jueves, 3 de septiembre de 2015

Ten misericordia de mí, oh Jehovah, porque desfallezco. Sáname, oh Jehovah, porque mis huesos están abatidos. También mi alma está muy turbada; y tú, oh Jehovah, ¿hasta cuándo?

Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6



 
Tipo de Archivo: PDF | Tamaño: MBytes | Idioma: Spanish | Categoría: Capacitación Ministerial
Información 


Preparemos nuestro sermón de Edificación
Oración en tiempo de prueba
SALMO 6: 1-10
6 (Al músico principal. Con Neguinot.  Sobre Seminit.  Salmo de David) 
  1  Oh Jehovah, no me reprendas en tu furor, 
  ni me castigues con tu ira. 
  2 Ten misericordia de mí, oh Jehovah, porque desfallezco. 
  Sáname, oh Jehovah, porque mis huesos están abatidos. 
  3 También mi alma está muy turbada; 
  y tú, oh Jehovah, ¿hasta cuándo? 

  4 Vuelve, oh Jehovah; libra mi alma. 
  Sálvame por tu misericordia, 
  5 porque en la muerte no hay memoria 
  de ti; ¿quién te alabará en el Seol? 

  6 Me he agotado de tanto gemir. 
  Toda la noche inundo mi cama 
  y con mis lágrimas empapo mi lecho. 
  7 Mis ojos están debilitados por el pesar; 
  se han envejecido a causa de todos mis adversarios. 

  8 Apartaos de mí, todos los que obráis iniquidad, 
  porque Jehovah ha oído la voz de mi llanto. 
  9 ¡Jehovah ha escuchado mi ruego! 
  ¡Jehovah ha aceptado mi oración! 
  10 Todos mis enemigos se avergonzarán y se aterrarán. 
  Retrocederán y de repente serán avergonzados. 


  SALMO 6
SUPLICA INDIVIDUAL. UN SALMO PENITENCIAL


Los salmos de súplica o lamento individual comprenden el grupo más numeroso de salmos (ver Sal. 22). El Salmo 6 también es uno de los siete salmos penitenciales que incluyen los Salmos 32, 38, 51, 112, 130 y 143 (ver Sal. 32); sin embargo, el énfasis penitencial no es muy prominente en este Salmo.

No hay indicaciones de la fecha del Salmo. Si fue escrito por David, viene de temprano en la monarquía. Sobre Seminit es una instrucción musical (ver nota de RVA) que puede también indicar voces bajas.

Tesoro bíblico
  Ten misericordia de mí, oh Jehovah, porque desfallezco. Sáname, oh Jehovah, porque mis huesos están abatidos (6:2).

  1.      Una oración de angustia, vv. 1–3

Oh Jehovah (v. 1). El salmista es un creyente que da por sentado que puede acercarse directamente a Dios. ¡Qué privilegio tenemos que en Cristo sabemos que siempre podemos llegar directamente a Dios!

El salmista está sufriendo una angustia profunda. Ruega que Dios no le castigue tan duro. Parece que está muy enfermo, casi hasta la muerte. Algunos piensan que es más una angustia emocional por causa de sus enemigos (vv. 7–10); otros creen que está enfermo y los enemigos se están aprovechando de esto.

El Salmo no menciona confesión de pecados, como hace el Salmo 38; sin embargo, la frase Ten misericordia de mí en el v. 2 puede implicar una confesión, y en el v. 1 el salmista asume que Dios le está castigando. Sabemos que la enfermedad no es siempre indicación de que la persona haya pecado, pero siempre debe ser motivo de autoexamen delante de Dios.

El salmista apela a la misericordia de Dios (v. 2) no a su propia inocencia. La Biblia constantemente recalca que Dios perdona al arrepentido y ayuda al que se humilla delante de él. Sólo por su gracia somos salvos, perdonados y sanados.

Huesos y alma (vv. 2, 3) incluyen a toda la persona; su sufrimiento es físico y emocional o espiritual. Abatidos y turbada son la misma palabra en heb.

¿Hasta cuándo? es un elipsis que aumenta la tensión. “¿Hasta cuándo tengo que esperar tu respuesta?”, puede ser el pensamiento. Dios ha prometido cuidar a sus hijos, pero a veces nos hace esperar. La espera tiene su propósito, pues produce la madurez (Sal. 119:67).

