sábado, 4 de abril de 2015

Cristo murió por los pecadores, cuando un pecador se arrepiente y le recibe como Salvador, recibe naturaleza divina para que tenga la capacidad de hacer la voluntad de Dios

Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6


 
 
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PABLO, EL PRIMERO EN TODO
1Timoteo
1.     Un tremendo pecador (v. 15)
2.     Un gran arrepentimiento (v. 13; Hch. 26:19)
3.     Una gran disposición (v. 16; 2 Ti. 3:10; Fil. 3:17; Hch. 9:6)
4.     Un gran ministerio (v. 12; Hch. 9:15)
¿POR QUÉ SE MOSTRÓ MISERICORDIA A PABLO? (1:14–17)
1.     Para mostrar la abundante gracia de Dios (14)
2.     Para mostrar la obra de Cristo por los pecadores (15)
3.     Para ejemplo de perdón a todas las generaciones (16)
4.     Para que Dios fuera glorificado (17)
GRATITUD A CRISTO JESÚS (1:11–17)
1.     Pablo agradece a Cristo su misericordia. Cómo se manifestó esa misericordia:
a.     Le fortaleció (12)
b.     Le tuvo por fiel (12)
c.     Le puso en el ministerio (11)
d.     Le recibió en misericordia (13, 16)
e.     Le salvó. La gracia más abundante que el pecado (14–15) (Ver Hch. 7:57–60; 8:1–3; 22:3–5; 26:9–11; Ro. 5:20).
f.     Le mostró su clemencia (16)
g.     Le dio vida eterna (16)
2.     Cómo es el Rey de los siglos a quien debemos agradecer, obedecer, honrar y glorificar (17).
a.     Inmortal
b.     Invisible
c.     Único
d.     Sabio
e.     Dios
ILUSTRACIONES
DIOS AMA AUN A LOS MÁS VILES
Durante una visita evangelística a la cárcel de Lecumberri, en aquel tiempo la principal de la ciudad de México, prediqué del amor de Dios según Jn. 3:16. Al hacer la invitación para recibir a Cristo, con excepción de uno, los 20 reclusos que se habían reunido en esa celda respondieron positivamente.
Al salir, después de haber orado por ellos, me detuvo en la puerta con cara de pocos amigos aquel hombre que no había tomado su decisión por Cristo. “¿Sabe usted, por qué no levanté mi mano para recibir a Cristo? Porque soy muy pecador y no creo que Dios me ame”, me dijo.
Tuve oportunidad de explicarle que si así fuera, Dios no me amaría a mí, ni a ningún hombre sobre la tierra (Ro. 3:10). También le pude mostrar que Jn. 3:16 enseña el amor a todos los hombres, todos pecadores—unos más que otros, pero todos pecadores (1 Ti. 1:15).
Le mostré que Cristo murió por hombres malos, y le expliqué que cuando el pecador se arrepiente y le recibe como Salvador, Cristo le da su naturaleza divina para que pueda obedecer y tenga la capacidad de hacer la voluntad de Dios, pues si alguno está en Cristo nueva criatura es (2 Co. 5:17).
MISERICORDIA (1:13, 16)
La misericordia divina es un atributo transitivo de Dios, pues El puede compartirlo con los hombres poniéndolo en sus corazones. (Algunos teólogos también los llaman atributos comunicables.) Por eso Pablo llama a Dios: “Padre de misericordias” (2 Co. 1:3).
En el hombre la misericordia es la virtud que nos hace tener compasión de los males ajenos. En Dios, es la manifestación externa de su compasión para con el pecador (Tit. 3:5). Dios es rico en misericordia (Ef. 2:4), y misericordioso para con los que le temen (Lc. 1:50).
Por cuanto Dios es misericordioso con los hombres, quiere que ellos a su vez muestren misericordia unos a otros (Mt. 9:13; 12:7; 23:23; Lc. 10:37; Stg. 2:13).
Alguien dijo que bondad es amar a la gente un poco más de lo que se merece, y misericordia es amar a la gente que no lo merece.
D.     ENCARGO DEL CUIDADO LA FE (1:18–20)
Este mandamiento, hijo Timoteo, te encargo (18a). Pablo retoma el pensamiento que inició en el v. 3. Es el mismo mandamiento que le encargó cuando dejó a Timoteo en Éfeso a su paso para Macedonia (v. 4). También en el v. 10 había manifestado su preocupación por conservar la “sana doctrina”.
