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sábado, 17 de octubre de 2015

La bebida era brindada,...sin compulsión para nadie, por cuanto se había dispuesto que los funcionarios...vieran que cada cual hiciera según su propio gusto.

RECUERDA El que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6















PREPAREMOS NUESTRO ESTUDIO PARA ENSEÑAR EN LA CONGREGACIÓN 
Ester 1:1-9

1      Aconteció en los días de Asuero (el mismo Asuero que reinó desde la India hasta Etiopía sobre ciento veintisiete provincias),
2      cuando el rey Asuero ya se había sentado en el trono de su reino, que estaba en Susa, la ciudadela,
3      en el tercer año de su reinado, hizo un banquete para todos sus príncipes y siervos, teniendo en su presencia al ejército de Persia y de Media, a los nobles, y a las autoridades de las provincias.
4      Y por muchos días, ciento ochenta días, exhibió las riquezas de la gloria de su reino y la magnificencia de su poderío.
5      Y cuando se cumplieron esos días, el rey brindó un banquete a todo el pueblo que había en Susa, la ciudadela, tanto a los encumbrados como a los humildes, durante siete días, en el patio del jardín del palacio real.
6      Había allí toldos de fino algodón blanco y azul, colgados entre columnas de alabastro por aros de plata, y sujetos con cordones de lino color púrpura. Los reclinatorios eran de oro y plata, y estaban sobre un enlosado de pórfido y de mármol, con incrustaciones de nácar y de ónice.
7      Y conforme a la generosidad del rey, daban a beber vino real en abundancia, en copas de oro de distintas clases.
8      Y la bebida era brindada, según lo establecido, sin compulsión para nadie, por cuanto el rey había dispuesto que los funcionarios de su palacio vieran que cada cual hiciera según su propio gusto.
9      También Vasti, la reina, ofreció un banquete para las mujeres de la casa real que pertenecían al rey Asuero.

 
LAS DOS CARAS DE LA GRANDEZA

                                                             El rey Asuero
                                    Ester 1:1–9
 
Este rey persa es conocido en la historia por su nombre griego Jerjes (v. 1). Nació en el año 518 a. de J.C. y reinó entre el 486 y el 465 a. de J.C. habiendo sucedido a su padre Darío I. Su madre fue Atosa, la hija de Ciro.

El historiador griego Heródoto escribió de la invasión de Asuero (Jerjes) a Grecia en el año 480 a. de J.C. Es por esto que Jerjes o Asuero es mejor conocido en la historia secular. La guerra con Grecia comenzó con grandes promesas pero fue infructuosa; Asuero fracasó y su ejército fue retirado de Grecia (479 a. de J.C.). Dificultades domésticas lo mantuvieron ocupado hasta su muerte en el año 465 a. de J.C. a manos de sus propios vasallos.


Fuera de Ester, el único registro bíblico cierto de él se encuentra en Esdras 4:6. Leemos de una carta dirigida a Asuero escrita por los gobernadores de Judea en la cual los judíos que vivían en Jerusalén fueron retratados como problemáticos. Daniel 11:2 es posiblemente una alusión a Asuero. De ser así, él podría ser el cuarto rey mencionado en el pasaje.


Asuero reinó sobre un área que hoy se extendería desde Pakistán hasta el norte del moderno Sudán. Algunos opinan que el imperio, para su organización y cobranza de impuestos, pudiera haber estado dividido en 31 satrapías o provincias, en vez de 127. El autor al citar un número mayor de provincias, a propósito, está esperando impresionar al lector. Sin embargo, este mismo número de 127 aparece en 8:9. También, Daniel 6:2 menciona que Darío, padre de Asuero, había establecido a 120 sátrapas “que estuviesen en todo el reino”. 


Susa era la capital del imperio persa (v. 2). Darío había comenzado allí el hermoso y extravagante palacio que Asuero finalizó al comienzo de su reinado. Aunque el lugar del palacio fue saqueado por Alejandro el Grande y otros, los arqueólogos han podido determinar las características principales del complejo. Se cree que ha sido en cada detalle tan exótico como la Biblia lo describe.

Persia en la época de Ester
Según algunos historiadores antiguos (Heródoto y otros), el nombre “Persia” —actualmente Irán— se deriva del nombre “Perseo”, quien era un antepasado mitológico de los reyes persas. Quizás los dos reyes persas más conocidos, por su importancia, fueron Ciro el Grande y Darío el Grande. Ciro se destacó como un gran conquistador, logrando con esta habilidad la expansión de sus dominios. Darío, además de sus conquistas, se destacó como un gran organizador y legislador del gran imperio, que ambos lograron conquistar.

