El método de estudio de esta epístola será una revisión expositiva
del texto bíblico, de la Santa Biblia Nueva Versión Internacional.
VERSÍCULO 1
“Lo que ha sido
desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros propios
ojos, lo que hemos contemplado, lo que
hemos tocado con las manos, esto les anunciamos”.
La primera palabra en el texto griego con la que empieza el
apóstol Juan su primera epístola en el versículo 1 es HO que
en el español significa esto (pronombre
demostrativo).
Juan en su evangelio escribió: en
el principio era el Verbo (Jn. 1:1); pero, en cambio en su primera
epístola Juan está hablando de: esto que existía desde
el principio (1 Jn. 1:1).
El apóstol Juan dice en su Evangelio, Jesucristo fue en el
principio; en cambio en su primera epístola está hablando de algo que ya existía
desde el tiempo del jardín del Edén. Jesús no es sólo desde el principio, Jesús
ya estaba en el principio. Jesús es el principio de los principios. Juan relata en su Evangelio que Jesucristo creó
todo, porque Él ya preexistía desde el principio.
¿Qué es esto que existía
desde el principio? Personalmente creo que era la comunión
que tenían Adán y Eva con Dios. En Génesis 2, leemos que Adán y Eva
vivían en paz y tenían comunión con
Dios, “esto” era lo que había en el principio.
Es lo que leemos en 1 Jn. 1:3, vida con el Padre,
“esto” es lo que era en el principio; por lo
tanto, un hombre que tiene comunión con Dios está vivo y un hombre que no tiene
comunión con Dios está muerto.
Jehová dio una orden a Adán y a Eva en Génesis 2:16-17: -“Puedes comer de todos los árboles del
jardín, pero del árbol del conocimiento del bien y del mal no deberás comer. El
día que de él comas, ciertamente morirás”. En el día que comas del árbol morirás,
perdiendo así la comunión con Dios.
1 Ti. 5:6, nos dice: -“En cambio,
la viuda que se entrega al placer ya está muerta en vida”. Ella está físicamente
viva, pero espiritualmente muerta. El tema que Juan va a tratar en el capítulo
1 es; Koinonia lo cual es una armonía perfecta, es decir, comunión con Dios.
Vemos que los apóstoles tenían comunión con Dios, pues en
el versículo 3 dice: - “… para que
también ustedes tengan comunión con nosotros. Y nuestra comunión es con el
Padre y con su Hijo Jesucristo, en el
versículo 6 dice. - “Si afirmamos que
tenemos comunión con él, pero vivimos en la oscuridad, mentimos y no ponemos en
práctica la verdad”.
En el versículo 7 dice, si nosotros caminamos en la
verdad, tenemos comunión con Dios. Entonces, ¿Qué es “esto”
que era desde el principio? LA COMUNIÓN CON DIOS. Adán y Eva la tenían, pero ¿qué
pasó? El día que ellos comieron del árbol del conocimiento del bien y del mal,
perdieron esta comunión. Pero esta comunión reapareció con Jesucristo, nótese
el lenguaje en el versículo 2, “Esta vida
se manifestó”. ¿Qué vida? ¿La vida que Adán y Eva tenían? o ¿la vida que
Jesús tenía? “Nosotros la hemos visto y
damos testimonio de ella, y les anunciamos a ustedes la vida eterna que estaba
con el Padre y que se nos ha manifestado”.
Ahora va a ser un poco difícil explicar la gramática de
los versículos 1 al 4. Pero lo que Adán y Eva tenían reapareció en la persona
de Jesucristo, y nosotros le vimos con nuestros ojos, le hemos escuchado, le
hemos tocado con nuestras manos, y le hemos contemplado a Él con nuestra mente.
Y todo lo que hemos visto y escuchado era real, porque
Jesús, es decir, que tenía un cuerpo físico. Aquí, Juan refuta la idea
de los gnósticos de que Jesucristo no tenía un cuerpo físico real.
Juan usa varias oraciones:
1. Nosotros le vimos y le seguimos viendo.
2. Lo hemos escuchado y su voz sigue sonando en
nuestros oídos.
3. Lo hemos tocado y todavía tenemos el sentido
del toque.
Aquí está la comunión con Dios.
Algo que es extremadamente importante en este contexto
está en el versículo 1: -“Lo que ha sido
desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros propios
ojos, lo que hemos contemplado, lo que hemos tocado con las manos, esto les
anunciamos respecto al Verbo que es vida”
El Verbo que da vida, fue la voz de Dios que nos dio vida, y nosotros declaramos
estas palabras, para que ustedes también tenga vida, y esta vida está con el
Padre. ¡Esto es comunión!