Respecto a este encargo, es de suma importancia considerar el contexto. Por ejemplo en 6:14 le encarga que guarde el mandamiento sin mácula ni reprensión hasta la aparición de nuestro Señor Jesucristo, y concluye su epístola con una recomendación final sobre el mismo asunto: Guarda lo que se te ha encomendado (6:20).25
Para que conforme a las profecías que se hicieron antes en cuanto a ti (18b). Según 4:14 estas profecías tienen que ver con un don que, según dice el pasaje, te fue dado mediante profecía con la imposición de las manos del presbiterio. Tiene que referirse a un ministerio específico para edificación del cuerpo de Cristo. (Véase la similitud de estas expresiones con las de Hch. 13:1–3.) Encontramos en Ef. 4:11–13 y 1 Co. 12:4, 7 que el Espíritu Santo da dones a todos los creyentes, para edificación de la iglesia,26 y en Timoteo vemos que con la imposición de las manos de los ministros, el Señor da una encomienda y agrega nuevos dones para desempeñar bien esa tarea.
¿Sabe usted cuál es el don que recibió al ser “ordenado” al ministerio? ¿Y qué de la tarea específica para la cual Dios lo levantó? En la Biblia Dios señaló misiones específicas a cada siervo que llamó: a Adán, Noé, Abraham, Moisés, David, los profetas; y en el N.T. a cada apóstol le señaló una parte del mundo para cumplir su eterno propósito. Demos Shakarian en su libro La gente más feliz de la tierra declara que esa gente es la que sabe cuál es su don y lo pone en práctica.
Milites por ellas la buena milicia (18c). La palabra griega para milicia es STRATEIA, y significa hueste, ejército o guerra. Pablo le recomienda que por esas profecías que se hicieron en cuanto a él, milite—o como dice en 6:12, Pelea la buena batalla de la fe. Estas expresiones son adecuadas para retar a un joven como Timoteo, pero no deben entenderse como justificación del uso de la violencia, como lo hacía Pablo al perseguir a la iglesia cuando no era cristiano. Tampoco se justifican en las famosas cruzadas de la Edad Media, ni en las persecuciones que en los 20 siglos de cristianismo ha sufrido la iglesia de Cristo en manos de quienes la han herido, martirizado, encarcelado, y han quemado en hoguera a los fieles y auténticos seguidores de Jesús.
La batalla del cristiano está bien definida cuando al ser llamada “batalla de la fe”, “la buena milicia”. Buena porque es para edificación, para dar vida, para protección de la doctrina, del pastor y de la iglesia (4:16).27
Manteniendo la fe y buena conciencia (19a). Esto refuerza lo dicho anteriormente: nuestra batalla es por la fe en Cristo, creyendo la buena doctrina, y manteniendo la buena conciencia—es decir sin ningún remordimiento de haber lastimado o hecho mal a alguien.
La fe está íntimamente relacionada con lo que creemos, y la buena conciencia, con lo que hacemos.28 Se proclama aquí la unidad entre fe y práctica.
Desechando la cual naufragaron en cuanto a la fe algunos (19b). Aquí la figura es de un barco que viaja por el océano de la vida. Naufragar, del verbo NAVAGEO, es una palabra compuesta que proviene de: NAUS = nave, y AGNUMI = romper. Habla de una nave que se rompe al chocar contra una roca o un iceberg—como sucedió con el Titanic. A algunos en cuanto a la fe les puede suceder lo mismo.
Teniendo sólo el conocimiento de la verdad, algunos no llegan a una comprensión correcta sobre el divino valor de la sangre de Cristo; naufragan y perecen, pues aparte de Jesucristo, ya no queda más sacrificio por los pecados, sino una horrenda expectación de juicio (He. 10:26–29). A este grupo se aplican las palabras salieron de nosotros, pero no eran de nosotros; porque si hubiesen sido de nosotros, habrían permanecido con nosotros; pero salieron para que se manifestase que no todos son de nosotros (1 Jn. 2:19). Estos son apóstatas, son los blasfemos que se pierden para siempre.
El otro grupo de náufragos son los que creyendo en Jesucristo naufragan pero llegan a salvarse, pues logran regresar al camino con la ayuda de su Señor que los pastorea aunque anden en valle de sombra de muerte. Tal fue el caso de Pedro, que fue pedido por Satanás para zarandearlo; pero Cristo rogó por él para que su fe no faltara. Negó al Señor, pero logró regresar al camino y seguir al Señor de cerca y con grande bendición de Dios (Lc. 22:31–32).
De los cuales son Himeneo y Alejandro (20a). Himeneo parece ser el principal de los blasfemos que salieron de la iglesia de Éfeso. En 2 Ti. 2:17 se lo menciona con Fileto, y siempre en primer lugar. Fue un maestro pernicioso que se desvió tanto de la verdad doctrinal como de la moral cristiana.29 Acerca de la conducta de Alejandro, se dice que causó muchos males a Pablo (2 Ti. 4:14).
Una vez en contra de Pablo, estas personas fácilmente se entregarían a varios de los vergonzosos pecados mencionados en los vv. 4–10—empezando con las fábulas, genealogías interminables y disputas, y siguiendo con la conducta perniciosa mencionada en los siguientes versículos.
