lunes, 18 de enero de 2016

No me ruegues que te deje y me aparte de ti, porque adondequiera que tú vayas, yo iré, y dondequiera que vivas, viviré. Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios mi Dios.

RECUERDA Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6





Nos preparamos para enseñar en la Congregación
El Libro de Rut
1      Aconteció en los días en que gobernaban los jueces, que hubo hambre en el país; y un hombre de Bet-léhem de Judá fue a habitar temporalmente en los campos de Moab, él, con su mujer y sus dos hijos.
2      Y era el nombre de aquel varón Elimelec, el nombre de su mujer, Noemí, y el nombre de sus dos hijos Mahlón y Quelión, efrateos de Bet-léhem de Judá. Llegaron pues a los campos de Moab, y se quedaron allí.
3      Y murió Elimelec, marido de Noemí, y fue dejada ella con sus dos hijos,
4      los cuales tomaron para sí mujeres moabitas. El nombre de una era Orfa, y el nombre de la otra era Rut. Y habitaron allí como diez años.
5      Después murieron también los dos: Mahlón y Quelión, y la mujer fue dejada sin sus dos hijos y sin su marido.
6      Entonces ella se levantó con sus nueras y regresó de los campos de Moab, porque en el campo de Moab oyó que YHVH había visitado a su pueblo para darles pan.
7      Salió pues del lugar donde había estado, y con ella sus dos nueras, y se pusieron en camino para regresar a la tierra de Judá.
8      Dijo entonces Noemí a sus dos nueras: Andad, volveos cada una a la casa de su madre, ¡haga YHVH con vosotras misericordia, como la habéis hecho con los difuntos y conmigo!
9      YHVH os conceda que halléis descanso cada una en casa de su marido. Luego las besó, y ellas alzaron su voz y lloraron.
10      Y le decían: Nosotras volveremos contigo a tu pueblo.
11      Pero Noemí dijo: Volveos hijas mías, ¿por qué habéis de ir conmigo? ¿Tengo yo aún hijos en mis entrañas para que sean vuestros maridos?
12      Volveos hijas mías, id. Pues he envejecido como para tener marido, y aunque dijera: Tengo esperanza; y esta noche estuviera con marido, e incluso diera a luz hijos,
13      ¿los esperaríais hasta que crecieran? ¿Os retraeríais por ellos sin tomar marido? No, hijas mías; tengo sobrada amargura por vosotras, pues la mano misma de YHVH se ha desatado contra mí.
14      Entonces ellas alzaron su voz y lloraron otra vez; y Orfa besó a su suegra, pero Rut siguió apegada a ella.
15      Y Noemí dijo: He aquí tu cuñada se ha vuelto a su pueblo y a sus dioses, vuélvete en pos de tu cuñada.
16      Respondió Rut: No me ruegues que te deje y me aparte de ti, porque adondequiera que tú vayas, yo iré, y dondequiera que vivas, viviré. Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios mi Dios.
17      Donde tú mueras, yo moriré, y allí seré sepultada. Así me haga YHVH, y aun me añada, que sólo la muerte hará separación entre nosotras dos.
18      Y viendo que estaba resuelta a irse con ella, desistió de decirle más.
19      Y caminaron las dos hasta que llegaron a Bet-léhem; y sucedió que al entrar en Bet-léhem, toda la ciudad se alborotó a causa de ellas, y las mujeres decían: ¿No es ésta Noemí?
20      Y ella les respondía: No me llaméis Noemí, sino llamadme Mara, porque ’El-Shadday me ha puesto en gran amargura.
21      Yo salí llena, pero YHVH me ha hecho regresar vacía. ¿Por qué me llamáis Noemí, ya que YHVH ha dado testimonio contra mí, y ’El-Shadday me ha afligido?
22      De esta suerte regresó Noemí, y con ella su nuera Rut la moabita, cuando volvió de los campos de Moab. Y llegaron a Bet-léhem a principios de la siega de la cebada.

El Libro de RUT

Aunque la RVA le da un título completo de “El Libro de Rut”, la Biblia hebrea le llama solamente “Rut”. Es uno de solo dos libros en toda la Biblia que llevan nombres de mujeres. (Ester es el segundo.) Este es el primero, en el orden tradicional en nuestras Biblias en español, y el único que trata de una mujer no israelita.

Las Biblias que le dan un título completo, como la RVA (y no todas lo hacen), no quieren decir que Rut sea la autora. El libro mismo, siguiendo las costumbres antiguas, no identifica su autor; y la tradición judía que lo atribuye a Samuel carece de fundamentos históricos o literarios.

Sin embargo, tal vez fue esa tradición que facilitó que entrara en el canon de las Sagradas Escrituras con relativa facilidad y que no haya habido serios cuestionamientos de su lugar allí, a través de los siglos. Otro factor puede haber sido su conexión con David, como veremos. A pesar de su gran apoyo para figurar en el canon, su orden en el mismo ha seguido dos diferentes caminos. Desde las primeras traducciones en español de Reina y Valera, lo hemos encontrado en nuestras Biblias entre Jueces y el Primer Libro de Samuel. 

Este orden sigue el de la Septuaginta. Pero en la Biblia hebrea su lugar está entre los Escritos, la llamada tercera sección de ella, después de las secciones que llevan los libros de la Ley y los de los Profetas. Su afinidad literaria con obras como Job (cuyos personajes tampoco son israelitas) puede haber ocasionado esa ubicación, o la fecha de su redacción y/o su incorporación en la colección reconocida. El libro de Rut llegó a tener un uso litúrgico regular en la fiesta de las Semanas (más tarde llamada la de Pentecostés), que celebraba la cosecha del trigo.