Muchos comentaristas afirman que el banquete (vv. 3, 4) se extendió durante seis meses para el partido gobernante y los consejeros militares. Este banquete probablemente se realizó durante el año 483 a. de J.C., y algunos eruditos creen que su propósito era el de planear la campaña militar contra Grecia. Se presume que el ejército salió hacia Grecia en el año 481 a. de J.C. 


Sin embargo, el texto bíblico en sí no afirma que el banquete haya durado 180 días, ni que el propósito fue el de preparar para una campaña militar (ver citas de Heródoto más arriba) o celebrar la coronación del rey Asuero, como algunos sugieren.

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Bosquejo homilético
                                                           Las dos caras de la grandeza
                                                                       Ester 1:1–4

Introducción: 

Si se le pregunta a un niño a quién admira por su grandeza, es casi seguro que mencionará que a su papá. Para un adolescente, alguien “grande” podría ser un cantante de moda, un deportista famoso o un astro del cine o televisión. Cuando un adulto piensa en alguien “grande” podría ser que piense en Bill Gates con sus millones, en Pelé o en la madre Teresa.
En la Biblia encontramos varios ejemplos de grandeza desde los puntos de vista humano y divino. 

Veamos ambas caras de este cuadro.

  I.      Una cara: la grandeza de Asuero.
    1.      Tenía motivos para sentirse “grande”. Había heredado de su padre, Darío el Grande, el imperio persa en su máximo apogeo. Él mismo había obtenido la victoria en algunas conquistas.
    2.      Pero Asuero no se conformó con “sentirse” grande. Trajo al palacio a los magistrados nacionales y extranjeros para mostrarles “la riqueza de su reino y el costoso esplendor de su grandeza” (v. 4).
    3.      Su afán por impresionar lo llevó a usar aun a las personas, al querer lucir la belleza de su propia esposa (vv. 11, 12).


  II.      La otra cara: la grandeza de Jesús.
    1.      Jesús tenía motivos para mostrarse grande: Hijo de Dios, participante de la gloria con el Padre.
    2.      Jesús enseñó acerca de la verdadera grandeza: “Y el que anhele ser el primero (grande) entre vosotros, será vuestro siervo” (Mat. 20:27).
    3.      Jesús personificó la verdadera grandeza:
      (1)      Al vivir humildemente: “Las zorras tienen cuevas, y las aves del cielo nidos, pero el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar la cabeza” (Mat. 8:20).
      (2)      Al lavar los pies de sus discípulos (Juan 13:1–16).
      (3)      Al entregar su vida para el perdón de los pecadores (1 Tim. 2:6).
 

Conclusión:
“Es verdaderamente grande aquel que es grande en caridad. Es verdaderamente grande aquel que es pequeño en sí mismo y no hace caso de su grado honorífico. Y es verdaderamente sabio el que hace la voluntad de Dios y olvida su propia voluntad”. Tomás de Kempis.
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El comentario de Keil y Delitzsch, después de un análisis detallado del texto hebreo, concluye con esta traducción de los vv. 3–5: “El rey Asuero dio a sus nobles y príncipes, los cuales él había reunido delante de sí, y les había mostrado las riquezas gloriosas de su reino y la magnificencia de su grandeza por 180 días, después de estos 180 días, a todos los reunidos delante de sí en la fortaleza de Susa, un banquete que duró siete días”. Así, el objeto indirecto (“a todos los reunidos delante de sí en la fortaleza de Susa”) del verbo (“hizo un banquete”) en el v. 3 viene al fin de una larga y complicada frase. El v. 4 se considera como un anacoluto, algo como un entre paréntesis. Si aceptamos este análisis del pasaje, hubo un solo banquete y éste duró siete días.


Sabemos por el capítulo 39 de Isaías que la riqueza de un reino algunas veces se calculaba en términos militares. El rey judío Ezequías mostró las riquezas de su reino a los enviados de Babilonia y leemos que desagradó a Dios. El pasaje señala que Ezequías planeaba poner su confianza en la destreza de Babilonia para salvar a Jerusalén de los asirios en vez de confiar en el poder de Dios para este fin.
Esto parece ser lo que señala el libro de Ester. Asuero estaría procurando convencer a los gobernantes y consejeros militares que él tenía los medios financieros para hacer la guerra contra Grecia.


Las descripciones del mobiliario del palacio, de los vasos de oro y de la abundancia de vino trata de impresionar al lector (vv. 6, 7). El blanco y azul de los lienzos eran los colores reales de los persas. La descripción detallada de lo más grande, rico, brillante y extravagante en el v. 6 apuntaba al hecho de que Asuero era el gobernante más rico y poderoso en esta parte del mundo. En el v. 7, la gran abundancia de vino, servido en copas de oro de una variedad de diseños sigue mostrando la grandeza y riqueza del rey. La arqueología ha comprobado el esplendor de este edificio y hasta se han encontrado algunos de los vasos que se usaron.

