lunes, 10 de agosto de 2015

Toda cabeza está enferma, y todo corazón doliente. Desde la planta del pie hasta la cabeza no hay en él cosa sana, sino herida, hinchazón y podrida llaga; no están curadas, ni vendadas, ni suavizadas con aceite

Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6



 
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"...¿Por qué querréis ser castigados aún? ¿Todavía os rebelaréis? Toda cabeza está enferma, y todo corazón doliente. Desde la planta del pie hasta la cabeza no hay en él cosa sana, sino herida, hinchazón y podrida llaga; no están curadas, ni vendadas, ni suavizadas con aceite...."   Isaías 1:5-6
Introducción.
La enfermedad espiritual es más peligrosa que la enfermedad física. La enfermedad física tiene que ver con esta vida solamente. La enfermedad espiritual nos afecta eternamente. Y si estamos enfermos espiritualmente todo nuestro ser esta enfermo
1. ¿Qué nos describe este texto que esta enfermo?:

a.) La cabeza
b.) El corazón

2. ¿Desde donde?:
a.) Desde la planta de los pies hasta la cabeza o sea todo nuestro ser
3. ¿Cuales son sus síntomas?:
a.) Heridas, Hinchazones, Llagas podridas.
4.) ¿A qué llevan estas enfermedades?:
a.) Castigo y rebeldía (Isaías 1:5)
5.) ¿Qué quiere el Señor?:
a.) Curarlas, vendarlas , y suavizarlas con aceite. Jeremías 30:17 Mas yo haré venir sanidad para ti, y sanaré tus heridas, dice Jehová; porque desechada te llamaron, diciendo: Esta es Sión, de la que nadie se acuerda.
6.¿Donde se manifiestan estas enfermedades?:
a.) En la cabeza (mente). Da una idea de depravación total. Hoy en día muchos tienen una mente enferma porque contiene creencia enfermas y pensamientos corruptos.
Tito 1:15 - Cuando Pedro vio la importancia de que Dios le lavara los pies, le dijo Pedro no solo los pies si no también la cabeza.
Juan 13:9 - Le dijo Simón Pedro: Señor, no sólo mis pies, sino también las manos y la cabeza.
Debemos dejarnos renovar nuestra mente Efesios 4:23 Nuestra cabeza (mente) debe ser limpiada por el Señor.
b.) En el corazón, muchos tienen problemas del corazón, si miramos las enfermedades del corazón físico son las mas comunes y peligrosas, porque si el corazón deja de funcionar hay muerte.
En la parte espiritual muchos tienen el corazón enfermo por eso nuestro corazón tienen que ser cambiado como lo hizo Dios con Saúl. 1 de Samuel 10:9
Tanto su transformación como la recepción del poder del Espíritu Santo (v. 6), así como la regeneración de su corazón, eran algo esencial si Saúl iba a guiar a Israel de acuerdo con los propósitos de Dios
Así como literalmente se puede hacer un transplante de corazón. Dios también pude cambiar nuestro corazón, Ezequiel 11:19
Jeremías 4:14 - Lava tu corazón de maldad, oh Jerusalén, para que seas salva. ¿Hasta cuándo permitirás en medio de ti los pensamientos de iniquidad?
7.) ¿Cuales son sus síntomas?:
a.) Heridas, que son producidas por muchas cosas que suceden al nuestro alrededor, muchas personas nos han herido, y nosotros también hemos hecho muchas cosas que han dañado a los demás y aun a nosotros mismos.
Job decía que dolorosa era su herida por haber pecado y no era una herida física si no espiritual, esta duelen mas que una física.
Job 34:6 - ¿He de mentir yo contra mi razón? Dolorosa es mi herida sin haber hecho yo transgresión.
Pero el Señor también sana las heridas espirituales Salmo 147:3
b.) Hinchazones, Esta hinchazón se refiere muchas veces al envanecimiento que puede venir a nosotros, que puede ser porque tenemos conocimiento aun de la palabra de Dios, y aun descuidamos nuestra búsqueda del Señor porque ya nos creemos autosuficientes, cuidado con este síntoma. No olvides lo que dice el proverbio, Proverbios 16:18 - Antes del quebrantamiento es la soberbia, Y antes de la caída la altivez de espíritu.
Que la hinchazón no nos prime de nuestro premio Colosenses 2:18 - Nadie os prive de vuestro premio, afectando humildad y culto a los ángeles, entremetiéndose en lo que no ha visto, vanamente hinchado por su propia mente carnal, Humillémonos mejor para que el nos exalte
"Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo", 1ª Pedro. 5:6.
c.) Podrida llaga, La envidia produce una llaga en nuestro corazón ya que ella carcome lo dice la palabra Proverbios 14:30
Una mente ecuánime (mente limpia sin egoísmos) conviene a la salud; la envidia la arruina.
8.) No olvidemos que nosotros tenemos un buen medico enviado por Dios, con el mejor de los medicamentos, y hayenfermedades que son incurables para el hombre pero no para Dios, y el traerá sanidad si a el clamamos:
Jeremías 30:12-17 Porque así ha dicho Jehová: Incurable es tu quebrantamiento, y dolorosa tu llaga.
No hay quien juzgue tu causa para sanarte; no hay para ti medicamentos eficaces.
Todos tus enamorados te olvidaron; no te buscan; porque como hiere un enemigo te herí, con azote de adversario cruel, a causa de la magnitud de tu maldad y de la multitud de tus pecados.
¿Por qué gritas a causa de tu quebrantamiento? Incurable es tu dolor, porque por la grandeza de tu iniquidad y por tus muchos pecados te he hecho esto.
Pero serán consumidos todos los que te consumen; y todos tus adversarios, todos irán en cautiverio; hollados serán los que te hollaron, y a todos los que hicieron presa de ti daré en presa.
Mas yo haré venir sanidad para ti, y sanaré tus heridas, dice Jehová; porque desechada te llamaron, diciendo: Esta es Sión, de la que nadie se acuerda.
No olvidemos que el Señor Jesús también tiene el ministerio de la sanidad de sanidad, nadie que vino a el a pedir y sanidad y liberación salio enfermo.
Lucas 4:18 El Espíritu del Señor está sobre mí, Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; A pregonar libertad a los cautivos, Y vista a los ciegos; A poner en libertad a los oprimidos;
9.) ¿Cual es el mejor medicamento?:
Cual es el mejor medicamento, miremos a través de la palabra
Proverbios 3:7-8 No seas sabio en tu propia opinión; Teme a Jehová, y apártate del mal; Porque será medicina a tu cuerpo, Y refrigerio para tus huesos.
CONCLUSIÓN:
Dios quiere sanarnos, temámosle y apartémonos del mal.

