Mostrando entradas con la etiqueta capacitación ministerial. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta capacitación ministerial. Mostrar todas las entradas

miércoles, 11 de marzo de 2015

Tengamos cuidado de no ser como los que se arrepienten sólo cuando el pecado sale a la luz

Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6



 
 
Tipo de Archivo: PDF | Tamaño: MBytes | Idioma: Spanish | Categoría: Capacitación Ministerial
Información 


Salomón consolida su reino
1 Reyes 2:10–10:29
Como resultado de las acciones sabias que David realizó siguiendo los consejos del profeta Natán, su dinastía se mantuvo intacta y protegida bajo la mano poderosa de Dios. La posibilidad de que se cumpliera la promesa divina que aparece en 2 Samuel 7 acerca del reino eterno de Israel se veía más brillante que nunca. Bajo la mano sabia de Salomón, el pueblo alcanzó su etapa cumbre; en un corto período de sólo 40 años, experimentó la era más gloriosa que el mundo haya visto, una etapa que cuando desapareció, fue llorada y lamentada amargamente por millones de judíos, cosa que se repite aún hoy.
LA DINASTÍA DAVÍDICA 2:10–12
Muerte de David 2:10–11
A pesar de que David ya “dormía con sus padres” la estabilidad de su dinastía continuó con Salomón. En total, David reinó 40 años.
Coronación de Salomón 2:12
Desde el día de su coronación (976 a.C), Salomón mostró un espíritu de paz, buena voluntad y deseos de que el pueblo prosperara. La gloria de David la heredó el nuevo rey; la bendición de Dios definitivamente reposaba sobre él, y el pueblo fue testigo orgulloso de la actuación de su líder. El monarca reflejaba al máximo la gloria del hombre y fue considerado muy en alto por propios y extraños. Esto se debió a que amaba al Dios de su padre y porque el Señor cumplió en él la promesa hecha a David (1 Crónicas 17:7–15).
Primero Crónicas 29:23–25 nos da idea del poder absoluto de Salomón. Por otro lado, 1 Reyes 2:12 se refiere al trono de Salomón como al “trono de David”, mientras que 1 Crónicas 29:23 se refiere a él como al “trono del Señor”. Es interesante notar que el relato de Reyes es la historia desde el punto de vista humano, mientras que Crónicas nos da el punto de vista divino.
¡A QUIEN DIOS PONE, NADIE LO QUITA!
LA PURGA HECHA POR SALOMÓN 2:13–46
A Salomón sólo le faltaba atender algunos detalles para afianzar el trono. Algunos eruditos bíblicos han criticado las siguientes acciones de Salomón considerándolas ventajosas, destinadas a lograr el avance de su reino. Han dicho también que Salomón usó los consejos de su padre para erigirse en el verdugo divino con objeto de eliminar sistemáticamente a sus enemigos. Otros han dicho que esas acciones se debieron a que era aún muy joven (posiblemente de 20 años), inexperto e inmaduro.
Es necesario explicar algunos detalles que nos permiten entender mejor el pasaje. En primer lugar, Salomón fue el sucesor escogido por Dios para reinar. En aquellos tiempos, el rey era la ley en su reino. Es cierto que en la historia humana ha habido más abuso de autoridad que el que se pueda contar, pero aquí Salomón tomó su papel de rey seriamente, considerando que era un seguidor de Dios y no de sí mismo. En segundo lugar, su padre David le recomendó: “sé hombre…” y le dijo que arreglara los asuntos que ensombrecían o manchaban al pueblo de Dios.
Por último, Salomón conocía bien los mandamientos divinos y sabía que no debía permitir que el pecado de otros acarreara el juicio divino sobre toda la nación. Él necesitaba reafirmar y garantizar el éxito de su trono y de la dinastía davídica.
Persistencia de Adonías 2:13–15
Hubo 4 personas a las que llegó el día de dar cuentas. En los casos de Adonías y Joab, ellos tomaron la iniciativa para su ruina. En los casos de Abiatar y Simei, Salomón fue quien tomó la iniciativa. Recuerde que el tema de este libro es la tragedia del pecado. En el episodio de Adonías vemos que la semilla del mal ya había germinado en su corazón desde el día en que trató de apoderarse del trono. Adonías reitera su amargura al declarar a Betsabé: “tú sabes que el reino era mío, y que todo Israel había puesto en mí su rostro para que yo reinara…” (v. 15). Recordemos que Adonías ya se había asido a los cuernos del altar antes, pensando que Salomón lo iba a matar, pero fue perdonado.
Petición de Adonías 2:16–25
El rebelde nunca se arrepintió y justo cuando pensaba que iba a gozar de la protección de Salomón, especialmente porque hizo su petición a través de la reina madre a quien Salomón amaba, Adonías hizo un intento más para apoderarse “sicológicamente” del trono. Para ello, pidió la mano de la bella virgen Abisag, una joven que había pertenecido al harén de David. Para el ojo inexperto, esta solicitud parece inocente y justa, pero tenemos que entender el pensamiento oriental. Desear a la mujer o alguna cosa de un enemigo significaba desear la posición del mismo. Salomón conocía bien esto y lo consideró como traición. Por ello, el lector se sorprende cuando ve que la petición hecha a través de Betsabé fue la que ocasionó la condena y muerte de Adonías. Al general Benaía se le dio la tarea de ejecutarlo por orden de Salomón.
Expulsión de Abiatar 2:26–27
