión del evangelio y al crecimiento del Cuerpo de Cristo.
El cristiano debe estar alerta contra la filosofía y la organización del mundo para presentarle batalla.


DERROTA DEL MUNDO
En esta batalla hay un lado brillante. Cristo venció al mundo, y el cristiano puede usar esta victoria en su propia vida.

Por Cristo. «En el mundo tendréis aflicción; mas confiad: Yo he vencido al mundo» (Jn 16:33). Estas palabras de Jesús nos llenan de esperanza. ¿Pero cómo derrotó al mundo? A través del juicio de la cruz. Por su cruz, juzgó al príncipe de este mundo (Jn 12:31; 16:11). Cuando el general es derrotado, lo es todo su ejército. El poder de Satanás para controlar es limitado y su tiempo también. Cristo le ha quitado los cautivos y los guia a Él (Ef 4:8). El juicio de Satanás es evidente mediante la muerte y resurrección de Cristo (Heb 2:14–15). El juicio final llegará a su debido tiempo. Cuando Cristo regrese a gobernar en la tierra, el anticristo, el último y más grande político y gobernador religioso de Satanás, con su falso profeta (Ap 13; 2 Ts 2:3–9) serán lanzados al lago de fuego (Ap 19:20). Satanás mismo, después de un breve período de libertad de su prisión milenial, será confinado permanentemente en el lago de fuego (Ap 1–3; 7–10).

Por los cristianos. Aunque el mundo trata de derrotarnos apelando a nuestra carne, tentándonos con sus ofertas, avergonzando nuestra fe, y tratando de meternos en sus principios (Jn 15:18–19; Ro 12:2) podemos derrotarlo con actitudes y acciones prácticas.
Primero, podemos aceptar anticipadamente nuestra victoria por fe. Debemos asirnos firmes a la verdad que Juan señala cuando dice: «Y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe» (1 Jn 5:4). Esto se refiere a la comúnmente conocida doctrina de que el Hijo de Dios derrotó a Satanás y ha vencido al mundo. ¡Nosotros no lo hemos vencido, pero estamos del lado de la victoria! No tenemos que ceder. Nuestro enemigo ha sido derrotado estrepitosamente.
Segundo, debemos andar a diario en victoria como con nuestro derecho de nacimiento. Juan también dice: «Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo» (1 Jn 5:4). Conseguimos esto cuando decidimos no amar al mundo. Juan ordena: «No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él» (1 Jn 2:15). Después de todo, el mundo no es digno de que lo busquemos. No nos puede dar nada de valor permanente. «Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre» (1 Jn 2:17). Debemos tomar partido como lo hizo Josué y se puso al lado de Dios (Jos 24:15).

Esto también lo hacemos cuando obedecemos la Palabra de Dios, porque «sus mandamientos no son gravosos» (1 Jn 5:3). La actitud mundana dice que Dios es duro y que no deja que uno se exprese con libertad, pero nuestra fe sabe que Dios es bueno y generoso, y que nos guía a disfrutar gozosamente de prosperidad espiritual.
Caminamos triunfantes al percatarnos de que el mundo fue derrotado; que no nos puede dominar. Caminamos victoriosos tomando la perspectiva de la Palabra de Dios y viviendo en obediencia a ella. Debemos recordar que la filosofía del mundo y su organización es un enemigo espiritual que Satanás y los demonios usan con eficiencia en la batalla. ¡Debemos enfrentarlo con firmeza!



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sábado, 30 de octubre de 2010

Los fundamentos de la liberación espiritual


Cómo echar fuera demonios
 Tipo de Archivo:HTML | Tamaño: | Idioma:Spanish |Categoría: Lucha Espiritual
 Información 
cómo empezó esto
¿Cómo rayos llegó una pequeña abuelita a involucrarse en un asunto tan asqueroso? Mi historia se asemeja en gran manera a muchas otras que he oído o leído y que me han hecho reír. Nunca me puse a buscar un ministerio de liberación … él me encontró.
Me asombra lo que Dios ha hecho en mi vida al prepararme para este ministerio que comenzó hace casi veinte años. Ya era una persona madura, tenía a mi haber un ministerio de servicio, y ahora estaba en posición de ayudar a entrenar misioneros más jóvenes para que hicieran una labor más eficaz de la que yo hice. Me consideraba una joven y entusiasta trabajadora que iba al campo misionero con una desventaja: capacitación inadecuada para la obra que me esperaba.