A quienes entregué a Satanás para que aprendan a no blasfemar (20b). Aquí encontramos una actitud muy dura de Pablo para con este tipo de personas extraviadas del camino de Dios, actitud que la iglesia hará bien en imitar para bien de muchos.
Qué es entregar a Satanás. Dos veces se usa esta expresión, aquí y en 1 Co. 5:5, donde encontramos mucha luz en relación a las implicaciones de tal medida. Consideremos ese último pasaje:
(a) Para que fuese quitado de en medio de vosotros el que cometió tal acción (v. 2).
(b) Debe ser juzgado (v. 3).
(c) Para destrucción de la carne, a fin de que el espíritu sea salvo en el día del Señor (v. 5; 1 Co. 11:29–30).
(d) No os juntéis (v. 9).
(e) Vuelve a decir no os juntéis y agrega, con el tal ni aun comáis (v. 11). (Además de considerar dignos de tales medidas a los fornicarios, agrega que de igual manera se haga con los que dicen ser hermanos y son avaros, idólatras, maldicientes, borrachos o ladrones.)
(f) Termina como empezó, diciendo quitad (v. 13).
(g) Pablo habla de una reprensión hecha por muchos (2 Co. 2:6). La medida es para los pecadores que se dicen hermanos, los cuales si cometen esos pecados deben ser juzgados y quitados por la iglesia. Los que no dicen ser hermanos serán juzgados por Dios (v. 13), y nosotros podemos y debemos convivir con ellos por razones sociales y para evangelizarlos, pues de otra manera tendríamos que salir del mundo (v. 10).
¿Por qué motivo se entrega a una persona a Satanás? Cuando alguien cae en herejías o en pecados escandalosos, y después de ser sorprendido persiste en sus errores, al tal se lo entrega a Satanás para que aprenda a no blasfemar.
El Señor Jesucristo dio algunas indicaciones en cuanto a los pecadores, el perdón y la reconciliación (Mt. 18:15–18). Cuando un pecador es reprendido por su hermano y no lo oye sino que sigue en el mal camino, debe ser reprendido delante de dos o tres testigos; y si a éstos no los oye, la reprensión debe ser delante de toda la iglesia; y si no oye a la iglesia, entonces dice el Señor: Tenle por gentil y publicano, es decir, considéralo como que no es del pueblo de Dios, como un traidor.
La iglesia lo ha de considerar como inconverso e incrédulo. Y aunque en la Biblia no se encuentra la palabra excomunión, se usa el término para referirse al castigo de los que son entregados a Satanás.30
Un resumen de los motivos enseñados aquí para que una persona sea entregada a Satanás:
(a) hablar contra Cristo,
(b) oponerse a las palabras de los ministros de Dios,
(c) pecar y persistir en ello después de varias reprensiones,
(d) enseñar doctrinas contrarias a las de la Biblia,
(e) insistir en discusiones sobre necedades.
Con qué propósito una persona es entregada a Satanás. Los propósitos son siempre positivos:
(a) Para castigo del pecado. (Si un hombre vive persistentemente en la maldad, debe ser dejado allí para que sufra destrucción de la carne.)
(b) Para la gloria de Dios, ya que su santidad es vindicada.
(c) Para corrección del blasfemo, para que aprenda a no blasfemar. En algunos libros de disciplina se describen pasos progresivos de disciplina: amonestación, reprensión, suspensión, deposición (en caso de tener ministerios públicos o ser oficiales de la iglesia), y excomunión.
(d) Para preservación de la iglesia, para que los demás también teman (1 Ti. 5:20).
(e) Para conservar la pureza de la fe y de la doctrina, pues su palabra carcomerá como gangrena (2 Ti. 2:17).
La acción siempre se realiza para ayudar a los hijos de Dios y para gloria del Señor.31 Las instrucciones de Pablo son excomulgar solamente de la iglesia, a fin de que el espíritu sea salvo en el día del Señor (1 Co. 5:5). Los pecados de los cristianos no serán castigados en el infierno porque Cristo ya pagó por ellos, pero algunos de los cristianos en pecado recibirán su paga aquí (Sal. 103:10). En 2 Co. 2:5–11 el apóstol parece referirse a la restauración del fornicario que fue entregado a Satanás.
Diferencia entre la blasfemia de Pablo y la de Himeneo y Alejandro. Himeneo y Alejandro habían desechado la fe (v. 19), y no admitían corrección sino contendían, alegando que la resurrección ya se había efectuado, y trastornando así la fe de algunos (2 Ti. 2:14, 17–18). Pablo confesó haber sido blasfemo, pero lo hizo en ignorancia y en incredulidad (v. 13). En ese entonces no se decía cristiano como Himeneo y Alejandro, y persiguió a Jesús por creerlo hombre, pero no a Dios Jehová. La diferencia más grande fue que finalmente Pablo creyó en Jesús y la gracia divina fue más abundante que su pecado. Por otro lado, las religiones heréticas fundadas por hombres como Himeneo y Alejandro, creen que es necesario guardar la ley a fin de completar la salvación que Cristo principió en la cruz, y creen que el pecado es más abundante que la gracia de Dios.
