lunes, 7 de octubre de 2013

Lo que dice Dios acerca de los Ángeles: Ayuda ministerial

Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6


 
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LA ÚLTIMA PALABRA DE DIOS SOBRE LOS ÁNGELES
La esfera doctrinal [ángeles y espíritus] a la cual tenemos que entrar y atravesar en esta sección es la más importante y difícil de todas las demás[…] Las Sagradas Escrituras nos dan bastante de qué pensar en cuanto al tema de los ángeles.
Karl Barth
Nuestro marco de referencia debe ser el de las Escrituras como nuestra suprema autoridad en esta materia.
Billy Graham
No estamos completamente seguros de cuándo ni aun el porqué Dios creó a los ángeles. Los ángeles no se mencionan en ninguna parte en los seis días de la creación en Génesis 1, a menos que estén de algún modo implicados en las «lumbreras en la expansión de los cielos» (Génesis 1:14–19). En Job, por ejemplo, el paralelismo de la poesía hebrea antigua presenta a los ángeles y las estrellas casi como sinónimos:
¿Dónde estabas tú cuando yo fundaba la tierra?
Házmelo saber, si tienes inteligencia.
¿Quién ordenó sus medidas,
si lo sabes?
¿O quién extendió sobre ella cordel?
¿Sobre qué están fundadas sus bases?
¿O quién puso su piedra angular,
Cuando alababan todas las estrellas del alba,
Y se regocijaban todos los hijos de Dios?1
En realidad, los ángeles no son estrellas y estas no son ángeles, pero están muy cercanamente asociados unas con los otros en las antiguas porciones de la Biblia,2 lo cual sugiere que Dios creó a los ángeles, junto con las estrellas, en el cuarto día de la creación.
También es posible que Dios haya creado a los ángeles antes de la creación de los cielos y la tierra descrita en Génesis 1. La Biblia no nos dice nada de esto abiertamente, pero quizás lo da por sentado por la aparición de Satanás en el huerto del Edén. ¿Quién es ese ser maligno y cómo llegó hasta ahí? ¿Cuándo cayó de la gracia de Dios? ¿Qué hace el poder maligno en la tierra nueva y sin pecado de Dios? Algunos eruditos creen que determinados ángeles se crearon bastante antes de la creación en Génesis 1, cayeron de la gracia de Dios y más tarde descendieron a la tierra. Otros teólogos cristianos piensan que la caída de los ángeles quizás ocurrió en algún momento entre Génesis 2 y 3, entre la creación del ser humano y el encuentro con la serpiente en el huerto del Edén.
De cualquier modo, pareciera que la guerra celestial entre los ángeles buenos y los malos ya estaba en su apogeo antes de que Dios creara a Adán. El mandato en la creación fue, por ejemplo: Llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread, lo cual podría sugerir una batalla espiritual (Génesis 1:28). Sojuzgar y señorear sobre la tierra significa más que un simple cuidado y protección de los animales. Esto se vuelve pecaminosamente claro en Génesis 3, donde la serpiente, más que un animal cualquiera, desafía la autoridad de Dios en la nueva tierra.
Esta es la secuencia que yo sugiero sobre la historia primitiva: (1) Dios creó a los ángeles y a otras criaturas celestiales. Pero no sabemos exactamente cuándo. Pablo escribió en Colosenses 1:16: «Porque en Él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles[…] todo fue creado por medio de Él y para Él». (2) Algún tiempo más tarde (todavía no sabemos cuándo), Satanás, quien pudo haber comenzado su carrera como arcángel, condujo una rebelión celestial en contra de Dios. Y perdió. (3) Por último, Dios creó los cielos materiales y la tierra y todo lo que hay en ellos, incluyendo a los seres humanos. En algún punto de la historia (y tampoco sabemos cuándo sucedió), el diablo fue echado a la tierra. Por lo general, la Iglesia acepta esto, aunque muchos de los detalles no están tan claros en la Biblia como nos gustaría.
Apocalipsis 12:7–9 nos dice:
Después hubo una gran batalla en el cielo: Miguel y sus ángeles luchaban contra el dragón; y luchaban el dragón y sus ángeles; pero no prevalecieron, ni se halló ya lugar para ellos en el cielo. Y fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero; fue arrojado a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él.
Está bien claro que esto ocurrió. Cuándo sucedió, no se sabe. No podemos estar seguros de que este pasaje describa un hecho pasado o futuro. Mientras que hay quienes creen que se trata de una regresión narrativa sobre la caída de Satanás antes de la creación, hay otros que sienten que este pasaje describe algo que ocurrirá poco antes del fin del mundo, sugiriendo que el poder de Satanás se desatará en la tierra en una furia sin precedente antes de la venida de Cristo (véase Apocalipsis 9:1–6).
Muchos estudiosos de la Biblia piensan que Isaías 14:12–15 podría ser un paralelo:
¡Cómo caíste del cielo,
oh Lucero, hijo de la mañana!
Cortado fuiste por tierra,
tú que debilitabas a las naciones.
Tú que decías en tu corazón:
Subiré al cielo; en lo alto,
junto a las estrellas [¿ángeles?] de Dios,
levantaré mi trono,
y en el monte del testimonio me sentaré
[referencia al monte del templo judío, Sion],
a los lados del norte;
sobre las alturas de las nubes subiré,
y seré semejante al Altísimo.
Mas tú derribado eres hasta el Seol [el lugar de
los muertos], a los lados del abismo.
En su contexto histórico, el pasaje que acaba de leer es un juicio profético en contra del rey de Babilonia. Aunque con frecuencia se entiende que tiene una aplicación más amplia sobre la caída llena de orgullo de Satanás. En La Biblia al día, una paráfrasis, la frase «Oh Lucero, hijo de la mañana» se traduce «Lucifer».3 Quizás Jesús hizo alusión a este texto del Antiguo Testamento cuando le dijo a sus discípulos: «Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo. He aquí os doy potestad de hollar serpientes y escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo, y nada os dañará» (Lucas 10:18–19).
Y Apocalipsis 9:1–2 usa unas figuras similares. «El quinto ángel [de juicio] tocó la trompeta, y vi una estrella4 que cayó del cielo a la tierra; y se le [Satanás] dio la llave del pozo del abismo [otra palabra para infierno]. Y abrió el pozo del abismo, y subió humo del pozo como humo de un gran horno».
De manera que la Biblia no nos dice, especial y directamente, cuándo creó Dios a los ángeles ni cuándo fue que los ángeles malignos cayeron del cielo. Pero esto sí sabemos: Dios es creador de todas las cosas, incluyendo a los ángeles, y en algún momento de la historia, muchos de esos ángeles se volvieron malos.
Orígenes, uno de los «padres» más conocido de la iglesia primitiva, no ocultó su perplejidad acerca de algunas de estas preguntas: «Esto también es parte de las enseñanzas de la Iglesia, de que hay ciertos ángeles de Dios y ciertas buenas influencias, los cuales son sus siervos realizando la salvación de los seres humanos. Sin embargo, cuándo se crearon estos [ángeles], o cuál es su naturaleza, o cómo es que existen, no está claramente revelado».5
Los primeros ángeles buenos aparecen en Génesis 3. Después que Dios echa al ser humano del Edén: «Puso al oriente del huerto de Edén querubines [varios ángeles especiales6], y una espada encendida que se revolvía por todos lados, para guardar el camino del árbol de la vida» (Génesis 3:24). Billy Graham resume el papel de los ángeles buenos de la siguiente manera:
