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viernes, 21 de febrero de 2014

¡Qué es doctrina?...¿Qué doctrina sigues?

Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6


 
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  1. ¿QUÉ ES DOCTRINA?
Doctrina (del latín doctrina) es un conjunto coherente de enseñanzas o instrucciones. Pueden estar basadas en un sistema de creencias sobre una rama de conocimiento, campo de estudio o ciencia concreta, especialmente al cuerpo del dogma de una religión, tal como es enseñado por las instituciones del horario nuevo; ser los principios o posiciones que se mantienen respecto a una materia o cuestión determinadas; o un sistema de postulados, científicos o no (frecuentemente con la pretensión de validez general o universal).

En el ámbito jurídico, doctrina jurídica es la idea de derecho que sustentan los juristas. Si bien no originan derecho directamente, es innegable que en mayor o menor medida influyen en la creación del ordenamiento jurídico. También se utiliza la palabra doctrina para referirse a un principio legislativo.

El término adoctrinamiento ha adquirido connotaciones negativas a partir del siglo XX, viniendo a ser sinónimo de reeducación o lavado de cerebro.

La diferencia entre doctrina y educación consiste en que en la educación se persigue que el educando (la persona a educar) permanezca lo más superficial posible a los conocimientos acumulados y los analice; mientras que en la adoctrinación, el educando permanece dentro del cuerpo de conocimientos o creencias y absorbe sus enseñanzas. Por ejemplo, estudiar teología puede considerarse como un proceso de adoctrinación, cuyo equivalente educativo sería el estudio comparativo de las religiones.

El doctrinarismo o liberalismo doctrinario es una doctrina y práctica política de los denominados doctrinarios, un grupo político e ideológico francés del siglo XIX, que influyó notablemente en España (el Partido Moderado y Donoso Cortés) y sus colonias.

La doctrina cristiana (el vocablo doctrina significa literalmente enseñanza o instrucción) se puede definir como las verdades fundamentales de las Sagradas Escrituras ordenadas en forma sistemática. Este estudio se denomina comúnmente teología, que significa literalmente “tratado o discurso razonado con respecto a Dios”. (Estos dos vocablos, doctrina y teología, se emplearán alternadamente en esta sección.) La teología o doctrina se puede describir como la ciencia que trata de nuestro conocimiento de Dios y de las relaciones del Creador con el hombre. Trata de todas las cosas en lo que éstas se relacionan con Dios y sus propósitos divinos.¿Por qué definimos la teología o doctrina con el nombre de “ciencia”? Se denomina ciencia al arreglo sistemático y lógico de hechos autenticados. Se denomina ciencia a la teología porque consiste en hechos o verdades relacionadas con Dios y las cosas divinas, presentadas en forma lógica y ordenada.¿Qué relación hay entre la teología y la religión? El vocablo “religión” se deriva de una palabra latina que significa ligar; en otras palabras, la religión representa aquellas actividades que ligan al hombre a Dios en cierta relación. La teología es conocimiento acerca de Dios. De manera entonces que la religión es una práctica, mientras que la teología es conocimiento. La religión y la teología deben marchar unidas de la mano en la experiencia bien equilibrada; pero en la práctica son separadas a veces, de manera que uno puede ser teólogo sin ser verdaderamente religioso, y por otra parte uno puede ser verdaderamente religioso sin poseer un conocimiento sistemático de las verdades doctrinales. “Si sabéis estas cosas, bienaventurados seréis si las hiciereis” constituye el mensaje de Dios al teólogo. “Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad” (2 Timoteo 2:15) es el mensaje que Dios dirige al hombre espiritual.¿Qué diferencia hay entre doctrina y dogma? Doctrina es la revelación de Dios de una verdad tal como se encuentra en las Sagradas Escrituras. Dogma es la declaración del hombre respecto de esa verdad, expresada en un credo.