25 Respecto a cómo guardar el mandamiento, ver comentario a 6:20.
26 1 Co. 14:5, 12, 26.
27 Pablo también anima a Timoteo a ser “soldado” (2 Ti. 2:3–4), pero no en la agresión, sino en dos cosas bien delineadas: (1) “Sufre penalidades como buen soldado de Jesucristo” y (2) “Ninguno que milita se enreda en los negocios de la vida”.
28 Conciencia (gr. SUNEIDESIN) significa conocimiento, noción. También se le llama conciencia al sentimiento interior o testimonio de la propia conducta. La conciencia también nos es útil porque es una facultad mediante la cual llegamos a saber la voluntad de Dios, y experimentamos sentido de culpa o de liberación delante del Señor (He. 10:2). También llámase conciencia a aquel proceso de pensamiento que distingue lo que considera moralmente bueno o malo, alabando lo bueno y condenando lo malo (Ro. 2:15; 9:1; 2 Co. 1:12).
29 En cuanto a las malas doctrinas, se menciona una en 2 Ti. 2:18, “que la resurrección ya se efectuó”, y Pablo agrega que “en gran manera se ha opuesto a mis palabras” (v. 15).
30 No en todas las iglesias cristianas la excomunión equivale a entregar a la persona a Satanás, sino que a veces implica quitarle a la persona los ministerios públicos que tenga, y, en ciertos casos, también se le niega la participación en la cena del Señor.
31 Por otra parte la excomunión que aplica la Iglesia Católica Romana separa a los hombres no sólo de la iglesia en sí, sino también de la gracia de Dios, enviando a las personas al infierno.
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El desierto espiritual, sequía espiritual: La sensación de estar lejos de Dios, no tener comunión espiritual

Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6


 
 
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Jehová Recuerda
Zacarías 1:1–6
“Mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela,
En tierra seca y árida donde no hay aguas”
.
Salmo 63:1
Cuando escribió este Salmo, David estaba en el desierto de Judá, experimentando el calor del sol y la sed que produce la falta de agua. Su aflicción física le hizo pensar en su condición interna. Se sentía en una sequía espiritual, lejos de Dios, del templo y de Su pueblo. Deseaba gozar de nuevo la comunión íntima con Dios que había tenido en el pasado.
¿Ha estado usted en el desierto alguna vez? ¿Recuerda el calor del sol tan sofocante que pareciera que no se puede aguantar, y la sequía que produce tanta sed? ¿Se acuerda que se puede andar varios días sin encontrar ni una sola fuente de agua para refrescarse en medio de tan vasto yermo?
Aunque la mayoría de nosotros no tendremos que pasar muchos días bajo estas condiciones como lo hizo David, lo cierto es que sí conocemos bien el desierto espiritual al cual él se refería en este salmo. Algunos hemos estado largos días sufriendo bajo el calor opresivo de la angustia en este mundo, sin gozar las aguas refrescantes que David buscaba en la presencia de Dios. lgual que el salmista, deseamos experimentar la comunión con Dios, pero no lo hacemos por causa de nuestra condición espiritual.
Israel había pasado por una situación semejante por más de setenta años, sin pensar en Dios. Su desierto espiritual empezó aun antes del cautiverio porque ya estaban lejos de Dios. Al fin El les castigó por su desobediencia e idolatría mandándoles al exilio, donde se dieron cuenta de la sequía espiritual en la que vivían. Después de setenta años de esta aflicción, Dios les había traído de nuevo a Su tierra para que gozaran de nuevo las bendiciones que les había prometido.
Aunque habían dejado de pensar en su Dios y se habían alejado, El no se olvidó de ellos. Siempre tuvo en cuenta a Su pueblo y su situación física y espiritual. Tenía un programa para restaurarles con la condición de que regresaran a El. El libro de Zacarías fue escrito para presentar esta verdad a Israel y revelar el programa de Dios para restaurarles a la comunión con El.
EL AUTOR
El autor del libro se identifica como Zacarías, contemporáneo del profeta Hageo. Por eso, el trasfondo histórico es igual al del libro escrito por ese profeta. Trabajaron juntos para animar a los que habían regresado del cautiverio bajo el edicto de Ciro para edificar el templo. Sin embargo, Zacarías continúa su ministerio hasta una fecha posterior a la de Hageo.
LA SITUACION HISTORICA
Al final de los setenta años de esclavitud, 42, 360 judíos regresaron a su tierra bajo la orden expresa del decreto de Ciro proclamado en 539 a. de C. Su primera tarea consistía en volver a establecer la adoración de Jehová en Jerusalén. Empezaron por edificar un altar provisional en el sitio antiguo de! templo.