Habiendo terminado con Adonías, Salomón inmediatamente llamó al sacerdote Abiatar a su presencia para emitir su juicio. El rey consideraba su alianza con Adonías digna de muerte, pero por su posición de levita y la relación que había tenido con su padre, le concedió la vida con la condición de que dejara el sacerdocio para siempre. Así se cumplió la profecía de 1 Samuel 2:27–36 donde dice que nunca más fungirían como sacerdotes los descendientes de Elí.
Muerte de Joab 2:28–36
Otro hombre que había conspirado con Adonías fue Joab. Tan pronto oyó la noticia de Abiatar, supo que le tocaba su turno por haber asesinado a dos servidores de David (2 Samuel 3:27; 20:9–10). Él también se asió de los cuernos del altar de bronce; pidió misericordia aunque sabía que no era inocente. El altar era un lugar de refugio que se podía usar cuando un hombre mataba a otro en forma accidental, no para aquellos que cometían homicidio deliberado (Éxodo 21:13–14). Otra vez Benaía fue el verdugo de Joab. La familia de Joab no fue totalmente deshonrada, porque permitieron que le dieran sepultura en su propia tierra. Así fue como Salomón borró la culpa de sangre sobre Israel y la barrera a las bendiciones que Dios deseaba derramar sobre su pueblo.
¡TODO PECADO SERÁ JUZGADO!
Juicio de Simei 2:36–46
Para terminar la purga y cumplir la voluntad de David, Salomón mandó llamar a Simei. Le dio orden de mudarse a Jerusalén y lo puso en arresto domiciliario por el resto de su vida. De esta manera se le impediría tramar contra el trono junto con la tribu de Benjamín. Además, perdió todas sus propiedades en todas partes del reino, su poderío y sus asociaciones pasadas. Pero como algunos hombres de negocios que piensan primero en sus inversiones y después en las consecuencias, decidió salir de la ciudad para reclamar a dos siervos que se le escaparon. Esta acción fue la que selló su sentencia de muerte.
En conclusión, todos los conspiradores del complot para derrocar a David fueron eliminados. Habían pensado que podían recibir favores, posición, autoridad o reconocimiento por la alianza que tenían con Adonías. Pero tuvieron un mal líder y malos motivos. Siempre debemos considerar y conocer nuestros motivos personales antes de hacer alianza con otros.
¡ANALICE SUS MOTIVOS
ANTES DE ACTUAR!
¡PENSEMOS!
Algo importante que debemos comprender acerca de los cuernos del altar es que esta ley fue creada para ayudar a los que eran acusados de asesinato imprudencial. Sólo el rey tenía autoridad para decidir el castigo. ¿Cómo podemos aplicar esto hoy? ¿Acaso no nos recuerda la gracia de Dios? Nunca podremos clamar inocencia ante la ley de Dios porque no somos inocentes. Pero aunque somos culpables, Dios nos mira con amor, y pudiendo castigar nuestro pecado, nos perdona. La clave no está en nuestra capacidad de correr ante la presencia de Dios cuando caemos en pecado, sino en el sincero deseo de humillarnos ante él y arrepentirnos por completo de nuestra desobediencia.
Tengamos cuidado de no ser como los que se arrepienten sólo cuando el pecado sale a la luz. Que nuestro arrepentimiento sea genuino, de corazón, entendiendo que nuestra ofensa es primero contra el Hijo de Dios, quien nos amó hasta la muerte, y muerte de cruz (Filipenses 2:1–11).
SABIDURÍA DE SALOMÓN 3:1–4:34
Hemos llegado al punto clave que explica la bendición que Israel recibió. Se dice que un pueblo es tan sabio o necio como su líder; cuánta verdad hay en esto. Israel iba a experimentar la sabiduría de Dios a través de su rey. El énfasis que se da a las acciones salomónicas es para mostrar que Salomón fue un hombre de Dios. Su sabiduría se manifestó en su habilidad para administrar, militarizar y engrandecer el reino.
Una boda por motivos políticos 3:1
En este pasaje vemos la primera incongruencia en el relato, misma que empieza a debilitar la relación entre Salomón y Dios. En los primeros dos versículos del cap. 3, el libro dice que el rey tomó una acción incorrecta ante Dios, pero políticamente aceptable de acuerdo a las costumbres orientales. Decidió desposarse con la hija de faraón para incrementar su poder. No obstante, uno de los primeros mandamientos dados por Dios antes de entrar a la tierra prometida fue la prohibición de casarse con las hijas de los reinos paganos.
Este fue un grave error de Salomón. Ya antes de asumir el trono, se había casado con Naama de los amonitas, quien fue la madre de Roboam (14:21–31). Estos matrimonios con paganas significaban la introducción segura de dioses ajenos (Deuteronomio 31:16).
Los lugares altos 3:2–4
Aun con estos detalles mencionados, Salomón todavía tenía mucho amor por Jehová y mucha pasión por servirlo. En los vv. 3–4 se mencionan los “mil holocaustos” que presentó al Señor.
Desde que Israel ocupó la tierra de Canaán, el pueblo acostumbraba adorar en “los lugares altos”. Algunos de ellos tal vez habían sido usados por los moradores de Canaán anteriormente. Deuteronomio 7:5 dice que al pueblo le estaba prohibido usarlos. Aun así, porque amaba a Dios, Salomón llevó su ofrenda a Gabaón, que era el lugar oficial de adoración.
