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biblias y miles de comentarios
INTRODUCCIÓN:
Una
vez que hemos estudiado sobre la divinidad de Jesús y sus milagros, narrados en
el Evangelio de Juan, vamos a estudiar las enseñanzas del Maestro de Maestros:
Cristo Jesús.
Los
sistemas que empleó para enseñar fueron variados; motivo por el cual, podemos
mencionar entre ellos: su ejemplo, sus sermones, sus parábolas, entre otros.
TEXTO DE LA LECCIÓN: (Jn. 3:1-36).
OBJETIVO
:
Conocer un tema de vital importancia,
en donde Jesús enseñó verdades profundas, dirigidas a cambiar la manera de
pensar y de vivir de los seres humanos.
ADELANTO
:
Usted aprenderá sobre el siguiente
tema:
A. Cómo Nacer de Nuevo:
1.
Por Medio de Cristo.
2.
A Través de su Muerte.
3.
Con la Luz
de Cristo
A.
Cómo Nacer de Nuevo: (3:1-36).
Por Medio de Cristo . “Había entre los fariseos un dirigente de los
judíos llamado Nicodemo. Éste fue de noche a visitar a Jesús. Rabí le dijo,
sabemos que eres un maestro que ha venido de parte de Dios, porque nadie podría
hacer las señales que tú haces si Dios no estuviera con Él. De veras te aseguro que quien no nazca de nuevo no puede ver el Reino
de Dios, dijo Jesús” . (3:1-3).
Para
poder ver el Reino de Dios, también conocido como el Reino de los Cielos, es
necesario nacer de nuevo; pero, ¿cuál es este reino y qué significa nacer de
nuevo?
El Reino de Dios tiene varias
definiciones en la Biblia:
a. Se refiere al lugar donde mora Dios; mejor
dicho, un reino espiritual donde no existe el pecado; al mismo que se llega por
la gracia de Dios, a través de este nuevo nacimiento. Dios no puede vivir donde
está el pecado, puesto que Él lo aborrece; sin embargo, el Señor ama al pecador
y no quiere que ninguno se pierda, sino que se arrepienta y nazca hacia una
nueva vida: limpia de pecado bajo la
gracia de Dios.
b. Se refiere al Reino profetizado por
Juan el Bautista: Mt. 3:2.
c. Es semejante a un tesoro escondido o a
una perla de gran precio: Mt.13:44-46.
d. Son “las buenas nuevas” sobre cómo
salvar el alma: Lc. 4:43.
e. No es un reino
material: Dn. 4:26.
f. Es la persona de Jesucristo: Lc.
17:20-21.
g. El apóstol Pablo dice que es el Cuerpo de Cristo, la Iglesia: Col. 1:16-18,24.
h. Cuando venga el fin, el Reino será
entregado por Jesucristo a Dios el Padre: 1Co. 15:24-26.
Jesús estaba diciendo a Nicodemo que su nacimiento tenía que proceder “de arriba” : del Reino de Dios
o Reino de los Cielos, para que naciera a una vida eterna, vida que tan sólo
Dios puede proveer por medio de Jesucristo.
El comentario Beacon dice textualmente al respecto: El que no
naciere de nuevo realmente tiene dos significados. La expresión traducida
de nuevo (anothen , gr.) tiene varios
sentidos: “De arriba” , “de nuevo” y “otra vez”. Juan emplea el término con el significado claro de “de arriba” en 3:31 y 19:11. En este
pasaje, igual pudo haber sido el propósito de Jesús. Si el hombre va a tener
vida en el sentido real y eterno, la vida tiene que proceder de arriba. La vida
biológica es engendrada por los padres; pero la vida de Dios sólo Él puede
proporcionarla (Jn. 1:13), y proviene de arriba”.
Para una mejor comprensión de lo que significa “nacer de nuevo ”,
por favor, lea Col. 3:1 y 2:12.
Ahora bien, ¿qué pasa con aquellos que no nacen
de nuevo? Leímos en el verso 3 que no pueden “ver” el Reino de Dios. No pueden
tener una apreciación espiritual, porque: “lo
que nace del cuerpo es cuerpo; lo que
nace del Espíritu es espíritu” (Jn. 3:6). Entonces no podrán ser incluidos en el Reino Espiritual
de Dios.
Jesús sigue instruyendo a Nicodemo, y en 3:5 le dice que debe nacer
“de agua y del Espíritu”; y no se refiere al agua de la fuente materna como
estaba pensando el maestro de Israel, sino al agua que es símbolo de la sangre
de Cristo. Lea, por favor: Ap. 1:5; Hch. 22:16.
Estos dos
factores, agua y Espíritu , nos llevan directamente a las instrucciones
que el apóstol Pedro hace al respecto en Hch. 2:38: “Arrepiéntase y bautícese cada uno de ustedes en el nombre de
Jesucristo para perdón de sus pecados, y recibirán el “don del Espíritu
Santo”. Aunque Pedro, en el versículo que acabamos de citar, no menciona la
palabra “agua”; sin embargo, ésta se halla implícita en el bautismo al que se
refiere el apóstol; además, esto lo ampliaremos en el siguiente párrafo.