VERSÍCULO 2
“Esta vida se
manifestó. Nosotros la hemos visto y damos testimonio de ella, y les anunciamos
a ustedes la vida eterna que estaba con el Padre y que se nos ha manifestado”
¿La vida? ¿Cuál vida? Esta vida se manifestó y los
apóstoles la vieron. Ellos fueron testigos de esta vida. ¿Cuál es tu definición
de la palabra eterna? ¿Si usted tiene vida eterna, por cuánto tiempo la tiene? Eternamente es un adverbio de tiempo, en cambio, eterno es un adjetivo, que define calidad y no
duración de vida. Es la calidad de vida. Adán y Eva tenían vida desde el
principio y la perdieron. ¿Qué tipo de vida tenían? Ellos tenían comunión con
Dios, lo cual es la calidad y no duración.
Jn. 10:10 nos dice: - “El
ladrón no viene más que a robar, matar y destruir. Yo he venido para que tengan vida, y la tengan en abundancia”.
Abundancia es un adjetivo de calidad, es decir duración de calidad, si tienes comunión con Dios eso es calidad. Calidad
es algo que pertenece a Dios y Él es eterno. Si tienes comunión con Él, tienes
la calidad de vida de Él.
El apóstol Juan en su Evangelio, en las Epístolas y en el Apocalipsis
usó el término de vida eterna como
calidad y no como duración.
¿El hijo pródigo tenía una calidad de vida en su casa? Sí,
pero la perdió. ¿En qué momento la
perdió? o ¿Cuándo murió? En el momento que dio el primer paso fuera de
casa y dio las espaldas a su padre, a partir de allí estuvo muerto. Luego, se
arrepintió, sin embargo, mientas estuvo fuera de casa, no tuvo vida.
Físicamente existía, pero espiritualmente estaba muerto. Cuando el hijo pródigo
regresó a su casa, nuevamente tuvo comunión y vida con el padre.
El hijo recibió los siguientes regalos cuando regresó a la
casa de su padre:
1.
El
anillo, en su dedo indicaba que había sido reinstalado en su familia, esto
significaba heredad y que sus derechos como hijo de casa habían sido
restablecidos.
2.
La
capa, en su espalda significaba que sus pecados habían sido perdonados. Ap.
3:17, habla de la desnudez espiritual.
3.
Los
zapatos, en sus pies eran zapatos de la casa, pues los esclavos no usaban
zapatos, él andaba descalzo mientras cuidaba de los cerdos. Ahora, estaba otra
vez en casa.
4.
El
novillo, significaba celebración debido a la comunión restablecida con el padre,
como una ofrenda de paz en la Ley de Moisés.
AHORA, ¿EL HIJO PRÓDIGO TENÍA OTRA VEZ CALIDAD DE VIDA? Sí,
la tenía.
El hijo pródigo tenía vida eterna con el padre, es decir, calidad
de vida, pero cuando pecó la perdió. Lo vemos en las palabras del padre: “Mi
hijo estuvo muerto, pero ahora tiene vida, estuvo perdido y ahora ha sido
encontrado”. En consecuencia, tiene comunión con el padre que tiene vida
eterna, recordemos que eterno significa calidad.
Si tienes comunión con Dios, tienes comunión con El que es
eterno, y Dios tiene el potencial de extenderlo indefinidamente. ¡Qué bendición!,
Dios no sólo quiere darnos calidad de vida sino también cantidad de vida.
VERSÍCULO 3
“Les anunciamos lo
que hemos visto y oído, para que también ustedes tengan comunión con nosotros.
Y nuestra comunión es con el Padre y con su Hijo” Queremos que ustedes
tengan también comunión con nosotros, no es simplemente comunión entre los
creyentes y los apóstoles, es la comunión de los apóstoles con Dios, y de los
creyentes con Dios. Queremos que compartan la misma comunión que nosotros
tenemos con Dios, esta es una comunión vertical, y
esta crea a su vez una comunión horizontal entre los apóstoles y los cristianos.
Si un cristiano pierde la comunión con Dios, pierde también la comunión con
otros cristianos, porque nuestra comunión mutua con Dios crea nuestra relación
con otros cristianos.
DIOS
APÓSTOLES CRISTIANOS
Si usted sabe que tiene vida, sabe que tiene comunión,
versículo 3.
VERSÍCULO 4
“Les escribimos
estas cosas para que nuestra alegría sea completa” ¿La alegría de quién?
¿De los apóstoles? o ¿de los cristianos? La respuesta es de ambos.
El saber que tenemos comunión con Dios es la fuente de
nuestro gozo. Recuerde lo que Pablo pedía en Filipenses, regocíjese, y es a
través de la comunión con Dios que obtenemos esa base de alegría y también la
base de nuestra salvación eterna, puesto que es la comunión, la fuente creadora
de estas características.
VERSÍCULO 5
“Éste es el mensaje
que hemos oído de él y que les anunciamos: Dios es luz y en él no hay ninguna
oscuridad”.
En 1 Jn. 1, Juan habla del Verbo que da vida, sin embargo aquí
no está haciendo referencia, al como lo hace en su Evangelio, al hecho que en
el principio era el Verbo y el Verbo era Dios. Creo que aquí está hablando del
mensaje que escuchamos de Cristo. Este es el mensaje que hemos escuchado de Él
y lo declaramos a ustedes. Esto es extremadamente importante, ¿usted lee lo que
escribieron los apóstoles? ¿Entiende lo que ellos recibieron? Ellos repitieron
el mismo mensaje que Jesucristo les dio. Tenemos aquí un término técnico que es
la epistemología.
