lunes, 10 de agosto de 2015

La que produce espinas y abrojos es descalificada, y está cerca de maldición, cuyo fin es de ser quemada.

Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6



 
Tipo de Archivo: PDF | Tamaño: MBytes | Idioma: Spanish | Categoría: Capacitación Ministerial
Información 

ESTUDIO TEMÁTICO PARA CONSTRUIR SERMONES
   E s t e r i l i d a d
Lucas 1:5-7
Anuncio del nacimiento de Juan
5 En los días de Herodes, rey de Judea, había un sacerdote llamado Zacarías, de la clase de Abías. Su esposa era de las hijas de Aarón y se llamaba Elisabet. 6 Ambos eran justos delante de Dios y vivían irreprensiblemente en todos los mandamientos y ordenanzas del Señor. 7 No tenían hijo, porque Elisabet era estéril, y ambos eran de edad avanzada. 



Sinopsis
Falta de fertilidad, especialmente la incapacidad de una mujer de concebir.
Tierra estéril
Esterilidad describe tierras baldía y no productiva
Jeremías 2.6 (BTX) — 6 En vez de preguntar: ¿Dónde está yhvh, Que nos hizo subir de la tierra de Egipto y nos condujo por el desierto, Por tierra desierta y despoblada, Tierra sedienta y sombría, Tierra por la cual nadie había pasado, Y en la cual nadie había habitado?
Ver también Dt 32.10 ; Jl 2.20
Deuteronomio 32.10 (BTX) — 10 Lo halló en una tierra desértica, En el yermo, con aullidos de desolación. Lo envuelve y lo sustenta, Lo protege como a la niña de sus ojos.
Joel 2.20 (BTX) — 20 Alejaré de vosotros al del norte, Lo dispersaré por tierra seca y desolada, Su vanguardia hacia el mar del saliente, Y hacia el mar de poniente su retaguardia; Se esparcirá su hedor, y se extenderá su pestilencia, Porque habrá hecho grandes cosas.
Tierra estéril como una señal de desaprobación de Dios
Gn 3.18 Espinos y cardos se utilizan a menudo para designar a la tierra estéril o improductiva. Ver también; Os 10.8; He 6.8
Génesis 3.18 (BTX) — 18 Espino y abrojo te brotará y Comerás hierba del campo.
Oseas 10.8 (BTX) — 8 8 Los lugares altos de Avén (pecado de Israel), serán destruidos, Y sobre sus altares crecerán los espinos y los abrojos Entonces dirán a los montes: ¡Cubridnos! Y a los collados: ¡Caed sobre nosotros!
Hebreos 6.8 (BTX) — 8 pero la que produce espinas y abrojos es descalificada, y está cerca de maldición, cuyo fin es de ser quemada.
Fertilidad, en contraposición a la esterilidad, una señal de la bendición de Dios
Éx 23.25–26 En consecuencia, la imposibilidad de concebir era considerado como una señal del desagrado de Dios. Ver también; Dt 7.13–14; Dt 11.14–15; Sal 113.9; Is 41.18
Éxodo 23.25–26 (BTX) — 25 Serviréis a yhvh vuestro Dios, y Él bendecirá tu pan y tu agua, y apartaré la enfermedad de en medio de ti. 26 No habrá en tu tierra mujer que aborte, ni estéril, y haré que el número de tus días sea completado.
Deuteronomio 7.13–14 (BTX) — 13 Y te amará, te bendecirá y te multiplicará. Bendecirá también el fruto de tu vientre y el fruto de tu tierra, tu grano, tu mosto y tu aceite, las crías de tus vacadas y el incremento de tu rebaño, en la tierra que Él juró a tus padres que había de darte. 14 Bendito serás más que todos los pueblos, no habrá estéril ni impotente entre los tuyos ni en tu ganado.
Deuteronomio 11.14–15 (BTX) — 14 daré la lluvia de vuestra tierra en su época, temprana y tardía, y recogerás tu grano, tu mosto y tu aceite. 15 Daré también hierba en tu campo para tu ganado, y comerás, y te hartarás.
Salmo 113.9 (BTX) — 9 Que hace sentar en familia a la estéril, Gozosa en ser madre de hijos. ¡Aleluya!
Isaías 41.18 (BTX) — 18 Abriré ríos en las dunas, Manantiales en medio de las vaguadas, Convertiré el desierto en lagunas, El yermo en fuentes de agua.
Las bendiciones de Dios de los últimos tiempos:
Isaías 54.1 (BTX) — 1 ¡Canta, oh estéril, tú que no dabas a luz! ¡Rompe en alabanzas y da voces de júbilo, Tú, que nunca estuviste de parto! Porque más son los hijos de la desolada, Que los hijos de la casada, diceyhvh.
Gálatas 4.27 (BTX) — 27 Porque está escrito: Regocíjate, oh estéril, la que no das a luz; Prorrumpe y clama, la que no sufres dolores de parto; Porque muchos son los hijos de la desamparada, Más que los de la que tiene el marido.
La mujer estéril
Su deseo por hijos
Génesis 30.1–2 (BTX) — 1 Viendo Raquel que no daba hijos a Jacob, tuvo celos Raquel de su hermana y decía a Jacob: ¡Dame hijos o me muero! 2 Entonces se encendió la ira de Jacob contra Raquel, y dijo: ¿Acaso estoy yo en lugar de ’Elohim que te impide el fruto del vientre?
Ver también Pr 30.16
Proverbios 30.16 (BTX) — 16 El Seol, la matriz estéril, La tierra, que no se harta de agua, Y el fuego, que nunca dice: ¡Basta!
Ejemplos de mujeres estériles
Gn 16.1 Sara; Gn 29.31 Raquel; Jue 13.3 La esposa de Manoa; 1 Sm 2.5 Ana; Lc 1.7 Elisabet; Lc 1.36–37 La capacidad de tener un hijo en estas circunstancias, especialmente en la tercera edad, fue visto como un signo de la bendición de Dios y su poder milagroso.
Génesis 16.1 (BTX) — 1 Y Saray, mujer de Abram, no le daba hijos, pero ella tenía una sierva egipcia cuyo nombre era Agar.
Génesis 29.31 (BTX) — 31 Viendo yhvh que Lea era menospreciada, abrió su matriz, en tanto que Raquel era estéril.
Jueces 13.3 (BTX) — 3 Pero el Ángel de yhvh se apareció a aquella mujer y le dijo: He aquí que eres estéril y no has tenido descendencia, pero concebirás y darás a luz un hijo.
1º Samuel 2.5 (BTX) — 5 Los que estaban saciados se venden por pan, Pero los hambrientos dejan de tener hambre. Mientras la estéril da a luz a siete, La que tiene muchos hijos languidece.
Lucas 1.7 (BTX) — 7 Y no tenían descendencia, porque Elisabet era estéril, y ambos eran ya bien avanzados en días.
Lucas 1.36–37 (BTX) — 36 Y he aquí tu parienta Elisabet, ella también ha concebido un hijo en su vejez, y éste es el sexto mes para aquella que era llamada estéril; 37 porque de parte de Dios ninguna cosa es imposible.
Esterilidad era vista a veces como una señal del desagrado de Dios
Génesis 16.1–4 (BTX) — 1 Y Saray, mujer de Abram, no le daba hijos, pero ella tenía una sierva egipcia cuyo nombre era Agar. 2 Y dijo Saray a Abram: Mira ahora, yhvh me ha impedido tener hijos, te ruego que te llegues a mi sierva, quizás los obtenga de ella. Y oyó Abram la voz de Saray. 3 Y al cabo de diez años de habitar Abram en la tierra de Canaán, Saray, mujer de Abram, tomó a Agar la egipcia, su sierva, y la dio por mujer a su marido Abram, 4 y él se llegó a Agar y concibió. Sin embargo, cuando vio que había concebido, miraba con desprecio a su señora.
Génesis 20.17–18 (BTX) — 17 Y Abraham oró a Ha-’Elohim, y ’Elohim sanó a Abimelec, y a su mujer y a sus siervas, las cuales tuvieron hijos, 18 pues yhvh había cerrado por completo toda matriz de la casa de Abimelec por el asunto de Sara, mujer de Abraham.
Génesis 29.31–34 (BTX) — 31 Viendo yhvh que Lea era menospreciada, abrió su matriz, en tanto que Raquel era estéril. 32 Y concibió Lea y dio a luz un hijo, y llamó su nombre Rubén, pues dijo: Ha visto yhvh mi aflicción, y ahora me amará mi marido. 33 Y concibió de nuevo, y dio a luz un hijo y dijo: Ha oído yhvh que era menospreciada, y me ha dado también a éste. Y llamó su nombre Simeón. 34 Y concibió otra vez, y dio a luz un hijo y dijo: Esta vez mi marido se sentirá ligado a mí, pues le he dado a luz tres hijos, por tanto, llamó su nombre Leví.
1º Samuel 1.1–20 (BTX) — 1 Hubo un varón de Ramataim-Zofim, efrateo de la serranía de Efraín, llamado Elcana ben Jeroham, hijo de Eliú, hijo de Tohu hijo de Suf. 2 Y tenía dos mujeres: el nombre de una era Ana, y el de la otra Penina. Y Penina tenía hijos, pero Ana no tenía hijos. 3 Y este varón subía todos los años desde su ciudad a postrarse y ofrecer sacrificios para yhvh Sebaot en Silo, donde estaban los dos hijos de Elí: Ofni y Finees, sacerdotes de yhvh. 4 Llegado el día, Elcana ofrecía su sacrificio y daba porciones a su mujer Penina, a todos sus hijos y a todas sus hijas; 5 pero a Ana le daba una porción doble, porque él amaba a Ana a pesar de que yhvh había cerrado su matriz. 6 Y su rival la provocaba con porfía para irritarla, porque yhvh había cerrado su matriz. 7 Y así hacía de año en año, irritándola cuando subía a la casa de yhvh; y ella lloraba y no comía. 8 Y su marido Elcana le decía: Ana, ¿por qué lloras? ¿Por qué no comes? ¿Por qué está afligido tu corazón? ¿Acaso no te soy yo mejor que diez hijos? 9 Un año, después que hubieron comido y bebido, Ana se levantó en Silo, y mientras el sacerdote Elí estaba sentado en su sitial junto a una jamba de la Casa de yhvh, 10 ella, con amargura de alma, suplicó a yhvh y lloró efusivamente. 11 E hizo un voto, diciendo: yhvh Sebaot, si te dignas mirar la aflicción de tu sierva, y te acuerdas de mí, y no te olvidas de tu sierva, sino que le das a tu sierva un hijo varón, yo lo dedicaré a yhvh todos los días de su vida, y jamás pasará navaja por su cabeza. 12 Y sucedió que mientras ella oraba largamente en presencia de yhvh, Elí observaba su boca, 13 porque Ana hablaba en su corazón, y sólo se movían sus labios, pero su voz no se escuchaba, por lo que Elí la tuvo por ebria. 14 Entonces le dijo Elí: ¿Hasta cuándo seguirás en tu borrachera? ¡Aleja de ti tu vino! 15 Pero Ana respondió y dijo: No, señor mío; yo soy una mujer de espíritu afligido; no he bebido vino ni licor fuerte, sino que derramo mi alma en presencia de yhvh. 16 No tengas a tu sierva por hija de Belial, porque de la abundancia de mis congojas y aflicciones he hablado hasta ahora. 17 Elí entonces respondió y dijo: Ve en paz, y el Dios de Israel te otorgue la petición que le has pedido. 18 Ella dijo: ¡Halle tu sierva gracia ante tus ojos! Y la mujer se fue por su camino, y comió, y su semblante ya no fue como antes. 19 Por la mañana madrugaron y se postraron delante de yhvh; luego regresaron y llegaron a su casa en Ramah. Y Elcana conoció Ana a su mujer, y yhvh se acordó de ella. 20 Y sucedió que al cabo de los días, después de haber concebido Ana, dio a luz un hijo, y llamó su nombre Samuel, diciendo: Por cuanto lo pedí a yhvh.
Isaías 4.1 (BTX) — 1 Siete mujeres echarán mano de un mismo varón aquel día, diciendo: Comeremos nuestro pan y vestiremos nuestras ropas, ¡Sólo danos tu apellido y quita nuestra deshonra!
Lucas 1.5–25 (BTX) — 5 Hubo en los días de Herodes, rey de Judea, cierto sacerdote de nombre Zacarías, de la clase de Abías, y su mujer era de las hijas de Aarón, y su nombre era Elisabet. 6 Ambos eran justos delante de Dios, conduciéndose irreprochablemente en todos los mandamientos y ordenanzas del Señor. 7 Y no tenían descendencia, porque Elisabet era estéril, y ambos eran ya bien avanzados en días. 8 Aconteció, pues, que mientras él ministraba como sacerdote delante de Dios en el turno de su clase, 9 conforme a la costumbre del sacerdocio, entrando en el Santuario del Señor, le cayó en suerte ofrecer incienso. 10 Y toda la gente del pueblo estaba orando afuera, a la hora del incienso. 11 Entonces, desde la derecha del altar del incienso, se le apareció de pie un ángel del Señor. 12 Al verlo, Zacarías se turbó, y el temor se apoderó de él. 13 Pero el ángel le dijo: No temas, Zacarías, porque fue oída tu oración, y tu mujer Elisabet te dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Juan. 14 Y tendrás gozo y alegría, y muchos se regocijarán por su nacimiento, 15 porque será grande delante del Señor. No beberá vino ni licor, y será lleno del Espíritu Santo aun desde el vientre de su madre. 16 Convertirá a muchos de los hijos de Israel al Señor Dios de ellos. 17 E irá delante de Él con el espíritu y el poder de Elías, para hacer volver los corazones de los padres a los hijos, y los rebeldes a la prudencia de los justos; a preparar para el Señor un pueblo bien dispuesto. 18 Y Zacarías dijo al ángel: ¿Cómo sabré esto? Porque soy anciano y mi mujer avanzada en días. 19 Respondiendo el ángel, le dijo: Yo soy Gabriel, que asisto en la presencia de Dios, y he sido enviado para hablar contigo y anunciarte estas buenas nuevas. 20 He aquí estarás mudo y sin poder hablar hasta el día que lleguen a suceder estas cosas, por cuanto no creíste a mis palabras, las cuales serán cumplidas a su debido tiempo. 21 Y el pueblo estaba esperando a Zacarías, y se extrañaba de que se demorara en el Santuario. 22 Y cuando salió, no podía hablarles; y comprendieron que había visto una visión en el Santuario, porque les hacía señas, pero permanecía mudo. 23 Y aconteció que cuando se cumplieron los días de su ministerio, se fue a su casa. 24 Después de esos días su mujer Elisabet concibió, y se mantenía en reclusión cinco meses, diciendo: 25 Así ha hecho conmigo el Señor en los días en que se dignó quitar mi afrenta entre los hombres.
La falta de hijos no es siempre el resultado de esterilidad
Deuteronomio 28.41 (BTX) — 41 Engendrarás hijos e hijas, pero no serán para ti, porque irán en cautiverio.
La esterilidad puede ser ventajosa en algunas circunstancias
Lc 23.29 En referencia a los desastres por venir sobre Jerusalén.
Lucas 23.29 (BTX) — 29 porque he aquí vienen días en los cuales dirán: Bienaventuradas las estériles, y los vientres que no concibieron, y los pechos que no amamantaron.
Metafóricamente, la esterilidad puede describir un estado improductivo o desesperado
Hebreos 6.7–8 (BTX) — 7 Porque la tierra que bebe la lluvia que muchas veces viene sobre ella, y produce cosecha provechosa para aquellos por los cuales es cultivada, recibe bendición de Dios; 8 pero la que produce espinas y abrojos es descalificada, y está cerca de maldición, cuyo fin es de ser quemada.
Ver también Job 3.7 ; Lc 13.6–9
Job 3.7 (BTX) — 7 Sea esa noche estéril Y no haya en ella regocijo.
Lucas 13.6–9 (BTX) — 6 Y propuso esta parábola: Uno tenía una higuera plantada en su viña, y fue a buscar fruto en ella, y no lo halló. 7 Y dijo al viñador: Mira, hace tres años que busco fruto en esta higuera, y no lo hallo. ¡Córtala! ¿Para qué inutiliza también la tierra? 8 Él entonces respondiendo, le dice: Señor, déjala aún este año, hasta que cave a su alrededor y le eche abono; 9 y si da fruto en lo futuro…, y si no, la cortarás.