La persona de Asuero (Jerjes)
El imperio persa había llegado a la cúspide en cuanto a organización y poderío, bajo el reinado de Darío el Grande. Sin embargo, su hijo Asuero también pudo atribuirse importantes logros militares y culturales. 


A comienzos de su reinado logró reconquistar Egipto, el cual se había rebelado durante el reinado de su padre. También logró suprimir una importante rebelión en Babilonia. Pero quizás su principal logro fue el haber completado la construcción del palacio en Persépolis, comenzada por su padre. Esta obra fue una maravilla por su grandeza, belleza y lujo.

Pero, por otro lado, Asuero no demostró las cualidades morales de sus antecesores. Luego de reconquistar Egipto y Babilonia trató a sus habitantes con extrema crueldad. Tanto Heródoto como otros historiadores lo muestran como una persona de carácter débil, tiránico y muy amante del lujo. Algunos incluso ven en Asuero el comienzo de la decadencia del imperio persa.


Luego de fracasar en la segunda guerra médica contra Grecia, en el año 479 a. de J.C., se dedicó a disfrutar de la vida palaciega; hasta que finalmente murió asesinado en una conspiración, en el año 465 a. de J.C.

Aunque el énfasis del pasaje (v. 8) está puesto en la abundancia de vino y damos por sentado que la mayoría de los hombres bebieron libremente, la idea parece ser que no presionaban a la gente a beber más de lo que ellos deseaban. La intención del autor también pudo haber sido señalar que el mandato del rey era tan poderoso para gobernar que aún decidía cuánto vino podía beber una persona.


La reina Vasti dio un banquete aparte para las damas de Susa (v. 9). El nombre Vasti parece derivar del término persa vahista que significa “mujer hermosa”. Como un comentarista señala, nosotros nos suponemos que el banquete del rey fue sólo para hombres, pero las concubinas y las mujeres del harén podían haber estado presentes en dicho banquete. En efecto, la reina y las esposas de los nobles podían haber estado presentes hasta que éstos comenzaron a beber. Este versículo sirve de introducción para la sección que sigue.

Estilos literarios
A lo largo del libro de Ester encontramos dos recursos literarios muy interesantes:
1. Uso de contrastes
A través de todo el libro se ven contrastes que captan la atención del lector. He aquí algunos de ellos: 

(1) En 3:15 encontramos que el rey y Amán celebraban mientras el pueblo estaba consternado. 
(2) En el capítulo 4 vemos a Ester ayunando, y a continuación la encontramos preparando un banquete. 
(3) En 5:14–6:3 vemos que en el mismo momento en que Amán está preparando la horca para Mardoqueo, el rey está buscando la manera de honrarlo. 
(4) En el capítulo 6 Amán planeó, a petición del rey, la mayor honra pensando que era para él, pero en lugar de eso recibió la mayor humillación. 
(5) En 7:10 leemos que Amán murió en la misma horca que él había preparado para ejecutar a Mardoqueo. 
(6) En 8:2 se dice que el anillo real que anteriormente había sido entregado a Amán, fue a parar en manos de su enemigo Mardoqueo. 
(7) En 9:1 se dice que el mismo día en que el rey había decretado el exterminio de los judíos, ocurrió todo lo contrario, y “fueron los judíos los que ejercieron poder sobre los que les aborrecían”.

2. Uso de la estructura “quiástica”
El quiasmo es un estilo literario muy refinado, que consiste en el paralelismo de una serie de elementos pero en orden inverso y alrededor de un eje central. Puede incluir el apareamiento o paralelismo de palabras, ideas, acciones o personajes. Este estilo se puede encontrar en varios libros o pasajes de la Biblia.


En el libro de Ester, el punto del eje central ocurre cuando el rey pierde el sueño (6:1–3), y todo el libro gira alrededor de este punto.







ORGANIZACIÓN  DEL LIBRO DE ESTER
 
De acuerdo a esta estructura, el libro de Ester está organizado de la siguiente manera:
A. Introducción y transfondo (cap. 1)
B. Primer decreto de Asuero (caps. 2 y 3) 

C. Conflicto entre Amán y Mardoqueo (caps. 4 y 5)
D. “Aquella noche se le fue el sueño al rey” (6:1)
E. Triunfo de Mardoqueo sobre Amán (caps. 6 y 7)
F. Segundo decreto de Asuero (caps. 8 y 9) 

G. Epílogo (cap. 10)
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