FECHA Y AUTOR
La fecha de su redacción es también desconocida. El libro no pretende haber sido escrito en seguida de los eventos que narra; más bien, da evidencia que algún tiempo ha transcurrido desde que sucedieron los eventos. Las referencias al rey David en los últimos versículos (4:17b–22) indican que no puede haber sido escrito, por lo menos en su presente forma, hasta durante o después del reinado de David. Las explicaciones de la costumbre de quitar y entregar la sandalia en confirmación de transacciones o redenciones (4:7) parecen señalar que tal costumbre ha caído en desuso con el correr del tiempo. Los que analizan la evidencia literaria (vocabulario, giros idiomáticos y otros asuntos de estilo) llegan a diferentes conclusiones: algunos, que la redacción es preexílica (posiblemente durante la última parte del reinado de David, ya que no se menciona a Salomón); otros, que la redacción es posexílica (cuando los otros libros de los Escritos fueron terminados y elevados a su estado canónico). Los argumentos son tan balanceados que uno termina donde comenzó: la fecha de redacción es desconocida.

De todos modos su lugar en la Biblia es incuestionable y la preservación de su texto a través de 2.500 a 3.000 años ha sido notablemente limpia, de modo que el texto heb. del que ahora disponemos presenta muy pocos problemas. La RVA solo recurre a evidencia versional en cuatro lugares (1:21; 2:7; 3:15; y 4:5) y en solo dos de ellos (2:7 y 4:5) alega que el TM es “de significado oscuro”.

Si su autor y el tiempo de su redacción son desconocidos, el tiempo histórico que pretende reflejar es aclarado en el primer versículo: “… en los días que gobernaban los jueces …” (aprox. 1200 a. de J.C. hasta 1050 a. de J.C.). Esta frase nos remite al libro de Jueces. Pero si hacemos una relectura de ese libro, pensando que así vamos a entender mejor el libro de Rut, nos impacta más su contraste que su afinidad. El libro de Jueces pinta, una y otra vez, el cuadro de apostasía, surgimiento de algún caudillo o líder carismático (un “juez”), y cierta renovación o restauración bajo el liderazgo de ese juez. 

Era un tiempo casi de anarquía, mucha violencia y poca piedad, cuando “cada uno hacía lo que le parecía recto ante sus propios ojos” (Jue. 16:6; 21:25). No por eso hemos de pensar que este hermoso idilio de la vida rural es invento de su autor. Aun en tiempos modernos de guerras u otras crisis nacionales o regionales, conocemos casos cuando a nivel local la vida se sigue desarrollando con cierta normalidad y con personajes que pueden distinguirse por sus características nobles y ejemplares. Tal es el caso de Rut.

MENSAJE Y VALOR
El propósito del libro, su género literario, su mensaje y valor contemporáneos son temas que se entremezclan. Hay quienes quieren interpretar el libro como una protesta a las reglas de Esdras y Nehemías en contra de matrimonios mixtos (ver Esd. 10 y Neh. 13:23–27). Pero los argumentos para una fecha de redacción preexílica son demasiado fuertes para adoptar esta postura fácilmente. Además, el libro mismo carece del espíritu polémico. Otros creen que el autor no tenía otro propósito que contarnos una historia interesante (que incluso, dicen, puede haber sido creado con poca base histórica). 

Nuevamente los argumentos no convencen, a pesar de que el valor de la pieza como literatura no puede ser negado; más bien ha sido ampliamente reconocido por críticos como Goethe y Keats. En lo que probablemente es el estudio reciente más exhaustivo sobre la cuestión del género literario de Rut, Frederic Bush concluye que el género literario de Rut es el de “un breve relato que edifica”. 

La revelación de los personajes principales (Noemí, Rut y Boaz) con sus características, usando diálogos amplios más que la narración de “grandes eventos”, es la técnica básica del autor. La estructura es de quiasmo, como ilustra la Biblia de Estudio Siglo XXI; es decir, los elementos son puestos en cierta secuencia creando un paralelismo en orden inverso y en donde las partes que son casi sinónimas se encuentran en el medio. 

El resultado es que de la problemática de la muerte y la vanidad (comp. Job y Eclesiastés) viene al fin la resolución de vida y plenitud. ¡Fácilmente conecta con el mensaje cristiano! No hay duda que el libro edifica, ¡y sin moralejas! Sus personajes ejemplares son dignos de estudio e imitación. 

El énfasis en el linaje de David puede haber respondido a intereses durante su reinado, o un poco después, pero conecta con las profecías mesiánicas y resulta en que Boaz y Rut aparecen en la genealogía de Jesucristo (Mat. 1:5). Si bien es cierto que uno de los personajes principales es un hombre (Boaz), es imposible no captar un enfoque sobre las potencialidades de las mujeres. 

Los hombres y la sociedad en general pueden haberlas considerado en la misma categoría que propiedades (comp. 4:1–10); pero estas mujeres superan crisis, toman iniciativas, hacen planes y realizan cosas, y todo dentro de un marco de fe y dedicación que son ejemplares para todos, hombres inclusive. 

El libro también tiene el valor de desanimar todo intento exclusivista judío en favor de una actitud misionera hacia otras naciones, de manera que algunos lo comparan a Jonás. El libro enseña la providencia divina sin usar esta palabra. A pesar de las tragedias que la vida puede traer (y ellas dentro de la voluntad permisiva del Todopoderoso), la mano divina guía en maneras que solamente a la postre se entienden. 

