lunes, 30 de noviembre de 2015

contemplad y asombraos, porque Yo haré una obra en vuestros días, que aun cuando se os contara, no la creeríais.

RECUERDALa Ley ha perdido su poder y el derecho no sale vencedor, porque los impíos han cercado al justo, y la justicia resulta pervertida. Habacuc 1:4







Un Libro menos consultado

HABACUC EL LIBRO TAN DESCONOCIDO

Los lectores que usan computadoras para el procesamiento de textos saben que una de las funciones de esos programas es la de corregir la ortografía. Si se usa una palabra mal escrita o incorrecta, la computadora subraya esa palabra y da sugerencias de palabras y su ortografía. Si la computadora no reconoce la palabra, aparecerá en la pantalla el mensaje “¡No hay sugerencias!”. 

Eso sucede cuando se escribe el nombre Habacuc en una computadora: no recibirá sugerencias. Este nombre resulta igualmente extraño para los cristianos de estos tiempos, los padres no lo usan para nombrar a alguno de sus hijos como lo hacen con el nombre de otros profetas. 

Por desgracia, muchas personas que no han escuchado el nombre tampoco conocen el mensaje del libro.


Autor

No se conoce mucho acerca de Habacuc, aparte de lo que se menciona en su libro, lo cual es muy poco. No existe ninguna referencia en cuanto a su lugar de origen o en que época vivió ni donde trabajó. Tanto para el lector hispano moderno como para el israelita antiguo, este nombre ha sido muy extraño. Lutero, así como algunos otros estudiosos, sugirieron que el nombre Habacuc proviene de un verbo hebreo que significa “abrazar”, así que interpretan su nombre con el significado de “el consolador” o “el que consuela”. 

Otros insisten en que Habacuc es un nombre extranjero, que es una palabra asiria que designaba una planta que se cultivaba en todo el Medio Oriente en tiempos antiguos. Cualquiera que sea el origen del nombre, lo único que conocemos de Habacuc es su libro.

Sin embargo, hay una leyenda que habla de Habacuc en la adición apócrifa al libro de Daniel llamada Bel y el Dragón. Este libro, como otros libros apócrifos, se escribió en el tiempo que transcurrió entre el Antiguo y el Nuevo Testamento. Según la leyenda, Habacuc estaba en Judea llevándoles alimentos a algunos trabajadores del campo. Un ángel se le apareció y le dijo que en lugar de ir al campo fuera a Babilonia y le llevara alimento a Daniel. Daniel ya había pasado seis días en la cueva de los leones y tenía hambre. 

Habacuc respondió que nunca había ido a Babilonia y que tampoco sabía nada de la cueva de los leones. Entonces el ángel lo levantó del cabello y lo llevó allí. Después de que Habacuc lo alimentó en la cueva de los leones, el ángel lo regresó a Judea. Aunque pueda parecer muy interesante esta historia apócrifa, no nos da información acerca de Habacuc.

Habacuc pudo haber sido un levita y miembro del coro del templo, porque su libro termina con un salmo (capítulo 3) hermoso y bien escrito, como los que se encuentran en el libro de los Salmos. El salmo de Habacuc comienza con indicaciones para cantar la melodía. Contiene la misteriosa palabra “Selah” tres veces, las únicas veces que aparece en el Antiguo Testamento aparte del libro de los Salmos. 

Aunque Habacuc puede que haya sido levita, no es necesario ser músico profesional para componer buena música. Habacuc, igual que el rey David, pudo haber tenido un talento musical aunque esa no haya sido su profesión. Así como muchas otras cosas que se han mencionado acerca de Habacuc, ésta también es una especulación. En realidad, no hay mucho que podamos decir con certeza.


Fecha

Habacuc no fechó sus escritos con el reinado de cierto rey de Israel o de Judá como otros profetas lo hicieron. Por eso los que desean calcular en el esquema de acontecimientos del Antiguo Testamento tienen que depender de algunas de las claves que el profeta nos da en su libro. En realidad sólo ayuda una afirmación con respecto a esto. En 1:5, 6 el Señor dice por medio de Habacuc: “Mirad entre las naciones, ved y asombraos; porque haré una obra en vuestros días, que aun cuando se os contara, no la creeríais. Porque yo levanto a los caldeos”.

El Señor predice la llegada de los babilonios bajo el rey Nabucodonosor. Por lo tanto, según las palabras del Señor, esto se profetizó en un tiempo en el que la profecía se consideraba muy improbable. El Señor le indica a Habacuc que aunque se le haya dicho, tanto a él como a la gente de sus días, sería difícil creerlo.

Al continuar la lectura, parece ser que Habacuc estaba familiarizado con los babilonios y su estilo de vida belicosa. Eso parece indicar que los babilonios ya existían, pero todavía no eran la nación más poderosa ni se esperaba que su influencia se extendiera hasta Canaán, a unos mil cuatrocientos cincuenta kilómetros de Babilonia, y que fueran una gran amenaza para Judá.

Hay un período que parece cumplir estos requisitos. En el año 626 a.C. Babilonia bajo el liderazgo de Nabopolasar, padre de Nabucodonosor, declaró su independencia de Asiria. Nabopolasar (626–605 a.C.) era caldeo, jefe de una de las tribus que se habían establecido en la tierra del sur de Babilonia por lo menos cuatro siglos antes. Allí esos caldeos trataban de combatir los intentos que hacía constantemente Asiria para dominarlos. 

Por fin, en el año 626 a.C., se cambiaron los papeles con los asirios. En una batalla que se llevó a cabo fuera de Babilonia, obtuvieron el control de lo que hasta entonces había sido la provincia asiria de Babilonia. Entonces Nabopolasar tomó el trono de Babilonia. Ese fue el principio del imperio caldeo o la Nueva Babilonia. Nunca más estuvo Babilonia bajo el control de los asirios, pero en el año 626 a.C. todavía no era obvio que el nuevo imperio de Babilonia al fin iba a controlar todo el imperio asirio.

Entonces, en el año 612 a.C., los babilonios y los medos marcharon hacia el interior de Asiria y sitiaron la ciudad de Nínive, la capital de Asiria. Tres meses después quemaron Nínive y la dejaron reducida a cenizas, tal y como el profeta Nahúm lo predijo. Las fuerzas asirias que quedaron se esparcieron y se dirigieron hacia el oeste. Intentaron reagruparse y poner resistencia en Harán, pero en el año 610 a.C. los babilonios y sus aliados tomaron también Harán. Ahora toda Asiria estaba en sus manos.

Por siglos los asirios habían sido la superpotencia del Medio Oriente. Ahora, con el desmoronamiento de su imperio había un vacío de poder en la región: un vacío que tanto los babilonios como los egipcios estaban ansiosos de llenar. Uno de los premios valiosos de esta lucha por el poder sería el “área provisional” de Siria-Palestina que estaba justo entre los dos (los medos estaban contentos de tener el control de las tierras que tenían en el este). Por eso, después de que cayó Nínive, los egipcios marcharon rápidamente al norte, con la intención de detener cualquier posible expansión babilonia en el Éufrates.