  ANUNCIACIÓN A ZACARÍAS, 1:5–25

    Presentación de Zacarías 
(Lucas 1:5–7)

En los días de Herodes, rey (5) es una de las muchas ilustraciones del cuidado de Lucas en fechar los acontecimientos. El recurso ayuda a asegurar su exactitud, porque esta fecha en particular ayudará a sus lectores a validar sus historias.

Este Herodes generalmente es llamado “el Grande”. No era judío de nacimiento sino idumeo, el hijo de Antipater. Profesaba ser prosélito de la religión judía, pero la totalidad de su vida demostró que no tuvo más religión que sus intereses y ambiciones egoístas. Era una herramienta de los romanos. Fue nombrado rey de los judíos por el senado de Roma a sugestión de Antonio, después que Herodes le prometiera una gran suma de dinero.

De la clase de Abdías, la octava de las 24 clases—turnos de ministerios en que David había dividido a los sacerdotes (1 Cr. 24:10). Cada descendiente masculino de Aarón era sacerdote. Llegaron a ser tan numerosos, que algunos jamás hubieran tenido la oportunidad de servir si no hubiera habido una organización tal como la que hizo David. A los sacerdotes sólo se les permitía casarse con mujeres de linaje judío puro, y era considerado doblemente meritorio contraer matrimonio con una descendiente de Aarón. De modo que el matrimonio de Zacarías y Elisabet era del nivel más elevado.

Ambos eran justos delante de Dios (6) parece implicar tanto justicia religiosa moral y ceremonial de acuerdo a las normas del Antiguo Testamento. Zacarías, Elisabet, y su hijo forman una especie de puente entre el Antiguo y el Nuevo Testamentos.

