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lunes, 4 de enero de 2016

Tú, Señor, que conoces los corazones de todos, muestra cuál... has escogido, para que tome la parte de este ministerio

RECUERDA Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6




Nos preparamos para enseñar
Empieza una comunión sólida en el Cuerpo de Cristo
Hechos 1:15-26
15En aquellos días Pedro se levantó en medio de los hermanos (y los reunidos eran como ciento veinte en número), y dijo: 
16Varones hermanos, era necesario que se cumpliese la Escritura en que el Espíritu Santo habló antes por boca de David acerca de Judas, que fue guía de los que prendieron a Jesús, 17y era contado con nosotros, y tenía parte en este ministerio. 

18Este, pues, con el salario de su iniquidad adquirió un campo, y cayendo de cabeza, se reventó por la mitad, y todas sus entrañas se derramaron. 19Y fue notorio a todos los habitantes de Jerusalén, de tal manera que aquel campo se llama en su propia lengua, Acéldama, que quiere decir, Campo de sangre. 

20Porque está escrito en el libro de los Salmos: Sea hecha desierta su habitación, y no haya quien more en ella; y: Tome otro su oficio. 21Es necesario, pues, que de estos hombres que han estado juntos con nosotros todo el tiempo que el Señor Jesús entraba y salía entre nosotros, 22comenzando desde el bautismo de Juan hasta el día en que de entre nosotros fue recibido arriba, uno sea hecho testigo con nosotros, de su resurrección. 

23Y señalaron a dos: a José, llamado Barsabás, que tenía por sobrenombre Justo, y a Matías. 24Y orando, dijeron: Tú, Señor, que conoces los corazones de todos, muestra cuál de estos dos has escogido, 25para que tome la parte de este ministerio y apostolado, de que cayó Judas por transgresión, para irse a su propio lugar. 26Y les echaron suertes, y la suerte cayó sobre Matías; y fue contado con los once apóstoles.
La Historia continúa
LA PRIMERA EVIDENCIA DE LA COMUNIÓN 
(Hechos 1:15–26)

Aunque Pedro lidera el grupo no toma una actitud de dominio. Más vale, asume la posición de liderazgo pensando en el pastoreo de las ovejas frente a una decisión difícil. El texto dice que “se levantó en medio de sus hermanos” y no sobre ellos. Habían vivido tiempos de intensa oración, lo suficiente como para que Dios creara en él una inquietud particular por solucionar un problema grave. Todos sabían que Jesús tenía doce apóstoles, pero con lo sucedido a Judas quedaron solamente once.
A. Pedro utiliza la Escritura
Son muchos los que creen que el apóstol se adelantó cuando debió haber esperado. Pero nosotros no nos atrevemos a juzgar. Es más provechoso observar el modo en que propuso al grupo de hermanos la solución del problema.
Comienza explicando cómo se había cumplido la profecía. Notemos el modo en que explica la inspiración del texto, señalando: “La Escritura en que el Espíritu Santo habló antes por boca de David”. Es el Espíritu quien anuncia la apostasía de Judas. Recordemos que después de su resurrección, el Señor Jesús abrió el entendimiento de los once para que comprendiesen las Escrituras (Lc. 24:25, 27, 32, 45, 49). Desde ese momento pudieron entender cómo había sido compuesto el AT y el valor que tenía para poder aplicarlo con precisión en la vida de la iglesia.

Pedro se basó en dos salmos que sorpresivamente combinó para obtener la conclusión. El primero es el 69, del cual no extrajo las varias referencias al Señor Jesús que cita el evangelio de Juan (2:17; 15:25), sino otras.

El apóstol aplica a Judas el trozo de una oración en la que David pide el juicio para los inicuos. “Sea su palacio asolado; en sus tiendas no haya morador” (v. 25). A esta frase le agrega parte del v. 8 del Salmo 109: “Tome otro su oficio”. Aunque parecería que el texto autoriza a que “otro” ocupe el lugar vacante, no hay aprobación para elegir al reemplazante. Como tampoco la hay para llenar posteriormente la vacante de Jacobo (12:1–2).
B. Pedro explica el caso Judas
Lucas inserta una explicación sobre la ética de Judas y los últimos momentos de su vida tal como la narró el apóstol Pedro. La aparente discrepancia entre Mateo 27:3–5 donde dice que “se ahorcó” y nuestro texto: “cayendo de cabeza, se reventó por la mitad, y todas sus entrañas se derramaron” (1:18), armoniza si pensamos que Mateo únicamente dice lo que Judas hizo, pero en nuestro caso cuenta lo que sucedió después.

Como en otras ocasiones (comp. 2 Cr. 25:12) pensamos que el hecho pudo haber sucedido a mucha altura y la cuerda utilizada no resistir el peso y se romperse. Hay quienes creen que para terminar con el espectáculo alguien cortó la cuerda, y Pedro narró a los reunidos el final del ex apóstol.