EPISTEMOLOGÍA:
Epistemología, el diccionario define esta palabra como la
doctrina de los fundamentos y métodos del conocimiento científico; en otras
palabras, define cómo sabes lo que sabes. Eso
es importante. ¿Cuál fue la epistemología o la fuente del conocimiento de los
apóstoles? Lo que escucharon de Jesucristo, Él fue su Epistemología. ¿Cuál fue
la Espitemología de Jesús? Los mandamientos que el Padre le había dado o
encomendado. ¿De dónde obtuvo Jesús su epistemología? A través del Espíritu
Santo. Pero, ¿el Espíritu Santo de dónde obtuvo su mensaje? Del Padre. El
Espíritu Santo no habla a de sí mismo (Jn. 14). Lo que ha escuchado es lo que
declara.
Este es el mensaje, ¿cuál es el mensaje? DIOS ES LUZ. La luz
es el símbolo de lo perfecto, Dios es moralmente perfecto, todo lo que dice y
hace es perfecto porque Él es luz. En Él no hay tinieblas, las tinieblas son símbolo
del pecado; es decir de aquello que está en contraste con la moralidad de
Jesús. En la luz hay cero oscuridad, y Juan enfatiza que en Dios no hay
oscuridad. El apóstol quiere presentar como un hecho absoluto que Dios no tiene
comunión con las tinieblas. La luz y las tinieblas son opuestas, la luz viene y
la oscuridad se va. De hecho, la presencia de la una elimina la presencia de la
otra. Ambas, no pueden ocupar un territorio común, pues es hostil la una a la
otra.
Stg. 1:17, nos dice: -“Toda
buena dádiva y todo don perfecto descienden de lo alto, donde está el Padre que
creó las lumbreras celestes, y que no
cambia como los astros ni se mueve como las sombras”. Todo don perfecto
desciende del Padre de la luz, en quién no hay tinieblas, la sombra se produce en
el momento que gira un cuerpo. En Dios no hay sombras en relación con nosotros,
Él no tiene problemas con las sombras, no existe un territorio común entre luz
y tinieblas. Hablando de Dios no hay color gris. Todo el que camina en
oscuridad no tiene comunión con Dios.
Analicemos, si los apóstoles tenían comunión con Dios, ¿Ellos
no tenían pecado? Sí, tenían pecado,
pero su pecado fue cubierto. ¿Cuándo es cubierto el pecador? Lo que Juan
está haciendo en el versículo 5 es poner un estándar, porque necesitamos un
molde para nuestras vidas y ese patrón que él está poniendo es Dios mismo. Este
es un estándar absoluto, no tiene variación. Por ejemplo, como medida de
longitud y peso usamos el metro y el kilo ¿Necesitamos estándares de medida y de
peso? Sí, ¿Cualquiera puede crear su propio metro o kilo? NO. Entonces en los
asuntos espirituales, Dios es el estándar de moralidad y nadie puede cambiar
el estándar; por lo cual, necesitamos un estándar que no cambie, por ello Dios
es el estándar por cuanto es perfecto.
VERSÍCULO 6
“Si afirmamos que
tenemos comunión con él, pero vivimos en la oscuridad, mentimos y no ponemos en
práctica la verdad”.
Aquí tenemos un hombre que camina en oscuridad, en pecado
y afirma tener una relación con Dios; por lo tanto, la verdad no está en él. Su
situación no está definida por lo que habla sino por su caminar o acciones. Él
dice tengo comunión, pero lo que expresa es falso debido a su caminar falso. Nosotros no tenemos solamente que hablar del mensaje,
tenemos también que caminar en el mensaje.
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Los versículos 8 y 10 dicen “si afirmamos”. Cuando Juan usa esta frase está exponiendo todo lo
que se refiere al error. Si nosotros afirmamos que tenemos comunión con Dios y
caminamos en tinieblas, mentimos y no practicamos la verdad. Lo que hablamos es
mentira y lo que practicamos no es la verdad.
¿Qué es caminar? Es un estilo de vida, que define una
práctica constante.
El caminar tiene características definidas:
1.
Caminar
tiene una dirección.
2.
Caminar
tiene una continuidad.
3.
Caminar
tiene un destino.
Por ejemplo, si alguien se dirige al sur no va a llegar al
norte; es decir, si se dirige a una dirección no va a llegar a otra.
La inmoralidad no es circular sino lineal, pues mientras
camines en ella más te alejas de la luz. La acción de caminar lleva en sí misma
una separación; por lo tanto, mientras más caminas, más separado estarás de
donde estabas al principio. El hombre del versículo 6 camina en oscuridad y dice
que está en la luz, Juan dice que él es
un mentiroso. ¿Cómo se sentiría usted si el apóstol del amor le dijera que es un
mentiroso? Sin embargo, la declaración de la verdad es
un acto de amor, exponer el error es un acto de amor.
