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sábado, 14 de febrero de 2015

El “semillero” de toda la Biblia: Es el punto de partida apropiado para la historia de Dios de Su plan para la raza humana

Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6


 
 
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Información 


 Libro de Génesis

Autor: El autor del Libro del Génesis no está identificado. Tradicionalmente, siempre se asumió que Moisés fue su autor. No hay una razón concluyente para negar la autoría mosaico de Génesis.

Fecha de su Escritura: El Libro de Génesis no declara cuándo fue escrito. La fecha de su autoría es aproximadamente entre el 1440 y 1400 a.C., entre el tiempo en que Moisés condujo a los israelitas fuera de Egipto y su muerte.

Propósito de la Escritura: Al Libro de Génesis algunas veces se le ha llamado el “semillero” de toda la Biblia. La mayoría de las principales doctrinas en la Biblia son introducidas en forma de “semilla” en el Libro de Génesis. Junto con la caída del hombre, también está registrada la promesa de Dios para la salvación y redención (Génesis 3:15). Las doctrinas de la creación, la imputación del pecado, la justificación, expiación, depravación, ira, gracia, soberanía, responsabilidad, y mucho más, está descrito en este libro de los orígenes llamado Génesis.

Muchas de las grandes preguntas de la vida están respondidas en Génesis. [1] ¿De dónde vengo? (Dios nos creó – Génesis 1:1) [2] ¿Por qué estoy aquí? (Estamos aquí para tener una relación con Dios – Génesis 15:6) [3] ¿Dónde voy? (Tenemos un destino después de la muerte – Génesis 25:8). Génesis es de gran interés para el científico, el historiador, el teólogo, el ama de casa, el granjero, el viajero, y el hombre y la mujer de Dios. Es el punto de partida apropiado para la historia de Dios de Su plan para la raza humana, la Biblia.

Versos Clave: “En el principio creó Dios los cielos y la tierra.” (Génesis 1:1)

“Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar.” (Génesis 3:15).

“Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra.” (Génesis 12:2-3)

“Vosotros pensasteis mal contra mí, mas Dios lo encaminó a bien, para hacer lo que vemos hoy, para mantener en vida a mucho pueblo.” (Génesis 50:20)

Breve Resumen: El Libro de Génesis puede ser dividido en dos secciones: La Historia Primitiva y la Historia Patriarcal. La Historia Primitiva registra: [1] la Creación (Génesis capítulos 1-2); [2] la Caída del hombre (Génesis 3-5); [3] el Diluvio (Génesis capítulos 6-9); y [4] la Dispersión (Génesis capítulos 10-11). La Historia Patriarcal registra las vidas de cuatro grandes hombres: [1] Abraham (Génesis capítulos 10-21); [2] Isaac (Génesis 21:1 al 35:29); [3] Jacob (Génesis 25:21 al 50:14); y [4] José (Génesis 30:22 al 50:26).

Dios creó un universo que era bueno y libre de pecado. Dios creó a la humanidad para tener una relación personal con Él. Adán y Eva pecaron y por ello trajeron la maldad y la muerte al mundo. La maldad se incrementó constantemente en el mundo hasta que solamente quedó una familia en la que Dios encontró algo bueno. Dios envió el Diluvio para acabar con el mal, pero salvó a Noé y su familia junto con los animales en el Arca. Después del Diluvio, la humanidad comenzó nuevamente a multiplicarse y se extendió por todo el mundo.

Dios eligió a Abraham, a través de quien Él formaría un pueblo elegido y eventualmente al Mesías prometido. El linaje elegido pasó a Isaac el hijo de Abraham, y luego a Jacob, el hijo de Isaac. Dios cambió el nombre de Jacob al de Israel, y sus doce hijos se convirtieron en los ancestros de las doce tribus de Israel. En Su soberanía, Dios hizo que José el hijo de Jacob fuera enviado a Egipto debido a las despreciables acciones de sus hermanos. Este hecho, previsto para su mal por sus hermanos, estaba destinado por Dios para bien, y eventualmente dio como resultado que José, quien había adquirido gran poder en Egipto, salvara a Jacob y su familia de una hambruna devastadora.

Referencias Proféticas: Muchos temas del Nuevo Testamento tienen sus raíces en Génesis. Jesucristo es la Simiente de la mujer que destruiría el poder de Satanás (Génesis 3:15). En cuanto a José, el plan de Dios para el bien de la humanidad a través del sacrificio de Su Hijo, fue destinado para bien, aunque aquellos que crucificaron a Jesús lo hicieron por maldad. Noé y su familia son los primeros de muchos remanentes descritos en la Biblia. A pesar de las adversidades y las difíciles circunstancias, Dios siempre preserva para Sí Mismo a un remanente fiel. El remanente de los israelitas regresó a Jerusalén después de la cautividad en Babilonia. Dios preservó a un remanente a través de todas las persecuciones descritas en Isaías y Jeremías. Un remanente de 7000 sacerdotes fue escondido de la ira de Jezabel. Dios promete que un día, un remanente de judíos se convertirá a su verdadero Mesías (Romanos 11). La fe manifestada por Abraham sería el don de Dios y la base de la salvación tanto de judíos como de gentiles (Efesios 2:8-9; Hebreos 11).

Aplicación Práctica: El tema predominante de Génesis, es la existencia eterna de Dios y Su creación del mundo. No hay esfuerzo por parte del autor de defender la existencia de Dios; él simplemente declara que Dios es, siempre ha sido, y siempre será, todopoderoso sobre todas las cosas. De la misma manera, tenemos confianza en las verdades de Génesis, a pesar de los alegatos de aquellos que las negarían. Toda la gente, sin importar la cultura, nacionalidad o lenguaje, es responsable ante el Creador. A causa del pecado, introducido al mundo en la Caída, fuimos separados de Él. Pero a través de una pequeña nación, Israel, el plan de Dios para la redención de la raza humana fue revelado y puesto a disposición de todos. Nos regocijamos en ese plan.