Por siete años los egipcios controlaron con éxito la expansión de Babilonia en el río Éufrates. Durante ese tiempo parecía muy improbable que los babilonios alguna vez pudieran vencer a los egipcios, cruzaran el Éufrates, avanzaran hacia la costa del Mediterráneo y lograran controlar a Siria y a Palestina (incluso Judá), que una vez formaron parte del jactancioso imperio asirio.

Sin embargo, todo esto terminó en el año 605 a.C. cuando Nabucodonosor, hijo de Nabopolasar, venció contundentemente a los egipcios en la batalla de Carquemis en la parte alta del río Éufrates. Esta victoria monumental solidificó el nuevo imperio babilonio y estableció a Babilonia como la potencia para tomar en cuenta en el Medio Oriente. Ya no existía el problema de quién controlaría el área que estaba al oeste del Éufrates.

Ese mismo año Nabucodonosor marchó hacia el sur, a las áreas que Egipto había controlado para demostrar que ahora él estaba al mando. Cuando llegó a Jerusalén, se llevó a Babilonia como rehenes a algunos hombres jóvenes, incluyendo a Daniel, que pertenecían a destacadas familias judías. También explicó que él era el gobernante de todo el antiguo imperio asirio.

Durante esos siete años antes de Carquemis (612–605 a.C.) el poder de los caldeos era bien conocido, sin embargo todavía les faltaba dominar a Judá. Por eso el Señor pudo haberle hablado a Habacuc en alguna oportunidad durante esos años. El piadoso rey judío Josías gobernó durante la mitad de esos años, y se supone que las condiciones de las que se queja Habacuc habrían ocurrido después de la muerte de Josías. Los años de Joaquín, el hijo de Josías, fueron años de perversidad: malvados, impenitentes, y violentos. Coinciden con las quejas de Habacuc.

Estos datos nos hacen suponer que Habacuc profetizó entre el año 609 y el 605 a.C., lo que lo pondría como joven contemporáneo de Nahúm y de Sofonías. Esta fecha también lo coloca en medio del ministerio de Jeremías. Es probable que hasta haya trabajado con Jeremías por algunos años.

Forma y contenido

La forma del libro de Habacuc es única entre los profetas. Los dos primeros capítulos son un diálogo entre Habacuc y Dios; Habacuc añade a la conversación las quejas que le presenta a Dios, tal vez en nombre de todos los creyentes que todavía quedan en Judá. El Señor, a su vez, responde a las preguntas del profeta. Después de haber recibido las respuestas de Dios, Habacuc contesta y termina su libro con un hermoso salmo. Este salmo nos muestra que él ha aceptado con fe las respuestas del Señor, a las conmovedoras preguntas que le había presentado. 

Al mismo tiempo es una hermosa confesión de fe porque expresa la confianza que Habacuc tiene en el Señor y en su gobierno sobre la tierra y todos sus habitantes.

Una de las razones que hace de Habacuc un libro interesante, valioso, y digno de estudiarse, son las preguntas fundamentales que presenta, que son las mismas que el pueblo de Dios de toda época todavía hace. Pregunta: “¿Por qué?” Si el Señor es Dios justo que odia el mal, entonces ¿por qué permite que el mal llene la tierra? ¿Por qué la gente perversa no recibe castigo? Si el Señor es Dios de amor que se preocupa por su pueblo, entonces ¿por qué permite que sufra? ¿Por qué permite que experimente el mal en el mundo? Éstas son preguntas muy importantes para el bienestar espiritual de los creyentes. La respuesta equivocada, o la falta de una respuesta, pueden alejar de la fe a los hijos de Dios y llevarlos: a la amargura, a la ira, y a la desesperación.

Sin embargo, Habacuc no sólo hace las preguntas; sino también les da a los creyentes un modelo excelente a seguir mientras esperan la respuesta de Dios. Habacuc dice: “Velaré para ver lo que me dirá, y qué he de responder tocante a mi queja” (2:1). Cuando Habacuc se presenta ante el Señor y expresa sus quejas, no lo hace para desafiar al Señor, ni para entablar ningún debate con Dios acerca de la manera en que el Señor gobierna la tierra. No, busca respuestas que pueda llevar al pueblo de Dios, respuestas que fortalecerán su fe, y aliviarán la ansiedad que han estado sufriendo.

Como Habacuc se acerca con este espíritu, Dios le responde misericordiosamente y comparte con él sus planes para el futuro. El Señor le asegura a Habacuc que el mal no ha pasado desapercibido, ni el de Judá, ni tampoco el de los babilonios. Se castigará la maldad y nadie escapará. Estas cosas sucederán, pero cuando el Señor lo disponga.

Estas respuestas le dan solidez al tema del libro: “Mas el justo por su fe vivirá” (2:4). El Señor le dijo a Habacuc lo que debía esperar en el futuro próximo, pero eso no responde directamente la pregunta, ¿por qué el Señor tolera el mal? La maldad de Babilonia castigará la de Judá. A su vez, otra nación de malhechores castigará la maldad de Babilonia. Además, el pueblo del Señor continuará sufriendo en este mundo.

Entonces, ¿dónde está la justicia eterna de Dios? La respuesta del Señor es el llamado a la fe. “Confía en mí” son las palabras de ánimo que le da el Señor. Esa es la diferencia que existe entre el pueblo de Dios y los incrédulos. Los creyentes actúan con la confianza de que todo está en las manos del Señor, y al mismo tiempo él controla todas las cosas para el bien de los miembros de su familia eterna. Cuando esa seguridad penetra en el corazón de los creyentes, uno se pueden unir a Habacuc en medio de las dificultades y decir: “Tranquilo espero el día… me alegraré en Jehová, y me regocijaré en el Dios de mi salvación” (3:16, 18).

El último capítulo de Habacuc está escrito de una manera que indica la posibilidad de que se haya utilizado en un servicio de adoración durante tiempos de calamidad y desastre. Se puede tomar esto como evidencia de que el Espíritu de Dios no sólo obró en el corazón de Habacuc la confianza en el Señor, sino también en el corazón de los demás hijos de Dios. Desde entonces los creyentes adoptaron las palabras de Habacuc al usar su salmo en el servicio de adoración.


Bosquejo de Habacuc

Tema: El justo vivirá por la fe

          I.      Título ( Habacuc 1:1)
          II.      Diálogo sobre la maldad del mundo ( Habacuc 1:2–2:20 )
            A.      Habacuc pregunta sobre la maldad de Judá (1:2–4)
            B.      El Señor responde que los babilonios castigarán a Judá (1:5–11)
            C.      Habacuc pregunta acerca de la maldad entre los babilonios (1:12–2:1)
            D.      El Señor responde que también castigará la maldad de los babilonios                          (2:2–20)
          III.      Salmo de fe en la justicia y el poder salvador del Señor ( Habacuc                         3:1–19)
            A.      Llamado a que el Señor los libere como en el pasado (3:1–15)
            B.      Confesión del poder misericordioso del Señor para salvar (3:16–19)

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domingo, 29 de noviembre de 2015

Desde el principio éste ha sido un asesino, y no se mantiene en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando miente, expresa su propia naturaleza, porque es mentiroso. ¡Es el padre de la mentira!