Bosquejo homilético
La oración en tiempo de prueba
Salmo 6:1–10
El salmista esgrime:
    I.      Su necesidad (vv. 1–3).
      (1)      Por el dolor físico. Ser corpóreo. El sufrimiento envejece el cuerpo.
      (2)    Por la pena. La conciencia. La angustia interior perturba el alma. El temor a la                        muerte trae angustia.
      (3)      Por el enemigo alrededor trae hostilidad perversa.

    II.      Su súplica (vv. 4–7).
      (1)      Para la dolencia, curación.
      (2)      Para la culpa, gracia.
      (3)      Para los enemigos, derrota.

    III.      Su satisfacción (vv. 8–10).
          El Señor:
      (1)      Le ha oído: Está con él a su lado.
      (2)      Le ha sanado: La respiración marca el ritmo de la vida.
      (3)      Le ha dado alegría: Ha humillado a sus enemigos.

  2.      Oración por el socorro de Dios, vv. 4, 5

La palabra Vuelve (v. 4) es muy común en el AT: en otro contexto significa “arrepentirse” o “dar vuelta”. El salmista ruega que Dios le ayude; sabe que sólo Dios da la verdadera liberación. Nosotros también apelamos a la misericordia de Dios para recibir salvación, ayuda y poder sanador.

Muerte… Seol (v. 5) indica que el salmista estaba cerca de la muerte y le daba angustia. Ni para el cristiano es fácil confrontar la tragedia de la muerte. Y debemos entender que el creyente del AT no tenía un concepto tan claro de la vida después de la muerte. Para él la vida era importante, pues Dios da la vida, y solamente en la vida uno puede alabar a Dios con la congregación de Israel.

Nótese que muerte y Seol son paralelas aquí. La muerte en muchos textos representa “la esfera de la muerte, el mundo inferior” (Job 28:22; 30:23; Prov. 5:5; 7:27). Otros pasajes indican que Dios es Señor de Seol (Prov. 15:11) y está presente allí (Sal. 139:8).

Aunque la gente no tenía un concepto tan claro de la vida después de la muerte, como fue revelado en el NT; aun en el AT encontramos sugerencias de la resurrección (Sal. 16:10; 17:15; 49:15; 73:24) y en Isaías 26:19 y Daniel 12:1–3 esta revelación se explica más.

  3.      Descripción de la angustia, vv. 6, 7

Este párrafo explica en términos muy gráficos el terrible sufrimiento del salmista. Sufre día y noche; está débil; la angustia le quita la fuerza. Las enfermedades y luchas desgastan, el siervo de Dios puede llorar; por esto Dios también promete renovar la fuerzas al que confía en él (Isa. 40:31).

Ahora (v. 7) aparecen los adversarios. ¿Serán enemigos espirituales? El salmista a menudo habla de los enemigos de Dios. Algunos exegetas sugieren que los enemigos eran hechiceros. Lo más probable es que era gente impía que se burlaba de este creyente. Sabemos que estamos en una lucha espiritual, de modo que podemos ver aquí una aplicación a los enemigos espirituales que Pablo menciona en Efesios 6. La Biblia recalca el contraste entre las fuerzas del mal y los que siguen a Dios.

  4.      Oración de confianza, vv. 8–10

Apartaos de mí (v. 8) indica un cambio de tono. El salmista sabe que Dios está actuando. Nosotros, como el salmista, debemos rechazar el mal y en el nombre de Cristo rechazamos a las fuerzas malignas.

Ha oído… ha escuchado… lit. “aceptará” mi oración. En los salmos, el salmista nunca duda de que Dios le escucha. Confía plenamente en Dios. Y ¡los salmos son guías para nuestra oración! El NT lo explica más: Y ésta es la confianza que tenemos delante de él: que si pedimos algo conforme a su voluntad, él nos oye. Y si sabemos que él nos oye en cualquier cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho (1 Jn. 5:14, 15).

La situación cambiará de repente (v. 10); Dios produce sorpresas. Ahora los que están en contra de Dios estarán turbados. El Salmo termina en una nota de confianza y victoria.

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