Dios creó el universo, la tierra, y todo ser viviente. Podemos confiar en Él, para manejar las preocupaciones de nuestras vidas. Dios puede tomar una situación sin esperanza de solución (p. ej. la falta de hijos de Abraham y Sara), y hacer cosas asombrosas, si simplemente confiamos y obedecemos. Cosas terribles e injustas suceden en nuestras vidas, como con José, pero Dios siempre traerá un mayor bien, si tenemos fe en Él y en Su plan soberano. “Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.”(Romanos 8:28).
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miércoles, 9 de octubre de 2013

Génesis: El Principio en la tierra

Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6


 
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GÉNESIS
Cronología
     Creación
     Noé sin fecha
     Nace Abram 2166 a.C. (2000 a.C.)
     Abram entra en Canaán 2091 (1925)
     Nace Isaac 2066 (1900)
     Nacen Jacob y Esaú 2006 (1840)
     Jacob huye a Harán 1929 (1764)
     Nace José 1915 (1750)
     José es vendido como esclavo 1898 (1733)
     José gobierna Egipto 1885 (1720)
     Muere José 1805 (1640)
DATOS ESENCIALES
PROPÓSITO:
Registrar la creación de Dios del mundo y su deseo de tener un pueblo apartado para adorarlo
AUTOR:
Moisés
DESTINATARIO:
Para el pueblo de Israel
FECHA:
1450–1410 a.C.
MARCO HISTÓRICO:
La región actualmente conocida como Medio Este
VERSÍCULOS CLAVE:
«Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó» (1.27). «Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré y engrandeceré tu nombre, y serás bendición» (12.2, 3).
PERSONAS CLAVE:
Adán, Eva, Noé, Abraham, Sara, Isaac, Rebeca, Jacob, José

   

PRINCIPIAR... iniciar... comenzar... abrir... Hay algo refrescante y optimista en estas palabras, ya sea que se refieran al amanecer de un nuevo día, al nacimiento de un niño, al preludio de una sinfonía o a los primeros kilómetros de las vacaciones familiares. Libres de problemas y llenos de promesas, todos los comienzos despiertan la esperanza y las visiones llenas de fantasía del futuro. Génesis significa «comienzos» u «origen» y revela el principio del mundo, de la historia de la humanidad, de la familia, de la civilización, de la salvación. Es la historia del propósito y el plan de Dios para su creación. Como el libro de los comienzos, Génesis establece el escenario para la Biblia entera, revela la persona y la naturaleza de Dios (Creador, Protector, Juez, Redentor); el valor y la dignidad de los seres humanos (hechos a la imagen de Dios, salvos por gracia, utilizados por Dios en el mundo); la tragedia y las consecuencias del pecado (la caída, la separación de Dios, el juicio); la promesa y la seguridad de salvación (el pacto, el perdón, el Mesías prometido).
Dios. Ahí es donde comienza Génesis. De súbito lo vemos crear el mundo en un despliegue majestuoso de poder y propósito, que culminó con un hombre y una mujer hechos a su imagen (1.26, 27). Pero muy pronto el pecado entró en el mundo y Satanás fue desenmascarado. La creación, bañada en inocencia, fue destrozada por la caída (la desobediencia voluntaria de Adán y Eva). La comunión con Dios se rompió y el mal comenzó a tejer su telaraña destructiva. En una rápida sucesión, leemos cómo Adán y Eva fueron expulsados del hermoso huerto, cómo su primer hijo se convirtió en asesino y cómo el mal engendró mal hasta que Dios finalmente destruyó a todos los seres de la tierra excepto a una pequeña familia encabezada por Noé, la única persona fiel que quedaba.
Conforme nos acercamos a Abraham en las praderas de Canaán descubrimos el comienzo del pueblo del pacto de Dios y los vastos alcances de su plan de salvación: la salvación viene por medio de la fe, los descendientes de Abraham serán el pueblo de Dios y el Salvador del mundo saldrá de entre esta nación escogida. Las historias de Isaac, Jacob y José que vienen a continuación son algo más que biografías interesantes. Ponen énfasis en las promesas de Dios y son la prueba de que Él es fiel. La gente que encontramos en Génesis es gente común y corriente, y aún así Dios hizo grandes cosas por medio de ellos. Hay ejemplos vívidos de cómo Dios puede y ha utilizado toda clase de personas para lograr sus buenos propósitos... incluso gente como usted y como yo.
Lea Génesis y anímese. ¡Sí hay esperanza! No importa cuán oscura pueda parecer la situación del mundo, Dios tiene un plan. No importa cuán insignificante o inútil se sienta usted, Dios lo ama y quiere utilizarlo en su plan. No importa cuánto haya pecado o cuán separado se encuentre de Dios, la salvación está al alcance de la mano. Lea Génesis... ¡y mantenga la esperanza!
BOSQUEJO
A.     LA HISTORIA DE LA CREACIÓN (1.1–2.3)
B.     LA HISTORIA DE ADÁN (2.4–5.32)
1.     Adán y Eva
2.     Caín y Abel
3.     Descendientes de Adán

 

Dios creó los cielos, el mar y la tierra. Creó las plantas, los animales, los peces y las aves. Pero creó al ser humano a su propia imagen. A veces, otros pueden tratarnos sin respeto, pero por ser creados a la imagen de Dios podemos tener la certeza de nuestra dignidad y valor.
C.     LA HISTORIA DE NOÉ (6.1–11.32)
1.     El gran diluvio
2.     Repoblación de la tierra
3.     La torre de Babel

Dios creó a Adán y Eva sin pecado. La pecaminosidad entró en ellos cuando desobedecieron a Dios y comieron la fruta del árbol prohibido. Por medio de Adán y Eva aprendemos del poder destructivo del pecado y sus amargas consecuencias.
D.     LA HISTORIA DE ABRAHAM (12.1–25.18)
1.     Dios promete a Abram una nación
2.     Abram y Lot
3.     Dios promete a Abram un hijo
4.     Sodoma y Gomorra
5.     Nacimiento y casi sacrificio de Isaac
6.     Isaac y Rebeca
7.     Abraham muere

Noé se salvó de la destrucción del diluvio porque obedeció a Dios y construyó el arca. Así como Dios protegió a Noé y a su familia, protege a quienes le son fieles hoy.
.