  2. EL VALOR DE LA DOCTRINA

  2.1. El conocimiento doctrinal proporciona lo necesario para una exposición autorizada y sistemática de la verdad

Hay la tendencia, en algunas esferas, no sólo de restar importancia al valor de la doctrina, sino también de desecharla por anticuada o inútil. Sin embargo, mientras el hombre piense con respecto a los problemas relativos a la existencia, comprenderá que necesita una respuesta autorizada y sistemática para estos problemas. La doctrina será necesaria mientras el hombre se formule las siguientes preguntas: ¿De dónde vengo? ¿Qué soy? ¿Adónde voy?
Con frecuencia se oye decir lo siguiente: “No importa lo que uno cree mientras se haga lo recto.” Esta es una forma de descartar la doctrina, restándole toda importancia con relación a la vida. Pero toda persona tiene su teología, lo sepa o no; las acciones y conducta del hombre están influidas por lo que cree. Por ejemplo, habría mucha diferencia entre el comportamiento de una tripulación que supiera que su embarcación se dirigía a un destino definido, y otra que se diera cuenta que navegaba a la deriva, sin derrotero o destino fijos.
La vida del hombre es un viaje a la eternidad, y tiene gran importancia el que uno crea que se trata de un viaje sin destino ni significado, o que uno esté convencido que ha sido planeado por el Creador del hombre, y que tiene como destino el cielo.


  2.2. El conocimiento doctrinal es esencial para el desarrollo completo del carácter cristiano

Sólidas creencias desarrollan un carácter sólido, y asimismo creencias bien definidas forman también convicciones claras, bien definidas. Naturalmente que las creencias doctrinales de una persona no constituyen su religión, de la misma manera que su espina dorsal no es su personalidad. Pero una sólida espina dorsal es parte necesaria del hombre, como así también un sistema definido de creencias es una parte esencial de la religión del hombre. Se ha dicho con propiedad que “el hombre no tiene que llevar la espina dorsal delante de sí, pero debe ser dueño de una espina dorsal, y recta, pues de lo contrario será un creyente flexible, si no jorobado”.
Un creyente francés de la Iglesia Unitaria manifestó en cierta oportunidad lo siguiente: “La pureza del corazón y de la vida es más importante que la opinión correcta.” A lo que otro predicador francés respondió: “La sanidad es más importante que el remedio, pero sin remedio no habría sanidad.” Indudablemente es más importante vivir la vida cristiana que conocer simplemente la doctrina cristiana, pero no habría conocimiento experimental cristiano, si no hubiera doctrina cristiana.


  2.3. El conocimiento doctrinal protege del error

Se dice con frecuencia que las estrellas aparecieron antes que la ciencia de la astronomía, que las flores existieron con anterioridad a la botánica, que la vida existió antes que la biología, y Dios antes que la teología.
Ello es indudable. Pero el hombre, debido a su ignorancia, concibió ideas supersticiosas con respecto a las estrellas, y el resultado fue la falsa ciencia de la astrología. El hombre se forjó conceptos falsos con respecto a las plantas, atribuyéndoles virtudes que no poseían, y el resultado fue la hechicería. El hombre por su ceguera se formó ideas erróneas de Dios, y el resultado fue el paganismo con su secuela de supersticiones y corrupción.
Pero vino la astronomía sustentando principios correctos con referencia a los cuerpos celestes, poniendo al descubierto los errores de la astrología; apareció la botánica con informaciones correctas relativas a las plantas, sacando a luz los errores de la hechicería. De igual manera las doctrinas de la Biblia ponen al descubierto las ideas falsas con respecto a Dios y sus caminos.
“Que nadie piense que un error doctrinal es un mal práctico insignificante”, declaró en cierta oportunidad el famoso teólogo D. C. Hodge. Y añadió: “Ningún camino a la perdición ha sido más transitado que el de la doctrina falsa. El error es coraza sobre la conciencia, y venda sobre los ojos.” (Cf. Mateo 22:29; Gálatas 1:6–9; 2 Timoteo 4:2–4.)


  2.4. El conocimiento doctrinal es parte necesaria del bagaje del maestro cristiano

Cuando una remesa de mercadería arriba a un comercio, los artículos son desembalados y colocados en estantes y receptáculos apropiados, a fin de poder ser despachados en forma ordenada. Esta es una ilustración más bien rústica de uno de los fines del estudio sistemático. La Biblia sin lugar a dudas sigue un tema básico, central. Pero las numerosas verdades que se relacionan con el gran tema están esparcidas por los libros de la Biblia. Con el objeto entonces de formarse una idea amplia, profunda, de cada una de las doctrinas, y poder impartirlas a otros, uno debe reunir las referencias que se relacionan a determinada doctrina y agruparlas en estantes (temas) si se nos permite la analogía, y receptáculos más pequeños (subtemas).