Mi esposo Peter y yo estábamos llenos de ánimo, pero nos habíamos preparado muy poco para el servicio en el extranjero. Nos habían enseñado teólogos, maestros bíblicos, educadores cristianos, predicadores y evangelistas personales excelentes, pero no misioneros. Casi no sabíamos nada acerca de la comunicación transcultural del evangelio, porque a principios de la década de los cincuenta aun no se había desarrollado el campo de la misionología. En nuestros institutos no había cursos de antropología, idiomas ni aprendizaje cultural; tampoco había enseñanzas especializadas en el islamismo, hinduismo, budismo, animismo y religiones tradicionales. La teología cesacionista de nuestra capacitación no dejaba lugar a la oración por los enfermos ni a la expulsión de demonios. Además, esa era la única teología que conocíamos.



En los dieciséis años que siguieron hicimos toda clase de obra misionera en Bolivia; sin embargo, trabajamos principalmente en evangelización, educación teológica y administración misionera. Al poco tiempo de habernos mudado del pequeño pueblo de San José a la ciudad de Cochabamba—la segunda ciudad más grande de Bolivia—Peter ocupó la posición de director general de la Misión Evangélica Los Andes y yo me convertí en gerente de la misma misión.

La mayor parte de su vida, Peter había sido estudiante o maestro, de modo que cuando no enseñaba se dedicaba continuamente a estudiar y a obtener títulos. Una de las épocas de estudio que trastornó nuestro mundo y cambió el curso de nuestras vidas sucedió cuando Peter estudiaba una maestría en Humanidades y Misiología en su antigua universidad, el Seminario Teológico Fuller. Mi esposo había estado leyendo las obras de Donald McGavran para investigar más a fondo el campo de la misiología; y fue durante este año lectivo, de 1967 a 1968, que las cosas se aclararon y la expresión «encuentro de poder» se volvió parte de nuestro vocabulario.



¡Comenzábamos a adentrarnos en un plano novedoso de posibilidades para la obra misionera!

Peter y yo siempre habíamos tenido la reputación un tanto dudosa de estar aproximadamente diez años por delante de la manada en lo que respecta a la zona de comodidad. Si sentimos que es la voluntad de Dios, un nuevo escenario no es una amenaza za para nosotros. A veces esto había preocupado a nuestros colegas, y hacía que de vez en cuando nuestra población evangélica se avergonzara de nosotros. No obstante, acabábamos de saber más acerca de este asunto de «poder».

Contactando con la fuente de poder
El antropólogo Alan Tippett, un misionero australiano en Fiji, fue el primero en enseñarnos este concepto novedoso. En palabras sencillas, un encuentro de poder es una situación que se crea al presentar el evangelio a algún grupo de personas incrédulas que precipitan cierta clase de enfrentamiento, como quién es más poderoso: el dios pagano del grupo o Jehová Dios y su Hijo, Jesucristo. Cuando Jehová Dios ganaba la confrontación—y así se enseñaba a los estudiantes a presentarlo—a menudo ocurría un «movimiento de gente». Esto significaba que las personas se convertían al cristianismo en grupos, con frecuencia quemando fetiches o haciendo otras declaraciones públicas de su fe en Cristo. Esta era una enseñanza nueva, ¡y nos encantaba! Sin embargo, ponía a los misioneros en aprietos pues entonces tenían que aprender a manejar este «poder».
Estábamos deseosos de aprender. Queríamos volvernos más eficaces para ganar a los perdidos en grandes cantidades, pero esto tocaba un poco el territorio pentecostal/carismático, del cual no sabíamos mucho. Sabíamos que era lo correcto y lo creíamos, pero la implementación y la enseñanza a este respecto estaban un poco lejos.