ANTECEDENTES HISTORICOS
722          Caída de Israel (reino del norte) bajo Asiria.
612          Caída de Nínive (Asiria) ante una alianza de Media y Babilonia. Media compartía el dominio del imperio con Babilonia.
605–562          Reinado de Nabucodonosor II.
605          Judá es conquistado y sojuzgado por Babilonia. Daniel y otros jóvenes son deportados.
598          Joaquín, Ezequiel y la gente principal son hechos cautivos. El período de cautiverio empieza oficialmente.
586          Caída de Jerusalén. La mayoría del pueblo es llevado a Babilonia.
539          Decreto de Ciro rey de Persia. Ciro venció a Babilonia y cambió la política hacia los cautivos extranjeros, permitiéndoles regresar a su tierra y restablecer la adoración nacional.
538–36          Regreso de 42,000 judíos bajo la dirección de Zorobabel (nieto de Joaquín). La mayoría estaba cómoda en Babilonia y no quiso regresar. Zorobabel nombrado gobernador. La ciudad estaba en ruinas. La tarea principal era reconstruir el templo. Construcción del altar y restauración de los sacrificios (7 meses después de su llegada).
535          Colocación de los cimientos para el templo. La obra es suspendida durante 16 años debido a la oposición de los samaritanos, quienes apelaron a Seudo-Smerdis y lograron frenar el trabajo. Tiempo de aflicción y depresión económica. Vivían cómodos pero no hacían nada en cuanto a la reconstrucción.
521          Principio del reinado de Darío, quien promovió el restablecimiento de las religiones nacionales de los pueblos bajo su autoridad.
520–19          Ministerio de Hageo. Exhortó al pueblo a la reconstrucción. Consideró que la situación internacional anticipaba la venida del Mesías. La crisis económica fue resultado de la negligencia en cuanto a la reconstrucción del templo. Les acusó de construir casas para ellos mismos sin interesarles la casa de Dios. Les exhortó al arrepentimiento y 24 días después empezaron a trabajar.
519          El 24 del undécimo mes, o sea el 15 de febrero de 519, Zacarías tuvo 8 visiones (Zacarías 1:7–6:15).
518          El día 4 del noveno mes (7 de diciembre), se hace la presentación de ofrendas y son dados 4 mensajes de Zacarías (7–8). Algunos hombres vinieron con ofrendas para la obra en Jerusalén. Trajeron dudas en cuanto a los ayunos nacionales.
516          El 3 del último mes (12 de marzo), se dedica el templo.
515          Del 14 al 21 del mes primero (21–28 de abril), primer celebración de la Pascua en el templo reconstruido. Durante el resto del reinado de Darío hubo paz en Jerusalén.
486–65          Asuero, esposo de Ester, reinaba en Persia.
478          Ester es coronada reina.
473          La Fiesta de Purim es establecida.
458          Regreso bajo Esdras; realiza algunas reformas.
444          Regreso bajo Nehemías para la reconstrucción de los muros de Jerusalén.
420          Fecha de las profecías de Malaquías.
331          Persia es vencida por Alejandro Magno de Grecia.
Aunque se colocaron los cimientos del templo (Esdras 3:10), la obra fue suspendida por causa de la oposición de los samaritanos. Durante dieciséis años dejaron abandonado el proyecto. Reconstruyeron sus casas y sus negocios, pero no volvieron a pensar en los muros de la ciudad ni en el templo.
Hageo interpretaba los eventos que se llevaban a cabo en Persia como señal de que el Mesías vendría en poco tiempo. Antes de empezar su ministerio, Cambises había muerto y había sido reemplazado por Seudo-Smerdis. Darío dirigió una rebelión contra el impostor para derrotarlo. Otros, pensando imitarle, iniciaron diecinueve rebeliones contra Darío. Hageo utilizó este movimiento para motivarles a preparar el templo antes de la llegada del Mesías.
Zacarías vivió y profetizó en Israel durante la misma época. Se observa un paralelismo de circunstancias y de mensaje entre sus libros. La advertencia inicial de Zacarías se dio pocos días después del tercer mensaje de Hageo. Las ocho visiones de Zacarías se presentaron dos meses después del último mensaje de Hageo. Ya habían empezado la construcción del templo. Así que se nota que los dos profetas colaboraron en el esfuerzo de animar al pueblo a dedicarse a terminar el trabajo que Dios les había encomendado.
PROPOSITO Y TEMA
Para comprender mejor el mensaje de Zacarías, sería útil considerar por un momento el movimiento profético en general. El cuadro siguiente lo presenta para recordar de manera fácil el mensaje de esos libros dirigidos a Israel. Cada uno tenía su propio enfoque, pero esta lista le dará la idea principal de todos. Las profecías relacionadas con las naciones paganas tienen mensajes distintos.
