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domingo, 3 de julio de 2016

Y dijo Dios: Ponle por nombre Lo-ammi, porque vosotros no sois mi pueblo, ni yo seré vuestro Dios

El propósito de este curso es que la Iglesia de Cristo aprenda y reflexione sobre el mensaje dado por este Profeta al reino del norte, y evite las consecuencias desastrosas que ellos sufrieron por abandonar a Dios. La expresión: “Mi pueblo fue destruido, porque le faltó conocimiento”, nos lleva a pedira cada miembro de la iglesia que aprenda, enseñe y viva los mandamientos de Dios; por ello recomendamos la memorización del decálogo durante este tiempo de estudio. Oseas vivió la experiencia de lanzar el mensaje de Dios al reino del norte con la esperanza de que éste se arrepintiera y comprendiera cuánto le amaba el Señor.

El libro de Oseas se denomina así por el nombre del profeta que lo escribió. Óseas es el primero de los doce profetas menores. 

Se llaman "menores" no porque sean de menor importancia que los profetas mayores, sino porque sus libros son más cortos. 

Muchos escritores antiguos hebreos y cristianos consideraban los escritos de los profetas menores como un solo libro. En vista de que la época abarcada por estos profetas se parece a la nuestra en su espíritu materialista y comercial, y por sus males sociales, estos libros tienen un mensaje definido e importante para nosotros hoy. 

El nombre Óseas (Heb. Hoshea') es una forma abreviada del Heb. Hosha'eyah (Jer 42: 1; 43: 2), que significa "Yahweh ha salvado". 

2. Paternidad literaria.- 
No se sabe nada más de la historia de la familia de Óseas que lo que se dice en los versículos con que comienza su profecía. El nombre del padre del profeta, Beeri (Heb. Be'eri, "mi pozo"), no revela la tribu a la cual pertenecía Óseas. 

No sabemos nada de los acontecimientos de los últimos días de Óseas, ni del lugar ni el tiempo de su muerte. Sin embargo, la evidencia interna aclara que Óseas pertenecía al reino del norte, Israel, y que allí ejerció su ministerio. 

3. Marco histórico.- 
Los reinados durante los cuales Óseas profetizó están ubicados, según la cronología de este Comentario, como sigue (los años son a. C.):

  • Uzías (790- 739), 
  • Jotam (750-731), 
  • Acaz (735-715) y 
  • Ezequías (729-686), 
  • reyes de Judá; y 
  • Jeroboam II (793-753), rey de Israel. 
Óseas debe haber empezado su ministerio mucho antes de 753 a. C., y tuvo que haber continuado en actividad hasta algún tiempo después de 729 a. C. 

Vivió en el período más tenebroso de la historia del reino de Israel, precisamente antes de que la nación fuera llevada al cautiverio por Asiria. Como el libro de Óseas no hace mención ninguna de este acontecimiento, es probable que fuera escrito antes de la ruina final del reino del norte. 

En los días de Jeroboam II, Israel prosperó materialmente y progresó más que en cualquier otro tiempo desde los reinados de David y Salomón (ver com. Ose. 2: 8). Sus límites por el norte eran casi tan extensos como los que existieron en los días de aquellos reyes (2 Rey. 14: 25, 28). 

Sin embargo, esta gloria externa sólo hacía destacar más la decadencia moral interior y la declinación espiritual del pueblo. La anarquía política y la falta de gobierno caracterizaron esos tiempos. 

Hubo reyes que ascendieron al trono después de matar a sus predecesores, y a su vez ellos fueron asesinados. 

  • Salum asesinó a 910 
  • Zacarías, y Manahem asesinó a Salum, 
  • Peka asesinó a Pekaía, hijo de Manahem; y 
  • Óseas, el último rey de Israel, asesinó a Peka. 
Posiblemente por esta anarquía vergonzosa que se produjo después de Jeroboam II, éste solo es mencionado por Óseas, y sus sucesores son omitidos (Ose. 1: 1); o posiblemente el profeta se fue al sur, a Judá, después del reinado de Jeroboam. 

Oseas se refiere varias veces al culto idolátrico al becerro levantado por Jeroboam I (1 Rey. 12), como causa principal de la impiedad de Israel. Este culto al becerro quizá preparó el camino más tarde para un culto más cruento y más inhumano que se ofrecía en honor de Baal y Astoret: la espantosa abominación del sacrificio de niños y la inexplicable degradación de una desenfrenada sensualidad. 