¿Qué es el corazón?

Tener una idea clara de lo que la Biblia quiere decir al hablar del corazón es fundamental para todo lo demás que vamos a estudiar en este pequeño libro. En realidad, el extendido descuido en el uso de esa palabra es responsable de la confusión y la vaguedad que rodean las exhortaciones para que se predique al corazón.
Usted me objetará: “¡Pero si todo el mundo sabe lo que es el corazón! No sé por qué arma tanto alboroto con esto Por supuesto que no se tomará todo un capípara definir algo tan obvio, ¿no es cierto?” No, no es cierto Eso es exactamente lo que anda mal. Todo el mundo piensa que comprende este término, pero son muy pocos los que lo comprenden realmente. Pregúntese: “¿Cuál es el significado exacto de la palabra corazón en las Escrituras?” ¿Puede dar una definición precisa? “Bueno quizá no sea exacta, pero de todos modos sé lo que significa.”
¿Lo sabe?
Vamos a probar un poco su comprensión de esto ¿De acuerdo? ¿Qué le parece la expresión tan repetida: “Lo que necesitamos es conocer más con el corazón, y no solamente con la cabeza”? ¿Qué le parece? La idea de corazón que presenta, ¿es aceptable tal como se usa la palabra en la Biblia, o no?
“Bueno, supongo que sí, pero no estoy muy seguro; de todas maneras, yo sé qué es lo que significa esa expresión.”
¿Qué?
“Significa que no basta con limitarse a conocer una verdad; que es necesario que esa verdad quede fuertemente impresa en uno Tiene que afectar también las emociones”
Probablemente usted tiene razón en cuanto a la forma en que se usa esta frase, pero lo cierto es que sugiere una interpretación incorrecta del sentido bíblico de la palabra corazón Si se usa para referirse a los sentimientos o las emociones, como opuestos al pensamiento o intelecto, ese uso no concuerda con las Escrituras Nunca en la Biblia se pone la palabra corazón por encima y en contra de la cabeza o de los procesos intelectuales Esta idea acerca del corazón es moderna y occidental, y llegó a la Biblia desde el exterior Nunca se podría llegar a esa idea a partir de la Biblia misma En realidad, es una idea romana acerca del corazón, más que bíblica El Cupido del día de San Valentín o de los Enamorados, disparando flechas para atravesar corazoncitos rojos o rosados, es el culpable de esta idea moderna y extrabíblica. Todas nuestras ideas románticas se pueden atribuir a orígenes occidentales; entre ellas, nuestra idea del corazón como sentimiento No se puede encontrar este concepto en las Escrituras.
En lugar de esto, veamos qué se hace contrastar con la palabra corazón en la Biblia. En Mateo 15:8, por ejemplo, leemos que el pueblo honra a Dios “de labios … mas su corazón está lejos” de El Este tipo de contraste aparece constantemente en las Escrituras. Se encuentra lo mismo en el conocido pasaje de Romanos 10 en el que se nos dice que no basta con confesar a Cristo con la boca, sino que quien hace profesión de fe también debe creer en su corazón. Note el contraste: corazón-labios, corazón-boca. En el importante pasaje de 1 Samuel 16:7 se nos asegura que “el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová (en cambio) mira el corazón” Vemos sencillamente que en todos estos pasajes clave hay un contraste entre el corazón como algo interno, y los labios, la boca y lo que está ante los ojos como algo externo. Este es el verdadero contraste bíblico, y no un contraste entre intelecto y emoción
¿Quiénes son este hombre interno y el externo? En 1 Pedro 3:4, el interno es llamado “el del corazón” La persona interna es la que sólo el Señor conoce, está escondida de nosotros, que sólo miramos al hombre exterior Esta es una de las grandes razones por las que nunca debemos juzgar las intenciones de un hombre: simplemente no sabemos cuáles son. Debemos limitarnos a juzgar solamente sus acciones y sus palabras (es decir, aquellos factores que son accesibles para nosotros)
El hombre exterior es la persona manifiesta, aquella con la que estamos familiarizados; el hombre interior es la persona que sólo Dios y en parte ella misma conocen. Este hombre interior no está compuesto por sus sentimientos. En la Biblia, la idea de los sentimientos se expresa por palabras que denotan vísceras; leemos, por ejemplo, que habla de “entrañas de compasión”. Se ve claramente que el corazón incluye a todo el hombre interior, tanto el intelecto como las emociones. En el Salmo 14 hay un buen ejemplo de su uso en sentido intelectual, cuando se nos comenta que “dice el necio en su corazón: No hay Dios” (Salmo 14:1) Dicho sea de paso, ¡es necio porque le hace caso a otro! Vemos aquí al necio metido en un proceso intelectual: convencerse a sí mismo acerca de una creencia falsa. Así sigue sucediendo en toda la Biblia. En numerosos pasajes se habla de personas que razonan, planean, comprenden, piensan, dudan, perciben, cometen errores, se fijan propósitos e intenciones y cosas semejantes en su corazón. Una de las formas de expresar que una persona carece de cordura, es decir (traduciendo literalmente) que “carece de corazón” (vea Proverbios 9:4, 16). Por tanto, queda aclarado que en la Biblia, la palabra corazón no identifica las emociones.
Después de desechar esta falsa interpretación, estamos preparados para preguntar qué significa la palabra corazón, en referencia al hombre interior. Comprende varias ideas unidas. Corazón significa cordura, como acabamos de ver, pero también significa conciencia (vea Hebreos 10:22; 1 Juan 3:9–21). Es el “tesoro” (Lucas 6:45) de donde fluyen las acciones y las palabras de las personas. Poniendo estos y otros conceptos del corazón juntos, llegamos a la conclusión de que el corazón es la vida interior que la persona lleva ante Dios y ante sí misma. Es la fuente de la vida exterior (Mateo 15:19) y expresa con mayor certeza cómo es realmente una persona, que cuanto ésta hace o dice externamente Por eso Dios “conoce el corazón”. Es decir, que hacer algo “desde el corazón” es hacerlo con autenticidad. Hacerlo “con todo el corazón” es hacerlo con unidad de propósito, en lugar de hacerlo con un corazón “doble” o dividido
El hipócrita es aquel a quien le interesa más ser “visto de los hombres” que ser visto por Dios, finge con su exhibición externa ser algo que no es interiormente. Es posible pecar en el corazón sin cometer delito exterior alguno (Mateo 5:28). Sólo una persona en la historia de la humanidad ha tenido una total sincronización entre el corazón y su apariencia externa en todos los momentos: Jesucristo. El resto de nosotros, que somos pecadores, presentamos numerosas faltas de correspondencia entre la vida interior y la exterior.
La palabra corazón se ha convertido en moneda devaluada dentro de nuestra cultura Con demasiada frecuencia, los predicadores meten el concepto moderno occidental del corazón como compromiso emocional en las Escrituras, y de esta forma equivocan y tuercen lo que el Espíritu Santo inspiró a los escritores de la Biblia para que dijeran Es hora ya de restaurar el verdadero contenido bíblico de la palabra, de forma que podamos sacar provecho de la comprensión de los numerosos pasajes en los que aparece.
Si en la Biblia el corazón del hombre es su vida interior, de la que fluye todo lo demás, ¿qué importancia tiene predicar al corazón? A la luz de este significado, podemos afirmar que la predicación que llega al corazón afecta genuinamente a la persona. La sacude en la fuente misma de toda su vida (Proverbios 4:23) La Palabra predicada la atraviesa donde realmente importa. Esto no significa necesariamente que se convierta, o en el caso de un creyente, que se arrepienta de su pecado, pero sí significa que el sermón ha llegado verdaderamente a donde debía llegar. Ese es el motivo de que, sea favorable o adversa la respuesta, la predicación que atraviesa el corazón es una predicación que obliga a responder. No podría ser de otra forma, puesto que, como vimos, el corazón es la fuente de toda respuesta. También debemos decir que la predicación que penetra o atraviesa hasta llegar al corazón, desencadena una respuesta genuina tanto si es la fe, como si es la furia. La predicación que llega hasta el corazón no deja apático al oyente.
En cambio, la predicación que no va al corazón del hombre no tiene un efecto genuino. Aunque el oyente manifiesta gratitud por la ayuda que ha recibido, las palabras de sus labios no surgen de una convicción sentida en el corazón. Con el tiempo, sus palabras y acciones reflejarán el verdadero estado de su corazón “Por sus frutos los conoceréis” Cuando el hombre interior es afectado realmente por la Palabra para el bien, esto lo llevará a un cambio positivo y duradero en su conducta externa El hombre exterior y el interior entrarán en una identificación mayor, por medio de patrones discernibles de crecimiento.
Por tanto, usted puede ver lo deseable que es predicar al corazón. De hecho, la Biblia nos podría apoyar fuertemente en la afirmación de que, a menos que la predicación penetre profundamente, de forma que afecte la vida interior, no es una verdadera predicación. La verdadera predicación bíblica cambia a las personas. Lo hizo en los tiempos de la Biblia, y no hay razón para que no lo haga hoy. Nosotros poseemos el mismo Espíritu y la misma Palabra por los cuales y a partir de los cuales se predicaba entonces. La única diferencia es que entonces se predicaba al corazón, y nosotros no lo hacemos con mucha frecuencia. Necesitamos descubrir las causas de esta deficiencia en la predicación actual, y aplicar la cura bíblica.
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Y con otras muchas palabras predicaba solemnemente y los exhortaba, diciendo: ¡Sed salvos de esta perversa generación!

Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6



 
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Durante muchos años, los expertos en predicación han exhortado a los predicadores a “predicar al corazón”. ¿De qué están hablando? ¿Lo sabe usted? ¿Lo saben ellos? ¿Es bíblico este concepto? Y si lo es, ¿cómo se hace? Con frecuencia, estas preguntas y otras similares quedan sin respuesta, y el predicador típico sigue haciendo lo que siempre ha hecho, resignado a suponer que “nunca será un gran predicador; nunca será capaz de predicar al corazón”

¿Es eso cierto? ¿Pertenece la capacidad para predicar al corazón solamente a los extraordinariamente dotados? ¿O será más bien que la predicación al corazón es una habilidad desarrollada que hace grandes a los predicadores? Todo esto ha sido presentado de una forma tan vaga y difusa, que cualquiera que no esté familiarizado con él encontraría difícil o imposible obedecer la indicación.

La culpa de la confusión acerca de lo que significa “predicar al corazón” no es solamente de los homiletas, mientras que los predicadores quedan exonerados. Los expertos en homilética deberían explicarse con claridad. Ahora bien, si no lo hacen, los predicadores tienen la responsabilidad de golpearles la puerta hasta que lo hagan. Por tanto, nadie está libre de culpa. Ha existido una conspiración de ignorancia en la cual se han dicho palabras y frases una y otra vez, como si el que habla y los que escuchan supieran perfectamente bien de qué están hablando, cuando en realidad no es así.  Ya es hora de aclarar todo esto. Esa es la razón de ser de estas líneas.

La predicación al corazón es bíblica, y por tanto necesaria, y que cualquier hombre que tenga los dones y el corazón de un predicador puede aprender con toda claridad cómo hacerlo. 

El primer sermón cristiano, predicado el día de Pentecostés por el apóstol Pedro, fue predicado al corazón. Lucas escribe:

  Al oír esto, se compungieron de corazón, y dijeron a Pedro y a los otros apóstoles: Varones hermanos, ¿qué haremos? (Hechos 2:37).

La respuesta de esa multitud fue fruto de una predicación eficaz, llena del poder del Espíritu Santo. Sin embargo, la predicación que penetra hasta el corazón puede producir también la respuesta contraria:

  Oyendo estas cosas, se enfurecían en sus corazones, y crujían los dientes contra él (Hechos 7:54).