Y lo hace para todos, sin distinciones raciales o nacionales. Que el rey David o el Mesías tuvieran algo de sangre moabita bien podía haber escandalizado a algunos; pero en el plan y la providencia de Dios, así fue, “porque de tal manera amó Dios al mundo …” Por supuesto hay otros valores en el libro, como los de reflejar costumbres antiguas, enaltecer los conceptos de matrimonio y hogar, sustentar la posibilidad de conversión, animar la pureza prenupcial como también la lealtad familiar, y mostrar que Dios cuida de la gente sencilla así como también de los grandes, hayan sido o no aspectos del propósito que motivó el autor original. La vasta apelación de este libro no está limitada a jóvenes y adultos como lo muestra el libro de Juan C. Varetto, que fue dirigido a niñas adolescentes.

BOSQUEJO DE RUT

Tomando como nota tónica el comentario que los del pueblo hicieron a Boaz, una vez concertado su asunto de propiedad y esposa, se ofrece el siguiente bosquejo del libro, bajo el título

RUT Y NOEMÍ: 
OTRAS MUJERES QUE EDIFICARON LA CASA DE ISRAEL

    I.      EXPERIENCIAS DIFÍCILES DE NOEMÍ Y RUT, Rut1:1–22
      1.      Múltiples tragedias en la familia de Elimelec y Noemí, Rut1:1–5
      2.      La decisión de Rut, Rut1:6–18
      3.      Viaje y llegada a Belén, Rut1:19–22

    II.      RUT Y BOAZ LLEGAN A CONOCERSE, Rut2:1–23
      1.      Rut providencialmente llega a espigar en el campo de Boaz, 2:1–3
      2.      Después de conocerse, Boaz demuestra su interés y generosidad hacia Rut, Rut2:4–16
      3.      Noemí y Rut dialogan acerca de Boaz, Rut2:17–23

    III.      Con una estrategia establecida por Noemí, Rut busca un encuentro con Boaz, Rut3:1–18
      1.      Noemí revela su plan, Rut3:1–5
      2.      Rut lleva a cabo el plan; Boaz reacciona bien, Rut3:6–15
      3.      Noemí analiza y aconseja, Rut3:16–18

    IV.      NUEVA VIDA Y PLENITUD PARA LOS TRES PERSONAJES PRINCIPALES, Rut4:1–22
      1.      Boaz adquiere los derechos y se casa con Rut, Rut4:1–13a
      2.      Nace un hijo y Noemí es restaurada a plenitud, Rut4:13b-17
      3.      La familia llega a conectar con el linaje real, Rut4:18–22

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domingo, 17 de enero de 2016

¡Si me dieras bendición, y ensancharas mi territorio, y si tu mano estuviera conmigo, y me libraras de mal, para que no me dañe!

RECUERDA Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6




Nos preparamos para enseñar en la Congregación
FIDELIDAD VERSUS INFIDELIDAD
1Crónicas 5:18-26
18 Los hijos de Rubén y de Gad, y la media tribu de Manasés, hombres valientes, hombres que traían escudo y espada, que entesaban arco, y diestros en la guerra, eran cuarenta y cuatro mil setecientos sesenta que salían a batalla.
19 Estos tuvieron guerra contra los agarenos, y Jetur, Nafis y Nodab.
20 Y fueron ayudados contra ellos, y los agarenos y todos los que con ellos estaban se rindieron en sus manos; porque clamaron a Dios en la guerra, y les fue favorable, porque esperaron en él.
21 Y tomaron sus ganados, cincuenta mil camellos, doscientas cincuenta mil ovejas y dos mil asnos; y cien mil personas.
22 Y cayeron muchos muertos, porque la guerra era de Dios; y habitaron en sus lugares hasta el cautiverio.
23 Los hijos de la media tribu de Manasés, multiplicados en gran manera, habitaron en la tierra desde Basán hasta Baal-hermón y Senir y el monte de Hermón.
24 Y estos fueron los jefes de las casas de sus padres: Efer, Isi, Eliel, Azriel, Jeremías, Hodavías y Jahdiel, hombres valientes y esforzados, varones de nombre y jefes de las casas de sus padres.
25 Pero se rebelaron contra el Dios de sus padres, y se prostituyeron siguiendo a los dioses de los pueblos de la tierra, a los cuales Jehová había quitado de delante de ellos;
26 por lo cual el Dios de Israel excitó el espíritu de Pul rey de los asirios, y el espíritu de Tiglat-pileser rey de los asirios, el cual transportó a los rubenitas y gaditas y a la media tribu de Manasés, y los llevó a Halah, a Habor, a Hara y al río Gozán, hasta hoy.
18 Los hijos de Rubén y de Gad, y la media tribu de Manasés, hombres valientes, hombres que traían escudo y espada, que entesaban arco, y diestros en la guerra, eran cuarenta y cuatro mil setecientos sesenta que salían a batalla.
19 Estos tuvieron guerra contra los agarenos, y Jetur, Nafis y Nodab.
20 Y fueron ayudados contra ellos, y los agarenos y todos los que con ellos estaban se rindieron en sus manos; porque clamaron a Dios en la guerra, y les fue favorable, porque esperaron en él.
21 Y tomaron sus ganados, cincuenta mil camellos, doscientas cincuenta mil ovejas y dos mil asnos; y cien mil personas.
22 Y cayeron muchos muertos, porque la guerra era de Dios; y habitaron en sus lugares hasta el cautiverio.
23 Los hijos de la media tribu de Manasés, multiplicados en gran manera, habitaron en la tierra desde Basán hasta Baal-hermón y Senir y el monte de Hermón.
24 Y estos fueron los jefes de las casas de sus padres: Efer, Isi, Eliel, Azriel, Jeremías, Hodavías y Jahdiel, hombres valientes y esforzados, varones de nombre y jefes de las casas de sus padres.
25 Pero se rebelaron contra el Dios de sus padres, y se prostituyeron siguiendo a los dioses de los pueblos de la tierra, a los cuales Jehová había quitado de delante de ellos;
26 por lo cual el Dios de Israel excitó el espíritu de Pul rey de los asirios, y el espíritu de Tiglat-pileser rey de los asirios, el cual transportó a los rubenitas y gaditas y a la media tribu de Manasés, y los llevó a Halah, a Habor, a Hara y al río Gozán, hasta hoy.
Asesinato por infidelidad
Miguel Armando Bañuelos Villa, de 28 años, y Virginia Guadalupe Anaya Guzmán, de 40, presuntos asesinos de médico yucateco en Zapopan