Al estudiar una profecía del Antiguo Testamento relacionada con Israel, identifique con la ayuda de un buen comentario o diccionario bíblico el tiempo en que fue escrita. ¿Se escribió antes, durante, o después del exilio? Según la época, ¿se puede identificar la situación histórica más notable que afecta el pueblo de Dios, el propósito por el cual el profeta se dirige a ellos, y el mensaje que se utiliza para lograrlo?
Todos los profetas que escribieron a Israel o a Judá antes o después del cautiverio, condenaban el pecado e idoloatría en que el pueblo de Dios vivía. Se dirigían a ellos con el fin de llamarles al arrepentimiento. La mejor forma para hacerlo era usando la amenaza del juicio venidero.
Por otro lado, los que escribieron durante el cautiverio, o poco antes, pero desde esa misma perspectiva, se concentraron en la destrucción y dispersión del pueblo recién ocurridas. Puesto que todo el mundo estaba desanimado, los profetas escribieron para animarles a que confiaran en Dios y confirmarles que El no les había desechado. Tratan de estimularlos a la fe y obediencia por medio de la promesa de la restauración venidera.
EL MENSAJE DE LOS PROFETAS
EPOCA
Pre-exílico
Exílico
Pos-exílico
SITUACION
Pecado
Destrucción
Regreso

Idolatría
Dispersión

PROPOSITO
Arrepentimiento
Consuelo
Reconstrucción
MENSAJE
Juicio venidero
Restauración
Mesías venidero
Los últimos profetas escribieron después del regreso del pueblo a su tierra. Les querían animar a reconstruir la nación, tanto física como espiritualmente. Debían reedificar sus ciudades y sus vidas para glorificar a Dios. Les animaban a obedecer a Dios llevando a cabo la reconstrucción prometiéndoles la venida del Mesías. Si El llegara en poco tiempo, Su pueblo debía estar preparado para Su venida.
Zacarías colaboraba con los profetas pos-exílícos animando al pueblo a reconstruir sus ciudades y sus vidas para la gloria de Dios. Insistía en que el Mesías vendría pronto y ellos debían alistarse para Su llegada.
El tema del libro se revela al observar los nombres mencionados en el primer versículo. El del profeta significa “Jehová recuerda”, el de su padre Berequías, “Jehová bendecirá” y el de su abuelo Iddo, “su tiempo asignado”. Al unir los tres, se nos indica que Jehová se acuerda de Israel y los bendecirá en el tiempo que El ha determinado.
Este énfasis se repite con frecuencia a través del libro:
1:14          “Celé con gran celo a Jerusalén y a Sión”.
1:16          “Yo me he vuelto a Jerusalén con misericordia”.
1:16          “En ella será edificada mi casa”.
1:17          “Aún consolará Jehová a Sión, y escogerá todavía a Jerusalén”.
2:5          “Para gloria estaré en medio de ella”.
2:10          “Moraré en medio de ti”.
2:12          “Jehová … escogerá aún a Jerusalén”.
3:2          “Jehová que ha escogido a Jerusalén”.
3:8          “Yo traigo a mi siervo el Renuevo”.
8:3          “Yo he restaurado a Sión, y moraré en medio de Jerusalén”.
8:8          “Me serán por pueblo, y yo seré a ellos por Dios”.
8:13          “Os salvaré y seréis bendición”.
8:15          “He pensado hacer bien a Jerusalén y a la casa de Judá”.
9:14          “Jehová será visto sobre ellos”.
9:15          “Jehová de los ejércitos los amparará” .
10:6          “Yo fortaleceré la casa de Judá…
          guardaré la casa de José…
          los haré volver…
          de ellos tendré piedad…
          serán como si no los hubiera desechado;
          porque yo soy Jehová su Dios, y los oiré”.
10:12          “Yo los fortaleceré en Jehová y caminarán en su nombre”.
13:9          “Diré: Pueblo mío; y él dirá: Jehová es mi Dios”.
14:21          “Toda olla en Jerusalén y Judá será consagrada a Jehová de los ejércitos”.
Zacarías dice que se encuentran en un punto decisivo en su historia, con un nuevo principio. Han sido castigados y ahora empiezan nuevas generaciones, relaciones con Dios, y afirmación de las promesas. Dios les ha recordado y ha vuelto a buscar comunión con ellos; ha instituido un programa que culminará con el cumplimiento de los pactos prometidos en los días de sus antepasados, y que finalizará en el reino milenial.
Esta profecía se envió para animar al pueblo a que reconstruyera el templo. Contiene una descripción detallada del juicio de las naciones paganas y de las bendiciones que resultarán para Israel. Dios quiere establecerlos como Su pueblo una vez más. Por eso, deben arrepentirse y someterse a Su autoridad, para que puedan experimentar las bendiciones que El les ha prometido.