¿Quién es este hombre del
versículo 6? Éste que dice: Si afirmamos que tenemos comunión con él y
no practicamos la verdad, este hombre es un inmoral que no tiene ley, es decir,
rehúsa estar sujeto a la ley.
Uno de los más emocionantes pasajes del Nuevo Testamento
es el verso que viene a continuación:
VERSÍCULO 7
“Pero si vivimos en
la luz, así como él está en la luz, tenemos comunión unos con otros, y la
sangre de su Hijo Jesucristo nos limpia de todo pecado”.
El versículo 7 comienza con la conjunción adversativa
“pero”; gramaticalmente, la conjunción adversativa denota oposición o
diferencia entre la frase que precede y la que sigue. En el versículo 6 tenemos
un cuadro o realidad; en cambio, en el 7 hay una situación opuesta.
Esta conjunción, pero, cambia el cuadro, la dirección, el
destino, el pensamiento, y cambia la compañía; pero si caminamos en la luz
nuestro camino está dirigido por su revelación de la luz. Nosotros caminamos en
la luz así como Él está en la luz.
¿Cómo es que Él está en la luz? Está en la luz, porque no
hay tinieblas en Él. Esto significa que caminamos en la luz como Él está en la
luz.
Tenemos comunión, esto
significa que debemos caminar moralmente ¿perfectos? NO. Creo que deberíamos, pero nuestro propósito es ser moralmente perfectos.
¿Personas que caminan en la luz cometen pecado? Sí. Veamos el resto del versículo 7, que nos dice: -“… y la sangre de su Hijo Jesucristo nos limpia
de todo pecado”. Así que, quienes caminan en la luz cometen pecado, caso
contrario no necesitarían de la sangre de Cristo. Veamos los modos y los
tiempos de los verbos de este versículo:
1. Vivimos en
la luz, expresa una acción presente, definida por un caminar.
2. Tenemos
comunión es una acción presente.
3.
La sangre nos limpia. Esto indica que seguimos
caminando, seguimos en la luz y su sangre nos limpia de todo pecado.
Estos verbos se encuentran conjugados en modo indicativo (enuncian
el hecho de manera real y objetiva) y en tiempo presente (expresan una acción
no terminada que se ejecuta en el momento de hablar).
Nuestro pecado no rompe esa relación con Dios, mientras
caminamos en la luz, “Si” es una
conjunción condicional (la conjunción denota condición o necesidad de que se
verifique alguna circunstancia)[1].
EL ESTÁNDAR:
Si caminamos en la luz, así como Dios revela la luz, si seguimos
su luz; nuestro caminar definiría el estándar
que usamos para caminar.
Veamos un ejemplo sobre el estándar: ¿Juan NN es
absolutamente perfecto en lo que dice o hace? ¿Qué tan cerca está de ser perfecto?
El estándar es el 100%, ¿Qué tan cerca está de ese 100%? Si él dice que es 100%
perfecto se engaña así mismo; es decir, si dice que no tiene pecado, se engaña
y la verdad no está en él.
Si Juan NN tiene 90% de perfección y lo tomamos a como
nuestro estándar, entonces vamos a tener un 10% de error. Por lo tanto, no le
podemos tomar a él como estándar porque ese estándar no sería perfecto, no
sería la luz de la manera que Dios revela la luz.
Consideremos Lucas 18:9: -“A algunos que, confiando en sí mismos, se creían justos y que
despreciaban a los demás...”. Jesús relata la parábola de dos hombres que
subieron al templo a adorar, uno era fariseo y el otro publicano. El fariseo confiaba
en si mismo creyéndose justo, se enorgullecía de ser 100% perfecto; decía no
soy como el publicano que posiblemente era un 5% de perfecto, y como dice la
parábola los demás somos 0% y el fariseo 100% perfecto. Nosotros no podemos normalizar la moralidad,
caminar en la luz define la pregunta: ¿Cuál es el estándar que usas? El hombre
de 1 Jn. 1:6, dice que no hay ese estándar; en cambio, el hombre del versículo
7 se da cuenta del estándar y trata de caminar en él. Recordemos nuestro
caminar con todas esas características, en comunión, dirección y continuidad.
Nosotros caminamos en la luz y usamos la moralidad excelente de Dios como estándar,
esto significa que en cada paso que damos
vamos a reconocer que estamos bajo su estándar. Dios quiere que lo aceptemos a Él como nuestro estándar,
que midamos cada acción o cada pensamiento de acuerdo a su estándar. Nuestras
acciones no van a ser prefectas, pero de acuerdo a nuestro conocimiento y
sinceridad estamos tratando de usar su estándar perfecto. Vamos a fallar aquí y
allá, pero la sangre de Cristo nos cubre, la sangre de Jesucristo va a seguir
limpiándonos; entonces nuestro pecado no rompe la comunión con Dios porque
estamos dentro de la sangre.