Asesinato por infidelidad

El crimen de un doctor yucateco fue por los celos

 
La Fiscalía General del Estado de Jalisco detuvo a los presuntos asesinos de Fidel Francisco Sáenz Laviada, conocido médico ginecólogo yucateco asesinado en la ciudad de Zapopan, en el estado de Jalisco.
El móvil del crimen fue el robo de una importante suma de dinero, alrededor de 70,000 pesos, que llevaba para adquirir equipo médico.
Los homicidas son los esposos Miguel Armando Bañuelos Villa, de 28 años de edad y de profesión enfermero, y Virginia Guadalupe Anaya Guzmán, de 40 años de edad y vendedora de equipo médico, quienes viven en la colonia Ciudad Granja en Zapopan, Jalisco, a menos de un kilómetro de donde arrojaron el cadáver.
Ambos deberán responder por la muerte del doctor Sáenz Laviada, de 51 años de edad, quien fue localizado el 10 de septiembre en los cruces de las calles Rinconada del Paraíso y Calzada Paraíso en la colonia Ciudad Granja, en Zapopan.
En entrevista con el Diario, Mónica Salas Ibarra, directora general de Comunicación Social de la Fiscalía General de Jalisco, informó que las investigaciones determinaron que el 9 de septiembre Fidel Sáenz salió de Mérida hacia Guadalajara a una convención relacionada con su trabajo; sin embargo, la esposa del galeno, después de dejarlo en el aeropuerto, no supo más nada de él.
El 10 de septiembre la esposa del médico reportó a la Fiscalía General del Estado de Yucatán la desaparición de su marido y asimismo se solicitó la colaboración a la Fiscalía General del Estado de Jalisco para localizarlo.
Ese día elementos de la Fiscalía de Jalisco encontraron un cuerpo con características similares a la que refería la colaboración, por lo que las autoridades de ese estado citaron a la esposa para identificar el cuerpo, el cual se corroboró que se trataba de Fidel Sáenz.
Tras el hallazgo del cadáver, que estaba en una bolsa negra, comenzaron los trabajos de investigación, entre los que están peritajes forenses, entrevistas con amigos, familiares y conocidos, y diferentes pruebas periciales y dactiloscópicas.
Durante las pesquisas un amigo de Fidel Sáenz comentó que el ahora occiso en realidad no viajó a una convención de medicina, sino que fue a visitar a una amiga de nombre Virginia Anaya, con quien al parecer mantenía una relación, por lo que el Ministerio Público que tomó conocimiento del caso giró una orden de localización y presentación de la mujer, ya que las pruebas periciales la incriminaban.
Virginia Guadalupe, originaria de Tapachula, Chiapas, cuenta con antecedentes penales por fraude, robo y despojo de propiedad; de acuerdo con Plataforma México, estuvo prófuga de la justicia durante casi un mes, se movió a diferentes puntos de Jalisco, Michoacán, Distrito Federal y Chiapas, de donde es originaria, hasta que el pasado 7 de octubre fue detenida por agentes de la Policía Ministerial de Jalisco, en las inmediaciones del aeropuerto de Zapopan.
Durante su declaración Ministerial, Virginia Guadalupe, alias “Vicky”, declaró que su esposo Miguel Bañuelos la ayudó en el homicidio de Fidel Sáenz; tras matarlo decidieron embolsarlo y arrojarlo a un terreno baldío. Aunque el esposo dijo en su declaración que lo asesinó por celos, ya que descubrió la relación que tenía con su mujer, se cree que la declaración era para proteger a su esposa.
De ambos hay evidencias periciales por lo cual las autoridades determinarían su participación; se indicó que los dos serán puestos a disposición del juez por el delito de homicidio calificado.
El galeno fue despojado de sus pertenencias de valor.
La pareja de presuntos homicidas será puesta a disposición de un juez, quien determinaría la situación de ambos implicados en el crimen. No era la primera ocasión que el médico viajaba a Jalisco, desde junio pasado había realizado por lo menos tres viajes a esa entidad.
Según versiones extraoficiales, en junio de este año se realizó el Congreso Internacional de Ginecología en Jalisco; ahí el ahora occiso habría conocido a Virginia Guadalupe, ya que ella laboraba como vendedora de equipo médico.
Mantuvieron comunicación por las redes sociales y se presume que el galeno viajaba a encontrarse con la mujer, ya que al parecer sostenían una relación amorosa. Días antes le informó que viajaría a Jalisco para adquirir equipo médico, por lo cual la presunta homicida sabía que llevaba importante suma de dinero, así que junto con su esposo habría planeado el crimen.
Ese día la mujer lo recibió en el aeropuerto y abordaron un taxi que los llevaría a Zapopan. Por la noche del mismo 9 de septiembre, junto con su esposo lo habrían asesinado y llevaron a arrojar el cadáver.
Todo apunta a que la infidelidad fue la causa de la muerte del doctor Sáenz Laviada, según las primeras declaraciones de sus presuntos asesinos.
De acuerdo con información recabada extraoficialmente, agentes de la Fiscalía de Jalisco detuvieron el martes pasado a la pareja que se acusa mutuamente de ser responsables materiales de este asesinato.
De un vistazo
Acusaciones mutuas
En un segundo cateo se detuvo a Virginia Guadalupe Anaya Guzmán y Miguel Armando Bañuelos Villa. En las investigaciones y primeros interrogatorios Virginia aceptó que participó parcialmente en el crimen, pero acusó a su marido de ser el autor material; Bañuelos Villa afirma lo mismo y dice que su mujer lo asesinó.