Esta ciudad se encontraba a 10 kms. al noroeste de Jerusalén; y anteriormente fue la capital del rey Saúl. Es importante notar que el uso de esos lugares presentaba un peligro a la adoración pura de Dios, porque originalmente eran para la adoración de dioses ajenos, el acto más detestado por el Señor. Posteriormente, llegaron a ser sinónimo de la abominación y la causa de la ruina del reino. Los “lugares altos” están relacionados con la amenaza (9:6–9) y el juicio (11:10–13).
El sueño de Salomón 3:3–4
Salomón ya estaba en su tercer año de reinado. Deseando estar cerca de Dios, durmió en Gabaón y Dios se le apareció en un sueño. El idioma hebreo no nos aclara si fue una visión o una epifanía. La revelación de dioses durante el sueño a un nuevo rey era una costumbre que otras naciones consideraban como algo que autenticaba el divino llamado del rey al trono. Para el pueblo de Israel esto tampoco era algo anormal, ya que Dios se revelaba constantemente a los reyes y profetas. Salomón fue el último rey de Israel que tuvo este privilegio. La promesa de Dios: “…pide lo que quieras” fue hecha para estimular la fe de Salomón (Mateo 21:22; Marcos 6:22; Juan 14:13). ¿Acaso la palabra de Dios no es igual para nosotros?
¡DIOS SE REVELA A TRAVÉS DE SU PALABRA
PARA ESTIMULAR NUESTRA FE!
La petición sabia de Salomón 3:6–9
Salomón tuvo no sólo el privilegio más grande de su vida al hablar con Dios sino también el de poder pedir cualquier cosa; verdaderamente este fue un sueño hecho realidad. Tal vez Salomón se sentía muy joven, inexperto, o profundamente agradecido y humillado por la grandeza de su Dios, “…y yo soy joven” (v. 7).
Por ello, decidió hacer una petición muy especial y adecuada. Vemos que todavía tenía sus prioridades bien centradas en Dios. Salomón aquí mostró un profundo sentido de responsabilidad y madurez al solicitar un “corazón entendido para juzgar a tu pueblo…” (v. 9). Necesitaba un corazón sensible, comprensivo e inteligente. No fue una petición egoísta, para agradarse a sí mismo, sino para el bienestar de todo el pueblo.
Salomón recibió una sabiduría de servicio a los propósitos de Dios y mientras mantuviera esa perspectiva, podía aplicarla correctamente a la vida moral y ética. Asimismo, podía expresarla en su conducta y en el temor y reverencia a Dios, pues estas manifestaciones provienen de una actitud de corazón y mente que se expresa en equidad moral.
La recompensa de Dios 3:10–15
Dios, complacido de que Salomón no pidiera riquezas, dominio sobre sus enemigos y larga vida; lo recompensó dándole incondicionalmente las dos primeras como no ha recibido ningún otro rey sobre la faz de la tierra
La última dependía totalmente de Salomón (v. 14): “Si anduvieres en mis caminos, guardando mis estatutos… yo alargaré tus días”. Tal vez por eso Salomón sólo llegó a cumplir 60 años de vida.
¡PENSEMOS!
Salomón comprendió que Dios era el supremo gobernante de la historia humana y que a él le tocaba hacer un trabajo importante en la historia de su pueblo. Por lo tanto, pidió a Dios que fuera su guía y consejero. ¿Qué de su trabajo o ministerio? Usted también puede y debe pedir a Dios sabiduría en todo lo que desempeña, él se la dará si la pide, pero debemos pedir que él nos revele lo que quiere que hagamos. Medite y aplique a su vida Efesios 3:20; esto garantiza no sólo un buen comienzo, sino también un buen final.
Administración de Salomón 3:16–4:34
El incidente entre las prostitutas demostró sin lugar a dudas que Salomón había recibido un corazón sensible y el don de Dios. A la vez, atestigua de lo que un ciudadano común podía esperar del monarca. Aun las prostitutas tenían acceso a la presencia del rey.
¡LOS CREYENTES TENEMOS ACCESO
A LA PRESENCIA DE DIOS!
Los eruditos estiman que en los días de David y Salomón la corte constaba aproximadamente de 5,600 oficiales. El cap. 4 detalla el sistema de administración de Salomón muy similar al del rey David con once miembros del gabinete (4:1–6); la organización de los distritos (4:7–19). La prosperidad del reino se define en 3 formas: 1) la cantidad de habitantes, 2) las comodidades de todos, y 3) la paz de la que gozaban gracias al poderío militar que desarrolló Salomón (4:20–28).
Finalmente, se atribuyen a Salomón 3,000 proverbios y 1,005 cantos o himnos. Asimismo, la fama de Salomón llegó a extenderse más allá de sus fronteras (2 Crónicas 9:22–23).
EL TEMPLO Y LA GLORIA DE SALOMÓN 5:1–10:29
Preparación del templo 5:1–18
La fama y gloria de Israel se incrementó aún más al iniciar los planes de construcción del templo. Por fin, después de más de 400 años de esperar, el pueblo recibió luz verde de parte de Dios para lograr el sueño de todo hebreo; hacer un templo. Qué mejor forma de mostrar a Dios el cariño y gratitud que sentían.
Hiram rey de Tiro glorificó a Dios cuando oyó la petición de Salomón de que le consiguiera todo el cedro y los hombres que pudiera para el proyecto.
Edificación del templo y del palacio 6:1–10, 14–38
Este capítulo nos da los detalles importantes del templo que son realmente impresionantes, ya que el Dios de Israel era grande y poderoso, y ¿como justificarían hacer un templo humilde y sencillo para el rey del universo? Tenía que ser maravilloso. Tan grandioso era el proyecto, que requirió ayuda y materiales de otras naciones. La tecnología para realizar cada detalle vino de todas partes del mundo conocido.