RECUERDA Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6








Sólo guerreros espirituales


Preparándonos para enseñar en la congregación

Cómo identificar a Satanás

    Ustedes son de su padre, el diablo, cuyos deseos quieren cumplir. Desde el principio éste ha sido un asesino, y no se mantiene en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando miente, expresa su propia naturaleza, porque es mentiroso. ¡Es el padre de la mentira!
                                                                                                                   (Juan 8:44)

En la Biblia el nombre de un individuo era de suma importancia. Hablaba del carácter y algunas veces de los sueños de sus padres. Los apóstoles cambiaron el nombre de José de Chipre a Bernabé (hijo de consolación), para así reflejar el carácter y ministerio de este siervo de Dios (Hch. 4:36). 

El nombre Jesucristo revela mucho acerca del hombre que murió en la cruz. Jesús significa Salvador, y es el nombre personal o humano del Señor. Cristo es su nombre oficial, traducción griega de la palabra hebraica Mesías, que significa ungido. Lo mismo sucede con el enemigo. 

La Biblia emplea varios nombres que revelan no solamente el carácter del diablo sino también sus propósitos y obras. Estudiaremos sus nombres uno por uno.


El diablo

Diablo significa acusador o calumniador (Mt. 4:1; 13:39; 25:41). Este nombre señala algo importante acerca de su estrategia. Las acusaciones son su primera estrategia para mantener al creyente lejos de Dios.

1) Acusa al hombre frente a Dios (Ap. 12:10)
Para investigar esta parte de su estrategia es vital leer Job 1:6–12 y 2:1–6, donde encontramos al diablo rodeando la tierra buscando a quién devorar (1 P. 5:8). 

El argumento satánico es sencillo; hablando a Dios dijo: «Por supuesto que una persona como Job te sirve porque le has dado todo en abundancia, pero si quitaras la mayoría de lo que tiene, dejaría de servirte». Satanás acusó a Job ante Dios, y así consiguió autoridad sobre sus bienes materiales y su familia. La estrategia de Satanás es explorar hasta encontrar debilidades en los seres humanos, y entonces aprovecharse de ellas. 

En el caso de Job, Satanás llegó a la conclusión de que el punto vulnerable era sus vastas posesiones y su querida familia, por quien siempre oraba (Job 1:5). Sin embargo, Satanás estaba equivocado, pues a pesar del consejo de sus amigos y la áspera reacción de su esposa, Job siguió fiel a Dios.

No sabemos cuántas veces nuestros nombres han aparecido ante Dios como personas que se volverían contra Él si tan sólo.... Tenemos un adversario que tiene buena idea de nuestras debilidades y sabe cuándo pedir permiso para incursionar allí. Sin embargo, Dios insiste en que el que está en ustedes es más poderoso que el que está en el mundo (1 Jn. 4:4), y no dará permiso para que Satanás nos tiente más de lo que podemos resistir (1 Co. 10:13).

En Zacarías 3:1–4 encontramos al diablo acusando al sumo sacerdote Josué de ser un pecador indigno para ministrar. El adversario sabe que si el sumo sacerdote es indigno, entonces no existe esperanza para el pueblo. 

En lenguaje simbólico pero sumamente significativo, Jehová mismo reprende a Satanás y le asegura que los pecados de este hombre de Dios le fueron perdonados. Dios mismo, con la sangre de su Hijo (1 Jn. 1:7), reprende al diablo cuando éste acusa al hombre por su estado pecaminoso. En efecto, lo que Dios le dice al acusador es que no hay ninguna condenación para los que están en Cristo Jesús (Ro. 8:1 RV).

Recordemos cuando el diablo se presentó ante Dios pidiendo permiso para poner a prueba la fidelidad de Simón Pedro (Lc. 22:31). No debemos esperar menos para nosotros. Todo cristiano es representante del reino de Dios y debe esperar que Satanás lo acuse ante Dios.

2)  Acusa a Dios ante los hombres. 
Satanás es hábil para tergiversar los dichos, los hechos y la persona de Dios frente al hombre. El primer ejemplo lo hallamos en el jardín del Edén: ¡No es cierto, no van a morir! Dios sabe muy bien que, cuando coman de ese árbol, se les abrirán los ojos y llegarán a ser como Dios, conocedores del bien y del mal (Gn. 3:4–5).

Solamente Satanás con toda su astucia puede tomar los atributos divinos (la justicia, la fidelidad, la bondad, su inmenso amor, etc.) y presentarlos fraudulentamente ante los seres humanos. Los modifica lo suficiente para que el incauto quede embaucado de tal forma que ya no sabe si puede confiar en Dios enteramente. Es tan sutil el cambio, que muy pocos lo notarán.

Usted quizá pregunte: ¿cómo lo hace Satanás? La Biblia no contesta directamente la pregunta. Sabemos que el enemigo indujo a David a desobedecer a Dios haciendo un censo del pueblo de Israel (1 Cr. 21:1). No explica cómo lo hizo, pero en otros pasajes de la Biblia resulta evidente que era posible vencer la tentación y no pecar contra Dios. 

En Mateo 4:3 Satanás se acercó a Jesús para tentarlo. Eva fue engañada por la astucia de la serpiente (Gn. 3:1–6). Pablo temía que los tesalonicenses fueran inducidos al pecado por el tentador (1 Ts. 3:5). Queda claro que Satanás es astuto y puede inducir, atacar y tentar, pero al margen de ciertos ejemplos ya dados la Biblia, nuestra autoridad, no indica cómo lo hace. 

Si la Biblia no especifica cómo es porque no es necesario saberlo. A mi criterio, en vez de hacer una pesquisa que nos lleve a especulaciones y medios no bíblicos, es preferible centrarnos en cómo no caer en las trampas del diablo y cómo no darle cabida en nuestras vidas.

Otra pregunta que surge es: ¿tiene Satanás la habilidad de implantar pensamientos que son contrarios a la Palabra de Dios, incluso en la mente de los creyentes? Entre los teólogos las opiniones están divididas. Quienes creen que el diablo no posee acceso a la mente humana, opinan que Satanás y sus demonios nos oprimen externamente a fin de cambiar nuestros pensamientos, pero que no introduce los pensamientos.

Admito que una conclusión definitiva es difícil, pero doy mi perspectiva tomando en cuenta una de las finalidades de este libro: no exagerar ni subestimar el rol del diablo en nuestras vidas. Es mi opinión —basada en la Escritura— de alguna manera Satanás sí tiene entrada a nuestras mentes. Es más fácil sostener que tiene entrada a las mentes de los inconversos. 

Por ejemplo en Job 1:12–17 el enemigo estuvo detrás de las acciones de los sabeanos y los caldeos. En 1 Reyes 22:19–23 hallamos a un espíritu, es decir un agente de Satanás enviado por Dios a fin de seducir (v. 20) a Acab y a los falsos profetas. Sin embargo, es más problemático en el caso de los creyentes. No obstante, podríamos estudiar pasajes como 1 Crónicas 21:1 donde la Biblia insiste en que Satanás incitó a David a pecar. Los dardos encendidos de Efesios 6:16 parecen ser dudas sembradas por el diablo.