Causa del asesinato
La causa del crimen, según las primeras investigaciones, es que el médico mantenía relaciones con Virginia Anaya y fueron descubiertos por el marido.
Dios es siempre Fiel
Importancia de la Fidelidad
1 Crónicas 1–9
La fidelidad viene a la mente como una palabra clave cuando pensamos en cualquier convenio. El deseo de toda pareja que se acerca al día de su boda, es que su relación matrimonial se distinga por el amor y la fidelidad. Cuando falta alguno de estos elementos en un hogar, pronto se desvanece la felicidad, pues son ellos los que fundamentan el pacto nupcial.
Estas mismas características se aplican al pacto que Dios hizo con Israel. Aunque éste se basó en el amor de Dios hacia ese pueblo, El demandaba que respondieran con amor y lealtad también. Es por ello que éstos llegaron a ser los elementos primordiales de ese pacto.
Por consecuencia, si Dios demandaba que Su pueblo en general cumpliera con éstas virtudes, con mucha más razón lo esperaba de los reyes que El había puesto para gobernarlos. Al establecer Su pacto con David, Dios prometió que nunca quitaría Su misericordia de Salomón su hijo (1 Crónicas 17:11–14). La palabra misericordia que se emplea en ésta promesa, incluye tanto el amor como la fidelidad de parte de Dios hacia Salomón y su descendencia, dando a entender que Dios cumpliría con ella sin importar lo que ellos hicieran.
En los libros de las Crónicas, se presenta claramente el mensaje de que Dios ha prometido tratar a Israel con misericordia, o sea, con amor fiel y que demanda que ellos respondan de la misma manera. Como resultado, el pueblo entero y el rey en particular, tienen derecho a gozar de las bendiciones y responsabilidades que un pacto de esa naturaleza ofrece.
¡PENSEMOS!
Las promesas que Dios dio a Isreal y a la iglesia no son idénticas. Sin embargo, para comprender la relación que existe entre el mensaje de estos libros con nosotros, tenemos que entender que El nos ha prometido Su amor al igual que lo hizo con Isreal. A la vez, El demanda que nosotros respondamos con amor y fidelidad. Consideremos un momento las implicaciones de esta verdad.
¿En qué maneras se ha manifestado el amor fiel de Dios para con nosotros? Haga una lista de las evidencias de ese amor que usted ha observado en su vida.
¿En qué maneras debemos manifestar nuestro amor y fidelidad a Dios hoy en día?
EL AUTOR Y LA FECHA
El formato actual de los dos libros nos hace difícil recordar que originalmente se escribieron como un solo tomo, tal como pensamos estudiarlo en este comentario. Aunque el autor de esta gran obra no se identifica, el Talmud, que representa la tradición judía, atribuye el libro al escriba Esdras, conocido por el libro que lleva su nombre y por su importante participación en la restauración de Israel.
Varias evidencias apoyan la opinión de que Esdras lo escribió. Primero, la tradición en sí misma representa evidencia externa de gran valor debido a la fecha tardía de su preparación y aceptación por parte del pueblo. La evidencia interna también es convincente. El libro está redactado desde la perspectiva de un sacerdote porque el templo ocupa un lugar primordial en su argumento. Puesto que Esdras se identifica como sacerdote, refleja la misma perspectiva que el libro que Ileva su nombre (Esdras 7:1–5, 11).
Por otro lado, las genealogías que presenta Ilegan hasta los días de Esdras y apoyan la idea de que el autor era contemporáneo de él. No se conoce otro candidato más viable. Además, el uso del idioma hebreo y su estilo literario son semejantes a los de Esdras. La última evidencia a favor de él como autor, se encuentra al comparar el principio del libro de Esdras (1:1–3) con la conclusión de 2 Crónicas (36:22–23). Las dos porciones son iguales. Parece que Esdras presenta una continuación intencional de la historia que Crónicas empieza a relatar.
El libro mismo da evidencia de que el autor, quienquiera que fuera, utilizó diversas fuentes históricas para redactarlo. Como escriba, Esdras tendría acceso a ellas y sabría cómo utilizarias. Sin embargo, el uso de otra información no desacredita la inspiración divina. Dios es capaz de dirigir al autor a investigar el material histórico a su alcance para así garantizar la veracidad y valor del mensaje que El quiere revelar a Su pueblo.
En cuanto a la fecha del libro, los sucesos en sí abarcan casi todo el período del Antiguo Testamento, desde Adán hasta la restauración (1–9). La presentación más detallada de la historia se dedica a considerar el tiempo entre Saúl (1051 a.C.) y el decreto de Ciro que permitió al pueblo regresar a Israel y reconstruir el templo (538 a.C.).
Es evidente que ningún autor vivió durante todo ese tiempo para poder contar la historia. El escritor mira hacia atrás para señalar al pueblo de Israel las lecciones de ella. Debió haberlo escrito cerca del final del período contemplado. Lo más probable es que fuera después de que regresó a Jerusalén en 458, aproximadamente entre 450 y 425 a.C.
LA SITUACION HISTORICA
Aunque en las referencias a las genealogías, el libro hace alusión a todo el período del Antiguo Testamento, el enfoque principal es la dinastía davídica sobre Judá (1011–586). Concluye con un resumen del período del cautiverio (606–536).