Además, contenía los elementos más preciados como oro, símbolo de gloria, esplendor y pureza; así como la mejor madera como el cedro. La construcción de un edificio prominente en la capital sería símbolo de honor a la deidad nacional. Dios moraba en su pueblo como autoridad máxima de la nación.
Dios visita a Salomón 6:11–13
Dios visitó a Salomón otra vez para recordarle la condición principal del trato: “…si anduvieres en mis estatutos, e hicieres mis decretos…”; insistió en la importancia de que el corazón esté por encima de las obras
¡DIOS NO MIRA LAS OBRAS, SINO EL
CORAZÓN!
Construcción del palacio real 7:1–12
El autor dedica escasos 12 versículos a la construcción del palacio, proyecto que duró trece años. Algunos eruditos comentan que la razón principal de construirlo fue para que su esposa, la hija del faraón, viviera allí, ya que no pertenecía al pueblo ni a la fe de los hebreos y no podía vivir cerca del templo porque podía contaminarlo.
Este es un ejemplo del alto costo del pecado. Esto a su vez, originó altos impuestos para pagar a la burocracia y los proyectos de edificación, mismos que posteriormente fueron la causa de que la nación cayera en bancarrota y se dividiera.
Dedicación del templo 8:1–11
Siete años y medio tardó la construcción del gran templo a Dios. El siguiente capítulo nos da todos los detalles y el testimonio de una dedicación como nunca antes se había hecho.
Se hizo el traslado del arca (vv. 1–9); y la preciosa presencia de Dios apareció en una nube (vv. 10–11). ¡Qué escena más impresionante y poderosa fue la que ocurrió en aquel lugar; qué emoción, qué gozo y qué gloria! ¡Sin duda nosotros hubiéramos querido estar allí alabando al Rey de reyes y Señor de señores! Fue la culminación y cumbre de la obra de Salomón.
Oración de Salomón 8:12–61
Inspirado por aquella visión indescriptible, el rey declaró a su pueblo la grandeza de Dios por medio de una oración de 31 versículos. En ella, apela al pueblo para “que sea pues perfecto vuestro corazón para con Jehová nuestro Dios” (v. 61).
El gran sacrificio de Salomón 8:62–66
Concluyó la celebración con un gran sacrificio (vv. 62–63); el más grande y costoso de la historia, difícil de calcular si nos basamos en el sistema monetario actual. La sangre de tantos animales se calcula que fue de más de 100,000 litros, y requirió el esfuerzo de más de 100 sacerdotes que trabajaron un promedio de 15 a 20 horas durante la ceremonia. Todo eso fue algo único y nuevo que el pueblo de Israel hizo para Dios. Si el templo hubiera sobrevivido hasta nuestros días, sin duda sería una de las maravillas más grandes del mundo.
Pacto de Dios a Salomón 9:1–28
Llegamos a los versículos claves de los libros de Reyes; el eje del relato; la cima de la montaña; el lugar donde Salomón podía haber subido aún más alto o podía caer de la gracia de Dios. Esta visión fue similar a la de Gabaón y fue la última que Salomón vería. Asimismo, fue la última advertencia que Jehová le dio, fue una profecía literal de lo que ocurriría si el pueblo pecaba.
Dios no estaba impresionado con las obras de los hombres, o con la creatividad y audacia de realizar grandes proyectos. Dios no deseaba ver que el pueblo confiara en su poderío militar, o en sus riquezas; deseaba ver una dependencia total de él. De lo contrario “… esta casa, que estaba en estima, cualquiera que pase por ella se asombrará, y se burlará” (v. 8a).
Finalmente, el autor menciona otras actividades y asuntos de Salomón y su actuación con las naciones vecinas (vv. 10–28).
Fama, riqueza y sabiduría de Salomón 10:1–29
El autor menciona que la reina de Sabá o Arabia (lo que hoy es Yemen) deseaba probar la sabiduría de Salomón, su fama había llegado a todos los reinos circunvecinos
Esto nos dice qué importante es nuestro testimonio ante los demás cuando andamos en obediencia a Dios.
Salomón fue ejemplo a las naciones de lo que se puede lograr en fama, riqueza, sabiduría, posesiones, alcance geográfico y poder si aceptamos la voluntad y guía de Dios todopoderoso.
La riqueza mencionada acerca de las 25 toneladas anuales de oro que Salomón recibía de salario no es nada comparada con la riqueza de contar con la presencia de Dios. ¡Cuánto más para la vida personal y familiar de cada uno de nosotros! Sin embargo, el relato pone toda la atención en Salomón cuando es Dios el autor de todo lo que el rey recibía.
¡RAZONEMOS!
El alcance de la sabiduría de Salomón no es que llegó a la perfección total y absoluta en todos los aspectos de la vida. Pero sí cubría una amplia gama, en especial, el aspecto judicial y el de gobernar prudentemente en lo civil, secular y religioso. El hecho de que Salomón cometiera errores serios aun después de recibir el don de Dios, nos dice que lo que poseía no hacía que todas sus decisiones fueran sabias. Salomón seguía siendo un hombre con una debilidad: su naturaleza humana pecaminosa igual a la de nosotros. Si dejaba que su amor a Jehová se enfriase, toda la sabiduría del mundo no le evitaría caer en el pecado y recibir sus consecuencias.
¡NO ES LA SABIDURÍA, SINO EL AMOR
INCONDICIONAL A DIOS EL QUE NOS GUARDA
DEL PECADO Y SUS CONSECUENCIAS!
.
DOWNLOAD HERE>>>
http://www.ermail.es/link/TCVmmA2ccJJaaATCeC7CmA7CjaallVaa