Y andaban irreprensibles en todos los mandamientos y ordenanzas del Señor significa viviendo fielmente conforme a todos los requisitos de Dios. “Mandamientos” parece referirse al Decálogo o a la ley moral en general, y “ordenanzas” a la ley judicial y ceremonial.

Pero no tenían hijo… Elisabet era estéril… y ambos eran ya de edad avanzada (7). El verso 6 aclara que Dios estaba complacido con Zacarías y Elisabet. Sin embargo, aquellos israelitas que los conocían no podían haber sospechado esto, porque generalmente se creía que la falta de hijos era señal del desagrado de Dios. La esterilidad también proporcionaba humillación adicional al matrimonio; tales esposos razonarían que jamás podrían tener la esperanza de toda pareja judía: llegar a ser los padres del Mesías. La esterilidad y la edad avanzada se combinaban para hacer de la paternidad una imposibilidad física. Es interesante notar que este era un paralelo exacto al caso de Abraham y Sara.

(1) El anuncio a Zacarías, 1:5–25. El Evangelio de Lucas comienza y termina en el templo. Al puro estilo del AT, Dios irrumpe en la historia del pueblo judío para hacer un anuncio profético. Luego de alrededor de (400 años) de silencio, esto es, de no comunicar verbalmente absolutamente nada, Dios envía al ángel Gabriel para realizar un maravilloso anuncio en el templo y a un anciano sacerdote. El ángel Gabriel, cuyo nombre significa “Dios es fuerte”, es el mensajero del tiempo de la salvación (comp. Dan. 9:21–27), y es portador del mensaje con el que arranca el Evangelio (euaggélion2098), esto es, la buena noticia (1:19).
a. La oración y ministerio de Zacarías, 1:5–10. Lucas sigue la tradición de los historiadores clásicos al circunscribir el anuncio a Zacarías en un contexto histórico que permite fecharlo y confirmarlo (v. 5). Se conoce que Herodes el Grande fue rey de Judea entre los años 37 y 4 a. de J.C.
Zacarías y Elisabet (vv. 6, 7) tenían varias cosas en común, y por ello, se convierten en uno de los modelos más auténticos de familia cristiana en todo el NT. Por ejemplo: los dos provenían de familias sacerdotales (Zacarías de la familia de Abías, pero siendo que Abías era descendiente de Aarón—1 Crón. 24:10—también era descendiente de Aarón como Elisabet), esto sería un gran ejemplo de yugo igual; eran justos (díkaios1342) delante de Dios; eran “irreprensibles” (ámemptos274) delante de la gente; eran piadosos e íntegros en vivir bajo los mandamientos del Señor; compartían el dolor de no tener un hijo; a pesar de su edad avanzada (tenían más de (60 años)), fueron fieles el uno al otro (muchas parejas habrían encontrado en la esterilidad, el motivo perfecto para un divorcio); eran valientes para soportar la “vergüenza” social y la condena religiosa por el hecho de no tener hijos.
Esto último se hará evidente en el v. 25 por la declaración de Elisabet. Lucas es extraordinario en destacar las virtudes de la gente piadosa. Con ello, Lucas pretende también resarcir la imagen social deteriorada de esta noble pareja, y destruir, de paso, aquellos prejuicios sociorreligiosos por causa de la esterilidad. Además, Lucas muestra que Dios selecciona a esa gente piadosa para coparticipar con él en la ejecución y consumación de sus propósitos. ¡Eso sigue vigente! La esterilidad era considerada una humillación pública (Gén. 30:23) o un castigo (Lev. 20:20, 21). Aquello es la figura de un pueblo marginado, al que no le queda otra opción que confiar en la intervención sobrenatural de Dios. Pero es a través del mismo pueblo que Dios actúa, liberándolo y usándolo para la inserción del reino.
También sabemos que desde el tiempo del rey David, este instituyó 24 órdenes, clases o grupos de sacerdotes; de tal modo que el oficio sacerdotal en el templo se celebrara con orden y equidad (comp. 1 Crón. 24:1–19; 6:31, 32). Esto implicaba que Zacarías debía acudir al templo dos semanas por año para ejercer el servicio sacerdotal, excepto en las festividades anuales cuando todos los sacerdotes debían oficiar juntos. Sabemos por la historia que en la época de Zacarías había demasiados sacerdotes. Eran tantos que, el tener la oportunidad de ministrar ante el altar de incienso dentro del Lugar Santo en el templo, se convertía en una oportunidad única en la vida. Mas Dios, también esperó pacientemente esa “oportunidad”.

Nazaret
Nazaret es mencionada por vez primera en los relatos de los Evangelios. Las evidencias arqueológicas indican que era una aldea agrícola con unas pocas docenas de familias. Un pueblo tranquilo que se encuentra en las colinas de la baja Galilea y por sobre el verde valle de Esdraelón; esto puede ser la explicación de por qué no existen referencias más tempranas y por qué no fue incluida en las 45 ciudades de Galilea, enumeradas por Flavio Josefo, ni en las 63 ciudades de Galilea mencionadas en el Talmud. Esto podría explicar también la actitud de algunas personas en aquella época que consideraban poco probable que de Nazaret pudiera salir algo bueno.
Nazaret está habitada hoy en día por unos 50.000 habitantes, de los cuales la mitad son cristianos y el resto musulmanes. Dominada por la espléndida Iglesia Anunciación, su perfil celeste presenta los contornos en pico de numerosos campanarios y cúpulas de varias iglesias de distintas denominaciones, así como conventos, capillas y colegios; el repicar de las campanas se suma a su encanto. Dispersos entre los templos, hay numerosos restaurantes y cafés orientales, así como una colorida feria, donde los mercaderes de los alrededores se reúnen para ofrecer sus productos. En la cima de la colina, se ha levantado una moderna ciudad judía llamada Nazaret Ilit.