A Abraham se le pidió dejar su tierra, vagar en Canaán, esperar años para tener un hijo, y luego sacrificarlo como una ofrenda encendida. A través de estos períodos de dura prueba, Abraham permaneció fiel a Dios. El ejemplo de Abraham nos enseña cómo vivir una vida de fe.
E.     LA HISTORIA DE ISAAC (25.19–28.9)
1.     Jacob y Esaú
2.     Isaac y Abimelec
3.     Isaac bendice a Jacob

Isaac no exigió que las cosas se hicieran a su manera. No se resistió cuando estaba a punto de ser sacrificado y gustosamente aceptó una esposa que otros le eligieron. Tenemos que aprender a cumplir la voluntad de Dios antes que la nuestra, como lo hizo Isaac.
F.     LA HISTORIA DE JACOB (28.10–36.43)
1.     Jacob inicia una familia
2.     Jacob regresa a su tierra

Jacob no se dio por vencido fácilmente. Sirvió a Labán con fidelidad por más de catorce años. Más tarde, luchó con Dios. Aunque Jacob cometió muchos errores, su trabajo arduo nos enseña cómo llevar una vida de servicio a nuestro Dios.
G.     LA HISTORIA DE JOSÉ (37.1–50.26)
1.     Venden a José como esclavo
2.     Judá y Tamar
3.     Echan a José en la cárcel
4.     A José se le asigna un cargo en Egipto
5.     José y sus hermanos se encuentran en Egipto
6.     La familia de Jacob se traslada a Egipto

Los hermanos de José lo vendieron como esclavo y su amo injustamente lo envió a la prisión. Por medio de José aprendemos que el sufrimiento, por injusto que sea, puede desarrollar en nosotros un carácter firme.
7.     Jacob y José mueren en Egipto         

lunes, 7 de octubre de 2013

Lectura Bíblica Diaria 7: Génesis 21 - 23 RV Actualizada

Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6


 
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Nacimiento de Isaac
21 Jehovah favoreció a Sara, como había dicho. Jehovah hizo con Sara como había prometido, 2 y ella concibió y dio a luz un hijo a Abraham en su vejez, en el tiempo que Dios le había indicado. 3 Abraham llamó el nombre de su hijo que le había nacido, y que Sara le había dado a luz, Isaac.  4 Y circuncidó Abraham a su hijo Isaac al octavo día, como Dios le había mandado. 5 Abraham tenía 100 años cuando le nació su hijo Isaac. 6 Entonces Sara dijo:
—Dios me ha hecho reír, y cualquiera que lo oiga se reirá conmigo. 7 -Y añadió-: ¿Quién le hubiera dicho a Abraham que Sara daría de mamar a hijos? Pues yo le he dado un hijo en su vejez.
8 El niño creció y fue destetado. Y Abraham hizo un gran banquete el día que Isaac fue destetado.
Abraham despide a Agar e Ismael
9 Sara vio al hijo de Agar la egipcia, que ésta le había dado a luz a Abraham, que se burlaba. 10 Por eso dijo a Abraham:
—Echa a esta sierva y a su hijo, pues el hijo de esta sierva no ha de heredar junto con mi hijo, con Isaac.
11 Estas palabras preocuparon muchísimo a Abraham, por causa de su hijo. 12 Entonces Dios dijo a Abraham:
—No te parezca mal lo referente al muchacho ni lo referente a tu sierva. En todo lo que te diga Sara, hazle caso, porque a través de Isaac será contada tu descendencia. 13 Pero también del hijo de la sierva haré una nación, porque es un descendiente tuyo.
14 Abraham se levantó muy de mañana, tomó pan y un odre de agua, y se lo dio a Agar, poniéndolo sobre el hombro de ella. Luego le entregó el muchacho y la despidió.
Ella partió y caminó errante por el desierto de Beerseba. 15 Y cuando se acabó el agua del odre, hizo recostar al muchacho debajo de un arbusto. 16 Luego fue y se sentó enfrente, alejándose como a un tiro de arco, porque pensó: "No quiero ver morir al muchacho." Ella se sentó enfrente, y alzando su voz lloró. 17 Entonces Dios escuchó la voz del muchacho, y el ángel de Dios llamó a Agar desde el cielo y le dijo:
—¿Qué tienes, Agar?  No temas, porque Dios ha oído la voz del muchacho, allí donde está. 18 Levántate, alza al muchacho y tómalo de la mano, porque de él haré una gran nación.
19 Entonces Dios abrió los ojos de ella, y vio un pozo de agua. Ella fue, llenó el odre de agua y dio de beber al muchacho. 20 Dios estaba con el muchacho, el cual creció y habitó en el desierto, y llegó a ser un tirador de arco. 21 Habitó en el desierto de Parán, y su madre tomó para él una mujer de la tierra de Egipto.
Alianza de Abraham y Abimelec
22 Aconteció en aquel tiempo que Abimelec junto con Ficol, jefe de su ejército, habló a Abraham diciendo:
—Dios está contigo en todo lo que haces. 23 Ahora pues, júrame aquí por Dios que no me engañarás ni a mí, ni a mis hijos,  ni a mis nietos; sino que conforme a la bondad que yo he hecho contigo tú harás conmigo y con la tierra en la que vienes residiendo.
24 Abraham respondió:
—Sí, lo juro.
25 Entonces Abraham se quejó a Abimelec acerca de un pozo de agua que los siervos de Abimelec le habían quitado. 26 Abimelec respondió:
—No sé quién haya hecho esto. Tú no me lo hiciste saber, ni yo lo había oído hasta ahora.
27 Entonces Abraham tomó ovejas y vacas, y se las dio a Abimelec; e hicieron ambos una alianza. 28 Luego Abraham apartó del rebaño siete corderas. 29 Y Abimelec preguntó a Abraham:
—¿Qué significan estas siete corderas que has puesto aparte?
30 Y él respondió:
—Toma estas siete corderas de mi mano para que me sirvan de testimonio de que yo cavé este pozo.
31 Por eso él llamó a aquel lugar Beerseba,  porque allí juraron ambos. 32 Así hicieron una alianza en Beerseba. Luego se levantaron Abimelec y Ficol, jefe de su ejército, y regresaron a la tierra de los filisteos.
33 Abraham plantó un árbol de tamarisco en Beerseba e invocó allí el nombre de Jehovah, el Dios eterno. 34 Y residió Abraham en la tierra de los filisteos por mucho tiempo.