Sin embargo la Biblia no dice cuál es la frecuencia de tales pensamientos y nos advierte en contra de atribuir al diablo todos los pensamientos que contradicen a las Escrituras (Stg. 1:13–15). Tampoco es nuestra intención descartar la innegable posibilidad de que Satanás también emplee circunstancias externas para seducir al creyente a cambiar su manera de pensar.

En los siguientes ejemplos (todos verídicos), note cómo el acusador tuerce la obra de Dios,  la Palabra de Dios o tergiversa la imagen que una persona tiene de Dios.
El diablo emplea el trasfondo de la persona y le dice: «No existe perdón para ese pecado». «Dios está enojado contigo». «Después de todo lo que hiciste, tú no eres digno». «Dios no tiene interés en ti; eres insignificante».

También utiliza falsa enseñanza y da preponderancia al razonamiento humano: «Tienes que ser digno de acercarte a Dios». «Dios no te dejaría sufrir; tiene que haber un pecado escondido en tu vida». «Tú tienes derecho a mucho más de lo que Dios te ha dado». Refiriéndose a una relación adúltera: «Dios es un Dios de amor; no te privará de este hombre». Quizá el peor de todos: «No puedes confiar en Dios. Él no te escucha».

De una u otra manera, Satanás tuerce la Palabra, la persona de Dios o el proceder de Dios para acusarlo frente al hombre. Su meta es que el cristiano pierda su confianza en Dios y llegue a conclusiones equivocadas acerca del cuidado, perdón o salvación de Dios. De esa manera el ser humano vivirá confundido, frustrado, justificando su pecado o intentando purgar su propio pecado.

Por supuesto el antídoto para las representaciones falsas de Satanás es la irrebatible verdad. Hay perdón en la sangre de Cristo (Sal. 32; 51; 103; 1 Jn. 1:7, 9). El enojo justo de Dios cayó sobre su Hijo Jesucristo en la cruz del Calvario, donde se efectuó la reconciliación entre el hombre y Dios (2 Co. 5:17–20). Es cierto que no soy digno, pero también es cierto que Cristo es digno y Dios me ve a través de su Hijo (Ro. 5:1; 8:1). Un sabio maestro de la Palabra de Dios expresó: «Cada vez que Satanás me recuerda mi pasado, yo le recuerdo su futuro».


El tentador

La Biblia también presenta a Satanás como el tentador. Por eso, cuando ya no pude soportarlo más, mandé a Timoteo a indagar acerca de su fe, no fuera que el tentador los hubiera inducido a hacer lo malo y que nuestro trabajo hubiera sido en vano (1 Ts. 3:5). El propósito de la tentación es seducir a la persona al pecado. 

Para poder hacerlo, el diablo tiene que presentar el pecado como un deleite. No nos engañemos; el pecado bien puede tener sus partes deseables. Moisés prefirió ser maltratado con el pueblo de Dios a disfrutar de los efímeros placeres del pecado (He. 11:25). Sin embargo, Satanás nunca muestra las consecuencias del pecado. La Biblia, en cambio, claramente enseña: No se engañen: de Dios nadie se burla. Cada uno cosecha lo que siembra (Gá. 6:7).

 Sino que cada uno es tentado cuando es llevado y seducido por su propia pasión.
                                                                                                              Santiago 1:14


A estas alturas, es propio preguntar si el diablo está directamente detrás de todas las tentaciones. La respuesta es un rotundo no. Como hemos indicado, el cristiano tiene tres enemigos, los tres igualmente peligrosos: el diablo, el mundo y la carne. En el jardín del Edén el ser humano no había pecado todavía, es decir que no sufría las tentaciones de la naturaleza pecaminosa (la carne), pero no obstante sí estuvo presente el tentador.

La Biblia indica que durante el milenio el diablo estará atado, totalmente fuera de circulación (Ap. 20:2). Sin la presencia del diablo, con Cristo reinando corporalmente y con la influencia del mundo disminuida, el milenio será un tiempo de paz y tranquilidad. Sin embargo, el ser humano todavía tendrá su naturaleza pecaminosa en estado latente. 

Tan peligrosa y dañina es la carne (aun sin los otros dos enemigos, el mundo y Satanás) que al terminar los mil años de paz sobre la tierra el diablo, suelto otra vez, podrá reunir a gran número de rebeldes para la batalla final (Ap. 20:7–8). David Powlison bien dice: «La Biblia habla muchas veces acerca de nuestra responsabilidad sin mencionar al diablo, pero nunca habla del diablo sin mencionar nuestra responsabilidad».

Uno llega a una clara conclusión: aun sin el diablo, el ser humano luchará con la tentación. Santiago lo resume bien: Que nadie, al ser tentado, diga: «Es Dios quien me tienta.»  Porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni tampoco tienta él a nadie. Todo lo contrario, cada uno es tentado cuando sus propios malos deseos lo arrastran y seducen (Stg. 1:13–14). Conviene citar las palabras de Carolyn Baker y Frank Macchia: «Aquellos que convierten toda tentación o prueba en una batalla directa con el diablo, necesitan mirarse en el espejo para descubrir quién es en realidad su peor enemigo».

Es preciso señalar que a pesar de la fuente de tentación, siempre existe la posibilidad de victoria para el creyente: Ustedes no han sufrido ninguna tentación que no sea común al género humano. Pero Dios es fiel, y no permitirá que ustedes sean tentados más allá de lo que puedan aguantar. Más bien, cuando llegue la tentación, él les dará también una salida a fin de que puedan resistir (1 Co. 10:13; véase 2 P. 2:9).

En América Latina existe la creencia (que no encontraremos en ninguna declaración doctrinal ni libro de teología) de que las tentaciones de Satanás son irresistibles. Abundan frases como «Satanás se apoderó de mí y caí en pecado». La idea y actitud equivocada que resulta de tal argumento es: «Si puedo culpar al diablo, el pecado resultante no es responsabilidad mía». ¡No, mil veces no! Es factible que Satanás sea la fuente de la tentación pero no del pecado. ¡Siempre es posible resistir al diablo, siempre es posible vencer la tentación!  Pero, como veremos más abajo, el diablo busca los momentos exactos para tentar a una persona, aprovechando el poder de la carne y la atracción del mundo.

Cuando salió a la luz el pecado secreto de uno de los más conocidos predicadores cuyos programas de televisión se difundían por todo el continente latinoamericano, muchos quedamos atónitos. 

Los periodistas lo acusaron de engaño, y posiblemente miles de personas retrocedieron en su vida cristiana. Años más tarde, es interesante analizar cómo el mundo, la carne, y probablemente el diablo obraron en conjunto para tumbar a uno de los líderes del movimiento evangélico a nivel mundial. 