Sin embargo, algunos eruditos resaltan el hecho de que aparte de aquella clasificación existía otra en términos factuales: mayores y menores. Los primeros eran pocos, provenían de familias opulentas y estaban asociadas al partido de los saduceos, que dicho sea de paso, era el grupo de donde provenían los sumos sacerdotes, que a su vez eran quienes presidían el Sanedrín. Los segundos (a los que pertenecía Zacarías), eran la gran mayoría (algunos creen que fueron unos 18.000, otros 20.000), y generalmente eran más piadosos que los sumos sacerdotes. Aquí repica otra de las máximas pastorales de Lucas: Dios escoge a los pobres-piadosos, a los piadosos-pobres, para sorprender al mundo (comp. 1 Cor. 1:26–31). Los fariseos eran parte del pueblo (láos2992), asociados más a la actividad religiosa en las sinagogas que en el templo.
En los vv. 8–10, Lucas introduce el escenario temporal y espacial, en el cual se dará el anuncio del ángel Gabriel. La oportunidad “ministerial” que Zacarías había soñado, probablemente toda su vida, había llegado. ¡Y el tiempo de Dios también! A Zacarías le tocó por sorteo la oportunidad de ofrecer el incienso. La soberanía de Dios siempre se impone a pesar de los métodos poco ortodoxos de elección (comp. Est. 3:7; Hech. 1:21–26). Era, entonces, el gran acontecimiento, irrepetible, de ofrecer el incienso en el altar (comp. Éxo. 30:7–9; Sal. 141:2), mientras el pueblo oraba afuera. Había tres horas de oración diarias, ofreciéndose el incienso en el sacrificio matutino y después del sacrificio vespertino; en la primera y la última hora (temprano en la mañana y cerca del mediodía). El v. 10 denota que a pesar del “silencio” de Dios, había un remanente piadoso en el pueblo judío, que buscaba a Dios en oración.
b. La respuesta a la oración de Zacarías, 1:11–14. Así, mientras la multitud oraba en el templo, Zacarías se encontraba en el altar del incienso, siendo el centro de atención de toda la nación judía, por lo que su ministración representaba. En ese preciso instante fue que se le apareció el ángel Gabriel (“Dios es fuerte”) puesto en pie, y cerca de donde Zacarías oraba junto al altar. Aparentemente la ubicación física del ángel no tiene otra mayor implicación que comunicar la cercanía e inmanencia de Dios, cuando decide actuar a través de nosotros. El anciano sacerdote se turbó sobremanera y tuvo mucho temor o pánico (fobos5401), por causa de aquella manifestación divina.
El anuncio consiste en responder a Zacarías (cuyo nombre significa “Dios se acuerda”, o “Dios recordó”) y a su esposa Elisabet (que significa “El juramento de Dios”), que finalmente tendrían un hijo, que sería llamado Juan (esto es, “Yahvé se compadece”, “Dios es generoso”, o “Yahvé ha hecho gracia”). Gabriel le comunica al anciano sacerdote la buena nueva de que su oración o súplica (déesis1162) finalmente ha sido, no sólo escuchada, sino atendida. Algunos eruditos creen que la oración de Zacarías también incluyó el advenimiento del Mesías, del cual el nacimiento de Juan era un cumplimiento parcial. Como fuera, sabemos que en el AT Dios había permitido que algunas mujeres, en similares condiciones, tuvieran hijos; por ejemplo, las madres de Isaac, Sansón y Samuel.
Aunque el texto no provee mayores detalles, es obvio considerar que esta pareja de ancianos sacerdotes había orado toda su vida a Dios, pidiendo se les concediera el privilegio de ser padres. Si esto es obvio para cualquier pareja en cualquier lugar, tiempo y cultura del mundo, mucho más para ellos. La cultura hebrea privilegiaba a aquellas parejas que habían sido bendecidas con hijos, mucho más si eran varones. Y la exigencia era más aguda si se trataba de una pareja sacerdotal.
En esta porción, Lucas hace un contraste entre el gozo (cará5479) que producen las buenas nuevas de Dios (v. 14, comp. vv. 12, 13), que es una constante en su Evangelio; y el miedo (fóbos5401) natural e irracional de los seres humanos ante los portentos de Dios. Este contraste será evidente varias veces, especialmente en los primeros capítulos del Evangelio. Sin embargo, en Lucas encontramos varias referencias a personas que reaccionaron del mismo modo que Zacarías (comp. 1:30, 65; 2:9, 10; 5:10, 26; 7:16; 8:25, 37, 50; 9:34, 45; 12:4, 5, 32; 21:26, 23:40).
c. Identidad y ministerio del Precursor, 1:15–17. Respecto de la identidad de Juan, Gabriel detalla al menos cuatro aspectos de su personalidad y carácter. (1) Su venida va a generar gozo (cará5479). Lucas disfruta de relacionar el gozo con la salvación de Dios (comp. cap. 15); de igual modo Juan traerá gozo no sólo para sus padres sino para muchos en Israel. (2) Será grande (mégas3173) delante del Señor. La expresión “delante de” o “a los ojos de” (enópion1799) es propia de Lucas. Aparece 35 veces en toda su obra, y sólo una vez en el resto de los Evangelios (Juan 20:30). Lo que importa en la vida del creyente es lo que somos y llegamos a ser ante los ojos del Señor, aunque nuestra vida parezca insignificante para los demás. Es como si Lucas quisiera remarcar que la opinión que cuenta es la de Dios, porque ciertamente los marginados no tienen ningún atractivo para el mundo. (3) Nunca beberá vino ni licor. Esta expresión tiene clara referencia con los nazareos y sus votos voluntarios (comp. Núm. 6:1–21). Significa que Juan sería consagrado completamente al servicio del Señor y sometido a ciertas restricciones propias de su llamamiento y vocación (comp. Núm. 6:3, 4; Jer. 1:5). Se infiere, además, que Juan al crecer habría de celebrar esos votos con gran regocijo y compromiso, aunque no hay razón para creer que Juan asumiría todos los votos del nazareato. Más bien, al parecer, Lucas quiere poner énfasis en la urgencia de la misión de Juan, al describir esos detalles (otros rasgos pueden denunciar lo mismo, comp. Mat. 3:4; 2 Rey. 1:8). (4) Será lleno del Espíritu Santo aún desde el vientre de su madre. Uno de los ejes, e intereses teológicos, centrales de Lucas es mostrar el ministerio del Espíritu Santo en capacitar y dar poder. Los dos padres de Juan fueron llenos del Espíritu Santo (1:41, 67). Un detalle histórico asociado con este poder espiritual se da en la visita posterior de María a Elisabet, donde Juan saltó en el vientre de su madre, y ella fue llena del Espíritu Santo (comp. 1:41).
Acerca de la misión de Juan, Gabriel define también cuatro propósitos: (1) Hará que muchos de los hijos de Israel vuelvan al Señor su Dios. Esto fue cumplido plenamente según los relatos sinópticos paralelos de Mateo 3:5, 6 y Marcos 1:4, 5, donde se reporta que grandes multitudes se acercaron para escuchar el mensaje de arrepentimiento y convertirse al Señor. (2) Irá delante del Señor, como el precursor del Mesías anunciando su venida con el espíritu y el poder de Elías. Lucas deliberadamente parte aquí de dos profecías de Malaquías: 3:1, donde se habla del mensajero enviado para preparar el camino del Señor; y 4:5, 6, que precisa el retorno de Elías como señal histórica antes del advenimiento del Mesías. (3) Hará volver el corazón de los padres a los hijos y los desobedientes a la prudencia de los justos. Zacarías entendió claramente el mensaje profético, por cuanto en su cántico identificó a su hijo como el cumplimiento de Malaquías 3:1 (comp. 1:76 con 3:4, 6). El Señor Jesús también afirmó que Juan era de quien hablaba Malaquías 3:1 (comp. Mat. 11:10, 14, acerca del cumplimiento parcial de Mal. 4:5, 6). Esta faceta de la reconciliación que el profeta estimulara estaba identificada con la justicia. Hay quienes piensan que la reconversión de padres a hijos, en el v. 17, tiene que ver con una conversión a la fe patriarcal. No obstante, puede referirse a la intimidad de la convivencia familiar en un contexto de sana espiritualidad y valores correctos (comp. Mal. 4:6). (4) Para preparar al Señor un pueblo apercibido. Este último énfasis resume en gran parte el ministerio de Juan. Por siglos Dios había preparado a Israel para la salvación que en la plenitud del tiempo (Gál. 4:4) habría de manifestarse en Cristo Jesús. La tarea de Juan era propiciar esa capacidad de discernimiento. En el poder del Espíritu Santo, Juan haría volver la atención de la nación a la inminente venida del Mesías de Dios, como también a la fraternidad entre ellos mismos, una especie de reconciliación doble. Y el posterior mensaje profético de Juan, en efecto, estaría cargado de este matiz pastoral.
d. La incredulidad de Zacarías, 1:18. Al asombro y creciente miedo, Zacarías añadió otra actitud: la duda y la desconfianza. Es muy cómodo, fácil y hasta “piadoso” cuestionar la posición de Zacarías. Pero hay que entender que no se ven ángeles todos los días, menos para hacer promesas que desafían todo orden natural por Dios mismo establecido. En realidad, la actitud de Zacarías es la reacción diaria de todos los creyentes. Pese a su madurez emocional y espiritual, hay que reconocer que los cuestionamientos del anciano sacerdote son legítimos. A Zacarías le preocupaban dos cosas: la seguridad de que aquello se cumpliera (un obstáculo espiritual); y la avanzada edad de él y de su esposa, un obstáculo natural, porque eran ancianos.
¿No es esto el fiel retrato de lo que ocurre con todos los creyentes, cuando se trata de creerle a Dios, y actuar en consecuencia? No siempre existe en nosotros coherencia perfecta entre la fe y la obediencia. No siempre estamos dispuestos a obedecer lo que por fe Dios nos pide que asumamos. No debemos apresurarnos a criticar gratuitamente a Zacarías, pues él simplemente estaba tratando de entender el plan de Dios, y quizás pidiendo una evidencia adicional. El problema es que los planes de Dios no tenemos que entenderlos o discutirlos, sino solamente aceptarlos.
El Evangelio de Lucas apela poderosamente al accionar de la fe salvífica y su consecuente obediencia. Lucas parece acuñar en todo su relato una máxima teológica: No hay fe sin obediencia, ni obediencia sin fe. Las dos virtudes son dos caras de la misma moneda. La fe que autentica el evangelio, es la que se traduce en obediencia. ¡A Dios le encanta que le crean, pero sin cuestionar!
e. La confirmación de la buena nueva, 1:19, 20. Como consecuencia de la incredulidad de Zacarías, Dios sí le concede una señal: quedarás mudo e incapaz de hablar, hasta que todo lo anunciado se cumpla. A más de eso, a Zacarías se la da una razón para esta señal: no has creído a mis palabras. Y finalmente una promesa: las cuales se cumplirán a su debido tiempo. ¡Dios es maravilloso y clemente! No se solaza en su reprensión para con sus hijos, ofrece explicaciones amorosas que menguan el dolor y, sobre todo, mantiene sus promesas más allá de nuestra incredulidad.
Pero antes de aquello, Gabriel afirma su identidad ante Zacarías y su ministerio delante de Dios (v. 19). Es una manera sutil de reprochar la actitud del sacerdote. A la vez, es una forma misericordiosa de reorientar sus convicciones. Es como si Gabriel estuviera diciéndole: “revisa la historia” y ve si es posible un margen de error. Gabriel es el mensajero de la salvación de Dios, y con su mensaje se desata el evangelio, las buenas nuevas (comp. 1:19 con Dan. 8:16 ss.; 9:21–27).
f. La manifestación histórica de la oración, 1:21–25. La oración es un acto íntimo y secreto, entre el creyente y Dios, que tiene su recompensa (comp. Mat. 6:6). El escenario era propicio para una manifestación sobrenatural. ¡Dios pensó en todo!
(a) En el pueblo expectante, 1:21, 22. El pueblo se extrañó porque el tiempo que Zacarías había tomado para echar el incienso en el altar era demasiado; normalmente sólo tomaba unos pocos minutos. El sacerdote entraba al santuario, echaba el incienso sobre el altar ya calentado, y luego se retiraba inmediatamente. Aquella demora, de por sí, ya era una señal de que algo extraordinario había ocurrido entre Zacarías y Dios. Dios no solamente quería darle señales a Zacarías, sino sobre todo al pueblo, el cual debía prepararse para el gran acontecimiento que ya había comenzado a manifestarse.
Cuando salió Zacarías no pudo explicar nada verbalmente porque había quedado mudo (kofós2974). Pero el pueblo entendió claramente que había tenido una visión en el templo o santuario (naós3485). Lucas precisa que el resto del tiempo de su ministración sacerdotal Zacarías se comunicaba con la gente por medio de señas. Aparentemente eso quiere decir que también quedó sordo (comp. 1:22 con 1:62), pues el término que se usa para expresar mudez puede eventualmente significar también sordera.
(b) En la pareja sacerdotal, 1:23–25. Luego de cumplir con su ministerio sacerdotal, Zacarías regresó a su casa en las montañas de Judea (comp. v. 39). Algunos creen que Zacarías poseía una pequeña granja y/o se dedicaba a la agricultura. Se suponía que los sacerdotes debían vivir de los diezmos del templo, pero debido a la clase social sacerdotal a la que pertenecía, y también debido a las injusticias cometidas por una cada vez más voraz aristocracia sacerdotal, los sacerdotes pobres tenían que sobrevivir trabajando en otras actividades.
Como era de esperarse y como había sido prometido por el ángel, la anciana Elisabet concibió al bebé, y Lucas registra que se recluyó por cinco meses. Es posible que aquello se deba a cuestiones médicas, ya que es razonable que un embarazo a esa edad y en esas condiciones sociohistóricas, debía ser protegido al extremo, y sabemos que los primeros meses son clave para el efecto. Tal vez la reclusión se debió también a la gran conmoción social que provocó entre sus vecinos (comp. v. 25). Sin embargo, es posible que exista además otra razón importante (teológica).
La alabanza de Elisabet era la forma común entre las estériles que Dios había visitado con su maravillosa gracia para transformar su vergüenza en júbilo (Gén. 21:6, 7; 1 Sam. 2:1–10). Pero provoca especial memoria de la alabanza proferida por Raquel (Gén. 30:23). Aquí dice Elisabet: … para quitar mi afrenta entre los hombres. Zacarías debió haber compartido por escrito (comp. v. 63) con su esposa las cosas sucedidas en el santuario, ya que ella sabía, previamente, que el nombre del niño sería Juan (comp. v. 60).