¿Ha visto usted o se ha encontrado usted con uno de esos seres superiores llamados ángeles? Son mensajeros de Dios cuya principal tarea es cumplir las órdenes de Dios en este mundo. Les ha dado el cargo de embajadores. Les ha conferido dignidad de santos diputados para que realicen obras de justicia. De esta forma ayudan a su Creador en la tarea de regir soberanamente el universo. Por tanto les ha otorgado la capacidad de llevar la santa empresa a una feliz conclusión.7
TÉRMINOS USADOS EN LA BIBLIA PARA LOS ÁNGELES
Quizás la mejor manera de entender a los ángeles es revisando algunas de las diferentes palabras usadas para «ángel» en los testamentos hebreo y griego de la Biblia. La palabra en castellano «ángel» se deriva de angelos, un término griego usado casi doscientas veces en el Nuevo Testamento el cual significa, en su forma simple, «mensajero».
En el mundo helenístico, existente antes de la historia del Nuevo Testamento, el término tenía muy poca significación religiosa y el papel del angelos humano era bastante simple: daba mensajes, respondía preguntas, esperaba recibir un pago por sus servicios y recibía la protección de los dioses. El antiguo angelos humano podía también ser un diplomático, que hacía tratos y despachaba comunicados oficiales. En la antigua Grecia, a los filósofos, y a veces hasta a las aves, se les refería como angeloi.8
La idea central en el Nuevo Testamento es que angeloi (la forma plural de angelos) eran seres divinos celestiales con un mensaje de Dios. Por lo general, este concepto en el Nuevo Testamento se toma de la idea judía acerca de los ángeles en el Antiguo Testamento: «Los ángeles son representantes del mundo celestial y son los mensajeros de Dios. Cuando aparecen, el mundo sobrenatural irrumpe en el nuestro».9
En el Antiguo Testamento, malak es el término usado con mayor frecuencia para referirse a los ángeles. Así como angelos, también significa mensajero o representante. La palabra trabajo o negocio en hebreo es malaka y malukut significa mensaje (véase Hageo 1:13). Malaquías, uno de los profetas del Antiguo Testamento, es un nombre que significa «mi mensajero».
«Mensajero» es la traducción (pero no el significado) de malak. Para nosotros, la palabra «mensajero» tiene poco significado comparado con su importancia en el mundo antiguo. Debido a que la comunicación era tan difícil, a veces tomaba semanas entregar un mensaje (antes no tenían teléfonos ni máquinas de fax), el mensajero a veces tenía que hablar y aun hasta mediar en nombre de quien lo había enviado.
Esto se ilustra en Génesis 44. A José, uno de los doce hijos de Jacob, sus hermanos lo vendieron como esclavo. Sorprendentemente, José termina siendo príncipe de Egipto. Cuando una terrible hambruna amenazó toda la región, los hostiles hermanos de José se aventuran a Egipto en busca de comida, sólo para descubrir que su hermano menor se ha convertido en un prominente oficial del gobierno. Al principio, los hermanos no reconocieron a José, aunque él sí los reconoció. Al hablar egipcio fluidamente, José se mantuvo de incógnito y por razones que nunca se explican en la Biblia, trata a sus hermanos con dureza. (Cuando uno lee la historia, da la impresión de que en verdad no las tenía todas con ellos.)
Poco antes de descubrir su verdadera identidad, José envía a sus hermanos de vuelta a casa, con sus animales cargados de comida. Pero con un astuto plan de arrestarlos, José esconde su copa de plata en la bolsa de viaje del menor. Cuando el siervo descubre la copa «robada», uno de los hermanos, Judá, negocia desesperadamente con el siervo, «el mensajero» que representa a José. En realidad, Judá rogaba por la vida de Benjamín. Era como si el siervo-mensajero y su señor, José, fueran uno.
En Génesis 24, Abraham envía a su siervo-mensajero a otro país a buscar esposa para su hijo Isaac. ¿Se puede imaginar a su padre enviando a un secretario de viaje a California o a Nueva York para buscarle una pareja?
La palabra «mensajero» tenía mucho más significado en la cultura antigua del que tiene ahora. En el mundo griego no cristiano, por ejemplo: «Dependían mucho del mensajero, era visto como alguien que estaba bajo protección especial de los dioses, lo cual no sólo significaba que hacer daño al mensajero se consideraba como un acto que atentaba contra los dioses, sino que también denotaba que el mensajero veía su tarea como algo divino[…] Muy poco de esto se encuentra implicado en nuestra palabra “mensajero”».10
Si alguien me llegase a preguntar si alguna vez he visto a un ángel, me temo que no podría dar una respuesta satisfactoria. Pero si me fuesen a preguntar que si alguna vez he visto a un mensajero de Dios, la respuesta sería un enfático e inequívoco: «¡Sí, lo he visto!»
Claus Westerman
Así, en su actividad más simple, los ángeles son mensajeros. San Agustín escribió:
Los ángeles son espíritus, pero no porque sean espíritus es que son ángeles. Se vuelven ángeles cuando son enviados, pues el nombre ángel se refiere a su oficio no a su naturaleza. Me pregunta el nombre de esta naturaleza, es espíritu; pregunta por su oficio, es el de un ángel (i.e., mensajero). En tanto que exista, un ángel es espíritu; en tanto que actúe, es un ángel.11
Forrester Church lo expresa de la siguiente manera: «Recuerde, los ángeles son tanto los mensajeros de Dios como el mensaje de Dios, testimonios para la eternidad en tiempo, para la presencia de la divinidad en medio de lo ordinario. Cada momento de cada día se complica por sus huellas».12
Los ángeles están al constante servicio de Dios. Pueden aparecer, literalmente, trayendo algún mensaje de aliento o dirección. O pueden venir de incógnito, «ángeles inesperados», como a veces se traduce. O, ¡quizás simplemente usted tuvo un día bueno y no está seguro por qué!
¿CUÁNTOS ÁNGELES HAY?
Sólo podemos imaginar cuántos ángeles hay. Algunas personas han tratado de suponerlo con precisión. Algunos místico del siglo catorce llegaron a la suma exacta (301,655,722) empleando cálculos elaborados, pero oscuros. Especulaciones excéntricas como esta rigieron los estudios teológicos durante los siglos de la Edad Media. Algunos de los primeros luteranos, en una obra llamada Theatrium Diabolorum,13 estimaron que había 2,500 millones de diablos, un número que más tarde se elevó a 10 billones.14
Millones de criaturas espirituales caminan en la tierra sin ser
vistas, cuando estamos despiertos y cuando dormimos.
Milton, El paraíso perdido, IV
La Biblia, al igual que todo lo demás que dice acerca de los ángeles, revela el número de seres celestiales sólo hablando en términos generales. Cuando están a punto de arrestarlo, Jesús anuncia que, si así lo quisiera, podría llamar a doce legiones de ángeles que fueran en su ayuda (Mateo 26:53). En el tiempo de Augusto César, una legión comprendía cerca de seis mil hombres, de manera que Jesús hablaba de varias decenas de miles de seres angélicos.
En Deuteronomio 33:2, Moisés canta:
Jehová vino de Sinaí,
Y de Seir les esclareció;
Resplandeció desde el monte de Parán,
Y vino de entre diez millares de santos.
Judas 14 nos da un indicio de las multitudes de ángeles que acompañarán el advenimiento del Señor: «He aquí, vino el Señor con sus santas decenas de millares».