Dios prueba la fe de Abraham
22 Aconteció después de estas cosas que Dios probó a Abraham, diciéndole:
—Abraham.
El respondió:
—Heme aquí.
2 Y le dijo:
—Toma a tu hijo, a tu único, a Isaac a quien amas. Vé a la tierra de Moriah y ofrécelo allí en holocausto sobre uno de los montes que yo te diré.
3 Abraham se levantó muy de mañana. Enalbardó su asno, tomó consigo a dos de sus siervos jóvenes y a Isaac su hijo. Partió leña para el holocausto, y levantándose, fue al lugar que Dios le dijo. 4 Al tercer día Abraham alzó sus ojos y divisó el lugar de lejos. 5 Entonces Abraham dijo a sus siervos:
—Esperad aquí con el asno. Yo y el muchacho iremos hasta allá, adoraremos y volveremos a vosotros.
6 Abraham tomó la leña del holocausto y la puso sobre Isaac su hijo. El tomó en la mano el fuego y el cuchillo, y se fueron los dos juntos.
7 Entonces Isaac dijo a Abraham su padre:
—Padre mío …
Y él respondió:
—Heme aquí, hijo mío.
Le dijo:
—He aquí el fuego y la leña, pero ¿dónde está el cordero para el holocausto?
8 Abraham respondió:
—Dios mismo proveerá el cordero para el holocausto, hijo mío.
E iban los dos juntos. 9 Cuando llegaron al lugar que Dios le había dicho, Abraham edificó allí un altar. Arregló la leña, ató a Isaac su hijo y lo puso sobre el altar encima de la leña. 10 Abraham extendió su mano y tomó el cuchillo para degollar a su hijo. 11 Entonces el ángel de Jehovah llamó desde el cielo diciendo:
—¡Abraham! ¡Abraham!
El respondió:
—Heme aquí.
12 Y le dijo:
—No extiendas tu mano sobre el muchacho, ni le hagas nada, porque ahora conozco que temes a Dios, ya que no me has rehusado tu hijo, tu único.
13 Entonces Abraham alzó la vista y miró, y he aquí que detrás de sí estaba un carnero trabado por sus cuernos en un matorral. Abraham fue, tomó el carnero y lo ofreció en holocausto en lugar de su hijo. 14 Abraham llamó el nombre de aquel lugar Jehovah-yireh.  Por eso se dice hasta hoy: "En el monte de Jehovah será provisto."
15 El ángel de Jehovah llamó por segunda vez a Abraham desde el cielo, 16 y le dijo:
—He jurado por mí mismo, dice Jehovah, que porque has hecho esto y no me has rehusado tu hijo, tu único, 17 de cierto te bendeciré y en gran manera multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo y como la arena que está en la orilla del mar. Tu descendencia poseerá las ciudades  de sus enemigos. 18 En tu descendencia serán benditas todas las naciones de la tierra, por cuanto obedeciste mi voz.
19 Abraham regresó a sus siervos, y levantándose se fueron juntos a Beerseba. Y Abraham habitó en Beerseba.
Descendientes de Nacor
20 Aconteció después de estas cosas que le informaron a Abraham, diciendo: "He aquí que también Milca le ha dado a luz hijos a Nacor tu hermano: 21 Uz su primogénito, su hermano Buz, Quemuel padre de Aram, 22 Quesed, Hazo, Pildas, Jidlaf y Betuel. 23 (Betuel engendró a Rebeca.)"
Milca dio a luz estos ocho hijos a Nacor, hermano de Abraham. 24 Y su concubina, que se llamaba Reúma, dio a luz también a Tébaj, a Gajam, a Tajas y a Maaca.

Sara es sepultada en Macpela
23 La vida de Sara fue de 127 años; éstos fueron los años de Sara. 2 Sara murió en Quiriat-arba, es decir, Hebrón, en la tierra de Canaán, y Abraham vino a hacer duelo por Sara y a llorarla.
3 Abraham se levantó de delante de su difunta y se fue para hablar con los hijos de Het.  Y les dijo:
4 -Yo soy forastero y advenedizo entre vosotros. Permitidme tener entre vosotros una propiedad para sepultura,  y que sepulte allí  a mi difunta.
5 Los hijos de Het respondieron a Abraham diciéndole:
6 -Escúchanos, señor nuestro: Tú eres un príncipe de Dios entre nosotros. Sepulta a tu difunta en el mejor de nuestros sepulcros. Ninguno de nosotros te negará su sepulcro para que sepultes a tu difunta.
7 Pero Abraham se levantó, e inclinándose ante el pueblo de aquella tierra, los hijos de Het, 8 habló con ellos diciendo:
—Si tenéis a bien que yo sepulte allí  a mi difunta, escuchadme e interceded por mí ante Efrón hijo de Zojar, 9 para que me dé la cueva de Macpela que está en el extremo de su campo. Que por su justo precio  me la dé como propiedad para sepultura  en medio de vosotros.
10 Efrón estaba sentado entre los hijos de Het. Y Efrón el heteo respondió a Abraham en presencia de los hijos de Het y de todos cuantos entraban por las puertas de la ciudad, diciendo:
11 -No, señor mío. Escúchame: Yo te doy el campo y te doy la cueva que hay en él. En presencia de los hijos de mi pueblo te lo doy; sepulta a tu difunta.
12 Pero Abraham se inclinó ante el pueblo de la tierra. 13 Y respondió a Efrón en presencia del pueblo de la tierra, diciendo:
—Más bien, te ruego que me escuches: Yo te daré dinero por el campo. Tómamelo, y yo sepultaré allí a mi difunta.
14 Efrón respondió a Abraham diciéndole:
15 -Señor mío, escúchame: La tierra vale 400 siclos  de plata. ¿Qué es esto entre tú y yo? Sepulta, pues, a tu difunta.
16 Entonces Abraham escuchó a Efrón, y en presencia de los hijos de Het, pesó para Efrón la plata que éste le dijo: 400 siclos  de plata de buena ley entre mercaderes. 17 Así el campo de Efrón que estaba en Macpela, frente a Mamre, tanto el campo como la cueva que había en él, junto con todos los árboles que había en el campo y en sus contornos, pasó 18 a ser propiedad de Abraham, en presencia de los hijos de Het, de todos los que entraban por las puertas de su ciudad. 19 Después de esto, Abraham sepultó a Sara su mujer en la cueva del campo en Macpela, frente a Mamre, es decir, Hebrón, en la tierra de Canaán. 20 Así Abraham adquirió de los hijos de Het el campo y la cueva que había en él, como una propiedad para sepultura.
 