Hay un concepto erróneo en muchas sectas religiosas respecto
del hecho de cometer pecados. ¿Qué sucede si pecamos nuevamente? ¿Se rompe la
comunión con Dios? Esto nos pone en una situación de incertidumbre en cuanto a nuestro
destino final, lo cual quiere decir que caminamos buscando una vida moral
perfecta, y cuando caemos de esa vía nos arrepentimos y volvemos nuevamente a ella,
para volver a caer una y otra vez. Entonces, tenemos una relación de sube y
baja respecto a esa vía.
¿Dónde está el gozo que Juan nos ha prometido? Si sentimos
que nuestro pecado pone en peligro la relación con Dios, esto es válido sólo para los que han nacido de nuevo, la
sangre de Cristo nos limpia constantemente de todo pecado. Ahora, cuando
tus pecados se han ido, ¿cuántos quedan? Ninguno, todos han sido limpiados; es
decir, cero pecados. Dios puede tener relación
íntima con alguien que no tiene pecado, es con la única persona que puede tener
comunión, pero cuando tienes un pecado a tu favor no hay relación con Dios. ¿Qué
quiere decir a tu favor? Quiere decir, que va al libro donde están escritos los
registros, pero Dios no escribe los pecados de aquellos que caminan en la luz
de Él. Es decir, de quién, el que vive de acuerdo a su estándar, su pecado no
llega a este libro de registro.
¿Abraham fue pecador? Sí, había mentido, pero él creía en
Dios, y en el libro de los registros dice justo, no
por obras sino por fe, pero él vivió bajo la ley de Moisés; por lo
tanto, usted y yo podemos ser hijos de Abraham si caminamos en las mismas pisadas.
Ro. 4:12: -“Y también es padre de
aquellos que, además de haber sido circuncidados, siguen las huellas de nuestro
padre Abraham, quien creyó cuando todavía era incircunciso” La Fe tiene pasos, fe es un caminar, tiene un estilo de vida
y se convierte en una carrera.
Ahora bien, David vivió bajo la ley y él sabía que caminar
bajo la fe quebraba la ley de Moisés.
Sal. 32:1-2. - “Dichoso
aquel a quien se le perdonan sus trasgresiones, a quien se le borran sus
pecados. Dichoso aquel a quien el Señor no toma en cuenta su maldad y en cuyo
espíritu no hay engaño”. Dichoso el hombre que se le han perdonado los
pecados y cuando peca, Dios no registra su pecado. Esto es lo que usó Pablo en
Romanos capítulo 4. Nosotros somos gente de fe, quienes usamos el estándar de
Dios en nuestro caminar, caminamos en la fe de los pasos de Abraham, caminamos en la fe de los pasos de David, y ellos
tuvieron muchos pecados; pero fueron perdonados, y fue la sangre de Jesucristo
la que limpió el pecado de David y Abraham, y esa
misma sangre es la que constantemente nos está limpiando de nuestro pecado.
Así que, el hombre del versículo 6 dice que no hay estándar,
el hombre del versículo 7 dice sí hay estándar y trata de caminar en él.
Veamos el versículo 8.
VERSÍCULO 8.
“Si afirmamos que no
tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos y no tenemos la verdad”.
Si decimos que no tenemos pecado, hay un estándar, pero no
lo estoy siguiendo, ¿Cuál es el problema aquí? Romanos 3:23, dice: -“Pues todos han pecado y están privados de la
gloria de Dios”. Veamos el tiempo gramatical de este versículo:
1. Todos han pecado, está en tiempo pretérito
perfecto el cual indica un hecho acabado en tiempo cercano al presente[2].
2. Y están privados de la gloria de Dios, es
tiempo presente continuo, comunica a la acción verbal carácter durativo.
Ahora somos justificados
por fe en Jesucristo. El pecado no tiene que ser un
hábito en la vida del cristiano, si es que tiene comunión con Dios; en
cambio, si ese pecado es habitual pierde la comunión con Dios, recuerde que
esto funciona sólo para creyentes bautizados.
Observemos que, aquí hay un hombre que practica ascetismo,
castigándose a sí mismo, veamos nuevamente Col. 2:20-23: -“Si con Cristo ustedes ya han muerto, a los principios de este mundo, ¿por
qué, como si todavía pertenecieran al mundo, se someten a los preceptos de los
tales como: No tomes en tus manos, no pruebes, o toques? Estos preceptos,
basados en reglas y enseñanzas humanas, se refieren a cosas que van a
desaparecer con el uso. Tienen sin duda apariencia de sabiduría, con su afectada
piedad, falsa humildad y severo trato al cuerpo, pero de nada sirven frente a
los apetitos de la naturaleza pecaminosa”.
Estos individuos creaban sus propias leyes de acuerdo a ciertas
ordenanzas, estas cosas parecían estar bien, se alababan a sí mismos por practicar
tales cosas, y lo que llamaban severidad al cuerpo era un auto flagelo por sus
pecados. Ellos suponían que al castigarse a sí mismos
borraban sus pecados. Pablo dice que tenía apariencia de sabiduría, pero
era una estupidez; por lo que no tiene valor en cuanto a controlar los apetitos
de la carne.