Y en el último libro de la Biblia, Juan ve y escucha «la voz de muchos ángeles alrededor del trono[…] y su número era millones de millones» (Apocalipsis 5:11).
ORGANIZACIÓN ANGÉLICA
Los ángeles se describen comúnmente como multitudes, pero eso no significa que no tengan un sistema. De nuevo, aunque la Biblia virtualmente permanece callada respecto a los arreglos del cielo, esto no ha desanimado a los teólogos especuladores, quizás les podríamos llamar «angeleólogos», quienes han jerarquizado a los seres celestiales en elaborados esquemas.
En La jerarquía celestial, Dionisio, quien escribió en el siglo sexto, hiló la tela especulativa del orden angélico con un detalle extraordinario, un organigrama que llegó a verse con gran autoridad.
Los católicos pueden trazar su angeleología a partir de Tomás de Aquino, cuyas ideas acerca de los ángeles recibieron una gran influencia de Dionisio. Mortimer Adler, editor general de la Enciclopedia Británica y autor de una docena de libros, resume y simplifica el esquema de Dionisio:
La sociedad o comunidad de ángeles se dividió en tres jerarquía, y en cada una había tres coros u órdenes de ángeles; en la primera y más alta jerarquía estaban los serafines, querubines y tronos en orden descendente; en la segunda jerarquía, la media, estaban los dominios, virtudes y poderes; en la tercera y más baja jerarquía estaban los principados, arcángeles y ángeles.
Expresado en los términos más simples, el orden descendente de las jerarquías, y de los tres coros en cada una, consistía en los grados de perfección de las criaturas: los serafines representaban el grado más alto de perfección entre las criaturas de Dios y los ángeles simples la más baja. La perfección a la cual se referían no era moral, sino metafísica, una perfección en el modo de ser.15
Los libros de Billy Graham son fundamentalmente bíblicos y confiables. Sugiere, basando sus ideas en Colosenses 1:16 y en otros pasajes de la Biblia, la siguiente organización angélica: arcángeles, ángeles, serafines, querubines, principados, autoridades, potestades, poderes, tronos y dominios.16 Pablo escribe en el pasaje de Colosenses: «Porque en Él [Cristo] fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades».
Este versículo se refiere primordialmente a la autoridad de Cristo sobre los reinos de este mundo; pero más que eso, se puede referir a los principados y poderes de las tinieblas que influyen sobre esos reinos. Pablo afirma en otra de sus cartas: «Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes» (Efesios 6:12).
Estos pasajes nos dicen que en verdad hay jerarquías celestiales, pero no se aclara si estas oficinas celestiales son de ángeles de luz o de tinieblas. Es imposible determinar estos rangos con certeza, pues varios versículos de la Biblia usan diferentes términos para las huestes angélicas en diferente orden.
El teólogo C. Fred Dickason menciona que hay «suficiente evidencia como para decir que existen rangos distintos y graduales, pero no hay suficiente evidencia como para hacer una comparación completa o un organigrama».17 San Agustín reconoce, hablando del rango y orden social de los ángeles, lo siguiente: «Dejemos a quienes son capaces que contesten estas preguntas, si es que pueden probar que sus respuestas son ciertas; porque en lo que a mí respecta, confieso mi ignorancia».18
Sabemos con certeza un par de cosas acerca de los rangos angélicos: primera, de acuerdo a los capítulos uno y dos de Hebreos los ángeles tienen un rango mucho más bajo que Dios el Padre y su Hijo, Jesús; y segunda, de acuerdo al Salmo 8:5, los seres humanos somos «poco menor que los ángeles».19
MI ÚLTIMA PALABRA RESPECTO A LA ÚLTIMA PALABRA DE DIOS ACERCA DE LOS ÁNGELES
En resumen, Dios creó a los ángeles, incontables millares de ellos, en algún momento anterior a la creación del universo. En esa bruma anterior al tiempo, se libró una guerra en los cielos que provocó la expulsión de Satanás y sus ángeles. Los seres humanos fueron creados a la imagen de Dios, un poco menor que los ángeles. Por lo general, los mensajeros de la Palabra de Dios son los ángeles buenos que sirven a Dios y a su pueblo, mientras que los ángeles malos simplemente están al servicio de Satanás y sus propósitos. Y los ángeles en ambos reinos, de la luz y las tinieblas, están gobernados por rangos y órdenes.
Pero, ¿cómo son los ángeles? En los dos estudios siguientes pintaremos un retrato de los ángeles y así daremos un vistazo más cercano a las labores a las que se dedican.
1 Job 38:4–7, cursivas añadidas. Este «poema» es un ejemplo de un tipo de paralelismo hebreo, el cual sugiere que las ideas paralelas en cada una de las oraciones de repetición son mutuamente inclusivas. Las estrellas y los ángeles también están implicados en Salmos 103:20–21; 148:2–5; y Apocalipsis 1:20.
2 Colin Brown, The Theological Wordbook of the Old Testament, Three Volumes [El libro de palabras teológicas del Antiguo Testamento, Tres volúmenes], Zondervan, Grand Rapids, MI, 1981, vol. 1, pp. 101–2, indica que la creencia popular en los ángeles se incrementó en el judaísmo tardío. «Los ángeles», escribe, «representaban la omnisapiencia y omnipresencia de Jehová, formaban su corte y asistentes, y eran sus mensajeros. Estaban relacionados con las estrellas, los elementos, fenómenos naturales y poderes, los cuales gobernaban como representantes de Dios» (cursivas añadidas).
3 El significado de este texto se debate acaloradamente. En realidad, este es el único lugar en la Biblia donde aparece el nombre «Lucifer». En ninguna otra parte se le asigna a Satanás ese nombre. Satanás se le llama «la serpiente», «el diablo», «el dragón», «el destructor», pero no «Lucifer». No obstante, muchos estudiantes de la Biblia, en los cuales me incluyo, basados en similitudes en Ezequiel 28:11–19, Lucas 10:18, Apocalipsis 9:1–6, y 12:7–9, creen que este pasaje es una referencia directa a Satanás y a su caída del cielo.
4 Aquí está otro versículo que sugiere una relación entre ángeles y estrellas.
5 Brown, vol. 1, p. 102.
6 Rob van der Hart, The Theology of Ángeles and Devils [La teología de ángeles y diablos], Fides Publishers, Notre Dame, IN, 1972, p. 23.
7 Graham, p. 30.
8 Collin Brown, vol. 1, p. 101.
9 Brown, vol. 1, p. 102.
10 Rob van der Hart, p. 23.
11 Sermón sobre el Salmo 103.
12 Forrester Church, Entertaining Ángeles: A Guide to Heaven for Atheists and True Believers [Hospedando ángeles: una guía al cielo para ateos y creyentes verdaderos], Harper & Row, San Francisco, 1987, p. 35.
13 Lo que significa, sencillamente, «teatro (o mundo) de diablos».
14 Gustav Davison, A Dictionary of Ángeles [Un Diccionario de ángeles], The Free Press, New York, 1969, pp. xiii–xiv.
15 Adler, p. 45.
16 Graham, p. 57.
17 Dickason, Ángeles [Ángeles], p. 87.
18 Philip Schaff y Henry Wace, eds., A Select Library of Nicene and Post-Nicene Fathers of the Christian Church, Series 1 [Una biblioteca selecta Nicena y Posnicena de los padres de la iglesia cristiana, serie 1], Eerdmans, Grand Rapids, MI, vol. 3, p. 256.
19 La palabra traducida «ángeles» en la versión Reina Valera es la palabra hebrea elohim que quiere decir Dios. Es evidente por el contexto, y por muchas otras citas bíblicas, que esta palabra no se puede traducir «Dios» de manera apropiada en este versículo.