Cuando predicó Pedro, un gran número de oyentes se arrepintieron y creyeron el Evangelio, cuando predicó Esteban, sus oyentes lo mataron. Sin embargo, ambos estaban llenos del Espíritu y predicaron al corazón. Esta respuesta doble y opuesta pone algo en claro desde el principio: aunque la predicación al corazón es un efecto deseable producido por el poder del Espíritu Santo, la naturaleza exacta de ese efecto en el oyente puede variar mucho, y no se puede predecir de antemano.

En cualquiera de los casos, la predicación bíblica en el poder del Espíritu golpea directamente al corazón. Exige una respuesta. Ningún oyente puede permanecer apático: tiene que reaccionar. Por consiguiente, hablar de predicar al corazón es hablar de una predicación que produce una respuesta definida, una predicación que produce palabras y acciones por parte del oyente

Piense en esto: ¡una predicación que provoca a la acción! ¡Una predicación que obtiene resultados! ¡Una predicación que sacude de tal manera al oyente, que tiene que reaccionar! Eso es lo que necesitamos hoy.

¿Habrá alguien que no querría predicar u oír predicar de esta forma? ¿Habrá alguien que haya oído predicar de esta forma muchas veces? ¿Por qué es virtualmente desconocida esta manera de predicar? También necesitamos investigar esto, y decidir qué quiere Dios que hagamos al respecto.

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Escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él solo servirás

Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6




 
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CONSTRUCCIÓN DE SERMONES
Lucas 4: 1- 13

1 Entonces Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán y fue llevado por el Espíritu al      desierto, 2 por cuarenta días, y era tentado por el diablo. No comió nada en aquellos días;    y cuando fueron cumplidos, tuvo hambre. 3 Entonces el diablo le dijo: 
   —Si eres Hijo de Dios, di a esta piedra que se haga pan. 
4 Jesús le respondió: 
   —Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre. 
5 Al llevarle  a una altura,  le mostró todos los reinos de la tierra en un momento. 6 Y el            diablo le dijo: 
   —A ti te daré toda autoridad,  y la gloria de ellos; porque a mí me ha sido entregada, y la      doy a quien yo quiero. 7 Por esto, si tú me adoras, todo será tuyo. 
8 Respondiendo Jesús, le dijo: 
   —Escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él solo servirás. 
9 Y le llevó a Jerusalén y le puso de pie sobre el pináculo del templo, y le dijo: 
   —Si eres Hijo de Dios, échate de aquí abajo. 10 Porque escrito está: 
   A sus ángeles dará órdenes 
   acerca de ti 
   para que te guarden, 
11 y en sus manos te llevarán, 
     de modo que nunca tropieces 
     con tu pie en piedra. 
12 Respondiendo Jesús le dijo: 
     —Dicho está: No pondrás a prueba al Señor tu Dios. 
13 Cuando el diablo acabó toda tentación, se apartó de él por algún tiempo. 

LA TENTACIÓN DE JESÚS


Jesús “lleno del Espíritu Santo”. 
Jesús había nacido por acción del Espíritu Santo. El mismo decía que era el que bautizaba en el Espíritu Santo, también Él estaba lleno del Espíritu Santo. Ahora después de haber sido bautizado soportaría la tentación. La única manera de soportar la tentación es hacer como hizo Jesús, ser lleno del Espíritu Santo.

Así como Dios llevara a su pueblo al desierto, donde fueron probados durante cuarenta años antes de entrar en la tierra prometida, Jesús fue llevado al desierto para ser probado durante cuarenta días antes de iniciar su ministerio. Pero contrariamente a lo ocurrido con algunos israelitas, Jesús no cedió a ninguna tentación.

La tentación siguió inmediatamente al bautismo, cuando había sido proclamado por el mismo Dios, que El era su Hijo en quien estaba complacido. Seguramente fue una dura batalla espiritual en la programación de los tres años que culminarían con la muerte de Jesucristo por toda la humanidad.

Esa batalla ya estaría programada desde la eternidad, porque fue conducido al lugar de la pelea en el Espíritu.

Esta batalla fue, como siempre sucede, en el desierto, no había nadie acompañando a Jesús, Marcos dice que estaban las fieras.

La duración de la batalla fue de cuarenta días, pero seguramente la definición fue al final de éstos, cuando se nos representa la batalla con las tres propuestas de Satanás, a las cuales Jesucristo no hizo ningún intercambio de consideración ni negociación posible.

Satanás encabezaba sus tentaciones con las palabras que había proclamado el Padre en el bautismo “Si eres hijo de Dios”.

La palabra griega que expresa el acto de “tentar” también significa “probar”, poner a prueba. Jesús rechazó las tentaciones dándole importancia definitiva y nivel de excelencia inapelable a las Sagradas Escrituras.

A la tentación relacionada con el pan, Jesús contestó “Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre”.

A la tentación relacionada con el dominio del mundo, Jesús respondió: “Escrito está: Adora al Señor tu Dios y sírvele solamente a Él.”

A la tentación relacionada con la demostración de poder, Jesús afirmó: “También está escrito: “No pongas a prueba al Señor tu Dios”

Todas las posibilidades de debilidades humanas estaban compendiadas en estas tres tentaciones, no había acceso posible por parte de Satanás al que había venido a despojarlo de su poder aquí en la tierra. Casi parece una expresión protocolar lo que leemos y que expresa en términos de nuestra mente, lo que podemos entender.

Lo que realmente sucedió fue una batalla espiritual espectacular, que si se utilizaran los elementos con que hoy en día contamos, para expresar gráficamente cosas espirituales, veríamos rayos, tormentas, enfrentamientos difíciles de abarcar para nuestro conocimiento. Lo que está escrito en Lucas es la representación para nuestra comprensión, de la verdadera lucha espiritual que se desarrolló en ese desierto. 

Para reafirmar esto, basta recordar el último versículo donde Lucas dice que el diablo agotó todo recurso de tentación. Un chico diría “¡Se quedó sin municiones!”. Hablemos un poco de él:
Satanás entró rápidamente en la escena con Adán y Eva y ahora también llegó rápidamente cuando vino el “Segundo Adán”.

El Diablo es llamado en la Biblia “la serpiente antigua”, que engaña al mundo entero. Es una persona, porque tiene todas las características de una persona. Su nombre Diablo, en griego significa “calumniador”. La palabra Satanás viene del hebreo y significa “adversario”.
El diablo peca desde el principio, es mentiroso y padre de mentira. 1 Juan 3:8.

