
Muchos conocidos dirigentes cristianos fechan su conversión en la primera infancia. Matthew Henry se convirtió a la edad de diez años, Isaac Watts a los nueve, Jonathan Edwards a los siete, Henrietta Miers a los cinco, la Sra. Ruth Graham a los cinco, Corrie Ten Boom a los cinco, mis hijos a los cuatro y a los cinco años y hace poco mi hija a los cuatro años y medio. Estoy convencido de que los niños pueden y deben hacerlo. Las Escrituras así lo dicen y así nos lo indican. D.L. Moody dijo que estaba convencido de que si los niños eran suficientemente mayores como para asistir a la Escuela Dominical eran lo suficientemente mayores como para acudir al Calvario. Charles Spurgeon decía:“Generalmente he hallado un conocimiento mucho más claro del Evangelio y un amor mas cálido a Cristo en el niño que se ha convertido que en el hombre, puesto que los niños no tienen necesidad de eliminar las costumbres de la duda, de las malas interpretaciones...