El mundo, con su énfasis en todo lo externo, se identifica claramente en el campo de la televisión. Siempre tiene que ser más grandioso, más moderno, extenderse a más lugares, requerir más equipo, etc. Todo eso precisa más dinero, lo cual lleva a la tentación de emplear ciertos métodos no totalmente éticos para levantar el dinero necesario a fin de sostener el ministerio. Es una tentación real para todos los que tienen un ministerio público. 

Rogelio Nonini cita un solo ejemplo de un ministerio que falsea los datos para conseguir recursos. «Mi hermana contestaba las cartas que recibían en un programa [de radio]... Un día leyó en una publicación en la cual promocionaban el programa, que se recibían miles de cartas de toda Latinoamérica solicitando consejos y felicitándolos por el programa. 

La realidad era que sólo llegaban seis o siete cartas por mes. Cuando mi hermana les preguntó por qué publicaban esa mentira, le contestaron que si decían la verdad no les darían más dinero.»

Podemos advertir también el lugar de la carne. Desde su juventud el predicador a quien hicimos referencia había tenido una debilidad, un deseo no controlado por el Espíritu Santo: la pornografía. El mundo con la fama que ofrece, la carne con su debilidad, y el diablo aprovechándose de los dos, creó una situación peligrosa y explosiva.

Es notable que este predicador le echó la culpa al diablo, como si no hubiera sido su propia culpa. ¿Cuál hubiera sido la solución? ¿No entrar nunca en los medios masivos?  No necesariamente. Él mismo comprobó la eficacia de los medios de comunicación con sus impactantes programas que fueron de bendición para miles en todo el continente.

El consejo práctico del pastor Eros Pasquini es muy apropiado para todo cristiano a fin de no doblegarse ante la presión del mundo y frente a la tentación sexual:

(a)  Nunca subestime la importancia de la relación física con su esposa. 
Tenga usted 20 años ó 50, recuerde que la Biblia nos dice textualmente: «Alégrate con la mujer de tu juventud» (Pr. 5:18 RV). En el siguiente versículo, el texto dice claramente «... sus caricias te satisfagan en todo tiempo, y en su amor recréate siempre». Me he encontrado con muchos colegas que creen en el engaño de Satanás de que es posible mantener una relación sana con Dios y no estar bien con su esposa.

(b)  No trabaje hasta el punto de estar exhausto
Si el fútbol fuese nuestra ilustración, seríamos el jugador que juega en todas las posiciones: de golero a centro-delantero. Hay cierto sentimiento de «imprescindibilidad» que nos mueve, quizá por causa del sentido de urgencia ministerial. Sea cual fuere el motivo, el cansancio físico nos deja emocionalmente carentes.

(c)  Tenga sumo cuidado con el tipo de cosas que permite entrar en su mente. Lo que entra en su mente, va a acabar saliendo: ¿Cuántas horas por día usted pasa frente al televisor?  ¿Y los videos, ya tan comunes en los hogares de casi toda América Latina?  ¿Se deja atraer por literatura sexual explícita?  

Debemos ser sinceros y reconocer que nuestro viejo hombre está pronto a «resucitar» al menor incentivo que haya. Trate de terminar su día con la Palabra, en oración. Comience su día con la Palabra, en oración. Es maravilloso el resultado que eso produce en nuestra mente: ella queda más alerta ante los peligros, el Espíritu de Dios consigue nuestra atención con mayor facilidad, y pasamos nuestros días en el verdadero regocijo del Señor. No olvide la advertencia de Proverbios 4:23: Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él mana la vida (RV).

(d)  Asuma una posición de compromiso con Dios. 
Es increíble que Daniel haya tenido entre 14 y 16 años cuando «propuso en su corazón no contaminarse con la porción de la comida del rey, ni con el vino que él bebía» (Dn. 1:8 RV). Todos conocemos el ejemplo de vida que fue Daniel. En Esd. 7:10 leemos que Esdras había preparado su corazón para inquirir la ley de JEHOVÁ y para cumplirla, y para enseñar en Israel sus estatutos y decretos (RV). Fue otro ejemplo de un hombre íntegro.

(e)  Asóciese a un grupo donde pueda «rendir cuentas»
No nos gusta contar nuestras cosas íntimas, pero si cada uno de nosotros tuviera 2 ó 3 hermanos comprometidos con el Señor que quisieran incentivarse mutuamente, eso puede ser de ayuda inestimable para mantenerse puro. Mi consejo es reunirse periódicamente (semanal o quincenalmente). Adopten preguntas francas y honestas, como por ejemplo: ¿Has pasado tiempo en la Palabra y en oración?  ¿Tuviste alguna actitud de codicia o de flirteo? ¿Estuviste expuesto a material sexualmente explícito, que no glorifica a Dios? ¿Te mantuviste irreprensible en asuntos financieros? ¿Permitiste que alguna circunstancia en tu vida te robara la alegría del Señor?

(f)  No se contente con nada menos que una vida llena del Espíritu
Cuanto más tiempo pasemos con el Señor, más habremos de querer agradarle. Y cuanto más tratemos y no lo logremos por nuestras propias fuerzas, más seremos incentivados –por Él mismo– a buscar el control completo del Espíritu Santo.

Si el predicador del ejemplo hubiera seguido esta disciplina bíblica desde el principio de su ministerio, el pecado de la codicia no se habría arraigado en su vida. Sin embargo, este hombre no estaba bajo la autoridad de nadie, y aun cuando la denominación intentó ayudarlo, no quiso sujetarse a esa disciplina. Quizá lo más triste son algunas de sus explicaciones de por qué no se sujetó a la disciplina prescrita por su grupo: «Dios me está usando». «Se suspendería un gran movimiento de Dios». «Dios me dijo que debo seguir adelante». Cuando hay mucho dinero, fama y poder de por medio existe la tentación de menospreciar los claros principios bíblicos.

Padre de mentiras

Después de estudiar todos los pasajes que tienen que ver con el diablo, llegué a la conclusión de que Satanás pasa gran parte de su tiempo fabricando engaños y mentiras. Él [diablo] fue un homicida desde el principio, y no se ha mantenido en la verdad porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, habla de su propia naturaleza, porque es mentiroso y el padre de la mentira (Jn. 8:44 BLA). Apocalipsis 12:9 explica que él engaña al mundo entero. Satanás será atado por mil años para que no engañe más a las naciones (Ap. 20:3); y al terminar los mil años como primera actividad saldrá para engañar a las naciones que están en los cuatro ángulos de la tierra (Ap. 20:8).

Quizá la manera principal de engañar a la gente sea con falsa doctrina y falsas religiones. El Espíritu dice claramente que, en los últimos tiempos, algunos abandonarán la fe para seguir a inspiraciones engañosas y doctrinas diabólicas (1 Ti. 4:1). Según el sociólogo Alberto Barrientos, los dos peligros más grandes para la creciente iglesia en América Latina son nominalismo y falsa doctrina. La falsa doctrina más peligrosa no es importada de Norteamérica sino nacida dentro de la iglesia evangélica latinoamericana. 