Su obra es engañar a todo el mundo. Tiene acceso a la mente del hombre y le proporciona deseos antinaturales, mentiras, orgullo, idolatría, odio, criminalidad, robo, etc.
Tiene mucho poder y es muy peligroso, llega a hacer milagros. En la Biblia dice que anda como león rugiente buscando a quien devorar.

No es omnipotente.
No es omnisciente.
No es omnipresente


    ¿ POR QUE FUE TENTADO JESÚS?

Fue tentado para compadecerse de nosotros.
“Por haber sufrido él mismo la tentación, puede socorrer a los que son tentados” Hebreos 4:18.

Ya que Satanás había vencido a Adán por la tentación, era necesario pasar por el mismo proceso y no ceder.

Para vencer por las mismas armas que nos daría a nosotros para vencer a Satanás: la Palabra Escrita y el poder del Espíritu Santo en nosotros.

Las contestaciones de Jesús afirmaron la autoridad expresa y documental de las Sagradas Escrituras. Esta autoridad, excede el mero hecho de manifestar una intención o ley escrita y se transforma en un arma, como está escrito, de doble filo, que aunque escrita, expresa leyes espirituales que no se pueden transgredir sin sufrir las duras consecuencias. 

Pero el principal propósito de la tentación no era meramente el saber si Jesucristo podía ceder o no ante Satanás, sino que Jesús nunca haría ningún arreglo, ni componenda, ni trato con Satanás y estaba dispuesto a enfrentarlo con la palabra de Dios misma que el encarnaba. Como está escrito en Hebreos 1:1–2: “Dios, que muchas veces y de varias maneras habló a nuestros antepasados en otras épocas por medio de los profetas, en estos días nos ha hablado por medio de su Hijo. A éste lo designó heredero de todo, y por medio de él hizo el universo.”

Mateo y Lucas nos dan un relato detallado de la tentación, mientras que Marcos solamente la menciona (Mr. 1:12–13). En los asuntos principales, los relatos de Mateo y Lucas nos dan la misma información, pero difieren en los siguientes puntos:
(1) No dan la segunda y tercera tentaciones en el mismo orden. Mateo ubica en segundo lugar la tentación a arrojarse desde las almenas del templo, mientras que Lucas la coloca en el tercero. La tentación a aceptar los reinos del mundo es tercera en Mateo y segunda en Lucas.

(2) Lucas dice que Jesús fue tentado durante los 40 días de ayuno tanto como después; Mateo no menciona tentaciones anteriores.

(3) Según Mateo, después que Satanás le mostró a Jesús los reinos del mundo, le dijo: “Todo esto te daré.” Lucas pone el énfasis en la autoridad y gloria de esos reinos. Según Lucas, Satanás le dijo: A ti te daré toda esta potestad (lit., autoridad) y la gloria de ellos (6).

(4) Lucas añade a lo que Mateo ha escrito acerca de la misma tentación, y escribe: porque a mí me ha sido entregada, y a quien quiero la doy (6).

(5) En la tentación a arrojarse del templo, Mateo llama a la ciudad, “la santa ciudad”; mientras Lucas simplemente la llama por su nombre: Jerusalén (9). Aquí la razón de Lucas es obviamente la claridad para sus lectores gentiles.

Estas diferencias no cambian materialmente en nada la enseñanza sobre la tentación de Jesús.

Barclay titula esta sección: “La Batalla de la Tentación.” La bosqueja así: (1) La tentación a sobornar la gente con dones materiales, 2–4; (2) La tentación a claudicar, 5–8; (3) La tentación a hacer cosas sensacionales 9–12. Podemos agregar un punto; (4) La recompensa de la victoria sobre la tentación.



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¿Es lícito en sábado hacer bien o hacer mal? ¿Salvar la vida o matar?

Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6



 
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CONSTRUCCIÓN DE SERMONES
MARCOS 3:1-12


3 Entró otra vez en la sinagoga, y estaba allí un hombre que tenía la mano paralizada. 2 Y      estaban al acecho a ver si le sanaría en sábado, a fin de acusarle. 3 Entonces dijo al            hombre que tenía la mano paralizada: 
   —¡Ponte de pie en medio! 
4 Y a ellos les dijo: 
   —¿Es lícito en sábado hacer bien o hacer mal? ¿Salvar la vida o matar? 
  Pero ellos callaban. 5 Y mirándolos en derredor con enojo, dolorido por la dureza de sus     corazones, dijo al hombre: 
   —Extiende tu mano. 
  Y la extendió, y su mano le fue restaurada. 6 Los fariseos salieron en seguida, junto con       los herodianos, y tomaron consejo contra él, cómo destruirlo. 

    Las multitudes siguen a Jesús 
7 Jesús se apartó con sus discípulos al mar, y le siguió una gran multitud de gente                  procedente de Galilea. Y de Judea, 8 de Jerusalén, de Idumea, del otro lado del Jordán, y    de los alrededores de Tiro y Sidón una gran multitud vino a él, porque habían oído de las      grandes cosas que hacía. 
9 Y Jesús dijo a sus discípulos que siempre tuviesen lista una barca a causa del gentío,          para que no lo apretujaran; 10 porque había sanado a muchos, de modo que le caían          encima todos cuantos tenían plagas, para tocarlo. 11 Y los espíritus inmundos, siempre        que le veían, se postraban delante de él y gritaban diciendo: "¡Tú eres el Hijo de Dios!" 12    Pero él les reprendía mucho para que no le dieran a conocer.



JESÚS EJERCE SU PODER SOBRE LA DEFORMIDAD Y LOS DEMONIOS
MARCOS 3:1–12


El  evento narrado por Marcos sucedió en la sinagoga y en día de reposo. 
Había en la sinagoga un hombre que tenía seca una mano. Sobraban los que buscaban razón para acusar a Jesús. De modo que querían ver si él sanaría al hombre en el día de reposo. Según la tradición rabínica, no era lícito curar en ese día a menos que estuviese la persona en peligro de perder la vida. El hombre que tenía la mano seca no estaba en peligro de perder la vida. Bien podría haber esperado hasta otro día. Quienes criticaban a Cristo no tenían ningún interés en el bienestar del pobre hombre. Su meta era impedir las actividades del Señor (3:1–2).