viernes, 28 de febrero de 2014

La Buena batalla de la fe: Lucha espiritual

Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6


 
 
Tipo de Archivo: PDF | Tamaño: MBytes | Idioma: Spanish | Categoría: Capacitación Ministerial
La Buena Batalla de la Fe

Por lo demás, fortalézcanse en el Señor y en el poder de su fuerza.
 Revístanse con toda la armadura de Dios para que puedan estar firmes contra las insidias del diablo.
Porque nuestra lucha no es contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los poderes (gobernantes) de este mundo de tinieblas, contra las fuerzas espirituales de maldad en las regiones celestes.
Por tanto, tomen toda la armadura de Dios, para que puedan resistir en el día malo, y habiéndolo hecho todo, estar firmes.
Estén, pues, firmes, ceñida su cintura con la verdad, revestidos con la coraza de la justicia, calzados los pies con la preparacion para anunciar el evangelio de la paz.
Sobre todo, tomen el escudo de la fe con el que podrán apagar todos los dardos encendidos del maligno.
Tomen también el casco de la salvacion, y la espada del espíritu que es la palabra de Dios.
Con toda oración y súplica oren en todo tiempo en el Espíritu, y así, velen con toda perseverancia y súplica por todos los santos.

- Efesios 6:10-18 (Nueva Biblia de los Hispanos.


Para definir la armadura de Dios hay una serie de preguntas que debemos hacernos: ¿Qué es? ¿Por qué motivo es Pablo usó ésa ilustración? ¿Qué podemos aprender de ella? ¿Cómo podemos aplicarla a nuestras vidas?

Veamos la Batalla Espiritual desde una perspectiva Bíblica.

En estos últimos años se ha escuchado mucho acerca de la guerra espiritual, y la gente ha quitado el balance de lo que es la verdadera batalla espiritual.

En 2 Corintios 2:11 dice: “Para que Satanás no gane ventaja alguna sobre nosotros;  pues no ignoramos sus maquinaciones” (Reina Valera 1960).

La Biblia EUNSA lo traduce así: “para que no seamos engañados por Satanás, ya que no desconocemos sus propósitos.”

No debemos ignorar los propósitos y maquinaciones del diablo, pero tampoco debemos irnos al otro lado, llegando a un extremismo en que todo lo veamos demonios.