Muchas personas se alejan de todo para vivir vidas santas,
en monasterios, donde se golpean a sí mismos, y creyendo que por hacer esto
toman control de su pecado. Ellos sienten que tienen que alejarse de la gente
para vivir una vida santa. Pero, estas personas que viven en un monasterio
apartados de todo, ¿cómo van a ser la luz y sal del mundo? Este es el hombre del cual se está hablando
en el versículo 8, él se engaña a sí mismo. En otras palabras Dios no está de
acuerdo con su evaluación que dice que no
ha cometido pecado. Pues, crea su propio estándar y no usa el de Dios. Juan dice que la verdad no esta en él, él está
usando un estándar equivocado. El HOMBRE DEL VERSÍCULO 8 NIEGA SU PECADO.
VERSÍCULO 9
“Si confesamos
nuestros pecados, Dios, que es fiel y justo, nos los perdonará y nos limpiará
de toda maldad”
.
El hombre del
verso 9, confiesa el estándar de Dios y lo sigue.
Si confesamos nuestros pecados. Confesar en el idioma griego es homologeo, homo es
similar, como homosexual, dos hombres o mujeres idénticos; logos es palabra
Confesar indica una acción verbal, si confiesas lo mismo
que has cometido o si dices la misma palabra que Dios dice (Mt. 10:32). En otras palabras confesar es decir lo mismo que Dios dice
acerca de Jesucristo, ¿Qué es lo que expresa Dios de Jesucristo? Éste es
mi Hijo amado. Cuando usted confiesa lo mismo que Dios confiesa, pero en este
caso estamos confesando pecado. Confesar el pecado es reconocer un estándar. El
hombre del versículo 6 dice no hay estándar, pero luego reconoce el estándar y admite
la violación al mismo, el confesar trae consigo mismo ruego por una ayuda.
Cuando confesamos el pecado a Dios reconocemos su estándar,
reconocemos la violación de su estándar y pedimos su ayuda. Si confesamos a
Dios nuestro pecado, hay dos cosas que necesitamos saber de Dios:
1. Dios
es fiel.
2. Dios
es justo.
Estas son dos cualidades de Dios, fidelidad y justicia. Él
ha creado un pacto y lo mantiene. Él no puede mentir es imposible que mienta,
Su fidelidad es importante. Juan dice:
Dios es justo, todo lo que Él hace está bien. Estas son dos bellas cualidades
de Dios, pero no aísles estas dos cualidades aquí cuando está hablando el apóstol Juan. Dios es
justo y fiel para perdonar, su fidelidad y justicia vienen a nosotros en el
momento de ser perdonados. Estas dos cualidades no están aisladas de Dios, estas
son el motivo o factor principal por lo cual Dios nos perdona.
¿Qué significa Dios es justo? Significa
que puedes depender de Él, pues Dios es fiel para mantener sus promesas. He.
10:23. -”Mantengamos firme la esperanza
que profesamos, porque fiel es el que hizo la promesa”.
Dios no sólo es fiel y defendible sino que es confiable. Él
es justo, es fiel para perdonar y justo para perdonar. Su perdón no viola su justicia. Debemos entender ¿por qué? Por la
sangre de Jesucristo. Él es fiel para perdonarnos, justo para limpiarnos de
toda injusticia. La sangre de Jesucristo nos limpia de todo pecado, y en 1 Jn.1:9,
dice que nos limpia de toda injusticia.
Así que, ¿cuál es ahora nuestra condición espiritual? SOMOS
JUSTOS ASÍ COMO DIOS ES JUSTO.
¿Qué es lo necesitamos entender? Nosotros lo entendimos al
momento del bautismo. ¿Cuántos de ustedes se sintieron espiritualmente limpios
después que salieron del bautismo? ¿Qué fue lo que limpió su pecado? ¿El agua? o ¿la Sangre de Jesucristo? Ahora, ¿cuántos
de ustedes se sienten igualmente limpios como el día que salieron del
bautisterio? ¿Acaso la sangre de Cristo perdió su poder, al momento de salir
del bautisterio? La sangre de Cristo que te limpió en el momento del bautismo
es la misma sangre que te mantiene limpio de pecado. Y mantiene tus pecados
lejos de ser escritos en el libro de los registros de Dios. Esto es lo que
llamamos el Evangelio, las Buenas Nuevas.
El mensaje es claro, podemos sentirnos limpios ahora
mismo, al igual que nos sentimos el día que salimos de las aguas del bautismo,
porque hay poder en la sangre y es un poder de Redención. La sangre ha cubierto
el pecado, y esto crea en nosotros un sentido de confianza en nuestra salvación.
¿Dónde está el gozo del cual habla 1 Juan 1:7-8? Los versículos
7 y 8 comienzan con “Sí”, las promesas son condicionales. La condición es
que camines en la luz, el versículo 9 dice que confesemos nuestro pecado a Dios
y seremos perdonados.