  3. LA CLASIFICACION DE LA DOCTRINA

La teología se divide en varios ramos, a saber:


  3.1. Teología exegética

Teología exegética (vocablo que en el idioma griego significa “extraer”; en este caso, la verdad) procura establecer el significado verdadero de las Escrituras. Este ramo de la teología requiere conocimientos de los idiomas originales en los cuales fueron escritas las Sagradas Escrituras.


  3.2. Teología histórica

Investiga la historia del desarrollo de la interpretación doctrinal. Encierra el estudio de la historia eclesiástica o de la iglesia.


  3.3. Teología dogmática

Constituye el estudio de los asuntos fundamentales de la fe, según los enuncian los credos de la iglesia.


  3.4. Teología bíblica

Sigue el progreso de la verdad a través de los diversos libros de la Biblia, y describe la forma como cada uno de los escritores presenta las doctrinas importantes.
Por ejemplo, al estudiar la doctrina de la expiación, según este método, uno investigaría de qué manera se trata la materia en cuestión en las diversas secciones de la Biblia: Hechos, las Epístolas y Apocalipsis. O uno descubriría qué dijeron Cristo, Pablo, Pedro, Jacobo o Juan con respecto a la materia. O se podría establecer qué enseña cada libro o sección de las Escrituras con respecto a doctrinas relativas a Dios, a Cristo, a la expiación y a la salvación.


  3.5. Teología sistemática

En este ramo de estudio, las enseñanzas bíblicas con respecto a Dios y el hombre están organizadas por temas, de acuerdo con un sistema definido. Por ejemplo, los versículos o pasajes que se relacionan con la obra de Cristo están clasificados bajo el título de Doctrina de Cristo.
El material de lectura que figura en este libro es una combinación de teología bíblica y teología sistemática. Es bíblica en el sentido de que las verdades son extraídas de las Escrituras, y el estudio se encamina mediante las preguntas siguientes: ¿Qué dicen las Sagradas Escrituras? (exposición) y ¿qué significan las Escrituras? (interpretación). Es teología sistemática puesto que el material está arreglado de acuerdo con un orden definido.


  4. UN SISTEMA DE DOCTRINA

¿En qué orden serán organizados los temas? No impondremos reglas rígidas. Hay muchas formas de organizar, y cada una de ellas tiene su valor. Trataremos de seguir el orden basado en el trato de Dios con el hombre con referencia a la redención.


  4.1. La doctrina de las Sagradas Escrituras

¿De qué fuente extraeremos verdades infalibles con respecto a Dios? La naturaleza ciertamente revela su existencia, poder y sabiduría; pero no nos habla de perdón alguno, no proporciona escape del pecado y de sus consecuencias, no suministra incentivo alguno para seguir la santidad y no contiene revelación alguna con respecto del futuro. Dejamos el libro primero de Dios, la naturaleza, y abrimos el otro Libro de Dios, la Biblia, donde hallamos la revelación de Dios con respecto a las materias citadas anteriormente.
¿Sobre qué fundamentos aceptamos como correcto el punto de vista bíblico? La respuesta a esa pregunta nos conduce al estudio de la naturaleza, inspiración, exactitud y carácter digno de confianza de las Sagradas Escrituras.


  4.2. La doctrina de Dios

Tratamos luego de establecer lo que nos enseñan las Sagradas Escrituras con respecto a la más grande de todas las realidades: Dios, su naturaleza y existencia.


  4.3. La doctrina de los ángeles

Del Creador pasamos naturalmente a estudiar sus criaturas, y así consideramos la más elevada de sus criaturas: los ángeles. Este tema abarca también los ángeles malos, Satanás y demonios.


  4.4. La doctrina del hombre

No empleamos mucho tiempo en el estudio de los espíritus buenos y malos, sino que pasamos con rapidez a considerar el punto de vista bíblico con respecto al hombre, puesto que todas las verdades de las Escrituras se agrupan alrededor de dos puntos focales: Dios y el hombre. Al estudio de Dios, le sigue inmediatamente en importancia el estudio del hombre.


  4.5. La doctrina del pecado

El hecho más trágico relacionado con el hombre es el pecado y sus consecuencias. Las Sagradas Escrituras nos hablan de su origen, naturaleza, consecuencias y cura.


  4.6. La doctrina de Cristo

El estudio del pecado del hombre es seguido por un estudio de la persona y obra de Cristo, el Salvador del hombre.