El crecimiento de sectas falsas y doctrina falsa es asombroso. Pablo bien pudiera haber escrito desde el contexto de América Latina: Tales individuos son falsos apóstoles, obreros estafadores, que se disfrazan de apóstoles de Cristo. Y no es de extrañar, ya que Satanás mismo se disfraza de ángel de luz (2 Co. 11:13–14).
Es por ese motivo que Pedro insiste que estemos alerta (1 P. 5:8).


León rugiente

Es fascinante estudiar los hábitos de los leones en Africa. Los animales viejos con sus voces profundas rugen mientras las hembras jóvenes se esconden cerca de sus víctimas. Al potente rugido, los antílopes, ya atemorizados, empiezan a correr y son fácilmente atrapados por los leones escondidos en el forraje.

Un amigo mío preguntó a un africano qué debería hacer si llegara a enfrentarse a un león rugiente. Su respuesta bien puede ser de la Biblia: Mantenerse firme, mirarlo directamente a los ojos, no exhibir ningún temor. Generalmente, frente a una persona inconmovible, el león retrocederá por cuenta propia. Aun si el animal asalta, el consejo es mantenerse firme con el cuchillo preparado. Cuando el león ataca, brinca exponiendo sus partes más vulnerables y uno puede matarlo clavando el cuchillo en el estómago. Según este africano, lo peor, es huir porque así uno firma su propia orden de ejecución.

Es algo que está aconteciendo con mucha frecuencia en nuestras iglesias. El diablo ruge y nosotros corremos tras cada doctrina o viento que sopla, provocando confusión, desorden y divisiones. Frente al enemigo, el mandato de Pablo es mantenerse firmes (Ef. 6:14) con la espada del Espíritu preparada.

Mientras por un lado la Biblia nos instruye a mantenernos firmes (Ef. 6:14), muchos se asustan al contemplar un enfrentamiento con el león rugiente (1 P. 5:8). Podemos ver cómo los animistas y los budistas temen a los espíritus malos. Esta creencia ha entrado en muchas formas en la iglesia evangélica en América Latina. 

Todo tipo de ritos que antes pertenecían sólo a los animistas ya forman parte de cultos evangélicos. Me refiero, por ejemplo, a echar el jugo o vino de la cena del Señor en los ríos para quitar maldiciones de generaciones pasadas o de ritos paganos; tirar desde avionetas pañuelos «ungidos» para correr los demonios de una ciudad; ungir teléfonos con aceite para sacar las maldiciones de las conversaciones de gente inconversa; ungir las ventanas de las casas a fin de que no entren las maldiciones (o los demonios); enseñar que los demonios emplean grafito escrito (inscripciones en paredes u otros lugares) en las paredes de una vecindad para controlar ese sector de la ciudad; advertir que los demonios entran en una casa donde hay objetos religiosos paganos. Todo esto es animismo, no cristianismo, y nos desvía de la batalla verdadera contra el león rugiente.


Otras designaciones

    1.       El ángel del abismo (Ap. 9:11) cuyo nombre en hebreo es Abadón y en griego es Apolión y significa «destructor».
    2.      Beelzebú, príncipe de los demonios (Mt. 10:25; 12:24; Mr. 3:22; Lc. 11:15, 18, 19). Príncipe de los demonios explica que Satanás encabeza un ejército de soldados malignos que cumplen sus deseos. Beelzebú es una transliteración de un nombre hebreo o arameo que quiere decir «señor de las moscas» o más probable «señor del cielo».
    3.       El maligno o El malo (RV) (Mt. 13:19, 38; 1 Jn. 5:18–19).
    4.       El enemigo (Mt. 13:39).
    5.       Asesino (Jn. 8:44). Es notable que en este versículo Satanás es llamado tanto mentiroso como asesino. En contraste Jesús es la verdad y la vida (Jn. 14:6).
    6.       Príncipe de este mundo. Príncipe de la potestad del aire. Dios de este mundo (Jn. 12:31; 14:30; 16:11; 2 Co. 4:4; Ef. 2:2 RV; 1 Jn. 4:4; 5:19). Jesús no niega que Satanás tenga poder sobre el mundo actual, pero indica que nosotros, los seguidores de Jesús, no somos de este mundo (Jn. 15:19; 17:14).
    7.       Belial (2 Co. 6:15 RV). Belial es un nombre derivado de un vocablo hebreo que significa maldad (1 S. 25:25). En el Antiguo Testamento fue una palabra aplicada a personas tan viles, tan depravadas y disolutas que no temían ni a Dios ni a los hombres (Dt. 13:13; Jue. 19:22; 1 S. 2:12). Es un nombre apropiado para Satanás.
    8.       Nuestro adversario (1 P. 5:8 RV).
    9.       El dragón (Ap. 12:3, 7, 9; 20:2). El dragón (un animal mitológico) poseía dos características que lo hacían eficaz en la lucha: un poder monstruoso y espantoso, y una excelente vista. Estas características hacen hincapié en dos designios de nuestro enemigo: atemorizarnos y buscar oportunidades (1 P. 5:8).
    10.       Satanás El nombre Satanás significa adversario, oponente de Dios y de su pueblo. (Algunos de los versículos que mencionan a Satanás son: 1 Cr. 21:1; Job 1–2; Zac. 3:1–2; Mt. 4:10; 12:26; 16:23; Lc. 10:18; 22:3; Hch. 5:3; 26:18; 1 Co. 5:5; 7:5; 2 Co. 2:11; 11:14; 12:7; 1 Ts. 2:18; 1 Ti. 1:20; 5:15; Ap. 12:9; 20:7.)
    11.      Serpiente (Gn. 3:1–4; 2 Co. 11:3; Ap. 12:9; 20:2). La serpiente ha sido y es todavía símbolo de la maldad. Los comentarios de Oswald Sandars nos ayudan a entender este aspecto de Satanás:

«Aquel a quien posteriormente se identificó como diablo apareció en primer lugar en las páginas de la Biblia con el siguiente nombre, en Génesis 3:1: “Pero la serpiente era astuta, más que todos los animales del campo.”
La palabra hebrea utilizada para serpiente, nachash, podría significar “sisear o brillar”, por lo que podría presentar a Satanás como “el resplandeciente, el brillante”. Esto podría explicar el hecho de que a Eva no le repugnase su aproximación. En el mundo de la antigüedad, así como en nuestro moderno y sofisticado mundo, se consideraba la serpiente como un objeto de culto. Fuera cual fuere la naturaleza de la criatura poseída por el diablo, era tan atractiva, y su aproximación tan natural, que no produjo ni temor ni sospecha en Eva; y así logró su caída de una manera más sencilla.»

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Infinidad de heridos, Multitud de muertos, Muchedumbre de víctimas en cuyos cadáveres se tropieza. Por las muchas fornicaciones de la ramera,Tan atractiva como experta en hechizos, Que con sus fornicaciones esclaviza pueblos

RECUERDA Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6





    Nos preparamos para enseñar en la congregación
Requerimiento para un arrepentimiento oportuno
Nahúm 2:13-3:19
2:13      ¡He aquí que Yo estoy contra ti!
    Oráculo de YHVH Sebaot.
    Encenderé y reduciré a humo tus carros,
    Y a tus leoncillos los devorará la espada,
    Cortaré de la tierra tus presas,
    Y no volverá a oírse jamás la voz de tus pregoneros.