1 Jn 3:7 dice: -“Queridos
hijos, que nadie los engañe. El que practica la justicia es justo, así como él
es justo”. Tú eres justo así como
Dios es justo. ¿Cómo puede ser esto? Si yo tengo buena memoria he cometido
muchos pecados; pero ahora todos los pecados han sido cubiertos. Entonces, por
ello no tengo pecado. ¿Qué tan justo soy? Justo así como lo es Dios. Ahora,
permítanme preguntarles de nuevo, ¿ustedes creen lo que Juan dice? Esta es una
pregunta importante, ¿cuántos de ustedes se sienten justos? Usted es justo,
pero no le está permitido sentirse justo. Hay quienes sienten que están bien, pero
esto no es un problema que es determinado
por sentimientos, sino un asunto que se determina por Revelación. ¿Cuál es nuestra Epistemología? Si son los sentimientos
no tiene fundamento. Veamos pues donde comienza el problema, esto es cuando la
gente decide creer a sus sentimientos en vez de basarse en el conocimiento. Nosotros
tenemos que dejar que nuestro conocimiento determine nuestras emociones.
Si Juan dice que somos justos como Dios es justo, ¿creemos
en ello? Esto es conocimiento, el mismo que debe regir nuestras emociones. ¿Cómo
nos sentimos justos o sucios? Generalmente nos sentimos sucios y esto es porque
sabemos que volveremos a cometer pecado. Cuando nuestras emociones dictan los
hechos estamos en problemas. Esta es la razón por la que Juan dice que nosotros
sabemos estas cosas las cuales son por revelación.
Dios es justo para perdonar, Él no ve la imperfección
moral cuando perdona nuestros pecados. Hoy en día, hay abogados que han
defendido a criminales, secuestradores, pandilleros, narcotraficantes. Y han
logrado conseguir la libertad de de sus defendidos amparándose en la debilidad
de la ley, libres de culpa y de castigo. Esta clase de justicia no es justicia,
porque no nos gusta que los criminales se queden sin castigo.
Otro ejemplo, si uno mata a una persona y viene un policía
y le pregunta: ¿qué hiciste? y él confiesa, lo maté; luego el policía le dice,
no lo vuelvas hacer, eso no está bien. ¿Él es un buen policía? No.
Dt. 25:1-2, dice: -“Cuando
dos hombres tengan un pleito, se presentarán ante el tribunal y los jueces
decidirán el caso, absolviendo al inocente y condenando al culpable”. Vemos
que aquí se condena al injusto que cometió la falta; entonces, si tú y yo cometemos
pecados, ¿por qué no vamos a ser
condenados? ¿Qué hace a Dios justo para perdonar los pecados?
A nosotros no nos gusta el pecado ni que los criminales se
vayan sin su castigo. Pero, el punto es que nuestro pecado, sí se queda sin
castigo. ¿Es justo para Dios perdonarnos? Sí, porque
nuestro pecado fue pagado por Jesucristo en la Cruz, sobre su espalda fue toda
nuestra culpa y pagó toda nuestra deuda. Entonces, nuestro pecado no se fue sin
castigo. El sufrimiento que Jesús tuvo como Dios no podemos comprenderlo, pero
el sacrificio máximo que hizo Jesús fue dejar el cielo para encarnarse en un hombre.
Si yo doy todo lo que soy, mi sacrificio tendría un valor, pero cuando Dios da
todo lo que Es, Su sacrificio es infinitamente superior.
El punto es que Jesucristo dio estas dos medidas, ahora les
aseguro que si Dios ha perdonado nuestro pecado, ese pecado no se va a ir sin
castigo.
VERSÍCULO 10
“Si afirmamos que no
tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos y no tenemos la verdad”.
Si afirmamos que no hemos pecado. Hay una
diferencia entre este hombre y el hombre del versículo 7 que dice yo he renunciado
a cometer pecado, pero el hombre del versículo 10, dice yo no he cometido
pecado, creo que este hombre del versículo 10 es el mismo del versículo 6,
quién dice que el pecado no es un problema delante de Dios; por lo tanto, cree
que puede tener comunión con Dios y caminar en tinieblas. Entonces, el hombre
del versículo 10, niega que el pecado es un problema para con Dios, recordemos
el versículo 9, lo cual es decir lo mismo que Dios dice sobre el pecado. Este
hombre del versículo 10, que sostiene que nunca ha pecado, si él está bien,
entonces Dios ha mentido y la verdad no está en Él.
Si tú niegas haber cometido pecado, por esto que declaras
haces a Dios mentiroso: ¿Crees que hay alguna oportunidad de ir al cielo?
En este primer capítulo, Juan está presentándoles
diferentes tipos de problemas que están pasando. Está discutiendo en el
versículo 3 acerca de la comunión, los apóstoles tenían comunión y la misma
palabra que oyeron la trasmitieron y esa misma palabra que han trasmitido nos
da seguridad, es decir, comunión.
En el versículo 6, dice: Si afirmamos tener comunión con Él
y andamos en oscuridad es una mentira y en el 7, dice: pero si caminamos en la
luz como Él está en luz, tenemos comunión.