Conociendo sus corazones malvados, dijo al hombre: “Levántate y ponte en medio” (3:3). Después, vuelve la atención a sus acusadores preguntándoles si era lícito en los días de reposo hacer bien o hacer mal; salvar la vida o quitarla. El Señor se enojó y entristeció por la dureza de sus corazones. Por lo tanto, dijo al hombre: “Extiende tu mano” (3:5). El enfermo extendió la mano, y le fue restaurada sana. Los fariseos entonces se pusieron de acuerdo con los herodianos para destruirle (3:6).

Después salió al mar con sus discípulos y le siguió gran multitud de Galilea, Judea, Jerusalén, Idumea, del otro lado del Jordán así como de los alrededores de Tiro y de Sidón. Las multitudes se sentían atraídas por los milagros que hacía. Para su seguridad, pidió a sus discípulos que siempre le tuviesen lista la barca, porque la gente quería tocarle para ser sanada. Al verle, los espíritus inmundos se postraban delante de él, y daban voces, diciendo: “Tu eres el Hijo de Dios” (3:11). Pero él les reprendía mucho para que no le descubriesen (3:12). El no quería esa clase de fama, porque su plan era cumplir con el programa de su Padre de revelarlo en forma progresiva.

¡REFLEXIONEMOS!

 ¿Que actividad desplegaba Jesús en la orilla del mar antes de llamar a Levi? ¿Cuál era la profesión de Leví? ¿Qué otro nombre usaba? ¿Qué dijo Cristo cuando los escribas y fariseos le criticaron por comer con publicanos y pecadores? ¿Qué dijo el Señor cuando sus discípulos fueron criticados por no ayunar? ¿Cuál es el significado de lo que dijo acerca de no poner vino nuevo en odres viejos? Marcos relató dos eventos consecutivos acerca del día de reposo. ¿Cuáles son y cuá es el resumen de la enseñanza? ¿Por qué no quería Jesucristo que los demonios le descubriesen como el Hijo de Dios? Para darse cuenta de la popularidad de Cristo con las multitudes, busque en un mapa los diferentes lugares mencionados en 3:7–8.

El día de reposo para el hombre (3:1–6). “Conforme a su costumbre” (Lc. 4:16), entró Jesús en la sinagoga… en el día de reposo (1–2). Lo que sigue es el quinto de una serie de conflictos con los escribas y fariseos (vea sobre 2:23–28). Había allí un hombre (1) en la sinagoga, que tenía seca una mano; probablemente era una “parálisis de mano seguida por contracción”. En eso hay una parábola. ¡Cuántos hay en la casa de Dios con ideas rectas pero sin la capacidad de llevarlas a las buenas obras! En Lucas (6:6) leemos que era la mano derecha la que estaba seca. Hay una antigua tradición de que el hombre era albañil y necesitaba ambas manos para ganarse la vida.

“Con ojos escrutadores… sobre cada cosa que Jesús hacía”, los fariseos le acechaban (2). ¡Aquí hay un cuadro desolador del legalista tanto antiguo como moderno, que solamente mira para encontrar faltas, completamente insensibles a los sufrimientos humanos! Los fariseos permitían la curación en sábado sólo si se trataba de un caso de vida o muerte; pero este no era el problema.

Entonces dijo al hombre… Levántate (3), literalmente: levántate y ponte en medio. Johnson traduce: “Levántate al frente.” Conociendo la malicia de sus pensamientos, Jesús colocó el asunto de la observancia del sábado a un nivel más positivo y real. ¿Es lícito… hacer bien, o hacer mal? (4). Es decir, ¿qué es más consistente con la ley, restaurar la vida a la mano enferma del hombre aunque sea en sábado, o matar sus esperanzas y futuro para observar una insensible tradición humana? Pero ellos callaban. “No podían negar sus argumentos y se negaban a admitir su validez.”

Nuestro Señor, mirándolos alrededor con enojo, entristecido por la dureza (o ceguera) de sus corazones (5). Este es el único lugar en los evangelios donde se atribuye el enojo a Jesús. ¿De qué naturaleza de enojo? Quizá Hebreos 1:9 nos dé la clave: “Has amado la justicia y aborrecido la maldad.” Pero, nótese también la explicación de Marcos por esta mirada de enojo—Jesús estaba entristecido (“conmovido hasta el dolor por la simpatía”) sobre su trágica situación. Ninguna otra clase de enojo tiene lugar en el reino de Dios.
Dando la espalda a sus críticos, Jesús se dirigió al hombre con una orden: Extiende tu mano (5). La voluntad del hombre combinada con el poder de Cristo, trajo lo imposible a la realidad. Y él la extendió, y la mano le fue restaurada.

En la ceguera de sus corazones, los fariseos se dirigieron a conferenciar con los herodianos sobre cómo podían destruir a Jesús. ¡Qué extraños compañeros hace el odio! Los fariseos aborrecían a los herodianos como traidores a su nación, sin embargo, en una ocasión posterior (12:13) unieron sus fuerzas para destruir al Hombre que los molestaba.

El hombre de la mano paralizada, 3:1–6
Esta es la última en la serie de controversias que Marcos presenta entre Jesús y los escribas y fariseos. Jesús aparece una vez más en la sinagoga, lugar en el que había enseñado con anterioridad (1:21). En esta ocasión, entre los presentes estaba un hombre con una de sus manos paralizada, seca (xeráino3583). Si bien no hay mención de que su condición significara un riesgo para su vida, esta situación le suponía la incapacidad para el desempeño de una vida normal, es decir, de poder realizar la mayoría de los trabajos que una sociedad agraria ofrecería y, por tanto, ver limitadas sus posibilidades de sustento.

La hostilidad hacia Jesús aquí no resulta de una acción puntual de este sino que Marcos la presenta como efecto de encuentros anteriores en los que Jesús ha desafiado, a ojos de los fariseos, la interpretación y aplicación de la ley. Por ello le están acechando (parateréo3906). 