La segunda nota que necesita explicación es la compra del campo. Mateo dice que Judas cargado de culpa devolvió el dinero, y al no ser aceptado por los sacerdotes, el mismo Judas lo arrojó dentro del templo. Posteriormente los fariseos con ese importe compraron el campo. Pero nuestro texto dice: que “con el salario [dinero] de su iniquidad [Judas] adquirió un campo”. 
¿Quién fue finalmente el comprador? Lo más correcto es decir que con el dinero de Judas (que los sacerdotes nunca aceptaron para sí) los religiosos compraron el campo que naturalmente era de Judas. A ese campo del alfarero en aramaico se lo llamaba Acéldama porque fue comprado con dinero de sangre, incluyendo la misma de Judas (Mt. 27:6).
EL PECADO DE JUDAS
1.     Le gustó convivir con la avaricia
     (Jn. 12:6)
2.     Se ocupó de la murmuración
     (Jn. 12:4–5)
3.     Permitió que Satanás dirigiera su mente
     (Lc. 22:3)
4.     Reveló sus planes a los enemigos
     (Lc. 22:4–5)
5.     Rehusó oír la amonestación del Señor
     (Jn. 13:26–27)
6.     Pervirtió la manifestación de afecto en traición
     (Mt. 26:47)
7.     Cayó en la desesperación y se dirigió a la religión
     (Mt. 27:3–4)
8.     Se suicidó
     (Mt. 27:5)
C. Pedro propone una solución para la vacante
El escritor continúa dando espacio al discurso de Pedro, ahora para cubrir la vacante dejada.
a.     Tenía que ser una persona del grupo
La persona a elegir tenía que poseer una relación familiar con todos y con el Señor Jesús. Estar juntos “todo el tiempo que el Señor Jesús entraba y salía” indica que se necesitaba alguien que hubiera gustado la vida de hogar junto con ellos. “Salir y entrar” (comp. Sal. 121:8) es una manera de expresar libertad, sujeción y comunión (Jn. 10:9). El ministro del Señor no es un improvisado solitario surgido de la noche a la mañana, sino que debe conocer y haber practicado la convivencia (comp. Dt. 31:2).
b.     Tenía que poseer una experiencia completa
El candidato para cubrir la vacante debía poseer un “desde” y un “hasta”. Es lo que denominamos un “hombre completo”. Tenía que haber palpado el comienzo del ministerio del Señor (10:37), bautizándose para sujetarse al propósito de Dios y “cumplir toda justicia” (Mt. 3:15). Tenía que ser alguien entrenado en estar bajo dependencia del Padre, en santidad y amor para los perdidos. El apóstol necesitaba encarnar la ética de Cristo y hablarle a otros con experiencia de su comunión. Haber sido testigo presencial de la resurrección era un ingrediente fundamental (Hechos 2:32; 3:15; 5:32; 10:39; 1 Co. 9:1; 15:8) pero no suficiente; además debía haber vivido la experiencia de la ascensión.

También tenía que conocer sus responsabilidades. Pedro las denominó diakonia (ministerio) y apostole̅ (apostolado), que unidos a martyr (testigo) componen lo que el Señor había determinado. Durante nuestro estudio observaremos el modo en que estas características se concretaron.
c.     Tenía que tener la aprobación de Dios
Con sumo cuidado en un ambiente de oración y unanimidad (Hechos 1:14) repasaron los nombres de los ciento veinte, y sólo hallaron a dos que reunían todos los requisitos. Se enfrentaron con la primera prueba de sus limitaciones a fin de reconocer a una persona para el ministerio. Pudieron avanzar hasta lo que sabían pero no quisieron avanzar dentro del terreno de Dios que es quien “conoce los corazones” (Hechos 15:8). Si también hubieran podido hacer este análisis, habrían actuado como Dios. La sabiduría espiritual está en saber hasta dónde llega la responsabilidad humana y allí parar.

Detenidos en su limitación se remitieron al Señor (Hechos 2:36; 7:59) pidiendo específicamente en una oración especial que mostrase su elección (comp. 1 S. 16:7). De inmediato “echaron suertes” basándose seguramente en el método legislado en el AT (comp. Lv. 16:8; Nm. 26:55; Jos. 7:14; Pr. 16:33, etc.), utilizado aquí por última vez. Notemos que fue antes de Pentecostés. El Señor mostró su voluntad y Matías fue “contado con los once apóstoles”. 

Hay muchos que discrepan con el método utilizado y aun con la persona elegida. El autor de este libro cree que habiéndose cumplido con tanta prolijidad la sujeción al Señor, es peligroso emitir juicios.

Están ya preparados para esperar la promesa del Señor. Tres experiencias básicas confirman esta presunción: 
(1) Estuvieron con Cristo y recibieron sus instrucciones; 
(2) recibieron la bendición y lo vieron ir; 
(3) completaron el número de los doce, necesario para el testimonio en Pentecostés (Hechos 2:14). 
Pudieron cubrir la vacante de Judas, pero no pueden hacer lo mismo con la del Señor Jesús. Tienen que esperar.
TIEMPO DE ESPERA
1.     Tiempo de transición
*     Entre la obra completada por Cristo en la tierra y la apertura de la labor del Espíritu.
*     Se había terminado el capítulo de la encarnación que concluyó en la cruz. Ahora estaba por iniciarse otro.
2.     Tiempo de necesidad
*     Los apóstoles convertidos en testigos, sin comprender lo que significaba.
*     Necesitaban aclarar sus pensamientos y recibir entendimiento.
3.     Tiempo de expectativa
*     Tenían que esperar la “promesa del Padre” aunque no entendían el significado.
4.     Tiempo de oración
*     Para incentivar la unidad
*     Para acrecentar la perseverancia
*     Para vivir la dependencia
5.     Tiempo de tomar decisiones
*     Observar al verdadero líder
     Pedro
*     Tener fundamento para decidir
     la Escritura
*     Emplear un sistema sano para persuadir
     sabiduría
*     Buscar un candidato a pastor
     oración y condiciones espirituales


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