Sanidad del Alma Herida: Material de Capacitación para Consejeros
Tipo de Archivo: PDF | Tamaño: 23MBytes | Idioma: Spanish | Categoría: Consejería Pastoral
Información
Prefacio
1. Sanidad integral
2. Función de la mente
3. Necesidades humanas básicas
4. Complejos de inferioridad
5. Sanidad de la identidad
6. Obstáculos para decir la verdad
7. Ocultismo y entrega a Cristo
8. Oración guia para sanidad interior
9. Cómo retener la sanidad interior
10. Una vida útil para Dios
1. Sanidad integral
2. Función de la mente
3. Necesidades humanas básicas
4. Complejos de inferioridad
5. Sanidad de la identidad
6. Obstáculos para decir la verdad
7. Ocultismo y entrega a Cristo
8. Oración guia para sanidad interior
9. Cómo retener la sanidad interior
10. Una vida útil para Dios
Uno de los casos en mi experiencia ministerial, que ilustra bien esta distorsión, fue el de Stella. Ella cantaba coros de alabanza a Dios durante todo el día. Siempre estaba "aparentemente" alegre. Al fin, llegué a la conclusión personal de que algo no andaba bien en ella, porque toda persona se levanta algún día con un malestar físico, o simplemente no se siente con ánimo de cantar. Pero Stella cantaba todos los días.
Cuando le conocí un poco mejor, me atreví a preguntarle: "¿No será que tú tienes algún problema?"
Me miró un rato, agachó la cabeza y afirmó: "Sí, yo tengo un problema".
Me contó entonces que ella había sido violada cuando tenía seis años. Eso, lo cual ella llamó su "pro-
blema", le hacía sentir que todo su valor como individuo y mujer había desaparecido. Quería morir y empezar a vivir de nuevo.
Un día oyó a alguien predicando en la calle: "¿Quieres tú empezar una nueva vida?"
Ella se dijo a sí misma: "Eso es 10 que yo quiero".
Ese mismo día recibió al Señor Jesucristo como su Señor y Salvador y con ello el perdón de sus pecados. Pero todavía le quedaba el dolor que le causaba aquello que había sucedido en el pasado.
Stella trató de hablar con una consejera cristiana en cuanto a su problema. Esta le dijo: "No mencione ese problema nunca más, porque ya ha sido perdonado.
Olvídese de ello". Sin embargo, ella no podía olvidar aquello que le había sucedido. Mientras más trataba de olvidar, más 10 recordaba. Esa era la razón que le empujaba a cantar desde la mañana hasta la noche. Ese era el medio "espiritual" a través del cual buscaba encubrir su dolor.
Cuando Stella me contó su problema, llevamos juntas todo ese dolor al Señor Jesucristo y 10echamos sobre El en oración. El lo llevó en la cruz, eliminando la necesidad de ocultarlo a través de una aparente conducta espiritual.
Stella ya no necesitaba cantar día y noche. Posteriormente, ella se retiró de su trabajo e inició sus estudios secundarios. Unos años después, al encontrarme con ella de nuevo, le pregunté: "¿Cómo te va con tuproblema?"
- ¿Mi.problema? ¿Cuál problema? Yo no tengo problemas. Mis estudios marchan muy bien y no tengo ningúnproblema con mis calificaciones".
"No, no. ¿Cómo te va con aquel problema? El que me contaste".
"¡Ah, eso! Eso ya pasó. ¡No, no! Ya no hay problema con eso". Dios había sanado a Stella completamente de aquel dolor que por años había sido incapaz de olvidar.
Cuando le conocí un poco mejor, me atreví a preguntarle: "¿No será que tú tienes algún problema?"
Me miró un rato, agachó la cabeza y afirmó: "Sí, yo tengo un problema".
Me contó entonces que ella había sido violada cuando tenía seis años. Eso, lo cual ella llamó su "pro-
blema", le hacía sentir que todo su valor como individuo y mujer había desaparecido. Quería morir y empezar a vivir de nuevo.
Un día oyó a alguien predicando en la calle: "¿Quieres tú empezar una nueva vida?"
Ella se dijo a sí misma: "Eso es 10 que yo quiero".
Ese mismo día recibió al Señor Jesucristo como su Señor y Salvador y con ello el perdón de sus pecados. Pero todavía le quedaba el dolor que le causaba aquello que había sucedido en el pasado.
Stella trató de hablar con una consejera cristiana en cuanto a su problema. Esta le dijo: "No mencione ese problema nunca más, porque ya ha sido perdonado.
Olvídese de ello". Sin embargo, ella no podía olvidar aquello que le había sucedido. Mientras más trataba de olvidar, más 10 recordaba. Esa era la razón que le empujaba a cantar desde la mañana hasta la noche. Ese era el medio "espiritual" a través del cual buscaba encubrir su dolor.
Cuando Stella me contó su problema, llevamos juntas todo ese dolor al Señor Jesucristo y 10echamos sobre El en oración. El lo llevó en la cruz, eliminando la necesidad de ocultarlo a través de una aparente conducta espiritual.
Stella ya no necesitaba cantar día y noche. Posteriormente, ella se retiró de su trabajo e inició sus estudios secundarios. Unos años después, al encontrarme con ella de nuevo, le pregunté: "¿Cómo te va con tuproblema?"
- ¿Mi.problema? ¿Cuál problema? Yo no tengo problemas. Mis estudios marchan muy bien y no tengo ningúnproblema con mis calificaciones".
"No, no. ¿Cómo te va con aquel problema? El que me contaste".
"¡Ah, eso! Eso ya pasó. ¡No, no! Ya no hay problema con eso". Dios había sanado a Stella completamente de aquel dolor que por años había sido incapaz de olvidar.
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