El énfasis del libro es primordialmente temático y teológico. Por eso, la perspectiva histórica es bastante limitada. Trata solamente de la historia que afecta a la casa de David y Judá, la cual se complementa con los libros de Samuel y de los Reyes.
Políticamente, el período refleja las condiciones existentes durante los reinados de David y Salomón, cuando había poco dominio extranjero, e Israel controlaba toda la tierra alrededor de ellos. 2 Crónicas muestra la influencia creciente de Mesopotamia. El área se vio cada vez más afectada por las potentes naciones del norte y del oriente; primero, por Siria, después por Asiria, Babilonia, y finalmente, por Persia.
En cuanto a la política de la región más cercana, la influencia más notable al principio del período es el mandato de la dinastía davídica sobre Israel. La división de este reino, después de Salomón, resulta en conflictos entre el norte y el sur.
Cuando el pueblo del reino del norte fue llevado cautivo en 722 a.C., la dinastía davídica continuó en el sur hasta 586 a.C. El ambiente político se volvió inestabel a causa de la inconstancia religiosa de la nación del pacto para con su Dios. El libro traza la relación entre estos dos factores a través de la historia.
El relato concluye con la caída de Judá, provocada por su decadencia religiosa. La esperanza de restauración se presenta al escuchar el decreto de Ciro, que les permite regresar a su tierra y empezar de nuevo la reconstrucción del país.
PROPOSITO Y TEMA
Regreso a la Tierra Prometida
Los judíos sobrevivientes después del decreto de Ciro, regresan a su tierra para reconstruirla. La última vez que habían estado en ella, Dios les había castigado y mandado a la cautividad por su infidelidad. Al regresar, el autor quiere asegurarse de que no vuelva a suceder lo mismo.
Por lo tanto, presenta la lección histórica como advertencia y estímulo. La historia demuestra cómo Dios ha controlado las naciones paganas y el destino de Su pueblo; por eso, Israel puede contar con la fidelidad de Dios.
En Deuteronomio 28 a 30, Dios les había dicho exactamente cómo les trataría. Si se sometían a Su autoridad y obedecían las condiciones de Su pacto con ellos, habría bendición. Por el contrario, cuando desobedecieran y se rebelaran contra Su autoridad, habría maldición, disciplina y destrucción. Dios quería que aprendieran de la experiencia de sus antepasados y que se sometieran a El para recibir bendición. Se requiere que el pueblo de Dios sea hallado fiel.
DESANIMO POR LO PERDIDO
Al regresar a Jerusalén y observar las condiciones existentes, el pueblo notó que dos cosas faltaban: el trono y el templo. Por lo tanto, el desánimo abundaría al ver lo que no tenían, las posesiones significativas de su historia que habían desaparecido.
Al observar que el trono faltaba, el autor intenta animarles recordando que aun existía el descendiente de David. Dios había protegido el linaje real de la casa de David. El puede restaurar el rey a su trono cuando El quiera, porque lo mantiene protegido, primero bajo el cuidado del imperio babilónico, y después bajo la autoridad de Ciro Su siervo.
La segunda cosa que se echa de menos, es el templo. El actual no es tan grande y glorioso como el de Salomón. Al fijarse en la diferencia entre éste y el de Salomón que había sido destruido, muchos empezaron a lamentarse. Estaban desanimados. El autor los exhorta a reconocer que el edificio en sí nunca ha sido lo más importante. Así que más bien, deben aprender a apreciar la función del templo como casa del Altísimo y aceptar la presencia de Dios con ellos para dirigir la vida nacional y poder regocijarse en lo que El les ha dado.
Se escribe el libro con el objeto de animarles. El autor quiere dirigir su atención al hecho de que Dios les ha cuidado y les ha traído a su tierra de nuevo. Tienen que reconocer lo que El está haciendo para su bien. Por eso, insiste en lo que ha hecho con ellos para que lo gocen y aprovechen la nueva oportunidad que Dios les da en la tierra.
Con ese fin, y para que se den cuenta de lo que Dios hace, se les da una orientación de la perspectiva divina tocante a la historia de Israel. No intenta esconder sus faltas; son demasiado obvias. Traza la historia de la casa de David desde el punto de vista divino para que aprendan cómo actúa Dios en relación con Su rey.
El relato llega a su clímax con el decreto de Ciro que produce la esperanza de recuperar la presencia de Dios entre ellos y el reestablecimiento del trono de David. Esta esperanza debe producir ánimo en el pueblo para empezar de nuevo y para que sean fieles a su Dios.
DESCUIDO DEL TEMPLO
A través de todo el libro se insiste en la posición vital que el templo ocupa en la historia de Israel. En parte, éste énfasis se debe a la orientación sacerdotal del autor. Sin embargo, se debe también a que el interés en el templo y en sus actividades es un síntoma de la conditión espiritual en que se encuentra el pueblo y de su relación con Jehová, quien reside en el templo.
Al señalar los aspectos del reinado de David que explican la grandeza del rey que era “conforme al corazón de Dios”, enfatiza que uno de los elementos de mayor importancia fue su actitud en cuanto a la construcción del templo. En los últimos años de su reinado tenía el deseo ferviente de construir esta casa para su Dios.