Hace años una hermana veía todo demonios, en cada cosa, en cada lugar veía uno. Un día en una reunión de liderazgo, el grupo estaba tomando un café, y cuando la hermana levantó la tapa de la azucarera, el Pastor golpeo su mano para impedir que levante la tapa y le dijo: “¡No!”

La hermana sorprendida le preguntó: “¿Por qué Pastor?” Y el Pastor le respondió: “Hermana, no vaya a suceder que se escape el demonio del azúcar.”

La hermana se dio cuenta de lo que le dijo el Pastor y cambió su forma de pensar en cuanto al tema de los demonios.

La gente no se da cuenta pero al hacer esto y ver al diablo en todas partes, lo único que hacen es glorificarlo.

Son como la hermana que testificó en un servicio: “Hermanos el diablo me persiguió toda la semana; ¡bendito sea su santo nombre!”

Realmente la hermana no quería glorificar al diablo, pero al pasársela todo el tiempo hablando de él, y de las cosas que le hacía, sin darse cuenta le dio la gloria.

Eso es lo que está pasando el día de hoy; la guerra espiritual se ha vuelto muy popular; encontramos, conferencias, Biblias, posters, libros de estudio, polos y hasta juguetes; los escuchamos en la radio, en la televisión por todos lados.

Se han ido al otro extremo.

Pero, ¿el creyente debe hacer guerra espiritual?

Veamos lo que dice la Biblia.

En 1 Juan 3:8 dice: “El que practica el pecado es del diablo;  porque el diablo peca desde el principio.
Para esto apareció el Hijo de Dios,  para deshacer las obras del diablo” (Reina Valera 1960).

La Biblia del Pueblo de Dios lo dice así: “Pero el que peca procede del demonio, porque el demonio es pecador desde el principio. Y el Hijo de Dios se manifestó para destruir las obras del demonio.”

Wuest comenta acerca de esta palabra deshacer: “’Destruir’ es en el texto griego luo, ‘aflojarse, disolver’ Westcott comenta: ‘Las obras del diablo son representadas como teniendo una cierta consistencia y cierta coherencia. Muestran un tipo de frente sólido. Pero Cristo, con Su aparición, los ha revelado en completa insustanciabilidad. Él 'ha deshecho' las aparentes ataduras por las cuales fueron sujetados’ Pero Él ha hecho más que eso. Por la sangre de la Cruz que Él pagó por el pecado, hizo una vía de escape del enemigo principal de las almas de hombres, derrotando los propósitos del diablo, y finalmente causando su caída completa.”

Es la misma palabra que se usó en Lucas 3:16: “Respondió Juan,  diciendo a todos: Yo a la verdad os bautizo en agua;  pero viene uno más poderoso que yo,  de quien no soy digno de desatar la correa de su calzado;  él os bautizará en Espíritu Santo y fuego” (Reina Valera 1960).

Esta palabra nos da la idea de desatar el nudo de un zapato; y es la figura que nos da Juan el Bautista cuando hablaba de Jesús en este pasaje.

También vemos está palabra en la sanidad de la mujer encorvada, en Lucas 13:10-16.

Enseñaba Jesús en una sinagoga en el día de reposo; y había allí una mujer que desde hacía dieciocho años tenía espíritu de enfermedad, y andaba encorvada, y en ninguna manera se podía enderezar. Cuando Jesús la vio, la llamó y le dijo: Mujer, eres libre de tu enfermedad. Y puso las manos sobre ella; y ella se enderezó luego, y glorificaba a Dios. Pero el principal de la sinagoga,  enojado de que Jesús hubiese sanado en el día de reposo, dijo a la gente: Seis días hay en que se debe trabajar; en éstos, pues, venid y sed sanados, y no en día de reposo. Entonces el Señor le respondió y dijo: Hipócrita, cada uno de vosotros  ¿no desata en el día de reposo su buey o su asno del pesebre y lo lleva a beber? Y a esta hija de Abraham, que Satanás había atado dieciocho años,  ¿no se le debía desatar de esta ligadura en el día de reposo? (Reina Valera 1960).

Esta es la obra que Jesús estuvo haciendo durante su ministerio, desatando todas las ataduras del diablo en contra de la gente.

Hechos 10:38 es bien claro respecto a esto: “Cómo Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder a Jesús de Nazaret, y cómo éste anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él! (Reina Valera 1960).

En Hebreos 2:14 podemos ver más acerca de esta victoria: “Así que,  por cuanto los hijos participaron de carne y sangre,  él también participó de lo mismo,  para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte,  esto es,  al diablo” (Reina Valera 1960).

Veamos este pasaje en otras versiones para poder entender mejor lo que fue esta gran victoria.

Hebreos 2:14 (Nuevo Testamento de Arcas y Fernández)
14 Y como los miembros de una familia participan de una misma carne y sangre, también Jesús comparte carne y sangre con los hombres. Puede así, con su muerte, reducir a la impotencia al señor de la muerte, es decir, al diablo.