Oseas vivió en el tiempo de la cosecha de esta mala siembra. La adoración a la criatura desplazó la adoración al Creador. Ningún mandamiento del verdadero Dios era obedecido. Prevalecían la falta de honradez, la desconfianza mutua y la falsedad frente a Dios y al hombre. 

En los prósperos días de Jeroboam II se derramaba sangre en abundancia, y se estimulaba el lujo en todas sus formas. Por regla general, se pervertía injusticia y se oprimía a los pobres. 

El adulterio era una práctica religiosa. Todos los niveles sociales se habían corrompido y la blasfemia y el escepticismo caracterizaban a la corte real. Los sacerdotes, entregados enteramente a la idolatría, se unían con el pueblo en su pecaminosidad, y aumentaban la corrupción que imperaba en el país. 

Oseas fue llamado por Dios para que se opusiera a esa inundación de maldad del reino del norte, y para que levantara diques de reprensión, condenación y súplica: de súplica basada en el eterno amor de Dios por sus hijos descarriados. Pero los ruegos de Óseas no fueron escuchados por un pueblo apóstata. 

La impía nación impenitente e inconversa, se aferró a su rebelde conducta, y fue llevada al cruel cautiverio del yugo asirio. 

Óseas dio el último mensaje de Dios al reino del norte antes de su caída en 723/722 a. C.

4. Tema.- 
El tema predominante del libro de Óseas es el amor de Dios para con su pueblo extraviado. Las experiencias por las cuales pasó el profeta en su vida familiar y los sentimientos de su propio corazón para con su esposa infiel, le dieron una idea de las profundidades insondables del amor del Padre para su pueblo. 

La terrible maldad del reino del norte aparece aún más tenebrosa a la luz de ese amor divino, y Óseas de ninguna manera disculpa al pueblo por su conducta. El profeta también describe con tonos lóbregos los terribles castigos que caerían sobre Jerusalén si persistía en su impiedad. Estas amonestaciones no son amenazas, sino declaraciones de hechos que muestran que el castigo sigue ineludiblemente al pecado. 

Sin embargo, en todo lo que escribe Óseas expresa el tierno amor de Dios para con su pueblo descarriado. El libro está lleno de exhortaciones al arrepentimiento y mensajes de esperanza para los que quisieran volver a su Padre amante. 

5. Bosquejo.- 
I. Sobrescrito, Oseas 1: 1. 
II. La relación de Dios con Israel simbolizada por la relación de Óseas con su propia                 familia, Oseas 1: 2 a Oseas 3: 5. 
   A. La infidelidad de Israel simbolizada por la familia del profeta, Oseas 1: 2-9. 
         1. Casamiento de Óseas, Oseas 1: 2-3. 
         2. Nacimiento de Jezreel, Oseas 1: 4-5. 
         3. Nacimiento de Lo-ruhama, Oseas 1: 6-7. 
      4. Nacimiento de Lo-ammi, Oseas 1: 8-9.  
   
   B. Promesa de que Dios aceptaría a Israel en el futuro, Oseas 1: 10 a Oseas 2: 1. 
   C. La idolatría de Israel comparada con la infidelidad de Gomer, 2: 2-13. 
   D. El amor de Óseas por Gomer, y el amor de Dios para con Israel, Oseas 2: 14-23. 
   E. El regreso de Gomer a Óseas, y el regreso de Israel a Dios, Oseas 3: 1-5. 

III. La condición de impiedad de Israel y la certeza del castigo, Oseas 4: 1 a Oseas 10: 15.      A. La acusación de perversidad, Oseas 4: 1 a Oseas 7: 16 
      1. Impiedad del pueblo en conjunto, Oseas 4: 1-19. 
      2. Impiedad de sacerdotes y gobernantes, Oseas 5:1-15. 
      3. Exhortación al arrepentimiento, Oseas 6: 1 - 11. 
      4. Perversidad de la casa real, Oseas 7: 1-16. 
  B. El castigo sobre la nación, Oseas 8: 1 a Oseas 10: 15. 
      1. La trágica cosecha de depender neciamente de Asiria, Oseas 8: 1-14. 
      2. Exilio a Asiria y disminución de la población, Oseas  9: 1-17. 
      3. El lugar de culto devastado y el reino destruido, Oseas 10: 1-15. 