A través de su Muerte. Para entender esta figura que nos
indica que podemos “nacer de nuevo”, a través de la muerte de Cristo, es
imprescindible que comprendamos cabalmente el proceso del bautismo.
“Baptisma”: Es la pronunciación de la palabra
griega que se refiere a bautismo, e indica que consiste en el proceso de
inmersión, sumersión y emergencia en el agua; pues, proviene del griego “bapto”, que significa: mojar, empapar, y cuya traducción al castellano es bautismo .
Esto nos explica que cuando una persona es bautizada, es sumergida, inmersa; es
decir, cubierta totalmente en el agua, para luego emerger o salir de ella.
Al haber seguido las instrucciones de Pedro, indicadas en
Hch. 2:38, se dio un gran acontecimiento por el poder del Espíritu Santo de
Dios:
“Así, pues, los que recibieron su
mensaje fueron bautizados, y aquel día se unieron a la iglesia unas tres mil
personas”
Hch.2:41, y luego de esto: “Y el Señor
añadía cada día a la Iglesia
los que habían de ser salvos” Hch. 2:47.
Más adelante, Jesús confirma las instrucciones de Pedro, con
este mandato que está escrito en: Mt. 28:19-20, que dice así:
“Por tanto, vayan y hagan discípulos de
todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del
Espíritu Santo, enseñándoles a obedecer todo lo que les he mandado a ustedes. Y
les aseguro que estaré con ustedes siempre, hasta el fin del mundo”.
De tal manera que, todos los que en ese tiempo y también en
este tiempo, obedecieron y obedezcan este mandamiento, recibieron y recibirán
el regalo de la salvación, otorgado por la gracia de Dios, participando así de
los primeros beneficios espirituales que el bautismo conlleva, como son:
1.
El perdón de los pecados:
(Hch. 2:38).
2.
El don del Espíritu Santo: (Hch. 2:38)
3.
Una buena conciencia:
(1P.
3:21).
Ahora, es necesario que estudiemos 1Co. 15:1-4 donde el
apóstol Pablo nos dice:
“Ahora, hermanos, quiero recordarles el
evangelio que les prediqué, el mismo que recibieron y en el cual se mantienen
firmes. Mediante este evangelio son salvos, si se aferran a las palabras que
les prediqué. De otro modo habrán creído en vano. Porque ante todo les
transmití a ustedes lo que yo mismo recibí: que Cristo murió por nuestros
pecados según las Escrituras, que fue sepultado, que resucitó al tercer día
según las Escrituras, y que se apareció a Cefas, y luego a los doce”.
Aquí vemos que, Cristo una vez que murió en la cruz, fue
sepultado y al tercer día resucitó de entre los muertos. Así también, cuando
una persona es bautizada, es sepultada espiritualmente junto con Cristo para
“nacer” hacia una nueva vida. Para una mejor comprensión, lea por favor, Ro.
6:3-18.
GRÁFICO
EXPLICATIVO SOBRE EL MANDAMIENTO DEL BAUTISMO:
El
evangelio re-vivido en el bautismo
(Obedeciendo el evangelio)
Romanos 6:3-6
Resumiendo, una persona que ha “nacido de nuevo”, tiene
muchas diferencias espirituales con las personas que NO han “nacido de nuevo”.
1.
Ha sido liberada del pecado;
2.
Le ha sido otorgado el don del Espíritu Santo;
3.
Ha resucitado hacia una nueva vida;
4.
Puede entrar en el Reino de Dios;
5.
Tiene ahora una actitud de rechazo al pecado;
6.
Está motivada para vivir como Dios quiere: amándole a Él y
amando a su prójimo; y
7.
Le ha sido otorgada la salvación para su alma, por la gracia
de Dios.
Reflexiones:
a.
¿Cuándo y cómo uno puede ser liberado del pecado? Ro. 6:
17-18, nos da la respuesta, diciéndonos que debemos someternos de todo corazón
a la enseñanza que hemos recibido.
b.
¿Es el bautismo un símbolo? No, es un mandamiento para la
salvación del alma humana: Mt. 28:19 -20.
c.
El nuevo nacimiento es algo que no se ve; por lo tanto,
¿cómo sabemos que hemos nacido de nuevo? La respuesta está aquí: Al viento no
podemos verlo, pero lo sentimos; los cambios benéficos en nuestra manera de
vivir, certifican nuestro nuevo nacimiento espiritual.
Con la Luz
de Cristo. Cristo
trae la luz de la salvación a través de su muerte, nos dice Jn. 3:14-17; de tal
manera, que el propósito de Cristo al venir al mundo y morir, fue salvar a los
pecadores de todos los tiempos, de la condenación eterna.
Cuando la luz penetra, las tinieblas desaparecen; y esta luz
es Cristo disipando las tinieblas del pecado en el alma del hombre; entonces
queda demostrado que: hay una manifestación de la Luz de Cristo en el alma del
pecador: Jn. 3:18-21.
El efecto natural que produce en nuestra vida
el creer, es la obediencia: Jn. 3:33-36; y la obediencia es una parte muy necesaria
para nuestra salvación, conforme nos expresa: Ro. 6: 17-18.
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