Contra Nínive

    3:1      ¡Ay de la ciudad sanguinaria y traidora,
    Repleta de rapiñas, insaciable de despojos!
    2      Ya se oye el chasquido de los látigos,
    El estrépito de ruedas impetuosas,
    Del galope de caballos,
    Del rebote de los carros y de la caballería que carga;
    3      Del resplandor de la espada y el relampagueo de la lanza.
    Infinidad de heridos,
    Multitud de muertos,
    Muchedumbre de víctimas en cuyos cadáveres se tropieza.
    4      Por las muchas fornicaciones de la ramera,
    Tan atractiva como experta en hechizos,
    Que con sus fornicaciones esclaviza pueblos,
    Y a las parentelas de la tierra con sus hechicerías,
    5      ¡Heme aquí contra ti!, dice YHVH Sebaot,
    Y te alzaré la falda por encima de tu rostro,
    Y mostraré tu desnudez a las naciones y a los reinos tu vergüenza.
    6      Te arrojaré basura encima, te haré vil,
    Y te expondré a la pública vergüenza.
    7      Los que te vean huirán de ti, diciendo:
    ¡Nínive ha sido destruida!
    ¿Quién se compadecerá de ella?
    ¿Dónde hallar quien la consuele?
    8      ¿Eres tú mejor que Tebas,
    La que se sentaba entre los ríos, rodeada de muchas aguas,
    Cuyo baluarte era el Nilo,
    Cuyo muro se elevaba desde el río?
    9      Etiopía y Egipto eran su poderío ilimitado,
    Fut y Libia sus defensores.
    10      Pero también ella marchó en cautiverio y fue llevada al destierro,
    También sus pequeños fueron estrellados en las encrucijadas,
    Y sobre sus nobles echaron suertes,
    Y sus poderosos fueron encadenados.
    11      Así también tú te embriagarás y andarás oculta,
    También tú buscarás refugio lejos del enemigo.
    12      Tus plazas fuertes serán como higueras cargadas de brevas maduras:
    Al sacudirlas caen en la boca que las come.
    13      Observa tus tropas en medio tuyo:
    Son como mujeres frente al enemigo;
    Las puertas de tu territorio abiertas de par en par,
    Y el fuego ha consumido los cerrojos.
    14      Provéete agua para el asedio,
    Fortifica tus defensas,
    Métete en el lodo y pisa la arcilla,
    Mantén firme el molde del ladrillo,
    15      Que en ese momento el fuego te devorará,
    Como devora la langosta la espada te devorará.
    Aunque te multipliques como el langostón,
    Aunque te multipliques como la langosta,
    16      La langosta muda la piel, y vuela;
    Aunque tus mercaderes sean más que las estrellas de los cielos,
    17      Y tus príncipes como langostas, y tus capitanes como langostones
    Posados en las tapias en día frío,
    Al brillar el sol volarán sin dejar huella.
    18      ¡Oh rey de Asiria, tus pastores se han dormido!
    Tus capitanes están tumbados,
    Tu tropa está dispersa por los montes,
    Y no hay quien la reúna.
    19      No hay cura para tu quebranto,
    Tu llaga es incurable;
    Todos los que oigan el rumor acerca de ti,
    Batirán palmas sobre ti,
    Pues ¿sobre quién no ha pasado de continuo tu maldad?

Humillación oportuna
LA VENGANZA DE DIOS COMO SEÑAL DE SU SEÑORÍO 
Nahúm 2:13–3:19
1.     La humillación de Nínive, 2:13–3:7
En los siguientes versículos el profeta destaca la presencia de Jehovah en todos estos acontecimientos. Jehovah es poderoso y soberano por encima de cualquier imperio. Aquí es presentado como el que está contra Nínive para hacer justicia de todos sus agravios (v. 13). Luego el sarcasmo de los vv. 11 y 12, en el v. 13 está la respuesta clara por parte de Dios. Nínive será retribuida exactamente como lo que hacía, pero mucho más, nunca más se oirá de los que iban a las diferentes naciones oprimidas por ella para llevar mensajes, que por lo general eran malas noticias (comp. 2 Rey. 18:19–22; 19:8–13). La voz opresora ya no se oirá más.

¡Ay de la ciudad sanguinaria!… (3:1) es una expresión de lamento por la suerte que correrá Nínive, y al mismo tiempo resume el carácter de la ciudad sanguinaria, así de sencillo. La característica de las ciudades comerciales de la antigüedad era el engaño debido al afán de lucro, el cual debía ser saciado por cualquier medio aún la muerte de personas y pueblos que opusieran resistencia a sus fines. Los vv. 2–4 describen una batalla en contra de Nínive. “No hay ningún pasaje en la literatura hebrea que sobrepase a este en su vívida descripción” (Pfeiffer). 
La descripción de Nínive como ramera sin duda hace referencia a la idolatría realizada en lo oculto y relacionada con hechicerías. El profeta introduce en estos versículos una expresión propia del Dios de Judá, Jehovah de los Ejércitos (2:13; 3:5), con la que señala la intervención de Jehovah en estos acontecimientos como parte de su plan para el mundo. Para la mentalidad cristiana de hoy se levantan interrogantes como: ¿Puede un Dios de amor hacer esto? 
El profeta Nahúm responde que sí. El Dios de Judá es el mismo de hoy y es por amor que él no tolera la maldad, es por amor que no permitirá que imperios se enseñoreen sobre los demás pueblos pequeños conduciéndolos a la perdición. Ahora Dios hará manifestar quién es realmente Nínive y todos podrán ver su vergüenza (vv. 5–7).
PRÁCTICA homilética
El pecado contra Dios
Nahum 3:4–6
Introducción: 
La destrucción de todo el imperio de Nínive resultó de la suma de los pecados contra Dios. En este sentido podemos ver tres cosas acerca del pecado de Nínive.

     I.     La esencia del pecado, Nahum 3:4.
1.     La hostilidad contra Dios.
2.     La expresión de una oposición a Dios.
(1)     Oposición a las leyes de Dios.
(2)     Oposición al propósito de Dios.
(3)     Oposición al Espíritu de Dios.

     II.     La base del pecado, Nahum 3:5.
1.     La mente a la cual le gusta planear la maldad.
2.     La mente dominada por la maldad.

     III.     El resultado del pecado, Nahum 3:6.
1.     La culpa del pecado.
2.     La vergüenza del pecado.
3.     La destrucción del pecador.