Lo que dice Dios acerca de los Ángeles: Ayuda ministerial

Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6


 
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LA ÚLTIMA PALABRA DE DIOS SOBRE LOS ÁNGELES
La esfera doctrinal [ángeles y espíritus] a la cual tenemos que entrar y atravesar en esta sección es la más importante y difícil de todas las demás[…] Las Sagradas Escrituras nos dan bastante de qué pensar en cuanto al tema de los ángeles.
Karl Barth
Nuestro marco de referencia debe ser el de las Escrituras como nuestra suprema autoridad en esta materia.
Billy Graham
No estamos completamente seguros de cuándo ni aun el porqué Dios creó a los ángeles. Los ángeles no se mencionan en ninguna parte en los seis días de la creación en Génesis 1, a menos que estén de algún modo implicados en las «lumbreras en la expansión de los cielos» (Génesis 1:14–19). En Job, por ejemplo, el paralelismo de la poesía hebrea antigua presenta a los ángeles y las estrellas casi como sinónimos:
¿Dónde estabas tú cuando yo fundaba la tierra?
Házmelo saber, si tienes inteligencia.
¿Quién ordenó sus medidas,
si lo sabes?
¿O quién extendió sobre ella cordel?
¿Sobre qué están fundadas sus bases?
¿O quién puso su piedra angular,
Cuando alababan todas las estrellas del alba,
Y se regocijaban todos los hijos de Dios?1
En realidad, los ángeles no son estrellas y estas no son ángeles, pero están muy cercanamente asociados unas con los otros en las antiguas porciones de la Biblia,2 lo cual sugiere que Dios creó a los ángeles, junto con las estrellas, en el cuarto día de la creación.
También es posible que Dios haya creado a los ángeles antes de la creación de los cielos y la tierra descrita en Génesis 1. La Biblia no nos dice nada de esto abiertamente, pero quizás lo da por sentado por la aparición de Satanás en el huerto del Edén. ¿Quién es ese ser maligno y cómo llegó hasta ahí? ¿Cuándo cayó de la gracia de Dios? ¿Qué hace el poder maligno en la tierra nueva y sin pecado de Dios? Algunos eruditos creen que determinados ángeles se crearon bastante antes de la creación en Génesis 1, cayeron de la gracia de Dios y más tarde descendieron a la tierra. Otros teólogos cristianos piensan que la caída de los ángeles quizás ocurrió en algún momento entre Génesis 2 y 3, entre la creación del ser humano y el encuentro con la serpiente en el huerto del Edén.
De cualquier modo, pareciera que la guerra celestial entre los ángeles buenos y los malos ya estaba en su apogeo antes de que Dios creara a Adán. El mandato en la creación fue, por ejemplo: Llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread, lo cual podría sugerir una batalla espiritual (Génesis 1:28). Sojuzgar y señorear sobre la tierra significa más que un simple cuidado y protección de los animales. Esto se vuelve pecaminosamente claro en Génesis 3, donde la serpiente, más que un animal cualquiera, desafía la autoridad de Dios en la nueva tierra.
Esta es la secuencia que yo sugiero sobre la historia primitiva: (1) Dios creó a los ángeles y a otras criaturas celestiales. Pero no sabemos exactamente cuándo. Pablo escribió en Colosenses 1:16: «Porque en Él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles[…] todo fue creado por medio de Él y para Él». (2) Algún tiempo más tarde (todavía no sabemos cuándo), Satanás, quien pudo haber comenzado su carrera como arcángel, condujo una rebelión celestial en contra de Dios. Y perdió. (3) Por último, Dios creó los cielos materiales y la tierra y todo lo que hay en ellos, incluyendo a los seres humanos. En algún punto de la historia (y tampoco sabemos cuándo sucedió), el diablo fue echado a la tierra. Por lo general, la Iglesia acepta esto, aunque muchos de los detalles no están tan claros en la Biblia como nos gustaría.
Apocalipsis 12:7–9 nos dice:
Después hubo una gran batalla en el cielo: Miguel y sus ángeles luchaban contra el dragón; y luchaban el dragón y sus ángeles; pero no prevalecieron, ni se halló ya lugar para ellos en el cielo. Y fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero; fue arrojado a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él.
Está bien claro que esto ocurrió. Cuándo sucedió, no se sabe. No podemos estar seguros de que este pasaje describa un hecho pasado o futuro. Mientras que hay quienes creen que se trata de una regresión narrativa sobre la caída de Satanás antes de la creación, hay otros que sienten que este pasaje describe algo que ocurrirá poco antes del fin del mundo, sugiriendo que el poder de Satanás se desatará en la tierra en una furia sin precedente antes de la venida de Cristo (véase Apocalipsis 9:1–6).
Muchos estudiosos de la Biblia piensan que Isaías 14:12–15 podría ser un paralelo:
¡Cómo caíste del cielo,
oh Lucero, hijo de la mañana!
Cortado fuiste por tierra,
tú que debilitabas a las naciones.
Tú que decías en tu corazón:
Subiré al cielo; en lo alto,
junto a las estrellas [¿ángeles?] de Dios,
levantaré mi trono,
y en el monte del testimonio me sentaré
[referencia al monte del templo judío, Sion],
a los lados del norte;
sobre las alturas de las nubes subiré,
y seré semejante al Altísimo.
Mas tú derribado eres hasta el Seol [el lugar de
los muertos], a los lados del abismo.