domingo, 6 de octubre de 2013

Bosquejo temático: Jesucristo da autoridad a los creyentes sobre Satanás y sus ángeles. Preparación de Sermones

Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6


 
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Ángeles, opuestos a Dios
Sinopsis
Seres espirituales que cayeron con Satanás. Ellos están bajo el juicio de Dios y están sujetos a la autoridad de los creyentes.
Autoridades espirituales dirigidas por Satanás
2 Corintios 11.14 (RVR60) — 14 Y no es maravilla, porque el mismo Satanás se disfraza como ángel de luz.
Ver también Jn 12.31 ; Jn 16.11 ; Ef 6.12 ; Ap 9.11
Juan 12.31 (RVR60) — 31 Ahora es el juicio de este mundo; ahora el príncipe de este mundo será echado fuera.
Juan 16.11 (RVR60) — 11 y de juicio, por cuanto el príncipe de este mundo ha sido ya juzgado.
Efesios 6.12 (RVR60) — 12 Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.
Apocalipsis 9.11 (RVR60) — 11 Y tienen por rey sobre ellos al ángel del abismo, cuyo nombre en hebreo es Abadón, y en griego, Apolión.
Ángeles opuestos a Dios serán juzgados
Judas 6 (RVR60) — 6 Y a los ángeles que no guardaron su dignidad, sino que abandonaron su propia morada, los ha guardado bajo oscuridad, en prisiones eternas, para el juicio del gran día;
Ver también Job 4.18 ; Job 15.15 ; Mt 25.41 ; 2 P 2.4 ; Ap 20.10
Job 4.18 (RVR60) — 18 He aquí, en sus siervos no confía, Y notó necedad en sus ángeles;
Job 15.15 (RVR60) — 15 He aquí, en sus santos no confía, Y ni aun los cielos son limpios delante de sus ojos;
Mateo 25.41 (RVR60) — 41 Entonces dirá también a los de la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles.
2 Pedro 2.4 (RVR60) — 4 Porque si Dios no perdonó a los ángeles que pecaron, sino que arrojándolos al infierno los entregó a prisiones de oscuridad, para ser reservados al juicio;
Apocalipsis 20.10 (RVR60) — 10 Y el diablo que los engañaba fue lanzado en el lago de fuego y azufre, donde estaban la bestia y el falso profeta; y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos.
Jesucristo ha derrotado a Satanás y sus ángeles
Colosenses 2.15 (RVR60) — 15 y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz.
Ver también Gn 3.15 ; Ef 1.19–21
Génesis 3.15 (RVR60) — 15 Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar.
Efesios 1.19–21 (RVR60) — 19 y cuál la supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos, según la operación del poder de su fuerza,20 la cual operó en Cristo, resucitándole de los muertos y sentándole a su diestra en los lugares celestiales,21 sobre todo principado y autoridad y poder y señorío, y sobre todo nombre que se nombra, no sólo en este siglo, sino también en el venidero;
Los ángeles de Satanás son resistidos por los fieles ángeles de Dios
Apocalipsis 12.7–9 (RVR60) — 7 Después hubo una gran batalla en el cielo: Miguel y sus ángeles luchaban contra el dragón; y luchaban el dragón y sus ángeles; 8 pero no prevalecieron, ni se halló ya lugar para ellos en el cielo. 9 Y fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero; fue arrojado a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él.
Ver también Dn 10.13 ; Dn 10.20 Los príncipes de Persia y Grecia aparentan ser poderes espirituales que resisten el mandato de Dios sobre esas regiones.
Daniel 10.13 (RVR60) — 13 Mas el príncipe del reino de Persia se me opuso durante veintiún días; pero he aquí Miguel, uno de los principales príncipes, vino para ayudarme, y quedé allí con los reyes de Persia.
Daniel 10.20 (RVR60) — 20 El me dijo: ¿Sabes por qué he venido a ti? Pues ahora tengo que volver para pelear contra el príncipe de Persia; y al terminar con él, el príncipe de Grecia vendrá.
Jesucristo da autoridad a los creyentes sobre Satanás y sus ángeles
Lucas 10.18–19 (RVR60) — 18 Y les dijo: Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo.19 He aquí os doy potestad de hollar serpientes y escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo, y nada os dañará.
Romanos 8.38–39 (RVR60) — 38 Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, 39 ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.
Romanos 16.20 (RVR60) — 20 Y el Dios de paz aplastará en breve a Satanás bajo vuestros pies. La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vosotros.
1 Corintios 6.3 (RVR60) — 3 ¿O no sabéis que hemos de juzgar a los ángeles? ¿Cuánto más las cosas de esta vida?
Efesios 6.10–13 (RVR60) — 10 Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza.11 Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo.12 Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.13 Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes.
Santiago 4.7 (RVR60) — 7 Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros.


Efesios: El mensaje de La Cruz nos une

Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6


 
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Otro triunfo de la gracia – el mensaje de la Cruz en unirnos Efesios 2:10-16