IV. Resumen del trato de Dios con Israel, Oseas 11: 1 a Oseas 14: 9. 
   A. La misericordia de Dios y su amor para Israel, Oseas 11: 1-11 
   B. La ingratitud e impiedad de Efraín contrastadas con el caso de Jacob, Oseas 11: 12            a Oseas 12: 14. 
   C. El castigo divino sobre Efraín, Oseas 13: 1-16. 
   D. La súplica para regresar y la promesa de plena redención, Oseas 14: 1-9.

lunes, 30 de mayo de 2016

Acusen a su madre...Porque ella ya no es mi mujer, ni yo soy su marido. Que quite sus fornicaciones de delante de su cara y sus adulterios de entre sus pechos. No sea que yo la desnude por completo y la ponga como en el día en que nació

RECUERDA Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6




OSEAS: LA ANGUSTIA DE LA INFIDELIDAD
Oseas: 
¿Puede alguien amar a una prostituta?

¿Puede alguien explicar las razones subjetivas por las cuales una persona ama a otra persona? Es mucho más fácil describir por qué uno no ama a un miembro del sexo opuesto. La mayoría de la gente no se siente inmediatamente atraída hacia una persona impura, egoísta, engañosa y mala.

Si es que una persona va a comprometerse con otra por el resto de su vida, quiere estar segura de que esa otra persona la ama y que va a dedicar su vida a esta relación. Muchos se retraerían ante el pensamiento de casarse con una prostituta o de restaurar una relación matrimonial con un cónyuge que pasó el último año trabajando en la prostitución masculina o femenina.

Algunos podrían llegar a la conclusión de que las prostitutas son despreciables e incapaces de tener un compromiso de amor profundo con otra persona. Su pecado es de alguna manera menos tolerable, más ofensivo, menos perdonable y más repugnante que otros pecados. Ocultar la verdad, hacer trampa en una prueba, no preocuparse por diezmar o la infidelidad a Dios, no parecen ser cosas tan graves. No obstante, Dios tiene la visión de que todos los pecados son falta de santidad, actos traicioneros que mellan una relación, una ruptura de un compromiso de amor con Él, una prostitución de lealtades.

A pesar de la gran infidelidad de los pecadores del mundo, Dios los amó de tal manera, que voluntariamente perdonó sus actos de prostitución a intereses egoístas, fama, fortuna, placeres, drogas, trabajo o popularidad. En esta condición pecaminosa de infidelidad, no hay cualidad que haga atractiva a las personas; no hay buenas razones que expliquen el amor de Dios. ¡Pero aun así, Dios amó! Lo horrendo del pecado exhibe la grandeza del amor de Dios.

El profeta se identificó con los sentimientos de dolor y de enojo por parte de Dios hacia un compañero de pacto infiel y con el gran amor de Dios por su pueblo. ¿Con qué frecuencia los mensajeros de Dios se identifican hoy en día con esta visión del pecado? Si no lo hacen, ¿no estarán minimizando las misteriosas maravillas del gran amor de Dios?

Entorno social
Contexto histórico
Oseas vivió durante el tiempo de Jeroboam II, rey de Israel, y de Uzías, Jotam, Acaz y Ezequías, reyes de Judá (Oseas 1:1). Alusiones históricas sugieren que el ministerio del profeta se extendió desde 755 hasta 725 a.C. Durante estos años, la condición política y militar de Israel sufrió un gran revés.

La posición de poder de la nación y la prosperidad bajo Jeroboam II colapsaron totalmente poco después del 725 a.C.

El profeta predicó en Israel en tres entornos diferentes.
El contexto más temprano precedió a la muerte de Jeroboam II, el gran nieto de Jehú (Oseas 1:4).
 Se encuentran señales de los prósperos días de este fuerte gobernante militar (2 Rey. 14:25) en las declaraciones positivas acerca de la tierra llena de lana, lino, vino, oro y plata (2:8-13).
Los ricos vivían en grandes fortalezas (Amós 3:15; 5:11) y tenían un falso sentido de seguridad en su poder militar (Amós 6:13,12-14).