En su contexto histórico, el pasaje que acaba de leer es un juicio profético en contra del rey de Babilonia. Aunque con frecuencia se entiende que tiene una aplicación más amplia sobre la caída llena de orgullo de Satanás. En La Biblia al día, una paráfrasis, la frase «Oh Lucero, hijo de la mañana» se traduce «Lucifer».3 Quizás Jesús hizo alusión a este texto del Antiguo Testamento cuando le dijo a sus discípulos: «Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo. He aquí os doy potestad de hollar serpientes y escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo, y nada os dañará» (Lucas 10:18–19).
Y Apocalipsis 9:1–2 usa unas figuras similares. «El quinto ángel [de juicio] tocó la trompeta, y vi una estrella4 que cayó del cielo a la tierra; y se le [Satanás] dio la llave del pozo del abismo [otra palabra para infierno]. Y abrió el pozo del abismo, y subió humo del pozo como humo de un gran horno».
De manera que la Biblia no nos dice, especial y directamente, cuándo creó Dios a los ángeles ni cuándo fue que los ángeles malignos cayeron del cielo. Pero esto sí sabemos: Dios es creador de todas las cosas, incluyendo a los ángeles, y en algún momento de la historia, muchos de esos ángeles se volvieron malos.
Orígenes, uno de los «padres» más conocido de la iglesia primitiva, no ocultó su perplejidad acerca de algunas de estas preguntas: «Esto también es parte de las enseñanzas de la Iglesia, de que hay ciertos ángeles de Dios y ciertas buenas influencias, los cuales son sus siervos realizando la salvación de los seres humanos. Sin embargo, cuándo se crearon estos [ángeles], o cuál es su naturaleza, o cómo es que existen, no está claramente revelado».5
Los primeros ángeles buenos aparecen en Génesis 3. Después que Dios echa al ser humano del Edén: «Puso al oriente del huerto de Edén querubines [varios ángeles especiales6], y una espada encendida que se revolvía por todos lados, para guardar el camino del árbol de la vida» (Génesis 3:24). Billy Graham resume el papel de los ángeles buenos de la siguiente manera:
¿Ha visto usted o se ha encontrado usted con uno de esos seres superiores llamados ángeles? Son mensajeros de Dios cuya principal tarea es cumplir las órdenes de Dios en este mundo. Les ha dado el cargo de embajadores. Les ha conferido dignidad de santos diputados para que realicen obras de justicia. De esta forma ayudan a su Creador en la tarea de regir soberanamente el universo. Por tanto les ha otorgado la capacidad de llevar la santa empresa a una feliz conclusión.7
TÉRMINOS USADOS EN LA BIBLIA PARA LOS ÁNGELES
Quizás la mejor manera de entender a los ángeles es revisando algunas de las diferentes palabras usadas para «ángel» en los testamentos hebreo y griego de la Biblia. La palabra en castellano «ángel» se deriva de angelos, un término griego usado casi doscientas veces en el Nuevo Testamento el cual significa, en su forma simple, «mensajero».
En el mundo helenístico, existente antes de la historia del Nuevo Testamento, el término tenía muy poca significación religiosa y el papel del angelos humano era bastante simple: daba mensajes, respondía preguntas, esperaba recibir un pago por sus servicios y recibía la protección de los dioses. El antiguo angelos humano podía también ser un diplomático, que hacía tratos y despachaba comunicados oficiales. En la antigua Grecia, a los filósofos, y a veces hasta a las aves, se les refería como angeloi.8
La idea central en el Nuevo Testamento es que angeloi (la forma plural de angelos) eran seres divinos celestiales con un mensaje de Dios. Por lo general, este concepto en el Nuevo Testamento se toma de la idea judía acerca de los ángeles en el Antiguo Testamento: «Los ángeles son representantes del mundo celestial y son los mensajeros de Dios. Cuando aparecen, el mundo sobrenatural irrumpe en el nuestro».9
En el Antiguo Testamento, malak es el término usado con mayor frecuencia para referirse a los ángeles. Así como angelos, también significa mensajero o representante. La palabra trabajo o negocio en hebreo es malaka y malukut significa mensaje (véase Hageo 1:13). Malaquías, uno de los profetas del Antiguo Testamento, es un nombre que significa «mi mensajero».
«Mensajero» es la traducción (pero no el significado) de malak. Para nosotros, la palabra «mensajero» tiene poco significado comparado con su importancia en el mundo antiguo. Debido a que la comunicación era tan difícil, a veces tomaba semanas entregar un mensaje (antes no tenían teléfonos ni máquinas de fax), el mensajero a veces tenía que hablar y aun hasta mediar en nombre de quien lo había enviado.
Esto se ilustra en Génesis 44. A José, uno de los doce hijos de Jacob, sus hermanos lo vendieron como esclavo. Sorprendentemente, José termina siendo príncipe de Egipto. Cuando una terrible hambruna amenazó toda la región, los hostiles hermanos de José se aventuran a Egipto en busca de comida, sólo para descubrir que su hermano menor se ha convertido en un prominente oficial del gobierno. Al principio, los hermanos no reconocieron a José, aunque él sí los reconoció. Al hablar egipcio fluidamente, José se mantuvo de incógnito y por razones que nunca se explican en la Biblia, trata a sus hermanos con dureza. (Cuando uno lee la historia, da la impresión de que en verdad no las tenía todas con ellos.)
Poco antes de descubrir su verdadera identidad, José envía a sus hermanos de vuelta a casa, con sus animales cargados de comida. Pero con un astuto plan de arrestarlos, José esconde su copa de plata en la bolsa de viaje del menor. Cuando el siervo descubre la copa «robada», uno de los hermanos, Judá, negocia desesperadamente con el siervo, «el mensajero» que representa a José. En realidad, Judá rogaba por la vida de Benjamín. Era como si el siervo-mensajero y su señor, José, fueran uno.