Después de la doxología por excelencia y la oración magnífica de Efesios 1, Pablo incluye en las dos la cumbre –  nuestra resurrección con Cristo lograda por la gracia de Dios (1:3, 4, 18, 19, 23). Además de estar resucitados con él estamos sentados  con él a la diestra de Dios (2:6). No puede haber  mayor gracia ni gloria y todo por el amor y la misericordia de Dios mismo. Nuestra mente y corazón no pueden  comprender estas alturas.
La “supereminente grandeza del poder” de Dios se magnifica tomando en cuenta el triste trasfondo nuestro de estar muertos en delitos y pecados, caminando conforme al principio de la potestad del aire, siendo hijos de desobediencia (vv.1, 2). Tanto los gentiles como los judíos estuvimos sumidos en la misma naturaleza pecaminosa.  Pero a pesar de todo aquello, Pablo pone la conjunción que sirve de girar sobre el eje  – “Pero Dios . . . .”
Resumen bendito del triunfo de la pura gracia  Efesios 2: 4-10
En palabras breves y concisas no podemos mejor que citar: Pero  Dios, que es rico enmisericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando en nosotros muertos en pecados, no dio vida juntamente con Cristo . . .”  Lo que sigue es la porción clásica de nuestra “salvación tan grande”. Cuando Pablo usa la palabra en español “juntamente con Cristo”, la traducción original es estar en Cristo de tal manera que somos copartícipes en unión con él.
En la historia de España, el país se unió en el siglo quince bajo la divisa: “Tanto monta, monta tanto” que quería decir: tanto los haberes de Isabela la Católica de Castilla como los de Fernando de Aragón. La realidad histórica fue que traía mucho más Isabela.  Pero en nuestra unión con Cristo al contrario, compartimos con nuestra Cabeza al ser herederos de todo lo que él nos dio.
No puede perder de vista el énfasis al decir que todo fue  por la gracia de Dios; absolutamente nada aportamos. En el bendito paréntesis Pablo dice: “(Por gracia sois salvos)” (v.5). Se repite“Porque por gracia sois salvos  por medio de la fe; es esto no de vosotros, pues es don de Dios. No por obras, para que nadie se gloríe” (vv.8, 9).
Dios sabía muy bien la inveterada tendencia humana de sacar la gloria por lo mínimo hecho. A Gedeón  en la lucha con los madianitas, Dios le redujo el ejército de 22,000 a 300 con este consejo. “El pueblo que está contigo es mucho para que yo entregue a los madianitas en su mano, no sea que se alabe Israel contra mí diciendo: ‘Mi mano me ha salvado’” (Jueces 7:2,3).
 Vale la pena notar el gran por qué. “Y juntamente  copartícipes  con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros.”  Este triunfo de la gracia llevado a cabo en la Cruz como coparticipes será el cántico de los coros celestiales “Y oí como la voz de una gran multitud como el estruendo de muchas aguas, y como la voz de grandes truenos, que decía: ¡Aleluya, porque el Señor nuestro Dios todo poderoso reina!  Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria;  porque han llegado las bodas del Cordero, y su esposa se ha preparado” (Apocalipsis 19:6,7).
Queda una verdad más. Dios hará la obra; será en pura gracia, misericordia y bondad, atributos mencionados en la porción clásica.  Pero los que coparticipamos en la obra somos “hechurasuya”. Esta palabra solo se usa en Romanos 1:20  refiriéndose a la creación original. Tiene una aplicación exclusiva a la obra creativa de Dios mismo.
“Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús, para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas” (v.10). Somos nosotros mismos el producto de la nueva creación en Cristo (2 Corintios 5:17; Gálatas 5: 14,15). Lejos de gloriarnos en lo que hacemos, somos su “poema”.  El poema es una elaboración literaria que tiene simetría, belleza, ritmo y sentido, todo en una expresión figurativa única.  Nosotros llevamos la marca de su mano de misericordia y bondad.
Las obras que Dios puede aceptar no son las que proceden de nuestra inteligencia, ni título posgraduado, ni esfuerzo sino solo de  la misma vida de Cristo quien vive en nosotros y se manifiesta en dejar aparecer tales obras de él en nuestro andar por fe.
Un nuevo altiplano alcanzado por la obra de la Cruz    Efesios  2: 11-12
 Pablo ahora vuelve a nuestro mundo dividido, sumado en pecados separado el judío quien veía al gentil  como aquel doblemente perdido e inútil, apartado del Israel, el heredero de las promesas de Dios.  Pablo como fariseo así contemplaba al gentil. Hoy en día nos cuesta evaluar y sentir este antiguo mundo tan lejano. Para el orgulloso griego veía a los judíos como bárbaros, ignorantes, mientras los judíos veían a los demás como meros “étnias”, los samaritanos como perros.
Realmente desde  la época de Abraham  y el escogimiento soberano divino de  él como el primer judío, todos los demás “étnias” quedaban efectivamente fuera de la promesa del Mesías. Con el dar de la ley aun más el gentil estaba privado del acceso a la verdad. “En aquel tiempo estabais sin Cristo, alejados de la ciudadanía de Israel, y ajenos a los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo” (v. 12). Toma nota de las cinco repeticiones de  la triste condición.
Me gustaría agregar que entre los de la antigüedad  antes de Abraham habría algunos como aquellos a quienes predicó Enoc: “De éstos también profetizó Enoc, séptimo desde Adán, diciendo: ‘He aquí, vino el Señor con sus santas decenas de millares para hacer juicio
contra todos  . . .’” (Judas 14,15). Había otros también que conocían a Jehová a través de la Oralidad – lo pasado de generación a la generación. tales como Job y Melquisedec. En cierto sentido Israel fue luz a los gentiles. Dios puso a José como su misionero en la corte del Faraón, a David, el rey, entre las naciones de su época, a Daniel en los altos rangos de Babilonia y Persia por setenta años, y a Nehemías ante Artajerjes, rey de los persas.
Dios no se dejó sin testigo; pudiera haber  habido muchos que conocían al Dios verdadero.  El  cielo nos lo revelará pero todo será por la misericordia de Jehová.
Sin embargo, veamos de nuevo esas dos palabras claves como el eje: “ Pero Dios  . . . “ (vv.4, 13). Pablo da el próximo paso y anuncia el nuevo altiplano. El primero fue la doxología: el sentarse de Cristo a la diestra de Dios sobre todo principado (1:19,20); el segundo fue la resurrección nuestra: copartícipes en reinar con él (2: 5-7).  Ahora viene el tercer altiplano y el último avance: “crear en sí mismo (Cristo) de los dos un solo y nuevo hombre haciendo la paz (v. 15).
En el Gran Designo Dios tenía su plan; iba a remediar esta situación desigual. Lo haría a través de la Cruz. En esta porción de Efesios Pablo va a introducir el eje de la historia, tomando Dios a las dos divisiones y hacerlas en una.
La unión de los dos mundos en Cristo, la cumbre del Gran Designio    Efesios 2: 13-14
 El texto que sigue es tan solemne que los comentarios casi son superfluos. Escuchemos esta obra maestra: Pero ahora en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos, alejados habéis sido hechos cercanos por la sangre de Dios. Porque él es nuestra paz, que de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación, aboliendo en su carne las enemistadas, la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas, para crear en sí mismo de los dos un solo y nuevo hombre, haciendo la paz, y mediante la cruz reconciliar con Dios ambos en un solo cuerpo, matando en ella las enemistades” (vv.13-16).
Pablo analiza frase por fase este nuevo altiplano. La frase “pero ahora” o “pero Dios”  tanto en Romanos como en Efesios, los dos libros teológicos que trazan  el mensaje de la cruz, marcan un viraje llamativo o cambio de rumbo de mayor importancia.  Sigue la frase clave en Cristo señalando  que todo gira alrededor de la persona y la obra de Cristo en unión con elGran Designo a base de la Cruz donde reconcilió al pecador a Dios y Dios al pecador. “En quien tenemos  redención por su sangre, el perdón de los pecados según las riquezas de su gracia . . . dándonos a conocer el misterio de su voluntad, según el beneplácito, el cual se había propuesto en sí mismo de reunir todas las cosas en Cristo . . . “ (Efesios 1:7-9).
Tal reconciliación satisfizo de una vez para siempre la santidad de Dios dejándolo ya en una posición de mostrar su eterno amor aun siendo nosotros pecadores. Establece la base de estar reconciliados en una sola palabra clave, la sangre de Cristo, el medio meritorio que hace posible tal acercamiento de Dios al pecador y del pecador a Dios, atraído por el Espíritu Santo. El mismo corazón de la salvación consiste en valorar el papel crucial de la sangre en el Antiguo Testamento y cumplido en el Nuevo.
La carga misma del libro a los Hebreos gira alrededor de la sangre. “Pero en estos sacrificios cada año se hace memoria de los pecados: porque la sangre de los toros y de los machos cabríos no puede quitar los pecados” (Hebreos 10:3,4).  El llamado final de Hebreos se nos da: “Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne . . . acerquémonos con corazón sincero . . .”  (vv.19,20,22).
Esta reconciliación resulta en paz con Dios y la paz de Dios. Volvemos al Isaías 53 para ver la profecía cumplida a pie de la letra después de 700 años. “Mas él herido por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos todos curados . . . Con todo eso, Jehová quiso quebrantarlo, sujetándolo a padecimiento. Cuando haya  puesto su vida en expiación por el pecado, verá su linaje, vivirá por largos días y la voluntad de Jehová será en su mano prosperada” (Isaías 53:5,10).
Cristo viene siendo la personificación de nuestra paz. “Porque él es nuestra paz, que de ambos  pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación” (Efesios 2:14). Vuelve Pablo al tema de los dos mundos, el judío y el gentil, dos mundos ajenos. Se decía que había una pared de piedras que separaba la corte de los gentiles de la entrada en el templo de Herodes para ofrecer sacrificios y gozarse ceremonialmente de la presencia de Dios. Se estaba cincelado: “No entre a pena de muerte.”  Tal era la fuerte separación de los dos mundos. En Hecho 21:29 -31 acusaron erróneamente que Pablo había traído a Trófimo, gentil de Éfeso, en el templo mismo cuando entró para hacer su voto que por fin aquello condujo a Pablo a Roma y a su martirio
Además de los múltiples reglamentos y minuciosas demandas de lo inmundo y lo limpio, la ley social y religiosa resultó en separar aun más a los judíos de los gentiles. Dios tuvo que dormir a Pedro para darle una visión de que no hay lo inmundo en Cristo. “Volvió la voz a él la segunda vez: Lo que  Dios limpió, no lo llames tú común” (Hechos 10:15). Los creyentes gentiles entran por la misma gracia de Dios
Por toda la vida Pablo como apóstol a los gentiles tenía que luchar contra la mentalidad legalista de los judíos.  La iglesia primitiva casi se desintegró con respecto a este tema hasta que el Concilio de Jerusalén resolvió el problema y trajo la paz entre los dos mundos de los creyentes de la primera generación (Hechos 15).
El Mensaje de la Cruz en plena gloria  Efesios  2:15.16
 En un resumen conciso Pablo pone a Cristo en el mero centro de esta ascensión al último altiplano.“(Cristo) . . . aboliendo en su carne las enemistades, la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas, para crear en sí mismo de los dos, un solo y nuevo hombre, haciendo la paz, y mediante la cruz  reconciliar con Dios a ambos en un solo cuerpo, matando en ellas las enemistades” (vv.15.16).
La pequeña  frase “mediante la cruz” revela el eje del Gran Designio. Todo, sí todo, gira alrededor la obra de la Cruz que resultó en nuestra salvación personal –  muertos al pecado, sepultados y resucitados y sentados en lugares celestiales. Es todo una salvación presente y completa. Además  el creyente es miembro del Cuerpo de Cristo y comparte con todos en esta salvación. Este último altiplano reúne a los dos mundos, antes tan diversos y perdidos. “en una morada de Dios en el Espíritu Santo” (v.22).