Cuando Peter se graduó, fue invitado a quedarse como profesor en el Instituto del Seminario Fuller de Misiones Mundiales, pero aun no estábamos listos para salir de Bolivia. De modo que regresamos allí por otros tres años para poner bases sólidas, y nos mudamos de regreso a California en 1971 para comenzar todo de nuevo. Peter había hecho arreglos con la administración de que debían contratarnos como pareja, conmigo como su secretaria. Algunos consideraron esto un poco extraño; y en realidad había una regla escrita en alguna parte que marido y mujer no podían trabajar juntos. Pero Peter fue insistente … yo era parte del paquete. Ellos aceptaron y desde entonces hemos trabajado juntos. Él se convirtió en professor asociado de Crecimiento de Iglesia y Estudios Latinoamericanos. Yo servía como su secretaria. Trabajaba con el comité de publicidad y supervisaba todos los aspectos técnicos de disertación y tesis.

El crecimiento de iglesias era nuestra especialidad, tanto en los EE. UU. como en el extranjero. Las placas personalizadas de nuestros autos en California eran MT 28:19 y MT 28:20 … la Gran Comisión. Llegamos a conocer muchos pastores de iglesias crecientes, primero como estudiantes y luego como ejemplos para otros estudiantes de Peter, mientras estudiaban sus iglesias y escribían documentos sobre los principios de crecimiento de las iglesias que habían aprendido en clases.

APARECE JOHN WIMBER
Uno de estos alumnos brillantes, John Wimber, llegó un día a tomar clases. Era el típico pastor cuáquero, excepto que era un recién convertido que había salido de la industria de la música. Antes de su conversión sus habilidades eran la música y la administración. Pronto se convirtió en un evangelista personal como pocos que hemos conocido. Su iglesia creció dramáticamente y su deseo era ayudar a que otras iglesias crecieran. Nos hicimos buenos amigos de John y Carol. Finalmente Peter le pidió a John que le ayudara a enseñar crecimiento de iglesias, de modo que renunció a su congregación y vino a trabajar con nosotros. El camino se le abrió también para considerar otras iglesias y denominaciones. Con su tremendo don de evangelista, pronto se inquietó su espíritu y solicitó abrir una iglesia … algo así como un segundo empleo. De esta manera tuvo su humilde inicio la Comunidad Cristiana Vineyard. John tuvo que dejarnos para dedicar todo su tiempo a Vineyard, pero mantuvimos la amistad y a menudo visitábamos su iglesia los domingos por la noche. En esa época, ¡allí era donde se encontraba la acción de Los Ángeles!
El Señor dirigió a John a orar por los enfermos. Él cuenta que fue por obediencia absoluta, sin que tuviera mayores resultados durante algunos meses. Luego sucedió … se llevó a cabo su primera sanidad divina, una de centenares, por no hablar de las miles más que siguieron. Peter invitó a John a dictar en Fuller clases de oración por los enfermos, las cuales nosotros también tomamos. Se sanaron miles y pasamos por una gran época en nuestras vidas. Aunque esto atrajo cierta oposición entre algunos de nuestros colegas, seguimos adelante sabiendo que Dios quería que enseñáramos a nuestros estudiantes a ser mejores misioneros de lo que éramos.

Ahora viene la conexión que ha estado esperando. Usted no ora durante mucho tiempo por los enfermos antes de que aparezcan disturbios emocionales y se manifieste un demonio con gritos y contorsiones corporales. Así fue como enfrenté mi primer demonio. No lo busqué; me llegó y debía hacer algo al respecto.

Puesto que este asunto del poder se había acercado más a nuestro hogar, yo quería aprender todo lo que pudiera al respecto, por lo que tomé una clase sobre la teoría de la demonología que estaba dictando Carol Wimber en Anaheim Vineyard. Esas cuatro horas de enseñanza me calificaron para ser en la familia la experta en demonios. Fue justo después de esto que se presentó nuestro primer demonio.
¡CARA A CARA CON EL PRIMER DEMONIO!
Una joven escuchó que Peter tenía un éxito especial al orar por desórdenes óseos y problemas en la espalda. Era una alumna de Fuller, de modo que hizo una cita con Peter para que orara por ella en nuestras oficinas. Cuando Peter le ungió la frente con aceite se manifestó el demonio con gritos. Inmediatamente me acerqué a ella y dije: «¡Deténte!» Su cuerpo se paralizó y se hizo un silencio sepulcral. Ordené al demonio que diera su nombre, y una voz masculina dijo entre dientes de manera lenta y deliberada: «Lujuria».