En Génesis 24, Abraham envía a su siervo-mensajero a otro país a buscar esposa para su hijo Isaac. ¿Se puede imaginar a su padre enviando a un secretario de viaje a California o a Nueva York para buscarle una pareja?
La palabra «mensajero» tenía mucho más significado en la cultura antigua del que tiene ahora. En el mundo griego no cristiano, por ejemplo: «Dependían mucho del mensajero, era visto como alguien que estaba bajo protección especial de los dioses, lo cual no sólo significaba que hacer daño al mensajero se consideraba como un acto que atentaba contra los dioses, sino que también denotaba que el mensajero veía su tarea como algo divino[…] Muy poco de esto se encuentra implicado en nuestra palabra “mensajero”».10
Si alguien me llegase a preguntar si alguna vez he visto a un ángel, me temo que no podría dar una respuesta satisfactoria. Pero si me fuesen a preguntar que si alguna vez he visto a un mensajero de Dios, la respuesta sería un enfático e inequívoco: «¡Sí, lo he visto!»
Claus Westerman
Así, en su actividad más simple, los ángeles son mensajeros. San Agustín escribió:
Los ángeles son espíritus, pero no porque sean espíritus es que son ángeles. Se vuelven ángeles cuando son enviados, pues el nombre ángel se refiere a su oficio no a su naturaleza. Me pregunta el nombre de esta naturaleza, es espíritu; pregunta por su oficio, es el de un ángel (i.e., mensajero). En tanto que exista, un ángel es espíritu; en tanto que actúe, es un ángel.11
Forrester Church lo expresa de la siguiente manera: «Recuerde, los ángeles son tanto los mensajeros de Dios como el mensaje de Dios, testimonios para la eternidad en tiempo, para la presencia de la divinidad en medio de lo ordinario. Cada momento de cada día se complica por sus huellas».12
Los ángeles están al constante servicio de Dios. Pueden aparecer, literalmente, trayendo algún mensaje de aliento o dirección. O pueden venir de incógnito, «ángeles inesperados», como a veces se traduce. O, ¡quizás simplemente usted tuvo un día bueno y no está seguro por qué!
¿CUÁNTOS ÁNGELES HAY?
Sólo podemos imaginar cuántos ángeles hay. Algunas personas han tratado de suponerlo con precisión. Algunos místico del siglo catorce llegaron a la suma exacta (301,655,722) empleando cálculos elaborados, pero oscuros. Especulaciones excéntricas como esta rigieron los estudios teológicos durante los siglos de la Edad Media. Algunos de los primeros luteranos, en una obra llamada Theatrium Diabolorum,13 estimaron que había 2,500 millones de diablos, un número que más tarde se elevó a 10 billones.14
Millones de criaturas espirituales caminan en la tierra sin ser
vistas, cuando estamos despiertos y cuando dormimos.
Milton, El paraíso perdido, IV
La Biblia, al igual que todo lo demás que dice acerca de los ángeles, revela el número de seres celestiales sólo hablando en términos generales. Cuando están a punto de arrestarlo, Jesús anuncia que, si así lo quisiera, podría llamar a doce legiones de ángeles que fueran en su ayuda (Mateo 26:53). En el tiempo de Augusto César, una legión comprendía cerca de seis mil hombres, de manera que Jesús hablaba de varias decenas de miles de seres angélicos.
En Deuteronomio 33:2, Moisés canta:
Jehová vino de Sinaí,
Y de Seir les esclareció;
Resplandeció desde el monte de Parán,
Y vino de entre diez millares de santos.
Judas 14 nos da un indicio de las multitudes de ángeles que acompañarán el advenimiento del Señor: «He aquí, vino el Señor con sus santas decenas de millares».
Y en el último libro de la Biblia, Juan ve y escucha «la voz de muchos ángeles alrededor del trono[…] y su número era millones de millones» (Apocalipsis 5:11).
ORGANIZACIÓN ANGÉLICA
Los ángeles se describen comúnmente como multitudes, pero eso no significa que no tengan un sistema. De nuevo, aunque la Biblia virtualmente permanece callada respecto a los arreglos del cielo, esto no ha desanimado a los teólogos especuladores, quizás les podríamos llamar «angeleólogos», quienes han jerarquizado a los seres celestiales en elaborados esquemas.
En La jerarquía celestial, Dionisio, quien escribió en el siglo sexto, hiló la tela especulativa del orden angélico con un detalle extraordinario, un organigrama que llegó a verse con gran autoridad.
Los católicos pueden trazar su angeleología a partir de Tomás de Aquino, cuyas ideas acerca de los ángeles recibieron una gran influencia de Dionisio. Mortimer Adler, editor general de la Enciclopedia Británica y autor de una docena de libros, resume y simplifica el esquema de Dionisio:
La sociedad o comunidad de ángeles se dividió en tres jerarquía, y en cada una había tres coros u órdenes de ángeles; en la primera y más alta jerarquía estaban los serafines, querubines y tronos en orden descendente; en la segunda jerarquía, la media, estaban los dominios, virtudes y poderes; en la tercera y más baja jerarquía estaban los principados, arcángeles y ángeles.
Expresado en los términos más simples, el orden descendente de las jerarquías, y de los tres coros en cada una, consistía en los grados de perfección de las criaturas: los serafines representaban el grado más alto de perfección entre las criaturas de Dios y los ángeles simples la más baja. La perfección a la cual se referían no era moral, sino metafísica, una perfección en el modo de ser.15