Madurez Cristiana: Madurez conyugal - El matrimonio cristiano

Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6


 
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Una Teología Práctica del Matrimonio


Fundaciones

Un paseo a través de la sección del matrimonio y la familia de la librería cristiana local demuestra fácilmente que los cristianos modernos tienen un interés tremendo en el tema del matrimonio y la familia. Pero este negocio en auge matrimonial (libros, conferencias, seminarios, asesoramiento) es en realidad una señal de enfermedad y no de salud. En un sentido muy verdadero, nuestro interés es morboso, casi patológico. Parecemos un enfermo de cáncer terminal, investigando fervientemente los tratamientos alternativos, con la esperanza vana que algo se pueda hacer. Desesperados por la felicidad de nuestras relaciones, y descontentos con lo que nos ha dado Dios, les estamos implorando a los expertos que nos enseñen la salida.
Dios es el Señor. El es céntrico a la integridad de todo, incluso el matrimonio. Tiene la primicia sobre el cielo y la tierra, y todas sus criaturas tienen la responsabilidad moral de reconocer a esa primicia en todo lo que hacen, incluso en como se casan. El hombre y la mujer que juntos tienen esta orientación, en un lazo de alianza, disfrutan de un matrimonio cristiano. Si niegan o no le hacen caso a esta verdad, lo harán por su propio riesgo. El cristiano maduro entiende que la obligación de todas las criaturas es glorificarle a Dios en todo. Por lo tanto es evidente que tal varón cristiano maduro será también un marido de madurez. Igualmente, la mujer cristiana de madurez será una esposa madura. La madurez en el Señor es una condición previa a la madurez en el matrimonio.
Al estudiar el tema del matrimonio, debemos empezar con la enseñanza bíblica sobre la naturaleza y el carácter de Dios. Cuando lleguemos a entender que El es realmente el Señor, nos volveremos hacia El naturalmente para aprender como se aplica su ley benigna al cimiento y al propósito del matrimonio.