Para Dios nada es imposible
1:5–38

La expresión de fe de un cristiano que reconoce que para Dios no hay nada imposible, queda claramente demostrada en este capítulo en el que dos mujeres, en circunstancias opuestas, reciben la bendición de la maternidad; de un lado, María, una joven virgen, de otro lado, Elisabet, una mujer de edad avanzada y estéril; ciertamente, para Dios no hay nada imposible. Este mensaje se constituye una voz de esperanza para muchas mujeres que aun hoy, con todos los avances de las ciencias médicas, se sientan frustradas en su aspiración de llegar a ser madres; aquí hay un bálsamo, un refrigerio que viene de lo alto. Dios en su bondad y misericordia puede concederles el don preciado de la maternidad, porque para él no hay nada imposible.

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domingo, 9 de agosto de 2015

Considero todas las cosas como pérdida por la superioridad del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por el cual perdí todas las cosas, y las tengo por estiércol, para ganar a Cristo

Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6



 
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CONSTRUCCIÓN DE SERMONES
Filipenses 3.1–4.1

3      Por lo demás, hermanos míos, regocijaos en el Señor. A la verdad, no me es molesto escribiros las mismas cosas, y para vosotros es seguro.
2      Guardaos de los perros, guardaos de los malos obreros, guardaos de la mutilación.
3      Porque nosotros somos la circuncisión, los que servimos por el Espíritu de Dios, y nos gloriamos en Cristo Jesús, no teniendo confianza en la carne.
4      Aunque también yo puedo confiar en la carne. Si algún otro cree poder confiar en la carne, yo más:
5      Circuncidado al octavo día; del linaje de Israel, de la tribu de Benjamín, hebreo de hebreos; en cuanto a la Ley, fariseo;
6      en cuanto al celo, perseguidor de la Iglesia; en cuanto a la justicia que hay en la Ley, irreprensible.
7      Pero, ¡cuántas cosas que eran para mí ganancias, las he estimado como pérdida por amor al Mesías!
8      Y ciertamente aun considero todas las cosas como pérdida por la superioridad del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por el cual perdí todas las cosas, y las tengo por estiércol, para ganar a Cristo,
9      y ser hallado en Él, no teniendo mi propia justicia, que procede de la Ley, sino la que es mediante la fe de Cristo, la justicia que procede de Dios basada en la fe,
10      para conocerle a Él y al poder de su resurrección, y la participación de sus padecimientos, llegando a ser semejante a Él en su muerte,
11      si en alguna manera llegara a la resurrección de entre los muertos.


El llamamiento supremo

12      No que lo haya alcanzado ya, ni que ya esté perfeccionado; sino que prosigo, por si logro aferrar aquello para lo cual fui también aferrado por Cristo.
13      Hermanos, yo mismo no considero haberlo alcanzado, pero una cosa hago, olvidando las cosas que quedan atrás, y extendiéndome a las que están delante,
14      prosigo hacia la meta, hacia el premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.
15      Así que, todos los que somos perfectos sintamos esto; y si sentís algo de diferente manera, también esto os lo revelará Dios.
16      Pero en aquello a que hemos llegado, sigamos lo mismo.
17      Hermanos, sed imitadores de mí, y observad a los que así se conducen según el ejemplo que tenéis en nosotros.
18      Porque andan muchos, de los cuales frecuentemente os decía, y ahora hasta lo digo llorando, que son enemigos de la cruz de Cristo,
19      cuyo fin es la perdición, cuyo dios es su vientre, y su gloria está en la vergüenza, los cuales piensan sólo en lo terrenal.
20      Porque nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde aguardamos ardientemente al Salvador, al Señor Jesucristo,
21      el cual transfigurará el cuerpo de la humillación nuestra para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya, según la eficacia del poder con el cual Él también puede someter a Sí mismo todas las cosas.


¡Regocijaos!

4      Así que, hermanos míos amados y ardientemente deseados, gozo y corona mía, manteneos así firmes en el Señor, amados míos.