El segundo período fue un tiempo de depresión económica y de debilidad militar. Varios reyes fueron asesinados (Oseas 7:7 ; Oseas 8:4) y la anarquía era común en Israel (2 Rey. 15:8-38). El rey asirio Tiglat-pileser III (745–727 a.C.) contribuyó a las aflicciones de la nación exigiendo tributos (2 Rey. 15:19,29). En 734–732 a.C. destruyó a Israel (y a Siria) por tratar de forzar al rey Acaz de Judá a unirse a una coalición antiasiria (2 Rey. 15:27-29: 16:5-9; Isa. 7; 2 Crón. 28). El terror en Israel durante esta guerra se reflejó en el sonido de la bocina (5:8-11; 8:1)3 y en la derrota de Israel (5:14).

Aunque el tercer período fue un poco menos caótico debido a la habilidad del rey Oseas para hacer alianzas prudentes con Egipto y Asiria (Oseas 8:9 ;  Oseas 9:3 ; Oseas 12:1 ; 2 Rey. 17:4), eventualmente Asiria se dio cuenta de su traición y destruyó a Israel (2 Rey. 17:5-6). El libro de Oseas no describe este desastre final (722/721 a.C.), pero el profeta probablemente lo vivió.

La estructura del orden social
Oseas vivió en Israel, la nación del norte. Samaria, la ciudad capital, y los templos con los becerros de oro tenían un efecto cultural dominante sobre la conducta y las creencias en Israel.

La visión de Oseas y la de su audiencia sobre la realidad objetiva estaba influida por la política foránea, la intriga política entre líderes y el sincretismo religioso que enseñaban los sacerdotes. Oseas estaba familiarizado con la agricultura (Oseas 2:5-12; Oseas 4:16; Oseas 5:14; Oseas 7:14; Oseas 8:7,9; Oseas 9:2,10; Oseas 10:1,4,11-13) y usó metáforas de animales y de la naturaleza (Dios es como un pastor en Oseas 13:5-6a, NVI; y como una osa en Oseas 13:8).

Los sermones de Oseas se basaron en los patrones sociales que regulaban:

  • el matrimonio, 
  • la manera de nombrar a los hijos, 
  • la vida familiar, 
  • los modos agrícolas de ganarse la vida, 
  • el mercado de esclavos, 
  • la adoración en el templo y 
  • la guerra. 
Muchos patrones culturales en Israel estaban influidos por el baalismo, porque la gente aceptaba sus maneras de entender la naturaleza, las costumbres sociales y el poder divino. Para comunicarse efectivamente con su audiencia, Oseas interactuó creativamente con el ritual y las creencias teológicas dentro de la mitología del baalismo.

La mitología y el ritual del baalismo contenían una cosmovisión que tenía ciertas similitudes con los puntos de vista hebreos (de otro modo ningún israelita hubiera creído nada de eso), pero incluía muchas ideas que contradecían sus antiguas tradiciones.

La gente pensaba que Baal era un dios (Oseas 2:13,17; Oseas 11:2), el poder divino que bendecía la tierra con fertilidad (Oseas 2:5,8-9; Oseas 7:14). Con metáforas sexuales, Baal proveía fertilidad enviando lluvia a la tierra, la diosa madre.

Hacía a las personas fructíferas (muchos hijos; Oseas 9:10-14), porque él era "baal", el "amo, esposo". La gente ofrecía sacrificios tanto a Dios como a Baal (Oseas 2:13; Oseas 4:13; Oseas 10:1; Oseas 11:2) y el ritual del templo incluía actos sexuales que imitaban y celebraban las acciones de Baal para traer fertilidad. Los actos de fornicación eran tanto físicos (con prostitutas) como espirituales (con otros dioses).

La ubicación social y el rol del profeta
Se sabe poco acerca del lugar de nacimiento del profeta, de su nivel social o de su ocupación antes de llegar a ser profeta. Las referencias frecuentes a Efraín (Oseas 5:3,5,11-14; Oseas 6:4,10; Oseas 7:1,8,11) y a ciudades en la nación del norte indican que Oseas vivió y dio sus sermones en Israel.


  • Oseas era un joven en edad para casarse cuando el Señor le pidió que representara la relación de Dios con Israel casándose con una mujer fornicaria (Oseas 1:2). 
  • Él experimentó los gozos del matrimonio y de tener hijos (Oseas 1:2-6), pero también tuvo angustias porque su esposa Gomer le fue infiel (Oseas 2:2-7). 
  • El amor de Oseas por su esposa se expresó en forma suprema al comprarla y sacarla de su condición de esclavitud sin esperanza (Oseas 3:1-3). 
A través de estas experiencias, Oseas aprendió acerca del profundo amor de Dios por Israel y de su angustia debido a que la nación rechazó su amor.