JEHOVA SE ACUERDA DE ISRAEL
E INSTITUYE UN PROGRAMA
QUE RESULTARA EN EL CUMPLIMIENTO
DE LOS PACTOS
Y EL ESTABLECIMIENTO
DEL REINO MILENIAL
Zacarías es importante para la formación de la doctrina acerca del futuro. Su enseñanza es paralela a la de Daniel. Su profecía pone énfasis en el programa de Dios para Israel, mientras que Daniel describe el de los gentiles en el mismo período histórico. Ambos presentan el desarrollo histórico desde el cautiverio hasta el milenio, aunque Daniel empieza con la caída de Jerusalén, y Zacarías con la salida de la esclavitud. Los dos traslapan bastante información, pero sus puntos de vista son distintos.
ORGANIZACION DEL LIBRO
La estructura del libro se divide en tres grandes partes. Comienza con ocho visiones que revelan el programa de Dios para Israel desde la reconstrucción del templo hasta el establecimiento del milenio (1–6). Después, se presentan cuatro mensajes que intentan contestar las preguntas del pueblo en cuanto a la importancia de continuar observando los ayunos nacionales que les recuerdan el castigo divino (7–8). Finalmente, se proclaman dos profecías que revelan el programa de Dios para los gentiles por medio del cual El restaurará a Su pueblo (9–14).
OCHO VISIONES 1–6
CUATRO MENSAJES 7–8
DOS PROFECIAS 9–14
LAS OCHO VISIONES 1–6
PROGRAMA DIVINO PARA LA RESTAURACION DE ISRAEL
Zacarías empieza con la narración de ocho visiones nocturnas vistas por él, y que presentan el bosquejo profético del trato que Dios dará a Israel desde los días del profeta hasta el establecimiento del reino. Intentan revelar el programa de Dios y asegurarles que Su fidelidad es inmutable y las profecías reveladas anteriormente se cumplirán indefectiblemente.
La Situación del Pueblo 1:1
La fecha
El autor identifica algunas de las principales circunstancias que afectaban en aquellos días la vida de sus contemporáneos, señalando la fecha en que tuvo las visiones: en el octavo mes del segundo año de Darío, o sea noviembre o diciembre de 520 a.C.
Darío era rey de Persia, el cuarto después de la victoria persa sobre Babilonia. Antes de él, habían reinado Ciro, Cambises, y Seudo-Smerdis, a quien él había derrotado. Estaban viviendo en el tiempo de los gentiles. Por eso, la nación entera de Israel no ocupaba el lugar indicado todavía. Poco antes de esta revelación, el pueblo remanente que había regresado a su tierra con Zorobabel, había empezado a reconstruir el templo por segunda vez.
El autor
El primer versículo parece que es nada más una observación histórica para presentar al profeta Zacarías y su parentesco. Sin embargo, para el lector hebreo, el significado de los nombres llamaría su atención inmediatamente. Al contemplar estos nombres juntos, se les estaba comunicando un resumen del mensaje del libro. Los nombres son verídicos pero Dios los había diseñado de tal manera que al unirlos, se haría resaltar el mensaje que El quería comunicar.
El nombre Zacarías significa “Jehová recuerda”, que es el mensaje central que proclamaba continuamente. Su padre era Berequías, que quiere decir “Jehová bendecirá”. No se encuentra ninguna otra mención de ese nombre en ningún otro pasaje bíblico.
Su abuelo, Iddo, es mejor conocido que su padre. Se menciona entre los sacerdotes principales que gobernaban las familias sacerdotales que regresaron del exilio a la tierra con Zorobabel y Josué en 536 a.de C. (Nehemías 12:4). Significa “Su tiempo establecido”.
Zacarías sucedió a Iddo como sacerdote y jefe de la familia (Nehemías 12:16). Fungía como profeta y sacerdote a la vez. Había nacido en el exilio y probablemente empezó su ministerio desde que era joven.
Este profeta fue colega y contemporáneo de Hageo. Las fechas indicadas en sus mensajes demuestran que siguió escribiendo durante cuando menos dos años después de Hageo. Sin embargo, no se nos indica cuándo terminó su ministerio. Los capítulos 9–14 podrían haber sido escritos mucho después. La tradición judía indica que murió a una edad avanzada.
El estilo de escribir demuestra su interés personal en el bienestar espiritual del pueblo de Dios. Utilizó estímulos y promesas, no regaños nl condenas. Quería ver algo más que sólo la reconstrucción del templo. Les animaba a experimentar una renovación espiritual total (1:1–7).
El profeta aclara que el mensaje que proclamaba no era suyo. Afirma que es la Palabra de Jehová revelada. Este testimonio representa la confirmación de la inspiración divina del libro.