Aquí Marcos puede estar haciendo un juego de palabras pues el mismo vocablo aquí referido a cómo observan los fariseos a Jesús se usa también para indicar la observancia de los ritos y festividades religiosas (cf. Gál. 4:10), vinculando así su acecho al cumplimiento o no por parte de Jesús del día de reposo. El propósito de todo esto era encontrar la ocasión para acusar a Jesús de quebrantar la ley de Moisés respecto del día de reposo, infracción que, en la teoría aunque no en la práctica habitual, se penalizaba con la muerte (cf. Éxo. 31:15).

Sin mediar ninguna interacción ni comunicación previa entre ellos, Jesús se dirige al hombre y le pide que se ponga en pie, en medio (mésos3319), donde todos le puedan ver. Es una nueva acción de Jesús que contrasta con el carácter secreto que en otros momentos quiere dar a sus acciones (cf. 1:26, 34, 44).

Jesús vuelve a mostrar su capacidad para conocer el pensamiento de los fariseos (cf. 2:8) y les lanza una pregunta sobre la licitud de hacer bien o mal, de dar vida o quitarla, en el día de reposo. Sin duda, es toda una provocación de Jesús, pues en la historia anterior se planteó un conflicto respecto del día de reposo, y ahora, en una sinagoga, Jesús confronta a los fariseos sobre su interpretación del mismo.

La cuestión que Jesús plantea suscita diversos planteamientos. En primer lugar, cabe pensar que la sanación del hombre podría haber esperado unas horas, y así se evitaba infringir el día de reposo y el conflicto con los fariseos. La ley reconocía excepciones en las cuales se podría sanar el día de reposo, pero siempre en situaciones en las que peligre la vida de la persona, lo cual no es el caso aquí. 

Es evidente que junto con la sanidad del hombre con la mano paralizada, Jesús pretende transmitir otras enseñanzas a los que están con él. Sorprendentemente, los fariseos guardan silencio. Probablemente porque si respondían positivamente, parecería que relajan la observancia del día de reposo; pero si respondían negativamente, estarían afirmando que es lícito hacer el mal y quitar la vida. Además, su silencio suponía una humillación para ellos, pues el ámbito público en el que tiene lugar la pregunta de Jesús supone un reto a su honor y credibilidad.

Bosquejo homilético 
Parálisis
Marcos3:1–16
Introducción: 
El diccionario define parálisis como la “privación o disminución considerable de la sensibilidad y del movimiento voluntario”. El relato nos cuenta de un hombre que tenía la mano paralizada; es probable que este hombre careciera de fuerzas y de una irrigación sanguínea adecuada. El énfasis de la narración está enfocado en la parálisis de la lengua y del corazón, que caracterizaron la actitud farisaica, y no tanto en la parálisis de la mano enferma. La insensibilidad del corazón los privó de respuestas e inmovilizó sus corazones para amar.

        I.      La parálisis de la mano.
    1.      La necesidad de ser sanado (v. 1).
    2.      La dificultad del día para ser sanado (v. 2).
    3.      La bendición de ser sanado (v. 5).

        II.      La parálisis de la lengua.
    1.      El silencio de los expertos legalistas (v. 4).
    2.      El silencio de la falta de amor (v. 4).
    3.      El silencio “escuchado” por Jesús (v. 5).

        III.      La parálisis del corazón.
    1.      El corazón duro provoca el enojo divino (v. 5).
    2.      El corazón duro nos conduce a seguir pecando (v. 6).
    3.      El corazón duro nos aleja más de Dios (v. 7).

Conclusión: 
A lo largo del Evangelio vemos a Jesús sanando todo tipo de enfermedades, la sanidad de la mano paralizada fue una más. Sin embargo, Jesús no pudo sanar a aquellos que no desearon ser sanados. El relato empezó con la aparición de un enfermo, quien finalmente fue sanado, y finalizó con la revelación de la enfermedad de los fariseos y herodianos, quienes no desearon ser sanados.

Jesús reacciona con enojo a su silencio, pues callaban avergonzados y especulando qué era mejor para sus propios intereses. Este término se relaciona con la ira de Dios contra aquellos que cometen injusticia. Más aun, Jesús sintió dolor (sullupéo4818) ante la falta de misericordia que su actitud y silencio manifestaban. Marcos define esta actitud como dureza de corazón, una expresión habitual en las Escrituras para indicar la incapacidad o falta de voluntad para entender y aceptar la voluntad de Dios (por ejemplo el Faraón con el pueblo de Israel; cf. Éxo. 7–11) o a Jesús y su ministerio. En este caso, no es incapacidad sino mala intención pues, finalmente, deciden urdir un plan contra Jesús en contubernio con los herodianos.

La orden al hombre es tajante por parte de Jesús, que le conmina a estirar su mano seca, la cual queda restaurada por su mandato. El verbo usado para expresar la restauración (apokathístemi600) de la mano aparece en pasivo, lo cual apunta a Dios como causante de la sanación.

El contraste que se establece entre los personajes con quien Jesús interactúa es bastante gráfico. La mano seca del hombre adquiere, por medio de Jesús, el vigor y la vitalidad que le faltaba, mientras que el corazón de los fariseos, un órgano que irriga fuerza y vida, se presenta duro e insensible a la necesidad del hombre y al mensaje de Jesús.

Humillados por todo lo sucedido, los fariseos salen rápidamente de la sinagoga y, sorprendentemente, buscan apoyo en los herodianos, a los que no les unía gran afinidad. Sin embargo, en esta ocasión les une un interés común, silenciar a Jesús. Juntos planean destruir (apóllumi622) a Jesús, lo cual se debe interpretar como la acción de matarlo. Lo irónico de esta situación es que aquellos que en defensa del día de reposo condenan a Jesús por ofrecer vida, ahora lo quebrantan urdiendo un complot encaminado a su muerte.

Las multitudes siguen a Jesús, 3:7–12

Marcos hace aquí un intervalo en la narración del ministerio de Jesús insertando una reflexión del mismo. No es una narración abreviada de cuanto Jesús ha hecho hasta el momento, sino una descripción resumida de su actividad (conflictos, sanaciones y exorcismos) y el impacto resultante (popularidad y reconocimiento).

Es probable que Jesús fuera consciente del peligro que sobre él se cernía, pues dice el texto que busca un lugar al que apartarse, expresión que suele indicar alejarse de un peligro. Tampoco habría que descartar razones adicionales de descanso y de oración.