  4.7. La doctrina de la expiación

Bajo este título consideramos los hechos que arrojan luz sobre el significado de la obra suprema de Cristo en bien del hombre.


  4.8. La doctrina de la salvación

¿De qué manera se aplica la expiación a las necesidades del hombre y se convierte en una realidad en su vida? Los hechos o verdades que constituyen la respuesta están agrupados bajo el título de Doctrina de la salvación.


  4.9. La doctrina de la sanidad divina

El estudio de la sanidad divina es importante en el sentido de que muestra una forma por la cual Dios comunica su amor, compasión e interés en los hombres.


  4.10. La doctrina del Espíritu Santo

¿De qué manera la obra de Cristo para el hombre es convertida en una realidad en el hombre? Este punto es tratado en la Doctrina de la naturaleza y obra del Espíritu Santo.


  4.11. La doctrina de la iglesia

Es evidente que los discípulos de Cristo necesitan alguna clase de organización para los fines de adoración, instrucción, comunión y propagación del evangelio. El Nuevo Testamento nos habla con respecto a la naturaleza y obra de esta organización.


  4.12. La doctrina de los acontecimientos postreros

Es natural que dirijamos la mirada al futuro, y nos preguntemos de qué manera terminará todo, ya sea la vida, la historia, el mundo. Todo lo que se ha revelado respecto al futuro está agrupado bajo el título de los acontecimientos postreros.

viernes, 9 de septiembre de 2011

Fundamentos de la Fe Cristiana: Conociendo a Dios


Fundamentos de la Fe Cristiana: Conociendo a Dios

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CONTENIDO 

TOMO I:  EL DIOS SOBERANO 

PARTE 1:  EL CONOCIMIENTO DE DIOS 
1.  Conocer a Dios 
2.  El Dios Desconocido 

PARTE 2:  LA PALABRA DE DIOS 
3.  La Biblia 
4.  La autoridad de las escrituras 
5.  La prueba es verdadera 
6.  La Biblia es verdadera 
7.  La crítica bíblica moderna 
8.  Cómo interpretar la Biblia 

PARTE 3:  LOS ATRIBUTOS DE DIOS 
9.  El Dios verdadero 
10. Dios en tres personas 
11. Nuestro Dios soberano 
12. Santo, santo, santo 
13. El Dios que conoce 
14. El Dios que no cambia 

PARTE 4:  LA CREACIÓN DE DIOS 
15. La creación del hombre 
16. La naturaleza 
17. El mundo de los espíritus 
18. La providencia de Dios 

TOMO II DIOS EL REDENTOR  
PARTE 1:  LA CAÍDA DE LA RAZA 
1.  La caída 
2.  Los resultados de la caída 
3.  La sumisión 

PARTE 2:  LA LEY Y LA GRACIA 
4.  El propósito de la ley de Dios 
5.  Los Diez Mandamientos: El amor de Dios 
6.  Los Diez Mandamientos: El amor a los demás 
7.  La ira de Dios 
8.  La salvación en el Antiguo Testamento 

PARTE 3:  LA PERSONA DE CRISTO 
9.  La deidad de Jesucristo 
10. La humanidad de Cristo 
11. Por qué Cristo se hizo hombre 

PARTE 4:  LA OBRA DE CRISTO 
12. Profeta, Sacerdote y Rey 
13. Aplacando la ira de Dios 
14. Sin cuentas pendientes 
15. La grandeza del amor de Dios 
16. La doctrina fundamental: La Resurrección 
17. Verificando la resurrección 
18. Ascendió al cielo 


TOMO III  COMENZANDO A ENTENDER A DIOS  
PARTE 1:  EL ESPÍRITU DE DIOS 
1.  El cristianismo personal 
2.  La obra del Espíritu Santo 
3.  La unión con Cristo 

PARTE 2:  CÓMO DIOS SALVA A LOS PECADORES 
4.  El nuevo nacimiento 
5.  La fe y el arrepentimiento 
6.  Justificación por la Fe: La bisagra de la salvacióm 
7.  Justificación por la Fe: El lugar de las obras 
8.  Las pruebas de la fe 
9.  Una familia nueva 
10. El camino de la perfección 

PARTE 3:  LA VIDA DEL CRISTIANO 
11. Aceptando lo negativo 
12. Libertad, libertad 
13. Conociendo la voluntad de Dios 
14. Hablando con Dios 
15. Dios hablándonos a nosotros 
16. Sirviendo 