Hebreos 2:14 (Biblia Latinoamericana)
14 Puesto que esos hijos son de carne y sangre, Jesús también experimentó esta misma condición y, al morir, le quitó su poder al que reinaba por medio de la muerte, es decir, al diablo.

Hebreos 2:14 (Nueva Versión Internacional)
14 Por tanto,  ya que ellos son de carne y hueso, él también compartió esa naturaleza humana para anular,  mediante la muerte,  al que tiene el dominio de la muerte; -es decir,  al diablo.

Vemos que Jesús no solo le quito todo su poder al diablo, lo anuló, lo redujo a la impotencia y lo destruyó (su poder).

El término destruir que usa en la Reina Valera es katargéo; que significa:  estar ó dejar enteramente inmóvil (inútil), inutilizar, invalidar, libre, abolir, acabar, dejar, deshacer, desligar, destruir, perecer, quitar, suprimir.

Satanás no fue aniquilado sino despojado de todo su poder, el poder que tenía sobre la muerte y el Hades ya fue quebrado; ahora Jesús es el que posee las llaves; Jesús es el que tiene la autoridad.

Por eso, cuando nos enfrentamos a Satanás y su ejército nos enfrentamos a enemigos que han sido despojados de poder; cuyo poder se anuló y redujo a la impotencia por causa de Jesús.

Por ese motivo es que en Romanos 8:37 dice: “Antes,  en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó” (Romanos 8:37).

Esta frase “mas que vencedores” siempre me llamó la atención, ¿de que está hablando?

Dicen que después de una terrible pelea, en la que casi pierde pero que finalmente ganó, el campeón mundial de boxeo de peso completo recibió su cheque por 20 millones de dólares.

Había peleado y había ganado, era el vencedor.

Cuando llegó a su casa y abrió contento la puerta vió que su esposa lo esperaba con un bate de beisbol y que le decía: “Cariño, ¿Qué tienes para mí?”

Así que el campeón simplemente extendió la mano y le dio el cheque del premio por el que había luchado tan duramente.

¿Quién fue el vencedor? El esposo.

¿Quién fue más que vencedor? La esposa.

La esposa disfrutó de algo por lo que no había hecho nada.

Esa es la idea de que somos más que vencedores; Jesús venció al diablo por nosotros y ahora es que podemos disfrutar de esa victoria.

Pero, vemos que hay muchos cristianos derrotados por el diablo, ¿qué pasó?

No han entendido que el campo de batalla es en la mente.

En 2 Corintios 10:3-5 vemos la naturaleza de nuestra batalla espiritual: “Pues aunque andamos en la carne, no militamos según la carne; porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo” (Reina Valera 1960).

El diablo trabaja en la mente trayendo opresión y atadura por medio del engaño y la manipulación, pero debemos darnos cuenta que ya es un enemigo derrotado; Jesús ya desató y deshizo todo el poder que tenía en nuestra contra.

Satanás ha apelado a las mismas tácticas desde el principio, podemos verlo desde la misma creación, cuando elaboró su plan para adueñarse de ella.

En Génesis 3:1-6 vemos como trabajo con Eva en la tentación: “Pero la serpiente  era astuta, más que todos los animales del campo que Jehová Dios había hecho; la cual dijo a la mujer: ¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto? Y la mujer respondió a la serpiente: Del fruto de los árboles del huerto podemos comer; pero del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo Dios: No comeréis de él,  ni le tocaréis, para que no muráis. Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis; sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios,  sabiendo el bien y el mal. Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el cual comió así como ella” (Reina Valera 1960).

Aquí se ve claramente el como Satanás manipuló a Eva torciendo las escrituras y diciéndole una verdad a medias.

Usó la táctica con la que envenenaron a Blancanieves, le trajo a Eva una manzana podrida que externamente había sido decorada para verse muy bien.

Jesús mismo en su ministerio también tuvo que enfrentarse a una situación similar, cuando fue tentado por el diablo en Lucas 4:1-12.

Veamos este pasaje en la versión Reina Valera 1960.

Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán, y fue llevado por el Espíritu al desierto por cuarenta días, y era tentado por el diablo. Y no comió nada en aquellos días, pasados los cuales, tuvo hambre.

Entonces el diablo le dijo: Si eres Hijo de Dios, di a esta piedra que se convierta en pan. Jesús,  respondiéndole, dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra de Dios.

Y le llevó el diablo a un alto monte, y le mostró en un momento todos los reinos de la tierra. Y le dijo el diablo: A ti te daré toda esta potestad, y la gloria de ellos; porque a mí me ha sido entregada, y a quien quiero la doy. Si tú postrado me adorares, todos serán tuyos. Respondiendo Jesús, le dijo: Vete de mí, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él solo servirás.