Se hace referencia al reinado de Salomón también, no porque fuera un rey dedicado totalmente a Dios, sino por su importancia en la edificación del templo (1–9). A pesar del énfasis que se da a la gloria de Salomón, seis de los nueve capítulos giran alrededor del templo. Se observa claramente que después de la muerte de Salomón, la nación abandonó el templo y la adoración a Jehová. Entonces, las guerras empezaron a arruinar el país.
LA IMPORTANCIA DEL TEMPLO 2 CRONICAS
1–9
* 10–36
EXALTACION DE SALOMON
* DEGENERACION DE JUDA
TEMPLO CONSTRUIDO
* TEMPLO DESTRUIDO
TEMPLO DEDICADO
* TEMPLO PROFANADO
REINADO DE SALOMON
* RUINA DE JUDA
El autor de Crónicas evalúa cada rey en relación con el templo, que era el centro del poder espiritual de la nación. En esencia, pasa por alto el reino del norte debido a su religión falsa y su rechazo del templo en Jerusalén. Se concentra en el sur, especialmente en aquellos reyes que hicieron lo correcto, ya fuera por su interés en el templo o por sus reformas espirituales. Cuando el pueblo abandona a Dios, El les quita Su bendición.
El relato histórico termina con el edicto para la reconstrucción del templo, que representaba la presencia de Jehová entre ellos y que servía como un recuerdo continuo de la posición privilegiada que tenían frente a Dios. Así que este comentario final no representa nada más un dato histórico interesante; sino que hace sonar una nota profética para dar esperanza al pueblo. El linaje davídico, el templo y el sacerdocio, todavía les correspondía. Dios no los había abandonado.
TRES PROPOSITOS DE CRONICAS
* EXHORTARLES A LA FIDELIDAD
* ANIMARLES A CONFIAR EN DIOS
* SEÑALARLES LA IMPORTANCIA
DE RESPETAR EL TEMPLO
Dios exige lealtad de Su pueblo y especialmente de su rey. La historia de Israel demuestra que cuando el rey andaba bien, el pueblo le seguía. Los reyes son culpables por haber dirigido los pasos del pueblo hacia la infidelidad.
Los libros de Crónicas presentan un relato interpretativo de la historia de Israel. La base de la evaluación es la fidelidad a Jehová. Cuando el rey es fiel, el pueblo prospera; cuando el rey abandona a Dios busca a otros dioses, o trata de imitar al mundo, es juzgado y castigado. Al regresar a la tierra y principiar de nuevo, los israelitas deben aprender esta importante lección que les da la historia. Dios exige fidelidad. Si confían en El y obedecen Su Palabra, pueden estar seguros de que gozarán de la bendición de Dios.
ORGANIZACION DEL LIBRO
1 Crónicas empieza con nueve capítulos dedicados principalmente a las genealogías más significantes de la historia de Israel. A través de ellas, se observa la importancia de los linajes de los levitas y de David. El resto de la historia gira alrededor de ellos (1–9). Al llegar al reinado de David, el rey elegido por Dios (10–29), se señalan los aspectos de su mandato, que explican la grandeza de aquel que era conforme al corazón de Dios: su relación con el arca (13–16), con el pacto (17–20), y con el templo (21–29).
2 Crónicas continúa la historia donde termina 1 Crónicas. Después de demostrar la gloria que alcanzó Salomón por su interés en la construcción del templo (1–9), traza la degeneración de Judá, mencionando los pocos períodos alentadores de reformas, pasando por los descendientes de David hasta llegar al último rey, quien presenció la caída de Jerusalén (10–36:14). El libro termina con el rechazo de los reyes de Judá y la destrucción de la ciudad (36:15–21). Sin embargo, establece la esperanza para el futuro al referirse al decreto para la restauración de Judá (36:22–23).
1–2 CRONICAS
GENEALOGIAS DEL PUEBLO DE DIOS
1 CRONICAS 1–9
REINADO DEL REY ELEGIDO DE DIOS
1 CRONICAS 10–29
Reinado De Salomon
2 CRONICAS 1–9
REINADO DE LOS DEMAS REYES
2 CRONICAS 10–36:14
RECHAZO DE LOS REYES DE JUDA
2 CRONICAS 36:15–21
RESTAURACION DE JUDA DECRETADA
2 CRONICAS 36:22–23
GENEALOGIAS DEL PUEBLO DE DIOS 1–9
Crónicas empieza con la presentación de la genealogía de Israel desde Adán hasta el período de la restauración. Los propósitos del autor se identifican al observar las familias que reciben mayor atención.
Linaje del Rey Elegido por Dios 1–3
Desde Adán Hasta Israel. Cap. 1
La lista pasa rápidamente por las personas responsables del establecimiento de las naciones, hasta llegar a Abraham (1:1–27). Se le da mayor énfasis al linaje de Abraham que a los demás. Sin embargo, los hijos de Abraham en general se presentan en forma superficial para llegar luego a la familia de Israel, mejor conocido como Jacob, quien es la fuente específica de la nación (1:28–54). Aparentemente, se elige el nuevo nombre dado por Dios a Jacob para hacer resaltar la importancia de Israel en este cuadro.
Desde Israel a David. Cap. 2
De todos los hijos de Israel, se elige la familia de Judá para un estudio más detallado. Al finalizar la presentación de la familia de Judá, el camino está listo para considerar al hijo más prominente de esta familia, David, el elegido de Dios para servir como rey sobre Su pueblo. A través del resto del libro, ei estado de la nación descansa en los descendientes de esta familia.
Desde David al Cautiverio. Cap. 3
Después de presentar los antepasados de David, el autor se dedica a observar más de cerca a sus descendientes. Le interesan tres aspectos especiales del linaje de David: primero, presenta a todos sus hijos (3:1–9); después, traza la línea de sus descendientes que reinaron sobre Judá (3:10–16).