Peter estaba impresionado. Tomó su cuaderno de notas, un lápiz y retrocedió, haciendo anotaciones con gran rapidez. Me hice cargo y procedí lo mejor que pude, ordenando al demonio que saliera. Cuando se manifestaron otros demonios, en el nombre de Jesús tomé autoridad sobre ellos para que salieran. ¡Pienso que Fuller nunca antes había oído ni visto salir tanto bullicio de la oficina de un profesor!
SI LO HACEMOS, HAGÁMOSLO BIEN
Estaba decidida a aprender cómo hacer esto mejor. Comencé a buscar libros sobre el asunto de echar fuera demonios y poco a poco fui aprendiendo hasta convertirme en experta. Encontré una pareja mayor en Australia de nombre Phyl y Noel Gibson. Ellos habían escrito algunos excelentes libros y folletos. Se hicieron cargo de mí y me instruyeron a distancia. Que Dios los bendiga por eso. Cuando tenía un caso difícil, les enviaba un fax y me respondían inmediatamente. Fueron los mejores amigos que tuve, ¡sin haberlos visto nunca!
Pronto tuve más personas solicitando liberación de las que podía atender. Me toma de dos o tres horas orar adecuadamente por una persona, y solo puedo orar por ellas una vez porque soy actualmente directora de la junta de un ministerio multimillonario que demanda mucho. Ese ministerio es Global Harvest Ministries [Ministerios de Cosecha Global] y el Centro Mundial de Oración aquí en Colorado Springs. Ahora debo limitar mis oraciones solo a obreros cristianos, pero enseño todo lo que puedo para que más y más personas se entrenen en liberación.



Mi sueño es ver cientos y eventualmente miles de iglesias en todo el mundo con un ministerio eficaz de liberación. Cuando Jesús dijo: «De gracia recibisteis, dad de gracia» (Mateo 10:8), se estaba refiriendo a sanar a los enfermos y echar fuera demonios. La segunda parte de ese sueño es ver iglesias con personas profesionales calificadas que operen como ministros de liberación.

Hoy más que nunca comprendo que Dios me preparó desde «hace mucho tiempo» para llevar a cabo y enseñar liberación. Él honró el hecho de que yo creía cada palabra de la Biblia. Cuando intenté vivirla, me dio la fe para creer que en realidad Jesús es el mismo ayer, hoy y por los siglos. Me dio padres amorosos y compasivos y un esposo con las mismas características, por tanto pude reflejar eso ante las personas necesitadas.
Mi clase de personalidad es la de una persona flemática y pacificadora que no puede estar en conflicto. Le pregunté al Señor por qué me colocó en posición de tener que tratar con demonios cuando me gusta la paz a mi alrededor. Entonces me percaté que mi labor era arreglar esto para que otros pudieran tener la paz de los tormentos que añoraban. De modo que soy una persona «arregladora». Oro que este práctico libro ayude a quienes están llamados a este ministerio a sacar ventaja de lo que me ha llevado años aprender.


Wagner, D. M. (2001). Cómo echar fuera demonios : Una guia basica (7). Nashville, Tenn.: Editorial Caribe.
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  Enseña a Enseñar

sábado, 23 de octubre de 2010

Alabanzas con mensaje: Trío Los Heraldos de Jesús.Mp3

Alabanzas con mensaje: Trío Los Heraldos de Jesús.Mp3
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 Información 
En esta entrega que el Trío Los Heraldos de Jesús, peruanos y provincianos del norte peruano, han realizado por los años 1980,   manifiestan su deseo marcar un sendero y seguir por El Sendero o Camino que es Jesucristo tomado del pasaje bíblico...YO SOY EL CAMINO, LA VERDAD Y LA VIDA... 
El Sendero que es Jesucristo está lleno de amor y El Espíritu Santo es la Persona encargada de guiar a los cristianos por ese camino de modo que no pueden perderse.
Un hermoso regalo que afirma nuestra esperanza puesta en Jesús, el autor y consumador de nuestra salvación.

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jueves, 14 de octubre de 2010

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