DEFINICIÓN DE COMUNIÓN.
Nosotros habitamos en Él, y Él habita en nosotros, eso es comunión.
Veamos un paralelo, 2 Co. 6:14: -“No formen yunta con los incrédulos. ¿Qué tienen en comunión la justicia
y la maldad? ¿O qué comunión puede tener la luz con la oscuridad?”. Dos
animales bajo la misma yunta, ¿puede un cristiano llevar una misma yunta con un
pagano? De aquí, surge una pregunta: ¿Qué comunión tiene la justicia con la
maldad? ¿Qué comunión tiene la luz con las tinieblas? Ninguna.
¿Qué acuerdo tiene Satanás con Jesucristo? Ninguno. (Belial es un dios pagano,
en el idioma griego Belial es Satanás).
Comunión es armonía, unión.
Comunión en griego es sinfonía. Satanás
y Dios no tienen la misma sinfonía o melodía. Un cristiano no puede caminar espiritualmente
en la misma yunta con un pagano. Cuando dice, no formen la misma yunta, algunos
asumen que el casarse es una yunta; y por ello, el cristiano no de debe casarse
con una persona incrédula. Pero, aquí Pablo no está hablando del matrimonio, porque
en 1 Co. 7, dice que un cristiano si puede casarse con una incrédula; mientras
el cristiano consienta en vivir con incrédulos no debe separase.
Los versículos 6, 8 y 10, identifican a aquellos que no
tienen comunión con Dios. En cambio, los versículos 7 y 9, identifican a los que
tienen comunión con Dios.
Antes de tener una impresión errónea. Si nuestro pecado ha
sido cubierto, entonces ¿por qué no pecamos? Pablo en Romanos 3 toma esta
filosofía como una prueba, y en Ro. 6:1 dice debemos seguir pecando para que la
gracia abunde, si estamos bajo la sangre y la gracia, entonces vayan y gocen
del pecado; porque la sangre de Cristo nos cubre del pecado. Esta es una
interpretación errónea del pasaje bíblico. Pero yo creo que es una máxima
motivación para los que quieren vivir limpios de pecados, el hecho de que la
sangre de Cristo nos limpia Continuamente.
Por ejemplo, si tienes puesto el mejor vestido y vas a
cambiar el aceite del carro, ¿no te cambias de ropa por una más sucia? Claro
que te pones una ropa sucia, porque si se ensucia un poco más no importa. Pero
si está limpia te gustará seguir limpio.
El hecho de que Dios nos limpia de todo pecado e
injusticia, tiene que crear un deseo en nosotros de
practicar la justicia, en vez de injusticia. Debemos tener un sentido de
agradecimiento a Jesús, debemos tratar diligentemente de no pecar.
Veamos, 1 Jn. 2:1 –“Mis
queridos hijos, les escribo estas cosas para que no pequen. Pero si alguno
peca, tenemos ante el Padre a un intercesor, a Jesucristo, el Justo”.
No estoy escribiendo estas cosas para motivarles a que
pequen, estoy escribiendo estas cosas para que no pequen, pues han sido
limpiados por la sangre de Cristo, en otras palabras Dios puso nuestro pecado
sobre Él y trató a Jesús como si hubiera cometido pecado. Dios tomó nuestras
acciones y las puso sobre Jesucristo, esta es la primera mitad
de la historia. La segunda mitad, es que Dios
tomó a Jesucristo quien fue justo y esa justicia la puso en nosotros. Nosotros tenemos Su justicia y Él tiene nuestra iniquidad, nuestro
pecado. Gá. 3:13, -“Cristo nos rescató de la maldición de la ley al hacerse maldición por nosotros”. El tuvo la maldición y
nosotros la bendición.
2 Co. 8, Ahora, Él
se hizo pobre para que seamos enriquecidos; 1 P. 2, Él tomó nuestras
enfermedades y nos dio su sanidad.
Esto se llama redención en la Escritura, redención
significa ser rescatados por un precio. Por ejemplo, alguien que secuestra a
una persona, pedirá un rescate por su liberación.
Mt. 10:20, Jesús no
vino a ser servido sino a servir, y a dar su vida por el rescate de muchos; así
que, Él pagó el precio.
Lo que tenemos que entender de las enseñanzas de Juan es
que trató el pecado en diferentes maneras:
1. Capítulo
1 el pecado es un asunto moral.
2. Capítulo
2 trata la anatomía del pecado. La lujuria de la carne, la vanagloria de la
vida, etc.
3. Capítulo
3 el problema es con la rebelión, también en este capítulo habla de practicar
el pecado.
4. Capítulo
5 habla del pecado que lleva a la muerte.
Juan habla mucho del pecado y Jesucristo es la solución a
todo pecado.
[1] Diccionario Electrónico de la Real Academia de la Lengua Española.
[2] La Biblia de la Gramática, Lexus, Editorial Letrarte, S.A, Río Balsas 52 1,
México D.F., 2004, pág. 134.