El Pacto
La naturaleza del Dios Trino se presenta en las Escrituras bajo figura de vínculo entre padre y hijo. Dios es el Padre, y Jesucristo su único Hijo. Antes de establecer la fundación de la tierra, el Padre ya había escogido una novia para su Hijo. Esa novia es la iglesia cristiana, los escogidos de Dios. “Y vino a mí uno de los siete ángeles… y habló conmigo, diciendo, ‘Ven acá, yo te mostraré la desposada, la esposa del Cordero.’ Y me llevó en el Espíritu a un monte grande y alto, y me mostró la gran ciudad santa de Jerusalén, que descendía del cielo de Dios” (Apo. 21:9–10).
Pablo nos enseñó que debemos conscientemente considerar nuestros matrimonios como representaciones menores del matrimonio central, el de Cristo con su iglesia. Esto es un gran misterio, dice él, pero cuando deja el hombre a su padre y a su madre, y se casa con su esposa, hace una declaración con respecto a Cristo y la iglesia. Dependiendo del matrimonio particular, esa declaración se hace mal o se hace bien, pero siempre se hace.
Por lo tanto comprendemos cómo la fundación del matrimonio tiene que ver con pacto. La relación de Dios con nosotros a través de Cristo es una de pacto – es el Nuevo Pacto – y nuestros matrimonios son una pintura de esa verdad. El cimiento de la vida santa matrimonial es la misma para toda la vida santa – en todo debemos buscar la gloria de Dios. Nuestro Dios Trino es un Dios que hace pacto y que guarda pacto, y El ha escogido al matrimonio como uno de los mejores medios por el cual los hombres caídos le puedan glorificar.
Al atacar la naturaleza del matrimonio como pacto, el error del feminismo ha sido muy eficaz. A través de toda la historia de la iglesia, las herejías destructoras se han usado por el Dios soberano para obligar a la iglesia a definir todo lo que no estaba claro. El hereje Marción fue él que provocó a la iglesia para que identificara el canon de la Escritura, el hereje Ario que obligó a la iglesia a que testificara claramente de la plena divinidad del Señor Jesús, y así sucesivamente. Hoy en día el feminismo está proveyendo ese mismo servicio a través de su reto al pacto del matrimonio.
Sin el desafío del error, podemos muy fácilmente dejarnos ir a la deriva, haciendo lo que nos parece “natural” o “tradicional.” Miles sin número hacen unas cuantas cosas porque “simplemente les parecen correctas.” Sin embargo, siempre y cuando que se desafíe esa costumbre, el tradicionalista se queda perplejo. “Bueno, realmente no estoy seguro porqué hago eso.” Considere, por ejemplo, nuestra costumbre de la mujer tomando el apellido de su marido. ¿Por qué lo hacemos? ¿ Por qué es que María Sánchez se vuelve en María Sánchez de López? ¿Lo requiere la Biblia? Algunos se quedarán sorprendidos, pero la Biblia sí enseña que Dios llama al marido y su esposa por el mismo nombre – el del marido. Esto respalda completamente tanto nuestra costumbre de tomar un nombre nuevo como la verdad del pacto que esa costumbre representa.
“Este es el libro de las generaciones de Adán. El día en que creó Dios al hombre, a la semejanza de Dios lo hizo; varón y hembra los creó; y los bendijo, y llamó el nombre de ellos Adán, el día en que fueron creados” (Gen. 5:1–2). En otras palabras, Dios creó a Adán y a su esposa varón y hembra; los bendijo y los llamó a ellos dos Adán. Desde el principio, ella era participante en el pacto con Dios en nombre de su marido. Dios no la llama Adán a ella sola; la llama Adán junto con él.
Adán se dio cuenta de su falta de una compañera idónea por primera vez después de ponerles nombres a los animales. “Y puso Adán nombres a toda bestia y ave de los cielos y a todo animal del campo: mas para Adán no se halló ayuda idónea para él. Entonces, Jehová Dios hizo caer sueño profundo sobre Adán, y mientras éste dormía, tomó una de sus costillas, y cerró la carne en su lugar” (Gén. 2:20–21). Cuando Adán les ponía nombres a los animales, no iba pegando etiquetas al azar. En el mundo antiguo, los nombres eran muy significativos, y representaban la naturaleza y el carácter de todo a lo que se le ponía nombre. Esta significación es muy evidente en las narraciones de Génesis en las cuales se le pone nombre a la esposa de Adán. En ponerle nombres a los animales, Adán no encontró ninguno que pudiera ser ayuda idónea para él.
Después de la creación de su esposa, Adán la recibe, y le pone nombre. “Dijo entonces Adán: ‘Esto es ahora hueso de mis huesos, y carne de mi carne; ésta será llamada Varona [Ishshah, no Eva], porque del Varón [Ish] fue tomada.’ Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne.” (Gen. 2:23–24).
Como enseña el versículo 24, Adán e Ishshah fueron una pareja paradigmática o de patrón. No fueron simplemente dos individuos cualquiera. Cuando el Señor Jesús nos enseñó sobre el tema del divorcio, apeló a la ordenanza matrimonial desde la creación que se encuentra en los primeros capítulos de Génesis. Nos enseña que Dios es él que une al hombre y la mujer en matrimonio, y lo que Dios ha unido, el hombre no tiene autoridad para separar. Hay tentación de razonar que en Génesis Dios unió solamente a Adán y Eva – dos individuos como individuos. Pero este razonamiento resiste a la enseñanza de Cristo, quien insistió que Adán y Eva fueron una pareja paradigmática. Cuando Dios los unió a ellos, estaba uniendo a cada hombre y mujer que jamás se han unido sexualmente en un vínculo de pacto.
Hay otros hechos que también son obvios en esta ordenanza matrimonial desde la creación. Porque Dios creó a Adán y Eva, la homosexualidad queda excluida. Porque Adán no encontraba ayuda idónea para él entre los animales, la bestialidad se excluye. Y porque Dios creó solamente una mujer para Adán, el patrón de la monogamia está fijado claramente y demostrado a nosotros. La poligamia que se encuentra entre los santos de Dios en el Antiguo Testamento no cambia nada de esto. La poligamia fue instituida por el hombre, y no por Dios. La primera mención de una unión poligamia fue la de Lamec (Gen. 4:19), y eso sin indicación ninguna de aprobación divina. Pero más importante, la poligamia no está de acuerdo con la ordenanza matrimonial desde la creación, o con la pintura dada en el Nuevo Testamento de Cristo y la iglesia.
Así que, este pasaje de Génesis nos enseña que recibiendo Adán a la mujer, y poniéndole nombre a ella, Dios estableció en el patrón para todos los matrimonios desde entonces adelante. “Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre…” Pues, en este momento Adán aún no le había dado a su esposa el nombre de Eva. Adán le dio a su esposa dos nombres individuales. El primero fue Ishshah, o Varona, porque del varón fue tomada. El segundo fue Chavvah – portadora de vida, o como se dice en español, Eva. “Y llamó Adán el nombre de su mujer, Eva [Chavvah], por cuanto ella era madre de todos los vivientes.” (Gen. 3:20).
En ambos pasajes donde se le da nombre a ella, se afirma claramente que sus dos nombres revelan verdad acerca de ella. El primero revela su dependencia del hombre – del varón fue tomada. El segundo revela la dependencia del hombre de ella – cada hombre desde entonces es su hijo. Siglos después, el apóstol Pablo nos enseña que hayamos de recordarnos continuamente de estas dos verdades en nuestros matrimonios. Cada esposa es un Ishshah, y cada esposa es una Chavvah. Cada una es Varona, y cada una es Eva.
“Pero en el Señor, ni el varón es sin la mujer, ni la mujer sin el varón; porque así como la mujer procede del varón, también el varón nace de la mujer; pero todo procede de Dios” (1 Cor. 11:11–12). Fíjese de que la progresión de enseñanza de Pablo sigue el mismo patrón que se ve en Génesis. La mujer “procede del varón (Ishshah), así también el varón nace de la mujer (Chavvah): pero todo (Adán) procede de Dios”.
Dios fue el que llamó a nuestros primeros padres por el nombre colectivo de Adán. Pues, Adán también es un termino genérico por el hombre o la humanidad. Esto muestra claramente la costumbre bíblica de incluir a las mujeres bajo semejante descripción. Nuestro uso en español del genérico hombre y humanidad sigue este ejemplo bíblico exactamente. Lejos de ser insultante a las mujeres, como lo quieren mantener las feministas, refleja el patrón de razón bíblica. La reacción feminista y su rehuso del tomar un apellido nuevo (¡para quedarse con su apellido paterno!), no es simplemente una tontería. Es la rebeldía fundamental contra Dios. Así cuando la Srta. María Sánchez se convierte en la Sra. Diego López, eso no es simplemente “algo que se hace.” Es el sello y la seguridad del pacto matrimonial.
Con esta estructura para entender el pacto de matrimonio, podemos empezar a considerar los propósitos básicos del matrimonio. La Biblia expone tres razones terrenas y básicas para el matrimonio. Ellas son, cada una a su vez: la necesidad para compañerismo idóneo, la necesidad para descendencia santa, y la evitación de la inmoralidad sexual.