PARTE 4:  LA OBRA DE DIOS 
17. Llamados por Dios 
18. La perseverancia de Dios

TOMO IV   DIOS Y SU HISTORIA 

PARTE 1:  EL TIEMPO Y LA HISTORIA 
1.  Y yo, ¿qué tengo de malo? 
2.  La marcha del tiempo 
3.  Cristo, el punto focal de la historia 

PARTE 2:  LA IGLESIA DE DIOS 
4.  La iglesia de Cristo 
5.  Las señales de la iglesia 
6.  Cómo adorar a Dios 
7.  Los signos y los sellos de la salvación 
8.  Los dones espirituales 
9.  Perfeccionando a los santos 
10. El gobierno de la iglesia 
11. Vida del cuerpo 
12. La gran comisión 

PARTE 3:  UN CUENTO EN DOS CIUDADES 
13. La ciudad secular 
14. La iglesia secular 
15. La ciudad de Dios 
16. La iglesia y el estado 

PARTE 4:  EL FIN DE LA HISTORIA 
17. ¿Cómo será el final? 
18. Al fin en casa 

GLOSARIO 

Con excepción de la palabra Rabí, que es sólo una forma educada de dirigirse a alguien, las primeras palabras demuestran un conocimiento considerable. Nicodemo dijo: "Sabemos". Luego comenzó a ensayar las cosas que sabía (o que creía saber) y con las que quería comenzar la discusión: (1) que Jesús continuaba realizando muchos milagros; (2) que estos milagros buscaban autenticarlo cómo un maestro enviado por Dios; y que, por lo tanto, (3) Jesús era alguien a quien él debía escuchar. 
Desafortunadamente para Nicodemo, Jesús le contestó que esa forma de encarar el conocimiento era errada y que Nicodemo por consiguiente no podía conocer nada hasta que no hubiera experimentado una transformación espiritual interior. "No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo" (Jn. 3:7). 

Los comentarios subsiguientes de Nicodemo demuestran al menos un reconocimiento implícito de su falta de conocimiento sobre los temas importantes, ya que comenzó a realizar preguntas: "¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Cómo puede hacerse esto?" (vs. 4, 9). Jesús le enseñó que el verdadero conocimiento comienza con el conocimiento espiritual, el conocimiento de Dios, y que éste se encuentra en la revelación que Dios hace de sí en la Biblia y en la propia vida y obra de Jesús, en la obra del Salvador. 

Esta conversación resulta relevante hoy en día. Los problemas y frustraciones que Nicodemo tuvo que enfrentar hace casi dos mil años también están presentes en nuestro tiempo. Nicodemo poseía el conocimiento, pero no tenía la clave para ese conocimiento, el elemento integrador. Sabía algunas cosas, pero su búsqueda de la verdad lo había conducido al extremo de una crisis personal. Del mismo modo, mucho sabemos en nuestros días. Con respecto a la información y el conocimiento técnico, hoy sabemos más que en ningún período histórico anterior. Sin embargo, el tipo de conocimiento integrador de toda esta información, que consiguientemente le dará significado a la vida, está extrañamente ausente. 

La naturaleza del problema puede verse al examinar los dos casi exclusivos enfoques que existen hoy. Por un lado existe la idea que la realidad puede ser comprendida sólo con la razón. Este enfoque no es nuevo, por supuesto. Es el enfoque desarrollado por Platón y, por lo tanto, asumido por mucho del pensamiento griego y romano con posterioridad a él. En la filosofía de Platón, el conocimiento verdadero es el conocimiento de la esencia eterna e inalterable de las cosas, no el mero conocimiento de los fenómenos cambiantes. Es decir, es el conocimiento de las formas, las ideas o los ideales. El equivalente más cercano en el presente sería las así llamadas leyes científicas. 

Superficialmente, este enfoque del conocimiento mediante el ejercicio de una razón supuestamente imparcial parecería ser deseable, ya que es productivo -como lo señalan los avances técnicos del presente. Pero no está libre de problemas. Por un lado, es un conocimiento muy impersonal y, como algunos podrían señalar, muy despersonalizado. Según este enfoque, la realidad se convierte en una cosa (una ecuación, una ley, o, peor aún, un simple dato), y los hombres y las mujeres también se convierten en cosas, con el resultado inevitable que pueden ser entonces manipulados como cualquier otra materia prima para cualquier fin.




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