Y le llevó a Jerusalén, y le puso sobre el pináculo del templo, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, échate de aquí abajo; porque escrito está: A sus ángeles mandará acerca de ti, que te guarden; y, en las manos te sostendrán, para que no tropieces con tu pie en piedra. Respondiendo Jesús,  le dijo: Dicho está: No tentarás al Señor tu Dios.

Y cuando el diablo hubo acabado toda tentación,  se apartó de él por un tiempo.

Aquí Jesús se enfrentó con el diablo, pero no se dejó vencer y nos mostró el camino para caminar en esa victoria que es vencerlo por medio de la Palabra de Dios.

Así que no depende de Dios, ni del diablo que seamos oprimidos y atados, depende solamente de nosotros, porque la obra de victoria ya fue hecha.

En Santiago 4:7 dice las siguientes palabras: “Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros” (Reina Valera 1960).

Aquí término someteos es jupotasso que es principalmente un término militar, ordenar abajo (jupo, debajo; tasso, ordenar). Denota: ponerse en sujeción, sujetarse.

Al someternos estamos poniéndonos bajo las ordenes de Dios; nos sometemos a Su Palabra; es decir, la aceptamos como una realidad en nuestras vidas.

Cuando un General le da una orden a un soldado, este se para al frente y le dice: “Si mi General”; y luego va y hace lo que le dijo su General.

Si nuestro General nos ha dicho que tenemos autoridad, lo aceptamos como un hecho; si nuestro General ha dicho que somos sanos por la llagas de Jesús, lo somos, lo aceptamos como un hecho; si nuestro General dice que somos la victoria, ya es nuestra.

Este verso nos dice tres cosas

Lo primero es que debemos aceptar su Palabra como un hecho real para nosotros.

Lo segundo es resistir al diablo. ¿Cómo lo hacemos? Igual que Jesús, usando la Palabra de Dios.

Lo tercero es que al diablo no le quedará más remedio que huir de nosotros.

El huirá, escapará de nosotros, como una mosca al ver un matamoscas.

En Primera de Pedro 5:6-9 vemos algo similar: “Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios,  para que él os exalte cuando fuere tiempo; echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros. Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente,  anda alrededor buscando a quien devorar; al cual resistid firmes en la fe, sabiendo que los mismos padecimientos se van cumpliendo en vuestros hermanos en todo el mundo” (Reina Valera 1960).

Vemos aquí el mismo principio de Santiago, humillarnos ante la poderosa mano de Dios, someternos a Él y Su Palabra.

Si Dios ha dicho algo es así; debemos creerle, no dependiendo de nuestras propias fuerzas sino de las del Señor.

Debemos ser sobrios y velar; es decir mantenernos firmes en la Palabra; no ir a derecha ni ha izquierda.

Y debemos resistirlo con la Palabra de Dios y el nombre de Jesús.

Una cosa final en este verso es que no estamos solos, ni que recibimos “el gran ataque”, uno como nunca tuvo nadie; no es así, los mismos ataques que sufrimos los han sufrido otros hermanos; y si otros los han vencido nosotros también venceremos.

Entonces podemos ver que hay una batalla espiritual en la cual ya tenemos la victoria.

Como hemos visto, entramos en esta batalla espiritual con la victoria en las manos.

Efesios 6:12 dice: “Porque nuestra lucha no es contra sangre y carne (oponentes físicos), sino contra principados, contra potestades, contra los poderes (gobernadores) de este mundo (presente) de tinieblas, contra las fuerzas espirituales de maldad en las regiones celestes” (Biblia Expandida de Fe).

No son oponentes físicos contra los que luchamos son oponentes espirituales.

Otra característica de esta batalla es que es una batalla de fe, la cual vencemos creyendo en las promesas que ya nos han sido dadas en la Palabra de Dios.

En 1 Timoteo 1:18-19 dice: “Este mandamiento, hijo Timoteo, te encargo, para que conforme a las profecías que se hicieron antes en cuanto a ti,  milites por ellas la buena milicia, manteniendo la fe y buena conciencia, desechando la cual naufragaron en cuanto a la fe algunos” (Reina Valera 1960).

La Nueva Versión Internacional lo dice de esta manera: “Timoteo, hijo mío, te doy este encargo porque tengo en cuenta las profecías que antes se hicieron acerca de ti. Deseo que, apoyado en ellas,  pelees la buena batalla y mantengas la fe y una buena conciencia. Por no hacerle caso a su conciencia, algunos han naufragado en la fe.”

Y en el capítulo 6 verso 12 le vuelve a decir: “Pelea la buena batalla de la fe;  haz tuya la vida eterna,  a la que fuiste llamado y por la cual hiciste aquella admirable declaración de fe delante de muchos testigos” (Nueva Versión Internacional).


Hay una buena batalla que luchar, la batalla de la fe a la cual entramos con la victoria en la mano y vencemos creyendo las promesas que Dios nos dio en Su Palabra.


https://story.ad/site/file_download/smartpublicity1467919561neTNIrOs.html