Conclusión: 
El hombre o la nación que se rebele contra Dios y trate de vivir a su manera, tratando a la vez de tomar el lugar que le pertenece a Dios, tendrá que dar cuenta de sí mismo(a) delante de Dios. La voluntad del hombre es tan fuerte que trata de resistir, pero no puede. El hombre es desafiador y evasivo, pero es declarado culpable. Tiene que dar respuesta a Dios.
2.     Nínive caerá como Tebas, Nahum 3:8-11
El profeta compara a Nínive con Tebas (vv. 9, 10), ciudad egipcia de mucho poder por su posición estratégica para el comercio, y ante la cual otros pueblos llegaban para pedir ayuda creando una dependencia ruinosa para sus pobladores. Tebas (lit. No-amón) era considerada como una gran obra de arquitectura y era llamada “Ciudad de Dios”, y era el centro de adoración de Amón. Además tenía relativamente buenas relaciones con sus vecinos. 
No fue una ciudad que se conocía por su violencia despiadada. Tebas parece ser considerada como más poderosa que Nínive y sin embargo terminó en cautiverio. De la misma manera terminará Nínive y quizá peor, pues la situación de Nínive es comparada con la de una prostituta (vv. 4–7) que basa su poder en la seducción y el engaño ofreciendo placeres pasajeros, y que es colocada ante el público en ridículo en un espectáculo burlesco para quienes lo observan. Allí se darán cuenta de que su belleza es fantasía y apariencia, por lo cual serán desengañados y nadie se compadecerá de ella. Esta imagen muestra la debilidad de Nínive, su fragilidad a tal punto que aquella ciudad dominante y exótica se esconderá por causa del enemigo (v. 11). Nada se supo de la ubicación de Nínive hasta 1842 d. de J.C.
Llaga
La palabra heb. maso es traducida al castellano como visión o profecía. Sin embargo, la traducción de la Biblia desde el arameo traduce la palabra como herida o llaga. Lleva más peso cuando el lector descubre que el último versículo de Nahúm también menciona la llaga que es incurable. Esta traducción da más sentido al mensaje de Nahúm. Hace hincapié en el dolor de Dios por causa de la persona o nación que prefiere el pecado en vez de la bondad de Jehovah. Es un cuadro de todo el libro de Nahúm. Nínive fue una herida en la tierra que Jehovah tuvo que sanar a manera de cirujano. Había dolor en la tierra y Dios lo sanó a su propia y justa manera. El pecado es un dolor que todavía tiene que ser sanado en la vida humana.
3.     El fin de Nínive, Nahum 3:12-19
Nahúm ha destacado en la anterior comparación la soberanía de Dios que no es arbitraria, pero que tampoco es negociable cuando los imperios construidos por quienes se han convertido en sus adversarios y enemigos (1:2b) han considerado ilimitada su expansión. La acción soberana de Dios es tajante y definitiva con respecto a Nínive.

Hay otro aspecto en el que Nahúm no deja dudas: el castigo de Dios está dirigido contra los gobernantes y toda la casta de funcionarios antes que un juicio personal de tipo universal.

El pueblo de Nínive es comparado con mujeres (v. 13), en el sentido de estar indefensos tanto frente a los reyes como ante los enemigos que los asedian. No todo el pueblo era beneficiario de las conquistas y los éxitos comerciales de Nínive. 

La diferencia entre los que gobiernan y el pueblo se nota en la descripción del profeta sobre la destrucción, ya que menciona grupos socioeconómicos específicos y de importancia para la estructura del imperio, por ejemplo mercaderes (v. 16), oficiales (v. 17) y pastores (v. 18). El caos producido por el ataque a Nínive da como resultado la huida del pueblo (v. 18b) sin dirección y padeciendo las consecuencias del derrumbamiento de un poder que si bien ayudaron a construir con su trabajo y complicidad no eran sus principales beneficiarios.

Mayor claridad sobre el carácter de los ninivitas ofrece Nahúm al usar la figura de las langostas que eran familiares a la mente oriental. Aunque es aplicada a los estragos producidos por el ejército invasor, la usa luego para describir la rapacidad de los ninivitas (v. 16); había una gran cantidad de mercaderes, escribas y contadores que se amontonaban diariamente para sostener la marcha del sistema financiero de Nínive, pero como las langostas se dispersan cuando el sol calienta sobre ellas; así huyen los mercaderes de Nínive cuando llega el ataque de sus enemigos (v. 16).

Nahúm termina siendo enfático en el carácter irreversible de la venganza de Jehovah sobre Nínive y Asiria, el imperio (v. 19). En esta ocasión no hay remedio, no hay posibilidad de arrepentimiento, todos se burlarán y habrá alivio para quienes padecieron la maldad de Asiria. Nahúm termina paralelamente con la desaparición de Nínive, con lo cual se convierte en un mensaje de esperanza para aquellos que padecen la opresión de un imperio y da a entender que no durará para siempre pues Jehovah De ninguna manera dará por inocente al culpable (1:3b). Nínive desapareció, literalmente, en el 612 a. de J.C.
CONCLUSIONES
Nahúm ofrece a los lectores cristianos en el día de hoy varias enseñanzas que pueden servir de iluminación para situaciones en las que no se presentan respuestas claras o bien son evasivas. Es un imperativo cristiano presentar un mensaje íntegro como lo hizo Nahúm al responder a las exigencias históricas de su tiempo.

1. Dios es justo y desea que la justicia exista entre todos los seres humanos; por esa razón cualquier intento de gobierno o nación alguna que se enseñoree sobre otros convirtiéndolos en colonias abastecedoras para la producción de sus riquezas es rechazado por Jehovah, quien es Dios Vengador (1:2a) y que en su tiempo hará justicia definitiva sobre aquellos que se han levantado para hacer mal contra él (1:11).

2. Dios es fiel al pacto hecho con su pueblo y dicha fidelidad no depende de la actitud de sus seguidores ni actúa de manera retributiva, sino que por su buena voluntad y su misericordia es consecuente con sus propósitos salvadores, por lo tanto no permitirá que los poderosos permanezcan indefinidamente creyendo que no hay Dios y haciéndose a sí mismos dioses.

3. Dios es soberano sobre todos los reinos de la tierra, por esta razón él interviene en los hechos que cambian la historia de opresión y sufrimientos que pueblos enteros han padecido. Sus acciones están estrechamente relacionadas con su propósito eterno. En su soberanía Dios no es arbitrario ni caprichoso, por el contrario, sus acciones dejan ver la santidad, la justicia y el amor que le son característicos.

4. Dios es directo en sus juicios, cuestiona la legitimidad alcanzada por gobiernos injustos que han edificado imperios sobre la sangre de los débiles, que sus estructuras y organizaciones han alcanzando tal estabilidad que son consideradas por ellos mismos y por otros como eternas. Jehovah en su tiempo demuestra la futilidad de dichas estructuras, lo inútil de sus logros, porque no han correspondido con la existencia de la paz tan anhelada por los pueblos (1:15).

5. La voz del profeta Nahúm es un grito anhelado por aquellos que confían en Jehovah, aquellos oprimidos que creen en la acción del Dios celoso y vengador (1:2a) contra los que maquinan el mal creando condiciones difíciles para la verdadera comunión entre los hombres y de estos con Dios; es un grito de esperanza que no puede dejarse pasar inadvertido, pues el anuncio de Nahúm fue verificado históricamente en la destrucción de Nínive, confirmando así la fe en la actuación de Jehovah en la historia.
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