¡PENSEMOS!
Antes de seguir con su estudio, tome un momento para considerar la primera advertencia del libro (1:2–6). ¿Cuál es el mensaje que esta sección presenta? ¿Por qué era tan importante en ese momento histórico? ¿Cómo los encamina hacia el propósito del libro?
El Requisito para Recibir la Bendición 1:2–6
Las visiones se presentan después de una llamada al arrepentimiento. Hasta que el pueblo se dé cuenta de su condición espiritual y la cambie, no experimentará las bendiciones que Dios le ha prometido. Se le recuerda el castigo contra sus antepasados y la existencia continua de Sus leyes y le exhorta a regresar a El.
La nación se encuentra en un punto decisivo de su historia. Se les ha presentado la oportunidad de comenzar de nuevo. Por eso, les advierte desde el principio de la necesidad de ser obedientes.
Zacarías introduce su exhortación recordando la rebeldía de sus padres y sus consecuencias (1:2–5). Ese recuerdo debe servirles de aviso. Han pasado los últimos setenta años en el cautiverio a causa de la desobediencia de la generación anterior. Ahora Dios les ofrece por gracia, otra oportunidad de que se arrepientan. En lugar de imitar a sus antepasados y sufrir las mismas consecuencias, deben hacerle caso y seguir en Sus caminos (1:2–3).
La invitación que Dios les hace es la misma: “Volveos a mí… y yo me volveré a vosotros”. Por no aprovechar esta invitación habían pasado por años de aflicción en manos de las naciones paganas.
Sus padres sufrieron y murieron como resultado de su contumacia. El castigo era en esencia el mismo que habían recibido sus antepasados cuando el pueblo rechazó el consejo de Josué y Caleb en el desierto. Esa generación murió antes de que Jehová pudiera seguir Su plan.
¿Y los profetas? ¿Qué les pasó? Ellos también padecieron y fueron muertos. Entonces, ¿cuál era la diferencia? La palabra de Dios se había cumplido cabalmente. El escritor reconoce que los profetas del pueblo también habían muerto, pero demuestra que el contraste verdadero estaba entre el pueblo desobediente y el mensaje de la Palabra de Dios.
Los padres habían rehusado escuchar o creer el mensaje de los voceros de Dios. Sin embargo, cuando Dios terminó Su castigo, nadie podía argumentar que Dios se había equivocado. El hizo al pie de la letra todo lo que había dicho que iba a hacer; ejecutó exactamente lo que había pensado realizar a causa de su rebeldía.
Antes de entrar en esta nueva época de restauración, tienen que darse cuenta de la importancia de estar atentos y dispuestos a obedecer la voz de Dios. Las actitudes anteriores habían producido juicio y muerte aun para el pueblo de Dios.
El mensaje de Zacarías es que el cumplimiento del programa presentado en su libro depende de que ellos escuchen la voz de Dios y la obedezcan. Les exhorta a ser atentos a ella para que experimenten toda la bendición que Dios piensa enviarles. Este mensaje se repite continuamente a través de todo el libro.
PARA GOZAR TODAS LAS BENDICIONES
DE DIOS TENEMOS QUE OBEDECER
SU PALABRA
Al fracasar el pueblo en esta área fue la razón por la cual el plan que llevaba al reino se había pospuesto. Si Israel hubiera escuchado y obedecido la voz de Dios, el programa trazado habría progresado ininterrumpidamente hasta su conclusión. El libro reconoce la rebeldía del pueblo y por eso predice parcialmente su fracaso. El deseo de Dios no puede realizarse cabalmente hasta que El dé a Israel un nuevo corazón, y por medio de su regeneración y capacitación espiritual decidan obedecerle.
¡PENSEMOS!
Así como los descendientes de Israel en el tiempo de Zacarías tuvieron que mirar su historia pasada para aprender la importancia que tiene escuchar y obedecer la voz de Dios para gozar de Sus bendiciones, nosotros también debemos aprender del mismo ejemplo y de la generación de Zacarías, quienes tampoco lograron gozar las bendiciones de Dios por no obedecer Su Palabra.
Afortunadamente, formamos parte de un nuevo programa de Dios. Vivimos en otra época de la historia. Muchos de los principios para la vida cristiana son distintos a los que Dios les dio en aquella época. Sin embargo, el principio básico no ha cambiado: para gozar todas las bendiciones que Dios nos quiere enviar, tenemos que obedecer Su Palabra.
Considere su propia vida. ¿Ha puesto en práctica todo lo que Dios le ha revelado? ¿Qué falta todavía? Identifique algún área que no haya conformado a la voluntad revelada de Dios para su vida. ¿Qué debe hacer esta semana para obedecerle y gozar de Su bendición? No permita que nada le quite el gozo que Dios le quiere enviar. Decida hoy obedecerle en todo lo que El le pida.

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