DIFICULTADES DE LA CONSOLIDACION MISIONERA, 3:1-4:1
Por lo demás, hermanos míos es la traducción del griego to loipon adelfoi que a veces servía como fórmula de despedida (ver 2 Cor. 13:11). Junto con la exhortación regocijaos en el Señor bien puede ser una frase con la cual se intenta resumir lo dicho hasta ahora, y de esta manera 3:1a sería la frase que cierra el capítulo anterior. De ser así, 3:1b viene a ser lógicamente una introducción a la sección que sigue. ¿A qué se refiere entonces la expresión las mismas cosas? En 2:18 la invitación a regocijarse es parte de una exhortación general a la unidad y la firmeza en la fe (2:14–18). El sentido de 3:1b sería entonces que Pablo aclara que los próximos párrafos con sus advertencias contras los falsos misioneros tienen la misma intención pastoral que lo que ha escrito hasta ahora. Otros comentaristas creen que la expresión las mismas cosas se refiere a enseñanza que Pablo envió por medio de otra carta que desconocemos. El recurso didáctico que usa Pablo es un ataque a los falsos misioneros, pero también, por contraste, una clarificación de la verdadera fe cristiana y de las características de su propia militancia espiritual y su práctica misionera.
1.     Advertencia contra los falsos apóstoles, 3:2, 3
El lenguaje de estas advertencias es enérgico, y en un par de líneas ofrece un retrato de los falsos misioneros. Evidentemente se trata de rivales de Pablo diferentes a los que menciona en 1:15 y 17, donde se refiere a personas que predicaban a Cristo, pero cuya motivación era torcida. Aquí en cambio se trata de una obra insidiosa que atenta contra el meollo del evangelio. La repetición del verbo guardaos no significa que se trate de tres grupos diferentes de personas, sino que indica la seriedad de la advertencia. Las tres notas que ofrece el v. 2 identifican a las mismas personas, es decir los misioneros judaizantes que también habían hecho sus incursiones en Corinto (2 Cor. 11).
Joya bíblica
Por lo demás, hermanos míos, regocijaos en el Señor (3:1).
En el original hay juegos de palabras que no son de fácil traducción, pero la clave es la tercera frase, los que mutilan el cuerpo, que claramente identifica a los judaizantes que insistían en la circuncisión como requisito para la salvación y la entrada en la iglesia. Pablo aceptaba la circuncisión como costumbre judía que era señal del pacto. No se oponía a que los judíos que habían llegado a creer en Cristo mantuvieran la costumbre de la circuncisión en sus familias. De hecho, el relato de Hechos acerca de su encuentro con Timoteo afirma que lo hizo circuncidar (Hech. 16:3), ya que aunque su madre era judía su padre era griego y no habían cumplido con ese requisito de la Ley. Lo que evidentemente enfurecía al Apóstol era la obra insidiosa de misioneros enviados por un sector de la iglesia de Jerusalén, que querían obligar a los creyentes gentiles de las iglesias que él iba fundando a que se circuncidasen también. Al hacerlo alegaban que el evangelio de Pablo era incompleto, y es evidente que también criticaban su conducta personal y sus métodos misioneros. De ahí que Pablo utilice el término katatomé 2699, que en el v. 2 se traduce como los que mutilan el cuerpo. La palabra para circuncisión es peritomé 4061, y como dice la nota de RVA, se trata de un juego de palabras.
El Apóstol no para mientes en usar también para los falsos misioneros el término perros, lo cual podría tener un sentido irónico. Los judíos más celosos se referían a los gentiles como "perros", en forma despreciativa, debido a que consideraban inmundos a dichos animales (Mat. 15:26; Apoc. 22:15). Sin duda que los judaizantes hacían gala de su limpieza, y aquí Pablo recurre a la ironía al aplicarles el término. Los filipenses son exhortados también a cuidarse de esos malos obreros. La palabra obreros traduce el griego ergátes 2040 , término que aparece también en 2 Corintios 11:13 con un adjetivo diferente: obreros fraudulentos, y que probablemente se refiere a los mismos rivales de Pablo. Se trata de personas que trabajan con gran celo y diligencia, pero en una obra destructora, porque están atentando contra lo fundamental del evangelio.
Es importante recordar que Pablo también usaba el término "circuncisión" como un sustantivo colectivo para referirse a los judíos, sin ninguna connotación negativa (Gál. 2:7–9). Yendo más allá, en el v. 3 pasa a describir lo que considera más importante, la auténtica circuncisión que agrada a Dios, en contraste con la mutilación que predicaban los malos obreros (comp. Rom. 2:25–29). La describe con tres notas que bosquejan lo esencial del mensaje paulino en general. Primero, servimos a Dios en espíritu, es decir no prestando atención a legalismos literalistas, una actitud que se preocupaba sólo de la letra muerta de la ley. Escribiendo a los corintios, Pablo contrasta dos tipos de servicio a Dios y afirma que el de los apóstoles es un ministerio no de la letra sino del Espíritu: Porque la letra mata, pero el Espíritu vivifica (2 Cor. 3:6). Segundo, nos gloriamos en Cristo Jesús, especialmente en el hecho de que la cruz de Cristo que es escándalo para los judíos es el único camino para acercarse a Dios (Gál. 6:14). Tercero, no confiamos en la carne, es decir no busca la salvación por medio de sus propias obras humanas, ni sirve a Dios tratando de acumular méritos para salvarse, temas que desarrolla en las epístola a los Gálatas y a los Romanos. En resumen, la verdadera circuncisión es aquella que Cristo obra (Col. 2:6–11) en el corazón del ser humano, en contraste con el mero ritual externo entendido en sentido legalista. Así pues, el antídoto contra la obra de los malos obreros es permanecer afirmados en lo esencial del evangelio, en una relación con Cristo acerca de la cual Pablo ofrece su testimonio personal.
2.     El misionero de Cristo: ejemplo de entrega, 3:4-9.
El Apóstol ahora refuerza su enseñanza acudiendo a su experiencia personal, de la cual deriva su comprensión del evangelio. Si de lo que se trata es de hazañas y marcas de prestigio desde el punto de vista puramente humano, él puede presentar un curriculum vitae impresionante, y salir ganando en la comparación: Si alguno cree tener de qué confiar en la carne, yo más, dice. Como para que los judaizantes lo supiesen, ya que ellos se preciaban mucho de su rancia estirpe judía (2 Cor. 11:22), Pablo pasa a hacer una lista de sus títulos dentro del judaísmo. Estos eran impecables desde el punto de vista nacionalista: del linaje de Israel, de la tribu de Benjamín, hebreo de hebreos. No sólo tenía el orgullo de ser judío de nacimiento, sino también de pertenecer a la tribu de la cual había salido el rey Saúl, cuyo nombre había llevado hasta que lo cambió por el de Pablo. También tenía títulos desde el punto de vista religioso: venía de una familia devota y respetuosa de la ley, como indica circuncidado al octavo día, que también era una forma de afirmar que no era un gentil convertido. Por decisión propia se había hecho miembro del partido más celoso de la tradición hebrea, fariseo. Había dado muestras de rigor y celosa devoción a la causa judía, perseguidor de la iglesia, lit. "cazador" de herejes, término que usan Lucas y Pablo mismo para describir su grado de devoción a la causa (Hech. 9:4, 5; 22:4, 7, 8; 1 Cor. 15:9; Gál. 1:13 ss., 23) En lo relativo a la moral y obediencia a la ley, era irreprensible. Es importante recordar que aunque los cristianos tenemos a veces una impresión muy negativa de los fariseos, ya que ellos aparecen en los Evangelios como rivales y críticos intransigentes de Jesús, desde el punto de vista del cuidado y preservación de la Biblia habían cumplido un papel muy especial. Pablo no utiliza el término en forma negativa.
La visión del misionero
3:3–16
El misionero sabe que ha sido redimido en base a los méritos de Cristo en la cruz y que ningún logro humano puede proporcionarle las bendiciones espirituales que Dios en su gracia tiene reservadas. El misionero depende de la gracia y el poder de Dios para la tarea que tiene por delante: ...nos gloriamos en Cristo Jesús... no confiamos en la carne... (v. 3), ni en los recursos humanos en forma absoluta. El pasaje recalca:
1.     Las credenciales del misionero (vv. 4–6).
2.     El testimonio del misionero (vv.7–11).
3.     La meta del misionero (vv. 12–14).
4.     El desafío del misionero (vv. 15, 16).
La obra misionera es igual a una carrera de larga distancia. Requiere perseverancia, paciencia y, sobre todo, constancia. Pero el misionero sabe que sigue a un victorioso Jesús, que ya ganó la victoria y tiene el galardón preparado para los fieles.
Si bien era importante para Pablo establecer sus credenciales judías frente a los misioneros judaizantes, la verdadera intención de esa lista de credenciales era mostrar que para él la fe en Cristo había obrado un cambio radical de perspectiva. Por eso hay que notar la fuerza que tiene en este punto la conjunción adversativa pero. Ella introduce una apasionada profesión de fe en Cristo que lo ha llevado a considerar como de poco o ningún valor toda la grandeza humana que caracterizaba su vida anterior. Esta es una de las descripciones más claras y radicales de Pablo acerca de la revolución espiritual que le trajo su encuentro con Cristo. Nada en el libro de Hechos o en los escritos de Pablo indica que éste haya conocido a Jesús durante su ministerio terrenal. El encuentro del camino de Damasco fue sin duda una experiencia del Jesús resucitado, acerca de la cual no se entra en algunos detalles, aunque se narra tres veces (Hech. 9:1–19; 22:6–16; 26:12–18). Eso sí, tanto el tono de los relatos de Hechos como otras referencias de Pablo a esa experiencia (Gál. 1:14–16) destacan su carácter definitorio. Para describir el contraste Pablo utiliza aquí la idea de ganancia y pérdida, como si al poner en una balanza todo lo que fue en el mundo judío, su nueva experiencia sobrepasaría con creces todo ese peso.
En tiempos recientes, los estudiosos han redescubierto la importancia de conocer el trasfondo judío del Apóstol y la herencia judía que incorporó a su comprensión de la fe cristiana. Es importante recordar que para comprender a la propia persona de Cristo, Pablo usa la luz del AT. Además, cuando escribe acerca de su experiencia, más que como la conversión de una religión a otra Pablo la presenta como el haber descubierto asombrado que el Dios en quien siempre había creído se había manifestado en Cristo, y lo llamaba ahora para una nueva tarea: la evangelización de los gentiles (Gál. 1:13–17). Al mismo tiempo los estudiosos están unánimes en reconocer que el punto de partida y la clave de la teología de Pablo es nada menos que su encuentro con Cristo y el cambio radical que se operó en su vida. Los ojos le fueron abiertos para poder ver que aquél a quien él perseguía era el Hijo de Dios que había muerto por él. A partir de ese punto todo el celo que había puesto Pablo en llegar a ser un verdadero judío irreprochable cambió de dirección, se volvió repuesta gozosa al amor y la gracia de Dios.
El razonamiento de este párrafo (vv. 7–9) culmina en unas líneas (v. 9) en las cuales Pablo articula con toda claridad la doctrina de la justificación tal como la entiende en su propia actitud y en su propia vida: sin pretender una justicia mía, derivada de la ley, sino la que es por la fe en Cristo, la justicia que proviene de Dios por la fe. Ese es precisamente el meollo del contraste entre Pablo y los falsos misioneros a los que está criticando. Con su insistencia en las marcas exteriores de una religiosidad legalista los falsos misioneros predicaban un evangelio de justicia por medio de las obras humanas. Pablo había descartado ese camino de justificación (comp. Gál. 2:16). El enunciado teológico de este v. 9 va precedido de una declaración apasionada de su entrega a Cristo: Considero como pérdida todas las cosas, en comparación con lo incomparable que es conocer a Cristo Jesús mi Señor. Esa entrega y ese entusiasmo por Cristo no se reducen a una explosión de sentimentalismo, porque como resultado de su fe Pablo ha tenido que renunciar a toda grandeza humana y adoptar un estilo de vida peligroso y heroico. Ha habido un costo, pero en el tono y estilo de este pá-rrafo no hay nada de queja, sino más bien un sentido de privilegio. Esa es la fuerza de la imagen que usa, aunque las traducciones modernas suavizan la fuerza del contraste paulino, quizá por cuestión de buen gusto. La expresión lo tengo por basura puede traducirse lit. "lo considero como estiércol".
Joya bíblica
Considero como pérdida todas las cosas, en comparación con lo incomparable que es conocer a Cristo Jesús mi Señor (3:8).
Conocer a Cristo Jesús mi Señor se ha vuelto el principio que guía la vida de Pablo. Para él conocer es más que una actividad intelectual, es decir es más que agregar nuevas ideas acerca de Cristo al almacén de su memoria. Conocer ha empezado por entregarse a Cristo, arriesgando todo en ese acto de fe. En el camino a Damasco, Pablo descubrió que al perseguir a la iglesia, a quienes creían en Jesús, había estado persiguiendo al mismo Jesús (Hech. 9:5, 6, 17). Al pasar a ser él mismo parte de esa comunidad perseguida pudo conocer a Jesús, y por eso insiste en la pertenencia mutua que caracteriza a la iglesia, y en la participación común en las mismas ideas y en las mismas tareas. El misionero y teólogo Juan A. Mackay decía que a Jesús no se le puede conocer desde el balcón de la admiración o la curiosidad intelectual, sino desde el camino, cuando se le sigue: "No puede haber conocimiento verdadero de las cosas últimas, es decir de Dios y del hombre, del deber y el destino, que no haya nacido de un serio interés y se haya perfeccionado en una entrega y adhesión; lo cual equivale a decir que la verdad religiosa se obtiene solamente en el Camino" (J. A. Mackay, Prefacio a la teología cristiana).
Además, conocer es entregarse a Cristo como Señor, es decir tomar en serio sus mandamientos y su ejemplo. Ese ha sido el razonamiento que Pablo dirigió a los filipenses en 2:1–4. Si es que hay una relación con Cristo, debe haber un estilo de vida correspondiente. Hemos visto que ello afecta no sólo el pensar sino también el sentir y la voluntad. Lo que ahora está argumentando el Apóstol es que la realidad de su propia vida se caracteriza por esa entrega total. Ello significa una renuncia a cualquier pretensión de agradar a Dios por medio de prácticas religiosas o por el recurso a los propios méritos y privilegios, aparte de la fe en la obra de Cristo. Significa también una gozosa aceptación del medio provisto por Dios mismo para la salvación, la justicia que proviene de Dios por la fe.
3.     El misionero de Cristo: ejemplo de crecimiento, 3:10-16
Toda esta epístola es un llamado a avanzar y crecer en la vida cristiana. En esta sección, Pablo expresa su actitud fundamental de discípulo inquieto, quizá mayor en años pero siempre joven en su anhelo de subir a nuevas alturas. Habiendo dado cuenta de la riqueza que ha encontrado en Cristo, que vale más que toda su propia grandeza humana anterior, ahora pasa a aclarar que todavía tiene mucho camino que recorrer: no ha llegado a la perfección. El vocabulario del v. 15, los que hemos alcanzado la madurez, traduce el griego teléiosis 5050, que era usado por los partidarios del gnosticismo, una herejía que se estaba infiltrando en las iglesias del NT. Los gnósticos afirmaban tener un conocimiento especial (gnosis) de las cosas divinas y pretendían haber alcanzado un alto grado de superioridad espiritual: se gloriaban de "ser perfectos". También despreciaban la realidad material y negaban una resurrección futura transfiriéndolo todo a la experiencia presente. Por ello, a veces junto a su proclamada superioridad espiritual se daba un cierto libertinaje moral. Frente a ese perfeccionismo gnóstico, Pablo coloca en contraste su actitud humilde y realista, la de una verdadera madurez cristiana. Es importante ver aquí la íntima relación entre la cristología de Pablo y su espiritualidad. Un aspecto de esa espiritualidad es la contemplación y la unión con Cristo. Así como el himno en 2:6–11 destacaba la humillación de Jesús y luego su glorificación, en este pasaje la espiritualidad de Pablo se expresa con referencia a los mismos términos.
Semillero homilético
Metas superiores del cristiano
3:9–11
Introducción: La vida se mueve en base a motivaciones. Impulsos que dominan la vida y la proyectan hacia aspiraciones altas. Cada cristiano debe de fijarse estas metas superiores en su relación personal con Cristo.
I.     La meta de un conocimiento mayor de Cristo: Anhelo conocerle a él... (v. 10).
     No una relación nominal ni trivial, un conocimiento experimental, personal y profundo.
1.     El conocimiento mayor viene por la Biblia.
2.     El conocimiento mayor viene por la oración.
II.     La meta de una identificación mayor a Cristo: Y ser hallado en él... (v. 9).
     Una relación que le lleve a fundir su personalidad, su voluntad y sus sentimientos en Cristo Jesús.
1.     La identificación mayor viene de una entrega total.
2.     La identificación mayor viene de una comunión profunda.
III.     La meta de un poder mayor en Cristo: ... y el poder de su resurrección... (v. 10).
     Vivir en el poder que levantó a Cristo de los muertos.
1.     Mayor poder sobre Satanás.
2.     Mayor poder sobre el pecado.
3.     Mayor poder sobre la muerte.
Conclusión: No conformarse con haber sido salvado y justificado por Cristo. El cristiano debe anhelar algo mejor: un conocimiento experimental de Cristo en la vida. Una identificación mayor con él en el andar diario. Desear experimentar su poder, el que le levantó de los muertos y vivir para Cristo. Hay galardón. ¡Vamos detrás de él!