Compañerismo Idóneo y Provechoso

La Biblia nos enseña que Dios puso a Adán en el jardín y le encargó un trabajo para hacer. Pero el hombre fue incapaz de realizar ese trabajo solo. Adán necesitaba ayuda, y la mujer fue creada para suplir su necesidad.

  Jehová Dios formó, pues, de la tierra toda bestia del campo, y toda ave de los cielos, y las trajo a Adán para que viese cómo las había de llamar; y todo lo que Adán llamó a los animales vivientes, ése es su nombre. Y puso Adán nombre a toda bestia y ave de los cielos y a todo ganado del campo; mas para Adán no se halló ayuda idónea para él. Entonces Jehová Dios hizo caer sueño profundo sobre Adán, y mientras éste dormía, tomó una de sus costillas, y cerró la carne en su lugar. Y de la costilla que Jehová Dios tomó del hombre, hizo una mujer, y la trajo al hombre. Dijo entonces Adán: Esto es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne; ésta será llamada Varona, porque del varón fue tomada. Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne. (Gen. 2:19–24)

Deberíamos ver que la conexión entre el trabajo de Adán de ponerle nombre a las bestias y la frase siguiente – “mas para Adán no se halló ayuda idónea para él.” La mentalidad moderna tiende a considerar del “ponerle nombre a las cosas” como una simple cuestión científica de pegar etiquetas. Pero aquí los nombres que Adán les pone a las bestias son apropiados a la naturaleza de cada uno. Como se mencionó más arriba, en el proceso de poner nombre, él se da cuenta de que no ha hallado ayuda idónea – ninguno entre los animales con una naturaleza comparable con la de él. No hubo ninguno que pudiera ser su ayudante.
En el versículo que viene inmediatamente antes de este pasaje, Dios dijo que no era bueno que el hombre estuviera solo. Durante todo el proceso de la creación, cada vez que terminaba Dios una obra, la declaraba buena. Por supuesto, tal declaración del Creador indica terminación. Pero la afirmación de el Señor que no era bueno que el hombre esté solo es una indicación clara que la creación del hombre estaba aún incompleta. “Y dijo Jehová Dios: ‘No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él’ ” (Gen. 2:18). Adán estaba incompleto porque no tenía compañera, una quien sería ayuda idónea para él.
El Nuevo Testamento aplica esta verdad en una manera interesante. “Y tampoco el varón fue creado por causa de la mujer, sino la mujer por causa del varón” (1 Cor. 11:9). Como consecuencia del orden de la creación, los hombres y las mujeres están orientados el uno al otro en distinción. Se necesitan uno al otro, pero se necesitan a su forma. El hombre necesita la ayuda; la mujer necesita ayudar. El matrimonio fue creado por Dios para proveer compañerismo en el trabajo del dominio de la tierra. El mandato cultural, el requisito a llenar y a sojuzgar la tierra, aún está vigente, y el marido no puede llevar a cabo su trabajo en aislamiento. El necesita una compañera idónea para él en el trabajo al cual Dios lo ha llamado. El está encargado con el trabajo y debe recibir ayuda de ella. Ella está encargada con el trabajo a través de servirle a él. El está orientado al trabajo, y ella está orientada a él.

Niños Santos

Una de las cosas que el hombre obviamente no puede hacer solo es reproducir, y éste es el segundo propósito del matrimonio. Con respecto a llenar la tierra, lo cual Dios ordenó, un hombre solo está completamente desamparado. Por lo tanto el profeta Malaquías nos dice que otro propósito declarado del matrimonio es la bendición de descendencia santa.

  ¿No hizo él uno, habiendo en él abundancia de espíritu? ¿Y por qué uno? Porque buscaba una descendencia para Dios. Guardaos, pues, en vuestro espíritu, y no seáis desleales para con la mujer de vuestra juventud. (Mal. 2:15).

Dios nos dice claramente aquí que un propósito del matrimonio es la procreación. Además, si el matrimonio es piadoso, su descendencia también ha de ser santa. Dios declara que desea descendencia santa, y el profeta Malaquías dice, como medio para este fin, la importancia de tratar a las esposas con honor. Si un hombre trata a su esposa en forma traicionera, es obvio que tendrá un efecto negativo sobre los niños. No se dice que los niños santos le dan propósito a la paternidad, más bien que son un propósito del matrimonio.

Protección Sexual

Adán necesitaba una compañera idónea antes de la caída. También antes de la caída, era incapaz de multiplicar descendientes solo. Por lo tanto, los primeros dos propósitos del matrimonio que se mencionan más arriba no son relacionados con la presencia del pecado. Pero la tercera razón que los cristianos deben casarse sí está conectada con la presencia del pecado y la tentación. El apóstol Pablo lo declara de esta manera:

  Pero a causa de las fornicaciones, cada uno tenga su propia mujer, y cada una tenga su propio marido. El marido cumpla con la mujer el deber conyugal, y asimismo la mujer con el marido. (1 Cor. 7:2–3).

Vivimos en un mundo caído, y por consecuencia, los cristianos frecuentemente luchan contra las tentaciones del mal, deseo, fornicación, y adulterio. La Biblia no enseña que tales tentaciones siempre se van fácilmente a través de un proceso misterioso de “confiar en Dios.” En realidad, la lucha contra los pecados sexuales les parece a muchos, más como sudar balas que “asoltar y dejárselo a Dios.” La Biblia nos enseña que esta experiencia no nos debe sorprender. Pedro dice que debemos de abstenernos “de los deseos carnales que batallan contra el alma” (1 Pedro 2:11). Pablo usa semejantes imágenes violentas cuando dice que los cristianos deben de darle muerte a sus “miembros que están sobre la tierra: fornicación, inmundicia, malicia, mala concupiscencia, y avaricia, que es idolatría” (Col. 3:5).
Ahora Dios ha provisto una ayuda muy práctica para los cristianos mientras luchan contra la tentación sexual; esa ayuda se llama actividad sexual. Para que la pareja tenga protección suficiente, las relaciones sexuales conyugales no deben ser infrecuentes. Es necesario que haya protección frecuente, particularmente para el marido. A la misma vez, el beneficio de las relaciones sexuales no se deben medir simplemente en términos de frecuencia o cantidad. Es necesario que haya protección cualitativa, particularmente para el beneficio de la esposa.
Si las parejas cristianas llegan a entender que el objetivo final de su matrimonio es glorificar a Dios, han tomado un primer paso importante. Luego, si ellas buscan a definir los objetivos secundarios de su unión como se definen en la Escritura, estarán capacitadas para inculcar la instrucción bíblica con respecto a la actitud que deben tener sobre el matrimonio, y para recibir instrucción general y particular en la Palabra de Dios con respecto a sus papeles y deberes en el hogar.
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