Finalmente, presenta a los descendientes de Jeconías, mejor conocido como Joaquín, a quienes considera los here-deros legítimos del trono. Probablemente, los presenta para demostrar que durante todo el cautiverio siempre había existido un heredero con derecho a reclamar el trono de David. Por lo tanto, afirma que la promesa de Dios de preservar el trono davídico está firme (3:17–24).
Linaje del Pueblo de Dios 4–7
A continuación, presenta un resumen de las genealogías de las doce tribus. La importancia de la tribu de Judá se observa por su colocación al principio de la lista. Es posible que se incluyeran estas listas para facilitar a las familias que regresaban, la identificación de su origen a fin de que demostraran su derecho a heredar la tierra.
Descendientes de Judá 4:1–23
Descendientes de Simeón 4:24–43
Descendientes de Rubén 5:1–10
Descendientes de Gad 5:11–22
Descendientes de Manasés en el este 5:23–26
Descendientes de Leví 6:1–81
Descendientes de Isacar 7:1–5
Descendientes de Benjamín 7:6–12
Descendientes de Neftalí 7:13
Descendientes de Manasés 7:14–19
Descendientes de Efraín 7:20–29
Descendientes de Aser 7:30–40
El interés especial del autor en el sacerdocio se nota por el énfasis que da a la línea genealógica de Leví (6:1–81). Señala específicamente el linaje de Aarón (6:1–15) y las funciones asignadas a todas las familias levíticas.
Linaje del Rey Escogido por el Pueblo 8
Al terminar las genealogías de las doce tribus, describe más detenidamente el linaje de Benjamín, tal vez por su identificación con Judá en el reino del sur y porque fue la única tribu que no se apartó de Dios. Es probable que le dedicara atención especial también por su relación con Saúl, el primer rey de Israel.
La presentación ampliada de la familia de Saúl en medio del estudio del linaje de Benjamín indica el reconocimiento especial que da al primer rey de Israel. Parece haber un intento de identificar su descendencia para que no se olvidaran de él.
Después de todo, aun con todas sus faltas, Saúl había sido el originario del establecimiento de la monarquía. Si se hubiera mantenido fiel a Jehová, El habría confirmado su trono sobre Su pueblo. Sin embargo, sabiendo desde el principio cómo resultaría este reinado, decidió que Judá fuera la fuente de Su rey elegido (Génesis 49:8–10).
Restauración del Pueblo en Jerusalén 9:1–34
Al concluir los informes genealógicos, se identifican las primeras familias que regresaron de la cautividad. La mayoría eran descendientes de Judá, Benjamín y Leví, lo que resulta lógico, debido al hecho histórico de que la mayoría de los que volvieron, venían de Babilonia, adonde fueron llevados después de la caída de Jerusalén, donde radicaban esas tribus en especial.
Además, la presencia predominante de representantes de las tribus de Judá, Benjamín, y de la familia sacerdotal, apoya la tesis del autor de que ellos eran los responsables del estado espiritual del pueblo. Al andar fielmente con Dios, el pueblo los seguía, pero de la misma manera, cuando se apartaban, les seguían en su pecado. Sin embargo, también menciona representantes de las otras tribus.
Aunque no se observan muchos detalles en cuanto al ministerio de los líderes religiosos del pueblo, el autor quiere señalar que se esforzaban por cumplir sus responsabilidades fielmente. Comenta que los sacerdotes fueron hombres eficaces en la obra del ministerio en la casa de Dios (9:13). Se nota que había suficientes hombres para realizar adecuadamente las responsabilidades de servicio en el templo.
Resumen del Linaje de Saúl 9:35–44
Para conocer el trasfondo de la historia del reinado de David y sus descendientes, conviene principiar con los últimos días del reinado de Saúl, primer rey de Israel. Por eso, la transición de las genealogías a la historia se logra por medio de una presentación parcial de la genealogía de la familia de Saúl.
¡PENSEMOS!
Uno de los propósitos de esta prolongada sección de genealogías que a veces nos parece aburrida, era obligarles a considerar sus raíces. Al leer estas listas de nombres, cada miembro del pueblo de Dios buscaría su propia descendencia. Se preguntaría de dónde había venido.
Cada miembro de la familia de Dios debe hacerse esta pregunta de vez en cuando. ¿De dónde me ha traído Dios para que esté donde El me mantience hoy? Hay dos aspectos importantes en esta consideración para nosotros. Primero, ¿quiénes son nuestros antepasados en el pueblo de Dios? ¿Quiénes se interesaron en contarnos acerca de Cristo? Para algunos, estos antepasados habrán sido miembros de su propia familia. Para otros tal vez sean amigos, o una persona casi desconocida. Sean quienes sean, tenemos una gran deuda con ellos. Tome un momento para identificar a sus antepasados. Exprese su gratitud a Dios por la influencia de estas personas en su vida. Si todavía viven, escríbales una carta para expresar su gratitud.
El segundo aspecto de esta consideración es evaluar el cambio que Dios ha hecho en su vida. Al preguntarnos: ¿De dónde he venido?, tenemos que pensar en dónde estaríamos si no fuera por la obra de Dios en nuestra vida. ¿Hacia dónde íbamos antes de conocer a Cristo? ¿Dónde estaríamos ahora sin El? Trate de ser realista, tome un momento para darle gracias a Dios. Más bien, escríbale una carta confidencial en que exprese su gratitud por el cambio que El ha efectuado en su vida
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