Su anhelo es conocer más a Cristo, no sólo el poder de su resurrección, sino también de participar en sus padecimientos y ser semejante a él en su muerte. Tanto la referencia a la resurrección de Jesús como la semejanza a él en su muerte podrían vincular el hilo de este razonamiento con la forma y fórmula del bautismo (Rom. 6:1 ss.). Muerte y resurrección son operativas ahora en la vida del creyente. La nota de RVA aclara el sentido lit. de semejante a él en su muerte como "ser amoldado juntamente con él en su muerte", imagen más rica y activa, aunque requiera un rodeo lingüístico. Aquí el lenguaje paulino tiene algo del tono contemplativo de los Salmos y del anhelo de unión con Dios que caracteriza a esos grandes hombres y mujeres de Dios a quienes suele llamarse místicos. Esa unión incluye la participación (koinonía 2842) en los padecimientos. Ya en 1:29 se ha referido al privilegio de sufrir por Cristo y con Cristo, como parte del discipulado. Pablo ve sus propias peripecias por la causa del evangelio como una participación en lo que sufre Cristo mismo, el gran actor de la misión (Rom. 15:18).
La referencia a la resurrección en el v. 11 la toma en un sentido diferente a la resurrección de Cristo en el v. 10, donde se refiere al pasado y al presente. Aquí la referencia es al futuro, a un evento que Pablo ve venir y en el cual espera poder encontrarse: la resurrección de los muertos, o mejor aun "de entre los muertos". En otras partes de esta epístola Pablo hace afirmaciones respecto al futuro y su esperanza, como por ejemplo en 1:23 y en 2:16. Lo que Pablo no nos ofrece, ni parecía interesarle, es una sistematización de todos estos datos en lo que podríamos llamar una escatología paulina.
Prosigo
3:12
Cuando Pablo se encontró cara a cara con Cristo, en el camino a Damasco (Hech. 9:1–6; 26:16–18), y se convirtió, él comprendió que allí él fue alcanzado por Dios. Cada cristiano lo es por iniciativa de Dios, quien lo busca, lo alcanza, le da la mano, lo salva y, finalmente, lo guía en su perfeccionamiento. Como ocurre con cada uno de nosotros. Pablo comprendió que desde su infancia, desde lejos, Dios ha estado rodeando sus sendas y caminos, a través de muchas y definidas experiencias. El reconoció que aquel día tan memorable de su contacto personal con el Señor, el amor de Dios en la persona de Cristo lo había aprehendido, lo había apresado, lo había alcanzado. Ahora dice prosigo con perseverancia y tesón hacia la meta, a ver si alcanzo aquello para lo cual fui alcanzado... Cuando Dios nos alcanza y nos acerca a él, nos va modelando a la medida de aquello en lo cual él desea usarnos. A veces vemos claramente el objetivo, la meta que Dios tiene para nosotros y eso nos alienta a proseguir y alcanzar aquello para lo cual fuimos alcanzados (Ef. 2:10). Aunque 25 años habían pasado desde aquel "encuentro" y aunque había recorrido el mundo conocido con el evangelio, había plantado iglesias, escrito epístolas y formado líderes; y aunque su vida está acercándose a su fin, él no cree que ha alcanzado lo que le corresponde en aquel lapso y, por eso, prosigue.
En la vida cristiana y de servicio habrá victorias, habrá fracasos, habrá alegrías y habrá tristezas. Nunca olvidemos que lo mejor está más adelante. Hemos de proseguir puestos los ojos en Jesús, y obsesionados con alcanzar la madurez de la vida cristiana.