Los libros de Billy Graham son fundamentalmente bíblicos y confiables. Sugiere, basando sus ideas en Colosenses 1:16 y en otros pasajes de la Biblia, la siguiente organización angélica: arcángeles, ángeles, serafines, querubines, principados, autoridades, potestades, poderes, tronos y dominios.16 Pablo escribe en el pasaje de Colosenses: «Porque en Él [Cristo] fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades».
Este versículo se refiere primordialmente a la autoridad de Cristo sobre los reinos de este mundo; pero más que eso, se puede referir a los principados y poderes de las tinieblas que influyen sobre esos reinos. Pablo afirma en otra de sus cartas: «Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes» (Efesios 6:12).
Estos pasajes nos dicen que en verdad hay jerarquías celestiales, pero no se aclara si estas oficinas celestiales son de ángeles de luz o de tinieblas. Es imposible determinar estos rangos con certeza, pues varios versículos de la Biblia usan diferentes términos para las huestes angélicas en diferente orden.
El teólogo C. Fred Dickason menciona que hay «suficiente evidencia como para decir que existen rangos distintos y graduales, pero no hay suficiente evidencia como para hacer una comparación completa o un organigrama».17 San Agustín reconoce, hablando del rango y orden social de los ángeles, lo siguiente: «Dejemos a quienes son capaces que contesten estas preguntas, si es que pueden probar que sus respuestas son ciertas; porque en lo que a mí respecta, confieso mi ignorancia».18
Sabemos con certeza un par de cosas acerca de los rangos angélicos: primera, de acuerdo a los capítulos uno y dos de Hebreos los ángeles tienen un rango mucho más bajo que Dios el Padre y su Hijo, Jesús; y segunda, de acuerdo al Salmo 8:5, los seres humanos somos «poco menor que los ángeles».19
MI ÚLTIMA PALABRA RESPECTO A LA ÚLTIMA PALABRA DE DIOS ACERCA DE LOS ÁNGELES
En resumen, Dios creó a los ángeles, incontables millares de ellos, en algún momento anterior a la creación del universo. En esa bruma anterior al tiempo, se libró una guerra en los cielos que provocó la expulsión de Satanás y sus ángeles. Los seres humanos fueron creados a la imagen de Dios, un poco menor que los ángeles. Por lo general, los mensajeros de la Palabra de Dios son los ángeles buenos que sirven a Dios y a su pueblo, mientras que los ángeles malos simplemente están al servicio de Satanás y sus propósitos. Y los ángeles en ambos reinos, de la luz y las tinieblas, están gobernados por rangos y órdenes.
Pero, ¿cómo son los ángeles? En los dos estudios siguientes pintaremos un retrato de los ángeles y así daremos un vistazo más cercano a las labores a las que se dedican.
1 Job 38:4–7, cursivas añadidas. Este «poema» es un ejemplo de un tipo de paralelismo hebreo, el cual sugiere que las ideas paralelas en cada una de las oraciones de repetición son mutuamente inclusivas. Las estrellas y los ángeles también están implicados en Salmos 103:20–21; 148:2–5; y Apocalipsis 1:20.
2 Colin Brown, The Theological Wordbook of the Old Testament, Three Volumes [El libro de palabras teológicas del Antiguo Testamento, Tres volúmenes], Zondervan, Grand Rapids, MI, 1981, vol. 1, pp. 101–2, indica que la creencia popular en los ángeles se incrementó en el judaísmo tardío. «Los ángeles», escribe, «representaban la omnisapiencia y omnipresencia de Jehová, formaban su corte y asistentes, y eran sus mensajeros. Estaban relacionados con las estrellas, los elementos, fenómenos naturales y poderes, los cuales gobernaban como representantes de Dios» (cursivas añadidas).
3 El significado de este texto se debate acaloradamente. En realidad, este es el único lugar en la Biblia donde aparece el nombre «Lucifer». En ninguna otra parte se le asigna a Satanás ese nombre. Satanás se le llama «la serpiente», «el diablo», «el dragón», «el destructor», pero no «Lucifer». No obstante, muchos estudiantes de la Biblia, en los cuales me incluyo, basados en similitudes en Ezequiel 28:11–19, Lucas 10:18, Apocalipsis 9:1–6, y 12:7–9, creen que este pasaje es una referencia directa a Satanás y a su caída del cielo.
4 Aquí está otro versículo que sugiere una relación entre ángeles y estrellas.
5 Brown, vol. 1, p. 102.
6 Rob van der Hart, The Theology of Ángeles and Devils [La teología de ángeles y diablos], Fides Publishers, Notre Dame, IN, 1972, p. 23.
7 Graham, p. 30.
8 Collin Brown, vol. 1, p. 101.
9 Brown, vol. 1, p. 102.
10 Rob van der Hart, p. 23.
11 Sermón sobre el Salmo 103.
12 Forrester Church, Entertaining Ángeles: A Guide to Heaven for Atheists and True Believers [Hospedando ángeles: una guía al cielo para ateos y creyentes verdaderos], Harper & Row, San Francisco, 1987, p. 35.
13 Lo que significa, sencillamente, «teatro (o mundo) de diablos».
14 Gustav Davison, A Dictionary of Ángeles [Un Diccionario de ángeles], The Free Press, New York, 1969, pp. xiii–xiv.
15 Adler, p. 45.
16 Graham, p. 57.
17 Dickason, Ángeles [Ángeles], p. 87.
18 Philip Schaff y Henry Wace, eds., A Select Library of Nicene and Post-Nicene Fathers of the Christian Church, Series 1 [Una biblioteca selecta Nicena y Posnicena de los padres de la iglesia cristiana, serie 1], Eerdmans, Grand Rapids, MI, vol. 3, p. 256.
19 La palabra traducida «ángeles» en la versión Reina Valera es la palabra hebrea elohim que quiere decir Dios. Es evidente por el contexto, y por muchas otras citas bíblicas, que esta palabra no se puede traducir «Dios» de manera apropiada en este versículo.
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