miércoles, 8 de junio de 2016

Habló Jesús por parábolas a la gente, y sin parábolas no les hablaba; para que se cumpliese lo dicho por el profeta, cuando dijo: Abriré en parábolas mi boca; Declararé cosas escondidas desde la fundación del mundo.

RECUERDA Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6




JESÚS ENSEÑABA POR PARÁBOLAS
¿QUÉ ES UNA PARÁBOLA?
Existe un gran debate en torno a esta pregunta. Hay estudiosos que dicen que en los Evangelios Sinópticos hay más de setenta parábolas y, otros, que no hay más de treinta.

Para clasificar los tipos de parábolas, los intérpretes han usado diferentes categorías como
  • parábola, 
  • símil, 
  • ilustración, etcétera. 
En ese sentido, Jeremias, el intérprete de las parábolas más influyente del siglo XX, comenta:
Este término [parábola] designa figuras retóricas de toda clase, sin que se pueda establecer un esquema:

  • símil, 
  • comparación, 
  • alegoría, 
  • fábula, 
  • proverbio, 
  • revelación apocalíptica, 
  • enigma, seudónimo, 
  • símbolo, 
  • ficción, 
  • ejemplo (paradigma), 
  • motivo, 
  • argumentación, 
  • disculpa, 
  • objeción, 
  • chiste 
(Jeremias, Parábolas, 24-25, p. 20 de la edición en inglés).

Teniendo esto en mente, nosotros preferimos centrarnos en la función que la parábola tiene en el texto del Nuevo Testamento, en lugar de centrarnos en los diferentes tipos.

Así, enseguida queda claro que las parábolas no son ilustraciones. Manson describe esta idea de una forma muy profunda cuando comenta que «las mentes formadas al modo del pensamiento occidental» están acostumbradas a los argumentos teológicos expuestos de forma abstracta.

Entonces, para ayudar a «popularizar esas conclusiones», se pueden ilustrar con referencias de la vida cotidiana. Pero:
La verdadera parábola … no es una ilustración para ayudarnos a entender una argumentación teológica, sino que es un modo de experiencia religiosa (Manson, Teaching, 73).

Una parte de lo que entiendo que Manson está diciendo quizá pueda verse mejor creando una comparación.

En Lucas 9:57-58 el texto dice: «Iban por el camino cuando alguien le dijo: “Te seguiré a dondequiera que vayas”». Si Jesús hubiera sido de Occidente, habría contestado algo parecido a esto:
Es fácil hacer declaraciones así de valerosas, pero tienes que considerar seriamente el precio que vas a tener que pagar para seguirme. Es evidente que aún no lo has pensado bien. Tienes que saber que no te puedo ofrecer un salario ni ningún tipo de seguridad. Si no lo has entendido bien, quizá sea útil utilizar una ilustración: por ejemplo, ni siquiera tengo una cama propia donde dormir.

Pero Jesús responde:
Las zorras tienen madrigueras y las aves tienen nidos, pero el Hijo del hombre no tiene dónde recostar la cabeza (Lucas 9:58).

En lugar de contestar con una explicación abstracta seguida de una ilustración clarificadora, Jesús recurre a una confrontación directa, pronunciada de forma sucinta y drástica. La respuesta parabólica está impregnada del carácter sublime de Jesús.

El oyente/lector queda impactado y se siente llamado a responder.

Las implicaciones teológicas obligan a nuestra mente a pensar en las diferentes direcciones que podemos tomar. El texto no incluye la respuesta de aquel discípulo. Le toca responder al lector.

Todo esto ocurre en un instante, en un intenso enfrentamiento.

¡Esto es una parábola! Pensar que podemos captar todo lo que ocurre en una parábola en una definición abstracta es no haber entendido la naturaleza de este rico recurso literario. No obstante, lo hemos de intentar.

Las parábolas de Jesús son una forma de lenguaje teológico concreta y dramática que apremia al oyente a dar una respuesta.

Las parábolas revelan la naturaleza del reino de Dios o indican la forma en la que un hijo del reino debería actuar.

Con esta definición en mente, ahora toca preguntarnos dónde están las parábolas.

LAS PARÁBOLAS ESTÁN DONDE LAS ENCUENTRAS

En cuanto a los formatos en los que encontramos las parábolas de Jesús, hay al menos seis tipos diferentes.

Para su interpretación, es crucial ver de qué forma funcionan en cada uno de los diferentes escenarios.

Los seis escenarios son los siguientes:

  1. La parábola en un diálogo teológico
  2. La parábola en la narración de un suceso
  3. La parábola en el relato de un milagro
  4. La parábola en una colección temática
  5. La parábola en un poema
  6. La parábola aislada

Cada uno de ellos requiere un breve análisis.


  1. Un ejemplo del primer escenario lo encontramos en la discusión teológica entre Jesús y el joven rico (Lc 18:18-30). El clímax de la discusión llega, como ya veremos, con la narración de la parábola del camello y la aguja. La función de la parábola es clave como clímax del escenario en el que aparece, y no la podemos analizar si no tenemos en cuenta dicho escenario.
  2. El banquete en casa de Simón el fariseo (Lc 7:36-50) es un ejemplo de una parábola en la narración de un suceso. La parábola del acreedor y los dos deudores funciona como parte de la narración del suceso. Hay diálogo, pero el elemento central de la escena está formado por las acciones calladas de la mujer.
  3. El relato de la curación de la mujer que estaba encorvada por causa de un demonio (Lc 13:10-17) se convierte en un debate teológico entre el principal de la sinagoga y Jesús, por lo que se solapa con el tipo 1. Sin embargo, se encuentra dentro de la narración de un milagro, y de nuevo la parábola del buey y del burro funciona como una parte clave del todo.
  4. En Lucas 11:1-13 encontramos una colección temática sobre el tema de la oración.       La parábola del amigo a medianoche (Lc 11:5-8) es una parte de esa colección. En este tipo de colección, se debe distinguir entre las diferentes unidades de la tradición que se han incluido en la colección. Es decir, dado que se trata de una agrupación de diversos dichos sobre un tema concreto, es fácil no percibir el lugar en el que debería haber un cambio de párrafo y, por tanto, es muy fácil hacer una interpretación errónea del material (cf. Bailey, Poet, 110ss., 134ss.).
  5. En Lucas 11:9-13, encontramos un poema cuidadosamente elaborado sobre la oración. En la estrofa central del poema, Jesús introduce tres parábolas sorprendentes (Ibíd., 134-141). Su función en ese punto climático es la clave para entender todo el poema.
  6. Por último, en algunas ocasiones podemos encontrar una parábola de forma aislada.     En Lucas 17:1-10 aparecen tres temas que se suceden de forma rápida, y cada uno de ellos tiene algo de discurso parabólico. La primera es la parábola de la piedra de molino y el tema del juicio sobre el temperamento. Le sigue la parábola del grano de mostaza y el clamor de los apóstoles pidiendo más fe. Por último aparece la dramática parábola del siervo obediente en los vv. 7-10. Las tres están relativamente aisladas, no poseen una clara conexión con lo que las rodea, ni tienen un contexto concreto.

Así, en todos menos en el último tipo, la parábola funciona como parte crucial de la unidad literaria a la que pertenece, unidad que debe examinarse cuidadosamente para determinar el sentido de la parábola. 
DESCARGAR

No hay comentarios:

https://story.ad/site/file_download/smartpublicity1467919561neTNIrOs.html