Otro aspecto de la espiritualidad es el de una santidad activa como la expresa ahora el párrafo que sigue y que refleja la vocación cristiana más profunda de Pablo, utilizando la figura del atleta en el estadio. Primero, no se trata de un esfuerzo por ganar la salvación, sino de una respuesta a la iniciativa divina a ver si alcanzo aquello para lo cual fui también alcanzado (v. 12), lit. "a ver si llego a agarrar como he sido agarrado". Esto tiene un hermoso paralelo en 1 Corintios 13:12: entonces conoceré plenamente, así como fui conocido, y está claramente en la misma línea del v. 9 que insiste en la justicia que viene de Dios y que no es hazaña humana. Segundo, no hay triunfalismo sino un reconocimiento de imperfección e inacabamiento: No quiero decir que ya lo haya alcanzado, ni que haya llegado a la perfección. Creerse perfecto sería una falsa pretensión que el Apóstol insiste en evitar (v. 13a). Tercero, aunque no hay triunfalismo tampoco hay pasividad. Nótese los verbos activos: prosigo (v. 12), una cosa hago (v. 13 b), prosigo a la meta (v. 14), y también el sentido profundo de dedicación: olvidando y extendiéndome (13b). Cuarto, así como la actividad disciplinada y dedicada del atleta va en pos de la meta para alcanzar los laureles olímpicos, el premio que quiere recibir Pablo en su carrera es la culminación de lo que llama el supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús. Se trata de un llamamiento que es iniciativa divina, lit. como dice la nota de RVA, viene "desde arriba".
El hilo del discurso termina ahora (vv. 15, 16) con una frase que tiene la intención de resumir todo lo anterior y a la luz de ello exhortar a los lectores a mantenerse firmes en la postura alcanzada. Está aquello que se ha logrado, la madurez, que consiste en una espiritualidad realista y activa. Tomando el término que usaban los perfeccionistas Pablo le infunde nuevo contenido, e invita a los filipenses a que como señal de su madurez, compartan también la santa inquietud de la cual él mismo es un vivo ejemplo. El quisiera ver a los filipenses unidos en este nivel de vida espiritual, y los exhorta a estar abiertos a lo que Dios pueda seguirles enseñando.
4.     Imitación del ejemplo en esperanza, 3:17-4:1
Luego de haber descrito su propia experiencia descubriendo las honduras más íntimas de su intención espiritual, Pablo se propone a sí mismo como ejemplo que los filipenses deben imitar. Todo pastor consciente sabe que sus propias acciones y actitudes se vuelven tarde o temprano un ejemplo que la iglesia sigue. La única forma de crecer y avanzar en la vida espiritual es mediante la enseñanza bíblica sólida que va ilustrada con las vidas de personas que se constituyen en ejemplos, lecciones vivientes. El buen líder es el que puede decir "hagan como yo hago". En el ministerio de Jesús encontramos la misma actitud que claramente señala al propio ejemplo (Juan 13:15).
Después de esta referencia de Pablo a sí mismo y como mostrando un abierto contraste, pasa a describir a algunas personas que constituían un pésimo ejemplo, y respecto a las cuales formula una firme advertencia, con profunda tristeza lo digo llorando. La descripción es contundente en sus cuatro elementos. Son enemigos de la cruz de Cristo, es decir tienen un tipo de conducta o mensaje que atenta contra uno de los elementos centrales del evangelio. Es la misma acusación que Pablo lanza contra los judaizantes en Gálatas 5:10–12 y 6:12, y contra los falsos misioneros en el v. 2. El fin de ellos será la perdición, pensando posiblemente en el juicio de Cristo al cual ha hecho referencia antes (2:16) y hará referencia en el versículo siguiente. Las frases siguientes se refieren de diferentes maneras al materialismo crudo de los gnósticos libertinos, su dios es su estómago. Estómago puede ser sustituído por "apetitos", ya que el griego koilía 2836 puede traducirse así y no se refiere únicamente a la gula (Dios Habla Hoy aquí y en Rom. 16:18). Su gloria se halla en su vergüenza parece referirse al libertinaje que hacía gala de libertad como en 1 Corintios 5:2, pero que para el Apóstol era vergonzoso. Esto lo complementa bien la referencia a la obsesión con el placer, ganancia o gloria que parecía ser el móvil de estas personas: piensan solamente en lo terrenal.
¿Son los muchos que andan por ahí (v. 18) los mismos misioneros judaizantes a quienes Pablo atacaba en el v. 2? Algunas de las características señaladas aquí, como p. ej. el desprecio a la cruz de Cristo, coinciden con lo que caracterizaba a los misioneros judaizantes. Pero la tendencia gnóstica era diferente a la judaizante, si bien algunas notas que destaca Pablo en su enseñanza tiene respuestas pertinentes para ambas. Las advertencias paulinas tienen resonancia y vigencia hasta nuestra época. Recordemos, p. ej., que el consumismo que es posible para ciertos sectores sociales en América Latina, explica por qué las ideas de cruz y sacrificio son tan difíciles de aceptar en ciertos sectores. En esas circunstancias, muchos prefieren una teología de la prosperidad en la cual no hay interés en el sufrimiento, una teología de gloria sin cruz. O podemos pensar en aquellos cristianos latinoamericanos que se consideran socialmente radicales y que quieren cambiar el mundo, pero que han abandonado la castidad, la vida disciplinada, la fidelidad matrimonial, porque son "virtudes burguesas". En nuestra práctica pastoral nos ha tocado tratar, por ejemplo, con personas que se glorían de su vida promiscua y desordenada como si fuesen marca de superioridad intelectual y de libertad espiritual.
En contraste con el materialismo de los malos ejemplos que los filipenses deben evitar, Pablo describe su actitud como la conciencia de tener una lealtad final a Jesucristo. Aquí usa la palabra políteuma 4175, ciudadanía, a cuya raíz hicimos referencia ya en 1:27, pero ahora le da un nuevo significado al unirla a los cielos. Los filipenses que se sentían tan orgullosos de pertenecer a una colonia romana privilegiada, cuyos títulos de ciudadanía se guardaban en la misma Roma, son invitados a pensar en otra patria, la celestial, con el mismo sentido de privilegio y lealtad. Como filipenses ellos eran una colonia, una presencia de Roma en Filipos. Así los creyentes han de ser una presencia de la ciudad celestial en medio mismo de la ciudad terrena. Recordemos que esta vida como ciudadanos del cielo no significa el retiro del mundo, o el desprecio del cuerpo y la vida material, como si no fuésemos también ciudadanos de una ciudad terrena (1:27).
La ciudadanía celestial tiene una nota de firme esperanza y expectativa: esperamos ardientemente. La esperanza finalmente también se centra en Jesucristo, a quien Pablo se refiere como Salvador, y también como Señor. En los escritos paulinos, la obra salvadora de Jesús no se puede separar de su señorío, y para el creyente la seguridad de la salvación va unida a una vida de obediencia al Señor y sus mandamientos. La escatología y la ética siempre van de la mano. En consonancia con la espiritualidad activa que Pablo ha venido describiendo y poniendo como ejemplo, expresa ahora su esperanza de una glorificación final con Jesucristo. La cristología de humillación y exaltación de 2:6–11 reaparece ahora como el modelo de lo que Pablo espera que llegue a ser su propia experiencia. Al alcance cósmico del señorío de Jesucristo que puede sujetar también a sí mismo todas las cosas se une el poder transformador que puede transfigurar nuestro cuerpo humano, según la operación de su poder. La transformación de nuestro cuerpo humano, en el cual hay tantas limitaciones humillantes, es una enseñanza paulina que se desarrolla con más amplitud en 1 Corintios 15. Esta era una convicción fundamental del Apóstol, y es un punto crucial de la diferencia entre la inmortalidad del alma en la que creían algunos filósofos griegos y la resurrección de los muertos que es la enseñanza del NT. De la esperanza en la resurrección se nutre la actitud que también toma en serio las realidades terrenas: lo social, lo económico, lo político, lo ecológico.
Ahora la exhortación culmina y se resume, así que, significa "en consecuencia", es decir en vista de todo lo que acaba de afirmar. Luego usa el apelativo cargado de afecto hacia ellos, amados y queridos. Este segundo término significa lit. "añorados" y su raíz griega es la que así se tradujo en 1:8. La razón del afecto y la añoranza se especifica: es que los filipenses significan mucho para Pablo, son su gozo, sus amigos cuyo recuerdo lo llena de alegría; y también son su corona, la prueba de que sus trabajos apostólicos no han sido en vano. Con ese vocabulario cargado de afecto Pablo ha preparado el camino a fin de dar el consejo culminante: estad firmes en el Señor.

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