A pesar del intento de buscar un lugar apartado, Jesús fue seguido por una muchedumbre procedente de lugares muy variados. La referencia geográfica es muy amplia en este punto, pues incluye tierras muy diversas y distantes, por lo que cabe deducir que su propósito es el de señalar el amplio alcance del ministerio de Jesús, hasta donde ha llegado su fama. En todos los lugares mencionados habitaban judíos, incluso en Tiro y Sidón. Aunque hay quien plantea la posibilidad de que Marcos esté indicando una incipiente respuesta de gentiles, provenientes de estos últimos lugares, al mensaje de Jesús. Vienen a él gentes de todo lugar, entre las cuales se ha difundido su capacidad como taumaturgo, como sanador.

La gente se avalancha sobre Jesús, al punto en que ordena a sus discípulos que tengan siempre una barca preparada para subirse y evitar ser estrujado (thlíbo2346) por cuantos venían a él. Otra acepción del término es oprimir o afligir, habitual en alusión a contextos de persecución, especialmente al final de los tiempos (cf. 1 Tes. 3:4; 2 Tes. 1:6, 7), pero sería excesivo interpretar la intención del pasaje como una alusión a la persecución de la iglesia en los últimos días. Es previsible que la actitud de Jesús se deba entender como la de evitar ser aclamado por la gente porque tiene una percepción equívoca de su persona y su ministerio. Vienen a él como resultado de haber sanado a muchos, pero eso no era el fin último de su llamamiento sino la proclamación del reino.

Los que venían a Jesús son descritos como teniendo plagas (mástix3148), concretamente “azotes”, lo cual refleja la antigua creencia de que las enfermedades eran castigos infligidos por los dioses. Estos enfermos tenían el convencimiento de que con tan solo tocar a Jesús quedarían sanos de sus dolencias (cf. 6:56), por lo que dado su gran número e intención de tocarle caían (epipípto1968) literalmente sobre Jesús.

Además de venir a Jesús los enfermos, también se le acercan los endemoniados. Jesús ya había mostrado su poder como exorcista (1:23–26). Así, los espíritus, que aparecen en control de aquellos poseídos pues hablan por ellos, se postraban (prospípto4363) ante Jesús, no en señal de adoración sino de humillación, reconociendo la superioridad de este (cf. 1:24). Declaran que Jesús es el Hijo de Dios, confesión pública que hasta este momento solo había realizado Dios en el bautismo de Jesús (1:11). La exclamación de los demonios no puede interpretarse como muestra de favor hacia Jesús, sino todo lo contrario, es un grito de frustración e impotencia. Es el reconocimiento del poder superior de Jesús sobre Satanás, fruto de su filiación divina.

De nuevo, Jesús reprende (epitimáo2008), manda callar a los demonios (cf. 1:25, 34), tras mostrar estos un claro conocimiento de quién es él. Jesús quiere evitar, por un lado, que sean los demonios los que le den a conocer y, por otro, evitar que la gente relacione su identidad tan solo con sus milagros y exorcismos. Aún es necesario desarrollar su ministerio de proclamación y enseñanza, y sobre todo la cruz y la resurrección, para poder entender plenamente su identidad y ministerio entre los hombres.

Desafío y confianza
13:9–13
Al formar parrte del grupo de seguidores de Jesús, vendrán grandes retos y prubas a la vida de los discípulos. Juicios, azotes, testificar ante autoridades, predicar el evangelio entre las naciones, la familia se volverá uno contra el otro, los odiarán solo por ser seguidores de Cristo. Pero tendrán recursos para salir victoriosos, confianza en la intervención del Espíritu Santo en los momentos difíciles, y tendrán así la fuerza de llegar hasta el fin a experimentar la salvación. Ser discípulo de Cristo tiene un precio.


Posterior Ministerio en Galilea
Marcos 3:7–12


 RETIRO A LA COSTA DEL MAR, 3:7–12

Cuando la oposición a Jesús ascendió hasta el grado de intensidad descrito en el 3:6, Jesús se retiró al mar con sus discípulos (7), a la playa abierta donde estaba rodeado por sus amigos. Este acto de retiro sugiere la brecha que se iba abriendo entre Jesús y los líderes del judaismo. “A los suyos vino, y los suyos no le recibieron” (Jn. 1:11). 

Una gran multitud de Galilea, de hecho una tumultosa muchedumbre, le siguió, mientras que iban llegando tropeles adicionales desde tan lejos como el sur de Judea y de Idumea (8), sobre el este desde la Transjordania y de la provincia romana de Siria (Tiro y Sidón) al norte (véase el mapa). Estas palabras nos presentan un cuadro notable de la extensión geográfica del ministerio de Jesús aun en esta temprana etapa.

Oyendo cuán grandes cosas (Jesús) hacía, vinieron a él (8). “Grandes acontecimientos atraen grandes multitudes; donde realmente se mitiga la necesidad no faltarán almas suplicantes.”

Como medida de precaución, Jesús instruyó a sus ex-pescadores discípulos que le tuviesen siempre lista la barca (9) para poder escapar de los que le oprimían por tocarle (10).

Es conmovedora la esperanza de aquellos plagados (azotados) por sus enfermedades y que sabían que Jesús había sanado a muchos. Como la mujer que más tarde se dijo a sí misma: “Si tocare tan solamente su manto seré salva” (5:28) ellos también deseaban tocarle. Era característico de Jesús responder a tales anhelos, porque a menudo ponía la mano sobre la persona afligida (p. ej. 1:31, 41, et al.).

Sin embargo, cuando los espíritus inmundos… al verle… daban voces, diciendo: Tú eres el Hijo de Dios (11), Jesús “les advirtió repetidamente para que no le descubriesen” (12 Phillips). Firme y enérgicamente rechazó el testimonio indigno de los endemoniados y generalmente encargó a los que habían sido testigos de un milagro que guardaran silencio. Aparte de sus deseos de no inflamar esperanzas nacionalistas por un Mesías político, Jesús rechazó tal testimonio para que los hombres no lo siguieran por motivos impropios. Sus palabras y obras poderosas tenían que guiarles a ver quién era, si eran capaces de ver (cf. Lc. 7:19–23).
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