Es improbable que Oseas haya sido panadero (Oseas 7:4-7) o levita. Oseas declaraba ser un vigía profético lleno del Espíritu de Dios, pero algunos israelitas lo consideraban un necio insensato (Oseas 9:7). Cuando comunicaba el mensaje de Dios a su audiencia, Oseas trataba hábilmente de persuadir a sus oyentes para que transformaran su perspectiva cultural baalista.

Su uso de formas literarias del lenguaje fue fragmentario y sus discursos no eran idénticos en estructura a los de otros profetas. Parece que usó partes de un juicio por el pacto (Oseas 4:1; Oseas 12:2). También usó discursos de juicio (Oseas 8:1-3; Oseas 13:1-3), oráculos de salvación (Oseas 1:10-11; Oseas 14:4-8) y exhortaciones al arrepentimiento (Oseas 6:1-3; Oseas 14:1-3).

Dentro de estos sermones, se emplearon tradiciones teológicas para justificar sus acusaciones contra la nación, para identificar la base para las creencias tradicionales de Israel acerca de la realidad y para respaldar el nuevo mensaje teológico del profeta. Estas tradiciones le recordaban a su audiencia la experiencia de sus padres con Dios, integraban fracasos pasados con problemas presentes y explicaban por qué la conducta de ellos no era consistente con la revelación anterior por parte de Dios.

Interacción social
El libro de Oseas
El texto hebreo de los sermones de Oseas es difícil, pero algunas formas inusuales de escribir pueden ser peculiaridades dialécticas en lugar de deformaciones textuales. El fluir del pensamiento de un párrafo a otro no es siempre fácil de seguir, pero las secciones más grandes del libro están organizadas en forma amplia, alrededor de ciclos de acusaciones, castigos y ofertas de esperanza. Se emplearon señales retóricas de repetición, inclusiones y quiasmos para marcar el comienzo y el final de algunos párrafos (Oseas 2:4-15; Oseas 7:3-7; Oseas 8:9,13; Oseas 9:10-17; Oseas 11:5,11).

Algunos comentaristas cuestionan la autenticidad de los pasajes de esperanza y una cantidad de referencias a Judá, pero otros consideran que son una parte genuina del mensaje del profeta. La organización del texto en español puede bosquejarse en cuatro secciones principales:

I. Prostitución en la familia de Dios y en la de Oseas 1:1–3:5
A. La familia de Oseas simboliza la dividida familia de Dios 1:1–2:1
1. La prostitución destruye a las familias 1:2-9
2. La futura restauración de la familia de Dios 1:10–2:1
B. Contienda con esposas fornicarias 2:2-25
1. Esfuerzos para remover la prostitución 2:2-15
2. Futura restauración del pacto de Dios 2:16-25
C. Restauración de las familias de Oseas y de Dios 3:1-5
1. El amor trae de regreso a la esposa de Oseas 3:1-3
2. El amor trae a Israel de vuelta a Dios 3:4-5

II. La prostitución proviene de no conocer a Dios 4:1–6:6
A. Declaración en forma de juicio por el pacto 4:1-3
B. Cargos en contra del sacerdote y de la adoración 4:4-19
C. Juicio/guerra porque los líderes no conocen a Dios 5:1-14
D. Restauración posible si uno busca conocer a Dios 5:15–6:6

III. La prostitución contradice la devoción leal a Dios 6:7–11:11
A. Cargos contra líderes por pecados sociales 6:7–7:7
B. Cargos por volverse hacia otras naciones y no hacia Dios 7:8–8:14
C. Metáforas de destrucción total 9:1–10:15
D. La restauración es posible debido al amor de Dios 11:1-11

IV. La prostitución trae engaño para con Dios 11:12–14:9
A. Acusaciones de engaño, como en el caso de Jacob 11:12–13:6
B. Destrucción total de la nación 13:7-16
C. La restauración es posible si se vuelven a Dios 14:1-9

En estos sermones, Oseas intentó persuadir a su audiencia para que transformara su manera de pensar y su conducta, y no se conformara a los patrones culturales de los que seguían a Baal.
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